EVOLUCION JURISPRUDENCIAL Y ESTADO ACTUAL DEL TOPE

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EVOLUCION JURISPRUDENCIAL Y ESTADO ACTUAL DEL TOPE
DEL ART. 245 LCT.
Autor: Julián R. Lescano Cameriere*
a) Un Instituto criticado.
En la Argentina, y en especial en el derecho laboral, hay disposiciones legislativas que ab initio, han sido tachadas de inconstitucionales y algunas inclusive lo han sido desde antes de su entrada en vigencia. Un claro ejemplo de ello es la ley 24.557, conocida como Ley de
Riesgos del Trabajo.
Otro ejemplo ha sido y es el tope indemnizatorio en el art. 245
LCT1 que desde antiguo, y a través de diversas normas2, tiene hoy
vigencia legal entre nosotros.
Como veremos, este tope ha sido repetidamente atacado por los
operadores jurídicos que defienden los intereses de los trabajadores, y
reiterada jurisprudencia de grado les ha concedido una y otra vez la
razón.
En mi carácter de Juez, he tenido oportunidad de pronunciarme
en este sentido, señalando la inconstitucionalidad del límite establecido
* Juez del Tribunal del Trabajo N° 1 de San Isidro. Docente universitario.
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1- Cfr., por ejemplo, Grisolía, Julio Armando, Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social.
Doctrina. Legislación. Jurisprudencia. Modelos., Tomo II, editorial LexisNexis, Décima edición
ampliada y actualizada, Buenos Aires, 2004, p. 1201: “La aplicación práctica del tope indemnizatorio origina muchas veces graves injusticias, perjudicando a los trabajadores…”. También,
Alvarez, Eduardo, Modificaciones Introducidas por la ley 25.877 en el art. 245 de la LCT, p. 87:
“Uno de los aspectos, a mi modo de ver, más criticable de la ley 25877 es el haber mantenido,
en líneas generales, el sistema de “topes indemnizatorios”, creados por el artículo 153 de la ley
24013 y haber desaprovechado una oportunidad inigualable para introducir un módulo de límite
más sencillo y menos litigioso” En idéntico sentido, SCOTTI, Héctor Jorge, Modificaciones al
régimen de las indemnizaciones por despido, en L.L. Sup. Esp., Reforma Laboral, Ley 25877,
ps. 50 y ss.
2- Ya que topes y módulos vienen existiendo desde el Código de Comercio, pasaron por la
ley 11.729, se establecieron en decretos varios, y llegan hasta nosotros en el actual art. 245
LCT primero por el art. 153 de la Ley 24013, y luego por el art. 5 de la Ley 25.877.
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en el art. 245 LCT cuando éste viola el derecho de propiedad del trabajador. Pero no nos adelantemos, primero hagamos…
b) Un poco de historia3.
1) La Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación.
La doctrina coincide en considerar a “Carrizo”4, como el primer
precedente en esta materia, aunque en dichos autos no se discutió el
tope establecido por el art. 153 de la LNE y 245 LCT, sino la constitucionalidad del art. 4to. de la ley 21.2745. Allí se establecía un monto
indemnizatorio que a la época en que el actor fuera desvinculado
(1978) resultaba desactualizado6. La Corte estableció por primera vez
en este caso el principio de que “La reglamentación legal del derecho
a la llamada estabilidad impropia (…) debe ser razonable, lo que a su
vez quiere decir adecuada a los fines que contempla…”7.
En “Ulman”8, la CSJN rechazó un ataque contra el dec. 343/819,
el cual había establecido el monto del salario mínimo, vital y móvil. Este
monto, por supuesto, afectaba directamente el cálculo de la indemnización prevista en el art. 245 LCT. A contrario sensu la Corte estableció
que el criterio o “standard” para la declaración de inconstitucionalidad
de una norma era que: a) El acto normativo no configure supresión o
desnaturalización del derecho del trabajador, y b) Que existiera un comportamiento “absurdo o arbitrario” del legislador.
