Filósofos griegos_I

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I. SURGIMIENTO DE LA FILOSOFÍA EN GRECIA
Se considera por lo general que la filosofía, tal
como la consideramos en occidente, surge en una
colonia de Grecia llamada Jonia, más concretamente en
la ciudad de Mileto, en el último tercio del siglo VII a.C.
La sociedad griega anterior al surgimiento de la
filosofía se caracterizaba por ser aristocrática, guerrera y
agrícola. El saber se transmitía fundamentalmente de un
modo oral, y gran parte de lo que los griegos
consideraban como digno de ser sabido lo podían encontrar en las obras de Homero y Hesíodo, en
donde aprendían un tipo de moral guerrera y de conquista; tácticas militares; el modo de proceder de los
dioses; nociones de geografía, navegación, etc...
Sin embargo, a partir del s. VII a C. la necesidad de conquistar otros territorios, como es el caso
de Jonia, hace que el horizonte cultural griego se abra a otras culturas, a nuevos tipos de conocimientos
técnicos y geográficos. Poco a poco, gracias al invento lidio de la moneda, la práctica guerrera va
dejando paso a la comercial, y al mismo tiempo que se intercambian bienes materiales, se intercambian
ideas, de tal modo que el saber tradicional va siendo refutado y criticado por considerarse inadecuado
frente al nuevo tipo de realidad con la que los griegos han de enfrentarse.
Uno de los primeros testimonios que tenemos sobre lo que significó el conocimiento de otros
pueblos y religiones para los griegos y la consiguiente relativización de sus mitos se lo debemos a
Jenófanes (570 a.C.):
"Los seres humanos se han creado dioses a su propia imagen. Creen que los dioses han
nacido y que tienen cuerpo, vestidos e idiomas como nosotros. Los negros piensan que los dioses son
negros y chatos, los tracios los imaginan rubios y con los ojos azules. ¿Incluso si los bueyes, caballos y
leones hubiesen sabido pintar, habrían representado dioses con aspecto de bueyes, caballos y leones!"
El enfrentamiento entre saber tradicional (mítico) y el surgimiento del nuevo (filosofía), más
acorde con las nuevas experiencias, suele plasmarse en la expresión que contrapone saber mítico y
saber racional: El paso del mito al Logos.
Se entiende por MITO el conjunto de narraciones y doctrinas tradicionales de los poetas
(Homero y Hesíodo) acerca del mundo, los hombres y los dioses. Dan explicación del surgimiento del
universo, del ser humano, de la organización social, de las diferentes artes y técnicas, etc. Todo ello
apelando a la voluntad caprichosa de los diferentes dioses, quienes, sin embargo, están sometidos
al DESTINO, entendido como un conjunto de fuerzas o entidades imprecisas de tipo abstracto (no
personificadas, como es el caso de los dioses: Zeus, por ejemplo, es la personificación del rayo y del
fuego). Este tipo de explicación hacía imposible la ciencia y una de sus características fundamentales:
la predicción, basada a su vez en el principio de causalidad y las leyes que de él se derivan. Por ejemplo,
una epidemia de cólera para la mentalidad mítica se explicaba como el castigo de un dios hacia una
comunidad por alguna falta cometida. Sin embargo, una mentalidad lógica trataría de explicar el
fenómeno del cólera por medio de causas naturales y no divinas: el cólera puede deberse a la mala
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higiene de la población, a la contaminación del agua o los alimentos, etc. y si eliminamos esas causas, lo
lógico sería pensar que el efecto (el cólera) no se produciría.
La explicación racional: LOGOS (significa en griego: "razón", "ley", "palabra") surge como un
intento de superación de las explicaciones míticas que, por alguna razón, han dejado de ser
convincentes. Entre los griegos la idea de los fenómenos como resultado del capricho o arbitrariedad de
los dioses fue sustituyéndose poco a poco por la idea de necesidad, según la cual las cosas suceden
según la ley de causa-efecto, cuando y como tienen que suceder. Esta idea de necesidad se halla
relacionada con la idea de permanencia o esencia. La esencia es lo que permanece a lo largo de los
cambios, o lo que está por debajo de las apariencias. Por ejemplo, podemos decir que un ser humano es
un mamífero de la familia de los homínidos, que cuando anda suele hacerlo en posición erecta, y se
distingue del resto de los animales muy especialmente por su capacidad, al menos potencial, de usar y
desarrollar su inteligencia como principal arma para enfrentar los diversos problemas que se le van
planteando a lo largo de su azarosa vida. Las apariencias que el ser humano puede adoptar son muy
diversas, tales como diferente raza, edad, cultura, aspecto... sin embargo distinguimos a un ser humano,
por una serie de rasgos comunes que permanecen invariables, a pesar de que pueda tener amputadas
las piernas y los brazos, que sea mudo, o cualquier otra eventualidad. Cuando intentamos captar lo
esencial hemos de hacer un esfuerzo de abstracción, ir más allá de las apariencias que nos
proporcionan los sentidos: color, tamaño, peso, sabor... y encontrar mediante la razón las características
comunes de una multiplicidad de objetos semejantes en algo.
