Carta de Ausjal

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DIRECTORIO
AUSJAL
CARTA DE AUSJAL
PRESIDENTE
José María Tojeira SJ
Rector Universidad
Centroamericana “José Simeón
Cañas” El Salvador.
jtojeira@rec.uca.edu.sv
Luis Ugalde SJ
Rector Universidad Católica
Andrés Bello. Venezuela
lugalde@ucab.edu.ve
Luis Rafael Velasco SJ
Rector Universidad Católica de
Córdoba. Argentina
rector@uccor.edu.ar
VICEPRESIDENTES
Jesús Hortal SJ
Rector Pontificia Universidad
Católica de Rio de Janeiro.
Brasil.
hortal@reit-puc-rio.br
SECRETARIA EJECUTIVA
Susana DiTrolio
sditroli@ucab.edu.ve
EDITOR JEFE
Luis Ernesto Blanco / lblanco@ucab.edu.ve
CONSEJO EDITORIAL
Jesús Azcargorta / jazcargo@ucab.edu.ve
Susana Di Trolio / sditroli@ucab.edu.ve
Lizzy de Gereda /meillescas@url.edu.gt
DIAGRAMACIÓN Y PORTADA
Julio Leonel Valle Lucero / jlvalle@url.edu.gt
Dirección de Comunicaciones, Universidad Rafael Landívar
ÍNDICE
NOTA DEL EDITOR
Formando líderes
Luis Ernesto Blanco / AUSJAL
DOCUMENTOS
El liderazgo ignaciano en el contexto actual
3
ESPECIAL
Misión y universidad.
¿Qué futuro queremos?
42
Adolfo Nicolás SJ
Gerardo Remolina SJ
4
TEMAS PARA REFLEXIONAR
Lo que los líderes del siglo XXI pueden
aprender de los jesuitas del siglo XVI
8
Chris Lowney
TEMAS PARA REFLEXIONAR
La nueva generación de laicos y jesuitas.
El papel de los directivos
David Fernández SJ / Rector UIA Puebla
50
TEMAS PARA REFLEXIONAR
Alumnos jesuitas para todos los gustos
54
Luis Ernesto Blanco / AUSJAL
TEMAS PARA REFLEXIONAR
El liderazgo ignaciano: ¿un modelo más?
Oscar Buroz Echenagucia S.J
19
ROSTROS DE LA RED
Valores humanos
58
Luis Ernesto Blanco / AUSJAL
TEMAS PARA REFLEXIONAR
Liderazgo y formación de directivos.
Relación Jesuitas Laicos
23
Esteban Ocampo Flórez / PUJ Bogotá
REDES DE HOMÓLOGOS
El liderazgo ignaciano
Un camino para América Latina
61
Ángela Jaramillo / PUJ Bogotá
DOCUMENTOS
Voluntariados de las Universidades AUSJAL
Miguel Petty SJ
29
TESTIMONIO
Es posible cambiar el mundo
63
Participantes del programa de Liderazgo
CON SELLO AUSJAL
Abriendo espacios a nuevos líderes
Ligia Villamediana y Laura de Freitas / UCAB
CRÓNICA
Cuando los chamos venezolanos dijeron «no»
Luis Ernesto Blanco / AUSJAL
34
37
PUBLICACIONES
66
ANTES DEL CIERRE
68
DIRECTORIO
70
ota del Editor
NOTA
DEL
EDITOR
Formando líderes
Luis Ernesto Blanco
Mucho se ha hablado del liderazgo que ejercen los jesuitas en la sociedad y de la capacidad que tienen de formar
personas que destacarán en cualquier ámbito: la cultura, la investigación, la política, los negocios. Son incontables
las personalidades destacadas que en algún momento de su vida han recibido formación en una institución jesuita,
tanto en América Latina como en buena parte del mundo, y esa educación en alguna medida tuvo influencia en lo
que sería luego de sus vidas.
Seguramente este sello especial tiene que ver con la misma historia de la Compañía de Jesús, que como cuenta Chris
Lowney, “se origina por el empeño de un puñado de hombres muy inteligentes, con un buen título académico, pero
desorientados, sin experiencia gerencial, múltiples arrestos y unas cuantas condenas a prisión”.
Estos hombres tenían claro que el tipo de personas que querían reclutar para su organización eran sencillamente los
mejores y fue así como esa visión ha dado origen a un compendio de universidades y colegios en el mundo entero,
donde la excelencia es uno de los dones más importantes.
A lo largo de este número de la Carta AUSJAL queremos compartir con ustedes algunas reflexiones acerca de lo que
significa el liderazgo al estilo de los jesuitas. Es un tema abierto, que puede ser interpretado de muchas formas y que
se presta para todo tipo de análisis. Mientras el P. Gerardo Remolina SJ, ex rector de la Pontificia Universidad
Javeriana, en su artículo sobre el liderazgo en el contexto actual lo define como un asunto de formación integral de
la persona que se basa en el conocimiento de sí mismo, de las propias fortalezas y debilidades, Oscar Buroz SJ
considera que es un estilo de vida que se inspira en los ejercicios espirituales para orientar y acompañar el proceso
de desarrollo humano.
Otros temas que son abordados en este número tienen que ver con la relación laicos – jesuitas, sobre la cual, el
decano de educación de la Universidad Javeriana, Esteban Ocampo hace valiosas reflexiones y rescata el papel de los
no jesuitas en las obras SJ gracias a su formación profesional, conocimientos y experticias, «pero sobre todo por su
capacidad de conocer y compartir una misma misión, una misma espiritualidad y un mismo carisma apostólico».
Este ejemplar lo completan algunas semblanzas de estudiantes jesuitas destacados, la experiencia del Programa de
Formación de Líderes Universitarios Ignacianos para América Latina, la Cátedra de Honor de la UCAB, así como un
relato del papel que han jugado los estudiantes de la Universidad Católica Andrés Bello en todo lo que ha sido la
coyuntura política venezolana de los últimos años.
DOCUMENTOS
4
El liderazgo
ignaciano en el
contexto actual
La urgente necesidad de transformar la sociedad actual, caracterizada por la injusticia
y la desigualdad, así como por la pérdida de fe en los grandes valores humanos y
cristianos, llevó a las universidades de AUSJAL a constituir en el año 2004 el “Programa
de Formación de Líderes Ignacianos en América Latina”.
Este proyecto, alimentado por el “magis” ignaciano, ha venido desarrollándose
exitosamente a lo largo de los últimos años, pero es preciso consolidarlo con tenacidad
y constancia inquebrantables. No es posible transformar la realidad sin contar con
quienes están decididos y capacitados para hacerlo. Y éstos son los “líderes”.
Carencia y urgencia de formación de líderes
El Profesor John Kotter, de la Escuela de Negocios de Harvard, advierte de manera
enfática sobre la ausencia de líderes a nivel mundial, nacional, regional y local:
“Estoy totalmente convencido -afirma- que la mayoría de las organizaciones de hoy
carecen del liderazgo que necesitan; y la deficiencia es a menudo grande. No estoy
pensando en un déficit del 100% sino del 200%, el 400% o más, de arriba abajo en
toda la jerarquía”. Por su parte, el historiador estadounidense David McCullough,
autor del libro “El liderazgo perdurable”, insiste recientemente en que “Necesitamos
líderes y no sólo líderes políticos. Necesitamos líderes en todos los ámbitos, en
cada institución, en todo tipo de situación”.
La toma de conciencia de esta realidad ha hecho que el tema del “liderazgo” se halle
en primera plana tanto en el mundo académico como en el mundo editorial. Son
innumerables los cursos de capacitación que se dictan en el nivel nacional y mundial,
así como la proliferación de libros y artículos sobre el liderazgo. Llama poderosamente
la atención el observar que en las grandes librerías, lo mismo que en las tiendas de
libros de los aeropuertos, y aun en las ventas callejeras, se exhiban y ofrezcan con
frecuencia títulos llamativos sobre el liderazgo: desde la forma como lo ejercen los
entrenadores de fútbol, hasta la de los Directores de orquesta y la de los CEOs de
grandes empresas.
Lamentablemente, el tema del liderazgo se ha venido monopolizando por las Escuelas
de “Administración de Empresas”, de “Alta Gerencia” y de “Negocios” así como por
las grandes firmas del mercado. El enfoque fundamental resulta ser así de orden
gerencial, administrativo, económico y de mercadeo. Pero falta un enfoque de un
orden más ético, social y político.
Gerardo Remolina SJ
En algunos países, las universidades se han reunido “convocando a las instituciones
más influyentes para crear un entorno de reconocimiento, integridad, capacitación
Tres estilos de
planteamiento del
tema del liderazgo
La literatura actual sobre el
liderazgo presenta
fundamentalmente tres estilos,
a saber:
1. Libros teórico-prácticos,
como el de James M. Kouzes
y Barry Z. Possner profesores
y directivos de la Universidad
Jesuita de Santa Clara
(California), titulado Los primeros jesuitas nunca se creyeron maestros del liderazgo
“Leadership Challenge” ,
una manera muy peculiar; porque no es la biografía de
(Jossey-Bass, A Wiley Company, 2002) que en su
una persona, sino la biografía y liderazgo de una
tercera edición llevaba vendidos más de un millón
comunidad, a partir de sus miembros más eminentes,
de ejemplares. O el de Robert J. Spitzer, S.J., de
como Loyola, Javier, Ricci, Goes, Clavius y de Nobili.
Gonzaga University, “The Spirit of Leadership”
En él se presenta la historia de estos jesuitas, arriesgados,
(Pacific Institute Publishing, Seattle, 2000).
emprendedores, innovadores, auténticos líderes, que
actuaron guiados por un mismo espíritu, y con los mismos
2. Libros y artículos preceptivos, basados sobre todo en
principios, valores y actitudes: los de su inspirador y
recetas, normas, estrategias y tácticas. Títulos como:
fundador, Ignacio de Loyola.
“Los 7 milagros”, “Los 12 secretos sencillos”, “Los
13 errores fatales”, “Las 14 técnicas poderosas”, “Las
Comencé a leer el libro con cierto disgusto: tuve la
21 leyes irrefutables”, etc. A ellos se pueden asimilar
primera impresión de que se trataba de uno de esos libros
algunos artículos de revistas de Administración de
en los cuales se busca un “pretexto”, en este caso el
Empresas y Economía, sin duda alguna útiles, como
liderazgo, para contar una historia más o menos “light”
los que con frecuencia ofrece la “Harvard Review”, y
de Ignacio de Loyola y de su Compañía. Al fin y al cabo,
cuyos extractos o resúmenes leemos a veces en otras
como el mismo autor lo afirma en la página 14, “Lo que
revistas y periódicos.
menos les pasó por la mente a estos primeros jesuitas
fue creerse maestros del liderazgo”. Pero a medida que
3. Libros de estilo biográfico, como el de Wess Roberts,
“Leadership Secrets of Attila the Hun” (Warner Books,
fui internándome en el libro, se me fueron abriendo
1990); o el de Steven F. Hayward, “Churchill on
horizontes verdaderamente apasionantes, no sólo por lo
Leadership” (Forum and Prima Publishing, 1998), y
que se refiere al liderazgo, sino por lo que se refiere a la
el excelente, y no bien ponderado, de Donald T.
historia de esos jesuitas gigantes que fueron apareciendo
Phillips, “Lincoln on Leadership”. En estos libros, la
en escena.
base es la biografía de uno de los grandes líderes y
las enseñanzas que se derivan de los análisis y la
Poco a poco comprendí el verdadero propósito del autor:
reflexión sobre la forma como ejercieron su liderazgo.
poner de relieve los paralelismos que se daban entre los
problemas que habían afrontado los primeros jesuitas
en el siglo XVI y los problemas vitales que había tenido
“El liderazgo al estilo de los Jesuitas”
que afrontar la moderna y exitosísima Compañía J.P.
Morgan en los siglos XX y XXI, “y que todavía ponen a
El libro de Chris Lowney, “El liderazgo al estilo de los
prueba a las grandes compañías: (a saber) la organización
jesuitas”, (Editorial Norma S.A. Bogotá, 2004) pertenece,
de equipos multinacionales que trabajen en armonía, la
a mi manera de ver, a este género biográfico; pero de
DOCUMENTOS
en liderazgo, responsabilidad,
alto desempeño y aprendizaje
inter-generacional que fortalezca
el potencial de los líderes y
talentos que están en la
universidad”.
5
DOCUMENTOS
6
motivación de un desempeño ejemplar y el permanecer
«listos para el cambio» y estratégicamente adaptables (…),
la capacidad de innovar, de permanecer flexibles y
adaptables, de fijar metas ambiciosas, de pensar
globalmente, de actuar con rapidez, de asumir riesgos.”
(pp. 4-5).
análisis de sus realizaciones brotan las respuestas a la
pregunta: “¿Qué hacen los líderes?” (p. 105-106), a saber:
• Están siempre enseñando y aprendiendo.
• Forman hombres (y mujeres) brillantes y eminentes.
• Se vigorizan con la misma ambición de sus metas
heroicas.
• Son innovadores y atacan los problemas de maneras
que sus antecesores no imaginaron jamás (es el secreto
del ingenio).
• Se dedican a la excelencia
• Permanecen abiertos a ideas nuevas aun en la vejez.
• Honran la verdad sin egoísmos.
• Influyen en los demás con el ejemplo, sus ideas y su
enseñanza.
La clave de lectura del libro me la dio la pregunta del
autor: ¿Qué podrían enseñarnos unos “sacerdotes del siglo
XVI a los sofisticados hombres del siglo XXI sobre liderazgo
y cómo hacer frente a un ambiente complejo y
cambiante”(p.5). A esta pregunta se añade la
comprobación, fruto de la experiencia del autor y de sus
análisis comparativos: “Yo he tenido la suerte de trabajar
con algunos grandes líderes y estoy convencido de que
Ignacio de Loyola y su equipo
también lo fueron”; además
Estoy convencido de que el
de que “Investigaciones
conocimiento de sí mismo, de sus
recientes están validando
algunos aspectos de las
fortalezas y debilidades es un pilar
técnicas jesuíticas: por
fundamental del liderazgo. Pero el
ejemplo, el vínculo entre el
conocimiento de sí mismo, en el cual
conocimiento de sí mismo y
fueron y son formados los jesuitas,
el liderazgo” (p.6).
Por ello, “En este libro se
examina no sólo qué fue lo
que hizo triunfar a los jesuitas
del siglo XVI sino también
quiénes son los líderes y
cómo se preparan en todas las
generaciones, inclusive la
nuestra” (p.12-13).
Al comienzo y al final de su
largo recorrido analítico,
Lowney pone de relieve los
que él llama los “Cuatro
Pilares del éxito” (p.12):
•
Conocimiento de sí
mismo: estos jesuitas
entendieron sus fortalezas,
sus debilidades, sus valores
y tuvieron una visión del
mundo (cosmovisión).
•
Ingenio: Innovaron
confiadamente y se
adaptaron a un mundo
cambiante.
•
Amor: trataron al
prójimo con amor y una actitud positiva;
• Heroísmo: Se fortalecieron a sí mimos con
aspiraciones heroicas.
es a través del examen de conciencia
diario, que no es puro conocimiento
psicológico o sociológico de sus
fortalezas y debilidades (estilo
DOFA), sino que es ante todo un
discernimiento de la acción del
Espíritu Santo en el interior de cada
uno.
Para arrancarles el secreto de su liderazgo el autor analiza
el modo de vida y las actuaciones de los primeros jesuitas,
a los que nos hemos referido anteriormente.
El primero en pasar por el análisis de Lowney es, desde
luego, Ignacio de Loyola, “El líder pionero de los jesuitas”,
con sus excepcionales cualidades de líder, que el autor
sintetiza en:
• Su capacidad de descubrir y hacer valer el potencial
que otras personas poseen.
• Su capacidad para animar el trabajo en equipo basado
en una “compañía” de amigos, estrechamente unida
por vínculos de amistad, de comunicación y de aprecio.
• Su capacidad para seleccionar los candidatos a la
Compañía.
• Su concepción de los procesos de formación de los
Jesuitas.
• Su concepción de la obediencia como vínculo de unión
y garantía de eficacia.
• Su capacidad de innovación.
Después de Ignacio de Loyola desfila por el libro la pléyade
de los que el autor llama “Modelos de liderazgo”. Del
Es explicable y hasta plausible la intención del autor de
escribir un libro que pudiera ser leído por todo el mundo,
y en este sentido tuviera un cierto carácter “secular”.
Pero, juzgo que es imposible tener una comprensión
exacta y profunda del verdadero sentido del “Liderazgo
al estilo de los Jesuitas” si se prescinde de un aspecto
nuclear: la dimensión espiritual y religiosa. Por ello,
me atrevo a hacer algunas observaciones complementarias:
• Estoy plenamente convencido con el autor, de que el
tema del liderazgo no es un asunto de preceptos,
tácticas, estrategias, reglas. El liderazgo es un asunto
de formación de la persona, y me atrevería a decir,
de formación integral de la persona.
• Estoy también convencido de que “todos somos
líderes y dirigimos todo el tiempo, bien o mal”, pero
dirigimos; y que ese liderazgo lo ejercemos en primer
lugar sobre nosotros mismos.
en la acción y de la innovación en la búsqueda de
nuevas soluciones; pero es una indiferencia que se
concibe como desprendimiento de todo lo transitorio,
pasajero y relativo, y que está marcada por el absoluto
de Dios. Él es el verdadero secreto de la movilidad,
de la adaptabilidad, de la apertura a lo mejor; porque
Dios es siempre Mayor, y hay que buscar siempre la
“Mayor Gloria de Dios”.
• Al considerar las grandes hazañas y conquistas
geográficas, y hoy diríamos geopolíticas, de los
jesuitas, Lowney emplea, a manera de lema, la fórmula
“Todo el mundo es nuestra casa”; y esto es verdad
(hoy estamos en 118 países), pero su sentido no es el
de expandir las fronteras de la Compañía de Jesús,
sino las fronteras del Reino de Dios: “Conquistar todo
el mundo y todos los enemigos, para así entrar en su
Gloria”.
Deseo terminar estas consideraciones con las últimas
palabras del libro de Lowney (p. 3543-354):
“ Para los primeros jesuitas, seguir a Loyola
significaba correr el riesgo de un líder y una visión
no probados, pero los que hoy adoptan ese camino
tienen algo más en qué basarse. De entonces acá,
la fórmula se ha puesto a prueba en múltiples
generaciones y en diversos continentes y culturas.
Ha servido a exploradores, cartógrafos, lingüistas,
teólogos, sanyasines hindúes, músicos, activistas
sociales, escritores de cuentos infantiles, cabilderos,
predicadores, e incluso a maestros de escuela y
fabricantes de cañones. Es la integración de cuatro
pilares esenciales: El conocimiento de sí mismo, el
ingenio, el amor, y el heroísmo.
DOCUMENTOS
• Estoy convencido de que el conocimiento de sí
mismo, de sus fortalezas y debilidades es un pilar
fundamental del liderazgo. Pero el conocimiento de
sí mismo, en el cual fueron y son formados los
jesuitas, es a través del examen de conciencia diario,
que no es puro conocimiento psicológico o
sociológico de sus fortalezas y debilidades (estilo
DOFA), sino que es ante todo un discernimiento de
la acción del Espíritu Santo en el interior de cada
uno. Más aún, para Ignacio y para el jesuita, más
importante que el conocimiento de sí mismo, es el
“conocimiento interno del Señor que por mí se ha
hecho hombre, para que más lo ame y lo siga”.
• En la misma línea de la espiritualidad ignaciana,
debemos precisar cuando se habla del heroísmo. No
es un heroísmo voluntarista, a la manera de una
competencia de “Deportes extremos”. Ignacio sí lo
practicó, sí, pero antes de su conversión, y quiso
realizar grandes “hazañas” y competir en ellas con
san Francisco y santo Domingo y con otros santos.
Pero fue una etapa totalmente superada. Y lo que
transmitió a sus Jesuitas fue la fuerza de un gran
compromiso por amor a su Jefe, el Señor eterno y
Rey Universal, y un deseo de identificarse con él.
• O si preferimos, fue la búsqueda del “mayor servicio,
de la mayor ayuda de las almas”; la urgencia de
responder generosamente a la gratitud para con el
Redentor puesto en cruz: “Lo que he hecho por Cristo,
lo que hago por Cristo, lo que debo hacer por Cristo”.
Y esta actitud exige cultivar los grandes deseos; pensar
en grande, aspirar siempre a la excelencia.
• Por otra parte, la “indiferencia” ignaciana, a la cual
alude el autor en varias ocasiones, es, junto con el
“discernimiento de espíritus”, clave del dinamismo
7
TEMAS PARA
REFLEXIONAR
8
Lo que los líderes
del siglo XXI
pueden aprender
de los jesuitas del
siglo XVI
Les invito a explorar este tema conmigo y participar en un pequeño experimento
intelectual. Piensen un momento en los nombres de dos o tres líderes que estén
vivos.... Sospecho que si hago una encuesta, seguramente escucharé el nombre del
Presidente X o quizás incluso ¡¿George Bush?! Pero me pregunto cuántos de ustedes
pensaron en sus propios nombres. Creo que probablemente nadie. ¿Por qué no? La
respuesta podría tener algo que ver con la modestia, una virtud loable. Proclamarse
líderes a sí mismos podría parecerles una fanfarronada poco loable. Bien, estoy aquí
para decirles que las primeras personas que debiéramos considerar como líderes
somos nosotros mismos. Vivimos en una cultura popular transmitida a través de los
medios que nos obligan a aceptar la noción desmoralizante e invalidante que los
líderes son aquellos que como presidentes, generales, obispos y gerentes generales,
entre otros ejercen un poder. Según esta noción el liderazgo se equipara con tener
subordinados, aparecer en televisión, tener dinero o poder. Esta noción de liderazgo
no es la solución; es el problema.
¿Y qué hacen los grandes líderes para motivar a quienes los rodean?
Convirtamos esta pregunta en la segunda fase de nuestro experimento intelectual, y
pensemos de una manera informal en las cualidades, comportamientos o actitudes
que esperaríamos encontrar en un líder eficaz... Nuevamente, si hiciéramos una
encuesta entre los presentes estoy seguro que reuniríamos una extensa lista de
cualidades, y no dudo que cualquiera que encarne las características captadas por la
sabiduría colectiva en esta sala sería un buen líder. Sus listas probablemente incluirían
palabras tales como capacidad de decisión, coraje, decisiones atrevidas, cambios
radicales, visión, honor, entre otras. Pero me pregunto ¿cuántos de ustedes
mencionarían algo parecido a la idea expresada por un hombre que reune unas
credenciales intachables como líder y cuya visión simple y sucinta es “debes amar a
aquellos que lideras antes de que puedas ser un gran líder”?
Ese líder a quien acabo de citar es el General Eric K. Shinseki, quien hace poco se
jubiló como Jefe del Estado Mayor del Ejército de Estados de los Unidos, el rango
militar más alto en ese país. En su discurso de jubilación este militar pronunció la
sencilla frase que recién cité: “Debes amar a aquellos que lideras antes de que
puedas ser un gran líder”.
Chris Lowney
Sentimientos como éste pueden parecernos un poco sorprendentes e incluso fuera de
lugar en la clase militar machista y dura. ¿O no? Sospecho que un general toma
mejores decisiones cuando ama a aquellos que debe conducir al peligro, y creo que
los soldados se desempeñan con mayor eficacia cuando se sienten amados y valorados
TEMAS
por aquellos que tienen la terrible responsabilidad de
enviarlos a una posible muerte.
Entonces, ¿quién es un líder... y cómo ejerce el liderazgo?
El mensaje que deseo transmitir es que todos lideramos,
bien o mal, todo el tiempo, en virtud de los valores en
los cuales nos basamos como modelo de conducta. Y
nuestra manera de liderar – nuestra pretensión al
liderazgo – no es nuestro estatus o posición jerárquica
en un organigrama, sino quiénes somos y los valores
que escogimos como modelo de conducta – como el
amor en el caso del General Shinseki, a quien recién
cité.
Desde luego que esta definición de liderazgo puede ser
contraria a los estereotipos de nuestra cultura – recuerden
nuestro pequeño experimento intelectual – pero dicha
definición no es un truco, una moda, o algo que inventé.
Consideren una definición informal de lo que es ser un
líder que ha adquirido cierta popularidad entre los
académicos que trabajan en el campo de los negocios.
El profesor John Kotter, de la Escuela de Negocios de
Harvard, define a un líder como alguien que; 1) establece
una visión del futuro; 2) alinea a los demás en torno a
esa visión; y 3) los ayuda a vencer los obstáculos
inevitables que dificultan lograr dicha visión. Una de
las definiciones de liderazgo es bastante similar: el acto
de indicar un camino, dirección u objetivo e influenciar
a los demás hacia éste.
Todos los presentes en esta sala lo hacen todo el tiempo.
Señalan un camino o una dirección a sus amigos y
vecinos; con las personas con o para quienes trabajan; a
los que conocen por primera vez. En otras palabras, están
liderando. Muchos de ustedes son padres: ¿puede existir
un acto más obvio de señalar un camino e influenciar a
otros que el liderazgo que muestran a diario con sus
hijos?
Aunque todos lideramos, la mayoría sólo lo hacemos
“inconscientemente”. Todos hemos absorbido determinados
valores… a través de nuestra crianza, cultura y religión.
Aunque siempre hayamos trabajado mucho, cumplido lo
que prometimos, tratado a los demás justamente, hayamos
sido considerados con los extraños, es posible que nunca
hayamos nombrado explícitamente estas “costumbres” como
valores y virtudes específicas que caracterizan nuestra manera
de vivir y liderar. Muchos de ustedes, en el ámbito de sus
familias y trabajos, están siguiendo el modelo del mismo
tipo de amor al que se refería el General Shinseki, pero tal
vez no hayan identificado como “amor” la forma habitual
como tratan a los demás, ni hayan considerado
explícitamente esta virtud como una parte del proyecto
general de liderazgo que es nuestra vida. Para darnos cuenta
de nuestro potencial de liderazgo, debemos ser más
explícitos, más conscientes, más decididos, en cuanto a
nosotros mismos como líderes, y al tipo de líder que
queremos ser, y cómo lo proyectaremos en nuestras familias,
trabajo, y en otras áreas en las que interactuamos. Lo único
que se desprende de la investigación del mundo corporativo
norteamericano es que uno de los factores que mejor predice
cuán exitosos seremos es saber lo que queremos lograr:
logramos un mayor impacto de liderazgo cuando sabemos
qué clase de impacto queremos.
En esta presentación quiero proponer un estilo de
liderazgo basado en el caso de una compañía poco
convencional. En esta reunión hay mucha gente de
negocios inteligente. ¿Cuántos de ustedes desearían formar
parte de una compañía como la que voy a describir?
Visualicen a diez hombres inteligentes aunque un poco
desorientados que se proponen fundar una organización
de una manera muy peculiar. Deambulan por el mundo
dedicados a la prédica callejera al detal, trabajos de
camillero de hospital y a dar conferencias a nivel
universitario. No poseen razón social ni capital, y ni
siquiera un plan de negocios. El encargado de la puesta
en marcha no solo sobrepasa la edad de la jubilación,
sino que también supera el promedio de vida del europeo
del siglo XVI. No tiene experiencia gerencial y su resumen
curricular apenas refleja un buen título académico,
múltiples arrestos y unas cuantas condenas de prisión.
Entonces, en su opinión ¿cuáles son las probabilidades
de que este grupo tenga éxito y sobreviva?
Sin embargo, la iniciativa que acabo de describir no solo
sobrevivió, sino que prosperó. Se trata de los jesuitas en
la tercera década del Siglo XVI, cuando se preparaban a
9
TEMAS
10
lanzar su compañía. Este año los jesuitas celebran su
órdenes religiosas católicas, hacen votos de pobreza,
aniversario 468… ¡es una organización más vieja que
castidad y obediencia, y pueden adivinar cuál de los tres
Telefónica y El Corte Inglés! Hoy hay más de 20,000
era tan desalentador que causó mi salida. Digamos que
Jesuitas trabajando en más de 100 países. En mi libro
logré vivir en celibato durante siete años; desde entonces,
los llamo la compañía que cambió el mundo, una
he luchado por no ser célibe. Se puede concluir entonces
afirmación que es fácil de respaldar. Quizás hayan
que escribí el libro como una manera más económica
anotado la fecha de este
de comprender mi vida que recurrir a
evento en un calendario,
la psicoterapia. Pero de hecho, lo que
lo más importante para
y ese calendario se basa en
más me intrigó no eran las diferencias
una sugerencia de un
obvias entre la misión de la orden
alcanzar la felicidad y el éxito
jesuita. Mientras hablo,
jesuita y la de un banco de
personal y corporativo no es
los niños en Vietnam se
inversiones, sino las similitudes
plan de acción o el capital; que
encuentran en la escuela
subyacentes. Todas las organizaciones
los primeros jesuitas obviaaprendiendo a escribir con
humanas, y todos los individuos que
mente carecían, sino una
un alfabeto desarrollado
participan en ellas, tienen que hacer
óptica muy singular de la vida
lo mismo: motivarse y motivar a los
por un jesuita, y más al
y el trabajo, que sí poseían los
demás, establecer objetivos y vender
norte, en Asia, hay
jesuitas y que es muy parecida
ideas de manera convincente. Y me
soldados patrullando una
a lo que nosotros en la era
di cuenta que en la mayoría de los
parte de la frontera entre
moderna llamamos liderazgo
casos, estos sacerdotes del siglo XVI
Rusia y China la cual en
y XVII hicieron esto de forma mucho
parte fue negociada por los
personal.
más efectiva a como lo hacemos hoy.
jesuitas. Por otra parte,
éstos son los mismos
Para mí, lo más importante para alcanzar la felicidad y
jesuitas que ostentan la singular distinción de haber sido
el éxito personal y corporativo no es plan de acción o el
completamente disueltos por el Papa y resurgieron 40
capital; que los primeros jesuitas obviamente carecían,
años más tarde. Piensen en situaciones paralelas modernas:
sino una óptica muy singular de la vida y el trabajo, que
¿qué pasaría si la Compañía X estuviese en bancarrota
sí poseían los jesuitas y que es muy parecida a lo que
mañana? ¿Cuáles son las posibilidades de que un grupo
nosotros en la era moderna llamamos liderazgo personal.
de compañeros de avanzada edad se encuentren en la
calle en el año 2044 y decidan “revivir el equipo”? Es
Ahora bien, pasemos a considerar el estilo de liderazgo
imposible por supuesto, pero por alguna razón, los jesuitas
de los jesuitas relatando una historia sobre ellos que
lo lograron.
tiene mucho que ver con la historia de España.
