Comunicación de un caso Mujer con enfermedad celiaca e íleo Dra. Roggero Andrea, Dra. Serrano María Eva*, Dr. Ramírez Luis Agustín, Dra. Alfano Silvana, Dr. Domingo Cera Servicio de Clínica Médica - Hospital de Emergencias Dr. Clemente Álvarez (HECA). Rosario. Argentina. * Residente de 3° Año del Servicio de Cirugía General del HECA. Mujer de 32 años de edad con diagnóstico de enfermedad celíaco hace 17 años sin adherencia al tratamiento dietético, que consultó por un cuadro de aproximadamente un mes de evolución caracterizado por dolor abdominal generalizado, continuo, con exacerbaciones cólicas de intensidad 8/10, acompañado de vómitos de contenido alimenticio, hiporexia no selectiva y pérdida de peso de 8 kg del mismo tiempo de evolución. Al momento del ingreso, refería catarsis negativa de 8 días de evolución. superior, donde se constató en yeyuno una estenosis de aproximadamente 10 cm de longitud, que provocaba una leve dilatación de asas proximales y permitía el pasaje de contaste hacia áreas distales. Figura 1. Tránsito Gastrointestinal Al examen físico se encontraba adelgazada con un índice de masa corporal (IMC) de 18, con mucosas secas y lengua saburral. Afebril, normotensa y ventilatoriamente estable. Presentaba un abdomen excavado, blando, depresible, doloroso a la palpación generalizada, con defensa periumbilical, sin dolor a la descompresión y aislados ruidos hidroaéreos. No presentaba lesiones cutáneas. El resto del examen no presentaba particularidades. Se realizó un estudio endoscópico de tracto digestivo superior en donde se evidenció un patrón en empedrado y nodular en antro y duodeno (compatibles con su patología de base). En yeyuno proximal se evidenció una lesión estenosante, circunferencial, friable, de aspecto atípico. Laboratorio del ingreso: hematocrito 41.9%, hemoglobina 14.1 g/dl, plaquetas 364000/mm3, tiempo de protrombina 8.9”, tiempo de tromboplastina activada 25.7”, glucemia 103 mg/dl, uremia 24 mg/ dl, creatininemia 0.8 mg/dl, bilirrubina 0.8 mg/dl, amilasemia 66 U/l, natremia 141 mEq/l, potasemia 3.6 mEq/l, fosfatasa alcalina 266, TGO 21 mUI/ml, GGT 52 mUI/ml, calcemia 9 mg/dl, fosfatemia 5.5 mg/dl, proteinemia 6.6 g/dl, albuminemia 3.7 g/dl, LDH 362 mUI/ml, colesterol total 150 mg/dl, triacilgliceridos 122 mg/dl, HDLc 34 mg/dl. Inmunoglobulina A 332 mg/dL, anti-transglutaminasa A 10 IU/mL, anti-gliadina deaminada 80 U/L. Se procedió a la realización de una radiografía simple de abdomen (en proyección de frente) que demostró dilatación de asas delgadas y aislados niveles hidroaéreos. Se realizó un estudio baritado del tracto digestivo Diagnósticos presuntivos de ingreso: 1. Linfoma intestinal 2. Adenocarcinoma de yeyuno 3. Carcinoma neuroendocrino 4. Leiomiosarcoma intestinal www.intramed.net Vol. 1 / Número 3 1 Carcinoma neuroendocrino intestinal de alto grado Figura 2. Hallazgos intraoperatorios. A Se realizó una tomografía computada (Figura 1) de abdomen con doble contraste, que evidenció una distensión del duodeno y asas yeyunales asociadas a un engrosamiento de la pared del yeyuno de 9 mm de espesor. No se constataron adenomegalias ni lesiones ocupantes de espacio en parénquima hepático. Figura 1. Tomografía Computada de abdomen con doble contraste. B La flecha amarilla indica la zona de distensión duodenal, mientras que línea roja indica el engrosamiento de la pared del yeyuno. Estadificación: pT3 – pN1 – M0. Se decidió conducta quirúrgica. Durante la cirugía, se constató una lesión estenosante y circunferencial a 20 cm del asa fija (Figura 2A y 1B). Se procedió a la exéresis quirúrgica con anastomosis latero-lateral. El informe anatomopatológico de la muestra fue de