En homenaje a Vaz Ferreira

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VAZ FERREIRA, EL PEDAGÓGO QUE NUNCA FUE A LA ESCUELA
Jorge Bralich
La personalidad académica y la obra de Vaz Ferreira han sido largamente analizadas y
discutidas en nuestro país. Considerado muchas veces “el filósofo” nacional, se ha atendido más que
nada a estudiar sus trabajos sobre filosofía, lógica, moral y pedagogía. Estos últimos -por otro ladolo convirtieron en un referente del magisterio uruguayo. Sin embargo, poco se ha escudriñado sobre
su actuación concreta en el ámbito educacional de la escuela primaria. Se ha resaltado su papel en el
ámbito universitario -sin duda destacado- como Rector, como creador y Decano de la Facultad de
Humanidades, su magisterio desde la Cátedra de Conferencias, etc. pero casi se ha ignorado que
desempeñó durante 15 años (de 1900 a 1915) un cargo en la Dirección de la Instrucción Primaria.
Incluso en los propios ámbitos del magisterio nacional casi se desconoce esa larga actuación. El
libro de Jesualdo Sosa “Vaz Ferreira, un pedagogo burgués”, hace unas breves menciones a la
misma, aunque ellas no alcanzan para compensar esta carencia.
¿Qué fue lo que hizo en la Dirección de Instrucción Pública el Filósofo Nacional? ¿Cuáles
fueron sus aportes? ¿Cómo incidió en el desarrollo acelerado que tuvo la escuela pública en el
periodo señalado? Eso es lo que procuramos saber con este trabajo, para el cual hemos contado,
básicamente -para la faz biográfica familiar- con los recuerdos de tres de sus ocho hijos: Sara,
Matilde y Raúl, expresados en sendos libros y para el resto de nuestro trabajo con la documentación
existente en la Biblioteca Pedagógica, Biblioteca Nacional y Consejo de Educación Primaria.
Hemos encontrado, en este aspecto, algunas dificultades: las Actas de la Dirección de Instrucción
Pública se encontraban disponibles sólo desde 1904, la Legislación Escolar no presenta una
información completa ni uniforme y a veces aparecen errores de fecha (seguramente por errores de
imprenta) y los Anales de Instrucción Primaria comienzan a aparecer en 1903; afortunadamente,
estos ofrecen una información bastante más amplia –aunque también incompleta- sobre las
actividades de la Dirección.
Sería deseable que este trabajo tuviese su continuación y ampliación, con un esfuerzo de más
largo aliento, destinado a profundizar en esa actuación del Pedagogo. No sabemos si podremos
encararlo o si otros lo harán, pero es una deuda con quien es recordado especialmente en este
cincuentenario de su fallecimiento.
Junio de 2008
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Capítulo 2 - El pedagogo no va a la escuela.
En 1872 nace Carlos Severo Vaz Ferreira Ribeiro, hijo de don Manuel Vaz Ferreira acaudalado comerciante de origen portugués- y de Belén Ribeiro. Débil y enfermizo, el niño -nacido
sietemesino- se crió en un ambiente de protección: el médico de la familia aconsejó -entre otras
cosas- no contradecir al niño. La familia disponía de abundantes recursos económicos y -según
recuerda una nieta- los gastaba de manera dispendiosa: la abuela estrenaba un nuevo vestido de seda
todas las semanas, el abuelo usaba los calcetines sólo una vez, etc. Atendiendo quizás a su débil
constitución física, Carlos no fue enviado a la escuela, sino que recibió -en la espaciosa quinta en la
que vivía su familia- las enseñanzas de sucesivos maestros (Antonio Torres, Zimmermann,
Destefanni, Estévez, Vázquez) que lo prepararon para su ingreso a la enseñanza secundaria,
incluyendo literatura, composición y matemática, esta última con gran aprovechamiento por parte
del jovencito.
Ingresó a la enseñanza secundaria -que se desarrollaba en la Universidad de la Repúblicacon 15 años, mediante una constancia de su maestro Vázquez que avalaba su capacidad para
enfrentar los estudios superiores. En las aulas de Secundaria se mostró al principio algo tímido,
retraído, según recordaron sus compañeros de entonces, entre los que estaban: Luis Alberto de
Herrera, Celedonio Nin y Silva, Juan Andrés Ramírez, Horacio García Lagos. Quizás esa actitud de
retraimiento se debía a la falta de contacto previo con otros niños de su edad en un medio escolar,
pero al poco tiempo fue habituándose al ambiente y se convirtió, sobre la base de su brillantez
intelectual, en consultor de sus compañeros para diversos temas de estudio. Se mostraba allí muy
generoso en sus explicaciones, con gran poder de comunicación: “Jamás niega un favor y así se le
ve, en su papel de profesor peripatético, repetir mil veces la misma explicación, con la más
constante y admirable de todas las paciencias...”(1) recuerda Juan A. Ramírez, en 1897 (testimonio
que por no corresponder a una nota necrológica, nos inspira bastante confianza) Ese desempeño
brillante y exitoso en los estudios, desembocaría en 1897 en la obtención por concurso de la Cátedra
de Filosofía de la Universidad (en la Sección Enseñanza Secundaria). Su presentación a este
concurso puede haberse debido a necesidades económicas, ya que su padre había fallecido en 1894 y
había sumido en ruinas al grupo familiar, pero también es muy probable que influyera su
experiencia pedagógica con los compañeros de estudio, su gusto por enseñar y explicar distintos
temas, su percepción de que tenía buen poder de comunicación. De todas maneras, hasta ese
momento su experiencia pedagógica se limitaba a la enseñanza media.
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Capítulo 3 - El pedagogo toma contacto con la escuela primaria.
En 1894 (una época en que la tuberculosis creaba pánico por su alta mortalidad y la carencia
de medicamentos adecuados), su aspecto débil y enfermizo se mantenía y ello dio lugar a que la
familia de una joven que él cortejaba lo rechazara por augurarle un destino fatal algo cercano. Pero
como “no hay mal que por bien no venga”, como asegura la expresión popular, este hecho le
permitió conocer a otra joven, maestra recién recibida, brillante intelectualmente como él, que había
obtenido su título de 1er Grado a los 15 años y los sucesivos títulos de 2º y 3er. Grado, todos con las
máximas calificaciones. Elvira Raimondi, de familia modesta, hija de italianos, conoció a Carlos
cuando éste integraba el tribunal en uno de sus exámenes y cuando él visitó una escuela en la que
ella daba clase. El entorno social de Carlos no se mostró muy acorde con esta vinculación -que
desde el punto de vista social no era muy pareja- pero no la rechazó totalmente. El joven profesor
estaba profundamente enamorado de la joven y los dos años de su noviazgo se le hicieron
penosamente largos. Los recursos económicos de ambos no les permitían -por entonces- formalizar
un casamiento: la joven ganaba $ 30.00 como maestra y debía ayudar a su familia, y él algo más
como profesor de Filosofía.
Seguramente, los jóvenes conversaban frecuentemente sobre algunos temas relativos a sus
profesiones, y esas charlas deben haber marcado en Carlos su inquietud por los temas de la
educación escolar. Nos imaginamos -sin esfuerzo- a ambos jóvenes, intelectualmente brillantes y
dinámicos, discutir acerca de las bondades de algún método o sistema de enseñanza utilizado en las
escuelas y, quizás también, comparando esos métodos con los del nivel universitario.
El feliz, pero sufrido noviazgo, tuvo su culminación en 1900, cuando Carlos es designado
Vocal de la Dirección de Instrucción Primaria y con sus $ 80.00 de sueldo pudo encarar la
formalización de su relación con Elvira.
