SENTENCIA Nº /2.014. En la Ciudad de San Martín de los Andes, de la Provincia de Neuquén, a los 30 días del mes de julio del año dos mil catorce, se reúne en Acuerdo el Tribunal de Juicio integrado por los Jueces Penales, Dres. Mauricio Zabala, Florencia Martini y Liliana Deiub, presididos por el primero de los nombrados, para dictar sentencia en autos caratulados "A. M. R. s/ Robo calificado, abuso sexual simple y abuso sexual con acceso carnal en gdo. ttva." legajo 10909/14 de la Oficina Judicial de la IV Circunscripción Judicial, debatida en audiencia de los días 21, 22 y 23 del corriente mes y año, en la que intervino por la Acusación el Fiscal Francisco Manuel González, Carlos F. Sánchez Galarce en representación de la Querellante y José Luis Espinar como Querellante por la Defensoría de los Derechos Del Niño; y por la Asistencia Técnica los Sres. Defensores Dres. Alejandro Bustamante y Facundo Trova; causa seguida contra M. R. A., D.N.I. 36.980.904, con domicilio en Barrio Las Rosas, casa Nº 21 de San Martín de los Andes, nacido el 15 de noviembre de 1992, de estado civil soltero, de ocupación jornalero, hijo de J.C. y de A.R.; por el hecho cometido en el domicilio de (...) nº 855 de San Martín de los Andes, el 2 de marzo de 2014, en perjuicio de J.C.C. y de V.C.; conducta que fuera calificada como constitutiva de los delitos de robo agravado por efracción y abuso sexual con acceso carnal en concurso real (arts. 167 inc. 3, 119 3er. párrafo y 55 del Código Penal).Concluida la audiencia pública los Jueces pasaron a deliberar en sesión secreta conforme las normas del art. 193 del código de procedimientos y, habiendo decidido el fallo, dispusieron diferir la lectura hasta el día 30 de julio de 2014 a fin de posibilitar su redacción definitiva, informando a las partes que la comunicación se realizará mediante correo electrónico. En atención a que las Dras. 1 Florencia Martini y Liliana Deiub manifiestan que es su decisión, como integrantes del Tribunal de Impugnación, no votar en primer término en ningún Juicio en los que intervienen como integrantes de los Colegios de Jueces, el suscripto vota en primer término, y conforme me informaron, ellas votan en el siguiente orden: en segundo lugar la Dra. Florencia Martini y en tercer lugar la Dra. Liliana Deiub.I) Alegato de Apertura y teoría del caso de las partes Al momento de la apertura del presente caso la Fiscalía conforme lo establece el art.181 del CPP presentó el hecho diciendo que a lo largo de la audiencia va a probar la responsabilidad penal de M. R. A. en el hecho ocurrido el día domingo 2 de marzo de 2014 entre las 11 y las 13,10 horas, cuando rompió la ventana de un domicilio ubicado en Calle (...) Nº 855 ingresó al mismo, en el cual se encontraba V.C. de (V.E.M.) de edad durmiendo en la planta alta, la levantó y la llevo a la planta baja buscando dinero, luego de revolver la casa buscando dinero, la llevó al dormitorio de los padres, le tapó la cabeza y abusó sexualmente (…). Posteriormente sustrae distintos elementos que se encontraban en el interior del domicilio, entre ellos dos pares de zapatillas Salomón, una mochila marca Roxy, una tarjeta de debito del Banco Patagonia a nombre de V.E.M., una cámara fotográfica Samsung negra, una calculadora, tarjeta de ficha trabajo (…), aros, zapatos y luego se fugó del lugar. El mismo día, a las 19,30 horas aproximadamente, fue interceptado y detenido por personal policial M. A., portando parte de los elementos sustraídos. Seguidamente indicó los medios de prueba que para esa parte, permiten sustentar la materialidad del hecho y la autoría penalmente responsable de A. 2 Calificó la conducta como constitutiva del delito de robo agravado por efracción y abuso sexual con acceso carnal, en concurso real, cometido en perjuicio de J.C. C. y de V. C. A su turno, el representante legal de la Querellante, Dr. Carlos F. Sánchez Galarce y el Querellante por la Defensoría de los Derechos Del Niño Dr. José Luís Espinar, adhirieron a la presentación efectuada por el Ministerio Público Fiscal. Conferida la palabra a la Defensa indicó que los lineamientos de su tarea estaban basados en demostrar que la prueba presentada por el Ministerio Público Fiscal adolece de graves deficiencias que le quitan todo valor probatorio, por lo cual va a solicitar el sobreseimiento de su defendido, en tanto no se encuentra acreditado el abuso sexual. Subsidiariamente, para el caso que se considere que la deficiente investigación realizada en ésta causa logro, a pesar de sus deficiencias, acreditar algo del hecho, va a solicitar la absolución por el delito de abuso sexual por la duda, en tanto es claro no se acreditó suficientemente el abuso sexual. Finalmente, y para el caso que ambas propuestas fueran desechadas, va a solicitar que al abuso sexual por acceso carnal se lo entienda como cometido en grado de tentativa o abuso sexual simple. En cuanto al robo, la Defensa reconoce expresamente que M. A., ingreso a la vivienda con fines de robo, sustrajo algunos efectos del interior de la vivienda y escapo, dejando en la vivienda el celular de su propiedad. El hecho corresponde sea calificado como robo simple. II) Producción de prueba: Durante la audiencia se produjo el testimonio en Cámara Gesell, realizado por la Psicóloga A.J.C., de la menor V. C. y 3 testimonios cuyo mérito será valorado de manera integral para una más clara redacción y en respeto a la oralidad e inmediación a la que nos obliga el novel sistema procesal. Conforme el orden propuesto por la Fiscalía en primer lugar compareció la perito Psicóloga A.J.C., luego la Licenciada en Psicología N.G., quien depuso previo ser relevada del secreto profesional por V.M., madre de la menor víctima, la Licenciada en Psicología N.L.C.; el testigo C.A.H., la Dra. M.L.B., J.C. C., V.E.M., los Criminalistas Erasmo Roque Carrasco, Cristian Hugo Lepen y Estefanía Solange Giménez; Roberto Flavio Treuquil, Ramón Espinosa, María Esther Linares, Elisa Olga Hernández, Leandro Rubén Grandolio, Daniel Fabio Epulef y José Morales, todos ellos el día 21 de julio. En la audiencia designada para el día 22 de julio se recibió testimonio a V.M.G., D.M.A.G., F.L.S., M.J.R., M.Ñ., G.A.G., G.A.N., R.A.C. y Á.R.A. Las partes, según fueron solicitados, desistieron de los testimonios de J.L.J.S., O.S., D.E., A.B., N.K., N.E.M., L.A.G., E.A. R. y J.C. A.. Concluida la recepción de la prueba se continuó con la última etapa del juicio, la clausura. III) Alegato de clausura. En primer término se dio la palabra a la Fiscalía, en cuya representación el Dr. Francisco Manuel González señala que considera acreditado el hecho como lo sostuviera en el alegato de apertura. Comienza señalando que más allá que la Defensa acepta que el imputado M. A. ingresó a la vivienda con fines de robo -no lo 4 relativo al ataque sexual- va a analizar la prueba relativa a todo el hecho motivo de juzgamiento. El robo lo encuentra probado con el testimonio de J.C. C., víctima del robo y padre de la niña V., quien relato las razones por las cuales habían salido de su vivienda, como tomó conocimiento del hecho y la forma en que su esposa le informó el abuso sexual de la niña. Sus dichos fueron corroborados por los de su vecino, y el de todos los funcionarios policiales que realizaron tareas en lugar del hecho, esto es, los criminalísticos que registraron la vivienda, levantaron rastros y secuestraron los efectos que sirvieron como base a los cotejos de los rastros de zapatillas, de huellas dactilares y de información registrada en el teléfono, que acreditan que A. estuvo en el interior de esa vivienda. A partir de las investigaciones realizadas, a las 7 de las tarde de ese mismo día se detuvo al autor del hecho con la camiseta de Argentina, que señaló la niña tenía puesta al momento del hecho, con las zapatillas que dejaron los rastros en la vivienda y la cámara que sustrajera del lugar del hecho. En base a esos elementos considera probado que el día 2 de marzo de 2014 M. A. entre las 11 y las 12 horas, ingreso a la vivienda de calle (…), de propiedad de J.C. C. con fines de robo, previo provocar la rotura del vidrio de una ventana de la vivienda, donde estaba únicamente la niña V. C.. Entiende acreditado el abuso sexual con el relato de J.C. C., que cuando regresó y se encontró a su hija con el vecino, y poco después supo por su esposa que V. había sido abusada. El testimonio de la madre V.M. es conteste con aquel. 5 Ese mismo día a las 13 horas, la Dra B., realizó un examen clínico a V., quien le contó que la persona que ingreso a su casa la manoseo e intento (…) mientras le tapaba la cabeza con una frazada. El examen físico constato que V. presentaba (…) Luego, esos relatos son corroborados por los de la licenciada N.G., quien trato a la niña y contó todas las derivaciones del abuso sexual que sufrió, las regresiones, los trastornos de sueño, sus cambios de humor. Su relato es conteste con el de la Psicóloga A.J.C., quien afirma que el relato de la niña es seguro y espontaneo, y descarta todo tipo de fabulación y sugestión. Afirma el Fiscal que el relato de Cámara Gesell es claro, la niña contó cuando entro el imputado, como la ató, le tapó la cabeza y la llevó a la cama de sus padres y (…). Respecto de la calificación jurídica de los hechos, considera que el robo es calificado por efracción en tanto para ingresar a la vivienda donde se produce el desapoderamiento, provocó una perforación, en este caso por fractura, en un vidrio, para así abrir la banderola de la ventana e ingresar. En apoyo a su hipótesis jurídica cita doctrina y jurisprudencia para afirmar que la fractura para provocar la perforación se debe producir sobre un elemento dispuesto por el dueño para protección de la vivienda. Se allanan las defensas puestas por los propietarios sobre las viviendas, en este caso el vidrio de la ventana. El abuso sexual con acceso carnal, entiende el Fiscal, quedo en grado de tentativa, no se llegó a consumar. Para el acceso carnal, es necesario el ingreso del órgano sexual en el cuerpo de la víctima, al menos en forma parcial, lo cual a estar a la prueba reseñada no ocurrió. (…). 