Evitar lesiones: en la práctica

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Evitar lesiones
en la práctica
as investigaciones sugieren
que la falta de precalentamiento y estiramiento del
cuerpo antes de jugar al golf están estrechamente
ligadas a la aparición creciente de lesiones, ya sea
por un mal movimiento de brazos, hombros, espalda
o de otro tipo. El estirar los músculos en frío puede
resultar tan dañino para la salud, como el hecho de
entrar de repente a jugar en un partido de futbol u
otro deporte sin efectuar calentamiento previo. Para
evitar que surjan lesiones en los músculos o en las
articulaciones, se debe entrar en calor antes de realizar la elongación. Una vez que la temperatura de la
sangre se incrementa, los músculos estarán mucho
más permeables, tanto para ejecutar las acciones de
estiramiento como las de gran velocidad.
L
Fernando Martín
Moreno
«Enganchado al golf desde 1998»
Cada jugador debe conocer mejor
que músculos le puede beneficiar calentar más,
bien por ser propenso a lesiones en ellos o tener
alguna lesión crónica. Los ejercicios que son adecuados para un jugador pueden no serlo para otro.
Por lo tanto, los ejercicios de precalentamiento y
estiramiento en el golf, deben ser específicos
según el grado de flexibilidad que tenga cada uno y
de las circunstancias propias de su edad y estado
de salud. Las lesiones de espalda durante la práctica del golf surgen habitualmente por sobrecarga
muscular, contracturas o esguinces que se producen cuando se efectúa el clásico movimiento del
swing (al golpear fuertemente la pelota para lanzarla lejos, en dirección al hoyo correspondiente).
El swing obliga a doblar la espalda hacia atrás y
girar con energía y brusquedad los músculos de la
zona, que se ven forzados al máximo para que el
golpe sea lo más potente y efectivo posible. Tal
movimiento requiere una gran flexibilidad de caderas, hombros y de la parte más baja de la espalda,
que es la zona del cuerpo en principio más forzada
en estos casos. Los últimos estudios biomecánicos
demuestran que la mayoría de los problemas de
espalda que sufren los golfistas no tiene su explicación en la postura de inclinación hacia delante
que adoptan, sino en las altas velocidades de rotación que debe soportar la columna vertebral
durante el swing (movimiento de giro que realiza el
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jugador especialmente en los primeros golpes de
cada hoyo). En el golf todos los golpes cuentan con
dos componentes: uno de fuerza y otro de técnica y
precisión. El primero de los golpes de cada hoyo,
que es un ejercicio de potencia, representa un giro
rápido de la columna, y en él domina la fuerza
sobre la precisión.
El swing es un movimiento poco
natural que se desarrolla a una enorme velocidad,
concretamente, la velocidad de la cabeza del palo
supera los 160 kilómetros/hora en menos de dos
décimas de segundo. Como consecuencia, se produce una gran fuerza de compresión en la columna lumbar (más de ocho veces el peso del propio
cuerpo), que es mayor en los amateurs que en los
profesionales. Para hacerse una idea de lo que
esto significa, cabe hacer la comparación de que
remar genera una fuerza de siete veces el peso
del cuerpo y correr unas tres veces, por lo que el
golf es un deporte más exigente físicamente de lo
que a primera vista podría parecer.
Por otro lado es necesario practicar bastante antes de salir a jugar al campo la primera vez. Normalmente hasta que automaticemos los movimientos de forma correcta es
frecuente que golpeemos mal, lo cual en muchos
casos puede ocasionarnos lesiones en la muñeca,
▲ Calentando con sobrepeso
▲
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y juego del GOLF (II)
Por lo general estas lesiones se
deben a un mal uso de la fuerza, y un mal entrenamiento, ya que muchos entrenan sobre zonas
duras, repitiendo un mal golpe una y otra vez,
generando una predisposición a este tipo de
lesión. Una mala realización de la fase final del
swing provoca que se transmita sobre el antebrazo o muñeca toda la descarga de energía que se
debería liberar al pasar la cara del palo al golpear la bola. En cada sesión de prácticas los jugadores amateurs realizan hasta 100 golpes en media
hora, normalmente sobre zonas duras que simulan el césped, causa principal de la lesión.
mano, brazo o espalda. No se recomienda empezar a jugar en campos rústicos, en los que la
dureza del suelo nos puede perjudicar al golpear
mal la bola. ¿Quién no ha dado 200 bolas seguidas
sin pausa o ha jugado sin beber prácticamente
nada? o, ¿quién no ha salido al tee del 1 sin haber
realizado ni un ejercicio de estiramiento?
