Manual de Formacion para el uso de desfibriladores externos

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Cualquier esfuerzo para salvar una vida vale la pena. Este curso tiene,
entre otros, ese objetivo. Gracias por vuestra colaboración. (Miguel
Bestard – Presidente)
PROGRAMA DE FORMACION PARA EL USO DE
DESFIBRILADORES
SEMIAUTOMÁTICOS
EN
CENTROS NO SANITARIOS POR LA MUTUALIDAD DE
FUTBOLISTAS
1º Introducción a los problemas cardiovasculares
En nuestra vida diaria todos nos podemos encontrar con una urgencia,
ya sea en la vida laboral, familiar o deportiva. Por lo tanto es muy importante
tener conocimientos de que hacer ante una de estas situaciones.
La parada cardíaca es una de las principales causas de muerte súbita en
Europa, en España se estima que se producen alrededor de 25.000. Cuando se
produce una parada cardiorrespiratoria la consecuencia inmediata es la falta de
oxígeno a los órganos vitales. El más sensible de estos órganos es el cerebro,
de tal forma que por cada minuto que transcurre desde la parada cardíaca las
posibilidades de supervivencia se reducen un 10%, así a los 10 minutos el daño
cerebral va a ser irreversible.
En un 85% de los casos el corazón entra en una fase de actividad
eléctrica desorganizada que se conoce como fibrilación ventricular, en estos
casos las maniobras de reanimación cardiopulmonar y desfibrilación temprana
son las medidas más eficaces para evitar el daño irreversible.
Ocho de cada diez paradas cardíacas son secundarias a una enfermedad
coronaria. Los factores de riesgo cardiovascular modificables son el tabaquismo,
hipertensión, obesidad, sedentarismo y dietas ricas en grasa.
2º Conducta PAS (Proteger, Alertar, Socorrer)
Al producirse un accidente, siempre debemos tener presentes una serie
de pautas generales:
1º Proteger el lugar de los hechos.
2º Alertar a los servicios de socorro.
3º Socorrer a las víctimas. Sin exponer a las víctimas y a uno mismo a riesgos
innecesarios.
1º Proteger: se trata de hacer seguro el lugar del accidente, de forma que
protejamos a la víctima y a nuestra propia persona.
2º Alertar a los servicios de socorro: lo haremos por el medio más rápido
indicando siempre: - lugar o situación del accidente.
- tipo de accidente.
- nº de heridos.
- circunstancias que pueden agravar la situación.
3º Socorrer haciendo solamente aquello de lo que estemos completamente
seguros.
3º Teléfono de emergencias
Ante una situación de
emergencia médica debemos
llamar al teléfono 061 ó 112.
En el caso de la Mutualidad
deportiva para la cobertura de
accidentes tiene contratado un
servicio de ambulancias
específico por lo que podemos
llamar al 971 20 41 11.
4º Cadena de supervivencia
Es una representación gráfica de las cuatro actuaciones que deben
sucederse para proporcionar una atención adecuada a una persona que ha
sufrido una parada cardiorespiratoria.
Primer eslabón avisar los servicios de emergencia.
Segundo eslabón iniciar las maniobras de reanimación cardiopulmonar básica.
Tercer eslabón desfibrilación rápida en los primeros minutos.
Cuarto eslabón conjunto de actuaciones a realizar por los servicios de
emergencia.
5º Concepto y diagnóstico de parada cardiorrespiratoria
Llamamos parada cardiorrespiratoria a la interrupción brusca, inesperada
y potencialmente reversible de la respiración y circulación espontánea, que si
no son solucionadas en un corto espacio de tiempo van a producir la muerte
cerebral.
5.1. Objetivos de la reanimación cardiopulmonar (RCP).
El objetivo de la reanimación cardiopulmonar es garantizar el aporte de
un mínimo de oxígeno a los órganos vitales hasta el inicio de la RCP avanzada,
con el fin de enlentecer el deterioro celular ocasionado por la falta de oxígeno a
las células.