Cómo lo lograron de esa manera tan espectacular, y qué
Aunque ese grupo un tanto desorganizado de los diez
podemos aprender de ellos son las preguntas que intento
jesuitas fundadores que mencioné al principio iniciaron
explorar en mi libro mediante la observación a los jesuitas
su compañía a mediados del siglo XVI sin poseer un
desde lo que podría llamarse una perspectiva corporativa
plan de acción, ni una idea clara del tipo de trabajo que
más que desde mi propia experiencia como jesuita.
harían, al menos sí tenían una idea muy clara acerca del
tipo de persona que querían reclutar para su organización.
Como habrán oído, tuve la suerte de trabajar como
Uno de ellos tenía su propia consigna para reclutar,
director ejecutivo en Asia, Europa y Estados Unidos para
diciendo que la Compañía de Jesús necesitaba
JP Morgan & Co. por más de diecisiete años. Antes de
quamplurimi et quam aptissimi, o todos los mejores
eso, fui un seminarista jesuita durante siete años. Como
posibles. La creación del sistema escolar jesuita –que a
saben, los jesuitas, como todos los miembros de las
TEMAS
la larga también incluiría esta escuela aquí en Rio (de
Janeiro)- no fue el resultado de un plan maestro para
construir un imperio global de la enseñanza superior,
sino casi completamente una consecuencia accidental
de esta visión reclutadora.
A principios del siglo XVI cuando los jesuitas
comenzaron, la educación pública era prácticamente
inexistente; aproximadamente solo 1% de los europeos
disfrutaba de la gran bendición que muchos en esta sala
han tenido de acceder a una educación superior. Por lo
que ustedes deberían reflexionar sobre la bendición de
haber nacido en esta época y en este lugar, donde la
oportunidad educativa es más extensa. Incluso hoy, aún
en muchos países, sabemos que hay niños que no tienen
mayores posibilidades de recibir una educación que yo
de ir a la luna en un cohete. Los fundadores jesuitas, por
lo tanto, no pudieron encontrar muchos reclutas que
tuvieran la suficiente educación para ser “aptissimi”, los
mejores. Entonces abrieron varias escuelas para educar a
sus propios reclutas para ser sacerdotes. Pero al poco
tiempo, las localidades y los príncipes notaron que la
educación en estas escuelas eran de una mejor calidad
que lo que había disponible, y solicitaron a los jesuitas
que aceptaran estudiantes laicos en sus escuelas. No
transcurrió mucho tiempo antes que los jesuitas abrieran
escuelas, no solamente para los seminaristas que
estudiaban para el sacerdocio, sino también para los que
se convertirían en funcionarios públicos, artistas y
hombres de negocios. De esta forma, el enfoque de su
sistema había cambiado radicalmente pero su propósito
no: las escuelas seguían siendo lugares para formar
“aptissimi”.
Y, desde luego, ese sistema escolar logró formar a los
aptissimi como ninguna otra organización privada ha
podido en la historia de la humanidad. Los jesuitas
administran lo que sigue siendo el mayor sistema privado
organizado de enseñanza superior en el mundo. Solamente
en la última generación, los jesuitas han formado a
antiguos y actuales presidentes de los Estados Unidos,
México, Canadá, Filipinas, Francia, Japón, Perú,
Nicaragua, y quien sabe cuantos otros países. Ustedes
hoy son la prueba viviente de que este modelo educativo
jesuita todavía funciona. Los alumnos que estudian aquí
están realizando el sueño del siglo XVI que si se les
brinda oportunidad, orientación y recursos, pueden
convertirse en aptissimi.
¿Y qué significa ser aptissimi? Si le preguntáramos a la
gente en la calle, nos diría que ser los mejores, aptissimi,
significa ser ricos, famosos, tener muchas casas, etcétera.
Pero la visión jesuita de lo que significa ser aptissimi, o
digamos, ser un líder, es muy diferente. Al revisar la
historia de los jesuitas, sus cartas y normas, me dí cuenta
de que los jesuitas inculcaban estas aptitudes a través de
una visión basada en cuatro pilares que regía su modo
de trabajar como individuos y como miembros de un
equipo:
1.
2.
3.
4.
Conocimiento de sí mismo
Ingenio
Heroísmo
Amor
Conocimiento de sí mismo: Los líderes conocen sus
puntos fuertes, debilidades y valores, y a diario se
actualizan a sí mismos.
Ingenio: la capacidad para adaptarse con decisión a un
mundo en constante cambio.
Heroísmo: seguir motivado por grandes ambiciones, una
pasión por superarse, y metas que son más grandes que
el individuo, y finalmente:
Amor: tratar al prójimo con una actitud positiva,
respetando su dignidad y potencial y buscando desarrollar
ese potencial.
Ahora me referiré al heroísmo, conocimiento de sí
mismo, ingenio y amor, en ese orden.
Heroísmo:
Empezaré con el heroísmo, y les contaré una anécdota
para ayudarles a comprender cómo el heroísmo al estilo
de los primeros jesuitas difiere de nuestro entendimiento
estereotipado de lo que significa ser heroico. Como
11
TEMAS
12
trabajar como si pudiera hacer tal cambio, nunca
muchos saben, los jesuitas dirigen hoy lo que es la red
perdiendo de vista la visión total de lo que puede lograr
privada de educación superior más grande del mundo.
la enseñanza. Los profesores también entienden que el
Este país también está representado en esta maravillosa
proyecto – la escuela – sólo tiene éxito cuando el
red…. Sin embargo, el sistema escolar jesuita no fue
individuo se fija una meta que es más importante que él
siempre el más grande, y cuando estaba todavía en su
mismo. Esto me recuerda una anécdota acerca del
tierna infancia a finales del siglo XV, un jesuita llamado
Presidente Kennedy a principio
Pedro Ribadeneira tuvo la osadía de
de los 60, cuando el programa
escribirle al Rey de España y
El educador no tiene ninguna
espacial de Estados Unidos
describir la incipiente operación
garantía de que causará un
intentaba enviar una nave a la
como algo tan importante que, “el
impacto profundo o cambiará
luna. Kennedy visitó la agencia
bienestar del mundo entero y la
la vida de un alumno: su
espacial, y al final de la visita se
Cristiandad” dependía de ello. ¡Esa
heroísmo se manifiesta en su
topó con un hombre que barría.
sí que es una visión heroica! Sin
compromiso de vivir y
Por ser educado le preguntó cuál
embargo, se basaba en la realidad.
trabajar como si pudiera
era su trabajo. Supuestamente
Ribadeneira sabía lo que era enseñar
contestó, “señor, estoy llevando
en una escuela, porque escuchen lo
hacer tal cambio, nunca
un hombre a la luna”. Desde
que dijo en un contexto diferente:
perdiendo de vista la visión
luego que todos hemos tenido
“Es algo repulsivo, molesto y
total de lo que puede lograr
una experiencia laboral en la que
oneroso dirigir y enseñar y tratar de
la enseñanza
el equipo es más eficiente
controlar a un grupo de jóvenes, que
cuando sus integrantes pueden
por su naturaleza son tan frívolos,
ver más allá de su labor individual y entender su trabajo
inquietos, habladores y con tan pocas ganas de trabajar,
como parte de una causa que es más importante que un
que incluso sus padres no los pueden mantener en casa”.
solo individuo. Todos sabemos que los equipos que se
desempeñan mejor son los que los integrantes “se olvidan
De hecho, este jesuita Ribadeneira pudo haber articulado
de sí mismos” y entienden que están participando en
un modelo increíble de heroísmo que es relevante no
una meta que es más importante que cada uno de ellos.
sólo a la enseñanza sino también a muchos de nuestros
diferentes ambientes laborales: la idea de sumergirse
directamente en la mugrienta realidad que enfrentamos
Conocimiento de uno mismo:
a diario, pero sin perder de vista la visión que guía y las
Todos los jesuitas de la historia, desde los fundadores
esperanzas más anheladas. Estamos acostumbrados a
hasta los que se están formando actualmente en más de
asociar el heroísmo con actos extraordinarios como salvar
cien países, sin excepción que yo sepa, han participado
a personas atrapadas en edificios en llamas o camaradas
en una intensa sesión de entrenamiento de un mes de
en combate. La visión jesuita, en cambio, propone que
reflexión personal que se llama ejercicios espirituales,
el heroísmo tiene menos que ver con la oportunidad al
durante el cual se retiran por completo de su lugar de
alcance de la mano que con la respuesta a esa oportunidad
trabajo, la lectura de los diarios, televisión, amigos, o
que siempre podemos controlar, ya que la mayoría de
cualquier cosa que pueda distraerlos de la reflexión
nosotros no puede controlar las coyunturas de la vida y
intensa que se convierte en su única “responsabilidad
porque tal vez nunca tendremos la ocasión de salvar a
laboral” durante treinta días. Estas meditaciones guiadas,
alguien en peligro.
que son probablemente la herramienta más poderosa del
retiro espiritual en el mundo cristiano moderno,
El educador no tiene ninguna garantía de que causará un
representan la tentativa muy práctica de San Ignacio de
impacto profundo o cambiará la vida de un alumno: su
Loyola de traducir a un enfoque sistemático los frutos de
heroísmo se manifiesta en su compromiso de vivir y
su propia travesía hacia el entendimiento. Para los
TEMAS
jesuitas, es una experiencia espiritual y religiosa, pero la
autoevaluación que desarrollan hace que estos ejercicios
sean un excelente campo de entrenamiento para el
liderazgo. Porque cada jesuita está haciendo una inversión
importante en la reflexión sobre sus puntos fuertes y
debilidades, valores personales y su perspectiva del
mundo.
Cualquiera que haya estado a cargo de mucha gente o
trabajado en Recursos Humanos – y he hecho ambas cosas
– se habrá desconcertado al ver surgir nuevas “estrellas
emergentes” que de pronto parecieran volverse “fugaces”
aunque tuvieran todas las destrezas técnicas, inteligencia,
ambiciones y capacitación. Una escuela de pensamiento
atribuye estas caídas estrepitosas a una falta de conocimiento
de sí mismo. Las personas talentosas que fracasan con
frecuencia lo tienen muy fácil al principio y nunca se dan
cuenta de sus valores y debilidades. En cambio las que logran
el éxito a la larga suelen ser las que han tenido que enfrentar
sus debilidades y aprendido rápidamente a trabajarlas y
minimizarlas. El profesor emérito de Harvard, Abraham
Zaleznik, que trabajó con varios gerentes generales, una vez
observó que muchos parecían haber “nacido dos veces”,
porque una crisis personal como una lesión, alcoholismo o
bancarrota los obligó a entender quiénes eran y lo que
valoraban y querían: los primeros jesuitas nos dicen que si
una crisis no nos lanza al auto análisis, nosotros mismos
debemos generar dicho proceso.
Durante ese período, los jesuitas también aprenden a
utilizar una herramienta moderna maravillosa y fácil de
emplear para la renovación personal diaria: durante el
resto de sus vidas después de la inversión inicial de un
mes, los jesuitas siguen un régimen diario de tres pausas
mentales que en suma absorben sólo veinte minutos al
día, y que cualquiera podría comenzar a usar mañana.
Primero, “al despertar”, recordaremos todo aquello por
lo que debemos estar agradecidos y cuáles son nuestras
metas, las cuales pueden ser una debilidad que queremos
resolver o un objetivo que intentamos lograr. Luego, una
vez a la mitad de la jornada laboral y después al final
del día, repetiremos un proceso similar: tomaremos unos
minutos, recordaremos nuestras bendiciones y metas, y
mentalmente revisaremos las últimas horas para extraer
las lecciones aprendidas a raíz de nuestro desempeño.
Cuando consideramos sus orígenes creo que es evidente la
genialidad de esta simple práctica. Recuerden que dije
que los jesuitas abandonaron la práctica monástica de
reunirse en las capillas varias veces al día para seguir un
estilo de vida mucho más activo. Sin embargo, Ignacio
tuvo la increíblemente moderna perspicacia que incluso
nosotros en el siglo XXI por lo general pasamos por alto:
que si ni tú ni yo tenemos el lujo de retirarnos a una capilla
varias veces al día como lo hacen los monjes, tendremos
que encontrar otra forma para seguir centrados y en un estado
de recogimiento mental a medida que avanza el día en un
mar de correos electrónicos, llamadas telefónicas y
reuniones, sin tener tiempo para evaluar la situación. Estoy
seguro de que han visto el resultado de este estilo de vida
caótico: la persona llega al final del día sin alcanzar su
prioridad Nº 1, o la persona tuvo una reunión que salió
mal a las 8:30 a.m. y sigue distraída por el resto del día
agotando su productividad. Estos son los problemas del
autoconocimiento.
Antes de abandonar el tema de cómo mantenernos en
un estado de recogimiento mental en medio del trajín
diario, permítanme contarles otra anécdota del folklore
jesuita sobre cómo mantenerse centrado:
Un jesuita anciano trabajaba de portero recibiendo a los
que traían entregas a los jesuitas que pedían limosna y
sabe Dios cuantos más. Hacía todo esto además de fungir
como el tesorero de la comunidad y otras actividades
más, así que ustedes pueden imaginar que su labor como
portero era una distracción constante y un fastidio. Por
lo tanto este hermano se creó una pequeña rutina mental:
Siempre que tocaban a la puerta se decía a sí mismo –
Voy, mi Señor Jesús.
¡Imagínense la calidad de servicio al cliente que prestaba
este hermano!
Teniendo una visión clara
En los últimos 40 años la renombrada universidad
norteamericana UCLA ha realizado una encuesta
fascinante sobre las prioridades de los estudiantes de
primer año: En 1967, el 90 % de los estudiantes de primer
año consideró esencial o muy importante desarrollar una
filosofía significativa de la vida: el 40 % consideró
13
TEMAS
14
esencial ser adinerado. En 2003 las proporciones se
revirtieron casi completamente: casi el 80 % de los
estudiantes pensaba que era importante ser adinerado y
al parecer, sólo el 40 % se preocupaba por desarrollar
una filosofía de vida. Conclusión: la mayoría ve a la
universidad como un centro de preparación o formación
vocacional y profesional.
Lo que gran parte de estos estudiantes a menudo no entiende
es que los que realmente triunfan a la larga tienden a poseer
una visión clara de lo que significa ser un individuo, de
como tratar a los demás, y lo que valoran en la vida, por lo
que ustedes deben aprovechar esta experiencia para llegar a
un profundo entendimiento de sí mismos.
Vale la pena reflexionar sobre el hecho que si revisáramos
el resumen curricular de los primeros jesuitas habríamos
predicho su fracaso inevitable: después de todo, como
dije al principio de esta presentación, no tenían ningún
plan de acción, ni enfoque, ni capital. Y sospecho que si
escudriñáramos algunas de las historias personales de
los presentes, podríamos haber predicho que algunos
también habrían fallado.
Actualmente todos ustedes se encuentran en
circunstancias que pudieran predecir su éxito en el mundo:
además de tener el privilegio de cursar estudios superiores,
lo hacen en una institución de primera. Sin embargo,
aunque la educación y las herramientas y redes sociales
que ustedes obtienen aquí pueden resultarles invalorables
en cualesquiera de sus futuras profesiones, el ejemplo
de los primeros jesuitas debería recordarles que aquellos
valores y cualidades internas que los trajeron hasta aquí
pueden ser unos indicadores del éxito, realización y
felicidad mucho más importantes que los instrumentos
más convencionales, como un buen curriculum vitae,
capital, entre otros.
Ingenio:
Como ya hablé de heroísmo y conocimiento de uno
mismo, quisiera referirme brevemente al concepto de
ingenio, y digo brevemente porque es intuitivamente
obvio para cualquier empresario del siglo XXI que el
ingenio: la habilidad de adaptarse, ser creativo, cambiar
el curso y desarrollar nuevos productos o enfoques, es
absolutamente esencial en nuestro mundo cambiante.
Durante el tiempo que trabajé en JP Morgan, por
ejemplo, en una ocasión calculamos que cada año
aproximadamente 1/3 de nuestros ingresos provenía de
negocios o productos que no existían hace cinco años,
en otras palabras, para seguir siendo básicamente
competitivos y rentables teníamos que reinventarnos cada
tantos años, y sé que muchos de ustedes están en
circunstancias igualmente difíciles. Entonces, cuando los
jesuitas del siglo XVI nos dicen que hay que adaptarse a
los cambios, no nos están diciendo nada nuevo.
A principios del siglo XVII un jesuita llamado Roberto
de Nobili llegó a la India. Al cabo de unos años cambió
su vestimenta negra de sacerdote por el traje simple de
los hombres santos hindúes. Como ellos, se hizo
vegetariano y lucía en su frente la misma marca que
ellos. Estudió el sánscrito y comenzó a escribir tratados
utilizando términos e ideas hindúes. Para algunos de sus
contemporáneos él encarnaba el escándalo. El obispo de
la India solicitó a la Inquisición que lo investigara. A la
larga, una comisión del Vaticano investigó sus temas y
métodos de enseñanza para luego reivindicarlo
completamente. El enfoque del Padre de Nobili en el
siglo XVII es muy parecido a lo que enseñan todos los
seminarios del mundo actualmente: la manera correcta
de dialogar con las distintas culturas y tradiciones
religiosas.
Cuando pienso en el Padre de Nobili en 1600, me acuerdo
del trabajo de dos profesores universitarios de
Administración en los 90, John Kotter en Harvard, y Jerry
Porras en Stanford. Ellos estudiaron, por separado, las
empresas que mostraban un rendimiento excepcional, y
llegaron a las mismas conclusiones interesantes: las
empresas más exitosas poseían una cultura, un modo de
hacer las cosas que combinaban dos elementos: uno, la
gente tenía conciencia de los valores fundamentales de eso se trata: de nosotros, y eso nunca cambiará; por
eso trabajamos todo el día; ése es el fundamento. Y dos,
también incorporaron un ímpetu, un empuje siempre
cambiante en la cultura como respuesta al ambiente
competitivo cambiante. Por ejemplo, el Padre de Nobili
TEMAS
conocía muy bien los dogmas fundamentales cristianos
y no estaba dispuesto a cambiarlos. Sin embargo, estaba
muy abierto a cambiar la forma como comunicar esos
valores y acercarse a una cultura tan distinta a la suya.
Entonces, ¿cómo inculcaron los jesuitas del siglo XVI
un modo de pensar que nosotros en el siglo XXI aún nos
cuesta lograr? Encuentro la clave en los Ejercicios
Espirituales de Ignacio, y un concepto que él llama
distancia o indiferencia (desapego). Ignacio nos cuenta
la historia de un hombre que hereda una cantidad
fabulosa de dinero, y luego se plantea la pregunta o
meditación de qué hará con ella. Nuestro instinto es
pensar que la solución sería dar el dinero a los pobres y
alegrarnos piadosamente. Pero dice no, lo que debemos
buscar es el tipo de libertad – que llama distancia o
indiferencia (desapego) – que nos permitiría guardar el
dinero o regalarlo, basando la decisión sólo en lo que
mejor sirve para nuestro objetivo – desde luego, para los
jesuitas el objetivo es servir la gloria de Dios, pero la
parte humana de este discernimiento sigue válida si se
reemplaza el objetivo final que busca su empresa.
En otras palabras, sólo seremos lo suficientemente
libres para ser verdaderamente arriesgados, ingeniosos,
adaptivos, creativos y flexibles en nuestros enfoques
empresariales cuando hayamos logrado identificar,
enfrentar y liberarnos de los apegos personales: a
nuestra forma de obrar acostumbrada, a nuestro
estatus, posesiones, nuestro miedo a arriesgarnos y a
las estructuras institucionales particulares. Les pondré
un ejemplo: todos los que han trabajado en el
negocio de las fusiones y adquisiciones corporativas
saben que algunas que representan un significativo
aumento en el valor para los accionistas no suceden
simplemente porque un gerente general que está
demasiado apegado a su propio ego y estatus se niega
a entregar el control a la entidad fusionada. Utilizo
el ejemplo de las fusiones por una razón. El año
pasado salió publicado un interesante artículo en el
New York Times que consideraba que un gran número
de fusiones corporativas simplemente no funcionan
porque no aportan ningún valor agregado a los
accionistas.
Amor:
Ya hemos hablado bastante de heroísmo y conocimiento
de uno mismo brevemente, de ingenio y ahora quisiera
referirme al amor en relación al que cualquiera que tenga
un pasado corporativo, sería sin duda muy escéptico:
¿Qué lugar podría ocupar el amor en una empresa
grande? Primero, déjenme asegurarles que yo no
patrullaba los pasillos de JP Morgan abrazando a mis
colegas diciéndoles que los amaba, ni les estoy
sugiriendo que lo hagan en sus trabajos. En todo caso,
Ignacio les dijo a sus colegas que “el amor debe
manifestarse en hechos, no en palabras”. Entonces
déjenme explicar en más detalle los hechos que podrían
mostrar el impacto del amor en el trabajo, equipo u otro
contexto.
¿Que les parece esto para empezar?.- El amor en la acción
con un impacto esencial. Desde luego que ningún líder
corporativo que ama a sus empleados especularía
imprudentemente con sus pensiones y medios de sustento
para apuntalar el valor de opción de compra de acciones.
Piensen en otros ejemplos en nuestros ambientes: ningún
funcionario público o político que ama a los ciudadanos
a quienes sirve, debería involucrarse en el tipo de
corrupción que les roba o quita los servicios a los que
ellos tienen derecho.
Pero todos estos ejemplos, por genuinos que sean, tienen
un ligero eco negativo, como si el amor pudiera guiarnos
en el lugar de trabajo solamente para salvarnos de
cometer fechorías éticamente intolerables. Además,
quisiera hablar de algunas de las dimensiones más
enriquecedoras y positivas del amor en el lugar de
trabajo.
Empecemos por reflexionar sobre la palabra “Compañía”.
Quiero recalcar que el nombre formal que los fundadores
jesuitas eligieron para su empresa era en su español nativo,
“Compañía de Jesús”, o sea, la compañía de Jesús. Y la
manera como entendían “compañía” es diferente a como
la entendemos hoy. Aunque hoy el significado de la
palabra compañía se asocia casi totalmente a la empresa
comercial, recuerden que la raíz de la palabra compañía
es companis, “juntos” y “pan”; es decir, una compañía
15
TEMAS
16
era un grupo de personas con quienes quizás “partirías
el pan”, y en el siglo XVI “compañía” más bien se
refería a un grupo religioso, una tropa militar o hasta un
grupo de amigos. Los primeros jesuitas claramente se
consideraban compañeros, y vieron que su
compañerismo revigorizaría sus esfuerzos. La compañía
jesuita nos está desafiando a que logremos que nuestras
propias compañías regresen a este concepto básico:
grupos que se caracterizan por el apoyo mutuo que motiva
a los miembros del equipo... hasta podría ser divertido.
Todos saben que los niños aprenden y son más
productivos cuando son criados, enseñados y guiados
por familias, profesores y entrenadores que los valoran
como seres importantes y dignos, que establecen altos
estándares y crean ambientes de amor en vez de miedo.
¿Entonces por qué nos hemos convencido de que nuestras
necesidades adultas son tan diferentes? Los mejores
equipos en los que he participado han prosperado
precisamente porque había confianza, apoyo mutuo,
respeto verdadero por los talentos individuales, un
verdadero interés en ayudar a los demás a tener éxito, y
una disposición de exigirse altos estándares para que cada
uno pudiera realizar todo su potencial personal y el del
equipo.
Ignacio de Loyola no tenía miedo de llamar “amor” a
este cúmulo de comportamientos, que es precisamente
lo que es cuando estos comportamientos se nutren de
una visión autoconsciente en la que aquellos con quienes
trabajo y juego no son meramente “herramientas” que
utilizo, sino individuos que poseen una dignidad
fundamental y son tan merecedores del respeto y apoyo
como yo. Por consiguiente, les dijo a los superiores
jesuitas que gerenciaran con “todo el amor, modestia y
caridad posibles”, de modo que los equipos pudieran
prosperar en ambientes llenos de “más amor que miedo.”
¿Por qué Loyola insistió en esto? Bien, en uno de sus
Ejercicios Espirituales nos dice que debemos reflexionar
sobre el hecho de que cada ser humano “es el templo de
Dios” hecho a su imagen y semejanza. Y, si creemos
esto, entonces seguramente tendrá implicaciones en cómo
debemos tratar a nuestros prójimos. Sospecho que lo
que acabo de citar puede incomodar a algunos. ¡Ustedes
vinieron a un simposio de negocios, no a un sermón
religioso! Pero lo que digo está fundamentalmente
relacionado con los negocios. Porque una vez que ustedes
comiencen a pensar de esta forma, verán a sus congéneres
de una manera completamente diferente…los tratarán
de una manera diferente … y sus organizaciones
prosperarán.
Los jesuitas tuvieron la imaginación de abrir reducciones
exitosas en Brasil simplemente porque ellos vieron a los
indígenas brasileños de una manera distinta. Ustedes
saben que en las primeras décadas de la colonia, uno de
los debates claves entre los europeos, supuestamente
cultos, era si las personas indígenas de África y las
Américas eran realmente seres humanos. Un europeo
escribió que la gente que él encontró en las Américas
eran… “Bestias de los bosques…salvajes escuálidos,
feroces y abyectos, que parecían animales salvajes en
todo salvo en su forma humana”. Es obvio que los jesuitas
que establecieron reducciones pensaban de manera muy
diferente. Escuchen las palabras de un jesuita que
trabajaba en Brasil, hablando de la misma gente que
otros europeos llamaban bestias:
¿” Acaso estas personas no son los hijos de Adán y Eva?...
¿No nacen y mueren como nosotros? ¿No respiran el
mismo aire? ¿No los cubre el mismo cielo? ¿No los
calienta el mismo sol? “
He hablado mucho acerca del respeto humano porque
veo algunas tendencias inquietantes en el medio laboral
estadounidense. Me preocupa el hecho que tenemos que
comenzar a adoptar formas distintas de trabajar y liderar.
Hablaré de lo que pasa en el mundo laboral
norteamericano, pero seamos francos, en un mundo que
se globaliza cada vez más, lo que sucede en los Estados
Unidos ya está sucediendo en otras partes.
Por una parte, la economía norteamericana es un sistema
maravilloso que ha creado nuevos empleos y
oportunidades para muchos millones de personas en mi
país en las últimas décadas. No obstante, esa economía
deslumbrante y versátil continúa ejerciendo un fuerte y
creciente efecto incluso sobre los ánimos de aquellos
TEMAS
que gozan de buenos empleos. Ninguna civilización de
es liderazgo: tendemos a pensar en liderazgo como un
la historia ha cosechado tan poca satisfacción de tanta
conjunto de tácticas – lo que hacemos, o el estatus, la
prosperidad como la estadounidense de hoy. Sólo la
posición que tenemos en un organigrama. Y a pesar que
mitad de los norteamericanos dice estar contento con
el liderazgo se puede proyectar mediante el estatus o la
sus trabajos; sólo el 39% dice que confía en sus gerentes
táctica, se trata básicamente de quiénes somos. No es
de alto nivel. Casi la mitad de los norteamericanos se
un acto en el trabajo, sino un conjunto de valores que
preocupa “con frecuencia” ante la
represento y proyecto como
posibilidad de perder su trabajo. La
persona. Es la perspectiva que tengo
mitad de los norteamericanos dice
sobre otros seres humanos y cómo
Debemos ser explícitos
que sus trabajos se han tornado cada
lo demuestro... Para liderar bien,
sobre nuestros puntos
vez más estresantes en los últimos
debo centrarme en conocerme a mí
fuertes y debilidades,
seis años. El año laboral promedio
mismo y lo que represento, y
nuestros valores, y el
en estos lugares infelices y llenos
menos en leer libros sobre Jack
legado del liderazgo que
de desconfianza es 20% más largo
Welch y tratar de imitarlos.
cada uno quiere dejar en
que hace dos generaciones…. Y ésta
el mundo.
es la situación de personas que
2. Si el liderazgo es lo que
tienen buenos trabajos en la
somos, entonces todos estamos
civilización más próspera del
liderando, y estamos liderando
mundo. Y ustedes al igual que yo saben, que muchos,
todo el tiempo, bien o mal. Cada novicio jesuita, en el
muchísimos de nuestros hermanos, ni siquiera tienen la
pasado y en la actualidad, pasó por los mismos Ejercicios
oportunidad de participar totalmente en nuestro sistema
Espirituales de un mes que lo obligan a estar claro sobre
de mercado. Casi 2 billones de nuestros hermanos en el
sus metas y valores. Esta es otra interpretación distinta
mundo deben sobrevivir con ingresos de sólo $2 por
de los jesuitas del liderazgo. De ahí se desprende que
día. Y casi un billón de nuestros hermanos ni siquiera
debiéramos aprender a centrarnos en las oportunidades
puede escribir su propio nombre.
que tenemos cada día y menos en las que aún no nos
llegan. Ninguno de nosotros en nuestras vidas
Poseemos un maravilloso modelo económico que
corporativas puede controlar todas las circunstancias en
perdurará solamente si los seres humanos dedicados y
que nos encontramos, o cómo otras personas se
con principios brindamos un mejor trato a nuestros
comportarán alrededor de nosotros, o las oportunidades
colegas, clientes y subordinados mediante la aplicación
que se nos presentan. Sin embargo, siempre podemos
de las actitudes que recién describí, y si disponemos de
controlar nuestros propios comportamientos y reacciones.
personas lo suficientemente ingeniosas y heroicas para
Ignacio de Loyola dijo una vez: “Trabaja como si el éxito
entender cómo se puede incorporar a los demás en este
dependiera de tus propios esfuerzos, pero confía como
increíble sistema.
si todo dependiera de Dios”. El mensaje implícito es
increíblemente importante: nuestra suposición implícita
Las ideas a las que me he referido, conocimiento de uno
suele ser – si estás en un trabajo específico, puedes causar
mismo, ingenio, heroísmo y amor son valores que ustedes
impacto de liderazgo; la suposición implícita de Ignacio
podrían adoptar como parte de su proyecto de liderazgo
es: vas a causar impacto sin importar el trabajo que tengas.
personal, en sus hogares, lugares de trabajo, o en otras áreas
Tienes que concentrarte en el aporte que sí puedes
de su vida. Permítanme utilizar estos últimos minutos para
controlar, no en el que no puedes controlar. Creo que
hacer un resumen del enfoque del liderazgo jesuita.
