SOFÍA RAMOS ANTÓN CURSO 3ºC TRABAJO DE BIOLOGÍA Mi visión del oído perfecto parte de un oído humano mejorado con características de los oídos de otros animales como los perros y en la instalación de otros dispositivos que harán que mejoren haciéndolo más resistente a las enfermedades y mejorando la capacidad auditiva pudiendo llegar a captar ultrasonidos de hasta 60.000 Hz Mi oído perfecto comienza con la transformación de la forma de la oreja a la forma de una parábola, una figura geométrica capaz de concentrar toda las ondas que recibe en su centro. Esta parábola podrá ser orientable (como en el oído canino) hacia la fuente que produzca el sonido. En segundo lugar se implantaría una membrana flexible de un material conductor y resistente un poco más arriba del centro de la parábola, llamada placa protectora, donde se transmitirían las ondas sonoras, con lo que se protegería el oído de la entrada de objetos extraños, realizando así la función del canal auditivo externo en menos espacio. Detrás de esta membrana se encontraría el tímpano en el centro exacto de la parábola, recibiendo las ondas sonoras mucho más rápido y aumentando la capacidad de recepción del sonido. El tímpano estará estirado con unos tensores situados en torno a la membrana y que harán que transmita mejor las vibraciones. Después encontraríamos un conducto lleno de líquido transmisor que conduciría las vibraciones hasta una nueva membrana timpánica, que aumentaría las vibraciones casi imperceptibles mejorando nuestra capacidad auditiva. A continuación se encontraría la bulla timpánica, una bola ósea que contiene el oído interno y el oído medio cuya geometría es la responsable de la sensibilidad auditiva de los delfines y los perros. Dentro de la bulla timpánica encontraríamos la cadena de huesecillos (martillo, yunque y estribo), la cóclea y los conductos semicirculares, todos ellos de mayor tamaño y rodeados por una capa de mucosa extra para protegerlos ante las enfermedades. La trompa de Eustaquio sería la única conexión de la bulla con el exterior, uniría esta con la nariz y la laringe para nivelar la presión. El nervio acústico se mantendría igual, solo que rodeado por un canal cartilaginoso, para protegerlo de enfermedades incurables como el “nervio auditivo muerto” con la cual se pierde la audición de ese oído.