La RCP básica sólo aporta un 30% del total de los requerimientos de
oxígeno del organismo, pero es suficiente para mantener este con vida hasta
que se pueda aplicar RCP avanzada. Es muy importante iniciarla antes de
transcurridos 4 minutos desde el momento en que se produjo la parada
cardiorespiratoria.
5.2. Reconocimiento y valoración de las constantes vitales
Las constantes vitales son una serie de funciones presentes en una
persona viva que nos permiten valorar de forma objetiva su grado de relación
con el medio externo.
La consciencia nos indica la relación del sujeto con el mundo que le
rodea. Su ausencia supone un peligro para el que la sufre ya que no podrá
protegerse
de
las
agresiones
externas, además
la vía
aérea queda
desprotegida, al producirse la relajación de los músculos faríngeos se obstruye
esta vía. Para su exploración recurrimos a estimular el sistema nervioso y ver
como responde.
La respiración se explorará después de comprobar el estado de
consciencia. Se comprueba mediante la vista, el oído y el tacto.
La última constante vital que exploraremos es el pulso. Se puede tomar
en las grandes arterias, ya sea en la del cuello o en la de la ingle. Valoraremos
la frecuencia, intensidad y ritmo.
5.3. Posición lateral de seguridad
Al encontrarnos con una víctima inconsciente pero que está respirando,
en primer lugar retiraremos cualquier objeto que pueda poner en peligro la vida
de la víctima o nuestra propia vida. Después nos acercamos al paciente para
comprobar el estado de consciencia.
Al estar la persona inconsciente pediremos ayuda, y tras comprobar que
respira le colocaremos en la posición lateral de seguridad.
Estiramos el brazo más cercano a nosotros, el brazo más lejano lo
flexionamos colocando su mano entre el hombro y la mejilla del lado contrario.
Doblamos la pierna de la víctima que está más alejada de nosotros, y a
continuación la giramos sobre el eje formado por la pierna y el brazo más
cercano a nosotros. Posteriormente comprobar que la posición es estable y que
mantiene la vía aérea abierta.
6º Protocolo en parada cardiorespiratoria adultos
En primer lugar nos aseguraremos el sitio, retiramos cualquier objeto
que pueda suponer un peligro para nuestra vida o la del accidentado. A
continuación nos acercaremos a la víctima y realizaremos su evaluación.
6.1. La persona está inconsciente pero respira.
Sacudimos a la persona por los hombros y la estimulamos (¿Se
encuentra bien?), la persona no responde a estímulos. Así pues está
inconsciente, solicitamos ayuda y comprobamos si respira o no respira.
Para comprobar la respiración debemos abrir la vía aérea. Para abrir la
vía aérea colocamos una mano sobre su frente y apoyamos dos dedos de la
otra mano en el mentón. Presionamos con la mano de la frente hacia abajo y
con la mano del mentón hacia arriba y de esta forma llevamos la cabeza de la
víctima hacia atrás. De esta forma desobstruimos la vía aérea.
Ahora para comprobar la respiración lo haremos a través de tres de
nuestros sentidos:
•
Ver.
•
Oír.
•
Sentir.
Inclinamos nuestra cabeza sobre la víctima ladeándola de tal forma que
nuestra cara quede mirando hacia su tórax y abdomen y nuestra oreja se
encuentre a pocos centímetros de su boca y nariz. De esta forma:
•
Vemos si respira: observando si su tórax y abdomen asciende y
desciende.
•
Oímos si respira: escuchamos si el aire sale de su boca.
•
Sentimos si respira: comprobamos si el aire da en nuestras mejillas.
Está maniobra no debe realizarse por un tiempo superior a 10 segundos.
En este caso la persona respira, por lo tanto la colocamos en la posición
lateral de seguridad.
6.2. La persona está inconsciente y no respira.
Debemos pensar que nos enfrentamos a una parada cardiorrespiratoria
cuando a parte de no responder a estímulos la persona no produce
respiraciones normales, es decir cuando son eficaces y rítmicas. Este tipo de
respiraciones no deben confundirse con las agónicas que se producen al inicio
de una parada cardiorrespiratoria y son ineficaces y esporádicas.