Ignacio presagia muchos elementos de la psicología
moderna, como por ejemplo, el principio de que las
1. Primero, espero que se lleven consigo el mensaje
personas más saludables son las que aprenden a “controlar
fundamentalmente diferente de los jesuitas sobre lo que
los factores controlables”. Son altamente proactivas en
17
TEMAS
18
las áreas de la vida que pueden controlar, pero no se
obsesionan por lo que no pueden controlar. ¿Entonces
cómo se controla los factores controlables ?
3. El conocimiento de uno mismo es la clave. Recuerden
que propuse la idea que necesitamos movernos desde
el inconsciente hacia el liderazgo decidido. Debemos
ser explícitos sobre nuestros puntos fuertes y debilidades,
nuestros valores, y el legado del liderazgo que cada uno
quiere dejar en el mundo. Y una vez hecha esta inversión,
debemos crear mecanismos para enfocarnos todos los
días en cómo lo estamos haciendo. Anteriormente me
referí al “examen”, esa herramienta diaria que los jesuitas
usaban para hacer pausas mentales... Todo novicio
jesuita, entonces o ahora, pasó por los mismos ejercicios
espirituales de un mes que lo obligan a esclarecer sus
metas y valores. Nuestra cultura nos dice que podemos
comprar un libro en el aeropuerto de Madrid, leer seis
reglas rápidas, y ser un mejor líder cuando el avión
aterrice en Barcelona. Son tonterías. Todos sabemos que los
mejores líderes no están ganando porque saben unos trucos,
sino porque tienen algo que es mucho más personal y
profundo que los motiva todo el día. Este grupo reunido
aquí hoy representa un sector de la sociedad con un alto
rendimiento académico, y les apuesto que si entrevistara a
cada uno, descubriría que muchos de ustedes han pasado
por un proceso de pruebas profesionales o personales que
son claves para su enfoque, decisión y rendimiento posterior.
De la misma manera, los jesuitas nos ayudan a ver que los
buenos líderes pasan por un proceso de auto reflexión como
adultos, y explícitamente articulan sus valores como parte
de un “ proyecto de vida,” que es la herencia que queremos
dejar en este mundo.
Para los que estamos reunidos aquí hoy, lo maravilloso de
esta fórmula basada en cuatro pilares es que no sólo convirtió
a los jesuitas en guerreros corporativos atrevidos, adaptables,
valientes y creativos, elementos que tanto admiramos
actualmente, sino que también los hizo más íntegros. No
creo que exista una fórmula mágica en la vida corporativa
que garantice que seamos simultáneamente buenos y
adinerados, exitosos y mejores seres humanos - pero este
modelo al menos ofrece un destello de esa promesa. Y,
mejor todavía, a diferencia de mi libro que cuesta dinero convertirse en una mejor persona no cuesta nada, más que
nuestra propia inversión comprometida con el conocimiento
de nosotros mismos y con la articulación de nuestros valores
de liderazgo.
Antes de terminar, permítanme hacer un llamado a todos
los presentes a la acción. Pocas veces en la historia ha
habido un momento en que la sociedad haya necesitado
tanto del concepto jesuita de lo que significa ser una
persona humana y liderar, y cada uno de nosotros puede
desempeñar su papel. Todos los expertos que conozco,
cuando hablan de negocios, la iglesia, la vida política
o civil, se refieren a la necesidad de un mejor liderazgo.
Pero aunque todos estemos de acuerdo que éste es
necesario, no somos capaces de proponer soluciones
apropiadas. En parte esto sucede porque nos
encontramos atrapados en la idea fragmentada del
liderazgo que sólo tiene que ver con el estatus, la
posición en una lista jerárquica, el dinero o el poder.
Bien, pero los que estamos en esta sala podemos
enseñarle a la sociedad, por la forma en que trabajamos,
un modelo único, funcional y con principios de
liderazgo para el siglo XXI basado en el concepto que
todos lideramos cuando proyectamos valores como los
que he destacado. Al principio les pedí que pensaran
en los nombres de dos o tres líderes vivos, y espero
que ahora piensen primero en sus propios nombres
cuando digo que necesitamos a líderes más
competentes, inteligentes y virtuosos que tengan
un modelo de conducta para liderar a los que
están en nuestros equipos, compañías y
comunidades, en la forma como vivimos y
trabajamos, y como tratamos a nuestras familias,
colegas y clientes.
TEMAS PARA
REFLEXIONAR
Decir que el liderazgo genera un atractivo en el ámbito de la educación superior
no es una novedad. Así por ejemplo, ya, desde la década de los cuarenta del siglo
XX, prestigiosas universidades habían creado centros de investigación para profundizar
sobre este tema. No hace falta ser muy perspicaz para percatarse que, si se revisa el
abanico de ofertas académicas, dentro de los pensa oficiales, así como en los
programas de formación complementaria, este tema no está ausente en los institutos
contemporáneos.
Desde la perspectiva gerencial, la reflexión sobre el liderazgo comenzó en
las primeras décadas del siglo XX, y ha ido desarrollando diversos modelos,
cada uno con sus matices y énfasis. En este sentido, al realizar un paneo
general se puede apreciar que los estudios iniciales orbitaron alrededor de
la Teoría del Gran Hombre. Esta tenía un carácter innatista, pues era
partidaria de la idea según la cual un líder nace. Para esta teoría era
importante dar respuesta a la siguiente pregunta: ¿son los líderes los que
provocan los grandes acontecimientos de la historia o son éstos los que
producen a los líderes?
El liderazgo
ignaciano:
¿un modelo
más?
TEMAS
19
A finales de la década de los cuarenta, surgió, de la mano de R. Stogdill, la
Teoría de los Rasgos. Afín a la anterior, esta propuesta también centraba su
interés en la figura del líder, con el objetivo de establecer cuales eran los
rasgos personales claves, para el ejercicio del liderazgo. Eso posibilitaría
diferenciar entre los innatos y los susceptibles de ser enseñados.
En los sesenta aparecieron otros modelos, en los que se valoró el factor
contexto en el que el líder se desenvolvía. Responde a este planteamiento el
Modelo de Contingencia de F. Fiedler. Por su parte, e inspirado por esta
línea, B. Reddin desarrolló su Modelo 3D, en el que se afirmaba que las
situaciones laborales eran susceptibles de ser evaluadas y sí era posible
identificar los comportamientos más apropiados para ellas. Por su parte, R.
Blake y J. Mouton diseñaron su muy difundido Managerial Grid. En él se
tomaban en cuenta la relación entre la orientación hacia la producción, los
resultados, los beneficios, etc.; así como, la orientación hacia las relaciones
interpersonales.
En los setenta, Evans y House propusieron su Modelo Camino-Meta. En él se
muestra que la función del líder apunta a facilitar los medios u orientar la
forma de sortear las dificultades para que su equipo alcanzara los objetivos
pautados de la manera más satisfactoria. La profundización de este modelo
derivaría en el desarrollo del Modelo del Liderazgo Carismático de Conger
Oscar Buroz Echenagucia SJ
TEMAS
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y Kanungo. Acá la misión del líder era lograr que
el equipo adoptara como suya, la visión que él les
proponía. Esto se realizaría mediante su conducta,
sus mensajes (verbales y no verbales), su forma de
potenciar y enrutar la fuerza del deseo, para que el
trabajo colectivo tuviera una meta común.
En esta misma década, y muy influenciado por la
propuesta de B. Reddin, P. Hersey y K. Blamchard
desarrollaron el Modelo del Liderazgo Situacional.
Dada su simplicidad y facilidad de compresión, ha
sido muy difundido en los ambientes de formación
gerencial. Otro modelo que contemporizó con la
propuesta de Hersey y Blamchard, es el de V.
Vroom y P. Yetton, Modelo de la Decisión del
Liderazgo. Tenía como objetivo, orientar el proceso
de discernimiento, en función de la meta, cuándo
una decisión debía estar en manos del líder y
cuándo es competencia del equipo de trabajo.
A finales de los setenta, Hollander desarrolló el
Modelo del Liderazgo Transaccional. Este modelo
hizo su foco en las relaciones –transacciones- que
se establecen entre el líder y cada uno de los
miembros de su equipo. El rol de líder apuntaba a
la creación de contextos en los que el resto del
equipo podía percibir que existía una estrecha
relación entre los esfuerzos y los resultados
esperados.
En los ochenta, J. Burns presentó su Modelo de
Liderazgo Transformacional. Considerado como
una evolución del Liderazgo Transaccional, hizo
énfasis en el desarrollo de habilidades y destrezas
en el líder para reconocer las necesidades de
cambio en los miembros de su equipo y ayudarlos
a encontrar los modos, así como los medios para
alcanzar una visión que han desarrollado juntos.
Son muchos los que han escrito sobre el liderazgo y no
es posible, en este espacio, realizar un listado detallado
de los gurús de esta materia; sin embargo, habría que
mencionar los nombres de R. Greeleaf, J. Kotter, J.
Kouzes, P. Drucker, W. Bennis y S. Covey.
En definitiva, es lógico que pudiéramos
preguntarnos por qué despierta tanto interés el tema
del liderazgo. ¿Qué atractivo efecto se produce en
la imaginería de aquellos que, al momento de optar
por un abanico de temas, se decantan por invertir
en los cursos, talleres, programas, orientados hacia
el tema del liderazgo?
Se podría dar un paso más, en clave de ejercicio
de reflexión y preguntarle a los modelos ofrecidos,
aspectos tales como: ¿de qué forma entiende el ser
persona tal o cual modelo de liderazgo? ¿Cómo
entiende a la sociedad y su teleología? ¿Qué sentido
tiene el liderazgo en las relaciones interpersonales
y qué valores predominan? ¿Solamente se le puede
entender en clave de la relación líder-seguidores?
¿Son sólo herramientas o implican un modo de ser?
¿Cómo entienden palabras tales como prestigio,
poder, éxito, excelencia, servicio? En definitiva, y
dado el contexto mundial, ¿para qué le ha servido
a la humanidad, en las décadas recientes, el formar
“líderes”?
A inicios del siglo XXI, Chris Lowney, publicó su libro
Heroic Leadership (titulado en castellano, El liderazgo
al estilo de los Jesuitas). Desde una perspectiva muy
personal, Lowney intentó dar cuenta del “éxito”
organizacional que se dio en la génesis de la Compañía
de Jesús. Para ello identifica y desarrolla cuatro elementos
claves: el conocimiento de sí mismo, el ingenio, el amor
y el heroísmo.
Dada la novedad del enfoque, puesto que su
público objetivo eran personas dedicadas a labores
gerenciales, el texto ha tenido positivas resonancias
entre laicos vinculados afectiva y efectivamente con
la Compañía de Jesús, así como, entre jesuitas que
lo tomaron como una lectura de pasatiempo.
Ahora bien, una cosa es reconocer que el libro tiene
aspectos interesantes, valorando y agradeciendo el
esfuerzo de Lowney, y otra cosa muy diferente, es
tratar de encontrar en él el quid del modo de
proceder de lo que pudiera denominarse liderazgo
jesuítico.
TEMAS
Si no se hace una lectura crítica del texto
aquello de ser flexible”, incorporar terminología
“lowneano” y se acepta, cual verdad revelada los
polisémica que termine distorsionando la propuesta
planteamientos esgrimidos, se abre la posibilidad
original.
de crear el anclaje conceptual para justificar modos
de proceder que, de ninguna manera, hubiesen
Caben las preguntas: ¿Hacer esto es indebido? ¿Es
sido avalados por Ignacio de Loyola y sus primeros
qué no se pueden incorporar elementos para
compañeros. En ese caso, se estaría en presencia
enriquecer la propuesta? Lo que se está tratando
de una expresión de Jesuitismo. Este es un adjetivo
de decir es que primero se entienda la propuesta
que expresa una distorsión en
de liderazgo, tal como se
la comprensión y vivencia de la
genera desde la
tradición ignaciana, pues se
espiritualidad ignaciana y
Dicho lo anterior, si lo que
valora una praxis que adolecen
posteriormente, una vez
mueve es la vivencia profunda
del Principio y Fundamento
captada en toda su
de la espiritualidad, es
desarrollado en los Ejercicios
complejidad, comenzar a
necesario concluir que,
Espirituales.
dialogar con ella. Pienso
cuando se habla de liderazgo
que es lo más
Sin embargo, y por aquello de
intelectualmente honesto
ignaciano, no se está hablando
“salvar la proposición del
que podemos hacer con la
de una herramienta o una
prójimo”, pienso que Lowney
tradición recibida.
“ropa” que se quita o se pone
abre una excelente oportunidad
según la ocasión, sino de un
para reflexionar y ahondar más
Entonces, ¿son tan
modo de ser para la vida
en lo que puede ser la
fundamentales los
cotidiana.
sistematización de un corpus
Ejercicios Espirituales en la
teórico sobre liderazgo
configuración de un
ignaciano 1 . En este sentido,
liderazgo ignaciano?
rescato la pregunta que él realiza en su libro: ¿Qué
Definitivamente sí, dado que de ellos brota lo
pueden aportar a nuestro conocimiento del
esencial, en ellos, el ejercitante obtiene su norte,
liderazgo unos cuantos sacerdotes del siglo XVI?
sus criterios para discernir y elegir, su “desde dónde”
Visto de esta manera, estamos en el pórtico de un
su “a favor de quién” y su “para qué”.
reto fascinante.
Los Ejercicios Espirituales son la fuente de la
Es una opinión muy personal que, si se quiere
Espiritualidad ignaciana. Ella es profundamente
entender lo que es el liderazgo ignaciano se necesita
cristocéntrica, y constituye un paradigma que
abordarlo desde la espiritualidad que brota de los
ayuda, al que la vive, a percibir, sentir, pensar,
Ejercicios Espirituales, con todos los elementos que
juzgar, elegir y actuar en favor de los derechos de
la conforman, entendiéndolos según su sentido
los demás, especialmente de los más necesitados y
originario. Existe la tentación, muy postmoderna,
excluidos de la sociedad, según el modo de
de hacerse de la propuesta desde la selección
proceder de Jesús de Nazaret.
acomodaticia de los elementos que más le interesen
al receptor; también se puede dar el caso de no
Pero cuidado, que no se entienda el párrafo
querer llamar las cosas por su nombre y, “por
precedente como la justificación para un talante
1
Adviértase que ex profeso hago un cambio de jesuitico a ignaciano, dado que, como adjetivo, tiene un significado, en el DRAE, que ayuda
poco.
21
TEMAS
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de simple “activista social”, sin sentido de la
trascendencia. Se insiste en esta idea: la
Espiritualidad ignaciana es ante todo una
experiencia mística, una experiencia de relación
profunda de Dios con la persona humana concreta,
o como diría Ignacio, del Creador con su criatura;
la cual, lleva al individuo a tomar conciencia de
tanto bien recibido, comenzando por su vida. De
este sentirse amado, aceptado y convocado, mana
una gratitud que esta a la base de la actitud
fundamental de la persona ignaciana: en todo
Amar y Servir.
Es importante no dejar pasar el que esta
Espiritualidad ignaciana se gestó en un convulso
siglo XVI europeo, en el que los sujetos se
encontraban a merced del acelerado devenir
histórico, en los que se producían tantos y tan
profundas transformaciones que era muy difícil
asimilar el cambio de época que se estaba
realizando. Hoy, como entonces, nos encontramos
en un turbulento paso epocal; así también, hoy,
como entonces, la Espiritualidad ignaciana
constituye una herramienta inigualable que
posibilita asumir la vida en clave de esperanza.
Jerónimo Nadal S.J, asistente personal de Ignacio,
utilizaba la expresión, Contemplativos en la Acción, para
describir como él entendía la vivencia de la Espiritualidad
ignaciana. Con esto intentaba indicar el sano equilibrio
entre ser una persona que cultiva su relación con Dios,
pero que no pierde contacto y compromiso con su aquí
y ahora, para actuar en consecuencia. En la actualidad
se diría que es una opción, libremente asumida, que
lleva a un servicio proactivo de la fe y la promoción de
la justicia.
Puntualicemos ideas claves. La espiritualidad gesta
un estilo de vida, en la que el sujeto puede dar
cuenta de quién es él ontológicamente y cuál es el
sentido de su vida, en el que hay una dimensión
inmanente, que se corresponde con la cotiadinidad,
y una trascendente, que tiene que ver con su
encuentro definitivo con lo totalmente otro, Dios.
El gran paradigma a seguir, Jesús de Nazaret y su
causa, y el medio para saber lo virtuoso o no de las
mediaciones usadas para su seguimiento, el
discernimiento.
Dicho lo anterior, si lo que mueve es la vivencia
profunda de la espiritualidad, es necesario concluir
que, cuando se habla de liderazgo ignaciano, no
se está hablando de una herramienta o una “ropa”
que se quita o se pone según la ocasión, sino de un
modo de ser para la vida cotidiana. Es el que
asumió el mismo Ignacio y el que adoptaron sus
primeros compañeros de la Universidad de París.
Este es el legado que, generación tras generación
de jesuitas –haciéndose extensivo a los laicos
ignacianos-, tomando en cuenta tiempos, lugares y
personas, nos han ido configurando como cuerpo.
2
Así las cosas y a modo de conclusión, sin que por
eso sienta que se usa un texto cerrado para la
discusión, quisiera hacerme eco de la propuesta
que, sobre liderazgo ignaciano, propone Carlos
Vazquez S.J: El Liderazgo Ignaciano es un estilo de
vida que, al servicio de la misión de Jesucristo, se
inspira en los Ejercicios Espirituales, para orientar
y acompañar el proceso de desarrollo humano en
lo personal y comunitario, hacia la excelencia
integral, en la formación de hombres y mujeres para
los demás y con los demás. 2
VAZQUEZ, Carlos. PROPUESTA EDUCATIVA DE LA COMPAÑÍA DE JESUS. Edit. ACODESI. Bogotá-Colombia. 2006. 181-184
TEMAS PARA
REFLEXIONAR
23
Hace ya algún tiempo, por no decir desde sus comienzos, la Compañía de Jesús ha
mantenido su preocupación por establecer las características de la relación entre los
Jesuitas y los laicos(as) y por la manera como se debería construir un diálogo para la
participación de los bienes espirituales, conceptuales, procedimentales y aún
personales entre unos y otros.
No en vano la experiencia Ignaciana primigenia, se da en momentos en los cuales la
vivencia es desde la condición de laico que tenía San Ignacio. El desarrollo de la
Compañía, las primeras aplicaciones de la Fórmula del Instituto, se dan en medio
de una de las peores crisis vividas por la Iglesia Católica en su historia, por la que ser
religioso era casi un sinónimo de corrupción, por lo que las mejores opciones eran
militar en la reforma o conservar la vida laical. De otro lado está la permanente
presión de personas, hombres y mujeres no consagradas para aportar desde su condición
laical al cumplimiento de la misión de la Compañía, todo ello de alguna manera
alimentado desde dentro de la Orden Religiosa, mediante su presencia en las
actividades particularmente laicas (p.e. la ciencia, la administración, el desarrollo
de instituciones educativas no confesionales o del orden nacional, el arte…).
Liderazgo y
formación de
directivos.
Relación
Jesuitas Laicos
En épocas más recientes el mismo mandato del Concilio Vaticano II, en el que se
hace un llamado a una mayor presencia de los laicos en los asuntos de la fe y en la
consolidación de la iglesia terrenal (sus instituciones, actividades y procesos), la
consideración de que la Iglesia del actual milenio es en la medida en que sea capaz
de incorporar a ella a los laicos no como receptores pasivos de una evangelización,
sino como agentes de la misma2 , son orientaciones retomadas por la Compañía,
particularmente en las Congregaciones Generales 313 , 334 , 345 y 356 , en las que se
hace mención explícita al papel de los laicos en las obras de la Compañía y se
ponen las bases sobre las cuales se edifica una “identidad con la misión” que les
permite ser “compañeros apostólicos”, con sus particulares maneras de contribuir al
desarrollo de la evangelización desde las obras creadas para tal fin.
1
2
Decano Académico Facultad de Educación, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá.
Véanse por ejemplo las encíclicas Lumen Gentium, Apostolicam Actuositatem, Gaudium et Spes
y el documento Christifideles Laici de 1987.
3 Ver Decreto 33 sobre la Compañía y el Laicado y el 34 sobre la vinculación de algunos Laicos.
4 Ver Decreto “Compañeros de Jesús enviados al mundo de hoy”
5 Decreto 13 sobre la colaboración con los laicos en la misión.
6 La más reciente Congregación General, realizada entre enero y marzo de 2008, no tuvo un
decreto especial sobre los Laicos como la CG34, pero resaltó el papel de éstos en los Decretos 2
(Un fuego que enciende otro fuego) y 6 (Colaboración en el Corazón de la Misión)
Esteban Ocampo Flórez
/ PUJ Bogotá 1
TEMAS
24
Pues bien, en este contexto vale reflexionar sobre la
relación entre Jesuitas y Laicos y particularmente de lo
que significa un liderazgo de los laicos en la dirección
de obras o de procesos de éstas.
De la relación Jesuitas – Laicos
Como se ha insinuado en los anteriores párrafos, desde
hace mucho tiempo ha existido una preocupación de la
Compañía de Jesús por darle un carácter a las relaciones
que existen entre sus miembros y obras y los
colaboradores no jesuitas de las mismas. Las conclusiones
que se han sacado, han ido desde la consideración de
los laicos como contribuyentes de sus obras, hasta el
aporte que los jesuitas pueden hacer a la misión de los
laicos. Esto es realmente importante, pues en los actuales
momentos, no solo los colaboradores no jesuitas (que
incluyen laicos7 , religiosos de otras comunidades y
seguidores de otros credos religiosos) son mayoría en
sus obras apostólicas, sino que tradicionalmente muchos
jesuitas colaboran con otras obras no jesuitas (muchas
de ellas ignacianas, pero no todas ellas de esta categoría8 ).
Y marca una diferencia también el sentido de considerar
la forma particular como cada quien vive su compromiso
evangélico: unos mediante la vida consagrada y otros en
su vida laical, por lo que no se puede pedir a los segundos
que se conviertan en “minijesuitas”, sino más bien la
consideración de que cada quien debe vivir a plenitud
su opción de vida y su relación con las obras en las
cuales comparten, será de acuerdo a ello.
Cualquiera que sea el caso, se ha visto oportuno (sobre
todo a partir de la Congregación General 34), que los
Jesuitas compartan con los Laicos su Espiritualidad,
particularmente mediante la vivencia de los Ejercicios
Espirituales, pero también con el conocimiento de sus
modos de proceder, de su historia y especial manera de
leer el mundo y sus relaciones, su organización, los
aspectos inherentes a su vida comunitaria, las claves de
su forma específica de evangelizar y su manera de
entender los múltiples fenómenos y procesos humanos.
Con este compartir se allana el camino para que las
relaciones entre unos y otros, puedan darse dentro de un
mayor nivel de corresponsabilidad, nacida del
conocimiento que los laicos puedan tener de la manera
ignaciana de obrar. Por supuesto que ello requiere de la
disponibilidad, entrega y convicción de los laicos
implicados. No basta con la disposición de los jesuitas,
es necesario que en los laicos exista la convicción acerca
de la necesidad de esta relación, generosidad para dar a
conocer sus particulares maneras de interactuar con el
mundo, convencimiento del aporte que sus
conocimientos pueden hacer a las obras y fortaleza en la
forma de vivir su responsabilidad como miembros de la
iglesia. En otras palabras, la relación Laicos – Jesuitas,
requiere de un mayor acercamiento de los unos a los
otros y de un reconocimiento de la necesidad de la
presencia de ambos para que la misión pueda cumplirse
plenamente.
En tal sentido, en la Congregación General 34, en su
decreto 13, se plantea que las relaciones entre los Jesuitas
y los Laicos, debe basarse en:
• Compartir la herencia espiritual, a través de los
Ejercicios Espirituales Ignacianos.
• Favorecer la llegada de los laicos a las obras de la
Compañía y de los jesuitas a obras dirigidas y
administradas por laicos.
• Ofrecer preparación a los jesuitas para el trabajo
colaborativo con laicos, además de la formación que
los jesuitas dan a los laicos en los aspectos pertinentes.
• Promover diversos tipos de asociaciones laicas, que
a su vez colaborarían con las obras de la compañía.
Desde acá puede considerarse entonces que la relación
Jesuitas – Laicos, es una realidad del mundo actual y
que para lograr los propósitos de unos y de otros, debe
avanzarse en los procesos de formación de ambos, para
que juntos aprendan a caminar por las exigentes rutas
del logro de una misión compartida, la evangelización,
7 Entendidos acá como creyentes católicos no religiosos.
8 Tal es el caso de los Jesuitas que trabajan en Instituciones gubernamentales o privadas, sobre todo de carácter educativo y científico.
TEMAS
defensa de la fe y promoción de la justicia a través de las
diversas obras, pero especialmente a través del apostolado
ilustrado, en un ambiente de “reciprocidad”, más que
de “complementariedad”.
Del liderazgo desde
la perspectiva Ignaciana
Ser compañeros en la misión, desde todos los frentes de
trabajo, pero particularmente desde las responsabilidades
de dirección, implica que las personas ejerzan un especial
liderazgo, que se hace más exigente en cuanto quien
esté llamado a él, no sea un miembro de la Compañía.
Para San Ignacio, quienes desempeñen los cargos de
dirección, deben efectivamente ser líderes, contar con
el reconocimiento de quienes hacen parte de la obra,
reunir una serie de condiciones (que se enunciarán como
características del liderazgo) y en todo caso debe cuidarse
de que quien ejerza este liderazgo se trate de alguien a
quien “a lo menos no le falte bondad mucha y amor a la
Compañía y buen juicio acompañado de buenas letras”9 .
Son muchos los escritos10 que se encuentran acerca de
la manera como los jesuitas, a través del tiempo han
ejercido y han formado en el liderazgo y por ellos se
pueden identificar los elementos que lo caracterizan y
por ende, lo que se debería buscar a la hora de querer
ubicar personas que puedan ocupar cargos directivos para
sus obras.
En particular se indica que tal liderazgo se identifica,
entre otras características, por:
1. Ser un liderazgo de servicio. Mientras los cánones de
la sociedad hablan de los liderazgos en los cuales las
personas puedan alcanzar sus propias metas, en la
perspectiva ignaciana, éste se concibe en la medida
En el Decreto 13 de la Congregación General 34 se plantean las bases de la
relación entre laicos y jesuitas
9 Constituciones, Parte IX, C.II, (735)
10 Ver por ejemplo Lowney, Chris. El liderazgo al estilo de los jesuitas. Editorial Norma, Bogotá: 2004
25
TEMAS
26
en que ayuda al logro de las metas de causas que
estén orientadas a la búsqueda de la dignidad de las
personas y el respeto por sus derechos. La clave de
este liderazgo es entonces el otro, las otras personas
y en particular aquellas que se ven relegadas a un
segundo plano en la sociedad: minorías, pobres,
migrantes, o que son sujetos vulnerables al respeto
de sus derechos.
2. Orientado a la solidaridad y la construcción de
comunidad. Es un tipo de liderazgo que se preocupa
y ocupa por los demás, con una sensibilidad especial
que le permite comprender y sentir, con la razón y el
corazón, las debilidades y oportunidades humanas,
los gozos y padecimientos de aquellos en quienes
tiene sentido nuestra acción. Y todo ello encaminado
a la búsqueda de constituir comunidades, grupos de
personas que se reconocen y que avivan propósitos
comunes, todos encaminados al logro de una “vida
buena”, vida en plenitud.
3. Encaminado a la búsqueda del cambio social. Tal como lo
pregona el Proyecto Educativo Común (PEC) la búsqueda
de condiciones para la vivencia de los valores del evangelio
en todo quehacer de las obras educativas de la Compañía,
en particular en América Latina, serán elementos distintivos
de este tipo de liderazgo.
4. Que toma decisiones desde el discernimiento. Busca
este liderazgo que las consideraciones que se tengan
para tomar una decisión, no solamente se hagan por
buenas (y a veces prácticas y efectivas) razones, sino
también por las implicaciones que éstas tienen en el
logro de metas que trascienden la efectividad y se
ponen en la dimensión de los valores que se declaran
y en general del bien humano. Decisiones iluminadas
en principios y valores que propenden por la dignidad,
la superación de condiciones que impiden la
trascendencia del ser humano. Implica “sospechar”
sobre la bondad de muchas de las llamadas buenas
acciones, procesos, resultados de la sociedad,
particularmente mercantilista, para poder encaminarse
a la construcción de un mundo justo, tal como lo
promulgan las instituciones de la Compañía de Jesús.
5. Liderazgo inserto en las realidades en las cuales se
ejerce. Por ello mismo un liderazgo crítico, capaz de
leer permanentemente las realidades con una mirada
examinadora desde los principios y valores que desea
promover.
6. Movido por el reconocimiento que los otros dan
a tal liderazgo. Se trata de la vivencia plena de
la autoridad nacida de la confianza y la creencia
que se tiene en el otro. En los ámbitos
educativos, por ejemplo, se estaría hablando
de una autoridad epistemológica que acompaña
ese liderazgo reconocido por los pares y los
mismos subalternos.
7. Apasionado, fuerte y persistente, a la vez que
comprensivo y respetuoso. Que todos los procesos
que se inician sean terminados, sin perder el ánimo,
realizando los seguimientos que deben hacerse a
todos los procesos. Pero también considerando que
lo que se hace no es más importante que quien lo
hace.
