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PROBABILIDADES DE VIDA EN EL UNIVERSO – PRIMERA PARTE
Por: Rodrigo Gallego F.
El idealismo subordina la realidad de la materia a la realidad de la mente
(Alberto C. de la Torre)
El examen de la vida en el universo constituye un reto sorprendente y maravilloso, desafiante por cuanto impone el acceso a una fecunda bibliografía que exige un notable esfuerzo
de síntesis. Los discernimientos sobre el origen de nuestro sistema solar parecen confirmarse en sus líneas generales a medida que se descubren sistemas en formación más allá
del Sol, y ello aporta unos importantes elementos de juicio para comprender cómo se organizaron materia y energía y cómo se forman, evolucionan y mueren las estrellas, a cuyo amparo surgen los elementos constitutivos de la vida: carbono, oxígeno, nitrógeno, etc. a partir
del hidrógeno preexistente.
Consiguientemente, si hay otros sistemas solares y en las estrellas que gobiernan tales sistemas se cuecen los ingredientes primordiales de la vida, así sea éste el sistema natural más
complejo que existe, inferimos la eventualidad de su formación en otras regiones si hay condiciones que la acoten.
Pero si estamos discerniendo sobre la vida, es preciso decir lo que ella es, y la respuesta la
hallará cada quien, según su formación, desde la ciencia, la revelación, o el arte.1
Desde la revelación se reconocerán unas cosmogonías y se afirmará lo creado como una obra
de dios. Sus predicados devienen de la autoridad de un profeta y son apodícticos.
La ciencia la disto de la filosofía por el origen de sus objetos de conocimiento; en tanto el
objeto de conocimiento de la filosofía es creado por el sujeto cognoscente, es endógeno, el
objeto de conocimiento de la ciencia se encuentra en el mundo externo a nuestra conciencia,
aquél que permanecerá cuando desaparezca el sujeto cognoscente.
Esto conlleva por supuesto una notable diferencia en la forma cómo estas disciplinas avalan
sus predicados: mientras la filosofía lo hace remitiéndose a una instancia superior, la ciencia ha de someterse a la sanción empírica, al juicio final del experimento.
El arte como forma de conocimiento, si bien embarazoso de discernir, no por ello menos
provocador. El Nacimiento de Venus, de Sandro Botticelli, produce emoción por la prodigalidad de sus luces y colores, la exaltación del movimiento y los efectos que impone a la
naturaleza. El Cuarto Movimiento de la Novena Sinfonía de Beethoven, expresión de lo sublime y lo insuperable, produce una sensación de asombro y atracción por lo desconocido,
quizás también temor por lo irreconocible. La corpulencia y el solaz en la obra de Fernando
Botero sugieren una cierta monotonía en medio de la inmensidad de sus elementos. Si no somos artistas nos limitamos a un papel puramente contemplativo pero copioso en sensaciones.
1
Wagensberg Jorge, IDEAS SOBRE LA COMPLEJIDAD DEL MUNDO, Tusquets Editores 1994: “… sólo existen
tres formas de conocimiento: el científico, el artístico y el revelado….”
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Mas no es posible expresar estas sensaciones en un número finito de proposiciones verificables que permitan explicarlas, pero apreciamos que elaboran imágenes de los sucesos del
mundo2 y por consiguiente consideramos el arte como una forma de conocimiento.
Aunque discernimos por ilación entre lo vivo, lo inerte y los virus, por las propiedades que
caracterizan a cada quien, carecemos hasta hoy de una definición de vida. Pero demandado
entonces por el método experimental, el científico presta atención a la presencia de biosistemas3 y advierte una compleja bioquímica que en algún momento favoreció el prodigio de la
reproducción de algunos entes, en cuyo proceso se adaptaron al ambiente mediante alteraciones genéticas cuyas expresiones son seleccionadas por el propio medio en un proceso de
continua producción de sí mismos, lo que hoy se conoce como autopoyesis.4
Si definir es decir lo que una cosa es, es claro que el párrafo anterior no está definiendo la
vida, la determinación es aproximar una delineación que conduzca a un acuerdo sobre el tema en comento. En el vínculo http://www.youtube.com/watch?v=v5DWceaGtig el lector atañido encontrará un lato tratamiento concerniente al tema.
