1. ESQUEMA CRONOLÓGICO DE LA LITERATURA MEDIEVAL. Fernando de Rojas La Celestina 2. MESTER DE CLERECÍA Y DE JUGLARÍA. Se acostumbra a distinguir, en la poesía medieval, dos escuelas o mesteres: una, propia de los juglares, llamada mester de juglaría, y otra, propia de los clérigos, llamada mester de clerecía. No obstante no deben considerarse como compartimentos estancos, ni ver la clarecía como opuesta a la juglaría. 3. EL MESTER DE JUGLARÍA Y LA POESÍA ÉPICA. EL POEMA DE MIO CID 3.1 El arte de la juglaría La palabra juglar se refiere en su origen a la persona que divertía al rey, a los nobles o al pueblo. Se afirma que se ganaban la vida actuando ante un público para recrearlo con la música, la literatura, la charlatanería o con juegos de manos, de acrobacia, de mímica, etc. Frecuentemente recitaban obras de carácter heroico, leyendas religiosas que pudieran interesar a sus oyentes y canciones líricas. Podían modificar el texto y si se olvidaban de algún verso, improvisaban. 3.2 La poesía épica. Podemos definir poema épico como “poema narrativo extenso de estilo elevado que cuenta las hazañas y aventuras de un héroe sobrehumano por su fuerza y coraje”. La poesía épica ha existido siempre como medio para estimular a los guerreros o afianzar el sentimiento nacional. Podemos destacar las siguientes obras y lugares: - Grecia: La Iliada y La Odisea de Homero (s. VIII a.C) - Zonas germánicas: Beowulf (s. VIII-XII) - Países nórdicos: Eddas. - India: Mahabharata 3.3. La poesía épica medieval. Son un conjunto de poemas épicos medievales escritos en países que poseían una lengua románica. Los poemas épicos o cantares de gesta eran narraciones en verso de carácter heroico, que tenían por objeto relatar o cantar la vida de personajes importantes, sucesos notables o acontecimientos de la vida nacional que merecieran ser divulgados. La mayoría de las gestas medievales se han perdido debido a su carácter de literatura oral. El único cantar de gesta que ha llegado hasta nosotros, casi completo, es el Poema de Mio Cid. Existen además las Mocedades del Cid, incompleto, y el Cantar de Roncesvalles, del que sólo se conserva un fragmento. Los tres poemas o cantares están escritos en la forma métrica acostumbrada: rima asonante y versificación irregular de 14 a 16 sílabas. El origen de la poesía épica castellana ha sido muy discutido y existen diversas teorías. Pero, en general, se puede afirmar que cada canto conservado es el resultado de una voluntad artística sumada a una tradición oral, que arranca de una realidad histórica, más o menos fantaseada. El proceso de desarrollo que va del hecho histórico al cantar de gesta es oscuro y difícil de explicar. 3.4. Características de la épica medieval. De la épica medieval caben destacar las siguientes características: a) Temas. Los temas son de tipo heroico. El juglar refería hechos que afectaban a la vida nacional o las gestas llevadas a cabo por héroes que, a través del riesgo, mostraban valores dignos de emulación. Los poemas cantaban la defensa y el triunfo de valores colectivos reconocidos, de los cuales son portadores los héroes, en su sentido positivo, y los enemigos, en su connotación negativa. Tenía la épica un carácter objetivo, como transmisor de la verdad o, al menos, de cierto aspecto de la verdad. b) Métrica. Los versos de la épica casi nunca están organizados en estrofas, sino en series indefinidas, denominadas tiradas, que no son unidades métricas, pues son muy irregulares. La tirada suele constituir una unidad de acción o tema. La versificación es irregular, aunque predominan los versos de 14 a 16 sílabas, que necesitan apoyos respiratorios, por lo que el verso épico se divide en dos hemistiquios, separados por una cesura que coincide con pausas de tipo sintáctico. La rima es asonante. c) Estilo. La épica se desarrolla en tensión entre lo culto de su origen y lo popular de su público y entre la belleza y la comunicación; de ahí que su lenguaje sea sencillo y sobrio y fuertemente expresivo, y que el juglar utilice técnicas que aportan viveza al