Seguramente podemos enunciar otras características,
pero la intención no es agotar el tema, sino esbozarlo
para la reflexión. Vale la pena igualmente detenerse un
momento para identificar algunas de las condiciones
que debe tener una persona que desee ejercer su
actividad como un Líder con inspiración Ignaciana. En
general, e igualmente sin querer agotar el tema, este
líder debería reconocerse por:
1. Vivir la Espiritualidad Ignaciana que se desprende de
los Ejercicios Espirituales, de los escritos de Ignacio
y de la Compañía y de las orientaciones de la Iglesia
para los laicos que cumplen su compromiso.
2. Permanecer animados por el Magis Ignaciano, que
invita a buscar siempre el mayor bien de la humanidad
y la mayor gloria de Dios.
3. Dar cuenta de la comprensión y apoyo hacia los
demás, especialmente de aquellos que tienen alguna
dificultad.
TEMAS
4. Ser una persona confiable, amable en el trato, humilde
en sus relaciones, claro y exigente en las
determinaciones y acuerdos hechos con los grupos
con los cuales interactúa.
5. Manifestar una armonía entre sus cualidades
intelectuales, afectivas y expresivas. No se trata de
que sea alguien que no pueda experimentar los
movimientos de sus emociones y afectos, o las dudas
frente al conocimiento, sino que pueda manejar los
ciclos propios de una vida intensa y demandante
actuación como responsable último de ciertos
procesos, sin que esto perturbe en mayor medida su
propia salud y seguridad y la de los demás.
En síntesis, este líder ignaciano, es aquella persona que
vive la cultura ignaciana tanto en su experiencia personal,
familiar, comunitaria, como en la institucional.
De la formación para la dirección 11
Conscientes de que en la actualidad la presencia de los
laicos en cargos de responsabilidad en obras de la
Compañía, es abundante, pero que es necesario poder
seguir garantizando la identidad de las mismas, la cual
no se avala solamente con la presencia de unos pocos
jesuitas en comunidades muy grandes o en vastos
territorios, el camino que queda es la permanente y
adecuada formación de aquellas personas que asumen
tales responsabilidades.
Sobre ello han dialogado los asistentes a la reciente
Congregación General 35, la cual ha resaltado la
importancia de la formación de los laicos, de la cual
dice en su Decreto 5, Nº 31 que se refiere a la Formación
para Jesuitas y laicos en puestos de liderazgo, que ésta
debe considerar:
a. Principios de Gobierno Ignaciano, incluye práctica
del discernimiento apostólico comunitario.
b. Capacitación para el trabajo en equipo.
c. Principios de liderazgo en general
d. Destrezas de gestión en áreas como
1.Administración financiera
2.Recursos humanos
3.Planificación
4.Resolución de conflictos
5.Confrontación
6.Moderación de reuniones
7.Manejo de crisis
8.Medios de Comunicación y relaciones públicas
e. Destrezas necesarias para ser un miembro eficaz en
un consejo de dirección.
Con base en la experiencia tenida en los esfuerzos
realizados hasta ahora, tal formación cuando se refiere
más directamente a los laicos debería considerar12 además
de lo anteriormente expuesto:
• Ejercicios Espirituales, que les permitan experimentar
en la propia vida la riqueza de éstos para la formación
y el crecimiento personal y espiritual
• Fundamentos teológicos, que permitan comprender
el sentido de la misión de la obra, los modos de
proceder y las orientaciones particulares sobre la
dirección de los centros, basados en el discernimiento.
• Formación ética, que permita guiar las decisiones por
los principios y valores que se declaran como válidos
para la perspectiva ignaciana.
Y una formación para los jesuitas, que les permita
reconocer a los laicos no como la tradición de la iglesia
los había presentado (personas ignorantes de lo religioso
y lo clerical), pero tampoco como pequeños jesuitas,
sino como lo que son, personas que han optado por un
proyecto de vida diferente al religioso, sin que esto
signifique indiferencia por esta realidad de la condición
humana (aunque pudiera darse), pero sobre todo como
personas dispuestas a compartir y aportar desde su
11 Es importante recordar que programas de formación Jesuitas – Laicos, se vienen promoviendo en toda América Latina desde hace varios
años, incluso antes de que la CPAL, promoviera y divulgara su texto “Colaboración con los Laicos en la Misión”. En el caso colombiano,
dicho proceso viene siendo liderado por el P. Carlos Vásquez Posada S.J., quien además ha apoyado procesos similares en toda la región.
12 Estos puntos fueron enunciados por el P. Francisco Ivern S.J. en su documento “Colaboración entre Jesuitas y Laicos” que se puede
consultar en http://www.cpalsj.org/publique/media/Colaboracion%20entre%20Jesuitas%20y%20laicos.pdf
27
TEMAS
28
identidad como profesionales, personas de vida familiar
o laicos comprometidos con la misión.
Conclusión
Los laicos podrán ser corresponsables en las obras
apostólicas de la Compañía, no sólo por la vivencia plena
de su identidad laical, sino por el aporte que hacen a las
mismas por su formación profesional, por los
conocimientos que han construido, por sus experticias
profesionales, por su integridad personal, sino, y muy
especialmente, por su capacidad para conocer y compartir
una misma misión, una misma espiritualidad y un mismo
carisma apostólico. Pero esto no surge espontáneamente,
sino que requiere de una preparación para ambos, Jesuitas
y Seglares en una manera diferente de comprender sus
relaciones, ni como subordinados, ni como asalariados,
sino más bien como personas que de manera diferente,
según sus dones y estado de vida, se comprometen
decididamente. Como lo indica del Decreto 6 de la
Congregación General 35, en su número 11, “El liderazgo
de una obra jesuita depende del compromiso con la
misión… Dichos directivos deben estar comprometidos
con la misión de la compañía, tal como se concreta en
la obra particular”. He allí la orientación, el desafío está
en hacerlo realidad, lo cual es una responsabilidad de
todos.
Lecturas sugeridas:
Congregación General 34. Decreto 13. Colaboración con los laicos en la misión.
Errázuriz, Josefina. Colaboración Jesuitas Laicos. ¿Cómo y para qué? Consultado en:
http://www.cpalsj.org/publique/media/colaboracion,%20como%20y%20para%20que.pdf
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Simons, Alberto S.J. ¿Qué desea un jesuita a los laicos? En:
http://www.cpalsj.org/publique/media/Que%20desea%20un%20jesuita%20a%20los%20laicos.pdf
Vásquez, Carlos. Claves del liderazgo ignaciano. Santiago de Cali, 2001.
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Vásquez, Carlos. Claves del liderazgo ignaciano. Santiago de Cali, 2001.
DOCUMENTOS
29
Dentro de la conceptualización de la Responsabilidad Social Universitaria (RSU),
se ubica el trabajo voluntario que estudiantes pueden realizar en zonas marginales
rurales o de pobreza urbana. Se ha hablado mucho sobre la estructuración de la
responsabilidad social en toda la universidad, y justificadamente, ya que los estudiantes
“no sólo aprenden allí su carrera, sino también de la Universidad hábitos y valores”.
Pero el trabajo voluntario merece una consideración aparte, por el mero hecho de
que lo realizan estudiantes con personas que no tienen la misma formación que la
que ellos están recibiendo o hayan recibido en sus casas. Voluntariados de
las Universidades
AUSJAL Aquí voy a esbozar una serie de temas, que con frecuencia ellos se plantean en
distintas etapas de su inserción en medios desfavorecidos. He extraído ejemplos de
la experiencia propia, pero procurando destacar su valor general. 1) La necesidad sentida y la exploración Al tener asignado un trabajo y antes de visitar por primera vez una zona pobre, el
voluntario correctamente se pregunta, ¿por donde comienzo?
La respuesta no es tan obvia: debe ponerse a hablar con la primera persona que
encuentre, en la calle, en la plaza o en la puerta de una casa. ¿Y de qué les hablo?
Hay que hablar de lo que le venga a la cabeza: del tiempo, de la lluvia, de la calle,
del calor, del frío. Debe ser espontáneo, hablando de lo que le está pasando, de algo
que le llamó la atención, y si puede referirse a algo que siente, de algún dolor, de
alguna impresión personal, tanto mejor. No debe comenzar como queriendo
explicarlo todo, (como profesor) más bien debe preguntar, por los niños, el deporte…
Todos estos son temas para romper el hielo con una persona desconocida. No hay
que tener miedo a perder el tiempo.
De a poco es posible que vaya saliendo algún tema que constituye una necesidad
sentida para ellos. No se trata de sacar el tema que a uno le parece que es la necesidad
de la gente, sino preguntar desprejuiciadamente cual es para ellos la necesidad que
más sienten, la necesidad sentida y compartida entre ellos.
Con mucha frecuencia el tema de la educación de los niños y la escuela suele ser
una preocupación para los padres. Cualquier cosa relacionada con la falta o el exceso
de agua suele ser importante. Pero no debe presumirse a priori que es la necesidad
sentida. Puede faltar el agua pero resulta, que en el mismo lugar, una epidemia es la
necesidad sentida. Otra necesidad frecuentemente sentida es la falta de remuneración
justa o precio justo para sus productos. Todos estos temas pueden ser muy importantes
Miguel Petty SJ
DOCUMENTOS
30
y requieren estudio y análisis. Algunos pueden tener fácil
solución inicial, como una escuela que no tiene puertas
o vidrios en las ventanas. Pero al solucionar ese problema
nos damos cuenta con frecuencia que hay muchos
problemas más detrás de esa necesidad inicial sentida.
Por otro lado, la introducción de elementos de culturas
distintas a las dominantes en un pueblo sencillo o
indígena, no es una cosa nueva. Desde que los españoles
se encontraron con los indígenas de América Latina cada
generación ha ido contribuyendo a esa interculturalidad.
Los jóvenes suelen tener necesidades como por ejemplo
una pelota de fútbol o un lugar para jugar. Así todos los
diversos grupos, ancianos, niños, jóvenes, mujeres y
hombres tienen necesidades sentidas distintas.
Por ejemplo el caballo, la vaca y las ovejas eran animales
ajenos a las culturas amerindias. Ellos las hicieron propias
e incluso las usaron eventualmente para luchar contra
los españoles. Lo mismo se puede decir del molino de
viento, la bicicleta y la cocina de gas que ya son tan
comunes entre nuestros pueblos sencillos; fueron
introducciones de elementos culturales que modificaron
sus estilos de vida.
Pero superada ese primerísimo contacto, el voluntario
debe seguir explorando. Sin problemas, puede darse hasta
un año entero (dependiendo de la frecuencia de sus
visitas) en una fase exploratoria antes de dedicarse de
lleno a encarar un determinado problema. Esta etapa
exploratoria nunca será tiempo perdido. Deberá tomar
nota de todos los problemas y las necesidades para que
otros no tengan que repetir la misma etapa exploratoria.
2) La cultura También con anterioridad a sus visitas, muchos
voluntarios se plantean este primer problema: los
estudiantes son de una cultura (universitaria) determinada
y se encuentran con personas cuya cultura es al menos
diferente. No se afirma que una cultura sea mejor que la
otra, ni que una sea más elevada, modernizada, sofisticada
que la otra. Simplemente se constata una realidad
innegable: se produce un encuentro entre dos series de
valores culturales.
Los estudiantes, suelen plantearse el problema: ¿es
correcto que yo introduzca nuevos elementos culturales
en este ambiente?
La respuesta lógicamente es compleja. Por un lado
debemos reconocer que todas las culturas son dinámicas
y cambiantes en la medida que interactúan unas con
otras. De hecho la cultura dominante “así llamada culta”
ejerce una enorme influencia en los pueblos sencillos o
menos escolarizados a través de la radio y la televisión.
(El factor más determinante de la modernización rural
en toda América Latina ha sido la radio a transistores).
Lamentablemente los anti-valores o los peores valores
son los que se transmiten más fácilmente.
Que los estudiantes lleven determinados valores es no
sólo inevitable, sino también necesario cuando estos son
positivos. Pero no se trata de llevar anti-valores sino
aquellos que sean auténticos. Esto de hecho se realiza
de un modo muy sencillo: por ejemplo cuando el grupo
de estudiantes trabaja unido y se respeta entre sí, ello es
observado por la gente y se está transmitiendo el valor
de la unidad, se está mostrando de un modo muy
concreto que es mejor la unión que la desunión para
lograr cualquier fin.
Por todo ello, el estudiante que va como voluntario a
trabajar en una cultura distinta de la suya no debe
preguntarse si es lícito o correcto introducir nuevos
elementos o valores culturales, como por ejemplo el
teléfono celular o la computadora, sino que debe
asegurarse que sean positivos esos mismos valores que introducen o si ayudan a la gente a vivir mejor, si reflejan
unidad, constancia, autenticidad.
Un ejemplo de lo que no se debe hacer: un joven
estudiante que se vistió con toda la ropa propia de los
gauchos, con botas, bombachas, cuchillo al cinto,
pañuelo al cuello y gorra, como procurando mostrar que
era un gaucho más. Pero ellos se dieron cuenta de su
falta de autenticidad y lo tildaron de “gaucho plástico”.
Y para terminar sobre este tema, muchas veces
transmitimos valores sin proponer y ni siquiera
percibirlo. Por el sólo hecho de que estamos dispuestos
a visitar a la gente, les estamos enseñando que es bueno
visitar al amigo, que lo valoramos, que lo queremos.
Y vaya otra anécdota: una vez, con curiosidad, le
pregunté a un paisano cuál había sido, según su parecer,
el resultado de los diez años de visitas del grupo
misionero a la población. Su respuesta me llamó la
atención: “la gente ha aprendido a recibir a otros en
sus casas. Éramos inconcientes de que la gente no se
visitaba, es más, que los niños se escondían al llegar
extraños…”
3) Asistencialismo o desarrollismo Superada la inquietud por los problemas de diferencias
culturales, veamos las dos principales orientaciones
metodológicas, erróneamente contrapuestas como
ideologías diferentes en lo que hace a nuestras situaciones
concretas.
Es cierto que desde un punto de vista puramente
ideológico el asistencialismo es una exageración de la
asistencia, y el desarrollismo es una exageración del
desarrollo. Siempre a nivel de las ideas, ambas reflejan
Pero la necesidad de emplear la asistencia o el desarrollo
debe ser determinado no por el donante (voluntario)
mismo, sino por la situación en la que se encuentra. Por
ejemplo, en el caso de un desastre natural, un terremoto
o lluvias torrenciales, se impone la asistencia a los que
han padecido pérdidas. Nadie negará que se deba ayudar
con comida, techos, remedios y agua.
En cambio, cuando la situación es normal y se viene
dando desde hace tiempo, por más que le falten cosas a
la gente, no es bueno repartir comida, ni remedios ni
agua. Se deberá más bien encontrar con ellos como buscar
la comida y los remedios, como trabajar para conseguir
las cosas que necesitan.
Un voluntario se puede encontrar con situaciones muy
diversas, familias que se desarrollan con normalidad en
una situación de mucha pobreza, y por ejemplo ancianas
que viven solas, abandonadas, como si un diluvio le
hubiese llevado hasta sus parientes más cercanos.
Ante estas situaciones, el voluntario no debe decir: yo
sólo hago “desarrollo”, no puedo hacer “asistencia” sino
que debe hacer lo que las circunstancias le exijan.
Por ejemplo, un grupo de voluntarios se dedicó durante
toda una misión a cuidar a una viejita que vivía sola,
que no tenía quien le cocinara comida, limpiara la
casa, le diera de comer, etc. Otra vez tuvieron que
atender a una señora moribunda, ya que ni los
familiares se animaban a pasarle un algodón húmedo
por la boca.
Otras actividades como, por ejemplo, el tiempo
dedicado a los niños, que no pueda encasillarse en
ninguna categoría de desarrollo es de enorme valor.
Ocuparse de la educación de los niños y jóvenes es
posiblemente lo más importante que pueda realizar
un voluntario.
Por lo tanto, si bien hay diferencias enormes entre
asistencialismo y desarrollismo, ya que son como dos
extremos de un continuo, y para muchos son ideologías
opuestas (sobre todo los que propugnan el desarrollo
critican a los “asistencialistas” y consideran el desarrollo
como la actitud moderna, correcta). En la práctica, el
que uno emplee una metodología u otra depende de la
situación en que se encuentre; hay que entremezclar dos
tipos de actividades (asistencia y desarrollo): por ejemplo
organizando una cooperativa con unos pobladores, y por
otro lado atendiendo a un enfermo, o visitando en la
cárcel a otro vecino detenido, u organizando un partido
de fútbol. Por otro lado, siempre un trabajo voluntario serio exige
por lo menos una duración de tres años. Con sólo un
año de actividad no se logra ni siquiera la confianza
necesaria para encarar algún proyecto. Aún así, siempre
debe considerarse su actividad como necesariamente de
largo plazo. Los estudiantes en un trabajo cambian, pero
otros los seguirán. 4) El empoderamiento El tema del empoderamiento es sumamente delicado.
Los mismos pobladores de una zona rural o de un barrio
periférico deben asumir la iniciativa de su propio
desarrollo.
Ocuparse de la educación de los niños y jóvenes es posiblemente lo más
importante que pueda realizar un voluntario
DOCUMENTOS
actitudes diferentes de quienes se proponen ayudar a otros
a mejorar su situación.
31
DOCUMENTOS
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El voluntario en cambio, no debe confundir su rol de
inspirador, de asesor, una persona que lleva ideas, con
el rol del ejecutor que es propio de los pobladores.
Tampoco debe negarse a proponer iniciativas novedosas.
Cualquier voluntario puede sugerir cosas, acciones, pero
desde una postura de diálogo y no de sutil imposición.
Es decir, una propuesta debe ser analizada lentamente
con ellos, consensuada con ellos, discutida con ellos
hasta que se logra un consenso. Luego, el voluntario puede
hacer gestiones, buscar dinero, tomar medidas, escribir
pedidos, que tal vez ellos no pueden hacer.
Por ejemplo, para la formación de las dos Cooperativas,
que resultaron exitosas (otras dos fracasaron) la iniciativa
claramente surgió de ellos, incluso ellos mismos
proponiendo las autoridades para la futura cooperativa.
Pero después, hubo que acudir a las oficinas oficiales
para conseguir formularios, llenarlos, realizar consultas,
etc., luego pedirles a ellos que firmaran todos los papeles.
Finalmente hubo que presentar todos los papeles firmados
al gobierno para seguir el trámite.
Pero las decisiones sobre la venta de sus bienes, las
tomaban siempre ellos sin intervención alguna del
voluntario o agente externo.
Otras iniciativas a veces surgían del agente externo, fueron
discutidas y analizadas hasta durante años, para lograr la
manera de implementarlas. Muchas medidas fueron
tomadas por ellos, aún en contra del agente externo.
Cuando las iniciativas son complejas, (después de
algunos años de trabajo) se trata de elaborar un proyecto
para ser presentado ante una agencia financiadora.
Lógicamente al principio, el voluntario debe hacer esa
presentación. Pero como la agencia donante muchas veces
opina y sugiere cambios al proyecto, el voluntario debe
siempre volver a considerar las propuestas con la gente
involucrada. Por ejemplo, una fundación propuso, una
vez, un cambio en la presentación del proyecto. No debía
ser presentado por la cooperativa sino por el Obispado.
El agente externo, no podía seguir trabajando con esa
Fundación, ya que él no debía hacer los proyectos, su
principio básico era que los proyectos debían ser hechos
y discutidos una y otra vez por la misma gente. 5) Las instituciones
Un voluntario podría pensar que en zonas rurales o
marginales existen pocas instituciones civiles o religiosas.
A primera vista parecería ser un campo libre de toda
autoridad y sin embargo no sólo existen autoridades,
sino que siempre serán decisivos para el éxito de una
misión.
Tan importantes son que hasta podrían abortar cualquier
iniciativa. En la época de los militares en la Argentina,
éstos seguían los pasos de cada grupo, averiguaban con
los vecinos los temas tratados por los voluntarios. En
Venezuela el partido político dominante influye en todas
partes y no permite ni tolera acciones que les sean
opositoras.
Pero el voluntario, si bien se identifica como procedente
de una universidad católica, no debe alinearse con
ninguna postura política sino procurar el desarrollo y la
mejora del nivel de vida de la población. Su
independencia es clave para poder trabajar con libertad.
También hay otras instituciones como por ejemplo la
escuela, con cuyas autoridades conviene siempre procurar
buenas relaciones. Con el intendente o la autoridad
política local muchas veces hay pequeños conflictos de
distintos vecinos. No conviene alinearse a favor o en
contra a no ser que sea muy evidente donde está la razón.
Por supuesto, la parroquia es importante, aunque esté
distante, pero los voluntarios estarán trabajando dentro
del ámbito de una determinada parroquia que tendrá sus
prioridades y sus planes concretos. De ninguna manera
se debe trabajar en contra de las directivas de la parroquia.
Es probable que haya una cooperativa, o algún club, con
quienes es importante tener buenas relaciones. Conviene
ver qué planes tienen y procurar siempre apoyar, ya que
en las zonas rurales o marginales las instituciones, si bien
no abundan y suelen ser frágiles, tienen su importancia.
De no haber ninguna institución (cosa muy difícil por
cierto) será muy conveniente crear alguna, habiendo
conversado previamente con varios vecinos. 6) La acción integral En una población el voluntario se encuentra con distintas
dimensiones, que puede agruparse en religiosas,
personales, sociales y económicas. Entre las dimensiones
religiosas se encuentran la catequesis y el culto
(sacramentos), la promoción de la caridad y la justicia,
entre las personales estarían la promoción de la mujer,
la salud, de los niños y los jóvenes. Entre las dimensiones
sociales, estarían las comunicaciones entre ellos,
caminos, radios, reuniones, y las diversas prácticas
culturales propias. Entre las dimensiones económicas está
la propiedad de la tierra, la vivienda, la producción
principal, alternativas y su comercialización, la
producción doméstica en huertas o artesanías.
Conviene procurar que una acción llevada a cabo por un
grupo de voluntarios atienda a la mayor parte de estas
dimensiones. Un grupo puede dividirse entre sí las
distintas dimensiones salvando que nadie se deba dedicar
a la catequesis formal de niños sin la debida autorización
y planificación de la parroquia.
Para un grupo de voluntarios fue interesante la iniciativa
de lograr la propiedad de las tierras. Después de largas
discusiones, ya que no se trataba de una necesidad
sentida, los voluntarios juntaron 5.000 dólares, para la
compra de un equipo GPS y lo entregaron a un agrimensor
que lo tomó como parte de pago por su futuro trabajo.
Pero luego los vecinos para pagar sus partes al agrimensor
y comprar sus tierras al Estado, juntaron un total de 55.000
dólares haciendo pagos en especie y en efectivo. 7) Voluntarios ignacianos y misioneros Un voluntario ignaciano debe reflejar la espiritualidad y
las virtudes definidas como propias de su universidad.
Debe siempre buscar lo que más conduce al fin que se
propone, no debe escatimar medios para llegar a ese fin.
Debe procurar siempre ir más allá de las fronteras, ir
donde otros no pueden o no quieren llegar. Debe
entenderse como instrumento en las manos de Dios para
transmitir su amor a las vidas de los hombres, las mujeres,
los jóvenes y los niños de su zona de trabajo, cualquiera
que sea la religión que profese.
El deberá entenderse como un laico que colabora de la
mejor manera posible con la obra evangelizadora de la
Iglesia, procurando con todas sus fuerzas la paz y la justicia
entre los vecinos, y también colaborando con la acción
de sacerdotes, identificando personas para recibir
sacramentos (bautismos, matrimonios), o convocando
para Misas y construyendo grutas.
Un voluntario ignaciano puede se llamado “misionero”
o “voluntario”. Pero los términos “voluntario” o
“misionero” muchas veces se emplean como sinónimos,
y aunque no lo sean, no hay incompatibilidad entre ellos.
¡Un año, varios voluntarios misioneros se dedicaron a
limpiar un cementerio abandonado (signo de la
esperanza en la vida eterna)!
Pero posiblemente lo más importante que deban realizar
los voluntarios misioneros será dar el buen ejemplo de
la unión entre sí. “Miren como se aman” debe ser su
gran mensaje. 8) El final de la misión. Todo trabajo voluntario suele realizarse en períodos
determinados que tienen un fin, ya sea por el fin del año
académico, o el fin de las vacaciones. Es importante que
termine bien. Para ello es recomendable tener en cuenta
dos cosas: la despedida y la evaluación posterior.
La despedida es aprovechable como un momento para
reunir a mucha gente, tener una fiesta, una Misa, un baile. Es importante que la despedida tenga un ambiente
festivo y no de tristeza. La mayor participación de toda
la población en dichos festejos es muy deseable.
Después de la misión, así como Jesús llevó a sus apóstoles
a Galilea después de su crucifixión, es bueno que los
voluntarios se reúnan en alguna “Galilea” para evaluar
su trabajo y sacar conclusiones sobre como continuar.
En la experiencia del Grupo Misionero San Francisco
Javier, nunca se hubiera podido avanzar en proyectos y
actividades si no hubiera sido por las evaluaciones. Para
ello se dedican dos días enteros a evaluar cada mínimo
aspecto de la organización y sobre todo darle el tiempo
necesario para que cada uno pudiese expresar cómo haya
vivido personalmente la experiencia. 9) Conclusión Al entrar un voluntario en un poblado o zona rural,
comienza a hacerse parte de su historia. Cuando se retire,
ellos contarán durante años sus visitas; cuando falte, será
extrañado.
El voluntario debe reconocer que es una parte de un
esfuerzo sostenido en el tiempo, ya que la Universidad
procurará continuidad a sus esfuerzos mientras ello sea
conveniente. Como miembro de un equipo, debe hacer
su parte. No todos pueden hacer lo mismo, algunos
tendrán tareas más duras que otros. Algunos harán una
evangelización explícita y otros la harán implícita.
Al pasar los años, el trabajo se hace cada vez más
interesante, se va llegando a abordar no sólo los
problemas sentidos sino los reales y profundos.
El voluntario ignaciano no solo debe procurar aprender
de su trabajo, sino también procurar proyectarlo a las
dimensiones más amplias de la sociedad. En otras
palabras siempre deberá tener la visión de que con su
trabajo está procurando un cambio en la sociedad.
Finalmente nunca se podrá enfatizar demasiado que los
voluntarios deben generar la confianza y el respeto de la
gente. Es la condición sine qua non para todo progreso
de desarrollo sostenido. Sin haber logrado confianza, los
voluntarios serán unos turistas más, que visitaron hoy y
desaparecieron mañana.
DOCUMENTOS
Cada una de estas dimensiones puede significar años de
trabajo, iniciación de pequeños proyectos como por
ejemplo la instalación de sanitarios.
33
CON SELLO
AUSJAL
34
Abriendo espacios El objetivo principal de la Cátedra de Honor de la Universidad Católica Andrés
Bello es explotar aptitudes que ni los alumnos saben que tienen; la intención de la
a nuevos líderes cátedra no es buscar el protagonismo en sus vidas, sino brindarles una herramienta
que les sea de utilidad en sus proyectos. Así de sencillo y complejo a la vez.
Para lograr su propósito, iniciada en 1996, propone un proceso dividido en cuatro
bloques o áreas de conocimiento, en los que los participantes obtienen una formación
de primera sobre historia, temas socio políticos, liderazgo y experiencias prácticas.
Se hace énfasis en el trabajo en equipo y el conocimiento del contexto histórico,
social y económico de Venezuela.
Actualmente, cuando ya han transcurrido doce años desde su fundación, la Cátedra
de Honor se encuentra bajo la coordinación del profesor Arturo Serrano. “Aunque la
Cátedra de Honor no propone un espacio donde poner en práctica el liderazgo, sí
brinda a los participantes una herramienta adicional para sus proyectos. La mayor
ventaja que pueden obtener los alumnos de la cátedra de honor es la de conocer y
descubrir que hay otros estudiantes con sus mismos intereses e inquietudes”.
Abierta para todos
La Cátedra de honor UCAB fue fundada por los profesores Julio Borges, Victorino
Márquez y Guillermo Bolinaga con la idea de ofrecer una formación extra a los
estudiantes destacados de la Facultad de Derecho de la universidad. Luego de cuatro
años se abrió nuevamente la Cátedra, pero esta vez se decidió que sería un programa
que formaría a 40 líderes anuales pertenecientes a todas las facultades.
Ahora para ser candidato a la Cátedra de Honor es necesario estar cursando de
segundo a cuarto año en el caso de las carreras anuales y de tercer a octavo semestre
en el caso de las carreras semestrales, y por supuesto, tener buen promedio. “Además
es necesario demostrar interés y compromiso en ser líderes, este compromiso debe
ser palpable en acciones, bien sea participando activamente en su comunidad o
como líderes estudiantiles”, dice Serrano
Por otro lado, aunque no se exige que los estudiantes presenten una prueba para
pertenecer a la Cátedra, la participación de los mismos debe ser de carácter
enteramente presencial. Durante su duración, la excelencia es la norma y la
puntualidad, un elemento muy importante.
Ligia Villamediana
y Laura de Freitas
/UCAB
Para participar en la selección, el alumno sólo se debe llenar una planilla y consignar
las notas firmadas por la escuela. Con base en la información de las planillas, se
hace una primera selección, después de la cual quedarán 80 participantes, a quienes
CON SELLO AUSJAL
se les hace una entrevista en la que se considerarán sus
aptitudes.
Al finalizar la Cátedra, el jurado conformado por tres
miembros permanentes (Néstor Luis Luengo, Francisco
Coello y Ricardo Márquez) y cuatro psicólogos del Centro
de Asesoramiento y Desarrollo Humano (CADH), son
los encargados de decidir qué alumnos han alcanzado
los objetivos planteados por la Cátedra y podrán asistir a
un acto de graduación donde se les hace entrega de un
certificado.
Sacando el líder que llevamos dentro
“La Cátedra de Honor se posiciona como un espacio en
el cual jóvenes universitarios con ganas de crecer, de
arrastrar masas, de producir ideas, de aprender y de
evolucionar, se reúnen para nutrirse mutuamente”, afirma
Jorge González, ex-miembro de este programa formativo
y hoy licenciado en Comunicación Social.
