Texto completo Audiencia Nacional (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección 1ª). Sentencia de 8 julio 2008 JUR\2008\259975 Jurisdicción: Contencioso-Administrativa Recurso contencioso-administrativo núm. 321/2006 Ponente: Excmo. Sr. Carlos Lesmes Serrano SENTENCIA Madrid, a ocho de julio de dos mil ocho. Vistos por esta Sección Primera de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional los autos del recurso contencioso-administrativo núm. 321/06 interpuesto por la Procuradora DOÑA LETICIA CALDERÓN GALÁN, en nombre y representación de MARSH, S.A., MEDIADORES DE SEGUROS, contra resolución de fecha 12 de septiembre de 2006 de la Agencia Española de Protección de Datos, representada y defendida por el Sr. Abogado del Estado, sobre expediente sancionador. A dichas actuaciones se acumuló el recurso 1/07 interpuesto por la Procuradora DOÑA MAGDALENA CORNEJO BARRANCO en nombre y representación de HILO DIRECT SEGUROS Y REASEGUROS, S.A. contra la resolución de fecha 7 de noviembre de 2006, desestimatoria del recurso de reposición promovido contra la resolución de fecha 12 de septiembre de 2006, dictada en expediente sancionador PS/00378/2005. La cuantía es de 60.101,21 Euros por cada una de las partes recurrentes. ANTECEDENTES DE HECHO PRIMERO.- Por la entidad MARSH, S.A. se interpuso recurso contenciosoadministrativo mediante escrito presentado el 24 de octubre de 2006, acordándose por providencia de 17 de noviembre siguiente su tramitación de conformidad con las normas establecidas en la Ley 29/98 , y la reclamación del expediente administrativo. Por la entidad HILO DIRECT SEGUROS Y REASEGUROS, S.A. se interpuso recurso contencioso-administrativo mediante escrito presentado el 20 de diciembre de 2006,acordándose por providencia de 1 de febrero de 2007 su tramitación de conformidad con las normas establecidas en la Ley 29/98 , y la reclamación del expediente administrativo. SEGUNDO.- En el momento procesal oportuno la representación de MARSH, S.A. formalizó la demanda mediante escrito presentado el 16 de enero de 2007, en el cual, tras alegar los hechos y fundamentos de derecho que estimó procedentes, terminó suplicando se dictara sentencia por la que se anule la Resolución de la Agencia Española de Protección de Datos de fecha 12 de noviembre de 2006, condenándose a la Administración demandada a la devolución del importe de la sanción con los intereses legales correspondientes. TERCERO.- Acordada la acumulación de los recursos 321/06 y 1/07 mediante Auto de fecha 4 de abril de 2007 , se dio traslado para formalizar demanda a la representación de HILO DIRECT SEGUROS Y REASEGUROS, S.A., quien evacuó el trámite mediante escrito presentado el 17 de mayo de 2007, en el que tras alegar los hechos y fundamentos de derecho que estimó procedentes, terminó suplicando se dictara sentencia por la que se revoque la resolución impugnada, archivándose el expediente sancionador y exonerándose a la parte de cualquier responsabilidad por inexistencia de infracción alguna del artículo 6.1 de la Ley Orgánica 15/1999 de 13 de diciembre de Protección de Datos de Carácter Personal . Subsidiariamente suplica la reducción de la cuantía de la sanción aplicando la escala relativa a las infracciones leves en su grado mínimo. CUARTO.- El Abogado del Estado contestó a la demanda mediante escrito presentado el 21 de febrero de 2008, en el cual, tras alegar los hechos y los fundamentos jurídicos que estimó oportunos, terminó suplicando se dicte sentencia por la que se desestime el presente recurso, y confirmando la resolución impugnada por ser conforme a Derecho. QUINTO.- No habiéndose solicitado el recibimiento a prueba del presente recurso, se concedió a las partes por su orden, el plazo de diez días para formular sus conclusiones, quienes evacuaron el trámite mediante sendos escritos en lo que concretaron y reiteraron sus respectivos pedimentos. SEXTO.- Conclusas las actuaciones se señaló para la votación y fallo de este recurso el día 2 de julio de 2007, fecha en la que tuvo lugar la deliberación y votación, habiendo sido Ponente el Ilmo. Sr. Magistrado Don Carlos Lesmes Serrano, quien expresa el parecer de la Sala. FUNDAMENTOS JURIDICOS PRIMERO.