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Informe
Junio 2013
EL TRIBUNAL SUPREMO DECLARA NULO DE PLENO DERECHO EL
REAL DECRETO DE 2011 QUE EXCLUYE DE LA SEGURIDAD SOCIAL LAS
PRÁCTICAS ACADÉMICAS EXTERNAS DE LOS ESTUDIANTES
UNIVERSITARIOS
Siguiendo con la polémica suscitada estos meses pasados acerca de la figura de los
“becarios”o estudiantes que realizan prácticas no laborales en la empresa, la reciente
Sentencia del Tribunal Supremo de 21 de mayo de 2013, dictada por la Sala de lo
Contencioso-Administrativo, declara nulo de pleno derecho el Real Decreto
1707/2011, de 18 de noviembre, por el que se regulan las prácticas académicas
externas de los estudiantes universitarios, cuya disposición adicional primera excluye
del ámbito de aplicación de la Seguridad Social a dichos estudiantes. Ello obligaría, a
partir de la publicación de la misma en el Boletín Oficial del Estado (BOE), a su
inclusión, por aplicación del Real Decreto 1493/2011, de 24 de octubre.
Antes de entrar propiamente en el análisis de la citada sentencia parece necesario hacer
referencia a la reciente y sucesiva aparición de la normativa que, en los dos últimos
años, y de forma algo caótica, ha pretendido regular las prácticas no laborales de
estudiantes en empresas.
Hasta finales de 2011, la normativa básica que ordenaba esta figura era el Real Decreto
1497/1981, de 19 de junio, sobre programas de cooperación educativa. Dicha norma,
actualizada por el Real Decreto 1845/1994, de 9 de septiembre, perseguía una
formación integral del alumno universitario a través de un programa educativo
paralelo en la universidad y en la empresa, combinando teoría y práctica. De hecho, los
programas de cooperación educativa sólo podían establecerse con las empresas para la
formación de los alumnos en los dos últimos cursos de una facultad, escuela técnica
superior o escuela universitaria concreta, no comprendiendo la formación
profesional.
Un uso incorrecto de esta figura ha dado lugar durante estos últimos años a una
abundante jurisprudencia que, en algunos casos, ha entendido que el estudiante
universitario era en realidad un trabajador por cuenta ajena. Así, y partiendo de la
existencia de alguna retribución, cuando sustituían mano de obra de la empresa; cuando
no existían diferencias entre el trabajo prestado por un trabajador de la empresa y el
estudiante; y, en definitiva, cuando la formación del estudiante no era el objetivo de las
prácticas, sino el lucro empresarial, relegándose el aspecto formativo.
La Ley 27/2011, de 1 de agosto, sobre actualización, adecuación y modernización del
sistema de Seguridad Social, pretendió regularizar dicha situación, estableciendo en su
disposición adicional tercera, rotulada “Seguridad Social de las personas que participan
en programas de formación”, que el Gobierno, en el plazo de tres meses, establecería
“los mecanismos de inclusión en la Seguridad Social de los participantes en
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programas de formación financiados por organismos o entidades públicos o privados,
que, vinculados a estudios universitarios o de formación profesional, conlleven
contraprestación económica para los afectados”.
De igual modo, la disposición adicional cuadragésima primera, titulada “Estancias de
formación, prácticas, colaboración o especialización”, dispuso lo siguiente: «2. Las
Administraciones Públicas competentes llevarán a cabo planes específicos para la
erradicación del fraude laboral, fiscal y a la Seguridad Social asociado a las becas
que encubren puestos de trabajo.»
Con dichas normas se pone de manifiesto la voluntad del legislador de actualizar la
normativa existente en la materia, así como de poner fin a una mala praxis consistente
en cubrir puestos de trabajo bajo la apariencia de becas de formación o prácticas. Como
consecuencia de ello, poco más tarde y de forma casi simultánea, aparecieron tres reales
decretos que pretendieron regular las prácticas en empresas; a saber:
1. EL REAL DECRETO 1493/2011, DE 24 DE OCTUBRE, POR EL QUE SE
REGULAN LOS TÉRMINOS Y LAS CONDICIONES DE INCLUSIÓN EN EL
RÉGIMEN GENERAL DE LA SEGURIDAD SOCIAL DE LAS PERSONAS QUE
PARTICIPEN EN PROGRAMAS DE FORMACIÓN
Este Real Decreto se refiere a participantes en programas de formación, vinculados a
estudios universitarios o de formación profesional que no tengan carácter
exclusivamente lectivo, sino que incluya la realización de prácticas formativas en
empresas, instituciones o entidades. Los programas de formación deben estar
financiados por entidades u organismos públicos o privados, y dichas prácticas
conllevan una contraprestación económica.
