{1} Especiales chilango enfermo Si seguimos sin cuidar nuestra salud, en 10 años no habrá hospitales ni doctores que alcancen para tanto chilango enfermo. ¿Qué tan mal estamos? ¿Hay posibilidad de evitar el precipicio al que nos acercamos? «De continuar por este rumbo, a más tardar en 10 años habrá un colapso del sistema de salud del DF. Si no hacemos algo para frenar la aparición de más enfermos no va a haber hospitales, médicos, clínicas ni medicinas para atenderlos. Actualmente en los hospitales ya no caben los pacientes, para entonces vamos a tener filas y filas de enfermos y no va a haber dónde meterlos», dice el secretario de Salud capitalino, el doctor Armando Ahued. Tiene puesta una bata blanca y en su oficina suena música clásica. El escritorio impecable y las plantas verdísimas hacen juego con la sonrisa que el funcionario tiene todo el tiempo. Todo eso contrasta con los datos que ofrece: «En una década no habrá ni camas ni medicamentos ni terapias intensivas para cuidar a tanto enfermo. Tenemos un estudio que señala que esta generación puede llegar a perder 10 años de esperanza de vida debido al sobrepeso y la diabetes. Lo que hemos ganado con el tiempo para que el promedio actual sea de 75 años en hombres y 78 en mujeres, lo podemos perder y llegar a que sólo sean 65 años». 52 | CHILANGO | Junio 2011 agradecimiento a begoña irazabal Por Mael Vallejo Fotos José Luis Castillo sin recursos México está en los últimos lugares de los países de la OCDE en cuanto a servicios de salud. 53 | CHILANGO | Junio 2011 Para cuando acabe la entrevista, Ahued habrá utilizado 18 veces la palabra “prevención”: «Necesitamos prevenir, decirle a la gente que está sana que se cuide, que coma sano, que deje de comer garnachas, que vaya al doctor, que haga ejercicio». Fuera de la Secretaría de Salud, a menos de 50 metros, tres empleados de esa dependencia –con el gafete al cuello– comen quesadillas fritas en uno de los cuatro puestos callejeros que hay en la misma cuadra donde está ubicada la oficina de Ahued. SIN LUGAR En el Hospital General Xoco del gobierno local no cabe un paciente más. Es viernes, 10:00 pm, y la gente con un hueso roto o temperatura alta convive a centímetros de los accidentados, acuchillados y baleados. La sala de urgencias está a reventar y ni siquiera hay camillas para atender a quienes van llegando. Son al menos 35 personas en un espacio donde cabrían 15. José Ángel grita mientras está acostado en tres sillas de plástico. Cayó de un primer piso mientras estaba en una fiesta. Dice que se destrozó la espalda y, hasta el momento, ese diagnóstico es el único certero, porque lleva media hora esperando a que un doctor lo revise. Pregunta, gritando, que «por qué chingados nadie lo atiende». Una de sus amigas, en cuyas piernas está recostado José, intenta calmarlo; otro amigo intenta hablar con una enfermera que camina rápidamente por el lugar. «¿A qué hora lo van a atender? ¡Ya no aguanta!», pregunta exasperado el joven de menos de 20 años, vestido con una playera negra que dice “Who’s your daddy”. La respuesta es concreta: «¿Y usted no ve que estamos llenos y trabajando? Hay como 20 pacientes antes que él y más graves, así que siéntese y espere». Las camas en los hospitales del DF son insuficientes no sólo en las salas de urgencias, también en las zonas de hospitalización. Incluso para solicitar una consulta se debe esperar semanas y hasta meses, dependiendo de la especialidad médica que se requiera. El mayor porcentaje de consultas y hospitalizaciones –así como de muertes– en el DF se deben a enfermedades crónicas: diabetes, hipertensión, tumores, afecciones cerebrovasculares y del hígado. La mayoría no tienen cura. Sólo pueden contenerse y necesitan de una detección temprana para poder detener su avance. Gran parte de los casos se detectan en una etapa muy avanzada. 