332-2013 Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia

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332-2013
Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. San Salvador, a las doce horas con
ocho minutos del día dos de mayo de dos mil catorce.
A sus antecedentes el escrito presentado por la señora Aminta Estela Cubías Rodríguez,
en fecha siete de febrero de este año, mediante el cual agrega copia de acta de audiencia inicial
celebrada el día tres de septiembre de dos mil trece, por el Juzgado de Paz de Ciudad Arce, y
señala nuevo telefax para recibir notificaciones.
El presente proceso constitucional de hábeas corpus fue promovido por la señora Cubías
Rodríguez a favor del señor Héctor Vladimir Cubías Rodríguez, procesado por el delito de
extorsión, contra actuaciones del Juzgado de Paz de Ciudad Arce.
Analizado el proceso y considerando:
I. La peticionaria sostiene que el tres de septiembre de dos mil trece, el mencionado
juzgado de paz celebró audiencia inicial en contra del favorecido, por atribuírsele la comisión del
delito de extorsión.
Dicha audiencia fue realizada sin la presencia de abogado defensor, con lo cual se colocó
en indefensión al imputado y volvió ilegal la detención decretada en su contra.
II. Según lo dispuesto en la Ley de Procedimientos Constitucionales, se nombró jueza
ejecutora a Mima Elizabeth Cañas Coca, quien en informe de fecha siete de enero de este año
expresó, en lo pertinente, que la audiencia inicial fue celebrada sin defensor, en virtud de no
haber comparecido el defensor público asignado al imputado ni otro profesional, por encontrarse
en paro de labores la Procuraduría General de la República —sin constar alguna gestión para
garantizar la presencia de un abogado—; lo cual se hizo con fundamento en lo dispuesto en el
artículo 298 inc. 2° del Código Procesal Penal.
"Se puede concluir que si efectivamente ha habido vulneración a derechos
constitucionales, específicamente del derecho de defensa, consagrado en el artículo 12 de la
Constitución, por haberse llevado a cabo la celebración de la audiencia inicial sin la
comparecencia de ningún defensor ni público ni privado. Si bien es cierto la jueza fundamenta
que si es posible por encontrarse en paro indefinido la Procuraduría, se pudieron haber efectuado
gestiones para que compareciera un abogado de oficio, tal y como lo establece el artículo 101 del
[C]ódigo [P]rocesal [P]enal (...) y no violentarle la defensa técnica siendo asistidos por un
defensor personas peritas en derecho ya sea público o privado que tienen como función el
ejercicio de esta función técnico jurídica de defensa de las partes que actúan en un proceso penal,
tomando en cuenta que es la libertad de la persona que se cuestiona la posibilidad de actuar
oportunamente a consecuencia de la detención" (mayúsculas suprimidas) (sic).
III. La jueza suplente del Juzgado de Paz de Ciudad Arce, María Isabel Vásquez
Mendoza de Romero, en informe de fecha seis de enero de este año, manifestó, en lo pertinente,
que se convocó a audiencia inicial para el tres de septiembre de dos mil trece, de lo cual fue
informado el abogado Carlos Guillermo González, defensor público asignado al imputado.
El día de dicha diligencia la Procuraduría General de la República se encontraba en paro
de labores y, después de insistentes llamadas telefónicas a dicha institución, la secretaria de la
Unidad de Defensoría Penal expresó que no se presentaría ningún abogado por tal razón. Por ello
y al no encontrar otro abogado que "pudiera brindar su ayuda", decidió aplicar lo dispuesto en el
inciso 2° del artículo 298 del Código Procesal Penal y celebrar la audiencia inicial.
En ella impuso la detención provisional al procesado, por haberse comprobado la
existencia de apariencia de buen derecho y peligro de fuga.
Opina que "... en el caso en comento no obstante haber buscado la forma que los
imputados tuvieran la asistencia de defensor esto no fue posible, y aunque la salida que no provee
la disposición legal relacionada no ha sido declarada inconstitucional, nos vemos en la necesidad
de esperar a que lleguen, aunque sea tarde los defensores, todo con el fin de garantizar su
asistencia técnica de defensa a los imputados. En conclusión estimo que no he violentado ningún
derecho de defensa al señor Héctor Vladimir Cubías Rodríguez, si no que di aplicación a una
disposición legal que es derecho vigente y positivo" (mayúsculas suprimidas) (sic).
IV. En relación con el tema propuesto a análisis, es preciso aludir a lo sostenido en
sentencia emitida en el proceso de inconstitucionalidad número 8-2011, de fecha 22/2/2013.