- MARSH, S.A., Mediadores de Seguros, y DIRECT SEGUROS Y REASEGUROS, S.A. interponen recurso contencioso-administrativo contra la Resolución de la Agencia Española de Protección de Datos de 12 de septiembre de 2006 por la que se impone a la primera por una infracción del art. 11.1 de la LOPD , tipificada como muy grave en el art. 44.4 .b) de dicha norma, una multa de 60.101,21 euros, de conformidad con lo establecido en el art. 45.2, 4 y 5 de la citada Ley Orgánica, y a la segunda , por una infracción del art. 6.1 de la LOPD , tipificada como grave en el art. 44.3 .d) de dicha norma, también una multa de 60.101,21 euros, de conformidad con lo establecido en el art. 45.2 y 4 de la citada Ley Orgánica . En la resolución combatida se declaran como hechos probados los siguientes: PRIMERO: Con fecha 22/05/98, D. Evaristo, contrató, a través del corredor de seguros GRAS SABOYE (actualmente MARSH), una póliza de seguro de automóvil con la entidad ATHENA SEGUROS (actualmente ALLIANZ) (folio 36). SEGUNDO: Desde el 10/05/01 DIRECT SEGUROS y EUROBROK S.A. (actualmente MARSH) mantienen un acuerdo, en virtud del cual la correduría realiza la actividad de promoción y asesoramiento preparatorio de la formalización de contratos de seguro entre la compañía y personas físicas (folios 48-54). TERCERO: Con fecha 16/04/04, MARSH envió una carta a D. Evaristo en la que le informaba de una oferta referida al seguro de su automóvil, en los siguientes términos: ".... Analizando su caso particular, tenemos el placer de informarlo que hemos obtenido unas condiciones más ventajosas, quedando el precio de su seguro establecido en 341,95 euros, frente a los 376,35 euros de la anterior anualidad. La entidad aseguradora es Direct Seguros ... Usted no tiene que hacer ningún tipo de trámite para beneficiarse de las ventajas comentadas. En caso de no recibir ninguna noticia de su parte, comunicándonos que no desea realizar el cambio, nuestra oficina de seguros se encargará de realizar las gestiones necesarias para conseguir la emisión de su nuevo contrato y enviárselo a su domicilio antes del vencimiento de su actual contrato." Dicha carta contiene asimismo, tanto la dirección y números de teléfono de MARSH para ponerse en contacto en caso de cualquier duda relativa a la póliza de seguro ofertada, como los datos de su vigente seguro de automóvil con ALLIANZ, como son su nombre y apellidos, NIF, domicilio completo, código postal, vencimiento de la póliza, matrícula, marca y modelo del vehículo y cuenta bancaria (folio 182). CUARTO: Con fecha 07/05/04, DIRECT SEGUROS procedió a emitir el documento "Confirmación de solicitud y condiciones particulares de Seguro de Automóvil", en la que figura como entidad mediadora la Correduría de Seguros MARSH. En dicho documento constan los datos del vehículo asegurado, los datos del conductor principal que se corresponden con los de D. Evaristo (nombre y apellidos, dirección, fecha de nacimiento, sexo, profesión...), los datos de las garantías elegidas, los datos de cobertura y los datos de domiciliación bancaria. Junto a este documento DIRECT SEGUROS también emitió una orden de domiciliación bancaria. D. Evaristo no firmó los citados documentos (folios 2,3, 183, 184). QUINTO: MARSH mantuvo su condición de corredor en el seguro de automóvil que D.Evaristo mantenía con ALLIANZ, hasta el 22/05/05 (folio 185). SEXTO: La póliza de seguro de automóvil de DIRECT SEGUROS, con tomador D. Evaristo, quedó anulada el 22/05/04 por el impago de la prima (folio 123). Estos hechos no son negados por los recurrentes. La Resolución impugnada, tras realizar determinadas consideraciones sobre la figura del corredor de seguros como mediador de seguros privados, sostiene que MARSH contaba con el consentimiento del denunciante para la remisión del escrito de propaganda sobre la póliza de seguro de automóvil acordada con DIRECT SEGUROS, de acuerdo con el artículo 6.2 de la LOPD, por cuanto mantenía una relación negocial derivada del arrendamiento de servicios que mantenía con el denunciante. Sin embargo, para la cesión de sus datos personales a dicha compañía de seguros, la citada Correduría no contaba con el