Sea lo que se entienda por vida ¿cuál es la probabilidad de que ella exista en otras regiones
del universo? Quizás la pregunta es fatua por cuanto es mucho lo que nos falta por conocer
de nuestro sistema solar y apenas sí se acerca la ciencia a un precario conocimiento de
nuestra galaxia; para ser respetuosos limitémonos a ella y empecemos con el vecindario.
Es probable que la primera fantasía que permeó el imaginario sobre la existencia de vida
fuera de nuestro planeta sea el “El Sueño o Astronomía de la Luna de Johannes Kepler” El
“Somnium sive Astronomia lunaris Joannis Kepleri” es una novela de ficción escrita en latín
por Kepler en 1623, publicada póstumamente en 1634 y discurrida por muchos como la primera obra de ciencia-ficción de la historia. En la novela se narra la historia de Duracotus,
un joven islandés que gracias a su madre, Fiolxhilda, y mediante un conjuro mágico, ambos
irán en un viaje onírico a la Luna, durante un eclipse solar. Debido a que el personaje de Duracotus tiene ciertos giros autobiográficos, la novela fue usada para acusar a la madre de
2
Ídem. “… consideremos el arte como una forma de conocimiento… en tanto que elabora imágenes de los sucesos
del mundo”.
3
Biosistema: También llamado paisaje bioclimático o área biótica (y que no debe confundirse con una ecozona o
una ecorregión), es una determinada parte del planeta que comparte clima, vegetación y fauna. Un biosistema es el
conjunto de ecosistemas característicos de una zona biogeográfica que es nombrado a partir de la vegetación y de las
especies animales que predominan en él y son las adecuadas. Es la expresión de las condiciones ecológicas del lugar
en el plano regional o continental: el clima induce el suelo y ambos inducen las condiciones ecológicas a las que
responderán las comunidades de plantas y animales del bioma en cuestión.
(http://es.answers.yahoo.com/question/index?qid=20111113080645AAj5Jvg)
4
Autopoiesis o autopoyesis es un neologismo propuesto en 1971 por los biólogos chilenos Humberto Maturana y
Francisco Varela para designar la organización de los sistemas vivos. Una descripción breve sería decir que la autopoiesis es la condición de existencia de los seres vivos en la continua producción de sí mismos.
http://es.wikipedia.org/wiki/Autopoiesis
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Kepler de brujería. Inspiró, durante tres siglos, numerosos libros sobre viajes lunares como
los de Julio Verne y Herbert George Wells.
Por supuesto que hay antecedentes aunque ellos no hayan tenido el impacto del Somnium de
Kepler. Por ejemplo: ¿Acaso fueron extraterrestres quienes destruyeron a Sodoma?
¿Alguno de ellos condujo a los Reyes Magos hacia Belén? ¿Fue Noé un extraterrestre o un
hijo de ellos? ¿Qué fue lo que vio el profeta Ezequiel? Y Moisés, ¿con quién habló Moisés en
el monte Sinaí?
I. LA VIDA EN EL VECINDARIO
De acuerdo con el estado actual de la cognición, para que la vida alcance a desarrollarse se
precisan una serie de requisitos; cardinal: la existencia de una atmósfera con temperatura y
presión apropiadas para que se dé el agua en fase líquida. Sólo el carbono como átomo y el
agua en estado líquido como medio concentran las condiciones que precisa una dinámica tan
compleja como la vida. La permanencia de agua en estado líquido y su coexistencia con las
fases sólida y gaseosa es fundamental para comprender la presencia y evolución de la vida
El carbono constituye cerca de 0.036% de los elementos químicos que están presentes en el
universo; es muy abundante por cuanto aun con un porcentaje tan bajo, se ubica en el cuarto
lugar, después del hidrógeno, el helio y el oxígeno, entre los 92 elementos que existen en
forma natural. Queda entonces por buscar agua en estado líquido.