Al momento de esta designación, la referida Dirección acababa de sufrir una importante
crisis, con ataques en la prensa y renuncias de todos sus miembros. El último conflicto se había
producido cuando el Ministro de Fomento desautoriza a la Dirección por haber prohibido ésta que en una recorrida por varias escuelas que estaba realizando Eduardo Acevedo- se requiriese
información sobre provisión de útiles escolares, inspecciones realizadas, etc. El Ministro Gregorio
L. Rodríguez fundamentaba que “... las escuelas deben tener para el pueblo paredes de cristal”.
Cuesta entender las razones de la designación del joven Vaz Ferreira, puesto que éste no
había tenido ninguna vinculación formal con la escuela pública (¡ni siquiera había concurrido a ella
en su niñez!), no había tenido participación activa en la vida política y ni siquiera tenía el título de
Doctor que en esos momentos era un diploma casi ineludible para cargos de importancia. Orestes
Araujo nos recuerda que los miembros designados eran “de distinta filiación política unos de otros,
pero todos de ideas avanzadas, notoria ilustración, reconocida probidad y distinguida posición
social” y que “aunque ninguno se había especializado en asuntos de enseñanza primaria,
sobrábales [a los designados] inteligencia y buen sentido para darse cuenta inmediatamente de
cómo debía procederse para perseverar en la obra iniciada por el inolvidable Varela”(2). No es
exacta esta apreciación de Araujo, ya que, al menos uno de los elegidos -como veremos- tenía ya
importante experiencia en el tema.
Los nuevos integrantes de la Dirección fueron:
Inspector Nacional: Abel J. Pérez, de 43 años, era abogado, fue diputado por varios
periodos, administrador de la Lotería Nacional y recién en 1905 publicará una obra sobre enseñanza
(“La enseñanza de los expósitos”) a la que seguirán, entre otras: “Apuntes sobre higiene escolar”
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(1907), “Motivos de una Ley de Educación Común” (1915), “La enseñanza Rural” (1918), año en
que cesó como integrante de la Dirección.
Vocales:
José T. Piaggio de 41 años de edad, era abogado, erudito en temas de historia, pero -ademáshabía sido segundo Vicepresidente de la Dirección General de Instrucción Pública, quedando a
cargo del despacho desde marzo de 1889 hasta abril de 1890, periodo durante el cual desarrolló una
importante labor.
Juan Paullier, el de mayor edad del grupo (49 años), era también abogado, muy versado en
estudios clásicos, filosofía, teología, pedagogía, e ingresó más tarde al Parlamento (1907)
Mariano Pereira, de apenas 22 años, era hijo de un famoso maestro de la época vareliana
(Mariano Pereira Núñez) y estudiante de abogacía, recibiéndose al poco tiempo.
Por último, Carlos Vaz Ferreira, que con 27 años, si bien era ya profesor de filosofía y había
escrito un “Curso de Psicología” en 1897, no se había recibido aún de abogado.
Como vemos, sólo dos de los designados no eran abogados (aunque sí estudiantes de
abogacía), pero Mariano Pereira tenía a su favor ser hijo de un reconocido maestro que llevaba su
mismo nombre.
No fue feliz el inicio del Pedagogo en las lides de la dirección escolar. El día en que dicha
Dirección fue investida de los cargos por el ministro de Fomento, aquel se encontraba enfermo y
tuvo que disculparse por la ausencia. Dos días después -ya mejorado- pudo concurrir al Ministerio,
conversando con el Ministro un largo rato.
La notoria juventud de Carlos, no le impidió participar activamente, desde el principio, en
las tareas de esta Dirección que tenía una altísima responsabilidad en la escuela pública -que por
entonces había alcanzado un importante desarrollo- aunque al joven profesor de Filosofía -como
veremos- no le arredró la responsabilidad asumida.
La escuela pública de la época. La Dirección de Instrucción Primaria regía, a fines del siglo XIX,
un conjunto de 570 escuelas con 52.000 alumnos, y 1100 maestros! Por otra parte el sistema escolar
no era algo simple, ya que contaba con 19 Comisiones Departamentales de Instrucción Pública
dependientes de la Dirección, centros educacionales diversificados (escuelas comunes, rurales,
jardines de infantes, institutos normales, biblioteca y museo pedagógico, etc.), un amplio y
experimentado cuerpo de inspectores, publicaciones pedagógicas, etc.
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Capítulo 4 - El pedagogo dirige la escuela pública.
Intenso ritmo de trabajo. La actividad de la Dirección de Instrucción Primaria era regular e
intensa. A pocos días de iniciar sus gestiones, los nuevos miembros establecieron como días de
sesión los martes, jueves y sábados a las 10 de la mañana. Algún tiempo después, en un mes que
tomamos al azar (agosto de 1904) dicha Dirección se reunió 12 veces (3 veces por semana) en
sesiones que duraban entre 2 y 3 horas. En las mismas se resuelve frecuentemente pasar asuntos a
estudio de los Vocales lo que implica que esos miembros debieron dedicar muchas horas más a la
actividad directriz. Pero dijimos también que la actividad era regular y ello seguramente permitiría a
los miembros disponer mejor de sus tiempos: en efecto, las sesiones comenzaban (en el mes
analizado) a las 9.30 hs. (con diferencias de 5 o 10 minutos) y finalizaban casi sin excepción
alrededor de las 12 hs. Como vimos anteriormente, la actividad de la Dirección era intensa y
exigente para sus integrantes. Vaz Ferreira se adaptó desde el comienzo a ese ritmo de trabajo y
jugó un papel dinámico -y también dinamizador- en estos primeros tiempos. Analizaremos -en base
a la fragmentaria documentación disponible- su actuación a lo largo de los años, destacando
aquellos asuntos en los que su papel tuvo mayor relevancia.
1900
diciembre 20. Propone que no se dividan las clases según el nivel de adelanto de los niños, sino
que si una clase debe dividirse por razones de población escolar, todos los subgrupos deben
considerarse del mismo nivel. Para ello cada grupo debería conformarse, proporcionalmente, con
niños más y menos adelantados en el aprendizaje
1901
enero 11. Preside una comisión -con Joaquín R. Sánchez y Eduardo Rogé- para determinar los
textos que podrán utilizarse en las escuelas. En sesión de la Dirección, realiza planteos verbales que
se tienen en cuenta.
enero 16: Presenta proyecto sobre provisión interina de escuelas vacantes.
enero 22. Propone que en algunas escuelas rurales se realicen experiencias de aplicación de nuevos
métodos educativos, para saber cuales son los más adecuados para su generalización;: para ello
propone solicitar rubros al Poder ejecutivo.
febrero 23: Propone declarar escuelas de experimentación 4 escuelas del Dep. de Montevideo,
fundamentando de esta manera: “Considerando: Que el establecimiento de escuelas experimentales
destinadas a ensayos de procedimientos pedagógicos, textos, etc., tiene que ser beneficioso, porque
sin ellas la necesidad de aplicar luego a todas las escuelas cualquier reforma que se proyecte da
lugar, ya a que las autoridades escolares se abstengan de esa reforma, que podría ser buena, ya
que, si se la aplica y es mala, se extiendan demasiado sus efectos;
Considerando: Que la Pedagogía no es todavía una ciencia deductiva y que por consiguiente, el
ensayo experimental es la única forma de resolver todos los problemas pedagógicos;...” Esto se
aprueba en la Dirección el 24 de diciembre de 1902. Es devuelto pidiendo ampliación por el
Ministro de Fomento, Serrato el 28 de abril de 1903. Luego de la respuesta de la Dirección, el
Ministro aprueba la experiencia el 29 de mayo de 1903.
marzo: con el objeto de poner al día los materiales que se empleaban en las escuelas, en cuanto al
primer rubro, se nombró una comisión -que presidió- que produjo extenso y prolijo informe sobre la
materia.
abril 20: Proyecta una pormenorizada reglamentación (58 artículos) para los exámenes y concursos
de maestros.
