Apartado 06

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6. Alimentación
6.1. Características de la alimentación de personas
con diabetes mellitus tipo 1
Es importante que la alimentación más adecuada para las personas con DM1 sea equilibrada, variada y responda a las necesidades calóricas, y tenga en cuenta las variaciones
glucémicas con las ingestas y la relación con el tratamiento insulínico. Los jóvenes y
niños con DM1 deben adquirir hábitos alimenticios saludables para optimizar su control
metabólico. Los alimentos que ingieran deben proporcionarles suficiente energía y nutrientes para garantizar un adecuado desarrollo. De cara a un mejor control metabólico
y a la prevención de complicaciones, es muy importante que las personas con esta enfermedad conozcan y comprendan la estrecha relación existente entre alimentación y
complicaciones.
La evidencia sobre alimentación en la DM1 incluida en esta GPC procede principalmente de una RS de alta calidad publicada en el año 201064, actualizada mediante estudios
publicados con posterioridad o con estudios no incluidos en la misma.
6.1.1. Hidratos de Carbono
Los niveles de glucosa posprandial dependen principalmente de la ingesta de hidratos de
carbono (HC) y de la insulina disponible. La adecuada ingesta de HC es, por tanto, una
estrategia fundamental para lograr un buen control glucémico.
Tres estudios65; 66; 67 demostraron que la distribución uniforme y regular E. observacionales
de la ingesta de hidratos de carbono a lo largo del día mejora el control me2+
tabólico.
En cuanto a la estrategia de ajustar la dosis de insulina en función de
la ingesta planificada de hidratos de carbono, 3 estudios con pacientes con
DM148; 68; 69 observaron mejoras significativas tanto en el control glucémico
(p<0,0001), en la calidad de vida (p<0,01), en la aparición de hipoglucemias
severas, en el perfil lipídico, así como en la estabilidad en el peso.
ECA
1+
El estudio observacional prospectivo de Lowe et al.69, encontró beneficios E. cohortes
2+
entre el ajuste de la dosis de insulina y la ingesta planificada de hidratos de
carbono durante el seguimiento de un año: disminución de HbA1c de 8,7% a
8,1% (p=0,0002), mejora de la calidad de vida (p<0,05) y en las habilidades
para solucionar problemas (p<0,00001).
GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA SOBRE DIABETES MELLITUS TIPO 1
97
Cinco ensayos que analizaron dietas con diferentes porcentajes de hidratos de carbono no han obtenido resultados concluyentes. En 2 de estos
estudios, se sustituyeron las grasas monoinsaturadas por hidratos de carbono
obteniendo resultados heterogéneos en cuanto a glucemia y a lípidos70; 71.
Otros 2 estudios66; 71 encontraron beneficios mediante dietas con bajo porcentaje de hidratos de carbono vs. dietas con alto porcentaje de hidratos de
carbono, mientras que otro estudio72, por el contrario, mostró beneficios de
una dieta con alto porcentaje de hidratos de carbono (80%) vs. una dieta
estándar.
ECA
1+
El estudio Strong Health Study73 investigó la asociación entre los niveles E. cohortes
2+
de HbA1c y la ingesta de macronutrientes. El estudio incluyó 1.284 indios
americanos con DM. En este estudio se observó que una dieta con menor
ingesta de hidratos de carbono, junto con mayor consumo de grasa total, ácidos grasos saturados y monoinsaturados, se asociaba con un peor control
metabólico.
En pacientes con DM1 que recibieron un tratamiento intensivo en el
Diabetes Control and Complication Trial 74, una dieta pobre en hidratos de
carbono y rica en grasa total y ácidos grasos saturados se asoció con un peor
control metabólico, independientemente del nivel de ejercicio y del Índice de
masa corporal.
ECA
1+
6.1.2. Sacarosa (azúcar de mesa)
Quince estudios analizaron el efecto de la ingesta de sacarosa sobre el control
glucémico. Once de ellos tuvieron una duración de entre 2 días y 4 meses y
emplearon dosis de sacarosa en la dieta de entre 19 y 42 g/día. No hubo diferencia en el control metabólico con la ingesta de hidratos de carbono en forma
de sacarosa o en forma de almidón75; 76; 77; 78; 79; 80; 81; 82; 83; 84; 85.