3- Seguimos, en este sentido, la reseña efectuada en Ackerman, Mario, “La modificación de
la doctrina de la Corte Suprema de Justicia de la Nación sobre la constitucionalidad del tope
indemnizatorio por despido y sus consecuencias. Un cambio que parece anunciar otros cambios”, nota al fallo Vizzoti, publicado en el diario La Ley de fecha Lunes 4 de octubre de 2004,
página 4, y el punto 2.2. del capítulo VII de la obra de Cristina Álvarez Magliano y Mario S.
Fera, El derecho del trabajo según la Corte Suprema de Justicia de la Nación, editorial AD
HOC, Buenos Aires, 2002, pp. 220 y ss.
4- “Carrizo, Domingo y Otros c. Administración General de Puertos”, ED, 100, 599.
5- Adla, XXXVI-B, 1039
6- Los valores por prescindibilidad habían sido fijados en 01/03/1976.
7- Cfr. Considerando 5to. Asimismo, en el mismo considerando, la Corte manifiesta que
“…las indemnizaciones como las que se debaten en autos suelen tener contenido alimentario
y se devengan, generalmente, en situaciones de emergencia para el empleado”.
8- “Ulman, Miguel c/ V.A.S.A. s/ despido”, fallos 306:1311, del 11/9/1984 y TySS 1984, 966.
9- Adla, XLI-B, 1858.
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En el caso “Paluri”10, la CSJN reiteró la postura establecida en
“Ulman”, en el considerando 3ro. de su decisorio11. Resumiendo, hasta
“Paluri”, la CSJN entiende que la legislación que regula la extinción del
contrato laboral y el resarcimiento que el trabajador recibe en este
caso, constituye en principio “cuestión no justiciable”, salvo que existiera arbitrariedad o absurdo, y que se suprimiera o desnaturalizara un
derecho del trabajador.
Con posterioridad, el Procurador General de la Nación logra que
su dictamen12 sea aceptada por la CSJN en el precedente “Grosso”13,
aportando al ya establecido criterio del Alto Tribunal, según Ackerman14
3 elementos nuevos: 1) El módulo de resarcimiento no debe ser necesariamente idéntico al salario, 2) La irrazonabilidad que puede predicarse de la reparación será resultado de la inequidad de ella derivada del
importe del salario mínimo vital que quepa tener en cuenta, y la torne
manifiestamente insuficiente como adecuada protección contra la
segregación incausada del actor, y 3) La validez del salario mínimo vital
debe juzgarse teniendo en mira el resultado que se pretende alcanzar
con el establecimiento de una indemnización por la ruptura incausada
del contrato de trabajo.
Llegamos así a fines del año 1993, donde con fecha 16/12/1993,
la CSJN dicta dos sentencias de importancia, “Martinelli”15 y “Vega16”.
En 1993 en autos “Martinelli, Oscar H y Otros c/ Coplinco Cía. Platense
de la Industria y Comercio S.A.”, la Corte declaró inconstitucional el
decreto 666/86 porque desnaturalizaba el art. 14 bis de la CN, en tanto
10- “Paluri, Henio c. Establecimientos Metalúrgicos Santa Rosa s/ despido”, Fallos 306:1964
(sumario), de fecha 13/12/1984.
11- la CSJN reiteró que “...corresponde al legislador establecer las bases jurídicas que reglamentan las relaciones de trabajo y las consecuencias que se derivan de la ruptura del contrato
laboral, sin que los jueces de hallen facultados para decidir sobre el mérito o conveniencia” de
dicha legislación.
12- De fecha 1ro de noviembre de 1989.
13- “Grosso, Bartola c/ San Sebastián SACIFIA s/ cobro de pesos”, publicado en L.L. 1991B, 220, donde se tacha de inconstitucional el art. 245 de la LCT.
14- Ackerman, Mario, op. cit., página 4.