54 | CHILANGO | Junio 2011 Datos de la Secretaría de Salud capitalina señalan que en los 11 hospitales del Gobierno del Distrito Federal, tres de cada cuatro camas están ocupadas por pacientes con enfermedades derivadas del sobrepeso y la obesidad. De los 11 millones de habitantes de la ciudad, 5.1 millones (69%) sufren esos problemas: 75% de las mujeres (2.3 millones) y 69% de los hombres (1.8 millones). Desde que tomó posesión de su cargo, en julio de 2008, el secretario Armando Ahued ha reiterado que la obesidad es el peor enemigo de los capitalinos. «El país tiene el primer lugar en obesidad infantil y de adultos del mundo. En el DF estamos arriba de la media nacional, y hasta 35% de nuestros de los últimos Suecia 82.2 años en expectativa de vida México 75.1 años en expectativa de vida México está entre los últimos lugares de los países de la OCDE: tenemos 1.7 camas de hospital y dos médicos por cada 1,000 habitantes. Cada mexicano sólo realiza 2.8 consultas al doctor al año. Somos el cuarto con menor expectativa de vida: 75.1 años. niños tiene sobrepeso. La gente no entiende que el solo hecho de estar pasado de peso te pone en riesgo de desarrollar diabetes, hipertensión y cualquier tipo de cáncer.» El problema es que, aunque se conoce estadísticamente cuáles son los padecimientos más comunes de los capitalinos, no existen estudios rigurosos que determinen las causas. Por ejemplo: sólo se sabe que el cáncer de mama es más agresivo, se da a edades más tempranas y es más frecuente en México que en Europa, pero no se sabe por qué. Para el doctor Jorge Meléndez, subdirector de Investigación Básica del Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen), «no se ha invertido suficiente en estudios epidemiológicos que identifiquen las causas de las diferentes enfermedades que aquejan al mexicano. La información que se obtiene sale de los reportes estadísticos que se hacen en las clínicas del país, pero no son estudios. No tenemos la información que existe en otros lados del mundo, no tenemos estadísticas al respecto. Es complicado saber qué enfermedades nos afectan más porque estamos partiendo de los anecdotarios de los médicos que diagnostican. Por esa razón sabemos que el cáncer en la Ciudad de México es de las primeras causas de muerte, pero no porque conozcamos el origen de ello». Sí sabemos que la pirámide poblacional está cambiando: habrá más viejos y menos jóvenes, lo que implica mayor atención médica y enfermedades crónicas, lo cual también supone desembolsar más dinero en medicamentos y hospitalizaciones. Mélendez explica que mientras más vieja es la población, empiezan a aparecer más enfermedades crónicas. «Actualmente la expectativa de vida del DF es mayor que la del resto del país, por lo cual en unos años, con el cambio poblacional, en la ciudad habrá muchísimos más casos de cáncer, enfermedades pulmonares, asma, infartos. Ése será el perfil del enfermo que habrá que atender, similar a lo que ahora tiene Europa, con el problema de que no tenemos el sistema de salud que hay allá. No hay diagnósticos tempranos, a tiempo, ni hospitales suficientes.» Después de una hora de esperar atención médica en el Hospital General Xoco, José Ángel está a bordo de una ambulancia. Tuvo suerte: llegó otro enfermo al lugar y sus amigos hablaron con el paramédico del vehículo. Le ofrecieron 500 pesos si llevaba a José a un hospital particular. El paramédico le dijo que debía ir a otro servicio y que después de eso podía llevarlo al Hospital Español. Así que José está en la ambulancia y en unos minutos habrá junto a él otro accidentado en un sitio destinado para una persona. Si el trayecto sale como está planeado, en 20 minutos deberá estar recibiendo atención médica. Mientras tanto, el diagnóstico sigue siendo el mismo que él gritó hace más de 70 minutos: espalda destrozada. ¿Qué hicimos mal? Tres factores nos han llevado al borde del colapso en cuestión de salud: el cambio poblacional –nos estamos convirtiendo en un país de viejos–; la falta de prevención y cuidado de la gente; y el presupuesto insuficiente para investigación y el sector salud en estresados En el DF sólo una de cada 10 personas mayores de 35 años hace ejercicio. 