Hasta ahora hemos visto que la explicación "lógica" consiste en la búsqueda de las causas de
un fenómeno, y que para conocer algo debemos partir de los sentidos y poco a poco ir abstrayendo
mediante el uso de la razón lo esencial, común, permanente y único, de lo plural, cambiante y
aparente.
La búsqueda que emprendieron los primeros filósofos griegos de lo permanente y común a una
pluralidad de objetos o fenómenos está ligada a la convicción de que todo el universo se reduce en
última instancia a uno o muy pocos elementos o principios: arjé, en plural: arjai. "La totalidad del
universo" se designa entre los antiguos griegos con el nombre de physis, cuya traducción más corriente
suele ser la de "naturaleza"). La naturaleza es el conjunto de seres y fenómenos que integran la realidad,
y el arjé es lo que tienen en común todos esos seres y fenómenos.
La abstracción es un proceso mediante el cual podemos obtener rasgos esenciales, eliminando las
características particulares que no resultan fundamentales para que algo siga siendo lo que es. Gracias
a la abstracción podemos elaborar conceptos cada vez más generales, por ejemplo:
Helena--> Mujer--> Ser humano -->homínido -->Mamífero -->Animal -->Viviente -->Naturaleza ->Universo...?
Los primeros filósofos griegos se preguntaron qué era lo que tenían en común o en su origen
todos los seres que integraban el conjunto de la physis, y para responder a esta pregunta tuvieron que
realizar un gran esfuerzo de abstracción. Puede que hoy en día sus respuestas resulten ingenuas, sin
embargo, sin esta labor nuestros conocimientos sobre la realidad se habrían quedado en un plano
meramente mítico, la ciencia no hubiera sido posible y quizás muchos de nosotros seríamos esclavos, o
quizás, simplemente, no estaríamos aquí, y ello alegraría a quienes resultamos fastidiosos, por lo tanto,
¡estudiemos filosofía, aunque sea por fastidiar!
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II. LOS PRIMEROS FILÓSOFOS: FILOSOFÍA DE LA NATURALEZA
La filosofía aparece en Grecia como producto de una lenta evolución. Sin embargo, la primera
noticia sobre el primer filósofo se la debemos a un texto de Platón Protágoras, en el que se nombra a
Tales de Mileto como uno de los siete "sabios" (sophoi), aunque el término filósofo (philosophos = amigo
de la sabiduría) es acuñado por Pitágoras.
No es casual que la filosofía anduviera sus primeros pasos en Mileto, Éfeso, Samos (todas ellas
ciudades de la colonizada Jonia), y en Elea, Crotona, Agrigento (Magna Grecia = Italia meridional), en
Abdera (Tracia), todas ellas ciudades colonizadas por los griegos, quienes carentes de recursos debido
al exceso de población tuvieron que ir en busca de tierras fértiles (primera colonización entre el 775-675
a.C.) o a establecer nuevos emplazamientos para el comercio (segunda colonización 675-500 a.C.)
Entre las ciudades mencionadas cabe destacar a Mileto, primero, por ser la más floreciente y que llega
casi a fundar un imperio marítimo orientado al mar Negro (ss. VII-VI a.C.) y segundo, por haber contado
entre sus habitantes con el primer filósofo conocido: Tales, además de Anaximandro y Anaxímenes.
En estas ciudades confluyen condiciones desconocidas hasta ahora en Grecia:
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prosperidad económica,
desarrollo artesanal y comercio marítimo floreciente;
formas políticas y religiosas más flexibles y tolerantes;
ruptura con el pasado y apertura a otras civilizaciones (orientales), que aportan nuevos
conocimientos capaces de relativizar las propias tradiciones.
