ÍNDICE 1. EL CONTROL DE LA JORNADA 1 2. LA REDUCCIÓN DE HORAS DEDICADAS A LA PREPARACIÓN DIDÁCTICA 3 3. LA SUPRESIÓN DE LA COMPENSACIÓN POR EXCEDER 18 HORAS LECTIVAS 4 4, REDUCCIONES ECONÓMICAS POR RAZÓN DE HUELGA O FALTA INJUSTIFICADA 5 5. LAS HORAS DE GUARDIA HAN DE SER HORAS LECTIVAS 6 6. LOS RECREOS HAN DE CONSIDERARSE COMO TIEMPO DE PERMANENCIA 6 7. LA NO OBLIGATORIEDAD DE REALIZAR GUARDIAS DE RECREO 6 8. CLASES DE 60 MINUTOS 7 9. LA HORA DE LACTANCIA 7 10. OTRAS INICIATIVAS RELACIONADAS CON LOS HORARIOS 8 ANEXO: REQUISITOS MÍNIMOS DE LOS CENTROS 9 1. EL CONTROL DE LA JORNADA Análisis previo Del “Manual para la gestión del cumplimiento de la jornada y horarios en los centros públicos de educación” (Resolución de 6 de octubre de 2005, BOJA 19 de octubre): “Los Centros Públicos y Servicios Educativos deberán contar con un soporte material que recoja la asistencia diaria del personal y garantice la veracidad de la asistencia y la permanencia de la información, así como el control preciso y personal de su propia identificación, mediante el sistema que cada Centro o Servicio Educativo considere idóneo, y que en todo caso deberá permitir posteriores comprobaciones”. -Lo primero que hay que dejar bien claro es que tal “soporte material” ya existe: se trata del parte de guardia de toda la vida. Y así lo demuestra el hecho de que el párrafo citado no hace en realidad más que reproducir otro de las “Instrucciones de la Dirección General de Gestión de Recursos Humanos de 1 de octubre de 1996 sobre el control y la jornada y horarios de trabajo”: “Los Centros Públicos y Servicios Educativos deberán contar con un soporte material que recoja la asistencia diaria del personal y garantice la veracidad de la asistencia y la permanencia de la información, a los efectos de posteriores comprobaciones. Asimismo se garantizará que el sistema permita el control preciso de 1 las asistencias y la identificación de cada persona”. Por tanto, si desde 1996 ha valido el parte de guardia y no ha habido ninguna novedad, es absurdo plantear ningún cambio. Sin embargo, hay quien ha visto la oportunidad de “disminuir” un poco más al profesorado y ha exigido soportes que registren minuciosamente cada hora de permanencia. Se trata de una medida: -absurda: probablemente no haya ningún funcionario público en el que sea más innecesario controlar su jornada laboral, al desarrollarse un alto porcentaje de ésta en contacto directo con alumnos (horas lectivas, guardias) o con padres. -improductiva: la inmensa mayoría de los Institutos suelen carecer de un lugar apropiado para cualquier tarea intelectual. -totalitaria: lo que debe importar es la calidad de la preparación y no el lugar donde se realiza. Intentar controlar esto delata tentaciones totalitarias, además de “tontalitarias”. -infantilizante: a semejanza del papá que vigila las horas que está su hijo delante de los libros y no su aprovechamiento real. -degradante: todo trabajo de índole creativa e intelectual necesita un margen de autonomía y no es susceptible de vigilancia mecanizada. -imposible: uno puede estar preparando una clase a través de la charla con un compañero, ¿deberá espiarse el contenido de dichas conversaciones para establecer las debidas comprobaciones? A veces de un periódico se saca un material didáctico excelente, ¿habrá de crearse una Policía Didáctica Andaluza que examine, en estas horas, el sometimiento de cualquier actividad a los fines prescritos? El que se firme al principio o al final de la hora en cuestión, sólo certifica que esa persona, al principio o al final de dicha hora, ha firmado en el lugar prescrito. -desmoralizante: si la educación actual no es un completo desastre es por la resistencia silenciosa de muchos docentes que dedican muchas horas a mejorar su preparación y a preparar una información bien estructurada y estimulante para sus alumnos. Resulta más difícil sin duda seguir en ese empeño cuando eres objeto de un trato como éste. -susceptible de usos perversos: cualquier informe independiente certifica el bajísimo nivel educativo de nuestra comunidad. Que en este contexto preocupante nuestros cargos se afanen en controlar el horario del profesorado invita a establecer una