1. En ella, este tribunal se refirió a la importancia del derecho de defensa en el proceso
penal y reiteró que, en relación con el imputado, este puede verse desde dos perspectivas:
material y técnica.
Esta última tiene por objeto, entre otros aspectos, garantizar la igualdad de armas dentro
del proceso penal, pues pretende que tanto acusador como acusado cuenten con los mismos
medios de defensa y ataque, así como idénticas posibilidades de alegación, prueba e
impugnación, y ello, se ha sostenido, se logra con la participación del abogado defensor.
La función que ejerce dicho sujeto procesal no supone únicamente el asesoramiento
personal sobre quien pende un cargo penal a fin de que brinde una deposición lo más verosímil
posible de su estrategia procesal; sino que también implica sugerir elementos de prueba a los
distintos órganos de persecución y juzgamiento que la sustenten, participar en los actos de
producción de prueba, controlar su desarrollo e interpretar lo producido, así como sostener una
aplicación de la ley conforme las necesidades del encartado.
Por tan importante función, es que la Constitución y el Código Procesal Penal imponen la
obligatoriedad de la defensa técnica, tanto del imputado presente como de aquel que se encuentra
ausente. En principio, a desarrollarse por un profesional de la confianza
del encartado y, en caso de no poderlo nombrar el imputado, el Estado se encuentra en la
obligación de designarle uno de carácter público y, en su defecto, uno de oficio —artículos 98 y
101 de la normativa procesal penal—. Es así que el defensor viene a complementar la capacidad
de defensa material, tanto en el ámbito de la fase preparatoria, como en la fase contradictoria del
procedimiento criminal.
2. Ahora bien, en cuanto a la posibilidad legal de celebrar audiencia inicial sin la
presencia de alguno de los que deben participar, esta sala señaló en la sentencia citada que, la
regla procesal contenida en el artículo 298 inciso 2° de la normativa procesal penal —la cual
prescribe la realización de la audiencia inicial cuando ninguna de las partes concurra a la hora y
fecha señalada— debe ser interpretada conforme a la regulación que el Código Procesal Penal
realiza de los actos de comunicación, en particular de la notificación y la citación (artículos 160 y
165).
Es así que la regulación en comento, únicamente podrá funcionar a manera de último
recurso, cuando los diversos intervinientes hayan sido debidamente notificados de la celebración
de la audiencia y decidan no asistir por motivos diversos. En estos casos, si las incomparecencias
se constituyen en tácticas dilatorias, cuya finalidad esencial sea afectar el normal desarrollo del
proceso penal, resultará aplicable por parte del juez el régimen disciplinario contemplado en los
artículos 132 ord. 2° y 133 de la mencionada normativa.
3. Sobre supuestos de ausencia de defensor en audiencia inicial se indicó que, ante la
incomparecencia de un defensor técnico —particular o público— que brinde asistencia al
encartado, resulta procedente efectuar una interpretación sistemática con lo estipulado en el
artículo 101 del Código Procesal Penal que establece: "[e]n los casos en que resulte imposible la
defensa particular o pública podrá designarse por el juez un defensor de oficio". Y si, pese a ello,
el juez advierte alguna disminución en las posibilidades de una adecuada defensa técnica, podrá
suspender y reprogramar la audiencia inicial conforme lo estipulado en el artículo 299.
Finalmente, en el caso de no poder optarse por el nombramiento de un defensor de oficio,
por encontrarse dentro de la finalización del plazo para realizar la audiencia inicial, resolverá con
base en el requerimiento fiscal, como una situación meramente excepcional y subsidiaria de las
hipótesis anteriores.
De manera que, cuando el imputado se encuentra presente para la celebración de la
audiencia inicial, el juez debe agotar todos los mecanismos establecidos en la normativa procesal
penal para asegurar que cuente con un abogado defensor. Realizadas todas las gestiones para
lograr dicho objetivo, sin que se tenga éxito en ello, la autoridad judicial está autorizada para
resolver con base en el requerimiento fiscal.
V. 1. Según la documentación incorporada a este hábeas corpus, el día tres de septiembre
de dos mil trece el Juzgado de Paz de Ciudad Arce celebró audiencia inicial en contra del
imputado detenido Héctor Vladimir Cubías Rodríguez —y otros—, a pesar de no haber
comparecido el defensor público designado, licenciado Carlos Guillermo González y González,
no obstante, de acuerdo con el acta respectiva, fue debidamente notificado con anterioridad.
