RESPONSABILIDAD CIVIL DE PROFESORES Y ENTRENADORES

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RESPONSABILIDAD CIVIL DE PROFESORES Y ENTRENADORES DEL DEPORTE
Sadara Montenegro González
Miembro de la Asociación Mexicana de Investigación Jurídico Deportiva
La práctica de cualquier deporte implica un riesgo, mayor o menor, dependiendo de las
características de la disciplina de que se trate. Dicho riesgo no es sólo asumido por el deportista
que decide prepararse y desarrollarse en la actividad física elegida, sino que el mismo es
compartido por los profesores y entrenadores deportivos, quienes aportan sus conocimientos y
pericia al deportista en la práctica del deporte respectivo, para que pueda superar los indicados
riesgos.
Como resultado del ejercicio de las funciones propias de su actividad y del nivel de jerarquía
superior en el que se encuentran los profesores y entrenadores del deporte respecto del
deportista, el personal técnico deportivo, asume diversos tipos de responsabilidad, que en
términos generales son los siguientes:
a) Administrativa: Es aquella que deriva de las normas deportivas que se encuentran recogidas
por ordenamientos legales, reglamentos, estatutos, normas, manuales, entre otras, cuya
violación implica la imposición de una sanción (amonestación, multa, suspensión temporal o
definitiva), la cual atiende a la gravedad de la lesión de la norma y a las condiciones propias del
infractor. Conocen de este tipo de responsabilidades la CONADE, la CODEME, el COM, las
Asociaciones Deportivas Nacionales, las Asociaciones y Sociedades Deportivas, RecreativoDeportivas, del Deporte en la Rehabilitación y de Cultura Física Deportiva; los Órganos
Estatales, del Distrito Federal y Municipales de Cultura Física y Deporte, así como los directivos,
árbitros y organizadores de competencias deportivas.
b) Penal: Es aquella que deriva de la realización de conductas que han sido tipificadas como
delitos y que se sancionan por las leyes penales, de las cuales conocen el Ministerio Público y
los Jueces Federales y Locales en materia penal, según sus respectivas competencias.
c) Civil: Es aquella que se traduce en la obligación de reparar un daño que se produce como
resultado de una acción u omisión y que puede ser cuantificado en dinero. De dichas
responsabilidades conocen los jueces civiles, tanto federales como locales.
Si bien, todas las responsabilidades antes enumeradas se relacionan estrechamente entre sí, en
tanto que los tres tipos pueden generarse concomitantemente respecto de un mismo hecho,
abundaré sobre la responsabilidad civil por ser el objeto de este artículo, primeramente
analizando el concepto de responsabilidad, que en términos generales consiste responder por una
acción u omisión. Partiendo de esa definición, la responsabilidad civil es la obligación de reparar
un daño causado a otro, como consecuencia de una acción u omisión, siempre que el responsable
obre de manera ilícita o contra las buenas costumbres y que el daño no sea producto de la culpa o
negligencia inexcusable del afectado.
El individuo que cause el daño, debe repararlo, ya sea, restituyendo las cosas al estado que
guardaban antes de causarse el daño, cesando los hechos generadores del daño y absteniéndose
de realizarlos en el futuro, o bien, pagando al afectado una indemnización en dinero equivalente al
daño causado, o incluso, puede resarcir al dañado de ambas maneras. Para lograr lo anterior, la
persona que resiente el daño, debe interponer una demanda en contra de quien se lo ha causado,
ante un Juez de lo Civil y deberá acreditar que el demandado ha observado una conducta que
posee las características referidas anteriormente, que quien presenta la demanda ha sufrido un
daño (en su persona, bienes, derechos, etc), y, que el daño que ha sufrido deriva de la conducta
del demandado.