Carcinoma Neuroendocrino pobremente diferenciado, de alto grado (sinaptofisina y cromogranina A positivas; Ki-67 >70%). Se inició soporte nutricional (inicialmente, nutrición parenteral total), con progresión paulatina a una dieta libre de gluten. Se decidió el alta hospitalaria con control ambulatorio por el servicio de Oncología para inicio de tratamiento quimioterápico. Revisión de la literatura Se demostró que el tumor infiltraba la serosa (sin sobrepasarla), que existían imágenes sugestivas de invasión vascular linfática y, que los márgenes se encontraban libres de neoplasia. En la inmunohistoquímica se identificaron micrometástasis en 2 de 8 ganglios linfáticos. Carcinoma neuroendocrino en intestino delgado Generalidades Los tumores neuroendocrinos (TNE) conforman un grupo heterogéneo de neoplasias del sistema neuroendocrino difuso. Éste incluye células, diseminadas por todo el organismo, que se encuentran aisladas o en pequeños grupos. Derivan de células pluripotenciales y poseen un origen embriológico común en la www.intramed.net Vol. 1 / Número 3 2 asociado significativamente con el desarrollo de la enfermedad. Se ha encontrado cierta asociación entre factores nutricionales, como el consumo elevado de grasas saturadas, y el desarrollo de tumor carcinoide de intestino delgado. cresta neural y también fuera de ésta. La mayor concentración de estas células se localiza en el sistema gastrointestinal, incluyendo células distribuidas en la mucosa y submucosa del tracto digestivo, como en los islotes pancreáticos. Además, se localizan en el sistema respiratorio, urogenital, cutáneo y en el timo. Nomenclatura y sistema de Gradación de los tumores carcinoides Los TNE se dividen categóricamente en bien diferenciados y en pobremente diferenciados. Los bien diferenciados también son denominados como tumores carcinoides e incluyen los tumores de grado bajo e intermedio. Los pobremente indiferenciados, como el caso que hemos presentado, son considerados por definición como de alto grado, e incluyen al carcinoma de células pequeñas y al carcinoma neuroendocrino de células grandes (Tabla 1). El término neuroendocrino no indica el origen embriológico en el neuroectodermo, sino que describe un fenotipo, tanto la expresión para codificar múltiples genes de espectro neural como rasgos neuroendocrinos. Las células neuroendocrinas se caracterizan por producir sustancias bioactivas, principalmente hormonas peptídicas, como también neuropéptidos, neurotransmisores o neuromoduladores, pudiendo dar lugar a diferentes síndromes clínicos. Epidemiología La incidencia de los TNE varía de 2.5 a 5 casos por cada 100.000 habitantes de población caucásica. Esta parece incrementarse en las últimas décadas; lo que podría explicarse parcialmente por los avances en las técnicas diagnósticas y el conocimiento clínico de estas enfermedades. Los tipos más comunes de estos tumores son carcinoides gastrointestinales (55%), seguido de tumores no funcionales pancreáticos (20%) y metástasis de TNE de origen desconocido (9%). Entre los tumores entéricos, los que comprometen intestino delgado (16%), apéndice (9%) y estómago (6%), son los más frecuentes sitios de origen. Sin embargo, debe recalcarse que los TNE gastroenteropancreáticos (TNE-GEP) representan menos de 2% de todas las neoplasias del aparato gastrointestinal. Tabla 1. Nomenclatura de los tumores neuroendocrinos de intestino delgado. Grado Bajo Intermedio Alto OMS# – ENETs* Tumor neuroendocrino Grado 1 (G1) Tumor neuroendocrino Grado 2 (G2) Tumor neuroendocrino Grado 3 (G3), carcinoma de células pequeñas. Tumor neuroendocrino Grado 3 (G3), carcinoma de células grandes. # Organización Mundial