“Si hay algo que falta en esta pelota azul, verde y marrón
es asumir posturas, crear criterios con bases reales y
valores profundos. Esto, tan difícil de lograr, sólo es
posible a través de liderazgos breves, grandes,
minúsculos, imperfectos, eternos o fugaces. Pero sólo a
través de liderazgos. De allí la importancia de asumir
espacios como la Cátedra de Honor desde la propia
universidad”, destacó González.
Para el egresado de la UCAB, lo aprovechable que pueda
ser la Cátedra de Honor dependerá de cada quien.
“Podemos convertirnos en esponjas y aprovechar cada
35
Arturo Serrano, Coordinador de la Cátedra de Honor
invitado, cada idea, cada reflexión; así como también
podemos asumir la posición pasiva de sentarnos como
zombis a escuchar a otros por el resto de la vida”.
Todos tenemos el potencial
Para Oriana Molina, estudiante de noveno semestre de
Comunicación Social, la Cátedra de Honor fue una de
las mejores experiencias que ha vivido en el campus.
Gracias a ella conoció a personas de distintas carreras,
“lo que nos permitió unirnos más y ver todos los mundos
que integran la universidad”.
“Todos tenemos un líder adentro. Lo importante es saber
usar esas habilidades en el
ámbito en el que te
desenvuelves y que las
personas quieran trabajar en
equipo contigo. Esa fue una
de las cosas que
aprendimos en la Cátedra”,
explica Molina.
“También nos enseñaron
técnicas de relajación,
meditación, historia de
Venezuela, liderazgo y
oratoria. Recuerdo que para
poner en práctica lo
aprendido en estas clases,
al final de la Cátedra
realizamos un juicio abierto
en el aula magna donde un
grupo debía defender la
legalidad de la marihuana
y otros estaban en contra”.
CON SELLO AUSJAL
36
Inspiración vs. información
La experiencia es determinante
Rafael Bello, estudiante de Ingeniería informática y actual
representante estudiantil ante el Consejo Universitario
de la UCAB, encontró en la Cátedra un trampolín para
conocer más la UCAB y postularse como representante
estudiantil.
Vanessa Zerpa, estudiante de Comunicación Social,
considera que existen ambos tipos de líderes, los que
nacen y lo que se forman. “Hay ciertas personas a las
que desde pequeñas se les nota las condiciones de líderes
que tienen; sin embargo, son las experiencias vividas y
las circunstancias atravesadas la que determinan qué clase
de líder serás”.
“Pienso que la Cátedra más que enseñarte como ser
un líder, te inspira a serlo, brindándote las
herramientas necesarias para lograrlo”, dice Bello. “Por
lo menos en mi caso fue más inspiración que
información lo que recibí, porque para mí la teoría
no hace un líder, es algo que se logra con experiencia,
organización y formación”.
Minerva Vitti también fue miembro de la Cátedra de
Honor 2007-2008. Ella coincide con Bello en que “líder
no es la persona que agarra el megáfono, dice vamos y
todos lo siguen; sino aquel que te enseña cómo puedes
ser tu también un líder y te brinda las herramientas para
lograrlo”.
“Es, definitivamente, un privilegio para quienes entienden
la importancia del liderazgo en un mundo repleto de
ideas huecas, excesos y banalidades. Representa, en dos
platos, un espacio académico y humano sin
desperdicios”.
“Ser líder, desde mi punto de vista, es una facultad dual,
ambigua, dicotómica y hasta contradictoria. En este
sentido, me atrevería a afirmar que en su naturaleza
conviven todas estas características también, razón por
la cual se nace siendo líder; pero, también, se alcanzan
liderazgos a través del esfuerzo, a través del trabajo y,
sobretodo, a través de la voluntad”.
“La Cátedra de Honor es un espacio que, más que formar
líderes, los encamina. Hay personas en la universidad que
son líderes sin haber pasado por allí, como hay otros que
han sido miembros de la Cátedra de Honor y no ejercen
ningún liderazgo dentro de la universidad”, señaló Zerpa.
Vanessa Zerpa asegura que una de las cosas que más le le
impactó durante su participación en la Cátedra fue
“entender que el lenguaje reactivo no te lleva a
nada”. Destacó también lo enriquecedor que fue
compartir con personas de carreras distintas, ya que le
enseñó que un mismo fenómeno puede ser entendido de
muchas formas.
Esta joven no olvidará cuando el reconocido historiador
Germán Carrera Damas casi llora luego de darles una
charla, diciendo que “se había llevado de nosotros más
de lo que podía esperar”.
Zerpa afirmó que “la Cátedra de Honor es una de las
mejores experiencias que he podido vivir hasta ahora”; y
-sin pensarlo dos veces- dijo que, si fuese posible, se
volvería a inscribir “para cursarla una vez más”.
Fuente: Revista Factum (revista electrónica de la UCAB,
disponible en http://factum.ucab.edu.ve)
CRÓNICA
37
Por las calles de las principales ciudades del país, cientos de estudiantes de
universidades privadas y públicas, cuyo edad promedio no llegaba a 22 años,
caminaban, gritaban y también tiraban piedras y quemaban neumáticos: es la rebelión
de los chamos, es decir, de los muchachos, de la juventud. Y la UCAB, una
universidad jesuita, tradicionalmente tenida como apática y hasta indiferente estuvo
en el epicentro de la revuelta que comenzó con la decisión del gobierno de retirar la
concesión a RCTV, el canal de señal abierta más visto de toda Venezuela.
Acusados de sifrinos, (palabra usada en Venezuela para señalar a los jóvenes de
clase media y alta) que no les duele el país, los universitarios en general, y los
ucabistas en especial, demostraron que estaban hechos de otra cosa. Que la
universidad si pasó por ellos.
Cuando los
chamos
venezolanos
dijeron «no»
«La sociedad estaba dormida y los estudiantes la despertaron». Así resumió el
estudiante de comunicación social Freddy Guevara a El Nuevo Herald la manera
como un espontáneo movimiento estudiantil en Venezuela empezó a liderar las
protestas que mantuvieron con la guardia en alto al gobierno del presidente Hugo
Chávez.
Las armas propagandística y de comunicación del disciplinado movimiento son los
mensajes de texto a través del teléfono celular, vídeos de You Tube y los diversos
blogs del Movimiento Estudiantil. “Aquí todo es electrónico, nos entendíamos a
punta de mensajitos de texto y de internet”, decía Guevara en uno de los días más
candentes de la revuelta.
«Somos creadores de una nueva Venezuela», advirtió por su parte el líder estudiantil
Yon Goicochea, de la Universidad Católica Andrés Bello., quien meses más tarde
resultaría honrado con el premio Milton Friedman por su actuación en aquellos
días.
Al recordar las razones que mantenían a los estudiantes en la calle, Goicochea
mencionaba, además del regreso de la señal de RCTV y el respeto a la libertad de
expresión, la exigencia de un compromiso de TVes ( la nueva estación de televisión
oficial que reemplazó a RCTV) de reseñar todas las informaciones.
También pedían que los medios privados y oficiales observen «una conducta
responsable que garantice la pluralidad de pensamiento» y que se libere a todos los
detenidos por manifestar a favor de los derechos civiles. Esa situación generada por
Luis Ernesto Blanco /
AUSJAL
CRÓNICA
los estudiantes mantuvo completamente desconcertado
al gobierno, quien hasta ese momento había sido el único
actor en la agenda de la opinión pública.
38
A medida que las manifestaciones estudiantiles se fueron
incrementando, ganando respaldo popular y más adeptos,
los líderes universitarios idearon una estrategia
organizativa para evitar el desbordamiento, explicó David
Smolansky, representante al Consejo Universitario de la
Universidad Católica Andrés Bello y, para ese entonces,
miembro al Consejo de Facultad de Humanidades y
Educación.
“Los principales líderes de las universidades que
participan en las marchas, la mayoría de ellas ubicadas
en el área metropolitana de Caracas, organizaron un
comité interuniversitario que se reunió cada noche para
definir la agenda de actividades del día siguiente. Los
acuerdos obtenidos cada noche, se discutían en asambleas
en cada universidad la mañana siguiente, a fin de lograr
un consenso sobre qué hacer”, dijo Smolansky
Las caras visibles detrás
de la mano blanca
El símbolo escogido por los estudiantes durante su lucha
fue una mano blanca. Era fácil de reproducir y era
contundente. En todas partes aparecieron franelas, grafitis
en las paredes y en cualquier lugar imaginable con la
palma extendida. Detrás de ellos destacaron varios
jóvenes, pero sin duda las grandes figuras fueron dos
ucabistas; uno estudiante de Derecho, otro de
Comunicación Social; uno con aspecto mesurado y
reflexivo; el otro más irreverente y espontáneo; Yon
Goicochea y Freddy Guevara.
Siempre moderado
Con 23 años de edad y cursando el último año de la
carrera de Derecho, Yon Goicoechea Lara se ha erigido,
junto a un grupo de líderes estudiantiles de las principales
casas de estudio de Venezuela, en representante y vocero
de un movimiento disidente que defiende los valores
democráticos en su país.
Durante su paso por la universidad, Goicochea participó
en el Voluntariado de la UCAB para el Trabajo Social en
Penitenciarías; fue electo Vicepresidente del Centro de
Estudiantes de la Facultad de Derecho y representante de
esa casa de estudios en el Modelo Latinoamericano de
las Naciones Unidas, en el cual obtuvo una «Mención
Honorífica» por su destacada participación. En 2008 ganó
el Premio Milton Friedman a la promoción de la Libertad.
Fue llamando a la reconciliación nacional e izando la
bandera de la no violencia, que Yon Goicoechea junto a
sus compañeros de estudio, decidió oponerse
públicamente a lo que ellos consideran violaciones de
derechos humanos por el gobierno venezolano.
Particularmente, a partir del 27 de mayo de 2007 y con
ocasión del cierre de Radio Caracas Televisión, después
que el gobierno Venezolano no le renovase la concesión,
la presencia en las calles y ante los órganos del Estado
haciendo las denuncias correspondientes, ha sido
constante.
Documentos ante los diferentes órganos de la República
Bolivariana de Venezuela como la Defensoría del Pueblo,
la Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo de Justicia,
la Fiscalía General y el Consejo Nacional Electoral a
nivel nacional; e internacionalmente, ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos en Washington
D.C., han sido consignados por representantes del
Movimiento Estudiantil. En estos han solicitado que se
les garantice el derecho a manifestar pacíficamente, a la
participación en los asuntos de interés nacional, a la no
discriminación política ni de ningún tipo, a la vida, a la
libertad y a la integridad personal, principalmente. Todo
ello de conformidad con la normativa legal y ante la
situación de alarma a nivel nacional, originada por la
arremetida policial que causó más de doscientos
manifestantes detenidos por los cuerpos de seguridad.
El apoyo masivo que ha recibido este Movimiento no
solamente por parte de los estudiantes sino de la sociedad
civil en general, ha llamado la atención de las autoridades
del gobierno venezolano. Públicamente el Presidente de
la República, Hugo Chávez; la Presidenta de la Asamblea
Nacional, Cilia Flores y algunos Diputados como Luis
Tascón e Iris Valera; el Ministro del Poder Popular para
el Interior y Justicia, Pedro Carreño y la Dirigente del
Partido de Gobierno Lina Ron, entre otros, han
arremetido verbalmente contra los estudiantes disidentes,
tildándolos de: «fascistas», «enemigos de la patria»,
«colaboracionistas de ultraderecha», «usados por el
La irreverencia
Freddy Guevara era presidente del Centro de Estudiantes
de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad
Católica Andrés Bello. Era vocalista y tecladista en una
banda de rock llamada Systaltic y militante de la
organización Un Nuevo Tiempo, uno de los partidos de
oposición más importantes de la Venezuela actual.
“Nuestra generación es hija de la antipolítica, pero la
única forma democrática de cambiar la sociedad es a
través de los partidos”.
Con apenas 21 años de edad, Guevara es uno de los
jóvenes que llevó la batuta en las manifestaciones.
Acostumbrado a cantar para un público irreverente y
desenfadado, este egresado del Colegio El Placer no es
presa de miedo escénico alguno cuando se encuentra
ante la multitud. Vestido con la indumentaria de los
chamos de hoy –pantalones que acatan la ley de gravedad
y zapatos sin lustre–, se dirige a la masa con total fluidez
y lanza discursos optimistas y esperanzadores con total
espontaneidad.
«No es que a los estudiantes no les interese lo que pasa
en el país. Los que se quieren ir son una minoría. A la
gran mayoría sí les importa Venezuela. ¿Qué era lo que
pasaba? Creían que no podían hacer nada. Pero ese
monstruo, que estaba dormido, ahora ha despertado para
defender un derecho fundamental, que es la libertad de
expresión. ¿Por qué? Porque nos dimos cuenta de que la
cosa va en serio. Ya cerraron un medio. Y los estudiantes
nos preguntamos: si se atrevió a cerrar a RCTV, que
llevaba 53 años en el aire, ¿qué no va a hacer con todo
lo demás?», decía en una entrevista ofrecida a el diario
El Nacional
Para Guevara, ya egresado de la UCAB y ahora Concejal
en el Área Metropolitana de Caracas, lo que se dio en
Venezuela durante la aparición del movimiento
estudiantil fue como una especie de batalla medieval;
“hay que tener un escudo, que simboliza la resistencia.
El Gobierno te está dando palos y el escudo es para resistir.
Más nada. Eso quiere decir: marcha no tumba gobierno,
pero sí lo frena”.
La nueva generación
Atrás quedaron Goicochea y Guevara en la conducción
del Movimiento Estudiantil ucabista. Es el turno de nuevas
figuras, entre las que destaca David Smolanzky, estudiante
de Comunicación Social de abuelo ucraniano, fugado
de la Unión Soviética después de la revolución
bolchevique, y un padre cubano, que escapó de la isla
después de la revolución castrista; los antecedentes
familiares de David Smolansky dejan claro que la
simbología socialista no le es ajena, después de vivir en
un hogar marcado por las revoluciones más emblemáticas
del siglo XX.
Este joven de 23 años de edad cursa noveno semestre de
Comunicación Social en la Universidad Católica Andrés
Bello, y tratará de compartir la carga académica con sus
nuevas responsabilidades: en mayo pasado se consagró
como el dirigente estudiantil más votado de la historia
de la UCAB, al ser electo representante ante el Consejo
Universitario con 4.108 votos.
En ese cargo sustituye a Yon Goicoechea, y se espera
que también asuma su puesto en la vanguardia del
movimiento estudiantil nacional, después de ejercer
durante el año 2007 un papel de segunda línea, en
monitoreo de medios, análisis estratégico y vocería
interna.
Ahora está listo para asumir su lugar en la primera fila.
“Estoy tranquilo, porque la experiencia del año pasado
ayudó mucho. Además, estamos diseñando un buen
equipo que nos permita desplegar un trabajo fuerte, en
la calle y a lo interno también, porque no podemos
olvidar que somos representantes de más de 13.000
estudiantes de la UCAB”.
Para Smolanzsky, la alta exposición de sus antecesores
en contraste con la discreción con la que mueve el
movimiento estudiantil en la actualidad no constituye
para nada un problema. “Dependemos de principios y
valores, no de caras famosas; y ese es precisamente uno
de nuestros mayores retos: que el relevo de los dirigentes
que el año pasado les tocó asumir el liderazgo, como
Yon (Goicoechea) o Freddy (Guevara), no debilite al
movimiento, sino que lo fortalezca con una conducción
mucho más colectiva”.
CRÓNICA
imperio», entre otros calificativos peyorativos.
39
CRÓNICA
Ha sido un transitar de más de un año en el
que los estudiantes –y fundamentalmente los
ucabistas- asumieron un rol destacado en la
política venezolana y como dice la escritora y
periodista Milagros Socorro, «como políticos
que son, los estudiantes deben tomar plena
conciencia del paso histórico que han dado. Y
que no tendrá regreso, porque es apenas un
anticipo de lo que vendrá cuando se atente
contra la autonomía universitaria. Deben, por
tanto, cuidar sus pasos y vigilar quiénes los
acechan.»
El inolvidable 2007 de los estudiantes
40
El inolvidable 2007 de los estudiantes
Mayo
28/05. La señal de RCTV sale del aire y en toda el país las universidades amanecen cerradas. La Guardia Nacional
reprime violentamente las manifestaciones
CRÓNICA
25 y 26/05. Los estudiantes impiden el acceso a las universidades en Caracas ante el anuncio del cierre de la
televisora privada RCTV. Ocurren manifestaciones en todo el país
29/05. Los estudiantes consignan un documento ante la sede de la Organización de Estados Americanos por la
defensa de la libertad de expresión. Una vez entregado el documento, la Guardia Nacional reprime la manifestación.
Casi 200 estudiantes son detenidos
41
27/05. Manifestación de los estudiantes en la sede de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL)
pidiendo la reconsideración de la medida
30/05. Los estudiantes marchan a la Defensoría del Pueblo solicitando la libertad de los detenidos
31/05. Rueda de prensa de los estudiantes. Anuncian los objetivos de sus manifestaciones: la defensa de la
libertad de expresión y el respeto de los derechos civiles
Junio
01/06. Estudiantes de todo el país se concentran en la UCAB para marchar a la Asamblea Nacional. La Policía
Metropolitana bloquea las salidas de la universidad impidiendo la salida de la manifestación. Diputados de la
Asamblea se acercan para recibir el documento
03/06. Estudiantes se dirigen a la sede del canal privado Venevisión y hacen un reclamo por su silencio cómplice
y autocensura
04/06. Marcha a la sede del Tribunal Supremo de Justicia reclamando el derecho a manifestar. Se suceden
manifestaciones pacíficas en todas las estaciones del subterráneo
07/06. Estudiantes intervienen en la Asamblea Nacional. Leen un comunicado al país en nombre de la libertad de
expresión y los derechos civiles
22/06. Asamblea nacional de estudiantes, con la presencia de más de 10 mil alumnos de las universidades venezolanas
Agosto
Siguen las manifestaciones. Se crea el Parlamento Nacional de Estudiantes. 167 dirigentes se reúnen en Maracaibo
para discutir acerca de los temas que el ejecutivo nacional se niega a debatir
Septiembre
Grupo estudiantil «Autonomía Ya» inicia gira por todo el país recolectando firmas en contra del proyecto de
Reforma Constitucional
Octubre
Las protestas en contra de la reforma ocurren en todo el país. Gran marcha convocada por los estudiantes a la
Asamblea Nacional en rechazo a la reforma es reprimida por la Guardia Nacional
No
viembr
e
Noviembr
viembre
Siguen las protestas y manifestaciones en todo el país en contra de la Reforma Constitucional. Estudiantes llaman
a votar «No»
El mes culmina con una multitudinaria marcha convocada por los estudiantes en la Avenida Bolívar de Caracas
Diciembre
2/12. La tendencia del «No» se imponía en el Referendum Constitucional y es rechazada la iniciativa de reforma
propuesta por el gobierno.
ESPECIAL
Misión y universidad.
¿Qué futuro queremos?
42
HACIA EL ENCUENTRO CON EL PADRE GENERAL
1. El momento actual de ESADE. ESADE celebra 50 años
Es para mi una gran satisfacción estar hoy en ESADE y en Barcelona. Como quizás
Adolfo Nicolás SJ
Superior General de la
Compañía de Jesús
algunos sabréis, pasé aquí algunos años de mi infancia, antes de ser jesuita. Aprendí el
catalán, una lengua que a pesar de los años transcurridos continúo hablando, aunque
no la domine totalmente. Fue el comienzo de una vida en la que he sido invitado a
sumergirme en diversas culturas: la japonesa ciertamente, y también el conjunto de
culturas de Asia Oriental. Estas sucesivas «inmersiones» me han hecho vivir la inmensa
riqueza humana de las diversas culturas y me han hecho sentir el deseo de no
menospreciar nada y aprender de todos. Como digo, es para mi una gran satisfacción
volver a Cataluña, donde empezó este largo itinerario. Es también una gran satisfacción estar en este lugar, en ESADE. Se dice de los jesuitas
que nuestra misión nos lleva a las «fronteras»: a los lugares donde se debate y se trabaja
prácticamente por resolver los grandes problemas de la humanidad: salir de la pobreza
y progresar en desarrollo humano, organizar la convivencia bajo criterios de solidaridad,
justicia y respeto mutuo, buscar prácticamente los valores que humanizan a las personas
y a las sociedades. Pues bien: ESADE es claramente un lugar de frontera: por esto aquí me siento realmente
«en casa». En primer lugar, ESADE es un lugar cada vez más internacional: profesores y
alumnos de todo el mundo vienen aquí a enseñar y a aprender superando barreras
culturales y sociales. Además, en una sociedad de organizaciones, el Derecho y la
Dirección de empresas son decisivos para organizar un mundo más humano. En vuestra
investigación y docencia se discuten cuáles son los grandes valores que deberían presidir
un desarrollo al servicio del ser humano concreto. Y finalmente, el empeño de
ESADEFORUM en ser plataforma de diálogo e influencia pública en temas importantes
para la sociedad os sitúa igualmente en una zona de encrucijadas. Estáis, estamos,
trabajando en una frontera decisiva. He dicho «estáis» y me he corregido diciendo «estamos» porque en ESADE trabajamos
juntos laicos y jesuitas, creyentes y no creyentes que compartimos los valores expresados
en la Misión de ESADE y en la Declaración de Valores que habéis aprobado y publicado
recientemente. Esta es también una situación de frontera: en vuestros 50 años de historia
habéis construido una convivencia que ha superado antiguas barreras que tanto daño
han hecho en España y en el mundo entero. En ESADE, el pluralismo, también el
religioso, ha sido ocasión de una convivencia muy fructífera en torno a valores
compartidos en un clima de libertad, tolerancia y respeto mutuo. ESADE forma parte también de la Universidad Ramon Llull y en esta pertenencia se da
también una frontera: la universidad se reconoce «de inspiración cristiana» y acoge una
pluralidad de centros nacidos de diversas iniciativas religiosas y laicas. Ni ESADE ni
los jesuitas tenemos en ella la última palabra y así se muestra nuestra común vocación
de servicio sin pretensión de poder. ESPECIAL
43
HACIA EL ENCUENTRO CON EL PADRE GENERAL
ESADE se encuentra en un momento importante de su
para todos. historia: os he de felicitar por estos 50 años que habéis
En el terreno educativo, el cincuenta aniversario os ha
cumplido y que celebrasteis el curso pasado. Este
traído un «regalo» difícil: la puesta en marcha del Espacio
aniversario coincide con un gran esfuerzo que orienta la
Europeo de Educación Superior. Como voy a señalar más
institución en varias líneas decisivas, todas ellas
adelante, la enseñanza jesuita a todos los niveles ha
necesarias en una buena Universidad y especialmente
querido ser útil y práctica: se ha preocupado siempre
en una Universidad vinculada a la Compañía de Jesús. por centrarse en el alumno, en su desarrollo integral. En
En primer lugar impulsáis un
este sentido, la nueva orientación
intenso proceso de
de la enseñanza universitaria en
internacionalización:
Europa puede ser una buena
La internacionalización es sin duda
profesores y alumnos de
ocasión de avanzar y profundizar
una necesidad de supervivencia
todos los programas
en una pedagogía integral e
y desarrollo de un Centro
provienen, cada vez más, de
integrada, orientada de modo
Universitario en la era de Internet
países muy diversos. Tenéis
personalizado al alumno. Sin
y de los transportes rápidos, pero
una presencia institucional en
duda esto supone un gran
Argentina y puntual en
es también una llamada que todas
esfuerzo de creatividad y de
muchos lugares de Asia y, de
cambio que puede dar resultados
las Universidades vinculadas a la
manera incipiente, en África.
muy positivos en vuestros
Compañía de Jesús deben
La internacionalización es sin
alumnos. Pero la implantación
atender de aunar los recursos
duda una necesidad de
del EEES se sitúa también en una
mundiales al servicio del desasupervivencia y desarrollo de
frontera porque el trabajo de
rrollo humano y de promover un
un Centro Universitario en la
aprendizaje de competencias
diálogo profundo entre culturas.
era de Internet y de los
puede estar orientado solamente
transportes rápidos, pero es
a satisfacer las necesidades
también una llamada que
inmediatas del mercado o puede
todas las Universidades vinculadas a la Compañía de
proponerse también alcanzar un desarrollo integral e
Jesús deben atender de aunar los recursos mundiales al
integrado de los alumnos en función de un concepto de
servicio del desarrollo humano y de promover un diálogo
persona capaz de enfrentarse a las necesidades profundas
profundo entre culturas. En este sentido, creo que la
de la sociedad actual. Al fin y al cabo, como decía mi
internacionalización no debería consagrar el dominio
antecesor, el P. Kolvenbach, el éxito de un Centro
de una cultura sobre las demás: al contrario, debería dar
Educativo se debe medir por lo que sus alumnos llegan a
a todas las culturas la oportunidad de incidir, desde sus
ser una vez lo han abandonado. En este sentido, la nueva
propios valores, en la construcción de un corpus de
orientación docente puede ayudar a estos alumnos de
saberes que estuviera al servicio de un desarrollo humano
un modo más profundo y personalizado para que lleguen
enraizado en lo concreto y universal. a ser personas de calidad humana, ciudadanos
Para estar presentes en la arena internacional habéis
comprometidos y grandes profesionales. tenido que hacer (y estáis haciendo) un gran esfuerzo en
Como decía al principio, ESADE es un Centro de
el campo de la investigación. Y esto os sitúa también
encrucijada y de frontera: por esto los jesuitas nos
en una frontera, o tal vez mejor, en una encrucijada.
sentimos a gusto aquí: es un buen lugar para nuestra
Porque la lógica espontánea de un Centro Universitario
misión. Y a la vez nos sentimos corresponsables, con
es investigar aquello para lo que puede obtener recursos.
todos vosotros, de orientar correctamente la capacidad
En esta lógica, puede suceder que se investiguen cosas
de incidencia en la sociedad que tiene ESADE
útiles pero sólo para ciertos grupos sociales o que la
Como dice el lema que ha presidido la celebración de
investigación inmediatamente práctica pase por delante
los 50 años, queréis «inspirar futuros», y creo
de la que aborda problemas fundamentales de la
sinceramente que tenéis capacidad de hacerlo. La pregunta
economía, las empresas y la justicia. La creación de
inevitable es qué tipo de futuro queréis inspirar. Quisiera
Institutos de Investigación especializados en la
reflexionar con vosotros sobre este punto. innovación social y en las administraciones públicas
2. «Inspirando futuros»
muestra vuestro empeño por detectar los problemas clave
En efecto, «Inspirando futuros» es un lema que, según
de la gobernanza de un mundo complejo. En definitiva,
me han explicado, fue elegido por una gran mayoría entre
para ser coherentes con los valores proclamados, no
otras propuestas. Me parece un lema afortunado y, valga
podéis ver en la investigación sólo un instrumento de
la redundancia, «inspirador».
prestigio y de supervivencia, sino sobre todo el trabajo
La palabra «inspirar» tiene la misma raíz que «espíritu»
que permite decir una palabra autorizada en los foros y
que originariamente significa viento, aliento. Pero en
debates realmente importantes del mundo económico y
nuestro mundo existen muchos «espíritus», es decir,
jurídico: los que repercuten en el desarrollo humano
muchos valores, a veces contradictorios. Max Weber
ESPECIAL
HACIA EL ENCUENTRO CON EL PADRE GENERAL
44
habló del «espíritu» del capitalismo y hoy día muchos
adoctrinar. Es sugerir, apelando a lo mejor que el otro
hablan de un espíritu del neoliberalismo. De hecho, las
lleva dentro. Es invitar en diálogo al desarrollo autónomo
Escuelas de negocios y las Facultades de Derecho pueden
de cada uno. escoger entre muchos espíritus. Si queremos «inspirar
En un mundo en el que los fundamentalismos de todo
futuros», ¿qué «espíritu», qué viento queremos que hinche
tipo, religiosos e ideológicos, dividen, enfrentan y llegan
nuestras velas? ¿Qué valores queremos que configuren
a justificar la violencia, el verdadero Espíritu pone en
el futuro? marcha procesos de diálogo respetuoso. La espiritualidad,
Permitidme todavía alguna pregunta
es decir, el cultivo del espíritu,
más. Un antiguo refrán dice que
es el mejor suelo en el que puede
Afortunadamente, el «espíritu»
«nadie da lo que no tiene» Si
enraizar la semilla del diálogo
y la espiritualidad van dejando
queréis «inspirar futuros» ¿Supone
intercultural e interreligioso que
de ser patrimonio exclusivo de
esto que queréis trabajar vuestro
es un elemento decisivo de un
las religiones y de los creyentes.
«espíritu» para poder comunicarlo?
futuro económico y político más
Muchos hombres y mujeres de
Pero «espíritu» es una palabra
libre, justo y pacífico. polisémica, con múltiples
Los jesuitas somos creyentes que
nuestro tiempo, alejados por
significados porque en nuestro
reconociéndonos imperfectos y
múltiples motivos de las
mundo coexisten y a veces se
egoístas, nos sentimos llamados
grandes tradiciones religiosas,
enfrentan «espíritus», es decir,
a ser compañeros de Jesús, como
no renuncian por ello a cultivar
valores, muy diferentes y hasta
lo fue S. Ignacio (CG32. D.2 nº
su espíritu.
opuestos. ¿Qué espíritu queréis
1). Esto quiere decir que nosotros
cultivar? ¿Y, a quién queréis
deseamos ser movidos por el
inspirar? «Espíritu» de Jesús: su manera de ser, su talante, sus valores,
Afortunadamente, el «espíritu» y la espiritualidad van
sus preferencias. Lo decimos con mucha humildad,
dejando de ser patrimonio exclusivo de las religiones y
porque es una pretensión desmesurada. En todo caso,
de los creyentes. Muchos hombres y mujeres de nuestro
para nosotros, es una llamada y un regalo que provoca
tiempo, alejados por múltiples motivos de las grandes
nuestro agradecimiento y motiva nuestra respuesta, que
tradiciones religiosas, no renuncian por ello a cultivar
deseamos total e incondicionada. su espíritu. Estamos en un mundo plural y en cambio y
Esta aspiración está marcada por una búsqueda, un
por lo tanto la definición del espíritu es difícil de precisar.
discernimiento. S. Ignacio, que vivió en la frontera
Pero parece que los distintos itinerarios confluyen en
cultural de la Edad Media con el Renacimiento y de la
algunos puntos fuertes: el cultivo de una sensibilidad
Iglesia Romana frente a la Reforma tuvo que enfrentarse
humana profunda que dé a la vez empatía y capacidad
a la necesidad de discernir, entre los muchos «espíritus»
de discernimiento; la salida de la perspectiva
de su tiempo, para decidir por cual quería dejarse
espontáneamente egocéntrica con la que nos situamos
«inspirar». ante las personas y ante toda realidad; la búsqueda de
Tal vez, pues, los jesuitas y nuestra tradición podemos
una manera de ver y vivir el mundo de una manera
colaborar en esta identificación del espíritu que queremos
pacificada, compasiva y solidaria. Trabajar el espíritu
que configure la práctica educativa de las universidades
puede significar también desarrollar «calidad humana».
vinculadas con la Compañía de Jesús.