ECA
1+
Además, 3 estudios analizaron el efecto de la ingesta de sacarosa sobre
los niveles de lípidos plasmáticos. Estos estudios no encontraron ninguna
consecuencia significativa75; 76; 84.
ECA
1+
Sin embargo, un estudio de 15 días de duración que comparó 2 dietas que
contenían 16% y 1% de sacarosa, respectivamente, concluyó que la adición
de sacarosa en la dieta aumenta la glucemia y los niveles lipídicos86.
ECA
1+
Un estudio prospectivo con 19 jóvenes con DM187 halló que, tras 4 meses E. observacional
de seguimiento, los niveles de HbA1c descendieron (p=0,027) y los niveles
2+
de colesterol y triglicéridos se mantuvieron dentro de los rangos normales,
por lo que concluyó que el consumo de sacarosa usando la técnica de recuento de hidratos de carbono no afecta al control metabólico en jóvenes
con DM1.
98
GUÍAS DE PRÁCTICA CLÍNICA EN EL SNS
6.1.3. Edulcorantes
Existen dos tipos de sustancias que pueden endulzar los alimentos, según su capacidad para
incrementar o no la glucemia de las personas que lo toman (Anexo 2):
• Edulcorantes acalóricos (no aportan calorías): sacarina, aspartamo, ciclamato, acesulfame k, sucralosa, etc.
• Edulcorantes calóricos (aportan calorías, elevando la glucemia de forma más o menos
brusca): glucosa, sacarosa (azúcar de mesa), fructosa y los polialcoholes, como sorbitol, maltitol, xilitol, manitol, etc.
Ocho estudios analizaron el efecto de los edulcorantes artificiales (EA)
en personas con DM1.
Tres estudios79; 88; 89 demostraron que la ingesta de edulcorantes artificiales no produce efecto sobre la glucemia y sobre el nivel de lípidos.
ECA
1+
Un único estudio90 encontró una disminución significativa de la glucemia E. observacionales
con el uso de sucralosa.
2+
Un estudio descriptivo transversal americano91 halló que en adultos y E. descriptivo
3
niños con DM que consumían una o más bebidas light o dietéticas cada día
presentaban mayores niveles de HbA1c que aquellos que no consumían ninguna.
Dos estudios analizaron el efecto de los edulcorantes esteviósido y rebaudiósido A92; 93. Ninguno de ellos halló efecto significativo sobre la glucemia,
HbA1c ni tensión arterial, en personas con DM1.
ECA
1+
RS de
Con respecto al papel de la fructosa como edulcorante, una RS95 halló
estudios
que ésta produce un aumento menor de la glucosa plasmática posprandial
que otros hidratos de carbono y, por lo tanto, podría ser un edulcorante útil experimentales y obseren la dieta para personas con diabetes. Sin embargo, dietas con porcentajes
vacionales
de fructosa de entre 15% y 20% pueden elevar a corto plazo los niveles de
1++ 2++
Low Density Lipoprotein (LDL) y de triglicéridos en hombres con y sin diabetes96; 97. También se ha considerado que la fructosa de la dieta puede promover el aumento de peso y la obesidad, pero no existe evidencia concluyente al respecto.
En el contexto sanitario español, el Ministerio de Sanidad y Consumo y Consenso de
la Fundación para la Diabetes publicaron un documento de consenso sobre expertos
4
los edulcorantes y su efecto sobre la glucemia, dirigido a niños con DM1. Esta
información está disponible en la siguiente dirección web: http://issuu.com/
fundaciondiabetes/docs/alimentacion_ninos_diabetes0894.
GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA SOBRE DIABETES MELLITUS TIPO 1
99
6.1.4. Índice glucémico
En 1981, Jenkins et al. definieron el concepto de índice glucémico (IG) para ordenar los
alimentos que contienen hidratos de carbono según su capacidad para elevar los niveles de
glucosa en sangre, comparados con una alimento de referencia o alimento patrón, habitualmente azúcar o pan blanco.
Existe también el concepto de carga glucémica (CG), que se calcula multiplicando el
índice glucémico de un alimento por la cantidad de hidratos de carbono que contiene, expresada en gramos, y dividiendo el total obtenido entre 100. La carga glucémica sirve para
describir de forma simultánea tanto la calidad (IG) como la cantidad de hidratos de carbono de un alimento concreto o de una planificación dietética diaria.
