' l 4 JUN i994 PROYECTO LA HONORABLE DE REFORMA CONVENCION CONSTITUCIONAL CONSTITUYENTE SANCIONA: Unico: Incorporase al art. de consagración expresa del Babeas Corpus y del Amparo -Capitulo Segundo(nuevo) de la Primera Parte de la Constitución Nacional el siguiente texto, de acuerdo a la habilitación prevista por el art. 3 Q punto N de la Declaración Legislativa / / 24.309, el cual será numerado oportunamente por la Co misión de Redacción de ese H. Cuerpo, redactado de la siguiente manera: (~uevo)"(. . . ) Asimismo, una Ley del Congreso establecerá la forma en que procederá ante los Tribunales la acción de Habeas Data, que esta constitución consagra y garantiza a todos los ciudadanos, con el objeto de que tengan acceso a toda la información pública producida por el estado, y a la información concernientemente propia, relacionada con derechos personalisimos, sistematizada por terceros.(...)" CLAUDlA BELLO -&ls!tF= FUNDAMENTOS Si: Presidente: El Estado produce. acumula e informatiza -en forma continua y de acuerdo a las necesidades de funcionamiento de sus órganos- toda clase de datos referidos a actividades propias. En toda sociedad democrática, no hay más voluntad política que la suma de las voluntades de los sufragantes, que concurren a la conformación de la estructura finicional e ideológica del Estado a través de los comicios. En este sentido, el coniicio no es solamente un acto que consagra candidatos: también consagra ideas y políticas públicas. cuya instriunentación genera -en el Estado- gran cantidad de información no s d o títi1 para los ciudadanos, sino además -y en última instancia- información qiie resulta de propiedad de ellos. La cantidad y coinplejidad técnica para el archivo de esa información impide que los ciiidadanos tengan acceso directo y rápido a ella, que es información que concierne a todos y que a nadie pude ser negada, salvo en casos extremos coino la guerra, la seguridad interna bien fimdada, o la inteligencia estratégica. Para evitar que algún órgano del Estado omita proveer información publica al ciudadano requiriente, existe un recurso novedoso que procede contra el Estado y que, con el nombre de obliga al Estado a proporcionar el acceso a siis bancos de datos y archivos generales. El Habeas Data puede proceder también contra particulares, sólo en caso de que la información que estos tuvieren sea referida expresamente al requiriente o a su representado, fuere éste una persona física o jm'dica. El hecho compromete además la libertad de conocer la propia información obraiite en archivos comunes o informaticos de terceros como derecho constitucional con amplia protección legal en el derecho internacional de los derechos humanos ' . Queda así planteada la cuestión de deteminar si el derecho a monopolizar información sobre terceros puede ser pasible de un límite establecido por el legislador, o si tal limite afectriría al contenido esencial de la libertad. Problema que puede resolveise fácilniente a partir del derecho internacional de los derechos humanos, dado que tanto en la Declaración LJniversalde los Derechos Humanos, como en el Pacto Iiitemacional de los Derechos Civiles y Políticos (New York, 19 de diciembre de 19%) se prevé que el legislador puede establecer estos limites solamente con el fin de satisfacer las justas exigencias de la moral (art. 29.2 de la Declaración), o para preservar la moral publica (art. 19.3.b. Convenio de New York). El principio de interpretación de conformidad coi1 la DeclaraciBn CTniveisal de Derechos Humanos y con los tratados y acuerdos internacionales ratificados por Argentina, nos lleva así a la concliisión de que solamente el concepto de moial puede ser utilizado por el legislador como limite de las libertades y derechos ' Bidart Campos, Germán y Herrendorf, Daniel E.; Principiosde Derechos Humanos y Garantías, Buenos Aires 1991 , Ed. Ediar. reconocidos en este caso. Toda otra limitación establecida con otro objetivo que no sea el señalado, está fuera del alcance del legislador. La doctrina es consciente de la dificultad de determinar en un caso concreto si el monopolio de la información, a cuyo efecto hay que tener en cuenta - como ha señalado el Tribunal Europeo de Derechos Hunianos en sentencia de 7 de diciembre de 1976, sobre el célebre caso Handyside-, que la libertad de infonnacidn constituye uno de los fundamentos esenciales de una sociedad democrática que, sin perjuicio de medidas cuya calificación como necesaria en el caso planteado estamos examinando comprende no sólo las expresiones consideradas como inofensivas o indiferentes, o que se acoja favorablemente, sino tambien aquellas que puedan inquietar al Estado o a una parte de la población o a un sector específico de la sociedad, pues asi resulta del pluralismo, la tolerancia y el espíritu de apertura sin los cuales no existe una sociedad democrhtica. Y ahí se deduce que toda formalidad, condición o restricción impuesta en esta materia puede ser desproporcionada al fin legitimo perseguido. Y por otra parte, para calificar o no una medida como necesaria no debe hacerse tanipoco abstracción de que quien ejerce su libertad de expresión asume deberes y responsabilidades cuyo alcance depende de su situación y del procedimiento técnico utilizado. No ignoramos la dificultad de aplicar en un caso concreto