Conferencia de Apertura a los Cursos de Actualización Docente 2º

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Escuela de Educación
Conferencia de Apertura a los Cursos de Actualización Docente
2º Semestre 2006
LAS NEUROCIENCIAS Y SU IMPACTO EN LA EDUCACIÓN
Dr. Antonio Battro
16 de Agosto de 2006
Una introducción a la Neuroeducación
El gran tema en toda nuestra educación
es convertir al sistema nervioso en nuestro aliado
y no en nuestro enemigo
William James. Principios de la psicología(1890)
Neuroeducación es la nueva interdisciplina o transdisciplina que promueve una mayor
integración de las ciencias de la educación con aquellas que se ocupan del desarrollo
neurocognitivo de la persona humana. Interdisciplina en tanto es la intersección de muchas
neurociencias relacionadas con el aprendizaje y la enseñanza en todas sus formas,
transdisciplina en cuanto es una nueva integración, absolutamente original de aquellas en una
nueva categoría conceptual y práctica. Ello implica la formación de “neuroeducadores” con
aquellos docentes interesados por la investigación en neurociencias y con los neurocientíficos
interesados en la educación, es decir la neuroeducación abre la puerta a una nueva profesión y
a un nuevo tipo de expertos.
El cerebro humano es un órgano de una complejidad asombrosa y es el fruto de una historia
evolutiva que resulta crucial a la hora de proceder a su estudio, por eso las investigaciones
comparadas de los procesos de aprendizaje entre diferentes especies son imprescindibles y, a
su vez, resaltan el valor excepcional de la persona humana, el único ser capaz de enseñar y de
transmitir nuevos conocimientos de generación en generación. Los niños pequeños son ya
capaces de enseñar a otros, y enseñando aprendemos, como decían los antiguos maestros,
“docendo discimus” (Strauss, 2005) http://www.tau.ac.il/~sidst/index.htm
Pero es preciso explicitar las funciones neurocognitivas propias tanto del aprendizaje como de
la enseñanza con el mayor detalle posible. Hoy la neuroeducación cuenta con recursos de alta
tecnología como las imágenes cerebrales, las pruebas genéticas y las simulaciones
computacionales. Mucho se está haciendo con ayuda de estas técnicas especialmente en el
campo de las discapacidades y trastornos del aprendizaje, dislexia, discalculia, autismo,
defectos de atención, etc. El desafío actual estriba en que la neuroeducación se extiende más
allá de los estudios habituales de la patología del aprendizaje y es capaz de explorar los más
variados temas de importancia educativa.
Terminología y significado
La adopción del término neuroeducación, (que también se puede escribir neuro-educación o
NeuroEducación) es muy reciente y merece ser analizado con algún detalle (ver wikipedia)
En primer lugar, neuroeducación sugiere un encuentro entre las ciencias de la educación y las
neurociencias, por eso se usan también expresiones como “neurociencias educativas”
(educational neurosciences) y otras semejantes con el mismo propósito de integrar las ciencias
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del cerebro, de la mente y de la educación. John T. Bruer (1997, 2002) advierte sobre el largo
camino que nos falta por recorrer antes de poder establecer puentes sólidos entre las
disciplinas. Ciertamente la neuroeducación es una mezcla con muchos componentes y,
además, se encuentra apenas en sus comienzos. Basta recorrer Internet para comprobar que
hay decenas de referencias muy dispares (algunas decididamente estrafalarias) con ese
nombre. La construcción de modelos y la búsqueda rigurosa de confirmación experimental en
el caso de la neuroeducación debe ser prioritaria.
