Cualquier esfuerzo para salvar una vida vale la pena. Este curso tiene, entre otros, ese objetivo. Gracias por vuestra colaboración. (Miguel Bestard – Presidente) PROGRAMA DE FORMACION PARA EL USO DE DESFIBRILADORES SEMIAUTOMÁTICOS EN CENTROS NO SANITARIOS POR LA MUTUALIDAD DE FUTBOLISTAS 1º Introducción a los problemas cardiovasculares En nuestra vida diaria todos nos podemos encontrar con una urgencia, ya sea en la vida laboral, familiar o deportiva. Por lo tanto es muy importante tener conocimientos de que hacer ante una de estas situaciones. La parada cardíaca es una de las principales causas de muerte súbita en Europa, en España se estima que se producen alrededor de 25.000. Cuando se produce una parada cardiorrespiratoria la consecuencia inmediata es la falta de oxígeno a los órganos vitales. El más sensible de estos órganos es el cerebro, de tal forma que por cada minuto que transcurre desde la parada cardíaca las posibilidades de supervivencia se reducen un 10%, así a los 10 minutos el daño cerebral va a ser irreversible. En un 85% de los casos el corazón entra en una fase de actividad eléctrica desorganizada que se conoce como fibrilación ventricular, en estos casos las maniobras de reanimación cardiopulmonar y desfibrilación temprana son las medidas más eficaces para evitar el daño irreversible. Ocho de cada diez paradas cardíacas son secundarias a una enfermedad coronaria. Los factores de riesgo cardiovascular modificables son el tabaquismo, hipertensión, obesidad, sedentarismo y dietas ricas en grasa. 2º Conducta PAS (Proteger, Alertar, Socorrer) Al producirse un accidente, siempre debemos tener presentes una serie de pautas generales: 1º Proteger el lugar de los hechos. 2º Alertar a los servicios de socorro. 3º Socorrer a las víctimas. Sin exponer a las víctimas y a uno mismo a riesgos innecesarios. 1º Proteger: se trata de hacer seguro el lugar del accidente, de forma que protejamos a la víctima y a nuestra propia persona. 2º Alertar a los servicios de socorro: lo haremos por el medio más rápido indicando siempre: - lugar o situación del accidente. - tipo de accidente. - nº de heridos. - circunstancias que pueden agravar la situación. 3º Socorrer haciendo solamente aquello de lo que estemos completamente seguros. 3º Teléfono de emergencias Ante una situación de emergencia médica debemos llamar al teléfono 061 ó 112. En el caso de la Mutualidad deportiva para la cobertura de accidentes tiene contratado un servicio de ambulancias específico por lo que podemos llamar al 971 20 41 11. 4º Cadena de supervivencia Es una representación gráfica de las cuatro actuaciones que deben sucederse para proporcionar una atención adecuada a una persona que ha sufrido una parada cardiorespiratoria. Primer eslabón avisar los servicios de emergencia. Segundo eslabón iniciar las maniobras de reanimación cardiopulmonar básica. Tercer eslabón desfibrilación rápida en los primeros minutos. Cuarto eslabón conjunto de actuaciones a realizar por los servicios de emergencia. 5º Concepto y diagnóstico de parada cardiorrespiratoria Llamamos parada cardiorrespiratoria a la interrupción brusca, inesperada y potencialmente reversible de la respiración y circulación espontánea, que si no son solucionadas en un corto espacio de tiempo van a producir la muerte cerebral. 5.1. Objetivos de la reanimación cardiopulmonar (RCP). El objetivo de la reanimación cardiopulmonar es garantizar el aporte de un mínimo de oxígeno a los órganos vitales hasta el inicio de la RCP avanzada, con el fin de enlentecer el deterioro celular ocasionado por la falta de oxígeno a las células. La RCP básica sólo aporta un 30% del total de los requerimientos de oxígeno del organismo, pero es suficiente para mantener este con vida hasta que se pueda aplicar RCP avanzada. Es muy importante iniciarla antes de transcurridos 4 minutos desde el momento en que se produjo la parada cardiorespiratoria. 