nuevas directrices en la formación permanente del educador de

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NUEVAS DIRECTRICES EN LA FORMACIÓN PERMANENTE
DEL EDUCADOR DE ESCUELAS INFANTILES: CREAR E
INNOVAR A TRAVÉS DE LAS TICS
Línea Temática: 3. Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación en
contextos formativos
González Morga, Natalia
Dpto. de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación, Facultad de Educación, Universidad
de Murcia. Campus Universitario de Espinardo, 30100, Murcia, ESPAÑA. natalia.gonzalez@um.es
González Lorente, Cristina
Dpto. de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación, Facultad de Educación, Universidad
de Murcia. Campus Universitario de Espinardo, 30100, Murcia, ESPAÑA. c.gonzalezlorente@um.es
Resumen: Las nuevas demandas educativas responden a una serie de cambios acaecidos en la
Sociedad del Conocimiento en la que nos encontramos inmersos. Entre éstos, los avances de las
tecnologías de la información y la comunicación (TICs) suponen una verdadera revolución educativa,
lo que implica nuevas exigencias al profesorado, entre ellas la adquisición y desarrollo de la
competencia digital. Esta competencia dotará a los docentes de una serie de conocimientos,
habilidades y actitudes que les permitirán promover mejoras educativas basadas en la innovación y el
cambio metodológico a partir de las TICs, por ello puede convertirse en la piedra angular de la
formación permanente de los educadores de infantil. De esta manera, desde este trabajo se pretende
analizar la importancia de esta competencia, así como plantear una propuesta formativa que permita
utilizar la tecnología como una oportunidad para la creación de nuevos recursos y materiales que
contribuyan a un uso innovador y creativo de las TICs en las aulas.
Palabras Clave: Escuelas Infantiles, Competencia Digital, Formación Permanente, Educador,
Innovación.
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1. Introducción
La sociedad actual está asistiendo al diseño de un nuevo modelo social caracterizado por los avances
de las TICs, que están generando un importante impacto en todos los ámbitos y niveles de la vida
diaria. Inmersos en la denominada Sociedad del Conocimiento (Castels, 2002), aparecen nuevas
formas de comunicarnos, de trabajar, formas de vida que desaparecen y oportunidades que nacen.
Estos profundos cambios se han visto reflejados en nuestro sistema educativo que se enfrenta a
nuevos desafíos provocados por la llegada de la tecnología a las aulas, dando lugar a una auténtica
revolución educativa (Esteve, 2008). La irrupción de las TICs abre nuevas posibilidades y plantea
nuevas exigencias para diseñar el aprendizaje del siglo XXI; exigencias que, a nuestro entender,
requieren un gran esfuerzo de los profesionales educativos, aumentando así, la necesidad de
redefinir, modificar y/o establecer qué competencias personales, sociales y profesionales son
necesarias para el desempeño de la labor docente en esta nueva realidad. En consecuencia, cobra
un protagonismo indiscutible la formación permanente del profesorado, un concepto definido por
Pinya (2008), como “el proceso encaminado a la revisión y actualización de los conocimientos,
actitudes y habilidades… originado por la necesidad de renovar los conocimientos con la finalidad de
adaptarlos a los cambios y avances de la sociedad” (p. 4).
En este sentido, la educación requiere de una actualización continua para dotar, empezando por los
más jóvenes, de aquellas competencias que les permitan disponer de mecanismos y recursos
personales suficientes para adaptarse a estos continuos y acelerados cambios que caracterizan a la
sociedad del momento. Dentro de este proceso de renovación, la integración de las TICs en las aulas
de infantil se establece como parte fundamental, en el que la formación del educador para hacer
frente a esta situación, adquiere un papel protagonista.
Hoy día, las nuevas generaciones conocidas como generaciones interactivas, perciben el ordenador
como un objeto familiar y han generalizado el uso de las tecnologías en su vida cotidiana, un suceso
que viene a condicionar su forma de percibir la realidad, de pensar, sentir y actuar desde que nacen.