6 En base a ello solicita se declare a M. A. responsable del delito de robo calificado por efracción y abuso sexual con acceso carnal en grado de tentativa, en concurso real, de los arts. 167 inc, 3, 119 3er. párrafo, 42 y 55 del Código Penal. A su turno, el Dr. Carlos F. Sánchez Galarce en representación de la parte Querellante adhiere en lo sustancial al alegato del Ministerio Público Fiscal, y cita abundante doctrina y jurisprudencia que reafirma la agravante de efracción que se le adjudica al robo. Luego señala que resulta claramente acreditado por el testimonio de la pediatra que existió penetración, que al menos un acceso carnal parcial existió, lo cual es suficiente para tener por consumada la conducta. (…). También cita doctrina y jurisprudencia que sostiene su postura. En base a tales alegaciones solicita se declare a M. A. culpable del delito de robo calificado por efracción en concurso real con abuso sexual con acceso carnal. En representación de la Defensoría de los Derechos Del Niño, el Dr. José Luis Espinar señala que adhiere en todo a lo señalado por las Fiscalía y la representante de la Querella, y coincide con ésta última en cuanto a que el delito de abuso sexual con acceso carnal se consumó; por lo cual solicita se declare a M. A. culpable del delito de robo calificado por efracción en concurso real con abuso sexual con acceso carnal. A su turno, en Defensa de M. A., los Dres. Alejandro Bustamante y Facundo Trova consideran que lo único que se acreditó en la causa es el hecho que ellos señalaran en la presentación del juicio, un robo simple. 7 La calificación de efracción, entiende no se acredita pues debe haber un plus de fuerza sobre defensas puestas por el dueño de las cosas para tener por tipificado el agravante, ellas tienen que tener suficiente solidez, naturaleza compacta que obligue al autor a realizar un plus de fuerza. Para romper el vidrio A. utilizó una piedra que encontró en la calle, sobre una ventana que se localiza a 80 cm de piso y sobre la calle, ello no requiera otra fuerza que la que tipifica el supuesto básico del robo. Cuando se refiere a la segunda imputación considera que no se configuró el acceso carnal. La defensa cuestiona la validación que hacen la psicólogas del relato de la niña V. en Camara Gesell, puesto que es evidente el interés particular mostrado por la L. N. G. porque la víctima es su paciente; y tampoco se realizaron las baterías de test e informes psicosociales que establece el protocolo de Cámara Gesell previo a la recepción del testimonios en esa modalidad, lo cual quita valor a su dictamen relativo a la validación del testimonio. La niña -afirma la defensa- nada dijo de haber sido abusada inmediatamente después del hecho, recién se lo dijo a la madre cuando esta llegó, y le dijo que le habían hecho lo que se hace en las novelas, y de ahí la madre dice que la violaron. La interpretación de la madre, de que a la niña la habían violado, genero todo una expectativa -bola de nieve dice el Defensor- que llevó las cosas a éste estado. Por otra parte recuerda que la niña solo dice que A. le apoyo el pito en la cola, y la lesión, la médica lo dice de forma clara, es una lesión cutánea y perianal, y esas lesiones pueden producirse por innumerables razones, como por ejemplo, por falta de higiene o por tocamientos de la misma menor. No hay lesiones en las mucosas, 8 que habría existido de haber sido penetrada, dado la diferencia física entre M. A. y la niña V.. Sumado a todo ello, la cámara que toma a M. A. caminando en la calle lo muestra en estado de ebriedad, y el imputado les manifestó -a los defensores- que había consumido alcohol y clonazepan. El consumo de esas sustancias durante mucho tiempo, son depresores del sistema nervioso por lo cual no es posible que M. A. haya podido mantener una erección como para producir una lesión o acceder carnalmente a la niña. Pone de relieve que todos los policías que declararon son contestes en que su defendido tiene muchas imputaciones por delitos contra la propiedad y contravenciones por peleas y estado ebriedad, pero no causas en que se investiguen hechos relacionados con abusos sexuales. De ello también da cuenta su madre. Por lo expuesto, solicita la absolución de M. A. respecto de los delitos de robo calificado por efracción, y de abuso sexual con acceso carnal, sea consumado o en grado de tentativa, en el entendimiento que solo es autor penalmente responsable del delito de robo simple. Subsidiariamente, en caso de considerar que se acreditó un abuso sexual con acceso carnal en grado de tentativa, ésta resulta inidónea. No se daría uno de los elementos de la tentativa, en este caso, podríamos hablar de un comienzo ejecución, pero no el delito no se puede consumar por la inidoneidad del medio empleado, porque como lo señaló el estado en que se encontraba M. A. no se encontraba en condiciones de mantener una erección. También de forma subsidiaria, en caso de considerarse que existió un ataque sexual, solicita se considere al hecho como abuso sexual simple. 9 Conforme lo previsto en el art.192 in fine se dio la palabra a M. R. A., quien se limito a pedir perdón. Encontrándose entonces el Tribunal en condiciones de resolver y habiéndose sesionado y deliberado conforme las previsiones del art.193 del código de forma resta considerar si la acusación logró probar el hecho objeto de acusación y si la calificación jurídica es alguna de las que proponen las acusadoras. Éstas fueron las cuestiones que se plantearon durante la deliberación secreta y que de acuerdo al orden de votación se analizarán a continuación.Primera cuestión: El Dr. Mauricio Zabala dijo: Considero que la prueba producida en la audiencia de debate resulta suficiente para acreditar los extremo fácticos de la acusación final de la Fiscalía, esto es, que el que día domingo 2 de marzo de 2014 entre las 11 y las 12 horas, M. R. A. rompió una de las ventanas de vidrio del frente del domicilio ubicado en (…), lo cual le permitió abrir la banderola de la misma ventana, por donde ingresó a la vivienda donde se encontraba durmiendo en la planta alta V. C. de (…) de edad. Luego de subir al piso superior e inmovilizar a la niña con un cinto, le exigió que le indicara donde tenía el dinero, para lo cual la levantó y la llevó a la planta baja, revisó la casa buscando dinero, y la llevó nuevamente a la planta alta, al dormitorio de los padres, donde la tiró sobre la cama, le tapó la cabeza con una frazada, le sacó la bombacha y (…) ocasionándole una fisura cutánea. Inmediatamente después sustrajo distintos elementos que se encontraban en el interior del domicilio, entre ellos un par de zapatillas Salomón, una cámara fotográfica Samsung negra y un teléfono celular, y se retiró de la vivienda. 10 La materialidad del hecho y la autoría de A., como lo adelantara, se encuentra plenamente acreditada con las declaraciones testimoniales y la evidencia material producida a lo largo de la audiencia de debate. A los efectos expositivos habré de iniciar considerando las pruebas que acreditan el hecho contra la propiedad, para recién luego extenderme en la materialidad y la autoría del delito contra la libertad sexual. Del testimonio en Cámara Gesell de V. C. surge que ella se encontraba durmiendo sola en la casa -sus padres habían salido a caminar- cuando escuchó un ruido pero no le prestó mayor atención porque pensó que era su hermana, supo que no era cuando apareció en su habitación "un chorro" -dice la nena- que le tapo la boca, le ato las manos con el cinto y le preguntaba dónde estaba la plata. Agrega la niña que el causante revolvió todo la casa, y en lo que a su aspecto físico refiere, solo indica que tenía puesta un gorra y una camiseta de futbol celeste y blanca La primer persona en tomar contacto con V. es su vecino C.A.H. que, conteste con la niña, relata que el domingo al mediodía llega la nenita V. a su casa y le dice que habían entrado a la casa a robar, vio el vidrio roto y llamo a la policía. Por su parte, el Cabo G.A.G. y el Oficial F.L.S. que fueron de los primeros funcionarios policiales en llegar a la casa, nos cuentan que observaron un cristal roto de la vivienda, y se entrevistaron con la menor y el vecino, quienes le contaron lo ocurrido y que el autor tenía puesta un camiseta de Argentina o similar. Agregan que en el interior de la vivienda se vía todo revuelto. Los dichos del padre de la niña, J.C. C., que regreso al lugar poco después de ocurrido el hecho, y casi junto con el personal policial, ratifican en un todo la materialidad del hecho. El había 11 salido con su esposa y cuando regresó a su casa, encontró a su hija V. junto a un policía y el vecino, la niña le contó que le habían entrado a robar, vio el vidrio roto, la puerta abierta y todo revuelto en el interior de la casa. V. les dio una descripción de la persona que había ingresado a la vivienda indicando que llevaba puesta una remera de Argentina o Racing, con una gorra. Luego que el personal policial realizara las diligencias periciales en la vivienda, ingresó y constató que le habían revuelto todo y sustraído diversos efectos, entre los cuales menciona un teléfono celular que luego reconoció en sede policial y le fue restituido, además de zapatillas, útiles, tarjetas de créditos y una cámara de fotos. V.E.M., madre de V., llego a la casa con su esposo y relata el cuadro de situación que encontraron al regresar a su vivienda tal y como lo hace aquel. Que el domingo 2 de marzo de 2014, en horas del mediodía una persona ingresó al domicilio ubicado en calle (...) Nº 855, mediante la rotura del vidrio de la ventana -para así abrir la banderola de la misma- se encuentra acreditado también con los dichos del personal de Criminalística que ingresó a la vivienda. En cuanto a ello, Erasmo Roque Carrasco, Cristian Hugo Lepen y Estefanía Solange Gimenez cuentan que se constató la rotura de una ventana y en el interior encontraron rastros de calzado sobre una mesa contigua a la banderola por donde habría ingresado el causante. También hallaron en el registro de la vivienda otro rastro parcial de zapatillas coincidente morfológicamente con el hallado sobre la mesa cercana a la ventana, y dos rastros de huellas