5.2. Reconocimiento y valoración de las constantes vitales Las constantes vitales son una serie de funciones presentes en una persona viva que nos permiten valorar de forma objetiva su grado de relación con el medio externo. La consciencia nos indica la relación del sujeto con el mundo que le rodea. Su ausencia supone un peligro para el que la sufre ya que no podrá protegerse de las agresiones externas, además la vía aérea queda desprotegida, al producirse la relajación de los músculos faríngeos se obstruye esta vía. Para su exploración recurrimos a estimular el sistema nervioso y ver como responde. La respiración se explorará después de comprobar el estado de consciencia. Se comprueba mediante la vista, el oído y el tacto. La última constante vital que exploraremos es el pulso. Se puede tomar en las grandes arterias, ya sea en la del cuello o en la de la ingle. Valoraremos la frecuencia, intensidad y ritmo. 5.3. Posición lateral de seguridad Al encontrarnos con una víctima inconsciente pero que está respirando, en primer lugar retiraremos cualquier objeto que pueda poner en peligro la vida de la víctima o nuestra propia vida. Después nos acercamos al paciente para comprobar el estado de consciencia. Al estar la persona inconsciente pediremos ayuda, y tras comprobar que respira le colocaremos en la posición lateral de seguridad. Estiramos el brazo más cercano a nosotros, el brazo más lejano lo flexionamos colocando su mano entre el hombro y la mejilla del lado contrario. Doblamos la pierna de la víctima que está más alejada de nosotros, y a continuación la giramos sobre el eje formado por la pierna y el brazo más cercano a nosotros. Posteriormente comprobar que la posición es estable y que mantiene la vía aérea abierta. 6º Protocolo en parada cardiorespiratoria adultos En primer lugar nos aseguraremos el sitio, retiramos cualquier objeto que pueda suponer un peligro para nuestra vida o la del accidentado. A continuación nos acercaremos a la víctima y realizaremos su evaluación. 6.1. La persona está inconsciente pero respira. Sacudimos a la persona por los hombros y la estimulamos (¿Se encuentra bien?), la persona no responde a estímulos. Así pues está inconsciente, solicitamos ayuda y comprobamos si respira o no respira. Para comprobar la respiración debemos abrir la vía aérea. Para abrir la vía aérea colocamos una mano sobre su frente y apoyamos dos dedos de la otra mano en el mentón. Presionamos con la mano de la frente hacia abajo y con la mano del mentón hacia arriba y de esta forma llevamos la cabeza de la víctima hacia atrás. De esta forma desobstruimos la vía aérea. Ahora para comprobar la respiración lo haremos a través de tres de nuestros sentidos: • Ver. • Oír. • Sentir. Inclinamos nuestra cabeza sobre la víctima ladeándola de tal forma que nuestra cara quede mirando hacia su tórax y abdomen y nuestra oreja se encuentre a pocos centímetros de su boca y nariz. De esta forma: • Vemos si respira: observando si su tórax y abdomen asciende y desciende. • Oímos si respira: escuchamos si el aire sale de su boca. • Sentimos si respira: comprobamos si el aire da en nuestras mejillas. Está maniobra no debe realizarse por un tiempo superior a 10 segundos. En este caso la persona respira, por lo tanto la colocamos en la posición lateral de seguridad. 6.2. La persona está inconsciente y no respira. Debemos pensar que nos enfrentamos a una parada cardiorrespiratoria cuando a parte de no responder a estímulos la persona no produce respiraciones normales, es decir cuando son eficaces y rítmicas. Este tipo de respiraciones no deben confundirse con las agónicas que se producen al inicio de una parada cardiorrespiratoria y son ineficaces y esporádicas. 6.2.1. Masaje cardíaco adultos. Para iniciar una correcta reanimación cardiopulmonar debemos colocar a la persona en decúbito supino, además la superficie de apoyo debe ser plana, dura y lisa, con el cuerpo de la persona lineado. • En primer lugar aseguramos el lugar de intervención. • Nos arrodillamos al lado de la víctima y comprobamos su nivel de conciencia. • Al estar la víctima inconsciente solicitamos ayuda. • A continuación valoramos la respiración. • Comprobado que el paciente no respira debemos iniciar el masaje cardíaco. Situamos las manos en el centro del pecho del paciente, colocamos el talón de una de las manos sobre el tercio inferior del esternón, a continuación ponemos el talón de la otra mano sobre la primera y entrelazamos los dedos. Tiramos con la mano superior de los dedos hacia arriba de tal forma que solo se apoye sobre el tórax del paciente el talón de la mano inferior. Colocamos nuestros brazos rectos en vertical alineados con los hombros, de forma que podamos realizar buenas compresiones. Estas compresiones van tener una profundidad de entre 4-5 cm, de esta manera conseguimos una buena circulación de la sangre a través del cuerpo del paciente. Igualmente la fuerza que vamos a ejercer la repartimos entre subida y bajada, tardando lo mismo en subir y bajar con una frecuencia de 100 compresiones por minuto. Estableciendo un ritmo de 30 compresiones y dos insuflaciones. 