15- “Martinelli, Oscar H. C. y otros c/ Complinco Cía Platense de la Industria y Comercio
S.A., publicado en DT, 1994-A, 713.
16- “Vega, Leonardo M. y Otros c/ Agiola Arcucci” , CSJN 25/6/96, DT 1997-A-1097
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asegura al trabajador la protección contra el despido arbitrario. Dos
años y medio después, en 1996, en los autos “Vega”se declaró la
inconstitucionalidad del módulo para calcular el tope del art. 245 LCT
establecido en la resolución 7/89 del Consejo del Salario Mínimo, Vital
y Móvil. La Corte consideró que dicha resolución suprimía y desnaturalizaba el derecho que se pretendía amparar, ya que el módulo había
sido fijado en forma absurda y arbitraria, circunstancia ésta que
provocaba la “pulverización del real significado económico del crédito”.
Arribamos a 1997, y la Corte establece lo que en su momento se
pensó sería la doctrina final del Superior Tribunal, en autos “Villarreal,
Adolfo c/ Roemmers S.A. s/ Cobro de pesos (CSJN 1012/97). Allí la Corte
reproduce los argumentos vertidos en “Ulman” y “Paluri” expresa que no
resulta irrazonable el módulo indemnizatorio fijado en el art. 245 de la
LCT, dado que es facultad del legislador decidir qué sea la protección del
despido arbitrario, excediendo las atribuciones de los jueces expedirse
sobre la conveniencia o inconveniencia de dicho régimen. En otras palabras, consideró que el quantum del tope indemnizatorio era una cuestión
política no justiciable. A mayor abundamiento, consideró que “…la remuneración que sirve de base fue establecida por las partes mediante un
acuerdo colectivo y no unilateralmente por el Poder Ejecutivo, por lo cual
no se puede entender absurdo o arbitrario su monto”. A partir de allí, la
Corte continuó expidiéndose a favor de la constitucionalidad del tope
actualmente fijado en el art. 245, por considerar que en ninguno de los
casos sobre el tema que llegaban al Máximo Tribunal se producía una
pulverización del real significado económico del crédito (caso Vega), se
configuraba absurdo o arbitrariedad (Caso Villarreal) o se desnaturalizaba la protección contra el despido arbitrario (Caso Martinelli) o se suprima el derecho que se pretendía asegurar (Caso Ulman). Otros fallos posteriores en este sentido: “Ranzuglia c/ Fundación UB”, del 27/5/1999,
“Fabro c/ Gamea”, “Vender c/ Camea”, y “Mastroiani c/ Establecimiento
Terrabusi”, todos ellos del 27/5/1999, Carvajal, Daniel c/ Bic Argentina”
(3/4/2001), “Duchowny, Norberto c/ Editorial Musical Korn Intersong S.A.”
(15/5/2001) y muchos otros.
2) La Jurisprudencia de la Cámara del Trabajo de Capital Federal.
A pesar de la firme doctrina establecida por la Corte Suprema de
Justicia hasta “Vizzoti” a favor de la constitucionalidad del tope indem70
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nizatorio, las Salas de la Cámara Nacional del Trabajo declararon de
modo constante la inconstitucionalidad de este tope. Por ejemplo, la
Sala VI, 5/11/93 en autos “Berenstein de Mittelman c/ Asoc. Mutual
Israelita” señaló que “...cuando en un supuesto concreto la aplicación
de la tarifa causa un efecto injusto y surge un monto irrazonable, se
desnaturaliza su esencia, carece de sentido jurídico y debe ser reemplazada por la decisión fundada del juez y ser pagado el resarcimiento
sin aplicar el tope.” En 1996, fue el turno de la Sala III en “Cuevas,
Guillermo c/ Tres Cruces S.A. s/ despido”, quien dijo que: “En algunos
casos se ha desechado el planteo de invalidez constitucional del art.
