TERAPIA RESPIRATORIA DOMICILIARIA La visión del experto Con el aval científico de I TERAPIA RESPIRATORIA DOMICILIARIA La visión del experto 1 © 2013 SPA, S. L. Antonio López, 249-1º 28041 MADRID Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida sin el permiso escrito del titular del Copyright. ISBN: 978-84-939018-6-8 D. L.: M-8650-2013 Autores Ada Luz Andreu Rodríguez Servicio de Neumología. Hospital Universitario Los Arcos del Mar Menor (Murcia) Eusebi Chiner Vives Servicio de Neumología. Unidad Multidisciplinar del Sueño. Hospital Universitario San Juan (Alicante). Secretario General de la SEPAR José Ramón Díaz Gómez Unidad del Sueño. Servicio de Neumología. Hospital General (Castellón) Amparo Escribano Montaner Unidad de Neumología Infantil y Fibrosis Quística. Hospital Clínico Universitario (Valencia) Luis Hernández Blasco Unidad Respiratoria de Trastornos del Sueño. Servicio de Neumología. Hospital General Universitario (Alicante) Pilar de Lucas Ramos Presidenta de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) Miguel Ángel Martínez-García Unidad de Trastornos del Sueño. Servicio de Neumología. Hospital Universitario y Politécnico La Fe (Valencia) José Pascual Cortés Servicio de Neumología. Hospital La Plana (Castellón) José Norberto Sancho Chust Servicio de Neumología. Hospital Universitario San Juan (Alicante) Vanesa Sevila Bellido Servicio de Neumología. Hospital General Universitario (Alicante) Juan José Soler Cataluña Presidente de la Sociedad Valenciana de Neumología Índice Prólogo Pilar de Lucas Ramos 7 Introducción Juan José Soler Cataluña 11 “Las TDR pueden aumentar el control sobre los tratamientos y la confianza del paciente en ellos” Ada Luz Andreu Rodríguez 15 “El objetivo principal de la TRD es mejorar la calidad y esperanza de vida del paciente” Eusebi Chiner Vives 19 “El SHAS tiene un componente de fenotipo concreto de la morfología de la vía aérea” José Ramón Díaz Gómez 23 “Los neumólogos, pediatras y médicos de AP deberían conocer bien las TDR” Amparo Escribano Montaner 27 “El envejecimiento de la población supone una mayor utilización de las TRD” Luis Hernández Blasco 29 “Las TRD son la única alternativa para el tratamiento de la insuficiencia respiratoria crónica” Pilar de Lucas Ramos 33 “El SAHS es un problema de salud pública de primer orden, al igual que el asma, la EPOC, la obesidad o la hipertensión arterial” Miguel Ángel Martínez-García 37 “Los neumólogos y médicos de AP no están concienciados de la necesidad de establecer indicadores de aplicación en las TRD” José Pascual Cortés “La obesidad y las alteraciones de la caja torácica constituyen un problema de salud pública de primer orden” José Norberto Sancho Chust “La EPOC es una de las principales causas de mortalidad” Vanesa Sevila Bellido 41 43 45 Prólogo Pilar de Lucas Ramos Presidenta de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica L as terapias respiratorias a domicilio, término con el que se engloba en España la oxigenoterapia crónica domiciliaria, la ventilación mecánica a largo plazo, el tratamiento con presión positiva continua en la vía aérea y la aerosolterapia constituyen una herramienta terapéutica de capital importancia tanto por el número creciente de población tributaria como por los resultados ligados a su aplicación. Con respecto a qué población puede beneficiarse de su utilización, este dato se puede inferir de sus indicaciones de uso: pacientes en insuficiencia respiratoria crónica y enfermos que padecen síndrome de apnea del sueño fundamentalmente. Traducido a cifras concretas, no existen estudios de prevalencia de insuficiencia respiratoria crónica, pero sí sabemos que esta se manifiesta en el devenir de numerosas enfermedades no solo pulmonares, sino también extrapulmonares, por lo que, si consideramos la elevada prevalencia de alguna de estas enfermedades, podemos estimar perfectamente el alcance del problema. Así, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), con una prevalencia del 10,2% en la población comprendida entre los 40 y los 80 años, desemboca en sus estadios finales en una situación de insuficiencia respiratoria crónica tributaria de oxigenoterapia. Un segundo gran grupo de población es el constituido por los enfermos con síndrome de apnea del sueño, una entidad que afecta a entre el 5 y el 15% de población adulta dependiendo de sus características por edades, y que precisa de tratamiento con presión positiva continua en la vía aérea (CPAP). El síndrome de obesidad-hipoventilación, que no es una patología emergente pero cada día presenta una mayor prevalencia, se caracteriza por la aparición de una insuficiencia respiratoria crónica que requerirá de tratamiento a largo plazo con ventilación mecánica no invasiva. Junto a estas grandes indicaciones, hay que tener en cuenta entidades de menor prevalencia, pero de gran repercusión sanitaria y social que también requieren como estrategia terapéutica fundamental la utilización de terapias respiratorias domiciliarias. Con respecto a la eficacia de estos tratamientos, existe evidencia de que la oxigenoterapia crónica determina una mayor supervivencia de los enfermos con EPOC, y está demostrado también que el tratamiento con CPAP controla la sintomatología de estos enfermos, reduce los accidentes de tráfico asociados a la enfermedad y se acumulan datos que permiten afirmar que también impacta de forma positiva sobre la comorbilidad cardiovascular que frecuentemente complica la enfermedad. Por último, aunque no se disponga de ensayos clínicos controlados que por razones éticas ya no son realizables debido a la abundancia de estudios observacionales de diseño longitudinal, no existen 7 Prólogo dudas de que la ventilación mecánica domiciliaria reduce las necesidades de hospitalización y mejora la esperanza de vida en numerosas situaciones de insuficiencia respiratoria crónica. Con estos datos y teniendo en cuenta el envejecimiento poblacional y, como consecuencia, el incremento de las enfermedades respiratorias crónicas, no puede sorprender el dato de que el número de enfermos actualmente en tratamiento en España supere los 650.000, con unas tasas de crecimiento entre el 12 y el 15% anual. Sin embargo, incluso considerando el impacto positivo en mortalidad y la adecuada relación coste/beneficio y coste/utilidad, esta situación obliga a adoptar estrategias encaminadas a alcanzar la mayor eficiencia posible de estos tratamientos, estrategias que comprenden no solo la precisión en la indicación, sino el control del tratamiento y la forma en que se lleva a cabo el mismo. Las indicaciones de las terapias respiratorias domiciliarias están reguladas por una orden ministerial de marzo de 1989 y, a fecha de hoy, se encuentran incluidas dentro de la cartera básica de servicios del Sistema Nacional de Salud. Además, las comunidades autónomas han desarrollado sus normativas para la indicación, prescripción y control de los tratamientos, siempre en el marco de la mencionada orden ministerial. Por otra parte, en el año 2008 la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, SEPAR, elaboró y publicó en su revista oficial, Archivos de Bronconeumología, los estándares no solo de indicación y control, sino también de las características técnicas de los equipos a utilizar y de los requerimientos necesarios en personal sanitario para un correcto seguimiento de los pacientes. Con estas regulaciones y normativas cabría suponer que la implantación y uso de la terapias 8 respiratorias domiciliarias se hubiese llevado a cabo de forma homogénea y con los mismos criterios a lo largo de todo el territorio español. Sin embargo, que esto no es así se puede deducir de las diferentes tasas de indicación, ya no solo por comunidades sino incluso por diferentes áreas geográficas dentro de una misma comunidad. Por otra parte, aunque en todo el país el tratamiento es proporcionado a través de empresas externas proveedoras de servicios concertadas por los servicios de salud, los términos de contratación de las mismas son diferentes por comunidades y por hospitales, de forma que las características del servicio prestado no tiene por qué ser el mismo en todos los casos. Las especiales características de las terapias respiratorias domiciliarias las posicionan en un lugar privilegiado como objetivo para desarrollar estrategias innovadoras que garanticen el mantenimiento de los valores fundamentales del Sistema Nacional de Salud, accesibilidad, equidad y universalidad, asegurando al mismo tiempo la calidad asistencial y algo hoy en día fundamental: la sostenibilidad del sistema. Estas estrategias abarcan tanto el desarrollo de nuevos modelos asistenciales como la aplicación de las tecnologías de la información y la comunicación actualmente disponible. En el contexto de la atención al paciente crónico, el abordaje multidisciplinario, con implicación de todos los agentes, es la única estrategia capaz de garantizar la calidad asistencial, optimizando recursos. En el caso del paciente que precisa tratamiento con una terapia respiratoria a largo plazo, hay que implicar a los profesionales sanitarios de la unidad neumológica, a los profesionales de las empresas concertadas proveedoras del servicio y, por último, pero no menos importante al propio enfermo y sus cuidadores. Los profesionales responsables de la indicación, Prólogo prescripción y control del tratamiento deben mantener una permanente actualización del conocimiento científico y de las habilidades prácticas que les permitan aplicar de forma efectiva y eficiente los tratamientos. Sin duda, todo servicio de Neumología ha de estar preparado para la atención a pacientes tributarios de estas terapias, pero la complejidad de algunas situaciones y el creciente número de pacientes hace aconsejable el desarrollo de unidades de capacitación específicas y de metodología de trabajo en red entre hospitales. De la misma manera, será necesario establecer vías de comunicación y colaboración entre los diferentes niveles asistenciales, incorporando así a los médicos de Atención Primaria que han de jugar un papel en el seguimiento y control de los enfermos. Las funciones de las empresas concertadas no deberían limitarse al suministro y mantenimiento de los equipos, sino que tendrían que asumir funciones de atención a los pacientes, llevadas a cabo por profesionales de la salud. Estas tareas incluirían la participación en la educación de los pacientes, en el control de la adherencia al tratamiento y en la detección de efectos adversos y complicaciones. Por último, la participación del propio paciente y sus cuidadores en los procesos de autocuidados necesarios para mantener el mayor grado de autonomía posible es imprescindible, pero requiere de una adecuada información y formación previa adecuadas. En la aplicación de este modelo asistencial multidisciplinario y multicompartimental, el uso de las tecnologías de la comunicación, la telemedicina, debe llegar a jugar un papel fundamental. Dentro de este entramado, ¿cuál ha de ser el papel de las sociedades científicas? Sin duda su protagonismo está claro, ya que poseen la masa crítica necesaria para llevar a cabo las acciones necesarias para alcanzar los mejores resultados en la aplicación de las terapias. Así, las sociedades pueden hacer frente a la formación continuada de sus socios, de modo que asegure la capacitación de los mismos para el desempeño de estas técnicas. Se encuentran también en condiciones de fomentar la investigación aplicada, encaminada a conseguir una mayor precisión y eficacia. Por último, es sin duda misión de las sociedades la creación de guías de práctica clínica basadas en la evidencia científica, que disminuyan la variabilidad asistencial y garanticen la calidad asistencial. Con esta perspectiva, la SEPAR, junto con todas las sociedades autonómicas de Neumología, ha de asumir el liderazgo en el desarrollo de todas las iniciativas encaminadas a mejorar el conocimiento del estado de las terapias respiratorias y desarrollar estrategias novedosas que faciliten el adecuado uso de las mismas. La presente monografía, llevada a cabo con la participación de numerosos expertos de la Sociedad Valenciana de Neumología, cae de lleno dentro de estas iniciativas y sin duda alguna contribuirá a clarificar el estado actual de la cuestión y a proponer soluciones a los problemas que se presentan. 