Literatura española medieval Introducción Durante toda la Edad Media el latín fue la única lengua para la transmisión del conocimiento y de la literatura culta. Por eso, las primeras manifestaciones literarias en lengua romance tienen carácter popular y oral, ya sean de género lírico o épico. La poesía culta y la prosa literaria no aparecerán hasta el final de este periodo. El deseo de manifestar los sentimientos y de relatar los sucesos más destacados en canciones es un impulso universal que han experimentado todos los pueblos en todas las épocas. En las literaturas vernáculas el verso nació antes que la prosa. Dado que poca gente sabía leer y escribir (y quien sabía lo hacía en latín), los textos literarios se transmitían casi exclusivamente en forma oral. Dentro de esta tradición oral se prefería el verso, que era más fácil de memorizar y podía ir acompañado de música. El contexto socio cultural de la Edad Media En la Baja Edad Media (siglos XII a XV) la sociedad medieval se fue transformando debido a una serie de factores: Un desarrollo económico notable, que permitió alcanzar un nivel de prosperidad general desconocido hasta entonces. El crecimiento de las ciudades, que supuso la aparición de la vida urbana. El incremento de contacto con países lejanos a través de embajadas e intercambios comerciales, sobre todo a raíz de las cruzadas. Tres son los géneros de la poesía de tradición oral cultivados durante la Edad Media: o o o Poesía lírica. Poesía épica o epopeya Romances La poesía lírica Su tema principal es el amor, expresado casi siempre desde una perspectiva femenina y en forma de queja. En algunas de estas composiciones se encuentran referencias a las faenas agrícolas, al mar, a las romerías y a otras actividades de la vida cotidiana. Las quejas impregnan de patetismo y misterio los versos, especialmente gracias a las formas sintácticas afectivas (exclamaciones, interrogaciones, apóstrofes) y a la escasez de detalles concretos. Las referencias simbólicas a la naturaleza sirven con frecuencia para señalar el enlace entre la vida y la muerte. El estilo es conciso y de gran sencillez sintáctica y léxica. Consigue la hondura lírica con la repetición de ideas que comunican el gozo o el dolor que produce el amor. Distribución geográfica de la lírica peninsular Estrofas Época Lengua Zona geográfica Jarchas. Los primeros testimonios escritos son del siglo XI. Mezcla de árabe vulgar y romance mozárabe. El Sur, la zona de AlÁndalus. Cantigas de amigo. Las más antiguas Gallegoconocidas, del siglo XII. portugués. Los poetas de la Corte castellana las utilizaron hasta el XV. El Noroeste, la zona de Galicia y Portugal (pero también se utilizaron en la Corte castellana). Villancicos. Los más antiguos que se Castellano. conservan son de fines del siglo XV. La zona castellana. Danzas, baladas y albas. Danzas, baladas y albas. El Nordeste, la zona de Cataluña. Provenzal y catalán. Formas estróficas Las jarchas andalusíes son brevísimas estrofas de no más de cinco o seis versos, compuestos en una mezcla de árabe con romance, que aparecen al final de las moaxajas. El asunto más frecuente en las jarchas es la queja de una muchacha por el abandono o la ausencia del amado. La expresión suele ser exclamativa o interrogativa. Las cantigas de amigo gallego-portuguesas son algo más extensas que las jarchas. Se trata de estrofas encadenadas mediante una estructura paralelística en la que un verso o estrofa es repetido en la siguiente con variaciones mínimas, y así sucesivamente. Los villancicos castellanos constan de dos partes: el estribillo y la glosa. El estribillo, o villancico en sí, está formado por un núcleo de dos o tres versos iniciales que se repite, todo o parte, al final de cada estrofa. La glosa son las estrofas donde se desarrolla el contenido del estribillo. Las danzas parecen tener un origen ritual, religioso o mágico, del que se va independizando para adquirir el carácter de distracción popular y cortesana. Las baladas son poemas de varias formas, de tema lírico y carácter meláncolico. Están compuestos por tres estrofas y una dedicatoria final llamada envío. Las albas son composiciones poéticas cantadas, con métrica variable y un estribillo que suele introducir la palabra «alba». El tema principal es el mal de amores, aunque a veces, son también una alabanza al nuevo día. La épica o epopeya El gusto por la narración es común a todas las épocas. La épica se define como una narración heroica en verso. En la Edad Media, la guerra formaba parte de la realidad diaria. La Reconquista y los enfrentamientos entre los diversos reinos hacían de las guerras un hecho habitual en el vivir de las gentes. La curiosidad por conocer los hechos gloriosos de la historia colectiva explican el nacimiento de las epopeyas o relatos épicos. Los cantares de gesta Los poemas épicos eran recitados o cantados por los juglares, acompañados de música y reciben el nombre de cantares de gesta (del latín gestae ,hechos, hazañas). En ellos se exaltaban las hazañas de un héroe en el que la colectividad veía representadas las virtudes de un pueblo o de la época. En Castilla tan sólo contamos con tres cantares de gesta: Un fragmento de unos mil versos del Cantar de Roncesvalles (códice del siglo XIII). Un poema tardío y muy defectuoso que versa sobre las Mocedades de Rodrigo (siglo XIV). El Cantar de mio Cid (principios del siglo XIV). El Cantar de mio Cid Narra las hazañas de Rodrigo Díaz de Vivar, personaje histórico que murió en 1099. El manuscrito en que