Unos avances tecnológicos, que no sólo se han convertido en objetos normales de su paisaje vital y
experiencia cotidiana, sino también, en señas de identidad generacional que los distingue del mundo
adulto (Area, 2010). Ante estas nuevas situaciones y experiencias, la actuación del educador de
infantil no puede ni “debe” pasar de soslayo. Es por ello, por lo que pensamos que la adquisición de la
competencia digital de los educadores de escuelas infantiles es una prioridad para contribuir a la
construcción de ciudadanos capaces de hacer frente, a partir de los retos que plantean las TICs, a la
sociedad que les ha tocado vivir y sentar así, las bases de la educación del mañana.
2. Época de cambio para las escuelas infantiles
La escolarización en edades tempranas (0-3 años) es uno de los factores más determinantes para
conseguir que los estudiantes alcancen mejores resultados académicos y sociales como recoge el
Informe de Objetivos Educativos y Puntos de Referencia 2010 en el marco de la Estrategia de Lisboa.
Sin embargo, no siempre conferimos a esta etapa el valor que se merece. Un estudio sobre el Estado
de la Educación Infantil en España realizado por la Asociación Mundial de Educadores Infantiles
(2009) desvela como en estas instituciones educativas sigue predominando su carácter asistencial
frente al educativo, es decir, estos centros siguen teniendo una finalidad exclusiva de conciliación
familiar y laboral en detrimento del justo y reconocido derecho a la educación de los más pequeños
(Sánchez 2009). Una visión acrecentada por la propia ambigüedad que presenta la Ley Orgánica
2/2006, de 3 de mayo, de Educación (LOE) en su artículo 92.1.”La atención educativa directa a los
niños del primer ciclo correrá a cargo de maestros de educación infantil y de otros profesionales con
la debida cualificación. En todo caso la elaboración y seguimiento de la propuesta pedagógica
específica... estará bajo la responsabilidad de un maestro de educación infantil”. Estos otros
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profesionales de los que habla la ley, refuerzan ese carácter asistencial de los primeros años y aleja
el primer ciclo de educación infantil del desempeño de aquellas funciones realmente orientadas a la
consecución y el desarrollo de una educación temprana de calidad.
Si bien es cierto que este primer ciclo de educación infantil ha ido cobrando mayor protagonismo en
los últimos años, hasta el punto de considerarse como un periodo fundamental para reforzar los
cimientos del aprendizaje durante toda la vida de los niños1 (Peñalver, 2009), aún hoy se constituye
como una necesidad compartida por todos, dotar a las escuelas infantiles de un proyecto educativo
que las convierta en un entorno único para el aprendizaje de estos niños, un entorno donde, de ser
así, se puede decidir el presente de la educación (Hoyuelos ,2005) que, en pleno desarrollo de la
Sociedad del Conocimiento, va a estar inevitablemente influenciada por el uso de las tecnologías en
el ámbito educativo.
Un estudio de la empresa Cibal (Feijoo, 2008) revela que las TICs se están incorporando muy
pausadamente a los planes educativos de las escuelas infantiles. Según sus resultados, el 12,86% de
los centros de nuestro país utilizan los juegos educativos con soporte multimedia para niños y niñas
de cero a tres años y cerca de un 4% de estas escuelas comenzarán a incorporarlos este curso
(2012-2013). Frente a estos resultados que nos confieren cierta positividad, encontramos aquellos
otros que ponen de manifiesto el trabajo que queda por realizar para alcanzar la deseable integración
de las TIC en aulas de escuelas infantiles, pues casi la mitad de estos centros encuestados no
piensan utilizar ningún tipo de software en el proceso educativo.
De la tendencia creciente de incorporación de las TICs en este ciclo, lo cierto es que queda un largo
camino por recorrer, ya que son pocos los niños de esta etapa educativa que se benefician de las
potencialidades de las mismas.