6.2.2. Ventilación adultos. Abrimos la vía aérea del paciente mediante la maniobra frente-mentón. Al no existir respiración por parte del paciente debemos insuflar aire en sus pulmones. Para ello existen varias posibilidades: • Boca-Boca. • Boca-Nariz. • Boca-Nariz/boca. • Boca-Stoma. Boca a Boca: Con los dedos índice y pulgar de la mano que tenemos apoyada sobre la frente del paciente pinzamos la nariz. Insuflamos el aire a través de la boca del paciente durante un segundo, debemos producir la elevación de su pecho, de esta manera tendrá suficiente aire para reemplazar el que debía recibir de manera natural. Nos retiramos brevemente para permitir el intercambio de aire y realizamos la segunda insuflación. A continuación reiniciamos las compresiones torácicas, estableciendo el ritmo 30/2 y una frecuencia de 100 compresiones por minuto. Continuar hasta que recupere la respiración, lleguen los servicios de emergencia o estemos agotados. 6.3. Obstrucción vía aérea adultos. La obstrucción de la vía aérea por cuerpos extraños es una causa poco común pero tratable de muerte accidental, el origen más común de los atragantamientos es la comida, por esto la mayoría ocurren en presencia de otras personas, y es importante que estas personas puedan actuar mientras la víctima está consciente. Existen dos tipos de diferentes de obstrucción de la vía aérea: 6.3.1 Obstrucción vía aérea incompleta. El cuerpo extraño queda alojado en las vías respiratorias pero deja pasar el aire a los pulmones, por lo que la persona puede toser, hablar o respirar. En este caso animamos a toser al paciente. 6.3.2. Obstrucción vía aérea completa. En la obstrucción completa el cuerpo extraño no deja pasar el aire a los pulmones por lo que a medida que aumenta el tiempo y los órganos se quedan sin oxígeno las posibilidades de entrar en parada cardiorespiratoria aumentan. En esta situación daremos 5 golpes secos en la zona entre las escápulas del paciente tras haberlo inclinado un poco hacia delante. Si tras estos 5 golpes no hemos solucionado la obstrucción vamos a realizar las compresiones abdominales (Maniobra de Hemlich). Para ello nos situamos detrás de la víctima pasando nuestros brazos por debajo de sus hombros y buscamos el punto entre el final del esternón y el ombligo, colocamos un puño cerrado en esta zona y la otra mano sobre el puño. Bloqueamos con nuestros hombros y caderas el cuerpo de la víctima y a continuación hacemos compresiones abdominales hacia dentro y hacia arriba, aumentando de esta forma la presión torácica. Realizaremos hasta 5 compresiones, que iremos combinando con 5 golpes interescapulares. 7º Protocolo en parada cardiorespiratoria niños. En los adultos el origen de la parada cardíaca es mayoritariamente de origen cardíaco, sin embargo en los niños lo más frecuente es que sea de origen respiratorio, así lo más frecuente es el ahogamiento, la aspiración de cuerpos extraños y obstrucciones de la vía aérea. 7.1. La persona está inconsciente pero respira. Colocar en posición lateral de seguridad. 7.2. La persona está inconsciente y no respira. En niños mayores de un año seguiremos el siguiente protocolo: • Ante todo nos aseguraremos de que retiramos cualquier objeto que pueda ser peligroso para la vida del niño o de la nuestra propia. • A continuación comprobamos la consciencia mediante la estimulación. • Si no está consciente solicitamos ayuda. • A continuación comprobamos la respiración, para ello abrimos la vía aérea mediante la maniobra frente-mentón. • A continuación miramos si tiene algún objeto extraño en la boca. • El niño no tiene ningún cuerpo extraño y no respira. • Realizamos 5 insuflaciones de 1 segundo cada una. • Tras las 5 insuflaciones valoramos si hay respuesta en el niño. • Si no hay respuesta iniciamos las compresiones torácicas. 