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abril 9: Relacionado con problemas del maestro, de su ejercicio y clases, su trabajo: propone
considerar “falta grave” de rigurosa pena, los castigos corporales que los maestros infligen a los
niños.
junio 26: Propone reglas de procedimiento para exámenes de maestros nacionales y concursos
abril 13: Propone reglas morales para la distribución de clases y encargados de direcciones
suplentes.
diciembre 20: propone criterios para pagar las licencias médicas cuando estas ocurren al final del
curso escolar (debe retribuirse el periodo de vacaciones al maestro titular y no al suplente).
1902
febrero 8. Aclara una resolución anterior sobre como distribuir los niños si hay más de un grupo de
un mismo año: no deben organizarse según su nivel o capacidad de aprendizaje, sino que cada grupo
tenga igual proporción de niños adelantados y lentos.
marzo 13: propone nueva organización de exámenes en los Institutos Normales. Plantea también
que no se otorguen las clases superiores a los mejores maestros, ya que no hay jerarquía entre clases
superiores e inferiores.
junio 26: Realiza observaciones sobre aplicación o cambio de horario discontinuo (que prefiere) en
las escuelas, según sus posibilidades reales .
julio 12- Se le solicita informe sobre el Programa de Moral del Instituto Normal de Varones,
propuesto por su Director Francisco Simón. Informa favorablemente y ante una modificación
presentada por Simón en octubre de 1903, informa también favorablemente: reconoce que el
programa esta fundamentado en Spencer y señala que “si de algún modo puede la moral,
teóricamente enseñada, morder en los espíritus y en la realidad de la vida es, seguramente,
enseñada en esta forma.” Pero advierte el peligro de que se considere la moral de Spencer como la
única. “Los alumnos tienen que saber, de todos modos, que, además de la moral de la utilidad, hay
otros sistemas; que, además de Spencer, otros hombres han pensado y no han coincidido con sus
ideas; y de todo esto, no se darían cuenta dentro del programa proyectado”. Propone algunos
cambios: “Idea de la moral y definición provisoria. Diversos criterios propuestos para servir de
base y apreciar la conducta de los hombres: la revelación; el deber; el sentimiento; el sentido
moral; el placer (individual o colectivo); la utilidad (individual o colectiva) Ligera idea de los
sistemas respectivos. Su casi total coincidencia en la práctica” y agrega después (subrayado) ”tanto
más cuanto que es más fácil hacer comprender a los alumnos que, dada esa casi total
coincidencia en la práctica, todos pueden aceptar las conclusiones de la moral que se enseña, a
la cual podrán después, si lo desean, superponer cualquier hipótesis filosófica o religiosa”
julio 24. Mociona que a las escuelas rurales puedan aspirar tanto maestras como maestros, pero en
caso de aspirantes de los dos sexos, dar prioridad a las maestras.
agosto 12: Propone resolución sobre textos y útiles, que prohíba a las autoridades imponer a los
alumnos la adquisición de los mismos.
octubre 6: Manifiesta su rechazo de los formularios para exámenes generales de las escuelas: es
preferible la libertad de redacción en los informes: “Lo verdaderamente útil y fecundo en los
informes de los exámenes son las observaciones que los hechos escolares sugieren a la Comisión,
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las reflexiones que esta hace; las reformas particulares o generales que propone y para todo esto
es necesario que se produzca con la más absoluta libertad y amplitud”
1903
marzo 13. Ante el hecho de que en muchas escuelas se comiencen las clases con oraciones, señala:
“Lo que corresponde a la escuela no es el acto sino la enseñanza de la oración”, y esta debe
hacerse a última hora para que puedan retirarse los niños no creyentes.
abril 7. Presenta una moción en la que encarece aplicar la Ley que establece la obligatoriedad
escolar. Señala que existen alrededor de 100.000 niños que no asisten, pese a que en muchos lugares
hay capacidad escolar disponible. A esta situación –dice- se responderá con “...argumentos vagos o
insuficientes: la pobreza, las distancias, las costumbres o la índole de la raza, etc. Argumentos que,
en parte, no resisten al más ligero examen...” “Cóbrense hoy algunas multas: la escuela se llena.
Cuando mañana, alguno de estos niños falten más de 20 o 30 veces, elimínenselos de la matrícula,
de acuerdo con el reglamento, y, como se han convertido de nuevo en inasistentes, múltese otra vez
a los padres. Todo esto es sencillo...” Esa multa podría aplicarse mediante el uso, aún, de la fuerza
pública: “...la autoridad administrativa está facultada para recurrir al auxilio de la fuerza
pública”, pudiéndose aún aplicar el embargo de los bienes: “Y si el argumento de la pobreza se
invoca para probar que los padres no podrán pagar la multa, es bien sencillo responder que si
alguno estuviera en ese caso, no lo estarán todos; que a algunos se les podrá cobrar la multa; que
a muchos se les podrá cobrar, por lo menos, una parte de ella; casi todos esos padres tienen, si no
un rancho, cuando menos un caballo o una vaca que pueden ser embargados...” y agrega más
adelante: “...en el caso de no haber bienes embargables, es perfectamente aplicable el artículo 55
del Código Penal sobre sustitución de la multa por prisión equivalente. Y dos o tres prisiones,
cuando más, de padres recalcitrantes y egoístas, bastarían para conseguir el resultado
perseguido”. Menciona –asimismo- casos como el de un comisario que amenazó a las madres
omisas con llevarlas a la comisaría a lavar la ropa de los soldados, y señala que eso no tiene sentido
cuando se puede lograr el mismo objetivo por medios regulares.
mayo 7. Propone que se autorice la suspensión preventiva de aquellos alumnos de muy mala
conducta, como forma de evitar que los maestros caigan en castigos físicos, los que son
terminantemente prohibidos.
julio 15. Propone autorizar a las Comisiones Departamentales de Instrucción Primaria a fijar los
horarios y periodos de vacaciones según conveniencias de la zona
octubre 24: Propone establecer la excepcionalidad de concurso para direcciones rurales, en favor de
la mujer, por la gran conveniencia de que estas escuelas sean dirigidas por ellas.
octubre 26: Propone la creación de clases de 3er. grado en aquellas escuelas urbanas que estén en
condiciones de hacerlo, sin excesos presupuestales, ni violaciones reglamentarias.
noviembre 26. Sugiere procedimientos para la adquisición de libros para las bibliotecas escolares.
1904
enero 26. Mociona que se designen ya las escuelas experimentales autorizadas por el Ministerio y
que se apliquen en ellas los programas redactados por el maestro Figueira.
enero 28. Propone que no se utilicen formularios escolares que contengan algún tipo de publicidad
de las empresas que los imprimen.
