INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL ESCUELA SUPERIOR DE INGENIERÍA MECÁNICA Y ELÉCTRICA UNIDAD TICOMÁN “ESTUDIO Y SIMULACIÓN DE LA DINÁMICA DE VUELO DE UN CUERPO QUE INGRESA A LA ATMÓSFERA TERRESTRE” T E S I S QUE PRESENTA EL C. JOSÉ FRANCISCO PAZ SOLDÁN GUERRA PARA OBTENER EL TÍTULO DE: INGENIERO EN AERONÁUTICA Asesores: DR. CARLOS MANUEL RODRÍGUEZ ROMÁN M. EN C. ALFREDO ARIAS MONTAÑO México D.F. Junio de 2010 Resumen En esta tesis buscamos conocer las características físicas del meteoro que impactó en la Península de Yucatán hace 65 millones de años y que es considerado la causa de la extinción masiva. Logramos lo anterior al realizar múltiples simulaciones computacionales mediante un modelo matemático en dos dimensiones sustentado por los fundamentos de Entrada Atmosférica. Los sistemas dinámicos incluyen los fenómenos de fragmentación, ablación y energía depositada en la atmósfera, además del movimiento de punto material. Desarrollamos el método numérico de Runge-Kutta-Fehlberg (RKF45) en MATLAB para realizar las simulaciones que tienen lugar de 0 a 100 km de altitud. Despreciamos lo que ocurre después del impacto. Para modelar el medio planetario utilizamos el modelo de atmósfera exponencial y para el campo gravitacional, el modelo de masa puntual. Adicionalmente, adimensionalizamos los sistemas dinámicos y encontramos dos números adimensionales que describen el comportamiento de la entrada atmosférica de meteoros. Concluimos que el meteoro con mejor comportamiento es el asteroide de tipo condrito carbonáceo. La energía al momento del impacto es del orden de 1023 J, tal como lo sugiere la teoría de Álvarez (1980). Palabras clave: Evento de Chicxulub, Entrada Atmosférica de Meteoros, Análisis Dimensional, Método Numérico de Runge-Kutta-Fehlberg. i Abstract In this thesis we seek the physical features of the meteor that struck the Yucatan Peninsula 65 million years ago and which is believed to be the responsible of the mass extinction. We achieve the latter by performing multiple computer simulations through a 2D mathematical model supported by the principles of Atmospheric Entry. The dynamical systems include phenomena such as fragmentation, ablation and energy deposited in the atmosphere, along with particle translational motion. We develop the Runge-Kutta-Fehlberg (RKF45) numerical method using MATLAB to make simulations that take place in the 0 to 100 km altitude range. We neglect the motion after the impact. The planetary environment is modeled with the exponential atmosphere and point mass gravity. In addition, we convert the dynamical systems into a dimensionless form and found two dimensionless numbers describing meteor atmospheric entry behavior. We conclude that the best simulation is carried out by the carbonaceous chondrite asteroid. The impact energy has an order of magnitud of 1023 J, as suggested by the Alvarez hypothesis (1980). Keywords: Chicxulub Event, Meteor Atmospheric Entry, Dimensional Analysis, RungeKutta-Fehlberg Numerical Method. ii Índice Agradecimientos I Introducción II Nomenclatura IV Lista de Figuras VIII Lista de Tablas IX Capítulo 1: El Cráter de Chicxulub 1.1 Reseña de los cráteres de impacto encontrados en la Tierra 1.2 Historia e importancia del evento de Chicxulub 1.3 Modelos computacionales conocidos de la entrada de meteoros 1 6 14 Capítulo 2: Fundamentos de Entrada Atmosférica 2.1 La entrada atmosférica 2.2 Física del vuelo de meteoros 2.3 Aproximaciones para los sistemas dinámicos 2.4 Deducción de los sistemas dinámicos 2.5 Método numérico de Runge-Kutta-Fehlberg (RKF45) 21 26 29 37 43 Capítulo 3: Modelo Propuesto de Entrada Atmosférica 3.1 Análisis dimensional 3.2 Generalización del método de RKF45 a un sistema de ecuaciones 3.3 Condiciones iniciales 3.4 Resolución numérica 46 51 51 53 Capítulo 4: Discusión de los Resultados 4.1 Método de análisis de los conjuntos de gráficas 4.2 Discusión de los conjuntos de gráficas 55 57 Conclusiones 81 Apéndice A: Eventos Relacionados con la Caída de Meteoros Pequeños 83 Apéndice B: Códigos de la Programación en MATLAB 84 Apéndice C: Segundo Conjunto de Gráficas 97 Bibliografía 103 iii Agradecimientos El trabajo realizado para llevar a cabo esta tesis habría sido imposible sin la ayuda de muchas personas. Primeramente quisiera agradecer infinitamente a mi asesor de tesis, Carlos Manuel Rodríguez Román, por darme la oportunidad de trabajar con él en un tema novedoso para México y por brindarme incontables horas de su tiempo y sabiduría. Asimismo, mención especial merece mi segundo asesor de tesis, Alfredo Arias Montaño, quien desde años atrás ha sido un estupendo profesor, además de aconsejarme concisamente en cuestiones académicas así como en los comentarios sobre el desarrollo de esta tesis. A mis sinodales, Javier Roch Soto, Asur Cortés Gómez y Sergio Rivera Vega, por tener la fina atención de evaluarme en el fascinante mundo de la Dinámica de Vuelo de los cuerpos que ingresan a la atmósfera de la Tierra. A toda mi familia, que nombrarla aquí no bastaría para dar el justo y debido reconocimiento a todos y cada uno de sus miembros. Su cálido apoyo en cualquier ámbito de la vida excede todas mis expectativas, mismo que ha sido piedra angular para llegar hasta aquí. Muchas gracias por exigirme ser mejor persona día a día. A mis amigos, por encontrar en ellos un apoyo paralelo que me ha inspirado a dar lo mejor de mí, por hacer ver mis errores y por estar disponibles en todo momento. A mis demás profesores, por saber compartir su conocimiento y buenos consejos sobre las cuestiones académicas e incluso de la vida en general. Al mundo, por regalarme el don del asombro. José Francisco Paz Soldán Guerra Junio de 2010 I Introducción El objetivo de esta tesis es proponer las características físicas de un meteoro que entra a la atmósfera terrestre. Esto es posible al realizar múltiples simulaciones computacionales mediante un modelo matemático sustentado por los fundamentos de Entrada Atmosférica. La aplicación es vertida en el meteoro que impactó en la península de Yucatán hace 65 millones de años y el cual es considerado como la causa principal de la extinción de tres cuartas partes del total de las especies que habitaban la Tierra en aquel entonces. Este suceso es mejor conocido como el Evento de Chicxulub. Las simulaciones son una herramienta esencial para distinguir el comportamiento que existe entre los diferentes tipos de meteoros y así decidir cuál es el que mejor se adapta a los antecedentes bibliográficos. El estudio de la entrada a la atmósfera terrestre de cuerpos provenientes del espacio es prácticamente inexistente en México. A través de los fundamentos de Aerodinámica, Dinámica de Vuelo y Programación aprendidos en ingeniería aeronáutica, es posible realizar el análisis de la trayectoria de tales cuerpos. Al contar los cráteres formados por el impacto de cuerpos naturales provenientes del espacio, no es difícil estimar el alto riesgo al que están expuestos los habitantes de la Tierra. Además, los satélites desorbitados debido al fin de su vida útil o que están fuera de control también representan un peligro. De ahí que sea vital el conocimiento del vuelo de dichos objetos para determinar los lugares potenciales de colisión. De esta manera, se abre el campo de estudio relacionado a la Entrada Atmosférica, complementando la vasta bibliografía en español del vuelo de aviones y helicópteros, ya disponible en México. Sólo se analiza el vuelo del meteoro a través de la atmósfera terrestre, esto es, se ignora la trayectoria que éste siguió en el espacio. Así mismo, se desprecian los efectos que el cuerpo sufre después del impacto contra la superficie del planeta. Los meteoros se tratan como un punto material regido por las ecuaciones obtenidas del análisis teórico de la Entrada Atmosférica. No se toma en cuenta la rotación que pueda tener en su trayectoria. El estudio de la Entrada Atmosférica es caracterizado fuertemente por las propiedades de la atmósfera y del campo gravitacional del planeta. El modelo empleado para la atmósfera es el exponencial y el del campo gravitacional es el de masa puntual. Además, cada meteoro simulado tiene sus propias características, como velocidad, ángulo de entrada, densidad, esfuerzo último del material y calor de ablación. II La obtención de las características físicas de un meteoro que ingresa a la atmósfera es necesaria para saber si se trata de un cometa o asteroide y qué tipo de los anteriores. Para contestar esta pregunta, primeramente estudiamos la bibliografía referente a los cráteres de impacto existentes en la Tierra. Así sabremos la clase de cuerpos amenazadores que frecuentan a nuestro planeta. También analizamos los datos que se tienen del Evento de Chicxulub para acotar más aún el problema. Luego, para poder estudiar el problema de la entrada de meteoros, cuantitativa y cualitativamente, en concordancia con los desarrollos de la comunidad científica internacional, requerimos saber lo que han hecho otras personas y universidades alrededor del mundo sobre el tema. Una vez que conocemos los antecedentes de la entrada atmosférica desde una perspectiva histórica, pasamos a desarrollar la teoría necesaria para entender el problema matemáticamente. Dado que ingresar a la atmósfera involucra fenómenos sumamente complejos, indicamos las aproximaciones realizadas en los sistemas dinámicos que rigen el comportamiento de los meteoros. Tratar de incluir todos los fenómenos que se presentan en el transcurso del vuelo, sería una tarea extraordinariamente difícil. No obstante, el modelo bidimensional desarrollado cumple con los estándares de la bibliografía. Deducimos las ecuaciones de movimiento, considerando la fragmentación del meteoro en alguna parte de su trayectoria y explicamos el método numérico elegido, a saber, el método de Runge-Kutta-Fehlberg. Posteriormente, adimensionalizamos los sistemas de ecuaciones para obtener, entre otras cuestiones, un manejo numérico mucho más cómodo. En todo problema que involucra ecuaciones diferenciales, es vital el conocimiento de las condiciones iniciales. Después de establecerlas, indicamos la forma de utilizar el método numérico para dar solución a los sistemas dinámicos. El método numérico elaborado en el programa de cómputo MATLAB, presenta las soluciones en forma gráfica. Para dar respuesta a la pregunta inicial de este trabajo, requerimos analizar y discutir la gran cantidad de curvas obtenidas. Esto nos lleva a saber el comportamiento que tiene cada meteoro en vuelo y así escoger aquel que satisface a la pregunta. III Nomenclatura NEO Acrónimo inglés de Near Earth Objects K/T Transición del período Cretácico al período Terciario NYT Periódico estadounidense New York Times a Semieje mayor de una órbita e Excentricidad de una órbita i Inclinación de una órbita L/D Razón de sustentación contra resistencia aerodinámica Coeficiente balístico Coeficiente de resistencia al avance Coeficiente de transferencia de calor o número de Stanton Masa del cuerpo en un instante dado; entidad fundamental de masa Masa inicial del cuerpo Masa de la Tierra, 5.98e24 kg Masa del Sol, 1.98e30 kg Sección transversal del cuerpo en un instante dado Sección transversal inicial del cuerpo Radio de la Tierra esférica, 6.371e6 m Radio ecuatorial de la Tierra, 6.378e6 m Radio polar de la Tierra, 6.356e6 m Radio de la Tierra esférica adimensional Constante de gravitación universal, 6.67e-11 m3 kg /s2 , 3.98e14 m3/s2 Constante igual al producto IV Velocidad inicial del cuerpo Primera velocidad cósmica, 7.9 km/s Segunda velocidad cósmica, 11.2 km/s Tercera velocidad cósmica, 42 km/s Velocidad orbital de la Tierra alrededor del Sol, 29.7 km/s Velocidad de corriente libre, también abreviada Desaceleración debida a la resistencia al avance Aceleración debida a la gravedad Velocidad adimensional Energía cinética Energía potencial Energía total del sistema; energía depositada en la atmósfera por el cuerpo Energía cinética del cuerpo en la atmósfera Energía cinética del cuerpo en el vacío Energía adimensional depositada en la atmósfera UA Unidad Astronómica, 1.5e11 m Latitud Altitud geométrica; tamaño de paso Altitud absoluta Altitud adimensional Entalpía en la superficie aerodinámica Entalpía de corriente libre Entalpía total Aceleración debida a la gravedad local Aceleración debida a la gravedad a nivel del mar V Aceleración adimensional debida a la gravedad Densidad atmosférica de corriente libre Densidad base del modelo de atmósfera exponencial, 1.752 kg/m3 Densidad del cuerpo Densidad adimensional Temperatura; entidad fundamental de tiempo R* Constante específica del aire como gas perfecto, 287 J/(kg K) H Altura de escala, 6700 m Desviación de la vertical hacia el Este; variable en la serie de Taylor Velocidad angular de la Tierra, 0.7292e-4 rad/s Tiempo Tiempo adimensional Volumen Radio del cilindro en un instante dado Radio inicial del cilindro Radio del cilindro adimensional Factor de forma Constante de Stefan-Boltzmann, 5.67e-8 W/(m2K4) Calor de ablación; variable auxiliar en la ecuación de ángulo aleatorio Calor de ablación adimensional Esfuerzo último del cuerpo Rnd Número aleatorio, random ppm Partes por millón Ángulo que forma el cuerpo con la horizontal local en un instante dado Ángulo inicial de entrada a la atmósfera respecto a la horizontal local VI Levantamiento; altura del cilindro; entidad fundamental de longitud Resistencia al avance A Alcance horizontal Calor específico a presión constate, 1008 J/(kg K) Presión frontal o de estancamiento Presión central, también abreviada Presión central adimensional Área lateral del cilindro Variable utilizada en el cambio de variable RKF Forma abreviada de Runge-Kutta-Fehlberg Valor de la iteración en el enésimo paso Valor de una variable en el k-ésimo paso Valor del tiempo en el k-ésimo paso Una mejor aproximación en el método RKF45 Tamaño de paso óptimo Tolerancia propuesta para controlar el error Número de pasos Primer número adimensional Segundo número adimensional VII Lista de Figuras Fig. 1.1 Cráteres de impacto representativos Fig. 1.2 Intensidad de la extinción marina a través del tiempo Fig. 1.3 Localización del cráter de Chicxulub Fig. 1.4 Capa de iridio, meteoritos y equipo de investigación de la extinción del K/T Fig. 1.5 Impresión artística del Evento de Chicxulub Fig. 2.1 Tipos de Entrada Atmosférica Fig. 2.2 Variación de la temperatura atmosférica con la altitud Fig. 2.3 Altitud geopotencial contra razón de densidad atmosférica estándar y eeeeeeeeeeee exponencial Fig. 2.4 Modelo geopotencial del campo gravitacional terrestre Fig. 2.5 Cilindro que representa los meteoros de prueba que ingresan a la atmósfera ooooooooooo terrestre Fig. 2.6 Geometría de la entrada atmosférica de un meteoro Fig. 2.7 Comparación del porcentaje de error relativo contra el esfuerzo ooooooooooo fcomputacional para métodos de RK de primero a quinto orden VIII Lista de Tablas Tabla 3.1 Valores característicos de los meteoros de prueba Tabla 4.1 Forma de analizar el primer conjunto de gráficas Tabla 4.2 Forma de analizar el segundo conjunto de gráficas Tabla 4.3 Altura aproximada de fragmentación para cada meteoro Tabla 4.4 Tiempo aproximado de impacto para cada meteoro Tabla 4.5 Energía aproximada de impacto Tabla 4.6 Radio aproximado del meteoro en el impacto IX Capítulo 1 El Cráter de Chicxulub En este capítulo se presenta una breve reseña de los cráteres de impacto más representativos encontrados en la Tierra hasta ahora, las estadísticas que llevan a la probabilidad de impacto de nuevos cuerpos contra nuestro planeta y qué se ha hecho para evitar un desastre. Después, se estudia la importancia del evento de Chicxulub en la historia, así como el recuento de su descubrimiento y las consecuencias inmediatas del impacto. Por último, explicamos los pocos modelos computacionales conocidos que se han hecho al día de hoy en el tema de la entrada atmosférica de meteoros. 1.1 Reseña de los cráteres de impacto encontrados en la Tierra Hasta finales del siglo XVIII se consideraban los relatos de la caída de cuerpos provenientes del espacio fuera del ámbito científico. Progresivamente, la comunidad científica comenzó a aceptar el origen extraterrestre de los meteoritos. Principalmente, una carta de Thomas Jefferson a Daniel Solomon, la aceptación de reportes por J.B. Biot de la Academia Francesa y el libro de Chladni, todos ellos contemporáneos, marcan el inicio de considerar seriamente la conexión entre el mundo celeste de los astrónomos y el mundo terrestre de los humanos [REG]. Necesitamos estudiar primeramente las formaciones ocurridas en la Tierra a través del impacto de cuerpos provenientes del espacio. Esta percepción nos facilitará la comprensión del grado de magnitud del evento de Chicxulub. La mayor parte de la información que tenemos sobre meteoros, se basa en los cráteres de impacto y en los fragmentos que se pueden recuperar. No obstante, es difícil la identificación y la estimación del tamaño debido a la erosión y al crecimiento de la vegetación. Sólo hasta después del advenimiento de la tecnología satelital es que se han podido identificar los cráteres más antiguos. Un cráter de impacto, a diferencia de un cráter de volcán, es el ocasionado por el impacto de un cuerpo celeste. Esta definición se mantendrá a lo largo de la presente exposición. Al referirnos a un cráter, entenderemos que es un cráter de impacto. 1 Investigado ampliamente por Daniel Barringer, el Cráter del Meteorito Barringer, también conocido como Cráter del Meteoro, fue creado 50,000 años atrás en el norte de Arizona cuando un pequeño asteroide de níquel y hierro golpeó la Tierra. Se cree que este cuerpo tenía una masa de 4x109 kg y un radio de 50 m. Remanentes se encuentran dentro y a los alrededores del propio cráter de 1.2 km de sección transversal y 200 m de profundidad. Por la forma del cráter, es probable que el asteroide haya entrado a la atmósfera a una velocidad de 20 km/s, proveniente del norte (Fig. 1.1 a). Gosses Bluff es un cráter ubicado en el centro de Australia, formado por un impacto ocurrido hace alrededor de 143 millones de años. El cráter original tenía un diámetro de 22 km, sin embargo, actualmente sólo han sobrevivido 6 km a la erosión desde entonces (Fig. 1.1 b). En Quebec, Canadá, hay un par de huellas de impacto, conocidas como los Lagos de Clearwater. Presentan diámetros de 32 y 22 km y fueron excavados 290 millones de años atrás, cuando un par de proyectiles, quizá un asteroide en forma de pesa que se separó en su vecindad con la Tierra, llegaron juntos (Fig. 1.1 c). En la misma región de Canadá se localiza el cráter Manicougan, evidenciado hoy por un lago circular de 100 km de diámetro. Esta estructura se formó hace 214 millones de años a finales del Triásico. Los efectos ambientales del impacto suponen la extinción masiva de fauna del Triásico Superior ocurrida en ese tiempo (Fig. 1.1 d). Fig. 1.1: Cráteres de impacto representativos. a) Cráter del Meteoro, Arizona. b) Gosses Bluff, Australia. c) Lagos de Clearwater, Canadá. d) Manicougan, Canadá. 