7.2.1. Ventilación en niños. En el caso del niño empleamos la misma técnica que en el adulto pero iniciamos la ventilación con 5 insuflaciones. 7.2.2. Masaje cardíaco en niños. Aplicamos la misma técnica que en el adulto, pero las compresiones torácicas serán solo con una mano, el ritmo será el mismo que el del adulto 30/2 a una frecuencia de 100 compresiones por minuto, apoyamos el talón de una nuestras manos en el tercio inferior de su esternón y provocamos un hundimiento del tórax de 1/3 del mismo. Seguiremos con este ritmo durante el primer minuto. A continuación, si estamos solos, dejaremos a la víctima para alertar los servicios de emergencia. Continuaremos realizando estas maniobras hasta que recupere la respiración, lleguen los servicios de emergencia o estemos agotados. 7.3. Obstrucción vía aérea niños. Al igual que en adultos diferenciamos en obstrucción de la vía aérea incompleta u obstrucción de la vía aérea completa. 7.3.1. Obstrucción vía aérea incompleta. El cuerpo extraño queda alojado en las vías respiratorias pero deja pasar el aire a los pulmones, por lo que la persona puede toser, hablar o respirar. En este caso animamos al niño a toser. 7.3.2. Obstrucción vía aérea completa. En la obstrucción completa el cuerpo extraño no deja pasar el aire a los pulmones por lo que a medida que aumenta el tiempo y los órganos se quedan sin oxígeno las posibilidades de entrar en parada cardiorespiratoria aumentan. Nos arrodillamos detrás del niño y lo inclinamos hacia delante, daremos 5 golpes secos en la zona entre las escápulas del niño. Si tras estos 5 golpes no hemos solucionado la obstrucción vamos a realizar las compresiones abdominales (Maniobra de Hemlich). Para ello nos situamos detrás de la víctima pasando nuestros brazos por debajo de sus hombros y buscamos el punto entre el final del esternón y el ombligo, colocamos un puño cerrado en esta zona y la otra mano sobre el puño. Bloqueamos con nuestros cuerpo el cuerpo del niño a continuación hacemos compresiones abdominales hacia dentro y hacia arriba, aumentando de esta forma la presión torácica. Haremos ciclos de 5 compresiones y 5 golpes secos interescapulares. 8º Protocolo en parada cardiorespiratoria en lactantes. Es una de las situaciones más angustiosas que podemos encontrar. Consideramos lactantes a los niños hasta 1 año de edad. 8.1. La persona esta inconsciente y no respira. • Lo primero que tenemos que hacer es asegurar el lugar de intervención. • En segundo lugar valorar la respuesta del niño. • Si el niño no responde pedir ayuda. • Abrimos la vía aérea mediante la maniobra frente mentón llevando la cabeza a una posición neutra, no la llevamos a hiperextensión. • Valorar si hay cuerpos extraños en la boca. • Valorar la respiración. • Si no respira damos 5 ventilaciones de rescate mediante el sistema boca-boca/nariz. • Si tras las 5 ventilaciones no hay respuesta, iniciamos las compresiones torácicas. • Para ello colocamos las yemas de los cuatro segundos dedos de una de nuestra mano sobre el esternón, de tal forma que el dedo índice quede a la altura de las tetillas del bebe. A continuación levantaremos el dedo índice y el meñique y realizaremos compresiones torácicas a un ritmo de 30/2 deprimiendo el tórax del niño en aproximadamente 1/3. • Tras un minuto de iniciar RCP avisar a los servicios médicos de emergencia. • Continuar con la RCP hasta que lleguen los servicios de emergencia. 8.2. Obstrucción de la vía aérea en lactantes. En el caso de que un lactante tenga una obstrucción de la vía aérea y este consciente lo primero que debemos hacer es sentarnos. Cogeremos al niño apoyándolo sobre un antebrazo y este sobre una de nuestras piernas con la cabeza inclinada hacia abajo para facilitar la salida del cuerpo extraño. Daremos 5 golpes interescapulares, si el cuerpo extraño no ha salido, le damos la vuelta al niño y realizamos 5 compresiones torácicas en el mismo punto del masaje cardíaco. Una vez hecho esto revisamos la boca para ver si hay algo en la boca. En caso de que en la boca no haya nada continuamos de la misma forma. Si el niño queda inconsciente iniciamos protocolo de RCP. 9º Desfibrilador semiautomático. El desfibrilador semiautomático es un aparato que distingue entre un ritmo cardíaco normal y un ritmo cardíaco anormal. Nos indicará las pautas que hemos de seguir para atender a una persona que ha sufrido una parada cardiorespiratoria. 