éxito y fracaso de una red pública de crédito agrario

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DOCUMENTO DE TRABAJO EN ESTUDIOS FISCALES Y FINANCIEROS
INuEFF-Universidad de Murcia
DOTEFF nº 4, Marzo 2006
ÉXITO Y FRACASO DE UNA RED PÚBLICA
DE CRÉDITO AGRARIO: LOS PÓSITOS EL SIGLO XIX
Ángel Pascual Martínez Soto
apascual@um.es
Departamento de Economía Aplicada
Facultad de Economía y Empresa
Universidad de Murcia
DOCUMENTOS DE TRABAJO EN ESTUDIOS FISCALES Y FINANCIEROS –
DOTEFF- (Fiscal and Financial Studies Working Papers) es una publicación digital de
carácter académico promovida por el Instituto Universitario de Estudios Fiscales y
Financieros (InUEFF) de la Universidad de Murcia.
Para mayor información, ver http://www.um.es/inueff
1
ÉXITO Y FRACASO DE UNA RED PÚBLICA DE CRÉDITO AGRARIO: LOS
PÓSITOS EL SIGLO XIX
Ángel Pascual Martínez Soto
(Universidad de Murcia)
RESUMEN:
En el presente trabajo se analiza la evolución a lo largo del siglo XIX de una de
las redes asistenciales de índole benéfico-económica más antiguas de nuestro
país: los Pósitos. Se aborda sus cambios jurídicos administrativos y la
actuación de los poderes públicos, locales, provinciales y estatales, sobre estos
institutos.
También
se
repasan
sus
procedimientos
crediticios
y
las
detracciones a que estuvieron sometidos. Otro aspecto de este análisis lo
constituye el debate a que estuvieron sometidos durante toda la centuria sobre
su reforma, orientación, liquidación, etc., llevado a cabo por tratadistas,
economistas y políticos de todo signo. Finalmente, se estudia su actuación
económica e incidencia en el mundo agrario.
PALABRAS CLAVE:
Pósitos, crédito agrario, régimen jurídico, préstamos, red.
2
ÉXITO Y FRACASO DE UNA RED PÚBLICA DE CRÉDITO AGRARIO:
LOS PÓSITOS EL SIGLO XIX
Ángel Pascual Martínez Soto
(Universidad de Murcia)
"...Es el Banco del pobre, para quien no se ha instituido otro
banco que le socorra en sus pequeñas labores, prestándole
capital con la sola garantía de su crédito personal, que sólo el
Municipio puede aquilatar en las reducidas poblaciones
rurales.
Es el pósito, en fin, la verdadera caridad realizada
anónimamente y sin pretensiones de ostentar ni especular con
el socorrido; el derecho popular del pobre al trabajo
proteccionado, y el progreso social latente, puesto en acción
por esfuerzos del comunismo local...
...así debe reconocerse por los hombres de todos los partidos
en que se divide la escuela liberal, que deberán reconocer al
Pósito en el fondo moral y social que entrañan sus obras
pías...”.
José Gracia Cantalapiedra, 1881
Introducción
La evolución de los Pósitos durante los siglos XIX y XX constituye un
tema poco estudiado, a pesar de haber sido una de las instituciones públicas
de crédito más duraderas y más extendidas en nuestro país. Tan sólo algunas
monografías de carácter general en la década de los setenta trataron el tema
en un contexto estrictamente histórico1 y más recientemente algunos trabajos
plantearon el tema con una visión más acorde con los planteamientos de la
historia económica2. Estos institutos constituyeron una realidad polivalente para
1
Se trata de obras que en algún capítulo abordaron el estudio de los pósitos: J. López Yepes
(1969), pp. 21 y 29 y (1971); G. Anes (1968), pp. 39-69; (1969), pp. 73-94 y (1973), pp. 328 y
ss.; F. Ruiz Martín (1970); J. Del Moral Ruiz (1979), pp. 59-61.
2
P. Carasa Soto (1983) y (1991) y AP. Martínez Soto (1994)
3
la investigación económica y, como tal ofrecen múltiples puntos de vista que
permiten desarrollar diferentes hipótesis de trabajo.
Económicamente hablando, los pósitos fueron una forma de lucha
contra las crisis de subsistencia de antiguo régimen; también intentaron
controlar el movimiento de los precios de los cereales hasta finales del siglo
XVIII y más tarde se orientaron hacia el crédito agrícola, intentando frenar el
desarrollo de la usura en los campos. En algunas ocasiones actuaron como un
medio eficiente para salvar parte de la producción cerealera o al menos a
algunos pequeños productores, en este sentido constituyeron un exponente del
circuito autárquico, cerrado y local, de la agricultura y el comercio de granos
durante el antiguo régimen. Su existencia era un exponente de los problemas
que el campo español padecía en el terreno de las financiación, almacenaje,
abastecimiento de semillas, etc.
El aspecto que perduró a lo largo del siglo XIX y primer tercio del XX
fue su faceta financiera, en este sentido estos institutos constituyeron un
interesante ensayo de crédito agrícola, muy discutido por tratadistas,
agrónomos y economistas, debates que generaron nuevas experiencias y,
sobre todo, soluciones teóricas al crédito rural. Los 5151 institutos existentes
en 18003 eran una base sólida para haber establecido una red eficaz de crédito
que hubiera cubierto una buena parte del campo español, suministrando la
financiación necesaria para los pequeños productores. Institucionalmente
constituyeron una interesante manifestación de los vínculos solidarios y
comunitarios ante la necesidad y la emergencia en el mundo rural. En manos
de los ayuntamientos se convirtieron, en muchos casos, en unas instituciones
al servicio de los intereses de las oligarquías locales, las cuales manipularon la
administración de sus fondos en beneficio de sus redes clientelares. También
el Estado utilizó sus fondos para financiar situaciones de emergencia y
proyectos de banca pública, incluso las autoridades provinciales recurrieron a
estos
capitales
para
atender
necesidades
extraordinarias
(epidemias,
emergencias, catástrofes, guerras, etc.), en este sentido se convirtieron en
parte de la red pública de beneficencia. En algunos casos incluso actuaron
como centros de promoción rural, pues financiaron escuelas, mejoras de obras
públicas, mecanización agrícola, etc.
3
La cifra está tomada de J.P. Gutiérrez Higueras (1921), pp. 30-31, se refiere a los pósitos reales, no
están incluidos los pósitos píos y los de fundación privada.
4
Durante la primera mitad del siglo XIX estas instituciones vivieron en
un caos administrativo por el abandono del control que había ejercido el Estado
hasta ese momento, por la utilización de sus fondos por parte de una
deteriorada red de servicios públicos y por la visión que sobre los mismos
tenían las autoridades liberales, las cuales no veían su encaje dentro de la
nueva administración, catalogándolas como entidades anacrónicas, al tiempo
que reconocían su utilidad en algunos momentos y su arraigo popular en un
marco de lenta transformación de las estructuras económicas rurales. En la
segunda mitad de ese siglo los institutos estuvieron controlados y regulados
con eficacia durante algún tiempo, lo que permitió su recuperación,
posteriormente sus fondos fueron instrumentalizados por las oligarquías
locales, en muchos casos, durante su administración descentralizada en manos
de los ayuntamientos.
En este trabajo nos centraremos en el estudio de sus implicaciones
económicas, sin abandonar su vertiente “benéfica”. En este sentido
abordaremos los pósitos como un conjunto de instituciones estables en el
sistema económico agrario durante la etapa 1800-1935 que manifiestan los
ritmos y variaciones de las estructuras agrarias en las que se insertaron. Para
ello utilizaremos cortes sincrónicos para el siglo XIX que nos permitirán seguir
su evolución a grandes rasgos, debido a que las fuentes existentes para este
periodo, estadísticas elaboradas por el organismo director del ramo4, no
permiten la seriación. Para el primer tercio del siglo XX disponemos de fuentes
continuadas elaboradas por la administración estatal5 responsable. Completan
estas fuentes una serie de manuales y obras analíticas y polemistas publicadas
a lo largo de la etapa estudiada6.