Los primeros filósofos tuvieron como principal interés la investigación sobre la naturaleza, de ahí
que fueran conocidos con el nombre de físicos y a casi todos ellos se les adjudicara una obra cuyo
nombre era: Sobre la naturaleza, aunque de ellos solo se conservan fragmentos citados por autores
posteriores como Platón, Aristóteles, Plutarco, Sexto Empírico...
Intentando ir más allá de las explicaciones míticas trataron de averiguar cuál era el arjé de la
physis, o lo que es lo mismo, si existía un origen o causa común (unidad) del que surgiera la pluralidad.
Otro de los temas que se halla implícita o explícitamente considerado es el de la validez del
conocimiento, o la distinción entre verdadero conocimiento: episteme, y simple opinión :doxa.
La preocupación cosmológica, es decir la preocupación por la génesis y desarrollo del cosmos en
tanto que totalidad ordenada de la physis es la clave fundamental de la filosofía presocrática. Los
múltiples dioses se transforman en alegoría de las fuerzas universales, pero la physis y los diferentes
arjai propuestos por los diferentes filósofos siguen conservando los predicados propios de la
divinidad: eterno, inmortal, perfecto...
Se dice que la filosofía griega surge como el paso del mito al logos, sin embargo esta afirmación no
es del todo cierta, ya que en el pensamiento de los filósofos se entremezclan componentes míticos,
aún más, la propia razón (logos) se mitifica, en tanto en cuanto se la considera capaz de captar sin
error la realidad tal como es, aunque ésta tiene siempre una componente enigmática inaccesible.
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Los problemas principales que trataron nuestros filósofos fueron:
a) El origen material de la physis: agua, ápeiron, aire, fuego, átomos, spérmata, cuatro elementos....
b) Cómo surge desde la unidad la pluralidad, es decir, cómo de un elemento único cuantitativa o
cualitativamente considerado: agua, ápeiron, aire, fuego, surge la pluralidad de los entes físicos,
desde la piedra al hombre.
c) A partir de Parménides y su monismo inmovilista, el problema del cambio o el movimiento. O lo que
es lo mismo: cómo del ser surge el devenir.
d) El problema del conocimiento o el de la verdad. En general se rechaza el testimonio de los
sentidos como fuente de conocimiento cierto (episteme), y se los relega al campo de la dóxa o mera
opinión.
Las respuestas que encontramos van desde el monismo (Tales, Anaximandro, Anaxímenes,
Heráclito), pasando por el dualismo (Pitágoras) y llegando al pluralismo y el mecanicismo
(Empédocles, Anaxágoras, Demócrito).
1. MILESIOS: TALES, ANAXIMANDRO Y ANAXÍMENES
1.1. TALES DE MILETO (624-546 a.C., aprox.)
Natural de Mileto, fue considerado por Aristóteles el primero de los físicos. Gran
matemático, astrónomo y político, consideró que el arjé de la physis era el agua. Las dos
únicas afirmaciones que conservamos de él son:
"El agua es el principio de todas las cosas"
"Todas las cosas están llenas de dioses"
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Con la primera podría entenderse que, o bien, todo contiene agua, o bien, tal como sostiene la
mitología, la tierra flota en el agua. Con la segunda, que la naturaleza está animada, es decir, que tiene
vida y movimiento propio.
La novedad que representa Tales respecto al pensamiento mítico es que parece ser que fue el
primero en buscar un elemento material o empírico, y no mítico, para explicar la esencia de la naturaleza.
1.2. ANAXIMANDRO DE MILETO (610-545 a.C., aprox.)
El término arjé ya fue utilizado por él. Según Anaximandro el arjé es el ápeiron: "lo
indefinido o indeterminado", y es inmortal e indestructible:
"El principio de todas las cosas es el ápeiron. Ahora bien, a partir de donde
hay generación para las cosas, hacia allí se produce también la destrucción, según la
necesidad; en efecto, pagan las culpas unas a otras y la reparación de la injusticia, según
el orden del tiempo".
Supone un gran avance respecto a Tales, ya que no recurre a un elemento empírico como el
agua, sino a un elemento abstracto, del que comienzan a separarse por un proceso de rotación las
substancias opuestas entre sí; cuando una prevalece sobre la otra, se produce una reacción que
restablece el equilibrio: a la noche le sigue el día, etc...Al mismo tiempo que ofrece un principio del que
surge la pluralidad (ápeiron), da cuenta al mismo tiempo de cuál es el mecanismo (rotación) y cuál es la
ley interna que rige el proceso: búsqueda del equilibrio o justicia.