relación causal tan deletérea como falsa. La conclusión es obvia: ¿para qué controlar algo que no tiene incidencia (positiva) en el funcionamiento del centro y que, además, no es posible controlar? Es oportuno recordar, por otro lado, que el Manual fue aprobado por los sindicatos presentes en la Mesa Sectorial de Educación. Iniciativas que puede emprender el profesorado 1. Continuar con el modelo de siempre (el parte de guardias). Ahora bien, nos podemos encontrar con lo siguiente: -Situación 1: al inspector le parece insuficiente y exige modelos más exhaustivos. Insistimos en que el parte de guardias es un medio de control suficiente, y no hay norma que exija más. Por ello, si se da esta situación, habría que pedirle al Inspector que lo comunique por escrito, así el sindicato podrá recurrir un control que va más allá de lo que dice la norma. -Situación 2: es el propio equipo directivo de nuestro centro el que nos plantea el modelo estérilmente fiscalizador. En este caso, de manera análoga, se solicita al director que por escrito nos motive las razones por las que decide trascender lo regulado por la norma. 2. Los IES deben cumplir la normativa existente sobre seguridad y salud laboral en lo referido a temperatura, espacios, número de metros cuadrado por funcionario, etc. Se puede pedir por escrito a la dirección de los IES que comunique al claustro qué gestiones se están haciendo para que se cumpla la normativa de seguridad y salud. También se pueden presentar escritos solicitando que se cumplan las medidas de seguridad y salud legales. No 2 tiene sentido la exigencia de horas de preparación didáctica en el centro y que luego no exista un entorno habitable, con espacio suficiente, temperatura adecuada, ausente de ruidos y con la dotación bibliográfica necesaria. 3. Trasladar a las asociaciones ecologistas este tema para que calculen cuántos árboles se podan al día por puro ASCO (Anhelo Sandio de Control). Iniciativas de APIA Además de respaldar cualquier iniciativa docente en el sentido más arriba apuntado, APIA va a exigir el cumplimiento escrupuloso de toda la normativa al respecto como requisito previo a cualquier exigencia de permanencia. Hay departamentos que disponen de espacio ridículo, inexistente o no disponible. En una comunidad donde existe un número nada insignificante de “caracolas” prefabricadas, el celo de la Administración debería orientarse en una dirección completamente distinta. de permanencia en los centros educativos e incumple sistemáticamente toda la normativa relativa a las condiciones de habitabilidad, salubridad y seguridad de aquéllos. Y no sólo respecto a normativa específica sino también general, por ejemplo, los nuestros son los únicos centros de trabajo donde se ignoran los límites de temperatura (mínimos y máximos), a pesar de que en ellos “trabajan” menores de edad. Ya la Consejera declaró hace un par de veranos que no es una prioridad de su departamento el acondicionar térmicamente Colegios e Institutos. El Real Decreto 1537/2003, establece una serie de instalaciones y condiciones materiales mínimas para cada centro educativo (véase Anexo), sin contemplar ninguna excepción, que se incumplen sistemáticamente. En estos momentos estamos elaborando en APIA un informe sobre las condiciones de trabajo que deben tener los IES. La Administración educativa realiza dos actuaciones simultáneas: exige mayor tiempo 2. LA REDUCCIÓN DE HORAS DEDICADAS A PREPARACIÓN DIDÁCTICA Análisis El Manual anteriormente citado, a pesar de ser una mera resolución, presenta novedades normativas, que incluso contradicen articulado legal anterior. Veámoslo. -El artículo 17.1 de la Orden de 9 de septiembre de 1997, que desarrolla el Decreto 200/1997, de 3 de septiembre, establece que los profesores “permanecerán en el Instituto treinta horas semanales. El resto hasta las treinta y siete horas y media semanales serán de libre disposición de los profesores y profesoras para la preparación de actividades docentes o cualquier otra actividad pedagógica complementaria”. -Posteriormente la Orden de 16 de julio de 1999 fijó en 35 horas el horario semanal para el funcionariado andaluz, dando curso legal a lo aprobado en el Parlamento andaluz. -A