Aunque el balance entre la ingesta de hidratos de carbono y la insulina disponible es
el principal determinante de la glucemia posprandial, se ha demostrado que hay otros factores que influyen en la respuesta glucémica a la ingesta, como son el contenido y tipo de
fibra del alimento, el contenido de grasa, el tipo de almidón y las condiciones físicas del
alimento determinado por el tipo de procesado o cocinado, temperatura, etc.
Se han encontrado 12 estudios que analizaron la relación entre el índice
glucémico de los alimentos y el control metabólico en pacientes con DM167; 98;
99; 100; 101; 102; 103; 104; 105; 106; 107; 108
.
ECA
1+
De estos 12 estudios, una RS con metaanálisis104, una RS98, y 4 estudios RS de E.
de cohorte67; 100; 103; 105 mostraron un efecto beneficioso de una dieta con alimen- experimentales
tos de bajo índice glucémico para la HbA1c.
1++
E. cohortes
2+
Dos estudios, en cambio, no hallaron este efecto beneficioso101; 102.
ECA
1+
Un estudio de un día de duración107; 108, con jóvenes con DM1 con monitorización continua de la glucemia, demostraron valores medios de glucemia
más bajos, pero no encontraron diferencias en los valores medios de la glucemia nocturna con una dieta rica en alimentos con bajo índice glucémico.
ECA
1+
RS E.
En un intento de clarificar el efecto de la dieta con índice glucémico bajo
en las personas con DM1 y DM2, una revisión realizada por Brand-Miller et observacionales
al.104 analizó este aspecto. Considerando aquellos estudios incluidos en esta
2++
RS de al menos 6 semanas de duración que compararon dietas con índices
glucémicos bajo y alto, se halló una disminución media del HbA1c de 0,35%
(rango: 0 a 0,7%)102.
100
GUÍAS DE PRÁCTICA CLÍNICA EN EL SNS
6.1.5. Fibra
Cinco pequeños ECA compararon la dieta rica en fibra (40-60 g) con la dieta
pobre en fibra (10-20 g) con similar porcentaje de macronutrientes y similar
contenido calórico. Dos de ellos no encontraron diferencias significativas entre
ambas alternativas en relación con la HbA1c109; 110 y 3 demostraron un efecto
beneficioso de la dieta rica en fibra sobre el control metabólico111; 112; 113.
ECA
1+
Tres estudios analizaron el efecto de la ingesta de fibra sobre la glucemia
en ayunas; de ellos, 2 no hallaron un efecto significativo114; 115; 116, mientras que un
estudio encontró mejoría de la glucemia en ayunas con una dieta rica en fibra117.
ECA
1+
Un estudio descriptivo transversal encontró una relación inversa entre E. descriptivo
3
la cantidad de fibra ingerida y los niveles de HbA1c118, mientras que otro119 no
encontró este efecto.
Estudios realizados en población general indican que las dietas con un RS de ECA/
alto contenido en fibra (más de 25 g/día) se asocian con un menor riesgo de E. observacionales
enfermedades cardiovasculares, por el efecto observado de la dieta rica en
1++/2++
fibra total y soluble en la reducción del colesterol plasmático total en 2-3% y
del LDL-colesterol en un 7%120.
6.1.6. Proteínas
No se dispone de evidencia directa sobre el efecto de la ingesta de proteínas
en pacientes con DM1, ya que los 7 estudios encontrados se realizaron con
pacientes con DM2121; 122; 123; 124; 125; 126; 127.
RS de ECA
1++
ECA
1+
6.1.6.1. Proteínas en pacientes con nefropatía
Una RS Cochrane con metaanálisis sobre la dieta pobre en proteínas en la
nefropatía diabética128, que incluyó 12 estudios, analizó el efecto de una alimentación baja en proteínas definida como «todos los tipos de regímenes
dietéticos con reducción o modificación proteica (por ejemplo, proteínas
vegetales en lugar de animales) durante un mínimo de 4 meses», en pacientes
con nefropatía diabética. Se demostró un riesgo relativo (RR) de insuficiencia
renal terminal o muerte de 0,23 (IC del 95%: 0,07 a 0,72) para los pacientes
asignados a un dieta hipoproteica, después de un ajuste al valor inicial por la
presencia de enfermedades cardiovasculares (p=0,01), y una mejoría no significativa en la tasa de filtración glomerular de 0,1 ml/min/mes (IC del 95%:
–0,1 a 0,3) en el mismo grupo. En cuanto al cumplimiento, la ingesta proteica
planificada en los grupos de intervención osciló entre 0,3 y 0,8 g/kg/día. La
ingesta proteica real osciló entre 0,6 y 1,1 g/kg/día, indicando la falta de cumplimiento. Como recomendación, los autores propusieron reducir la ingesta
de proteínas hasta 1 g/kg/día o hasta 0,8 g/kg/día en los pacientes preparados
para llevar a cabo esta dieta.
GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA SOBRE DIABETES MELLITUS TIPO 1
RS de ECA
con MA
1++
101
Otra RS129 analizó 8 estudios con 519 participantes y entre 6 meses y
4 años de duración, comparó una dieta pobre en proteínas (0,91 g/kg/día) vs.
un grupo control (1,27 g/kg/día). No se demostraron diferencias significativas
entre ambos grupos en relación a la tasa de filtración glomerular ni aclaramiento de creatinina. El grupo con dieta pobre en proteínas presentó una
reducción significativa en el nivel de HbA1c en 7 de los 8 ensayos que lo analizaron [DMP 0,31% (IC 95%: –0,53% a –0,09%)].
ECA
1+
Nueve estudios han estudiado los efectos de una dieta pobre en proteínas
(menos de 0,8 g de proteínas vegetales y animales/kg/día) en la progresión de
la nefropatía en pacientes con DM1. Tres de estos estudios analizaron este
efecto en pacientes con nefropatía incipiente130; 131; 132 y 5 con nefropatía avanzada128; 129; 133; 134; 135; 136.
ECA
1+
En pacientes con nefropatía leve (microalbuminuria persistente de
30-299 mg/24 horas o insuficiencia renal en fases 1 y 2, definidas como hiperfiltración con tasas de filtrado glomerular de 60 ml/min/1,73 m2 de superficie
corporal), 2 estudios compararon niveles de proteínas en la dieta superiores
a 1 g/kg/día vs. 0,8 g/kg/día o menos, demostrando que la ingesta pobre en
proteínas reduce la albuminuria, pero no tiene efecto sobre el filtrado glomerular130; 131.
ECA
1+
Un estudio realizado en pacientes con DM con nefropatía incipiente no
demostró efectos significativos sobre el filtrado glomerular o sobre la tasa de
excreción con una dieta pobre en proteínas vs. dieta normal132.
ECA
1+
En pacientes con nefropatía avanzada (macroalbuminuria definida como
más de 300 mg/24 horas, insuficiencia renal crónica (IRC) fases 3-5, definidas
como filtrado glomerular menor de 60 ml/min/1,73 m2 superficie corporal),
2 estudios encontraron que la ingesta de 0,7 a 0,9 g/kg/día de proteínas mejora la tasa de excreción vs. ingesta de 1,2 a 1,4 g/kg/día de proteínas, pero
no así el filtrado glomerular133; 136.
ECA
1+
Otro estudio, en cambio, no demostró diferencias entre ambas dietas134.
ECA
1+
Por otra parte, la hipoalbuminemia, marcador de malnutrición, se asoció
con una ingesta proteica de 0,7 g/kg/día y no con la ingesta de 0,9 g/kg/día de
proteínas133; 136.
ECA
1+
102
GUÍAS DE PRÁCTICA CLÍNICA EN EL SNS
6.1.7. Dieta para la prevención y tratamiento de
la enfermedad cardiovascular
Cinco estudios analizaron el efecto de la alimentación sobre el riesgo cardiovascular (CV) aumentado que presentan los pacientes con DM148; 137; 138; 139; 140; 141.
Los estudios que analizaron los efectos de la dieta mediterránea durante E. observacional
al menos un año141, así como el control adecuado de los niveles de HbA1c137; 140,
2+
demostraron que reducen el riesgo cardiovascular en pacientes con DM1.
Asimismo, en pacientes con DM1 participantes en el estudio DCCT74 E. observacional
que recibieron tratamiento intensivo con dieta pobre en hidratos de carbo2+
no y rica en grasas totales y saturadas se demostró un peor control glucémico (p=0,01), diferencia que siguió siendo significativa después de ajustar por
nivel de ejercicio, triglicéridos plasmáticos e Índice de masa corporal (IMC)
(p=0,02).