1.3. ANAXÍMENES (585-524 a.C., aprox.)
Vuelve a concebir el arjé como un elemento determinado: aire, cuyos atributos son la
infinitud y el perpetuo movimiento. Explica el doble proceso mediante el cual todo procede
del aire:
"El aire se diferencia en distintas substancias en virtud de la rarefacción y la
condensación. Por la rarefacción se convierte en fuego; en cambio, condensándose se
transforma en viento, después en nube, y, aún más condensado, en agua, en tierra más
tarde, y de ahí finalmente en piedra" (Teofrasto)
2. PITÁGORAS Y LOS PITAGÓRICOS (s. VI-V a .C.)
Pitágoras fue el fundador de la secta pitagórica, notablemente influenciada por los misterios
órficos. Aparte de la novedad religiosa que representa esta escuela, también se distingue
por su ubicación geográfica: la Magna Grecia.
El pitagorismo tiene un contenido místico-religioso patente en la doctrina de
la transmigración de las almas (reencarnación) y en la idea del eterno retorno. Creían que el
cuerpo era la cárcel del alma, y con vistas a purificarla practicaban el ascetismo como
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medio más idóneo para liberarla de las pasiones. Todas estas ideas tuvieron una gran influencia en
Platón, como más adelante veremos.
Por otra parte, sostenían que el arjé de todas las cosas eran los números. El número se
compone de dos elementos: lo par y lo impar, de ahí que el pitagorismo sea considerado como
un dualismo metafísico, es decir, que la realidad está constituida en última instancia por dos elementos:
lo par y lo impar. Según los pitagóricos primero existió la unidad, representada por el punto; luego, el
dos, representado por la línea; a continuación el tres: triángulo; el cuatro: el cuadrado; el cinco: el
pentágono... y así hasta el diez, el número perfecto, representado por la tetraktys. La justificación de esta
creencia en los números como el principio constitutivo de la physis reside en la confusión del punto
geométrico con la unidad aritmética. En efecto, sostener que toda la realidad tiene una determinada
magnitud, ocupa un espacio y que éste se expresa geométricamente, no puede inducirnos a pensar que
la realidad esté constituida por números, aunque pueda ser expresada a través de ellos.
3. MOVIMIENTO Y DIALÉCTICA EN HERÁCLITO (544-484 a. C.)
Nacido en Éfeso, y llamado el oscuro por sus intrincados aforismos. Siguiendo la tradición
de los demás filósofos jonios, postula un elemento determinado como arjé de la physis:
el fuego:
"Este mundo, el mismo para todos los seres, no lo ha creado ninguno de los
dioses o de los hombres, sino que siempre fue, es y será fuego eternamente vivo, que se
enciende con medida y se apaga con medida"
El fragmento alude a una especie de conflagración universal, en la que el universo es
cíclicamente devorado por el fuego, a la par que surge de él. Es vida y muerte al mismo tiempo. Vuelve a
aparecer implícita la idea del Eterno Retorno, que tanto influirá en Platón y los estoicos.
Pero las ideas heraclíteas que más han trascendido son su concepción dialéctica de la realidad
y la del devenir o movimiento constante de la physis:
"No es posible descender dos veces al mismo río"
La physis está en perpetuo cambio, nada permanece constante aunque los sentidos nos
suministren tal apariencia. La verdadera realidad es dialéctica, es decir, contradictoria, formada por polos
opuestos: día-noche, invierno-verano, guerra-paz: La guerra es el padre y el rey de todas las cosas. Pero
la contradicción no hace del mundo un ente caótico, sino que la misma ley universal que rige todos los
fenómenos: logos produce una armonía oculta; que consiste en tensiones opuestas.
El verdadero conocimiento no es el que nos suministran los sentidos: doxa, sino el que nos
suministra la razón: logos:
"Aunque el Logos es común, la mayoría vive como si poseyesen su propia inteligencia.