fue copiado pertenece al siglo XIV. Asunto El Cantar está formado por tres partes o cantares: En el Cantar del destierro se cuenta cómo el Cid se ve obligado a abandonar sus tierras, expulsado por el rey Alfonso VI de Castilla. Tras dejar a su mujer, Jimena, y a sus hijas en un monasterio, emprende diversas correrías en tierra de moros, donde consigue grandes beneficios con los que hace regalos al rey para conseguir su perdón. En el Cantar de las bodas se inicia la reconciliación con el monarca, quien permite que la familia del Cid se reúna con él en Valencia, cuya conquista marca el clímax bélico del poema. El rey concierta las bodas de las hijas del Cid con los infantes de Carrión, poderosos nobles castellanos que sólo quieren su riqueza. El Cantar de la afrenta de Corpes narra diversos episodios en los que se muestra la cobardía y la avaricia de los infantes de Carrión. Para vengarse, los infantes se marchan de Valencia con sus mujeres, las hijas del Cid, y en el camino las azotan y abandonan. El Cid pide justicia y el rey juzga y condena a los infantes de Carrión, que finalmente son derrotados en un duelo. Tema y estructura del Cantar de mio Cid El tema central es la recuperación del honor por parte del protagonista. La estructura interna de la obra gira en torno a la pérdida y recuperación del honor del Cid: o o El destierro supone la pérdida del honor público, que Rodrigo recupera mediante la conquista de Valencia, y el consiguiente perdón real. Una vez en la cima del poder político, la humillación y el abandono de sus hijas por los infantes de Carrión le lleva a perder su honor privado, que restaura cuando anuncia la boda de sus hijas con hijos de reyes. El Cid fue desterrado por primera vez porque hizo jurar al rey Alfonso VI que no había tomado parte en la muerte de su hermano Sancho II el Fuerte. El romancero La épica entra en decadencia en el siglo XIV. Por esas mismas fechas surgen los primeros testimonios indirectos sobre la difusión de los romances; poemas narrativos, orales y populares, que no pertenecen a la literatura culta. Características del romance El romance es un poema de extensión variable compuesto de versos octosilábicos en el que riman los pares y quedan sueltos los impares. La rima suele ser asonante. El romancero tiene los siguientes rasgos de estilo destacados: Esencialidad: se elimina todo lo superfluo con el fin de conseguir la mayor concentración expresiva. Dramatismo: la intensidad afectiva se consigue mediante el empleo de recursos comunes a la lírica tradicional, como las exclamaciones y las interrogaciones. Lenguaje: los romances comparten con la lírica la sintaxis sencilla y con la épica, el uso de fórmulas y epítetos épicos. La poesía culta de la Edad Media. El mester de clerecía El mester de clerecía fue una corriente de poesía culta con la que los monjes pretendían difundir los conocimientos adquiridos a través de los textos latinos. Para ello recitaban ante los peregrinos que acogían en los monasterios narraciones didácticas. Las dos obras más importantes que conservamos son Los milagros de Nuestra Señora, de Gonzalo de Berceo, y el Libro de buen amor, del arcipreste de Hita, ambas escritas en la estrofa llamada cuaderna vía. El mester de clerecía Se conoce con el nombre de mester de clerecía a un conjunto de poemas narrativos de intención didáctica y carácter culto escritos en cuaderna vía y compuestos en los siglos XIII y XIV. Tenían un contenido didáctico, aunque no necesariamente religioso, y en ellos se hacía alarde de la habilidad técnica que exigía la cuaderna vía. La cuaderna vía es la forma métrica elegida por los poetas cultos. Consiste en cuatro versos de catorce sílabas cada uno con una fuerte cesura o pausa en medio y rima consonante. Gonzalo de Berceo Al mismo tiempo que cumple una intención didáctica, Berceo quiso con sus obras dar fama y prestigio al monasterio convirtiéndolo en un centro de peregrinación. Por ello, casi todos los santos cuya vida relata estuvieron conectados con San Millán o sus cercanías. Los milagros de Nuestra Señora Se trata de una colección de veinticinco milagros que aparecen precedidos por una introducción alegórica. Cada milagro es una especie de cuadro que sirve de marco a la imagen de la Virgen redentora de los pecadores. Muchos de los relatos tienen origen folclórico y en no pocos de ellos se incluyen detalles cómicos. Con el fin de poner al alcance de la gente los relatos inaccesibles para ella de los textos latinos, el autor adopta un lenguaje sencillo, con diminutivos, sinónimos, expresiones populares y refranes. Además, se presenta como un juglar, con referencias y llamadas de atención al público características de la juglaría. Juan Ruiz, Arcipreste de Hita El Libro de buen amor El Libro de buen amor es la obra maestra del mester de clerecía. El panorama literario del siglo XIV se ve marcado por la aparición de esta obra, donde se recogen muchas de las ideas medievales, pero con una visión crítica que anuncia las nuevas ideas burguesas. Asunto y estructura El asunto de la obra es una serie de aventuras amorosas contadas en primera persona. El relato autobiográfico es sólo un recurso estructural para hilar los episodios líricos y narrativos que componen el poema y que giran en torno al tema del amor y sus engaños. Intencionalidad Es difícil determinar el carácter didáctico o de entretenimiento de la obra debido a la superposición de elementos religiosos y profanos, así como el vaivén entre tono admonitorio y otro francamente burlesco.