55 | CHILANGO | Junio 2011 general. El cambio poblacional explica la variación en el tipo de enfermedades que nos están matando. En los últimos 50 años la transición epidemiólogica ha sido clara: la gente antes se moría de gripas, neumonías y gastroenteritis; ahora lo hace de enfermedades crónico-degenerativas como diabetes, cardiovasculares, tumores o cerebrovasculares. La Agenda Estadística 2009 de la Secretaría de Salud capitalina señala que en 1970 las tres principales causas de muerte eran la influenza y pulmonía, enfermedades diarreicas y afecciones en recién nacidos. A partir de los ochenta son las afectaciones al corazón, la diabetes y los tumores. Esto no sólo implica que las enfermedades ahora no tienen cura y que quienes las padecen necesitan tratamiento, hospitalización y medicamentos durante años, sino que la detección temprana de las mismas es fundamental, la cual no existe en el DF por la falta de prevención. El secretario de Salud de la ciudad, Armando Ahued, lo explica así: «Lo que está haciendo esa transición es que la gente se enferme de afecciones más caras y que necesitan tratamiento para el resto de la vida, como la hipertensión y la diabetes. Son enfermos que no se van a curar nunca y eso encarece mucho la atención médica, lo que provoca un impacto muy fuerte en el sistema de salud, en las finanzas públicas, en el dinero que se requiere para atender a la población. Estamos hablando de que ahora tenemos medicamentos y métodos de diagnóstico, quirúrgicos y de cura más sofisticados pero mucho más caros». Los microbios tampoco ayudan: «La resistencia que virus y bacterias han creado ha ocasionado que tengamos que crear y utilizar medicamentos de tercera y cuarta generación. Un tratamiento de ésos, de siete cápsulas, cuesta 1,500 pesos. Las cirugías ahora son mucho más efectivas y menos agresivas, pero también son mucho más caras». A los virus resistentes debemos sumar los que van mutando. Armando Ahued recuerda el de la influenza AH1N1 en 2009: «Tenemos que estar prevenidos, lo vimos con lo de la influenza, un nuevo virus que nos puso de rodillas. Afortunadamente no era tan letal pero murieron más de 1,200 personas. Fue un virus que llegó aquí, que cerró la ciudad. No sólo es eso, también tenemos inundaciones, el cambio climático, la falta de agua… Estamos expuestos a muchas cosas malas». Que la población se vuelva vieja no representaría un problema si los capitalinos tuviéramos una cultura de prevención y cuidáramos nuestra salud. Ahued insiste en que el problema actual se debe en gran parte al estilo de vida que llevamos. «Sí, existe una predisposición genética del mexicano para desarrollar ciertas enfermedades como la diabetes, pero es imposible desligar eso de la mala alimentación y el sedentarismo de nuestra ciudadanía: comemos mucha carne, mucho colesterol, alimentos ricos en glucosa, carbohidratos y azúcares, no comemos frutas y verduras, no hacemos ejercicio». Mientras en los estados del norte tienen más problemas con el colesterol y los triglicéridos por el alto consumo de carne, y en el sur tienen infecciones derivadas del calor, aquí todo tiene que ver con el estilo de vida. Lo preocupante es que los chilangos nos estamos acostumbrando a vivir mal. Por ejemplo, muchos casos de hipertensión se detectan en chequeos de rutina sin que la gente supiera que se sentía mal. Se acostumbran a tener la presión alta y cuando toman medicamentos para nivelarla, se sienten mal por eso. Es una enfermedad silenciosa que es mortal si no se detecta. El factor genético tampoco ayuda. Jorge Meléndez, investigador del Inmegen, señala que «a través de algunos estudios genéticos sabemos que somos más propensos a la obesidad y a la diabetes, y a la vez tenemos predisposición a tener alteraciones en los lípidos que hacen mucho más factible que tengamos infartos». Si hay que culpar a alguien de ello es a nuestros antepasados muy remotos. El gen que hace que acumulemos mucho colesterol malo ahora es un problema porque comemos muchas hamburguesas, pero cuando pasamos por el Estrecho de Bering desde Asia a América –con temperaturas menores a cero grados– funcionaba muy bien acumular lípidos y ser gordos También conocemos que en México hay mayor frecuencia de cáncer de mama y que es