En el desarrollo de este trabajo abordaremos en primer lugar una
síntesis de los cambios políticos –administrativos por los que atravesaron estos
4
La Superintendencia en 1733; la Contaduría General; la Real Orden de 9-II-1861; la Dirección General
de Administración en los años1864 y 1866; la Estadística de 1885 aparecida en la Reseña Geográfica y
Estadística de España de 1888; la Delegación Regia de Pósitos de 1906; Censo de la población española
(llamado de Godoy) para 1797; El Diccionario de Hacienda de Canga Argüelles de 1834; El Diccionario
Geográfico Estadístico Histórico de España y sus posesiones de Ultramar de 1845-1850; los Anuarios
Estadísticos de España correspondientes a 1859-1867 y las Memorias que desde mediados de siglo
elaboraron los encargados del ramo.
5
Estas estadísticas se publicaron en los Anuarios Estadísticos de España.
6
F. Guardiola (1802); Pérez Morga (1826); J. Abella (1878), (1881) y (1893); Viñas y Ortiz (1878); J.
Gracia Cantalapiedra (1881); F. Barca (1886); J. Pando y Valle (1880); E. Roca Roca (1965); J. B.
Delgado (1946); F. Calbetón (1910); Conde de Retamoso (1909); J. Díaz de Rábago (1883); L. Durand
(1891); J. Gascón y Martínez (1891); J.P. Gutiérrez Higueras (1921); L.E. de P. (1923); R. Martín Lázaro
(1920); Marqués de Valdeiglesias (1914); marqués de Riscal (1881); P. Prieto de Castro (1918a), (1918b)
y (1920); L. Redonet López Doriga (1905) y (1924); A. Rico Valarino (1888); F. Rivas Moreno (1909),
(1913a) y (1913b) y Vizconde de Eza (1909).
5
institutos durante la etapa indicada. A continuación nos centraremos en la
visión económica y social de estos institutos, presentando su implantación
territorial, la evolución de sus capitales y su actuación como instituciones de
microcrédito destinadas a pequeños productores agrarios.
1. El proceso institucional de los pósitos
A finales del siglo XVIII los pósitos atravesaron una situación crítica
debido a la coyuntura agraria de los 1770 a 1790. Un detallado reglamento de
1792 trató de recuperarlos equilibrando sus funciones crediticias entre el
crédito a la producción y el crédito al consumo y cortando los abusos más
habituales7. En el siglo XIX los institutos se consolidaron como instituciones de
crédito agrícola, a pesar de los vaivenes legislativos y las polémicas que
suscitó su existencia entre políticos y tratadistas. La relativa salud económica
con que iniciaron el siglo les hizo objeto de la intervención y de la exacción de
las instituciones públicas y de las oligarquías municipales. Los planteamientos
liberales sobre la institución se mantuvieron en la línea de convertirlos en
instrumentos financieros al servicio del mundo rural aunque en esta tarea los
logros fueron muy escasos. Francisco Barca8 señalaba en 1866 que estos
institutos ya estaban liquidados como remedio a los periodos de escasez, pues
los conflictos de subsistencias iban desapareciendo y la liberalización del
comercio interno abastecía mejor a las ciudades y nivelaba los precios, en
consecuencia fue el primero en proponer la monetarización de sus fondos en
granos, hecho que no se logró alcanzar totalmente ni siquiera en el siglo XX.
Los pósitos eran instituciones ligadas a un mundo mental muy
resistente al cambio e insertos en unas estructuras agrarias de lenta
transformación. Su dependencia de la administración local les convirtió en
objeto de manipulación por parte de los poderes municipales lo que hizo
fracasar la posibilidad de generar, a partir de ellos, un sistema de crédito rural
de corte moderno. El inmovilismo, los abusos administrativos, la deprimida
coyuntura económica, las guerras (independencia y carlistas), el peso de las
exacciones extraordinarias del Estado, la existencia de una masa de deudores
7
Sobre esta etapa ver los trabajos de: G. Anes (1968) y (1969); F. Ruiz Martín (1970) y López Yepes
(1969).
8
Francisco Barca (1866), p. 21 Este autor fue Director General de Administración Local.
6
insolventes y su escasa operatividad fueron las causas de hundimiento en la
primera mitad del siglo XIX.
En la segunda mitad del siglo XIX los poderes públicos estatales
lograron recuperar sus reservas de granos y de dinero a través de una
actuación administrativa y política más rigurosa, aunque no tuvieron tanto éxito
en la adaptación a las necesidades de una agricultura en transformación, en
proceso de cambio de las técnicas de cultivo, de las finanzas y del mercado.
Los
institutos
continuaron
como
instituciones
residuales,
difícilmente
encuadrables en el esquema económico liberal y cada vez más orientados a
atender las necesidades de subsistencia de los cultivadores más precarios con
una orientación al microcrédito.
2. La situación administrativa y legislativa hasta 1906
Durante el siglo XVIII se había centralizado la administración de estos
institutos con la creación de la Superintendencia General de Pósitos en 1751 y
desde 1790 la Dirección General de Pósitos. En 1792 volvieron al control
directo del Consejo de Castilla, regulándose su funcionamiento en la dirección
de apoyar a la sementera. En 1800 se suprimió la Dirección General del ramo y
pasaron a depender de la Contaduría General lo que relajó su control y
vigilancia9. Las Cortes de Cádiz hicieron depender a estas instituciones de las
diputaciones provinciales y de los ayuntamientos. En 1814 volvieron a ser
controlados por Consejo de Castilla pero la poca eficacia de este provocó que
un R.D. de 1818 restableciera la Superintendencia bajo la dependencia del
Ministerio de Gracia y Justicia. En 1824 regresan otra vez a la dependencia del
Consejo de Castilla. Este recorrido finaliza en 1836 al suprimirse la Dirección
General de Pósitos, cayendo en un abandono total.
La supresión de la Dirección del Ramo en 1800 trajo consigo graves
consecuencias para los Pósitos al quedar estos sin ningún control central,
hasta el punto de que en 1804 la vida de los mismos era más imaginaria que
real. En los años comprendidos entre 1792 y 1863 el número de pósitos pasó
de 8.082 a 3.407, las 9.425.692 fanegas de trigo a 2.606.806 y los 55.105.419
9
Un análisis de este proceso en J. Gracia Cantalapiedra (1881), pp. 258 y ss.
7
reales a 28.680.88310, lo que permite apreciar grado de deterioro, en buena
parte debido a los abusos de los gobiernos liberales que detrajeron de las cajas
de los establecimientos grandes sumas para atender los más variados
imprevistos presupuestarios.
Durante los años cuarenta, algunos tratadistas hicieron propuestas
que trataban de recuperarlos para que desempeñaran su función de
financiación de los agricultores, de esta manera se abrió un debate sobre su
pervivencia o su transformación en bancos agrícolas o su desaparición como
instituciones inútiles11. En esta última línea actuaron algunos ministros, así una
R.O. de 13-III-1854 decretaba la condonación de las deudas del Estado hacia
los pósitos entre los años 1814-1853, aunque reconocía la obligación de
restituirles el capital retirado de los mismos para la fundación del Banco
Español de San Fernando por un valor de 3,4 millones de reales, deuda de la
que se restituiría el 94 % del capital mencionado.
Un decreto de la Regencia proponía en 1841 refundir los pósitos y
convertirlos en bancos agrícolas y territoriales, tan sólo lo hizo el pósito de
Jerez de la Frontera. El problema de la usura y de la descapitalización de la
agricultura empujó a los gobiernos liberales a fijarse en estos institutos, así en
1854 se emitió una Real Orden (31-III) que reclamaba datos a los gobiernos
civiles para conocer el estado real de estos establecimientos, se descubrió que
aún existían 3.410 funcionando y que cincuenta años de exacciones habían
acabado por destruir 4.300 establecimientos. La mayor parte de los proyectos
para organizar el crédito agrícola en nuestro país a partir de 1850, tomaron
como base a estos organismos al ser las únicas instituciones públicas que a
pesar de todos los procesos descritos aún contaban con capitales disponibles,
tanto en efectivo como en deudas de difícil cobranza, pero ninguno de ellos
traspasó los límites del debate parlamentario.