La neuroética
Pero conviene prestar la máxima atención a la agenda científica puesto que no todo lo que se
“puede hacer” se “debe hacer”. Estos criterios apuntan al campo de los valores, en particular a
la ética de los métodos neurobiológicos aplicables a la enseñanza y al aprendizaje. Algunos
métodos podrían vulnerar el principio de prudencia, otros el de responsabilidad civil o el
derecho a la intimidad, para mencionar sólo ciertos obstáculos morales y legales que podrían
presentarse. En este sentido, una “neuroética” comienza a perfilarse como necesaria en el
siglo XXI y se está convirtiendo en tema de reflexión y debate (Marcus, 2002; Gazzaniga,
2005; Illis, 2005). Su aporte será decisivo para el futuro de la neuroeducación (Sheridan,
Zinchenko & Gardner, 2005). Una iniciativa importante es la del Centro de Ciencias del
Cerebro y de la Sociedad (Instituto de Ciencia y Tecnología del Japón) que ha creado un
grupo de investigación dedicado a temas específicos de neuroética (Koizumi, 2005).
Recientemente se ha creado la Sociedad de Neuroética en los EEUU (
http://neuroethicssociety.org/).
El estudio del cerebro en la escuela
En la práctica la mayoría de las investigaciones neurocognitivas ligadas a la educación se
realizan por el momento fuera de la escuela, en ambientes controlados, en hospitales y
laboratorios experimentales, con equipos de alta complejidad de imágenes funcionales del
cerebro (fMRI, MEG, EEG, NIRS, PET, etc.). En estas condiciones experimentales y con
estos instrumentos podemos investigar el cerebro que aprende conceptos de física (Fugelsang
y Dunbar, 2005) y de matemáticas (Dehaene, 1997 Butterworth, 1999)
http://www.college-de-france.fr/site/psy_cog/p1135243908149.htm ,
el cerebro bilingüe, http://www.dartmouth.edu/%7Elpetitto/lab/index.html
entre otros muchos temas de las artes y de las ciencias con resultados de considerable valor
para la neuroeducación. Es interesante subrayar también que algunas iniciativas ofrecen
actividades y observaciones simples para realizar en las escuelas, como el programa
Neurociencias para chicos, que se puede consultar en español
http://neurociencias.udea.edu.co/neurokids/
Por otra parte, la neuroeducación aspira también a estudiar en el aula misma los procesos
neurocognitivos de aprendizaje y de enseñanza durante el diálogo entre maestros y alumnos
aunque ello por ahora no es fácil por razones técnicas tanto como culturales. Comprobamos,
por ejemplo, que no hay por el momento estudios con imágenes funcionales del cerebro que
enseña y esta carencia es un signo evidente de la asimetría de las investigaciones actuales y de
la complejidad del tema. Todo conduce, sin embargo, a pensar que las tecnologías de
imágenes cerebrales se irán perfeccionando y simplificando, bajarán sus costos, serán
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portátiles y tendrán mayor resolución espacial y temporal que las actuales, y se podrán usar en
la escuela. Cuando esto suceda será posible contar con imágenes cerebrales de maestros y
alumnos en interacción. Como dije, las intervenciones deberán respetar los valores propios de
la cultura local y los principios universales de la moral y de la ética que guían toda acción
humana. Para ello será necesario crear comités de neuroética en las escuelas, en analogía con
los comités de “bioética” en los hospitales.
Los estudios de neuroeducación en el mundo
El mayor desafío de la neuroeducación es la integración de las muy variadas disciplinas,
prácticas y tecnologías que deben incorporarse al nuevo campo de estudio y de acción.
Algunos hitos de la historia reciente de la neuroeducación merecen citarse. En 1988 la
American Educational Research Association AERA creó el grupo SIG The Brain,
Neurosciences and Education http://www.tc.umn.edu/~athe0007/BNEsig/ para promover
estos estudios. En 2004 se fundó en los Estados Unidos IMBES, The International Mind,
Brain and Education Society www.imbes.org cuya primera escuela de verano sobre “El
cerebro educado” tuvo lugar en el Centro Ettore Majorana de Cultura Científica de Erice,
Italia www.ccsem.it en 2000. Esta misma sociedad publica la revista Mind, Brain and
Education que se propone la difusión sistemática de estos temas. Podemos mencionar además
las conferencias sobre Mind, Brain and Education (Pontifical Academy of Sciences, 2003),
Building Usable Knowledge in Mind, Brain and Education (Harvard, 2004), Brain-Science
and Education (Center for Research on Brain-Science and Society, Japón, 2005), Sciences
cognitives et éducation, (Académie des Sciences /OECD/CERI, París, 2006). La lista de
proyectos, conferencias y publicaciones se extiende aceleradamente.