9 Introducción Juan José Soler Cataluña Presidente de la Sociedad Valenciana de Neumología U no de los grandes retos a los que se enfrenta el sistema sanitario público español es el de conseguir su sostenibilidad, garantizando los valores esenciales que durante décadas le han dado reconocimiento mundial: accesibilidad, equidad y universalidad de la atención. El entorno económico que nos acompaña no es el más apropiado para conseguir este objetivo y los costes sanitarios que se derivan de una medicina cada vez más compleja y especializada, en la que prevalecen las enfermedades crónicas y el envejecimiento, son muy elevados. Esta coyuntura obliga a introducir cambios en el modelo asistencial, innovar y reorientar la asistencia en busca de la eficiencia, es decir a maximizar los resultados en función de los recursos empleados. En las últimas décadas la medicina se ha centrado especialmente en las patologías agudas y ha crecido alrededor de un entorno hospitalario, muy especializado y tecnológico. Sin embargo, la mejora en las condiciones de vida y los continuos avances médicos han contribuido a una mayor esperanza de vida, con el consiguiente envejecimiento de la población. De la mano de este cambio emerge el concepto de cronicidad, que genera la necesidad de una atención continuada y coordinada, elevada carga asistencial y enorme impacto social y económico. Más de un tercio de la población en los países desarrollados padece una enfermedad crónica. De ellos, la mitad sufre más de una condición de forma simultánea. El 88% de los mayores de 65 años tiene una o más patologías crónicas y un cuarto de los mismos tiene cuatro o más condiciones crónicas. En términos de gasto sanitario, las enfermedades crónicas suponen el 75% del mismo. La gestión de la cronicidad y, por qué no decirlo, también la coyuntura económica en la que nos encontramos, obliga a producir cambios en el modelo asistencial actual, con un traslado de los cuidados hacia el domicilio o al entorno más cercano al paciente y su familia, y una atención claramente orientada y centrada en un paciente informado y proactivo, que adquiere corresponsabilidad social e interveniene en su propio cuidado. Por tanto, lo que se propone es un cambio de cultura sanitaria en la que van a adquirir relevancia la educación sanitaria y el soporte del autocuidado, las relaciones con la comunidad, el apoyo a la toma de decisiones, los sistema de información clínica y una nueva organización del sistema de atención sanitaria con enfoques más eficientes y en un entorno más cercano al paciente. Las enfermedades respiratorias, no solo no son ajenas a ese cambio de tendencia, sino que desde hace años se han convertido en 11 Introducción 12 las abanderadas del mismo. De la mano de la insuficiencia respiratoria crónica, y la necesidad de oxigenoterapia crónica domiciliaria se desarrolló durante la década de los 80 un cambio de estrategia que ha llevado la terapia respiratoria al domicilio del paciente, creando toda una infraestructura y red asistencial con capacidad para dar respuesta a las necesidades específicas. Posteriormente, llegó el auge de la ventilación mecánica a domicilio y también el de los trastornos respiratorios durante el sueño, que han contribuido notablemente a mejorar la calidad de vida relacionada con la salud y prolongar la esperanza de vida. Más recientemente, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) también propone modelos asistenciales domiciliarios, más cercanos al entorno del paciente. logías y actuar adecuadamente sobre ellas comporta importantes beneficios en salud, con mejorías en la calidad de vida, mayor movilidad y relación social de la población y mejores expectativas de vida. Además, las TRD también reducen el gasto sanitario derivado de las hospitalizaciones, incapacidades laborales o la morbimortalidad inherente, con un clara relación coste-beneficio. Sirva un ejemplo: no tratar con CPAP (presión positiva continua en la vía aérea) cuesta tres veces más que utilizar esta modalidad de tratamiento en pacientes que sufren de síndrome de apnea-hipoapnea durante el sueño (SAHS). En términos de coste-utilidad se ha estimado que este tratamiento supone un ahorro medio de 777 euros, mejorando la calidad de vida del paciente en 0,46 QALY (años de vida ajustados a calidad de vida). En la actualidad, existen más de 500.000 pacientes en España con terapias respiratorias domiciliarias (TRD), con tasas de crecimiento interanuales cercanas al 10%, y un escenario que como hemos visto invita al crecimiento exponencial. Si evaluamos únicamente el coste diagnóstico y terapéutico de las TRD, no cabe duda de que este escenario de fuerte demanda genera preocupación en las autoridades sanitarias, que buscan controlar el gasto acudiendo para ello a conciertos específicos con las empresas especializadas del sector. Aunque los convenios son variables, en función del territorio y de la comunidad autónoma, en general existe una tendencia creciente a reducir costes, a pesar del incremento de la demanda, lo que podría en última instancia afectar al servicio. La solución, indudablemente, no es fácil, pero la apuesta debe estar vinculada a la calidad de la asistencia como mejor opción para conseguir la eficiencia. Conviene recordar que el hecho de reconocer de forma precoz estas pato- Por tanto, más que hacer un recorte indiscriminado del gasto, lo que se impone es una racionalización de los recursos con una clara orientación hacia la eficiencia. La calidad asistencial es, sin duda, el eje dinamizador sobre el que debemos profundizar en nuestro modelo de sanidad. Hacer las cosas bien hechas y orientar los modelos hacia la excelencia es la mejor forma de garantizar la seguridad y optimizar los recursos obteniendo los mejores resultados, no solo en términos de salud, sino también de sostenibilidad del sistema. En este modelo orientado a la calidad, el profesional de la salud es la pieza angular. Que el profesional participe de la gestión clínica, se implique en la transformación del sistema, optimize los recursos disponibles de acuerdo a las mejores evidencias científicas y se oriente hacia el paciente en su entorno más inmediato, es esencial. Las sociedades científicas deberían tener un claro protagonismo aportando conoci- Introducción miento y valor añadido en diversas áreas. Por ejemplo, contribuyendo a crear guías de práctica clínica que, desde una perspectiva basada en la evidencia, contribuyan a reducir la variabilidad en la práctica asistencial y garanticen los resultados de calidad; colaborando en el diseño de los sistemas de información de salud; o investigando, con métodos científicos avalados, nuevas estrategias que permitan obtener mejores resultados. Además, las sociedades científicas deben contribuir a la formación tanto de los profesionales como de los propios pacientes. El manejo de la ventilación mecánica exige de un capacitación especializada que precisa de formación específica, tanto para el manejo de estas técnicas en el domicilio como incluso en unidades de cuidados respiratorios intermedios, otro ejemplo de innovación en los cuidados respiratorios que permite optimizar recursos, en este caso en un entorno hospitalario. La formación del paciente en el conocimiento y cuidado de su propia enfermedad son cruciales en el nuevo cambio de modelo asistencial. El paciente es su principal proveedor de cuidados. Apoderar a los pacientes por parte de los profesionales y las sociedades científicas que los aglutinan, requiere educar, informar periodicamente, generar un entorno de confianza, enseñar a manejar ciertos dispositivos y generar hábitos de autocuidado y objetivos de control y mejora. Tanto para SEPAR (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica) como para la Sociedad Valenciana de Neumología, este tipo de valores esenciales y de obligaciones están muy presentes en todos y cada uno de los profesionales asociados. Nuestro principal objetivo es procurar que la salud respiratoria de la población a la que atendemos alcance las mejores cuotas de satisfacción y de excelencia, colaborando para ello con las autoridades sanitarias. La presente monografía recoge una serie de opiniones y propuestas de un grupo de neumólogos de reconocido prestigio, todos ellos pertenecientes a la Sociedad Valenciana de Neumología y a SEPAR, alrededor de las TRD. Estos especialistas reflexionan específicamente sobre aspectos de gran interés como el SAHS, la ventilación mecánica a domicilio, las unidades de adaptación funcional, el papel de la enfermería en la terapia respiratoria a domicilio, la oxigenoterapia crónica domiciliaria o la rehabilitación respiratoria domiciliaria. Todos ellos, desde su experiencia y conocimiento, proponen mecanismos innovadores en la gestión de estas enfermedades que pueden ser de gran utilidad para racionalizar los recursos y obtener mejores resultados en salud, orientando toda la estrategia hacia la eficiencia. 13 Ada Luz Andreu Rodríguez Servicio de Neumología Hospital Universitario Los Arcos del Mar Menor (Murcia) “Las TDR pueden aumentar el control sobre los tratamientos y la confianza del paciente en ellos” L as terapias respiratorias domiciliarias (TRD) son coste-efectivas y es importante incidir en el ahorro que suponen en cuanto a ingresos hospitalarios y atención especializada, principalmente cuando se implementan programas que son capaces de llevar un control exhaustivo sobre el adecuado uso de las mismas. En este sentido, los programas domiciliarios, tanto de educación, seguimiento, tratamiento, etc., son un arma importante que puede aumentar el control de los tratamientos administrados y la confianza de los individuos sobre los mismos. “En estos tiempos de apreturas económicas, poder controlar desde el domicilio de los pacientes estas terapias, ofreciendo a su vez un acceso al medio hospitalario en caso necesario y realizando una vigilancia desde la distancia, deberían ser objetivos primordiales” Las experiencias son muy satisfactorias y la implicación más directa del paciente podría incluso aumentar el cumplimiento de las terapias. Asimismo, la utilización de las nuevas tecnologías, y de los equipos más modernos, puede facilitar la tarea tanto a facultativos como a enfermos. Demostrar a las administraciones el ahorro obtenido, la satisfacción de los pacientes y el mantenimiento o la mejora de la calidad asistencial, mediante programas domiciliarios, puede ayudar a progresar en la implementación paulatina de estas técnicas en los Planes de Salud como formas de asistencia alternativas. La educación en el autocuidado y en el conocimiento de la propia enfermedad puede mejorar, sin duda, el manejo que tanto los pacientes como los facultativos llevan a cabo. En este sentido se ha conseguido una mayor concienciación que ha dado pie a la puesta en marcha de múltiples iniciativas gracias a las cuales disponemos de una evidencia científica cada vez mayor. 15 Ada Luz Andreu Rodríguez Aunque, en general, la educación en el autocontrol está muy por debajo de los límites deseables, es necesario considerar que se camina en la dirección correcta y que fomentar la implantación de programas específicos, talleres interdisciplinares con participación directa de los pacientes, etc.; son puntos que ayudarán poco a poco a que los enfermos adquieran un mayor conocimiento y manejo de su enfermedad. En el caso concreto de la apnea del sueño, sabemos que se trata de una patología que se ha relacionado de forma contundente con eventos cardiovasculares, algunos de ellos graves, que conllevan deterioro de la calidad de vida, aumento del número de accidentes, aumento “La apnea del sueño es una patología que se ha relacionado con eventos cardiovasculares, deterioro de la calidad de vida, aumento del número de accidentes, aumento de la morbimortalidad, etc.” de la morbimortalidad por diferentes patologías, etc. La evidencia, en este sentido, es tan aplastante, que se convierte en un motivo suficiente para estar muy pendientes de los pacientes en los que se sospecha la enfermedad, sobre todo en aquellos que ya tienen comorbilidad asociada cuando acuden a la consulta para que se lleven a cabo métodos diagnósticos que permitan iniciar el tratamiento a la mayor brevedad, evitando así los efectos deletéreos que pueden derivarse de no hacerlo. Sin embargo el acceso a la polisomnografía (PSG) es cada vez más limitado por la alta demanda, el elevado coste de la prueba y la baja disponibilidad. Esto hace que se utilice cada vez más la poligrafía cardiorrespiratoria (PCR) para el diagnóstico de los pacientes, así como métodos abreviados basados en estudios con dispositivos más sencillos (como la oximetría) en el contexto de algoritmos diagnósticos que incluyen otras variables, como síntomas, 16 cuestionarios específicos, etc. Estos métodos están aceptados para los pacientes con una elevada sospecha del síndrome de apnea-hipopnea del sueño (SAHS) y poca comorbilidad asociada que nos pueda llevar a confusión a la hora de la interpretación de los resultados. Hay múltiples experiencias en marcha que intentan fomentar el inicio temprano del tratamientopromoviendo la utilización de estos algoritmos, que han demostrado en varios estudios una alta concordancia con los métodos diagnósticos tradicionales por polisomnografías. Aún queda mucho por discutir, pero lo que parece claro es que, cuanto antes se diagnostique a estos pacientes y antes se inicie un tratamiento adecuado y se consiga un cumplimiento óptimo, mayores serán los beneficios tanto para el paciente como para el sistema. Con esto, obtenemos dos beneficios posibles: los pacientes más graves van a poder recurrir a pruebas sencillas que acortarán el tiempo existente entre la consulta y el inicio del tratamiento, y los métodos más costosos, como la PSG, se reservarán para aquellos con más comorbilidad, con baja probabilidad pretest, o situaciones en las que se sospechen otras patologías del sueño diferentes al SAHS. La accesibilidad a esta prueba, asimismo, se va a facilitar si se consigue diagnosticar a este grupo de pacientes con alta sospecha inicial mediante métodos rápidos y sencillos. Los estudios prospectivos multidisciplinares sobre coste-efectividad de los procesos asistenciales en la TRD no solo son viables, sino que son altamente recomendables, dada la necesidad continua de una evidencia científica que avale y mejore las actuaciones, máxime si se tiene en cuenta que la ciencia avanza a pasos agigantados y los modos asistenciales también. Todos estos cambios deben estar sustentados sobre estudios prospectivos que demuestren los beneficios con respecto a las actuaciones tradicionales. Por otra parte, las unidades de adaptación funcional deberían ser unidades en las que los pacientes Ada Luz Andreu Rodríguez sean valorados por personal entrenado para mejorar el contacto inicial y la adaptación al dispositivo de presión positiva continua en la vía aérea (CPAP). Deben ser dependientes de