consentimiento del denunciante, ya que se trataba de una nueva póliza totalmente independiente de la que tenía suscrita con ALLIANZ. Así, considera que en el presente caso ha quedado acreditado que MARSH comunicó a DIRECT SEGUROS los datos del denunciante para que ésta le ofertara una nueva póliza de seguros que ofrecía similares coberturas a las ya disfrutadas, pero con menor coste económico y que dicha comunicación se había producido antes de realizar la oferta al denunciante. Se habría producido así una cesión inconsentida de datos personales. En relación con la actuación de DIRECT SEGUROS sostiene la Agencia que ha quedado acreditado que no contaba con el consentimiento del denunciante para tratar sus datos y ello porque la cesión de los datos fue inconsentida al carecer MARSH de la representación del denunciante, vulnerándose así el art. 6.1 de la LOPD . SEGUNDO.- MARSH, S.A., Mediadores de Seguros, explica en su demanda el contenido de la función desarrollada por los Corredores de Seguros, particularmente la encaminada a recabar información de las entidades aseguradoras de manera permanente acerca de sus productos para así poder realizar su cometido de asesorar de quien trata de concertar un seguro. Para poder recabar información útil para su cliente necesita dar a conocer sus circunstancias personales (salud, edad, historial como asegurado, etc...) pues sólo de esa manera podrá concretar ofertas que sean de su interés. En definitiva, según su tesis, para poder cumplir con su función le resulta indispensable comunicar a las compañías aseguradoras algunos datos personales de los propios clientes, entorpeciéndose extraordinariamente su función si tuviera que recabar su consentimiento expreso y escrito cada vez que busca un nuevo producto que satisfaga mejor sus necesidades. En el caso enjuiciado envió al denunciante una oferta de seguro más favorable que la que tenía suscrita con la compañía ALLIANZ. Al no contestar entendió que le apoderaba tácitamente para realizar la gestión, por lo que habría existido consentimiento. En todo caso, la cesión de los datos estaría amparada en el art. 11.2.c) de la LOPD pues la cesión respondería a la libre y legítima aceptación de una relación jurídica cuyo desarrollo, cumplimiento y control implica necesariamente la conexión del tratamiento con los ficheros de terceros. Como último argumento invoca la falta de culpabilidad. HILO DIRECT SEGUROS Y REASEGUROS, S.A., sostiene que actuó en todo momento de buena fe ya que se limitó a adoptar una posición pasiva de receptora de una solicitud de seguro, en beneficio del denunciante, que mejorara las condiciones del seguro que tenía vigente para su automóvil, actuando en la creencia de que dicha solicitud realizada por la Correduría del denunciante contaba con su conocimiento y consentimiento. Por tanto, cuando trató los datos de carácter personal del denunciante lo hizo en la creencia de que disponía del consentimiento del afectado para realizarlo. TERCERO.- Teniendo en cuenta que en el presente caso interviene un Mediador o Corredor de Seguros, ha de traerse a colación lo estipulado en la Ley 9/1992, de 30 de abril , que regulaba la actividad de Mediación en los Seguros Privados en el momento de los hechos, cuyo artículo 14.1 establecía que: " Son corredores de seguros las personas físicas o jurídicas que realizan la actividad mercantil de mediación de seguros privados, sin mantener vínculos que supongan afección con entidades aseguradoras.. y ofreciendo asesoramiento profesional imparcial a quienes demandan cobertura de los riesgos a que se encuentran expuestos sus personas, sus patrimonios, sus intereses o responsabilidades". Añadiendo el apartado 2 del artículo 14 de la repetida Ley 9/1992 que "Los corredores de seguros deberán informar a quien trate de concertar el seguro sobre las condiciones del contrato que a su juicio conviene suscribir, ofreciendo la cobertura que, de acuerdo a su criterio profesional, mejor se adapte a las necesidades de aquél, y velarán por la concurrencia de los requisitos que ha de reunir la póliza para su eficacia y plenitud de efectos". Como complemento de lo anterior debemos destacar que el Tribunal