cantar. d) Realismo. Los lazos entre el poema épico y la historia o la leyenda se suelen establecer de manera realista, debido no sólo al despego por lo fantástico y maravilloso de nuestra épica, sino también a que se compuso probablemente poco después de sucedidos los hechos que relata y estaban todavía presentes en la mente del pueblo. Este realismo alcanza no sólo a la verdad histórica, sino además a la localización geográfica. Se describen lugares, costumbres y personajes con sorprendente exactitud. Sin embargo, a veces, la realidad está magnificada, se narran sucesos inverosímiles y las pasiones y sentimientos se agitan. e) Persistencia en el tiempo. Al contrario de lo sucedido en otros países, la tradición épica castellana perdura a través de la literatura española, como materia literaria, por ejemplo, del Romancero y de nuestro teatro clásico. 3.5. Función de la épica. Como el poema épico llegaba a un público muy amplio, muchos críticos lo han considerado un vehículo importante de información, de difusión y de propaganda en favor de unos sectores muy concretos de la sociedad, ya que el poema casi siempre era portador de las ideas de una clase dominante. También se le atribuye una función de alabanza o glorificación de los antepasados o de los grandes personajes, que fomenta en el pueblo un espíritu de imitación y de unión. a épica, en fin, precisamente por ser literatura, servía también como deleite para distraer al pueblo. 3.6. El poema Mío Cid. 3.6.1 Autor y fecha del Poema Estos aspectos del Poema de Mio Cid son poco claros y siguen siendo discutidos. Menéndez Pidal afirmó en un principio que el anónimo juglar que lo compuso, hacia 1140, debió de vivir en Medinaceli (Soria), pues describe con bastante exactitud los parajes que rodean a esta localidad. Posteriormente, Menéndez Pidal habló de dos poetas: uno, el juglar de San Esteban de Gormaz (Soria), que escribió hacia 1110, inmediatamente después de los hechos sucedidos y dota a su narración de un verismo 3 histórico; y otro el juglar de Medinaceli, que escribiría hacia 1140, y fantasea en torno a los hechos, inventando o exagerando determinados parajes. La teoría de Menéndez Pidal se ha venido matizando en los últimos años. No existe una prueba única, sino más bien un amplio conjunto de opiniones informadas para concluir que el Poema fue compuesto a fines del siglo XII o principios del XIII por un único autor que vivió en Burgos y dirigió la obra al público de esta ciudad. 3.6.2. Partes y argumento El Poema se divide en tres partes o cantares: Cantar I. Cantar del destierro: El Cid sale de Vivar, dejando sus palacios desiertos y llega a Burgos, donde nadie se atreve a darle asilo por temor al rey. Una niña de nueve años le ruega que no intente la ayuda por la fuerza para no perjudicar a los moradores de la posada. En la ciudad se aprovecha de la avaricia de los judíos. El Cid se dirige al monasterio de San Pedro de Cardeña para despedirse de su esposa Jimena, y de sus dos hijas, a las que deja confiadas al abad del monasterio. Entra luego en tierra de moros, asalta la villa de Castejón y vence a los moros en varias ocasiones, recogiendo un rico botín del que envía parte al rey; continúa sus correrías y derrota y prende al conde de Barcelona, liberándole poco después. Cantar II. Cantar de las bodas: Refiere fundamentalmente la conquista de Valencia. El Cid vence al rey moro de Sevilla y envía un nuevo presente a Alfonso VI, lo que permite a la mujer y a las hijas del Cid Reunirse con él en Valencia. El Cid, desde lo alto de la torre del Alcázar, les muestra la ciudad y la belleza de su huerta. Poco después Valencia es sitiada por un ejército del rey de Marruecos; el Cid los derrota y envía un tercer presente al rey Alfonso. Los infantes de Carrión solicitan a las hijas del Cid en matrimonio; el rey de Castilla interviene para lograr el consentimiento de aquel y lo perdona solemnemente. Con los preparativos de las bodas termina el Cantar. Cantar III. La afrenta de Corpes: Los infantes de Carrión quedan en ridículo ante los cortesanos del Cid por su cobardía en el campo de batalla y por el pánico que demuestran a la vista de un león escapado. Deciden entonces vengar las burlas de que han sido objeto; para ello parten de Valencia con sus mujeres y, al llegar al robledal de Corpes, las abandonan después de azotarlas bárbaramente. El Cid pide justicia al rey. Convocadas las cortes en Toledo, los guerreros del Campeador desafían y vencen a los infantes, que son declarados traidores. El Poema termina con las nuevas bodas de las hijas del Cid, doña Elvira y doña Sol, con los infantes de Navarra y Aragón. 