245 LCT, en el entendimiento de que la circunstancia que el tope tarifario previsto por la norma citada, si bien puede experimentar variaciones
a través del tiempo, no es susceptible de causar agravio constitucional.
Ello es así, en principio, salvo que se demuestre que se incrementa la
protección hasta la exorbitancia o que se la reduzca hasta otra irrisoria. Se configura la irrisoriedad cuando en el caso concreto el
salario promedio fijado, que corresponde tomar en cuenta conforme al art. 245 LCT, no guarda una razonable proporción con la
remuneración del trabajador demandante”.
Tres años más tarde, en 1999, la Sala VI en autos “López, Juan
F. c/ Cía General de Fósforos Sudamericana s/ Despido” dijo que
“cuando el tope indemnizatorio es disparatado respecto de la
base, aplicarlo sin más arremete la propiedad privada y vulnera el
art. 17 de la CN.”
3) La Jurisprudencia de la SCBA y de los Tribunales del Trabajo
de la Provincia de Buenos Aires.
Si bien es importante realzar la tarea que ha venido realizando el
Dr. Negri en sus votos minoritarios, donde ha sostenido reiteradamente que no es aceptable la validez de la limitación prevista por el art. 245
LCT en tanto su aplicación respecto a la suma indemnizatoria de la que
es acreedor el trabajador cesante, resulta confiscatoria y violatoria de
los arts. 14 bis y 17 de la CN (por ejemplo, “Roa, Juan c/ Tubos y
Perfiles S.A., 21-11-95 L. 52.567; TySS 96-4517), la Suprema Corte de
17- Otros fallos: L. 38.835 sent. Del 10-5-88 y L. 41.384 sent. Del 28-3-89.
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la Provincia de Buenos Aires mantiene a la fecha la constitucionalidad
del tope del art. 245 LCT, como surge, entre muchos otros fallos, de
autos “Montero Oscar c/ Fortunato Bonelli y Compañía S.A. s/ diferencia de indemnización por despido”, de fecha 1/04/2004, donde el
Superior confirmó el rechazo de la demanda del Tribunal del Trabajo Nº
2 de San Nicolás, expresando que: “….la suma fijada como indemnización no implica alterar la garantía contra el despido arbitrario, ni “pulveriza” el derecho a la indemnización consecuente”. Hay que destacar
que la Suprema Corte cita en la fundamentación de su fallo de modo
expreso a “Villarreal”18. A la fecha no se conoce que la Suprema Corte
haya modificado esta postura, a la luz de “Vizzoti”.
Los Tribunales del Trabajo de la Provincia de Buenos Aires desde
antiguo vienen fallando en contra del tope indemnizatorio cuando su aplicación genera injusticias. En este sentido, destaco dos fallos del Tribunal
del Trabajo Nº 1 de San Isidro, del cual el suscripto forma parte, autos
“Freyjo, Mónica Alejandra c/ Centros Comerciales Sudamericanos S.A. s/
cobro”, expte. Nº 34.798 de agosto del 2003 y “Cotoras, Liliana
Magdalena c/ Praxair Argentina S.A. s/ indemnización por despido”
expte. Nº 33.857 de julio de 2003. En ambas sentencias, más de una año
antes que en el afamado precedente “Vizzoti”, el Tribunal del Trabajo Nº
1 de San Isidro aplicó el criterio de limitar la incidencia del tope indemnizatorio sobre la indemnización prevista por el art. 245 LCT hasta el 33%
del monto que le correspondería al trabajador sin tope alguno, considerando el exceso de este porcentaje como “confiscatorio”. Así, en “Freyjo”,
estábamos frente a un trabajador cuya mejor remuneración a los fines del
art. 245 LCT era de $3750, con un tope de $1237,68.