En 1861 la Dirección General de Administración Local inició una
reorganización de estas instituciones intentando reflotar su actividad por medio
de varias disposiciones de ese año dispuso la venta de censos y fincas de los
institutos, también reguló el pago de las creces (interés de los préstamos) y
deudas pendientes y se dedicó a inspeccionar su contabilidad y las existencias
reales de granos y dinero. Estas actuaciones y el control sobre su
10
Los datos de 1792 proceden del Preámbulo del R.D. de 11-VI-1878 y los datos de 1863 de A.E.E. del
1862-1865, pp. 420 y 421.
11
Sobre estas polémicas consultar A.P. Martínez Soto (1994), pp. 278 y ss.
8
administración lograron que los pósitos revitalizaran su actividad crediticia. En
186212 se pusieron en movimiento 2.416.378 fanegas de granos y 19.545.669
reales, para atender a 141.175 labradores, con unos créditos individuales
medios de 274 reales, lo que es un índice del grado de reorganización que se
logró a partir de la R.O. de 9 de febrero de 1861. Durante el año de 1863 se
valoró el capital total de los pósitos en 189 millones de reales13 y se atendieron
150.306 labradores al tiempo que se recuperaban 3.645.712 reales de deudas
pendientes obra de una mayor vigilancia por parte de la Dirección General de
Administración local a través de visitas de inspección a los pósitos14. Producto
de este tipo de actuaciones positivas de la administración fue la recuperación
de estos institutos.
La inestabilidad político-administrativa hasta 1875 implicó la paralización
de las labores de reorganización y saneamiento de estas instituciones y
regresaron las prácticas abusivas por parte de las autoridades locales. En 1877
se reemprendieron las tareas de recuperación con la Ley de 26 de junio y su
Reglamento
(11-VI-1878).
Estas
normativas
seguían
confiando
la
administración de los pósitos a los ayuntamientos, a la vez que establecía un
organismo coordinador en cada provincia, Comisión Permanente de Pósitos,
bajo el control del gobernador, con la función de investigar las existencias de
los pósitos a partir de los datos de 1863, también debía regular las deudas
pendientes y las moratorias concedidas y solicitar la contabilidad de cada
entidad para su control. Las Comisiones Provinciales previstas en esta ley para
controlar a los pósitos se convirtieron en un instrumento inoperante e incluso,
en muchos casos, favorecieron la manipulación partidista de sus fondos al
dejar actuar libremente a las autoridades locales encargadas de su
administración, dando lugar con ello a todo tipo de corruptelas y favoritismos
clientelares.
Con posterioridad la Ley de 1880 (29-VI) planteaba la transformación de
los pósitos, promoviendo la instalación de cajas de ahorros en los
correspondientes pueblos utilizando sus fondos. A pesar de esta corriente
liquidadora y transformadora también surgieron voces autorizadas que
12
Datos obtenidos de la: Memoria y resumen general por provincias del movimiento de fondos que
realizaron los Pósitos hasta fin de 1863 presentada al Sr. Ministro de Gobernación por el Ilmo. Sr. Director
General de Administración Local D. Francisco Barca. Madrid. 1866.
13
Francisco Barca, Memoria y resumen general por provincias del movimiento de fondos..., op. cit.
14
Las Reales Órdenes de 24-VII-1864 y 24-IX-1864 reglamentaban estas visitas de inspección que
giraban "subdelegados especiales" con la finalidad de fiscalizar la gestión administrativa y la contabilidad
de los fondos de las entidades que gestionaban los ayuntamientos.
9
defendieron la existencia de esta red, pues los consideraban los únicos
organismos válidos para practicar el microcrédito especializado con destino a
los pequeños agricultores y afirmaban que si no podían desempeñar sus
funciones correctamente, no era por ser caducas, sino por el entramado de
intereses socio-políticos que las paralizaban. Dentro de estas líneas se
movieron los que podríamos denominar "populistas conservadores", cuyo
máximo
representante
será
José
Gracia
Cantalapiedra15,
también
el
economista Joaquín Díaz de Rábago teórico del crédito agrícola estuvo en esta
tendencia, poniendo de manifiesto su utilidad ya que se carecía de una
alternativa real para responder a las demandas de crédito por parte de los
pequeños campesinos y, por lo tanto, su conversión en bancos agrícolas
suponía poner en peligro la única red existente que atendía a los pequeños
cultivadores16.
La legislación de 1877 no surtió el efecto deseado y los poderes públicos
iniciaron una nueva reforma de los institutos a través de la Ley de 26 de enero
de 1906, la cual asumía parte de las propuestas del grupo favorable a la
pervivencia de los mismos especialmente lo concerniente a la conversión en
metálico de las existencias en granos. También debemos señalar que la
propuesta de transformación de las paneras en almacenes de depósito de la
cosechas de los agricultores de la localidad, sirviendo éstas como base
prendaria para demandar préstamos y de esta manera evitar malvender los
granos en épocas de precios bajos, supone una sugerencia muy novedosa que
el autor del texto recoge de los almacenes cooperativos belgas y de los
sindicatos agrícolas franceses y que suponía poder plantear el crédito sin
desplazamiento de prenda y los warrants agrícolas, dos propuestas que desde
distintas posiciones se irán planteando a lo largo de todo el primer tercio del
siglo XX17.
La Ley de 1906 creaba la Delegación Regia de Pósitos como organismo
de control, haciéndole depender del Ministerio de Fomento para evitar, de esta
manera, los condicionamientos a que les había sometido su dependencia del
Ministerio de la Gobernación y que había supuesto su conversión en
instrumentos privilegiados de las redes caciquiles. Los objetivos básicos de la
15
J. Gracia Cantalapiedra (1881), p16.
Parte del programa de esta tendencia se condensa en el texto de J. Díaz de Rábago (1899) Vol.
II, pp. 266-279
17
En este sentido, ver la obra de Rafael Ramos Bascuñana (1910): La prenda agrícola o la hipoteca
mobiliaria, Madrid. Este autor desarrollará los presupuestos de Díaz de Rábago.
16
10
Ley eran: conservar lo que se denominó el "espíritu de los pósitos" y ensayar la
creación de establecimientos que ayudasen a las pequeñas explotaciones
agrícolas, no sólo con préstamos en dinero y especies, sino a través de la
unión cooperativa para el ahorro, uso de máquinas, adquisición de semillas,
abonos, animales reproductores y cuanto pudiera contribuir al "fomento del
trabajo y de la producción rural". También pretendía limpiar a los pósitos de su
documentación "borrosa" y su contabilidad enmarañada, originada por el
abandono de todas las instancias responsables y las distintas vicisitudes
producto de la inestabilidad político-administrativa.
Como novedad aparecía la posibilidad otorgada a los sindicatos
agrícolas, asociaciones y corporaciones particulares para la fundación de
pósitos con un ámbito de actuación más amplio18, en la línea de las cajas
rurales y de las cajas de ahorros, con capacidad para facilitar la adquisición de
insumos agrarios a las pequeñas explotaciones. También podían las entidades
admitir depósitos de granos y prestar sobre estos hasta el 50% de su valor19.
Los préstamos de especies fungibles sólo podían hacerse a los labradores (se
excluían a los rentistas) y para fines puramente agrícolas, necesitándose en
todo caso un fiador. Las creces (intereses), en los adelantos de grano no
deberían exceder de dos kilogramos por ciento y los intereses del dinero no
sobrepasarían en ningún caso el umbral del 4%, lo que suponía una reducción
del 2% respecto a las normas fijadas en la Ley de 1877. El tiempo de
concesión se limitó a un año prorrogable por otro siempre que se mantuviese la
garantía o fianza, aunque se restringía el concepto de insolvencia de los
mutuarios y la de sus fiadores de cara a frenar los impagados, de tal manera
que en caso de no poder hacer frente a la devolución, serían los vocales de la
Comisión que otorgó el préstamo o los administradores del pósito los que
responderían del pago, se trataba de una medida con la que se pretendía
poner coto a los desmanes de los ayuntamientos en cuanto a la realización de
"créditos políticos".
Dentro de las novedades que establecía esta norma legal hay que
reseñar el cambio de orientación de los establecimientos a través de la
ampliación de sus operaciones, hasta ese momento reducidas a los repartos de
sementera y barbechera, como hemos indicado anteriormente. Se suprimían
18
Artículo 2º de la Ley de 26 de enero de 1906.