2 Otro evento de gran interés actual es el sucedido cerca del río Tunguska, el 30 de junio de 1908 a las 7:17 horas, tiempo local. Un meteoro de 30 a 90 m de diámetro explotó sobre una remota área del norte de Siberia. Varios sismógrafos localizados en distintas partes registraron la onda de presión del aire, aproximando una energía liberada igual a la de una bomba de fusión de 100 megatones. Dos mil kilómetros cuadrados de bosque fueron devastados. La vegetación quemada indicaba una temperatura en la superficie de aproximadamente 75 °C. Se estima un amplio rango de velocidad de entrada a la atmósfera, desde 28 hasta 47 km/s. El evento de Tunguska es un caso único, pues no dejó cráter ni se han encontrado rastros del meteoro en ninguna parte. Dada la iluminación proveniente de la explosión, a lo largo de varios días, la gente en Europa era capaz de leer el periódico al aire libre durante la noche. El 31 de marzo de 1965, miles de personas en Columbia Británica y Alberta atestiguaron una espectacular bola de fuego cruzar el cielo nocturno de Canadá. Al igual que el caso de Tunguska, no se hallaron meteoritos. La mayor parte del cuerpo inicial se evaporó en la travesía por la atmósfera. Dos semanas después de buscar restos tan sólo se encontraría una cantidad pequeña como un gramo. Se clasificó como un condrito carbonáceo y sólo 0.2 gramos se encuentran en la Colección de Meteoritos de Canadá. Se conoce mejormente como el Evento de Revelstoke porque los restos se encontraron a 64 km al norte de Revelstoke, Columbia Británica. Otro ejemplo que también trasciende en la historia de los cráteres, es el de Sudbury, Canadá. Este cráter data de 1900 millones de años y tiene una sección transversal conocida de 250 km. Se estima que el proyectil era del volumen del Monte Everest. Finalmente, el cráter más antiguo que se conoce hasta ahora es el hallado en Vredefort, Sudáfrica. Hace dos mil millones de años fue provocada la huella de 300 km de diámetro. Si no se encuentran más cráteres o se extiende el tamaño de otros, éste sería el cráter de mayor envergadura encontrado en la Tierra. La razón a la que se forman los cráteres en la Tierra y la Luna ha sido frecuentemente establecida como constante a lo largo de los últimos 3x109 años. Distintas fuentes de evidencia, sin embargo, sugieren que el flujo de impacto de cuerpos del orden de kilómetros en tamaño, incrementó por al menos en un factor de dos sobre el promedio a largo plazo en los últimos 100x106 años. En un reporte publicado en la revista Nature en 2007 por William F. Bottke y equipo [BOT], se indica que la causa probable que aumentó el flujo de impactos, fue la separación catastrófica de un cuerpo de tipo condrito carbonáceo del asteroide Baptistina, mismo que tenía un tamaño estimado de 170 km y que se desprendió del cinturón de asteroides hace 160 millones de años. Los fragmentos producidos por la separación se distribuyeron lentamente por procesos dinámicos hacia 3 órbitas donde podían coincidir con los planetas interiores. Bottke y sus colegas consideran que esa lluvia de asteroides es la fuente más probable (>90%) del protagonista del evento de Chicxulub. Éste se discute a detalle en la siguiente sección. Una vez que hemos visto algunos eventos importantes en el pasado de la Tierra, surge la cuestión de determinar qué tan probable es que un objeto impacte nuevamente contra nuestro planeta. En nuestros tiempos es crucial tener una estimación más justa, ya que debemos encargarnos de salvaguardar a todos los seres vivos, así como a todo nuestro patrimonio. Alrededor de diez millones de asteroides y cometas circundan el espacio conocido. Para nuestra fortuna, ninguno es suficientemente grande como para causar una extinción global en el transcurso de nuestras vidas. Por otro lado, eventos como el de Tunguska ocurren alguna vez cada cientos de años, siendo capaces de borrar una ciudad del mapa. De detectar alguno de este tipo en un radar, tendría una probabilidad de una en mil de golpear la Tierra. A diario se queman decenas de toneladas de materia espacial en su ingreso a la atmósfera, tal como el polvo de cometas y pequeños pedazos de asteroides. Sus restos surcan los cielos y pueden ser fácilmente visibles en la noche. En la mayoría de los casos, unos cuantos restos del tamaño de la palma de la mano sobreviven la travesía. Adicionalmente, las probabilidades de ver un meteoro caer o incluso de ser golpeado por uno son extremadamente bajas. Por lo pronto, sólo se conoce un caso en el que una persona ha sido embestida por un cuerpo del espacio exterior [STO]. Alrededor de las 13 horas, el 30 de noviembre de 1954, un meteoro del tamaño de una pelota de softball traspasó el techo de una casa cerca de Sylacauga, Alabama. Rebotó contra un radio e hirió la cintura y muñeca izquierdas de Ann Hodges mientras dormitaba en un sillón. Fue llevada al hospital para recuperarse del choque. El único ser vivo del que se tiene conocimiento [WHI] que ha fallecido en nuestros tiempos debido a un meteoro, ha sido un perro egipcio, en el año 1911. El único caso en la historia donde la humanidad ha sido testigo de un impacto de cuerpos celestes es el del famoso cometa Shoemaker-Levy 9 [BAA]. Este cuerpo impactó contra Júpiter en julio de 1994, dejando de manera gráfica las consecuencias que podría tener la Tierra si tuviera el mismo destino. El cometa se fragmentó antes de impactar debido a la inmensa fuerza gravitacional de Júpiter y los restos cayeron entre el 16 y 22 de julio a una velocidad aproximada de 60 km/s. Las huellas del impacto que pudieron verse durante varios meses eran más reconocibles que la propia Gran Mancha Roja. El cometa fue descubierto el 24 de marzo de 1993 por los astrónomos David Levy y Carolyn y Eugene M. Shoemaker. Se percataron de su existencia a través de una foto tomada con el telescopio de 40 cm del Observatorio de Monte Palomar en California. Era el 4 primer cometa observado en orbitar un planeta, que habría sido capturado por Júpiter de 20 a 30 años antes. Recientes observaciones con el telescopio Spacewatch indican que el flujo de objetos de menos de 50 metros de diámetro que cruzan la atmósfera terrestre es de 10 a 100 veces mayor que lo previsto por la población presente en el cinturón de asteroides. Esto implica que habría un mayor peligro para nosotros respecto a cálculos anteriores. Sin embargo, Christopher Chyba, actual profesor de Ciencias Astrofísicas y Asuntos Internacionales de la Universidad de Princeton, ha demostrado en un artículo publicado en la revista Nature que la explosión de objetos menores a 50 metros ocurre muy alta en la atmósfera como para causar suficiente daño a la superficie [CH1, CH2]. Únicamente los objetos de composición férrica, que representan el 2-10% de los asteroides que entran, amenazan la Tierra [BLA]. Los objetos más grandes, con energía mayor a 1 megatón, devastan la superficie sin importar si están compuestos de hierro, roca o carbón. Los objetos de hierro provocan cráteres, mientras que los de roca y carbón explotan a suficiente baja altitud como para derribar árboles y dañar edificios sobre miles de kilómetros cuadrados. Chyba considera a un objeto como amenaza sustancial si causa alguno de los efectos anteriores. Un estudio detallado del peligro que representan los impactos de cometas y asteroides de acuerdo a la distribución de la población y a la escala de tiempo en que ocurren, puede encontrarse en [LEW] y [STE]. En el Apéndice A se encuentra una tabla que reúne varios eventos relacionados con la caída de meteoros pequeños. A partir de la década de los sesenta, y a través de sondas espaciales, comenzó la exploración del sistema solar, descubriendo la historia de la formación de cráteres en la Tierra, la Luna y en los demás planetas. Esto impulsó el desarrollo de técnicas para determinar las propiedades fisicoquímicas de los cuerpos responsables de la formación de cráteres, así como su tamaño mediante el espectrómetro de masas. No sólo era necesario conocer las propiedades básicas de los cuerpos, sino saber cuál es el conjunto potencial de objetos que podrían chocar contra la Tierra. Es por eso que el Congreso de Estados Unidos ordenó a la NASA en 1998, identificar como mínimo el 90% de los cometas y asteroides de más de 1 km de diámetro que recorren el sistema solar. También se planea poner en órbita al Large Synoptic Survey Telescope, que comenzará el escrutinio a detalle en 2014. Para abril de 2008, los astrónomos habían catalogado más de 950 cuerpos que orbitan el sistema solar, considerados potencialmente peligrosos para la Tierra. Estos objetos tienen más de 140 m de diámetro y pasan a 7.4 millones de km del planeta. Son llamados NEOs (Near Earth Objects, por sus siglas en inglés) y son objeto de estudio actual por parte de muchos centros de investigación a nivel mundial. Según los cálculos, se cree que ninguno 5 de ellos colisionará contra nosotros, pero son constantemente monitoreados, recalculando sus posiciones y el riesgo de impacto que representan. De entre ellos, se encuentra Apofis, que es un asteroide que pasará a 34 mil km de la Tierra en 2029. Si durante esta travesía, Apofis pasara por un corredor clave, de acaso unas decenas de metros de ancho, la gravedad de la Tierra cambiaría el rumbo del asteroide para ponerlo justo en nuestro camino en la siguiente visita, programada en 2036. La probabilidad de que Apofis pase por este corredor es de 1 en 45000 [STO, BAI]. Actualmente son extremadamente pocos los centros de investigación que se dedican a plantear el problema de desviar a un cometa o asteroide en su curso seguro contra la Tierra. Se han propuesto varios métodos para mitigar la trayectoria de tales cuerpos sidéreos [AST]. Hasta ahora, el método más efectivo es el de explotar el cuerpo mediante armas nucleares. No obstante, entra en conflicto con el Tratado del Espacio Exterior, el cual prohíbe el uso de armas nucleares en el espacio, y más aún, decidir qué nación presiona el botón se vuelve un gran dilema [CHYBA, NUC]. Así como se considera a Edward Teller el padre de la bomba de hidrógeno, se ha dado el crédito a Vadim Simonenko de Rusia como el padre de la bomba de asteroides, propuesta en 1960. Tiene su homólogo en Estados Unidos, David Dearborn, del Lawrence Livermore National Laboratory, ubicado al norte de California. La única misión espacial que ha sido planeada hasta ahora respecto al desvío de objetos cercanos a la Tierra, ha corrido a cargo de la Agencia Espacial Europea, quien contrató a la empresa española DEIMOS Space para liderar la misión. Ésta a su vez fue apoyada por otros centros de investigación y universidades de Europa. El objetivo de la misión llamada Don Quijote [GAL] consiste en obtener conocimiento acerca de la naturaleza de los asteroides, que tiene una alta prioridad científica pero es inaccesible para la generación actual de misiones a asteroides. De misma importancia es la reunión de información para ser aplicada al caso crítico de tener que desviar a un asteroide fuera del curso de colisión contra la Tierra. Durante la misión Don Quijote, mientras se impacta una nave (Hidalgo) sobre un asteroide, otra (Sancho) orbita cerca del asteroide y observa los efectos. Se pretende comenzar la misión en 2011. 1.2 Historia e importancia del evento de Chicxulub De acuerdo a la abundante evidencia geológica, un cometa o asteroide de aproximadamente diez kilómetros de diámetro golpeó la Tierra hace alrededor de 65 millones de años. El impacto provocó una gran explosión y un cráter de 180 kilómetros. Los restos de la explosión fueron lanzados hacia la atmósfera, alterando el clima, y en consecuencia, la extinción de cerca de tres cuartas partes de las especies de aquel entonces, incluidos los dinosaurios. 6 La importancia del evento de Chicxulub radica en que, según Keller, fue el responsable de la última de 5 grandes crisis biológicas que han existido en la historia de la Tierra en un lapso de 450 millones de años [CYT]. Además, visualiza una extinción como una oportunidad de vida en la Tierra; es el primer paso para adecuar la vida en un planeta en permanente transformación. Si bien se puede pensar que se propicia la discontinuidad biológica, los organismos sobrevivientes prosperan y se diversifican, y llegan a veces a dominar. Por otro lado, Steel indica que son 9 extinciones masivas en un rango de 260 millones de años [STE]. Lo increíble del caso es que de acuerdo con una publicación de David Raup y Jack Sepkoski de la Universidad de Chicago, las extinciones masivas de fauna siguen un patrón periódico de 26 a 30 millones de años, siendo el mismo lapso de tiempo que el encontrado en el registro de cráteres por Walter Álvarez y Richard Muller a mediados de 1984 (Fig. 1.2). Fig. 1.2: Intensidad de la extinción marina a través del tiempo. Las barras azules muestran el porcentaje relativo de las especies animales extintas durante el rango mostrado. No representa todas las especies marinas, sólo aquellas fosilizadas. (Adaptación de [RAU]) Los fósiles encontrados en las diferentes capas del suelo correspondientes a distintas eras geológicas, muestran un registro lento y gradual en las especies: organismos simples que gradualmente se ven reemplazados por organismos más complejos, aparentemente por procesos dirigidos por selección natural. Por ejemplo, mil millones de años atrás, los océanos mantenían únicamente organismos simples como algas, mientras que la tierra se mantenía relativamente sin vida. Los fósiles de peces aparecen en los estratos sólo después de 500 a 600 millones de años; los dinosaurios habitaban la tierra cerca de 200 millones atrás; los mamíferos, poco después de 65 millones de años, y finalmente, las criaturas semejantes a los humanos aparecieron en el registro fósil sólo en los últimos 4 millones de 7 años [45]. Puede que no se hayan desarrollado los mamíferos, tal como los conocemos hoy en día, si no es por la crisis biológica causada por el evento de Chicxulub. Desde que la secuencia de fósiles comenzó a ser registrada alrededor de 1800, los geólogos se dieron cuenta de que había discontinuidades en la secuencia cuando un grupo de especies fosilizadas daba lugar a otros grupos durante intervalos cortos de tiempo. Es así como estas discontinuidades fueron la base para dividir el tiempo geológico en diferentes eras con nombres distintos. Por ejemplo, la era Paleozoica dio el paso a la era Mesozoica de formas medianas de vida, la que dio lugar a la presente era Cenozoica. Más aún, las eras se dividen en períodos, y éstos últimos, en edades. Antes de 1980, las causas de las discontinuidades eran desconocidas y eran atribuidas al cambio climático o se pasaban por alto en muchos libros de geología. Es también en el siglo XIX cuando se comienza el estudio científico de los dinosaurios, y de esa forma comenzarían las distintas hipótesis del porqué su repentina extinción. Cabe mencionar que el término dinosaurio proviene del griego deinos, “terrible” y saura, “lagarto” o “reptil”. Fue propuesto por el paleontólogo británico Richard Owen en 1842 [CYT]. Después de saber las razones para dividir el tiempo en eras geológicas, es importante introducir el evento de Chicxulub en ese contexto. Se tiene ampliamente asociado el evento de Chicxulub con la transición del período Cretácico de la era Mesozoica con el período Terciario de la era Cenozoica. Se acostumbra a escribir la transición o límite anterior brevemente como K/T, donde la K se refiere a la palabra alemana Kreidezeit, que hace alusión a una roca rica en fósiles, muy común en ese período. La T se refiere al período Terciario. El límite K/T ocurrió hace 65.5 millones de años y en él hubo una extinción masiva de plantas y animales en un lapso de tiempo muy corto. Alrededor del mundo es posible encontrar una capa delgada de sedimentación correspondiente al límite K/T. Además, un número muy reducido de fósiles de dinosaurios ha sido encontrado arriba del este límite, lo que indica que pudieron haber quedado extintos inmediatamente antes o durante el evento. En el evento de Chicxulub, el meteoro que golpeó la Tierra dejó un cráter de impacto, hoy en día sepultado bajo la Península de Yucatán. El cráter recibe el nombre de Chicxulub porque su centro se encuentra cerca del pueblo de Chicxulub. Una traducción aproximada del nombre maya sería “la cola del diablo”. El centro del cráter se encuentra unos kilómetros mar adentro de la costa de Yucatán (Fig. 1.3). Se sabe que el cráter tiene una edad aproximada de 65 millones de años por la edad de las rocas y por un análisis de isótopos. 8 Fig. 1.3: Localización del Cráter de Chicxulub. Las coordenadas geográficas del epicentro son 21° 24′ 42″ N, 89° 31′ 18″ W. (David Fuchs, NASA/JPL-Caltech) Se considera a Glen Penfield el descubridor del cráter de Chicxulub. Penfield trabajaba para la compañía mexicana Petróleos Mexicanos, como parte de un estudio aéreo del campo magnético en el norte de la Península de Yucatán. Su labor era utilizar datos geofísicos para localizar posibles lugares de obtención de petróleo. Dentro de los datos, Penfield encontró bajo el agua un gran arco de extraordinaria simetría dentro un anillo de 70 kilómetros de diámetro. Después obtuvo un mapa de la gravedad de Yucatán hecho en 1960. Una década antes, el mismo mapa sugería al contratista Robert Baltosser una característica de impacto, pero se le prohibió publicar su conclusión debido a las políticas corporativas de Pemex de aquel entonces. Posteriormente, Penfield encontró otro arco dentro de la propia Península, cuyos extremos apuntaban esta vez hacia el norte. Al comparar los dos mapas, visualizó que los dos arcos formaban un círculo de 180 km de diámetro, centrado cerca del pueblo de Chicxulub. De ahí aseguró que esa forma había sido creada por un evento catastrófico en la historia geológica. En febrero de 2008, un equipo de investigadores dirigidos por Sean Gulick de la Jackson School of Geosciences de la Universidad de Texas en Austin empleó imágenes sísmicas del cráter para determinar que el cuerpo cayó más lejos, dirección mar adentro, de lo que se había supuesto en un principio. Si así fuera, argumentaron que habría resultado en un incremento en aerosoles de sulfato hacia la atmósfera. De acuerdo a la prensa, “habría hecho al impacto más mortífero en dos maneras: alterando el clima (loas aerosoles de sulfato en la alta atmósfera pueden tener un efecto enfriador) y generando lluvia ácida (el vapor de agua puede ayudar a desalojar la baja atmósfera de aerosoles de sulfato, causando lluvia ácida)”. 9 Pemex no permitió que se hicieran públicos datos específicos pero dejó a Penfield y a su compañero Antonio Camargo presentar sus resultados en la conferencia de la Sociedad de Geofísicos Exploradores de 1981. En ese año, la conferencia no tuvo mucha audiencia y su reporte no llamó la atención adecuada. Irónicamente, muchos expertos en cráteres de impacto y el límite K/T estaban presentes en otra conferencia sobre impactos en la Tierra. Aunque Penfield tenía bastantes datos geofísicos, no tenía núcleos de roca u otra evidencia física de un impacto. Al mismo tiempo que Penfield había hecho el descubrimiento de los anillos en el Golfo de México, Luis y Walter Álvarez elaboraban la hipótesis de que un cuerpo de grandes dimensiones había golpeado a la Tierra en el límite K/T, siendo el responsable de la extinción masiva de las especies. Luis Álvarez, ganador del premio Nobel de Física de 1968, su hijo Walter Álvarez de la Universidad de California en Berkeley, y los químicos Frank Asaro y Helen Michel, descubrieron que las capas sedimentarias encontradas alrededor del mundo en la capa del límite K/T, contienen una concentración de iridio cientos de veces más que lo normal. El iridio es extremadamente raro en la corteza terrestre por ser muy denso, y es por ello que todo el que hay, se hundió al núcleo de la Tierra cuando apenas se formaba. Los meteoritos condríticos y asteroides contienen una concentración de iridio mucho más alta que la que se encuentra en nuestro planeta (Fig. 1.4). Además, la razón isotópica de iridio en asteroides es similar a la de la capa del K/T, pero significativamente diferente a la de la corteza terrestre. Este razonamiento llevó al equipo de Álvarez a elaborar su hipótesis. No obstante, el lugar donde había impactado el cuerpo era desconocido para el equipo. Poco tiempo después conocerían el hallazgo de Penfield y reforzarían su hipótesis. Un recuento a fondo de la historia de la formulación de esta hipótesis puede encontrarse en [ALV]. 10 Fig. 1.4: Capa de iridio, meteoritos y equipo de investigación de la extinción del K/T. a) La capa intermedia de piedra arcillosa del K/T contiene mil veces más iridio que las capas aledañas. La roca es de Wyoming, EUA. (E. Zimbres/Museo de Historia Natural de San Diego). b) Tres muestras de meteoritos de tipo condrito carbonáceo (NASA/JSC). c) Equipo de investigación de la extinción masiva del K/T: Helen Michel, Frank Asaro, Walter Álvarez y Luis Álvarez en 1980 [ALV]. Al utilizar estimados del total de iridio en la capa del K/T, y asumiendo que el asteroide contenía el porcentaje normal encontrado en condritos, el equipo de Álvarez calculó el tamaño del asteroide. La respuesta fue aproximadamente un cuerpo de 10 kilómetros de diámetro, cerca del tamaño de Manhattan. Un impacto provocado por tal cuerpo habría liberado 4x1023 J de energía, equivalente a 1x108 megatones de TNT, es decir, cerca de 2 millones de veces la bomba nuclear más poderosa alguna vez probada. Incluso la erupción volcánica más grande conocida, que liberó 1x1021 J y creó la Caldera de la Garita en el suroeste de Colorado, fue sustancialmente menos potente que el impacto en Chicxulub. Entonces, el tamaño inicial del meteoro sugerido no tiene relación con el tamaño del cráter, sino con la cantidad de iridio presente en la capa de sedimentaria del límite K/T esparcida por todo el mundo. No fue el equipo de Álvarez quien propuso por vez primera que el responsable de la extinción K/T fuera un cuerpo proveniente del espacio. Para 1953, Allan O. Kelly y Frank Dachille publicaron en la revista Earth Science un artículo llamado “Target: Earth – The Role of Large Meteors”. Tres años después, W. De Laubenfels escribió el artículo “Dinosaur Extinction: One More Hypothesis” en Journal of Paleontology, donde sugería la extinción K/T como consecuencia de un impacto de meteoro. No obstante, la falta de evidencia dejó sus trabajos sin sustento. 