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febrero 12: Plantea que la asistencia media mínima para dotar una escuela de ayudantía sea de
sesenta alumnos.
febrero 20: Propone la supresión de los exámenes semestrales en las escuelas de Montevideo,
manifestándose contra el examinismo, es decir, la importancia excesiva dada al examen por encima
de la enseñanza.
febrero 20: Propone un reglamento de licencia para el personal docente.
febrero 25 Proyecta las condiciones que deben exigirse para optar a títulos departamentales
(examen teórico-práctico).
marzo 3. A propuesta de Vaz Ferreira, se establecen como lecturas a exigir a los aspirantes a
Maestros, el “Curso de Pedagogía” de Compayré, la “Historia de la Pedagogía” del mismo autor,
“Conferencias sobre Enseñanza” de Ficht y “Conferencias a los Maestros” de William James
(cuando ésta sea traducida). Con esta medida se obtendrían según V.F. “dos grandes ventajas: la
primera, la de desterrar, o al menos neutralizar en parte, ciertas tendencias que dominan en
nuestro medio pedagógico [se refiere a las obras de Berra] y que en la preparación de los maestros,
considero perjudiciales por lo artificiosas (a lo menos si se las toma en exclusivismo); y la segunda,
abrir horizontes a los examinandos, hacerlos meditar seriamente, lo que no se consigue si, como
hoy sucede, pueden aquellos prepararse con apuntes o extractos..”
marzo 10. Expone largamente sobre el exceso de labores mecánicas que se exigen a los maestros
(llenado de planillas, formularios, etc.) en desmedro de la labor estricta de enseñar. Con respecto a
los formularios que los niños deben llenar con sus trabajos escolares (planes, problemas, etc) y que
deben remitirse a la Inspección, señala que si bien ciertos maestros cumplen estrictamente con lo
establecido y remiten los trabajos tal cual fueron hechos por sus alumnos, otros permiten que estos
los realicen en sus casas o los corrigen personalmente, con lo cual logran mejores resultados ante las
autoridades. Considera que “LA PERFECCIÓN DE LOS TRABAJOS TIENDE A ESTAR EN
RAZÓN INVERSA DE LA MORALIDAD Y SERIEDAD DE LOS MAESTROS” (subrayado de V.F.).
Ello conduce a que los maestros honestos se sientan tentados a seguir ese mal ejemplo: “Imagínese
la situación de un maestro que, por cumplir estrictamente con su deber, envía a la Inspección los
trabajos tales como los presentan los niños y que sabe que el maestro vecino corrige él mismo esos
trabajos... Bien se que debe siempre cumplirse con el deber, sean cuales sean las consecuencias,
etc. etc., pero contésteme quien sea de buena fe: ¿no es más humano ahorrar tales pruebas?
marzo 13. Propone –y se aprueba- como criterio para otorgar la dirección de una escuela o para
cubrir una vacante de clase, no considerar que las clases superiores tengan mayor jerarquía que las
clases inferiores.
marzo 22. Opina que es positivo dar flexibilidad a los horarios que se establecen para cada
asignatura escolar, confirmando su posición respecto a no establecer reglamentaciones rígidas que
perjudican la iniciativa de los maestros
marzo 25. Informa sobre solicitud de modificación de un reglamento de traslados de maestros y
señala “como siempre, las dos soluciones posibles [la del reglamento y la propuesta] tienen aquí
ventajas e inconvenientes; y no puede negarse que hay razones de equidad para pasar las
ayudantías consideradas mejores a los funcionarios que han cumplido religiosamente los deberes a
su cargo..... pero comparando esa ventaja con los grandes inconvenientes que los traslados de esa
clase traerían aparejados, sentó la regla cuya modificación se pide y que, a mi juicio, debe
mantenerse”. Termina diciendo, luego de un extenso análisis del problema: “En resumen: los
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reglamentos (en cuya interpretación es siempre preferible pecar por exceso que por defecto de
escrupulosidad) y las conveniencias escolares, obligan a la Dirección a mantener el criterio
seguido hasta aquí”
abril 4. Presenta un proyecto sobre horarios y vacaciones escolares en los departamentos de
campaña. Por el mismo se da flexibilidad a las Inspecciones Departamentales para que los horarios
sean o no discontinuos y las vacaciones se establezcan en las fechas más adecuadas a cada zona.
abril 6. Informa favorablemente sobre una propuesta del maestro Carbonell y Migal, de realizar
ciertos trabajos de investigación en Antropología Escolar (datos antropométricos, medio social
familiar, biografía escolar, datos psíquicos, etc.). Señala que “nada se ha discutido más en los
últimos tiempos que el grado de utilidad de las investigaciones psicológicas y antropológicas para
la Pedagogía” y destaca las contradicciones que se encuentran entre las afirmaciones de distintos
psicólogos, pero termina señalando que los estudios proyectados son interesantes y deben apoyarse.
junio 26. Informa sobre la aplicación del horario discontinuo (a ensayo) en las escuelas,
entendiendo que sólo es aplicable si los niños residen cerca de ella, por lo cual no es adecuado para
las escuelas de pueblos chicos que atienden una zona extensa.
junio 29. Informa sobre una solicitud de la Sociedad “Cristóbal Colón” para que alumnas de la
Escuela de Aplicación realicen trabajos de costura para esa sociedad de beneficencia. Entiende que
–con las condiciones establecidas por la Directora de la escuela- puede accederse, ya que ello
“establecerá una comunicación, un contacto entre la escuela y la vida real, que motivará fecundas
lecciones de moral, de más hondo y vital alcance que las comunes, tan frecuentemente
convencionales y de artificio”
1905
marzo 9: Recomienda como texto de moral para el Instituto Normal de Señoritas la “Moral” de
Payot.
junio 3: Propone la asimilación de títulos departamentales mediante concurso.
julio 13: Propone deslindar atribuciones de las Comisiones Departamentales de Instrucción
Primaria y reglamentar las mismas.
1906
febrero 15: Propone una nueva manera de computar las asistencias de alumnos, descontando un
20% de los días (aquellos en que hubiese menos asistencia) para contemplar los casos de intensas
lluvias que impiden una concurrencia normal.
marzo 1º: Propone que los días de lluvia se impartan clases normalmente, aunque hayan pocos
niños (para no estimular la ausencia de estos), y si es necesario se repitan los temas al día siguiente.
agosto 2. Informa desfavorablemente a que se modifiquen los números de las escuelas porque ello
lleva -con el tiempo- a confusiones. Los cambios deben ser autorizados por la autoridad superior y
sólo en caso de imperiosa necesidad.
agosto 8: Informa sobre la forma de proveer los cargos en el Jardín de Infantes y desaconseja que se
limite la participación sólo a quienes han realizado prácticas en él, pues eso haría depender de una
sola persona (la Directora que acepta a los practicantes) la posibilidad de concursar para un cargo.
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septiembre 13: Propone que se insista con los maestros a fin de que cumplan con la disposición que
indica reducir el número de alumnos repetidores al mínimo imprescindible (en algunos casos, niños
con aptitudes normales quedaban 3 o 4 años en un mismo curso).
1907
enero 8: Propone criterios a aplicar en la evaluación final de los alumnos: el principio básico es
que no repitan el año (sería lo excepcional); los alumnos deben ir avanzando en sus cursos año a
año. La repetición de un curso debe ser algo irregular, que exige una explicación.
enero 24: Informa sobre el asunto de los alumnos repetidores, insistiendo en lo planteado en la
disposición anterior.
agosto 20: Informa sobre la no inconveniencia de que algunos niños que llegan al último curso
deseen repetir el mismo; ello sería bueno para ellos y sólo podría objetarse si ocupase un lugar que
otros niños necesitan, lo que en escuelas rurales no es común que ocurra.
agosto 20: Informa sobre la compra de cuadernos para deberes por parte de los alumnos, aclarando
una disposición de 1902. Reitera que si los alumnos tienen medios para ello, no es inconveniente
que adquieran los cuadernos.