Dichas prácticas conllevan la obligación, para “aquél al que corresponda hacer efectiva
la respectiva contraprestación económica” de dar de alta y cotizar -a un tipo reducidopor el alumno en prácticas, a cuyos efectos debe solicitarse un código de cuenta de
cotización específico. Asimismo, quien haga efectiva la contraprestación económica
tendrá la obligación de expedir una certificación que acredite la condición de
participante en los programas de formación, y en la que conste que “el programa de
formación reúne los requisitos exigidos”, así como su duración.
Este Real Decreto se refiere, como puede apreciarse, tanto a estudios universitarios
como a estudios de formación profesional, obligando al empresario receptor de dichos
alumnos en prácticas a afiliarles en el sistema y cotizar por ellos, siempre que existiera
contraprestación. No obstante, como -sin demasiada lógica jurídica- posteriormente
apareció el Real Decreto 1707/2011, de 18 de noviembre, que regulaba dicha situación
para los casos de estudiantes universitarios, y los excluía del sistema de la Seguridad
Social de forma expresa, en la práctica el Real Decreto 1493/2011, de 24 de octubre,
ha afectado hasta la fecha únicamente a los estudiantes en prácticas que realizaran
estudios de formación profesional.
Como se verá, al analizarse el Real Decreto 1707/2011, de 18 de noviembre, ello ha
cambiado sustancialmente con la Sentencia del Tribunal Supremo, de 21 de mayo de
2013 antes aludida.
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2. REAL DECRETO 1543/2011, DE 31 DE OCTUBRE, POR EL QUE SE REGULAN
LAS PRÁCTICAS NO LABORALES EN EMPRESAS
Esta norma regula las prácticas no laborales en empresas o grupos empresariales que
formalicen convenio con los Servicios Públicos de Empleo, dirigidas a personas
jóvenes de entre 18 y 25 años en posesión de una titulación oficial universitaria,
titulación de formación profesional, de grado medio o superior, o titulación del mismo
nivel, correspondiente a las enseñanzas de formación profesional, artísticas o
deportivas, o bien un certificado de profesionalidad. No deberán tener experiencia
laboral, o bien esta no debe ser superior a tres meses en la misma actividad, y el objeto
de dicho convenio será la realización de prácticas de carácter no laboral en sus centros
de trabajo, que no supondrá, en ningún caso, la existencia de relación laboral, si bien sí
estarán incluidos en el sistema de la Seguridad Social, al serles de aplicación el
Real Decreto anteriormente citado, 1493/2011, de 24 de octubre y recibirán de la
empresa en que desarrolla las prácticas una beca de apoyo cuya cuantía será, como
mínimo, del 80 por cien del Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples
(IPREM) mensual vigente en cada momento.
3. REAL DECRETO 1707/2011, DE 18 DE NOVIEMBRE, POR EL QUE SE
REGULAN LAS PRÁCTICAS ACADÉMICAS EXTERNAS DE LOS
ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS (deroga el antes mencionado Real Decreto
1497/1981, de 19 de junio)
Este Real Decreto excluía, en su disposición adicional primera, a los estudiantes
universitarios que realizaran prácticas académicas externas, del ámbito de aplicación de
la Seguridad Social, así como de la obligación de afiliación en Seguridad Social.
Ahora bien, la Sentencia de la Sala Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo,
de 21 de mayo de 2013, estimando un recurso interpuesto por la Confederación Sindical
de Comisiones Obreras, declara nulo el Real Decreto, y dispone que el texto definitivo
del mismo sea remitido al Consejo de Estado para que la Comisión Permanente del Alto
Consejo Consultivo del Gobierno, se pronuncie sobre dicha disposición adicional
primera, esto es, sobre la exclusión mencionada de los estudiantes universitarios que
realizan prácticas no laborales, del ámbito de aplicación de la Seguridad Social.