11 Tan sólo han pasado treinta años de la publicación de la teoría de Álvarez, y en ese tiempo ha suscitado gran conmoción, tanto en la comunidad científica, como en el público en general. Entre los grupos minoritarios que se oponen a las conclusiones de Álvarez, se encuentra Gerta Keller de la Universidad de Princeton y su equipo de trabajo. Ella está de acuerdo con la caída de un meteoro en Chicxulub, mas no que haya sido el causante de la extinción masiva del K/T. En contra, propone que tal crisis fue provocada por la erupción masiva de los volcanes de la India, en una región conocida como el Decán [CYT]. Para concluir con el debate, un grupo de 41 expertos de todas partes del mundo, publicó un artículo en la revista Science del 5 de marzo de 2010 [SCHU]. El trabajo fue dirigido por el alemán P. Schulte, y da a entender al mundo que, efectivamente, el evento de Chicxulub fue el responsable de la extinción del K/T (Fig. 1.5). Sin embargo, de su artículo se infiere que todavía no se sabe ciertamente si fue un asteroide o cometa el responsable del evento. Tan sólo un par de años a la fecha se ha optado por nombrar al límite K/T como K/P, por Paleógeno en lugar de Terciario. Esto se debe a que la Comisión Internacional de Estratigrafía descartó el Terciario como tiempo formal o unidad de roca. Fig. 1.5: Impresión artística del Evento de Chicxulub [HAR]: a) La Tierra como se veía hace 65 millones de años. América apenas se separaba de Europa y África. b) Un minuto antes del impacto. c) Dos segundos antes del impacto. d) Un minuto después del impacto. e) La Tierra está cubierta por una capa de polvo un mes después del impacto. f) Mil años después del impacto el polvo se ha ido y el cráter es visible. 12 Podemos resumir la evidencia actual que indica la creación de un impacto hace 65 millones de años: 1. El exceso de iridio en una capa de suelo de hace 65 millones de años ha sido confirmado en muchos puntos alrededor del mundo. 2. La misma capa de suelo contiene granos de cuarzo que fueron deformados por altas presiones de choque, como ocurriría en una gran explosión. 3. La misma capa de suelo contiene suficiente hollín para quemar todos los bosques del mundo. Esto sugiere que incendios masivos se llevaron a cabo al tiempo del impacto. 4. La misma capa de suelo, específicamente alrededor del Golfo de México, contiene una cantidad masiva de rocas redondas enormes, que serían generadas en un gran tsunami. La distribución geográfica de los yacimientos del tsunami sugiere que el impacto fue en el área del Caribe. 5. Después de años de búsqueda, los científicos identificaron en la década de 1980 el cráter asociado con el material de los puntos anteriores. Yace bajo los sedimentos de la costa de Yucatán y solamente es visible a través de mapas que indican la fuerza del campo de gravedad sobre esa área, y por perforaciones. Se ha fechado en 65 millones de años. 6. Los astrónomos han catalogado numerosos asteroides que cruzan la órbita de la Tierra. De estudios de la estadística de órbitas, se estima que asteroides del tamaño de 10 km pueden golpear al planeta aproximadamente cada cien millones de años, lo que concuerda con la idea de que realmente fuimos embestidos 65 millones de años atrás por un objeto de ese tamaño. Los impactos más pequeños son mucho más comunes. Es difícil predecir cuáles fueron los efectos exactos del impacto. No obstante, se han hecho experimentos de impactos gigantes en simulaciones por computadora [MEL, ALAMOS]. Durante el impacto, la energía cinética del meteoro es convertida en energía explosiva, levantando polvo, tierra y rocas del suelo no sólo hacia la atmósfera sino al espacio exterior, donde regresan al planeta en forma de bolas de fuego surcando el cielo. La energía radiante de esos aerolitos habría calentado la superficie a temperaturas de ebullición por algunos minutos, y habría sido suficiente para cobrar la vida de muchos animales y plantas en la superficie. Por otro lado, en regiones de fuertes lluvias o nevadas, los organismos habrían sobrevivido unas cuantas horas más. Las creaturas marinas habrían soportado los efectos en las primeras horas, pero el plancton en la superficie habría muerto tras semanas de oscuridad, disminuyendo el soporte alimenticio para los peces pequeños, mismos que afectarían a los grandes y así sucesivamente. 13 Es posible conocer la tremenda cantidad de energía liberada en el impacto mediante el análisis de vuelo del meteoro a través de la atmósfera. Antes de proceder, primero es necesario tener en cuenta qué simulaciones relacionadas a la entrada de meteoros han sido realizadas en la bibliografía conocida. 1.3 Modelos computacionales conocidos de la entrada atmosférica de meteoros Los autores que han desarrollado modelos de la entrada atmosférica de meteoros son realmente escasos alrededor del mundo. El número se reduce aún más si consideramos a los que se han dedicado específicamente al evento de Chicxulub. En este apartado se describen los elementos más importantes de cada modelo conocido con el fin de tener referencias que sustenten el desarrollo del modelo presentado en este trabajo. Máximo Roa y José Portilla de la Universidad Nacional de Colombia [ROA], desarrollaron un modelo de entrada de asteroides en atmósferas planetarias, basado en el trabajo de Chyba [CHY]. Solucionaron el modelo numéricamente aplicándolo al caso Tunguska y después obtuvieron resultados para las atmósferas de Marte y Venus. Las ecuaciones del modelo no se adimensionalizaron. El tamaño de los objetos se encuentra en el rango de 20 a 30 metros. La velocidad de entrada es de 15 km/s para los tres tipos de asteroides, y 25 y 50 km/s para dos tipos de cometas. Optaron por el método numérico de diferencias finitas para la solución antes de la fragmentación de los cuerpos y el método de RADAU, ampliamente utilizado en astronomía, para después de la fragmentación. La disipación de la energía de los meteoros en la atmósfera es visualizada a través de la energía depositada por unidad de altura dE/dh [SEK]. La geometría de los cuerpos es representada por un cilindro de base y altura de igual magnitud. Además, emplearon el modelo de la variación del radio después de la fragmentación mediante una ecuación diferencial no lineal de segundo orden [CHY, COLL, LYN]. El ángulo de entrada para todos los casos es de 45°, ya que constituye el ángulo de inclinación más probable para un objeto incidente sobre un planeta. También utilizan el modelo de la atmósfera exponencial. Por otra parte, la gravedad es modelada con la forma más conocida de la ley de gravitación universal. Por su parte, C.R. McInnes, profesor de la Universidad de Glasgow, investigó la dinámica de un cuerpo que presenta ablación en su paso por la atmósfera terrestre a velocidades hipersónicas [MCINN]. Para ello empleó el método de las expansiones asintóticas acopladas. Esta metodología le permitió obtener soluciones analíticas que representan en forma cerrada la travesía del vuelo exoatmosférico al endoatmosférico. 14 Además, las pérdidas de masa por ablación y de energía por resistencia inducida pueden obtenerse explícitamente de las condiciones exoatmosféricas iniciales (elementos orbitales). Las variables fueron adimensionalizadas con el fin de obtener un conjunto reducido de ecuaciones dinámicas. El cambio en la sección transversal del cuerpo es modelado a través de un parámetro de variación de forma , representado por la ecuación de Weibull. No considera la explosión de los cuerpos en la atmósfera. McInnes ensaya su modelo en dos casos. En el primero trata con un cometa de 1 km de diámetro y densidad de 500 kg/m3, entrando a 30 km/s. En el segundo prueba con un cuerpo denso de 3580 kg/m3 y 10 cm de diámetro, entrando a 25 km/s. Para ambos casos utilizó el modelo de atmósfera estándar con = 1.2 kg/m3 y H = 9.6 km. El recorrido comienza a 150 km de altura. Al igual que Roa y Portilla, emplea 45° como ángulo de entrada. El campo gravitacional fue modelado de forma sencilla en función del radio de la Tierra y de la constante . Christopher Chyba, actual profesor de Ciencias Astrofísicas y Asuntos Internacionales de la Universidad de Princeton, elaboró un código para simular las explosiones de Tunguska y Revelstoke. De ahí partió para modelar ocho objetos reportados por Rabinowitz et al como peligrosos. Probó con asteroides constituidos de carbón, piedra o hierro, además de cometas. El tamaño en todos los casos siempre fue menor a 100 m. Considera la altura de explosión, velocidad y probabilidad de impacto, la energía en kilotones y los elementos orbitales a, e e i de cada cuerpo. Argumenta que la baja velocidad promedio de impacto ( 15 km/s) de los asteroides que coinciden con nuestro planeta es el resultado de sus órbitas heliocéntricas similares a la órbita de la Tierra [CHY]. Utiliza las ecuaciones de Öpik que abarcan la física del vuelo de los meteoros en la atmósfera. Define la energía de explosión como la que se deposita por el objeto en la atmósfera, después de que se ha expandido dos veces su radio inicial. Finalmente discute los posibles efectos catastróficos que pueden tener los impactos en función de su energía de explosión, ya sea en el momento del impacto o a determinada altura sobre la superficie. No especifica el modelo de campo gravitacional ni de atmósfera empleados. Gareth Collins, del Colegio Imperial de Londres, junto con Jay Melosh y Robert Marcus, de la Universidad de Arizona, desarrollaron una aplicación en Internet que permite estimar rápidamente las consecuencias medioambientales del impacto de un cometa o asteroide en la Tierra [COLL]. La aplicación requiere seis entradas: diámetro del proyectil, densidad del proyectil, velocidad antes de la entrada atmosférica, ángulo de impacto, la distancia desde el impacto donde los efectos medioambientales se desean calcular, y el tipo de superficie donde ocurre el impacto (roca sedimentaria, roca cristalina o capa de agua sobre roca). En un artículo publicado en Meteoritics & Planetary Science, ilustran la utilidad del programa examinando las consecuencias medioambientales a lo largo de Estados Unidos, donde el impacto hipotético ocurre en Los Ángeles. Tratan con asteroides de roca con 15 densidad de 2000 a 3000 kg/m3 y de hierro con densidad de 8000 kg/m3. Los asteroides entran con una velocidad de 12 a 20 km/s [BOTT]. Para los cometas, indican que no se cuenta con un conocimiento detallado de su composición, sin embargo, los tratan como esferas de hielo con una densidad de 500 a 1500 kg/m3. La velocidad de entrada se ensaya para valores entre 30 y 70 km/s. Además, en el mismo artículo presentan el desarrollo analítico de las ecuaciones que integran el programa de Internet. La descripción es específica para cuerpos menores a 1 km de diámetro. Posterior a la fragmentación de los cuerpos, el sistema dinámico involucra una ecuación diferencial no lineal de orden dos, misma que denominan pancake model. Construyen una solución analítica para la ecuación anterior, tomando en cuenta una sustitución de la derivada respecto al tiempo por una derivada respecto a la altura. Utilizan el modelo de la atmósfera exponencial con = 1 kg/m3 y H = 8 km. La aceleración debida a la gravedad se ignora, así como la desviación de la trayectoria respecto a la vertical en el caso de que se alcance la velocidad terminal, como puede suceder con cuerpos pequeños. Encontraron que los efectos más devastadores que alcanzan lugares lejanos son los sismos. Cerca del lugar del impacto, la radiación térmica es lo más perjudicial, no obstante, la curvatura de la Tierra implica que las localidades distantes son protegidas de la radiación directa porque el fuego se encuentra fuera del horizonte. La aplicación puede ser visitada en www.lpl.arizona.edu/impacteffects En el libro de J. Lewis, Comet & Asteroid Impact Hazards on a Populated Earth: Computer Modeling, se ofrece la primera simulación computacional detallada y realista, según el autor, del bombardeo de asteroides y cometas sobre una Tierra habitada [LEW]. Se hace un recuento estimado de las muertes y daños causados por la energía del proyectil. Los resultados de la simulación son comparados con los registros históricos. En la simulación hace uso de asteroides de roca, hierro y carbón, además de cometas de período corto y período largo. La ablación se representa por una distribución de Weibull, que es similar a la ecuación de Weibull. Respecto a los valores asociados con la velocidad y densidad de los objetos, fueron bastantes los utilizados. De ahí que la simulación haya sido desarrollada con el Método de Montecarlo. Por ejemplo, la velocidad es función de números aleatorios que se asignan con la función Rnd (random), de acuerdo al tipo de proyectil. Todas las ecuaciones dinámicas empleadas en la simulación son especificadas en el libro, pero no su deducción. Al igual que la mayoría de las referencias, utiliza en modelo de atmósfera exponencial con = 3 1.295 kg/m y H = 5.8 km. Los ángulos de entrada son generados aleatoriamente con una teoría simple [SHOE]. El diámetro de los meteoros no se especifica, en cambio, se tiene una idea de su tamaño con la energía cinética total al momento de la entrada. En la Universidad de Southampton, Nick J. Bailey et al desarrollaron una herramienta de simulación computacional, llamada NEOSim, capaz de modelar impactos pequeños de 16 NEOs y su efecto en la población global [BAI]. Se basan en el modelo de Collins et al para el desarrollo de las ecuaciones dinámicas, tanto de trayectoria como de efectos en la superficie, incluido el pancake model. El estudio se enfoca en dos casos. En el primero sugieren el daño potencial que sufriría Reino Unido, elaborando un mapa que muestra el índice de muertes a lo largo de la región. En el segundo caso realizan la simulación del impacto potencial de Apofis en 2036. Muestran la trayectoria que seguiría en su paso por la Tierra, visualizando los lugares de posible colisión. Para la situación de Reino Unido, el objeto que modelan es un NEO con 150 m radio, velocidad de entrada de 25 km/s, densidad de 2600 kg/m3, esfuerzo último del material de 10 MPa y calor de ablación igual a 8 MJ/kg. La simulación comienza a 106 km de altura. En el caso de Apofis, que es un asteroide monolítico, los valores iniciales son: 320 m de radio, densidad de 2600 kg/m3 y velocidad de entrada de 12.65 km/s. En el programa NEOSim se integran tres modelos para estudiar la fragmentación de los cuerpos: Modelo de objeto sencillo para objetos robustos de gran resistencia Fragmentación catastrófica para objetos débiles Fragmentación progresiva para objetos prefragmentados James E. Lyne y Michael E. Tauber de la Universidad de Tennessee en Knoxville y Richard M. Fought de la Universidad de Stanford han desarrollado un modelo computacional de la trayectoria de entrada de meteoros, aplicado al evento de Tunguska [LYN]. Dentro del modelo destacan que una trayectoria precisa debe incluir una evaluación de la fragmentación mecánica y de la ablación térmica. Esta última se trata con detalles como el enfriamiento por radiación de la capa de choque de los gases y el efecto del bloqueo de la radiación por productos de la ablación que se desprenden de la superficie del meteoro. Los cálculos son aproximados dado que las propiedades de los gases no están bien establecidas a las presiones y temperaturas a las que entran los meteoros. Aseguran que mientras la pérdida de masa por ablación no es importante para objetos extremadamente grandes, se debe estimar con precisión para predecir correctamente las trayectorias de objetos de decenas de metros de diámetro. Para los asteroides, las velocidades de entrada se consideran entre 12.5 y 20 km/s, en tanto que para los cometas se ensayan próximos al límite inferior de 20 km/s. Utilizan una geometría de elipsoide romo con un CD=1.2, en vez de 1.7 propuesto por Chyba, pues suponen que los meteoros tienen orillas redondas que disminuyen considerablemente la 17 resistencia al avance. El modelo de deformación mecánica empleado es el sugerido por Chyba, así como las características físicas de los bólidos. Concluyen que los condritos carbonáceos de 50 a 100 m de diámetro se fragmentan en el rango de 6 a 10 km, característico del evento de Tunguska. K.O. Pope et al del centro Geo Eco Arch Research en California [POP], modelaron el impacto del asteroide de Chicxulub. Para ello se auxiliaron de un código de dinámica de fluidos en dos dimensiones, aunque no realzan los datos del objeto ni de la trayectoria. Más bien, resaltan la importancia del sulfuro liberado a la atmósfera durante el impacto como probable causa de un invierno nuclear. Sólo se indican cálculos de transferencia de calor por radiación. Un equipo de la División de Física Aplicada del Laboratorio Nacional de Los Álamos en Nuevo México, creó una simulación tridimensional del impacto de Chicxulub en base a códigos propios. Galen Gisler, Bob Weaver y Charles Mader, trabajando en conjunto con Michael Gitting de la Science Applications International Corporation (SAI) generaron una imagen dinámica del impacto. Adicionalmente, colaboraron con Jay Melosh y un equipo de investigación de la Universidad de Arizona, quienes aconsejaron sobre la simulación física y los parámetros escogidos. El modelo se enfoca en los efectos posteriores inmediatos al impacto, desde que el asteroide entra a la atmósfera terrestre hasta que se sumerge en el agua y en las capas de calcita, granito, y manto. El código es de la clase de refinamiento por malla adaptativa continua SAGE (continuous adaptive mesh refinement). Este es un código de dinámica de fluidos, multicomponente, multifase, completamente compresible, que emplea un esquema de Godunov con una exactitud de segundo orden. Ha sido probado extensamente en problemas analíticos y experimentos a gran escala en laboratorio, además ha sido acondicionado para tratar eventos geofísicos de gran tamaño, incluyendo erupciones volcánicas y tsunamis. De su trabajo, se puede rescatar que el material arrojado simétricamente alrededor del cráter es mayor en la dirección en la que cayó el meteoro, que de sentido opuesto. Tal distribución puede usarse para determinar la dirección y ángulo de impacto del meteoro. Los restos que han sido encontrados en el perímetro del cráter son consistentes con una dirección del meteoro proveniente del sur. La geometría del cuerpo es modelada como una esfera de 12 km de diámetro. La simulación se comienza a 78 km de altura. La altura de escala H para la atmósfera exponencial se ubica en 7 km. La velocidad de entrada es de 20 km/s; la densidad es la del granito y los ángulos de entrada respecto a la horizontal local son 15°, 30°, 45° y 60°. Únicamente para el caso de 15°, la simulación comienza a 40 km. En cuanto a las propiedades de la superficie de impacto, se considera una profundidad de agua de 500 m, 18 una mezcla de calcita sólida y agua en una región de 4.5 km de espesor, estratificada linealmente desde sólo agua en la superficie hasta sólo calcita en el fondo; después, una región de granito de 30 km de espesor y finalmente una región de manto de 15 km de espesor. Las gran cantidad de ecuaciones utilizadas fueron obtenidas de la biblioteca SESAME, además de una ecuación tabular especial para el agua que incluye casi todas las transiciones de fase conocidas del agua, esta última desarrollada por SAI. Todas las ecuaciones están integradas al código SAGE. El dominio computacional de la simulación es una caja de 256x256x128 km. Se corren las simulaciones hasta que prácticamente todo el material arrojado ha alcanzado trayectorias balísticas o ha sido esparcido localmente. Elisabetta Pierazzo y Jay Melosh de la Universidad de Arizona, realizaron un modelo tridimensional en código de dinámica de fluidos del evento de Chicxulub, enfatizando la importancia de la variación del ángulo de entrada para entender cómo afecta los resultados de los impactos [PIE]. Se modela un asteroide de 10 km de diámetro con una velocidad de 20 km/s. El blanco posee las características de la litología de Chicxulub. Los ángulos ensayados son 90°, 60°, 45°, 30° y 15°. Encontraron que la cantidad de sedimentos o capas de superficie vaporizadas en el impacto alcanza un máximo para un ángulo de 30° respecto a la superficie, correspondiente a menos de dos veces la cantidad de vaporización para el caso vertical. Los mismos dos autores en colaboración con D.A. Kring, construyeron un modelo numérico del impacto de Chicxulub utilizando el paquete ANalytical Equation of State (ANEOS). Las simulaciones revisan los efectos de los proyectiles de diferentes tamaños (10 a 30 km de diámetro) y porosidad (0 a 50%). La velocidad de entrada para asteroides se fija en 20 km/s y para los cometas, 50 km/s. Los cálculos indican que la masa de vapor de agua, el dióxido de carbono y el sulfuro en conjunto, fueron los responsables de una perturbación repentina y significante en el clima de la Tierra. Tewari y Regan & Anandakrishnan hacen modelos computacionales de entrada atmosférica, pero son enfocados a vehículos tripulados. Como hemos visto, los diferentes autores hacen hincapié ya sea en la trayectoria, en las probabilidades del impacto, en las consecuencias del impacto, o en una combinación de las anteriores. Nosotros sólo nos enfocaremos en la trayectoria de diferentes tipos de meteoros, aplicando un modelo de fragmentación mecánica y un modelo sencillo de ablación. 