dactilares, uno en la caja de la cámara de fotos y otro en un contenedor ubicado en unos de los dormitorios. En la habitación matrimonial, en la planta alta de la vivienda, entre la ventana y la cama, cubierto con una frazada, hallaron un sobre vacio de 12 preservativo, dos celulares, papeles para armar cigarrillos, tarjetas, y un atado de cigarrillos Phillips Morris abierto. Estos funcionarios policías introducen como evidencia material el informe de planimetría con las placas fotográficas que acreditan la rotura del vidrio y el desorden del interior de la vivienda, como así detalla la ubicación de los efectos que se secuestraron. El relato del testigo de procedimiento G.A.N. ratifica en todo las operaciones realizadas por los técnicos en el escenario del hecho. Acreditada así la materialidad del hecho, a los efectos de analizar el modo en que se prueba la autoría son importantes los testimonios de Leandro Rubén Grandolio y Daniel Fabio Epulef, funcionarios policiales que a partir de la información recogida en el lugar del hecho, comienzan las pesquisas orientadas al inicio a buscar una persona con una remera de Racing o Argentina. A partir del dato, pudo determinar que ese mismo día, personal policial había realizado un procedimiento en el cual estaba involucrado M. A. quien llevaba puesta una remera de Argentina debajo de una campera negra. Cuentan que las cámaras de seguridad de la ciudad toman a A. varias veces a lo largo del día, antes y después del hecho, en distintos lugares, algunas veces con la remera de argentina, otras veces con una campera negra. Esa primer indicación de M. A. como posible autor del hecho se comienza a confirmar cuando en horas de la tarde le informan a Daniel Fabio Epulef que en un teléfono hallado en el lugar del hecho tenía un mensaje de texto dirigido a M.A. la sazón, Cristian Hugo Lepen había hallado el celular y al pulsar la pantalla vio un mensaje dirigido a M. Ese dato fue confirmado en audiencia por Estefanía Solange Giménez Licenciada en Criminalística que analizó el celular secuestrado en la vivienda en el que, entre otros mensajes 13 correspondientes al día del hecho, aparece uno enviado en horas de la tarde que dice "que te mandaste Mati, anda un comentario re feo" o una frase similar. Ese celular tenía además varias fotos del propio M. A. Así direccionada la pesquisa y a partir de los informes de los operadores de las cámaras ubicadas en la vía pública, cuenta Grandoli que el mismo domingo 2 de marzo, cerca de las siete de la tarde aprehendieron a M. A. que llevaba en sus manos un par de zapatillas con una cámara fotográfica marca Samsung en el interior de una de ellas. Esa cámara es la que reconoce en audiencia la víctima J.C. C. como de su propiedad. En la requisa personal que se efectuó poco después de la detención se secuestró la remera de Argentina que llevaba puesta M. A., la cual reconoció el policía Grandoli ya citado, en audiencia de debate. También secuestraron las zapatillas que llevaba puestas A., cuyos rastros fueran cotejados con los dos rastros de zapatillas ubicados en el interior de la vivienda de calle (V.E.M.), y según nos informa el Criminalístico Erasmo Roque Carrasco, la morfología de ambos rastros son similares. Ese plexo probatorio, ya de por si completo respecto del acaecimiento del hecho, se termina de adjudicar a la conducta de M. R. A. con la información aportada por Cristian Hugo Lepen en tanto los rastros papilares levantados en el lugar del hecho fueron atribuidos por el sistema informático AFIS de confronte de huellas dactilares a las del acusado. Así, el testimonio de la menor V. C. en Cámara Gesell cuando cuenta que una persona ingresó previo romper el vidrio de la ventana, ingresó a su vivienda, la inmovilizó, le exigió dinero, revolvió la casa y se fue en busca de efectos para sustraer, y finalmente se 14 fue, es ratificado por el de su vecino C.A.H., quien se acercó a la vivienda y pudo observar el estado de cosas, por los funcionarios policiales G.A.G. y F.L.S. que llegaron poco después a la vivienda y ratificaron esa información, por los padres de la niña V.E.M. y J.C. C. que además cuentan los efectos que le sustrajeron, y finalmente el personal de criminalística Erasmo Roque Carrasco, Cristian Hugo Lepen y Estefanía Solange Giménez que analizaron la escena del hecho, constataron la forma en que ingreso el causante y como reviso toda la vivienda, lo cual resulta suficiente para acreditar la materialidad del hecho acaecido. La autoría de la conducta penalmente reprochada a M. A. se prueba suficientemente con el testimonio de la niña V. C. que cuenta que la persona que ingresó a la vivienda tenía puesta una remera similar a la de Argentina, y los funcionarios policiales nos indican que los registros de las cámaras de seguridad de la ciudad lo captan antes y después del hecho con la misma remera de Argentina con la que fuera detenido el mismo día en horas de la tarde. Los ya citados funcionarios de la División de Criminalística Carrasco, Lepen y Giménez pudieron probar que el teléfono dejado en el lugar del hecho por el autor, corresponde al aquí acusado, también le corresponde los dos rastros papilares levantados en la viviendas, y en su poder se encontraron una cámara de fotos, un par de zapatillas y un teléfono celular que corresponden a la familia C.. Completan ese plexo, a título indiciario, la evidencia que señala que la huella de zapatilla ubicada en el lugar del hecho morfológicamente es similar a la de A., como también se corresponden las marcas del sobre de preservativos y de cigarrillos encontradas en el lugar del hecho con las que secuestran en poder del acusado. 15 Esto, más allá del reconocimiento efectuado por la Defensa, culmina de acreditar que la persona que rompió la ventana, ingresó a la casa, inmovilizó a la víctima y se retiro sustrayendo algunos elementos es M. R. A., razón por la que habré de declarar su culpabilidad penal. Luego, para analizar la segunda conducta que se atribuye a M. A., tengo por probado, por las consideraciones precedentemente efectuadas que el día 2 de marzo de 2014, ingresó a la vivienda de la familia C. sita en calle (…), cuando en la vivienda se encontraba durmiendo la niña V. C. a quien ató con un cinto. Ahora bien, a los fines de acreditar que, una vez en la vivienda, luego de revisar la casa, A. llevó a la niña V. al dormitorio de sus padres, donde la arrojó sobre la cama, le bajo la bombacha y le apoyó su pene en el esfínter, valoro los dichos de la propia niña, que inéditamente después del hecho, cuando su madre llegó a su casa, le contó que la habían abusado sexualmente. Cuenta V.E.M. que al llegar a su casa, y después de contarle que habían ingresado a robar, cuando su esposo fue a la casa de un vecino, la niña le contó que le habían hecho lo que había visto en una novela, indicándole con ello que había sido abusada sexualmente. Tanto M. como J. C. son contestes en que, al tomar conocimiento de un posible abuso sexual, este último llevo a la niña al hospital, donde V. fue atendida por la Dra. M.L.B. Esta en la audiencia señaló que V. le contó que en un intento de robo a su casa, una persona mayor la intentó violar, que la maniato, la llevo a la cama de los padres, la tiro, le tapo la cabeza y la intentó violar vía anal, que no tuvo éxito, la dejó y se fue. Del análisis clínico realizado pudo constatar que la niña tenía una equimosis en la espalda, 16 compatible con arañazo. También constato un enrojecimiento de los labios de la vagina de reciente producción y una pequeña fisura anal (…) la cual estima, por la forma que presentaba, se produjo muy poco antes de la constatación. A preguntas de las partes, señala que la lesión estaba en la zona externa del ano, la parte cutánea y explica que el esfínter se compone de un área de piel -la externa- y una parte mucosa -la interna- la lesión es en la parte externa. En su testimonio prestado en Cámara Gesell, V. C. de (V.E.M.) -y en lo que interesa respecto de éste hecho- cuenta que luego de atarla y revisar la casa, el causante la llevo a la cama de sus padres, (…). El grado de credibilidad que corresponde dar al testimonio brindado por la niña en Cámara Gesell merece una consideración especial en tanto fue uno de los extremos de mayor discusión entre las partes en juicio. La psicóloga Ana Julia C. realizó la Cámara Gesell, y considera que el relato es creíble, tiene una estructura coherente y es espontaneo, comprende las preguntas que se le efectúan, su lenguaje, si bien acorde para su edad, denota una maduración mayor a una niña de (V.E.M.) lo que atribuye a que antes había realizado un tratamiento psicológico. Descarta fabulación porque el relato es coherente. Por su parte, N.G., Licenciada en Psicología que trató a la menor a partir del hecho, cuenta que su tarea fue acompañar a la niña para la realización de la testimonial en Cámara Gesell, y cuenta el relato que le hizo la niña del suceso en lo esencial coincide con el relato que se reprodujo en la audiencia y antes de ahora se referenció. 17 La Licenciada en Psicología N.L.C., luego de realizar algunos cuestionamientos a la credibilidad del informe de Cámara Gesell por ausencia de estudios complementarios, afirma que con la recopilación del testimonio de esa forma no cree que pueda acreditarse la existencia del abuso sexual, se debe realizar un estudio mas amplio, ya sea anterior o posterior que valide o no el testimonio, ello porque la misma técnica utilizada por peritos en Cámara Gesell para validar los resultados es discutida. En lo que al relato de V. refiere, considera que no es creíble, porque el relato está viciado y ello lo evidencia el vocabulario que tiene la niña que es inadecuado para su edad y porque tampoco presenta la angustia que tienen los niños que han pasado por experiencias traumáticas. Como señalara al momento en oportunidad de adelantar el veredicto, considero que a los fines de acreditar el hecho, la cuestión relativa a la validación de los informes de la psicóloga que realizó la Camara Gesell -que afirma en juicio haber sido informada de los estudios previos que requiere el Protocolo establecido por el TSJ para la validación del testimonio recibido en esa forma- en el caso se relativiza en tanto la validación del testimonio surge de la totalidad del plexo probatorio. Así, la persistencia del relato de la niña V., conjuntamente con la validación diagnostica del aspecto psicológico testimonio de las psicólogas C. y G.