En la resolución judicial, bajo una controversia aparentemente formal, cual es que el
Alto Consejo Consultivo del Gobierno no se había pronunciado acerca de la exclusión
contenida en la disposición adicional primera, siendo este un aspecto sustancial de la
norma, subyace como cuestión de fondo la problemática de que no existe justificación
alguna para que los estudiantes de formación profesional, que realizan prácticas
no laborales en la empresas, sí estén incluidos en el sistema de la Seguridad Social,
por aplicación del Real Decreto 1493/2011, de 24 de octubre, y los estudiantes
universitarios no, por aplicación de la controvertida norma (disposición adicional
primera del Real Decreto 1707/2011, de 18 de noviembre), cuando ambos reales
decretos se dictan en aplicación de la disposición adicional tercera de la Ley 27/2011,
de 1 de agosto, que no distingue entre ambos colectivos, sino que bien al contrario, se
refiere indistintamente a los mismos (“participantes en programas de formación
financiados por organismos o entidades públicos o privados, que, vinculados a estudios
universitarios o de formación profesional, conlleven contraprestación económica
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para los afectados”) como destinatarios de los mecanismos que debía adoptar el
Gobierno de la Nación para que se permitiera su inclusión en la Seguridad Social.
La publicación de la citada Sentencia -aun no producida en el momento de elaborarse
este informe- tendrá por tanto como consecuencia la obligación de afiliar a los
estudiantes universitarios en el sistema de la Seguridad Social, en los mismos términos
que los estudiantes de formación profesional y al amparo de la misma normativa (Real
Decreto1493/2011, de 24 de octubre), en un código de cotización específico y al mismo
tipo reducido que el aplicado hasta ahora a los estudiantes de formación profesional en
prácticas.
Un aspecto que no conviene perder de vista es que, además de las sanciones
administrativas que pudiera conllevar el incumplimiento de dicha normativa laboral (por
la falta de alta y cotización), el Código Penal ha sido recientemente modificado por la
Ley Orgánica 7/2012, de 27 de diciembre (publicada en el BOE del día siguiente, y
entrando en vigor el pasado 17 de enero de 2013) para establecer, en su artículo 311,
que "serán castigados con las penas de prisión de seis meses a seis años y multa de seis
a doce meses:
1º Los que, mediante engaño o abuso de situación de necesidad, impongan a los
trabajadores a su servicio condiciones laborales o de Seguridad Social que
perjudiquen, supriman o restrinjan los derechos que tengan reconocidos por
disposiciones legales, convenios colectivos o contrato individual.
2º Los que den ocupación simultáneamente a una pluralidad de trabajadores sin
comunicar su alta en el régimen de la Seguridad Social que corresponda o, en su caso,
sin haber obtenido la correspondiente autorización de trabajo, siempre que el número
de trabajadores afectados sea al menos de:
a) el veinticinco por ciento, en las empresas o centros de trabajo que ocupen
a más de cien trabajadores,
b) el cincuenta por ciento, en las empresas o centros de trabajo que ocupen a
más de diez trabajadores y no más de cien, o
c) la totalidad de los mismos, en las empresas o centros de trabajo que
ocupen a más de cinco y no más de diez trabajadores."
Para finalizar, un apunte relativo a la fiscalidad aplicable a las posibles
contraprestaciones percibidas por los alumnos que realicen prácticas no laborales en
empresas, en concepto de bolsa o ayuda de estudio: según la Dirección General de
Tributos, dichas cantidades tienen la consideración de rendimientos íntegros del trabajo,
plenamente sometidos al impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) y,
consecuentemente, a su sistema de retenciones. El tipo de retención aplicable se
determinará de acuerdo con el procedimiento general previsto en el artículo 82 del
Reglamento que regula dicho impuesto, debiendo tenerse en cuenta que el tipo
resultante no podrá ser inferior al 2 por cien cuando la relación entre alumno y empresa
tenga una duración inferior al año.
Al pie de este informe encontrará los enlaces con la normativa y jurisprudencia citada
en el mismo. Por otra parte, puede obtener información personalizada sobre este
particular a través de nuestros asesores jurídicos.
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Enlaces:
Sentencia del Tribunal Supremo de 21 de mayo de 2013:
http://www.poderjudicial.es/search/doAction?action=contentpdf&databasematch=TS&r
eference=6733150&links=&optimize=20130605&publicinterface=true
Real Decreto 1493/2011 de 24 de octubre:
http://www.boe.es/boe/dias/2011/10/27/pdfs/BOE-A-2011-16819.pdf
Real Decreto 1543/2011 de 31 de octubre:
http://www.boe.es/boe/dias/2011/11/18/pdfs/BOE-A-2011-18062.pdf
Real Decreto 1707/2011 de 18 de noviembre.
https://www.boe.es/boe/dias/2011/12/10/pdfs/BOE-A-2011-19362.pdf
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asesoramiento, dictamen u informe jurídico sobre supuestos concretos, sino meramente
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