6.2.1. Masaje cardíaco adultos.
Para iniciar una correcta reanimación cardiopulmonar debemos colocar a la
persona en decúbito supino, además la superficie de apoyo debe ser plana,
dura y lisa, con el cuerpo de la persona lineado.
• En primer lugar aseguramos el lugar de intervención.
• Nos arrodillamos al lado de la víctima y comprobamos su nivel de
conciencia.
• Al estar la víctima inconsciente solicitamos ayuda.
• A continuación valoramos la respiración.
• Comprobado que el paciente no respira debemos iniciar el masaje
cardíaco.
Situamos las manos en el centro del pecho del paciente, colocamos el talón
de una de las manos sobre el tercio inferior del esternón, a continuación
ponemos el talón de la otra mano sobre la primera y entrelazamos los dedos.
Tiramos con la mano superior de los dedos hacia arriba de tal forma que solo
se apoye sobre el tórax del paciente el talón de la mano inferior. Colocamos
nuestros brazos rectos en vertical alineados con los hombros, de forma que
podamos realizar buenas compresiones.
Estas compresiones van tener una profundidad de entre 4-5 cm, de esta
manera conseguimos una buena circulación de la sangre a través del cuerpo del
paciente. Igualmente la fuerza que vamos a ejercer la repartimos entre subida
y bajada, tardando lo mismo en subir y bajar con una frecuencia de 100
compresiones por minuto. Estableciendo un ritmo de 30 compresiones y dos
insuflaciones.
6.2.2. Ventilación adultos.
Abrimos la vía aérea del paciente mediante la maniobra frente-mentón.
Al no existir respiración por parte del paciente debemos insuflar aire en sus
pulmones. Para ello existen varias posibilidades:
• Boca-Boca.
• Boca-Nariz.
• Boca-Nariz/boca.
• Boca-Stoma.
Boca a Boca:
Con los dedos índice y pulgar de la mano que tenemos apoyada sobre la
frente del paciente pinzamos la nariz.
Insuflamos el aire a través de la boca del paciente durante un segundo,
debemos producir la elevación de su pecho, de esta manera tendrá suficiente
aire para reemplazar el que debía recibir de manera natural. Nos retiramos
brevemente para permitir el intercambio de aire y realizamos la segunda
insuflación.
A continuación reiniciamos las compresiones torácicas, estableciendo el
ritmo 30/2 y una frecuencia de 100 compresiones por minuto. Continuar hasta
que recupere la respiración, lleguen los servicios de emergencia o estemos
agotados.
6.3. Obstrucción vía aérea adultos.
La obstrucción de la vía aérea por cuerpos extraños es una causa poco
común pero tratable de muerte accidental, el origen más común de los
atragantamientos es la comida, por esto la mayoría ocurren en presencia de
otras personas, y es importante que estas personas puedan actuar mientras la
víctima está consciente.
Existen dos tipos de diferentes de obstrucción de la vía aérea:
6.3.1 Obstrucción vía aérea incompleta.
El cuerpo extraño queda alojado en las vías respiratorias pero deja pasar
el aire a los pulmones, por lo que la persona puede toser, hablar o respirar.
En este caso animamos a toser al paciente.
6.3.2. Obstrucción vía aérea completa.
En la obstrucción completa el cuerpo extraño no deja pasar el aire a los
pulmones por lo que a medida que aumenta el tiempo y los órganos se quedan
sin oxígeno las posibilidades de entrar en parada cardiorespiratoria aumentan.
En esta situación daremos 5 golpes secos en la zona entre las escápulas
del paciente tras haberlo inclinado un poco hacia delante.
Si tras estos 5 golpes no hemos solucionado la obstrucción vamos a
realizar las compresiones abdominales (Maniobra de Hemlich). Para ello nos
situamos detrás de la víctima pasando nuestros brazos por debajo de sus
hombros y buscamos el punto entre el final del esternón y el ombligo,
colocamos un puño cerrado en esta zona y la otra mano sobre el puño.