- y medico clínico -testimonio brindado por la médica pediatra B.-; con el resto de la prueba obrante en la causa, me permiten considerar acreditada tanto la materialidad del abuso sexual como la autoría de M. A.. Parto de valorar que inmediatamente después que llegó la madre al lugar del hecho -primer persona del círculo familiar con la que tomó contacto-, V. le contó que había sido abusada sexualmente, 18 en la forma en que pudo en base a las limitaciones propias de su edad, pero lo suficientemente clara para que esta pudiera alertar a su esposo J.C.. De este anoticiamiento también nos dan cuenta los funcionarios policiales G.A.G. y F.L.S. a quienes los padres informaron en el lugar mismo del hecho. Ese relato se lo repite a la médica pediatra M.L.B. a una hora aproximadamente del hecho, y lo que es aún más importante, se compadece en un todo con el examen clínico que constata una fisura en la zona cutánea del esfínter. Luego el relato persiste en el testimonio en Cámara Gesell que observamos en audiencia y es validado tanto por las psicólogas A.J. C. y N.G.. De los testimonios de éstas dos últimas también surge que la niña tiene manifestaciones que claramente evidencian haber pasado por una experiencia traumática como la del objeto de la imputación, así nos cuentan que tiene perturbaciones del sueño, cambios de humor repentinos, problemas para relacionarse con su pares, y somatiza enfermedades. De todo esto nos dan cuentan sus padres que relatan que se despierta llorando, que no quiere ir a los cumpleaños de sus amigas, ni a la escuela, y cualquier ruido en su casa le da miedo. Finalmente, también es un indicio de la ocurrencia del hecho la circunstancia de que, el teléfono, el sobre abierto de preservativo, y las tarjetas de M. A. quedaran en la habitación matrimonial, al costado de la cama en que se ejecutó el abuso sexual. El hallazgo se puede explicar a partir de que fue allí donde el causante se debió al menos bajar los pantalones para llevar adelante su conducta. 19 Descarto la hipótesis presentada por la querellante que afirma que al menos existió un acceso carnal parcial, porque no existe ninguna evidencia probatoria que así lo permita acreditar, sino todo lo contrario, la prueba obrante en autos descarta la hipótesis (…) Esta conjetura, además de no encontrar sustento en los dichos de la propia víctima -dice que le apoyo el pito en la cola- ni siguiera le fue propuesta a modo de hipótesis a la Dra. B., quien en su testimonio, con toda claridad descartó la existencia de lesiones internas en el ano. Por ello, concluyo que se encuentra acreditado M. A., en oportunidad de ingresar a la vivienda de la familia C., llevó a la niña V. a la cama matrimonial con la cabeza tapada con una manta, la puso boca abajo, le bajó la bombacha y apoyo su miembro en el ano de la niña, causándole una lesión en la parte exterior del ano de aproximadamente dos milímetros de extensión. Es mi voto. La Dra. Florencia Martini dijo: En atención a la conexidad de los distintos aspectos a examinar, habré de expedirme de modo integral sobre la existencia de los hechos, participación del imputado y respectiva calificación legal al concluir mi colega preopinante el examen de la totalidad de las cuestiones planteadas. La Dra. Liliana Deiub dijo: Adoptaré la postura de la Dra. Martini en relación a la valoración integral de los hechos, participación legal del encartado y calificación aplicable al finalizar su exposición el vocal del primer voto. Segunda cuestión: 20 El Dr. Mauricio Zabala dijo: La calificación legal que corresponde al hecho que tuve por probado, también la habré de separar, en primer lugar analizando el delito contra la propiedad para recién luego adentrarme en el delito contra la integridad sexual. No es motivo de controversia que para ingresar a la vivienda de calle (...)el causante M. A. rompió un ventana, y ya dentro de la misma, ato a la niña que se encontraba durmiendo en la planta alta y sustrajo diversos efectos, entre ellos un teléfono celular, un par de zapatillas y una cámara de fotos marca Samsung que se hallaron en su poder al momento de la aprehensión. También coinciden las partes que el hecho se subsume en el tipo penal del robo, para las acusadoras calificado por efracción y para la defensa la figura básica. De ello se deriva que para sustraer la cosa mueble ajena, M. A. utilizó los dos medios típicos que alternativamente exige la figura del robo, la fuerza en la cosas y la violencia en las personas. En cuanto a la fuerza en las cosas, dice Donna que "el concepto de fuerza es un concepto normativo, que debe ser interpretado de acuerdo a lo que se entiende por robo, de manera que debe entrar en la dogmática propia de este delito. Se trata de un concepto directamente relacionado con el apoderamiento, por ello tiene un sentido normativo como medio para." -Donna, Edg. DP, Parte Especial, TIIb, Ed. Rub. Culz. pag. 104- Y ello es justo lo que ocurre en el caso, la fuerza en el caso se utiliza como un medio para ingresar a la vivienda, el causante utilizó la energía física para franquearse el acceso a la casa donde pretendía sustraer los efectos. Siendo que no existe discusión que para ingresar a la vivienda se realizó un ejercicio de fuerza sobre el vidrio de modo tal que cubre las expectativas normativas del delito de robo en su figura 21 básica -las partes discuten sobre la aplicación de la figura agravadano habré de extenderme sobre el extremo. Aún así, debe recordarse que además de la fuerza, A. ejerció violencia física sobre la niña V. C., a quien maniató con un cinto sobre la cama donde se encontraba durmiendo. Este ejercicio de violencia también resulta normativamente subsumible en el tipo del robo en tanto resulta ser el medio escogido por el autor para inmovilizar a la víctima mientras buscaba en la casa los bienes muebles que pretendía sustraer; búsqueda que dio sus frutos en tanto se llevó consigo al retirarse los elementos antes mencionados, algunos de los cuales fueron recuperados. La partes acusadoras sostuvieron en oportunidad de sus alegatos que la figura si bien constituye robo, la rotura del vidrio de la ventana de la vivienda fractura la ventana en los términos de la figura agravada de robo por efracción. Como adelantara en el veredicto, entiendo que corresponde descartar la aplicación de dicho tipo legal en tanto se trata de un vidrio simple, cuya disposición se relaciona con el cerramiento del ambiente y no con su defensa, por lo cual su rotura queda subsumida en el fuerza requerida para la constitución de la figura básica del robo. La figura agravada se consuma cuando la fractura -que sería el caso- se produce sobre las guardas puestas para la protección de las personas, con lo cual exterioriza su mayor peligrosidad, en tanto estén dotadas de suficiente solidez para oponerse realmente al apoderamiento, ya sea por su naturaleza compacta o su colocación, exigiendo un esfuerzo mayor para superarlas. Esta pauta que enseña Donna en la obra supra citada, fue alegada por la querella para sostener exactamente lo contrario, 22 por ello es central para el análisis de la cuestión, determinar si la ventana con vidrio simple -ni doble, ni reforzado- constituye un elemento de defensa predispuesto por el dueño para la defensa de la vivienda o solo es un cerramiento del inmueble, y claramente la cuestión se vuelca sobre ésta última opción. Resulta claro y pacífico en doctrina que la fractura, además de ejercerse para ingresar a lugares habitados, debe recaer sobre objetos que tengan como función constituir defensas opuestas al apoderamiento de la cosa; de lo que se deriva que necesariamente tienen que tener una verdadera función de defensa, exigencia que no cumplía el vidrio de la ventana de la vivienda de la víctima, puesto que no tenía postigos, ni rejas, ni el propio vidrio estaba dotado de alguna consistencia particular que cumpliera funciones de defensa de la propiedad. Por ello, habré de descartar la proposición de las acusadoras de calificar la conducta como robo por efracción, declarando la culpabilidad de M. A. respecto del delito de robo simple del art. 162 del Código Penal. En relación al segundo hecho, la Fiscalía sostiene que debe ser calificado como constitutivo del delito de abuso sexual con acceso carnal en grado de tentativa, la querella coincide con el tipo penal escogido pero afirma que la conducta consumó los requerimientos del tipo penal, y por último la defensa señala que, en caso de considerar que existió un delito sexual, el mismo es una abuso sexual simple porque la tentativa de abuso sexual con acceso carnal es una tentativa inidónea. Como también adelantara, considero que la conducta se subsume como abuso sexual con acceso carnal en grado de tentativa, y concluyo de esa forma en razón de que considero que ese es el 23 aspecto subjetivo que exterioriza de la conducta de M. A. que, aprovechando su superioridad física, llevó a su víctima a la cama, la tiró boca abajo con la cabeza tapada, le bajo la bombacha e intento acceder con su pene el ano de la menor, faena que no consumó por razones ajenas a su voluntad. Es pacifica la doctrina en señalar que el delito queda es tentado cuando el autor, con el fin de cometer un delito determinado, comienza su ejecución, pero no lo consuma por circunstancias ajenas a su voluntad. Señala Bacigalupo que “lo decisivo, en todo caso, es si el autor obró o no según un juicio racional, es decir, expresando desde su perspectiva un proceder que racionalmente hubiera podido vulnerar la norma” –Bacigalupo E. DP, Parte Gral. Ed. Hamurabi, pag. 466-, para aclarar luego que el concepto juicio racional quiere decir que la producción del resultado no puede depender sólo de la imaginación del autor, sino que el plan de éste debe tener un fundamento lógico y posible (Op. cit. pag. 468) En el caso, no existe duda alguna que el