En todo caso, la persona «espiritual» es la que busca;
En este sentido, Diego de Ledesma, profesor jesuita y
discierne; e intenta dar cuerpo a las grandes opciones de
rector del Colegio Romano (hoy Universidad Gregoriana
la vida desde una gran libertad inspirada en el amor.
de Roma), aducía en el siglo XVI cuatro razones para
La palabra «espíritu» está llena de sugerencias simbólicas.
que los jesuitas trabajaran en instituciones educativas. En la Biblia, el espíritu es el viento que empuja con
«Lo primero, porque proveen a la gente con muchas
fuerza y cuya dirección no puede ser encasillada en reglas
ventajas para la vida práctica; en segundo lugar, porque
dadas de antemano. En la escena de Pentecostés, el
contribuyen al correcto gobierno de asuntos públicos y a
Espíritu Santo es «viento» y también «fuego» que
la apropiada formulación de leyes; en tercer lugar, porque
transforma a las personas: el resultado es que los amigos
dan decoro, esplendor y perfección a nuestra naturaleza
de Jesús vencen el miedo, salen a la calle y predican con
racional; y en cuarto lugar, que es de suma importancia,
convencimiento y libertad el sorprendente mensaje de
porque son la defensa de la religión y nos guían con gran
su amigo y maestro. Sintomáticamente, los jesuitas, en
seguridad y facilidad en la consecución de nuestro fin
nuestra última Congregación General hemos elegido esta
último». metáfora del fuego (y del Espíritu) como símbolo que
Estas cuatro razones han sido interpretadas y desarrolladas
resume lo que sentimos ser nuestra misión: «ser un fuego
por mi predecesor, el P. Kolvenbach, como cuatro
que enciende otros fuegos», es decir, que «inspira».
finalidades últimas de la educación de los jesuitas. En
«Inspirar» es todo lo contrario de coaccionar, imponer o
forma condensada, el P. Kolvenbach las nombraba por
ESPECIAL
45
HACIA EL ENCUENTRO CON EL PADRE GENERAL
sus nombres latinos: la «utilitas», la «iustitia», la
a nuestro alrededor. «humanitas» y la «fides»: utilidad, justicia, humanidad y
Y en medio de esta complejidad, puede abrirse paso una
fe. sencilla forma de «utilitas», que es el servicio. Formar
La reflexión sobre estas cuatro dimensiones constituye
personas en la utilitas, formar personas «útiles», es quizás
un núcleo fundamental del pensamiento universitario
formar servidores. No formar a los mejores del mundo,
del P. Kolvenbach que yo asumo como una de las
sino formar a los mejores para el mundo. Con lo que la
características de la Universidad jesuita. Quiero ahora
excelencia de un profesional se mide ante todo con el
reflexionar con vosotros de qué manera estas cuatro
parámetro del mayor servicio a la familia humana.
dimensiones pueden definir el «espíritu» que queréis
Tal vez esta descripción del profesional parezca muy
«inspirar» en los «futuros» del mundo. idealizada y poco «práctica». Pero ¿es realmente «útil» a
3. Inspirando futuros con un Espíritu de «utilitas»,
la sociedad el profesional que sólo busca los bienes
«iustitia», «humanitas» y «fides»
externos de la profesión: la recompensa económica, el
a) Un Espíritu «útil»
prestigio y el poder? ¿Acaso la sociedad no necesita este
El espíritu que inspira futuros es, en primer lugar, un
otro tipo de profesionales? ¿No son los realmente
espíritu «útil». Un espíritu que quiere resolver los
«útiles»? Pero formar profesionales de este tipo no es
problemas y atender a las necesidades de las personas
posible si no se cultiva en ellos también el «espíritu» de
concretas, especialmente de los más pobres.
la justicia y el de la humanidad. La educación jesuita ha querido ser siempre una
b) Un espíritu de «justicia»
educación orientada a la práctica, tanto en la investigación
El espíritu inspirador de futuros es, en segundo lugar, un
como en la docencia. Pero la utilidad y el sentido práctico
espíritu de justicia. La promoción de la justicia es una
no pueden ser cortos de miras. La investigación, como
dimensión de la misión de los jesuitas que se explicitó
antes he subrayado, ha de pretender no sólo resolver los
especialmente a partir de la Congregación General 32:
problemas del corto plazo sino también colaborar a la
un encuentro de responsables jesuitas que tuvo lugar en
solución de los grandes problemas que afectan
Roma en 1975 y que marcó profundamente nuestra
actualmente a la humanidad: el desarrollo sostenible y
identidad y nuestra misión. Las Congregaciones Generales
justo, la convivencia intercultural, los valores que dan
posteriores han confirmado una y otra vez esta opción
sentido a la acción transformadora de
por la justicia como exigencia de
la sociedad. La docencia realmente nuestra espiritualidad.
La docencia realmente práctica debe
práctica debe orientarse a Lo que se ha dicho en estas
orientarse a la formación de buenos
Congregaciones Generales es que
profesionales que, siendo técnicamente la formación de buenos nuestra fe es fe en el Dios de Jesús
competentes, sepan descubrir y vivir profesionales que, siendo que quiere el bien de todos los
el sentido social de toda profesión: el técnicamente compe- hombres y mujeres del mundo; y que
servicio experto a la sociedad en un tentes, sepan descubrir y sólo podemos decir que la vivimos si
campo concreto. En el caso de ESADE, vivir el sentido social de nuestro amor a las personas concretas
estáis trabajando en los campos de la
toda profesión: el servicio nos lleva a defender sus derechos, es
dirección de organizaciones y en el
decir a promover una sociedad más
derecho. Una profesionalidad que no experto a la sociedad en un justa. Este sencillo descubrimiento ha
sólo se adapta al mundo tal como es, campo concreto.
cambiado nuestra perspectiva: nos ha
sino que «aspira» (palabra que alude
acostumbrado a mirar el mundo desde
también al espíritu) a transformarlo, haciéndolo más
la perspectiva de los pobres, de los que sufren la
humano.
injusticia. Por esto nuestra opción por la justicia es
El espíritu de la «utilitas» es un espíritu que engendra
también una opción preferencial por los pobres.
profesionales conscientes de la diversidad de riquezas
Estas opciones han significado una gran transformación
que puede producir el ejercicio de una profesión: riqueza
para la Compañía de Jesús. Una transformación difícil a
económica; satisfacción ecológicamente sostenible de
veces. Vosotros sois expertos en organización y sabéis
necesidades vitales; y también sentido de la existencia y
que las transformaciones de «cultura organizativa» no se
construcción de una comunidad humana más respetuosa
hacen sin dificultades y tensiones. Pero actualmente es
de la dignidad humana. Esta conciencia de las múltiples
un cambio asumido aunque somos conscientes de que
repercusiones que el ejercicio profesional tiene en la
hemos de renovarlo cada día porque el mundo en el que
sociedad hace al profesional necesariamente humilde,
vivimos no ayuda a mantener esta opción. le abre al trabajo en equipo, y finalmente le proyecta a
En todo caso los jesuitas no podemos olvidar que el
consensuar decisiones, a actuar. Se trata de decisiones
compromiso con la justicia ha tenido consecuencias
insertas en contextos complejos y difíciles: porque las
dolorosas para nosotros, entre ellas el derramamiento de
encrucijadas y las fronteras se nos acercan y se multiplican
sangre de compañeros jesuitas y de muchos amigos
ESPECIAL
HACIA EL ENCUENTRO CON EL PADRE GENERAL
46
nuestros. Por ello estamos convencidos de que ninguna
«solidaridad bien informada». de las instituciones vinculadas a la Compañía de Jesús
En este sentido, el espíritu de justicia está ya actuando
debe ser ajena a dicho compromiso: tampoco las
en ESADE. Este espíritu invita a la estrecha colaboración
universidades, incluyendo las facultades de derecho y
entre la Escuela de Management en todos sus programas,
las escuelas de negocios. la Facultad de Derecho y el Executive Language Center.
La raíz económica de la injusta desigualdad que divide
Requiere también el trabajo conjunto de organizaciones
dramáticamente al mundo es evidente, aunque no es la
de diversa índole: empresas, administraciones públicas
única. Y es también evidente el papel que las empresas
y ONGs. Y nos lleva finalmente al impulso de redes
y el derecho juegan tanto en la creación de situaciones
globales (entre ellas la red de Escuelas de Management
injustas como en la promoción de
jesuitas y la red de Facultades
un desarrollo económico justo y
de Derecho jesuitas) que puedan
Como decía el P. Kolvenbach, los
sostenible. Por ello es
dar respuestas adecuadas a retos
centros universitarios deben
responsabilidad de un centro
cada día más planetarios. como ESADE no separar la
hacer posible que los estuc) Un Espíritu humanista
creación de riqueza de su justa
Tal como hemos citado, en el
diantes, «a lo largo de su
distribución. Se trata de superar
siglo XVI, Diego de Ledesma se
formación […] dejen entrar en
la división del saber que permite
refería a la «humanitas» como
sus vidas la realidad perturdespreocuparse de la repercusión
aquel atributo que «da decoro,
badora de este mundo, de tal
social y humana del
esplendor y perfección a nuestra
manera que aprendan a sentirlo,
funcionamiento de las empresas
naturaleza racional». a pensarlo críticamente, a
en el mercado. Hoy en día las
Los jesuitas tenemos una visión
responder a sus sufrimientos y
grandes empresas hablan de
esperanzada (no siempre
a comprometerse con él de
«responsabilidad social». La
optimista) del ser humano
forma constructiva.
responsabilidad social más
porque creemos firmemente en
importante de un centro
«la misericordia de Dios y su
universitario como ESADE es ser promotor de justicia a
amor al hombre» (Carta de San Pablo a Tito 3,4; texto de
todos los niveles: en las relaciones individuales, en las
la misa de Navidad). La última Congregación General
organizaciones y también en las sociedades donde
dice que nuestro modo de proceder es «descubrir las
operan, con una visión a la vez local y global. Una
huellas de Dios en todas partes, sabiendo que el Espíritu
justicia, que como han subrayado nuestras últimas
de Cristo está activo en todos los lugares y situaciones y
Congregaciones Generales, ha de integrar nuevas
en todas las actividades y mediaciones que intentan
dimensiones: la sostenibilidad en la forma de justicia
hacerle más presente en el mundo» («Un fuego que
medioambiental, la dimensión de género, la convivencia
enciende otros fuegos» CG 35, D.2, n. 8). Somos
humana en un mundo multicultural. invitados a ser conscientes de la acción de Dios en lugares
Un centro universitario debe promover la justicia en todas
y personas en los que nunca hubiéramos pensado, a
sus actividades. Por supuesto en su organización interna
descubrirle «interesado por todas las zonas áridas de su
y con sus propios stakeholders. En la investigación sobre
mundo» (Ibid. n. 12). Por todo ello queremos ayudar al
los grandes problemas de la humanidad, como ya he
desarrollo integral de los hombres y mujeres de nuestro
señalado. En su trabajo de catalizador e impulsor de ideas
tiempo. y proyectos que cambian la sociedad hacia una mayor
Así, en nuestros centros universitarios, deseamos acoger
justicia. En la docencia promoviendo la sensibilización
al alumno en su concreta realidad. Alumnos y alumnas
de los estudiantes. Como decía el P. Kolvenbach, los
marcados, en el mundo occidental, por la cultura de
centros universitarios deben hacer posible que los
sociedades ricas y consumistas. Con dificultades para
estudiantes, «a lo largo de su formación […] dejen entrar
orientarse en la vida en sociedades pluralistas e
en sus vidas la realidad perturbadora de este mundo, de
individualistas. Con todo el bagaje, positivo y negativo
tal manera que aprendan a sentirlo, a pensarlo
de la postmodernidad. Queremos ayudar a estos alumnos
críticamente, a responder a sus sufrimientos y a
a descubrir todas sus dimensiones, también las que son
comprometerse con él de forma constructiva. Tendrían
frecuentemente silenciadas en nuestra sociedad. El trabajo
que aprender a percibir, pensar, juzgar, elegir y actuar a
de la dimensión espiritual de la persona debe ser ofrecida
favor de los derechos de los demás, especialmente de
en libertad en nuestros centros para que los que la acogen
los más desaventajados»
la puedan desarrollar. Los estudiantes no sólo necesitan sensibilización sino
El Espacio Europeo de Educación Superior orienta a las
también rigor académico para enfocar correctamente las
universidades a organizar el aprendizaje de los alumnos
cuestiones sociales a lo largo de su futura vida profesional.
desarrollando sus competencias. Las competencias
Como también decía el P. Kolvenbach, necesitan
pueden estar orientadas solamente al mercado, pero
ESPECIAL
47
HACIA EL ENCUENTRO CON EL PADRE GENERAL
pueden también ser comprendidas en el marco de un
mayoría de las Universidades que están vinculadas a los
humanismo que las lleve a ser elementos de una
jesuitas, una parte significativa del personal no docente
formación integrada e integral de la persona humana. y del profesorado no comparte plenamente nuestra fe.
En estos últimos tiempos, los jesuitas y laicos implicados
Puede parecer que hablar de la fe es hablar, otra vez, de
en la educación universitaria hablan de cuatro
lo que separa y divide. Y sin embargo, creo que es
características de la persona humana íntegra e integral, a
necesario hablar de la fe. Porque los jesuitas somos
partir de cuatro cualidades que empiezan por la letra
creyentes y queremos poner las cartas sobre la mesa:
«C». En efecto, el espíritu humanista genera personas
decir claramente por qué sentimos como propia la misión
conscientes, competentes, compasivas y comprometidas.
que nos une a todos; y expresar también lo que, con una
Conscientes de si mismas y del mundo en el que viven,
gran modestia, nos parece podemos aportar desde nuestra
con sus dramas, pero también con sus gozos y esperanzas.
experiencia. Competentes para afrontar los problemas técnicos,
Además, hablar de la fe se hace difícil porque, en este
sociales y humanos a los que se enfrenta un profesional.
mundo donde caen las fronteras políticas, las religiones
Personas también movidas por una fuerte compasión.
se convierten a veces en excusa para construir nuevas
Esta palabra ha sido con frecuencia mal usada,
fronteras, para encerrarse en el miedo y para excluir a los
aplicándola a un sentimentalismo superficial que humilla
diferentes. a la persona a la que pretendidamente se quiere ayudar.
La fe es una vivencia difícil de formular; y a la que quiero
Pero en realidad com-pasión, con un guión que separa
referirme «con temor y temblor» porque otras
las dos partes de la palabra, indica algo muy profundo y
formulaciones de esta vivencia generan de hecho
muy humano: la capacidad de sentir como propio el
inhumanidad y violencia.
gozo y el dolor de los demás; la capacidad de ponerse
Los jesuitas hemos escuchado la Buena Noticia que Jesús
en su piel; la capacidad de acompañarles y ayudarles
anunció: Dios está cerca de todo hombre y de toda mujer.
desde dentro de la situación; la constatación de que el
Y cuando las personas se abren a esta cercanía amorosa,
otro, cualquier otro, especialmente el otro que sufre, es
salen de si mismas y miran a los demás y al mundo «de
mi hermano o mi hermana. Esta compasión es el motor
otra manera»: como hermanos y hermanas de todos, como
a largo término que mueve al compromiso: esta forma
creación de Dios. Nuestro Dios no es un dios guerrero,
de amor en la que el ser humano no sólo da algo sino
intransigente ni excluyente. Es, según dicen las parábolas
que se da a si mismo a lo largo del tiempo.
de Jesús, como un padre que festeja alegremente la vuelta
En el fondo del espíritu
de su hijo, como un buen
humanista está la convicción
samaritano que ayuda
En estos últimos tiempos, los
y la experiencia de que los
concretamente a las víctimas de
jesuitas y laicos implicados en la
seres humanos podemos ser
la violencia humana por los
educación universitaria hablan de
trasformados a un nivel que
caminos del mundo. cuatro características de la persona
va más allá de la moral y los
No creemos que nuestra fe nos
buenos sentimientos al uso.
haga mejores que los demás.
humana íntegra e integral, a partir
Que podemos trabajar lo que
Porque creemos y
de cuatro cualidades que
algunos han llamado la
experimentamos que somos
empiezan por la letra «C». En
«calidad humana». Es difícil
débiles y frágiles. Y mis
efecto, el espíritu humanista
definirla pero reconocemos
compañeros jesuitas de ESADE
genera personas conscientes,
fácilmente a las personas que
os muestran diariamente su
competentes, compasivas y
la tienen. No es nada elitista
debilidad y fragilidad. Sin
comprometidas.
y la encontramos con
embargo, la nuestra es una
frecuencia en personas muy
vivencia de gratuidad: lo mejor
sencillas. En la Declaración de Valores que habéis
de lo que somos lo hemos recibido. Y sentimos que la
redactado, la habéis definido como una «combinación
fe nos ha ayudado a «crecer en humanidad». Porque nos
de conocimiento, criterio, sensibilidad, equilibrio y
da confianza en que todo ser humano lleva en sí una
profundidad que genera personas serenas, coherentes,
potencialidad que le trasciende y que siempre puede
fiables, capaces de encarnar (yo añadiría que con
desarrollarse y crecer. La fe nos hace salir de nosotros
apasionamiento) los valores fundamentales que nos hacen
mismos y nos ayuda a amar desinteresadamente…
más humanos». asumiendo pacientemente nuestros límites. Y por esto
c) Un espíritu de fe
la fe nos invita a superar los miedos que son inherentes
La última dimensión del espíritu según la caracterización
a nuestra condición humana: el miedo, al dolor, a la
del jesuita Diego de Ledesma es la «fides». Resulta
enfermedad, a la inseguridad, a la pobreza, a la soledad.
especialmente delicado hablar de la «fides», de la fe. Es
Este espíritu de fe nos impulsa a desarrollar paciente y
delicado porque, en la actualidad, en ESADE y en la
apasionadamente la utilitas, la iustitia y la humanitas.
ESPECIAL
HACIA EL ENCUENTRO CON EL PADRE GENERAL
48
La utilitas es también servicio a la Creación continua
del mundo. La iustitia es acoger lo que Jesús llamaba «el
Reinado de Dios»: la llamada a transformar el mundo en
pos de la solidaridad y la reconciliación. La humanitas
es creer profundamente en el amor de Dios al ser humano
y en sus capacidades de trascendencia. Por esto los jesuitas estamos a gusto trabajando codo a
codo con personas que comparten la pasión por la utilitas,
la iustitia y la humanitas, aunque no compartan nuestra
fe. Escuchamos la voz de Jesús que decía que cuando
está en juego el bien de la humanidad «el que no está
contra vosotros, está de vuestra parte» (Lc. 9,51). Porque
el criterio de autenticidad de nuestra fe es el trabajo por
el bien de los seres humanos. Creemos que juntos podemos trabajar el «espíritu
humano». Esto significa trabajar nuestra capacidad de
amar. Nuestra libertad profunda. La calidad de nuestras
relaciones. Trabajar para que las personas, los colectivos
y las sociedades sean más sensibles y maduros, más justos
y solidarios. 4. Visión y compromisos
Cultivar, vivir y desarrollar estas cuatro dimensiones del
Espíritu no es tarea fácil. El contexto social y cultural en
el que os movéis en Catalunya y en España plantea
desafíos de otro orden pero que hay que tener en cuenta En primer lugar, vivimos una cultura laica que con
frecuencia es laicista, es decir, que relega la cuestión de
la fe y de la religión al espacio estrictamente individual
y privado. Pensamos que ESADE puede ser un buen
«laboratorio experimental» en el que se viva una «laicidad
positiva» en la que las posiciones laicas y creyentes
dialoguen públicamente, en pie de igualdad, sobre los
grandes retos que enfrenta la humanidad actualmente. Este diálogo público es necesario porque la realidad de
ESADE (como la de todo el mundo occidental) es la
convivencia de personas que definen de maneras muy
diversas sus opciones fundamentales ante la vida. Por
esto creemos que es necesario explicitar qué significa
trabajar juntos en la tarea universitaria. Hombres y
mujeres, creyentes y no creyentes, creyentes de distintas
confesiones religiosas colaboran en las Universidades
jesuitas de todo el mundo. Y lo hacen desde perspectivas
diversas. Para unos es un compromiso profesional. Otros
se identifican a fondo con la Misión compartida en los
Centros universitarios jesuitas (como UNIJES). Para otros,
esta misión es vivida desde una experiencia creyente. En
todo caso, lo importante es que nos sentimos
comprometidos con una gran causa común: La formación
universitaria, de calidad presidida por el «Espíritu» de
las cuatro dimensiones antes definidas.
La visión y la misión sirven de bien poco si no se
concretan en proyectos estratégicos concretos y que
puedan ser evaluados. Por esto es importante que los
centros de UNIJES en España acompasen, en la medida
de lo posible sus objetivos, sus métodos y sus procesos
de evaluación. Finalmente una reflexión que tiene en cuenta los tiempos
postmodernos que vivimos. En un mundo complejo y
cambiante es muy importante la flexibilidad, la
capacidad de cambio y de innovación. Pero todo esto es
importante si esta al servicio de metas de largo alcance y
de compromisos serios que superan las dificultades, los
desánimos y las ofertas tentadoras que desvían del objetivo
perseguido. La investigación, la docencia son tareas de
largo alcance que requieren de compromisos duraderos. 5. Conclusión
Termino con un deseo y una petición. En una sociedad
sobrecargada de estímulos, la interioridad es importante
y también lo es el trabajo del espíritu humano que nos
abre al Espíritu con mayúsculas. Modestamente, los
jesuitas creemos que podemos aportar algo en este campo.
La espiritualidad ignaciana (que encuentra su raíz en la
experiencia personal de S. Ignacio, nuestro fundador) es
un regalo que nos ha sido hecho y que los jesuitas
ofrecemos, convencidos de su valor para toda persona
en búsqueda, en el mundo actual. La historiadora Karen Armstrong escribió hace dos años
el libro «La Gran Transformación» Es un libro que me ha
resultado muy sugerente. En él analiza la Autora el camino
espiritual de cuatro culturas que produjeron entre los
siglos 5 y 3 antes de Cristo un cambio de conciencia
humana de tal envergadura que Kart Jaspers llamó a este
tiempo «La época Axial». Pues bien, Karen Armstrong
cree descubrir en el camino espiritual de cinco siglos,
que preparan el tiempo Axial, la marcha trabajosa y de
intensa búsqueda para encontrar la clave de cómo superar
la violencia, la inhumanidad, el sufrimiento que nos
infligimos los unos a los otros por medio de la injusticia,
la exclusión, el prejuicio o la guerra. Lo que resume las intuiciones del Tiempo Axial es la
vuelta al camino interior. Esta intuición, compartida por
Confucio, LaoTsu, Mencio, Buda, los Místicos del
Upanishad, el Baghavad Gita, Jeremías, Ezequiel, Sócrates
y Platón, emerge después de cuatro siglos de buscar
soluciones externas, rituales, substitutos del cambio
radical de mentalidad y de corazón. Desafortunadamente estas intuiciones se pierden con la
simbiosis manipuladora de lo religioso y lo político; de
la búsqueda auténticamente religiosa y la preocupación
política, ideológica o de otros intereses innombrables.
Vuelve de nuevo con Jesús y Pablo, más tarde con
Mohamed… y, creo yo, con Ignacio de Loyola. Es mi
deseo profundo que nosotros también podamos integrar
este camino de vida interior y transformador con las otras
preocupaciones académicas y sociales que están a la raíz
del proyecto ESADE-ICAI, y que dan forma histórica a
las preocupaciones más profundas y concretas del espíritu
religioso. La Comunidad, Iglesia o Confesión concretas
pueden ayudar a definir identidad y tradición; pero es el
corazón abierto y transformado el que da cuerpo en el
ESPECIAL
un mandato de revisión a fondo de nuestras estructuras
de gobierno. No es tarea fácil, y no tenemos nosotros el
tipo de conocimientos, de experiencia o sabiduría para
llevar a cabo este mandato. Es mi esperanza que podamos
contar con vosotros para ello. He conocido la altura
académica de ESADE desde Asia (China y Filipinas) y
espero que también más cerca, en Roma, podamos
beneficiarnos de esta misma sabiduría en forma de
asesoramiento, mientras nos acompañáis en las nuevas
tareas de gobernar y planificar. No puedo terminar este saludo sin referirme a otra
conmemoración gozosa para la Compañía. El 15 de
Octubre de 1908 comenzó su actividad docente el
Instituto Católico de Artes e Industrias, el ICAI, con 25
alumnos en las clases para obreros, que eran gratuitas, y
otros 40 en las de peritos mecánicos y electricistas. A la
alegría por esta celebración se une mi entrañable recuerdo
personal, ya que fui alumno tres años de la otra sección
de la casa, el colegio de bachillerato de Areneros. El ICAI, integrado desde 1978 en la Universidad
Pontificia Comillas como Escuela Técnica Superior de
Ingeniería, ha evolucionado profundamente, a lo largo
del siglo que acaba de cumplir, al compás de los cambios
sociales y del progreso de la formación técnica y
universitaria, y se ha hecho merecedor del general
reconocimiento, dentro y fuera de España. Celebramos hoy el centenario de una institución
académica que hace honor los principios y a la misión
de la Compañía de Jesús. Su impulso fundacional se
caracterizó por tres rasgos esenciales: (1) el compromiso
social que buscaba promocionar, mediante la educación,
a las clases menos favorecidas y hacer posible que la
mayoría de la población española se incorporara con
una buena formación técnica al desarrollo entonces
incipiente del país; (2) el diseño, bajo el liderazgo del
Padre Pérez del Pulgar, de una enseñanza de calidad y
eminentemente práctica que preparara realmente para el
ejercicio profesional, y (3) la firme vinculación de la
competencia técnica a la formación integral de la persona,
muy atenta a los valores cristianos y a la fe. Aquel sueño utópico de los creadores del ICAI sigue
vivo hoy en sus herederos y continuadores, que creen en
el valor de la formación universitaria para hacer mejores
a las personas, y en el humanismo cristiano y social
como ingrediente imprescindible de la formación
impartida en la Universidad Pontificia Comillas, a la
que envío mi afectuosa felicitación y mis mejores deseos
de futuro. Es tiempo ya de concluir mis palabras. A todos deseo,
ante todo, daros las gracias: porque con vuestro esfuerzo
e ilusión diarios, estáis haciendo posible la formación
de personas al servicio de los demás. Y en segundo lugar,
transmitiros humildemente mi apoyo y mi oración para
que continuéis con tenacidad esta sacrificada pero
apasionante tarea.
Muchas gracias.
49
HACIA EL ENCUENTRO CON EL PADRE GENERAL
trabajo, la empresa, la tecnología o el gobierno, a la
búsqueda multisecular de un mundo más justo, humano
y fraterno, algo que Jesús anunció en términos del Reino
de Dios. Nosotros, jesuitas, acabamos de pasar por la experiencia
de una Congregación General (la trigésima-quinta de
nuestra historia). En ella hemos tratado de reflexionar
sobre nuestra identidad, nuestra misión, nuestra
colaboración con otros, nuestra gestión de planificación
y gobierno. Son muchos los retos que la Congregación
General nos ha dado. Y esperamos saber y poder
afrentarlos. Aprovecho esta oportunidad de hablar ante
tantos de vosotros, que nos veis y acompañáis de cerca,
que compartís nuestra visión, que os preocupáis a veces
de nuestra consistencia espiritual y de nuestro futuro.
Aprovecho, repito, esta oportunidad para pediros ayuda.
No me refiero sólo al apoyo que ya nos dais con vuestra
dedicación total, inteligente y generosa, a las obras que
llevamos adelante y que contribuyen a su buena dirección
e incluso éxito. Os pido ayuda en acompañarnos por el
camino más profundo, en fidelidad al camino interior
recibido de San Ignacio. No temáis desafiarnos cuando
nos veáis confusos en nuestra identidad religiosa o
eclesial; no dudéis en corregirnos cuando nos creamos
mejores, más dueños de lo que pertenece a todos; apoyad
la visibilidad diaria y convincente de nuestra vida en el
Espíritu; disuadidnos con decisión de todo lo que
enturbie la visión y motivación de servir a la humanidad
en la humildad de la investigación, la enseñanza y el
trabajar por hacer nuestro mundo un poco mejor. Permitidme que repita aquí lo que dije en mi última
homilía al finalizar la Congregación General. Tanto la
misión en la que estamos comprometidos, como nuestra
herencia ignaciana pertenecen a la Iglesia y a la
Humanidad. Todos los que participan de ambas son
nuestros colaboradores. Y cuando otros van más allá que
nosotros en corazón y espíritu, entonces somos nosotros
sus colaboradores. Este es el único terreno en el que es
honesto competir para quienes tenemos en Cristo el
Modelo y el Maestro. Por mucho que todos nosotros hayamos recibido una
influencia especial de uno u otro profesor o maestro en
nuestros años universitarios, todos sabemos que la
verdadera educación es fruto del trabajo coordinado y
complementario de todos. Una mayor universalidad - y
a eso refiere la Universidad – requiere una mayor
colaboración y ofrece mayor riqueza de formación
personal y social. Lo que la globalización trae o lleva de
peligro de excesivo influjo de una manera de vivir o de
pensar, ha de ser equilibrado con la solidaridad original
y creativa de la Universidad. Esta, a través de muchas
aportaciones y servicios, prepara personas y grupos para
una libertad de verdad responsable. Al terminar ahora esta larga presentación deseo expresar
una esperanza. La Congregación General nos ha dejado
TEMAS PARA
REFLEXIONAR
50
La nueva
generación de
laicos y jesuitas.