las unidades de sueño de los hospitales, de manera que exista una relación cercana y un trabajo en equipo entre todo el personal, siendo esta la forma más eficaz y segura de garantizar, con una alta probabilidad, el éxito de las mismas y la consecución de sus objetivos. La ventilación mecánica no invasiva (VMNI), por su parte, es una técnica compleja que requiere conocimientos exhaustivos sobre fisiopatología y manejo de ventiladores, y precisa de una formación larga y costosa, así como de una constante actualización. Continuamente aparecen nuevas técnicas, modos ventilatorios, dispositivos que combinan varios modos, etc. El conocimiento de todos y cada uno de estos avances es lo que va a facilitar que se pueda atender de forma correcta a los pacientes. Así pues, partiendo de esta base, las unidades específicas, manejadas por personal con los conocimientos suficientes y necesarios para obtener la calidad deseable, no solo son muy recomendables, sino probablemente sean cada vez más necesarias, y se tiende a que todos los centros posean unidades de este tipo. Dada la amplia utilización en la actualidad de las terapias domiciliarias respiratorias y debido al gran número de pacientes subsidiarios de las mismas, es necesario considerar que todos los centros deben ser capaces de facilitar esta atención y que, en todos ellos, deberían existir personas concretas, altamente cualificadas, que sean responsables de la ventilación y de la formación de todo el personal relacionado con el manejo de los pacientes, dependiendo de la capacidad de cada centro. Quizás no todos los hospitales están en disposición de tener una UCRI (Unidad de Cuidados Respiratorios Inter- medios) por cuestiones organizativas o económicas, aunque la tendencia, en este sentido, debería ser cada vez mayor. Pese a ello en todos debe existir la posibilidad de realizar un manejo de la ventilación de alta calidad y a cargo de personas con formación especializada. “La VMNI es una técnica compleja que requiere conocimientos exhaustivos sobre fisiopatología y sobre manejo de ventiladores” Los profesionales que intervienen en el manejo de los pacientes dependientes son un conjunto de personas con formación en materias diferentes, cuyos conocimientos deben aunarse para el adecuado tratamiento de un tipo de enfermo que requiere una atención minuciosa y personalizada. La existencia de guías que reúnan criterios de actuación que nos ayuden a detectar problemas y a resolverlos, que recojan criterios de derivación y que escalonen las actuaciones a realizar, nos puede facilitar el trabajo y ayudar a conseguir una atención igualitaria, independientemente del tipo de centro hospitalario. Por supuesto, hay que tener en cuenta que la realización de estas guías debe hacerse siguiendo siempre criterios muy estrictos, con estudios que avalen, en la medida de lo posible, cada una de las actuaciones a realizar, con la mayor evidencia científica posible, y por personal con alta experiencia en la materia. Deben estar al alcance de todos los que intervienen en el proceso asistencial, sin olvidar que cada caso es diferente, que cada paciente es único y que, aunque nos guiemos por unos pasos bien estructurados, el sentido común y la individualización siempre deberían estar presentes en nuestras actuaciones. 17 Eusebi Chiner Vives Servicio de Neumología. Unidad Multidisciplinar del Sueño. Hospital Universitario San Juan (Alicante) Secretario General de la SEPAR “El objetivo principal de la TRD es mejorar la calidad y esperanza de vida del paciente” L os tratamientos domiciliarios se han convertido en materia común, ya que todos los especialistas en salud desean para sus pacientes el mejor cuidado y procuran ofrecer una extensa gama de servicios entre los que se encuentra incluida la atención domiciliaria. Esta opción consiste, básicamente, en trasladar tanto la tecnología como los servicios profesionales del centro hospitalario al hogar del paciente. Los servicios domiciliarios se encuentran, cada vez más, entre las prestaciones profesionales más solicitadas en el mundo. Se predice un marcado incremento en la demanda de estos servicios teniendo en cuenta la transición demográfica y los cambios epidemiológicos debidos a un progresivo envejecimiento de la población y a una mayor carga de patologías crónicas y/o generadoras de discapacidad, situación que va a originar implicaciones financieras para los sistemas de salud y una gran variedad de ámbitos para el cuidado de los enfermos (residencias, centros de enfermos crónicos, domicilio). Sin embargo, en España existen marcadas diferencias entre comunidades autónomas en cuanto al tipo de prestaciones, disparidad en las tecnologías, tipo de financiación y poca participación del profesional. Por esto, es esencial diseñar Planes de Salud que puedan hacerse extensivos a la totalidad de los ciudadanos, obviando las diferencias geográficas. En este sentido, deben contemplarse de forma global los planes o estrategias nacionales, como las relacionadas con la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), que entran de lleno en el terreno de las terapias domiciliarias. Igualmente sería necesario el establecimiento de un Plan Nacional de SAHS (síndrome de apnea-hipopnea del sueño), uno de cuyos pilares fundamentales sería la terapia respiratoria domiciliaria (TRD) y su estructuración en los distintos escalones de abordaje de diagnóstico y tratamiento. El enfoque y la difusión ha de venir forzosamente de la mano de las sociedades científicas autonómicas y nacionales de los especialistas implicados, trabajando conjuntamente con las autoridades sanitarias y las empresas proveedoras de servicios, que deberán ser 19 Eusebi Chiner Vives capaces de transmitir y concienciar a la opinión pública sobre la importancia de estas TRD. Sin embargo, existe el problema de la preparación que el paciente y la sociedad tienen respecto a estas terapias y, en este sentido, tanto la misma sociedad como el propio paciente no están bien informados de esta realidad. Con frecuencia se desconocen los costes sanitarios de las prestaciones y el paciente no es corres- “La atención domiciliaria integral de las TRD con un programa de atención bajo un modelo multidisciplinario constituye el futuro de estos tratamientos” ponsable en el buen uso de las terapias. Aunque esto no puede ser generalizable de forma absoluta, puesto que es verdad que hay un sector de la población, generalmente aquellos pacientes que cursan con una mayor gravedad de su enfermedad, en el que el nivel de responsabilidad es mayor debido a la implicación del paciente y de sus cuidadores. Existe una corresponsabilidad dependiente del personal sanitario, de los médicos, de las enfermeras y del personal auxiliar necesaria para conseguir mejorar el cumplimiento y para dar a conocer las limitaciones de la terapia cuando esta no se cumple o se lleva a cabo de forma insuficiente. La atención domiciliaria integral de las TRD con un programa de atención bajo un modelo multidisciplinario constituye el futuro de estos tratamientos. Este programa debería estar adaptado a poblaciones con perfiles sociodemográficos diferentes, con servicios humanizados, con una evaluación del coste-efectividad y con objetivos comunes y específicos, personalizados, donde estén incluidos los derechos y deberes de los usuarios, con una ejecución común de los distintos equipos. Pero, además, los componentes de estos equipos debieran participar en la gestión de la atención, analizando costes, procesos, recursos humanos, y evaluando tanto las actividades de cada proceso y los resultados 20 intermedios como el impacto del programa en el nivel de salud de los pacientes y los familiares, además de los resultados finales de calidad de la atención. Las nuevas propuestas se fundamentan en programas domiciliarios “a la carta”, dada la complejidad y los recursos necesarios de ciertos pacientes, sin olvidar el cumplimiento y el control de calidad del tratamiento aplicado. En los últimos años el avance en la tecnología ha dado lugar al desarrollo de programas domiciliarios que avalan la utilidad de los mismos y a otros en vías de desarrollo, como la telemedicina, que no solo incluiría el tratamiento de estos pacientes, sino un control y un seguimiento eficaces. Este tipo de actuaciones podrían mejorar las carencias de formación de los profesionales y de los pacientes y aportarían luz sobre aspectos científicos, técnicos, psicosociales y de gestión. A pesar de su eficacia, los programas domiciliarios han presentado varias carencias y adolecen de defectos metodológicos, falta de estudios controlados y aleatorizados, la inclusión de pacientes muy heterogéneos, poco seleccionados, con falta de objetivos concretos que alcanzar, lo que hace difícil cuantificar los resultados. Dichos estudios presentan debilidades, como la falta de un claro trabajo en equipo, una información insuficiente sobre las necesidades reales, escasa capacitación del personal, incertidumbre sobre la sostenibilidad de los programas y su financiación, la generación de componentes éticos y legales y la consideración de que los servicios domiciliarios son de menor calidad que los hospitalarios. Es necesario un órgano que unifique conocimiento e investigación y que establezca los procedimientos seguros y eficaces en todos “Las Unidades de Ventilación serían necesarias en todos los servicios hospitalarios, ya que es imposible desplazar a todos los pacientes sistemáticamente a otras unidades de referencia” Eusebi Chiner Vives los centros asistenciales, y las unidades especializadas en ventilación solventarían esta necesidad. El tratamiento del SAHS solo se lleva a cabo tras el diagnóstico. En este sentido, se afirma que cerca del 80% de los pacientes están por diagnosticar y, Estas unidades de ventilación serían necesarias en todos los servicios hospitalarios, ya que es imposible desplazar a todos los pacientes sistemáticamente a otras unidades de referencia. Sin embargo, es necesario estratificar las unidades de ventilación por niveles de complejidad. En este sentido, los pacientes neuromusculares deberían estar centralizados en unidades que contaran con la capacidad de recursos humanos y tecnológicos para poder atender a esta población. No es comparable una esclerosis lateral amiotrófica con una traqueostomía realizada que una cifoscoliosis tratada con un sistema de doble presión. En el primer caso, el grado de complejidad es muy elevado, ya que se incluyen los cuidados de la traqueostomía, el control de las secreciones, la movilidad, los cuidadores, los sistemas de alarma y la disponibilidad de recursos humanos para atender a estos pacientes en situaciones de urgencia. Por ello, no consideramos factible que se atienda todo tipo de pacientes en todos los centros asistenciales. La actual estricta demarcación sanitaria, que impide el desplazamiento y la libre elección de especialista de unas áreas a otras, está ocasionando grandes problemas en las unidades que están siguiendo a ciertos pacientes desde hace muchos años y sobre todo es negativa para los propios pacientes, que ven frustradas sus expectativas de ser valorados por los especialistas mejor formados y con mayor experiencia en la materia. “El tratamiento del SAHS solo se lleva a cabo tras el diagnóstico. Cerca del 80% de los pacientes están por diagnosticar y queda mucho por hacer” Por otra parte, también sería necesario realizar una labor de síntesis para aunar todos los conocimientos actualizados en Guías de Actuación que incluya las indicaciones sobre el inicio del VNMI, indicaciones de sets de ventilación eficientes y útiles, mapeos actualizados de gérmenes, protocolos de anticipación a reinfecciones e ingresos, abordaje psicosocial y multidisciplinar y un largo etcétera. No se entiende la atención a estos pacientes sin esta filosofía y sin estos criterios objetivos. aunque en los últimos años se ha avanzado mucho, queda mucho por hacer, manteniéndose en cualquier caso claras diferencias geográficas, como han mostrado distintos estudios, en torno a la prevalencia de los tratamientos. En las áreas sanitarias con mayor experiencia se aprecia que el SAHS grave no es frecuente, ya que una gran mayoría de esta población ya está tratada puesto que existe un importante índice de sospecha que se produce en Atención Primaria y mediante otros especialistas implicados, como ORL, neurólogos y pediatras. Por ello la prevalencia actual de tratamientos con presión positiva continua en la vía aérea (CPAP) en nuestro departamento es de 1.333/100.000 (año 2011), lo que significa que, para una prevalencia de SAHS de 3%, estamos tratando al 45% de los pacientes afectos de SAHS. En la actualidad se reciben pacientes más complejos: más jóvenes, más delgados, paucisintomáticos, y algunos que no quisieron recibir tratamiento en su momento y que ahora están sintomáticos o que han tenido un problema cardiovascular, etc. Sin embargo, existen cifras muy dispares en España en cuanto a prevalencias. Podemos asegurar, por ello, que aunque se ha hecho un esfuerzo importante, aún no se trata precozmente la apnea de sueño. Por otra parte, deben estandarizarse mejor los niveles de gravedad para clarificar aquellos pacientes que deben recibir el tratamiento, tanto por la gravedad de los eventos respiratorios como 21 Eusebi Chiner Vives por las complicaciones cardiovasculares o metabólicas. Respecto a la medición del riesgo de los pacientes, actualmente se siguen los criterios de la SEPAR, publicados en 2011, de forma que todos los pacientes con un IAH superior a 30 deberían ser tratados con CPAP. No obstante, los pacientes con IAH entre 5 y 30, leves y moderados, se