Reiteradamente se ha argumentado sobre las grandes oportunidades que nos brindan las TICs para
incorporar nuevas metodologías en el aula que despierten el interés en el alumnado por conocer y
aprender, descubrir y experimentar, construir y reflexionar. Pero si además, tenemos en cuenta, que
el niño desde que nace ya empieza a ser partícipe, a percibir y a ser sensible a los estímulos que les
proporcionan su entorno, la primera toma de contacto con las TICs ha de ser en el primer ciclo de
Educación Infantil, familiarizándose con el ordenador y descubriéndolo a través de la metodología que
domina esta etapa educativa, el juego (Mateos, 2008). Sin embargo, también queda demostrado
como la mera inclusión de las tecnologías no tiene, por sí misma, efectos en el aula. De ahí que, tanto
o más importante si cabe, se constituya la necesidad de formar al profesorado en su conjunto, y a
aquellos especializados en educación infantil en particular, para que a través de un proceso de
formación permanente puedan incorporar, modificar y/o añadir las competencias profesionales que la
sociedad y el contexto educativo demanda en la actualidad. Debemos ser conscientes, que todo está
cambiando y no podemos quedarnos estancados en los mismos procesos de enseñanza y
aprendizaje en los que fuimos formados, nos encontramos en el siglo XXI, en un tiempo de cambios,
alternativas e innovaciones. Lo tradicional como las clases magistrales, el libro, los cuadernos, etc. es
reemplazado por lo digital, vivimos en la cultura digital, el ordenador, el e-book, el correo electrónico,
internet, las redes sociales,...y esto nos hace replantearnos la necesidad de la competencia digital
desde las edades más tempranas, como es el caso de esta comunicación.
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3. La competencia digital del educador: un factor clave para la integración de las tic en las
escuelas infantiles
La experiencia en el día a día, se ha encargado de mostrar la importante labor educativa
desempeñada por los educadores de las escuelas infantiles en el desarrollo del niño y la necesidad
de una formación actualizada del educador que dé respuesta a las demandas y necesidades, cada
vez más efímeras y cambiantes, de esta sociedad. Es por ello por lo que consideramos el nivel de
competencia profesional de los docentes como uno de los criterios que definen la calidad de la
educación (García y Castro, 2012), y su competencia digital un factor clave para la integración de las
TICs en las aulas de esta etapa educativa.
Esta competencia digital, tal y como señalan Gutiérrez y Tyner (2012) consiste en “disponer de
habilidades para buscar, obtener, procesar y comunicar información, y para transformarla en
conocimiento. Incorpora diferentes habilidades, que van desde el acceso a la información hasta su
transmisión en distintos soportes una vez tratada, incluyendo la utilización de las tecnologías de la
información y la comunicación como elemento esencial para informarse, aprender y comunicarse”.
(p.37). Si concebimos esta competencia aplicada a la formación y renovación pedagógica y
tecnológica de los educadores de infantil, ésta se constituye como una necesidad básica ante la cual
los docentes, y hoy más que nunca los educadores de las escuelas infantiles, deben adquirir la
responsabilidad profesional y moral de formarse en las tecnologías (Marcelo, 2002), para educar a
sus alumnos de forma que puedan desenvolverse con autonomía y de manera consecuente en el
escenario social en el que les ha tocado actuar, más aún cuando los educadoresseñalan la
inadecuada formación inicial y permanente que han recibido (Sánchez, 2009), ; definiendo la primera
como excesivamente alejada de la realidad de las aulas y la segunda como excesivamente teórica y
nada realista. No obstante, son múltiples las vías que se abren en torno a esta temática pero sin
duda, la mayoría parten de la visión de Hargreaves (1996) que considera que, más allá de la
formación inicial del educador, será su práctica diaria junto con una formación permanente de calidad,
la que incidirá en la mejora de las prácticas de los profesionales de la educación.