Esta consideración iba en la línea de las propuestas que Joaquín Díaz de Rábago formuló a finales del
siglo XIX, y denota la influencia de las normas de funcionamiento de las cajas raffeisenianas y de las
italianas de Wollemborg y Luzzatti.
19
11
los
préstamos
hipotecarios
y
los
garantizados
con
obligaciones
mancomunadas, conservándose como formas los simples e individuales
garantizados con fiadores, mientras que en la legislación anterior, cuando las
concesiones superaban las 500 pesetas, era requisito indispensable la
hipoteca, con esta medida se trataba de evitar que las entidades agrarias o los
pequeños propietarios se viesen afectados, en caso de impago, por las
ejecuciones judiciales que les harían perder sus propiedades, a la vez que se
impedía que los pósitos colocaran sus capitales en unas cuantas hipotecas y
dejaran de atender a la masa campesina a través de pequeños préstamos.
La Ley de 1906 establecía la creación de un órgano gestor encargado
de la liquidación de los pósitos, de investigar su número real, sus capitales y
bienes, la realización de los créditos pendientes y la transformación de sus
existencias en granos a metálico. Este instrumento fue la Delegación Regia de
Pósitos que asumió todas las competencias que en esa materia habían
desempeñado los gobiernos, autoridades delegadas, comisiones permanentes
provinciales y ayuntamientos, correspondiendo el nombramiento del Delegado
Regio al Ministerio de Fomento. A pesar de las múltiples facultades de esta
institución así como la centralización que suponía en aras de un control más
efectivo, se le dotó de la insignificante cantidad de 50.000 pesetas para atender
a los gastos de su administración.
3. La actuación de las administraciones sobre la red: impuestos y
exacciones
Durante el periodo que estudiamos los institutos estuvieron sometidos al
pago de contingentes (impuestos) a la administración estatal que los tutelaba.
Ya en 1792 se estableció el pago de 2 maravedíes por fanega de grano que
existiera en la panera (lo que implicaba un 0,3%) y otros 2 maravedíes por
cada 20 reales (otro 0,3%). Las condiciones adversas de los primeros años del
siglo XIX y la decadencia administrativa de los poderes centrales permitieron
que se dejaran de pagar los contingentes, situación que alivió a las entidades
de las exacciones fuertes que habían sufrido con motivo de las guerras. En
1861 se reanudó el cobro sobre la red aunque bastante más atenuado, se
cargaron 6 céntimos de real por cada fanega de grano (lo que implica un 0,2%)
y 30 céntimos de real por cada 20 reales (el 1,5%). La cobranza de estos
impuestos no se realizó de manera continuada y rigurosa por los fallos de la
12
propia administración central20. La Ley de 1877 equiparó los contingentes
situándolos en el 0,75% en ambos casos (0,25 pesetas por fanega y la misma
cantidad por cada 100 pesetas en caja). Poco después, en 1879, se elevó el
contingente sobre el dinero al 1%, quedando igual el de granos. La Ley de
1906 lo igualó todo al 1%.
Estos impuestos ordinarios no implicaron un lastre duro para los pósitos,
en cambio las exacciones extraordinarias si supusieron un grave problema para
la subsistencia de esta red, en este análisis coincidieron tratadistas de
orientaciones opuestas21. En este aspecto la responsabilidad fue compartida
entre la Hacienda Pública y las haciendas municipales que fueron las
responsables de las desviaciones más importantes de fondos más importantes
que se emplearon en solventar distintas crisis por las que atravesaron. Este
tipo de práctica fue más frecuente durante la primera mitad del siglo XIX,
aunque se siguió registrando hasta finales del siglo.
La primera exacción de importancia la realizó Carlos III que impuso a los
pósitos la entrega de fondos para la fundación del Banco de San Carlos a
cambio de acciones, hecho que provocó una crisis para toda la red. Más tarde,
al liquidarse el banco y refundirse en el de San Fernando (1829), se les redujo
el valor de sus aportaciones22. El tratadista de la red de pósitos J. Gracia
Cantalapiedra (1881:22) estimaba el conjunto de exacciones entre 1751 a 1836
en un total de 1000 millones de reales que no se reintegraron nunca.
En 1861 los institutos sufrieron la desamortización de sus bienes raíces y
rentas, que se incluyeron en el término general de “bienes de propios” de los
ayuntamientos, lo que debió afectar a los títulos expedidos por los
ayuntamientos, aunque no existe ningún tipo de estudio al respecto. La
intervención del Estado sobre los fondos de la red fue disminuyendo en la
segunda mitad del siglo XIX, aunque queda claro la apropiación de fondos
destinados a atender a la población rural más necesitada por parte del Estado y
de las corporaciones locales como un medio de detracción fiscal para atender
otros servicios públicos, militares o para atender otros intereses de los grupos
dominantes en las localidades. En este sentido la red de pósitos terminó por
20
En 1851 se presupuestaron por la administración central 200.000 reales de contingente y tan sólo pudo
recaudar 56.960 reales y en 1853 de 150.000 reales se recogieron 15.741. Estadística Administrativa de
la Dirección General de Contribuciones, Madrid, 1855.
21
Por el lado conservacionista: J. Gracia Cantalapiedra (1881), pp. 291-300 y Mauricio García Isidro
(1929), pp. 54 y ss. Por la corriente transformadora de los institutos: F. Rivas Moreno (1889), vol. II, pp.
62-63 y J. Díaz de Rábago (1899) Vol. II, pp. 266-279:
22
De 7257 acciones se les quedaron en 1426, lo que implicaba pasar de una deuda reconocida de 17
millones de reales a algo menos de 3,5 millones. J. Gracia Cantalapiedra (1881), pp. 291-300
13
convertirse durante buena parte del siglo XIX en la mayor contribución que la
pobreza rural realizó a la crisis hacendística, bélica y sanitaria del país. La Real
Orden de 9-II-1861 reconocía esta actuación del Estado y los municipios y
achacaba la crisis de los institutos a esta causa, junto con el descuido de la
vigilancia administrativa y los trastornos experimentados por la nación, pero a
continuación justificaba ese desvío de fondos porque con ellos se pudo atender
a los conflictos nacionales. Las detracciones habían sido posibles porque con
anterioridad el campesinado pobre (colonos, pequeños cultivadores y
jornaleros) había nutrido la red con sus aportaciones.
El cese de las detracciones entre 1850-1864 dejaba un panorama23 de
recuperación, así en esta última fecha los institutos habían puesto en
movimiento 2,4 millones de fanegas de granos y 19,5 millones de reales,
traducido todo a moneda de aquel año representaba un capital de 116,2
millones de reales. En la sementera de 1862 se atendieron las demandas de
crédito de 141.175 labradores a los que se les repartieron 501.109 fanegas de
trigo, 16.733 de cebada y 49.034 de centeno y 1,16 millones de reales.
4. La red de pósitos un eje de debates sobre la financiación agraria
Desde la época de reformismo ilustrado24 la red fue sometida a todo tipo
de análisis y críticas sobre su administración y posibles reformas que
mejoraran su funcionamiento y su conversión en otro tipo de organismo
(montes de piedad, cajas de ahorros, bancos agrícolas, etc.). Ante la
complejidad legislativa que ordenaba a la red de pósitos fue frecuente la
publicación de manuales de funcionamiento, en los cuales se ordenaba y
comentaba la normativa25. En 1833 Javier de Burgos reabría la polémica en
torno a la utilidad de estos institutos, pues según su criterio la libertad de
comercio de cereales había dado un nuevo impulso a la producción y hacía
23
Agustín Alfaro (1864)
Los trabajos de Zavala y Muñón (1732); F.J. Peñaranda (1789); ambos criticaron los vicios de la
administración de los institutos, las elevadas tasas de interés y los abusos y corruptelas cometidos por los
pueblos. Otros como M. Navarro (1793) proponían su transformación en montes de piedad dedicados a
préstamos en especie y dinero para los labradores, G. Jovellanos citado por López Yepes (1969), p.100
tachaba a la red de inútil y de ruinosos los intereses que cobraba. A finales del siglo XVIII con motivo de
un concurso de memorias convocado por la Sociedad Económica de Madrid, autores como F.B. Ladrón
de Guevara, N. Fernández Moratín, V. Calvo, entre otros, criticaban los préstamos en especie y pedían
que sólo se realizasen en dinero (citado en la voz “Pósito” de la Enciclopedia Espasa, vol. XLVI, p.849).
