2.3 Comercio en el Mare Nostrum Mare Hibericum Las rutas marítimas son muy importantes en época romana, porque el transporte por mar es más rápido y más barato que por tierra. Hay una amplia red de comercio marítimo que une los puertos del Mare Nostrum. Los grandes barcos navegan sin hacer escalas y siguen rutas directas entre los puertos principales. Desde allí, las mercancías salen hacia puertos secundarios, generalmente mediante una ruta de cabotaje. Los puertos son centros económicos y culturales, donde se intercambian productos, costumbres e ideas. Tienen una función comercial, fiscal y a veces militar. En época romana están muy organizados: la actividad comercial está regulada por la ley; existen impuestos que gravan el tráfico de mercancías, como el portorium; los comerciantes tienen sedes de sus empresas en los puertos; y hay trabajadores especializados, encargados de estibar los barcos, acarrear y transportar mercancías, bucear, etc. La dinámica comercial en época romana republicana (s. II-I a.C.) se produce principalmente desde Italia hacia los nuevos territorios para abastecer a los ejércitos. Además hacia Roma se embarcan esclavos, productos básicos y materias primas. A partir del cambio de era, el Mediterráneo es ya un mar romano, un gran mercado por el que transitan productos de todas partes del Imperio, fundamentalmente desde las provincias hacia Roma. En toda la época altoimperial (s. I-III d.C.) se comercia con vino, aceite, salazones, vajillas de cocina y de mesa, esclavos, grano, miel, metales, mármoles, tejidos, ganado, aves, fieras y objetos de lujo: cerámicas del oriente helenístico, bronces y joyas de Alejandría, etc. Las ánforas son los recipientes utilizados para transportar mercancías líquidas y semilíquidas. Su forma, con un pivote en lugar de base, está pensada para facilitar la estiba en los barcos. El estudio de sus tipos y de sus marcas, da información sobre la mercancía transportada, su cronología y a veces aporta datos de productores y comerciantes. MAQUETA E INTERACTIVOS Ambientan la gran actividad naval, comercial y fiscal de un puerto romano en época imperial, con barcos fondeados, muelles de carga y descarga, almacenes, astilleros, etc. Las animaciones y juegos ayudan a conocer la navegación, el funcionamiento portuario, la organización del comercio marítimo y las características o contenidos de las ánforas. COLECCIONES Comercio Marítimo en Época Romana Republicana (siglos II-I a.C) En este periodo llegan a Hispania, por vía marítima, distintos productos itálicos: ánforas de vino y aceite, ubicadas en la parte alta de la vitrina; vajilla de barniz negro, lucernas, objetos de metal y monedas, en la parte central izquierda. A la derecha se muestran sistemas de cierre y sellos de las ánforas, que informan de sus productores y los propietarios de las mercancías. A la par, en los viajes de retorno de esos barcos, salen productos hispanos hacía Roma: principalmente lingotes de plomo y productos manufacturados, expuestos en la zona inferior y que proceden de las minas del entorno. Comercio Marítimo en Época Romana Imperial (siglos I-II d.C.) En este periodo se exportan desde Hispania hacia Roma productos naturales, principalmente aceite, vino y salazones que se envasan en diferentes tipos de ánforas, como las mostradas en esta vitrina. Los sellos, grafitos y otras marcas de las ánforas, nos informan sobre los alfareros, productores o comerciantes de las mercancías. Los productos de cualquier parte del Imperio circulan por todo el Mediterráneo. En los puertos se encuentran monedas hispánicas e itálicas, cerámica de barniz rojo itálica, gálica o hispánica, cerámica de paredes finas, vidrios y otros objetos de lujo, como los expuestos en la zona central derecha. En el lateral, hay una inscripción conmemorativa que se relaciona con la construcción de infraestructura de carácter portuario.