1908
septiembre 14: Informa sobre una resolución de la Junta Económica-Administrativa de
Montevideo, que establecía un premio anual a la mejor escuela de cada categoría (1º, 2º, 3er,grado y
rurales). “Con respecto al valor de los premios (trátese de niños, de hombres o de instituciones) se
discute y se discutirá mucho; porque los hombres están hecho de tal manera que, cuando una cosa
tiene ventajas e inconvenientes, los que ven los inconvenientes se sienten obligados a no ver las
ventajas, y al contrario; en ese caso, precisamente, están los premios...” Luego de declarar que
considera que son mayores los inconvenientes, manifiesta que en caso de concederse se deben
otorgar a todos los que lo merecen y no fijar de antemano un número fijo porque ello implicaría que
algunos que son merecedores, sin embargo, no los obtendrían.
1910
enero 11. Plantea a la Dirección que “desde hace varios años, viene trabajando en la Comisión de
Programas escolares, que preside; pero se encuentra todavía lejos del fin, pues sólo
excepcionalmente puede reunirla. A pesar de haber sido integrada esa Comisión, por varias veces y
a pedido del que habla, con nuevos miembros, es cada vez más difícil celebrar una sesión. Hace
esta manifestación, no sólo para salvar responsabilidades personales, sino para pedir a la
Dirección General dirija una exhortación a todos los miembros hasta hoy nombrados,
encareciendo la necesidad de la concurrencia...”
1911
abril 6. Propone una fórmula para establecer el aumento a los maestros rurales, consistente en
graduar el mismo en relación al porcentaje de niños que asisten a la escuela sobre al número de
niños en edad escolar de dicho distrito. Según él ese aumento diferencial “tiene un carácter parcial
de premio, estimula la asistencia y recompensará, en la gran mayoría de los casos, las buenas
condiciones del Maestro y en todos, la eficacia de la Escuela”. Sáenz de Zumarán presentó una
fórmula en el mismo sentido, que será aceptada por Vaz Ferreira en sesión posterior.
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julio 6. Se interesa por saber –en relación a la Fiesta del Árbol a celebrarse próximamente- de que
cantidad de ejemplares se disponía y si se habían adoptado ciertas medidas sanitarias respecto a los
mismos (propagación de parásitos).
julio 22. Se menciona en la Dirección como “feliz inspiración del Vocal” la proposición de que las
4 escuelas en que deben realizar sus prácticas los estudiantes cuenten con una Secretaría
administrativa.
agosto 3. Informa sobre la manera en que se realizará una experiencia de enseñanza de la
Matemática propuesta por el Sr. Félix Pernot: el proponente deberá instruir en el método a maestros
y ayudantes que lo aplique; “la asignatura conservará la misma importancia relativa respecto a las
demás, de modo que, ni se le ha de dar más tiempo que antes, ni por ningún otro concepto ni medio
se ha de imponer ni sugerir a los niños que presten atención excepcional a la asignatura, lo cual
desnaturalizaría los resultados del ensayo”.
septiembre 29. Propone –junto con Sáenz de Zumaran- que las escuelas de 3er. Grado puedan ser
dirigidas tanto por maestros como maestras.
octubre 14: Informa sobre una solicitud en el sentido de no justificar la ausencia de los maestros de
cursos nocturnos, el día de su onomástico. Entiende que “administrativamente” no tiene sentido
autorizar esas faltas, pero considerando que el maestro debería interrumpir seguramente una cena
familiar -como es habitual en estos casos- podría dispensarse. “Ya se que todo esto,
administrativamente, parecerá no tener sentido y aún que lo que digo podría parecer a alguien un
poco ingenuo; pero ya que esta práctica representa, dentro de una geométrica “Administración”,
un leve toque de ingenuidad y de poesía ¿no sería mejor conservarla?”
noviembre 11: propone modificaciones a las reglas de profilaxis que el Cuerpo Médico Escolar
había extendido para evitar el desarrollo de enfermedades contagiosas en las escuelas.
1913
marzo 14. Se le concede la licencia solicitada para poder atender debidamente los cursos de
Pedagogía a dictar en la Enseñanza Secundaria a profesores de la misma.
julio 1º. La Dirección resuelve solicitar a VF que no renuncie, aunque no pueda asistir regularmente
y en caso de renunciar, se le designe Vocal honorario con voz y voto.
julio 22. Se renueva la licencia.
diciembre 23. Nueva renovación.
1914
julio 7. Nueva renovación.
1915
enero 19. Última renovación.
julio 15. El Ministerio de Instrucción Pública, resuelve aceptar la renuncia de Vaz Ferreira, y
agradecerle los servicios prestado, “Considerando que tal estado de cosas [las reiteradas licencias]
revestiría el carácter de una retención de empleo, expresamente prohibida por el Decreto-Ley del
17 de junio de 1869”.
11
julio 26. El Director General de Instrucción Primaria, Abel J. Pérez, solicita al Ministro de
Instrucción Pública –Dr. José Espalter- se designe a Vaz Ferreira Miembro Honorario de la
Dirección de Instrucción Pública, con derecho a intervenir en las discusiones de esa corporación
cuando lo estimase conveniente. Fundando esta petición, sostenía Abel Pérez: “...La Dirección no
podría sin ingratitud, olvidar los lazos que unen al joven pedagogo y profundo filósofo, que ha
honrado sus deliberaciones con sus consejos y su legislación con sus proyectos siempre pensados,
destinados a corregir un abuso, a salvar una deficiencia o a perfeccionar un resorte
administrativo”. En esta misma fecha, la Dirección de Instrucción Primaria dirige una nota a Vaz
Ferreira, en la que Abel Pérez le expresa “Hace muchos años que actuamos juntos; al principio no
nos conocíamos y existían con frecuencia entre nosotros incertidumbres y desconfianzas, que nos
mantenían a uno y otro en permanente guardia defensiva; después fue naciendo la confianza, la
estimación y un profundo afecto, que el tiempo ha ido robusteciendo y vigorizando. En nuestra
luchas comunes y en nuestras controversias ardientes, hemos extremado la nota con frecuencia; la
nota de la violencia que abonaba la sinceridad de nuestras convicciones; pero sobre esa agitación
tumultuosa de la superficie, había algo, no obstante, en el fondo, que flotaba siempre sobre
nuestras controversias, y era el concepto claro, nítido, soberbio, que teníamos de su talento
poderoso y el infinito placer con que seguíamos sus raudos vuelos de águila, alzándose sobre las
pequeñeces de nuestro medio, de frecuentes tonalidades primitivas”.
diciembre 31. La Dirección aprueba el programa de Pedagogía del Plan de Estudios para maestros
de 1er. Grado, que incluye: “Estudio y crítica de las ideas directivas de escalonamiento y de
penetrabilidad del Dr. Carlos Vaz Ferreira. Valor pedagógico de las mismas. Su aplicación a la
enseñanza”. (Vaz Ferreira había cesado como vocal el 15 de julio de ese año)
Consideraciones sobre esta actuación.
