2 DOMINGO 22 DE ENERO DEL 2012 Conexión a internet: http://www.elperiodico.com tema del dOMINGO Los derechos de los trabajadores INCERTIDUMBRE sobre la aplicación legal La ley de las empleadas del hogar crea un mar de dudas La normativa que obliga a asegurar a las trabajadoras dispara las consultas FERRAN COSCULLUELA GIRONA L lamadas a los sindicatos y a las asociaciones profesionales, consultas en las gestorías y en las oficinas de la Seguridad Social, preguntas en las empresas de limpieza, búsquedas por internet… La entrada en vigor de la normativa que obliga a asegurar a las empleadas domésticas está generando un mar de dudas entre los empleadores y las propias empleadas. La ley entró en vigor el 1 de enero y concede una moratoria de seis meses para su cumplimiento. A partir de entonces, cualquier persona que requiera los servicios de una empleada del hogar, aunque solo sea una hora a la semana, deberá darla de alta en la Seguridad Social y asumir las mismas responsabilidades que cualquier empresario. Con una diferencia: aquí no hay prevista ninguna deducción para los empleadores en la declaración de la renta. La nueva normativa otorga a estas trabajadoras unos mínimos derechos laborales y sociales que se dan por supuestos en cualquier otra ocupación, pero que hasta ahora se le habían negado a un sector que es uno de los principales nichos de la economía sumergida de España y en el que la precariedad laboral y los abusos están a la orden del día. «La normativa anterior apenas cubría nada de lo que marca el Estatuto de los Trabajadores, a pesar de que fue aprobada en 1985 por un partido que se dice progresista [PSOE]. Eso demuestra la infravaloración y el poco valor social y económico que se da a este trabajo», denuncia Conchi Gómez, de la Asociación de Trabajadoras del Hogar de Vizcaya (ATH-ELE). Jornadas interminables para las empleadas internas en domicilios, con sueldos bajísimos y sin apenas descansos. Trabajadoras discontinuas (que van a varias casas) sin derecho a pensión de jubilación ni a baja por enfermedad. Una situación indigna en un colectivo en el que predominan las mujeres inmigrantes y que ahora pasará a ser una responsabilidad de todos los empleadores, aunque a muchos no les guste. Como a Carles B., a quien se le atragantó la mañana del día que fue a consultar a su asesor los cambios que implicaba la nueva normativa. Carles trabaja como director comercial en una empresa de Barcelona y su esposa regenta un pequeño negocio. Esa es una de las razones por las que necesitan una empleada del hogar que les ayude unas horas en casa. «Está claro que el Gobierno ya no sabe qué hacer para recaudar. Nosotros tenemos a una chica boliviana y estamos muy contentos con ella. Por eso la queremos conservar. Pero si cumplir la ley me va a costar 1.600 euros al año, está claro que voy a tener que renegociar el precio de las horas», comenta. No es un caso aislado y su mal humor, tampoco. Hay muchas personas que opinan lo mismo tras conocer los cambios de la legislación. La asesoría Menfis Grup de Barcelona colgó un cartel en la puerta a principios de año ofreciendo asesoramiento gratuito sobre la nueva legislación y un descuento del 50% en la tramitación de las altas del empleador y de la trabajadora. Cada día entre cuatro o cinco personas entran atraídos por la oferta. «La mayoría salen un poco enfadados tras conocer los cambios. Todos se llevan la nota informativa, pero hasta ahora nadie ha hecho la tramitación. Saben que hay moratoria y se esperan a junio, pero el problema es que puede haber un gran colapso ese mes si todo el mundo hace lo mismo», explica Mercedes Pérez, directora jurídica de la asesoría. Los sindicatos celebran los cambios porque suponen un mínimo reconocimiento y protección de las trabajadoras. Consideran que supone un gran avance, aunque reconoCOLAPSO EN JUNIO / Dorina, rumana de 38 años, friega el suelo de una casa en Figueres. Las empresas de servicio de limpieza prevén aumentar el número de clientes 33 La nueva normativa es un campo abonado para las empresas de limpieza que prestan sus servicios en domicilios particulares. Una consecuencia previsible que no preocupa a los sindicatos, porque si estas empresas tienen más trabajo deberán contratar a más empleadas del sector. Ante los cambios de la nueva ley, que obliga a asumir las mismas obligaciones que un empresario, es posible que algunos particulares prefieran pagar un poco más a una empresa de servicios a cambio de evitarse responsabilidades. Esto se planteó hace un tiempo Cristina Morós. «Antes tenía una chica en casa que también limpiaba en la oficina, pero cuando le hicimos un contrato la cosa em- pezó a funcionar mal. Por eso decidimos prescindir de ella y contratar los servicios de una empresa. De eso hace tres años, y estoy encantada con el cambio», explica. 