El programa CERI de la OECD Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
http://w3.cnice.mec.es/oecd/department/cerebro.html
ofrece un panorama actualizado de los proyectos de neuroeducación en marcha en el mundo.
La característica común de todos estos proyectos neuroeducativos es el trabajo en equipo,
internacional e interdisciplinario. Una increíble variedad de disciplinas y conocimientos, de
personalidades y motivaciones se entrelazan y fecundan en una tarea educativa que pocos
pudieron imaginar hace apenas una década. Pero tal vez lo decisivo haya sido que los
educadores y los investigadores han comenzado a conocerse mejor, a trabajar juntos, a
enriquecerse mutuamente. Las alianzas más variadas se construyen por encima de las
fronteras tradicionales y se van extendiendo a culturas diferentes de manera sistemática. Esto
es importante pues la educación es a su vez semilla y fruto de la cultura. La novedad es que
hoy podemos estudiar cómo se incorpora la cultura en el cerebro (Paulesu et al, 2000). La
exploración de este campo apasionante apenas ha comenzado pero ya promete resultados que
transformarán muchas ideas y prácticas educativas.
Las Neurociencias y su impacto en la Educación
Es apasionante participar de la creación una nueva disciplina. Yo tuve la suerte de participar,
a fines de los años ’60, del lanzamiento de la Informática Educativa. Esa experiencia me
sirve para ver que pasa hoy día con la Neuroeducación El término mismo era casi una
expresión contradictoria en sus comienzos. Por un lado, los expertos informáticos eran, en
general, seres muy encerrados en sus máquinas y poco interesados en la educación. Por el
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otro, las máquinas eran monstruos de una enorme complejidad que sólo un matemático podía
manejar. Además, su costo era inalcanzable para una escuela, tampoco existía Internet.
¿Cómo fue posible pensar que podría haber algo así como la “Informática Educativa”?
Algunos pioneros se atrevieron, como el matemático Seymour Papert a quien conocí en la
Universidad de Ginebra en los años ’60 cuando ambos trabajábamos con Jean Piaget. El
imaginó que todos los chicos del mundo iban a tener computadoras en sus casas algún día. En
el año 1980 en que Jean Piaget murió, se instalaron las primeras computadoras en las
escuelas. Pero todavía falta mucho para que la profecía de Papert se cumpla. Un paso decisivo
a tal efecto es el programa OLPC, “One Laptop Per Child”, www.olpc.org originado en el
MIT con el impulso de Nicholas Negroponte, director del Media Lab, que tiene el propósito
de incorporar millones de computadoras portátiles de muy bajo costo pero de alta
performance en las escuelas primarias del mundo en desarrollo. La Argentina está ahora
negociando la incorporación de 1 millón de equipos en las escuelas públicas, lo que
representa una acción significativa para disminuir la injusta “brecha digital” del país. En todo
el mundo se avanza aceleradamente en esta dirección. Muchos obstáculos que en su momento
se oponían a la introducción de la inteligencia artificial, de la informática y de las
comunicaciones en la escuela, en el aprendizaje y en la enseñanza, se están superando. Los
resultados están a la vista, la informática educativa es una realidad.