19 Es interesante observar el tipo de consecuencias que trae el impacto de un meteoro de gran tamaño contra la Tierra. En los diversos trabajos revisados se establecen las posibles catástrofes de semejante evento, como estampido sónico, luz cegadora intensa, quemaduras severas causadas por radiación, vientos con velocidades de cientos de kilómetros por hora, ondas de explosión, bolas de fuego, incendios y tsunamis. Son pocos los autores que han tratado específicamente con el evento de Chicxulub. Además, utilizaron programas de dinámica de fluidos computacional avanzados con bibliotecas de funciones. Esto les permitió enfocarse en fenómenos todavía más complejos, como modelar la interacción del meteoro con la superficie y la estimación de la cantidad de material que se aventó a la atmósfera y el que se vaporizó. No explican a detalle la trayectoria, pero consideramos la mayor cantidad de datos para sustentar nuestro modelo. En el tercer capítulo se explican los valores elegidos de las variables y las razones para ello. En el cuarto capítulo se comparan los resultados obtenidos con los de los autores citados anteriormente, si es el caso. 20 Capítulo 2 Fundamentos de Entrada Atmosférica La comprensión de los fundamentos de la entrada de cuerpos a la atmósfera de la Tierra es de vital importancia para entender el desarrollo de este trabajo. Así pues, comenzamos este capítulo explicando conceptos básicos de la entrada atmosférica. Definimos también algunos de los fenómenos más representativos del vuelo de meteoros. Después, exponemos las aproximaciones hechas, así como la deducción de las ecuaciones que rigen el comportamiento de la entrada de meteoros. Finalmente, justificamos la elección del método numérico Runge-Kutta-Fehlberg para la resolución de nuestro modelo de entrada atmosférica, descrito en el próximo capítulo. 2.1 La Entrada Atmosférica La Entrada Atmosférica puede ser vista como una aplicación de la mecánica racional, rama más antigua de la física, al movimiento de un cuerpo a velocidades extraordinarias en una atmósfera planetaria. Los fundamentos de la mecánica de cuerpos rígidos fueron prácticamente completados a fines del siglo XIX, si bien, otras áreas de la mecánica tales como la dinámica de fluidos y los cuerpos elásticos siguen actualmente bajo desarrollo. Asimismo, la dinámica de gases a velocidades hipersónicas es constante objeto de estudio debido al increíble reto que representa el diseño de vehículos tripulados y no tripulados que entran a la atmósfera a velocidades que son una fracción significativa de las velocidades asociadas con el movimiento orbital. Más aún, los cuerpos naturales entran con velocidades muy superiores. Se considera a H.J. Allen y A.J. Eggers del NACA’s Ames Laboratory los precursores de la ingeniería en el campo de la Entrada Atmosférica, gracias a un trabajo publicado en 1953, donde proponen por vez primera que las condiciones de alta velocidad a la entrada son tales que se necesita un diseño de cuerpo romo para un descenso aceptable [ALL]. Parece ser que el primer desarrollo de una teoría de entrada de cuerpos naturales fue llevado a cabo en la primera mitad del siglo XX por Ernst Öpik, astrónomo estoniano que trabajó en el Observatorio Armagh del Norte de Irlanda [OPI]. 21 A grandes rasgos, la Entrada Atmosférica de cuerpos naturales difiere de la de los vehículos tripulados en que los primeros, debido a su composición fisicoquímica, pierden masa en su paso por la atmósfera, pudiendo desintegrarse parcial o completamente. Además, debido a las altas presiones encontradas, muy probablemente se fragmenten. Los vehículos tripulados, en cambio, están diseñados para soportar altas temperaturas; esto es, no se evaporan ni deben sufrir daño estructural significante. También es importante destacar que los vehículos tripulados en su ingreso, suelen venir de órbita baja, la cual proporciona una velocidad de ingreso mucho menor que la de los cuerpos naturales que provienen de órbitas externas. En la misma manera, la desaceleración en múltiplos de la aceleración de la gravedad (g’s), es tomada en cuenta en el diseño de vehículos tripulados con el fin de conservar la integridad de los pasajeros. En cuanto al tratamiento matemático de las trayectorias de ambos tipos de cuerpos, se facilita más el estudio de los cuerpos naturales, pues su orientación respecto a la superficie de la Tierra no es representativa. Los vehículos tripulados necesitan imperativamente mantener una orientación adecuada para salvaguardar la integridad de los ocupantes o instrumentación a bordo. Se han catalogado tres tipos de entrada dentro del estudio de la entrada atmosférica, de acuerdo a la trayectoria que siguen los cuerpos (Fig. 2.1): 1) Entrada Balística: está caracterizada por ángulos de entrada suficientemente grandes donde la fuerza de sustentación es despreciable. Los cuerpos tienen una razón de sustentación contra resistencia L/D<1, e incluso la mayoría de las veces se considera L/D=0. La capacidad de controlar la velocidad de entrada, ángulo de la trayectoria de vuelo y coeficiente balístico determina la precisión de los vehículos de entrada. La precisión al momento de impacto respecto al blanco pretendido varía de 20 km para entradas con ángulos pequeños, tal como la cápsula Mercury, a unos cuantos cientos de metros para ángulos más pronunciados, como es el caso de los misiles balísticos intercontinentales. Los cuerpos naturales, debido a su origen, forma y velocidad, entran dentro de esta clasificación. 2) Entrada en Planeo: se caracteriza por una pendiente de planeo más que una trayectoria de entrada. Durante una entrada en planeo, un vehículo como el transbordador espacial genera suficiente levantamiento para mantener un planeo hipersónico largo mediante un ángulo de trayectoria de vuelo pequeño. La razón L/D es generalmente superior a 4. Al ajustar el cociente L/D del vehículo, es posible controlar el alcance sobre la superficie. El ángulo de ataque a la entrada debe ser alto, por lo general mayor a 30°, mismo que se ajusta a través del descenso. 22 3) Entrada a Saltos: Una entrada de este tipo se genera cuando un cuerpo produce suficiente sustentación que supera las fuerzas gravitacional y centrífuga. Si esta sustentación se combina con un ángulo de entrada grande, puede producirse una trayectoria de entrada con 20 o más saltos. Tan pronto como el cuerpo comienza a entrar, alcanza una altitud donde comienza a ser empujado hacia arriba debido a la fuerza de sustentación dominante sobre la gravedad. Eventualmente, el cuerpo saldrá de la atmósfera a una velocidad reducida. Si es posible controlar la velocidad de salida y el ángulo de la trayectoria, el cuerpo alcanzará una fase orbital breve seguida de una segunda entrada, más lejos respecto a un punto de referencia en la superficie. El L/D oscila entre 1 y 4. Por lo pronto, el calentamiento aerodinámico producido por este tipo de entrada es excesivamente alto y no ha sido utilizado en los vehículos. Algunos cuerpos naturales que rozan las altas capas de la atmósfera, generalmente dan un salto y salen de la atmósfera para nunca regresar. Fig. 2.1: Tipos de Entrada Atmosférica. a) Balística. b) En Planeo. c) A Saltos. (Adaptación de [CHAP]) Un parámetro muy utilizado en el diseño de vehículos que ingresan a las atmósferas planetarias es el llamado coeficiente balístico. Éste es constante para determinado vehículo y está definido por: (2.1) Es posible obtener el coeficiente balístico para la entrada de cuerpos naturales, sin embargo, debido a la propiedad inherente que tienen de perder masa, disminuye proporcionalmente, dejando a un lado su utilidad numérica. Por otra parte, no es usual su interpretación en la Entrada Atmosférica de Meteoros, a pesar de que en el caso de cuerpos naturales enormes, como lo es el del Evento de Chicxulub, la disminución de la masa no es significativa. 23 Las entradas tripuladas deben pasar por un “corredor de entrada” para que sean llevadas a cabo con éxito. Si la trayectoria es muy pronunciada, el descenso es muy rápido, lo que representa un calentamiento exagerado y brusco. Por otro lado, si la trayectoria tiene un ángulo de entrada muy bajo, es posible que el vehículo no sea frenado lo suficiente y no sea capturado por la gravedad del planeta, regresando al espacio. Las velocidades típicas de entrada de los cuerpos naturales son tan altas que la referencia a los números de Reynolds, Mach y Knudsen no otorga ayuda significante en la descripción del comportamiento de cuerpos naturales de gran tamaño. Únicamente encuentran cabida en el estudio de los cuerpos del orden de centímetros de distancia, o bien, vehículos tripulados cuyas velocidades suelen ser más bajas. La velocidad mínima de impacto para colisiones contra la Tierra es de 11.2 km/s; esta es, por definición, igual a la velocidad de escape para un objeto lanzado al espacio desde la superficie de la Tierra. La velocidad máxima posible de impacto sobre la Tierra es la suma de dos velocidades distintas: 1) La velocidad del cuerpo en su órbita alrededor del Sol (velocidad heliocéntrica). Esta cantidad, que también puede ser interpretada como la velocidad de escape del sistema solar, es de alrededor de 42 km/s en la órbita de la Tierra. 2) La velocidad orbital de la Tierra alrededor del Sol, que es aproximadamente de 30 km/s. La velocidad máxima de impacto posible es la suma de estas dos, es decir, 72 km/s. Sin embargo, las órbitas de la Tierra y del cuerpo que impacta generalmente estarán inclinadas una respecto a la otra; las dos velocidades se suman geométricamente como una suma de vectores, produciendo velocidades de encuentro entre los límites de 11.2 y 72 km/s. Lo anterior se explica al deducir las tres velocidades cósmicas: Primera velocidad cósmica, : También conocida como velocidad circular u orbital, es la velocidad con la que un cuerpo debe ser lanzado desde la superficie de la Tierra para volverse un satélite de la misma. Esto significa que quedará orbitando a determinada altura, que puede ser reducida con el tiempo por efectos de resistencia atmosférica, dando lugar a la caída del cuerpo sobre la superficie. Si consideramos a un cuerpo de masa puntual m viajando rápidamente en círculo alrededor de la Tierra, podemos establecer que la fuerza centrípeta del cuerpo es igual a la fuerza de interacción debida a la gravitación entre la Tierra y el cuerpo: (2.2) Al asignar valores, = 5.98x1024 kg, = 6.371x106 m y = 6.67x10-11 m3kg/s2, obtenemos =7.8 km/s, que es una primera aproximación, pues el modelo considera al cuerpo rotando al ras del suelo por el ecuador. Normalmente se supone a un cuerpo orbitando a una altura de entre 100 y 400 km. Al añadir un valor dentro de este rango a R, y calculando nuevamente, llegamos a = 7.9 km/s 24 Segunda velocidad cósmica, : Frecuentemente referida como velocidad de escape, es la velocidad necesaria que necesita un cuerpo para salir del campo de gravitación terrestre, alejarse y no volver jamás. Dado este razonamiento, podemos suponer que queremos alcanzar una distancia infinita desde la superficie Tierra con la menor velocidad posible, que es cero. Así, la energía total debe ser nula porque la energía cinética final = 0 además de que la energía potencial gravitatoria también lo es. Esto se deduce porque el potencial gravitatorio tiende a cero cuando tiende a infinito. Tenemos pues que: (2.3) Se nota claramente que . Asignando valores, obtenemos = 11.2 km/s Tercera velocidad cósmica, : Es una extensión conceptual de la segunda velocidad cósmica. Ahora consideramos la velocidad necesaria para salir del sistema solar, esto es, escapar del campo gravitacional del Sol, partiendo de la Tierra. El razonamiento es el mismo que para el caso anterior, sólo que los valores numéricos cambian en ser ahora la masa del Sol y la distancia promedio entre la Tierra al Sol, que es llamada Unidad Astronómica (UA) y es igual a 1.5x1011 m: (2.4) Al utilizar = 1.98x1030 kg, llegamos a = 42 km/s La velocidad orbital de la Tierra alrededor del Sol se calcula con ligada al Sol: (2.5) De donde obtenemos 29.7 km/s Así comprobamos que la velocidad máxima con la que un cuerpo logra impactar contra nuestro planeta es 72 km/s y la velocidad mínima de impacto es la dada por = 11.2 km/s. En general, la velocidad de los cuerpos que impactan en la Tierra se encuentra dentro de estos límites. Estrictamente hablando, el término de velocidad cósmica debe ser rapidez cósmica, pues sólo hace alusión a un valor numérico, independientemente de la dirección de la trayectoria de los cuerpos. No obstante, el término velocidad está presente en gran parte de la bibliografía, por lo que hemos optado por esta convención. 25 Si se considera la latitud del lanzamiento sobre la superficie del planeta, se encuentran ligeras variaciones de los valores antes citados. Naturalmente, los cálculos anteriores pueden aplicarse a otros planetas y estrellas. 2.2 Física del Vuelo de Meteoros La teoría física de meteoros considera procesos que toman lugar durante el vuelo de un meteoro a través de la atmósfera, y para cuerpos grandes, el impacto en la superficie de la Tierra. El propósito principal es la predicción de la variación de masa, velocidad, luminosidad e ionización a lo largo de la trayectoria del meteoro. En la Física del Vuelo de Meteoros, los cálculos son a veces únicamente aproximados, sin embargo, los resultados cercanos a un orden de magnitud ( 50%) son a menudo suficientes. Un meteoroide es un objeto de roca o material afín en el espacio; se vuelve meteoro (estrella fugaz) cuando entra a la atmósfera planetaria, y finalmente es un meteorito cuando ha llegado a la superficie [WHI]. Meteoro es el nombre común que reciben todos los cuerpos que entran a la atmósfera terrestre desde el espacio interplanetario, independientemente de su tamaño y origen. Su comportamiento es determinado por su tamaño, estructura y velocidad. El término meteoro en un sentido más estrecho se refiere a aquellos cuerpos que son muy pequeños para penetrar la atmósfera y que llegan a ser observables sólo por medio de sus trazas luminosas en la alta atmósfera. De acuerdo a su tamaño ascendente son denominados meteoros telescópicos, meteoros visuales, meteoros fotográficos y bolas de fuego. Se estima que tienen un tamaño de 0.03 cm a 10 cm de radio [OPI]. Definiremos a un meteoro de grandes dimensiones aquél con mínimo 2 km de diámetro [CHAPM]. El meteoro de Chicxulub entra entonces dentro de esta definición. Los micrometeoros son partículas más pequeñas que 0.03 cm de radio equivalente. Los radios parecen ser más frecuentes en el orden de 10-3 cm, y alcanzan al menos 10-4 cm. Son muy pequeños para ser observados con medios ópticos. Debido a su menor velocidad (≈12 km/s) y menor tamaño, disipan casi toda su energía a través de radiación, poca vaporización y son frenados en vuelo con la mayor porción preservada de sus masas. Los asteroides son objetos rocosos pequeños vistos como fragmentos de otros objetos llamados planetesimales, que existieron en el sistema solar interior cuando apenas se formaba, pero que no fueron atraídos por los planetas en desarrollo. Los cometas también son objetos pequeños, usualmente de decenas de kilómetros de diámetro. En contraste con los asteroides, los cometas contienen una cantidad significante 26 de hielos volátiles además de material rocoso. La evaporación de estos compuestos cuando los cometas se acercan al Sol, crea las colas brillantes que hacen a estos cuerpos tan asombrosos en la historia. Los cometas se dividen en dos tipos, de acuerdo con la geometría de su órbita y en cuánto tiempo les toma dar una vuelta alrededor del Sol. Los cometas de período corto (CC), como los cometas Encke y Halley, orbitan el Sol en ≤ 200 años. Sin embargo, la mayoría de los cometas de período corto tienen períodos orbitales de tan sólo unos cuantos años y viajan en órbitas pequeñas, casi circulares como las de los planetas y asteroides. Los cometas de período largo (CL), como el observado recientemente cometa Hale-Bopp, pueden tardar miles de años en completar una sola revolución y viajan en órbitas altamente alargadas que los llevan más lejos que Plutón y quizá a 10% la distancia a la estrella más cercana. Ablación es un término que generalmente se aplica cuando se remueve material de un cuerpo, y su calor asociado causado por calentamiento aerodinámico. La ablación de un meteoro puede ser provocada por una o varias vías: 1) vaporización, 2) fusión y división en spray del líquido, 3) pulverización catódica, 4) fragmentación y 5) una combinación de estos procesos. 1) La vaporización es la vía más importante al ser la etapa final de todos los tipos de ablación. Este fenómeno ocurre principalmente por calentamiento aerodinámico. 2) Fusión y división en spray del líquido: la fusión en una sola gota, o división en spray en muchas gotas o fragmentos es seguida por su vaporización. Sin embargo, la división en spray del fluido en pequeñas gotas es un tipo distinto de ablación. La razón de ablación del meteoro en este caso es determinada por el calor de fusión. El derretimiento en una sola gota, por otra parte, involucra sólo una transformación de forma, y no es una etapa de la ablación. 3) Pulverización catódica (sputtering) es un proceso físico en el que se produce la vaporización de los átomos de un material sólido mediante el bombardeo de éste por iones energéticos. Como proceso de ablación en la atmósfera terrestre no es importante excepto para los micrometeoros de gran velocidad. 4) La fragmentación es común entre los meteoros. La característica dominante es la alta presión de estancamiento en el borde de ataque y la expansión de la onda de choque alrededor del objeto. Detrás de la onda la alta presión genera altas temperaturas y estos efectos combinados llevan a una pérdida de masa por ablación del material de la superficie. Si la diferencia de presión de estancamiento excede la resistencia interna del objeto, que es determinada por la composición física del meteoro, éste se fragmentará. 27 En la fragmentación, que es parte importante para nuestro modelo del meteoro de Chicxulub, encontramos tres modelos para estudiar la fragmentación de los cuerpos [BAI]: Modelo de un objeto sencillo para objetos robustos de gran resistencia Fragmentación catastrófica para objetos débiles Fragmentación progresiva para objetos prefragmentados El primer modelo asume que el meteoro se mantiene intacto en su paso por la atmósfera con pérdida de masa sólo por ablación, mientras que el segundo modelo [CHY, COLL], comúnmente conocido como el modelo del pancake, trata con objetos de baja resistencia que se desintegran en la atmósfera. Este modelo es el que mejor representa el Evento de Tunguska de 1908. Por último, el tercer modelo [STUL] es utilizado para objetos prefragmentados en órbita con relativa resistencia interna. Estos objetos se fragmentan y separan en la atmósfera pero no se desintegran completamente, resultando en múltiples impactos en la superficie. Intuitivamente el primer modelo es el adecuado para modelar el meteoro de Chicxulub, sin embargo, desconocemos la teoría y aplicaciones de tal modelo, por lo que empleamos el segundo modelo con las adaptaciones necesarias para los meteoros simulados. La resistencia de los meteoros es de suma importancia en el modelado de la fragmentación. El punto de partida para determinar la resistencia, es la medición en laboratorio sobre muestras de meteoritos de unos cuantos centímetros. No se asume que las escalas manejadas en laboratorio sean aplicables a cuerpos de kilómetros de distancia. De hecho, los cuerpos más grandes contienen rupturas en gran cantidad de escalas. A mayor tamaño del cuerpo, mayor es el rango de escalas que contiene, y más rupturas se encuentran por unidad de volumen. Así, la resistencia debe disminuir establemente con el incremento en tamaño para un material uniforme en composición y estructura. Este comportamiento ha sido ampliamente reconocido por los científicos en materiales. El tratamiento semiempírico más sencillo de este fenómeno, llamado ley de resistencia de Weibull [LEW, BRO, MCINN], tiene la forma exponencial: (2.6) Cuando un meteoro de masa inicial pierde masa por ablación, su sección transversal inicial también cambia. Si el cuerpo mantiene una forma similar en toda su trayectoria, entonces = 2/3 [BRO, MCINN]. La explicación a detalle de otros fenómenos, únicamente representativos para el vuelo de micrometeoros, como rotación, radiación, difusión, turbulencia y luminosidad, se encuentra en [OPI, BOTT, LOR]. 