No le fue fácil, seguramente, sobrellevar la misión de co-dirigir el sistema escolar durante
más de una década. Ya vimos que el mismo comprendía cientos de escuelas, más de mil maestros,
decenas de miles de alumnos, decenas de inspectores, etc. Asimismo, co-dirigir el sistema
significaba discusiones, polémicas –a veces duras- con los otros integrantes de la Dirección; quizás
también algún enfrentamiento con las autoridades nacionales. Su hija Sara menciona uno de esos
casos, sobre el cual no pudimos obtener mayor información: “Se conservan en el archivo particular
Vaz Ferreira, en Atahualpa, numerosos recortes y aún artículos de Vaz Ferreira referentes a la
lucha que debió sostener –junto con sus colegas de Dirección- contra el gobierno de Cuestas. El
origen radica en que este último, por intermedio del Ministerio de Fomento, quería imponer como
secretario de la Corporación a determinado candidato y al resistirse la Dirección de Instrucción
Pública, por motivos referentes a la persona de dicho señor, el gobierno provocó una serie de
ataques provocando por todos los medios el desprestigio de dicho cuerpo colegiado.” (3). Este
enfrentamiento dio lugar a que la persona implicada terminara retando a duelo a Vaz Ferreira y éste
–contrariando sus principios- aceptara y nombrara sus padrinos, los que, al fin, determinaron que no
había lugar a duelo.
De cualquier manera, durante los primeros años de su actividad, muestra un dinamismo
importante, que se traduce en frecuentes informes, presentación de proyectos, mociones. Podemos
destacar, dentro de su larga actuación, algunos perfiles de la misma:
- Apoyo a la experimentación, a la creatividad de los maestros e inspectores, liberándolos de
marcos muy rígidos o estrechos, como en las actuaciones de 22-01-901/ 23-02-901/ 6-10-903/ 2601-904/ 22-03-904/ 6-04-904/ 3-08-911.
12
-Cuidado que en los temas administrativos se mantengan principios de justicia, como en 2012-901/ 8-08-906/ 6-04-911.
-En los aspectos estrictamente pedagógicos, podemos destacar su lucha por desterrar ciertas
orientaciones que consideraba artificiosas (quizás por lo sumamente sistemáticas y estructuradas,
como las de Berra), al tiempo de estimular las lecturas de obras originales y de diversos autores,
como en 12-07-902 o 3-03-903; el estímulo a que la escuela se acerque a la vida real, como en 2906-904; la disminución del peso de los exámenes que genera un estudiar para rendir examen y no
para aprender, como en 20-02-904.
-En casi todos sus informes se manifiesta prudente, evitando tomar una posición extrema,
señalando siempre los aspectos positivos y negativos de cada opción posible (25-03-904/ 14-09908). Al mismo tiempo, muestra una cierta calidez humana, al tratar algunos temas administrativos,
como en 10-03-904/ 14-10-912.
-Contrastando con esto, llama la atención su dureza –en cierta ocasión- con respecto a la
obligatoriedad escolar (7-04-903) lo que dio lugar –incluso- a fuertes críticas desde el propio ámbito
magisterial. Aldo Faedo, Inspector de Enseñanza Primaria, al reseñar la personalidad de un antiguo
colega, dice: “El filósofo que se preocupó tanto en demostrar que todos debiesen tener su lugar de
“estar en el planeta” cree solucionar con una multa la asistencia a la escuela de los hijos de
aquellos que no tienen ni un palmo de tierra, en un país de tantas tierras sin hombres y de tantos
hombres sin tierra. Evidentemente, como muy bien se ha dicho, escamoteó la realidad y, más allá
de sus altos propósitos, pasará a la historia como el pensador de un país latifundista” (4). En
coincidencia con este juicio, otro maestro –reconocido por sus experiencias renovadoras en la
escuelas primaria- definió a Vaz Ferreira como “un pedagogo burgués” (5), atendiendo en este caso,
más a su posición respecto a los problemas sociales que a su actuación como dirigente escolar.
Quizás pudiera haber influido en este caso su desconocimiento del medio social campesino,
que era sí comprendido por los maestros o inspectores que actuaban en él. Ya, muchos años antes,
un inspector vareliano señalaba en su informe: ”Convendría antes de aplicar multas a los padres de
familia por no enviar sus hijos a las escuelas, estudiar las causas que los inducen a obrar de este
modo: pues hay en campaña muchas familias menesterosas que tienen a sus hijos descalzos y casi
desnudos y no se resuelven a hacerlos concurrir en semejante estado; y otros, pobres también, que
los utilizan para el trabajo, a falta de peones y no se desprenden de ellos por la ayuda que prestan”
(6).
De todas maneras, estos fueron largos años de trabajo intenso, que exigieron mucho y que
resultan difíciles de sintetizar en pocos párrafos. En 1910 ya manifestaba un cierto cansancio y
desilusión al no encontrar entre sus compañeros de tareas la misma dedicación y entusiasmo que él
venía mostrando desde su incorporación a la Dirección -como lo expresa en 11-01-910- lo que
seguramente incidía en una paulatina disminución de su esfuerzo y en los sucesivos pedidos de
licencia.
Anhelos y frustraciones de un dirigente.
Años después de cesar en su cargo, Vaz Ferreira recordará su larga actividad en la educación
y manifestará su desilusión por los logros no alcanzados: “He dedicado a la enseñanza pública de
mi país más de 30 años de mi vida, no limitándome a los deberes de mis cátedras, a las normales de
funcionario en su caso, a la simple propaganda, sino dando a las cuestiones de enseñanza toda mi
alma;(....) sacrifiqué, por una parte, mi producción y mis aspiraciones intelectuales; por otra,
tranquilidad y goces de mi vida y afectos (...) Haciendo en realidad por la enseñanza lo que en
nuestras democracias otros hombres sinceros y buenos hacen por la política; pero mientras, en
13
política, eso es reconocido y respetado, en el caso de la enseñanza parece algo anormal, casi un
extraño fenómeno de inadaptación o de vanidad. Hay, es cierto, un caso en que ello no ocurre.
Cuando un funcionario ocupa cargos en que por sus facultades legales o por apoyo de los
gobiernos puede realizar todo lo que proyecta, ejecutarlo como lo piensa, imponerlo por el éxito,
entonces puede encontrar la justificación objetiva de su actitud y en mayor o menor grado, una
recompensa de opinión. Tal no pudo ser nunca mi caso. Al principio me era ya muy difícil, a
pesar de desempeñar cargos públicos, hacer un bien concreto y próximo y corregir o impedir
males porque aquellos cargos (Consejo de Instrucción Primaria, Decanato o Consejo de
Enseñanza Secundaria) eran corporativos o subordinados. En ninguno de ellos contaba con las
facultades o con la mayoría que me hubiera permitido realizar proyectos tales como yo los
pensaba...”(subrayado nuestro) (7)
En ocasión de renunciar al Decanato de la Sección Secundaria de la Universidad, manifestó
también: “...conocía por bien dolorosa experiencia, el efecto que, en nuestro medio produce,
cuando se desempeñan ciertos cargos públicos, una actuación de absoluta sinceridad y de acción
sin las derivaciones que se toleran y aún se preconizan, por causas personales.” . (Nota al rectormarzo 1906) (8)
Comentando en 1933 su actuación directriz, señalaba: “Se que nadie podría comprender –y
quizás hay sido patológico—lo que yo sufrí luchando, p.ej. por la moralización de los
nombramientos, por la implantación de los concursos, por la supresión de las recomendaciones y
por todas las formas que impurifican el nombramiento directo; luchando contra la exageración del
régimen de exámenes que aún hoy deteriora las mentes y hasta enferma y mata niños, luchando por
los parques escolares, proyecto ideal, superior a mi, superior a todos, que la triste incomprensión
de ciertos hombres, bastante de ellos desgraciadamente sinceros, hundió para siempre o para tanto
tiempo” (9)
Quizás tenía en mente un hecho ocurrido algunos años atrás: ante la existencia de una
partida presupuestal amplia para edificios escolares, el Ministro de Instrucción Pública propone al
Consejo Nacional un plan de edificaciones escolares, consistente en crear parques escolares según lo
propuesto por Vaz Ferreira. “La idea no es nueva. Fue magníficamente tratada por el maestro de
conferencias... Maestro de todas las nobles cuestiones del espíritu, Dr. Carlos Vaz Ferreira. Fue
concienzudamente estudiada y propuesta a las autoridades escolares en mayo de 1923 por la
Federación Magisterial Uruguaya de que formamos parte y en cuyo seno encaramos entonces la
cuestión. Más tarde, en mayo de 1925 en el seno del Honorable Consejo Nacional el Consejero Sr.