más agresivo que en mujeres de otras razas. Aquí no sólo es más invasivo, sino que aparece, por predisposición genética, en promedio 10 años antes (a los 35 años). Todo eso lo sabemos pero lo que hace falta, señala Ahued, es «cultura de la salud. No estamos educados ni educando a nuestros hijos para tener hábitos saludables. Los muchachos tienen sexo a los 11 o 12 años, sin protección, y de ahí vienen los embarazos no deseados y las infecciones de transmisión sexual. Cada año 2,100 personas contraen SIDA en el DF; es el estado con mayor incidencia del país. A esa edad ya también están tomando alcohol y fumando. Por eso el número de enfermos va para arriba». El ejemplo básico de cómo el chilango no toma en serio su salud es éste: de cada 10 diabéticos que saben que tienen la enfermedad, y a quienes un doctor ya les dijo que es necesario que tomen medicamento, y que hagan dieta y ejercicio, siete no realizan ninguna de estas acciones. Siguen con los mismos hábitos hasta que la enfermedad los deja ciegos, paralíticos o los mata. Si se necesita un dato para saber por qué somos obesos –o sea: propensos a diabetes, hipertensión, tumores– aquí va: después de los 35 años, sólo una de cada 10 personas hace ejercicio. No ejercicio de alto rendiContinúa en la Pág. 132>> historia de las enfermedades que matan más chilangos 1950 · Gripa y neumonía · Gastroenteritis y colitis · Afecciones de la primera infancia 56 | CHILANGO | Junio 2011 1960 · Gastroenteritis y colitis · Afecciones de la primera infancia · Gripa y neumonía 1970 · Influenza y neumonía · Gastroenteritis y colitis · Afecciones de la primera infancia 1980 · Enfermedades del corazón · Neumonía e influenza · Tumores malignos 1990 · Enfermedades del corazón · Tumores malignos · Diabetes 2000 a la fecha · Enfermedades del corazón · Tumores malignos · Diabetes mal y de malas Los malos hábitos, alimentación deficiente y falta de ejercicio nos están matando. 57 | CHILANGO | Junio 2011 {2} ¿Cómo escoger Especiales chilango un doctor? Las cosas que debes y no debes hacer a la hora de escoger un nuevo médico especialista. 1 Conoce tu enfermedad No interpretes síntomas. Un dolor puede ocultar algo más grave que debe revisar un médico general. No te automediques. Al hacerlo, podrías ocultar los síntomas de tu verdadero padecimiento. Acude a un médico general que determine la gravedad del problema. Pídele el nombre exacto de tu padecimiento. 58 | CHILANGO | Junio 2011 2 Ubica la especialidad Un especialista no es especialista en todo. Huye de los médicos que presumen saber de todas las áreas. En el consejo médico correspondiente a la especialidad que necesitas, encontrarás un directorio con médicos que pueden atenderte. 3 Conoce a tu médico En México no existe un sistema con la currícula de todos los especialistas del país, así que lo que muchos médicos recomiendan es googlear al doctor en cuestión. Revisa en qué hospitales trabaja y qué tan actualizado está. Habla con sus pacientes, pregunta por él en el consejo de su disciplina y a otros especialistas del mismo ramo. ¿A QUIÉN ACUDIR? el checklist Antes de escoger a tu médico, pregúntate estas cosas; si contestas “sí” en ocho preguntas o más, tienes a tu doctor. 1. ¿Tiene el entrenamiento y la educación adecuada? 2. ¿Su currículum corresponde a las necesidades de mi tratamiento? 3. ¿Lleva vida académica? 4 4. ¿Mantiene su práctica de manera constante? 5. ¿Sus colegas hablan bien de él? 6. ¿Ha asistido diplomados o residencias en hospitales del extranjero? Usa los criterios correctos Lo más importante en un especialista es su experiencia. Por eso es deseable que ejerza en hospitales públicos: ahí tiene que atender muchos más casos que en la práctica privada. Es importante saber el hospital donde hizo residencia y donde hizo su servicio social. Siempre hay que preguntar cuántos tratamientos o cirugías realiza al año, y comprobar que sea un médico certificado por el consejo de su especialidad. 7. ¿Ha tenido residencia o servicio social en un hospital público de prestigio? 8. ¿Sus pacientes hablan bien de él? 9. ¿Está certificado por al menos un consejo médico? 