Supremo, en sentencia de la Sala Primera, de 17 de julio de 1995 , declaró que la esencia del contrato de mediación o corretaje radica en que el corredor o mediador se obliga a poner en contacto a una persona (la que contrató sus servicios) con otra para que entre ellas puedan celebrar el contrato objeto de la mediación, sin que el referido contrato de corretaje entrañe, por sí solo y a falta de estipulación expresa en tal sentido, conferimiento de mandato alguno en favor del mediador o corredor para que éste pueda actuar, como representante o mandatario del que contrató sus servicios, en el perfeccionamiento o celebración del contrato objeto del corretaje. De lo anterior se deduce que MARSH, por el simple hecho de actuar como corredor de seguros de don Evaristo no tenía otorgado un mandato representativo por parte de éste para contratar seguros de ningún tipo, como tampoco autorización para ceder sus datos de carácter personal con la finalidad de que le ofertaran otros contratos de seguros de automóviles que mejoraran las condiciones del que ya tenía suscrito con la compañía ALLIANZ. Para poder cederlos legítimamente debería haber contado con su consentimiento, siendo perfectamente conciliable con su función como corredor el solicitar autorización previa del afectado para poder ceder sus datos personales a determinadas compañías de seguros para que éstas puedan formalizar sus ofertas. CUARTO.- El articulo 11 LOPD regula la cesión de los datos bajo el título "comunicación de datos", con lo que se consagra la plena identificación que, en el ámbito de protección de datos, poseen los conceptos de cesión y comunicación de datos. Equiparación de ambas figuras que asimismo se refuerza mediante la definición, también conjunta que de cesión o comunicación de datos se contiene en el artículo 3 apartado i) de dicha Ley 15/1999 , que conceptúa como tal toda "revelación de datos realizada a persona distinta del interesado". El fundamento de la figura jurídica de la cesión de datos personales lo encontramos en la STC 292/2000, de 30 de noviembre, que razona que el derecho fundamental a la intimidad no aporta por sí solo una protección suficiente frente a las amplias posibilidades que la informática ofrece, dado que una persona puede ignorar no sólo que datos suyos se hallan recogidos en un fichero, sino también si se han trasladado a otro y con qué finalidad. Y ello, según el mismo Tribunal Constitucional ( F J 13º) porque ".. el derecho a consentir la recogida y el tratamiento de los datos personales ( Art. 6 LOPD ) no implica en modo alguno consentir la cesión de tales datos a terceros, pues constituye una facultad especifica que también forma parte del contenido del derecho a la protección de tales datos. Y por tanto la cesión de los mismos a un tercero para proceder a un tratamiento con fines distintos de los que originaron su recogida, aun cuando puedan ser compatibles con éstos (Art. 4.2 LOPD), supone una nueva posesión y un uso que requiere el consentimiento del interesado. Una facultad que sólo cabe limitar en atención a derechos y bienes de relevancia constitucional y por tanto esté justificada, sea proporcionada y, además se establezca por Ley, pues el derecho fundamental a la protección de datos personales no admite otros límites. De otro lado, es evidente que el interesado debe ser informado tanto de la posibilidad de cesión de sus datos personales y sus circunstancias, como del destino de éstos, pues solo así será eficaz su derecho a consentir, en cuanto facultad esencial de su derecho a controlar y disponer de sus datos personales. Para lo que no basta que conozca que tal cesión es posible según la disposición que ha creado o modificado el fichero, sino también las circunstancias de cada cesión concreta. Pues en otro caso sería fácil al responsable del fichero soslayar el consentimiento del interesado mediante la genérica información de que sus datos pueden ser cedidos". Resultan pues, de la interpretación sistemática de dicha normativa y doctrina constitucional, dos notas esenciales y definitorias de la figura jurídica de la cesión o comunicación de datos en nuestro derecho: La primera de ellas es que se trata