plan del autor era racional, tenia a su víctima, una menor que objetivamente no le podía representar mayor resistencia, sola en la casa, lo cual le daba el total control de la situación y, en ejerciendo ese control, la llevó a la habitación de sus padres (…) con la evidente intención de accederla carnalmente. Lo expuesto permite afirmar objetivamente que la conducta del M. Ancaten se dirigió a accederla carnalmente, en tanto existió una cercanía material y temporal con la acción típica prevista en el delito de abuso sexual con acceso carnal, y el plan de ejecución inequívocamente se dirigía a introducir su órgano sexual en el ano de la niña. Cabe señalar que la conducta estuvo muy poco de perfeccionarse, ya se había superado la esfera de protección de la 24 víctima que se encontraba sola, boca abajo, desnuda y sostenida por una persona que tiene una evidente superioridad física, a punto tal que le llegó a provocar una pequeña fisura en la parte exterior del esfínter. Por otra parte, y como también lo adelantara verbalmente en el veredicto, en el caso se presenta lo que la doctrina expresa como tentativa acabada, es decir, cuando el autor pone de su parte todos los medios necesarios para la consumación del tipo penal, y esto no ocurre por razones ajenas a él. El causante realizó todo lo necesario para la consumación del hecho, tuvo a la niña inmovilizada, boca abajo desnuda en la cama, y si no llegó a consumar conducta por la resistencia de la menor que decía que el dolía y la su propia imposibilidad física. Previo fundar las razones por las cuales considero que A. no consumo el acto por razones ajeas a su voluntad, voy a dejar sentado mi total coincidencia con el Dr. Guillermo Yacobucci cuando afirma que "si el juez está vinculado con el orden jurídico y no sólo con el legal, la aplicación de la ley no se puede desentender de la significación que la misma tenga respecto de los valores fundamentales del orden jurídico, especialmente de la justicia." Tendencias modernas del Der. P .., Direc. Arocena - Balcarce Cesano Ed. Hammurabi, pag. 114- En el caso, el Ministerio Público en su alegato final no indico que la conducta de A. se frustra por una cuestión ajena a su voluntad, ahora bien, si el juez a lo largo de la audiencia, y a partir de las preguntas que realizaron las partes, pudo advertir que existieron motivos que frustraron el objetivo de la conducta emprendida por el imputado, valorar y resolver en función de esos elementos es un deber propio de su función. 25 El juez conoce las cuestiones debatidas en el proceso a partir de los interrogatorios y las manifestaciones de las partes, ahora bien, una vez incorporada esa información, es claro que su decisión no puede estar sesgada en función de la deficiencias del alegato si, como en el caso, de la audiencia surge la información necesaria para dar un veredicto justo. Sentado ello, tengo por probado que M. A. no consumo el hecho en función de la conducta de la víctima y de su propia imposibilidad. En lo que al primer aspecto refiere, la niña le informa a la Dra. B. que luego que le apoyaran el pito en la cola ella grito porque le dolía y el causante la dejó y se fue. Por otra parte, la defensa señala que el imputado había estado toda la noche tomando bebidas alcohólicas con depresores, interrogaron al medico policial sobre los efectos de esa ingesta y este les indico que luego de un período de euforia, los depresores afectan el sistema nervioso central con lo cual difícilmente el imputado pudiera lograr una erección. Ese estado es compatible con el que relatan los policías tenía el acusado el día del hecho –así cuentan que estaba a la mañana poco antes de dirigirse a la casa de la víctima- y así se lo ve en la filmación que se exhibió en debate, caminando desvaído, desalineado, con la mirada perdida. En ese contexto, no quedan dudas que la conducta se dirigió a acceder carnalmente a la menor, así lo exterioriza el análisis objetivo de su conducta, como también es claro que por la acción de la niña y su propia imposibilidad no logró su objetivo, y esto último se acredita con los dichos de la propia víctima que es conteste con el informé médico. En cuanto al abuso sexual simple propuesto como posibilidad subsidiaria por la Defensa, señalan De Luca y Casariego 26 que “si el autor realizó objetiva y subjetivamente conductas dirigidas a un acceso carnal no consentido, el caso escapa de la tipicidad del abuso sexual y deberá ser tratado como tentativa de violación” –Cód. Penal y normas compl. Dir. Baigun – Zaffaroni, Ed. Hammurabi, T4, pag. 510- siempre, claro esta, que el autor no haya desistido voluntariamente, hipótesis que por los motivos antes apuntados, descarto. También descarto la propuesta de tentativa inidonea planteada por la defensa como hipótesis subsidiaria en tanto parte de una análisis ex post de la conducta. La valoración relativa a la posibilidad de cumplimentar un plan delictivo se debe realizar ex ante, y así evaluar si la conducta podría llegar a ser ejecutada. Si analizamos las tentativas desde su frustración, todas las tentativas serían inidoneas. En el caso, M. A. tuvo todos los medios para efectivamente consumar la conducta, los dispuso, dirigió su voluntad a ese fin, y no lo logró porque la reacción de la víctima y su propio estado se lo impidieron. Por todo lo expuesto considero que M. R. A. dirigió su accionar a abusar sexualmente de la menor V. C. accediendola carnalmente vía anal, conducta que no logró perfeccionar por razones ajenas a su voluntad. Es mi voto. La Dra. Florencia Martini dijo: Tal como lo adelanté, habré de realizar un análisis integral sobre la existencia de los hechos, la participación del imputado y la respectiva calificación a fin de facilitar la comprensión y comunicabilidad de las cuestiones planteadas. 27 En primer término, examinaré el hecho que lesiona la propiedad (calificada por las partes acusadoras como robo con efracción). La Defensa al principiar el debate admitió el mismo encuadrándolo prima facie en la figura de robo simple (art. 164 del CP), motivo por el cual no se encuentra controvertido por las partes la existencia del mismo y participación del imputado, debiendo determinarse el encuadre legal. Si bien los acusadores sostuvieron el calificante de efracción, tal como se adelantó en los fundamentos del veredicto, asiste razón al encuadre jurídico otorgado al hecho por la Defensa en tanto el objeto de la fuerza física estuvo constituido por un vidrio común, cuya función radica en el cerramiento de la vivienda, y que por sus características no constituye una defensa predispuesta por los propietarios de la vivienda. A ello se suma, que la fuerza requerida para vencer su estructura es propia de la figura básica del robo, en tanto no exige un plus de fuerza para oponerse a la resistencia propia del material en cuestión. Respecto del hecho que lesiona la integridad sexual, habré de analizar previamente defectos de motivación por parte del Ministerio Fiscal que impiden tener por acreditada su teoría del caso (tentativa de acceso carnal) para luego examinar la teoría del caso sostenida en el alegato final por el Querellante particular y el Defensor de los Derechos del Niño (abuso sexual con acceso carnal consumado). La omisión del Ministerio Público Fiscal de fundar la tentativa de abuso sexual con acceso carnal por la cual acusa al momento del alegato final, no puede ser subsanada por el propio Tribunal de Juicio sin comprometer la imparcialidad del juzgador, echando por tierra el debido proceso legal. La estructura del proceso 28 penal se formaliza a partir de reglas que garantizan la transparencia y juego limpio de las partes. La idea rectora del proceso adversarial está dada por la contienda que se traba entre las partes frente a un Tribunal imparcial, ajeno a los intereses de las partes, que decide sobre el material fáctico y jurídico fijado en el debate. Este esquema supone la intervención de un acusador activo que investiga y requiere y de un tribunal pasivo, un árbitro entre las partes que controla y decide, preservando la efectiva vigencia de la imparcialidad judicial. Tal como lo informó el Dr. González, las partes acusadoras inicialmente mantenían posiciones diferenciadas (diferentes teorías del caso) a partir de idéntica plataforma fáctica. Tal circunstancia pone en evidencia la equivocidad del hecho a los fines del encuadre jurídico. La fiscalía sostenía que se trataba de una tentativa de abuso sexual con acceso carnal, el querellante particular que se trataba de un abuso sexual gravemente ultrajante y el Defensor de los Derechos del Niño que el hecho encuadraba en la figura del abuso sexual con acceso carnal consumado. Como consecuencia del derecho del acusado a una única acusación (art. 66 del CPP), acuerdan en presentar el caso como abuso sexual con acceso carnal consumado (lo que habría sucedido por haber sido sustituido el Dr. González por el Fiscal Jefe, Dr. Fernando Rubio en la audiencia respectiva, de conformidad a textuales dichos del Dr. González al principiar el alegato final). Así las cosas, en el alegato final el Sr. Fiscal, retoma la teoría primigenia del caso (tentativa de abuso sexual con acceso carnal) descartando fundadamente la consumación de un abuso sexual con acceso carnal por el que venía imputado M. A., sin aportar 29 razón alguna que lo conduzca a calificar el hecho como tentado, como si la mera exclusión del delito consumado bastara para acreditar su tentativa. Sin embargo, la tentativa de un delito no se configura por la simple exclusión de la figura consumada, sino que debe acreditarse separadamente la tipicidad de la tentativa en el delito concreto a partir de la prueba producida en el debate. Específicamente debe explicar de qué modo existió un comienzo (doloso) de ejecución del delito y cuáles fueron las razones ajenas a la voluntad del autor que impidieron que el hecho se consumara, circunstancias omitidas absolutamente en el alegato fiscal. Desde un punto de vista cronológico la fórmula de la tentativa anticipa la tipicidad hasta abarcar los actos que implican un comienzo de ejecución del delito. En consecuencia, la tentativa se caracteriza por ser un dispositivo amplificador de los tipos en particular, conforme la cual la acción resulta prohibida ya desde el comienzo de ejecución del respectivo delito. No obstante ello, y del mismo modo que en la tipicidad de los delitos consumados, en los tentados debe examinarse un aspecto objetivo y otro subjetivo. El aspecto objetivo se vislumbra a partir del comienzo de ejecución y hasta el momento previo a la consumación e implica un segmento de la conducta mediante el cual el agente comienza la ejecución del comportamiento típico. Sobre el aspecto subjetivo, la postura predominante en la jurisprudencia reclama la existencia de dolo directo, esto es, la intención inequívoca de producir el resultado. 