33 La empresa es Clean & Iron, una red de franquicias con 25 establecimientos en España. Susana Muñoz, responsable de la firma en Barcelona, explica que todas sus empleadas tienen contrato fijo, reciben formación y pasan un proceso de selección. «No enviamos a nadie que no conozcamos bien. Si la persona que asignamos no le gusta al cliente, la cambiamos, y luego siempre enviamos a la misma. Muchas incluso tienen las llaves de la casa», explica. cen que aún queda camino por recorrer, ya que, entre otras cosas, la nueva normativa todavía no concede a las empleadas del hogar el derecho a percibir la prestación por desempleo. Cristina Faciaben, secretaria de Socioeconomía de CCOO, también reconoce que habrá «dificultades» para que los particulares se conviertan en empresarios. Pero no solo son reticentes los empleadores. Algunas trabajadoras son conscientes de que hay mucho paro y piensan que no es buen momento para exigencias. Es el caso de Dorina, una rumana de 38 años que limpia en varias casas de Figueres (Alt Empordà). Tiene dos hijos que viven con su madre en Rumanía y cada mes les envía dinero. Con el resto, paga 200 euros por una habitación en un piso que comparte con otros compatriotas. «No me atrevo a pedir que me den de alta, porque con la crisis si reclamas que te MIEDO AL PARO / Los derechos de los trabajadores DATOS DE LA NUEVA LEY 3 DOMINGO 22 DE ENERO DEL 2012 Entrada en vigor y moratoria Personas a las que afectará Estadística oficial del sector La nueva normativa entró en vigor el pasado 1 de enero, pero se estableció una moratoria de seis meses, hasta el 30 de junio próximo. No hay cifras oficiales, pero UGT calcula que, solo en Catalunya, la normativa afectará a 130.000 trabajadores, en su mayoría inmigrantes. En Catalunya hay 57.484 afiliados al régimen especial de los empleados domésticos. El 91% son mujeres y el 63% de estas son extranjeras. JOAN CASTRO / CLICK ART FOTO LA DISPOSICIÓN LEGAL Deberes y garantías La nueva normativa mejora las condiciones laborales de las empleadas e incrementa las obligaciones de los empleadores 1 Alta en la Seguridad Social y cuotas en función del salario 4 Pagas extras, bajas por enfermedad y despidos Las personas que contraten a una empleada del hogar, aunque solo sea una hora por semana, están obligados a darla de alta en la Seguridad Social y a pagar las cuotas en función del salario que percibe la trabajadora. Para ello se han establecido 15 tramos de base de cotización, que supondrán para los empleadores tener que abonar entre 20 y 160 euros al mes por el trabajador. Los empleadores también tienen que abrir un código de cuenta de cotización y dar un número de cuenta bancaria para pagar las cuotas. El trámite de las dos altas, la del empleado y la del empleador, puede costar entre 250 y 300 euros en una gestoría. aseguren se buscarán a otra persona o te bajarán el sueldo», afirma. Otro de los problemas de la nueva ley es que resulta muy difícil llevar a cabo un control efectivo de su cumplimiento. Entre otras cosas, porque los inspectores de Trabajo no pueden entrar en los domicilios particulares. «Es cierto que los inspecto- res no pueden entrar en las casas, pero pueden llegar hasta el felpudo de la entrada y llamar a la puerta. Según a qué hora lo hagan, quien les abrirá la puerta será una empleada del hogar», dice Conchi Gómez. «Es una cuestión de voluntad y de que las empleadas domésticas también se conciencien », insiste. H El salario anual incluye dos pagas extraordinarias, que deberán abonarse en metálico en proporción a la jornada realizada. Las empleadas que trabajan por horas no podrán recibir una remuneración inferior a 5,02 euros por hora (en el año 2012). Las trabajadoras tienen derecho a percibir la baja por enfermedad y en este caso los empleadores se harán cargo del pago de cinco días (del cuarto al octavo, ambos incluidos). Las empleadas tienen derecho a percibir una indemnizacion de 20 días por año trabajado en caso de despido improcedente y de 12 días por año trabajado en el caso de desistimiento. 2 Empleadas por horas, cuidadores de ancianos y canguros 5 Bajas laborales causadas por accidente de trabajo La normativa afecta a todos los trabajadores mayores de 16 años que se dediquen a servicios domésticos, aunque sea por horas. Están incluidos los trabajos de guardería, jardinería, conducción de vehículos y otros análogos en los supuestos en que se desarrollen formando parte del conjunto de tareas domésticas. En el caso de los cuidadores de ancianos, están excluidos los cuidadores contratados mediante la prestación de la ley de dependencia. En el caso de los canguros, están excluidos aquellos cuidadores que atienden a los niños fuera de casa --que los recogen en el colegio y los llevan a sus domicilios-- si no prestan el servicio en el interior del hogar. Al igual que la baja por enfermedad, el empleador deberá hacerse cargo del pago de cinco días de la baja por accidente de trabajo hasta el próximo 30 de junio, cuando se hará efectiva la integración del régimen especial de los empleados de hogar en el réegimen general de la Seguridad Social. A partir de esa fecha, la Seguridad Social asumirá todo el coste de la baja. Pero los asesores laborales advierten de que entonces, si una empleada sufre un accidente laboral sin estar dada de alta y queda incapacitada permanentemente para seguir trabajando, el empleador podría tener que asumir el pago de una pensión vitalicia. 