También se indica "la infrascrita jueza declara abierta la presente audiencia inicial, la cual se
llevará a cabo sin la presencia de defensor público, en vista de no haber comparecido el
licenciado González y González, ni ningún otro defensor, ya que la Secretaria de este juzgado
tuvo comunicación telefónica con la señora Blanca Arévalo, Secretaria de la Unidad de
Defensoría Penal de la Procuraduría General de la República, con sede en Santa Tecla, quien
informó que no se presentará ningún defensor público a esta audiencia, debido a que en la
Procuraduría se encuentran en paro de labores indefinido, por lo que la presente audiencia se
llevará a cabo sin la presencia de defensor público, lo cual es posible de realizar de conformidad
a lo regulado en el artículo doscientos noventa y ocho inciso segundo del Código Procesal
Penal..." (mayúsculas suprimidas) (sic).
En dicha audiencia se impuso al imputado la medida cautelar de detención provisional.
2. De acuerdo con lo constatado en el proceso penal, la jueza suplente del Juzgado de Paz
de Ciudad Arce decidió celebrar la audiencia inicial en contra del favorecido, a pesar de no
encontrarse presente su defensor, en virtud de haberle informado de parte de la Unidad de
Defensoría Penal de la Procuraduría General de la República que no comparecería algún
profesional, debido a un paro de labores en esa institución.
No consta en el acta de audiencia, como sí lo ha manifestado la jueza demandada en su
informe, que se haya intentado la designación de un defensor de oficio para asistir al imputado.
De cualquier manera, incluso agotada esta última posibilidad, lo que correspondía era la
suspensión de la audiencia para asegurar el asesoramiento técnico del incoado —si era viable
debido al plazo de detención por inquirir—, o, finalmente, la decisión del caso con base en el
estudio del requerimiento fiscal.
Sin embargo, como se indicó, la diligencia se llevó a cabo sin que el favorecido Héctor
Vladimir Cubías Rodríguez contara con un abogado que ejerciera su defensa técnica, lo cual
efectivamente vulneró tal derecho fundamental y además lesionó su libertad física, dado que se
decretó en su contra la medida cautelar de detención provisional.
Y es que, si el derecho de defensa técnica tiene como objetivo dotar al imputado de
"igualdad de armas" para presentar su posición en relación con la imputación delictual formulada
por el Estado, a través de la Fiscalía General de la República, en este caso, al permitir la
autoridad judicial que únicamente la parte acusadora tuviera la posibilidad de plantear sus
alegatos, proponer elementos probatorios, pronunciarse sobre la constitucionalidad y legalidad de
los actos realizados, impugnar alguna resolución adversa, entre otras, sin que existiera un
profesional en igual condición —un abogado— que pudiera proponer circunstancias a favor del
incoado, se colocó a este último en una situación de desventaja que, como se dijo, repercutió
negativamente en su derecho fundamental de libertad física, al haberse ordenado una medida
restrictiva de esta.
Por lo tanto, el presente proceso constitucional deberá declararse ha lugar.
VI. En cuanto a los efectos de esta decisión debe decirse que, determinada la vulneración
a los derechos fundamentales del favorecido por esta sala, la detención provisional impuesta en
audiencia inicial por el Juzgado de Paz de Ciudad Arce no puede continuar surtiendo efectos.
No obstante lo anterior, según informe remitido por el Juzgado de Primera Instancia de
San Juan Opico, el día 18/3/2014 se celebró audiencia preliminar en contra del señor Cubías
Rodríguez, en la cual se decretó auto de apertura a juicio con detención provisional.
De manera que el acto determinado inconstitucional por este tribunal —la restricción de
libertad física ordenada por la autoridad demandada— ha perdido vigencia durante el trámite de
este proceso constitucional, pues ahora la situación del incoado, en cuanto al aludido derecho
fundamental, depende de la decisión emitida en audiencia preliminar por el juzgado
correspondiente, la cual no ha sido objeto de análisis en este hábeas corpus.
Por lo tanto, el favorecido deberá continuar en la condición jurídica en que se encuentre.
VII. Esta sala debe advertir que, en la parte final del informe de la jueza ejecutora, esta
consignó "... hago constar que se presenta certificación del expediente completo y no solo de los
pasajes solicitados debido a la negativa del secretario quien no quería proporcionar el expediente
solicitado ni mucho menos certificarlo siendo la condición para proporcionar la copia del
expediente que corriera por mi propia cuenta el costo de la fotocopia del mismo..." (sic).