Bloqueamos con nuestros hombros y caderas el cuerpo de la víctima y a
continuación hacemos compresiones abdominales hacia dentro y hacia arriba,
aumentando de esta forma la presión torácica. Realizaremos hasta 5
compresiones, que iremos combinando con 5 golpes interescapulares.
7º Protocolo en parada cardiorespiratoria niños.
En los adultos el origen de la parada cardíaca es mayoritariamente de
origen cardíaco, sin embargo en los niños lo más frecuente es que sea de
origen respiratorio, así lo más frecuente es el ahogamiento, la aspiración de
cuerpos extraños y obstrucciones de la vía aérea.
7.1. La persona está inconsciente pero respira.
Colocar en posición lateral de seguridad.
7.2. La persona está inconsciente y no respira.
En niños mayores de un año seguiremos el siguiente protocolo:
•
Ante todo nos aseguraremos de que retiramos cualquier objeto que
pueda ser peligroso para la vida del niño o de la nuestra propia.
•
A continuación comprobamos la consciencia mediante la estimulación.
•
Si no está consciente solicitamos ayuda.
•
A continuación comprobamos la respiración, para ello abrimos la vía
aérea mediante la maniobra frente-mentón.
•
A continuación miramos si tiene algún objeto extraño en la boca.
•
El niño no tiene ningún cuerpo extraño y no respira.
•
Realizamos 5 insuflaciones de 1 segundo cada una.
•
Tras las 5 insuflaciones valoramos si hay respuesta en el niño.
•
Si no hay respuesta iniciamos las compresiones torácicas.
7.2.1. Ventilación en niños.
En el caso del niño empleamos la misma técnica que en el adulto pero
iniciamos la ventilación con 5 insuflaciones.
7.2.2. Masaje cardíaco en niños.
Aplicamos la misma técnica que en el adulto, pero las compresiones
torácicas serán solo con una mano, el ritmo será el mismo que el del adulto
30/2 a una frecuencia de 100 compresiones por minuto, apoyamos el talón de
una nuestras manos en el tercio inferior de su esternón y provocamos un
hundimiento del tórax de 1/3 del mismo.
Seguiremos con este ritmo durante el primer minuto. A continuación, si
estamos solos, dejaremos a la víctima para alertar los servicios de emergencia.
Continuaremos realizando estas maniobras hasta que recupere la respiración,
lleguen los servicios de emergencia o estemos agotados.
7.3. Obstrucción vía aérea niños.
Al igual que en adultos diferenciamos en obstrucción de la vía aérea
incompleta u obstrucción de la vía aérea completa.
7.3.1. Obstrucción vía aérea incompleta.
El cuerpo extraño queda alojado en las vías respiratorias pero deja pasar
el aire a los pulmones, por lo que la persona puede toser, hablar o respirar.
En este caso animamos al niño a toser.
7.3.2. Obstrucción vía aérea completa.
En la obstrucción completa el cuerpo extraño no deja pasar el aire a los
pulmones por lo que a medida que aumenta el tiempo y los órganos se quedan
sin oxígeno las posibilidades de entrar en parada cardiorespiratoria aumentan.
Nos arrodillamos detrás del niño y lo inclinamos hacia delante, daremos
5 golpes secos en la zona entre las escápulas del niño.
Si tras estos 5 golpes no hemos solucionado la obstrucción vamos a
realizar las compresiones abdominales (Maniobra de Hemlich). Para ello nos
situamos detrás de la víctima pasando nuestros brazos por debajo de sus
hombros y buscamos el punto entre el final del esternón y el ombligo,
colocamos un puño cerrado en esta zona y la otra mano sobre el puño.
Bloqueamos con nuestros cuerpo el cuerpo del niño a continuación hacemos
compresiones abdominales hacia dentro y hacia arriba, aumentando de esta
forma la presión torácica. Haremos ciclos de 5 compresiones y 5 golpes secos
interescapulares.
