MANUAL DE ESTILO Los manuales de estilo son el resultado de la importancia que ha adquirido la prensa informativa en nuestra sociedad y la necesidad de disponer de unos textos de consulta con las instrucciones precisas que hagan posible una utilización correcta del lenguaje. ¿Qué se entiende por manual de estilo? Al conjunto de normas lingüísticas y de estilo que una publicación periódica establece (también las agencias informativas, las emisoras de radio y las cadenas de televisión, etc.) para que sus mensajes o textos periodísticos sean más coherentes, más eficaces y más correctos. Es decir, unas normas para que los redactores de, por ejemplo, un diario no tengan problemas a la hora de escribir sus textos y estos tengan una línea homogénea tanto en la presentación formal como en la ortografía de palabras no reguladas por la norma común de la Lengua Española, como por ejemplo las procedentes de otros idiomas. Los manuales de estilo más prestigiosos son los de las agencias AP y EFE y los de los diarios el País, la Vanguardia y el ABC. Los libros de estilo dan prestigio y otorgan un sello de calidad a los medios que los poseen. Si te planteas crear un periódico nuevo, o si deseas analizar uno que ya existe, en ambos procesos tienes que tener en cuenta dos elementos claves: el manual de estilo y la maqueta. En el caso del análisis, el libro de estilo te ayudará, principalmente, a diferenciar los contenidos. Los manuales de estilo plantean a los periodistas: Unas normas lingüísticas, sobre cuestiones fonéticas, gramaticales y de léxico. Unas normas estilísticas, o normas particulares y propias del trabajo periodístico, referidas al comportamiento de los periodistas, cuya labor es la de cumplir con una función social entre los acontecimientos y los lectores. En este apartado se acentúan cuestiones jurídicas relacionadas con la información; deontológicas, como el secreto de las fuentes, la cláusula de conciencia, etc.; éticas, en las que se observa el respeto por la verdad o en las que se tiene claro la diferencia entre una opinión y un hecho, etc. En estos momentos, cualquier periodista que se incorpore a una redacción será obsequiado con un libro de estilo y, además, con un manual de edición, necesario por la actividad laboral desde que se han informatizado las redacciones de los periódicos. Los manuales de estilo de los medios de comunicación, como el "Manual de Español Urgente" de la Agencia EFE, tienen una serie de objetivos y funciones: Permiten fijar la identidad de la publicación periódica. Elimina las dudas en la aplicación del lenguaje. Unifica el idioma. Ayuda en la defensa del idioma. También es conveniente que sepas que en los libros de estilo se encuentran las normas que configuran la ideología de las empresas, pues mediante estos principios crean la identidad del medio y consolidan sus principios fundamentales. Literatura y periodismo ¿Te has planteado qué relación existe entre el periodismo y la literatura? Puede que seas de los que piensas que son mundos y estilos totalmente diferentes, pero a lo mejor consideras que uno es consecuencia del otro ¿Crees que, aunque son mundos diferentes, tienen puntos en común? Es muy complicado llegar a una conclusión definitiva y, como ejemplo, si buscas un sinónimo de literatura verás cómo aparece el término periodismo. Mas, vamos por partes. El periodismo tiene que contar y explicar los hechos que suceden en la realidad. La literatura suele explicar hechos de ficción. Pero tienes razón si piensas que hay textos periodísticos basados en técnicas literarias y novelas que se construyen sobre hechos reales. De nuevo puedes apreciar lo difícil que resulta diferenciar el lenguaje periodístico del literario. Incluso, muchos escritores participan con sus opiniones y estilos en las publicaciones periódicas de información, como hicieron en los orígenes Mariano José de Larra y José Ortega y Gassett o, en la actualidad, Fernando Lázaro Carreter, Antonio Gala y Francisco Umbral. Existen ciertos rasgos del lenguaje periodístico que ya conoces: concisión, claridad y rapidez son imprescindibles para que se cumpla la función informativa. Periodismo y literatura son dos formas de comunicar que presentan unas diferencias importantes: 1. Mientras que el literato puede dedicar todo el tiempo que necesite (un mes, un año, dos años) para escribir una novela, el periodista tiene que realizar su trabajo en un plazo breve y definitivo. 2. El escritor se dirige a un público universal, pero el periodista escribe para el lector de un periódico, que suele estar definido y además suele ser muy fiel. 3. El mensaje literario no tiene límites de espacio y tiempo. El texto que elabora el periodista está sometido por la actualidad espacio-temporal. 4. Generalmente, literatura e información satisfacen necesidades distintas: el lector de prensa lee para recibir información sobre acontecimientos cotidianos que pueden afectarle inmediatamente, mientras que el lector de literatura puede buscar un satisfacción lúdica o una expansión más especializada de su conocimiento. 5. El escritor literario puede experimentar libremente con el lenguaje, puede dar prioridad a la forma sobre la función. El periodista debe ceñirse y dar prioridad a la función en el uso del lenguaje. 6. El autor de una obra literaria puede sentir la presión de la editorial que le ha encargado el trabajo, pero suele realizar su trabajo sin reglas laborales. El periodista se debe, por lo general, a un trabajo de producción diario que le impone la empresa editora del periódico, lo que significa formar parte de una estructura organizativa y la realización de la actividad en un lugar de trabajo concreto, aunque esto último va admitiendo modelos alternativos en virtud del desarrollo de las nuevas tecnologías. El lenguaje periodístico, al contrario que la literatura, es un lenguaje mixto que incorpora comunicación verbal y comunicación visual. El periodista puede ofrecer el texto informativo apoyado con recursos tipográficos, fotográficos e infográficos (dibujos, diagramas, esquemas, planos de localización, etc), lo que confiere a éste una mayor complejidad en la compaginación o maquetación de los contenidos. Todos los componentes tienen un significado que se debe desentrañar contemplándolos como un todo.