de la Salud * Sociedad Europea de Tumores Neuroendocrinos El sistema de Gradación para la clasificación de estos tumores propuesto por la Sociedad Europea de Tumores Neuroendocrinos (ENETs) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), utiliza el índice mitótico (expresado como número de mitosis por cada diez campos de alta potencia) o el índice Ki-67 (Tabla 2). El mayor porcentaje de casos de TNE del tracto gastrointestinal son esporádicos. Sin embargo, los tumores duodenales de células G y D (productores de gastrina y somastotatina, respectivamente) podrían originarse de un síndrome de neoplasia endocrina múltiple (NEM) o de una neurofibromatosis tipo I. Tabla 2. Sistema de Gradación Grados Bajo (G1) Criterios Menos de 2 mitosis/10 campos de alta potencia e índice Ki-67 menor al 3% Intermedio 2 a 20 mitosis/10 campos de alta po(G2) tencia e índice Ki-67 3-20% Alto (G3) Más de 20 mitosis/10 campos de alta potencia e índice Ki-67 mayor al 20% Estudios poblacionales sugieren que los pacientes con tumores carcinoides de intestino delgado tienen una historia familiar de diferentes neoplasias (principalmente, familiares de primer grado con neoplasias de próstata y colorrectales). También existiría un riesgo mayor en aquellos que presentan hermanos con neoplasias de boca y lengua, y en los hijos de padres con neoplasias de endometrio, riñón, piel y linfoma no-Hodgkin. Sin embargo, es muy poco lo que se sabe acerca de los factores de riesgo ambientales. El consumo de alcohol y el tabaquismo no se han www.intramed.net Vol. 1 / Número 3 3 Diagnóstico Tabla 3. Características clínicas del síndrome carcinoide Existen numerosos impedimentos para alcanzar el diagnóstico de los TNE-GEP. En primer lugar, son raros. Representan menos del 2% de las neoplasias gastrointestinales, por lo tanto, no son considerados como los primeros diagnósticos presuntivos. En segundo lugar, las manifestaciones suelen ser inespecíficas y no conducen a la identificación de un tumor subyacente, pudiendo simular una variedad de trastornos. Enrojecimiento cutáneo y cianosis aparente Hipotensión arterial Hipermotilidad Diarrea Retortijones intestinal Náuseas y vómitos Tos Crisis asmáticas por bronco- Sibilancias Disnea constricción Hepatomegalia Hígado nodular secundario a metástasis. Afectación cardíaca Fibrosis sisté(engrosamiento y estenosis de mica válvulas pulmonar y tricuspíde, fibrosis endocádica –sobre todo del ventrículo derecho). Fibrosis retroperitoneal y pélvica. Placas fibrosas pleurales de la íntima aórtica. Trastornos vasomotores Generalmente, los pacientes padecen una larga historia de síntomas abdominales vagos, que pueden ser interpretados como un síndrome de intestino irritable, con una latencia de hasta 9 años hasta que el tumor ha metastatizado y da lugar a síntomas, como diarrea o sofocos, hasta que finalmente acaece la muerte. Los tumores carcinoides de intestino delgado pueden asociarse a fibrosis mesentérica que puede dar lugar a isquemia intestinal y a un síndrome de malabsorción, incluso en ausencia de masas intra-abdominales. Los tumores hormonalmente activos se observan en un porcentaje variable de pacientes, pero pueden dar lugar a diversas complicaciones potencialmente mortales (síndrome carcinoide). Debe tenerse en cuenta que los TNE de intestino delgado nunca producen un síndrome carcinoide si no existen metástasis hepáticas, como sucedió en nuestra paciente. Esto se debe a que los mediadores hormonales responsables se degradan por el metabolismo de primer paso. De lo expuesto anteriormente, surge que la sospecha de que un paciente padezca un TNE del intestino delgado, se basa en su historia familiar y las