8º Protocolo en parada cardiorespiratoria en lactantes.
Es una de las situaciones más angustiosas que podemos encontrar.
Consideramos lactantes a los niños hasta 1 año de edad.
8.1. La persona esta inconsciente y no respira.
• Lo primero que tenemos que hacer es asegurar el lugar de
intervención.
• En segundo lugar valorar la respuesta del niño.
• Si el niño no responde pedir ayuda.
• Abrimos la vía aérea mediante la maniobra frente mentón llevando
la cabeza a una posición neutra, no la llevamos a hiperextensión.
• Valorar si hay cuerpos extraños en la boca.
• Valorar la respiración.
• Si no respira damos 5 ventilaciones de rescate mediante el
sistema boca-boca/nariz.
• Si tras las 5 ventilaciones no hay respuesta, iniciamos las
compresiones torácicas.
• Para ello colocamos las yemas de los cuatro segundos dedos de
una de nuestra mano sobre el esternón, de tal forma que el dedo
índice quede a la altura de las tetillas del bebe. A continuación
levantaremos el dedo índice y el meñique y realizaremos
compresiones torácicas a un ritmo de 30/2 deprimiendo el tórax
del niño en aproximadamente 1/3.
• Tras un minuto de iniciar RCP avisar a los servicios médicos de
emergencia.
• Continuar con la RCP hasta que lleguen los servicios de
emergencia.
8.2. Obstrucción de la vía aérea en lactantes.
En el caso de que un lactante tenga una obstrucción de la vía aérea y
este consciente lo primero que debemos hacer es sentarnos. Cogeremos al niño
apoyándolo sobre un antebrazo y este sobre una de nuestras piernas con la
cabeza inclinada hacia abajo para facilitar la salida del cuerpo extraño.
Daremos 5 golpes interescapulares, si el cuerpo extraño no ha salido, le
damos la vuelta al niño y realizamos 5 compresiones torácicas en el mismo
punto del masaje cardíaco. Una vez hecho esto revisamos la boca para ver si
hay algo en la boca. En caso de que en la boca no haya nada continuamos de
la misma forma. Si el niño queda inconsciente iniciamos protocolo de RCP.
9º Desfibrilador semiautomático.
El desfibrilador semiautomático es un aparato que distingue entre un
ritmo cardíaco normal y un ritmo cardíaco anormal. Nos indicará las pautas que
hemos de seguir para atender a una persona que ha sufrido una parada
cardiorespiratoria.
9.1. Descripción y características del desfibrilador semiautomático.
Los
desfibriladores
externos
automáticos
son
aparatos
ligeros,
pequeños, que funcionan con batería de litio o pilas y electrodos de
desfibrilación autoadhesivos, algunos modelos se comercializan con monitor
incorporado. Llevan un sistema que analiza el ritmo cardíaco de forma
automática, mediante la valoración de la frecuencia, la amplitud y la forma de la
onda. Tienen incorporado un sistema de filtros que detectan las interferencias
por ondas de radio, corriente eléctrica, movimientos del paciente y si se
produce pérdida de contacto de los electrodos.
9.2. Precauciones en el uso del desfibrilador semiautomático.
Para que el desfibrilador semiautomático resulte efectivo debemos tener
presente:
El paciente no debe estar mojado (secar el sudor y apartar de sitios
húmedos).
Para que las pegatinas se adhieran de forma correcta debemos depilar al
paciente.
Al dar la descarga eléctrica con el desfibrilador, debemos asegurarnos de
que nadie está en contacto con el paciente, ya que esto pondría en peligro la
vida del paciente y de la persona que se encuentra en contacto con él.
9.3. Manejo del desfibrilador semiautomático.
En el caso del desfibrilador facilitado por la Mutualidad disponemos de
dos tipos de parches.