Los profesores y entrenadores del deporte se encuentran expuestos a responder por
responsabilidad civil, sin embargo, para que ello ocurra, se requiere que dichos técnicos
deportivos se coloquen en dicho supuesto. Es decir, la existencia de una conducta contraria a la ley
o a las buenas costumbres, de suyo, no genera la responsabilidad civil a cargo del entrenador o
profesor del deporte, sino que requiere que como consecuencia de ello, dicho técnico cause un
daño a otro, sin que éste último intervenga en su realización, ya sea por culpa o negligencia
inexcusable. Pero además, es importante recalcar que, a diferencia de otras materias, la
responsabilidad civil en materia deportiva, presenta características propias que deben
considerarse al momento de imputarla:
a)
La práctica de cualquier deporte implica un riesgo que el propio deportista asume por el
simple hecho de realizarlo.
b)
Los profesores y entrenadores deportivos se encuentran en un nivel de jerarquía superior con
relación al deportista, precisamente porque son aquéllos, quienes poseen los conocimientos
tanto técnicos específicos de la disciplina de que se trate, de los procedimientos y
entrenamientos necesarios para adquirirlos, como de la normatividad que rige el deporte
específico.
c)
Derivado de lo anterior, los deportistas tienen a su cargo el deber de obedecer las
instrucciones y órdenes que reciben de sus entrenadores para lograr desarrollarse en un
deporte específico, lo que implica necesariamente que el deportista deposite su absoluta
confianza en el técnico del deporte.
Al respecto hay que precisar que un riesgo ordinario al que voluntariamente se ha sometido un
deportista no puede generar responsabilidad del entrenador o profesor del deporte, sin embargo,
dicho técnico deportivo, conociendo el referido riesgo, tiene la obligación de emplear todos los
conocimientos y experiencia que posee para adoptar las medidas de precaución y de seguridad
que sean necesarias para evitar que se cause un daño al deportista, tomando en consideración no
sólo la naturaleza de la actividad de que se trate sino también las circunstancias que rodean a
dicha actividad y al deportista. Si el entrenador o profesor deportivo no toma las precauciones
antes enumeradas, incurrirá en responsabilidad y estará obligado a reparar los daños que cause al
deportista, pues si bien es cierto que este último debe estar consciente de los riesgos implícitos en
la actividad deportiva y voluntariamente los asume al practicar un deporte determinado, también
lo es que derivado de la confianza que el deportista deposita en el técnico deportivo para recibir
un entrenamiento adecuado, ejecuta las acciones que este último le indica sin cuestionarlo.
A manera de ejemplo, el practicar un salto en el caballo en un entrenamiento o clase de gimnasia
artística implica el riesgo de que el ejecutante sufra una caída o se lesione, por lo que la obligación
del entrenador o profesor del deporte será aportar todos los elementos al deportista para evitar
esa lesión. En este supuesto, si el profesor o entrenador deportivo está enseñando a sus alumnos
a realizar el salto de caballo, no basta con que les explique verbalmente cómo hacerlo o con un
salto de muestra, sino que debe prepararlos con diversos ejercicios previos hasta que los alumnos
puedan realizar el referido salto, tomando todas las precauciones previsibles para evitar un
siniestro y aportar al deportista todos sus conocimientos, entrenamiento y experiencia necesaria
para conseguirlo, pero además debe considerar las circunstancias propias de sus alumnos. Por lo
que, si a pesar de haber entrenado durante horas aprecia que uno de sus alumnos está temeroso
de realizar el salto y aún así le ordena saltar y como consecuencia de ello el alumno cae y se
lesiona, el profesor deberá reparar el daño causado al alumno, pues pudo haber previsto que el
alumno se lesionara como consecuencia del temor, pero, si siguiendo todos los procesos
anteriores, uno de sus alumnos que ha practicado y aprendido adecuadamente la técnica, salta
con seguridad y resbala, cae y se lesiona, dicha lesión no puede imputársele al profesor o
entrenador del deporte, pues deriva del propio riesgo de la actividad.
Por ello, los profesores y entrenadores deportivos deben estar conscientes de las
responsabilidades que asumen como consecuencia del desempeño de su actividad, tomar las
medidas necesarias para evitar la realización de un siniestro, y en su caso, reparar los daños
causados a otros como consecuencia de sus actividades.
BIBLIOGRAFÍA
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_______________, Tratado de las Obligaciones, Tomo II, México, Tribunal Superior de
Justicia del Distrito Federal, 2003, p. VIII, 361.
LEGISLACIÓN
Código Civil para el Distrito Federal.
Ley General de Cultura Física y Deporte.
Reglamento de la Ley General de Cultura Física y Deporte.
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