28 2.3 Aproximaciones para los Sistemas Dinámicos Ahora explicamos las aproximaciones hechas para los sistemas dinámicos de meteoros de acuerdo a la bibliografía y en el capítulo 3 se indican los detalles para nuestro modelo. Altura El término conocido de altitud, que es la distancia medida desde nivel del mar a un punto localizado verticalmente por encima, también es llamado altitud geométrica . Se distingue de la altitud absoluta en que ésta es la distancia medida desde el centro de la Tierra más la altitud geométrica: . La altitud absoluta es importante porque la aceleración local de la gravedad varía con . De la ley de Newton de la gravitación, varía inversamente con el cuadrado de la distancia desde el centro de la Tierra. En los modelos de entrada atmosférica de meteoros se acostumbra expresar la altitud absoluta como , dejando a un lado su equivalente . De esta manera siempre se tiene el valor de correspondiente a la altura deseada. Existe otro tipo de altitud, denominada altitud geopotencial, la cual se considera físicamente compatible con la aproximación de = constante. Atmósfera planetaria La atmósfera puede ser descrita como un medio termodinámico inmerso en un campo gravitacional y en equilibrio hidrostático determinado por radiación solar. Ya que la radiación solar debe variar diaria y anualmente, cualquier modelo atmosférico no puede ser más que una aproximación. También esperamos que las propiedades atmosféricas varíen no sólo con el tiempo, sino de igual manera con el lugar, esto es, con la latitud y longitud. Más aún, las variaciones en la radiación solar amenazan el equilibrio hidrostático al crear circulaciones atmosféricas. Arriba de una altitud de 86 km, el equilibrio hidrostático ya no es una aproximación válida. Los modelos de Atmósfera Estándar de Estados Unidos, elaborados en 1962 y 1976, son los más conocidos y utilizados en la actualidad. Su desarrollo es más complejo pero a la vez ofrecen mayor precisión en el cálculo de las propiedades atmosféricas. Por otra parte, como hemos visto en el capítulo anterior, la atmósfera exponencial es la utilizada en la simulación de los modelos encontrados de Entrada Atmosférica de Meteoros y es por eso que aquí se explica con mayor amplitud. Para encontrar una expresión para la variación de la densidad atmosférica con la altitud, requerimos algún conocimiento de las características de la atmósfera planetaria de interés. La atmósfera de la Tierra, por ejemplo, se modela como una serie de capas concéntricas; el número exacto de capas depende en cómo se usará el modelo y puede variar de tres a siete. 29 Respecto a la densidad atmosférica, un modelo muy útil utiliza cuatro capas: la tropósfera, la estratósfera, la ionósfera y la exósfera. La tropósfera y la estratósfera son las dos capas más cercanas a la superficie de la Tierra y son de interés principal para la Entrada Atmosférica; las dos capas restantes son de interés para el decaimiento orbital y la vida de servicio de los satélites. Debajo de 100 km la temperatura de la atmósfera tiene una variación relativamente pequeña alrededor de algún promedio (Fig. 2.2). Fig. 2.2: Variación de la temperatura atmosférica con la altitud (Adaptación de [SFO]). Entonces, si el perfil de temperatura en cada capa se modela mediante una temperatura constante o por un gradiente de temperatura, y se asume el equilibrio hidrostático, la combinación proporciona una relación exponencial que es función de la densidad base (no necesariamente a nivel del mar), la aceleración debida a la gravedad , y la temperatura a una altitud de referencia. Para las capas más bajas, desde el nivel del mar hasta aproximadamente 120 km, si se considera constante y se utiliza un valor promedio apropiado de , la variación de la densidad atmosférica con puede aproximarse con la expresión exponencial: (2.7) Donde es la altura de escala, que depende de la temperatura isotérmica promedio seleccionada. y se seleccionan de tal manera que se obtenga un buen ajuste con la atmósfera estándar en un rango de altitudes dado. La curva exponencial es ajustada 30 [REG, TEW págs.230-231] con los valores sugeridos de = 1.752 kg/m2 y = 6700 m para un rango de altitud de 5 a 40 km, que aún así ofrece una buena aproximación hasta 140 km (Fig. 2.3). Arriba de esta altura, el aire es tan escaso que no tiene influencia significante en la trayectoria de entrada. Se pueden determinar y a través de la gráfica de desaceleración contra altitud en una escala logarítmica. El modelo de atmósfera exponencial fue utilizado por la NASA y otros laboratorios en los primeros estudios de entrada a la atmósfera terrestre durante las décadas de 1950 y 1960. Fig. 2.3: Altitud geopotencial contra razón de densidad para atmósferas estándar y exponencial (Adaptación de [REG]). Campo gravitacional El campo gravitacional es modelado como una relación de inverso al cuadrado, considerando a la Tierra como masa puntual: (2.8) Existe un modelo más preciso llamado modelo geopotencial [REG, TEW, CHOB]. Este modelo divide la Tierra en tres conjuntos geográficamente divididos, descritos por latitud y longitud (Fig. 2.4). Para su correcta interpretación es necesario el conocimiento de los armónicos esféricos o polinomios asociados de Legendre. La importancia del modelo geopotencial es su habilidad para describir el campo gravitacional de manera más precisa que el modelo donde se considera a la Tierra como masa puntual. Sin embargo, el modelo de masa puntual es mucho más sencillo y otorga una aproximación suficiente para la entrada de meteoros. 31 Fig. 2.4: Modelo geopotencial del campo gravitacional terrestre [CHOB]. La Tierra es esférica Se nota claramente que la Tierra no es completamente esférica al revisar las mediciones que tenemos de sus radios ecuatorial y polar, con valor aproximado de = 6378 km y = 6356 km, respectivamente. Es por eso que consideramos a la Tierra como una esfera con el radio de una esfera con el mismo volumen que la Tierra. Utilizamos este radio de R = 6371 km a lo largo de los cálculos. La aproximación de simetría esférica es la simplificación más grande en el modelado de una atmósfera y se logra al asumir que la densidad atmosférica es función únicamente de la altitud absoluta. Una mejor aproximación es tratar a la densidad como función de la altitud geométrica. Si la superficie del planeta fuera una esfera, entonces estas aproximaciones serían idénticas. No obstante, todos los planetas son un esferoide achatado, el cual tiene una sección transversal elíptica a través de cualquier meridiano. Por ejemplo, la Tierra tiene una excentricidad en su sección transversal de 0.00335. La Tierra no gira La atmósfera con la que se encuentran los cuerpos que ingresan en ella no es estacionaria, sino rota con el planeta. Para la Tierra y Marte, las fuerzas aerodinámicas tienen efectos inmediatos sólo a bajas altitudes, muy próximas a la superficie. A este nivel, la atmósfera rota con aproximadamente la velocidad angular del planeta. Para la Tierra, la rapidez rotacional máxima (0.7292x10-4 rad/s), localizada en el ecuador, es cerca de 6 % la primera velocidad cósmica a baja altitud. Entonces, la fuerza aerodinámica debida a la rotación atmosférica tiene un máximo valor cercano a 12 % de la fuerza aerodinámica debida a la rapidez del cuerpo que ingresa. En la mayoría de las circunstancias sería un valor mucho menor que ese. Tratar tal efecto analíticamente obscurecería más que revelar los rasgos generales de la trayectoria [VINH]. 32 Al analizar la ecuación que describe la desviación de la vertical hacia el Este de un punto en caída bajo la acción de rotación de la Tierra [TARG, MESH…]: (2.9) Vemos que el tiempo de caída es una variable predominante. Para el caso de los meteoros, dada su gran velocidad, y por ende, el tiempo del orden de no más de medio minuto en el que cruzan la atmósfera antes de llegar al suelo, la desviación que pueden tener por efecto de rotación de la Tierra es insignificante para el presente estudio. Asimismo, de aquí se desprende que no se considere la curvatura de la superficie en la trayectoria atmosférica de los meteoros. Evidentemente, la ecuación anterior estudia el fenómeno en el vacío. Geometría de los meteoros Se aproximan con la forma de un cilindro de altura y diámetro [ROA]. El coeficiente de resistencia al avance respecto a la base en dirección del movimiento se toma como 1.7 (Fig. 2.5). Fig. 2.5: Cilindro que representa los meteoros de prueba que ingresan a la atmósfera terrestre [ROA]. Variación de la superficie del objeto por ablación, antes de la fragmentación La sección transversal del meteoro en la parte de la trayectoria de vuelo anterior a la fragmentación es modelada con la ley de resistencia de Weibull (2.6). La variación de la superficie expresada como una función exponencial del cociente de masa a determinado momento respecto a la masa inicial, lleva implícita la resistencia del material. El radio del meteoro en esta fase, aunque no está escrito explícitamente en las ecuaciones, se puede calcular en términos de la masa, la densidad y el volumen: 33 El volumen del cilindro de base de radio Por lo que el radio y altura es: será: (2.10) Este radio es constante e igual al radio inicial, pues sólo depende de la masa inicial y de la densidad del material. La disminución del tamaño de la sección transversal se refleja en la ecuación de Weibull. Variación de la superficie del objeto por ablación, después de la fragmentación Una vez que el meteoro se fragmenta, se utiliza el modelo del pancake, descrito por una ecuación diferencial no lineal de segundo orden [CHY, COLL, ROA]. Cambiamos el nombre de modelo del pancake a modelo del radio en expansión, por ser una forma más familiar al hispanohablante. En esta ecuación se visualiza la expansión del radio del meteoro en función del tiempo. Dejamos su deducción para la siguiente sección. El radio obtenido de la solución numérica de esta ecuación a cada instante de tiempo, se introduce en la sencilla fórmula de área para obtener el área cambiante después de la fragmentación. Factor de forma El meteoro fragmentado se separa lateralmente hasta que la razón alcanza cierto límite. Este límite ha sido descrito dentro del modelo del radio en expansión y es llamado pancake factor. Sin embargo, nosotros lo llamamos factor de forma: (2.11) es el radio que lleva el meteoro justo al momento de la fragmentación. En realidad, no debe ser mayor que el rango 2 a 4 [IVA], después de lo cual los fragmentos están suficientemente separados que siguen trayectorias de vuelo independientes y deben ser estudiados cada uno por separado nuevamente bajo el modelo de radio en expansión. Sin embargo, [CHY] obtuvo un buen modelo con eventos de la clase de Tunguska utilizando factores de forma de 5 a 10. [COLL] establece un valor de 7 para determinar la dispersión de los cuerpos. La altitud a la cual se observa la dispersión es llamada altura de explosión. 34 La energía de explosión se toma como aquella depositada en la atmósfera por el meteoro después de que se ha deformado dos veces su radio inicial [SEK]. En el capítulo 4 discutimos el factor de forma de nuestro modelo. Calentamiento aerodinámico: el número de Stanton Para un análisis cuantitativo del calentamiento aerodinámico, es conveniente introducir un coeficiente de transferencia de calor adimensional llamado número de Stanton , definido como [AND]: (2.12) Donde y son la densidad y velocidad de corriente libre, respectivamente, es la entalpía total (definida como la entalpía de un elemento de fluido que es disminuida adiabáticamente a cero velocidad), es la entalpía en la superficie aerodinámica (la velocidad es cero en la superficie debido a la fricción), es la superficie de referencia (sección transversal del meteoro), y es la razón de calentamiento (energía por segundo) que sucede en la superficie. El coeficiente tiene un valor efectivo de 0.1 para alturas superiores de 30 km [ROA]. Radiación térmica De (2.12) vemos que a medida que el meteoro desciende, disminuye inversamente con la densidad atmosférica. Además, que viene incrementándose, toma un valor efectivo constante. Este límite superior en ocurre debido a que los meteoros del orden de decenas de metros sufren ablación principalmente por la absorción de radiación térmica emitida por los gases calientes concentrados en la parte frontal del objeto [ROA]. La temperatura alcanzada por los gases en la onda de choque está regulada fuertemente por ionización térmica en una temperatura de 25000 a 30000 K, con una débil dependencia de velocidad, tamaño y composición del meteoro. La tasa máxima de ablación está dada por: (2.13) Donde T es la temperatura de los gases ionizados y = 5.67x10-8 W/m2K4 es la constante de Stefan-Boltzmann. Un cálculo sencillo demuestra que la tasa de ablación debida a la radiación térmica es mucho menor que la ablación debida al calentamiento aerodinámico en la entrada de meteoros del orden de kilómetros. Asimismo, [OPI] indica que (2.13) sólo es importante para micrometeoros. 35 Calor de ablación Q El calor de ablación Q es una propiedad intrínseca del material del que está formado el meteoro. Su magnitud es de 106 en los tipos más comunes de meteoros. Es una variable trascendental en la ecuación de la ablación descrita más adelante. Sus unidades son J/kg. Esfuerzo último del material Juega un papel fundamental en la simulación de los meteoros, ya que si es excedido por la presión aerodinámica formada en ellos, éstos se fragmentan. Sus unidades son el Pascal, y tiene órdenes de magnitud que van de 106 a 108. Naturalmente se considera un valor constante por ser inherente al material. Densidad La densidad está bien establecida para una amplia variedad de tipos de meteoros. La incertidumbre principal radica en la forma en que se considera la porosidad en sólidos pobremente consolidados. Las densidades de los núcleos de cometas son muy poco conocidas, probablemente cayendo en el rango de 200 a 100 kg/m3 en la mayoría de los casos. Aún las medidas de porosidad en meteoritos de baja densidad que están disponibles en laboratorio son prácticamente inexistentes debido al miedo que se tiene de contaminar a estos especímenes raros y valiosos por el fluido utilizado para medir su volumen. Para cuerpos macroscópicos, las densidades se consideran similares a las obtenidas de las muestras de laboratorio de meteoritos de la misma clase. Las densidades de la mayor parte de meteoritos de níquel-hierro van de 7500 a 8000 kg/m3, y aquellas de los meteoritos carbonáceos son cercanas a 2400 kg/m3. Típicamente los meteoritos de roca tienen densidades de alrededor de 3700 kg/m3. Ángulo de entrada El ángulo de entrada más probable para cuerpos naturales es de 45°. Este valor se deduce de una teoría simple [SHOE]. Los resultados son visibles a través de la generación aleatoria de los ángulos de entrada, dados por las siguientes ecuaciones: (2.14) ) Los ángulos ensayados en la simulación oscilan en torno a 45°. 36 (2.15) 2.4 Deducción de los Sistemas Dinámicos En esta sección derivamos las ecuaciones de movimiento bidimensional de la entrada de un meteoro. Si el meteoro está sujeto únicamente a la resistencia al avance, o vuelo balístico, la restricción del movimiento en dos dimensiones resulta razonable sin pérdida de generalidad. Sin embargo, si el meteoro fuera capaz de generar una fuerza de sustentación, la trayectoria plana sí limitaría la utilidad de los resultados. De esta manera, el análisis de una trayectoria plana puede llevar a expresiones que logran ser muy útiles en la descripción del comportamiento de los meteoros. Primeramente obtenemos el sistema de ecuaciones antes de la fragmentación del meteoro. En este modelo se incluyen las ecuaciones que representan las derivadas respecto al tiempo de altitud, velocidad, ángulo de entrada, ablación y energía depositada en la atmósfera. Si el meteoro se fragmenta, el sistema anterior sustituye la ecuación de Weibull que considera el cambio de la sección transversal del meteoro como una función exponencial, por el modelo de radio en expansión. Este cambio lleva a un segundo sistema de ecuaciones. Consideramos un marco inercial que contiene al vector velocidad a través del movimiento. El ángulo es considerado positivo cuando el vector está debajo de la horizontal local. Inicialmente tenemos en cuenta la sustentación con el fin de obtener la derivada del ángulo de entrada . Al referirnos a la figura 2.6, escribimos las ecuaciones de movimiento para un punto material en la atmósfera. Utilizamos los ejes viento (X, Z) a lo largo y normal al vector velocidad, con el origen del marco inercial en el centro del planeta [ROD, REG, HAL, TEW]. Fig. 2.6: Geometría de la entrada atmosférica de un meteoro. 37 Las ecuaciones dinámicas de movimiento plano, que resultan de aplicar la segunda ley de movimiento de Newton, son entonces: (2.16) (2.17) Donde es la fuerza centrífuga, es la resistencia al avance y es la sustentación. Después de sustituir las expresiones anteriores en (2.16) y (2.17), asumir que = 0 y resolver para y , obtenemos: (2.18) (2.19) Adicionalmente, podemos escribir dos ecuaciones basadas en la geometría asociada al movimiento. Estas ecuaciones son llamadas ecuaciones cinemáticas y son las componentes vertical y horizontal del vector velocidad. De la figura 2.6 es evidente que: (2.20) (2.21) En la Entrada Atmosférica de Meteoros sólo es costumbre emplear (2.20). La ecuación (2.21) sería de interés en algún estudio que requiera hallar el alcance del meteoro como sigue [REG]: (2.22) 38 Ecuación de la ablación Utilizando (2.12) podemos obtener una expresión para el calentamiento de un meteoro en la entrada. Al reescribir la ecuación (2.12): (2.23) Tomando en cuenta la definición de , tenemos: (2.24) Para condiciones de entrada a alta velocidad, es muy grande. Además el aire muy por detrás del meteoro es relativamente frío, entonces es relativamente pequeño. Así, de la (2.24): (2.25) De la misma forma, la temperatura en la superficie, aunque caliente por estándares normales, todavía debe mantenerse menor que unos cuantos miles de K, bajo la temperatura de derretimiento o descomposición de la superficie. Por otro lado, las temperaturas asociadas con son grandes. Es por eso que podemos hacer fácilmente la aproximación de: (2.26) Sustituyendo (2.26) y (2.25) en (2.23) obtenemos: (2.27) Esta ecuación tiene unidades de J/s en el sistema internacional. Se modifica el lado izquierdo sabiendo que [(J/kg) (kg/s)=J/s]. De esta manera se maneja el calor de ablación como constante y el cambio de masa debido a la ablación, sin alterar las dimensiones. Entonces: (2.28) Esta ecuación la conocemos como la ecuación de la ablación de un meteoro debida al calentamiento aerodinámico. Notemos que (2.28) establece que la razón de pérdida de masa varía con el cubo de la velocidad. Esto contrasta con el arrastre aerodinámico, que varía solamente con el cuadrado de la velocidad. 