En el caso del adulto se trata de un aspa, despegamos los adherentes de
la cara inferior y aplicaremos el aspa sobre el tórax de la víctima, una de las
placas quedará bajo la clavícula derecha y la otra bajo la tetilla izquierda. En el
centro del aspa queda una cruz que nos indica donde debemos realizar las
compresiones torácicas durante el masaje cardíaco.
Para los niños disponemos de dos electrodos separados, en este caso
pegaremos una placa en el pecho y la otra en la espalda.
A partir de este momento, encender el DEA y seguir todas las
instrucciones de los mensajes de voz y de texto, hasta recibir ayuda cualificada.
Una vez encendido se activa el análisis del ritmo cardíaco, mientras el
desfibrilador analiza el ritmo de la víctima, no debemos tocar al paciente, si
estábamos realizando RCP la detenemos, ya que cualquier movimiento puede
interferir con la lectura del DEA. Algunos aparatos analizan el ritmo nada más
encenderlos, en otros tenemos que pulsar el botón de “análisis”. Si se detecta
un ritmo desfibrilable (Fibrilación ventricular o taquicardia ventricular), el
desfibrilador carga automáticamente y avisa de la indicación por medio de una
voz o una alarma visual, recomienda una descarga que oscila entre los 150-360
Julios (onda bifásica), la primera descarga se recomienda de 200 Julios. La
descarga la realizara siempre el reanimador de forma manual tras asegurarse
de que nadie esté en contacto con la víctima. Al realizar la descarga la víctima
sufre una contracción muscular generalizada. Seguidamente, si el paciente no
respira, se continúa con maniobras de RCP durante 2 minutos a un ritmo de 30
compresiones/2 ventilaciones. El DEA nos cronometrará el tiempo de RCP, y
pasados 2 minutos nos avisa para que detengamos la RCP y vuelve a analizar el
ritmo cardíaco, volviendo a dar las ordenes pertinentes a continuación. Si la
fibrilación ventricular o la taquicardia ventricular se mantienen, continuaremos
con las descargas eléctricas y las maniobras de RCP según protocolo (ver
algoritmo), hasta que llegue el soporte vital avanzado. La segunda descarga y
todas las posteriores, serán de 360 Julios, hasta un total de 50 descargas que
es lo que soportan los electrodos.
Si el ritmo que aparece al inicio o durante la asistencia no es
desfibrilable, el aparato nos indicará que no esta indicada la desfibrilación, por
lo que iniciaremos las maniobras de RCP con una frecuencia de 30
compresiones por 2 insuflaciones durante 2 minutos, pasado este tiempo el
DEA volverá a analizar el ritmo cardíaco, actuando en consecuencia.
Mantendremos las maniobras de RCP hasta que llegue el equipo de soporte
vital avanzado. La fiabilidad diagnóstica del DEA para identificar de forma
correcta
aquellas
arritmias
que
precisan
de
desfibrilación
se
acepta
universalmente.
Si tras una descarga el DEA nos avisa de que no procede realizar un
nuevo choque, tenemos que explorar siempre el pulso, ya que es posible que
se haya recuperado y por tanto no este indicado desfibrilar.
Los DEA solo han sido autorizados para personas de más de 8 años de
edad. En niños de 1 a 8 años debemos disponer de eléctrodos pediátricos. En
los menores de 1 año esta contraindicado el uso del DEA.
10º Actuación en accidentes de carretera
10.1. Concepto, objetivos y premisas.
El principio básico de la asistencia en un accidente de tráfico es evitar
nuevos daños derivados de esta, minimizando los riegos y con control de la
situación.
10.2. Conducta PAS
En caso de accidente es necesario Proteger, Alertar, Socorrer.
Proteger
• Hacer seguro el lugar del accidente cuidando de nuestra seguridad y de
la de los accidentados.
• Estacione su vehículo fuera de la calzada, en un lugar seguro y encienda
los intermitentes de emergencia.
• Señalice el accidente, en especial si es de noche o si las condiciones de
visibilidad son reducidas.