Resumen de la evidencia
ECA
1+
La regularidad en la ingesta de hidratos de carbono ha demostrado mejorar
el control de la glucemia65; 66; 67.
ECA
1+
El ajuste de las dosis de insulina basado en la ingesta planificada de hidratos de carbono mejora el control metabólico y la calidad de vida sin producir efectos adversos48; 68; 69.
ECA
1+
La ingesta total de hidratos de carbono es el principal determinante de los
niveles de la glucemia posprandial, independientemente de que la fuente
sea sacarosa o almidón75; 76; 77; 78; 79; 80; 81; 82; 83; 84; 85.
ECA
1+
En cuanto al efecto de la ingesta de sacarosa sobre los niveles de lípidos
plasmáticos los estudios no aportan datos concluyentes75; 76; 84; 86; 87.
E. observacionales
2+
La ingesta de edulcorantes artificiales acalóricos no tiene efectos significativos sobre el control metabólico a corto plazo en personas con diabetes
mellitus tipo 179; 88; 89; 92; 93.
RS E.
observacionales
2++
El consumo de fructosa en porcentajes de entre 15% y 20% de la ingesta calórica podría producir un aumento significativo de los niveles de los
de LDL-colesterol y triglicéridos plasmáticos en hombres con y sin diabetes95.
RS de ECA
1++
RS E.
observacionales
2++
El uso del índice glucémico y la carga glucémica pueden proporcionar un
modesto beneficio adicional al que aportan otras intervenciones, como el
recuento de hidratos de carbono. Sin embargo, los estudios que analizan el
efecto del índice glucémico sobre el control metabólico presentan gran
variabilidad en cuanto a la definición de índice glucémico e importantes
factores de confusión, por lo que no es posible obtener una información
concluyente a partir ellos64; 67; 98; 99; 100; 101; 102; 103; 104; 105; 106; 107; 108.
GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA SOBRE DIABETES MELLITUS TIPO 1
103
ECA
1+
La evidencia disponible sobre la ingesta de fibra en la dieta en personas con
diabetes mellitus tipo 1 no presenta resultados concluyentes en cuanto a su
efecto sobre el control metabólico109; 110; 111; 112; 113; 114; 115; 116; 117; 118; 117.
RS de ECA/
E. observacionales
1++/2++
La dieta rica en fibra total y soluble se asocia con menor riesgo cardiovascular por su efecto reductor del colesterol plasmático total en un 2-3%, y
el LDL-colesterol en un 7%120.
RS de ECA
1++
ECA
1+
No se dispone de evidencia directa sobre el efecto de la ingesta de proteínas
en pacientes con diabetes mellitus tipo 1, ya que los estudios encontrados
incluyen sólo pacientes con DM2121; 122; 123; 124; 125; 126; 127.
RS de ECA
1++
ECA
1+
La dieta con ingesta proteica menor de 0,8 g/kg/día mejora la albuminuria
en personas con nefropatía diabética, pero no se ha demostrado ningún
efecto sobre el filtrado glomerular128; 129; 131; 132; 133; 134; 135; 136.
E. observacionales
2+
Las intervenciones nutritivas cardioprotectoras, como la reducción de ácidos grasos saturados, ácidos grasos trans y el colesterol de la dieta, reducen
el riesgo cardiovascular y mejoran el pronóstico de la enfermedad cardiovascular en pacientes con diabetes mellitus tipo 148; 137; 138; 139; 140; 141; 137; 140, 74.
Recomendaciones
Recomendaciones generales
√
Las recomendaciones de nutrición para un estilo de vida saludable válidas
en la población general también son apropiadas para las personas con
diabetes mellitus tipo 1. Actualmente, se encuentran disponibles varias
opciones de insulina, lo que permite adaptar el régimen de insulina más
adecuado a los gustos y elecciones alimentarias de las personas con diabetes mellitus tipo 1 en el contexto de una alimentación saludable.
√
La mejoría del control glucémico con la terapia de insulina se asocia a menudo con aumento del peso corporal. Debido a que el potencial aumento
de peso puede afectar negativamente a la glucemia, lípidos, presión arterial
y a la salud general, es conveniente prevenirlo.