El agua es pródiga en el universo: “Los cometas aparecen como la fuente más probable de esa agua
(la de nuestro planeta). Los cometas son, en realidad, gigantescos icebergs que atraviesan el espacio
describiendo órbitas que se cruzan con las de los planetas, lo que hace posibles los choques. El impacto del cometa Shoemaker-Levy 9 contra Júpiter en 1994 fue un ejemplo. Además poco tiempo después de la formación del Sistema Solar había más cometas que ahora, y los choques eran probablemente mucho más frecuentes.” http://www.esa.int/esaCP/SEMCOP9U7TG_Spain_0.html
Pero en estado sólido o gaseoso. Hasta la fecha no hay evidencia empírica de la presencia de
agua en la fase líquida en condición estable más allá de nuestro planeta. Los científicos examinan los lugares del Sistema Solar donde podría encontrarse: el subsuelo de Marte, La luna de Saturno, Titán, el único satélite del Sistema Solar con una atmósfera relevante, Encelado, otra de las lunas de Saturno, parece mostrar evidencias de agua líquida a pocos metros de su superficie según el “Enceladus Focus Group del SETI Institute de la NASA” en
Mountain View, California. Aunque diferentes científicos encuentran otras explicaciones a
las plumas de vapor de agua observadas, ver: http://universodoppler.wordpress.com/2011/05/26/mas-evidencias-de-agua-liquida-bajo-la-superficie-de-encelado/. Y en Europa, la helada luna de
Júpiter que con un océano oculto que tal vez ronda los 95 Km. de profundidad, probablemente contenga tres veces más agua que la existente en la Tierra, según se estima a partir de
las fotografías enviadas por la sonda Galileo.
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Cuando se discute sobre la vida en el Sistema Solar la atención se dirige hacia Marte, por
ello es objeto de una atención especial, pero nada, hasta hoy, revela la presencia de agua en
la fase líquida allí.
A mediados del siglo XIX los telescopios ya contaban con suficiente capacidad de resolución
como para observar algunos detalles de Marte. Entre 1842 y 1845 el inglés William Parsons
construyó el mayor telescopio de todo el siglo XIX, el Leviathan de Parsonstown, con un espejo de 1.83 m de diámetro, un peso de casi 4 ton. montado en un tubo de 13 m de largo que
sólo era móvil en la dirección del meridiano. En 1894 Percival Lowell fundaría su reputado
Lowell Observatory en Flagstaff, Arizona, con el propósito capital de estudiar a Marte.
Las observaciones de los casquetes polares y su desenvolvimiento con las estaciones dieron
lugar a la sospecha de un ambiente semejante al de la Tierra, y los cambios de tonalidades
en diversas zonas, atribuibles a la presencia de vegetación, fundaron la sospecha de vida en
Marte. Sospecha que se reputó confirmada en las décadas postreras del siglo XIX por:
Giovanni Virginio Schiaparelli (1835-1910), a quien se atribuye el origen de la entelequia
sobre la vida en Marte, quizás debido a una desatinada traducción del italiano al inglés: “La
mayoría de las hipótesis de vida inteligente (que después resultó ser un error) se debieron a un error
(sic) de traducción de la labor de Schiaparelli al inglés. De hecho, la palabra canali se tradujo con el término "canals" en
lugar de "channels", que hubiera sido la
adecuada. Mientras que la primera palabra indica una construcción artificial, la
segunda indica la correcta conformación
del terreno de forma natural. Fue a partir de esta traducción incorrecta que derivan las diversas hipótesis sobre la vida
en Marte”
Mapa de Marte publicado por Schiaparelli en 1888
http://es.wikipedia.org/wiki/Giovanni_Schiap
arelli”
Percival Lowell (1855-1916), convencido de la aserción de Schiaparelli afirmó ver enormes
canales como obras de ingeniería construidas para administrar los menguados recursos hídricos de Marte.
Nicolas Camille Flammarion (1842-1925). Fundador de la Sociedad Astronómica Francesa
(Société astronomique de France), de la que fue su primer presidente. Además de cultivar
el espiritismo fue bien conocido por sus obras de popularización de la astronomía. Notablemente influido por la obra de Schiaparelli, lo fascinó la eventualidad de obras desarrolladas por marcianos. En su libro “La pluralidad de los mundos habitados (1862)” examinó la
que ha sido una de las perennes preguntas: ¿existe vida inteligente más allá de nuestro planeta? De su respuesta afirmativa estaba decididamente convencido.
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Marte visto por Percival Lowell
Por Nicolas Camille Flammarion
El meteorito ALH84001.0, es una diogenita5 de color marrón oscuro de 1,93 kg de peso,
hallado en 1984 por una expedición del Instituto Smithsoniano estadounidense en la Antártida. Es uno de los 57 meteoritos provenientes de Marte hallados hasta el 2008.