un principio general del derecho que. dada su formulación como concepto jurídico indeterminado, pennite un margen de apreciación. Debe respetar ese margen de apreciación que corresponde a los Jueces y Tribunales, a quienes corresponde tambien la tutela general de los derechos fundamentales y libertades públicas. Entendemos que el recto funcionamiento de una sociedad democrática implica que cada institución asuma el cumplimiento de la función que le es propia, lo que nos lleva a la conclusión de que esta H. Convención ha de abocarse en este caso a inaugurar la acción nueva de Habeas Data, desde la perspectiva del derecho fundamental y del bien jurídico que viene a inaugurar su ejercicio, y que es la defensa adoptable para la tutela del bien cuya reserva da origen a la resíricción. Hemos de limitamos, por tanto, y llegado el caso, a abordar la cuestión planteada desde la perspectiva constitucional material. Y desde ella se debe afirmar, partiendo de nuestro derecho internacional público que resulta de jerarquía especial despuds del caso 'Fibraca" \ que la restricción no legislada a monopolizar y reservar información sobre terceros -por parte del Estado o de particularesconstituye para el ordenamientojurídico vigente, siempre y en todos los casos, un problema de moral pública en cuanto minimurn ético acogido por el derecho, y que la vulneración de ese minimun exige valorar las circunstancias concurrentes y, entre ellas, muy especialmente tratándose de información privada, implica todos los derechos fundamentales del actor, incluso su dignidad y su honra. Desde un punto de vista general y abstracto nada puede oponerse a tal apreciación, pues no es una definición genérica del concepto de derecho a la libertad de información que se pide y debe exigir el Tribunal supuesto en virtud de la valorrrción y aplicación del derecho de acuerdo a la convenciones, lo que debe únicamente contemplarse es una concreta actuacion regida por el alcance de derechos precisos, y lo que debe necesariamente resolverse es si tal actuación ha excedido el propio derecho a expresarse, atendidas las circunstancias concurrentes, y especialmente la finalidad buscada. El derecho al acceso a la información propia o concernientemente propia no es un derecho ilimitado, pues se encuentra sometido a los limites que la propia Constitución establece, pero si lo es el derecho a la certeza respecto de la información que terreras instruyen acerca de lo eminentemente propio. Corte Suprema, F. 433. XXIII, Recurso de Hecho, "Fibraca Constructora SCA c/ Comisión Técnica Mixta de Salto Grande", julio 7 de 1993. Cí.Herrendorf, Daniel E., e Pero al mismo tiempo, dicho ejercicio debe enmarcarse, en cualquier supuesto, en unas determinadas pautas de comportamiento, que el Código Civil expresa con carácter general al precisar que los derechos deben ejercitarse conforme a las exigencias de la buena fe y que en el supuesto de examen tienen una específica manifestacicín dentro de la singular relación jm'dica que vincula a las partes cuando discuten un presunto monopolio informático, no siendo discutible que la existencia de una actividad industrial de un banco de datos privado genere un complejo de derechos sin obligaciones recíprocas que condicione, junto a otros, tambien el ejercicio del derecho a la libertad de infame. Los condicionarnientos impuestos por tal relación han de ser matizados cuidadosamente, ya que resulta cierto que no cabe defender la existencia de un genérico deber de lealtad, con su significado omnicoinprensivo de sujeción de cada una de las empresas a su interés peculiar, pues ello no es acorde al sistema constitucional de relaciones juridicas habituales y aparece contradicho por la propia existencia del conflicto, cuya legitimidad general ampara el texto constitucional; pero ello no exime de la necesidad de un comportamiento mutuo ajustado a las exigencias de la buena fe, como necesidad general derivada del desenvolviniiento de todos los derechos y específica de la relación empresarial. que matiza el cumplimiento de las respectivas obligaciones éticas, cuya vulneración puede ser, en todo caso, un problema de miirgenes de interpretacidn. No se ha estimando judicialmente nunca como existente la transgresión de la buena fe por desleal comportamiento, al tratarse de un derecho y un recurso cuya demostración exige un elemental principio de juidicidad que no existe en nuestro orden jm'dico . Es evidente que a los Tribunales corresponde realizar la determinación de la calificaciónjurídica razonada de legalidad del monopolio informático como limite al derecho a la información, con el descrédito que se pudiere causarse, estimando, en definitiva, la presencia de una utilización abusiva de la libertad al monopolizar e informatizar sin compartir la información con sus implicados. El derecho a la infornmción, fundamento de una sociedad abierta, que encuentra sus limites tanto en el respeto que suponen los derechos reconocidos en el derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen. presuponen el deber de informar objetivamente. Por estas i-azones, Señor Presidente. y por el derecho y la doctrina invocados, es que solicito la aprobación del presente Proyecto de Reforma de la Constitución Nacional. Claudia Bello Convencional Nacional Constituyente Capital Federal