9.1. Descripción y características del desfibrilador semiautomático. Los desfibriladores externos automáticos son aparatos ligeros, pequeños, que funcionan con batería de litio o pilas y electrodos de desfibrilación autoadhesivos, algunos modelos se comercializan con monitor incorporado. Llevan un sistema que analiza el ritmo cardíaco de forma automática, mediante la valoración de la frecuencia, la amplitud y la forma de la onda. Tienen incorporado un sistema de filtros que detectan las interferencias por ondas de radio, corriente eléctrica, movimientos del paciente y si se produce pérdida de contacto de los electrodos. 9.2. Precauciones en el uso del desfibrilador semiautomático. Para que el desfibrilador semiautomático resulte efectivo debemos tener presente: El paciente no debe estar mojado (secar el sudor y apartar de sitios húmedos). Para que las pegatinas se adhieran de forma correcta debemos depilar al paciente. Al dar la descarga eléctrica con el desfibrilador, debemos asegurarnos de que nadie está en contacto con el paciente, ya que esto pondría en peligro la vida del paciente y de la persona que se encuentra en contacto con él. 9.3. Manejo del desfibrilador semiautomático. En el caso del desfibrilador facilitado por la Mutualidad disponemos de dos tipos de parches. En el caso del adulto se trata de un aspa, despegamos los adherentes de la cara inferior y aplicaremos el aspa sobre el tórax de la víctima, una de las placas quedará bajo la clavícula derecha y la otra bajo la tetilla izquierda. En el centro del aspa queda una cruz que nos indica donde debemos realizar las compresiones torácicas durante el masaje cardíaco. Para los niños disponemos de dos electrodos separados, en este caso pegaremos una placa en el pecho y la otra en la espalda. A partir de este momento, encender el DEA y seguir todas las instrucciones de los mensajes de voz y de texto, hasta recibir ayuda cualificada. Una vez encendido se activa el análisis del ritmo cardíaco, mientras el desfibrilador analiza el ritmo de la víctima, no debemos tocar al paciente, si estábamos realizando RCP la detenemos, ya que cualquier movimiento puede interferir con la lectura del DEA. Algunos aparatos analizan el ritmo nada más encenderlos, en otros tenemos que pulsar el botón de “análisis”. Si se detecta un ritmo desfibrilable (Fibrilación ventricular o taquicardia ventricular), el desfibrilador carga automáticamente y avisa de la indicación por medio de una voz o una alarma visual, recomienda una descarga que oscila entre los 150-360 Julios (onda bifásica), la primera descarga se recomienda de 200 Julios. La descarga la realizara siempre el reanimador de forma manual tras asegurarse de que nadie esté en contacto con la víctima. Al realizar la descarga la víctima sufre una contracción muscular generalizada. Seguidamente, si el paciente no respira, se continúa con maniobras de RCP durante 2 minutos a un ritmo de 30 compresiones/2 ventilaciones. El DEA nos cronometrará el tiempo de RCP, y pasados 2 minutos nos avisa para que detengamos la RCP y vuelve a analizar el ritmo cardíaco, volviendo a dar las ordenes pertinentes a continuación. Si la fibrilación ventricular o la taquicardia ventricular se mantienen, continuaremos con las descargas eléctricas y las maniobras de RCP según protocolo (ver algoritmo), hasta que llegue el soporte vital avanzado. La segunda descarga y todas las posteriores, serán de 360 Julios, hasta un total de 50 descargas que es lo que soportan los electrodos. Si el ritmo que aparece al inicio o durante la asistencia no es desfibrilable, el aparato nos indicará que no esta indicada la desfibrilación, por lo que iniciaremos las maniobras de RCP con una frecuencia de 30 compresiones por 2 insuflaciones durante 2 minutos, pasado este tiempo el DEA volverá a analizar el ritmo cardíaco, actuando en consecuencia. Mantendremos las maniobras de RCP hasta que llegue el equipo de soporte vital avanzado. La fiabilidad diagnóstica