partir de estas premisas, el Manual conclu- ye, de manera completamente ilegítima, que las horas de libre disposición para preparar materiales pasan a ser de cinco y no de siete y media. -No hay ninguna norma que haya recogido esto con anterioridad (e incluso contradice lo regulado en la Orden precitada de 1997). Sin embargo, un Director General no tiene potestad reglamentaria y, por tanto, carece de competencias para crear o modificar reglamentos, algo que además ha expuesto con claridad en una reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía Una vez más conviene recordar que este Manual contó con la aprobación de los sindicatos presentes en la Mesa Sectorial. Con independencia de la asunción de competencias que no le corresponden a la Dirección General de Recursos Humanos de la Consejería, no deja de ser significativo que se dejen intactas las horas lectivas o de permanencia y 3 únicamente se reduzcan las horas de preparación de actividades docentes fuera del Instituto. Esto quiere decir que la Administración nos pide dedicar un 33% menos de tiempo a la preparación didáctica, la cual constituye una de las señas de identidad irrenunciables de cualquier docencia digna (mucho más, desde luego, que hacer guardias o sellar libros). ¿Pretende la Consejería que enseñemos menos o es que reconoce que, con los currículos actuales, hay mucho menos que enseñar? tareas y de las dificultades para el profesor de Secundaria. Resulta muy incoherente que la defensa de la “enseñanza personalizada” no venga de la mano de una reducción lectiva ni tampoco de una reducción de las ratios. -La propuesta que defenderá APIA para regular las 35 horas de jornada laboral es la siguiente: ● 22 horas del horario regular de permanencia semanal. ● 15 horas de clase como máximo. ● 5 horas de horario irregular. ● 8 horas de dedicación en casa. Iniciativas del profesor Cumplir la norma, es decir, dedicar únicamente las cinco horas de preparación reflejadas en nuestro horario. Eso implicará, por ejemplo, que actividades como la corrección de pruebas de diagnóstico, de acuerdo con las consignas de la Administración, se corrijan... cuando se pueda. Iniciativas de APIA -Impugnar esta reducción por las causas anteriormente expuestas. -Exigir una reducción racional del horario docente, de acuerdo con el incremento de las Entendemos que este reparto resulta más equilibrado y responde mejor a las necesidades educativas. En este contexto es oportuno recordar que, según la UNESCO, una hora lectiva con adolescentes equivale a tres horas de trabajo administrativo. También conviene recordar la oposición del resto de sindicatos a cualquier reducción lectiva en Secundaria (véase el documento de APIA, Un añito en la caverna, sobre lo discutido y votado en los Plenos de las Juntas de Personal). 3. LA SUPRESIÓN DE LA COMPENSACIÓN POR EXCEDER LAS 18 HORAS LECTIVAS. Análisis El artículo 3º de la Resolución de 1987 establece que: "En EEMM, todas las horas lectivas que superen las 18 establecidas se compensarán de las complementarias a razón de 2 horas complementarias por cada hora hora lectiva". La Dirección General de Recursos Humanos publica el 2-10-2006 unas Aclaraciones sobre el Manual. En ellas declara lo siguiente: "En lo que se refiere a la vigencia del artículo tercero de la Resolución de 9 de noviembre de 1987, que desarrolló determinados aspectos recogidos en la Orden de la entonces Dirección General de Personal, hay que considerar que dicho artículo ha quedado sin efecto desde la entrada en vigor de la Orden de 9 de septiembre de 1997, por la que se regulan determinados aspectos sobre la organización y el funcionamiento de los IES".Sin embargo, dicha Orden no hace ni una sola mención derogatoria ni a la Resolución ni a la Orden del 87. En aquella hay una Disposición Derogatoria Única por la que "Quedan derogadas todas aquellas normas de igual o inferior rango, cuyo contenido se oponga a lo establecido en la presente Orden". Pero no hay absolutamente nada en la Orden de 1997 que se oponga a lo regulado en la Orden del 87 o en la Resolución que la desarrolla. -Como la Dirección General de RRHH no explica el motivo de esa derogación, tenemos que recurrir al Escrito que