El 7 de agosto de 1996 la NASA anunció que una posible primitiva forma de vida microscópica podría haber existido en Marte hace más de 3,000 millones de años, pero el 16 de
enero de 1998 la revista Science Magazine publicó un artículo en el que se rebatía esta posibilidad con evidencias aportadas por la Institución Oceanográfica Scripps de la Universidad de California: había pruebas claras de contaminación del hielo antártico circundante
en el meteorito. http://es.wikipedia.org/wiki/ALH84001
Hoy, la presencia de canales en Marte es palmaria, tanto como su origen en antiguos ríos
que en el pasado remoto horadaron, como en nuestra Tierra, la roca hasta plantar las zanjas
que hoy testifican caducados aconteceres húmedos. Los astrónomos han descubierto que la
atmósfera del planeta es bastante tenue y la temperatura demasiado baja para que allí
prosperara la vida.
El meteorito ALH84001.0
Vista microscópica de la estructura interna del
ALH84001.0
5
Las diogenitas son una clase de meteoritos ígneos. Se especula con la hipótesis de que la mayor parte de las
diogenitas halladas en la Tierra provengan del asteroide Vesta, aunque la más famosa de todas es el ALH84001.
http://www.diclib.com/diogenita/show/es/es_wiki_10/75770
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II. LA VIDA MÁS ALLÁ DEL SISTEMA SOLAR
La Misión Kepler
El 6 de marzo de 2009 fue lanzada hacia el espacio la misión Kepler, de la NASA, con el objeto de escrutar planetas del tamaño de la Tierra que orbiten estrellas a distancias donde
el agua líquida podría estar presente sobre su superficie. "Ahora Kepler tiene el sitio per-
fecto para observar más de 100.000 estrellas y buscar allí signos de la existencia de planetas…Todos están muy ansiosos ya que nuestro sueño se hace realidad. Estamos a punto de
descubrir si hay otros planetas similares a la Tierra en la galaxia", afirmó William Bo-rucki,
investigador científico principal de la misión, en el Centro de Investigaciones Ames, de la
NASA, http://ciencia.nasa.gov/science-at-nasa/2009/06mar_keplerlaunch/
Antes del lanzamiento, la NASA hace las siguientes consideraciones en la actualización de
su página de marzo 29, 2008: “Hasta la fecha, cerca de 80 planetas extra-solares han sido
descubiertos. Como quiera que estos son todos planetas gaseosos gigantes similares a Júpiter, los cuales probablemente son compuestos mayormente de hidrógeno y helio e improbable que puedan abrigar vida. Ninguno de los métodos detectores de planetas utilizados
hasta el momento tiene la capacidad de encontrar planetas del tamaño de la Tierra aquellos
que son 30 a 600 veces menos masivos que Júpiter. Ninguno de los gigantes descubiertos
hasta hoy tiene agua líquida o incluso una superficie sólida.”
Hasta octubre de 2011 se han descubierto 567 sistemas planetarios que contienen un total
de 692 cuerpos.
En la página http://www.kepler.arc.nasa.gov/Mission/-discoveries/ (sin fecha notable) la
NASA lista 84 planetas descubiertos por la Misión Kepler entre los cuales hay 74
candidatos, y en su página del 21 de diciembre de 2011 anuncia “que entre los candidatos
examinados podrían estar ya los primeros planetas de tamaño terrestre, si bien situados en
zonas aún no convenientes para ser habitables.” Y agrega:
“En concreto, los planetas Kepler-20e y Kepler-20f, que se hallan alrededor de una estrella
parecida al Sol y situada a unos 1.000 años-luz de distancia, tienen un radio 0,87 y 1,03 veces el de la Tierra, respectivamente. Es decir, el primero tiene un tamaño algo menor a Venus y el segundo algo mayor a la Tierra. Ambos se hallan girando alrededor de Kepler-20, y
forman parte de un sistema planetario de al menos cinco componentes. Los dos candidatos a
planetas de tipo terrestre, sin embargo, se encuentran demasiado cerca de su estrella, fuera de la llamada zona habitable (aquella en la que es posible el agua líquida).”
http://noticiasdelaciencia.com/not/3031/la_mision_kepler_localiza_los_primeros_planetas_de_tam
ano_terrestre/
Barrúntase de lo escrito, que desde el escrutinio empírico, hasta hoy, no se ha descubierto
evidencia alguna que permita afirmar la existencia de vida más allá de nuestro planeta. Pero
la ciencia es en extremo circunspecta, de otro modo sería raciocinación, y ni lo afirma ni lo
niega, escuetamente admite la probabilidad de su existencia.
Continúa en PARTE II de II
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