3.6.3 Temas Los temas están implícitos en el argumento, pero conviene destacar algunos. En primer lugar se señala el tema del restablecimiento del héroe, perdido a causa del destierro. El concepto del honor equivalía a "posición o rango social". En el poema se da un proceso de recuperación del honor y toda la obra está encaminada a restituirlo. La ascensión del Cid al poder es otro de los temas. El destierro que sufre el héroe supone el "desamor" del rey y la muerte jurídica del Cid. Para conseguir el poder lucha y gana batallas y riquezas a las que se les concede gran importancia en la obra. En la lucha por el poder son importantes las hijas, por las que siente una gran ternura. 4 También hay que destacar el tema de la integridad. El Cid es íntegro en un sentido cristiano, feudal y social. Esta integridad le gana la adhesión de sus vasallos y su generosidad y fidelidad le hacen recuperar el favor del rey. Es tierno y humano en el amor a su familia y a sus amigos, religioso, cortés, astuto, discreto y valiente en la lucha. 4. EL MESTER DE CLERECÍA 4.1. Concepto y cronología Denominamos mester de clerecía a una escuela literaria de poesía narrativa con carácter culto e intención didáctica y amena, que se desarrolla en España, principalmente en Castilla, desde el siglo XIII hasta finales del XIV. Se caracteriza fundamentalmente por el uso de la cuaderna vía, estrofa de cuatro versos monorrimos de catorce sílabas con rima consonante. Pero conviene diferenciar al mester de clerecía del siglo XIII y el del siglo XIV. El mester de clerecía del siglo XIII, representado fundamentalmente por Gonzalo de Berceo, tiene las siguientes características: Sigue rigurosamente la cuaderna vía y se sitúa en un entorno y sistema cultural homogéneo. Todas las obras, exceptuando a Berceo, son de carácter anónimo e impersonal. Tratan temas diversos en torno a distintos personajes (solamente Berceo se centra con exclusividad en lo religioso) y tienen un único propósito didáctico e informativo. Los autores del siglo XIV que escriben en cuaderna vía (el Arcipreste de Hita) viven una serie de circunstancias políticas, sociales y religiosas que suponen un cambio de mentalidad que se reflejará en la literatura: Abundancia de temas didácticos, satíricos, religiosos-morales, etc., tratados de forma autobiográfica y con propósito de moralizar y deleitar, aun tiempo. Utilización, además de la cuaderna vía de otras estrofas como el zéjel, que hacen más abierta y variada y la obra. En cuanto a la autoría, se contempla la aparición de grandes figuras literarias. 4.2. Características 1. Tendencia a basarse en fuentes escritas. Frente al poema épico que se inspira en hechos históricos, en general, coetáneos, los autores del mester de clerecía parten de fuentes escritas de donde extraen los temas. Con frecuencia apelan al testimonio del libro como prueba máxima de veracidad y autoridad. 2. Temática. El mester de clerecía trata de temas muy variados y casi siempre, eruditos, porque han sido extraídos del saber escrito: tema religioso, históricos, legendarios, etc. 3. Intencionalidad. Los autores de clerecía siguen la norma clásica del "enseñar deleitando" y pretenden educar, instruir y aleccionar presentando unos protagonistas ejemplares que encarnan destacadas cualidades morales. 5 4. Métrica. El mester de clerecía se caracteriza por la regularidad métrica: estrofa llamada cuaderna vía, formada por cuatro versos alejandrinos ( 14 sílabas), divididos en dos hemistiquios de 7 sílabas, y con la misma rima consonante en cada estrofa. 