la Dirección General de Planificación y Ordenación Educativa elaboró en 1997, según el cual este artículo estaba “implícitamente derogado” (sic) por la Orden de 9 de septiembre de 1997, por la que se regulan determinados aspectos sobre la organización y el funcionamiento de los I.E.S. 4 La razón esgrimida es que en el artículo 17.3 de ésta se establece que "la suma de la duración del horario lectivo y las horas complementarias de obligada permanencia en el Instituto, recogidas en el horario individual de cada profesor, será de treinta horas semanales. De ellas, un mínimo de veinticinco se computarán semanalmente como horario regular...". De aquí deduce la Dirección General que este mínimo no se podría cumplir en el caso del profesorado de Secundaria con 21 horas lectivas si se aplicara el referido apartado tercero de la mencionada Resolución de 9 de noviembre de 1987, por lo que procede acogerse a la Disposición Derogatoria Única de la mencionada Orden de 9 de septiembre, que establece que quedan derogadas todas aquellas normas de igual o inferior rango que se opongan a lo establecido en dicha Orden. En fin, es una costumbre inveterada en la Consejería aplicar el principio “en caso de duda, a por el reo (o sea, el profesor)”. Sin embargo, ningún docente con jornada reducida (por maternidad, por enfermedad, por licencia de estudios) y ningún delegado sindical sin liberación total, alcanzan las 25 horas de permanencia mínima. Es decir, por un lado tenemos lo prescrito como normal (18 horas lectivas, 25 horas de permanencia) y por otro las excepciones a esa norma (por ejemplo, 20 horas lectivas y 21 de permanencia; en el caso de 21 horas lectivas, serían el equivalente a 27 de permanencia; como hay que sumarle obligatoriamente la reunión de departamento, permanecería realmente 22 horas en el Instituto en horario regular y sólo le quedarían 2 horas de horario irregular). ¿Conclusión? No hay ninguna contradicción, ni por tanto derogación implícita (lo que no significa que la Administración debiera esforzarse en evitar a toda costa que ningún docente exceda las 18 horas). Por cierto, somos los comunidad que ostenta el récord negativo en cuanto a horario lectivo máximo. En las restantes el límite suele fijarse en 20 horas. En Galicia esas 20 horas incluyen la realización de guardias, contemplándose 3 horas como complementarias fijas. Iniciativas del profesor Exigir el cumplimiento de lo regulado en la Orden de 1987. La persona que se decida puede contar de antemano con los servicios jurídicos de APIA de manera completamente gratuita. Iniciativas de APIA El medio para exigir nuestros derechos es pedir por escrito a la Dirección del centro que se cumpla con lo dispuesto en la Orden de 1987, es decir, que “todas las horas lectivas que superen las 18 establecidas se compensarán de las complementarias a razón de 2 horas complementarias por cada hora lectiva". Si se nos deniega, contactar con APIA para ejercer las oportunas reclamaciones. 4. REDUCCIONES ECONÓMICAS POR RAZÓN DE HUELGA O FALTA INJUSTIFICADA En caso de huelga o falta injustificada, se establece en el mismo Manual que las horas a descontar serán 7, como resultante de dividir las 35 horas semanales por 5 días. Esto supone, implícitamente, la proscripción de realizar cualquier tarea en casa durante el fin de semana, ni en shabat ni en domingo. Como no se conoce ningún Concordato al respecto con la Santa Sede o con altos representantes del Judaísmo, cabe pensar que se trata de una innovación espontánea por parte del Director General. que le corresponda a la Dirección General decidir cuándo hemos de preparar clases o corregir exámenes. En consecuencia, sólo deberían descontarse las horas de horario regular del día de la ausencia (y, en su caso, de horario irregular si ese mismo día coincidió con la realización de un claustro o una reunión previamente convocada). Sin embargo, la Ley (positiva) habla claramente de “libre disposición del profesor” sin 5 5. LAS HORAS DE GUARDIA HAN DE SER HORAS LECTIVAS Las guardias deben tener un tratamiento de horas lectivas, como en Galicia. Quizás introduciendo algún factor de corrección (por ejemplo establecer cada una como equivalente a media hora lectiva). En