manifestaciones clínicas. Los estudios de laboratorio, las técnicas de imagen y los estudios anátomo-patológicos apoyarían nuestra presunción. Entre los marcadores tumorales generales, la Cromogranina A sérica nos permite sospechar el diagnóstico cuando el valor encontrado es mayor a 100 ng/ml; dentro de los biomarcadores específicos de TNE intestinales, el ácido 5-hidroxiindolacético (5-HIAA) urinario (en orina de 24 horas), se utiliza con un valor de corte mayor a 450 ng/ml. El síndrome carcinoide típico es relativamente infrecuente. Se caracteriza por la presencia de rubefacción de segundos a minutos de duración, con enrojecimiento súbito de cara, cuello, tórax superior, que puede asociarse a disnea, broncoconstricción y sudoración profusa. Puede aparecer espontáneamente o provocada por diferentes agentes (consumo de alcohol o alimentos ricos en tiramina, fármacos, estrés, etc.). Las sustancias bioactivas que se encuentran implicadas son la serotonina, la histamina, la sustancia P y las prostaglandinas. Otras características clínicas del síndrome carcinoide se enumeran en la Tabla 3. Las técnicas de imagen representan un pilar importante en el diagnóstico y seguimiento de estas entidades. Permiten reconocer la localización, el tamaño, algunas características microscópicas (necrosis, hemorragia o calcificaciones), como así también la presencia de metástasis. Para la identificación del tumor primario, generalmente se utiliza la enteroscopía, la cápsula endoscópica y/o la entero-tomografía computada (TC), si se encuentra disponible. Otras métodos que pueden ser de utilidad para el estudio de extensión consisten en: TC helicoidal toracoabdominal, resonancia magnética de imágenes (RMI) abdominal, tomografía por emisión de positrones, RMI ósea o gammagrafía ósea. www.intramed.net Vol. 1 / Número 3 4 Tratamiento Pronóstico Debe tenerse en cuenta que los pacientes que padecen un tumor carcinoide pueden sobrevivir más de 10 años sin tratamiento alguno. Por lo tanto, la contención terapéutica es una de las primeras herramientas a considerar. Los pacientes que presentan tumores neuroendocrinos funcionales tienen un riesgo elevado de sufrir complicaciones por procedimientos que requieran anestésicos (principalmente, sofocos e hipotensión arterial durante la cirugía). La tasa de supervivencia varía según el sitio del tumor primario y el estadio. Los tumores locales tienen tasas de supervivencia relativamente altas. Estas son más bajas para las personas que padecen una enfermedad regional, principalmente, para los tumores de estómago, recto y de intestino delgado. El tamaño tumoral y el estado de los ganglios linfáticos también son predictores importantes de supervivencia. El periodo libre de enfermedad depende de la posibilidad de resecar el tumor primario y de su grado histológico. La recurrencia es un mal factor pronóstico para supervivencia Actualmente, la cirugía es una de las modalidades terapéuticas mayormente utilizadas. Resulta de utilidad en aquellos pacientes con tumores carcinoides primarios localizados o tumores metastásicos que causan obstrucción. Los procedimientos pueden consistir en la enucleación para aquellos tumores solitarios y de fácil acceso, hasta procedimientos más complejos asociados a linfadenectomía. Debe tenerse en cuenta que en un 20% de los casos de TNE-GEP se asocia a una segunda neoplasia, siendo más frecuentes si se afectan el estómago o el intestino delgado. Respecto a la quimioterapia, se la utiliza en etapas avanzadas de la enfermedad para el tratamiento de las metástasis sintomáticas y en aquellos pacientes con síntomas endocrinos graves que no responden satisfactoriamente al tratamiento