de un concepto de gran amplitud y así, cualquier revelación o manifestación de datos a un tercero, distinto del interesado, constituye cesión o comunicación de los mismos a efectos de la LOPD. La segunda es la trascendencia que el consentimiento del interesado, válidamente otorgado, posee en todo el marco regulador de esta figura. Esto último enlaza, directamente, no solo con la previsión que del "consentimiento inequívoco del afectado" contiene el artículo 6 LOPD, sino con el propio concepto que de la "autodeterminación informativa" han desarrollado tanto la doctrina como la Jurisprudencia constitucional, concepto básico y esencial en materia de protección de datos. La amplitud y omnicomprensión de la figura jurídica de la cesión, ha sido declarada por un gran numero de sentencias de esta Sala. Las SSAN, Secc. 1ª, 21-6-2002 (Rec. 990/2000), 19-5-2004 (Rec. 259/2003), 9-11-2005 (Rec. 371/2003) y 18-5-2006 (Rec. 429/2004 ) señalan que el concepto de cesión no puede ser más amplio, pues si determinados datos se encuentren en poder del titular o responsable del fichero, cualquier comunicación de los mismos a una persona distinta del interesado o afectado, constituye cesión en sentido técnico. Y asimismo que se exige como requisito de necesaria concurrencia, para que sea válida la revelación de los datos a un tercero, que dicho consentimiento del interesado sea previo, a diferencia del requerido, con carácter general, para el tratamiento de los datos. Ya la STS, Sala 3ª, 31-10-2000 (Rec. 6188/1996), enumeró los requisitos necesarios para que la cesión de datos personales pudiera considerarse validamente producida, indicando que el artículo 11.1 exige la concurrencia de tres notas: el consentimiento previo del afectado; que la cesión se relacione con el cumplimiento de los fines del cedente, y que la cesión se relacione también con los fines del cesionario. Se trata de requisitos que en la Ley aparecen exigidos de forma simultanea y que se fundamentan en el riesgo que la cesión supone para el afectado, a cuyo tenor el principio de consentimiento necesita ser reforzado, por lo que el mismo se exige con carácter "previo" en tales casos (a parte del requerido, con carácter general, en el artículo 6 ), pues solo mediante la exigencia de consentimiento, se otorga al afectado la posibilidad de determinar el nivel de protección de los datos a él referentes. La trascendencia que para tal cesión de datos personales ostenta el "consentimiento" del titular de los datos, se expresa con claridad en la SAN Secc. 1ª, 9-11-2001 ( Rec. 565/2000 ) , que razona que el reforzamiento del consentimiento previsto en tal artículo 11.1 sirve para garantizar, de este modo, el llamado contenido positivo del derecho o "libertad informática" regulado en el Art. 18.4 de la Constitución -STC 202/1999, de 8 de noviembre y STC 292/2000, de 30 de noviembre -. Y también en la SAN Secc. 1ª, 30-62004 (Rec. 619/2002) según la cual: ".......uno de los pilares básicos de la normativa reguladora del tratamiento automatizado de datos es precisamente el principio del consentimiento o autodeterminación..... Se trata de una garantía fundamental, legitimadora del régimen de protección establecido por la Ley, en desarrollo del Art. 18.4 de la Constitución, dada la notable incidencia que el tratamiento automatizado de datos tiene sobre el derecho a la privacidad en general, y que sólo encuentra, como excepciones al consentimiento del afectado, aquellos supuestos que, por lógicas razones de interés general, puedan ser establecidos por una norma de rango de Ley. Tal protección que se dispensa al ciudadano frente al tratamiento de datos personales sin su consentimiento se proyecta, también, sobre la hipótesis de la cesión.... Precepto ha de ser completado con el artículo 1.2 del RD 1332/1994 de 20 de junio ,..Y también con la Directiva 95/46 / CE, de 24 de octubre de 1995”. En el caso enjuiciado no existió consentimiento previo sin que pueda deducirse su existencia de la mera omisión del denunciante ante los términos de la carta que le fue dirigida por MARSH. En definitiva, no habiendo existido dicho consentimiento previo la cesión de los datos personales de don Evaristo es ilegítima. QUINTO.