Aunque escuchen no entienden, a ellos se les aplica el proverbio: "Presentes, pero ausentes". El Logos,
que es eterno, no lo entienden los hombres al escucharlo por primera vez ni después de que lo hayan
oído, los que velan tienen un cosmos único y común; los que duermen retornan al suyo propio y
particular"
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Es importante recordar que es Heráclito uno de los primeros filósofos en proponer
explícitamente una teoría del conocimiento, en la que distingue entre doxa, o conocimiento por opinión y
por lo tanto falso conocimiento; y episteme o conocimiento cuyo origen es la razón o logos. Lo que
distingue al sabio del ignorante es precisamente el uso del logos. La actividad teórica de los filósofos
anteriores refleja también la distinción entre doxa y logos, aunque de un modo implícito. En Parménides
encontraremos algo similar. Y ambos, Heráclito y Parménides influirán en gran medida en
Platón.
4. MONISMO EN PARMÉNIDES DE ELEA (540-470 a.C.)
Se entiende por monismo, en este caso, la afirmación de un único principio como arjé de
la physis. En este sentido Tales, Anaximandro, Anaxímenes y Heráclito eran monistas.
Sin embargo, Parménides es monista en grado sumo, debido fundamentalmente a los
atributos que le asigna al arjé que propone: el Ser, que es uno, inengendrado, finito,
inmóvil, indivisible, compacto, homogéneo:
Uno: porque si hubiese otra cosa aparte del ser sería no-ser, lo contrario, por lo tanto es
uno.
Inengendrado: porque si hubiese sido engendrado procedería del no-ser, y de
esto nada puede engendrarse.
Inmóvil: porque si cambiara lo haría hacia otra cosa, el no-ser, y según Parménides el no-ser no
es.
Indivisible: porque el vacío que separaría las partes sería el no-ser, y el no-ser no es. Al negar la
existencia del vacío, la pluralidad y el movimiento, está asestando un golpe mortal a la filosofía anterior,
especialmente a la de los pitagóricos.
Parménides expuso su doctrina en su famoso Poema, que se divide en dos partes: la vía de
la verdad y la vía de la opinión (doxa):
"Pues bien, te diré, escucha con atención mi palabra, cuáles son los únicos caminos de
investigación que se pueden pensar; uno: que es y no es posible no ser; el otro: que no
es y que es necesario no-ser. Te mostraré que este sendero es por completo
inescrutable; no conocerás, en efecto lo que no es (pues es inaccesible) ni lo mostrarás.
Pues lo mismo es el pensar y el ser pensado".
Si Heráclito decía que la verdadera realidad que se abría a la razón era dinámica y
contradictoria y que la permanencia no era sino producto de las falsas apariencias, Parménides sostiene
todo lo contrario: no existe el movimiento ni la heterogeneidad, estos son meras apariencias producto de
seguir en el camino del conocimiento la vía de la doxa y del error por tanto. Este enfrentamiento resultará
muy fructífero en el momento en que Platón exponga el dualismo metafísico de los dos mundos: el
sensible y el inteligible. Al primero le adjudicará los caracteres heraclíteos; al segundo los parmenídeos.
A partir del monismo parmenídeo los filósofos pluralistas intentarán explicar la efectiva
existencia de la multiplicidad y del cambio.
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5. PLURALISMO Y MECANICISMO EN ANAXÁGORAS Y DEMÓCRITO
ANAXÁGORAS DE CLAZOMENE (500-428 a.C., aprox.) llega a una
teoría pluralista, en oposición al monismo parmenídeo. Sin embargo admite que esa
pluralidad existe desde siempre y es eterna. Los "arjai" (arjé en plural), son para
Anaxágoras los spérmata, homeomerías (para Aristóteles), o semillas, cualitativamente
distintas e indefinidamente divisibles que se mezclan entre sí en distintas proporciones.
