NOTA EDITORIAL Los seres humanos desarrollan habilidades para conocer la realidad en su paso por los diferentes niveles educativos. Estas se originan cuando tratan de pensar organizadamente el mundo mediante experiencias guiadas por personas con conocimientos superiores a ellos. Luego, la práctica cotidiana y la repetición de procesos facilitan la adquisición de habilidades para manejar saberes especializados. Finalmente, las personas adquieren dominio total de un área de conocimiento de manera autónoma. Perfeccionar las habilidades constituye procesos de maduración intelectual que forman parte de la naturaleza propia del ser humano. Así mismo la vida de un estudiante en su paso por la universidad empieza con recibir conocimientos que más tarde domina y mejora; no se basa en solo saber sino que conoce y perfecciona hasta el punto de requerir renovación constante de ello y esto es posible gracias a la capacidad de investigar ya que ello demanda innovación. No hay conocimiento terminado; las oportunidades para investigar siempre están presentes, ya que siempre eligen alternativas para resolver problemas. Pero esto no solo requiere de los saberes adquiridos en el aula de clase, sino de revisar las soluciones sugeridas por expertos que se han encontrado en la misma dificultad, estableciendo criterios de selección adecuados a sus circunstancias y organizar los resultados de manera rigurosa y adecuada. Pero esta misión de investigar no solo se le asigna al estudiante universitario, sino también a la Institución Educativa Superior la cual posee un compromiso indisoluble con la investigación. Es posible decir que la calidad educativa de las instituciones depende del impacto de su investigación. Esta calidad educativa se articula con el entorno inmediato de manera que, al evaluar y revisar los conocimientos disponibles, es posible determinar esquemas teóricos con la finalidad de resolver problemas actuales y reales de vital importancia para la comunidad en la que se desarrollan. Desde este punto de vista, las Instituciones Educativas Superiores son el centro y eje del cambio social; ellas son capaces de formar investigadores comprometidos con la proyección de sus conocimientos hacia el futuro de nuestra sociedad, resulta importante no solamente fomentar planes y programas que se encaminen a la mejora de estrategias educativas, sino ejercitar a los estudiantes en el uso de sus habilidades cognitivas superiores. Esas habilidades no solo se reducen a enseñar o memorizar cuales son las técnicas más útiles de investigación; sino llevar a cabo esas habilidades con creatividad y con motivación a niveles superiores de investigación. Son muchas las expresiones que “el futuro del mundo se encuentra en manos de los jóvenes y su educación” por lo cual, es de vital importancia concientizar a los estudiantes universitarios sobre los efectos y alcances de su investigación. Es fundamental que toda Institución de Educación Superior debe ser formador de investigadores comprometidos con su realidad, motivados esencialmente a realizar aportes para mejorar su comunidad y entorno social. Al mismo tiempo, se espera que la calidad de los escritos que siguen, avala la invitación implícita que esta revista científica significa a continuar el debate, a ampliar los horizontes del conocimiento, y a expandir la investigación cada vez más a la comunidad Corposucreña. Finalmente, no podía pasar por alto mis más sinceros agradecimientos al centro de investigación institucional, docentes adscritos de las diferentes dependencias y estudiantes de la Corporación Universitaria Antonio José de Sucre; que con su esfuerzo, entusiasmo y motivación aportaron para la recolecta y documentación, contribuyendo para la realización de la revista científica e incentivando a toda la comunidad a hacer partícipes de ella. CLAUDIA PACHÓN FLÓREZ Fisioterapeuta Docente Adscrita Facsa Editora General 2