tratan en función de los síntomas y/o de la comorbilidad. Precisamente en ciertas poblaciones, como las más jóvenes, es más difícil la valoración de síntomas, como la somnolencia, en los términos como se lleva a cabo habitualmente en la práctica clínica, basados sobre todo en métodos subjetivos, como las escalas de somnolencia. Por otra parte, aunque el cumplimiento es mayor en los pacientes más graves, esto no siempre es así, por lo que es necesario definir mejor los pacientes que deben ser tratados con CPAP y aquellos a los que hay que ofrecer otras alternativas. En el caso del SAHS, una unidad de adaptación funcional y operativa se entiende como 22 una parte más de la estructura de la Unidad del Sueño cuyo eje central es el hospital, pero que se sostiene sobre varios pilares. Uno de ellos es el centro de especialidades, donde los propios neumólogos solicitan pruebas diagnósticas estratificadas según la probabilidad inicial de padecer un SAHS. El otro pilar son los centros de Atención Primaria, responsables de remitir los pacientes, para lo cual hay que educar y mejorar su índice de sospecha. El tercer pilar son estas unidades de adaptación funcional, donde los pacientes son remitidos para proceder a su adaptación al tratamiento con CPAP, resolver problemas e incluso pasar consulta de Enfermería, donde se establecen protocolos de actuación y remisión al especialista ante problemas o falta de cumplimiento. El cuarto pilar son las empresas suministradoras, que trabajan en íntimo contacto con las estructuras anteriores, suministrando la tecnología necesaria y el personal humano que atiende a los pacientes en su domicilio. Estas empresas podrían dotar de recursos humanos a estas unidades funcionales integradas. José Ramón Díaz Gómez Unidad del Sueño. Servicio de Neumología Hospital General de Castellón “El SAHS tiene un componente de fenotipo concreto de la morfología de la vía aérea” E l Consenso Nacional sobre el Síndrome de Apnea-Hipopnea del Sueño (SAHS) del Grupo Español del Sueño (GES) define el SAHS como un cuadro de somnolencia diurna excesiva, no explicada por otras causas y asociada con episodios repetidos de obstrucción al flujo aéreo con más de cinco eventos por hora de sueño. La prevalencia del SAHS, así definida, afecta a un 4-6% de los hombres y un 2-4% de las mujeres. Sin embargo, la presencia de apneas obstructivas durante el sueño (AOS), con o sin somnolencia, se detectan en un 16-24% de la población adulta. En España se ha calculado que son entre 1.200.000 a 2.150.000 las personas afectadas de SAHS relevante y susceptibles de tratamiento. Esta afección no distingue entre clases sociales y presenta un componente familiar; si bien, no existe un gen determinado, sí existe un componente de fenotipo característico de la morfología de la vía aérea. Como consecuencias de esta afección aparece somnolencia diurna (SD). Efectivamente, con los episodios de AOS, aparece fragmentación del sueño con microdespertares, oscilaciones del flujo simpático y un característico patrón respiratorio de desoxigenación-reeoxigenación. La fragmentación del sueño juega un papel principal en la SD referida por muchos pacientes. La hipoxia intermitente asociada a las AOS también contribuye a la hipersomnia diurna, induciendo además, en modelos animales, daño neuronal a nivel del hipocampo, lo que contribuye simultáneamente a problemas de aprendizaje y somnolencia residual pese a un tratamiento efectivo en algunos pacientes con SAHS. La SD, por otra parte, es responsable de una pérdida de calidad de vida general y de una menor alerta diurna que contribuye a un mayor riesgo de accidentes de tráfico. Recientemente el grupo español del sueño ha subrayado la relación solo parcial entre la densidad de las apneas o la gravedad de la hipoxemia nocturna con la SD y se concluyó que estos factores no son los principales determinantes de la hipersomnia diurna en todos los pacientes con SAHS. 23 José Ramón Díaz Gómez Los episodios repetitivos de apneas nocturnas exponen al sistema cardiovascular a ciclos de hipoxia, presión intratorácica negativa excesiva y microdespertares. Estos fenómenos inducen “Los episodios repetitivos de apneas nocturnas exponen al sistema cardiovascular a ciclos de hipoxia, presión intratorácica negativa excesiva y microdespertares” depresión de la contractilidad miocardica, activación del sistema nervioso somático, aumento de la presión arterial sistémica y pulmonar, fenómenos de taquicardia-bradicardia y estrés oxidativo. Estos mecanismos intermediarios desarrollan un estado de inflamación sistémica anormal, disfunción endotelial vascular y ateroesclerosis acelerada. Estudios epidemiológicos demuestran una independiente y significativa asociación entre las AOS y la hipertensión, la enfermedad coronaria, las arritmias, la insuficiencia cardiaca y los accidentes cerobrovasculares. En ensayos aleatorizados, el tratamiento del SAHS con presión positiva continua en la vía aérea (CPAP) reduce la tensión arterial, atenúa los signos de arteroesclerosis y mejora la función cardiaca especialmente en los pacientes con insuficiencia cardiaca asociada. El grupo de GES conduce desde 1992 un estudio de cohorte observacional que demostró por primera vez que padecer SAHS de grado grave (índice de apnea-hipopnea-IAH->30) se asocia a un riesgo 2,7 veces mayor de mortalidad cardiovascular y que el tratamiento con CPAP reduce este exceso de riesgo “Menos del 50% de pacientes con SAHS de grado moderadograve refiere SD. Algunos estudios epidemiológicos han demostrado relación entre la SD referida por el paciente y las enfermedades cardiovasculares” 24 Se sabe que menos del 50% de pacientes con SAHS de grado moderado-grave (IAH<15) refiere SD. Algunos estudios epidemiológicos han demostrado relación entre la SD referida por el paciente y las enfermedades cardiovasculares. En el Cardiovascular Health Study, la SD se asoció de forma independiente con la aparición de infarto de miocardio, insuficiencia cardiaca, morbilidad cardiovascular general y mortalidad cardiovascular. En el National Health and Nutrition Survey, las “siestas frecuentes” se asociaron de forma independiente con un mayor riesgo de accidente cerebrovascular agudo. En un estudio prospectivo de 157 adultos sanos, la SD evaluada por la prueba de somnolencia de Epworth (EES) indicó que un valor de EES mayor de diez se asociaba a una mayor probabilidad de desarrollar hipertensión arterial. La revisión de los ensayos aleatorizados, realizados con CPAP, revelan que los niveles de tensión arterial en los pacientes con SAHS se reducen menos, como efecto de la CPAP, si estos pacientes presentan un nivel SD leve (en general menor de diez). Todos estos hallazgos indican que la SD actúa en paralelo y de forma independiente sobre la morbilidad cardiovascular de los pacientes con SAHS, que posiblemente existe un fenotipo de pacientes con especial riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y que la SD es un marcador de eficacia tras el tratamiento con CPAP. Se trata, por tanto, de un problema de salud pública de gran importancia que se comporta de forma paralela al incremento de la prevalecía de obesidad observado en las últimas décadas en el mundo occidental. Se debería incluir el SAHS en todo programa de salud de prevención de la patología metabólica y cardiovascular, al igual que se han incluido las preguntas sobre somnolencia en la encuesta del reconocimiento médico para el permiso de conducir. Existe un conocimiento general de esta patología por parte de la sociedad y de las personas, pero no un reconocimiento personal de pa- José Ramón Díaz Gómez decer la enfermedad, y por ello, para fomentar la adherencia al tratamiento, es necesario dedicar un tiempo a su explicación y sus consecuencias, siendo fundamental la consulta de Enfermería. Las recomendaciones internacionales difieren sobre el tipo de tratamiento para pacientes con SAHS. Específicamente, el GES recomienda tratar con CPAP a los pacientes con SAHS con “un elevado número de apneas (IAH >30) que presentan somnolencia en situaciones de actividad”. Para el resto de los pacientes se plantea un manejo individualizado en gran medida basado en el juicio del médico. La falta de relación entre el índice de apneahipopnea (IAH) y el grado de SD, junto a la ausencia de una propuesta clara de tratamiento en los pacientes con SAHS, determinan la necesidad de disponer por parte del médico de instrumentos para tomar decisiones clínicas ajustadas a la evidencia científica. Se planteó, en su día, la hipótesis de que un sistema multidimensional, que gradué y evalué los componentes fisiológicos (densidad de apneashipopneas), clínicos (somnolencia diurna) y sistémicos (presencia de enfermedad cardiovascular), puede predecir mejor los resultados de salud que una simple medición del IAH. Las variables seleccionadas lo fueron porque predicen, de forma independiente, importantes resultados de salud, son fácilmente mensurables y pueden cambiar en el tiempo con o sin tratamiento. El SAHS es una enfermedad fascinante que puede dificultar seriamente la vida de la perso- “Varios estudios han demostrado que los costes del cuidado de la salud se encuentran aumentados entre un 50-100% en los pacientes que se diagnostican de SAHS en los años siguientes al diagnóstico en relación con la población general” na, afectar a la familia e influir en la relación con los amigos y los compañeros de trabajo, pero existe un tratamiento que permite, casi instantáneamente, recuperar el sueño normal y, lo que es más importante, mantener una vigilia normal. Desde el punto de vista médico no hay duda de que esta enfermedad merece la pena diagnosticarla y tratarla. El problema radica en la necesidad de intentar justificarlo en términos económicos, ya que, de lo contrario, el gestor económico puede decidir que la enfermedad, respetable en términos médicos, no merece la consideración en términos económicos. ¿Son realmente escasos los recursos? Parece cierto que el SAHS aumenta el consumo de recursos de salud durante la fase silente de la enfermedad, cuando el SAHS existe pero no ha sido diagnosticado (fase preclínica de la enfermedad). Varios estudios han demostrado que los costes del cuidado de la salud se encuentran aumentados entre un 50-100% en los pacientes que se diagnostican de SAHS en los años siguientes al diagnóstico en relación a la población general. Esto ocurre no solo en los adultos, sino también en los niños y en las personas ancianas de ambos sexos. Este aumento de costes ha sido analizado en algunos estudios y se puede atribuir a las enfermedades cardiovasculares y a las enfermedades metabólicas en los adultos, mientras que, en los niños, el exceso de costes se debe principalmente a problemas de nariz, garganta y oídos, así como a problemas de tipo respiratorio. Una vez el SAHS ha sido diagnosticado, se puede proponer un tratamiento. La aplicación de un tratamiento efectivo da como resultado una significativa reducción de los costes de salud en los meses y años sucesivos, reducción que estrecha la diferencia entre los costes de estos pacientes (que empiezan a disminuir) y los de la población general, que continua aumentando con el tiempo (aunque con menor tasa). El tratamiento no suprime completamente la diferencia, pero la atenúa aproximadamente a la mitad, lo que es cierto a todas las edades. 25 José Ramón Díaz Gómez El hecho de que los costes de salud disminuyan con el tratamiento no significa necesariamente que el tratamiento tenga coste-eficacia; representa el cociente entre los costes de una intervención médica y el subsiguiente resultado. Los costes se miden en términos monetarios. Los resultados son medidos en términos de mejoría de la salud. ¿Quién mide la mejoría? ¿En qué unidades se expresa? ¿Cómo homogeneizar los conceptos de salud para comparar la mejoría con los diferentes tratamientos o en las diferentes enfermedades? El uso del concepto coste-eficacia permite comparar la cantidad de salud, que uno compra, con una cantidad de dinero dada. Los resultados son generalmente medidos en años de calidad de vida (QALY). Resulta un procedimiento sencillo combinar los dos resultados más importantes de los programas de salud en una sola medida; la calidad de vida (mejora en el estado de salud como percibida por el paciente debida a la intervención médica) y la cantidad de vida (la duración de la mejoría). La ventaja de este concepto es que permite comparar los QALY comprados por euro, en las diferentes enfermedades o en una enfermedad dada, por los diferentes tratamientos. Esto puede ayudar a la decisión de asignar recursos de una manera más eficiente, empleando el dinero en salud cuando la ganancia en QALY sea máxima. También se podría decidir el cese del gasto en una intervención sustituyéndola por otra diferente, que costara menos (y el resultado fuera el mismo) en QALY, o cuyo coste fuera el mismo pero el QALY fuera mayor. El tratamiento del SAHS ha sido valorado dentro de este marco. Un reciente estudio valora el coste-eficacia del tratamiento del SAHS con presión continua en la vía aérea (CPAP). El autor incluye los costes médicos (diagnóstico y tratamiento de la enfermedad), el efecto preventivo del tratamiento sobre los accidentes cardiovasculares, cerebrovasculares y los 26 costes por accidentes de tráfico. Ellos calculan que el tratamiento del SAHS muestra coste-eficacia si el tratamiento dura, al menos, dos años. El coste-eficacia mejorará después ya que, mientras que el coste va a seguir siendo estable (no precisa diagnóstico y la máquina de CPAP ya se ha comprado), el beneficio va a aumentar año tras año. Considerando el