Todo lo que debe saber la farmacia ante una inspección laboral

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El farmacéutico tiene derecho a solicitar la acreditación pertinente a los inspectores y a
que se garantice la confidencialidad de las actuaciones
Todo lo que debe saber la farmacia ante una inspección
laboral
La oficina de farmacia no es un lugar especialmente conflictivo en lo que respecta a las
relaciones laborales. Al menos no existen datos que señalen al sector como objeto de
grandes infracciones o de denuncias por incumplimientos continuos en las relaciones
contractuales. Más bien al contrario, por lo general las farmacias suelen contar con
bastante estabilidad en las relaciones con sus empleados. En cualquier caso, todo sector
puede verse involucrado en una campaña de inspección laboral y hay que estar
preparado para afrontarla.
Mario Vaillo de Mingo. mvaillom@recoletos.es
De hecho, en el último año farmacias catalanas han sido inspeccionadas en una campaña
de oficio. Como confirma Marina Calvet, experta en materia laboral de la asesoría
Aspime, "en el último año más de trescientas farmacias han sido inspeccionadas tan sólo
en Barcelona. Es un sector en el que las inspecciones por denuncias de los trabajadores
son muy raras, por lo que se ha procedido a una inspección de oficio como sucede en
sectores poco inspeccionados".
Horas extra
Esther Fernández Cabré, presidenta de la Federación Empresarial de Farmacéuticos de
Cataluña, reconoce que se han producido varias inspecciones recientes (algo más
habitual cuando se publican nuevos convenios colectivos) y recalca como uno de los
principales motivos de interés para los inspectores "el cumplimiento de las condiciones
establecidas en el convenio colectivo respecto al número de horas extra permitidas".
Pero, ¿cuál es el procedimiento de una inspección laboral? Para empezar, y en el caso de
las farmacias nuevas, es necesaria la comunicación de la apertura del centro de trabajo
en un plazo de treinta días desde el inicio de la actividad, alta de empresa y alta de
visitas, así como el Libro de Visitas de la inspección de trabajo y la Seguridad Social (SS),
que desde este mes ha cambiado de formato, y al que deben adaptarse las empresas.
El inicio de la inspección no necesita de aviso previo. Según explica Sandra Martínez, del
Gabinete López Santiago, ésta puede ser "mediante visita, en cuyo caso, el inspector
extenderá la diligencia in situ, o mediante comparecencia, que es la fórmula más
habitual, y en cuyo caso los inspectores extenderán requerimiento para la citación del
titular de la farmacia en las dependencias del Servicio de Inspección de Trabajo, donde
deberá aportar cuantos datos y documentación le sean solicitados".
Entre la documentación que el farmacéutico deberá tener siempre disponible ante una
posible inspección destacan el citado Libro de Visitas, donde los inspectores extenderán
diligencias de su actuación; el cuadro con los horarios del establecimiento y el calendario
laboral; los recibos de pago de salario (los inspectores podrán solicitar las nóminas de los
últimos cuatro años); los partes de alta y baja de los trabajadores en la SS; el
justificante de pago de cuotas a la SS, tanto en el caso del trabajador autónomo como de
los trabajadores por cuenta ajena; el resumen de las horas extraordinarias realizadas; los
contratos de trabajo y los permisos de trabajo y visados en el caso de los trabajadores
extranjeros y, por último, el plan de prevención de riesgos laborales.
Respecto a este último punto, Eva Illera, de la asesoría Asefarma, señala que "evitar la
precariedad y los accidentes de trabajo son en la actualidad dos de los objetivos
principales del Gobierno en materia laboral, por lo que, cada vez más, las actuaciones de
inspección se dirigen a esta materia".
Además de la prevención de los riesgos laborales, la mayor incidencia de la actuación
inspectora se centra en la aplicación de los convenios colectivos, así como en la
recaudación de cuotas de la SS, en lo que respecta a altas y bajas, contratación
temporal, mejoras, horas extraordinarias y categoría profesional, fundamentalmente.
En este sentido, es importante evitar el procedimiento de apremio, que inicia la Tesorería
General de la SS cuando las cuotas no se abonan en un periodo de treinta días, a partir
de los cuales se puede imponer un recargo del 20 al 35 por ciento. Del mismo modo, en
caso de decretarse una sanción por alguna infracción, ésta puede oscilar entre los treinta
euros y los 90.151, en función de su gravedad.
Obligaciones
En el proceso, que en total no puede exceder de nueve meses desde su inicio, el
farmacéutico debe tener en cuenta que tiene unos derechos y unas obligaciones.
Respecto a estas últimas, José Manuel Moya, del bufete Perulles&Moya, asesor de la
Asociación de Farmacias de Barcelona, señala: "La actitud del empresario es importante y
debe cumplir con unas obligaciones como permitir el acceso libre a los inspectores,
permitir cualquier diligencia de investigación y facilitar cualquier dato que se le exija.
Contravenir uno de estos supuestos puede ser considerado una obstrucción y será
sancionable".
Por contra, el farmacéutico tiene derecho a que los inspectores acrediten su identidad y a
que éstos garanticen la confidencialidad de sus actuaciones. Además, en caso de
denuncia por parte de un trabajador, ésta nunca podrá ser admitida para su tramitación
de forma anónima.
Consulte el modelo de Libro de Visitas en
www.correofarmaceutico.com/documentos
12/06/2006
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