• Colocar a unos 150 metros en ambos sentidos los triángulos reflectantes
de peligro.
• Ponerse el chaleco refractante.
• Desconectar el contacto de los vehículos implicados en el accidente.
• Inmovilizar el vehículo accidentado en caso de que este inestable.
• Comprobar si existe derrame de gasolina o aceite, en caso afirmativo
solicitar la ayuda del resto de transeúntes para cubrirlo con arena.
• Impedir fumar en las proximidades del accidente, para evitar el riesgo de
explosión.
Alertar
• En todo accidente es necesario activar los servicios de emergencia
(061/112) por el medio más rápido.
• La persona que da la alarma tiene que indicar SIEMPRE:
El lugar exacto del accidente: carretera, kilometro, pueblo
más cercano. Si estamos en la ciudad, calle, nº de casa
más cercana.
El tipo de accidente y circunstancias que puedan agravar la
situación: riesgo de incendio, personas atrapadas, caída de
tendido eléctrico, etc.
Número de heridos y su estado aparente.
• Es necesario identificarse, las llamadas anónimas no inspiran confianza.
Socorrer
Actuar con rapidez pero manteniendo la calma.
Hacer un recuento de víctimas, valorar la posibilidad de que haya
víctimas ocultas.
No atender al primer accidentado que encontremos o al que más grite,
valorar la gravedad y actuar por orden de prioridades.
Efectuar in situ la valoración inicial de las víctimas.
Extremar las medidas de precaución en el manejo del accidentado,
podríamos causar daños mayores y empeorar el estado.
10.3. Aspectos Jurídicos
Según el artículo 1º del Código Penal, “son delitos o faltas las acciones u
omisiones dolosas o culposas penadas por la ley”.
Para que exista responsabilidad criminal y por lo tanto delito, la persona
debe haber actuado con dolo o con culpa o sea, con intención o con
imprudencia.
La intención es el deseo expreso de causar un mal, con conciencia y
voluntad, sabiendo lo que se hace y queriendo hacerlo.
10.3.1. Omisión del deber de socorro
Artículo 195 del Código Penal Ley Orgánica 10/1995
1. El que no socorriere a una persona que se halle desamparada y en
peligro manifiesto y grave, cuando pudiere hacerlo sin riesgo propio ni de
terceros, será castigado con la pena de multa de tres a doce meses.
2. En las mismas penas incurrirá el que, impedido de prestar socorro, no
demande con urgencia auxilio ajeno.
3. Si la víctima lo fuere por accidente ocasionado fortuitamente por el
que omitió el auxilio, la pena será de prisión de seis meses a 18 meses, y si el
accidente se debiere a imprudencia, la de prisión de seis meses a cuatro años.
10.3.2. Denegación de auxilio
Esta figura jurídica está pensada para aquellas personas con condición
de funcionario público y por tanto con mayor obligación de intervenir.
Artículo 196. del Código Penal Ley Orgánica 10/1995
El profesional que, estando obligado a ello, denegare asistencia sanitaria
o abandonare los servicios sanitarios, cuando de la denegación o abandono se
derive riesgo grave para la salud de las personas, será castigado con las penas
del artículo precedente en su mitad superior y con la de inhabilitación especial
para empleo o cargo público, profesión u oficio, por tiempo de seis meses a tres
años.
10.4. Evaluación inicial de la víctima y exploración de las constantes
vitales.
10.4.1. Evaluación inicial de la víctima de forma ordenada.
• Determinar el alcance de sus lesiones.
• Establecer las prioridades de actuación.
• Adoptar las medidas necesarias en cada caso.
• Asegurar el traslado de la víctima a un centro sanitario, en las
condiciones adecuadas.
10.4.2. Pasos de exploración primaria de una víctima.
• Identificar situaciones que supongan una amenaza inmediata para la
vida del paciente.
• Rápido reconocimiento de las constantes vitales.
• Iniciar restauración de las funciones vitales si es necesario.
10.4.3. Identificar situaciones de urgencia vital.
• Parada cardiorespiratoria.