del DEA para identificar de forma correcta aquellas arritmias que precisan de desfibrilación se acepta universalmente. Si tras una descarga el DEA nos avisa de que no procede realizar un nuevo choque, tenemos que explorar siempre el pulso, ya que es posible que se haya recuperado y por tanto no este indicado desfibrilar. Los DEA solo han sido autorizados para personas de más de 8 años de edad. En niños de 1 a 8 años debemos disponer de eléctrodos pediátricos. En los menores de 1 año esta contraindicado el uso del DEA. 10º Actuación en accidentes de carretera 10.1. Concepto, objetivos y premisas. El principio básico de la asistencia en un accidente de tráfico es evitar nuevos daños derivados de esta, minimizando los riegos y con control de la situación. 10.2. Conducta PAS En caso de accidente es necesario Proteger, Alertar, Socorrer. Proteger • Hacer seguro el lugar del accidente cuidando de nuestra seguridad y de la de los accidentados. • Estacione su vehículo fuera de la calzada, en un lugar seguro y encienda los intermitentes de emergencia. • Señalice el accidente, en especial si es de noche o si las condiciones de visibilidad son reducidas. • Colocar a unos 150 metros en ambos sentidos los triángulos reflectantes de peligro. • Ponerse el chaleco refractante. • Desconectar el contacto de los vehículos implicados en el accidente. • Inmovilizar el vehículo accidentado en caso de que este inestable. • Comprobar si existe derrame de gasolina o aceite, en caso afirmativo solicitar la ayuda del resto de transeúntes para cubrirlo con arena. • Impedir fumar en las proximidades del accidente, para evitar el riesgo de explosión. Alertar • En todo accidente es necesario activar los servicios de emergencia (061/112) por el medio más rápido. • La persona que da la alarma tiene que indicar SIEMPRE: El lugar exacto del accidente: carretera, kilometro, pueblo más cercano. Si estamos en la ciudad, calle, nº de casa más cercana. El tipo de accidente y circunstancias que puedan agravar la situación: riesgo de incendio, personas atrapadas, caída de tendido eléctrico, etc. Número de heridos y su estado aparente. • Es necesario identificarse, las llamadas anónimas no inspiran confianza. Socorrer Actuar con rapidez pero manteniendo la calma. Hacer un recuento de víctimas, valorar la posibilidad de que haya víctimas ocultas. No atender al primer accidentado que encontremos o al que más grite, valorar la gravedad y actuar por orden de prioridades. Efectuar in situ la valoración inicial de las víctimas. Extremar las medidas de precaución en el manejo del accidentado, podríamos causar daños mayores y empeorar el estado. 10.3. Aspectos Jurídicos Según el artículo 1º del Código Penal, “son delitos o faltas las acciones u omisiones dolosas o culposas penadas por la ley”. Para que exista responsabilidad criminal y por lo tanto delito, la persona debe haber actuado con dolo o con culpa o sea, con intención o con imprudencia. La intención es el deseo expreso de causar un mal, con conciencia y voluntad, sabiendo lo que se hace y queriendo hacerlo. 10.3.1. Omisión del deber de socorro Artículo 195 del Código Penal Ley Orgánica 10/1995 1. El que no socorriere a una persona que se halle desamparada y en peligro manifiesto y grave, cuando pudiere hacerlo sin riesgo propio ni de terceros, será castigado con la pena de multa de tres a doce meses. 2. En las mismas penas incurrirá el que, impedido de prestar socorro, no demande con urgencia auxilio ajeno. 3. Si la víctima lo fuere por accidente ocasionado fortuitamente por el que omitió el auxilio, la pena será de prisión de seis meses a 18 meses, y si el accidente se debiere a imprudencia, la de prisión de seis meses a cuatro años. 10.3.2. Denegación de auxilio Esta figura jurídica está pensada para aquellas personas con condición de funcionario público y por tanto con mayor obligación de intervenir. Artículo 196. del Código Penal Ley Orgánica 10/1995 El profesional que, estando obligado a ello, denegare asistencia sanitaria o abandonare los servicios sanitarios, cuando de la denegación o abandono se derive riesgo grave para la salud de las personas, será castigado con las penas del artículo precedente en su mitad superior y con la de inhabilitación especial para empleo o cargo público, profesión u oficio, por tiempo de seis meses a tres años. 10.4. Evaluación inicial de la víctima y exploración de las constantes vitales. 