25
Entre ellos destacan los trabajos de algunos administradores como L. Guardiola Sáez (1802); F. Pérez
Morga (1827) o J. Gracia Cantalapiedra (1881).
24
14
inútiles la existencia de los mismos, incluso se planteaba si estos institutos eran
onerosos o por el contrario favorecían a los labradores “atrasados” con la
anticipación de una o dos fanegas de trigo con gastos desproporcionados, si se
socorría a los colonos pobres o si sólo servían para la especulación de los ricos
y sí una diferente distribución de sus fondos en lugar de préstamos de granos
sería más eficaz para las nuevas necesidades agrícolas.
La iniciativa pública participó en esta polémica abogando por un
proyecto de transformación de los pósitos en bancos agrícolas (R.O. 16-IV1838; el Decreto de la Regencia de 1841 y el Decreto de las Cortes de 1844).
La guerra carlista, la disminución de sus capitales, las dificultades de inversión
y el entramado legislativo por el que se regía la red imposibilitó esta posibilidad
de cambio. La polémica prendió en los medios especializados26, así el
periódico El Amigo del País apoyó la transformación de los pósitos en bancos
agrícolas, mientras que el semanario “de interés agrícola La Esteva
propugnaba su mantenimiento con reformas. En los años comprendidos entre
1849 y 185627 se realizaron numerosas encuestas y concursos sobre el crédito
agrícola, en los cuales organismos públicos, autoridades, sociedades y
particulares expresaron puntos diversos sobre la utilidad de los pósitos y sus
posibilidades de subsistencia en la nueva organización económica liberal.
En la segunda mitad del siglo XIX se produjo una intervención de la
administración del Estado más decidida y firme sobre la red. Destacó la labor
del ministro de la Gobernación, Posada Herrera y su R.O. de 9-II-1861; del
oficial del negociado J. Gracia Cantalapiedra y el Director General de la
Administración Local, F. Barca, autores estos dos últimos de trabajos muy
valiosos para la restauración de los fondos de los institutos. La intencionalidad
de esta intervención radicaba en la imposibilidad de invertir en la agricultura
debido a las pobres expectativas que el sector ofrecía, por otro lado el ahorro
agrícola era detraído a través de la imposición fiscal, lo que provocaba una baja
productividad y colateralmente la huída de capitales y la carencia de estímulos.
Ante estas perspectivas la fundación de bancos agrícolas era nulas, por eso los
gobiernos de la época trataron de reformar los pósitos para que cumplieran su
papel de prestamistas con ciertos niveles de eficacia, a la espera de que los
pequeños esfuerzos inversores del Estado en el ámbito rural (infraestructuras,
26
Las obras de los polemistas se pueden encontrar en Braulio Antón Ramírez (1888), pp.153, 188, 494,
616, 729, 843-844 y en J. Arias Miranda (1862), pp. 117-118.
27
Boletín del Ministerio de Fomento. Un estudio de los mismos en A.P. Martínez Soto (1994).
15
beneficencia, educación, capacitación agraria, etc.) surtieran sus efectos de
reactivación del sector.
En línea con esta actuación estatal sobre la red, y en aras a mejorar la
gestión de los institutos aparecieron varios manuales de procedimientos
destinados a tesoreros y secretarios28. También los tratadistas y estudiosos de
la legislación específica se lazaron a realizar propuestas de transformación,
junto a los citados anteriormente, destacan los economistas J. Pando Valle
(1880) que preconizaba su mantenimiento y reforma y J. Díaz de Rábago
(1883) defensor de la autonomía de los institutos y de la supresión de los
préstamos en granos. Todas las encuestas oficiales que se realizaron entre
1850 y 191029 coincidieron en destacar los principales defectos de la red, la
necesidad de su reforma y las dificultades financieras del campo español.
También existen aportaciones muy valiosas en las memorias de los
responsables del ramo que se editaron a partir de 190630. A pesar de todo este
arsenal de estudios la reforma de red fracasó y a las causas señaladas
anteriormente hay que añadir la actuación negativa, en muchos casos, de las
autoridades municipales que utilizaban los fondos de los institutos para
alimentar sus redes clientelares y además para favorecer a los prestamistas
locales. Los agricultores usuarios de los servicios de los pósitos se mostraron
también refractarios a los cambios, dado que otras experiencias oficiales y
privadas habían fracasado como medio para atender sus necesidades de
financiación (Banco Hipotecario, la pléyade de pequeños bancos que
desaparecían en un corto plazo, etc.)
5. La actuación económica de los pósitos
El panorama general de los pósitos en el siglo XIX es de un deterioro
continuado con algunos momentos de recuperación que se afianzaran a partir
de 1906. En el siguiente cuadro se puede apreciar la evolución de las
existencias de los pósitos (granos y capital en metálico) a lo largo del siglo XIX:
28
Villalba (1862); F. Abella (1878); Viñas y Ortiz (1878).
La Encuesta Agrícola de 1849-1856 del Ministerio de Fomento; Informaciones de la Comisión de
reformas Sociales (1883); Encuesta sobre la Crisis Agrícola y Pecuaria del ministerio de Fomento (1887);
La Encuesta del proyecto de Ley de Crédito Agrícola del Ministro de Fomento Fermín Calbetón (1910).
30
A destacar las de los Comisarios Regios J.M. Zorita (1906); Conde de Retamoso (1908); E. Gullón
(1910) y R, Martín Lázaro (1918-1919).
29
16
CUADRO I
EVOLUCIÓN DE LA RED DE PÓSITOS DURANTE EL SIGLO XIX
AÑO
1792
1800
1826
1831
1836
1850
1859
1862
1863
1885
1902
NÚMERO DE
PÓSITOS
8.0821
5.1512
9.896
-6.300
3.410
3.297
3.043
3.407
3.451
3.410
GRANOS
DISPONIBLES
Miles de
fanegas
10.003
9.308
6.795
7.413
6.000
2.612
2.192
4.348
4.770
3.380
5.023
CAPITAL
DISPONIBLE
EN METÁLICO
Miles de reales
55.105
54.350
22.656
38.615
47.000
18.296
14.548
19.545
29.785
86.334
207.877
1. Según el Preámbulo del R.D. de 11-VI-1878 la cifra ascendería a 9.604 institutos.
En la cifra de pósitos están incluidos los píos y de fundaciones particulares.
2. Sólo están incluidos los pósitos reales, faltan los píos y los de fundación privada.
FUENTES: Elaboración propia a partir de los datos de:
1792: Mauricio García Isidro (1929), p. 21. que los toma de D. pedro Escolano
escribano de Cámara.
1800 y 1869: Juan P. Gutiérrez Higueras (1921). p. 30-31.
1826, 1831, 1836, 1850, 1862, 1863: José Gracia Cantalapiedra (1881): pp. 183, 194,
258, 259, 266, 267, 331, 338 y 382.
1859: Anuario Estadístico de España 1859-60, Comisión de Estadística General del
Reino, Madrid, 1860. pp. 173-174.
1885: Reseña Geográfica y estadística de España, 1888, Dirección General del
Instituto Geográfico y Estadístico, pp.871, 890-891.
1902: José María Zorita (1907): p.40.
5.1. El número de pósitos y su distribución territorial
En transcurso del siglo XIX se produjo un descenso pronunciado en el
número de institutos y de sus capitales, este proceso fue más rápido desde las
últimas décadas del siglo XVIII y la primera mitad del XIX. Esto es una muestra
de las dificultades por las que atravesó la red en su funcionamiento
(exacciones de los gobiernos, efectos de la guerra, detracciones de los
ayuntamientos, etc.). El cese del control centralizado de la red de institutos, con
17
la supresión de la Dirección General de Pósitos en 180031, provocó la caída de
fondos la primera mitad del siglo XIX, situación que se irá mejorando
lentamente desde 1862, a partir de esta última fecha se frenó el deterioro,
manteniéndose estable el número de organismos y el capital repartido entre los
agricultores se incrementó. El declive en cuanto a número de institutos fue
menor en las regiones meridionales y levantinas que en las del centro y las del
norte (ver Anexo I), en cuanto a los fondos descendieron aproximadamente el
50% en las regiones periféricas y un 75% en las del interior. La recuperación a
partir de 1850 fue más homogénea, debido a la acción centralizadora del
Estado y sus medidas administrativas y de control de la contabilidad de los
pósitos, en palabras de Joaquín Costa32 se logró una “petrificación” de los
mismos.