este sentido, solicitamos un tratamiento análogo al otorgado al Cuerpo de maestros, para el que se establece que el horario lectivo será aquel "que se destine a la atención directa de un grupo de alumnos para el desarrollo del currículo, incluidos los recreos". Estamos convencidos de que el profesorado durante su hora de guardia desarrolla el currículo (por ejemplo, en todo lo relativo a los aspectos relacionado con actitudes, educación para la ciudadanía y todos los ejes transversales establecidos) de manera al menos tan eficaz como un maestro lo hace durante los recreos. En consecuencia, exige el reconocimiento correspondiente como hora lectiva. Esta exigencia queda avalada por la consideración de la tutoría como hora lectiva en la ESO, a pesar de ser una hora donde no se desarrollan aspectos curriculares de una asignatura determinada. El paralelismo con la hora de guardia es obvio. 6. LOS RECREOS HAN DE CONSIDERARSE COMO TIEMPO DE PERMANENCIA Análisis de recurrir la negativa. El tiempo de recreo es un tiempo muerto que no se computa como jornada laboral y que, sin embargo, obliga a permanecer en el centro o en los aledaños para continuar después la jornada. El recreo está pensado, lógicamente, para los alumnos, pero, sin embargo, nos afecta laboralmente, ya que tenemos que “disfrutarlo” obligatoriamente, sin que se nos compute como horario de permanencia. Iniciativas de APIA Iniciativas del profesor El profesorado debe pedir que en los recreos se puedan ubicar las PAO, A-1, reuniones de equipo educativo, etc. Si se deniega la petición, se debe contactar con APIA con objeto -que el recreo cuente como periodo de permanencia. -que aquellos profesores que decidan realizar la guardia de recreo les compute además como hora lectiva, pues carece de sentido considerar que la “guarda” de niños menores de 12 años tenga esa consideración y no la de grupos de adolescentes con "hormonas más revoltosas". Se llega incluso al ridículo de conceder como hora lectiva la guardia de recreo a un maestro en Primaria pero no al maestro de Secundaria. 7. LA NO OBLIGATORIEDAD DE REALIZAR GUARDIAS DE RECREO No entran dentro de nuestras funciones docentes la asunción de este tipo de tareas, que, en otros países, se encargan a trabajadores específicos (en el Reino Unido incluso la 6 vigilancia de exámenes). El profesor ha de atender al hecho de que quien realiza guardias de recreo asume una responsabilidad civil ante cualquier cosa que pueda ocurrir en ellos. APIA ha recurrido esta obligatoriedad a través de personas a las que se les había asignado esta tarea. El problema que tiene atender guardias de re- creo es que los profesores tienen el riesgo de asumir la responsabilidad civil de los hechos que ocurran durante una guardia (caídas, peleas, etc.) Recientemente, APIA ha tomado la decisión de recurrir la obligatoriedad de realizar guardias de recreo en un determinado centro de Granada, precisamente por estimar que se obliga a los profesores a asumir el riesgo de la responsabilidad civil de forma injustificada y gratuita. 8. CLASES DE 60 MINUTOS En algunas provincias la inspección educativa ha tratado de reducir la autonomía de los centros con unas instrucciones que obligan a que todas las clases en Secundaria sean de sesenta minutos. centros tienen autonomía en este aspecto, siempre que respeten las horas lectivas reguladas por ley. Esta imposición abre de hecho la posibilidad de exceder el límite máximo establecido. Sin embargo, la normativa actualmente vigente establece con claridad que “los centros docentes podrán establecer módulos horarios de duración diferente a una hora, respetando, en todo caso, el número total de horas lectivas fijadas” (art. 13.1 del Decreto 231/2007 de 31 de julio), continuando la línea de la Orden de 9 de septiembre de 1997 (BOJA del 9). Una vez más la Administración demuestra su propensión a lo superfluo y a cambiar lo que funciona bien. Como si las únicas leyes a las que mostraran un acatamiento invariable fueran las de Murphy. No es necesario añadir que desde APIA proporcionaremos los medios para que estos anhelos de “solución final” no lleguen a su culminación. Es un principio reconocido, por tanto, que los 9. LA HORA DE