Esta diferencia generaba en la práctica una diferencia a favor del
trabajador superior a los $30.000. Luego de una larga fundamentación,
a la que remito al lector brevitatis causa, el Tribunal por unanimidad
dijo, con voto del Dr. Maddaloni19: “Creo que mi cometido como juez
pasa por corregir el perjuicio que se causa al trabajador despedido en
18- Cfr. voto Dr. Hitters.
19- Respuesta a la pregunta ¿Es procedente la demanda interpuesta?, apartado I)
Diferencia de indemnización por antigüedad. Inconstitucionalidad del tope indemnizatorio.
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forma incausada por el pago de una indemnización que desnaturaliza
la garantía de una protección contra el despido arbitrario y afecta su
derecho de propiedad.
Pero no me parece razonable condenar a la demandada a pagar
una indemnización por antigüedad sin tope alguno pues ello significaría
desconocer lo que el legislador ha establecido de forma expresa y colocar a la empresa en situación de indefensión frente a la “ratio legis” que,
para el caso de grandes remuneraciones, consideró oportuno limitar los
montos indemnizatorios. Por otra parte, no debe olvidarse que la Corte
Suprema de Justicia de la Nación ha admitido en forma reiterada que el
importe del tope anual de indemnización por despido, no tiene por qué
ser idéntico al mejor salario percibido (cfr. Fallos 313-850) y que la fijación de topes no es por sí inconstitucional salvo que se demuestre, en
cada caso, que la remuneración mínima fijada configura la supresión o
desnaturalización del derecho que se pretende asegurar (cfr. Fallos
306:1311 y causa “Rivero, Julio c/ Empresa Líneas Marítimas Argentinas
S.A.”, sentencia del 10 de octubre de 1996, DT 1997-A-664.
Por ello, propicio elevar el importe del tope a la suma de $ 2.721,
87 (mejor salario percibido $ 3750 + s.a.c. $ 312,50 = 4.062,50 menos
una quita del 33% = $ 2.721, 87), utilizando la pauta que fijó la CSJN
en materia impositiva a fin de preservar el derecho de propiedad: el
33% del valor del bien.”
Idéntico pronunciamiento recayó en “Cotoras”, donde el tope
indemnizatorio ascendía a la suma de $815, 31, siendo el mejor salario
de la trabajadora a los fines del art. 245 LCT $2.646,58, correspondiendo nuevamente al Dr. Maddaloni preopinar sobre la cuestión.
c) Nueva doctrina de la CSJN: El fallo Vizzoti.
Éste era el panorama jurisprudencial cuando la Corte Suprema
de Justicia de la Nación dictó sentencia en autos “Vizzoti, Carlos
Alberto c/ AMSA S.A. s/ despido” con fecha 14/9/2004, con dictamen en
contra del Procurador Fiscal, el cual estableció que20 “No resulta razo20- Cfr. considerando 11 primer párrafo.
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nable, justo ni equitativo que la base salarial prevista en el primer párrafo del citado artículo 245 de la Ley de Contrato de Trabajo, vale decir
“la mejor remuneración mensual, normal y habitual percibida durante el
último año o durante el tiempo de prestación de servicios si éste fuera
menor”, pueda verse reducida en más de un 33% por imperio de su
segundo y tercer párrafos. Esta pauta, por cierto, recuerda conocida
jurisprudencia del Tribunal, relativa a que la confiscatoriedad se produce cuando la presión fiscal excede el señalado porcentaje (Fallos
209:114, 125/126 y 210:310,320, considerando 6º, entre muchos otros”.
Mucho se ha escrito y se continúa escribiendo21 sobre este fallo,
y no es el objeto de esta breve exposición ahondar en él. Baste señalar que este precedente ya ha sido objeto de diversas críticas, como la
siguiente22: establecer pretorianamente un nuevo tope comporta una
injerencia del poder judicial en el ámbito del poder legislativo, y por
tanto resulta írrita al plexo constitucional23. De Diego24 ha dicho que “En
rigor las atribuciones judiciales que tiene el Alto Tribunal sólo le permiten declarar la inconstitucionalidad de dicho tope por comprometer
garantías constitucionales, dejando al Poder Legislativo su función
específica de legislar…”. Sin embargo, esta misma crítica ha dado pie
a nuevos fallos que analizaremos más adelante, donde se ha entendido que, para evitar la violación de la división de poderes, el juez debe
declarar la inconstitucionalidad total del tope indemnizatorio.
d) Nuevas tendencias jurisprudenciales.