Según sean las semillas predominantes así será la cosa. Y como en cada entidad
existen todas las semillas, aunque en proporción variable, se puede explicar que algo
pueda transformarse en cualquier otra cosa. La pluralidad y los cambios se explican por
la mezcla o la disgregación de las semillas. El mundo se origina en virtud de
un torbellino que mezcla y disgrega las semillas para conformar la physis. ¿Qué es lo
que le imprime el movimiento al torbellino? Anaxágoras afirma que es el Nous (Espíritu
o inteligencia que imprime el primer movimiento al torbellino, el cual seguirá moviéndose de un modo
puramente mecánico [de ahí que su filosofía sea considerada mecanicista]):
"El Nous gobierna todas las cosas que tienen vida, tanto las más grandes como las más
pequeñas. El Nous gobernó también toda la rotación, de tal manera que comenzó a girar en el
comienzo [...] Esta rotación hizo separarse las cosas. Lo denso se separa de lo raro, lo cálido de lo frío,
lo brillante de lo tenebroso y lo seco de lo húmedo. Hay muchas porciones de muchas cosas, pero
ninguna está separada ni dividida completamente de la otra, salvo el Nous"
DEMÓCRITO DE ABDERA (460-370)
Parte del reto parmenídeo según el cual el Ser es compacto, indivisible e inmutable
(cualidades que Demócrito adjudica a los átomos), ahora bien salva la pluralidad diciendo
que los arjai son los átomos infinitos en número. Carecen de cualidades sensibles, y sólo se
diferencian entre sí por la figura, el orden y la posición. Poseen movimiento propio y
espontaneo en todas las direcciones y chocan entre sí. En el choque pueden suceder dos
cosas: o bien rebotan, o bien se unen dando lugar a los diferentes entes. Si la pluralidad se
explica en virtud de los átomos, el movimiento sólo puede explicarse si existe un
espacio vacío en el que se muevan. Dicho movimiento es mecánico y azaroso. Átomos, vacío y azar son
los elementos que explican la physis.
Es importante resaltar su teoría del conocimiento: Demócrito ridiculizó la oposición entre el
conocimiento intelectual y el sensible. Sólo la razón es fuente de conocimiento verdadero, mediante ella
podemos conocer la existencia de la verdadera realidad: la existencia de los átomos y del vacío. Las
cualidades que percibimos por medio de los sentidos: colores, olores, sabores... no son reales, sino
subjetivas. El conocimiento se produce al chocar las emanaciones de átomos de las diferentes entidades
con los órganos de nuestros sentidos, pero hemos de ir más allá de la apariencia.
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6.
PLURALISMO DE EMPÉDOCLES (495-435 a. C.)
Empédocles de Agrigento, sostiene que el Ser es una esfera, y en su interior se
encuentran mezclados cuatro elementos o raíces de todas las cosas: fuego, aire, tierra y
agua. Cada uno de ellos es eterno e imperecedero, pero mezclados entre sí dan lugar a
diversos seres. La mezcla está producida por dos fuerzas cósmicas: Amor y Odio. Al
principio reina en soledad el Amor, y todo es unidad, inmovilidad y homogeneidad; Luego
viene el Odio y la consiguiente separación. Ambos permiten la aparición del cosmos y los
seres.
7.
LA NATURALEZA Y EL CONOCIMIENTO EN LOS PRESOCRÁTICOS
A. LA NATURALEZA
El término naturaleza o physis posee entre los griegos dos grandes acepciones.
a) Naturaleza como conjunto de seres que pueblan el universo físico o como totalidad.
b) Lo que son las cosas esencialmente.
En cuanto a la primera acepción se puede decir que en general los griegos conciben la
naturaleza como un todo ordenado, es decir, como un cosmos, en el que cada cosa ocupa el lugar que
le corresponde según el concepto de necesidad, que podemos traducir por ley (recordemos
el logos heraclíteo). Por otra parte, la naturaleza está dotada de una actividad intrínseca y por lo tanto
es dinámica (excepto para Parménides, el cual negaba dicho dinamismo). Es justamente por estas dos
últimas características por las que se pueden distinguir los seres naturales de los artificiales, estos no
tienen ni vida ni movimiento propio. Todo lo dicho anteriormente se resume diciendo que la concepción
de la naturaleza entre los griegos es organicista: se entiende la naturaleza como totalidad presidida por
un dinamismo intrínseco cuyas partes (diferentes sustancias) están ordenadas según el logos, también
intrínseco a ella misma.
En cuanto a la segunda acepción, la naturaleza como modo de ser propio y permanente de las
cosas se identifica con la esencia, pero la naturaleza es además dinámica, y por lo tanto hay que ampliar
el concepto de esencia, que es estático, añadiendo que la physis es lo permanente en cuanto que
explica las variaciones y cambios, la pluralidad. En el caso de Demócrito y los atomistas la esencia del
universo físico serían los átomos, que tras chocar entre sí se enganchan formando así las distintas
figuras del mundo corpóreo, lo cual explicaría la pluralidad. El problema del movimiento requiere además
de otro principio: la existencia del vacío que es la que permite el movimiento.