39 Por esta razón, a velocidades muy altas, el calentamiento aerodinámico llega a ser un aspecto dominante, mientras que el arrastre no es tan representativo. Se incluye el signo menos pues la ablación siempre trata con pérdida de masa. Modelo de la energía depositada en la atmósfera A través del modelo de la energía depositada por un cuerpo en la atmósfera [SEK], podemos determinar la energía que lleva un meteoro en cualquier momento de su trayectoria. La energía del meteoro al entrar a la atmósfera menos la energía obtenida por este modelo permite cuantificar la energía del meteoro al momento del impacto contra la superficie. El modelo considera la diferencia de la energía cinética del cuerpo en la atmósfera, menos la energía cinética del mismo cuerpo en ausencia de la atmósfera, . El cambio infinitesimal cuando el cuerpo se desplaza en la atmósfera está dado por: (2.29) Donde es la misma que en (2.28) y la aceleración total del objeto Designemos : es igual a (2.18). La desaceleración debida al arrastre: (2.30) La aceleración debida a la gravedad: (2.31) El cambio de energía sin la presencia de una atmósfera es: (2.32) La deposición neta de energía resultante es: se obtiene al restar (2.29) de (2.32). La ecuación (2.33) Ya que y , es evidente que . Sustituyendo y , es decir, (2.30) y (2.28) en la ecuación anterior, llegamos a la ecuación de la energía depositada en la atmósfera por un cuerpo: (2.34) 40 La ecuación (2.34) constituye la quinta ecuación del sistema dinámico anterior a la fragmentación. Este es un sistema de cinco ecuaciones diferenciales no lineales con cinco incógnitas: (2.18) (2.19) (2.20) (2.28) (2.34) Recordamos que es la expresión de atmósfera exponencial y S es la sección transversal del meteoro, obtenida de la ecuación de Weibull. Si el meteoro se fragmenta, esto es, cuando la presión aerodinámica generada en el interior del meteoro sobrepasa la resistencia última del material , debemos modificar el sistema anterior al establecer que , siendo el radio encontrado en el modelo del radio en expansión. Modelo del radio en expansión A partir de la fragmentación del objeto, la ecuación de Weibull (2.6) deja de ser un buen modelo para la variación de la sección transversal. Ahora se asume que el meteoro, conformado por N partes, se expande lateralmente bajo la presión diferencial entre las superficies delanteras y traseras. La distribución de la masa sobre un área mayor que la original produce un aumento en la ablación y en la resistencia aerodinámica encontrada por el meteoro. La fragmentación se debe a la presión atmosférica diferencial a través del cuerpo, que en este caso tomaremos como un cilindro que viaja en dirección de su eje de simetría. El frente del cuerpo se comprime a la presión de estancamiento , y la parte trasera esencialmente se encuentra al vacío con presión prácticamente nula. Las presiones ejercidas lateralmente son despreciables respecto a la presión frontal. Los esfuerzos al interior del cilindro disminuyen linealmente desde su valor más alto en , a un valor mucho menor correspondiente a la cara trasera. Tales esfuerzos incrementan hasta que ocurre la falla elástica del cuerpo con un valor . 41 La sección transversal efectiva incrementa exponencialmente con el tiempo como consecuencia del aumento exponencial de a medida que el cuerpo desciende en la atmósfera. Si el cilindro se deforma en su totalidad para volverse una versión comprimida de sí mismo, se puede aproximar una presión interior promedio como , por lo que: (2.35) Al despreciar la fuerza que pueda ejercer al aire en las paredes laterales, y tomando en cuenta que la resistencia última del material se ha sobrepasado, es posible hacer un balance de fuerzas en las paredes del cilindro: ; Al simplificar la expresión anterior, se llega a la ecuación diferencial no lineal de segundo orden que describe el radio cambiante del meteoro en la etapa de la fragmentación: (2.36) Integrar esta ecuación en el sistema de ecuaciones resulta complicado, sobre todo si prevemos la resolución numérica. De esta manera consideramos el cambio de variable: Que transforma (2.36) en dos ecuaciones diferenciales lineales de primer orden: (2.37) (2.38) 42 El sistema dinámico posterior a la fragmentación resultante es: (2.18) (2.19) (2.20) (2.28) (2.34) (2.37) (2.38) Como podemos observar, la resolución analítica de los sistemas dinámicos desarrollados es prácticamente imposible, por lo que nos apoyaremos en un método numérico. Para facilitar la ejecución del método en computadora, entre otros detalles interesantes, procedemos antes a adimensionalizar las ecuaciones en el próximo capítulo. 2.5 Método Numérico de Runge-Kutta-Fehlberg (RKF45) El método RKF45 tal cual se expone, se utiliza para dar solución a una ecuación diferencial ordinaria con valor inicial; no obstante, el método se ha adaptado para resolver sistemas dinámicos autónomos, antes y después de la fragmentación con sus respectivos valores iniciales. En el Anexo B se presenta el código de los programas. Se ha elegido este método debido a que incluye un criterio para establecer si en cada momento se ha utilizado el tamaño de paso h adecuado. En cada paso se calculan dos aproximaciones distintas de la solución y se comparan: si los dos valores son suficientemente parecidos, se acepta la aproximación, aumentando el tamaño de paso si concuerdan en más cifras significativas que las requeridas; por otra parte, si los valores no tienen la precisión especificada, se disminuye el tamaño de paso. Lo anterior es importante pues de antemano se desconoce el comportamiento de la solución de los sistemas, pudiendo dar cambios muy rápidos o muy lentos en la respuesta, mismos que no serían tolerados eficazmente con un método de paso fijo. Además, la precisión del método de RKF45 es mayor que la de varios métodos numéricos tradicionales para resolver ecuaciones diferenciales ordinarias, como por ejemplo, el método de Runge-Kutta de cuarto orden (véase Fig. 2.7). 43 Fig. 2.7: Comparación del porcentaje de error relativo contra el esfuerzo computacional para métodos de RK de primero a quinto orden (Adaptación de [CHA]). El método de RKF45 exige el cálculo de seis valores para cada paso [MATH]: Posteriormente se calcula una aproximación a la solución del problema de valor inicial empleando un método de Runge-Kutta de 4° orden: (2.39) 44 Donde se usan cuatro valores de la función: . Como puede notarse, el valor no aparece en la ecuación anterior. Ahora es necesario calcular una aproximación mejor que (2.39) utilizando un método de Runge-Kutta de 5° orden: (2.40) El tamaño de paso óptimo sh se determina al multiplicar el tamaño de paso en uso h por un escalar s definido por: (2.41) Siendo la tolerancia propuesta para controlar el error. El modelo anterior puede encontrarse en libros de texto avanzados de análisis numérico. 45 Capítulo 3 Modelo Propuesto de Entrada Atmosférica Una vez que hemos visto los aspectos teóricos necesarios de entrada atmosférica, procedemos a describir nuestro modelo de entrada atmosférica de meteoros. Para ello hemos preferido, por varias razones, adimensionalizar las ecuaciones obtenidas en el capítulo anterior. Después desarrollamos el método de RKF45 para un sistema autónomo de ecuaciones diferenciales. De aquí sea necesario incluir las condiciones iniciales, que son imprescindibles para la resolución numérica. Además incluimos una tabla con los meteoros simulados con sus características representativas. Finalmente explicamos los programas elaborados en MATLAB y cómo se ingresan los datos para dar solución a los sistemas, así como el despliegue de las gráficas. 3.1 Análisis Dimensional El Análisis Dimensional [GRO, REI, RAN, BAR, SZI] se refiere al estudio de las dimensiones que caracterizan a las entidades físicas, como masa, fuerza y energía. En la Mecánica Clásica es común encontrar tres entidades fundamentales, a saber: masa , longitud y tiempo . La combinación de estas entidades da como resultado la formación de entidades derivadas, como volumen, rapidez y fuerza, de dimensiones respectivamente. Se acostumbra a escribir entre llaves { } las dimensiones de las entidades físicas. El Análisis Dimensional es una herramienta muy eficiente para el manejo de problemas nuevos en los que se desconocen los parámetros representativos. En este estudio de la entrada atmosférica de meteoros, en particular de aquellos de gran tamaño, como es el del caso de Chicxulub, es necesario dar un conjunto de valores característicos que sea completo, es decir, que permita derivar valores característicos para todas las entidades fundamentales. Durante esta búsqueda, es imprescindible que las variables del problema se describan a través de órdenes de magnitud coherentes con el modelo planteado. Una vez que se conocen las variables del problema en términos de los valores característicos, se procede a adimensionalizarlas y a sustituirlas en los sistemas de ecuaciones. La adimensionalización de una ecuación permite trabajar con menos variables 46 respecto a la correspondiente ecuación dimensional, de acuerdo con el teorema Pi de Buckingham. Lo anterior también hace alusión al escalamiento, cuyo objetivo es reducir el número de parámetros en un modelo dado. Así pues, un prerrequisito de la técnica del escalamiento es el conocimiento de las ecuaciones que gobiernan al sistema. El escalamiento no necesariamente arroja cantidades adimensionales. Además, en primera instancia, no interesa el sistema de unidades con que se trabaja, sea sistema internacional o inglés, dando un manejo más cómodo en la solución numérica. Principal ventaja: Al trabajar con números puros, podemos distinguir órdenes de magnitud, pero sobre todo, el análisis indica inmediatamente qué parámetros de un fenómeno lo afectan significativamente. Después de estudiar el orden de magnitud de los parámetros, cualitativa y cuantitativamente, se escogieron las constantes siguientes para el análisis dimensional de la presente exposición: es la constante de gravitación universal, kg es la masa de la Tierra. Una vez conocidos estos valores, se adimensionalizan las variables, es decir, se busca eliminar sus dimensiones. Esto se logra multiplicando y/o dividiendo por otras variables del problema hasta llegar a la dimensión unidad {1}. Por ejemplo, para la velocidad se tiene: 47 Al utilizar el proceso descrito anteriormente, obtenemos las siguientes variables adimensionales: Variables Adimensionales Consideración para la aceleración : El análisis dimensional lleva a una nueva expresión para la aceleración debida a la gravedad: Por expansión en serie de Taylor: ; El término cuadrático es despreciable en comparación con los demás y se descarta. (3.1) 48 Asimismo, en el proceso de adimensionalización de ecuaciones, se crean grupos adimensionales conformados por variables dimensionales, que ofrecen una manera intuitiva de visualizar el comportamiento de las variables involucradas en conjunto. A estos grupos adimensionales también se les conoce como – Parámetros. Como ejemplo del hallazgo de un – Parámetro en una ecuación sin dimensiones, analicemos la ecuación de la presión central. Primeramente tenemos la ecuación dimensional (2.35): Sustituyendo variables dimensionales por adimensionales, se obtiene: Despejando, reduciendo y acomodando términos, (3.2) Las constantes agrupadas son elegidas para formar un grupo adimensional. En este estudio se le ha asignado el nombre de al conjunto de constantes entre paréntesis en (3.2). A pesar de que siendo el volumen del meteoro, se conservan por considerarse trascendentales para el problema. La ecuación adimensional queda entonces como: (3.3) La presión central adimensional depende pues, de entre otros factores, de . Intuitivamente podemos observar que el volumen del meteoro y la constante de altura de la atmósfera terrestre forman un valor constante para un meteoro determinado. Podría interpretarse como el volumen de aire que desplaza el meteoro en su paso por la atmósfera. El parámetro se encuentra de manera similar a , y está presente en las ecuaciones adimensionales de velocidad, masa y energía antes de la fragmentación. Para el caso posterior a la fragmentación, notamos que la sección transversal inicial deja de ser representativa, y por ende, es inexistente. 49 En otras palabras, vemos que los - Parámetros propuestos representan la interacción del meteoro con la atmósfera, esto es, el estudio de la Entrada Atmosférica. El meteoro es representado por su volumen y/o sección transversal , y la atmósfera, por su constante de altura . Al utilizar el método descrito, llegamos a dos grupos adimensionales: - Parámetros Después de cambiar las variables dimensionales por sus respectivas variables adimensionales en el sistema de ecuaciones original antes de la fragmentación, y teniendo en cuenta las consideraciones de los - Parámetros, se llega al siguiente modelo adimensional: (3.4) (3.5) (3.6) (3.7) (3.8) Para el modelo que rige el comportamiento del meteoro después de la fragmentación, tenemos primeramente la ecuación del radio en expansión (2.36) en su versión adimensional: (3.9) Con el respectivo cambio de variable: (3.10) (3.11) 50 Y el consiguiente sistema dinámico: (3.4) (3.5) (3.6) (3.7) (3.8) (3.10) (3.11) 3.2 Generalización del método de RKF45 a un sistema de ecuaciones En el capítulo 2 estudiamos el método de RKF45 que sirve para resolver numéricamente una ecuación diferencial ordinaria no autónoma. En nuestro caso tenemos un sistema de ecuaciones diferenciales autónomo. Esto es, donde no existe la variable independiente tiempo, pero sin embargo existen varias ecuaciones y no sólo una. Requerimos entonces ampliar el método para poder resolver un sistema de ecuaciones. La generalización se encuentra en el Apéndice B, dentro de los programas RKF. 3.3 Condiciones iniciales Las condiciones iniciales para resolver los sistemas dinámicos sin dimensiones están en función de las variables adimensionales. 51 Donde , para el caso propuesto de Chicxulub. Las condiciones iniciales para en variables dimensionales se toman de la tabla 3.1. Los valores de las demás variables ( , y ) se consideran constantes a lo largo de la simulación. y se incluyen con fin expositivo, pues el programa las calcula. por ser sólo un parámetro que se utiliza en el cambio de variable. Según las referencias analizadas en el capítulo 1, decidimos seleccionar cinco tipos de meteoros para las simulaciones: tres tipos de asteroides y dos tipos de cometas. Los científicos todavía no saben a ciencia cierta si el proyectil fue un cometa o asteroide, aunque todo apunta hacia un asteroide del tipo condrito carbonáceo como responsable [SCHU]. Lo que sí aseguran es que medía 10 km de diámetro como mínimo, y que entró a la Tierra con una velocidad de entre 30 y 70 km/h [ALV]. Nosotros optaremos por 30 km/h para la entrada de asteroides, así como 25 y 50 km/h para cometas de período corto y período largo respectivamente. La elección de las magnitudes de , y así como la velocidad de los cometas es influencia de [ROA]. La tabla se ensaya para tres valores del ángulo de entrada , en concordancia con varios autores. Tabla 3.1: Valores característicos de los meteoros de prueba representa solamente la energía cinética del objeto en el momento inicial de la simulación: Al sustituir la ecuación anterior en la ecuación de una expresión en función de de la siguiente forma: 52 , y adimensionalizando, queda 3.4 Resolución numérica La resolución de los sistemas dinámicos adimensionales es llevada a cabo en MATLAB versión 7.4.0287 (R2007a). Todos los programas aquí descritos se encuentran en el Apéndice B. Primeramente creamos un programa donde están escritas las ecuaciones diferenciales adimensionales del modelo antes de la fragmentación (3.4-3.8). Las cinco ecuaciones representan la función pazsoldan, que consta de cinco argumentos: . Este programa es llamado pazsoldan.m y es la base con la que trabaja el método de RKF45. La función pazsoldan es llamada desde el programa RKF.m. Al inicio de este programa vemos que la función RKF tiene varios argumentos: función a resolver f, tiempo inicial y tiempo final , condiciones iniciales dimensionales de f, constantes del meteoro , y , número de pasos y la tolerancia . Además contiene propiamente las iteraciones del método RKF, así como las consideraciones de paso, control del error y del incremento. Naturalmente, al inicio del programa se definen variables, constantes, parámetros adimensionales y condiciones iniciales adimensionales. El intervalo de tiempo sobre el cual se integra el sistema es la diferencia entre el tiempo final y el tiempo inicial. Establecemos el tiempo inicial en cero y el tiempo final como 15 segundos, pues un razonamiento previo nos indica que ningún meteoro simulado pasa más de ese tiempo en la atmósfera. Elegimos = 40 y = 2x10-5. Además, el tamaño de paso es , por lo que = 0.375. De acuerdo a lo que le suceda al meteoro a lo largo del vuelo, podemos encontrar tres diferentes mensajes en el transcurso de las iteraciones: 1.- “El meteoro tocó tierra” si la altura adimensional 2.- “El meteoro se evaporó” si la masa adimensional 3.- “El meteoro se fragmentó” si la presión central Cuando el meteoro es catalogado en cualquiera de los tres casos anteriores, la simulación se detiene. Si el meteoro se fragmenta, entra el programa RKF2.m el cual utiliza las condiciones finales de RKF.m como condiciones iniciales de sus argumentos. Básicamente RKF2 es igual a RKF, sólo que RKF2.m llama a pazsoldan2.m, el cual contiene el sistema dinámico adimensional posterior a la fragmentación. Los programas RKF y RKF2 guardan las soluciones de los sistemas en matrices. Estas se utilizan para realizar las gráficas que sirven para el análisis de los resultados. Elaboramos un programa especial para las gráficas, llamado Graficas.m. Este programa tiene dos variantes de código, pues realizamos dos conjuntos de gráficas. 53 El primer conjunto consta de 21 gráficas y el segundo, de 35. En el próximo capítulo discutimos el primero y dejamos el segundo para el Apéndice C. Mostramos todas las gráficas en variables dimensionales y el tiempo o altura como variable independiente. Las variables dependientes pueden ser la altura, el ángulo, la velocidad, la masa, la presión central, la energía y el radio del meteoro. Para ejecutar un programa de los anteriormente descritos en la ventana de comandos de MATLAB, sólo es necesario tener los archivos en la carpeta actual. Después basta con escribir el nombre de la función RKF seguida por todos sus argumentos entre paréntesis, aunque esta vez, es necesario que todos sean valores numéricos. La función RKF llama a pazsoldan, y si es el caso, a RKF2 y a pazsoldan2. En el caso de las gráficas, tenemos que escribir la palabra Graficas seguida de todos sus argumentos entre paréntesis. Aquí mostramos un ejemplo: Para RKF, la función tiene la forma R=RKF(f,t0,tf,h0,v0,r0,ang0,rhm,Q,Ys,N,tol) En el caso de Graficas, la función es X=Graficas(v0,r0,rhm) Debemos escribir una función tras otra para que MATLAB guarde las matrices de resultados y al momento de graficar tengamos varias curvas en una misma gráfica. Esto nos permite obtener mayor información en una única exposición. Es trascendental tener todos los programas dentro de una misma carpeta al momento de ejecutar los comandos en MATLAB, pues como hemos visto, éstos están comunicados entre sí. 54 Capítulo 4 Discusión de los resultados El modelo de entrada atmosférica propuesto puede ser verificado sólo a través del análisis de las gráficas obtenidas. La cantidad de información recabada es inmensa, y sería aún mucho mayor si consideramos cuerpos de distinto tamaño y velocidad iniciales. En este análisis partimos de lo particular a lo general, es decir, realizamos un análisis inductivo. Para facilitar la tarea optamos por elaborar dos conjuntos de gráficas, uno de los cuales se encuentra en el Apéndice C. No obstante, aquí discutimos toda la información posible del problema en su totalidad. A pesar de que cada tipo de meteoro tiene un comportamiento propio, existen tendencias generales que siguen todos los meteoros del evento de Chicxulub. 4.1 Método de análisis de los conjuntos de gráficas El primer conjunto consta de 35 gráficas y es el que presentamos en esta sección. El segundo conjunto contiene 21 gráficas, aquí lo comentamos aunque las gráficas se encuentran en el Apéndice C, en virtud del espacio y de la fluidez de las ideas. Tener dos conjuntos de gráficas, que en esencia contienen la misma información, ayuda a visualizar mejor los resultados y a deducir relaciones que de otra forma no sería evidente. 55 En cuanto al primer conjunto, las gráficas y la forma de analizarlas se muestra a continuación: Tabla 4.1 Forma de analizar el primer conjunto de gráficas La forma en que el programa Graficas.m (primera variante) despliega las gráficas, es representada por las flechas rojas, es decir, la primera gráfica es la correspondiente a un Asteroide Ferroso (AF) de altura contra tiempo (h vs t), la segunda es debida al mismo meteoro para las curvas de ángulo contra altura ( vs h) y así sucesivamente. Posteriormente obtenemos las siete gráficas para un Asteroide Carbonáceo (AC) en el orden señalado. El mismo criterio es utilizado para el resto de los meteoros: Asteroide Rocoso (AR), Cometa de Período Corto (CC) y Cometa de Período Largo (CL). Cada gráfica contiene tres curvas, las cuales están en correspondencia uno a uno con los tres ángulos ensayados: 20°, 30° y 45°. Por otra parte, presentamos las gráficas mediante la lógica de las flechas azules porque facilita la comparación entre las curvas. La discusión para el subconjunto de las cinco gráficas (h vs t) se encuentra enseguida a las mismas. Lo mismo ocurre para los seis subconjuntos siguientes. 