Ante ello, esta sala debe señalar que, según el procedimiento establecido en la Ley de
Procedimientos Constitucionales, una vez presentada satisfactoriamente la solicitud de hábeas
corpus por parte de quien se considera vulnerado o amenazado en su derecho de libertad o
cualquier otra persona, debe decretarse auto de exhibición personal a favor de aquel, y para
ejecutar el mismo este tribunal debe nombrar un juez ejecutor. Este último, según los artículos
43, 44, 45 y 46 de la mencionada ley, es una persona de confianza del tribunal cuyo deber es
intimar a la autoridad bajo cuya custodia se encuentre el favorecido, para que le exhiba al mismo
y la causa respectiva, y le manifieste las razones de la restricción o encierro.
Es decir que existe un mandato legal que faculta al juez ejecutor a intimar a la autoridad
referida, en los términos ya indicados, y correlativamente obliga a la autoridad a responder a los
requerimientos de aquel, todo con el fin de permitir el normal desarrollo del proceso
constitucional y en consecuencia que este tribunal provea una respuesta adecuada a la protección
de los derechos fundamentales que con el mismo se protegen. "Lo que en todo caso esta Sala
debe resaltar, es el respeto a la autoridad de la figura del Juez Ejecutor y a la cooperación que
debe prestársele para que éste cumpla con su mandato y se pronuncie sobre ilegalidad o no de la
restricción a la libertad que se investiga" (sobreseimiento HC 2-W-96, de 20-1-1997).
En complemento de lo anterior, hay que destacar lo establecido en el artículo 74 de la ley
señalada, el cual en lo pertinente establece que no existe autoridad ni fuero privilegiado en esta
materia, lo cual confirma la obligación ineludible de cualquier autoridad de coadyuvar con la
labor del juez ejecutor, permitiéndole desarrollar todas las diligencias ordenadas por este tribunal,
sin que exista razón alguna para eximir de tal obligación al Juzgado de Primera Instancia de San
Juan Opico (ver, en similar sentido, resolución HC 21-2010, de fecha 10/3/2010).
Ante el comportamiento descrito por la jueza ejecutora —referido a la renuencia del
secretario de la aludida sede judicial de atender sus requerimientos y de proporcionarle las
certificaciones que esta sala ordenó le fueran entregadas— es necesario que la autoridad
demandada se pronuncie respecto a las actuaciones denunciadas por aquella, para determinar la
responsabilidad correspondiente.
VIII. Respecto a la notificación de esta resolución a la pretensora, esta debe llevarse a
cabo a través del telefax señalado en escrito presentado el siete de febrero de este año.
Sin embargo, de advertirse alguna circunstancia que imposibilite la comunicación a través
de dicho medio, se autoriza a la secretaría de este tribunal para que proceda a realizar la
notificación por otros mecanismos dispuestos en la legislación procesal pertinente que fueren
aplicables, debiendo efectuar las gestiones necesarias en cualquiera de dichos medios para
cumplir tal fin, inclusive a través de tablero judicial, una vez agotados los procedimientos
respectivos.
Por las razones expuestas y de conformidad con los artículos 11 inciso 2° y 12 de la
Constitución; 20, 141, 171 y 181 inciso 2° del Código Procesal Civil y Mercantil; esta sala
RESUELVE:
1. Declárase ha lugar al hábeas corpus promovido a favor del señor Héctor Vladimir
Cubías Rodríguez, por haberse lesionado sus derechos fundamentales de defensa y libertad física
por parte del Juzgado de Paz de Ciudad Arce.
2. Continúe el imputado en la condición jurídica en que se encuentra, por haber cesado
los efectos del acto de restricción a la libertad física declarado inconstitucional en esta sentencia.
3. Solicítese al Juzgado de Primera Instancia de San Juan Opico informe en el que se
pronuncie respecto a las actuaciones ilegales denunciadas por la jueza ejecutora acontecidas en el
acto de intimación, que han sido relacionadas en el considerando VII de esta resolución.
4. Notifíquese a la peticionaria, al Juzgado de Paz de Ciudad Arce y al Juzgado de
Primera Instancia de San Juan Opico.
5. Comuníquese también esta resolución a la licenciada María Isabel Vásquez Mendoza
de Romero, quien en su calidad de jueza suplente del Juzgado de Paz de Ciudad Arce, emitió el
acto declarado inconstitucional y participó en este proceso de hábeas corpus, presentando sus
alegatos de defensa.
6. Archívese oportunamente.
J. B. JAIME.------------ E. S. BLANCO R.-----------FCO. E. ORTIZ. R.-------R. E. GONZALEZ------ PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.-------E. SOCORRO C.-------SRIA.--------RUBRICADAS
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