LACTANCIA Los permisos y licencias de los funcionarios están previstos para el personal de los cuerpos generales. Éstos tienen unos horarios claramente delimitados y homogéneos. Una hora de trabajo equivale a cualquier otra. Por tanto, una reducción de 5 horas sobre una jornada de 35 supone exactamente 1/7 del total. La situación de los funcionarios docentes es completamente distinta, pues los módulos horarios (la hora lectiva, de guardia, de reunión, de PAO, de actividad extraescolar, de formación, de preparación didáctica de “libre disposición”...) que componen su jornada laboral requieren esfuerzos y dedicación muy desiguales. En consecuencia, es necesario que exista una normativa específica que desglose cómo afecta esa reducción de 5 horas a cada uno de los diferentes tramos horarios. Sin embargo, la Administración, que sí “adapta” nuestra jornada para negarnos los permisos “por asuntos propios” o el periodo de descanso como tiempo de permanencia, se inhibe completamente de regular esta cuestión. Las razones no son difíciles de adivinar: si lo 7 hiciera inevitablemente algunas de esas horas tendría que reconocerlas como lectivas y debería contabilizarse en el cupo total del centro, lo que acarrearía la contratación de más profesores. En consecuencia, la Administración tolera una ambigüedad inadmisible y confina la cuestión a los estrictos límites del centro educativo: un problema interno que en ningún caso origine un aumento de la dotación de personal. Eso ocasiona que, muy a menudo, la reducción por lactancia no suponga una mejora real y efectiva de las condiciones laborales de la madre o padre del lactante, pues las horas objeto de reducción suelen ser las de preparación didáctica (lo que resulta absurdo si se mantiene un horario lectivo normal), de formación (el perfeccionamiento científico y docente es un derecho del profesorado que debería ser especialmente protegido), y otras horas por el estilo. Esta manera de proceder atenta contra los derechos de la mujer y contra la conciliación de la vida profesional y familiar, tan reiteradamente utilizadas como bando, bandera y bandería por parte de la Administración educativa. También llama la atención que aquellos sindicatos proclives a declaraciones altisonantes de Paridad, Igualdad y Fraternidad no hayan denunciado esta indefinición de etiología cicatero-presupuestaria. Desde APIA estamos asesorando a todas las personas dispuestas a reclamar este derecho elemental, e impulsando acciones encaminadas a que el reconocimiento de la hora de lactancia pierda sus actuales perfiles difusos y redunde en una mejora real y cualitativa de la jornada laboral. 10. OTRAS INICIATIVAS RELACIONADAS CON LOS HORARIOS -Actualmente se da la situación increíble de que hay profesores que, por la proliferación de reuniones, exceden su horario legal regular e irregular. -Una reunión fijada con carácter periódico -semanal o quincenal- sólo puede considerarse como parte del horario regular. -APIA exigirá a la Administración una clarificación de cada concepto laboral, para evitar las arbitrariedades que se están produciendo en licencias de estudio a tiempo parcial, horas de lactancia, reducciones sindicales (apianas), etc., pues la práctica habitual es, como queda dicho, perjudicar siempre al docente (o trasladar el problema al ámbito estrictamente doméstico, o sea, a la disputa del profesor con el equipo directivo sin un marco regulador claro). El profesorado debe denunciar cualquier reducción que considere abusiva. -Los horarios de los nocturnos deben ser racionalizados. Hace unos años la Consejería decidió, una vez más, “ocuparse” de lo que funcionaba bien y amplió la jornada dos horas más (antes de 18.30 a 22.30, luego de 16.30 a 22.30). Esto suscitó las protestas de profesores, pero, sobre todo, de alumnos, que veían imposible compatibilizar trabajo y estudio (o ambas cosas con el almuerzo). -A los mayores de 55 años se les reducen 2 horas lectivas, pero resulta ininteligible por qué se les obliga a seguir con las 25 de horario regular. Igual que en el caso de los nocturnos, se trata de una medida que sólo causa perjuicio sin nadie que se beneficie. www.aso-apia.org 8 ANEXO: REQUISITOS MÍNIMOS DE LOS