Gráfico 1
DISTRIBUCIÓN DE LOS PÓSITOS 1850-1907 (% DEL TOTAL)
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
1850
1859
ANDALUCÍA
CASTILLA LEÓN
CUATRO REGIONES
1860
1863
1864
1907
CASTILLA LA MANCHA
VALENCIA
RESTO DE REGIONES
Fuente: Ibidem cuadro III. Las cuatro regiones: Andalucía, Castilla la Mancha, Castilla y León
y Valencia.
Si atendemos al reparto regional del número de pósitos para la segunda
mitad del siglo (gráfico 1 y Anexo 1) se comprueba como éstos se concentran
31
Real Cédula de 6 de octubre de 1800. De los 8.082 establecimientos existentes cuando se suprime la
Superintendencia General en 1792, se pasó a 3.407 en 1863. Las 9.425.692 fanegas de grano pasaron
en esta última fecha a 4.770.000 y los 55.105.419 millones de reales a 29.785.000 millones.
32
Joaquín Costa (1902), Vol. I, p.167. En esta obra Costa realiza una interesante crítica a la acción
caciquil en la administración municipal de los pósitos así como los vicios de la central: “…Sin duda
ninguna, la gestión de las corporaciones municipales es imperfecta, deficientísima, asiento de todo
latrocinio y de todo desorden, pero ¿por ventura son menos malas la Administración central y provincial?”
18
en cuatro regiones, las cuales cuentan durante esos años con más del 80% de
los institutos, entre estas destacan las dos Castillas que juntas llegan a tener
más del 50% de los establecimientos. La implantación se corresponde con las
principales zonas cerealeras del país, los institutos están ausentes de la
fachada cantábrica, Galicia, Baleares y prácticamente no existen en Cataluña.
En la zona levantina (Valencia y Murcia) si tienen una presencia relativamente
importante, constituyendo una excepción tratándose de territorios con una
importante agricultura de regadío. En este periodo se puso freno a la
continuada desaparición de entidades, fenómeno que había tenido su punto
álgido en los años comprendidos entre 1773 y 1830.
Los institutos, como se ha señalado, no están presentes en la cornisa
cantábrica (Cantabria, Asturias y País Vasco), Galicia y Navarra, y su presencia
es residual en Cataluña, según un analista de la época (J. Díaz de Rábago
1899: 316) la razón de esta ausencia se debía a la diversidad y alternativas de
cultivos existentes y a la proximidad de la mar que permitía abastecerse de
granos fácilmente; los tipos de cereales dominantes, como en el caso del
centeno que no tiene creces naturales, sino mermas, esto anularía las creces
pupilares (tasa de interés) que sirven para atender los gastos de
administración, en cuanto al maíz sería difícil verificar el reintegro (¿en espiga o
en grano?), además los gastos de entroje en hórreos y desgranamiento
complicaría el mantenimiento de la entidad, así como su almacenamiento que
requiere
de
instalaciones
y
cuidados
muy
complejos
(ventilación,
traspalamiento, limpieza continua para evitar la fermentación, etc.). Todas
estas circunstancias explicarían la ausencia de pósitos en estas regiones.
Como consecuencia de la Constitución de 1812 se produjo un traslado
del control de la red a los ayuntamientos. En 1818 se estimó como urgente
volver al control centralizado de la misma restableciéndose la Superintendencia
General y la Dirección General dentro del Ministerio de Gracia y Justicia (R.D.
20-V-1818) dado que el cese de la acción controladora y fiscalizadora de las
contabilidades de los institutos se dejó sentir sobre el capital de los mismos que
se fue reduciendo paulatinamente (exacciones, sacas oficiales, impuestos,
corrupción, etc.), al tiempo que crecía el monto de los préstamos incobrables.
Después de diferentes alternativas en 1836 la Administración se desentendía
por entero de sus funciones de inspección y vigilancia sobre la red, al
considerar a los establecimientos como organismos puramente locales y, por
19
tanto, de la exclusiva competencia de los Ayuntamientos, esta situación abrió
un nuevo periodo de deterioro acelerado de la misma.
5.2. El capital de los pósitos y su evolución
Los pósitos se nutrían de capital por dos vías: las creces naturales que
eran aportaciones que realizaban los vecinos de la localidad siguiendo un
reparto por el sistema de cupo obligatorio que establecía el ayuntamiento, y en
alguna ocasión se les autorizó a establecer arbitrios sobre el tránsito de
especies, corredurías de granos, caldos y otros artículos de consumo (R.O.
21/01/1806) y las creces pupilares o intereses de los préstamos.
El reparto territorial de los fondos en los inicios de la segunda mitad del
siglo (cuadro II) nos permite introducir matices importantes, así las regiones
castellanas que eran las que mayor número de institutos tenían (más del 50%
del total) no eran las que mayor participación tenían en el conjunto del capital
de estas entidades.
La mayor parte del capital lo tenía los pósitos de Andalucía (58,8% de
los granos y el 71,6% del dinero) que estaban sostenidos por los potentes
ayuntamientos de la agrociudades andaluzas, seguidos muy de lejos por los de
Castilla y León en cuanto al capital en especie (14,1% del total) y de Castilla la
Mancha en el capital en dinero (5,9% del total). Si analizamos el reparto de
capital por unidad destaca poderosamente el nivel de los institutos de Murcia
que sobrepasan a los del resto de regiones tanto en capital grano como en
capital en metálico, se trata de entidades ubicadas en los pueblos del Valle del
Segura (agricultura de regadío) y en las principales agrociudades33 (Lorca,
Caravaca, Yecla, etc.), muchos de los cuales estuvieron ligados a las Pías
Fundaciones del cardenal Belluga34 de ahí su capitalización. Les siguen en los
institutos de Andalucía y los de Canarias en ambas modalidades. Los pósitos
de las zonas genuinamente cerealeras (ambas Castillas y Aragón) tienen unos
capitales por debajo de la media nacional y, por lo tanto, escasos para atender
las demandas de préstamos de los “labradores pobres” en tiempos de
sementera.
33
Se trata de localidades que sobrepasan los veinte mil habitantes y por lo tanto sus ayuntamientos
disponían de fondos para el sostenimiento de los pósitos.
34
El cardenal Luís Belluga Moncada fundó en Murcia una empresa denominada “Pías Fundaciones”
cuyos ingresos provenían de los arrendamientos y censos de las tierras drenadas y saneadas que el
obispado de Murcia poseía en la Vega Baja del Segura, estos fondos se utilizaron, entre otras obras, para
financiar y sostener los Monte Píos Frumentarios (pósitos específicos del Sureste).
20
CUADRO II
REPARTO DEL CAPITAL DE LA RED DE PÓSITOS EN 1850
REPARTO DEL
CAPITAL
NÚMER
O
PÓSITO
S
Andalucía
Aragón
Canarias
Castilla-La Mancha
Castilla-León
Cataluña
Extremadura
La Rioja
Madrid
Murcia
Valencia
España
604
270
37
697
1224
30
206
12
11
18
301
3410
EN
GRANO
(fanegas)
EN
DINERO
(reales)
1.036.644 9.296.749
56.146
61.612
18.659 492.705
149.012 763.622
247.828 558.108
4.727
31.263
89.159 560.749
2.805
7.700
1.407 105.334
56.057 511.056
101.412 594.828
1.763.856 12.983.72
6
REPARTO DEL
CAPITAL %
GRAN
O
58,8
3,2
1,1
8,4
14,1
0,3
5,1
0,2
0,1
3,2
5,7
100,0
CAPITAL EN CAPITAL EN
GRANO POR DINERO POR
DINERO
PÓSITO
PÓSITO
(fanegas/pós (reales/pósito
ito)
)
71,6
1.716
15.392
0,5
208
228
3,8
504
13.316
5,9
214
1.096
4,3
202
456
0,2
158
1.042
4,3
433
2.722
0,1
234
642
0,8
128
9.576
3,9
3.114
28.392
4,6
337
1.976
100,0
517
3.808
Fuente: Datos tomados de José Gracia Cantalapiedra (1881), pp. 266-267.