En este sentido, nos sumamos a la preocupación e interés general por elaborar planes de formación
permanente eficaces y de calidad, que se alejen de planteamientos idealistas y se ajusten a las
necesidades de formación del profesorado, tratando de solventar las dificultades de su práctica diaria
e intentando dar una respuesta competente a la demanda de su puesto de trabajo. Para conseguirlo,
consideramos esencial trabajar en colaboración con los centros educativos en la elaboración de
planes de formación para el profesorado, de tal manera que se escuchen las voces y necesidades
reales de los docentes, evitando así que su formación adquiera un carácter descontextualizado
(Camargo et al., 2004). En esta línea, numerosos estudios como los de Bazán, Castellano, Galván y
Cruz (2010) y García y Castro (2012), han indagado sobre la valoración que los docentes de primer y
segundo ciclo de infantil hacen respecto a su formación permanente, las limitaciones encontradas en
su experiencia y cuáles son sus intereses formativos. En todos ellos se pone de manifiesto la
necesidad de mejorar los planes formativos, reclamando de la formación recibida una mayor
aplicabilidad y funcionalidad en el aula.
Concretamente, en la investigación llevada a cabo por García y Castro (2012), se pone de manifiesto
que los educadores de infantil tanto del primer como del segundo ciclo, manifiestan un gran interés
por la formación en TICs, para mejorar su competencia digital como representa la tabla 1, siendo esta
una de las necesidades profesionales más acuciantes en el panorama de la educativo actual. Esta
necesidad refleja como, a lo largo del tiempo la formación del profesorado y sus inquietudes
profesionales han ido evolucionando, sustentándose como señalan Colás y Pons, (2004)en “distintas
concepciones, y modelos, acordes con los paradigmas científicos dominantes de cada momento, así
como a las nuevas demandas socioeducativas” (p. 217).
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Competencias específicas dentro del área temática de la
competencia digital
- Uso de la ofimática en educación, uso de la pizarra digital, netbooks…
- Uso de Internet y el correo electrónico, herramientas 2.0 y software libre.
Porcentaje
(%)
37,1
13,9
- Uso de software específicos para la didáctica de las áreas.
25,4
- Creación y diseño de páginas web.
26,1
- Utilización de software específicos para crear recursos y materiales.
37,6
- Gestión de redes y aulas de informática.
20,0
- Gestión informatizada de centros.
15,8
Tabla 1. Interés formativo de los educadores de infantil sobre la competencia digital (García y Castro, 2012).
Los datos de este estudio nos acercan a la realidad educativa que vivencia el educador de infantil en
el aula, manifestando un interés intrínseco por adaptarse a las nuevas demandas y funciones que la
comunidad educativa le exige y que debe asumir constantemente. En concreto, destacar el elevado
interés del educador de infantil por la utilización de software específicos para crear recursos y
materiales digitales para sus clases, un apunte que podría desvelar la motivación del educador por el
uso de las tecnologías de una forma innovadora y creativa frente a un uso reproductivo de los
recursos digitales (Bautista, 1994), además de unos profesionales identificados con el nuevo marco
educativo de la Sociedad del Conocimiento, que conduce al educador a pensar, innovar y crear a
partir de las TICs. Esto nos lleva a concluir, junto a este autor, que se está, en la dirección correcta.
4. Pensar, innovar y crear, una nueva forma de trabajo a travésde las tic
Como hemos mencionado, la preocupación de los educadores de infantil en lo que respecta a sus
necesidades y expectativas en el desarrollo de su competencia digital, se dirige hacia la adquisición
de aquellas habilidades que les permitan utilizar de forma efectiva software específicos para crear
nuevos recursos y materiales digitales. Asistimos actualmente a la creación de una nueva etapa
donde, una vez establecidas las TICs en todos los ámbitos y sectores de la vida social, personal y
laboral, se plantean nuevos retos que tratan de otorgar a estas tecnologías un verdadero sentido
social y pedagógico (Bautista, 2004), en el cual la innovación y creatividad se constituyen como una
necesidad de primer orden.