4.3. Gonzalo de Berceo. Gonzalo de Berceo nació a finales del siglo XII en Berceo (La Rioja). Su vida se desarrolló en el monasterio de San Millán de la Cogolla. A diferencia de sus contemporáneos, refiere su nombre y otros detalles personales. Es el primer poeta castellano de nombre conocido. Su principal obra, Milagros de Nuestra Señora, es una de las más destacadas del mester de clerecía. En los Milagros de Nuestra Señora, Berceo exalta el poder mediador de la Virgen en la salvación de las almas. Los Milagros de Nuestra Señora son una obra compuesta por una introducción alegórica y veinticinco relatos protagonizados por la Virgen. La obra se estructura en dos partes: una introducción y un conjunto de veinticinco milagros. - Introducción. El protagonista es el narrador. Se presenta como un romero que entra en un jardín descrito como un locus amoenus. Así pues la traducción literal de locus amoenus sería “lugar ameno o bonito” que se caracteriza por una serie de elementos esenciales: un prado o lugar recogido, con árboles y demás vegetación, con un arroyo o una fuente, normalmente bañado por una refrescante brisa estival, el sonido de los pájaros y la presencia de las flores, pintando el cuadro con su diversificado cromatismo y enriqueciendo el entorno con su aroma. - Relatos. La estructura de los relatos es siempre la misma: un personaje comete un pecado, y la Virgen, conmovida por la devoción que siente el pecador hacia su figura, interviene para salvar su vida o su alma. 4.4. Juan Ruiz, Arcipreste de Hita. 4.4.1 Libro de buen amor: texto, autor, fecha y título. El libro se ha conservado en tres copias manuscritas. En él su autor confiesa llamarse Juan Ruiz y ser arcipreste de Hita. Se saben pocos datos más del autor. En los manuscritos aparecen dos fechas de composición: 1330 y 1343. Esto ha hecho suponer que hubo dos redacciones sucesivas del texto. Métrica, lengua y estilo. El Libro de buen amor es un extenso poema de más de mil setecientas estrofas (unos siete mil versos), la mayor parte de ellas escritas en cuaderna vía, aunque abundan otros metros y estrofas en las que el autor muestra su virtuosismo poético. 6 Estructura y contenido El Libro está compuesto de numerosos materiales muy heterogéneos, enlazados por el hilo narrativo de la primera persona: a) Un prólogo en prosa donde declara la intención de la obra. b) Una serie de aventuras amorosas con diversas mujeres e) Un conjunto de digresiones morales o satíricas (la del poder del dinero o la censura del clero libertino). f) Sátiras y parodias c) Una colección de treinta y dos fábulas y cuentos con intención didáctica. g) Pasajes alegóricos como la pelea de don Carnal y doña Cuaresma. d) Episodios adaptados de textos latinos medievales (el relato de don Melón y doña Endrina). h) Un grupo de composiciones líricas y juglarescas. Esta diversidad adquiere unidad por el uso de la primera persona narrativa y por el tema común del amor y los engaños. Los temas recurrentes son el amor, la muerte y el destino: a) El amor: El libro expresa una arrolladora fuerza vitalista donde el erotismo y la concepción placentera y sensual de seres y cosas se encarnan en los personajes. b) La muerte: Es la fuerza opuesta al amor y la vida. La muerte destruye la belleza, el placer y todas las relaciones humanas y afectivas. c) El destino: El destino está marcado por las estrellas y los hombres no pueden escapar a él. En el entrecruzamiento de la todopoderosa trinidad (amor, destino, muerte), el ser humano queda en conflictiva angustia y soledad en un mundo en el que las relaciones sociales están cambiando y en el que todo lo puede el dinero. Intención e interpretación En varias ocasiones afirma que su intención es dar a conocer los caminos y formas de ejercitarse en el buen amor. De esta forma, el mal amor se identifica con el amor carnal y humano, esto es, con el pecado. El problema es que, pese a lo afirmado, en la obra prima la exaltación del amor carnal con un tono vitalista, regocijante, irónico