Para una mejor apreciación de este capital podemos utilizar la
comparación con una institución italiana análoga a los pósitos, se trata de los
Monti Frumentari de Italia, que también prestaban grano para la sementera y,
en ocasiones, lo hacían en invierno para atender las necesidades de consumo
de los campesinos pobres35. En 1853 existían en Italia 1919 Monti con un
capital estimado de 1.759.500 fanegas de cereal, cantidad muy cercana a las
existencias en grano en la red de pósitos en 1850. El tipo de interés que
aplicaban los institutos italianos era superior al de los españoles pues oscilaban
entre el 5 y el 15%. La mayor concentración de Monti se registraba en el Reino
de las dos Sicilias (1200 institutos con un capital estimado de 1,6 millones de
fanegas de grano) y en el centro del país (no existían en el norte del país), una
implantación muy parecida a la de los institutos españoles. En 1863 existían
2.051 Monti36 aunque su importancia dentro del conjunto de operaciones de
crédito agrario en el país era poco relevante y a finales del siglo XIX, en 1894,
35
Sobre los Monti Frumentari ver: Salvatore Bruno (1922) y Giuliano Muzzioli (1883). La influencia de los
Monti Frumentari en la institución de los pósitos parece contar con fundamentos probatorios,
especialmente sobre los fundados a mediados del siglo XVIII en el Reino de Murcia por el Cardenal L.
Belluga (Monte Píos Frumentarios), sobre este aspecto Salvatore Bruno (1922), p. 324.
36
G. Garrani (1943), p. 60 y S. Bruno (1922) p. 325.
21
quedaban operativos 1.665 con un capital aproximado de 12 millones de liras37.
El deterioro de estos institutos italianos era evidente y continuado durante la
segunda mitad del siglo, viéndose relevados en el ámbito del crédito agrario por
las nuevas cajas rurales cooperativas (las de León Wollemborg y L. Cerrutti) y
los bancos populares (fundados por L. Luzzatti). La evolución de la red de
pósitos españoles en la segunda mitad del siglo fue diferente a la de los “monti
frumentari”, se recuperó capital y se reactivaron en su función prestamista,
además no existía una alternativa real como en el caso italiano.
Sobre los Monti operó una legislación confusa y restrictiva, hasta que en
la Ley de Opere Pía de 1890 los definió como instituciones públicas de
beneficencia38 y los colocó bajo la tutela del Estado. Esta decisión fue muy
controvertida y, finalmente, bloqueada en 1896 por el Consejo de Estado. La
nueva normativa de 1906 específica de la Sección de Crédito Agrario del
Banco de crédito de Sicilia les permitió actuar de nuevo como entidades de
crédito agrícola asociadas. Como en el caso español con los pósitos, se
registró una intensa polémica entre detractores y partidarios de que los Monti
continuasen funcionando como entidades de crédito agrícola. Entre los
defensores de más relevancia estuvieron Luigi Luzzatti (fundador de los
Bancos Populares) y Giustino Fortunato (teórico del crédito cooperativo)39
como en el caso de España lo estuvieron Joaquín Díaz de Rábago y Pando y
Valle.
En la segunda mitad del siglo XIX el capital de los institutos (cuadro V y
Anexo II) se recuperó de manera considerable, a pesar de la pésima actuación
de las Comisiones Provinciales Permanentes (creadas por la Ley de 26-VI1877) que tan solo se preocuparon por aumentar el número de favorecidos por
el contingente40.
37
38
39
40
P. Sitta (1933), p. 52.
S. Bruno (1922), pp. 326-327.
G. Fortunato (1888) y L. Luzzatti (1900)
M. García Isidro (1929), pp. 29-30, cita como nefastas las disposiciones de 30 de junio de 1878 y 25 de
octubre de 1879.
22
CUADRO III
CAPITAL TOTAL DE LA RED DE PÓSITOS 1850-1902
GRANOS
(hl)
1850
Capital en caja grano
Capital en deudas seguras grano
Capital en deudas dudosas grano
Capital deudas incobrables grano
Capital Total
Capital en caja metálico
Capital en deudas seguras metálico
Capital en deudas dudosas metálico
Capital en deudas incobrables
metálico
Capital Total
METÁLICO
(reales)
979.920
471.553
125.118
431.775
2.008.366
9.350.654
5.312.717
2.347.292
7.570.220
24.580.883
1863
Capital en caja
Créditos aplazados campaña
Créditos aplazados en moratorias
Capital Total
620.176
645.548
182.502
1.448.226
8.942.840
17.215.052
1.911.703
28.069.595
1885
Capital en caja
Capital en créditos
Capital Total
108.162
1.698.126
1.806.288
6.368.508
78.516.574
84.885.082
1902
Capital en caja
Capital en deudas seguras
Capital Total
1.900.265
890.140
2.790.405
116.096.052
91.781.468
207.877.520
∆ Capital grano 1850-1885 (%)
∆ Capital metálico 1850-1885 (%)
∆ Capital grano 1850-19021 (%)
∆ capital grano 1863-19021 (%)
∆ capital grano 1885-19021 (%)
∆ Capital metálico 1850-19021 (%)
∆ capital metálico 1863-19021 (%)
∆ capital metálico 1885 -19021 (%)
-10,06
245,30
38,93
92,67
54,48
745,68
640,57
146,29
Fuente: datos elaborados a partir de Reseña Geográfica y estadística de España,
1888, Dirección General del Instituto Geográfico y Estadístico, pp.871, 890-891.
(1) Se han realizado los cálculos sobre el capital real en granos y metálico.
La recuperación de capitales fue más efectiva en Andalucía y Levante
que en las zonas más cerealeras -las dos Castillas y Aragón- (Anexo II y
gráfico 2) en la cuales los institutos eran más pequeños, más dispersos y
23
menos capitalizados. En general, el declive de las instituciones y sus fondos
durante la primera mitad del siglo fue menor en las primeras zonas y la
recuperación de la segunda mitad del XIX fue más homogénea, posiblemente
por la acción centralizadora del Estado que estabilizó toda la red. La labor
desarrollada por los funcionarios del ramo perteneciente al Ministerio de la
Gobernación de control de la contabilidad de las entidades y las comisiones
provinciales, la monetización de parte del capital grano; el pago de deudas
antiguas, etc., permitió que en 1902 la recuperación de caudales fuese una
realidad y que al finalizar el siglo los pósitos contasen con un capital real de
68,8 millones de pesetas (51,9 millones de pesetas en metálico) que suponían
un gran incremento respecto al capital existente en 1850 (7 millones de ptas).
Gráfico 2
REPARTO DEL CAPITAL EN GRANOS DE LOS PÓSITOS EN 1850
REPARTO DEL CAPITAL EN METÁLICO DE LOS PÓSITOS EN 1850
REPARTO DEL CAPITAL EN GRANOS DE LOS PÓSITOS EN 1885
REPARTO DEL CAPITAL EN METÁLICO DE LOS PÓSITOS (%), 1885
Fuente: Ver Anexos
24
Estas instituciones de crédito agrario deberían lograr un desarrollo
sostenido en aquellas zonas caracterizadas por una mayor demanda, para
producir o para consumir, allí donde la superficie de cultivo destinada a los
cereales era mayor y donde era más extensivo, en este sentido los pósitos eran
más numerosos en las dos Castillas, pero su dotación de fondos era inferior a
los de Andalucía y Levante. En esas primeras regiones la clientela se
componía de una multitud de “labradores pobres”41 residentes en pequeños
ayuntamientos, la mayor parte de los cuales no tenían capacidad económica y
de gestión para mejorar sus respectivos institutos. En el segundo caso, los
pósitos estaban establecidos en agrociudades con corporaciones que contaban
con administradores cualificados y con suficientes fondos para capitalizarlos en
caso de necesidad, pero en muchos casos eran utilizados como un instrumento
de control social y de atención a las clientelas por parte de las oligarquías
municipales, con frecuencia se daban procesos de corrupción en la gestión de
los préstamos.
