SIGNOS VITALES / Alberto Aguirre M. Para su publicación el martes 28 de agosto de 2012 El caso Aristegui y las otras versiones Es un riesgo medido. Daniel Moreno, responsable editorial del portal de noticias animalpolitico.com y ex director editorial en W Radio México, sabe que vendrá una trolliza en las redes sociales y enfrentará especulaciones, invectivas y hasta insultos por haber revelado anoche una carta-contrato que remitió a Carmen Aristegui en enero del 2008, con la que queda claro que había diferencias con la conductora de la Primera Emisión, pero que no hubo censura. Es el último capítulo del caso Aristegui, detonado a mediados de la semana pasada por las relevaciones del presidente de MVS Comunicaciones, Joaquín Vargas Guajardo, a propósito del “rescate” de la banda 2.5 GigaHertz y a partir de las cuales, se han derramado ríos de tinta sobre las supuestas presiones ejercidas por Los Pinos al empresario radiofónico, originadas por la línea editorial de la conductora y su equipo. Desde finales de la semana pasada, ella entró en un periodo de “reflexión”. Y es que ante lo revelado, su permanencia dentro de MVS está en duda. Si hubiera sido otra la circunstancia y otro, el leiv motif de los Vargas, seguramente habría renunciado, ante la crisis de confianza entre los empleadores y la comunicadora. Aristegui tenía una cita definitoria con Vargas Guajardo por la tarde-noche. Así lo anticipó a su audiencia, ayer por la mañana, antes de solicitar a los integrantes de su “mesa política” –Denise Dresser, Sergio Aguayo y Lorenzo Meyer– que se manifestaran públicamente sobre este conflicto. Meyer adoptó la posición más radical. Entre los concesionarios de los medios electrónicos y el gobierno calderonista –sostuvo– hay una relación perversa, en la que los comunicadores como solo son moneda de cambio. Y ante situaciones conflictivas –como las preguntas formuladas por la periodista sobre las supuestas adicciones del Ejecutivo federal– son sacrificables, como se demostró recientemente y antes, cuando Aristegui salió de W Radio, hace cuatro años, censura de por medio. Ante los micrófonos de Noticias MVS, Meyer sostuvo que Aristegui salió de W Radio porque le dijeron: “sigues con nosotros pero ahora lees lo que nosotros escribimos, no lo que tú piensas ni quieres”. Por la noche, Moreno –a través de @dmorenochavez, su cuenta de Twitter– decidió salir al paso de esas versiones, sin afán de polemizar. “Imaginen la escena, el momento en el que alguien le dice semejante cosa a su comunicadora estrella”, pidió a los lectores de su cuenta, donde publicó al que tituló La otra versión, “¿Usted no hubiera renunciado? En realidad, Aristegui salió de W Radio por razones mucho más sencillas y, sobre todo, sin ninguna relación con la libertad de expresión. La razón es que Aristegui se negó a aceptar –y estaba en su derecho- la renegociación de un contrato que llevaba cuatro años disfrutando, que sólo beneficiaba a la conductora y que obligaba a la radio a cargar con todas las pérdidas económicas que su programa generaba”. Palabra contra palabra. Documento versus testimonio. Moreno, un experimentado reportero político que en la última década ha escalado posiciones directivas tanto en prensa escrita como en medios electrónicos, conoce a la perfección las reglas de la profesión periodística. Y es por eso que acompañó su versión de esa época con la copia de una carta que remitió a Aristegui, en la que se reproducen los términos de la oferta laboral. La misiva, detallada y comedida, da cuenta del estilo particular de Aristegui -en conflicto permanente con la vocación comercial de la emisora, sin respeto a las pautas publicitarias o las secciones patrocinadas; a menudo impuntual y gandalla, a la hora de repartir el presupuesto- y de un emplazamiento a establecer nuevas reglas de trabajo. “Apostamos por el trabajo en equipo”, dice el texto que Moreno entregó a Aristegui, “no pretendemos, como ya lo hemos platicado en otras ocasiones, tutelar tu trabajo, pero tampoco creemos que hablar de periodismo sea ‘rebajarte’ de categoría. Nos referimos con esto a la posibilidad de hablar sobre formatos, secciones posibles, ritmos, duración de entrevistas… Citamos un ejemplo: en el reciente estudio de mercado que hicimos (tenemos una copia a tu disposición), saltan dos temas: que el noticiero tiene una imagen muy cercana al PRD y que es “demasiado político”. Creemos que vale la pena discutir estos temas y apostar por mayor equilibrio informativo y por variedad de temas que nos acerquen, cada vez más, a más radioescuchas”. Moreno quiso negociar y Aristegui fue contumaz con su postura. Y sin acusar censura o presión de otra índole, se fue de W Radio. Una semana después –de acuerdo con la versión del director de animalpolitico.com– la conductora “supo que victimizarse le era útil y que podía sacarle mucho provecho”. El caso Aristegui entró en la recta final. Y pronto sabremos su desenlace. En el gobierno federal –por su parte– también hubo una especie de “control de daños” y también, de deslinde. Baste recordar que a la conferencia de prensa ofrecida por la vocera de Los Pinos, Alejandra Sota, y el secretario de Comunicaciones y Transportes, Dionisio Pérez-Jácome Frisciones en el Palacio de Covián, no acudió el secretario de Gobernación, Alejandro Poiré Romero, quien pareciera estar blindado, en lo concerniente a esta polémica. Y es que, en última instancia, actuará como negociador y garante de que se cumplan los acuerdos en curso. Al tiempo… --Correo electrónico: aam@mexico.com