30 En el alegato final del Sr. Fiscal nada de ello se valora; es decir, no existe argumentación alguna respecto a los elementos constitutivos de la tentativa de abuso sexual con acceso carnal. Al no argumentar sobre el aspecto subjetivo de la tentativa omite descartar un posible desistimiento voluntario (art. 43 CP), que se presenta compatible con el cuadro fáctico y probatorio producido en el debate: la nota esencial del desistimiento es la decisión del sujeto activo –sin intervención alguna de elementos externos a él- de no consumar la conducta dañosa que no se ha concluido, pero que es susceptible de conclusión. De las pruebas producidas en el debate emerge que M. A. se retiró de la vivienda sin acceder carnalmente a la niña –tal como lo sostuvo el Sr. Fiscal-, cuando tuvo la posibilidad material de hacerlo. Nada se lo impedía. El acusado tuvo a su entera disposición a la víctima, sin la intervención de terceros o de cualquier otra circunstancia ajena a su voluntad que le imposibilitase seguir adelante en su accionar. Con ello quiero decir que no se acreditó siquiera la voluntad de A. de consumar el acto. Nada dijo al respecto el Sr. Fiscal. No existió valoración alguna de las circunstancias fácticas probadas en el debate respecto del abuso sexual. Asimismo, los rastros físicos que emergen del examen de la niña –producido casi inmediatamente de acaecido el hecho- (aproximadamente a las 13 horas), no resultan determinantes de un principio de ejecución de un acceso carnal, en tanto se constata una lesión externa cutánea del esfínter de dos milímetros. No puede pretenderse subsanar falencias probatorias por medio de inferencias deductivas que no resultan unívocas, y de esa 31 manera tener por corroborada, con el grado de certeza que se exige en esta etapa del proceso penal, una circunstancia de tal magnitud como lo es la tentativa de un acceso carnal, con las importantes y gravosas consecuencias que trae aparejadas –adviértase en este sentido el importante incremento de la pena que deviene de la tentativa de acceso carnal en relación a la figura básica (abuso sexual)-, cobrando, en consecuencia, plena vigencia el principio constitucional del in dubio pro reo. No obstante lo cual, y más allá de las valoraciones que podamos realizar por nosotros mismos los miembros del Tribunal de Juicio, la circunstancia esencial que impone un límite a la decisión jurisdiccional está dada por la absoluta omisión de argumentación racional sobre los extremos fácticos y probatorios del caso (respecto del atentado contra la integridad sexual de la niña) por parte del Sr. Fiscal a fines de validar su tesis jurídica (tentativa de acceso carnal).Sobre la ausencia de fundamentación de los requerimientos fiscales se ha pronunciado la Cámara de Apelaciones en lo Criminal con competencia provincial en “VICENTE, ALBERTO S/ DCIA. ROBO CON ARMA”, Expte. Nº 1618, Año 2010: “el problema (…) radica en el principio que atañe a la debida fundamentación del mentado requerimiento elevatorio. Situación evidenciada cuando la subsunción legal a la que se arriba no cuenta con la necesaria apoyatura(…) El núcleo fáctico de esa acusación (elemento objetivo de la imputación) debe integrarse, para resultar ella válida, con la valoración jurídico-positiva del mismo (…)es justamente allí, en lo atinente a la faz valorativa, donde se advierte el déficit que socava la validez del mismo para provocar efectos jurídicos y que, de no ser corregido, se mantendrá la afectación al debido proceso legal con la consecuente lesión del derecho a la defensa en 32 juicio (…)En un Estado de Derecho no sólo es exigible el deber de fundamentación de los actos jurisdiccionales. También ese recaudo tiene alcance a los dictámenes del Ministerio Público Fiscal. Esto implica, en prieta síntesis, que los representantes de dicho Ministerio -así como los jueces- tienen obligación de expresar los motivos en que cimentan sus juicios, resultando la conclusión a la que arriben una derivación natural del razonamiento lógico implementado. No cabe duda alguna que la forma en que se expiden los Sres. fiscales está sujeta al control de legalidad y fundamentación”. La fundamentación por parte del juez preopinante de la tesis acusatoria, ante la ausencia total de motivación de la calificación legal que la Fiscalía atribuye al hecho que lesiona la integridad sexual, quebranta el principio de contradicción del juicio, la paridad de armas (en este caso la posibilidad de refutación de la contraparte), el derecho de defensa en juicio, como así la imparcialidad del juzgador y en definitiva, el debido proceso legal. Prueba de ello es la utilización por parte del juez preopinante, de un argumento introducido por la Defensa –y negado por la Fiscalía- para fundar la tentativa de acceso carnal que no fue fundada por la parte interesada (el estado de intoxicación del acusado). El juez del primer voto pretendió suplir la omisión argumentativa del fiscal. La Corte Suprema de Justicia de la Nación tiene establecido que en materia criminal la garantía consagrada por el art. 18 de la Constitución Nacional exige la observancia de las formas sustanciales del juicio relativas a la acusación, defensa, prueba y sentencia dictadas por los jueces naturales (Fallos: 125:10;127:36; 189:34; 308:1557, entre muchos otros). En Mostaccio, Julio Gabriel 33 s/Homicidio culposo (M.528.XXXV, 17/02/04) sostuvo: “Al Poder Judicial se le atribuye la jurisdicción o potestad de juzgar mediante el juicio previo en el que el juez natural resuelve un conflicto entre las partes –antagónicas y que actúan en plena igualdad- en controversia, aplicando al caso concreto el derecho vigente. En el ámbito penal se produce un desdoblamiento formal del Estado; por un lado, el Ministerio Público Fiscal –en ocasiones coadyuvado con la querellaes el encargado de excitar al órgano jurisdiccional ejerciendo la acción penal y por el otro, el juez, tercero imparcial y por ello no comprometido con las posiciones de los contendientes, que es quien ejerciendo el poder jurisdiccional resuelve el caso” (parágrafo 11). “Que esta división garantiza el principio de contradicción y la realización eficiente del derecho de defensa del imputado, constituyendo la característica fundamental del sistema acusatorio” (parágrafo 12). “El principio acusatorio sintetizado en los aforismos latinos ne procedat iudex ex officio y nemo iudex sine actore, es decir, el juez no actúa de oficio y no hay juicio sin actor, tiene por finalidad asegurar que el tribunal que juzga no se encuentra comprometido con la imputación que está llamado a resolver, asegurando la imparcialidad del tribunal. Imparcialidad que fue definida por el maestro Ferrajoli como “la ajenidad del juez respecto de los intereses de las partes en causa. El juez no debe tener ningún interés, ni general ni particular, en una u otra solución de la controversia que está llamado a resolver, al ser su función la de decidir cuál de ellas es la verdadera y cuál es la falsa” (Ferajoli, Luigi; Derecho y Razón, Ed. Trotta, Madrid, 1995, pags 580/581; parágrafo 13). En el mismo sentido se pronunció la CSJN en “Delgado, Orlando Antonio s/abuso sexual agravado”, causa 28.192/07, del 34 18/06/13 con el voto del Dr. Zaffaroni por la mayoría, en el cual dejó sin efecto el pronunciamiento del Superior Tribunal de la Provincia de Corrientes, en tanto introduce una circunstancia que la asistencia técnica no tuvo en consideración a partir de la acusación fiscal, resultando sorpresiva para la defensa. El extremo fáctico (intoxicación del imputado) que se presenta en el primer voto no pudo ser considerado por la defensa técnica, por no haber sido introducido por el Fiscal en el alegato final, lesionando de esta manera el derecho de defensa. En ese sentido, el art. 192 de nuestro Código Procesal garantiza el derecho de defensa dando la última palabra al defensor técnico y al imputado a fin de que puedan refutar la acusación. En nuestro caso, la defensa no tuvo posibilidad de conocer y refutar la argumentación introducida por el Dr. Zabala. La geometría del proceso penal adversarial impone el cumplimiento de los roles que han sido asignados a cada uno de los sujetos en el diseño constitucional (art. 18, 75 inc. 22; art. 8.1 CADH; art. 26 DADDH; art. 10 DUDH; art. 9 y 14 PIDCP) condicionando la validez de la sentencia que de ella derive. Es por ello que, la omisión del Ministerio Público Fiscal de fundar en derecho, a partir de la base fáctica probada en el juicio, no puede ser legítimamente sustituida por la fundamentación de la tesis acusatoria a cargo del Tribunal de juicio. Ello determina la invalidez de la sentencia por exceso del objeto fijado en la contienda de las partes, conminando a la contraparte –en este caso, al imputado y su asistente técnico- a defenderse de la tesis del tribunal en la instancia de impugnación de la sentencia, circunstancia que desvirtúa la lógica propia del sistema acusatorio, derivando en una tergiversación de los roles atribuidos a los sujetos procesales. 