√
Aunque el contenido de hidratos de carbono de la comida determina la
dosis de insulina preprandial, también debería prestarse atención a la ingesta total de proteínas y grasas.
Hidratos de carbono
A
104
La dosis de insulina debe ajustarse a la ingesta de hidratos de carbono en
personas con diabetes mellitus tipo 1. Esta recomendación debe acompañarse del apoyo de los profesionales sanitarios mediante una educación
nutricional global.
GUÍAS DE PRÁCTICA CLÍNICA EN EL SNS
A
En pacientes con diabetes mellitus tipo 1, los alimentos con azúcar de mesa
pueden ser sustituidos por alimentos que contengan otras fuentes de hidratos de carbono.
√
Si se ingiere un alimento con un alto contenido de sacarosa, se debe intentar
ralentizar su absorción asociando su ingesta con alimentos con grasa o fibra.
Edulcorantes artificiales
B
En pacientes con diabetes mellitus tipo 1 es preferible el uso de edulcorantes artificiales que no interfieren en el incremento glucémico (ver Anexo 2).
B
Se recomienda evitar el abuso de bebidas y alimentos edulcorados con
fructosa. Esta recomendación no debe hacerse extensivo a la fructosa contenida en frutas y verduras, ya que éstos son alimentos sanos que proporcionan cantidades pequeñas de fructosa en una dieta habitual.
Índice glucémico
A
En el caso de pacientes con diabetes mellitus tipo 1 que estén valorando la
planificación de la dieta exclusivamente en base al índice glucémico de los
alimentos, los profesionales sanitarios deben informarles sobre la falta de
evidencia concluyente respecto a sus beneficios.
Fibra
A
Las recomendaciones sobre la ingesta de fibra en pacientes con diabetes
mellitus tipo 1 son similares a las de la población general, es decir, se aconseja una dieta que contenga de 25 a 30 g de fibra/día, con especial énfasis
en el consumo de fibra soluble (de 7 a 13 g).
Proteínas en pacientes con nefropatía
A
En personas con nefropatía diabética se recomienda una ingesta proteica
inferior a 0,8 g/kg/día.
A
En personas con nefropatía diabética avanzada (insuficiencia renal crónica
en fases 3-5) se debe vigilar una posible hipoalbuminemia, modificando la
ingesta proteica y calórica de forma que se prevenga la malnutrición.
Dieta para la prevención y tratamiento de la enfermedad cardiovascular
B
Se deben implementar intervenciones nutricionales que mejoren el control
metabólico y el perfil lipídico para la prevención y el tratamiento de la
enfermedad cardiovascular en pacientes con diabetes mellitus tipo 1.
GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA SOBRE DIABETES MELLITUS TIPO 1
105
6.2. Plan de alimentación aconsejable para
los pacientes con diabetes mellitus tipo 1
Las recomendaciones con respecto a la alimentación de las personas con diabetes han sufrido numerosos vaivenes a lo largo del tiempo, desde la supresión total de los hidratos de
carbono y la abundancia de grasas y proteínas, hasta el momento actual en el que se procura desterrar la palabra «dieta» —sinónimo de prohibiciones y limitaciones— para las
personas con diabetes. En estas personas es de capital importancia determinar un plan de
alimentación acorde a cada individuo, teniendo en cuenta no solo circunstancias como el
peso, la edad y el sexo, sino también el tipo de trabajo, los hábitos, los horarios, la actividad
física, las creencias religiosas o los recursos económicos. Se trata, en definitiva, de adaptar
el plan de alimentación a las características y circunstancias de cada persona, sin olvidar
que la característica más sobresaliente de este plan alimentario consiste en la correcta
distribución de los hidratos de carbono a lo largo del día, junto con la proporción de los
otros macronutrientes y la observación de su efecto en el peso.
Existen muchas posibilidades a la hora de planificar la alimentación para personas con
DM1. La elección dependerá de las características de cada persona y de la disponibilidad de
recursos —recursos materiales y profesionales con experiencia— para elegir un modelo u otro.
6.2.1. Método basado en menus (Anexo 4)
Se basa en la utilización de planes de alimentación predefinidos y adaptados a menús diarios, manteniendo unos parámetros nutricionales adecuados.