5 10. ¿Aparece en Google con buenas referencias? 11. ¿Atiende por lo menos 20 casos al año? 12. ¿Ha estado expuesto a más de 100 casos a lo largo de su carrera? Califica su educación No te dejes impresionar por los diplomas en su consultorio. Es importante que éstos correspondan a cursos completos o a prácticas completas, y no sólo a visitas a hospitales de prestigio. Como mínimo, la estancia debe ser de seis meses practicando su especialidad con pacientes reales. Muchos puntos extra si el médico está en la academia, dando clases: un doctor que enseña, es un doctor siempre actualizado. Si no sabes dónde buscar a un especialista, lo primero que debes hacer es acudir a uno de los consejos médicos mexicanos. Éstos funcionan por especialidad y son los encargados de certificar a los especialistas de cada área. La lista de todos los consejos médicos está en www.conacem.org.mx. Éstos son algunos de los que se dedican a atender los padecimientos más comunes en la ciudad. Consejo Mexicano de Oncología www.cmo.org.mx Consejo Mexicano de Cardiología www.consejomexcardiologia.org.mx Consejo Mexicano de Endocrinología www.endocrinologia.org.mx Consejo Mexicano de Neurología www.consejomexicanode neurologia.org Consejo Mexicano de Cirugía Neurológica www.cmcn.org.mx Consejo Mexicano de Cirugía General www.cmcgac.org.mx Consejo Mexicano de Psiquiatría www.consejomexicano psiquiatria.org.mx Sociedad Mexicana de Neurología y Cirugía de Tórax www.smnyct.org.mx Consejo Nacional de Inmunología Clínica y Alergia www.conica.org.mx Consejo Mexicano de Patología Clínica y Medicina de Laboratorio www.compac.org.mx Consejo Mexicano de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello www.cmorlccc.org.mx Consejo Mexicano de Medicina de Urgencias www.consejomexicanode medicinadeurgencias.com.mx 59 | CHILANGO | Junio 2011 << Viene de la Pág. 57 miento, sino sólo caminar 30 minutos diarios. La vida en una megalópolis implica estrés y situaciones límite. La tensión ha llegado a tal punto, que en febrero se publicó la Ley de Salud Mental del DF. El objetivo es, no sólo atender a los pacientes con un padecimiento, sino prevenir que sucedan. «En las grandes urbes el problema es que la convivencia desarrolla estrés: el tránsito, la irritabilidad, el smog; la gente se enoja, llega tarde. Esto tiene un impacto en la salud: gastritis, úlceras, migrañas. La ley plantea terapias para atender el estrés y la depresión», señala Ahued. El crecimiento en el número de enfermos crónicos, la falta de infraestructura y de apoyo a la investigación ha dejado a los sistemas de seguridad social abarrotados. Mientras que en promedio los países de la OCDE destinan 2.4% de su PIB a la investigación, México apenas alcanza 0.4%. Las cifras de la Secretaría de Salud señalan que en el DF viven 8,846,752 personas. De ellas, 2,721,228 se atienden regularmente –y de manera completamente gratuita– en el sistema de salud del Distrito Federal, que cuenta con 31 hospitales y 250 clínicas. Pero no sólo esa población llega a ellos. Si alguien se accidenta, aunque tenga seguro social o dinero para pagar un hospital privado, es llevado primeramente a alguna sala de urgencias del GDF como Balbuena o Xoco, como le pasó a José Ángel. El secretario Ahued afirma que «no tenemos capacidad para atender a tantos enfermos. Además ahí no sólo les damos consultas, sino medicamentos, análisis de laboratorio, hospitalización, operaciones quirúrgicas y atención posoperatoria de manera gratuita». Con 5,432 millones de pesos en 2011, la Secretaría de Salud es la cuarta dependencia con más presupuesto del DF. Y, sin embargo, dice Ahued, «el dinero nunca es suficiente». ¿SOLUCIONES? En 10 años –si todo sale según lo planeado–, con un examen genético cualquiera podrá saber la predisposición que tiene para ciertas enfermedades y actuar contra ellas incluso antes de que aparezcan síntomas. También, qué medicamentos tomar para cierta enfer132 | CHILANGO | Junio 2011 medad, si servirán para ese paciente o no antes de que empiece a tomarlos. Es decir, la prueba te dirá si tú nunca tendrás cáncer