Por todo ello, ha llegado el momento de reflexionar sobre el uso que hace el docente de las
tecnologías en el aula. Por un lado, como defiende Bautista (1994), hay docentes que hacen un uso
reproductivo de las tecnologías, es decir, usan los recursos digitales tal y como le vienen dados,
reproduciendo esquemas de pensamiento de sus autores, ideas y concepciones de la vida de otros, a
veces ajenos al contexto propio del centro escolar. Por el contrario, hay otros que utilizan las TICs
para producir o crear nuevas formas de conocer. Esta última idea, más acorde con la definición de
competencia digital que hemos presentado, confiere el protagonismo a los educadores, quienes son
los responsables de generar sus propios recursos didácticos y en consecuencia, del uso creativo de
las tecnologías. En relación a este último aspecto, la implicación activa del docente en la elaboración
de materiales educativos a partir de las tecnologías, es la forma de trabajar más próxima a los
intereses de las escuelas infantiles de nuestros días y así poder complementar, cuando sea preciso,
el uso de materiales comerciales que no se adaptan a sus necesidades reales.
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Hay que tener presente, como argumenta De Miguel (2005), que los recursos tecnológicos reúnen las
condiciones necesarias para promover mejoras que propicien la innovación educativa, sin embargo,
también se constata que la mera inclusión de las tecnologías (innovación tecnológica) no tienen por sí
mismas, estos efectos en el sistema educativo. La innovación educativa, lleva implícita un proceso
constante de investigación (búsqueda, curiosidad, inquietud, etc.), de deliberación de nuevas ideas,
propuestas y aportaciones a soluciones de problemas tanto teóricos como prácticos, incitando a una
reflexión continua de los propios procesos de enseñanza (Ruiz et al, 2010). Desde otra perspectiva
menos reduccionista, se puede considerar esta innovación como una forma creativa de selección,
organización y utilización de los recursos materiales (Salinas, 2004). En otras palabras, la innovación
educativa lleva implícito un uso creativo de las tecnologías, pero ¿qué entendemos por uso creativo
de las TICs? Como defiende Azzserboni (2007), la creatividad supone invento, imaginación, novedad
y acaba con una composición nueva, ingeniosa y diferente a sus orígenes, centrada en la capacidad
de cambio para incorporar nuevas formas de enseñar, gracias a la utilización de las TIC como
herramienta fundamental. En consecuencia, estaríamos ante una nueva forma de trabajar en las
aulas de infantil, caracterizada por la riqueza de la creación y con vistas hacia el éxito de la
educación.
Por todo ello, no se debe ni se puede, limitar la formación de los educadores de las escuelas
infantiles, a una mera formación basada en los aspectos más teóricos y formales de las TICs. Por el
contrario, se debe trabajar la capacidad de innovar y crear con las tecnologías a partir de la práctica,
aprovechar las oportunidades que éstas nos aportan para crear nuevos entornos y formas de
enseñanza-aprendizaje. Éste ha de ser uno de los principales objetivos en la formación permanente
de todo el colectivo docente en general y, más concretamente, de aquellos que trabajan directamente
con un alumnado caracterizado por su capacidad e interés por descubrir y conocer: la primera
infancia.
Al hilo de lo expuesto, se hace necesario ofrecer a los educadores la posibilidad de que desarrollen
su capacidad de innovar y crear, integrando en los planes de formación el aprendizaje del uso de
software de autor como, por ejemplo, Neobook, que permitirá la creación de sus propios recursos
digitales, a la vez que brinda la posibilidad de crear una identidad como docente y una cultura
profesional comprometida con el conocimiento y con quién lo origina (la comunidad) y, sobre todo,
que incita a la reflexión acerca del porqué, con quién y para qué del cambio (Ruiz et al, 2010),
adaptando las TIC a sus necesidades concretas.
5. Una propuesta para desarollar la competencia digital en educadores: taller formativo de
neobook
El propósito de este trabajo, además de analizar la importancia de la adquisición de la competencia
digital entre los educadores de la etapa de infantil, es dar a conocer una propuesta formativa que
exalte la tecnología como una posibilidad de producción de nuevos recursos y materiales que
favorezca el necesario uso innovador y creativo de las TICs en las aulas.
Para ello, hemos planteado un taller formativo (tabla 2) que facilite a los educadores de escuelas
infantiles las herramientas necesarias para conocer y aplicar el programa informático denominado
Neobook, un software de autor de uso sencillo que permite la utilización de elementos multimedia y
enlaces hipertextuales que brinda diversas posibilidades educativas (montaje de diversos cuentos
interactivos, juegos sencillos, unidades didáctica, etc.) para el desarrollo de la actividad docente.
