1 ALIMENTACION SALUDABLE Los contenidos sobre la salud y los

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ALIMENTACION SALUDABLE
Los contenidos sobre la salud y los alimentos constituyen un aprendizaje
fundamental en las primeras edades, pues se busca sentar las bases para una formación
correcta en relación al cuidado del cuerpo y de la propia persona.
En la actualidad, uno de los problemas que amenaza a la infancia en los países
desarrollados gira en torno a las actitudes alimenticias y el abuso de alimentos poco
beneficiosos para el cuerpo. Desde esta perspectiva, los niños deben aprender y conocer
los alimentos de los que dispone e ir afianzando actitudes relacionadas con la buena
alimentación y la nutrición variada.
Desde la escuela pretendemos inculcar y practicar una alimentación sana y
equilibrada fomentado un consumo adecuado a la edad y necesidades de nuestros
alumnos/as y familias.
Por tanto, debemos preguntarnos: ¿qué necesita el niño/a para estar bien alimentado?, ¿a
qué llamamos alimentación saludable?
Podemos decir que la alimentación saludable se corresponde con el consumo
equilibrado de alimentos que aportan los nutrientes esenciales (minerales, vitaminas y
proteínas) para el buen funcionamiento y condición saludable del organismo. Tal es el
caso de las hortalizas, frutas, lácteos, carnes magras, cereales integrales y aceites
vegetales.
Lamentablemente, los patrones alimentarios de la población infantil muestran un
creciente consumo de otro tipo de alimentos, aquellos que transportan calorías vacías o
que no contribuyen a la salud del organismo y que corresponden en general a golosinas,
galletas, dulces, bebidas azucaradas, y algunas comidas rápidas. Tales alimentos deben
ser consumidos sólo de manera ocasional, privilegiando siempre un régimen de
alimentos más saludables.
PREVENIR LA OBESIDAD INFANTIL. ERRORES DE LA ALIMENTACIÓN
INFANTIL
Son muchos los estudios y las noticias que nos alertan sobre el aumento del sobrepeso y
la obesidad y muchas otras enfermedades relacionadas con la ausencia de hábitos
saludables. Los errores de la alimentación infantil son varios.
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El primer error que se comete cuando el niño todavía no ha cumplido un año de edad,
es introducir la leche de vaca en su dieta. Recordemos la importancia de la leche
materna y como ésta no debe sustituirse siempre que sea posible por otras leches. Si no
es posible existe la leche de formulación, leche mucho más saludable que la leche de
vaca, por su tipo de grasas y por su mayor contenido de minerales, proteínas y
vitaminas.
Otro error en torno a la leche y los productos lácteos es que existe la creencia de que
estos alimentos contribuyen al crecimiento y el fortalecimiento de los huesos, lo que se
traduce en algunas ocasiones en proporcionar una ingesta excesiva de estos alimentos a
los niños, cuando en realidad los expertos aconsejan sólo tres raciones diarias, ya que,
incluso lo bueno en exceso puede resultar perjudicial.
De la sobrealimentación de lácteos resultan diversos problemas, reducción del aporte de
hierro al organismo por las dificultades que crea el calcio para que el hierro pueda ser
debidamente absorbido. Otro aspecto negativo del exceso de lácteos en la alimentación
es el gran aporte de grasas animales ricas en ácidos grasos saturados, que provocan una
notable reducción del apetito y diversos problemas digestivos. Como problema añadido
se debe mencionar el exceso de azúcares que ofrecen algunos postres lácteos preparados
y que no son nada recomendables en exceso para el buen desarrollo del organismo del
niño, natillas o flanes preparados no son una buena alternativa a alimentos tan
saludables como las frutas, muy necesarias por su alto contenido vitamínico y por su
contribución en la asimilación del hierro que aportan otros alimentos.
Otro error es creer que los zumos envasados que se comercializan proporcionan a los
niños todos los beneficios de las frutas, no hay ningún zumo envasado que pueda
sustituir a una fruta o zumo recién exprimido. Como dato a añadir hay que decir que
estos zumos preparados proporcionan al organismo un alto contenido en azúcares y un
reducido contenido en nutrientes esenciales, ya que su contenido real de zumo es muy
reducido
Muchos estudios indican que los zumos envasados, al menos la mayoría, no son
recomendables para ser incluidos de forma habitual en la dieta, aunque tampoco lo son
los distintos refrescos que podemos encontrar en el mercado, por su exceso de azúcares
y escaso o nulo contenido nutritivo.
Los desayunos escolares son otro tema muy importante a tener en cuenta, hay que
olvidarse de los cereales chocolateados o azucarados que contienen una cantidad
excesiva de azúcar y contribuyen al aumento del sobrepeso infantil.
Tampoco hay que ser cómodos y ofrecer a los niños productos resultantes de la bollería
industrial, alimentos de escaso valor nutricional muy relacionados con la obesidad, en
cambio debemos introducir en su dieta el pan que aporta grandes beneficios.