- MARSH para el caso de que no se admita, como es el caso, la existencia de un mandato tácito que conlleva la existencia de un consentimiento previo, sostiene que la cesión está comprendida en las excepciones al principio del consentimiento que se contienen en el art. 11 de la LOPD, concretamente en el apartado 2 .c) que trata de aquellos casos en que "el tratamiento responda a una libre y legítima aceptación de una relación jurídica cuyo desarrollo, cumplimiento y control implique necesariamente la conexión de dicho tratamiento con ficheros de terceros. En este caso la comunicación sólo será legítima cuando se limite a la finalidad que la justifique". Se requiere en este precepto la existencia de una relación jurídica, ya sea contractual, laboral, administrativa o de otro tipo, en virtud de la cual obren en poder del responsable del fichero determinados datos del afectado. Se trata, por tanto de aquellos casos en que el tratamiento responde a una relación libre y legítimamente aceptada por tal interesado, y los datos salen del círculo de dicha relación jurídica a fin de desarrollar, cumplimentar, y controlar la misma. Ya nos hemos referido anteriormente a la naturaleza jurídica del contrato de corretaje y como éste no conlleva mandato representativo alguno. Además, aunque este contrato permita la realización de ofertas por parte del corredor a su cliente y legitima el tratamiento de sus datos personales en este sentido, a lo que no alcanza es a autorizar cesiones de datos de carácter personal a terceros, pues para que dicha cesión sea legítima, como antes vimos, es preciso siempre el consentimiento previo del afectado. Abunda en esta interpretación el apartado 3 del artículo 63 de la nueva Ley 26/2006, de 17 de julio , de mediación de seguros y reaseguros privados, que hace expresa referencia a las obligaciones de los corredores de seguros en materia de protección de datos. Dice así: 3. Los corredores de seguros podrán tratar los datos de las personas que se dirijan a ellos, sin necesidad de contar con su consentimiento: a) Antes de que aquéllos celebren el contrato de seguro, con las finalidades de ofrecerles el asesoramiento independiente, profesional e imparcial al que se refiere esta Ley y de facilitar dichos datos a la entidad aseguradora o reaseguradora con la que fuese a celebrarse el correspondiente contrato. b) Después de celebrado el contrato de seguro, exclusivamente para ofrecerles el asesoramiento independiente, profesional e imparcial al que se refiere esta Ley o a los fines previstos en su art. 26.3. Para la utilización y tratamiento de los datos para cualquier otra finalidad distinta de las establecidas en las dos letras anteriores, los corredores de seguros deberán contar con el consentimiento de los interesados. Como es fácil de ver sólo se exime del consentimiento antes de celebrar el contrato de seguro, en cuyo caso puede el corredor no solo realizar tratamientos sino también ceder los datos a la entidad aseguradora o reaseguradota con la que se va a celebrar el contrato. Pero una vez celebrado el contrato el tratamiento sin consentimiento sólo es legítimo para continuar ofreciendo asesoramiento independiente pero no para ceder los datos a un tercero, ya que la norma no lo autoriza ni de forma expresa ni implícita, debiendo obtenerse el consentimiento previo del afectado por aplicación de las normas generales de la Ley Orgánica, concretamente del art. 11. SEXTO.- Finalmente invoca MARSH la falta de culpabilidad. Sobre ello debe observarse que el ilícito administrativo por el que ha sido sancionada se consuma, como suele ser norma general en la infracciones administrativas, por la concurrencia de una culpa leve. En efecto, el principio de culpabilidad previsto en el artículo 130.1 de la Ley 30/1992 dispone que solo puede ser sancionadas por hechos constitutivos de infracción administrativa los responsables de los mismos, aún a titulo de simple inobservancia. Esta simple inobservancia no puede ser entendida como la admisión en el derecho administrativo sancionador de la responsabilidad objetiva, pues la jurisprudencia mayoritaria de nuestro Tribunal Supremo (a partir de