La naturaleza es así origen, aquello a partir de lo cual se generan los seres del universo.
Es arjé o substrato último en el que consisten los seres del universo. Es, por último, la causa de los seres
naturales. Para Tales, por ejemplo, el agua es la causa de la pluralidad de los seres naturales.
En definitiva, la pregunta de los filósofos griegos por el principio (arjé) de la totalidad de lo
real es radical en cuanto pretende alcanzar el principio último y originario (la raíz) de los entes naturales.
Es universal en cuanto aspira a encontrar el principio de todo lo real.
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B. EL CONOCIMIENTO
Aunque la filosofía presocrática se caracteriza por la investigación sobre la naturaleza y sus
principios, causas, etc..., no debemos dejar de lado otro aspecto que recorre su investigación de un
modo implícito o explícito: la consideración sobre el conocimiento.
En efecto, los propios inicios de la filosofía se basan en la desconfianza hacia el mito como
fuente de conocimiento verdadero (recordemos lo que dijimos en el paso del mito al logos). La tradición y
la memoria van dejando hueco a la observación directa de la naturaleza y a la reflexión racional.
En general, los presocráticos dudan del valor de verdad de la información suministrada por
los sentidos, ya que consideran que la esencia de las cosas (su arjé) permanece oculta tras las
apariencias. El conocimiento que proviene de los sentidos no es verdadero conocimiento,
sino opinión: doxa. Por lo tanto será necesario ir más allá de las apariencias, en busca del verdadero
conocimiento, episteme, haciendo uso de otra facultad: la razón o logos.
Como ejemplo podemos poner a varios filósofos: Heráclito, sin ir más lejos, concibe la
naturaleza como una lucha permanente entre opuestos, lo cual no puede captarse a través de los
sentidos, ya que ellos nos dan una visión de la realidad como algo estable. Sin embargo, el logos, la
razón, nos hace reconocer que debajo de esa apariencia estática, la naturaleza está en perpetuo cambio
y movimiento.
La postura de Parménides es radicalmente distinta, sin embargo, al igual que Heráclito,
considera que los sentidos no nos proporcionan episteme, sino mera doxa. Pero, al contrario que
Heráclito, sostiene que son precisamente los sentidos, Vía del error, los que nos suministran una visión
cambiante de la realidad, lo cual se contradice, según Parménides, con el conocimiento al que nos
conduce la Vía de la Verdad, la de la razón, que nos muestra que el verdadero ser de la realidad es
permanente e inmóvil.
Como vemos, tanto Heráclito como Parménides desconfían de los sentidos y confían en la
razón. Sin embargo se diferencian en las conclusiones a los que les lleva el uso de la razón al intentar
desentrañar el carácter de la realidad, para el de Éfeso (Heráclito) la physis está en continúo devenir,
para el de Elea (Parménides) es inmóvil y siempre permanece idéntica.
Llama especialmente la atención el caso de Demócrito de Abdera por haberse preocupado más
que ninguno de sus colegas por la cuestión del conocimiento, llegando a una explicación del mecanismo
físico por el que se produce el conocimiento. Al igual que los dos anteriores cree que el verdadero
conocimiento es el intelectual, el de la razón, porque los sentidos no son capaces de penetrar en la
verdadera realidad de las cosas. Lo verdadero, lo real, es la existencia de átomos en continuo
movimiento en el vacío. El movimiento de los mismos explican el conocimiento humano del siguiente
modo: la sensación nace de imágenes que las cosas producen en el alma mediante el flujo o corriente
de átomos que emanan de ellas. Toda sensibilidad se reduce así al tacto: sentimos porque los átomos
de las cosas chocan con los átomos de nuestra alma. Pero el conocimiento sensible es limitado y poco
fiable porque las sensaciones sobre el mismo objeto varían de una persona a otra, e incluso, en la
misma persona en momentos o circunstancias distintas. El conocimiento intelectual, en cambio, es
superior porque permite aprehender el verdadero ser de la realidad: los átomos en continuo movimiento
a través del vacío.
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Nota: Se ha respetado lo mejor posible la estructura original del texto, así como la gramática. Sólo se realizaron
algunas correcciones por faltante o exceso de algún espacio o letras. De igual manera se corrigieron algunos
problemas ortográficos. Los créditos son todos del autor referido al inicio del texto. Mil gracias.
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