farmacológico (ver luego). Asociación con Enfermedad Celíaca La enfermedad celiaca es una enfermedad inflamatoria del intestino delgado que se asocia a un incremento de neoplasias malignas, no solo confinadas al intestino delgado (tumores de faringe, pulmón, mama y testículo). Aunque el mecanismo para el desarrollo de neoplasias en pacientes con enfermedad celíaca se desconoce, la dieta rica en gliadina podría ejercer un efecto tóxico directo o inducir una alta tasa de recambio celular que podría favorecer a la transformación maligna. Sin embargo, estudios poblacionales en pacientes con enfermedad celíaca han demostrado que el riesgo de linfoma no-Hodgkin permanece elevado a pesar de una dieta libre en gluten durante una mediana de tiempo de 5 años. Otras indicaciones son un Ki-67 mayor a 10%, gran masa tumoral o progresión de la enfermedad. No existe un acuerdo generalizado de cuándo iniciar la quimioterapia, o incluso si debe realizarse, en aquellos pacientes con tumores carcinoides malignos. Debe tenerse en cuenta también que aunque los síntomas endocrinos pueden mejorar con la quimioterapia, se desconoce sus ventajas sobre la supervivencia. Los tumores carcinoides del yeyuno e íleon tienen mayor potencial maligno que el carcinoide apendicular. Lesiones pequeñas, incluso menores a 1.5 cm, pueden asociarse a metástasis regionales o a distancia. Estos tumores suelen descubrirse con la exploración quirúrgica para estudio de pérdidas crónicas de sangre, obstrucción intestinal (como sucedió en el caso que hemos presentado), o en la evaluación de una enfermedad metastásica. La resección debe seguir los principios oncológicos, aún en casos de enfermedad metastásica. Se recomienda mantener la longitud del intestino y la válvula íleo-cecal, especialmente en aquellos pacientes que padecen síndrome carcinoide, ya que la pérdida de esta estructura agravaría la diarrea pre-existente y la desnutrición. Un incremento en la permeabilidad intestinal de agentes carcinógenos medioambientales, la inflamación crónica, la estimulación antigénica crónica, la liberación de citoquinas pro-inflamatorias y deficiencias nutricionales debidas a la enfermedad o a la dieta libre en gluten, han sido sugeridos como otros posibles mecanismos. La mayoría de los tumores malignos son linfomas de intestino delgado (50% aprox.), seguidos por adenocarcinomas de intestino delgado, y en menor medida carcinomas de esófago. www.intramed.net Vol. 1 / Número 3 5 Aunque se ha reportado un caso de tumor carcinoide atípico de intestino delgado en un paciente con enfermedad celíaca, no se conoce el verdadero significado de esta asociación. Dra. Andera Roggero: andrea_roggero@hotmail.com Referencias 1. Alvarado Cabrero I. Tumores neuroendocrinos del aparato gastrointestinal y el páncreas. Patol Revist Lat. 2009;47(3):213-9. 2. Boudreaux JP, Klimstra DS, Hassan MM, et al. The NANETS consensus guideline for the diagnosis and management of neuroendocrine tumors: well-differentiated neuroendocrine tumors of the Jejunum, Ileum, Appendix, and Cecum. Pancreas. 2010;39(6):75366. 3. Casciato DA, Territo MC. Manual de Oncología Clínica. Lippincot Williams and Wilkins. 2009. ISBN (edición española): 978-8496921-34-4. 4. Garcia-Carbonero R, Capdevila J, Crespo-Herrero G, J, et al. Incidence, patterns of care and prognostic factors for outcome of gastroenteropancreatic neuroendocrine tumors (GEP-NETs): results from the National Cancer Registry of Spain (RGETNE). Annals of Oncology. 2010; 21: 1794–1803. 5. Gardiner GW, Van Patter T, Murray D. Atypical carcinoid tumor of the small bowel complicating celiac disease. 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