CENTROS SEGÚN EL REAL DECRETO 1537/2003 1) En la Educación Secundaria Obligatoria: a) Un aula por unidad con una superficie de 1,5 metros cuadrados por puesto escolar que, en ningún caso, tendrá menos de 40 metros cuadrados. llerato deberán ubicarse en edificios independientes, destinados exclusivamente a uso escolar y contar, como mínimo, con las instalaciones siguientes: a) Un aula por unidad con una superficie de 1,5 metros cuadrados por puesto escolar, que tendrá, como mínimo, 30 metros cuadrados. Un aula de informática de 60 metros cuadrados por cada 12 unidades o fracción. b) Un aula taller de 100 metros cuadrados por cada 20 unidades o fracción. c) Tres aulas de 45 metros cuadrados cada una, para actividades de Música, Informática y Plástica por cada 20 unidades o fracción. b) Un gimnasio con una superficie de 480 metros cuadrados, que incluirá vestuarios, duchas y almacén. d) Un laboratorio de Ciencias Experimentales de 60 metros cuadrados por cada 20 unidades o fracción que responda a las nuevas necesidades de los itinerarios establecidos en la Ley Orgánica 10/2002, de 23 de diciembre, de Calidad de la Educación. c) Una biblioteca de 75 metros cuadrados, que contribuya a cumplir los objetivos curriculares del centro y que disponga de fondos bibliográficos y de dotación de equipos informáticos suficientes para agilizar su gestión y el fomento de la lectura en los alumnos. e) Un patio de recreo de, al menos, tres metros cuadrados por puesto escolar y que, como mínimo, tendrá una superficie de 44 por 22 metros, susceptible de ser utilizado como pista polideportiva. d) Aseos y servicios higiénico-sanitarios en número adecuado a la capacidad del centro, tanto para alumnos como para profesores. e) Un patio de recreo de, al menos, tres metros cuadrados por puesto escolar y que, como mínimo, tendrá una superficie de 44 por 22 metros, susceptible de ser utilizado como pista polideportiva. f) Un despacho de dirección, una secretaría y una sala de profesores de tamaño adecuado al número de puestos escolares autorizados. g) Espacios adecuados para reuniones de asociaciones de alumnos y padres de alumnos en el caso de centros sostenidos con fondos públicos. f) g) h) i) j) Una biblioteca de 60 metros cuadrados, que contribuya a cumplir los objetivos curriculares del centro y que disponga de fondos bibliográficos y de dotación de equipos informáticos suficientes para agilizar su gestión y el fomento de la lectura en los alumnos. Un gimnasio con una superficie de 480 metros cuadrados y que incluirá vestuarios, duchas y almacén. Aseos y servicios higiénico-sanitarios en número adecuado a la capacidad del centro, tanto para alumnos como para profesores. Un despacho de dirección, una secretaría y una sala de profesores de tamaño adecuado al número de puestos escolares autorizados. Despachos adecuados para reuniones de asociaciones de alumnos y de padres de alumnos, en el caso de centros sostenidos con fondos públicos. 2) Respecto a los centros docentes que impartan Bachi- 3) En función de las modalidades del Bachillerato impartidas, los centros deberán disponer, asimismo, de las instalaciones siguientes: a) Para la modalidad de Artes: dos aulas diferenciadas de 90 metros cuadrados cada una, dotadas con los medios necesarios, incluidos los informáticos, y las instalaciones adecuadas a las opciones que contempla esta modalidad. b) Para la modalidad de Ciencias y Tecnología: 1. Tres laboratorios diferenciados de Física, Quími- 9 ca y Biología y Geología, con una superficie de 60 metros cuadrados cada uno, con las condiciones necesarias de seguridad y equipamiento, incluido el informático. 2. Un aula de dibujo de 90 metros cuadrados que permita disponer de las tecnologías de la información aplicadas al diseño. 3. Un aula de 120 metros cuadrados con medios suficientes para permitir a los alumnos utilizar las tecnologías de la información y la comunicación. c) Para la modalidad de Humanidades y Ciencias Sociales: un aula de 120 metros cuadrados para prácticas de las diferentes asignaturas. No obstante, si el centro tuviese un aula destinada a las tecnologías de la información y la comunicación, el espacio correspondiente se usaría a uno y otro efecto. 10