• Hemorragias.
• Fracturas.
• Dolor torácico agudo.
• Dolor abdominal agudo.
• Cuerpos extraños clavados.
• Quemaduras.
10.4.4. Exploración secundaria de la víctima.
Se realiza una vez aseguradas las funciones vitales.
Examen neurológico básico:
•
Nivel de conciencia AVDN (alerta, respuesta verbal, respuesta al
dolor, no respuesta).
•
Pupilas: Tamaño y reactividad, simetría.
•
Exploración motora y sensitiva de los miembros.
Examen de la cabeza:
•
Cuero cabelludo y cara: heridas, contusiones, quemaduras, coloración
de la piel.
•
Signos de fractura: otorragia, hematomas
•
Lesiones oculares.
•
Fractura/luxación del maxilar inferior.
•
Fractura nasal.
Cuello:
•
Si sospechamos fractura o luxación de la columna cervical, debemos
inmovilizarlo.
Tórax:
•
Buscar la existencia de heridas, fracturas.
•
Valorar dificultad respiratoria.
•
Dolor torácico: calidad del dolor.
Abdomen:
•
Buscar heridas, contusiones.
•
Dolor abdominal.
•
Sospecha de hemorragia interna.
Extremidades:
•
Buscar heridas sangrantes, contusiones.
•
Puntos dolorosos.
•
Deformidades u otros signos de fractura.
10.5. Protocolo de Resucitación Cardiopulmonar.
Puntos 6, 7, 8 y 9.
10.6. Problemas más frecuentes durante la RCP.
Cuerpos extraños en la cavidad oral.
Valorar dentadura postiza, restos de alimentos, etc. Debemos realizar la
limpieza de la cavidad oral introduciendo un dedo en la boca en forma de
gancho.
Dilatación del estómago.
Si insuflamos muy fuerte al realizar el boca a boca provocaremos la
apertura del esófago y una parte del aire llegara al estómago dilatándolo.
En caso de que se dificulte por este motivo la el llenado de los pulmones,
podemos ladear la cabeza del accidentado, presionar suavemente sobre
el epigastrio, continuar RCP.
Vómitos.
Una de las causas más frecuentes de producción de vómitos es el
estómago lleno.
Puede provocarse al intentar vaciar el aire del estómago.
Obstrucción de las vías aéreas.
Se produce por la introducción en el árbol respiratorio de un objeto
sólido que impide el paso normal de aire para poder ventilar de forma
adecuada.
10.7. Hemorragias, primeros auxilios.
Hemorragias externas:
• Presión directa sobre la herida.
• Elevación del miembro afecto.
• Presión sobre la arteria principal del miembro.
Hemorragias internas:
• Lo sospechamos ante: antecedentes de golpe o traumatismo. Signos de
shock (sudor frío, palidez, pulso débil y rápido).
• Primeros auxilios: Asegurar la permeabilidad de la vía aérea, valorar
respiración y circulación. Tapar al paciente y elevarle las piernas.
10.8. Heridas, primeros auxilios ante las heridas.
• No explorar ni tratar de curar la herida.
• No extraer cuerpos extraños enclavados en la herida. Sujetarlos para
evitar que se muevan durante el traslado.
• Colocar un apósito estéril.
• En heridas con pérdida de sustancia o muy extensas, colocar una gasa
humedecida para evitar que el apósito se adhiera a ellas, colocar encima
gasa seca estéril y un vendaje de sujeción.
10.9. Fracturas, primeros auxilios ante las fracturas.
• No movilizar al accidentado si no es imprescindible.
• Retirar objetos que pueden dificultar la circulación sanguínea cuando se
produzca el edema (anillos, pulseras, relojes).
• Inmovilizar el foco de fractura sin reducirla, incluyendo las articulaciones
adyacentes, evitando movimientos bruscos de la zona afectada.
• Si la fractura es abierta cubrir la herida con apósitos estériles.
• Vigilar con frecuencia el pulso y la coloración de la piel.
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