Según estudios realizados en la
localidad de Mc Carrol en Estados Unidos, las mayores lesiones se centran en la muñeca, la región lumbar y el codo (epicondilitis medial), que es una tendinitis que aparece por exceso de uso del músculo
flexor-pronador. También es llamada “codo de golfista” por presentarse con frecuencia en estos deportistas. Es normal que se presente junto a la epicondilitis lateral, también llamada “codo de tenista”.
Las estadísticas hablan por sí
mismas: el 24,2 % de los golfistas presentan
alteraciones en la zona lumbar; el 23,2%, en el
codo; el 14,1%, en mano y carpo; el 8,3%, en el
hombro, y el 6,5% tienen lesiones en la rodilla. El
ejercicio repetitivo es la causa del 80% de estas
afecciones en los profesionales, según un trabajo recogido en la revista The Physician & Sports
Medicine, mientras que entre los aficionados, las
principales lesiones se explican por una mala
técnica en la ejecución del swing.
Algunas recomendaciones para la práctica correcta del golf son:
● Utilizar material de calidad y conseguir un juego de palos equilibrado y adaptado a
los requisitos de cada jugador. Tener en cuenta la longitud, el material que no vibre y
tenga agarre antideslizante.
● El agarre del 'Grip' del palo o empuñadura, nos podrá condicionar la aparición de epicondilitis o nos puede afectar a los tendones de la mano si se agarra con mucha presión. A
los jugadores con problemas crónicos en esta zona se les recomienda utilizar palos de grafito, más flexibles y con mayor capacidad para absorber las vibraciones que los de acero.
● Al inclinar la columna hacerlo con las rodillas flexionadas. Siempre que se golpee
la bola con el palo de golf, flexionar ambas rodillas. Para recoger la bola embocada en
el hoyo no inclinar la espalda, mantenerla recta al recoger la bola y doblar las rodillas.
● Evitar la rigidez: la musculatura de la espalda ha de estar relajada lo más posible.
● Evitar llevar la bolsa sobre la espalda, es mejor sobre el carrito de ruedas y empujándola, no tirando de ella.
● Los estiramientos son necesarios pero no resultan eficaces si no se realizan de forma
correcta. Es imprescindible realizar en toda práctica deportiva un buena serie de estiramientos, que en función de la disciplina hará más énfasis en un grupo muscular u otro.
Especialistas de la Unidad de Prevención e Investigación de las lesiones deportivas de la
Universidad de Deakin de Australia han realizado un trabajo con más de 1.000 jugadores de
golf no profesionales y han concluido que sólo una pequeña parte realiza ejercicios de
calentamiento y estiramiento antes de jugar un partido.
● Practicar primero con un hierro-9 para pasar después al hierro-7, 5 antes de usar
las maderas y en especial el «driver».
● En caso de que algún movimiento produzca dolor, jugar más suavemente o dejar de jugar.
● Se recomienda la práctica de otros deportes complementarios para fortalecer los
músculos y compensar la tendencia al desequilibrio muscular que genera este deporte
por ser asimétrico.
● Tanto la fisioterapia como la medicina son compañeros de viaje del deportista de golf.
Como dice el refrán, “es mejor prevenir que curar”. Si su técnica no es muy buena o
detecta algún indicio de lesión acuda a un profesional para mejorarla, ya que una mala
técnica es un factor principal de riesgo de lesiones en los golfistas amateurs. Los estudios
biomecánicas ayudan como hemos comentado en algún artículo anterior a conocer qué
movimientos incorrectos nos pueden provocar o nos están provocando alguna lesión en la
práctica o en el juego del golf. Pensemos que sí seguimos las recomendaciones básicas
para evitar lesiones este deporte nos permitirá D.M. jugar al menos hasta los 105 años.
Recordemos la inscripción que hay en la salida del hoyo 7 del campo de Pedreña: Dn.
Jaime Yllera García-Lago con 89 años hizo aquí hoyo en uno el día uno de junio de 2007.
▲ Lesiones típicas en el brazo
239 octubre/noviembre 2010
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