3 Contrato de trabajo escrito y recibo de nómina 6 Jubilación y prestación por desempleo Además del alta en la Seguridad Social y la apertura del código de cuenta de cotización, el empleador esta obligado a entregar una copia del contrato de trabajo en el que consten las condiciones laborales. Los empleadores también deben entregar a las empleadas del hogar un recibo de nómina cada mes. Para facilitar las cosas, el Ministerio de Trabajo ha colgado en su web un modelo de contrato y un modelo de nómina (www.mtin.es/es/ portada/serviciohogar/modelos/ index.htm). En esa misma página se pueden hallar los modelos de los impresos para altas y bajas de cotización y para las liquidaciones y los finiquitos. Las empleadas del hogar tendrán derecho a percibir una pensión por jubilación (de hecho, este es uno de los motivos por los que se les da de alta en la Seguridad Social), pero por el momento no podrán percibir la prestación por desempleo. El motivo es que el porcentaje de cotización solo es del 22% (18,30% para el empleador y 3,7% a cargo del trabajador). Es posible que esta carencia se solucione en los próximos años, ya que, desde el 2013 hasta el 2018, el tipo de cotización se aumentará anualmente en 0,9 puntos. Una comisión se encargará de evaluar si el cobro del subsidio de paro es entonces posible. DOMINGO 22 DE ENERO DEL 2012 4 Los derechos de los trabajadores 3 Historia de una reivindicación Páginas 2 a 4 LLL Un largo camino Las empleadas domésticas llevaban 15 años batallando para lograr que el Gobierno cambiara una normativa discriminatoria que las situaba por debajo del resto de trabajadores JOAN CORTADELLAS FERRAN COSCULLUELA GIRONA La principal relación entre los abogados laboralistas y las trabajadoras del hogar es que en la gran mayoría de los casos son ellos los que las contratan a ellas y no a la inversa. «El régimen especial vigente hasta ahora apenas les daba derechos y, por lo tanto, no tenían nada que reclamar. El empleador podía despedirlas sin dar explicaciones con una indemnización de siete días por año trabajado. Una mujer con una antigüedad de 10 años que trabajara cuatro horas a la semana en una casa con un salario de 160 euros al mes solo tenía derecho a 560 euros de indemnización ¿Alguien cree que iba a contratar a un abogado para reclamar ese importe?». Este ejemplo, del letrado gerundense Francesc Ullastre, pone el dedo en la llaga en una de las carencias del anterior sistema. Pero la lista es más extensa. Las empleadas del hogar discontinuas, las que trabajan en varias viviendas, no podían cotizar si no trabajaban un mínimo de 18 horas a la semana y, en ese caso, el pago corría de su cuenta. El resultado es que la mayoría de ellas no estaban dadas de alta, no tenían derecho a una pensión de jubilación ni a la baja laboral y, como seguirá ocurriendo en la actualidad, tampoco podían percibir el subsidio de paro. La nueva normativa mejora las condiciones y las aproxima a las del resto de trabajadores, pero la crisis y la precariedad endémica del sector hacen difícil que se lleve a la práctica su cumplimiento. En el caso de las inmigrantes E l colectivo de trabajadoras del servicio doméstico –integrado en su inmensa mayoría por mujeres– ha sido objeto históricamente de una grave e injustificable situación de discriminación laboral. Su antigua adscripción al llamado régimen especial de la Seguridad Social ha supuesto para este grupo la imposibilidad de acceder a derechos tan comunes para el resto de trabajadores como, por ejemplo, la prestación de desempleo en caso de pérdida del trabajo. El anuncio de la creación de un nuevo régimen de la Seguridad Social para el servicio doméstico justificaba la esperanza de que la nueva regulación contribuyera a equiparar las condiciones de trabajo y cobertura social de las trabajadoras del hogar con la del resto de trabajadores y trabajadoras. Desgraciadamente, la esperanza ha vuelto a convertirse en frustración después de comprobar que el nuevo régimen general es- ras en el futuro a través de un convenio colectivo», afirma Graciela Gallego, una pedagoga colombiana afincada en Madrid que preside la asociación Servicio