Suponemos que lo mismo sucederá con la neuroeducación. Por el momento son frecuentes las
objeciones al proyecto, semejantes a las que escuchábamos en el inicio de la informática
educativa Uno de los obstáculos es pensar “¿para qué queremos eso, si hasta ahora hemos
enseñado sin necesidad de “abrir el cerebro?”. También se objetó en su momento, “¿para qué
necesitamos computadoras en las escuelas?” Esto no lo decía solamente gente común; a
veces los mismos expertos en educación lo afirmaban. Después, cuando se comenzaron a
instalar las computadoras, se pensó que iban a ser utilizadas especialmente por la gente de las
ciencias exactas. Y, sin embargo, los primeros en emplear las computadoras en forma
creativa fueron la gente dedicada a las letras, las artes visuales y la educación física. He
comprobado, a través de algunas experiencias, que esta situación se repite hoy día en
relación a la Neuroeducación en la escuela. Probablemente muchos suponen que los primeros
interesados en estudiar el cerebro educado serán los profesores de biología y no es
necesariamente así. No todos ellos se interesan en esta nueva modalidad, en cambio mucha
gente que proviene de otras disciplinas comienzan a indagar en estos temas, por ejemplo
aquellos que se ocupan de enseñar una segunda lengua, tema que ya ha motivado importantes
investigaciones.
¿Profecía, pronóstico o predicción?
En este tema de la neuroeducación como en otros no tenemos que confundir profecía con
pronóstico. Por un lado, la profecía habla de un mundo que no existe. Hoy día no existe
ningún colegio en el mundo con la capacidad para estudiar sistemáticamente el cerebro del
docente o del alumno durante una clase. Lo que sucede es lo siguiente, como las máquinas de
imágenes cerebrales son muy complejas y costosas los científicos van a las escuelas,
convocan a voluntarios de todas las edades y los invitan a sus laboratorios donde se hacen los
estudios sobre la lectura, la escritura, el cálculo, etc. En el año 1960 Papert decía que íbamos a
tener computadoras en las escuelas. En su momento era imposible. Sin embargo, algunos lo
imaginaron y gracias a su imaginación, y dedicación, lo hicieron posible. Lo mismo se
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cumplirá con la profecía de quienes dicen que se obtendrán imágenes cerebrales en las
escuelas, pero seguramente nos llevará una generación para lograr este objetivo.
Por el otro lado existe el pronóstico que asegura que algo va a suceder ahora, ya. Por
ejemplo, el pronóstico del tiempo que dice que hoy lloverá. En cuanto a esto, siempre cito a
mi maestro Bernardo Houssay, que fue el primer premio Nobel de Ciencias en Latinoamérica.
El contaba que sus contradictores le decían que estaba imaginando algo que sólo se podría
realizar en cincuenta años. Él respondía, con mucha razón, que sólo hablaba de lo que se
podía hacer en el país en ese momento, pero que ¡ellos estaban atrasados cincuenta años…!
Es decir, Houssay no estaba haciendo una profecía ni hablaba de un mundo futuro. Él estaba
haciendo un pronóstico basado en una realidad que ya existía en países más adelantados. Esa
convicción me sirvió mucho en mi vida. Simplemente los que hacemos neuroeducación
estamos aplicando lo que ya sabemos, aquello que funciona. Las personas que no están
enteradas de esto, lógicamente a veces lo toman como “una cosa del futuro”. Pero para
nosotros es una cosa del presente. De manera que hacer Neuroeducación hoy en la Argentina
no es un invento ni tampoco parte de un cuento de ciencia ficción. Simplemente hay que
hacerla pues otros lo están intentando con éxito y nosotros estamos capacitados para ello.
Después está la predicción. Se puede hacer una predicción de algo cuando se tiene un modelo
científico. Por ejemplo, si tengo un modelo científico de la fuerza de gravedad, puedo hacer
una predicción de cómo cae una piedra. Como hay muy pocos modelos científicos sobre el
cerebro en el proceso de aprendizaje y enseñanza dentro de la propia la escuela, no se pueden
hacer muchas predicciones al respecto, pero el camino está ya abierto.