Neobook es una manera de innovar en la metodología tradicional de la educación, de potenciar la
función creativa de las TICs, permitiendo al educador crear sus propios recursos adaptados a las
características de los alumnos y sobre temáticas de interés para su aula, al tiempo que permite
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fortalecer, con sus producciones, la competencia digital del alumno desde edades tempranas a partir
de la interacción y experiencia directa con el uso de las tecnologías.
Título: Taller de creación de software educativos en educación infantil: Aprende a usar Neobook
Objetivos:
1. Identificar las posibilidades educativas de los recursos digitales en educación infantil
2. Conocer software educativos para la creación de recursos multimedia: Neobook.
3. Diseñar recursos educativos a partir de software educativo: Neobook.
Contenidos:
BLOQUE I. Los recursos multimedia en Educación Infantil como una alternativa a la enseñanza
tradicional.
BLOQUE II. Conocemos Neobook.
2.1. Posibilidades del programa Neobook aplicado a la educación Infantil.
2.2. Conocemos el diseño y edición de producciones para la educación infantil.
2.2.1 Página de trabajo.
2.2.2 Herramientas de trabajo.
2.2.3 Finalización del trabajo.
2.2.3.1. Guardado
2.2.3.2. Compilación.
2.2.3.3. Publicación.
BLOQUE III. Pon en práctica lo aprendido “Crea tu propio recurso educativo”.
Metodología: Se utilizará el taller educativo como estrategia didáctica basada en una metodología
activa y participativa, que suscite la reflexión, el diálogo y la comunicación entre los participantes. El
proceso didáctico se organiza a partir de un conjunto de actividades teórico-prácticas que permitirá
al participante conocer y trabajar una serie de estrategias consideradas básicas para el desempeño
del programa Neobook.
Recursos materiales: Durante la implementación del taller formativo se contará con un manual del
contenido del taller para cada uno de los participantes, así mismo sería recomendable que cada
participante hiciera uso de un ordenador, bien de forma individual o en parejas para facilitar el
seguimiento de la clase y su aprendizaje. Como materiales de apoyo para el desarrollo del taller, se
utilizará la pizarra digital del centro y un ordenador para el responsable del mismo.
Temporalización: El taller tendrá una duración de 4 horas.
Tabla 2. Ficha técnica del taller de creación de software educativos en educación infantil: Aprende a usar
Neobook
Además, hemos de resaltar que el carácter innovador de esta propuesta formativa recae en la
metodología que lo sustenta. No se trataría de impartir un curso formativo a educadores, sino de
hacerles partícipes del proceso de enseñanza-aprendizaje, fortalecer su saber y saber hacer,
mediante el saber ser y estar juntos, es decir, haciendo uso del taller formativo, Una forma de
entender la formación que exalta su dimensión práctica, la experiencia, la cooperación y la
colaboración entre profesionales, en definitiva, convertir ese momento en el lugar del vínculo, la
participación, la comunicación y por ende, lugar de producción social de objetos, hechos y
conocimientos (González-Cuberes, 1991). En palabras de Echeverría (2001), se trata de cultivar en
los educadores de infantil saber profesional y sabor profesional, donde se pone en juego la
competencia técnica y metodológica con la competencia participativa y personal.
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6. Conclusiones
En el presente trabajo se reflexiona sobre las consecuencias formativas que está teniendo la
integración de las TICs en la realidad de las escuelas infantiles, concretamente en sus profesionales,
los que deben asumir constantemente retos en su manera de aprender y enseñar.