Julio María Sosa embozaba sus críticas a un plan de edificación análogo al que se estudia en este
instante y que deseo evitar por el proyecto que tengo el honor de entregar al H. Consejo”.(10)
La propuesta consistía en crear parques escolares en predios de 20 o 30 Has. de tierra
arbolada en la que se construiría: a) un cuerpo central de edificio; b) salas sencillas de clase; c)
salón de actos, conferencias, etc.; gimnasio; e) todas las otras instalaciones requeridas. Tendría
capacidad para unos 5000 niños. Y se situarían siguiendo las grandes vías de la ciudad: hacia la
Unión , Reducto, Colón,, Sgo. Vázquez y el mar. Esta propuesta –que hubiese llenado de
satisfacción al Pedagogo- no obtuvo, sin embargo, una respuesta favorable del Consejo de
Instrucción Primaria y quedó archivada.
____________________________
Quizás si el Pedagogo viviera hoy, se mostraría sorprendido ante la poca repercusión que
tuvo en los medios magisteriales, su larga actuación directriz, más allá de ser reconocido como
referente en los temas de teoría pedagógica.
14
Capítulo 5 - El pedagogo educa a sus hijos.
Vaz Ferreira tuvo ocho hijos, el primero (Sara) nació en 1901, el último (Raúl) en 1918. En
cierto momento de este periodo alguien le preguntó cuantos hijos tenía y él respondió: “cinco, que
es lo menos que puede tener un hombre decente”(11), lo que muestra por un lado su orgullo de
padre y por otro, cierto apego a una moral conservadora, enemiga de cualquier forma de
planificación familiar. Sus hijos, al final, fueron 8 (Carlos, Alberto, Elvira, Sara, Matilde, Mario,
Eduardo y Raúl), nacidos entre 1901 y 1918.
Veamos ahora de que manera este pedagogo -que codirigía la escuela pública, daba consejos
pedagógicos, sugería modificaciones reglamentarias, etc.- educaba a sus hijos. Si los hubiese
enviado a un colegio privado -que los había (y buenos)- no habría sorprendido demasiado dado que
ello era habitual en las clases sociales con cierto poder económico o prestigio social, aunque esto
hubiese mostrado cierta incongruencia en su actitud, un “doble discurso”. Aquí -sin embargoocurría algo distinto; se trataba de no confiar en ninguna escuela para la formación de sus hijos y
preferir una atención personalizada de acuerdo a muy particulares sistemas pedagógicos. La Ley de
Educación Común de 1877 (Art.22) autorizaba esta situación: “Los niños y niñas que no concurran
a las escuelas públicas podrán aprender en escuelas particulares, en sus casas del modo que los
padres, tutores o guardianes estimen más conveniente, pero deberán estos acreditar esa
circunstancia de debida forma ante el Inspector Departamental, quien expedirá un certificado de
haber llenado ese requisito” (subrayado nuestro) No sabemos si el Pedagogo cumplió con ese
requisito en los casos de sus ocho hijos, pero lo cierto es que su actitud parece contradecir lo que
había manifestado duramente en sus informes a la Dirección (ver 7 de abril de 1903). Pues bien,
desde el año 1908, en que la primera hija de Vaz Ferreira cumplió 7 años, hasta 1915 en que éste
dejó la Dirección, ninguno de sus hijos asistió a la escuela pública ni a una escuela privada
autorizada oficialmente.
Ahora bien ¿cómo funcionaba la peculiar “escuela” organizada por el Pedagogo para sus
hijos? Los recuerdos de algunos de ellos nos brindan un panorama de aquella peculiar “escuela
privada”. Considerando que estos nacieron en fechas alejadas entre sí (Sara en 1901, Matilde en
1909, Raúl en 1918), podemos considerar que la “escuela” mantuvo una cierta consistencia
metodológica durante casi dos décadas.
“El pedagogo tenía a su alcance todo lo necesario para educar a sus niños como él
deseaba: una quinta, que los ponía en contacto con la naturaleza; una casa, integrada por unas
cuantas piezas...Tenía a su lado, en la esposa, una excelente maestra, inteligente y preparada. Bajo
su dirección Elvira se consagró a la educación e instrucción de sus ocho hijos. En forma natural y
espontánea, entre Vaz Ferreira y su esposa organizaron en la Quinta, en beneficio de los hijos, un
superparque escolar en miniatura” (12) No sabemos si en esta escuela se cumplían –ni de que
manera- los programas escolares oficiales, aunque podemos suponer que –de acuerdo con la
flexibilidad que el Pedagogo pedía para las escuelas públicas- aquí no se someterían a un plan
rígido. Los horarios eran, al parecer, bastante amplios: Sara creía recordar su madre la atendía, como
maestra, 8 horas por día (de 8 a 12 y de 13.30 a 17.30 hs). “las labores domésticas y el estudio
reglado estaban sabiamente combinados con el tiempo libre y el ocio noble, que abarcaba: lecturas
fermentales, juegos y deportes. Aquí había alguna discrepancia entre Vaz Ferreira, que reinaba, y
su esposa, que gobernaba. El primero era más partidario de tiempo libre –tiempo de vida- que la
segunda” (13). Los quehaceres del hogar, la jardinería, los deportes (gimnasia de Muller, pelota
vasca, tenis, natación) complementaban esa educación, aunque no logró mucho éxito en este
aspecto: “en nuestra propia casa construyó una cancha en la que desesperó, con resultado vario,
por contagiarnos su fervor hacia ese deporte [la pelota vasca]” recordaba Matilde (14)
15
Si bien la madre –Elvira- era la encargada de la enseñanza sistemática, el padre era quien
iniciaba a sus hijos en los conocimientos de ciencias biológicas, a través de su colección de aves
(pájaros, gallos de riña, etc.): Raúl (más tarde distinguido biólogo) recordaba las lecciones de su
padre: “Lo primero que me enseñó fueron los conocimientos que él había visto y oído sobre la
comunicación entre las gallinas y gallos: el me enseñó a conocer por el oído la “señal de
depredador en el aire” (que emiten gallos y gallinas para indicar un enemigo tal como un halcón
que se acerca en vuelo...)... también me enseñó a conocer el grito indicativo de “depredador que se
acerca por tierra, tal como un zorro...). También el grito de “pollito extraviado” y muchos otros
sonidos significativos desde el punto de vista social” (15). También el Pedagogo se preocupó por
estimular la lectura fermental, la de textos originales y no simples manuales. Sara recordaba haberse
iniciado en la lectura de los grandes autores –Homero, Dante, Tolstoi, Barret, Florencio Sánchez,
etc.- a través de su acceso a la rica biblioteca de su padre. Al mismo tiempo, vale la pena señalar
que el último de sus hijos –Raúl, nacido en 1918- con más de 8 años, aún no había aprendido a leer
y comenzó recién a hacerlo a través de los nombres científicos que traían las imágenes de un texto
de zoología