21- Amén de las obras ya citadas, puede consultarse con provecho: Maza, Miguel Ángel, El
tope salarial del artículo 245 de la LCT y la doctrina del caso “Vizzoti” de la Corte Suprema, y
Etala, Carlos Alberto, Protección contra el despido arbitrario, derecho de propiedad y confiscatoriedad (con especial referencia al fallo dictado por la Corte Suprema en el caso “Vizzoti c/
AMSA), ambos en “Fallo recientes de la Corte Suprema de Justicia de la Nación”, Revista de
Derecho Laboral, Número extraordinario, Dirigido por Antonio Vazquez Vialard y Valentín
Rubio, Editorial Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 2004, pp. 41 y 59 respectivamente.
22- La cual puede leerse en El Tribuno (Salta), de fecha 26 de septiembre de 2004, en un
artículo titulado “Economía Real. El trabajo argentino en las reglas del nuevo derecho. El mercado laboral busca adaptarse a la Constitución”. Sin firma.
23- Cfr. Etala, Juan José, La Limitación de los topes indemnizatorios: vulneración del principio de separación de poderes, en La Ley, Tomo 2004-B, p. 1169.
24- De Diego, Julián A. La Inconstitucionalidad del tope de la indemnización por despido y
conflicto de poder, publicado en Suplemento Especial del Diario La Ley, Buenos Aires, 17 de
septiembre de 2004, p.22
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En autos “Harriague Castex, Eduardo c/ Deheza S.A. s/ despido”,
expte. Nº 25901/2002, sentencia definitiva Nº 1985, dictada por el
Juzgado del Trabajo Nº 78 de Capital Federal, el Dr. Brignole dijo que:
“Estimo que la aplicación del precitado tope afecta el derecho de propiedad del trabajador –por un lado- y la debida protección contra el despido
arbitrario –por el otro – (art. 17 y 14 bis de la C.N.) por lo cual declararé
su inconstitucionalidad en el caso concreto y sin el límite que surge
del caso “Vizzoti”, ya que no comparto el criterio del Alto Tribunal, en
cuanto se permitiría afectar –como quita- un 33% de su remuneración. Si
el principio de indemnidad o sea dejar el patrimonio indemne plasmado
en el art. 1109 del C.C. como guía debe ser respetado en el caso, en función de los módulos de la remuneración y de la antigüedad, la aplicación
de un determinado porcentaje de afectación, elegido por el juzgador,
afecta la división de los poderes en tanto el Poder Judicial se erigiría en
legislador y además –en ese porcentaje, 33% delineado en “Vizzoti”- continuaría la vulneración al precitado derecho de propiedad esencial en
nuestro sistema jurídico, debido al citado cercenamiento porcentual. En
mi opinión, si la norma es inconstitucional en el caso, no corresponde aplicar tope alguno”. La negrita pertenece al original.
Como se ve, esta sentencia entiende que, declarado inconstitucional el tope, y no pudiendo el juez ponerse a “legislar” un nuevo tope,
corresponde no aplicar tope alguno, ni siquiera el establecido por la CSJN.
En igual sentido, CNTrab Sala VI, por ejemplo “Francile, Rubén
F. v. Scotiabank Quilmes S.A.”, dictado en fecha 10/2/2004. Cabe destacar que la Sala VI de la CNTrab, venía manteniendo esta postura con
mucha anterioridad; al respecto: “Naviera, Fernanda Beatriz c/ Jardín
del Pilar S.A. s/ despido”, sent. 55020, de fecha 26/07/200225.