10.4.1. Evaluación inicial de la víctima de forma ordenada. • Determinar el alcance de sus lesiones. • Establecer las prioridades de actuación. • Adoptar las medidas necesarias en cada caso. • Asegurar el traslado de la víctima a un centro sanitario, en las condiciones adecuadas. 10.4.2. Pasos de exploración primaria de una víctima. • Identificar situaciones que supongan una amenaza inmediata para la vida del paciente. • Rápido reconocimiento de las constantes vitales. • Iniciar restauración de las funciones vitales si es necesario. 10.4.3. Identificar situaciones de urgencia vital. • Parada cardiorespiratoria. • Hemorragias. • Fracturas. • Dolor torácico agudo. • Dolor abdominal agudo. • Cuerpos extraños clavados. • Quemaduras. 10.4.4. Exploración secundaria de la víctima. Se realiza una vez aseguradas las funciones vitales. Examen neurológico básico: • Nivel de conciencia AVDN (alerta, respuesta verbal, respuesta al dolor, no respuesta). • Pupilas: Tamaño y reactividad, simetría. • Exploración motora y sensitiva de los miembros. Examen de la cabeza: • Cuero cabelludo y cara: heridas, contusiones, quemaduras, coloración de la piel. • Signos de fractura: otorragia, hematomas • Lesiones oculares. • Fractura/luxación del maxilar inferior. • Fractura nasal. Cuello: • Si sospechamos fractura o luxación de la columna cervical, debemos inmovilizarlo. Tórax: • Buscar la existencia de heridas, fracturas. • Valorar dificultad respiratoria. • Dolor torácico: calidad del dolor. Abdomen: • Buscar heridas, contusiones. • Dolor abdominal. • Sospecha de hemorragia interna. Extremidades: • Buscar heridas sangrantes, contusiones. • Puntos dolorosos. • Deformidades u otros signos de fractura. 10.5. Protocolo de Resucitación Cardiopulmonar. Puntos 6, 7, 8 y 9. 10.6. Problemas más frecuentes durante la RCP. Cuerpos extraños en la cavidad oral. Valorar dentadura postiza, restos de alimentos, etc. Debemos realizar la limpieza de la cavidad oral introduciendo un dedo en la boca en forma de gancho. Dilatación del estómago. Si insuflamos muy fuerte al realizar el boca a boca provocaremos la apertura del esófago y una parte del aire llegara al estómago dilatándolo. En caso de que se dificulte por este motivo la el llenado de los pulmones, podemos ladear la cabeza del accidentado, presionar suavemente sobre el epigastrio, continuar RCP. Vómitos. Una de las causas más frecuentes de producción de vómitos es el estómago lleno. Puede provocarse al intentar vaciar el aire del estómago. Obstrucción de las vías aéreas. Se produce por la introducción en el árbol respiratorio de un objeto sólido que impide el paso normal de aire para poder ventilar de forma adecuada. 10.7. Hemorragias, primeros auxilios. Hemorragias externas: • Presión directa sobre la herida. • Elevación del miembro afecto. • Presión sobre la arteria principal del miembro. Hemorragias internas: • Lo sospechamos ante: antecedentes de golpe o traumatismo. Signos de shock (sudor frío, palidez, pulso débil y rápido). • Primeros auxilios: Asegurar la permeabilidad de la vía aérea, valorar respiración y circulación. Tapar al paciente y elevarle las piernas. 10.8. Heridas, primeros auxilios ante las heridas. • No explorar ni tratar de curar la herida. • No extraer cuerpos extraños enclavados en la herida. Sujetarlos para evitar que se muevan durante el traslado. • Colocar un apósito estéril. • En heridas con pérdida de sustancia o muy extensas, colocar una gasa humedecida para evitar que el apósito se adhiera a ellas, colocar encima gasa seca estéril y un vendaje de sujeción. 10.9. Fracturas, primeros auxilios ante las fracturas. • No movilizar al accidentado si no es imprescindible. • Retirar objetos que pueden dificultar la circulación sanguínea cuando se produzca el edema (anillos, pulseras, relojes). • Inmovilizar el foco de fractura sin reducirla, incluyendo las articulaciones adyacentes, evitando movimientos bruscos de la zona afectada. • Si la fractura es abierta cubrir la herida con apósitos estériles. • Vigilar con frecuencia el pulso y la coloración de la piel.