2013-06-04 RÍO GALLEGOS. Homilía de la Solemne Misa de la

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1 de junio de 2013
EL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO
Homilía
Celebramos la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo en el Año de la Fe. Una buena
oportunidad para acrecentar juntos la fe en este misterio. Tres frases de la Palabra de Dios que se
acaba de proclamar me llegaron especialmente y las quiero compartir con ustedes:
1) Lo que yo recibí del Señor, y a mi vez les he transmitido…(1 Cor 11,23)
San Pablo escribe a los cristianos de Corinto y es consciente que recibe un don del Señor y lo
vuelve a transmitir. De ese modo la Iglesia que peregrina en la ciudad de Corinto se siente unida al
Señor, y desde esa unión puede crecer, puede desarrollarse, puede hacerse fuerte en medio de
realidades muy complicadas como son la de una ciudad portuaria y comercial, con todas las
oportunidades y dificultades que presente este tipo de sociedad. En medio de ella, San Pablo le
brinda el tesoro de la Eucaristía. Transmite las palabras centrales de la fe eucarística.
Hoy también nosotros reunidos en esta ciudad de Río Gallegos recibimos estas mismas
palabras. Y junto a los sacerdotes las vamos a pronunciar actualizando hoy y aquí el Misterio
Pascual del Señor. De tal manera que como dice el mismo Pablo “cada vez que coman de este pan
y beban de esta copa anuncian la muerte del Señor hasta que vuelva” (1 Cor 11,26). Reunidos en
esta casa mariana en la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, anunciamos la muerte de un
Señor que está vivo y ya no muere más. ¡Qué misterio insondable de amor! ¡Qué tesoro tenemos
en nuestras manos! Tesoro de la Eucaristía que hace la Iglesia. Tesoro de la Iglesia que hace la
Eucaristía. Así, desde los comienzos hasta hoy, la Iglesia hace la eucaristía y la eucaristía hace la
Iglesia.
Esta es la experiencia que año a año estamos invitados a vivir. Esta tarde, una única mesa
congrega una comunidad, presidida por su pastor, para escuchar la Palabra y actualizando el
Misterio Pascual alimentarse de su Cuerpo y de su Sangre. Este es el centro de nuestra fe. Y por
eso hoy dejamos por un tiempo las actividades propias de cada comunidad, para reunirnos, para
experimentar que la Iglesia es una comunidad de comunidades. Este es el sentido que año a año
tenemos que darle a esta celebración. No solo la adoración eucarística, que la vamos a realizar.
Sino el encuentro de una Iglesia viva, que quiere seguir peregrinando en medio de las realidades
cotidianas siendo testimonio del amor de Jesús por cada persona que habita estas tierras más
australes del mundo.
2) No tenemos más que cinco panes y dos pescados (Lc 9, 13)
Frente a la multitud hambrienta los apóstoles se sentían muy limitados, ¿cómo hacían para
dar de comer a tantos con solo cinco panes y dos pescados? Jesús no rechaza lo poco que tienen.
Podía haber hecho un milagro prescindiendo de esos panes y esos pescados. Sin embargo, los
necesitó para el milagro de la multiplicación de los panes. Y a partir de esa pequeñez, hizo
maravillas y todos quedaron saciados.
Somos la Iglesia que peregrina en medio de la realidad de estas dos provincias sureñas. El año
pasado, en Asamblea Diocesana, nos propusimos seis orientaciones pastorales que guían nuestro
camino en los próximos cinco años: Familia, Vida, Jóvenes, Compromiso Social, Misión, Santidad.
En esta fiesta de la Iglesia diocesana las retomamos, conscientes que son como esos cinco panes y
esos dos pescados. ¿Podemos con estas Orientaciones Pastorales ayudar a cambiar en algo la
realidad que nos rodea, influyendo como Iglesia en la transformación de la misma? Como los
apóstoles hoy miramos nuestras manos y tenemos poco. Pero hoy el Señor, en esta celebración
eucarística, nos invita a que le entreguemos a Él una vez más estas orientaciones pastorales, para
que en sus manos y con sus palabras se pueda dar el milagro de la multiplicación. Milagro que
pasará por nuestras manos. Así lo experimentaron los discípulos. Jesús les entregó los panes y los
pescados bendecidos por sus palabras para que ellos los repartieran entre la gente. Y ellos vieron
que a través de sus manos se multiplicaba el pan y alcanzaba para todos y aún sobró.
Hoy también nosotros vamos a poner en las manos del Señor cada orientación pastoral. En el
marco de la adoración al Santísimo Sacramento pondremos cada una de las Orientaciones elegidas
el año pasado en sus manos. Es un profundo acto de fe. Como el que hicieron los apóstoles ese
atardecer. No sabían que tenía preparado el Señor. Pero creen en él y en su poder. Le entregan
pan y pescado. Nosotros creemos, y por eso entregamos. Y confiamos, El multiplicará nuestra
creatividad, nuestro ingenio, nuestra dedicación pastoral para que podamos servir como Iglesia a
estas seis realidades que esperan nuestro aporte: la familia; el cuidado de la vida; los jóvenes,
presente y futuro de la sociedad; nuestro compromiso social en estos momentos de constantes
reclamos; la misión hacia las periferias existenciales como nos pide el Papa Francisco; la santidad
que con mucha humildad pedimos como don que viene de lo alto.
3) Denles de comer ustedes mismos (Lc 9,13)
Jesús invita a sus apóstoles a que no despidan a la multitud desentendiéndose de su
alimento. Los compromete para que se involucren en aportar algo para solucionar la dificultad que
tienen.
Hoy también el Señor nos sigue invitando a salir al encuentro del otro. Recordemos una
vez más las palabras del Papa Francisco, que mencioné hace justo un mes, el día de la misa de
inicio como obispo de Río Gallegos: “Prefiero una Iglesia accidentada que una Iglesia enferma”. Así
el Papa, como Jesús, nos invita a salir, a “dar de comer”, a comprometernos.
Lo hacemos, como acabamos de reflexionar, colocando en sus manos lo poco que
tenemos para que él lo multiplique. Pero salimos, no nos quedamos esperando.
Con esta celebración abrimos la Colecta Anual de Caritas 2013 con el lema: “Apuntamos
alto, pobreza cero”. Y asumimos todos, no solo los agentes de Caritas, la tarea de “dar de comer al
hermano”. Hoy aquí en este marco eucarístico, mañana en el ámbito público del izamiento de la
bandera en el centro de la ciudad de Río Gallegos, animamos los corazones generosos de nuestra
sociedad para que aporte el dinero a Caritas. La sociedad riogalleguense es generosa, muy
generosa. Lo demostró hace pocos días ayudando a nuestros hermanos inundados en La Plata.
Hoy volvemos a pedir esa generosidad. Y somos nosotros los primeros que damos el ejemplo. Y
como Abram, en la primera lectura, que bendecido por Melquisedec dio el diezmo de todo,
nosotros también, bendecidos hoy al final de esta celebración festiva y gozosa con la eucaristía
demos el diezmo de todo para la Colecta de Caritas en favor de nuestros hermanos más
necesitados.
Querida Iglesia de Río Gallegos, así celebramos este año esta lindísima Solemnidad y la
miramos a Ella, nuestra madre, quien nos recibe en su Santuario de Nuestra Señora del Rosario de
San Nicolás. Le pedimos que nos tome fuerte, como a su niño Jesús, para que podamos vivir a
fondo el evangelio que nos reúne.
Miguel Ángel D’Annibale
Obispo de Río Gallegos
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