25- a) “Como el art. 245 LCT modela la indemnización sobre la mejor remuneración normal y
habitual, los topes mínimo y máximo establecidos no pueden alejarse demasiado de la misma.”
b) “Si por aplicación de los topes el resultado obtenido disminuye en un 30% o similar el porcentaje la indemnización que se lograría sin ellos, la tacha de inconstitucionalidad de la norma
se impone, por atentar contra la propiedad privada del trabajador.”
c) “Liberado el tope, la tarifa se modela sobre la mejor remuneración normal y habitual del trabajador, no pudiendo el juez crear pretorianamente una tarifa porque ésa es función de los legisladores.”
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En la provincia de Buenos Aires, podemos mencionar (aunque no
se refiera directamente al tope del art. 245 LCT) el precedente
“Zaniratto, Mabel Beatriz c/Dirección General de Escuelas y Cultura de
la Provincia de Buenos Aires s/ enfermedad-accidente”, de fecha
22/12/2004, donde la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de
Buenos Aires declaró de oficio26 la inconstitucionalidad del tope fijado
por la ley 9.688, que tomaba como pauta el Salario Mínimo, Vital y
Móvil. Se revoca la sentencia impugnada que originalmente había fijado una indemnización de $520, “…declarándose la inconstitucionalidad en su aplicación al caso de autos de la resolución 7/1989 del
Consejo Nacional del Salario Mínimo, Vital y Movil. Vuelvan los autos al
Tribunal de origen, para que proceda a establecer la cuantía del resarcimiento que le corresponde percibir a la actora, teniendo en cuenta el
importe del Salario Mínimo, Vital y Móvil actualizado al mes de julio de
1990, (…) y atendiendo en su caso al tope indemnizatorio…”.
Todo lo dicho hasta ahora resalta una vez más, el carácter de ius
in fieri del Derecho del Trabajo, de sus instituciones y disposiciones, dentro de las cuales se ubica el tema que estamos tratando, el tope indemnizatorio del art. 245 LCT. Esta cuestión dista mucho aún de estar cerrada, y será tarea de los operadores del derecho del trabajo avanzar en tal
sentido, buscando siempre la solución más justa, teniendo en mira en
todo momento las acertadas palabras que la CSJN vertiera en “Vizzoti”,
al indicar que “…el trabajo humano no constituye una mercancía”.
e) Conclusión.
Como conclusión, podemos señalar que en la mayoría de los tribunales de grado tanto nacionales como provinciales, la tendencia ha
sido declarar la inconstitucionalidad del tope establecido en el art. 245
LCT. A partir del fallo “Vizzoti” la CSJN ha establecido que el tope es
inconstitucional cuando afecta en un porcentaje mayor al 33% la indemnización que debiera percibir el trabajador. Podemos también observar
que con anterioridad a Vizzoti existía una corriente jurisprudencial que
bogaba por la declaración total de inconstitucionalidad del tope indemnizatorio, que hoy en día está tomando cada vez más fuerza en el ámbito de los tribunales de grado nacionales27. Finalmente, en la Provincia
de Buenos Aires, al día de hoy la Suprema Corte de Justicia de Buenos
Aires sigue sosteniendo la constitucionalidad del tope.
26- Aquí, la SCJBA aplicó la jurisprudencia de la Corte Federal, sentada en autos “Banco
Comercial de Finanzas en liquidación por el BCRA s/ Recurso de Hecho”, de fecha 19 de
agosto de 2004, que permite la posibilidad de decretar de oficio la inconstitucionalidad de las
leyes.
27- Línea jurisprudencial que ha tenido y tiene como mayor representante a la Sala VI de la
CNATrab. Ver lo señalado ut supra al comentar la jurisprudencia de los Tribunales de grado del
ámbito nacional, y lo explicado respecto del fallo “Harrigues” en el apartado “Nuevas tendencias jurisprudenciales”.
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