El papel de los
directivos
LA PROBLEMÁTICA
El tema de la relación entre laicos y jesuitas en la responsabilidad de liderar una institución
educativa de la Compañía de Jesús se ha discutido varias veces en las reuniones de jesuitas
educadores de toda América Latina y es un tema que laicos y laicas abordan con frecuencia.
La CPAL nos ha urgido a ir creciendo en la colaboración igualitaria y a ser corresponsables
unos y otros en la conducción, animación e inspiración tanto de nuestros colegios como de
las universidades confiadas a la Compañía. El punto ha sido recogido en el Proyecto Educativo
Común (PEC), y formulado en el documento del Principio y Horizonte de nuestra Misión en
América Latina. La última Congregación General nos urge a la colaboración con otros. No hay
duda, pues, de que se trata de un tema vigente, en el que queremos avanzar de manera
decidida en los próximos años. Sin embargo, las cosas no son fáciles.
A pesar de la conciencia generalizada sobre el tópico y a pesar de que se han estado dando
pasos hacia una mayor colaboración horizontal entre las partes, el avance es diferenciado y
casi en cada una de las instituciones la situación es diversa. No hay, pues, un progreso
homogéneo, colectivo e institucionalmente deliberado.
Una constante en todas las obras es que suele haber problemas para vernos unos y otros como
iguales y como parte de un mismo cuerpo apostólico. Las mayores dificultades que se arguyen
son: la falta formación religiosa en los laicos y laicas; el desinterés eclesial en que el laico se
prepare teológicamente; la dificultad que experimentamos los jesuitas para dejar a los otros
organizarse autónomamente, y el sentimiento de muchos laicos de que no pueden actuar sin
jesuitas. Consecuentemente laicos y laicas se sienten excluidos por nosotros los jesuitas de
las decisiones centrales que atañen a su trabajo. El proceso de relación e integración ha sido
complicado.
Hasta ahora, el modo ordinario de relación entre laicos y jesuitas es de subordinación de los
primeros a los segundos. Este modo es fomentado por los jesuitas, y los laicos muchas veces
lo requieren y promueven. Es una forma de eludir o de resolver más fácilmente los conflictos
dentro de la institución.
Cuando existe una relación cercana de los jesuitas con algunos laicos, es más bien en el tono
del padrinazgo o de la constitución de un grupo de interés dentro de la institución. Hay
quejas recurrentes de que los jesuitas con puestos directivos discuten y confieren sólo con un
pequeño grupo de amigos.
David Fernández SJ /
Rector UIA Puebla
Constatamos también que hay laicos y laicas mejor preparados que los jesuitas para ocupar
determinados puestos. Y aunque los jesuitas planteamos teóricamente que son esos laicos y
Además, el modo predominante de incidencia de la Compañía
de Jesús en la conducción e inspiración en las universidades y
colegios ha sido hasta ahora a través de los jesuitas y son éstos,
hasta el momento, los principales promotores de las iniciativas
de la Provincia y del Sector Educativo, tales como el Proyecto
Educativo Común, la Pedagogía Ignaciana, etc.
obra educativa realice la misión del servicio de la fe y la
promoción de la justicia, en diálogo cultural e interreligioso.
Pero, además, que esta tarea y responsabilidad vaya siendo
asumida también por la comunidad educativa y por sus
directivos. Así, la cercanía del jesuita, el contacto directo
con la comunidad educativa es estratégico. Hemos de ayudar
a que los colaboradores vean a la institución educativa como
un lugar en el que se concreta su vocación y misión cristiana.
Requerimos igualmente que se nos vea trabajando como
equipo jesuita que mantiene viva la misión y la recrea
continuamente.
Muchos laicos y laicas se han formado ya a través de distintos
medios para ser directivos y funcionarios de nuestras
universidades, con la experiencia de
Ejercicios Espirituales incluida en su
formación. Estos egresados esperan
Requerimos no laicizarnos.
participar en el cuerpo apostólico de
Tampoco conviene que los laicos se
la Compañía de Jesús, con la
“jesuiticen” y, menos aún, que se
responsabilidad de inspirar, animar
“clericalicen”. Acercarnos unos y
y dirigir las obras de la Provincia en
otros no supone renunciar a lo que
el sector educativo. Sin embargo,
somos, deseamos y aportamos.
estas personas han corrido distinta
suerte, dependiendo
Existe la necesidad urgente de
fundamentalmente del rector en
formación tanto a los laicos como a
turno, a saber: han sido promovidos
los jesuitas para la colaboración, así
individualmente a puestos de
como una actitud dialogante. Para
responsabilidad; han sido
los jesuitas esta formación ha de
dispersados y mirados con
darse de manera formal e
desconfianza; mantienen su
informalmente.
actuación como grupo organizado
con capacidad de propuesta (en este
caso, es frecuente que algún jesuita
los acompañe); han sido ignorados.
deseamos y aportamos.
ALGUNAS REFLEXIONES PROVISIONALES
RETOS QUE
PERCIBIMOS
La idea de crear un Cuerpo
Apostólico Ignaciano demanda
una nueva institucionalidad que,
a su vez, requiere de un nuevo
pensamiento.
Este nuevo pensamiento ha de
superar la tentación de hacer una
identificación facilona entre lo
negativo y los jesuitas, por un
lado, y lo positivo y lo laical,
por otro, o viceversa.
Requerimos no laicizarnos.
Tampoco conviene que los
laicos se “jesuiticen” y, menos
aún, que se “clericalicen”.
Acercarnos unos y otros no
supone renunciar a lo que somos,
El papel –no exclusivo- que los jesuitas hemos de jugar en las
instituciones educativas es fundamentalmente de inspiración y
animación de la obra. De alguna forma, asumimos también la
dirección del proyecto educativo y su vinculación con los planes
provinciales (esta función de conducción global no coincide
necesariamente con la dirección formal de la obra). Por esto,
cada equipo jesuita debe discernir dónde ubicarse y el aporte
que ha de dar en cada institución. Pero es indiscutible que
nuestra misión incluye también la formación de los laicos y
laicas, y el trabajo cercano con ellos, además de nuestra propia
capacitación, para la colaboración. Una tarea jesuita específica
es la de fortalecer el equipo de laicos que pueda ir compartiendo
también la tarea de inspiración, animación y dirección de la
obra. Jesuitas y no jesuitas tenemos la misma responsabilidad,
y la compartimos. El jesuita, por tanto, debe ocupar el puesto
para el que sea apto, sin argüir su condición de religioso para
ocupar puestos de responsabilidad o de gobierno.
Existe la necesidad urgente de formación tanto a los laicos
como a los jesuitas para la colaboración, así como una
actitud dialogante. Para los jesuitas esta formación ha de
darse de manera formal e informalmente.
Como colectivo jesuita tenemos una tarea propia: hacer que la
Requerimos profundizar en lo que es la Pedagogía Ignaciana,
Debería haber, además, algo así como un manual que
contenga los mecanismos que habría que garantizar para
asegurar la conducción e identidad jesuita de nuestras
universidades y colegios, que permita optimizar la acción
de los pocos jesuitas de cada obra y compartir las
responsabilidades con los laicos. (P. Ej. que haya uno o
dos jesuitas en el equipo operativo de gobierno; dar más
peso a la pastoral en la universidad, con una concepción
amplia de ella; atender pastoralmente a patronos y dirigentes
universitarios, etc.)
Necesitamos establecer criterios de selección y contratación
del personal, conforme a un perfil de afinidad básico.
TEMAS
laicas los que deben ocupar los puestos señalados, a la hora de
la hora nos cuesta trabajo asumirlos como jefes y jefas y
subordinarnos a ellos.
51
TEMAS
formarnos en el tema y formar en ella a los académicos.
52
Es prioritario fortalecer la formación ignaciana del
personal, tanto de planta como de asignatura. Para ello:
a) ayudaría que hubiera más tandas de ejercicios
interinstitucionales; b) se requieren programas
institucionales permanentes de formación de los
funcionarios y docentes, y la asignación de presupuesto
para ello, y c) conviene utilizar distintas herramientas y
niveles: lo electrónico y lo presencial; la masa y los
cuadros, etc.
Nuestras capacidades de formación se multiplicarían si
actuamos corporativamente como Asociaciones (AUSJAL,
FLACSI, FIFyA)
El reto y la
responsabilidad de los
laicos al ser parte del
cuerpo apostólico
ignaciano será asumir el
compromiso de realizar la
misión jesuita en el
ejercicio del proyecto
personal y desde su propio
ámbito de acción, por
pequeño que sea.
La visión compartida: ser en un futuro próximo un nuevo
cuerpo apostólico (jesuitas, laicos, laicas, sacerdotes,
religiosos y religiosas): a) con una misión común; b)
que encarna las prioridades apostólicas de la Compañía
de Jesús; c) es coherente con la espiritualidad y la
pedagogía ignaciana; d) promueve la fe y la justicia, en
diálogo intercultural e interreligioso, e) contribuye a crear
una nueva sociedad, con dignidad para todos y sin
pobreza.
3.- La identidad del nuevo cuerpo apostólico compartido.
La construcción de la colaboración en las obras educativas
supone tener clara una identidad compartida. Esta
identidad tiene los siguientes
rasgos (los tomo de Luis Fernando
Klein):
El reto y la responsabilidad de los
laicos al ser parte del cuerpo
apostólico ignaciano será asumir el
compromiso de realizar la misión
jesuita en el ejercicio del proyecto
personal y desde su propio ámbito
de acción, por pequeño que sea. El
reto para los jesuitas será identificar
y acompañar de manera adecuada a
los grupos de laicos que sean
capaces de asumir este apostolado
como parte de su proyecto de vida.
El reto para los jesuitas
será identificar y
acompañar de manera
adecuada a los grupos de
laicos que sean capaces de
asumir este apostolado como parte de su proyecto de
vida.
LA PROPUESTA
1.- ¿Qué dice el documento Principio y Horizonte de
Nuestra Misión en América Latina?
“En los próximos cinco años quisiéramos poder
contemplar el inicio y desarrollo de varios procesos que
nos ayuden a responder a los desafíos que el mundo
actual y en particular América Latina presentan para
nuestra misión:
1) La emergencia de un nuevo cuerpo apostólico, formado
por jesuitas, laicos/as y religiosos/as que, inspirados y
animados por un mismo espíritu y sentido de misión, a
través de centros, redes u otras instituciones, se coloquen
al servicio de la Iglesia y de la transformación de la
sociedad: animados por una experiencia espiritual,
desarrollando una pedagogía espiritual, y colaborando
en la misión evangelizadora de la Iglesia.”
2. - ¿Qué dice el Proyecto Educativo Común para A. L.?
a) La educación como misión.
b) La misión como salvación y
plenificación de las personas y de
la sociedad.
c) La educación que ofrecemos
es integral, personalizadora,
alienta el sentido crítico y un
posicionamiento ético.
d) Nuestra diferencia se
constituye por lo ignaciano y su
contenido teológico y
antropológico. Somos
contraculturales, transformadores,
desde una opción preferencial por los pobres.
e) Laboramos en obras en todos los niveles y
modalidades educativas, en alianza, laicos, laicas y
jesuitas: no sólo como profesionales, sino como
colaboradores de la misión común. Corresponsables de
la obra: de su subsistencia, su dirección y su inspiración.
Nos une una experiencia de Dios, en los Ejercicios
Espirituales.
f) Nos relacionamos con otros sectores y apostolados
jesuitas, y con redes apostólicas educativas. Se trata de
establecer una acción apostólica global para un mundo
globalizado.
En conclusión, tenemos ahora una nueva visión, un nuevo
modelo de concebir la responsabilidad apostólica, y un
nuevo modo de situarnos en las obras educativas.
3.- La organización del Cuerpo.
Esta identidad -en realidad un carisma-, sin algún tipo
de institucionalidad se pierde. El carisma sin institución
Partimos de la concepción paulina (1Cor. 12, 12): todos somos iguales, aunque con distintas responsabilidades,
incluso jerárquicamente organizados.
Creemos, entonces, que en cada centro de trabajo o institución educativa se pueden constituir grupos o núcleos del
Cuerpo Educativo Ignaciano, integrados por laicos y jesuitas, para discernir la misión a realizar dentro de la obra
educativa jesuita y desde ella. Los integrantes podrían ser preponderantemente ex alumnos de cursos de gestión
directiva de instituciones educativas ignacianas (P. Ej. Pilares Educativos de la Compañía de Jesús, de Carlos Vásquez)
y que hayan tenido la experiencia de los Ejercicios Espirituales.
El centro de la reflexión, discernimiento y actividad de cada grupo sería el apostolado, es decir, la concreta misión
educativa en una obra jesuita particular, y no la sola espiritualidad (a diferencia de las CVX y de la RAI) Su
funcionamiento sería con una metodología de discernimiento apostólico ignaciano, y supondría que cada integrante
del grupo atiende su vida espiritual: oración cotidiana, discernimiento personal, espacios para compartir, en otras
entidades (CVX, CEBs, RAI, otros)
Idealmente, estos grupos deberían tener reuniones semestrales con el rector para reflexionar juntos sobre la situación,
la dirección y la inspiración de la obra, así como contar con capacidad de tomar iniciativas de interlocución con las
autoridades formales del centro educativo, en caso de urgencia.
No se trata de actuar como grupos de presión al interior de las instituciones, sino como corresponsables solidarios,
abiertos y leales. No hay una membresía para siempre. Es miembro del Cuerpo Apostólico el que participa en él. No
hay beneficios personales: promociones, salarios, influencia, impunidad, etc. No existe ninguna garantía de que lo
que se proponga o promueva sea asumido por las autoridades formales de la institución.
Es necesario dar pasos concretos hacia la colaboración horizontal de laicos, laicas y jesuitas, en la dirección de
nuestras obras. La que hemos expuesto es una manera posible. Puede haber muchas más. Lo que es imprescindible, es
que avancemos realmente.
TEMAS
no puede existir. Pero la institución sin carisma es un cadáver. Necesitamos institucionalizar nuestra inspiración y
carisma. Pero recordar que el cuerpo no es para sí mismo, sino para la misión.
53
TEMAS PARA
REFLEXIONAR
54
Alumnos
jesuitas para
todos los gustos
Hay algo que tienen en común Fidel Castro, Alfred Hitchcock y Teilhard de Chardin,
SJ. Lo obvio es que son personajes destacados y conocidos; pero también comparten
el hecho de que en algún momento de su vida recibieron educación en instituciones
jesuitas.
Aunque es difícil determinar que tanto influyó esta formación en el desarrollo de
estas y otras personalidades influyentes del siglo XX, es innegable que tienen un
rasgo distintivo: fueron educados para destacar. Y vaya que lo hicieron.
Pero ¿qué hace especial la educación que se imparte en las instituciones jesuitas?¿Qué
hace que de sus filas de egresados se cuenten incontables personalidades que han
impactado en la política, la ciencia, las artes? En su libro sobre el liderazgo al estilo
de los jesuitas, Chris Lowney señala cuatro prácticas que permiten al jesuita
comprometerse incondicionalmente con sus obras. Y aquí pudieran estar las claves
que hicieron de estos hombres unas figuras excepcionales.
La primera consiste en poner alta la mira y mantenerse dirigido a algo más. Lowney
lo define como heroísmo. Luego está el ingenio, que no es otra cosa que confiar en
que la mayor parte de los problemas tienen solución y explorar tácticas y estrategias
que transciendan la mentalidad contemporánea. La tercera es el Amor, que comunica
propósito y pasión al ingenio y al heroísmo. Es vivir con la premisa de que la gente
da lo mejor cuando trabaja para personas que ofrecen genuinamente apoyo y afecto.
Por último está “El conocimiento de si mismo”. “Quien sabe lo que quiere puede
buscarlo enérgicamente. Nadie llega por casualidad a ser un gran violinista o ejecutivo
de una corporación. Sólo quienes conocen sus debilidades pueden enfrentarlas y
superarlas, y estos hombres las lograron superar.
Luis Ernesto Blanco
/AUSJAL
Bill Clinton (1946 - ): es la economía
Clinton nació el 19 de agosto de 1946 en Hope
(Arkansas).Tras haber estudiado en la Universidad
de Georgetown, se marchó a estudiar en Inglaterra.
Esta etapa de su vida ha sido controvertida, porque
una de las razones para estudiar en Europa era
evitar cumplir con el Servicio militar obligatorio
en plena Guerra de Vietnam; lo que fue utilizado
a menudo por sus enemigos políticos para acusarlo
de “cobarde” y “desertor”. Sin embargo, Clinton
ha manifestado que él era un “objetor de
conciencia”; ya que se oponía a esa guerra por
motivos políticos y morales.
Durante su etapa presidencial se dio a conocer por el
carácter informal que imprimió a sus relaciones con otros
mandatarios mundiales. Durante un discurso junto al
Presidente de Rusia Borís Yeltsin, Bill reía abiertamente
los comentarios graciosos del líder ruso, lo que supuso
un giro en la imagen de las relaciones bilaterales,
marcadas por los años de la Guerra Fría.
Luis Buñuel: ateo gracias a Dios
Luis Buñuel Portolés (Calanda, Teruel, Aragón, España,
22 de febrero de 1900 - Ciudad de México, México, 29
de julio de 1983) fue un director de cine español
naturalizado mexicano. La gran mayoría de su obra fue
para cursar estudios universitarios. En la capital se aloja
en la recién creada Residencia de Estudiantes, fundada
por la Institución Libre de Enseñanza, donde permanecería
siete años. Su propósito de estudiar, inducido por su
padre, Ingeniería Agrónoma.
Luis Buñuel vino de una familia burguesa y muy religiosa,
estudió y vivió la disciplina de la religión, pero se podría
argumentar que parte de su trabajo tiene como meta, entre
otros objetivos, cambiar la sociedad en la que vivimos, que
se basa en la religión, la familia y el orden establecido, y
que impone una moral y un comportamiento social de la
que ni siquiera la burguesía que sustenta el poder es libre.
Quiso que todas sus obras fueran quemadas y así tener
descanso y dignidad desde la nada.
La visión de Buñuel chocaba con la realidad. Tenía muy
presente la posibilidad de la destrucción de la tierra,
pensaba en las guerras, la bomba atómica. Afirmaba que
ni la libertad ni la justicia existían. Buñuel, como tantos
místicos, asumía el ateísmo como una experiencia
religiosa. “El sacerdote jesuita Artela Lusuviaga S.J, a
quien Buñuel apreció como el único hombre capaz de
comprender su postura religiosa, lo describía como a un
visionario: «Yo veo en Buñuel un hombre perfectamente
ateo, como resultado de una decisión ideológica (...) A
un nivel personal, subconsciente o afectivo, Buñuel es
un hombre estrictamente religioso -sin que pueda
precisarlo- y es, por lo demás, estrictamente cristiano.
Es por ello que descubro el tema místico en Buñuel, y es
por ello que en algunas ocasiones lo incluyo entre los
grandes místicos»”1
Alfred Joseph Hitchcock: eso es suspenso
Alfred Hitchcock, nació en Leytonstone, Londres el 13
de agosto de 1899 y murió en Bel Air, Los Ángeles el 29
de abril de 1980. Fue un director de cine británico
naturalizado estadounidense.
realizada en México y Francia y es considerado uno de
los más importantes y originales directores de la historia
del cine.
Su educación católica, unido a su aspecto algo grueso,
Luis Buñuel nació en Calanda el 22 de febrero de 1900.
Pasó toda su infancia y adolescencia en Zaragoza, donde
cursó la educación primaria y secundaria, primero en
Corazonistas (con mayoría de franceses), y luego durante
siete años en el colegio jesuita de El Salvador, en la
plaza de Aragón, a media pensión (con una gorra como
uniforme).
A los 17 años, terminado el bachillerato, parte a Madrid
1
Tomado de Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid http://www.ucm.es/info/especulo/numero20/
bunuel.html
TEMAS
Clinton fue gobernador de Arkansas y allí construyó su
plataforma hasta la Casa Blanca, la cual ocupó entre
1992 y el 2000. Algunos consideran que fue un presidente
moderado y conciliador. La economía de los Estados
Unidos experimentó una fuerte alza durante su gestión y
las relaciones internacionales mejoraron notablemente.
En la eleccion 2008, su esposa Hillary Clinton tuvo la
posibilidad de ser la primera presidente mujer en los
Estados Unidos, pero perdió su aspiración presidencial,
con el también precandidato demócrata, Barack Obama.
55
TEMAS
56
hizo que fuera un niño tímido y apocado, elementos de
su personalidad que le acompañarían durante toda su
vida. Hitchcock fue enviado al Saint Ignatius College
pero, debido a la muerte de su padre, tuvo que abandonar
el colegio en 1915 para comenzar a trabajar como
ingeniero en la Compañía telegráfica Hanley. Hitchcock
siempre fue un ávido admirador de Charles Dickens y
Edgar Allan Poe y un amante del cine, especialmente
tras haber visto “El nacimiento de una nación” de David
Wark Griffith.
En 1925 dirigió su primera película completamente
acabada: “El jardín de la alegría”, una coproducción
germano-británica que se haría muy popular. Poco
después, el realizador londienense dirigió la primera
película de cine sonoro de Inglaterra: “La muchacha de
Londres”, en 1929.
En respuesta a una pregunta sobre la influencia de los
jesuitas en su obra, Alfred responde: “El método de
castigo era altamente dramático, porque el maestro podía
marcarle al alumno su mal proceder, y él luego debía ir
a ver al sacerdote (que administraba hasta doce golpes
con una tira de goma), pero quedaba a discreción del
alumno cuándo ir. Podía retrasar el momento y dejarlo
para el final del día, para ir a un cuarto especial donde
los esperaba el castigo, como... en un plano menor, ir a
una ejecución”.2
la dictadura militar Argentina después de la invasión de
las Islas Malvinas y la consecuente guerra, aunque la
administración Reagan silenció el apoyo de Kirkpatrick
y decidió secundar a Gran Bretaña durante el conflicto.
Durante la convención nacional republicana de 1984,
Kirkpatrick pronunció un memorable discurso conocido
como “culpa primero a América”, en el que elogiaba la
política externa de la administración Reagan y criticaba
a los líderes de los demócratas. “Cuando los dictadores
marxistas tomaron el poder en América Central, los
demócratas de San Francisco no culparon a las guerrillas
ni a sus aliados soviéticos, culparon a las políticas
norteamericanas de hace cien años. Como sea, ellos
siempre culpan primero a los Estados Unidos.”
Jeane Jordan Kirkpatrick (1926-2006): culpa primero a
América
Diplomática estadounidense. Durante el mandato de
Ronald Reagan se convirtió en la primera embajadora de
Estados Unidos en las Naciones Unidas. En 1967,
Kirkpatrick se unió a la Universidad de Georgetown
donde se convirtió, en 1973, en profesora de ciencias
políticas.
Pierre Teilhard de Chardin S.J.(1881-1955): el fenómeno
humano
Paleontólogo y filósofo francés que aportó una muy
personal y original visión de la evolución. Miembro de
la orden jesuita, su concepción de la evolución,
considerada ortogenista y finalista, equidistante en la
pugna entre la ortodoxia religiosa y científica, propició
que fuese atacado por la una e ignorado por la otra.
Empezó su actividad política en los años 70 en el partido
demócrata. Participó de forma activa en la campaña del
candidato a la presidencia Hubert Humphrey. Kirkpatrick
publicó una serie de artículos en los que reflejaba su
desilusión con el partido, y fue especialmente crítica
con la política exterior del presidente Jimmy Carter.
Cursa los estudios de ciencias y letras en el Colegio
jesuita de Mongré (Villefranche-sur-Saône).El 1899, a
los 18 años de edad, ingresa en el noviciado jesuita de
Aix-en-Provence. Allí, y más tarde, en 1908, en el colegio
jesuita de Hastings (cerca de Piltdown, Gran Bretaña),
cursa estudios de teología, tras los cuales es ordenado
sacerdote.
En 1980 se convirtió en la asesora en política exterior
del candidato republicano a la presidencia, Ronald
Reagan. Tras ganar las elecciones, Reagan la nombró
Embajadora en las Naciones Unidas, cargo que
desempeñó durante cuatro años.
Jeane Kirkpatrick apoyó de forma abierta y contundente
2
La visión de Teilhard combina teología y ciencia en una
perspectiva unificadora y coherente que sintetiza la Fe
Cristiana y la Teoría de la Evolución. Para Teilhard la
evolución es un proceso dirigido e iniciado por el espíritu
de Dios en el Universo, una creación continua y
permanente, que comienza incluso desde el nivel de las
Tomado de http://www.pagina12.com.ar/1999/99-03/99-03-20/pag23.htm
partículas subatómicas, ascendiendo a niveles cada vez
más altos de complejidad, y paralelamente, desarrollando
espacios más profundos de consciencia.
Teilhard de Chardin, pasó por la vida como un connotado
investigador. Su mensaje no fue del agrado de la Jerarquía
de su Iglesia y debió partir hacia China donde lo encontró
la Segunda Guerra Mundial, y ello, según decían, por
contradecir la interpretación ortodoxa del pecado original
y la gratuidad de la vida sobrenatural, lo que le significó
no lograr dar a conocer sus libros. Regresa a París donde
se dedicó a la actividad académica hasta que la molestia
de su visión transpersonal de la vida hizo que lo enviaran
a Nueva York donde murió como el sintetizador de la
evolución cósmica y humana. (3)
El 19 de febrero de 2008, en una carta publicada en el
diario Granma, anunció que no se presentaría ni aceptaría
el puesto de presidente y comandante en la reunión de
la Asamblea Nacional del Poder Popular del 24 de febrero
del mismo año . Como se ha mencionado, permanece
como Primer Secretario del partido comunista.
Algunos podrán apreciar su obra, o por el contrario
Fidel Castro: (1926 - ):
la historia sigue sin absolverlo
Fidel Castro Ruz nació en el poblado de Birán, en 1926,
como hijo natural de un emigrado gallego, Ángel Castro
Argiz, casado en segundas nupcias años después con Lina
Ruz González, descendiente de canarios.
En 1934 comenzó a estudiar en el colegio lasaliano de
Santiago. En septiembre de 1939 se inscribiría en el
Colegio de Dolores, de los jesuítas, también en Santiago
de Cuba. En 1942 ingresó al Colegio Belén de La Habana,
donde fue seleccionado mejor deportista del curso 19431944.
2
repudiarlos enfáticamente, pero es innegable la relevancia
que tuvieron estos y otros muchos personajes que
recibieron formación jesuita en algún momento de sus
vidas. Podrá quedar para la especulación la importancia
de esa formación en sus vidas futuras, pero sin duda son
personajes que inscribieron sus nombres en la historia.
Tomado de http://lasteologias.wordpress.com/category/teilhard-de-chardin/
TEMAS
Castro se inició en la vida pública como político opositor
y destacó especialmente tras el asalto al cuartel Moncada
en 1953, por el que fue condenado a prisión. Tras ser
indultado gracias a la presión de la opinión pública, se
exilió en México, donde planeó la invasión guerrillera
de 1956. Llegó al poder tras encabezar la revolución
cubana, que triunfó el 1 de enero de 1959, derrocando
el régimen de Fulgencio Batista. Fue nombrado Primer
Ministro el 27 de febrero del mismo año por el Presidente
Manuel Urrutia. Lideró en 1961 la adopción del
marxismo por el gobierno revolucionario, estableciendo
el primer estado socialista de América. Tras las reformas
de 1976, fue electo presidente del Consejo de Estado y
del Consejo de Ministros. Desde la fundación del partido
comunista en 1965, es el Primer Secretario del mismo.
57
ROSTROS
DE LA RED
58
Valores
humanos
El término “Educación en Valores” hace referencia a una necesidad sentida a nivel
social y a una preocupación ampliamente extendida a nivel internacional. Para la
Red de Homólogos de Educación de AUSJAL, contribuir a este fenómeno se
materializó en un curso dirigido a docentes de las universidades de la red, que les
diera herramientas para la formación en valores y la enseñanza de la ética.
Estrella Piastro, de la Universidad Iberoamericana de Ciudad de México; José Lezama
de la Universidad Católica Andrés Bello; Rafael Reyes de la Universidad Javeriana
de Bogotá, bajo la coordinación de Mónica Costa de la Universidad Católica del
Uruguay, apoyadas por los equipos de sus respectivas universidades dieron forma a
este programa virtual y latinoamericano que sea ha impartido en dos ediciones,
con una alta valoración de los participantes.
Ellos junto a Silvana Campagnaro, coordinadora de la Red de Homólogos de
Educación de AUSJAL en el tiempo en que se concibió el programa, comparten con
la Carta AUSJAL lo más significativo y difícil de haber sido parte de este proyecto.
• Mónica Costa (líder del proyecto)
Licenciada en Educación. Universidad Católica del Uruguay. Postgrado en Educación en Valores.
Universidad de Barcelona. Directora del Programa Educación en Valores. Universidad Católica
del Uruguay.
Comenzando por lo más satisfactorio, el curso “Los Valores y la Ética” surgió como
iniciativa de la Red de Homólogos de Educación de AUSJAL y ha sido una apuesta
acertada. Mi primera satisfacción fue haber podido participar de la gestación de
este proyecto y conocer colegas muy valiosos de otras universidades jesuitas.
Una segunda satisfacción es el objetivo del curso; promover, desde la perspectiva
latinoamericana, la reflexión compartida de los docentes de las universidades de
AUSJAL, sobre la necesidad de integrar en la praxis educativa los referentes éticovalorativos.
En el transcurso de las dos ediciones hemos compartido aprendizajes y hemos
construido nuevas perspectivas juntos. Va mi agradecimiento a los tutores y a los
participantes por su entrega y por su paciencia en tiempos de dificultades.
También al equipo coordinador aquí en la UCU, que siempre está disponible para
las tareas relacionadas con el curso; tanto en lo referido a contenidos como a las
cuestiones de tipo operativo.