sus sentencias de 24 y 25 de enero y 9 de mayo de 1983 ) y la doctrina del Tribunal Constitucional (después de su STC 76/1990 ), destacan que el principio de culpabilidad, aún sin reconocimiento explícito en la Constitución, se infiere de los principios de legalidad y prohibición de exceso (artículo 25.1 CE ), o de la exigencias inherentes a un Estado de Derecho, y requieren la existencia de dolo o culpa. Pues bien, la conducta que configura el ilícito administrativo aplicado en este caso requiere la existencia de culpa, que se concreta, por lo que ahora interesa, en la falta de diligencia observada por la entidad recurrente para asegurarse de que el afectado tenía que haber consentido de forma inequívoca la cesión de sus datos de carácter personal a un tercero y es esta falta diligencia lo que configura el elemento culpabilístico de la infracción administrativa y resulta imputable a la recurrente. Por razón de éstas y las anteriores consideraciones debe desestimarse el recurso contencioso-administrativo interpuesto por MARSH, S.A., Mediadores de Seguros. SÉPTIMO.- En relación a la responsabilidad de HILO DIRECT SEGUROS Y REASEGUROS, S.A debe tomarse en consideración, como argumenta con reiteración, que los datos personales los recibió del corredor de seguros y que éste tenía una relación profesional con el denunciante, por lo que es perfectamente aceptable entender que actuó en la creencia de que contaba con el consentimiento del denunciante para ceder sus datos personales. Así, teniendo en cuenta la especial naturaleza jurídica de la figura del "corredor" o "mediador" de seguros ya mencionada, y las circunstancias concurrentes en el caso, el Tribunal entiende excesivo exigir también, a la compañía de seguros, la comprobación fehaciente de la prestación del consentimiento inequívoco por parte del asegurado ya que dicha comprobación le compete al mediador cuando interviene como tal en la celebración del contrato de seguro. En definitiva la Sala entiende que HILO DIRECT SEGUROS Y REASEGUROS, S.A actuó con el convencimiento legítimo de que el consentimiento, por parte de las denunciantes, había sido prestado al mediador de seguros, tal y como dicho mediador le dio a entender con la remisión de sus datos de carácter personal para que procediera a dar de alta la póliza de seguro de automóviles. Ante la falta de culpabilidad de este recurrente, procede la estimación de su recurso contencioso-administrativo, con anulación de la sanción que le ha sido impuesta. OCTAVO.- No se aprecia temeridad o mala fe para la imposición de las costas procesales, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 139.1 de la LRJCA. FALLAMOS PRIMERO.- DESESTIMAR el recurso contencioso-administrativo interpuesto por la Procuradora DOÑA LETICIA CALDERÓN GALÁN, en nombre y representación de MARSH, S.A., MEDIADORES DE SEGUROS, contra resolución de fecha 12 de septiembre de 2006 de la Agencia Española de Protección de Datos por la que se impone por una infracción del art. 11.1 de la LOPD , tipificada como muy grave en el art. 44.4 .b) de dicha norma, una multa de 60.101,21 euros, de conformidad con lo establecido en el art. 45.2, 4 y 5 de la citada Ley Orgánica , resolución que confirmamos. SEGUNDO.- ESTIMAR el recurso contencioso-administrativo interpuesto por la Procuradora DOÑA MAGDALENA CORNEJO BARRANCO en nombre y representación de HILO DIRECT SEGUROS Y REASEGUROS, S.A. contra la resolución de fecha 7 de noviembre de 2006, desestimatoria del recurso de reposición promovido contra la resolución de fecha 12 de septiembre de 2006, dictada en expediente sancionador PS/00378/2005, , por la que se le imponía por una infracción del art. 6.1 de la LOPD , tipificada como grave en el art. 44.3 .d) de dicha norma, también una multa de 60.101,21 euros, de conformidad con lo establecido en el art. 45.2 y 4 de la citada Ley Orgánica , resoluciones que anulamos por ser contrarias a derecho. TERCERO.- No hacer imposición de costas. Así por esta nuestra sentencia lo pronunciamos mandamos y fallamos. PUBLICACIÓN.- Leída y publicada ha sido la anterior sentencia en la forma legalmente establecida. Doy fe. En Madrid, a LA SECRETARIA Mª ELENA CORNEJO PÉREZ