35 La exigencia de un proceso regular e imparcial (fair trial) se relaciona con la validez de la sentencia para una condena. Solo será válida aquella en la que se hayan observado todas las garantías y derechos constitucionales de las partes y se hayan cumplido técnicamente sus etapas insoslayables acusación, defensa, prueba y alegación. “La Corte ha reconocido desde siempre que el derecho a ser juzgado por los jueces designados por la ley antes del hecho de la causa debe ser entendido como sujeto a la garantía de imparcialidad, reconocida como garantía implícita de la forma republicana de gobierno y derivada del principio acusatorio -Fallos 125:10; 240:160-” (JAUCHEN, Eduardo M. “el juicio oral en el proceso penal”, Rubinzal Culzoni Editores, Santa Fe, 2008, pag. 29). “Una defensa efectiva supone que sea el fiscal y no el tribunal de juicio quien construya a partir de la prueba producida en el debate, la imputación definitiva (…) este esquema no admite un monólogo del juez con la prueba para buscar la verdad, sino que requiere el enfrentamiento de las partes, expresando en afirmaciones y refutaciones, pruebas y contrapruebas, argumentos y contra argumentos, ambos ante un tercero que decide imparcialmente” (CSJN, fallo del 23-12-2004, caso “Quiroga, Edgardo s/causa n° 4302”).Con la entrada en vigencia del nuevo código procesal penal, de neto corte acusatorio, en consonancia con las directrices dispuestas por los pactos internacionales introducidos a nuestra carta magna por el art. 75 inc. 22 (CN) y por la Constitución de la Provincia de Neuquén (art. 64), nuestro Tribunal Superior de Justicia ha interpretado que: “los juzgadores no se pueden convertir en intérpretes de la voluntad de las partes, sin alterar, de tal modo, el 36 equilibrio procesal de los litigantes en desmedro de la parte contraria; por lo cual no se puede apartar de las cuestiones enunciadas al trabarse el diferendo” (Landaeta R.I: 45/14, expte. 11/14 del 10/03/14). “Los jueces en nuestro sistema constitucional (…) tienen como claro e indiscutible rol el de mantenerse imparciales respecto al interés del acusado pero también respecto del interés general. El juez tiene que tener el poder suficiente para plantarse e impedir el linchamiento de quien el clamor popular reputa culpable (…) En tanto el Ministerio Público asuma firmemente la alta función de procurar castigo a la inobservancia de la ley, se libera a los jueces de esa pesada carga para poder desarrollar adecuadamente la tarea que les es propia: la de equilibrar fuerzas y asegurar que el poder estatal no avasalle las garantías individuales (…)Cuando un fallo absuelve a quien se reputaba culpable, los cañones de la indignada opinión pública apuntan al juez (…)En vez de cargar contra el acusador que no supo o no pudo probar su caso, la sociedad censura al juez que lo único que hizo fue ser imparcial” (Guillermo Nicora “¿el fin de la adolescencia? Definiendo el rol del Ministerio Publico en un proceso penal acusatorio”, en Revista de Derecho Procesal Penal: “El proceso penal adversarial. Lineamientos para la reforma del sistema judicial”, Tomo I, Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 2008, p.81/83). En nuestro caso, el Fiscal no supo o no pudo probar su caso. En definitiva, no enunció las razones necesarias para perfeccionar su acusación. Ello implica: elaborar y comunicar el razonamiento lógico que le permitiría sostener su tesis jurídica (teoría del caso) a partir de las pruebas producidas en el juicio. Al no hacerlo, torna ineficiente su actividad acusatoria al no presentar los argumentos fácticos con los cuales sustentaría su teoría del caso, con el correspondiente 37 encuadre jurídico. En prieta síntesis, la actividad defectuosa y/o ineficiente del Ministerio Fiscal en el presente caso no puede ser suplida por el tribunal de juicio. Habré de analizar brevemente los argumentos introducidos por el juez preopinante que sostienen la tesis acusatoria del Ministerio Fiscal –esto es, la tentativa de un abuso sexual con acceso carnal-, a efectos de fundar el voto disidente.Se trata de dos argumentos: a) el estado del imputado resultante del presunto consumo de estupefacientes y alcohol, en tanto los efectos físico-biológicos habrían impedido la consumación del acceso carnal (por no tener la capacidad física para mantener una erección) y b)los dichos de la niña, que emergen del relato en Cámara Gesell, en el sentido que le manifestó (a la persona que le habría apoyado el pene en la cola) “que le dolía” provocando de este modo la cesación de la conducta en curso. El primero de ellos –el consumo previo de alcohol y estupefacientes (rivotril y cannabis sativa), fue introducido por la Defensa a fin de fundar la tesis subsidiaria, consistente en una “tentativa inidónea” por la inidoneidad del medio empleado, y al momento de ejercer su derecho de réplica el Sr. Fiscal se encargó de negar enfáticamente este extremo, por cuanto sostuvo que tal circunstancia (el consumo de alcohol y estupefacientes) no fue acreditada en el curso del debate. De tal modo que se utiliza en contra del acusado un argumento introducido por la defensa –con fines desincriminatorios-, expresamente refutado por el Fiscal. El fiscal no discutió la tesis jurídica –tentativa inidóneasino la base fáctica sobre la cual la defensa asienta su tesis defensista subsidiaria –el previo consumo de sustancias-. Es decir, 38 refutada la base fáctica, resulta inviable realizar una valoración jurídica eficaz. En relación al segundo argumento introducido por el Dr. Zabala para sostener la tentativa de abuso sexual con acceso carnal, esto es: los dichos de la víctima en el sentido de que le dolía (tal como se expidiese oralmente al pronunciar el veredicto), los mismos no constituyen una razón ajena a la voluntad de M. A., en los términos que exige la tipicidad de la tentativa (art. 42 del CP), sino un acto propio de la voluntad del autor, que configuraría –de haberse acreditado- un desistimiento voluntario (art. 43 del CP.), traducido por el accionar de A. de retirarse de la vivienda sin acceder carnalmente a la víctima, teniendo la posibilidad material de realizarlo.En este sentido se ha pronunciado la Corte de Justicia de Catamarca (“M.,D.A. s/recurso de casación, en M., D.A. s/abuso sexual con acceso carnal por cualquier vía en grado de tentativa”, del 07/05/13): “así las cosas es claro que la conducta desplegada por el encartado al suspender su intento de acceder carnalmente a la menor en respuesta a sus manifestaciones de dolor y a su solicitud para que no lo hiciera, no constituyen un apartamiento material que obedezca a razones ajenas a su voluntad sino un desistimiento voluntario del art. 43 del Código Penal pues tales circunstancias se presentan como razones que fueron tenidos en cuenta para adoptar libremente dicha decisión y no como motivos que impusieran al encartado tal proceder en términos contrarios a su voluntad. No obstante lo dicho, cabe aclarar que la impunidad que se deriva de dicha excusa absolutoria se circunscribe a dicho delito intentado no incluyendo los delitos que ya se hubieran consumado durante su ejecución”. Idéntica es la situación que se constata en nuestro caso. 39 Si bien el acceso carnal consumado ha sido descartado fundadamente, refutando el Ministerio Fiscal adecuadamente la tesis sostenida por el querellante particular y el Defensor de los Derechos del Niño, lo cierto es que se ha tenido por probado que M. A. el 2 de marzo de 2014 entre las 11 y las 12 horas, ingresó a la vivienda habitada por V. C. previo romper el vidrio de la ventana del frente del domicilio destrabando la banderola, y luego de requerir el dinero a la niña, subió con ésta al dormitorio de sus padres en la planta alta, cubrió a la misma con una manta y apoyó su pene en su cola, momento en que la niña le dijo que le dolía, retirándose del domicilio, llevándose consigo un par de zapatillas Salomon, una cámara de fotos Samsung con el respectivo cable USB, y demás objetos menores que fueron hallados en su poder al proceder a su requisa luego de su detención efectuada en horas de la tarde, aproximadamente a las 19,30 horas. En el caso se han constatado los criterios sentados para validar el abuso sexual, esto es, la persistencia del relato de la víctima (frente a su madre, la Dra. B., la psicóloga tratante N.G., y la psicóloga que recibió el testimonio en Cámara Gesell) la validación diagnóstica (testimonio técnico de la psicóloga C.) y validación médica (examen médico practicado por la Dra. B., dando cuenta de la fisura de dos milímetros en la zona externa del esfínter). El acceso carnal consumado ha sido descartado en función del relato de la niña y del único rastro físico que dejo el suceso en cuestión, que se encuentra constituido por una fisura de dos milímetros de longitud ubicada en la zona externa de la cola, en la zona que la Dra. B. describió como esfínter cutáneo, lo que descarta una penetración (…)). 40 El querellante particular (y por adhesión, el Defensor de los derechos del Niño), consideró el acceso carnal consumado en atención al concepto médico de esfínter descripto en la audiencia por la Dra. B., por lo cual los rastros físicos constatados en la zona externa fueron considerados como acceso carnal parcial, circunstancia que se descarta, en tanto –como sostuviera el Sr. Fiscal- no se acreditó la introducción del órgano sexual masculino en cavidad alguna, que es la exigencia del tipo penal del acceso carnal (art. 119 párrafo tercero). El núcleo típico de la figura lo constituye la introducción del órgano sexual masculino en orificio o conducto natural o naturalizado de otra persona por vía normal o anormal, de modo de hacer posible el coito o acto equivalente, sin que sea necesario que el acto sexual alcance la perfección fisiológica a partir de la eyaculación, ni que la penetración se dé de forma completa. Se descarta los actos que no importen una penetración física.El Tribunal superior de Justicia ha sostenido en un caso análogo “S., S. S/Abuso Sexual con acceso carnal”, expte. 271/2008, del 13/05/08 mediante Acuerdo 26/11 (si bien se trataba de la imputación de un acceso carnal vía vaginal) que no configura la forma agravada del abuso sexual un lesión de tres centímetros en la horquilla vulvar: “Pero lo cierto es que si bien los Dres. … constataron la herida mencionada, en definitiva, no profundizaron su revisación o examen practicado a la víctima, constatando sólo una lesión de carácter externo, superficial, sin poder determinar la presencia o ausencia de himen, o la existencia, o no, de otras lesiones internas, por lo que la conclusión de tener por no probado el acceso carnal, resulta acertada”. 