coste, en que se habría incurrido si no se hubiera comenzado el tratamiento, por ejemplo el derivado de un infarto de miocardio, el autor calcula que el tratamiento del SAHS no solo tiene coste-eficacia, sino que incluso supone un coste-ahorro después de 13 años de tratamiento. Esto significa que, si el tratamiento dura 13 años, el coste de salud generado por el paciente será menor que el coste del tratamiento de su SAHS durante aquellos años. En Canadá, Ayas et at. realizon un análisis coste-eficacia comparando al CPAP con la alternativa de “no hacer nada” en los pacientes con SAHS de grado moderado a grave. En este estudio el autor tiene en cuenta el cumplimiento de la CPAP: se asume una tasa de cumplimiento del 70%. En España MAR compara el tratamiento con CPAP con la alternativa de “no hacer nada” y concluye que la CPAP muestra coste-eficacia. Como conclusión se debe indicar que el SAHS representa un serio hándicap en el disfrute de la vida de los pacientes, por lo que es una seria carga económica ellos, para sus empresas, y para los seguros y sistema de salud. Además, representa un gran peligro para la seguridad de los conductores, de los pasajeros y de otros usuarios. Existen muy pocos ejemplos de una enfermedad que cueste tanto y que el tratamiento pueda ahorrar no solo en salud, sino también en vidas y en dinero. El diagnóstico precoz y el tratamiento de los pacientes con SAHS no debería ser una carga para el sistema de salud, sino que más bien podría constituir un ahorro significativo de los costes. Amparo Escribano Montaner Unidad de Neumología Infantil y Fibrosis Quística Hospital Clínico Universitario (Valencia) “Los neumólogos, pediatras y médicos de AP deberían conocer bien las TRD” L as terapias respiratorias domiciliarias deberían ser conocidas no sólo por los neumólogos (de adultos y niños), sino también por los pediatras de los centros de salud y los médicos de Atención Primaria que, aunque habitualmente no son prescriptores directos de las mismas, sí manejan y controlan a los pacientes que reciben este tipo de atención y deben, por tanto, conocer sus características y manejo. Esto redundaría en un mejor coste/eficacia y una atención más completa y coordinada del paciente. Por otra parte, el grado de información de la sociedad, en general, y del propio paciente, en particular, sobre estas terapias es muy variable y depende de los profesionales que controlan a estos enfermos e, incluso, del tipo de enfermedad de que se trate, ya que no todas cuentan con el mismo nivel de apoyo y difusión. Los niños con patología respiratoria crónica, generalmente, van a ser atendidos en unidades específicas donde este tipo de información es común y donde el paciente es informado y, junto con los padres o familiares, participa en el autocontrol de su enfermedad. De cualquier modo, las campañas de concienciación, los cursillos informativos, los programas donde se explica y difunda la información concreta sobre determinadas enfermedades y su forma de control son básicas y necesarias para que, independientemente de lo que se haga en cada unidad asistencial, se cuente con el apoyo de sociedades científicas y de la propia administración sanitaria en este objetivo común de lograr implicar al paciente en su propio cuidado. El cumplimiento terapéutico es uno de los asuntos pendientes en la apnea del sueño. La apnea del sueño infantil tiene unas características especiales que la distinguen, en un alto porcentaje de “Desde el punto de vista pediátrico debería existir en cada hospital una unidad asistencial especializada en ventilación domiciliaria para atender a los niños que la precisan” 27 Amparo Escribano Montaner casos, de la del adulto. En el caso de los niños, la mayoría de las veces, la implicación del otorrinolaringólogo es básica para su detección y resolución. Actualmente, la colaboración entre ambos especialistas es habitual, por lo que no suelen producirse sobrediagnósticos ni problemas de retrasos en el diagnóstico. Desde el punto de vista pediátrico debería existir en cada hospital una unidad asistencial especializada en ventilación domiciliaria para atender a los niños que la precisan. La cantidad de problemas que conlleva su manejo serían mucho menores y se evitarían complicaciones e ingresos innecesarios que incrementan el coste sanitario y social. 28 Sobre todo en la atención a los niños con patología respiratoria crónica, es necesario aunar un correcto y actualizado conocimiento de las Guías de Actuación en VNMI por parte del equipo sanitario que atiende al paciente (especialistas pediátricos y enfermería), con una completa cobertura avalada para prescribir el inicio del VNMI. También son necesarios equipos de ventilación eficientes, adaptados a las condiciones y/o características propias de cada edad; informes epidemiológicos cadenciales sobre los patógenos predominantes y las resistencias de la comunidad; mapeos actualizados de gérmenes, con protocolos de control y anticipación a las infecciones, reinfecciones e ingresos; y siempre con un abordaje psicosocial y multidisciplinar. Luis Hernández Blasco Unidad Respiratoria de Trastornos del Sueño Servicio de Neumología Hospital General Universitario (Alicante) “El envejecimiento de la población supone una mayor utilización de las TRD” D ada la elevada prevalencia de las principales enfermedades respiratorias, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o el síndrome de apnea-hipopnea del sueño (SAHS), existen en España en la actualidad más de medio millón de pacientes en tratamiento con terapias respiratorias domiciliarias (TRD) (con tasas de crecimiento interanuales cercanas al 10%). Oxigenoterapia crónica a domicilio (OCD). Ventilación mecánica a domicilio. Aerosolterapia. No obstante, estas técnicas están en constante actualización en las diferentes comunidades autónomas, como ocurrió en 2008 con la incorporación del sistema mecánico de eliminación de secreciones bronquiales a domicilio. El envejecimiento de la población, con el aumento de las enfermedades crónicas respiratorias, va suponer una mayor utilización de este tipo de terapias. Según la Orden Ministerial de 3 de marzo de 2009 para la regulación de las TRD en el Sistema Nacional de Salud, se indica que el procedimiento para proporcionar estas prestaciones, así como su adecuado control y seguimiento por los pacientes, será establecido por las Administraciones Sanitarias de cada comunidad autónoma. Las principales TRD son: Tratamiento ventilatorio del SAHS a domicilio (CPAP/BiPAP). La prescripción del servicio de TRD deben realizarla médicos especialistas cualificados, preferentemente en unidades especializadas, de acuerdo con los protocolos que se establezcan al efecto. El seguimiento médico de los pacientes lo realizan los especialistas prescriptores aunque, según la elevada prevalencia de este tipo de terapias, se tenderá a que el seguimiento de los pacientes estables se realice en Atención Primaria. La prestación del servicio de TRD se realiza a través de empresas proveedoras de servicios que se encargan de llevar a cabo la tramitación de la prescripción, de suministrar el equipo y de todo el material necesario para 29 Luis Hernández Blasco su uso, de informar al paciente sobre las características y cuidados que precisa, de controlar el cumplimiento y de proceder al recambio del material. Cerca del 95% de los tratamientos asociados a TRD están financiadas por el Sistema Nacional de Salud (SNS) mediante concurso público. Las principales modalidades de TRD por número de tratamientos (y sus principales indicaciones) son la presión positiva continua en la vía aérea (CPAP) (para el SAHS) con un 68% y la oxigenoterapia con un 29% (para la EPOC). El coste estimado anual para el SNS en el 2009 de estas TRD fue de unos 380 millones de euros, alrededor del 0,5% del presupuesto sanitario. La gravedad del cuadro de SAHS se define, entre otros parámetros, por el índice de apnea-hipopnea (IAH). Estudios epidemiológicos llevados a cabo en España y en otros muchos países mues- “La Unidad de Sueño se define como una entidad, habitualmente interdisciplinaria, formada por personal especializado y equipos médicos cuyo objetivo es el diagnóstico y el tratamiento de los trastornos del sueño, así como su seguimiento y control” tran que entre el 9 y el 25% de los adultos de edad media presentan un IAH mayor de cinco, y que entre un 5 y un 8% de la población general mayor de 40 años cumple los criterios de SAHS grave. Por desgracia, a pesar de un progresivo incremento del número de pruebas de sueño y de pacientes en tratamiento con CPAP, se estima que únicamente están tratados entre el 20 y el 25% de los pacientes afectados por SAHS grave. Existen numerosos riesgos posibles relacionados con la ausencia de tratamiento del SAHS. Se ha demostrado, en investigaciones clínicas, que existe una conexión entre el SAHS y enfer- 30 medades crónicas como la hipertensión arterial, las arritmias (como la fibrilación auricular), las enfermedades cardiacas (como la insuficiencia cardiaca o el infarto de miocardio), los accidentes cerebrovasculares, la obesidad, la diabetes de tipo II, así como con los accidentes laborales y con los de vehículos motorizados, en relación con la hipersomnolencia diurna. El tratamiento del SAHS puede limitar el riesgo de presentar estas afecciones que ponen en riesgo a la persona y puede mejorar la calidad de vida. Por otra parte, existen numerosos estudios que muestran que la administración de CPAP es el tratamiento más eficaz y coste-efectivo (nivel de evidencia A para el SAHS). Un estudio reciente mostró que el análisis coste-utilidad del tratamiento de un paciente con SAHS mediante CPAP durante un año supone un ahorro medio de 777 euros, mejorando la calidad de vida del paciente en 0,46 QALY (número de años que, con una determinada calidad de vida, se prevé que va a vivir un paciente. Su cuantificación se realiza calculando el nº total de años de vida que se ganan gracias a la administración de un tratamiento y ponderando cada uno de esos años con la puntuación asignada a la calidad de vida que se tiene en ellos, desde cero que indica la muerte, hasta uno que indica el mejor estado de salud posible). Incluso estudios recientes han demostrado que no diagnosticar y tratar a los pacientes con SAHS supone un consumo de recursos 2-3 veces mayor que el de la población general. Las indicaciones de la SEPAR respecto al tratamiento del SAHS con CPAP son bastante restrictivas, ya que se establecieron como criterios terapéuticos un IAH igual o mayor a 30 y la existencia de síntomas relevantes, enfermedades cardiovasculares o cerebrovasculares graves y/o insuficiencia respiratoria, que engloban a los pacientes con SAHS grave. A la luz de los datos que hoy se conocen fehacientemente sobre las consecuencias potenciales del SAHS, estas indicaciones deberían ampliarse a los pacientes con SAHS menos grave, habitualmente tratados con medidas higiénicodietéticas u otros tratamientos (cirugía, prótesis de avance mandibular…). Luis Hernández Blasco No es operativo tener que explicar el tratamiento con CPAP a cada paciente. Experiencias realizadas en varias unidades de sueño en España demuestran que la creación de escuelas de CPAP, además de ser bien aceptada por los pacientes, resulta ser una medida coste-efectiva. Se trataría de formalizar un acuerdo entre la Unidad de Sueño prescriptora y la empresa adjudicataria de CPAP, de forma que se facilite un periodo para su utilización de uno o dos días por semana (en función del número de prescripciones), para que se cite al paciente y a su pareja formando grupos de no más de 8-10 personas para que el personal de Enfermería les explique en qué consiste la CPAP y cómo funciona. Este sistema es coste-efectivo a todos los niveles: a) para la empresa suministradora de CPAP supone ver a más pacientes en menos tiempo al citarlos agrupados; y b) para la consulta de la Unidad del Sueño, ya que se puede restringir la consulta médica del primer año solo para los pacientes que realmente lo necesiten. Está demostrado que la mayoría de los pacientes, una vez instaurado el tratamiento con CPAP, están satisfechos, tienen buena evolución y muestran un cumplimiento aceptable. El grupo de trabajo de sueño de la SEPAR ha realizado múltiples trabajos multicéntricos sobre la SAHS, que se han publicado en las principales revistas internacionales, demostrando la buena relación coste-efectividad del diagnóstico de la SAHS mediante poligrafía respiratoria, y se sigue trabajando en esta línea para abarcar la decisión terapéutica. La ventilación mecánica domiciliaria (VMD) con presión positiva se inició en 1957 y, a partir de entonces, pasó a formar parte habitual del tratamiento de pacientes que, en situación estable, presentan insuficiencia respiratoria crónica (IRC), fundamentalmente por enfermedades neuromusculares y de la caja torácica. En España la EPOC hipercápnica y el síndrome de hipoventilación-obesidad son las principales indicaciones de la VMD en la actualidad (más del 60% del total de tratamientos). La ventilación “La ventilación mecánica no invasiva hace referencia al recurso de proporcionar un soporte ventilatorio a través de la vía aérea superior del paciente con una mascarilla u otra interfase” mecánica no invasiva (VMNI) hace referencia al recurso de proporcionar un soporte ventilatorio a través de la vía aérea superior del paciente con una mascarilla u otra interfase. Esta técnica se distingue de otras que acceden a la vía aérea a través de un tubo traqueal, una mascarilla laríngea o una traqueotomía, por lo que estas últimas se consideran como técnicas de ventilación invasivas. A