Hacia una divulgación crítica y responsable
Lo que muchas veces se lee en los diarios sobre el cerebro no son siempre datos científicos
confirmados. En gran parte, son exageraciones o visiones muy parciales. Pero una difusión
incorrecta puede confundir más que esclarecer. Una de las fundaciones más importantes de
los Estados Unidos, la Fundación James McDonnell, que preside el profesor John T. Bruer
dedica en su sitio de Internet http://www.jsmf.org/
un espacio dedicado a señalar el peor artículo sobre el cerebro que se haya publicado en un
periódico de gran circulación. Los estudios sobre el cerebro humano en actividad tienen gran
atractivo en el público, que puede ser inducido a error si no se lo trata críticamente.
Un poco de historia
Hace mucho tiempo que se conoce la relación entre el aprendizaje y el cerebro, sin embargo,
pocos tomaron en serio el estudio del cerebro como parte constitutiva de la educación hasta
que en algunas universidades se comenzaron a formar grupos interdisciplinarios para
ocuparse de “Mente, Cerebro y Comportamiento”. En Harvard, dos destacados profesores la
Escuela de Educación Howard Gardner, autor de la teoría de las inteligencias múltiples, junto
con Kurt Fischer, decidieron dar un curso sobre el tema. El mismo comenzó en el año 2002 y
se llama “Mente, Cerebro y Educación” (Mind, Brain and Education) y ha tenido un éxito
notable. http://my.gse.harvard.edu/icb/icb.do?course=gse-ht100
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Pero no fue sencillo abrir un curso con ese nombre. No es fácil aceptar que el cerebro se
estudie en una escuela de Educación. El mundo sigue estando muy dividido: quienes hacen
estudios del cerebro por un lado, y quienes hacen estudios de educación por el otro. En este
caso se está intentando juntar las cosas, crear puentes. En ese mismo año tuve el privilegio de
dictar en Harvard un curso con Fischer, que se llamó “El cerebro educado”. Fueron los
primeros cursos sistemáticos que se realizaban en una universidad sobre cerebro y educación.
Inmediatamente otras universidades empezaron a desarrollar sus propios cursos sobre el tema.
El Dartmouth College de los EEUU,
http://www.dartmouth.edu/%7Elpetitto/lab/index.html,
la universidad de Cambridge en Inglaterra
http://www.educ.cam.ac.uk/neuroscience/index.html
la Universidad de Ulm en Alemania
http://www.znl-ulm.de
la Universidad de Nanjing en China, la Universidad de Tokio en Japón y varias otras.
Todos ustedes saben que desde hace tiempo los neurólogos han entrado a las escuelas para
asistir a los educadores en el tratamiento de chicos y chicas con problemas de dislexia o con
problemas de atención. Quienes están en educación especial conocen la importancia que tiene
el conocimiento del funcionamiento del cerebro para el mejor tratamiento y capacitación de
sus alumnos. Muchos de esos chicos tienen lesiones cerebrales y es necesario ayudarlos con
instrumentos adecuados, en particular con prótesis informáticas. Personalmente he dedicado
muchos años de mi vida a ello (Battro 2000). Pero el asunto no se agota allí. Puede haber,
incluso, una visión “neurologizante” de la Neuroeducación. Al pensar en el cerebro en la
escuela, muchos lo asocian con el cerebro que funciona mal, pero la neuroeducación se
extiende mucho más allá de la patología del aprendizaje o de la conducta.
Cultura y lenguaje
La educación como fenómeno humano está inserta en una cultura particular y en sus valores.