También debemos de hablar de la importancia de hacer partícipes a los niños en la
preparación de las comidas para introducirlos en una alimentación saludable. La
implicación provoca una mayor aceptación de los nuevos alimentos y de aquellos que
no son tan aceptados por los pequeños. Valorar todos estos consejos contribuirá a que la
alimentación de los niños sea mucho más saludable y puedan alejarse de las distintas
enfermedades asociadas a la alimentación deficiente.
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¿CÓMO DEBE SER LA ALIMENTACIÓN EN LA INFANCIA?
El ritmo de crecimiento y desarrollo del organismo de niños y niñas va cambiando cada
día que pasa. Esto explica que sus necesidades de energía y nutrientes sean distintas
según su edad, y cuando se van haciendo mayores, también según el sexo. Por ello la
alimentación debe adaptarse a sus características individuales, teniendo en cuenta su
ritmo de crecimiento y desarrollo, su apetito, sus gustos, su estado de salud y la
actividad física que realiza. No obstante, existen unas orientaciones generales que se
traducen en frecuencia de consumo de alimentos y en cantidades aconsejadas (raciones)
acordes a cada etapa, que te pueden servir de ayuda para diseñar una dieta saludable y
equilibrada.
A la hora de plantearnos cómo debe ser la mejor alimentación para los niños/as,
debemos procurar que su comportamiento y el del resto de miembros de la familia sea
coherente con las recomendaciones verbales que les trasmitimos. No dará buenos
resultados si tratamos de enseñarles la forma más saludable de alimentarse, y nosotros
no la ponemos en práctica.
El decálogo de la alimentación saludable
1. Variada. Acostumbrar al niño/a cuanto antes a que coma de todo y a degustar
los sabores de distintos alimentos. La clave para educarle en hábitos
alimentarios saludables está en ofrecerle una alimentación variada desde sus
primeros años de vida. Es difícil que el niño aprenda a comer bien si no se le ha
dado la posibilidad de tomar contacto con una gran variedad de alimentos.
2. Sana. Escoge los alimentos con menos grasa, con poca sal, abundantes vegetales
(verduras, frutas, legumbres y cereales integrales), y en cantidades acordes a su
apetito y a sus necesidades.
3. Equilibrada. Es imprescindible que conozcas el menú del colegio, para
complementarlo con el desayuno, el almuerzo, la merienda y la cena, y hacer así
una alimentación equilibrada. Los alimentos deben distribuirse a lo largo del día
para que el cuerpo obtenga de ellos los nutrientes que necesita, según sus
exigencias.
4. Nutritiva. Ofrécele alimentos de todos los grupos (frutas, verduras, carnes,
pescados, cereales, legumbres…) para que pueda elegir los que más le gusten. Y
está en tus manos evitar que tu hijo consuma habitualmente alimentos llenos de
calorías vacías, como dulces, refrescos, chucherías, patatas fritas de bolsa y
similares o precocinados como hamburguesas y pizzas.
5. Apetecible. Si cocinas los alimentos (verduras, pescados, legumbres…) de
diferentes maneras, combinas los alimentos que sabes que le gustan menos a tu
hijo con otros que le agradan más y presentas los platos en la mesa de forma
atractiva, tienes muchas garantías de que la comida le resulte más apetecible.
6. Divertida. Hazles partícipes de la compra, la elaboración de comidas, la
preparación de la mesa, etc. Esto puede ser una oportunidad para que aprendan
buenos hábitos y disfruten de la comida.
7. Sorprendente. Enséñales todo lo que sabes sobre los alimentos: para qué sirven,
qué funciones desarrollan en el cuerpo, cuánto necesita el cuerpo de cada
alimento…
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8. Ordenada.Disfrutad en familia del momento de la comida o de la cena, en un
ambiente relajado y tranquilo; siguiendo un orden a la hora de comer: primer
plato, segundo plato y postre.
9. Consistente.Asegúrate de que el niño hace al menos 3 comidas consistentes al
día: desayuno, comida y cena. Y si pasan más de 4 horas entre una y otra,
anímale a que tome un tentempié.
10. EducativaEs esencial que la educación de hábitos alimentarios saludables se
lleve a cabo tanto en casa como en la escuela. La educación exige de la
familia paciencia,
dedicación, constancia, disciplina, no hacer concesiones
inaceptables y también cierto respeto por el apetito del niño, siempre que su
ritmo de crecimiento y desarrollo se encuentre dentro de la normalidad.