partir de 1981, coincidiendo con la descripción por parte de Sullivan del acceso nasal para la aplicación de la presión positiva en los pacientes con SAHS y el desarrollo tecnológico de las mascarillas, se generalizó el uso de la VMNI. Habitualmente, la VMD es un modo de ventilación de tipo no invasor, pero ocasionalmente puede llevarse a cabo a través de una cánula de traqueotomía. Se considera que un paciente es dependiente de la VM si requiere su uso más de 12 horas al día. Actualmente constituye una modalidad terapéutica establecida y consolidada en el tratamiento de la IRC de diversas etiologías. La IRC secundaria a enfermedad neuromuscular y a enfermedad restrictiva de la caja torácica son indicaciones clásicas y no discutidas de ventilación mecánica a largo plazo, ya que ha demostrado mejorar la calidad de vida, aumentar la supervivencia, mejorar el intercambio de gases y conseguir una mayor calidad de sueño en los pacientes con IRC en numerosas publicaciones de series amplias de casos, sin resultados contradictorios (grado de evidencia A). Un estudio reciente ha analizado el resultado del tratamiento de la EPOC hipercápnica mediante VMD, concluyendo que dicho tratamiento supondría un ahorro medio de 25.535 euros anuales por paciente, debido a la reducción del número de hospitalizaciones (incluyendo las estancias 31 Luis Hernández Blasco en las UCI). Un análisis similar para el SHO estima el ahorro medio en 2.194 euros anuales. Para finalizar, es necesario recalcar la importancia de la adherencia de los pacientes a las TRD. Aquellas intervenciones dirigidas a mejorarla conseguirán que la inversión en gasto sanitario sea más eficaz. Así, el periodo clave 32 para conseguir una buena adherencia a la CPAP son los seis primeros meses, en especial el primer mes de tratamiento. También debemos dirigir nuestros esfuerzos a mejorar el conocimiento de la población general en lo referente a la relevancia de las enfermedades respiratorias y la efectividad de su tratamiento. Pilar de Lucas Ramos Presidenta Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) “Las TRD son la única alternativa para el tratamiento de la insuficiencia respiratoria crónica” C omo ocurre con tantos problemas relacionados con la cronicidad de las terapias respiratorias domiciliarias, a veces se destacan más los aspectos negativos que los positivos. Se asume que son tratamientos incomodos para el enfermo, que pueden interferir con las actividades de la vida cotidiana y, por tanto, que suponen una limitación a su autonomía. En realidad se trata de todo lo contrario. Las terapias respiratorias domiciliarias son la única alternativa para el tratamiento de la insuficiencia respiratoria crónica y su elevada eficacia mejoran tanto la esperanza como la calidad de vida de los pacientes, permitiéndoles recuperar su vida social y familiar. Además, su uso adecuado también va a disminuir las estancias hospitalarias, lo que les convierte en un tratamiento altamente coste-efectivo. Es esta la visión que ha de ser transmitida a la población y a la administración sanitaria. Pese a que en los últimos años se ha realizado un enorme esfuerzo en el desarrollo de planes de información y educación, este sigue siendo un problema a resolver. En numerosas ocasiones los enfermos no comprenden bien las implicaciones que para su salud tiene la falta de adherencia al tratamiento, tanto por lo que respecta al control de los síntomas como al desarrollo de las complicaciones. Por otra parte, tampoco existe suficiente toma de conciencia sobre lo que representan los costes ligados a este grupo de terapias y, por tanto, la falta de responsabilidad social que supone el incumplimiento o el cumplimiento inadecuado del tratamiento. En España las indicaciones de tratamiento de la apnea del sueño siguen rigurosamente las recomendaciones establecidas por las sociedades científicas y, más concretamente, por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica. Hay que decir que el grupo de sueño de nuestra sociedad revisa periódicamente los criterios de indicación para adecuarlos a la evidencia científica que, día a día, se acumula, debido al alto nivel de investigación centrado en esta enfermedad. Además de las repercusiones clásicas sobre siniestralidad de tráfico, cada día existe una mayor evidencia de que el síndrome de ap- 33 Pilar de Lucas Ramos nea del sueño constituye un factor de riesgo de enfermedad cardiovascular. Es por esto que las indicaciones de tratamiento se están ampliando. Por tanto, lo que sí va a ser necesario es incidir en el control adecuado del tratamiento. De la misma manera, no se debe olvidar nunca la incorporación de medidas dietéticas y de actividad física: reducir la obesidad es una medida que puede hacer descender las indicaciones de tratamiento con presión positiva continua de la vía aérea (CPAP). Por supuesto que las indicaciones de tratamiento se realizan de forma personalizada, teniendo en cuenta síntomas, la presencia de comorbilidad o plurimorbilidad, e incluso la profesión de “El tratamiento se realiza de forma personalizada, teniendo en cuenta síntomas, la presencia de comorbilidad o plurimorbilidad, e incluso la profesión de los enfermos, que puede suponer un mayor riesgo de accidentes laborales” los enfermos, que puede suponer un mayor riesgo de accidentes laborales. Se debería seguir investigando en la búsqueda de segmentos de población, ya que, probablemente, no va a ser lo mismo considerar el tratamiento de una persona de 45 años que el de una de 80, sobre todo por el riesgo a largo plazo que podría implicar no tratar a estos pacientes. Los estudios prospectivos multidisciplinares sobre coste-efectividad de los procesos asistenciales en TRD son, sin duda, viables y, además, muy necesarios. La investigación clínica hoy en día precisa de estudios multicéntricos, multidisciplinarios y avanzaría más si contara con la colaboración de todos los agentes implicados en el tratamiento de los enfermos, ya sean públicos o privados. Las empresas proveedoras de servicios poseen una elevada información relativa al cumplimiento de las terapias y, por este motivo, 34 cabe plantear estudios en los que colaboren médicos prescriptores, enfermeros responsables de la educación del paciente y el personal sanitario de las empresas, lo que reduciría los costes asociados a este tipo de investigación y permitiría una optimización del trabajo necesario para llevarlos a cabo, evitando duplicidades innecesarias. Probablemente no se puede hablar de una unidad modelo que sirva para todos los ámbitos y territorios, y pueda depender de la organización de cada unidad prescriptora y de cada Servicio de Neumología. En esencia, es imprescindible, tras un diagnóstico adecuado, llevar a cabo un proceso de información y educación del enfermo, asegurar la adaptación confortable al tratamiento y establecer los mecanismos de revisión y control del mismo que aseguren una adherencia a largo plazo. Estos mecanismos no han de ser entendidos como medidas de control de cumplimiento, sino como monitorización de problemas y solución de los mismos. No se trata de limitar el acceso al tratamiento, se trata de facilitárselo a todo el que lo precise asegurándose de una utilización correcta del mismo. Cuando se habla de unidades especializadas, hay que tener en cuenta varios factores: prevalencia y complejidad. Hoy en día existen guías y protocolos para la indicación, puesta en “Es necesario conocer las cifras reales de pacientes en ventilación, estudiar la variabilidad territorial de estas cifras y, de acuerdo con esto, establecer las necesidades de unidades de manera que se asegure la efectividad de las mismas” marcha y monitorización de la ventilación que van a permitir reducir la variabilidad asistencial pero, sin embargo, no cabe duda de que disponer de unidades especificas de ventilación, con personal bien adiestrado que permita un Pilar de Lucas Ramos seguimiento estrecho de los enfermos, probablemente mejore los resultados que se obtengan no ya en supervivencia, sino en hospitalizaciones y visitas médicas no programadas, que son algunos de los objetivos que se persiguen. Ahora bien, el número de unidades ha de depender del número de pacientes a atender. Sin duda, una economía de escala permite optimizar costes pero, cuando el número de pacientes justifique la necesidad de unidades específicas en una zona determinada, se debe disponer de la misma. Es necesario conocer las cifras reales de pacientes en ventilación, estudiar la variabilidad territorial de estas cifras y, de acuerdo con esto, establecer las necesidades de unidades de manera que se asegure la efectividad de las mismas. “Lo más importante es desarrollar un programa de cuidados respiratorios que asegure el control de las complicaciones, el mantenimiento de una adaptación adecuada al tratamiento y la detección precoz de las agudizaciones de la enfermedad” El manejo del paciente altamente dependiente debe ser contemplado de forma muy específica en los programas de ventilación; de hecho constituyen una minoría, pero una minoría que precisa muchos cuidados y en los que la existencia de programas de cuidados domiciliarios es especialmente importante. Por supuesto que hay que asegurar la calidad técnica, la eficacia de la ventilación y técnicas asociadas, pero lo más importante es desarrollar un programa de cuidados respiratorios que asegure el control de las complicaciones, el mantenimiento de una adaptación adecuada al tratamiento, la detección precoz de las agudizaciones de la enfermedad y, algo también fundamental, que la terapia suponga una ayuda y un apoyo reales para el cuidador. Estos programas de manejo del paciente en ventilación altamente dependiente han de tener un responsable y deben estar documentalmente recogidos, de manera que se establezcan las tareas a realizar de forma detallada, el cronograma de las mismas y el personal implicado. Una vez más es imprescindible la composición multidisciplinar y la colaboración entre niveles asistenciales. 35 Miguel Ángel Martínez-García Unidad de Trastornos del Sueño Servicio de Neumología Hospital Universitario y Politécnico La Fe (Valencia) “El SAHS es un problema de salud pública de primer orden al igual que el asma, la EPOC, la obesidad o la hipertensión arterial” E ntre los trastornos respiratorios del sueño, el síndrome de apnea-hipopnea (SAHS) es una de las enfermedades de la esfera neumológica que más está creciendo en los últimos años, fundamentalmente por la evidencia creciente de que su presencia, en especial en sus formas graves, sintomáticas o no tratadas, se asocia a un incremento en la morbimortalidad tanto a corto como a largo plazo en forma de un incremento de la accidentabilidad laboral o de tránsito, una disminución de la calidad de vida y la aparición de problemas cardiovasculares. Sin lugar a dudas, el SAHS debe de ser considerado como un problema de salud pública de primer orden, de la misma forma que se considera como tal el asma, la EPOC, la obesidad o la hipertensión arterial, dado que a este mal pronóstico, que presenta, se une una elevada y creciente prevalencia en la población general, la posibilidad de un diagnóstico eficaz y la existencia de un tratamiento, como es la presión positiva continua en la vía aérea (CPAP), que ha demostrado ser enorme- mente coste-eficaz, bien tolerado y con escasos efectos adversos. Esta situación ha provocado un aumento en la concienciación sobre la enfermedad en los profesionales sanitarios que, aunque aún está muy lejos de ser la óptima, ha aumentado de forma considerable en los últimos años, con un crecimiento exponencial en el número de diagnósticos de SAHS, lo cual lógicamente supone también un incremento importante en el gasto sanitario. A esto se le une que las evidencias recientes demuestran que el riesgo para la salud, en términos de un incremento de la morbimortalidad en un SAHS no tratado, no solo se centra en los varones de mediana edad, sino también en las mujeres y en los ancianos, población esta última en la que el SAHS puede alcanzar una prevalencia del 20%. Si además se tiene en cuenta que la población envejece de forma acelerada y que, en pocas décadas, se duplicará el número de individuos mayores de 65 años, es evidente que el 37 Miguel Ángel Martínez-García gasto sanitario ya no solo de la terapia del SAHS, sino del resto de las TRD, se va a incrementar de una forma importante. La situación no es fácil de resolver, al encontrarnos con recursos limitados para hacer frente a una enfermedad de prevalencia creciente, sin embargo, existen algunos conceptos importantes que deben ser clarificados y que deberían conocer los gestores para optimizar el manejo de este proceso. La evidencia científica actual demuestra de forma fehaciente que, en la mayoría de los pacientes, el SAHS se puede diagnosticar y tratar en el domicilio de los mismos, lo cual es evidente que va a abaratar los costes y simplifica el proceso, haciéndolo más cómodo y natural para el paciente. La mayoría de los sistemas simplificados de poligrafía respiratoria y de autoCPAP existentes en el mercado se correlacionan de una forma excelente con la polisomnografía (PSG) convencional, dispositivo que permanece como patrón de oro en el diagnóstico del SAHS y en el ajuste de la presión de CPAP, quedando poco a poco reservada para “El SAHS se puede diagnosticar y tratar en el domicilio, lo cual abarata los costes y simplifica el proceso” un limitado número de pacientes más complejos o con dudas diagnósticas, dada su menor disponibilidad y mayor coste. Sin lugar a dudas, la descentralización del proceso diagnóstico y terapéutico del SAHS desde