La llegada de las TICs al aula de infantil ha generado incertidumbre a los educadores, quienes,
acostumbrados al valor asistencial que se le ha atribuido desde hace años a las escuelas infantiles,
deben hacer frente a una época de cambio que potencia el carácter educativo de estos centros, así
como el valor de esta periodo escolar, para sentar las bases del aprendizaje durante toda la vida de
los niños. Ante esta nueva visión de las escuelas infantiles, han salido a la luz nuevas exigencias
formativas que implican una necesidad incipiente del educador de reciclar sus conocimientos para
ofrecer a sus alumnos una educación contextualizada que haga frente al objetivo de preparar a
ciudadanos capaces de desenvolverse en la sociedad que les ha tocado protagonizar. Una sociedad
donde el uso de las TICs se ha generalizado en todas las facetas de nuestra vida. Por esta razón, la
formación permanente de los educadores de infantil en relación a la competencia digital, ha cobrado
un fuerte protagonismo en los últimos tiempos, con la intención de actualizar las competencias
profesionales y ofrecer a su alumnado la posibilidad de familiarizarse con las tecnologías y ir
adquiriendo autonomía en su uso, desde edades tempranas.
Para concluir, entendemos que la formación del educador de infantil, en relación a la competencia
digital, debe ir orientada a potenciar la capacidad de innovar y crear con los recursos tecnológicos, un
hecho que evitaría que la formación quede obsoleta ante los continuos avances de las tecnologías.
En consecuencia, se considera que la riqueza en recursos y materiales de las escuelas la podemos
encontrar en la capacidad de innovar y crear de sus profesionales. Además esta habilidad contribuye
a dar respuesta a los tiempos que corren, reduciendo el impacto que está teniendo la crisis
económica y sus consecuentes recortes educativos en nuestro país. Apostar por una formación
creativa en el uso de las TICs es invertir en recursos educativos y, por ende, en la mejora de la
educación.
Esta es la razón que nos lleva a plantear una propuesta de formación que intente despertar en el
educador una nueva forma de trabajar las TICs, basada en la innovación educativa y la creatividad,
acercando a los educadores el aprendizaje de software de autor, con diversas posibilidades para
hacer del primer ciclo de Educación Infantil, una etapa que facilite el aprendizaje del futuro de nuestra
sociedad, los niños. Para trabajar con las TICs en las aulas de Educación Infantil es importante
realizar cambios en la propia metodología para que los niños sean agente activos de su propio
proceso de enseñanza-aprendizaje y así favorecer además de su autonomía y creatividad, su
implicación y motivación por aprender.
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Reseña Curricular de la autoría
Natalia González Morga es Licenciada en Pedagogía. Ha realizado estudios de posgrado
denominado “Máster de Antropología, Cultura, Migración y Salud” en la Universidad de Murcia.
Trabaja como educadora en un centro de formación de la Región de Murcia y responsable del diseño
de cursos formativos para educadores de escuelas infantiles.
Ha sido becaria de investigación en un proyecto titulado “El uso y la interacción de las Tecnologías
de la Información y la Comunicación (TIC) en el alumnado de Educación Secundaria Obligatoria de la
Región de Murcia.” Universidad de Murcia y becaria de colaboración con el Vicerrectorado de
Estudiantes y Empleo de la Universidad de Murcia en un proyecto para “El impulso e implementación
de los sistemas tutoriales de estudios de grado”.
Ha colaborado en acciones, funciones, tareas y competencias relacionadas con la Orientación y la
Acción Tutorial en los distintos niveles de enseñanza y en la valoración de competencias
profesionales de los egresados. Facultad de Educación. Universidad de Murcia.
Ha participado en distintos congresos nacionales e internacionales sobre distintas temáticas
educativas, entre ellas formación del profesorado y tecnología educativa y durante dos años alumna
interna en el Departamento de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación. Facultad de
Educación. Universidad de Murcia.
Cristina González Lorente es estudiante de 4º de Grado en Pedagogía en la Universidad de Murcia.
Durante dos años, alumna interna en el Departamento de Métodos de Investigación y Diagnóstico en
Educación. Facultad de Educación, Universidad de Murcia.
Ha colaborado en acciones, funciones, tareas y competencias relacionadas con la Orientación y la
Acción Tutorial en los distintos niveles de enseñanza y en la valoración de competencias
profesionales de los egresados. Facultad de Educación. Universidad de Murcia.
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