Son muy útiles para aquellas personas a las que se les hace difícil organizarse o están
en la fase inicial de la diabetes, una fase en la que el paciente o su familia necesitan estrategias simples y eficaces.
6.2.2. Método basado en raciones (Anexo 5)
Se basa en el recuento de todos los nutrientes básicos: grupo de los HC, grupo de las proteínas y grupo de los lípidos o grasas, contemplando así una cantidad y distribución correcta de los mismos en el contexto de una alimentación saludable.
Para facilitar su empleo se establecen 6 grupos de alimentos en función de la proporción más importante de los nutrientes que contengan:
1. Lácteos (HC).
2. Farináceos (HC).
3. Verduras y ensaladas (HC).
4. Frutas (HC).
5. Proteínas.
6. Grasas.
106
GUÍAS DE PRÁCTICA CLÍNICA EN EL SNS
Se incluye el concepto ración como terminología cuantitativa que se define como la
cantidad de alimento que contiene 10 gramos de cada uno de los nutrientes principales. Por
ejemplo:
20 gramos de pan contienen 10 gramos de hidratos de carbono = 1 ración
50 gramos de carne contienen 10 gramos de proteínas = 1 ración
10 gramos de aceite contienen 10 gramos de grasas = 1 ración
Es preciso observar que en otros países se utilizan diferentes contenidos de hidratos
de carbono por ración, aspecto importante para las consultas bibliográficas o de recetas de
cocina; por ejemplo, una ración en Alemania equivale a 12 g de hidratos de carbono y en
Estados Unidos, a 15 g.
A partir de este método basado en raciones se han desarrollado otros sistemas que
facilitan la planificación de la alimentación.
6.2.3. Sistema de intercambio y equivalencias (Anexo 6)
El sistema de intercambio y equivalencias se fundamenta en una ampliación del método
basado en raciones de forma que se ha creado un listado de alimentos agrupados por valores
de nutrientes similares. Esto permite, dentro del plan prescrito, intercambiar alimentos equivalentes, ofreciendo mayor variedad y más libertad para la confección y adaptación del menú.
La aplicación correcta requiere que la persona demuestre deseo de aprender y reciba
un adiestramiento adecuado.
6.2.4. Sistema basado en el recuento de raciones de hidratos
de carbono
Se basa en el concepto de que la cantidad y distribución de hidratos de carbono aportados
en la alimentación es el factor que más influye en la glucemia posprandial, aunque sea
también importante prestar atención a las proteínas y a las grasas.
Son escasos los estudios que tratan de evaluar la efectividad de los distintos
tipos de dieta de manera aislada. De hecho, la mayoría de los estudios rescatados incluyen un método concreto de dieta incluido dentro de programas
complejos y multidisciplinares de educación y tratamiento insulínico intensivo. Por lo tanto, es difícil extraer la efectividad aislada del tipo de dieta en el
conjunto de la intervención.
Una RS de baja calidad metodológica142 estudió el tratamiento dietético en niños y adolescentes, basándose en estudios publicados entre 1990-2001
y encontró resultados poco concordantes entre los 8 estudios incluidos,
concluyendo que la evidencia disponible no permite determinar las diferencias de efectividad entre el método de recuento de hidratos de carbono
(carbohydrate counting) y la dieta sin restricciones.
GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA SOBRE DIABETES MELLITUS TIPO 1
RS
1-
107
Los estudios de Goksen y Kalergis et al. 143; 144 son los únicos estudios que
tratan de comparar los métodos de recuento de HC y el sistema de intercambio de manera aislada, fuera del contexto de un programa estructurado de
educación y tratamiento intensivo. Estos estudios no demostraron diferencias
significativas entre ambos métodos en cuanto a los efectos sobre HbA1c, IMC
y calidad de vida.
ECA
1+
Resumen de la evidencia
ECA
1+
La evidencia disponible sobre la efectividad de los planes de alimentación
es escasa y no aporta resultados concluyentes en cuanto su efecto sobre el
control metabólico y la calidad de vida142; 143; 144.
Recomendaciones
√
108
Es necesario ajustar el plan de alimentación a la edad, pauta de insulina,
actividad física, peso y situación personal (embarazo, hipercolesterolemia,
etc.) del paciente y a su capacidad de comprensión.
GUÍAS DE PRÁCTICA CLÍNICA EN EL SNS
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