Comer según la edad (de 2 a 6 años)
Hacia los 2 años de edad, las funciones digestivas y metabólicas de los niños/as han
madurado de manera que ya pueden comer de todo, si bien se han de ajustar las
cantidades y los alimentos a la propia evolución y costumbres del niño; sin sobreestimar
ni su apetito ni sus necesidades. A los 2 años la velocidad de crecimiento del niño es
grande, aunque va desacelerando hasta los 3 años. Y es a partir de esa edad cuando su
ritmo de crecimiento y desarrollo se reducen aún más, hasta llegar a la pubertad donde
se da el estirón puberal.
Lo cierto es que a partir de los dos años, el niño/a suele comer menos. Se trata de una
respuesta fisiológica normal de su cuerpo ya que su ritmo de crecimiento es más lento
en comparación con el primer año, por lo que sus necesidades de energía y nutrientes,
inevitablemente son menores. Estos cambios de apetito deben ser entendidos y
atendidos por la familia para no forzarle a comer más cantidad de alimentos de lo que su
organismo necesita.
Asimismo, en esta etapa el niño va descubriendo todo lo que le rodea y centra su
atención en otros temas que no son precisamente la alimentación, suele manifestar
manías y caprichos con la comida, por lo que es una oportunidad para que padres y
madres, y responsables de su alimentación le guíen de la mejor manera posible para que
vaya adquiriendo hábitos de alimentación y de vida saludables.
Características generales de la dieta...
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Haz que la dieta de tu hijo sea equilibrada y variada en platos, sabores, texturas,
colores y consistencia, para acostumbrar a su paladar a comer de todo.
Si le vas a dar a probar un alimento nuevo, inténtalo al principio de cada comida,
cuando tiene más apetito; e insiste varias veces, cocinando el alimento de
distinta forma, hasta que el niño descubra el nuevo sabor, y se acostumbre a él.
Si se emplean los alimentos como premio o castigo el niño se puede convertir en
un caprichoso y tener manías a la hora de comer los alimentos. Es necesario
dedicar el tiempo suficiente para que aprenda a comer disfrutando de ello.
A medida que van creciendo, los niños van marcando sus preferencias sobre los
alimentos y se les debe orientar adecuadamente, pues suelen presionar para
comer sólo aquello que les gusta.
Evitar que coman a menudo golosinas, patatas fritas de bolsa, bollería, refrescos
y similares, que no nutren y les quitan el apetito para que coman a sus horas.
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Convertir el desayuno en una de las comidas más importantes del día. Para ello
el desayuno debe incluir al menos un lácteo, cereales (galletas, cereales, pan,
bollería sencilla…) y fruta o zumo.
Ofréceles almuerzos y meriendas, mejor a base de bocadillos preparados en
casa, frutas y lácteos, sin abusar de embutidos, patés y quesos grasos.
Una comida equilibrada debe contener:
1. Primer plato: Arroz, legumbres, pasta, ensaladas o verduras y patata;
alimentos energéticos ricos en hidratos de carbono. Si combinas
legumbres y cereales en el mismo plato, lo conviertes en un segundo
plato muy nutritivo, que puede sustituir perfectamente alguna de las
raciones semanales de carne, pescado o huevo.
2. Segundo plato: Carnes, pescados y derivados o huevos. Una cantidad
moderada de estos alimentos aporta parte de proteína, hierro y otros
nutrientes, que el niño necesita. Acompáñalos siempre de guarnición
vegetal; ensalada, verduras, legumbres o patatas (¡y no siempre fritas!).
3. Postres: fruta fresca o yogurt.
La cena puede servir para equilibrar la dieta teniendo en cuenta los alimentos
que se han tomado el resto del día. Hay que procurar que la cena sea más ligera
y sencilla que la comida; ensaladas, verduras, purés, cremas o sopas y como
complemento pescados, carnes o huevos, según lo que se haya comido al
mediodía. ¡Ayuda a dormir mejor y a descansar más!
Para poder completar la dieta con el resto de comidas que se hacen en casa es
necesario conocer el menú del colegio.
Frecuencia de consumo de alimentos recomendada
Frutas, verduras, ensaladas, lácteos y pan
Cada día
Legumbres
2-4 veces por semana (2 como
primer plato, y 2 como guarnición)
Arroz, pasta, patatas
2-4 veces por semana. Alternar su
consumo.
Pescados y carnes
3-4 veces por semana. Alternar su
consumo.
Huevos
Hasta 4 unidades a la semana,
alternando su presencia con carnes
y pescados.
Bollería, repostería, patatas fritas de bolsa y
similares, refrescos, precocinados (pizza,
hamburguesa y similares), golosinas...
Ocasionalmente.
Sin abusar.
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BIBLIOGRAFÍA
-“Alimentación infantil” Hernández-Rodriguez, M. 1993. Editorial Díaz de Santos S.A.
Madrid
www.puntovital.cl/alimentación/sana/…/ninos.htm
www.juntadeandalucia.es/…/contenido.jsp?...SALUDABLE/…SALUDABLE…/Come
doresSaludables
Alimentación.cuidadoinfantil.net/características-de-una-alimentación-sana.html
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