Entre lo más enriquecedor de las aportaciones fue el compartir las experiencias de
formación en las aulas. Algunos compañeros intercambiaron estrategias y
metodologías que fueron utilizadas por otros con buenos resultados en sus respectivos
cursos.
Luis Ernesto Blanco /
AUSJAL
Tengo la certeza que la experiencia vivida repercutirá, en la formación de nuestros
alumnos universitarios y en la nuestra y, de manera amplia, en la transformación
social que intentamos en nuestro continente.
Ahora bien, aunque el curso tiene una plataforma apropiada para crear espacios de
ROSTROS DE LA RED
59
aprendizajes significativos, hemos sufrido “las
inclemencias de la tecnología” y los problemas del
servidor. De todas formas el equipo de orientación, y
apoyo tecnológico desde la UCAB se ha mostrado
diligente y preciso en sus apoyos.
Otras dificultades vienen del ámbito de la gestión y la
organización; me refiero a coordinar calendarios
académicos desfasados, a diseñar estrategias de
promoción y evaluación conjunta distanciados miles de
kilómetros.
• Estrella Piastro Behar.
Lic. en Pedagogía, UNAM. Candidato a doctora en Filosofia
UIA. Directora del Centro de Desarrollo Educativo UIA de 19962001. Académica de la Dirección de Formación Valoral (2003).
Coordinadora del Programa de Formación de Académicos de la
Dirección de Servicios para la Formación Integral 2008
(actualmente). 26 años en la UIA
Con relación a lo más satisfactorio son muchas cosas: el
encontrarme con personas interesadas en las cuestiones
de formación integral para nuestros alumnos. El poder
compartir inquietudes y planteamientos teóricos y
prácticos con los colegas. También encontrar en AUSJAL
un punto de encuentro muy significativo para los que
colaboramos desde hace muchos años en obras
educativas de la Compañía de Jesús y poder proponer
con los docentes interesados de los contenidos del curso
de ética. Me llena mucho el poder constatar lo que varios
maestros están haciendo con sus alumnos una vez que
han participado del curso. Para Estrella el encontrarse
con personas concretas con las que puedo decir que se
ha ido construyendo una relación y con las que tiene un
proyecto común.
Lo más difícil ha sido la organización de los tiempos,
cuando uno se encuentra presencialmente se le hace fácil
comprometerse a un montón de cosas que de alguna
manera las ve posibles y cuando uno ya está en el trabajo
cotidiano se da cuenta que excede el compromiso que
se estableció. Es necesario ser más realista con los
tiempos. En cuanto a la comunicación solamente se ha
dificultado en relación al establecimiento de los
compromisos realizados en el espacio presencial.
• José R. Lezama Q.
MSc. en Filosofía / USB-2008 Lic.
en Filosofía (cum laude) / UCAB-1999.
Es profesor (asistente) e investigador
del Centro de Investigación y
Formación Humanística de la
Universidad Católica Andrés Bello.
Allí coordina el Área de Formación
en Ética Profesional. Es también
profesor de las Escuelas de Filosofía,
Comunicación Social y Educación, así
como del Postgrado de Educación en
Valores en la UCAB. Es autor de
“Antropología, bioética e ingeniería
genética” (2002) y coautor de “Educar
para vivir” (2003), “La actualidad de los valores en Venezuela”
(2005), “Globalización: Visiones y desafíos” (2007) y “La ética y
sus contextos” (2008), entre otras publicaciones.
Lo más satisfactorio de esta experiencia es poder compartir
de distintas maneras con gente de otros países de
Latinoamérica: tanto en el trabajo mancomunado para
adelantar este proyecto como a nivel de las aulas que,
como sabes, se encuentran conformadas por docentes
de las diferentes universidades (gestoras o no) de la
AUSJAL. Igualmente, creo que trabajar en esta clase de
proyectos le hace sentir a uno que está haciendo algo
útil para la sociedad, sobre todo en un momento tan
difícil, donde una floreciente mala interpretación del
relativismo moral y axiológico conduce a la gente a buscar
espacios como estos para formarse, reflexionar y discernir
acerca de lo no es conveniente en cuanto a nuestra
actualidad y nuestro futuro.
Pienso que lo más difícil (si cabe, porque las cosas hechas
ROSTROS DE LA RED
60
con gusto nunca parecen difíciles) quizás haya sido el
trabajo contra reloj en los preparativos para la puesta en
marcha del curso (tanto en su primera como en su segunda
edición.) Además de participar en las reuniones de
planificación, a mí me tocó cumplir varios papeles
adicionales: coordinar regionalmente lo relativo a la
promoción del curso y también a la captación de
profesores de la UCAB interesados en participar (por
supuesto, con la valiosa ayuda prestada en ese sentido
por Silvana Campagnaro y por la gente de la Secretaría
Ejecutiva de AUSJAL); también colaboré en la preparación
de algunos contenidos de los módulos que constituyen
el cuerpo del curso; y me he desempeñado, en ambas
ediciones, como tutor de una de las aulas virtuales.
• Silvana Campagnaro.
Licenciado en Psicología (1977) M.A. en Psicología Educativa
(1982) Vicerrectora académica de la UCAB. Coordinadora de la
Red de Hómologos de Educación de las Universidades Jesuitas
en Latinoamérica, AUSJAL (2002 hasta el presente) Coordinadora
Regional de la Investigación, en proceso, sobre Cultura Juvenil
de los estudiantes de las Universidades Jesuitas de Latinoamérica
(2006)
Compartir con la redes de AUSJAL tiene la ventaja de
que se hace bajo la impronta de San Ignacio; haber
descubierto que en otros países y universidades hay
personas que ocupan cargos similares al mío que tienen
la misma manera de comprender la institución, incluso
usamos el mismo vocabulario, conceptos y estamos
identificados con los mismos principios y valores; como
si los conociera de siempre, por eso el trabajo en conjunto
se hace fluido porque la primera etapa del
reconocimiento y posicionamiento se salta, se construye,
así, una relación de equipo y de trabajo muy eficiente
en muy corto plazo. Esto es una verdadera ventaja porque
en muy pocos días se consolida el equipo de trabajo y se
logran las metas previstas sin mayores contratiempos.
Todas la redes de AUSJAL tienen la ventaja que cuando
nos convocan ya tenemos una agenda planificada y con
resultados previstos, por tanto siempre tenemos como
meta cumplir esa agenda y el trabajo responsable se nota
en cada uno de los participantes. Por otra parte, el
reconocimiento de nuestros pares en otras universidades
de la red ha sido una experiencia de vida interesante.
Puedo decir que tengo muchos amigos hechos a través
de AUSJAL.
Si tuviera que mencionar alguna dificultad diría que
muchas de estas redes comparten su actividad o proyecto
en la virtualidad con las desventajas que esto conlleva.
Por otra parte, muchos de los proyectos de AUSJAL las
realizamos como un extra a las actividades ordinarias de
cada uno que conforma la red, si bien queremos estar en
ellas la carga adicional de trabajo es mayor y a veces los
tiempos de respuesta no son eficientes.
REDES DE
HOMÓLOGOS
61
El sueño de formar estudiantes de nuestras universidades de AUSJAL en liderazgo
ignaciano y formación sociopolítica se fue configurando muy lentamente.
Contemplando la realidad social, política y económica de nuestros países
latinoamericanos y constatando la ausencia de liderazgos que promuevan
efectivamente la justicia social, surgió la gran pregunta ¿Qué está haciendo falta en
la formación que les ofrecemos a los estudiantes en nuestras universidades para que
desde la academia y cuando se gradúen, sean capaces de asumir responsablemente
el rumbo de nuestros países desde la empresa privada o en cargos públicos y sean
capaces de suscitar procesos de transformación que busquen el bien más universal?
El liderazgo
ignaciano.
Un camino para
América Latina
En nuestras universidades contamos con un alto nivel académico, los estudiantes
tienen múltiples alternativas de formación humana, cristiana y social, se ofrecen:
Talleres de Liderazgo, Cursos de Formación Política, Prácticas Sociales, Retiros
Espirituales, Campamentos Misión, Cursos de Espiritualidad Ignaciana, entre muchas
otras propuestas que posibilitan el libre desarrollo de la persona y la potencialización
de su intelecto; entonces… ¿qué nos falta?
Una propuesta capaz de integrar la formación académica política, social, en liderazgo,
en identidad y espiritualidad ignaciana, de tal manera que unida a la formación
propia de sus profesiones, se vaya configurando en los estudiantes una manera de
ser, pensar, hablar y proceder, que los identifique plenamente como egresados de
nuestras universidades con el sello ignaciano y que por supuesto los motive e impulse
para ir asumiendo responsablemente el presente y futuro de nuestros países
latinoamericanos de forma conjunta.
Ahora bien, no fue una tarea fácil entender que lo que hacemos cada una de las
universidades es bueno, válido y enriquecedor, pero que necesita ser integrado de
manera adecuada: primero pensábamos que debíamos dejar de hacer lo que hemos
venido haciendo durante años, para montar ahora una nueva propuesta de formación;
luego pensamos que podíamos hacerle ajustes a los que ya veníamos haciendo y
tomar de la nueva propuesta de formación lo que nos estaba haciendo falta o servía
para perfeccionar nuestra propuesta y llegar a comprender finalmente que es una
propuesta de formación que merece darle un lugar en nuestras universidades, no fue
nada fácil.
Este Programa de Formación cuenta con una dinámica latinoamericana que no
desconoce la propia pero que la cualifica y que se implementa ajustándola a cada
universidad pero garantizando los mínimos latinoamericanos que son el gran plus
del proceso, entendiendo que no pretende remplazar lo que existe sino presentar
Ángela Jaramillo
/ PUJ Bogotá
HOMÓLOGOS
62
una oferta mucho más integradora a
nuestros estudiantes que más se quieren
dejar afectar…
Hoy podemos decir que el camino aunque
no ha sido fácil pero sí ha sido muy
enriquecedor. Contamos con el apoyo de
ocho Rectores que saben y resaltan la
importancia de este Programa de Formación
y lo apoyan incondicionalmente; con un
equipo de 27 facilitadores en nueve
universidades de AUSJAL que conocen el
Programa, se identifican con él y están
comprometidos con su implementación
velando porque cada día sea de mayor
calidad humana, espiritual y académica;
con un equipo de personas que centralizado
en la Universidad Javeriana de Bogotá
coordina y vela por la eficacia y eficiencia
de los procesos garantizando el enfoque y sentido
latinoamericano; con el apoyo incondicional de la
Presidencia y Secretaría Ejecutiva de AUSJAL.
Contamos con un grupo de 123 estudiantes de 6
universidades de AUSJAL que vivieron la Experiencia
Piloto, que motivan a sus compañeros para que realicen
la experiencia, que apoyan a los facilitadores en la 1ª
Implementación, que están haciendo esfuerzos por
“jalonar” procesos de reflexión y acción sociopolítica
en las universidades frente a la coyuntura de los países
latinoamericanos, que están en búsqueda de las mejores
estrategias de comunicación y consolidación de una Red
Latinoamericana de Líderes Ignacianos. Contamos con
el apoyo de las herramientas tecnológicas que han
posibilitado el trabajo latinoamericano; con la
colaboración de muchos docentes de nuestras
universidades que sin dudarlo comparten sus
conocimientos y motivan el intelecto de nuestros
estudiantes.
Y en este momento contamos con 180 estudiantes de 9
universidades que están deseosos de conocer la realidad,
de acercarse a la Espiritualidad Ignaciana de estrechar
lazos con jóvenes de otras universidades y sobre todo,
están aprendiendo cómo es eso de ser “Jóvenes que hacen
historia en América Latina” a la manera de Ignacio.
Gracias a Dios existen profesionales idóneos, entregados,
apasionados que se la juegan por esta iniciativa que les
exige mucha dedicación y tiempo, estos son los Rostros
del Programa de Formación en “Liderazgo Universitario
Latinoamericano”. Gracias que existe la tecnología, la
cual nos permite reunirnos de forma virtual cada mes
para compartir la vida, revisar el camino, hacer ajustes,
acordar estrategias y sentir que todos juntos estamos
haciendo realidad este sueño; y por supuesto gracias a
Dios existe la posibilidad de abrir nuevos caminos cada
día para seguir haciendo este sueño realidad.
Universidad Católica Andrés Bello – Caracas
Universidad Católica Andrés Bello – Guayana
Universidad Católica del Táchira
Pontificia Universidad Católica del Ecuador
Universidad Centroamericana UCA
Universidad Rafael Landívar
Universidad Iberoamericana Ciudad de México
Universidad Iberoamericana León
Pontificia Universidad Javeriana - Cali
Pontificia Universidad Javeriana – Bogotá
TESTIMONIO
63
Esta historia se inicia en el instante en que
cada uno de nosotros, jóvenes estudiantes,
decidió dejar de lado su cotidianidad, la pereza
y la apatía para emprender un camino hacia
nuevos retos. En el momento en que nos
embarcamos en esta gran aventura, no nos
imaginábamos que pasaríamos por un proceso
de exigencia personal y académica. Sin embargo,
logramos mantenernos activos en el camino
porque centramos nuestros intereses en el profundo deseo de ser formados como
estudiantes integrales con un claro acento en el desarrollo de nuestra dimensión
sensible.
Es posible
cambiar el
mundo
Es así como comenzamos nuestra preparación en diversos temas, tales como: estilos
de liderazgo, análisis sociopolítico, identidad ignaciana, pobreza entre otros, que
poco a poco se fueron relacionando para darnos una visión más amplia de la realidad,
con un enfoque crítico de lo político-social en la sociedad en que vivimos. Sin lugar
a dudas, este proceso ha dejado una huella indeleble en el corazón de cada uno de
nosotros.
“Este programa ha significado mucho para mí; nunca pensé que uno pudiera recibir
mucho más de lo que uno puede dar, me di cuenta que el sentido de las cosas no
está en lo que haces, sino en como lo haces”
Algunas de las experiencias más significativas fueron las de Inserción Social, donde
además de sensibilizarnos al vivir una realidad concreta, para muchos, desconocida,
pudimos descubrir sentimientos y potencialidades dentro de cada uno de nosotros,
definiendo poco a poco que lo mejor es realizar un compromiso de vida.
“La semana de inserción significó vivir en “carne propia” una situación
socioeconómica adversa, que se encuentra a escasos minutos de mi casa. Ésta
situación, me permitió dejar a un lado mitos e imaginarios colectivos acerca de la
pobreza y ser consciente de que es un problema social que no surgió de la nada y
que se puede solucionar, siempre y cuando, exista una disposición verdadera y un
compromiso, por parte de todos, de cambiar esa realidad”
Uno de los más valiosos aportes de la interacción con las personas de la comunidad,
fue ser testigos de su mundo lleno de carencias, miserias y ausencias, las cuales
afectaron hasta las fibras más profundas de nuestra conciencia; pero al mismo
tiempo, ésta realidad nos invitó a convertir nuestras palabras en acciones. Lo más
importante, es que comprendimos que ante las adversidades nunca debe morir la
Artículo elaborado con base en los
relatos que escribieron jóvenes
participantes del Programa AUSJAL
de Formación en Liderazgo
Universitario Latinoamericano
TESTIMONIO
trabajar internamente y que todo ese trabajo brinda
muchas satisfacciones y posibilidades.
Al terminar los Ejercicios Espirituales comprendimos qué
significaba ejercer un liderazgo Ignaciano. Ésta era la
propuesta más osada que habíamos escuchado. Tal vez
cuando la lean les parezca sencillo pero eso de vivir en
función del servicio en busca del “bien más universal”,
que beneficie en particular a los más necesitados, es
tarea de titanes. Además, es concebir un liderazgo
caracterizado por la creatividad, el amor y el heroísmo
pues es desde allí donde nuestras acciones van a generar
transformaciones políticas, económicas y sociales en la
realidad latinoamericana.
64
esperanza de vivir en un mundo mejor, tal y como lo
reflejaba la sonrisa de cada niño con el que compartimos.
Esta experiencia nos abrió la mente a un nuevo mundo,
el cual había sido distante dentro de nuestra cotidianidad
universitaria.
Uno de los momentos medulares del programa fue el de
los Ejercicios Espirituales, actividad que nos acercó al
auto-conocimiento y la reflexión. Esos ejercicios,
significaron una entrada al mundo trascendente, a los
afectos desordenados, al cuarto desarreglado, al ánimo y
la liberalidad... Son muchas las palabras que nos remiten
a esa increíble dimensión del Programa, la cual se llevó
a cabo fuera de los parámetros de la rutina, del ruido y
de los prejuicios diarios. Nos acercamos a Dios y a
nosotros mismos, descubriendo que hay mucho que
En este orden de ideas, descubrimos que un líder
ignaciano cumple con unas características propias: se
interesa por la búsqueda y relación constante con Dios,
sabe ser amigo porque se reconoce por igual con los
demás, y “no se reconoce como el más capaz sino como
alguien que sabe entregarse al cien por cien”. Es una
persona que se rige por valores y que busca el
autoconocimiento. Un ser humano que se encuentra a sí
mismo al momento de ayudar a los demás; que es
congruente con la pasión para llevar a la práctica aquello
en lo que cree.
“Es el liderazgo que debería de regir en todos los
gobiernos, aquel en que piensen en su gente y no en sus
propios beneficios, de tal forma que se alcancen las metas
de todos”.
También, el liderazgo
ignaciano nos exige una
alta preparación académica para hacer una
lectura crítica e interdisciplinaria de nuestras
realidades. En nuestro
caso concreto de
universitarios, nos impulsa a ayudar a transformar con el poder del
conocimiento, las
estructuras de injusticia.
El ser considerados
Líderes Ignacianos significa, en primera instancia,
un gran compromiso y
responsabilidad con
nuestra realidad local y
latinoamericana, que
exige de manera inminente la necesidad de una
buena cosecha en todo lo
TESTIMONIO
que sembramos durante estos
meses. Por lo tanto esto ha sido,
más que una formación, un seguimiento continúo del proceso
nuestra experiencia vital junto a
Dios.
Así, la búsqueda hacia un
liderazgo Ignaciano no culmina
con el programa, sino que se
desarrolla continuamente durante
toda nuestra existencia. De esta
manera, se nos presenta la
imperante necesidad de vernos a
futuro como transformadores
comprometidos con la realidad de
nuestros países.
Este programa, profundamente
significativo, nos ha permitido
como jóvenes universitarios,
entender y apropiarnos de un tipo
de liderazgo que encaja con nuestra forma de pensar y
mejor aún, con nuestros sueños. Es así, como vamos
comprendiendo que no somos individuos aislados, sino
miembros de una comunidad más grande con fines
comunes, implicados en el reto de una nueva toma de
consciencia. Es un camino que apenas comienza, que
gira en torno a nosotros mismos y a los demás, en una
comprensión más humana de nuestra condición de actores
sociales.
“Somos una gota de agua en el mar, sin embargo, juntos
podemos lograr mucho más allá”.
Al vernos involucrados y estar en contacto con otras
realidades, nos dimos cuenta que hacemos parte de la
memoria histórica y de las raíces hondas de América
Latina. La Asociación de Universidades Confiadas a la
Compañía de Jesús en América Latina -AUSJAL-, abrió
nuestra perspectiva hacia fuera, y logramos reconocer
nuestra condición como latinoamericanos, y todos los
65
sueños y sufrimientos comunes que compartimos con
nuestros hermanos.
Todo este arduo recorrido lleno de altibajos, nos ha
marcado un sendero por donde seguir recorriendo
nuestras vidas. Cambió nuestra óptica y manera de
interpretar lo que observamos a nuestro alrededor. Nos
hizo sensibles a los acontecimientos y personas que
quizás antes no considerábamos como parte de nuestra
realidad. Nos hizo partícipes de una espiritualidad que
nos condujo al interior de nosotros mismos para
reconfortarnos y sintonizarnos con nuestro mundo
interior. Hoy somos un grupo de jóvenes que comparte
un mismo horizonte.
“Representó un cambio de paradigmas, una
confrontación con nuestra realidad, y el descubrimiento
en cada uno de los integrantes de cosas que nos
complementan, y que de una u otra forma, han llenado
nuestra vida”.
PUBLICACIONES
66
Epifanías de la identidad. La
comprensión multiculturalista de
Charles Taylor
Autor: Yelitsa Marcela Forero Reyes. Universidad Javeriana de
Bogotá, 2008
En Epifanías de la identidad, Marcela Forero estudia desde
diferentes perspectivas filosóficas la comprensión multiculturalista
de Charles Taylor. Sin lugar a dudas, el multiculturalismo es un
problema de construcción filosófica reciente, pero que a juicio
de la autora posee la virtud de “exorbitar” las comprensiones
cognitivas y normativas de la modernidad. Desde dicho valor
exegético del multiculturalismo, en este libro se someten a examen
categorías modernas tales como las de sujeto, razón, principios
morales, derechos humanos, etc. El ejercicio filosófico se realiza
a través de un desplazamiento hacia los presupuestos racionales
del actual debate ético-político en torno al multiculturalismo.
Una nueva cultura para la paz, la
tolerancia, la convivencia y la
comunicación efectiva. VI Jornadas de
Educación en Valores. 2007
José Francisco Juárez (coordinador). UCAB, Fundación Konrad
Adenauer, Colegio San Agustín. Caracas 2007
En Venezuela, la problemática sobre la intolerancia, la violencia,
el fanatismo y la incomunicación sigue presente en diversos
sectores de la población. Para conjurar los males que trae consigo
la cultura de la guerra, del odio y de la división, hace falta una
educación en valores que profundice en las actitudes que
realmente elevan a la persona. En torno a estos temas giran las
ponencias y mesas de trabajo que se expusieron en las VI Jornadas
de Educación en Valores.
Lógica difusa para principiantes. Teoría
y práctica
Iván Pérez y Betzabeth León. UCAB, 2007
El uso de la Lógica Difusa se hace cada vez más extensivo en el
campo del control de agentes móviles. La capacidad de tratar con
información imprecisa la convierte en una herramienta muy
adecuada para diversos aspectos de control: diseño y coordinación
de comportamientos, percepción, navegación, construcción de
mapas y autolocalización.
En la conmemoración de los cinco años de la muerte de Xavier
Gorostiaga, S.J., la Universidad Centro Americana (UCA), de
Nicaragua, ha lanzado el libro titulado «Educación y Desarrollo»
compilado por el escritor Enrique Alvarado. El libro permite
construir la figura más completa del Padre Xavier Gorostiaga, al
igual que sus ideales y compromisos. Se presentan diez escritos
de este extraordinario pensador que nos señala nuevas rutas hacia
una sociedad más humana y fraterna.
La Iglesia moderadora
de la nacionalidad
Julio Tobar Donoso ; con prólogo del R. P. Aurelio Espinosa
Pólit. PUCE
Este libro es una investigación que nos da la clave de nuestra
historia, su sentido íntimo, su fisonomía verdadera; una
investigación que no se limita a aspectos fragmentarios e
inconexos, sino que enfoca el panorama completo de nuestra
vida nacional; un estudio que es obra, no de un cronista ni de
un compilador, sino de un historiador digno de este nombre; es
decir, de un investigador y de un pensador. El objeto de este
libro es agrupar las pruebas de una verdad histórica inconmovible:
la Iglesia influyó, en primera línea y con incontrastable eficacia,
en la formación de la nacionalidad.
Dieciocho clases de Literatura
Colección Obras de Aurelio Espinosa Pólit, No. 1. Edición y
estudio introductorio de Manuel Corrales Pascual, S.J. PUCE
Las Dieciocho Clases de Literatura fueron concebidas
originalmente como un seminario dedicado a los profesores de
Segunda Enseñanza en el contexto de una Reforma Educativa
planteada en 1945. Los textos elegidos abarcan los tres géneros
literarios: poesía, prosa y teatro; consideran también los tres
ejercicios propuestos como instrumentos idóneos para el
aprendizaje significativo de la literatura
PUBLICACIONES
Compilador: Enrique Alvarado Martínez. Universidad
Centroamericana. Nicaragua, 2008
67
PUBLICACIONES
Xabier Gorostiaga.
Educación y Desarrollo
ANTES DEL
CIERRE
68
Nuevo Rector en la Iberoamericana
de Puebla
David Fernández Davalos SJ, ha sido designado como
nuevo Rector de la Universidad Iberoamericana de
Puebla. Fernández Dávalos es Licenciado en Filosofía y
Ciencias Sociales por el Instituto Libre de Filosofía de
Guadalajara y por el Instituto Tecnológico y de Estudios
Superiores de Occidente (ITESO). Licenciado en Teología
por el Colegio de Estudios Teológicos, de la ciudad de México. Es también Maestro
en Sociología por la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México.
Entre 1994 y 1998 se desempeñó como Director del Centro de Derechos Humanos
Miguel Agustín Pro Juárez, A.C. Obtuvo el Premio Human Rights Watch en 1996.
Es miembro del International Council on Human Rights Policy, con sede en Ginebra,
Suiza, a partir de octubre de 2000.
De julio de 1998 a enero de 2002, fue Rector del Instituto Tecnológico y de Estudios
Superiores de Occidente (Universidad ITESO) y entre 2000 y 2001 fue coordinador
de la Comisión Consultiva del Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología del Estado
de Jalisco.
De enero de 2002 a mayo de 2008 fue Asistente de Educación de la Provincia
Mexicana de la Compañía de Jesús, responsable de la obra educativa de la Orden en
México.
Es autor de los siguientes libros: Malabareando. La Cultura de los Niños de la Calle»;
«Este es el Hombre. Vida y Martirio de Miguel Agustín Pro»; “Educación y Derechos
Humanos”; “Doce cartas sobre Dios”; Ignacio Ellacuría: vida, pensamiento e impacto
en la universidad jesuita de hoy.
Nuevo Rector de ITESO.
El Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente,
ITESO, designó como su Rector al Dr. Juan Luis Orozco
Hernández SJ, quien reemplazó al Ingeniero Héctor Acuña
Nogueira SJ.
Orozco Hernández es licenciado en Filosofìa y Letras del ITESO
y doctor en Economía de la Universidad de la Sorbona de
París. También se desempeñó como Provincial de la Compañía de Jesús en México.
Un diálogo humanista y permanente con los más desfavorecidos, con los gobiernos
locales y estatales, con otras religiones, con otras universidades, con la sociedad
civil, con los empresarios de la región y con los académicos, funcionarios y estudiantes
de la institución, fue el compromiso que asumió en su discurso como nuevo Rector
del ITESO el sacerdote jesuita.
Luis Palomera Serreinat SJ, es el nuevo Rector del Instituto Superior de Filosofía y
Humanidades «Luis Espinal» de Cochabamba, Bolivia.
Palomera posee una Licenciatura en Filosofía (Sant Cugat - Barcelona); es también
Licenciado en Teología (Louvain - Bélgica); Peritaje (bienio) en Sagrada Liturgia (París) y Doctor en Sagrada Liturgia - (Roma). Fue Profesor de Liturgia en el Instituto
Regina Mundi durante varios años en Roma. Y es actualmente Catedrático de
Liturgia, Sacramentos y Espiritualidad Litúrgica en el Instituto Superior de Estudios
Teológicos (ISET) de la Universidad Católica Boliviana, en Cochabamba, en donde ejerce como profesor desde 1971.
Fue Secretario Nacional de Liturgia de Bolivia (1971 – 1981); Fundador y Director del Centro de Pastoral Litúrgica
Aymara (CEPLAY) desde 1982, organismo que llevó a cabo las traducciones, adaptaciones y publicaciones de los
libros litúrgicos, leccionarios y otros textos bíblicos en Lengua Aymara (para Bolivia y Perú).
También ha ocupado cargos en la formación de los jesuitas de la Provincia SJ de Bolivia en diversos años y etapas. Fue
Rector del Pontificio Colegio Latinoamericano de Roma (1994-2000) y Rector del Colegio San Roberto Bellarmino de
Roma (2001-2007).
Entre 1988 y 2003 fue Superior Provincial de la Provincia SJ de Bolivia.
Liderazgo Universitario
La Universidad Católica del Táchira fue la sede del II Foro Latinoamericano de Liderazgo Universitario que, entre el
14 y el 19 de septiembre reunió a coordinadores, facilitadores, y estudiantes del «Programa de Formación de Líderes
Universitarios Ignacianos para América Latina» de AUSJAL.
Durante el evento se realizaron tres actividades: la Evaluación General del Programa; la segunda Inducción de nuevos
facilitadores y se celebró el II Foro Latinoamericano de Jóvenes Universitarios Ignacianos, con la participación de
alumnos del programa provenientes de Colombia, México y Venezuela. Previamente, los alumnos tuvieron la oportunidad
de conocer la actividad que realiza el Servicio Jesuita de Refugiados y otras obras de la Compañía de Jesús en El Nula
y Guasdualito, en la zona fronteriza colombo-venezolana.
Durante el foro los participantes asistieron a la ponencia del Rector de la UCAT, Arturo Sosa SJ, quien se refirió al
mundo cambiante en el que vivimos, caracterizado por una creciente aceleración, una polarización entre tendencias
globalizadoras y los nacionalismos y una explosión de las comunicaciones. Mencionó también un cambio en los
esquemas políticos que exigen la necesidad de una democracia que atienda a las necesidades de un gobierno global
y nacional. El Padre Sosa SJ realizó un recuento de lo que fue la Congregación General XXXV y la elección de Adolfo
Nicolás SJ como Padre General.
El encuentro marcó el cierre de la segunda edición del programa y el inicio de los preparativos para la siguiente, que
contará con la participación de 10 universidades, una vez que se incorpore la UCA de El Salvador y la UCA de
Managua. En total, 123 participantes egresaron del Programa de Liderazgo Universitario Latinoamericano de AUSJAL,
durante la edición ejecutada entre 2007 y 2008. De acuerdo con las universidades participantes, los estudiantes se
distribuyeron de la siguiente forma: 15 de Javeriana Cali; 31 de Javeriana de Bogotá; 8 de la Católica del Ecuador; 12
de la Católica del Táchira; 17 de UCAB Caracas; 13 de UCAB Guayana; 13 de la Iberoamericana de Ciudad de
México y 14 de la Iberoamericana de León.
ANTES DEL CIERRE
El Luis Espinal de Bolivia estrena Rector
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ANTES DEL CIERRE
ANTES DEL CIERRE
ANTES
DEL CIERRE
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