56 Para el segundo conjunto procedemos de una manera similar: Tabla 4.2 Forma de analizar el segundo conjunto de gráficas La forma de desplegar las gráficas en la segunda variante de Graficas.m es más flexible que la primera variante a la elección del usuario. Nosotros elegimos la secuencia de las flechas rojas para el despliegue de las gráficas, así como para el análisis. Cada gráfica muestra cinco curvas, donde cada una de ellas representa cada meteoro. Esta perspectiva ayuda a visualizar de manera global las diferencias de las respuestas entre los meteoros. En ocasiones encontramos que los tres asteroides (A) o los dos cometas (C) tienen prácticamente la misma respuesta en cierta variable. Los valores de las variables al momento del impacto pueden obtenerse de las matrices de resultados, simplemente tomando el último valor de la columna, o bien, aproximando los valores a través de las gráficas. 4.2 Discusión de los conjuntos de gráficas A continuación presentamos las gráficas del primer conjunto con la discusión debida a los dos conjuntos. 57 Altitud contra tiempo 4 10 x 10 Altitud vs Tiempo 8 h (m) 6 4 2 0 30° 45° -2 0 2 4 Asteroide Ferroso 4 10 x 10 6 20° 8 10 t (s) 12 Altitud vs Tiempo 8 h (m) 6 4 2 0 45° -2 0 2 4 Asteroide Carbonáceo 30° 6 20° 8 58 10 t (s) 12 4 10 x 10 Altitud vs Tiempo 8 h (m) 6 4 2 0 45° -2 0 2 4 Asteroide Rocoso 4 10 x 10 30° 6 20° 8 10 t (s) 12 Altitud vs Tiempo 8 h (m) 6 4 2 0 45° -2 0 2 4 6 Cometa de Período Corto 20° 30° 8 59 10 12 t (s) 14 4 10 Altitud vs Tiempo x 10 8 h (m) 6 4 2 0 45° -2 0 30° 1 2 3 Cometa de Período Largo 20° 4 5 6 t (s) 7 Un fenómeno muy interesante dentro de la entrada atmosférica de meteoros es que la altura de fragmentación es prácticamente constante para cualquiera de los tres ángulos ensayados en cada meteoro. Existen ligeras variaciones entre cada ángulo, pero pueden despreciarse dentro del orden de magnitud analizado. La tabla 4.3 muestra la altura de fragmentación para cada tipo de meteoro. Tabla 4.3 Altura aproximada de fragmentación para cada meteoro [km] AF AR AC CC CL 12 26 40 53 60 Ordenamos los meteoros de izquierda a derecha en orden descendente respecto a su densidad y vemos que es inversamente proporcional a la densidad de los meteoros. El tiempo en el que alcanzan la superficie disminuye con un ángulo más pronunciado. De acuerdo a la tabla 4.4 vemos que, en cualquier caso, CL es el que llega más rápido a la superficie debido a su mayor velocidad. Los asteroides presentan el mismo tiempo de llegada porque son evaluados bajo la misma velocidad. 60 Tabla 4.4 Tiempo aproximado de impacto para cada meteoro [s] 20° 30° 45° A 10.2 6.8 4.7 CC 12.4 8 5.8 CL 6.1 4.1 2.8 Ángulo contra altitud Ángulo vs Altitud 45 40 Ángulo (°) 35 30 25 20 15 -2 0 2 Asteroide Ferroso 4 6 61 8 h (m) 10 4 x 10 Ángulo vs Altitud 45 40 Ángulo (°) 35 30 25 20 15 -2 0 2 Asteroide Carbonáceo 4 6 8 h (m) 10 4 x 10 Ángulo vs Altitud 45 40 Ángulo (°) 35 30 25 20 15 -2 0 2 Asteroide Rocoso 4 6 62 8 h (m) 10 4 x 10 Ángulo vs Altitud 45 40 Ángulo (°) 35 30 25 20 15 -2 0 2 4 Cometa de Período Corto 6 8 h (m) 10 4 x 10 Ángulo vs Altitud 45 40 Ángulo (°) 35 30 25 20 15 -2 0 2 4 Cometa de Período Largo 63 6 8 h (m) 10 4 x 10 Conforme incrementamos el ángulo de entrada, el cambio que se presenta del mismo en el momento de impacto es menor. Así es el caso para 45°, que es donde se obtiene cambio máximo de aproximadamente 1° respecto a la condición inicial. Los casos de 20° y 30° tienen un cambio de 2.5° y 1.5° respectivamente, resultado que se verifica con la afirmación de [REG], donde se indica que la ecuación diferencial (3.5) puede despreciarse. Vemos también que en el intervalo de [0,70] km hay una diferencia en la trayectoria de los meteoros, siendo CC el menos afectado en la condición inicial, seguido por A y por último CL. La velocidad inicial es la causa de este comportamiento en el orden indicado. Mientras que el tiempo de entrada de los meteoros del evento de Chicxulub es del orden de 10 segundos, para los vehículos tripulados es del orden de 300 segundos, considerando 100 km de altitud inicial. Además, los vehículos tripulados cambian su ángulo de entrada significativamente respecto a los meteoros. Velocidad contra altitud 4 3.003 Velocidad vs Altitud x 10 45° 3.0025 30° 3.002 v (m/s) 20° 3.0015 3.001 3.0005 3 2.9995 -2 0 2 Asteroide Ferroso 4 6 64 8 h (m) 10 4 x 10 4 3.003 Velocidad vs Altitud x 10 3.0025 3.002 3.0015 45° v (m/s) 3.001 3.0005 30° 3 2.9995 2.999 20° 2.9985 2.998 -2 0 2 Asteroide Carbonáceo 4 3.003 4 6 8 h (m) 10 4 x 10 Velocidad vs Altitud x 10 3.0025 v (m/s) 3.002 45° 3.0015 30° 3.001 3.0005 20° 3 2.9995 -2 0 2 Asteroide Rocoso 4 6 65 8 h (m) 10 4 x 10 4 2.503 Velocidad vs Altitud x 10 2.502 2.501 45° v (m/s) 2.5 2.499 30° 2.498 2.497 2.496 20° 2.495 2.494 -2 0 2 4 Cometa de Período Corto 4 5.002 6 8 h (m) 10 4 x 10 Velocidad vs Altitud x 10 5 4.998 4.996 v (m/s) 4.994 45° 4.992 4.99 30° 4.988 4.986 4.984 20° 4.982 -2 0 2 4 Cometa de Período Largo 6 66 8 h (m) 10 4 x 10 Hemos visto que un ángulo más agudo implica mayor tiempo de vuelo en la atmósfera. Disminuir el ángulo de entrada representa una curvatura más pronunciada en la gráfica de velocidad contra altitud. Este fenómeno se debe al modelo de radio en expansión, que desarrolla una sección transversal cada vez mayor y como consecuencia una resistencia aerodinámica también superior, similar al efecto de un paracaídas. Este efecto ayuda entonces a disminuir la velocidad de impacto, mientras ocurra a menor ángulo de entrada y el cuerpo sea más denso. Una trayectoria más inclinada “rigidiza” el movimiento. En cuanto al concepto de velocidad terminal, donde la resistencia aerodinámica iguala al peso del cuerpo, nunca se alcanza. Independientemente de la altura de fragmentación, las variaciones entre trayectorias de los diferentes ángulos se manifiestan en el intervalo de [0,20] km, aunque el rango de AF es un poco menor. Masa contra altitud 15 6.206 Masa vs Altitud x 10 6.204 6.202 6.2 m (kg) 6.198 45° 6.196 6.194 30° 6.192 6.19 6.188 6.186 -2 20° 0 2 Asteroide Ferroso 4 6 67 8 h (m) 10 4 x 10 15 1.73 Masa vs Altitud x 10 1.725 m (kg) 1.72 45° 1.715 1.71 30° 1.705 1.7 20° 1.695 -2 0 2 Asteroide Carbonáceo 15 2.75 4 6 8 h (m) 10 4 x 10 Masa vs Altitud x 10 2.748 2.746 2.744 m (kg) 2.742 45° 2.74 2.738 30° 2.736 2.734 2.732 20° 2.73 -2 0 2 Asteroide Rocoso 4 6 68 8 h (m) 10 4 x 10 14 7.9 Masa vs Altitud x 10 7.85 7.8 m (kg) 7.75 45° 7.7 7.65 30° 7.6 7.55 7.5 20° 7.45 -2 0 2 4 Cometa de Período Corto 14 8 6 8 h (m) 10 4 x 10 Masa vs Altitud x 10 7.8 7.6 m (kg) 7.4 7.2 45° 7 6.8 30° 6.6 6.4 6.2 -2 20° 0 2 4 Cometa de Período Largo 6 69 8 h (m) 10 4 x 10 No hay una variación considerable de masa respecto a la inicial, de hecho, nunca excede el orden de magnitud inicial. Los cometas son los más afectados debido a su baja densidad. Al igual que en el análisis de velocidad contra altitud, aquí vemos que si el ángulo inicial disminuye, hay una mayor pérdida de masa, ya que hay más tiempo de ablación, causado por efecto del modelo de radio en expansión. La diferencia entre las trayectorias comienza a ser notoria en el intervalo de [0,20] km. Presión central contra altitud 8 8 Presión Central vs Altitud x 10 7 6 Pc Pc (Pa) 5 4 3 2 1 0 -2 Ys 0 2 Asteroide Ferroso 4 6 70 8 h (m) 10 4 x 10 8 8 Presión Central vs Altitud x 10 7 6 Pc (Pa) 5 Pc 4 3 2 1 Ys 0 -2 0 2 Asteroide Carbonáceo 8 8 4 6 8 h (m) 10 4 x 10 Presión Central vs Altitud x 10 7 6 Pc Pc (Pa) 5 4 3 2 1 Ys 0 -2 0 2 Asteroide Rocoso 4 6 71 8 h (m) 10 4 x 10 8 5 Presión Central vs Altitud x 10 4.5 4 Pc 3.5 Pc (Pa) 3 2.5 2 1.5 1 0.5 Ys 0 -2 0 2 4 Cometa de Período Corto 9 2 6 8 h (m) 10 4 x 10 Presión Central vs Altitud x 10 1.8 1.6 Pc 1.4 Pc (Pa) 1.2 1 0.8 0.6 0.4 0.2 0 -2 Ys 0 2 4 Cometa de Período Largo 6 72 8 h (m) 10 4 x 10 En las gráficas de presión central contra altitud prácticamente no hay diferencia entre las curvas de cada meteoro respecto al ángulo de entrada: las tres se sobreponen. Concluimos entonces que la presión central no depende significativamente del ángulo de entrada. Incluso, de la ecuación (3.3) vemos que no hay dependencia del ángulo y tampoco está asociada al sistema dinámico; sólo se utiliza para compararse con y determinar la altura de fragmentación. Lo que destaca es la presión central final para cada meteoro, pues sale del orden de magnitud inicial, llegando a para A, para CC y para CL. Hay mucha diferencia entre CC y CL, y si y son iguales para ambos cometas, tenemos que la velocidad de entrada es el factor que impera en los resultados. Del análisis de radio contra altitud, veremos que el factor de forma es tal que los meteoros fragmentados se consideran como uno solo durante todo el vuelo, dando como resultado una curva de presión continua y exponencial. Energía contra altitud 24 2.794 Energía vs Altitud x 10 2.792 2.79 E (J) 2.788 45° 2.786 30° 2.784 2.782 -2 20° 0 2 Asteroide Ferroso 4 6 73 8 h (m) 10 4 x 10 23 7.8 Energía vs Altitud x 10 7.78 7.76 7.74 E (J) 7.72 45° 7.7 30° 7.68 7.66 7.64 20° 7.62 7.6 -2 0 2 Asteroide Carbonáceo 24 1.24 4 6 8 h (m) 10 4 x 10 Energía vs Altitud x 10 1.238 1.236 E (J) 1.234 1.232 1.23 45° 30° 1.228 1.226 -2 20° 0 2 Asteroide Rocoso 4 6 74 8 h (m) 10 4 x 10 23 2.46 Energía vs Altitud x 10 2.44 2.42 E (J) 2.4 45° 2.38 30° 2.36 2.34 2.32 20° 2.3 -2 0 2 4 Cometa de Período Corto 23 10 6 8 h (m) 10 4 x 10 Energía vs Altitud x 10 9.5 45° E (J) 9 8.5 30° 8 20° -2 0 2 4 Cometa de Período Largo 6 75 8 h (m) 10 4 x 10 La ecuación (3.8) indica la fuerte dependencia de la energía con la velocidad ( y ). En este sentido se ve la influencia del efecto paracaídas. La energía inicial es para todos los casos constante e igual a únicamente la energía cinética. El ángulo de entrada sólo muestra su presencia en los cometas. Las variaciones entre las curvas se nota en [0,20] km. Al comparar la energía de impacto entre los meteoros, observamos que la mayor densidad implica una mayor energía, excepto para AC y CL, cuyo orden se invierte, debido a la mayor velocidad del segundo. Asimismo, CL es el que presenta mayor cambio en los 20 km previos al impacto, particularmente por su gran velocidad y baja densidad. En la tabla 4.5 presentamos las energías de impacto. Tabla 4.5 Energía aproximada de impacto [J] AF AR AC CC CL 20° 2.78e24 1.22e24 7.62e23 2.31e23 7.75e23 30° 2.78e24 1.23e24 7.68e23 2.37e23 8.50e23 45° 2.78e24 1.23e24 7.71e23 2.40e23 8.90e23 Obtenemos el mismo orden de magnitud que el propuesto por [ALV] (4.3e23 J). AC y CL tienen valores muy parecidos, de aquí que reconozcamos la controversia de cometa o asteroide como responsable del cráter de Chicxulub. Es usual encontrar semejantes órdenes de magnitud de energía expresados en megatones (Mt) de TNT. Un megatón es el equivalente en el Sistema Internacional de Unidades de 1x106 toneladas. La energía liberada por la explosión de un megatón de TNT es de 4.18x1015 J. Por ejemplo, para el caso del asteroide carbonáceo entrando a 20°, tenemos una energía aproximada al momento del impacto de 7.62x1023 J, que es igual a 1.8x108 Mt. 76 Radio contra altitud Radio vs Altitud 5012 5010 20° 5008 r (m) 5006 5004 30° 5002 45° 5000 4998 -2 0 2 Asteroide Ferroso 4 6 8 h (m) 10 4 x 10 Radio vs Altitud 5070 20° 5060 5050 r (m) 5040 5030 30° 5020 5010 45° 5000 4990 -2 0 2 Asteroide Carbonáceo 4 6 77 8 h (m) 10 4 x 10 Radio vs Altitud 5040 20° 5035 5030 r (m) 5025 5020 5015 30° 5010 5005 45° 5000 4995 -2 0 2 Asteroide Rocoso 4 6 8 h (m) 10 4 x 10 Radio vs Altitud 5160 5140 20° 5120 r (m) 5100 5080 5060 30° 5040 5020 45° 5000 4980 -2 0 2 4 Cometa de Período Corto 6 78 8 h (m) 10 4 x 10 Radio vs Altitud 5160 5140 20° 5120 r (m) 5100 5080 5060 30° 5040 45° 5020 5000 4980 -2 0 2 4 Cometa de Período Largo 6 8 h (m) 10 4 x 10 El cambio en el radio de los meteoros respecto al inicial no es grande para el problema, aunque a escala humana, decenas de metros sí significan un tamaño considerable. Este incremento debido al modelo de radio en expansión aumenta con un ángulo de entrada pequeño, pues el efecto de paracaídas es mayor. Así vemos que para la curva de 20°, el radio de determinado meteoro tiene un cambio representativo contra la curva del mismo para 30° y 45°. El aumento del radio comienza a notarse en el mismo intervalo que en las gráficas anteriores, esto es, en los 20 km previos al impacto. La tabla 4.6 muestra una recapitulación de las curvas, exponiendo el radio al momento del impacto para cada caso. La gráfica de AF muestra una diferencia al momento de acoplar las curvas antes y después de la fragmentación. La concavidad es justamente opuesta. Acreditamos este fenómeno al orden de magnitud de la masa de este meteoro en particular, aunado a una posible falla en la precisión del método numérico. Tabla 4.6 Radio aproximado del meteoro en el impacto [m] AF AR AC CC CL 20° 5010 5040 5068 5145 5145 30° 5004 5016 5028 5058 5060 45° 5002 5007 5012 5028 5028 79 De acuerdo a la definición de altura de explosión, ninguno de los meteoros simulados explota, pues no se deforman a más de dos veces su radio inicial; tan sólo se fragmentan. Así, no esperamos un destello luminoso significante como la lluvia de meteoros. La típica cola visible de los cometas es lo único que puede considerarse, aunque no tomamos en cuenta los efectos que pueda tener en la trayectoria de los cometas. La expansión del radio en un meteoro es inversamente proporcional a su densidad. Los cometas presentan valores de radio de impacto similares porque tienen idéntico . El factor de forma va de 1.0004 para r = 5002 m a 1.029 para r = 5145 m, siendo valores sumamente bajos como para considerar una separación considerable entre los fragmentos. A través de este hecho, las partes viajan juntas después del instante de fragmentación y podemos tratar al meteoro en cuestión como uno único cuerpo. 80 Conclusiones De acuerdo al estudio llevado a cabo, el meteoro que impactó en la península de Yucatán hace 65 millones de años fue un asteroide de tipo condrito carbonáceo, sustentando de esta manera a los estudios geológicos mediante el análisis de la dinámica de vuelo del meteoro. La simulación que mostró un mejor comportamiento respecto al estudio bibliográfico fue la de condrito carbonáceo a 20°. La comparación de los resultados obtenidos del modelo bidimensional con los realizados por Gisler y Pierazzo en tres dimensiones, muestran una buena concordancia. Fuera de los autores anteriores, desconocemos más fuentes que refieran el modelo de meteoros del orden de 10 km. En la figura podemos ver claramente la similitud de la energía al momento del impacto de un asteroide carbonáceo y un cometa de período largo. Así comprobamos la dificultad que ha tenido la comunidad científica internacional en establecer el tipo de proyectil responsable del evento de Chicxulub. Energía vs Altitud 24 3 x 10 0 = 20° AF 2.5 E (J) 2 1.5 AR 1 CL AC 0.5 CC 0 -2 0 2 4 6 8 h (m) 10 4 x 10 A pesar de la igualdad en el orden de magnitud de la energía de impacto (≈ 7x1023 J), los cometas tienen una cantidad de iridio (0.3 ppm) menor que la de los asteroides de tipo condrito carbonáceo (0.5 ppm). Los asteroides ferrosos y rocosos, así como el cometa de período corto, tienen un orden distinto de energía y salen de ser fuertes candidatos respecto al marco teórico. El asteroide carbonáceo es entonces el protagonista favorito del evento de Chicxulub. 81 En cuanto a la bibliografía analizada sobre la entrada atmosférica, encontramos que es prácticamente inexistente en español. Sólo hay contados apuntes y breves reseñas de procedencia española. Hasta ahora es necesario interpretar y traducir varios términos relacionados con la entrada atmosférica, y sobre todo si es aplicada al ingreso de meteoros, pues su tratamiento es diferente al de los vehículos tripulados. Un estudio donde se empalman las condiciones finales del vuelo espacial con las condiciones iniciales del vuelo atmosférico [MCIN] permite determinar una trayectoria para el meteoro que establezca de qué parte del espacio proviene. Las condiciones iniciales propuestas en este trabajo son un punto de partida para emprender el estudio del vuelo espacial del meteoro. Esto ayudaría a determinar la trayectoria que permita predecir si el meteoro proviene de la familia de asteroides Baptistina. Nuevamente es necesaria la simulación de situaciones diversas para determinar la que ofrezca un mejor comportamiento de acuerdo a las condiciones del problema. La bibliografía revisada sugiere que un programa computacional de dinámica de fluidos logra realizar simulaciones mucho más complejas que incluyen la interacción del meteoro con la superficie. Recomendamos el uso de esta herramienta para futuros análisis. La adimensionalización de las variables y en consecuencia de los sistemas dinámicos, es una tarea no muy complicada que ayuda principalmente a obtener bastante información del fenómeno estudiado. El método numérico de Runge-Kutta-Fehlberg ofrece muy buen comportamiento en casi todas las simulaciones, mismo que se refleja en el esfuerzo requerido para su programación. El paso adaptable ayuda grandemente a manipular correctamente las variaciones desconocidas a priori que puedan tener los sistemas. La solución numérica de un sistema de ecuaciones diferenciales de varias variables no es común en los libros de texto y ha sido conveniente incluir su desarrollo. Adicionalmente a la pregunta principal, esta tesis aporta lo siguiente: -Introducción al campo de la entrada atmosférica y entrada atmosférica de meteoros en el archivo de tesis en México, así como la única bibliografía en español sobre el tema. -Desarrollo de un modelo adimensionalizado bidimensional de la entrada atmosférica de meteoros, incluyendo los fenómenos de fragmentación y ablación. -Descubrimiento de dos números adimensionales que representan la entrada de meteoros a la atmósfera de la Tierra dentro del marco del modelo planteado: -Generalización del método numérico de Runge-Kutta-Fehlberg (RK de 5° orden de paso variable) para un sistema autónomo de nxn ecuaciones diferenciales ordinarias. 