de mamá porque tus genes así lo dicen y entonces podrás dejar de radiarte cada año con mastografías, pero que es muy probable que tengas cáncer de colon y debas cuidar tu alimentación específicamente para ello. También si eres alérgico a algún alimento, aunque nunca lo hayas comido, o a cierto medicamento. También si un anticoagulante te funcionará mejor que otro. Eso sucederá gracias a que el Instituto Nacional de Medicina Genómica espera publicar a final de año la secuencia genética de la raza amerindia, en donde nos incluimos la mayoría de los mexicanos y latinoamericanos. Ya se han realizado las secuencias de los europeos, asiáticos y africanos, pero nadie había hecho la de los amerindios. México será el primer país en publicarlo. Tener toda la secuencia implica conocer cada letra del ADN. Hace dos años se publicó el mapa del genoma del mexicano, lo cual significó que se dieron a conocer algunos de los puntos fundamentales del ADN nacional, pero no toda la secuencia. Jorge Meléndez, del Inmegen, afirma que «intentamos llegar a niveles de primer mundo, donde a un paciente con cáncer ya no se le saca una biopsia, sino que analizan esa muestra y ven la secuencia genética para decirle no sólo si tiene cáncer, sino qué tratamiento será mejor para él según sus genes». Ante el escaso presupuesto con el que se cuenta en México, este tipo de pruebas –que ya se aplican en hospitales particulares con costos de más de 50,000 pesos– tardarán unos 10 años en ser accesibles a la gente en general. «No hay dinero para masificarlo. Para producirlo necesitaríamos una empresa con la cual negociar para que hicieran estas 12 pruebas de diagnóstico genómico. Pero aquí las farmacéuticas no son como las de Estados Unidos, que arriesgan mucho para ganar mucho; aquí son más pequeñas y no arriesgan tanto», señala Meléndez. El secretario Ahued también considera que cuando estas pruebas estén listas serán muy útiles para diagnosticar a tiempo, y que disminuirán la excesiva carga del sistema de salud, pero «aunque ya se está trabajando para hacerlo masivo, no hay recursos». Mientras los recursos llegan, la única solución es la prevención. «La gente acude al médico sólo cuando enferma. Hay que ir cuando uno está sano para mantenerse así. Es como cuando uno lleva el auto a hacerle el servicio: lo lleva para mantenerlo en buen estado, para evitar que te deje tirado. Es increíble cómo lo hacemos con el auto pero no con nosotros», dice Ahued. Las soluciones son sencillas según la Secretaría de Salud capitalina. Para todos: checarse la presión y nivel de glucosa regularmente. Para hombres: prueba de antígeno prostático y colonoscopía una vez al año. Las mujeres: autoexplorar sus mamas y, si notan un nódulo, acudir al médico de inmediato; después de los 40 años, hacerse una mastectomía una vez al año y el papanicolau dos veces. De alimentación y ejercicio, lo lógico: comer menos azúcar y carne roja, y más carnes blancas, frutas y verduras; hacer ejercicio 30 minutos al día (con caminar a buen paso basta). Como casi nadie cumple esos sencillos pasos, el gobierno de la ciudad pondrá en marcha este mes un nuevo proyecto que se suma a la intención de dar clases de salud en los niveles básicos educación. Se pretende colocar 18 clínicas de diagnóstico en estaciones del metro. «Si la gente no se acerca a las clínicas, pues habrá que acercar las clínicas a ellos», dice Ahued. Ahí la gente podrá realizarse exámenes de sangre, presión y orina, y seguir su camino. Un par de días después, podrá pasar por sus resultados y ahí mismo le dirán si necesita ir a una clínica a consulta. Le dirán cuál es la más cercana a su casa o su trabajo y le darán una cita. «Te darán una hoja de referencia en donde dirá en qué saliste mal en los exámenes y con ella te atenderán en nuestras clínicas. Sólo serán de diagnóstico, no de atención, nadie podrá ir ahí a curarse de nada», agrega Ahued, quien calcula que al menos 1,400,000 personas podrán diagnosticarse en ellas cada año. «Esto todavía se puede revertir, aún estamos a tiempo de que el sistema no colapse, pero necesitamos entender que