41 En el caso que nos ocupa, el examen ginecológico se realizó sin impedimentos e inmediatamente después del suceso, descartándose lesión interna, lo que refuerza la tesis sostenida por el Ministerio Fiscal por oposición a los querellantes. Descartada la figura consumada del acceso carnal –por falta de pruebas- y desechada la tesis de la tentativa por omisión absoluta de fundamentación por parte de la Fiscalía, queda configurada la figura base del abuso sexual, denominada “Abuso Sexual Simple”, descripta en el primer párrafo del art. 119 del Código Penal: “Será reprimido con reclusión o prisión de seis meses a cuatro años el que abusare sexualmente de persona de uno u otro sexo cuando, ésta fuera menor de trece años o cuando mediare violencia, amenaza, abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad, o de poder, o aprovechándose de que la víctima por cualquier causa no haya podido consentir libremente la acción”. Ello no implica realizar una valoración sobre la entidad o magnitud del abuso (dentro de la figura base prevista por el primer párrafo del art. 119 del CP.). No se afirma que el abuso sexual haya sido simple, sencillo, nimio, intrascendente, sino que, conforme a los delitos previstos por el código penal, encuadra en la figura base del abuso sexual (por haber omitido fundar el Fiscal su teoría del caso). Por lo expuesto, considero corresponde declarar la culpabilidad de M. A., por el hecho que fuese traído a conocimiento del Tribunal de Juicio, el que encuadra en las figuras de robo simple (art. 164 de CP) en concurso real con abuso sexual simple (art. 119 primer párrafo del CP). Con costas. Mi voto.La Dra. Liliana Deiub dijo: que en función a lo mencionado al comienzo, se tratarán en esta oportunidad las 42 circunstancias referidas a la existencia del hecho, participación y calificación aplicable. Así, y a efectos de evitar repeticiones innecesarias principiaré refiriéndome al delito contra la propiedad imputado a M. A.. Atendiendo a lo expuesto, y no obstante la ausencia de discrepancias en el voto de los tres integrantes del tribunal en lo relativo a no admitir la calificación agravada de efracción para el delito de Robo propiciada por las partes acusadoras, considero que la simple rotura de un vidrio, que además fue reconocida por la defensa, no alcanza para configurar la agravante pretendida, que se aplica cuando el sujeto activo quebranta alguna de las defensas que actúan como protección de un bien, aplicando una fuerza superior a la habitual. En el presente caso no se acreditó por la Fiscalía y Querellas que el vidrio que rompió el imputado haya tenido características particulares de blindaje, espesor o calidad que requirieran la realización de un esfuerzo superior al normal, muy por el contrario, surgió de la prueba rendida que dicho vidrio era común y solo servía de cerramiento a la vivienda. En el punto, Núñez sostiene que “Es un agravamiento complejo, que como no atiende sólo al quebrantamiento de los efectivos resguardos materiales del domicilio y de la intimidad de su titular, mediante el ejercicio de una fuerza en las cosas superior a la exigida por el tipo básico del robo, sino, también, el peligro que corren la persona de sus moradores”.-Nuñez R. “Tratado de Derecho Penal”, t. IV, p. 242, Ed. Marcos Lerner, Córdoba, 1989 Por ello, y ante la ausencia de prueba referida a acreditar la figura agravada, la conducta del encartado debe ser subsumida en la 43 figura simple del art. 164 del Código Penal, toda vez que se apoderó en forma ilegítima de elementos de ajena propiedad que se encontraban en la vivienda de los damnificados, previo romper un vidrio de la ventana de ingreso a la vivienda mediante la utilización de una piedra, circunstancias éstas que aclaro fueron reconocidas por la defensa; razones por las que adhiero en el punto al voto de ambos vocales preopinantes. Seguidamente y en relación a los delitos contra la integridad sexual imputados a M.A. y ante la postura adoptada por el voto de la mayoría en la oportunidad de adelantar los fundamentos de la decisión, deviene imperativo realizar algunas aclaraciones. Así, debe dejarse debidamente explicado que el Fiscal González en la apertura del debate presentó como su teoría del caso el hecho ocurrido el día 2 de marzo de 2.014 entre las 11 y 13:10 hs en oportunidad en que M. A. previo romper mediante un piedrazo la ventana de vidrio del domicilio sito en calle (...), ingresó al domicilio donde se encontraba durmiendo la niña, la levanta la lleva hasta la planta baja a buscar dinero. Luego de ello la agarra por la fuerza y la lleva a la habitación matrimonial, le tapa la cabeza con una frazada, abusando sexualmente de ella (…) Luego se apodera ilegítimamente de distintos elementos que habían en la casa, un par de zapatillas salomon y demás elementos, cámara fotográfica digital. Ese mismo día fue detenido por personal policial e intenta fugarse, portando elementos sustraídos y vestimentas que lograron su identificación a pocas horas de los hechos. Calificó el hecho, en lo referido al delito contra la integridad sexual, como abuso sexual con acceso carnal consumado, agregando que probaría dicha calificación en el transcurso del debate. 44 Cabe aclarar que la descripción fáctica y la calificación propuesta por el Fiscal González al inicio del juicio fue compartida por el Dr. Sánchez Galarce en su carácter de Querellante particular representando a los padres de la víctima y por el Dr. Espinar en su condición de Defensor de los Derechos del Niño. Posteriormente y en el alegato final las partes acusadoras modifican sus discursos fácticos y jurídicos, resultando que el Fiscal González al no haber logrado acreditar el hecho y calificación propuestas al inicio referidas al Acceso carnal consumado, propuso la figura de la tentativa de acceso carnal, sin mencionar las razones por las cuales M. A. no consumó el delito de abuso sexual con acceso carnal. El Sr. Querellante y el Defensor de los derechos del niño mantuvieron la figura del abuso sexual con acceso carnal consumado, que tal como se detalló en los votos que me preceden, no se encuentra acreditada y comparto los fundamentos por los cuales fue debidamente desvirtuada. Debe destacarse y tal como prevé el art. 14 de nuestro código Procesal “Incumbe a la acusación la carga de la prueba de la culpabilidad”, en este caso era un deber del Fiscal González probar debidamente la tentativa de abuso sexual con acceso carnal por la que pretendía la declaración de Culpabilidad del imputado, no habiendo cumplido con dicha carga. De su alegato de clausura, cuyo registro de audio tengo a mi disposición en este momento, no se desprende en ningún momento que el Fiscal González haya siquiera mencionado, ni mucho menos probado las circunstancias o razones ajenas a la voluntad de M. A. por las cuales a su criterio el acceso carnal a la niña V., quedó en grado de tentativa. 45 Sólo se refirió a la tentativa de abuso sexual con acceso carnal exclusivamente como calificación del hecho, pero reitero, omitiendo probar las circunstancias que configurarían la tentativa, dando a entender erróneamente que la exclusión de la figura consumada automáticamente configuraba la tentativa. Esta ausencia de pruebas e inactividad del Fiscal no puede ser suplida por los jueces, toda vez que se vulnerarían los presupuestos básicos del sistema adversarial, tales como la imparcialidad, la contradicción e igualdad de partes, provocando la nulidad de la sentencia al dar por acreditados hechos o circunstancias no contenidos en la acusación. Asimismo y a fines de ilustrar las falencias en las que ha incurrido la Fiscalía, resta mencionar que fue reconocido por el Fiscal en el alegato final, que la calificación para el hecho desde el inicio de la investigación era la de Abuso Sexual con acceso carnal en grado de tentativa; que fue modificada en la audiencia de control de acusación para conciliar con ambos querellantes una acusación única y más gravosa, sin otro argumento que unificar la acusación, e inexplicablemente sin pruebas que lo sustenten. Para concluir, en relación a la calificación que le cabe a la conducta desplegada por M. A. al abusar sexualmente de la niña V., comparto lo sostenido en el voto de la Dra. Florencia Martini, entendiendo que el accionar del encartado queda circunscripto en el Abuso Sexual simple del primer párrafo del art. 119 del Código Penal, atendiendo a la falta de acreditación por el Fiscal de los presupuestos que configuran la tentativa, debiendo subsumirse su conducta en el tipo básico “sobre el cual se estructura toda la sistemática de los delitos de abuso sexual propiamente dicho. De modo que los demás tipos penales no son otra cosa que el abuso al que se le suma alguna 46 otra circunstancia que agrava el tipo básico”.Edgardo Alberto Donna (“Delitos Contra La Integridad Sexual”, Ed. Rubinzal-Culzoni, 2000, pág. 17) . Por lo expuesto, la conducta desplegada por el encartado y ante la falta de acreditación de los extremos invocados por las partes acusadoras, debe ser subsumida en la figura básica del Robo prevista en el art. 164 del Código Penal en concurso real –art. 55 C.P.- con el delito de abuso sexual simple en los términos del art. 119 1er párrafo del Código Penal. Así voto. Por todo lo expuesto este Tribunal, por mayoría, RESUELVE: I.- Declarar culpable a M. R. A., de demás circunstancias personales ya indicadas, del delito de Robo Simple en concurso real con Abuso Sexual en grado de autor (arts. 178 y cc del Código Procesal Penal, arts. 164 y 119 1er. párrafo, 55 todos del C. Penal), ocurrido el día 2 de marzo de 2014 en calle (...) N° 855 de San Martín de los Andes en perjuicio de J.C. C. y V. C..II.- Otorgar a las partes un plazo de cinco días para ofrecer prueba conforme lo previsto en el art.178 del Código Procesal Penal y oportunamente ordenar a la oficina judicial fije audiencia en los términos del art.179 del mismo texto legal.III.-REGISTRESE. Quede notificada por comunicación electrónica conforme lo adelantado a las partes (art.195 CPP).- 47