y burlesco que la convierten en un descarado manual de incitación a disfrutar de la vida. 7 5. LA PROSA MEDIEVAL La prosa medieval tuvo un desarrollo tardío. Durante los primeros siglos el latín siguió siendo empleado como lengua de cultura en los textos legales, religiosos y literarios. Será Alfonso X el Sabio, en el siglo XIII, quien establezca el castellano como lengua oficial. Alfonso X reunió a un importante grupo de sabios hebreos, musulmanes y cristianos españoles, que continuando la obra de traducción y compilación iniciada un siglo antes en la Escuela de Traductores de Toledo, realizaron una importante labor científica y de trasvase del saber oriental a Occidente. Alfonso X dio tal impulso a la lengua castellana que la convirtió en lengua oficial, la usó en todos sus documentos y en la redacción de obras históricas, jurídicas y científicas. Pero no sólo fue el impulsor de la prosa castellana, sino, en gran parte, su creador. 5.1. DON JUAN MANUEL El autor El infante Don Juan Manuel, sobrino de Alfonso X, es el autor de una de las obras literarias fundamentales de la Edad Media: el Conde Lucanor. Don Juan Manuel proporciona muchos datos biográficos en sus obras y dejó pruebas fehacientes de su responsabilidad de escritor, de su conciencia literaria y de asumir plenamente la autoría de sus obras. Esta actitud ante su obra contrasta con la de otros autores, como el Arcipreste de Hita, que considera su obra como un bien común a todos. Pertenece a la tradición didáctico-moralizante de la Edad Media: pretende educar y moralizar de una manera agradable, es decir, lo que tradicionalmente se llama "enseñar deleitando". Su producción literaria es muy variada y se conoce porque él mismo dejó constancia de ella en sus prólogos, aunque algunos títulos se han perdido a pesar de su interés en la transmisión de los escritos. EL CONDE LUCANOR Es la obra más importante de este autor y por la que se le considera el mejor prosista del siglo XIV. 1. Estructura El libro está formado por dos prólogos y cinco partes bien diferenciadas, de las cuales la más interesante es la primera, que consta de 51 ejemplos o apólogos. Cada cuento se estructura de la siguiente manera: un joven señor feudal, el conde Lucanor, ante los muy diversos problemas que se le plantean en el gobierno de sus estados, pide consejo a su ayo Patronio, el cual le responde con un cuento o ejemplo alusivo al problema planteado y deduce una enseñanza moral; se dice que el conde la aplica le va bien. Por último, don Juan Manuel resume la moraleja en un pareado que remata el "enxiemplo". 2. Temas La obra muestra la realidad española de la época en toda su riqueza y complejidad. Todos los estados y estratos sociales están presentes en ella, con variados personajes: ricos y pobres, nobles y plebeyos, 8 mercaderes, frailes, burgueses... Se combate la codicia, la mentira, la soberbia, la superstición, la pereza, la ira, etc. 3. Lengua y estilo Su lengua es el resultado de la búsqueda constante de un estilo personal y no sólo es un instrumento de expresión, sino que se transforma en arte. Le preocupa la selección del vocabulario, la claridad de la expresión y la concisión, como corresponde a su afán didáctico. 4. Fuentes La mayor parte de los ejemplos procede de fábulas y cuentos orientales; otros, de fuentes clásicas, de la tradición española o de la eclesiástica. Don Juan Manuel no es original, pero recrea los cuentos y los convierte en una pequeña obra maestra con un sello personal. 5. Propósitos de la obra En el primer prólogo, don Juan Manuel expresa claramente su intención de que la obra sirva de provecho para aumentar la fama, la honra y la hacienda (preocupaciones del noble castellano), y además conseguir la salvación del alma, mostrando así su afán didáctico y moralizador y su acusado sentido práctico de la vida. El autor es consciente de que es noble y su clase va perdiendo prestigio y poder frente a la creciente burguesía, y por encima de todo quiere defender su estamento social, el espíritu de una clase guerrera poderosa y rica. 9