A través de los recuerdos de sus hijos el Pedagogo se muestra como un ser alegre, algo
juguetón. Por ejemplo, había creado, para uso familiar, un lenguaje consistente en palabras
inventadas por él y sin ninguna relación con el idioma español: “amonacón” era un disco de
gramófono, “apetado” era medio loco, “eono” una persona mala, “Clecio” era el sobrenombre de su
hija Sara, “Laija” era su esposa, etc. Era también poco rígido con la disciplina de sus hijos,
permitiéndoles travesuras varias. Matilde recordaba que una vez que escaparon por un portón de la
Quinta para entrar por otro a la vuelta de la esquina (algo no permitido), el padre –que volvía de sus
tareas- los vio y simplemente los saludó con un “hola”. Esa educación poco rígida, amigable,
tolerante, daba como resultado unos niños poco inhibidos, activos, creativos... traviesos. “[mi
padre] usaba unas elegantes galeras que aparecen en fotografías tomadas por mi madre, hábito
que tuvo que abandonar más tarde porque nosotros se las quitábamos, las poníamos en medio de
algún camino y veníamos corriendo para saltar y caer encima desfondándolas” (16). Sara
confesaba –con cierta vergüenza- que se habían convertido en “Barbari pedes nudi”, “Éramos
también niños arborícolas”. Un antiguo vecino del barrio Atahualpa los recuerda de esa manera:
“Los hijos de Vaz Ferreira andaban permanentemente descalzos, se portaban pésimo, tenían un
cuidador, porque la quinta estaba dividida en dos, la de Vaz Ferreira con todos sus ayudantes y la
otra para los hijos, que tenían tipo plaza de deportes ahí, pero tenían un tal Ferrero que vivía en
Millán y que arreglaba y cuidaba...”“...entonces cuando pasábamos por la vereda en bicicleta los
Vaz Ferreira nos tiraban cosas, porque tenían una pared y una pajarerita y de ahí subían y nos
tiraban cosas. Cuando yo estaba en casa de los Vaz Ferreira también tiraba cosas. Un día me
dieron una pedrada los Vaz Ferreira y no sabía como vengarme; la quinta Mangino tenía al lado
de la puerta un cardo de caqui, parece un tomate, asqueroso es. A la hora de la siesta entonces con
los caqui me preparé la bicicleta me paré en una verja, lo hice por varios días, cuando pasaba por
los Vaz Ferreira les tiraba...”(17)
De todas maneras, al árbol lo conocemos por sus frutos. Varios de los hijos del Pedagogo
tuvieron actuación destacada en el plano científico, educacional, jurídico, etc. por lo que podemos
concluir que la pedagogía aplicada en su niñez si no fue necesariamente la generadora de esas
virtudes, al menos no impidió su desarrollo.
16
Apéndice. Un recuerdo personal.
Por nuestra edad, conocimos personalmente a Vaz Ferreira recién en sus últimos días,
cuando -como Decano de la Fac. de Humanidades- integraba en Consejo Central Universitario. En
1954 nosotros integrábamos un Cine-Club que pretendía exhibir -gratuitamente- películas de “cinearte” en el Paraninfo de la Universidad. Nuestra solicitud, al ser considerada en el referido Consejo,
recibió ciertas reservas por parte del Pedagogo, que entendía que las películas eran de dos tipos:
científicas o instructivas (sobre las cuales no habría ningún tipo de reparo) o de otra categoría, las
que podían tener un carácter artístico o ser “inmorales o desmoralizadoras o artificialísimas o
basadas en sentimientos antinaturales o forzadas al extremo o demasiado crueles” (18). Por esa
razón sugería que en este caso, debíamos presentar al Rector el título de la película a exhibir y éste
decidiría si autorizaba o no su proyección. El Rector, Arq. Carlos Agorio nos informó de la
resolución del Consejo al tiempo de manifestarnos que la propuesta de Vaz Ferreira lo ponía en un
verdadero aprieto, ya que él no entendía de cine como para juzgar películas y nos sugirió entrevistar
al Decano para -de alguna manera- “negociar” otra fórmula. Así lo hicimos y fuimos recibidos por
un anciano de aspecto débil, de voz apagada y despacioso hablar, que nos volvió a repetir sus
argumentos manifestándonos también con voz casi de horror que -incluso- se estaban exhibiendo
películas que trataban de “ninfomanía”!
No pudimos convencerlo de que si bien podían existir películas pornográficas no era ese
nuestro ámbito de actividad, sino el que cumplían las decenas de cine-clubes que en ese momento
proyectaban en todo el país filmes de gran calidad que incluían, es cierto, algunos pocos realizados
con cierta audacia (el cine sueco de Sjoberg, de Bergman, etc.).
Este recuerdo personal nos confirma la permanencia de aquella actitud cautelosa,
extremadamente meditada, poco dada a definir tajantemente una situación problemática o compleja,
actitud que lo había caracterizado en su actuación directriz, que parecía ser algo connatural a su
personalidad, sustentando todo su pensamiento y sus actuaciones.
17
NOTAS
1) Sara Vaz Ferreira –“Carlos Vaz Ferreira- Maestro de conferencias” (p.38)– Univ. de la Repca.
1984
2) Orestes Araujo “Historia de la escuela uruguaya” – p. 503 – El Siglo Ilustrado. 1911
3) id. 1) p.87-88
4) Aldo Faedo -“Un Inspector Vareliano: Ramón López Lomba” en “Anales de Enseñanza
5) Jesualdo Sosa – “Vaz Ferreira, pedagogo burgués”. Edit- El Siglo Ilustrado- 1963
6), F.Fernández Calmet, Inspector Departamental de Florida - Memoria de 1878.
7) Carlos Vaz Ferreira -“Sobre la enseñanza en nuestro país” Conferencia en su Cátedra. 1928
8) B. Paris y J.Oddone. “La Universidad Uruguaya”. T. II p.
9) C. Vaz Ferreira- Conferencia en su Cátedra- junio 9 de 1933. (en Edic. Homenaje Cámara de
Representantes. T.XXV. p.187-88)
10) Carlos Vaz Ferreira -“Parques escolares” - Edit. Gutenberg 1927. Proyecto y exposición de
motivos de Ministro de Instrucción Pública Enrique Rodríguez Fabregat.
11) Matilde Vaz Ferreira – “Recuerdos de mi padre” – Monteverde – 1981
12) Id. 1) p.151
13) Id. 1) p.151
14) Id. 7) p.13
15) Raúl Vaz Ferreira – “Memorias de un zoólogo” p.128 Edit.
– 2004
16) Id. 7) p.14
17) En Internet: www.barrioatahualpa.com.uy/seccion_vidasocial/4_testimonios.html
18) Actas del Consejo Central Universitario (en papeles personales del autor)
BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES UTILIZADAS
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Jesualdo (Jesualdo Sosa) – “Vaz Ferreira, pedagogo burgués” – El Siglo Ilustrado- 1963
Vaz Ferreira, Sara – “Carlos Vaz Ferreira- Maestro de Conferencias” - Univ. de la Repca.
1984
Vaz Ferreira, Matilde– “Recuerdos de mi padre” - Monteverde -1981
Vaz Ferreira, Raúl - “Memorias de un zoólogo” - Montevideo -2004
Actas de la Dirección de Instrucción Primaria
Legislación Escolar
Anales de Instrucción Primaria -
18
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