el centro hospitalario hasta el domicilio del paciente ha ayudado enormemente a la reducción de una lista de espera inadmisible, sin perder con ello eficacia y abaratando costes. Por otro lado, las nuevas tecnologías, como la telemedicina, ayudarán al seguimiento en el domicilio del paciente, en especial de aquellos enfermos con buena evolución o dificultad para desplazarse. En este sentido, actualmente se han puesto en marcha 38 diversos estudios para valorar su coste-efectividad. “Un diagnóstico y un tratamiento precoces en un paciente con SAHS, que precise CPAP, no solo resulta imprescindible desde un punto de vista de su salud, sino también desde un punto de vista económico” La CPAP no es una terapia cara sino todo lo contrario. Este es un tema crucial que los gestores deberían de leer de una forma global sin centrarse en el coste del tratamiento, sino también en el coste que se evita al prescribir el mismo en el paciente que lo precisa. La CPAP es una de las terapias más coste-efectivas existentes en el mercado, dado que los costes que genera son superados con creces por los beneficios potenciales. No tratar a un paciente con SAHS le cuesta a la sanidad pública tres veces más que tratarlo con CPAP como consecuencia del enorme coste que supone la morbilidad relacionada con el exceso de accidentabilidad y con los problemas cardiovasculares que el SAHS no tratado supone. Por lo tanto, un diagnóstico y un tratamiento precoces en un paciente con SAHS, que precise CPAP, no solo resulta imprescindible desde un punto de vista de su salud, sino también desde un punto de vista económico, sobre todo si se piensa que tan solo están diagnosticados y tratados del 15 al 20% de los SAHS graves o sintomáticos que precisarán de un tratamiento con CPAP. De esto se deduce con facilidad que un mayor número y precocidad en los diagnósticos y tratamientos supondría un mayor ahorro para la sanidad pública. Se ha calculado que pasar de un 20 a un 50% de diagnósticos de SAHS grave ahorraría a la sanidad pública más de 80 millones de euros. En este sentido, la terapia con CPAP se muestra más coste-efectiva que muchos de los tratamientos habituales para algunos factores de riesgo cardiovascular o que Miguel Ángel Martínez-García los tratamientos biológicos, siendo uno de los tratamientos más coste-efectivos actualmente (1.033 euros/QALY). Por otro lado, cálculos recientes demuestran que casi del 70% de las más de 500.000 terapias respiratorias domiciliarias (TRD) que existen actualmente, son CPAP para pacientes con SAHS o con síndrome de obesidad-hipoventilación asociado y “La tolerancia a la CPAP, entendida como la utilización de, al menos, cuatro horas por noche, es mayor del 75% y se mantiene de forma estable durante el tiempo” que esto supone, aproximadamente, el 50% del coste total de las TRD, con un crecimiento anual de entre un 10 y un 15%. En resumen, el tratamiento durante cinco años con CPAP supone un ahorro a la sanidad pública de unos 800 euros por paciente. El tema de los no cumplidores de la CPAP es una cuestión utilizada de forma reiterada por la administración. Si bien es cierto que es deseable y necesario el control de aquellos pacientes que no utilizan su dispositivo por diversas razones y deben establecerse sistemas de alarma o identificadores de los pacientes no cumplidores para intentar mejorar la adherencia o retirar el tratamiento si fuera necesario, existe una falsa creencia de que la CPAP es una terapia mal tolerada. Sin embargo, esto no es así. Tanto los datos existentes en la literatura así como en la base de datos de pacientes del Grupo Español de Sueño (GES), que cuenta con miles de individuos identificados, manifiestan que la tolerancia a la CPAP, entendida como la utilización de, al menos, cuatro horas por noche, es mayor del 75% y se mantiene de forma estable durante el tiempo. Estudios recientes del GES observan que, además, esta adherencia es similar tanto en el grupo de hombres como en el grupo de mujeres, y también, al contrario de lo que podría pensarse, en el de los ancianos, descendiendo ligeramente en el grupo de pacientes en los que la CPAP fue prescrita por su riesgo cardiovascular (pacientes habitualmente con escasa somnolencia). Teniendo en cuenta que hay que considerar la CPAP como una terapia crónica, esta cumplimentación está por encima, en cualquier caso, de la conseguida para la mayoría de las terapias crónicas relacionadas, por ejemplo, con el tratamiento antihipertensivo, el hipolipemiante o el de la osteoporosis y, desde luego, mayor que la conseguida con el tratamiento inhalado en los pacientes con asma o con EPOC. Por lo tanto, la mala cumplimentación de la CPAP no puede seguir siendo un argumento válido en la discusión del coste-eficacia de este tratamiento. No todo el manejo del SAHS debe de ser domiciliario. Aunque no existen estudios al respecto, no parece coste-eficaz que el personal de las empresas suministradoras se tenga que desplazar a los domicilios de los pacientes de forma individualizada para realizar las pertinentes revisiones y los cambios de material de los dispositivos, dado que en muchas ocasiones el paciente no se encuentra en su domicilio porque se encuen- “Es fundamental la constitución de centros o puntos de atención de CPAP para que los pacientes puedan acudir a solucionar sus problemas, revisar sus dispositivos o ser remitidos a unidades especializadas si fuera necesario” tra en la etapa laboral de su vida o porque no se permite el paso de personas ajenas a su casa, y por otra parte, el técnico de la empresa no puede transportar todo el abundante material que hoy en día se puede ofrecer a los pacientes que lo precisen. Por eso, es fundamental la constitución de centros o puntos de atención de CPAP. Estos centros, que pueden establecerse en lugares accesibles de la ciudad, en los centros de salud o incluso dentro del centro hospitalario, tendrían horarios flexibles y adaptados a las necesidades de los pacientes para que estos puedan acudir a solucionar sus problemas, a re- 39 Miguel Ángel Martínez-García visar sus dispositivos o ser remitidos a unidades especializadas si fuera necesario. En estos centros las figuras fundamentales deben pertenecer a un personal de Enfermería preparado de forma específica o ser técnicos o similares, y dispondrían en el propio centro de todo el arsenal de dispositivos que se pudieran ofrecer al paciente para una atención óptima del mismo. Por otro lado, se evitarían desplazamientos inútiles y se podría atender en un periodo de tiempo más reducido a una mayor cantidad de pacientes sin perder calidad, aumentando la eficacia del proceso. Esto supondría un control mucho más estrecho y completo del paciente y la identificación más eficaz de aquellos pacientes malos cumplidores o más problemáticos. El SAHS es un problema de salud pública y como tal deben establecerse escalones asistenciales en los que se impliquen tanto todos los estamentos sanitarios como los no sanitarios. Si la Enfermería y el personal técnico tienen un papel crucial, no menos importante debe de ser el del médico de Atención Primaria (MAP). El MAP debe conocer y actuar ante el SAHS y sus factores de riesgo como ya hace con otros problemas de salud pública, como la hipertensión o la diabetes. El control de una CPAP prescrita no tiene por qué recaer indefectiblemente en manos de los especialistas del sueño que deberían manejar tan solo a aquellos pacientes más problemáticos, de la misma forma que ocurre actualmente con las consultas hospitalarias de hipertensión u obesidad. El crecimiento exponencial de los pacientes con SAHS hará que sea imposible manejar el grueso de los pacientes únicamente por especialistas del sueño. Posiblemente los dispositivos supersimplificados de diagnóstico, que hoy en día están en fase de validación, sirvan de herramienta de cribado incluso de diagnóstico para los MAP en algunos pacientes con sospecha de SAHS. Una Unidad de Sueño no solo está integrada por el espacio físico intrahospitalario y el personal que desarrolla su labor dentro del mismo, sino por todo un equipo y localización multidisciplinar, técnicos, 40 la empresa suministradora, el domicilio del paciente, la consulta de Atención Primaria, Enfermería y el centro de CPAP, entre otros, engranados de la forma más protocolizada y optimizada posible. Corren tiempos difíciles, el gasto sanitario es insostenible y parece lógico que la administración trate de llegar a acuerdos favorables al menor coste posible. Sin embargo, como ya ha sido comentado, nunca se puede perder la perspectiva del gasto que supone no tratar frente al gasto que supone el propio tratamiento. Por otro lado, este recorte presupuestario no puede derivarse en un problema de salud pública como es el SAHS, en una disminución en la calidad de los dispositivos o de atención al paciente. En este sentido, debe de asegurarse un mínimo arsenal terapéutico, en este caso diferentes tipos de dispositivos diagnósticos y terapéuticos validados con una calidad mínima aceptable y que cubran las necesidades de la gran mayoría de pacientes y en cuya elección, sin duda, se tenga en cuenta la opinión experta de los profesionales que día a día trabajan con los pacientes. Cubiertas estas necesidades básicas con la mayor calidad posible, hay que ser conscientes de que no pueden ser financiadas todas las opciones disponibles en todos los pacientes con los mejores dispositivos o más caros si existen otros que han demostrado un mejor coste-efectividad. Los pacientes que, consciente de ello, deseen estos dispositivos no financiables, deberían costearse los gastos derivados o, al menos, la diferencia de gasto con respecto a aquel que le hubiera correspondido dentro de los presupuestados. Estos acuerdos económicos con las empresas suministradoras, en cualquiera de sus modalidades, deberían de ser revisables con una mayor periodicidad tanto para la incorporación de las nuevas tecnologías con mayor coste-efectividad, como para adecuar la partida presupuestaria a las necesidades de cada momento. Por último, es necesario destacar que es muy probable que muchos de estos conceptos y opiniones puedan aplicarse a la mayoría de las TRD existentes hoy en día. José Pascual Cortés Servicio de Neumología Hospital La Plana (Castellón) “Los neumólogos y médicos de AP no están concienciados de la necesidad de establecer indicadores de aplicación en las TRD” A pesar de la insistencia y de los estudios realizados en la valoración de la terapias respiratorias domiciliarias (TRD), no existe conciencia por parte de los neumólogos y de los médicos de Atención Primaria de la necesidad de establecer sus indicaciones de aplicación cuando se utilizan en el control de los pacientes que precisan de estas técnicas para el tratamiento de las enfermedades respiratorias. Existe una gran preocupación por el hecho de que hay miles de personas con apnea del sueño a las que no se les ha diagnosticado la enferme- “Es importante incorporar personal de Enfermería debidamente entrenado que colabore en el seguimiento y control de los pacientes con apnea del sueño con VMNI a los que se les ha prescrito TRD” dad a causa de la falta de unidades de estudio. Por eso, algunos estudios han analizado el coste-efectividad de los tratamientos del síndrome de la apnea del sueño y se prevé, dada la prevalencia elevada de este síndrome en nuestra sociedad y debido a una mejora en su atención, un importante crecimiento de la demanda asistencial con las repercusiones que ello conlleva. Del análisis coste-efectividad de estos tratamientos se concluye y considera que estos constituyen una práctica coste-efectiva cuando se comparan con otras terapias ampliamente utilizadas, como el tratamiento de la hipertensión o de la fibrinólisis. Lo que justifica el tratamiento con presión positiva continua en la vía aérea (CPAP) para la mejora de la calidad de vida y la disminución del riesgo cardiovascular y de accidentes de tráfico. En cuanto al cumplimiento terapéutico, sería importante la incorporación de personal de En- 41 José Pascual Cortés fermería debidamente entrenado que colabore en el seguimiento y en el control de los pacientes con apnea del sueño con ventilación no invasiva a los que se les ha prescrito TRD. Esto conlleva que existan unidades especializadas diferenciadas en los hospitales en los que, por sus características (nivel, personal-guardias), puedan gozar de independencia y otras que pueden existir en estrecha colaboración con otras unidades (UCI, urgencias). El pleno funcionamiento de estas unidades en todos los centros hospitalarios llevaría a un cumplimiento discutido, actualizado y riguroso de los criterios de actuación disponibles en las guías actuales. La ventilación mecánica no invasiva (VMNI) ya ha demostrado su utilidad y se debe tener en 42 “La VMNI ya ha demostrado su utilidad y se debe tener en cuenta en los pacientes con diversas formas de fallo respiratorio agudo” cuenta en los pacientes con diversas formas de fallo respiratorio agudo. Las indicaciones de la VMNI y de la TRD ya han sido expuestas claramente, y es necesario dotar a las unidades de personal suficiente para poderlas aplicar. Sería importante aunar criterios con las UCI para una mayor colaboración y la creación de unidades de cuidados intermedios respiratorios en nuestros hospitales, lo que debería ser un objetivo prioritario de nuestra sociedad científica, de gran relevancia para la Neumología de España. José Norberto Sancho Chust Servicio de Neumología Hospital Universitario San Juan (Alicante) “La obesidad y las alteraciones de la caja torácica constituyen un problema de salud pública de primer orden ” E xisten una serie de terapias respiratorias utilizadas en el manejo de varias entidades clínicas que afectan al aparato respiratorio. Entre estas entidades destaca el síndrome de apneas-hipopneas del sueño (SAHS), con una alta prevalencia estimada en alrededor del 4 al 6% de la población adulta. También es muy prevalente la insuficiencia respiratoria crónica, relacionada con entidades tan importantes como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Aunque con menor prevalencia que las anteriores, las enfermedades restrictivas pulmonares también alteran la función del aparato respiratorio. Entre las enfermedades neuromusculares destacan la obesidad, indudablemente una pandemia en el primer mundo, y las alteraciones de la caja torácica, con unas características especiales desde el punto de vista psicosocial tanto para los propios pacientes como para la su entorno más próximo. de salud pública de primer orden en la actualidad y las previsiones no son nada positivas debido al envejecimiento de la sociedad y a la pérdida de hábitos de vida saludable. Por eso, los sistemas sanitarios deben intentar atender estas demandas de una forma sostenible para intentar mitigar los problemas de salud pública que el tratamiento de estas entidades plantean. Si atenemos a aspectos epidemiológicos, estas entidades citadas ya constituyen un problema En lo que incluiríamos dentro del concepto de terapias respiratorias domiciliarias se incluyen En este sentido, las terapias respiratorias se aplicaron inicialmente en un ambiente predominantemente hospitalario. Sin embargo, factores diversos de carácter tecnológico, psicológico, sociales y económicos han motivado que, en los últimos años y de forma progresiva, se hayan comenzado a aplicar en el domicilio del propio paciente, con todas las ventajas que ello conlleva para el paciente, su entorno y el propio sistema sanitario. 