Doméstico Activo (Sedoac) y que denuncia que los mayores abusos e irregularidades se dan en el sector de las trabajadoras domésticas residentes a tiempo completo. Los sindicatos mayoritarios consideran que la nueva normativa en un paso adelante. Como recuerda Raquel Gil, secretaria de Igualdad y Políticas Sociales de UGT, «es el resultado de la lucha que se emprendió en 1997 para acabar con una normativa arcaica y discriminatoria, que colocaba a los trabajadores de este sector en un nivel inferior al resto de la población trabajadora». Tres lustros de movilizaciones y esfuerzos que tomaron un nuevo impulso a partir del 2007 en la mesa de diálogo social, en la EL CONTRASTE Más de 700.000 familias declaran que tienen una empleada, pero menos de 300.000 están declaradas 33 Limpiando los cristales 8 Una empleada de hogar en la casa donde trabaja, esta semana. LA DESPROTECCIÓN La regulación vigente hasta el 1 de enero apenas les concedía derechos; por tanto, nada podían reclamar sin papeles, la cuestión ni se plantea porque, desde el punto de vista laboral, el colectivo sigue siendo invisible. Por eso no es de extrañar ciertas paradojas estadísticas. La más llamativa es que, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), más de 700.000 familias declaran que emplean a una trabajadora del hogar, mientras que el número de personas afiliadas al régimen especial del sector a finales del 2011 solo Análisis Ernest García graduado social del col·lectiu ronda Una forma de perpetuar la discriminación laboral Las empleadas del hogar continúan sin ver reconocido el derecho a percibir prestación por desempleo pecial del servicio doméstico no solo no satisface las lógicas reivindicaciones del colectivo, sino que, al contrario, incluso agrava en algunos aspectos su discriminación. Fijémonos, en primer lugar, en cuestiones absolutamente básicas: despido y desempleo. Se mantiene la figura del desistimiento o, lo que es lo mismo, el empleador no debe justificar la decisión de despedir. Llegado el caso, la indemnización correspon- era de 296.000. El sindicato UGT calcula que la reforma afectará a unas 130.000 personas en Catalunya, en su mayoría mujeres inmigrantes. Asociarse para mejorar «Las empleadas del hogar tienen que sindicarse y asociarse para luchar por sus derechos. Es la única manera de que la normativa se cumpla y de que puedan introducirse mejo- diente será de 12 días por año trabajado hasta un límite de seis mensualidades (¿quien hablaba de indemnizaciones altas en España?). En cuanto al paro, las empleadas del hogar continúan sin ver reconocido el derecho a percibir prestación por desempleo en caso de perder el trabajo. En este caso, la nueva regulación del sector abre la puerta a que esto cambie en un futuro más o menos cercano. La situación tampoco ha experimentado grandes mejoras a la hora de acceder a las pensiones. Hasta ahora, cada día trabajado se contabilizaba como un día de cotización a jornada completa, aunque solo se trabajara algunas horas. Una práctica que se justificaba en el hecho de que las trabajadoras domésticas tenían limitado (y con la nueva regulación aún lo tienen) su tope de cotización al salario mínimo, fuera cual fuera su remuneración. La nueva regulación ha alterado sustancialmente este orden de cosas. El hecho de que ahora sea que participan el Gobierno, la patronal y los sindicatos. La aprobación de la normativa estuvo precedida del espaldarazo de la Organización Internacional de Trabajo (OIT). En su reunión de junio, aprobó un convenio con este artículo: «Todo Estado miembro, teniendo en cuenta las características específicas del trabajo doméstico y actuando en conformidad con la legislación nacional, deberá adoptar medidas apropiadas a fin de asegurar que los trabajadores domésticos disfruten de condiciones no menos favorables que las condiciones aplicables a los trabajadores en general con respecto a la protección de la Seguridad Social». H el empleador quien se haga cargo de abonar las cotizaciones ha llegado acompañado de la posibilidad de cotizar en función de la jornada real de la trabajadora, con lo cual muchas de estas jornadas que hasta ahora eran completas quedarán reducidas a jornadas parciales e impulsarán a la baja el futuro cálculo de unas pensiones que ya antes eran bastante escasas. Estos y muchos otros aspectos de la nueva normativa ponen de manifiesto que las trabajadoras del servicio doméstico han visto traicionadas una vez más sus comprensibles esperanzas de ver definitivamente dignificadas sus condiciones de trabajo. Hay que hablar, pues, de muchas sombras y pocas luces en una modificación legislativa que constituía una gran oportunidad de hacer justicia con un numeroso contingente de personas apartado arbitrariamente de algunos rasgos esenciales de la normativa laboral. H