Cada cultura tiene una educación diferente. Una cosa es enseñar chino en China, y otra cosa
es enseñar chino como una segunda lengua en la Argentina ¿Por qué es diferente? Lo es
porque en el cerebro de un chico que está entrenado desde sus primeros días de clase a
trabajar con ideogramas, van surgiendo cambios estructurales muy diferentes a los que
suceden en el cerebro de un chico que aprende a escribir un lenguaje alfabético. Además hay
lenguas como el español que son más “transparentes” que otras. Por ejemplo la letra “a” se
pronuncia siempre /a/ en castellano. En cambio en inglés, “a”, se pronunciará de diferentes
maneras, como en “care” y “cat”. El cerebro que lee en inglés emplea circuitos nerviosos que
se diferencian del cerebro que lee español. Esto se revela en las imágenes cerebrales
comparadas de personas que leen en inglés o en español (Paulesu, 2000). Estos conocimientos
sobre los sistemas neurocognitivos en la adquisición de la lectura sirven a quienes trabajan
con problemas de dislexia pero también a los profesores de literatura.
Las mariposas del alma
Durante cinco meses fui residente y mentor en un colegio en East Hampton y cerca de New
York, The Ross School. www.ross.org. Es un colegio pequeño, Primario y Secundario, con un
equipo excepcional de maestros y profesores e instalaciones dignas de una universidad
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avanzada. Yo no quería armar un laboratorio de Neurociencias aplicada a la educación.
Simplemente quería ver qué interés despertaban estos temas en aquellos que me iban a
acompañar en un programa de neuroeducación en el futuro. Me tocó la suerte de que el
colegio tuviera una muy buena enseñanza en cine y televisión y que los chicos trabajasen
mucho ese campo. Generalmente, a fin de año, deben entregar un trabajo final. Se me
ocurrió juntar a la gente que estaba haciendo cine, con los que estaban estudiando literatura, y
con los que hacían música.
El hombre que descubrió a la neurona como entidad independiente y elemento fundamental
del sistema nervioso fue Santiago Ramón y Cajal, que era, además, un gran escritor y
también un muy buen dibujante. Por eso sus dibujos, aún teniendo más de cien años, se
continúan usando en los libros de Neurología. En su autobiografía dice
“como un entomólogo a caza de mariposas de vistosos matices, mi atención perseguía, en el
vergel de la sustancia gris, células de formas delicadas y elegantes, las misteriosas mariposas
del alma, cuyo batir de alas, ¿quién sabe si esclarecerá algún día el secreto de la vida
mental?”
Esta frase tan barroca, tan llena de metáforas, capturó mi imaginación. Sobre todo me atrapó
la idea de mariposas del alma y quise profundizar el tema. Organicé varios seminarios con
gente dedicada a las letras y las artes, y el profesor que enseñaba latín se interesó mucho por
la historia de Cupido y de Psiqué , esa chica tan bonita que se enamoró de Cupido y que él la
convirtió en diosa. Se la representa con alas de mariposa (en general los dioses griegos tienen
alas de aves). Es importante la coincidencia pues Psiqué en griego es la mente, el alma. Y
mariposa en griego también se llama “psiqué”. ¿Qué tiene que ver esto con la
neuroeducación? Las neuronas, dice aquí la metáfora del sabio Cajal, son “como las
mariposas del alma” y las neuronas tienen una estrecha relación con la mente. Será bueno,
me dije, aprovechar esta sugerencia para despertar el interés de alumnos y profesores en el
tema, partiendo de una experiencia estética más que científica.
El primer paso fue que la metáfora de que las neuronas son las mariposas del alma capturó la
la imaginación de Browyn Roe, una alumna de quince años ¿Qué hizo ella en consecuencia?
Trabajó ocho horas por día durante un mes sacando muchas imágenes de mariposas con una
cámara digital. Fue al famoso “mariposódromo” que hay en el zoológico de New York,
pasando un día entero allí. Además, grabó sonidos del mar para acompañar el material visual.
Para la producción, requirió imágenes de neuronas que crecían y que se movían. Como
estudiantes de Medicina o de Neuroanatomía, empezamos estudiando cortes de órganos es
decir, células muertas. Y esta alumna, en cambio, tuvo la oportunidad de entrar a una página
de Internet donde se mostraban imágenes de neuronas que crecían y que tendían sus axones y
dendritas, que empezaban a hacer contactos, sinapsis, ¡neuronas que estaban vivas!