43 José Norberto Sancho Chust “Las terapias respiratorias domiciliarias incluyen: oxigenoterapia domiciliaria, aplicación de una presión positiva continua en la vía aérea, ventilación mecánica domiciliaria, dispositivos de tos asistida mecánica y programas de rehabilitación respiratoria“ diversas modalidades. La oxigenoterapia domiciliaria es, quizá, la más antigua de todas las terapias. Está ligada principalmente a la EPOC, ha demostrado una serie de beneficios pronósticos y es coste-efectiva. La aplicación de una presión positiva continua en la vía aérea (CPAP) durante las horas de sueño es el principal tratamiento del SAHS, con mejoría en la calidad de vida de los pacientes, mejor pronóstico y disminución del consumo de recursos sanitarios de los pacientes respecto a su situación antes del inicio de la terapia. La ventilación mecánica domiciliaria (VMD), aplicada de forma invasiva o no invasiva, ayuda a alargar la supervivencia en las enfermedades restrictivas pulmonares. Los dispositivos de tos asistida mecánica existentes en la actualidad han demostrado mejorías en el manejo de las secreciones respiratorias en los pacientes con una tos ineficaz. Por último, los programas de rehabilitación respiratoria en el domicilio han demostrado aportar beneficio a determinados pacientes, además de ser una forma de tratamiento costeefectiva. Así pues, dada la importancia clínica y económica de las terapias respiratorias domiciliarias en estas entidades, deberían realizarse actuaciones encaminadas a su reconocimiento y valoración en los planes de salud. Entre estas actuaciones, destacaría la formación del personal sanitario, tanto en el periodo de aprendizaje inicial (pregrado y posgrado) como en la llamada formación continuada. Se debe formar a los médicos especialistas correspondientes. En este campo, el principal implicado es el especialista en Neumología, que debe tener una 44 serie de conocimientos y habilidades necesarias para liderar el manejo de estas terapias. Otras especialidades implicadas serían la Neurología o la Rehabilitación. Adquiere especial importancia también la formación de otras especialidades médicas más generales, como la Medicina de Familia y la Medicina Interna, ya que suelen tener una gran proximidad con el paciente y su entorno. Además de los médicos, el personal de Enfermería, Fisioterapia y Trabajo Social tienen un papel fundamental en este tipo de pacientes y deben estar familiarizados con estas terapias en los aspectos que sean de su competencia. También es importante la divulgación entre la población general, ya que se debe informar de los principales problemas de salud pública (y los respiratorios lo son). Con esto se debería intentar conseguir una concienciación ciudadana necesaria para destinar los recursos oportunos. La educación sanitaria del paciente y su entorno son fundamentales para el correcto cumplimiento terapéutico, ya que este no se conseguirá sin un profundo conocimiento de su enfermedad y de los beneficios del tratamiento. Además, dado que se trata de terapias que los propios pacientes o sus cuidadores van a aplicar en el domicilio, existe quizá aún más la necesidad de información y educación sanitaria que el personal sanitario tiene la obligación de proporcionar. Las sesiones educacionales, ya sean individuales o grupales, son el pilar fundamental para una correcta instrucción y la adquisición de las habilidades de autocuidado necesarias para seguir las TRD. Aprovechando las nuevas tecnologías, el material multimedia también puede ser un gran apoyo. También se debe recurrir a las asociaciones de pacientes, pues aportan una visión desde una óptica más cercana al paciente. El hecho de compartir experiencias supone una gran ayuda desde el punto de vista emocional y facilita la resolución de problemas. Quizás la existencia de las nuevas redes sociales basadas en internet pueda, también, facilitar este proceso. Vanesa Sevila Bellido Servicio de Neumología Hospital General Universitario (Alicante) “La EPOC es una de las principales causas de mortalidad” L a enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) presenta, en los países desarrollados, una prevalencia elevada y es una de las principales causas de mortalidad. Además, supone un alto gasto sanitario, ya que es la patología responsable del 10 al 12% de las consultas de Atención Primaria, el 35 al 40% de las consultas de atención especializada, y del 7% de los ingresos hospitalarios. Existe un pequeño grupo de pacientes con EPOC, entre un 10 y un 12%, que son los causantes del 60% de las consultas a Urgencias y de los ingresos hospitalarios. Estos pacientes se caracterizan por presentar una enfermedad pulmonar avanzada, una alta comorbilidad, una mala calidad de vida relacionada con la salud y un mal pronóstico. Por esta razón, tanto las guías nacionales como las internacionales de tratamiento de la EPOC recomiendan iniciar un programa de rehabilitación cuando los pacientes se encuentran en un grado moderado de su enfermedad. Recientemente el Plan de Salud en la EPOC de la Comunidad Valenciana (2010-2014) refleja la necesidad de tener acceso a la rehabilitación respiratoria, potenciando el hecho de que los centros sanitarios cuenten con un programa de rehabilitación respiratoria integral. Por lo tanto, la rehabilitación respiratoria ha pasado de ser considerada “un arte o una terapia prescindible”, a ser en la actualidad una parte “La rehabilitación respiratoria ha pasado de ser una terapia prescindible a una parte fundamental e imprescindible del manejo de la EPOC” fundamental e imprescindible del manejo de la EPOC, demostrando, con un alta evidencia científica, que mejora tanto la calidad de vida como la tolerancia al ejercicio en estos pacientes. Sin embargo, no es una terapia que se aplique frecuentemente en la práctica habitual a pesar de tener una gran apoyo por los estudios y guías nacionales e internacionales para el tratamiento de los pacientes con EPOC, y un mínimo porcentaje de los enfermos disponen de programas estructurados de rehabilitación respiratoria en sus hospitales de referencia, ya que la mayoría de los estudios y programas de rehabilitación respiratoria se han desarrollado en el ámbito hospitalario, bien sea para utilizarlas cuando 45 Vanesa Sevila Bellido el paciente está hospitalizado, o bien, para su uso durante las visitas al gimnasio del hospital de manera ambulatoria. Diversos estudios han concluido que, tras un programa de rehabilitación respiratoria hospitalario, se produce una reducción del número de ingresos y de los días que los pacientes permanecen ingresados, incluso cuando la terapia se aplica en hospitales pequeños con programas sencillos. Por otro lado, existen estudios que demuestran la reducción de, además de los ingresos y los días de hospitalización, las visitas a Urgencias por parte de estos pacientes. Teniendo en cuenta que dos terceras partes del gasto que generan está directamente relacionado con las hospitalizaciones y las visitas a Urgencias, podemos esperar un ahorro al disminuir la utilización de estos servicios sanitarios. “El hecho de desplazarse al hospital supone la principal razón que plantean los pacientes para no iniciar o para abandonar el programa de rehabilitación respiratoria” El análisis económico también ha sido valorado por algunos autores, donde se evidencia que el ahorro, tras el programa, compensa el gasto de la instauración de la rehabilitación respiratoria en los pacientes con EPOC. Sin embargo, el traslado al hospital, como mínimo dos veces por semana, supone para el paciente un gran esfuerzo, teniendo en cuenta que la gran mayoría de ellos comienzan el programa en una situación avanzada de su enfermedad, con un gran deterioro muscular y, como consecuencia de ello, en situación de ser dependientes para las actividades de la vida diaria. Para ellos supone un gran trastorno depender de un trasporte (en ocasiones costoso para el paciente y en otras ocasiones costoso para el sistema sanitario) y por otro lado de su 46 familia para acudir a las citas del programa. Actualmente el hecho de desplazarse al hospital supone la principal razón que plantean los pacientes para no iniciar o para abandonar el programa de rehabilitación respiratoria. Además, este factor influye en la adherencia al tratamiento a largo plazo, ya que deben trasladar su ubicación habitual (gimnasio del hospital) a su domicilio al finalizar el programa de visitas. Por eso, si el paciente inicialmente comenzara el programa en su entorno, conseguiría introducir de una manera más natural los ejercicios en su rutina diaria, manteniéndolos en el tiempo y, por tanto, manteniendo su efecto, cuestión esta última de gran importancia para los avances en la rehabilitación respiratoria. Por último, pero no menos importante, teniendo en cuenta los tiempos que corren, según lo expuesto en los estudios realizados en hospitales, se necesita disponer de centros especializados que cuenten con un equipo multidisciplinar, espacio físico y material caro; es decir, hospitales que cuenten con recursos materiales y humanos adecuados de los que no siempre se disponen. Por todo ello, y ya que existen numerosos estudios realizados en el domicilio, los cuales han demostrado que con un nivel de entrenamiento de baja intensidad se consiguen los mismos resultados que con los programas realizados en el hospital, el hecho de realizar los programas de rehabilitación en el domicilio solventaría los problemas anteriormente mencionados. Dentro de los diagnósticos de salud, para intentar objetivar el nivel de salud de una comunidad a través de los problemas y necesidades, y dada la multitud de problemas y la “Un inconveniente importante para la implantación de la terapia domiciliaria es el desconocimiento de los pacientes y la gran mayoría de profesionales de la Atención Primaria y especializada” Vanesa Sevila Bellido limitación de los recursos disponibles, es necesario, a la hora de plantear un Plan de Salud, la ordenación de estas necesidades de salud sobre la base de unos criterios bien definidos y previamente establecidos. Algunos de los criterios que se deben tener en cuenta a la hora de priorizar una intervención sobre otras son las siguientes: Extensión o magnitud del problema (mortalidad y morbilidad). Gravedad (años potenciales de vida perdidos, tasas de incapacidad). Existencia de programas previos. Eficacia de la intervención. Eficiencia de la intervención. Factibilidad. El impacto social y económico del problema en la población. La disponibilidad de los recursos. Por tanto, como exponen los datos citados anteriormente, el problema de salud de la EPOC en la población actual cumple los criterios mencionados, al igual que la intervención destinada para este problema de salud, la rehabilitación respiratoria con programas domiciliarios. Es, en definitiva, una intervención prioritaria para el problema de salud que nos ocupa. Finalmente un inconveniente importante para la implantación de esta terapia es el desconocimiento por parte ya no solo de los pacientes que padecen EPOC, sino también por la gran mayoría de profesionales (neumólogos, médicos de familia, enfermeros, fisioterapeutas) que interactúan con ellos en el manejo de su enfermedad tanto en Atención Primaria como en especializada. Sin este conocimiento, privamos al paciente de un tratamiento tan importante como el farmacológico, este último bien conocido por todos. Por tanto, el paciente debe de saber que él mismo puede influir en la evolución de su enfermedad participando a través de la rehabilitación respiratoria. De esta manera implicaríamos más al paciente en su autocuidado, tan importante dentro de las patologías crónicas. 47 TERAPIA RESPIRATORIA DOMICILIARIA La visión del experto Con la colaboración de IV