82 Apéndice A Eventos Relacionados con la Caída de Meteoros Pequeños Este apéndice es una recopilación de eventos interesantes que involucran la caída de meteoros pequeños en diversos lugares de la Tierra a través de la historia [LEW]. Los datos se ordenan en una tabla que incluye el nombre del evento, la fecha, el lugar, así como la fuente de donde se obtiene la información. Fecha 25/06/588 Lugar China 14/01/616 China 679 1321-1368 Coldingham, Inglaterra Distrito de O-chia, China 11/10/1761 Chamblan, Francia 24/07/1790 Barbotan y Agen, Francia 10/11/1823 Waseda, Japón 27/02/1827 Mhow, India 1841 Archip. Chiloe, Chile 07/12/1872 Banbury, Inglaterra 11/03/1897 Virginia Occidental, EUA 16/06/1911 Wisconsin, EUA 09/01/1914 Oeste de Francia 08/12/1929 Zvezvan, Yugoslavia 04/08/1932 Sao Christovao, Brasil 18/02/1934 Sevilla, España 31/03/1938 Kasamatsu, Japón 12/02/1947 Vladivostok, Rusia 14/08/1992 Mbale, Uganda 11/04/1997 13/06/1998 12/07/1998 Chambrey, Francia Portales, Nuevo México Kitchener, Ontario Fuente Yau et al. (1994) Evento Un objeto de color rojo cayó con el sonido de un trueno, explotó y quemó varias casas Yau et al. (1994) Diez muertos reportados a causa de una lluvia de meteoros; torres destruidas Crónica Anglosajona Monasterio destruido por "fuego del cielo" Yau et al. (1994) Lluvia de hierro mata a gente, animales y destruye casas Mem. Acad. Dijon 1 Casa incendiada por un meteoro Philos. Mag. [1] 16, 293 Meteoro mata a granjero y cierto ganado Met. 1, 300 Meteoro impacta contra una casa Philos. Mag. [4] 25, 447 Hombre herido en el brazo; árbol dañado C.R. Acad. Sci. 12, 1196 Incendio causado por caída de meteoro Nature 7, 112 Bola de fuego derriba árboles y pared NYT 1:4 Hombre derribado y caballo muerto NYT 8/8/32 17:6 Meteoro impacta contra una granja NYT 1:7 Explosiones de meteoro rompen ventanas NYT III 1:2 Meteoro cae en fiesta de novia; 1 muerto NYT 6:5 Meteoro destruye techo de bodega Seattle Times 02/23/34 Casa impactada e incendiada Met. 1, 300 Meteoro perfora techo de un barco NYT 4/29 14:3 Caída de meteoros de hierro; cráter Met. 29, 246 48 piedras cayeron; techos dañados; niño golpeado en la cabeza Arizona Daily Star, 4/12/97 Meteoro perfora techo de un carro Arizona Daily Star Meteoro penetra techo de granja Sky & Telescope 2/99 Meteoro cae a 1 m de golfista 83 Apéndice B Códigos de la Programación en MATLAB Los códigos de la programación en MATLAB, explicados en la sección 3.4, están incluidos en este apéndice. Dada la gran cantidad de simulaciones, sólo se incluye el código para un determinado tipo de meteoro. Al conocer el código, fácilmente se puede aplicar a otros meteoros. Los programas aquí descritos son: B.1 pazsoldan.m B.2 RKF.m B.3 pazsoldan2.m B.4 RKF2.m B.5 Graficas.m – primera variante B.6 Graficas.m – segunda variante B.1 Sistema dinámico adimensional antes de la fragmentación en pazsoldan.m function f=pazsoldan(b,va,m,aa,Ea) global CD CH alfa g P1 Ra Qa f(1)=-va*sin(aa); f(2)=-0.5*CD*exp(-b)*m^(alfa-1)*g*P1*va^2+Ra*(1-2*b/Ra)*sin(aa); f(3)=-0.5*CH*exp(-b)*m^(alfa)*g*(P1/Ra^2)*va^3/Qa; f(4)=Ra*(1-2*b/Ra)*cos(aa)/va-va*cos(aa)/(Ra+b); f(5)=0.5*CD*exp(-b)*m^alfa*g*(P1/Ra^2)*va^3+0.25*CH*exp(b)*g*m^alfa*(P1/Ra^4)*(1/Qa)*va^5; 84 B.2 Programa del método de RKF antes de la fragmentación en RKF.m %Método de Runge-Kutta-Fehlberg para un sistema de ecuaciones diferenciales function R=RKF(f,t0,tf,h0,v0,r0,ang0,rhm,Q,Ys,N,tol) global CD CH alfa g P1 Ra Qa global Reh1 Rev1 Rem1 Rea1 ReE1 ReP1 Rer1 %Datos % -f es la función, almacenada como una cadena de caracteres 'f' % -a y c son los extremos derecho e izquierdo del intervalo % -y0 es la condición inicial y(a) % -N es el número de pasos % -tol es la tolerancia %Resultado % -R=[T' Y'] siendo T el vector de las abscisas e Y el vector de las % ordenadas %Prueba para un asteroide carbonáceo. %Variables dimensionales H=6700; mu=3.98E14; R=6.371E6; rho=1.752; alfa=2/3; CD=1.7; CH=0.1; a=t0*sqrt(mu/R^3); c=tf*sqrt(mu/R^3); b0=h0/H; va0=(v0/H)*sqrt(R^3/mu); aa0=ang0*pi/180; M0=rhm*2*pi*r0^3; S=pi*(M0/(2*pi*rhm))^(2/3); ra=r0/H; %Constantes adimensionales Ra=R/H; Qa=Q*R/mu; g=rho/rhm; %Parámetros adimensionales P1=rhm*S*H/M0; P2=rhm*H^3/M0; % Coeficientes necesarios para calcular las aproximaciones RKF a2=1/4;b2=1/4;a3=3/8;b3=3/32;c3=9/32;a4=12/13; b4=1932/2197;c4=-7200/2197;d4=7296/2197;a5=1; b5=439/216;c5=-8;d5=3680/513;e5=-845/4104;a6=1/2; b6=-8/27;c6=2;d6=-3544/2565;e6=1859/4104; f6=-11/40;r1=1/360;r3=-128/4275;r4=-2197/75240;r5=1/50; r6=2/55;n1=25/216;n3=1408/2565;n4=2197/4104;n5=-1/5; 85 big=1e15; z=(c-a)/N; hmin=z/64; hmax=64*z; max1=200; b(1)=b0; va(1)=va0; m(1)=1; aa(1)=aa0; ta(1)=a; Ea(1)=0; %v0^2*R/(2*mu); P(1)=0.25*CD*exp(-b0)*g*P2*(va0)^2; j=1; cr=c-0.00001*abs(c); while (ta(j)<c) if ((ta(j)+z)>cr) z=c-ta(j); end %Cálculo de las aproximaciones RKF k1=z*feval(f,b(j),va(j),m(j),aa(j),Ea(j)); yb2=b(j)+b2*k1(1); yva2=va(j)+b2*k1(2); ym2=m(j)+b2*k1(3); yaa2=aa(j)+b2*k1(4); Ea2=Ea(j)+b2*k1(5); if big<min(abs([yb2,yva2,ym2,yaa2,Ea2])),break,end k2=z*feval(f,yb2,yva2,ym2,yaa2,Ea2); yb3=b(j)+b3*k1(1)+c3*k2(1); yva3=va(j)+b3*k1(2)+c3*k2(2); ym3=m(j)+b3*k1(3)+c3*k2(3); yaa3=aa(j)+b3*k1(4)+c3*k2(4); Ea3=Ea(j)+b3*k1(5)+c3*k2(5); if big<min(abs([yb3,yva3,ym3,yaa3,Ea3])),break,end k3=z*feval(f,yb3,yva3,ym3,yaa3,Ea3); yb4=b(j)+b4*k1(1)+c4*k2(1)+d4*k3(1); yva4=va(j)+b4*k1(2)+c4*k2(2)+d4*k3(2); ym4=m(j)+b4*k1(3)+c4*k2(3)+d4*k3(3); yaa4=aa(j)+b4*k1(4)+c4*k2(4)+d4*k3(4); Ea4=Ea(j)+b4*k1(5)+c4*k2(5)+d4*k3(5); if big<min(abs([yb4,yva4,ym4,yaa4,Ea4])),break,end k4=z*feval(f,yb4,yva4,ym4,yaa4,Ea4); yb5=b(j)+b5*k1(1)+c5*k2(1)+d5*k3(1)+e5*k4(1); yva5=va(j)+b5*k1(2)+c5*k2(2)+d5*k3(2)+e5*k4(2); ym5=m(j)+b5*k1(3)+c5*k2(3)+d5*k3(3)+e5*k4(3); yaa5=aa(j)+b5*k1(4)+c5*k2(4)+d5*k3(4)+e5*k4(4); Ea5=Ea(j)+b5*k1(5)+c5*k2(5)+d5*k3(5)+e5*k4(5); if big<min(abs([yb5,yva5,ym5,yaa5,Ea5])),break,end k5=z*feval(f,yb5,yva5,ym5,yaa5,Ea5); yb6=b(j)+b6*k1(1)+c6*k2(1)+d6*k3(1)+e6*k4(1)+f6*k5(1); yva6=va(j)+b6*k1(2)+c6*k2(2)+d6*k3(2)+e6*k4(2)+f6*k5(2); ym6=m(j)+b6*k1(3)+c6*k2(3)+d6*k3(3)+e6*k4(3)+f6*k5(3); yaa6=aa(j)+b6*k1(4)+c6*k2(4)+d6*k3(4)+e6*k4(4)+f6*k5(4); Ea6=Ea(j)+b6*k1(5)+c6*k2(5)+d6*k3(5)+e6*k4(5)+f6*k5(5); if big<min(abs([yb6,yva6,ym6,yaa6,Ea6])),break,end k6=z*feval(f,yb6,yva6,ym6,yaa6,Ea6); 86 if b(j)<0, disp('El meteoro tocó tierra'); break,end if m(j)<0.01, disp('El meteoro se evaporó'); break,end if P(j)>Ys*R^3*H/(mu*M0), disp('El meteoro se fragmentó'), break, end; errb=abs(r1*k1(1)+r3*k3(1)+r4*k4(1)+r5*k5(1)+r6*k6(1)); errva=abs(r1*k1(2)+r3*k3(2)+r4*k4(2)+r5*k5(2)+r6*k6(2)); errm=abs(r1*k1(3)+r3*k3(3)+r4*k4(3)+r5*k5(3)+r6*k6(3)); erraa=abs(r1*k1(4)+r3*k3(4)+r4*k4(4)+r5*k5(4)+r6*k6(4)); errEa=abs(r1*k1(5)+r3*k3(5)+r4*k4(5)+r5*k5(5)+r6*k6(5)); fnewb=b(j)+n1*k1(1)+n3*k3(1)+n4*k4(1)+n5*k5(1); fnewva=va(j)+n1*k1(2)+n3*k3(2)+n4*k4(2)+n5*k5(2); fnewm=m(j)+n1*k1(3)+n3*k3(3)+n4*k4(3)+n5*k5(3); fnewaa=aa(j)+n1*k1(4)+n3*k3(4)+n4*k4(4)+n5*k5(4); fnewEa=Ea(j)+n1*k1(5)+n3*k3(5)+n4*k4(5)+n5*k5(5); %Control del error y del incremento if(((min([errb,errva,errm,erraa,errEa]))<tol)||(z<2*hmin)) b(j+1)=fnewb; va(j+1)=fnewva; m(j+1)=fnewm; aa(j+1)=fnewaa; Ea(j+1)=fnewEa; P(j+1)=0.25*CD*exp(-b(j+1))*g*P2*(va(j+1))^2; if((ta(j)+z)>cr) ta(j+1)=c; else ta(j+1)=ta(j)+z; end j=j+1; end if (errb==0), sb=0; else sb=0.84*(tol*z/errb(:,1))^(0.25); end; if (errva==0), sva=0; else sva=0.84*(tol*z/errva(:,1))^(0.25); end; if (errm==0), sm=0; else sm=0.84*(tol*z/errm(:,1))^(0.25); end; if (erraa==0), saa=0; else saa=0.84*(tol*z/erraa(:,1))^(0.25); end; if (errEa==0), sEa=0; else sEa=0.84*(tol*z/errEa(:,1))^(0.25); end; if((min([sb,sva,sm,saa,sEa])<0.75)&&(z>2*hmin)) z=z/2; end if((min([sb,sva,sm,saa,sEa])>1.50)&&(2*z<hmax)) z=2*z; end if((big<min(abs([b(j),va(j),m(j),aa(j),Ea(j)])))||(max1==j)),break,end end %Matrices de resultados Reh1=[(ta*sqrt(R^3/mu))' (b*H)']; Rev1=[(ta*sqrt(R^3/mu))' (va*H*sqrt(mu/R^3))']; Rem1=[(ta*sqrt(R^3/mu))' (m*M0)']; Rea1=[(b*H)' (aa*180/pi)']; Rer1=[((m*M0/(2*pi*rhm)).^(1/3))' (b*H)']; 87 ReE1=[(b*H)' (Ea*M0*mu/R)']; ReP1=[(b*H)' (P*mu*M0/(H*R^3))']; RKF2('pazsoldan2',ta(1,end),c,b(1,end),va(1,end),m(1,end),aa(1,end),Ea(1, end),ra,0,rhm,Q,Ys,40,2*10^-5); %RKF2( f ,a , c, b0 , va0 , m0 , aa0 , Ea0 ,ra0,u0, rhm, Q, Ys, N, tol) B.3 Sistema dinámico adimensional posterior de la fragmentación en pazsoldan2.m function f=pazsoldan2(b,va,m,aa,Ea,ra,u) global CD CH g P2 Ra Qa f(1)=-va*sin(aa); f(2)=-0.5*CD*exp(-b)*m^(-1)*g*pi*P2*ra^2*va^2+Ra*(1-2*b/Ra)*sin(aa); f(3)=-0.5*CH*exp(-b)*g*pi*P2/Qa*(ra/Ra)^2*va^3; f(4)=Ra*(1-2*b/Ra)*cos(aa)/va-va*cos(aa)/(Ra+b); f(5)=0.5*CD*exp(-b)*g*pi*P2*(ra/Ra)^2*va^3+0.25*CH*exp(b)*g*pi*(P2/Qa)*(ra/Ra^2)^2*va^5; f(6)=u; f(7)=0.5*CD*exp(-b)*g*va^2/ra; B.4 Programa del método de RKF posterior a la fragmentación en RKF2.m %Método de Runge-Kutta-Fehlberg para un sistema de ecuaciones diferenciales function R=RKF2(f,a,c,b0,va0,m0,aa0,Ea0,ra0,u0,rhm,Q,Ys,N,tol) global CD CH g P2 Ra Qa global Reh2 Rev2 Rem2 Rea2 ReE2 ReP2 Rer2 ReY2 %Datos % -f es la función, almacenada como una cadena de caracteres 'f' % -a y c son los extremos derecho e izquierdo del intervalo % -y0 es la condición inicial y(a) % -N es el número de pasos % -tol es la tolerancia %Resultado % -R=[T' Y'] siendo T el vector de las abscisas e Y el vector de las % ordenadas %Prueba para un asteroide carbonáceo. %Constantes dimensionales H=6700; mu=3.98E14; R=6.371E6; rho=1.752; CD=1.7; CH=0.1; 88 M0=rhm*2*pi*(ra0*H)^3; %Constantes adimensionales Qa=Q*R/mu; g=rho/rhm; Ra=R/H; %Parámetros adimensionales P2=rhm*H^3/M0; % Coeficientes necesarios para calcular las aproximaciones RKF a2=1/4;b2=1/4;a3=3/8;b3=3/32;c3=9/32;a4=12/13; b4=1932/2197;c4=-7200/2197;d4=7296/2197;a5=1; b5=439/216;c5=-8;d5=3680/513;e5=-845/4104;a6=1/2; b6=-8/27;c6=2;d6=-3544/2565;e6=1859/4104; f6=-11/40;r1=1/360;r3=-128/4275;r4=-2197/75240;r5=1/50; r6=2/55;n1=25/216;n3=1408/2565;n4=2197/4104;n5=-1/5; big=1e15; z=(c-a)/N; hmin=z/64; hmax=64*z; max1=200; b(1)=b0; va(1)=va0; m(1)=m0; aa(1)=aa0; ta(1)=a; Ea(1)=Ea0; ra(1)=ra0; u(1)=u0; P(1)=0.25*CD*exp(-b0)*g*P2*(va0)^2; j=1; cr=c-0.00001*abs(c); while (ta(j)<c) if ((ta(j)+z)>cr) z=c-ta(j); end 89 %Cálculo de las aproximaciones RKF k1=z*feval(f,b(j),va(j),m(j),aa(j),Ea(j),ra(j),u(j)); yb2=b(j)+b2*k1(1); yva2=va(j)+b2*k1(2); ym2=m(j)+b2*k1(3); yaa2=aa(j)+b2*k1(4); Ea2=Ea(j)+b2*k1(5); ra2=ra(j)+b2*k1(6); u2=u(j)+b2*k1(7); if big<min(abs([yb2,yva2,ym2,yaa2,Ea2,ra2,u2])),break,end k2=z*feval(f,yb2,yva2,ym2,yaa2,Ea2,ra2,u2); yb3=b(j)+b3*k1(1)+c3*k2(1); yva3=va(j)+b3*k1(2)+c3*k2(2); ym3=m(j)+b3*k1(3)+c3*k2(3); yaa3=aa(j)+b3*k1(4)+c3*k2(4); Ea3=Ea(j)+b3*k1(5)+c3*k2(5); ra3=ra(j)+b3*k1(6)+c3*k2(6); u3=u(j)+b3*k1(7)+c3*k2(7); if big<min(abs([yb3,yva3,ym3,yaa3,Ea3,ra3,u3])),break,end k3=z*feval(f,yb3,yva3,ym3,yaa3,Ea3,ra3,u3); yb4=b(j)+b4*k1(1)+c4*k2(1)+d4*k3(1); yva4=va(j)+b4*k1(2)+c4*k2(2)+d4*k3(2); ym4=m(j)+b4*k1(3)+c4*k2(3)+d4*k3(3); yaa4=aa(j)+b4*k1(4)+c4*k2(4)+d4*k3(4); Ea4=Ea(j)+b4*k1(5)+c4*k2(5)+d4*k3(5); ra4=ra(j)+b4*k1(6)+c4*k2(6)+d4*k3(6); u4=u(j)+b4*k1(7)+c4*k2(7)+d4*k3(7); if big<min(abs([yb4,yva4,ym4,yaa4,Ea4,ra4,u4])),break,end k4=z*feval(f,yb4,yva4,ym4,yaa4,Ea4,ra4,u4); yb5=b(j)+b5*k1(1)+c5*k2(1)+d5*k3(1)+e5*k4(1); yva5=va(j)+b5*k1(2)+c5*k2(2)+d5*k3(2)+e5*k4(2); ym5=m(j)+b5*k1(3)+c5*k2(3)+d5*k3(3)+e5*k4(3); yaa5=aa(j)+b5*k1(4)+c5*k2(4)+d5*k3(4)+e5*k4(4); Ea5=Ea(j)+b5*k1(5)+c5*k2(5)+d5*k3(5)+e5*k4(5); ra5=ra(j)+b5*k1(6)+c5*k2(6)+d5*k3(6)+e5*k4(6); u5=u(j)+b5*k1(7)+c5*k2(7)+d5*k3(7)+e5*k4(7); if big<min(abs([yb5,yva5,ym5,yaa5,Ea5,ra5,u5])),break,end k5=z*feval(f,yb5,yva5,ym5,yaa5,Ea5,ra5,u5); yb6=b(j)+b6*k1(1)+c6*k2(1)+d6*k3(1)+e6*k4(1)+f6*k5(1); yva6=va(j)+b6*k1(2)+c6*k2(2)+d6*k3(2)+e6*k4(2)+f6*k5(2); ym6=m(j)+b6*k1(3)+c6*k2(3)+d6*k3(3)+e6*k4(3)+f6*k5(3); yaa6=aa(j)+b6*k1(4)+c6*k2(4)+d6*k3(4)+e6*k4(4)+f6*k5(4); Ea6=Ea(j)+b6*k1(5)+c6*k2(5)+d6*k3(5)+e6*k4(5)+f6*k5(5); ra6=ra(j)+b6*k1(6)+c6*k2(6)+d6*k3(6)+e6*k4(6)+f6*k5(6); u6=u(j)+b6*k1(7)+c6*k2(7)+d6*k3(7)+e6*k4(7)+f6*k5(7); if big<min(abs([yb6,yva6,ym6,yaa6,Ea6,ra6,u6])),break,end k6=z*feval(f,yb6,yva6,ym6,yaa6,Ea6,ra6,u6); if b(j)<0, disp('El meteoro tocó tierra'); break,end if m(j)<0.01, disp('El meteoro se evaporó'); break,end 90 errb=abs(r1*k1(1)+r3*k3(1)+r4*k4(1)+r5*k5(1)+r6*k6(1)); errva=abs(r1*k1(2)+r3*k3(2)+r4*k4(2)+r5*k5(2)+r6*k6(2)); errm=abs(r1*k1(3)+r3*k3(3)+r4*k4(3)+r5*k5(3)+r6*k6(3)); erraa=abs(r1*k1(4)+r3*k3(4)+r4*k4(4)+r5*k5(4)+r6*k6(4)); errEa=abs(r1*k1(5)+r3*k3(5)+r4*k4(5)+r5*k5(5)+r6*k6(5)); errra=abs(r1*k1(6)+r3*k3(6)+r4*k4(6)+r5*k5(6)+r6*k6(6)); erru=abs(r1*k1(7)+r3*k3(7)+r4*k4(7)+r5*k5(7)+r6*k6(7)); fnewb=b(j)+n1*k1(1)+n3*k3(1)+n4*k4(1)+n5*k5(1); fnewva=va(j)+n1*k1(2)+n3*k3(2)+n4*k4(2)+n5*k5(2); fnewm=m(j)+n1*k1(3)+n3*k3(3)+n4*k4(3)+n5*k5(3); fnewaa=aa(j)+n1*k1(4)+n3*k3(4)+n4*k4(4)+n5*k5(4); fnewEa=Ea(j)+n1*k1(5)+n3*k3(5)+n4*k4(5)+n5*k5(5); fnewra=ra(j)+n1*k1(6)+n3*k3(6)+n4*k4(6)+n5*k5(6); fnewu=u(j)+n1*k1(7)+n3*k3(7)+n4*k4(7)+n5*k5(7); %Control del error y del incremento if(((min([errb,errva,errm,erraa,errEa,errra,erru]))<tol)||(z<2*hmin)) b(j+1)=fnewb; va(j+1)=fnewva; m(j+1)=fnewm; aa(j+1)=fnewaa; Ea(j+1)=fnewEa; ra(j+1)=fnewra; u(j+1)=fnewu; P(j+1)=0.25*CD*exp(-b(j+1))*g*P2*(va(j+1))^2; if((ta(j)+z)>cr) ta(j+1)=c; else ta(j+1)=ta(j)+z; end j=j+1; end if (errb==0), sb=0; else sb=0.84*(tol*z/errb(:,1))^(0.25); end; if (errva==0), sva=0; else sva=0.84*(tol*z/errva(:,1))^(0.25); end; if (errm==0), sm=0; else sm=0.84*(tol*z/errm(:,1))^(0.25); end; if (erraa==0), saa=0; else saa=0.84*(tol*z/erraa(:,1))^(0.25); end; if (errEa==0), sEa=0; else sEa=0.84*(tol*z/errEa(:,1))^(0.25); end; if (errra==0), sra=0; else sra=0.84*(tol*z/errra(:,1))^(0.25); end; if (erru==0), su=0; else su=0.84*(tol*z/erru(:,1))^(0.25); end; if((min([sb,sva,sm,saa,sEa,sra,su])<0.75)&&(z>2*hmin)) z=z/2; end if((min([sb,sva,sm,saa,sEa,sra,su])>1.50)&&(2*z<hmax)) z=2*z; end if((big<min(abs([b(j),va(j),m(j),aa(j),Ea(j),ra(j),u(j)])))||(max1==j)), break,end end 91 %Matrices de resultados Reh2=[(ta*sqrt(R^3/mu))' (b*H)']; Rev2=[(ta*sqrt(R^3/mu))' (va*H*sqrt(mu/R^3))']; Rem2=[(ta*sqrt(R^3/mu))' (m*M0)']; Rea2=[(b*H)' (aa*180/pi)']; ReE2=[(b*H)' (Ea*M0*mu/R)']; Rer2=[(ra*H)' (b*H)']; ReP2=[(b*H)' (P*mu*M0/(H*R^3))']; ReY2=[(b*H)' ones(size(b'))*Ys]; B.5 Código para las 35 gráficas en Graficas.m – primera variante function X=Graficas(v0,r0,rhm) global Reh1 Rev1 Rem1 Rea1 ReE1 ReP1 Rer1 global Reh2 Rev2 Rem2 Rea2 ReE2 ReP2 Rer2 ReY2 %Gráficas mu=3.98E14; R=6.371E6; M0=rhm*2*pi*r0^3; txtang='45°'; %Altitud contra Tiempo figure(1) hold on %plot(Reh1(:,1),Reh1(:,2),'ob') %plot(Reh2(:,1),Reh2(:,2),'or') plot(Reh1(:,1),Reh1(:,2),'-b','LineWidth',2) plot(Reh2(:,1),Reh2(:,2),'-r','LineWidth',2) title(texlabel('Altitud vs Tiempo')) xlabel('Cometa de Período Largo ylabel('h (m)') grid on set(1,'Color',[1 1 1]) txthnd=text(Reh2(end,1),Reh2(end,2),txtang); set(txthnd,'HorizontalAlignment','right') hold off %Ángulo contra Altitud figure(2) hold on %plot(Reh1(:,2),Rea1(:,2),'ob') %plot(Reh2(:,2),Rea2(:,2),'or') plot(Reh1(:,2),Rea1(:,2),'-b','LineWidth',2) plot(Reh2(:,2),Rea2(:,2),'-r','LineWidth',2) title(texlabel('Ángulo vs Altitud')) xlabel('Cometa de Período Largo ylabel('Ángulo (°)') grid on set(2,'Color',[1 1 1]) txthnd=text(Reh2(end,2),Rea2(end,2),txtang); set(txthnd,'HorizontalAlignment','right') hold off 92 h (m)') h (m)') %Velocidad contra Altitud figure(3) hold on %plot(ReE1(:,1),Rev1(:,2),'ob') %plot(ReE2(:,1),Rev2(:,2),'or') plot(ReE1(:,1),Rev1(:,2),'-b','LineWidth',2) plot(ReE2(:,1),Rev2(:,2),'-r','LineWidth',2) title(texlabel('Velocidad vs Altitud')) xlabel('Cometa de Período Largo ylabel('v (m/s)') grid on set(3,'Color',[1 1 1]) txthnd=text(Reh2(end,2),Rev2(end,2),txtang); set(txthnd,'HorizontalAlignment','right') hold off %Masa contra Altitud figure(4) hold on %plot(ReE1(:,1),Rem1(:,2),'ob') %plot(ReE2(:,1),Rem2(:,2),'or') plot(ReE1(:,1),Rem1(:,2),'-b','LineWidth',2) plot(ReE2(:,1),Rem2(:,2),'-r','LineWidth',2) title(texlabel('Masa vs Altitud')) xlabel('Cometa de Período Largo ylabel('m (kg)') grid on set(4,'Color',[1 1 1]) txthnd=text(Reh2(end,2),Rem2(end,2),txtang); set(txthnd,'HorizontalAlignment','right') hold off %Presión Central contra Altitud figure(5) hold on %plot(ReP1(:,1),ReP1(:,2),'ob') %plot(ReP2(:,1),ReP2(:,2),'or') plot(ReP1(:,1),ReP1(:,2),'-b','LineWidth',2) plot(ReP2(:,1),ReP2(:,2),'-r','LineWidth',2) title(texlabel('Presión Central vs Altitud')) xlabel('Cometa de Período Largo ylabel('Pc (Pa)') plot(ReY2(:,1),ReY2(:,2),'-g','LineWidth',2) hold on %plot(ReY2(:,1),ReY2(:,2),'og') grid on set(5,'Color',[1 1 1]) txthnd=text(Reh2(end,2),ReP2(end,2),txtang); set(txthnd,'HorizontalAlignment','right') hold off %Energía contra Altitud figure(6) hold on %plot(ReE1(:,1),ReE1(:,2),'ob') %plot(ReE2(:,1),ReE2(:,2),'or') 93 h (m)') h (m)') h (m)') plot(ReE1(:,1),0.5*M0*v0^2-ReE1(:,2),'-b','LineWidth',2) plot(ReE2(:,1),0.5*M0*v0^2-ReE2(:,2),'-r','LineWidth',2) title(texlabel('Energía vs Altitud')) xlabel('Cometa de Período Largo ylabel('E (J)') grid on set(6,'Color',[1 1 1]) txthnd=text(Reh2(end,2),0.5*M0*v0^2-ReE2(end,2),txtang); set(txthnd,'HorizontalAlignment','right') hold off %Radio del meteoro contra Altitud figure(7) hold on %plot(Rer1(:,2),Rer1(:,1),'ob') %plot(Rer2(:,2),Rer2(:,1),'or') plot(Rer1(:,2),Rer1(:,1),'-b','LineWidth',2) plot(Rer2(:,2),Rer2(:,1),'-r','LineWidth',2) title(texlabel('Radio vs Altitud')) xlabel('Cometa de Período Largo ylabel('r (m)') grid on set(7,'Color',[1 1 1]) txthnd=text(Reh2(end,2),Rer2(end,1),txtang); set(txthnd,'HorizontalAlignment','right') hold off h (m)') h (m)') B.6 Código para las 21 gráficas en Graficas.m – segunda variante function X=Graficas(v0,r0,rhm) global Reh1 Rev1 Rem1 Rea1 ReE1 ReP1 Rer1 global Reh2 Rev2 Rem2 Rea2 ReE2 ReP2 Rer2 ReY2 %Gráficas mu=3.98E14; R=6.371E6; M0=rhm*2*pi*r0^3; txtang='CL'; %Altitud contra Tiempo figure(1) hold on %plot(Reh1(:,1),Reh1(:,2),'ob') %plot(Reh2(:,1),Reh2(:,2),'or') plot(Reh1(:,1),Reh1(:,2),'-b','LineWidth',2) plot(Reh2(:,1),Reh2(:,2),'-r','LineWidth',2) title(texlabel('Altitud vs Tiempo xlabel(' ylabel('h (m)') grid on set(1,'Color',[1 1 1]) txthnd=text(Reh2(end,1),Reh2(end,2),txtang); set(txthnd,'HorizontalAlignment','right') hold off 94 theta0 = 45°')) t (s)') %Ángulo contra Altitud figure(2) hold on %plot(Reh1(:,2),Rea1(:,2),'ob') %plot(Reh2(:,2),Rea2(:,2),'or') plot(Reh1(:,2),Rea1(:,2),'-b','LineWidth',2) plot(Reh2(:,2),Rea2(:,2),'-r','LineWidth',2) title(texlabel('Ángulo vs Altitud xlabel(' ylabel('Ángulo (°)') grid on set(2,'Color',[1 1 1]) txthnd=text(Reh2(end,2),Rea2(end,2),txtang); set(txthnd,'HorizontalAlignment','right') hold off %Velocidad contra Altitud figure(3) hold on %plot(ReE1(:,1),Rev1(:,2),'ob') %plot(ReE2(:,1),Rev2(:,2),'or') plot(ReE1(:,1),Rev1(:,2),'-b','LineWidth',2) plot(ReE2(:,1),Rev2(:,2),'-r','LineWidth',2) title(texlabel('Velocidad vs Altitud xlabel(' ylabel('v (m/s)') grid on set(3,'Color',[1 1 1]) txthnd=text(Reh2(end,2),Rev2(end,2),txtang); set(txthnd,'HorizontalAlignment','right') hold off %Masa contra Altitud figure(4) hold on %plot(ReE1(:,1),Rem1(:,2),'ob') %plot(ReE2(:,1),Rem2(:,2),'or') plot(ReE1(:,1),Rem1(:,2),'-b','LineWidth',2) plot(ReE2(:,1),Rem2(:,2),'-r','LineWidth',2) title(texlabel('Masa vs Altitud xlabel(' ylabel('m (kg)') grid on set(4,'Color',[1 1 1]) txthnd=text(Reh2(end,2),Rem2(end,2),txtang); set(txthnd,'HorizontalAlignment','right') hold off 95 theta0 = 45°')) h (m)') theta0 = 45°')) h (m)') theta0 = 45°')) h (m)') %Presión Central contra Altitud figure(5) hold on %plot(ReP1(:,1),ReP1(:,2),'ob') %plot(ReP2(:,1),ReP2(:,2),'or') plot(ReP1(:,1),ReP1(:,2),'-b','LineWidth',2) plot(ReP2(:,1),ReP2(:,2),'-r','LineWidth',2) title(texlabel('Presión Central vs Altitud xlabel(' ylabel('Pc (Pa)') plot(ReY2(:,1),ReY2(:,2),'-g','LineWidth',2) hold on %plot(ReY2(:,1),ReY2(:,2),'og') grid on set(5,'Color',[1 1 1]) txthnd=text(Reh2(end,2),ReP2(end,2),txtang); set(txthnd,'HorizontalAlignment','right') hold off %Energía contra Altitud figure(6) hold on %plot(ReE1(:,1),ReE1(:,2),'ob') %plot(ReE2(:,1),ReE2(:,2),'or') plot(ReE1(:,1),0.5*M0*v0^2-ReE1(:,2),'-b','LineWidth',2) plot(ReE2(:,1),0.5*M0*v0^2-ReE2(:,2),'-r','LineWidth',2) title(texlabel('Energía vs Altitud xlabel(' ylabel('E (J)') grid on set(6,'Color',[1 1 1]) txthnd=text(Reh2(end,2),0.5*M0*v0^2-ReE2(end,2),txtang); set(txthnd,'HorizontalAlignment','right') hold off %Radio del meteoro contra Altitud figure(7) hold on %plot(Rer1(:,2),Rer1(:,1),'ob') %plot(Rer2(:,2),Rer2(:,1),'or') plot(Rer1(:,2),Rer1(:,1),'-b','LineWidth',2) plot(Rer2(:,2),Rer2(:,1),'-r','LineWidth',2) title(texlabel('Radio vs Altitud xlabel(' ylabel('r (m)') grid on set(7,'Color',[1 1 1]) txthnd=text(Reh2(end,2),Rer2(end,1),txtang); set(txthnd,'HorizontalAlignment','right') hold off 96 theta0 = 45°')) h (m)') theta0 = 45°')) h (m)') theta0 = 45°')) h (m)') Apéndice C Segundo Conjunto de Gráficas El segundo conjunto de gráficas del modelo de entrada atmosférica del meteoro de Chicxulub está conformado por las gráficas obtenidas a través de la segunda variante del programa Graficas.m, expuesta en la sección B.6 del Apéndice B. Las 21 gráficas aquí presentadas complementan la explicación del Capítulo 4. C.1 Altitud contra tiempo Altitud vs Tiempo 4 10 x 10 0 = 20° 8 h (m) 6 4 2 0 CL -2 0 2 4 6 A 8 10 12 t (s) 97 CC 14 Altitud vs Tiempo 4 10 x 10 0 = 30° 8 h (m) 6 4 2 0 -2 0 1 2 4 5 6 Altitud vs Tiempo 4 10 3 x 10 CC A CL 7 t (s) 0 8 9 = 45° 8 h (m) 6 4 2 0 CL -2 0 1 2 A 3 4 5 t (s) 98 CC 6 C.2 Ángulo contra altitud Ángulo vs Altitud 0 = 20° 20 19.5 Ángulo (°) 19 18.5 18 17.5 CC A CL 17 -2 0 2 4 6 8 h (m) Ángulo vs Altitud 0 10 4 x 10 = 30° 30.2 30 29.8 Ángulo (°) 29.6 29.4 29.2 29 28.8 CC 28.6 A 28.4 -2 CL 0 2 4 6 8 h (m) 99 10 4 x 10 Ángulo vs Altitud 0 = 45° 45 44.9 44.8 Ángulo (°) 44.7 44.6 44.5 44.4 44.3 CC 44.2 A 44.1 -2 CL 0 2 4 6 8 h (m) 10 4 x 10 C.3 Velocidad contra altitud Velocidad vs Altitud 4 5.5 x 10 5 0 = 20° CL v (m/s) 4.5 4 3.5 3 2.5 2 -2 A CC 0 2 4 6 8 h (m) 100 10 4 x 10 Velocidad vs Altitud 4 5.5 x 10 0 = 30° CL 5 v (m/s) 4.5 4 3.5 A 3 CC 2.5 2 -2 0 2 4 6 8 h (m) Velocidad vs Altitud 4 5.5 x 10 5 0 10 4 x 10 = 45° CL v (m/s) 4.5 4 3.5 3 2.5 -2 A CC 0 2 4 6 8 h (m) 101 10 4 x 10 C.4 Masa contra altitud Masa vs Altitud 15 7 x 10 0 = 20° AF 6 m (kg) 5 4 3 AR 2 AC 1 CC CL 0 -2 0 2 4 6 8 h (m) Masa vs Altitud 15 7 x 10 6 0 10 4 x 10 = 30° AF m (kg) 5 4 3 AR 2 AC 1 CC CL 0 -2 0 2 4 6 8 h (m) 102 10 4 x 10 Masa vs Altitud 15 7 x 10 0 = 45° AF 6 m (kg) 5 4 3 AR 2 AC 1 C 0 -2 0 2 4 6 8 h (m) 10 4 x 10 C.5 Presión central contra altitud Presión Central vs Altitud 9 2 x 10 1.8 0 = 20° CL 1.6 1.4 Pc (Pa) 1.2 1 0.8 0.6 0.4 A CC 0.2 0 -2 0 2 4 6 8 h (m) 103 10 4 x 10 Presión Central vs Altitud 9 2 x 10 0 = 30° CL 1.8 1.6 1.4 Pc (Pa) 1.2 1 0.8 A 0.6 CC 0.4 0.2 0 -2 0 2 4 6 8 h (m) Presión Central vs Altitud 9 2 x 10 1.8 0 10 4 x 10 = 45° CL 1.6 1.4 Pc (Pa) 1.2 1 0.8 A 0.6 0.4 CC 0.2 0 -2 0 2 4 6 8 h (m) 104 10 4 x 10 C.6 Energía contra altitud Energía vs Altitud 24 3 x 10 0 = 20° AF 2.5 E (J) 2 1.5 AR 1 CL AC 0.5 CC 0 -2 0 2 4 6 8 h (m) Energía vs Altitud 24 3 x 10 0 10 4 x 10 = 30° AF 2.5 E (J) 2 1.5 AR 1 CL AC 0.5 CC 0 -2 0 2 4 6 8 h (m) 105 10 4 x 10 Energía vs Altitud 24 3 x 10 0 = 45° AF 2.5 E (J) 2 1.5 AR 1 CL AC 0.5 CC 0 -2 0 2 4 6 8 h (m) 10 4 x 10 C.7 Radio contra altitud Radio vs Altitud 0 = 20° 5160 5140 C 5120 r (m) 5100 5080 5060 AC 5040 AR 5020 5000 4980 -2 AF 0 2 4 6 8 h (m) 106 10 4 x 10 Radio vs Altitud 0 = 30° 5070 5060 C 5050 r (m) 5040 5030 AC 5020 AR 5010 5000 AF 4990 -2 0 2 4 6 8 h (m) Radio vs Altitud 0 10 4 x 10 = 45° 5030 C 5025 5020 r (m) 5015 AC 5010 AR 5005 5000 4995 -2 AF 0 2 4 6 8 h (m) 107 10 4 x 10 Bibliografía [1] ANDERSON Jr., J.D. 2000 Introduction to Flight, 4th Ed. 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