(Incidentalmente eso me llevó a pensar que a pesar de lo mucho que se ha avanzado en
medicina, todavía se continúa una tradición pedagógica absurda donde la primera clase de
anatomía se basa en el estudio de un cadáver y se trabaja sobre materia muerta en lugar de
hacerlo sobre células vivas). Este cambio resultó fundamental. La imagen que tenía esta chica
sobre el cerebro y sobre las neuronas era una visión más avanzada que la habitual en los
textos de anatomía. Su primer acercamiento a las neuronas fue viéndolas hacer contacto
entre sí y creciendo, creando sinapsis. Esto forma parte de la plasticidad neuronal, es lo que
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sucede cuando uno aprende, la corteza cerebral crea nuevas sinapsis que establecen nuevas
redes de neuronas.
Se presenta el video de “Las mariposas del alma” (2 minutos1/2)
Presenté este video en la reunión que se hizo en Roma en 2003, en ocasión de los 400 años de
la fundación de la primera academia de ciencias del mundo, la Academia de los Linces, origen
de la actual Pontificia Academia de Ciencias. Tuve el honor de regalar este video al Papa Juan
Pablo II. La presidente de honor de esta reunión fue Rita Levi Montalcini (quien tiene ahora
98 años) Premio Nobel de Medicina, descubridora precisamente del mecanismo que hace
crecer los nervios (Nerve Growth Factor). Este fue nuestro mejor homenaje a la metáfora de
Cajal. Este video es una obra muy abstracta y conceptual. Lo que ustedes habrán percibido es
una superposición de imágenes entre una mariposa (que mide centímetros) y una neurona
(que mide micrones) como uno de sus aspectos interesantes. Otro, es que la mariposa bate sus
alas y que esas expansiones que veían aleteando son el cono de crecimiento del axón de una
neurona, es un movimiento que va buscando su contacto con otra neurona. Es una imagen
muy importante de que puede servir de metáfora a la educación. Nacemos con una cantidad
de neuronas y las vamos perdiendo a medida que pasan los años pero al aprender cosas
nuevas, las neuronas que tenemos, crean nuevas sinapsis, lo que aumenta nuestra capacidad
de aprender.
Constantemente aparecen metáforas en ciencia que disparan una investigación. Sabemos que
hay más neuronas en cada cerebro humano que estrellas en nuestra galaxia. Un famoso
poema de Emily Dickinson comienza así
The brain is wider than the sky…
Un físico japonés, Minoru Oda (2001), sugirió emplear las tecnologías que tenemos para
investigar el universo, con las cuales podríamos obtener una visión mucho más precisa del
modo en que funciona el cerebro. Propuso aplicar las técnicas de rayos X empleadas en
astronomía. Es muy interesante pensar que las tecnologías del estudio de las estrellas sean
utilizadas para estudiar también a las neuronas. De hecho los nuevos equipos desarrollados
por Hideaki Koizumi en Hitachi (2005) para detectar los cambios de oxigenación en la sangre
que acompañan a una activación de las neuronas utilizan la tecnología de infrarrojos (NIRS,
near infrared spectroscopy) que es muy empleada en astronomía. Se llama Topografía óptica
OT y es una de las mejores tecnologías disponibles para emplear en la escuela, es portátil y
permite que el alumno se mueva mientras se estudia su cerebro. No es invasora, no utiliza
electrodos como el electroencefalograma sino fibras ópticas. Pero la metáfora no basta; hay
que pasar a la práctica y transformar la metáfora en modelo. De estos modelos trata la
neuroeducación.
Nota: A continuación el Dr. Battro presentó y comentó una serie de ilustraciones y figuras en
powerpoint, y se abrió un debate con los participantes
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Referencias
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