La recuperación de los capitales de la red de institutos durante la
segunda mitad del siglo se debió a una combinación de elementos y
condiciones, entre otros: mayor control del Estado sobre las contabilidades de
cada uno de ellos, control y vigilancia sobre las actuaciones de las autoridades
locales y provinciales encargadas de la gestión directa, monetización parcial
del capital en granos, venta de activos (inmuebles, fincas, valores, etc.). Todo
ello posibilitó que en 1902 la red contara con un capital real en metálico de
207,8 millones de reales que suponían un incremento del 745,6 % respecto al
existente en 1850 y 2,8 millones de hectolitros de grano, 38,9 % de incremento
respecto a 1850 (cuadro V), cantidades importantes que les permitía generar
un microcrédito con destino a la sementera y el consumo de los “labradores
pobres”. En ese momento el conjunto de las nacientes cajas rurales, sindicatos
agrícolas, cámaras agrarias, asociaciones agrícolas y otros tipos de
cooperativas no contaban con el capital del que disponía la red de pósitos así
como un conjunto de más de tres mil establecimientos repartidos por buena
parte del país, esto la colocaba en una herramienta fundamental para la
financiación de los pequeños cultivadores a través de operaciones de
microcrédito.
41
Esta expresión, labradores pobres, fue acuñada por J.J. Castillo (1979) al referirse a la afiliación de la
Confederación nacional Católica Agraria, especialmente a la masa de pequeños labradores castellanos
que estaban afiliados a sus sindicatos agrícolas, cooperativas y cajas rurales., loas mismos que durante el
siglo XIX eran la clientela de los pósitos.
25
La relación de los pósitos con variables financieras (precio del dinero e
instituciones de crédito) es problemática a la hora de sacar conclusiones. La
falta de capitales en la agricultura y el alto precio de los mismos (tasas de
usura) era un problema señalado por todas las encuestas oficiales y tratadistas
del periodo. El crecimiento de los fondos de los pósitos en el periodo
comprendido entre 1850 y 1902 no guarda mucha relación con el crecimiento
del número de bancos, cajas de ahorros o cooperativas agrarias de crédito en
esos mismos años. Los dos tipos de instituciones, los pósitos y las nuevas
entidades financieras de la segunda mitad del siglo XIX (bancos, cajas de
ahorros, cajas rurales, etc.), no tuvieron ningún tipo de relación. Las segundas
no desplazaron a los institutos que constituían una red más amplia, ni tan
siquiera complementaron sus respectivas labores allí donde convivieron, se
trataba de dos mundos escasamente interrelacionados. Más coincidencia se
daba con los usuarios de las cajas rurales (cooperativas de crédito ligadas en
muchas ocasiones a sindicatos agrícolas), pero la eclosión de este tipo de
entidades se produjo después del periodo que estudiamos (1915-1920).
5.3. La clientela de los pósitos
La clientela hipotética de la red se situaba en un termino medio entre los
grandes propietarios y los jornaleros desposeídos, los primeros no necesitaban
de sus préstamos y éstos últimos no podían hacer frente a las fianzas y
garantías exigidas para retirar granos o dinero, si lo lograban solían quedar
endeudados con el pósito y, por tanto, excluidos para obtener un nuevo crédito.
Por lo tanto, los mejor situados para ser beneficiarios de los institutos eran los
pequeños propietarios, los arrendatarios y los modestos cultivadores directos
que necesitaban por una parte sus préstamos y por otra, podían presentar unas
garantías suficientes. En el caso de este último grupo el destino fundamental
de los créditos era la sementera, el grupo de los jornaleros solo buscaba la
subsistencia a través de adelantos en grano para panadeo, en este caso los
préstamos exigían unas fianzas y creces menores.
Las zonas de predominio del pequeño propietario y arrendatario tenían
unos pósitos orientados a la producción (Aragón y Castilla-León), mientras que
en los territorios de predominio de la gran propiedad con una gran presencia de
jornaleros, los institutos eran más grandes, urbanos y más orientados a atender
el consumo, con una mayor actividad “social” (cuadro VI) pero más expuestos a
26
acumular créditos impagados (Andalucía). La actividad de los pósitos
orientados a la producción presentan unas oscilaciones en sus operaciones
ligadas al ciclo agrícola, mientras que los orientados al consumo dibujan curvas
más uniformes a lo largo del año42.
CUADRO IV
ESTRATIFICACIÓN SOCIAL Y PÓSITOS EN ESPAÑA
A MEDIADOS DEL SIGLO XIX
Andalucía
Aragón
Canarias
Castilla-La Mancha
Castilla-León
Cataluña
Extremadura
Murcia
Rioja
Valencia
España
Índice
Índice
Índice
Índice
Fondos/habitantes Propietarios Arrendatarios Jornaleros
200
78
70
120
37
130
36
95
50
90
102
105
119
121
75
92
77
121
151
75
5
99
63
109
131
103
52
108
197
65
144
112
6
108
111
92
37
117
83
94
100
100
100
100
Índice
Pobres
85
80
84
101
121
65
92
109
127
83
100
Fuente: Datos tomados del Censo de Población española de 1860 y los referentes a los pósitos 1863:
Gaceta de Madrid de 28-IV-1864 y de 23-IV-1866.
Los índices se han construido señalando el peso de la cantidad regional respecto a la media nacional que
se considera 100.
El alto índice de propietarios de Aragón, las dos Castillas y Valencia
puede relacionarse con el alto número de pósitos, aunque debería tratarse de
un tipo de propietarios medianos y pequeños en su generalidad que podían
acudir a estos pósitos en búsqueda de financiación. La presencia masiva de
jornaleros en Andalucía se relaciona con unos institutos grandes y urbanos,
como ocurre en caso de Murcia o Extremadura. La orientación “benéfica” de la
red de pósitos no alcanzaba a los pobres (pobres de solemnidad o jornaleros
más precarios), su operativa estaba destinada a un sector de la población rural
desprotegida pero que no llega a los límites de la pobreza (pauperismo). En
este sentido los institutos estaban bien orientados en cuanto a su papel sociobenéfico y a su clientela meta pero una pléyade de problemas administrativos y
la mala gestión de las autoridades municipales les impedían realizar con
eficacia este cometido. Con frecuencia su actuación se insertaba en las redes
clientelares que controlaban las oligarquías municipales y sus préstamos
42
Rafael Marín Lázaro (1920), pp. 36-37, presenta unos gráficos de los préstamos realizados a
lo largo de los meses de una serie de años en las provincias de Valladolid y de Valencia en los
que se aprecia este comportamiento.
27
estaban destinados a alimentar estas estructuras, o bien, en algunos casos, la
corrupción hacía que el microcrédito acumulado en varias operaciones
simuladas abasteciese de capital a prestamistas privados y logreros que
negociaban con este capital “barato” para ellos. A pesar de la existencia de
esta realidad, la red de pósitos atendió la demanda de numerario (en grano o
metálico) de un número importante de pequeños cultivadores pobres.
5.4. La actividad prestamista de los pósitos
Las tasas de interés (creces pupilares) fueron tradicionalmente de un
celemín por fanega de grano prestada, lo que representaba una tasa de interés
del 8,33 % al año. Esta cifra fluctuó a lo largo del tiempo, así en 1775 de redujo
a medio celemín por fanega (4,16 %), para subir de nuevo en 1800 hasta tres
cuartillos por fanega (6,25 %), con la idea de recuperar a los institutos de las
exacciones a que les sometió el Estado. En 1861 el interés se situó otra vez en
medio celemín por fanega para los granos (4,16 %) y un 6% para el dinero. La
Ley de 1906 rebajó estas tasas a un 2% en los de grano y el 4% en los de
dinero, tipos que eran más bajos que los que ofrecían las cajas de ahorros y las
cajas rurales existentes. Los réditos se destinaban al mantenimiento de gastos
de conservación, administración y pago de contingentes a los organismos
centrales. Los institutos que funcionaban con corrección (sin intromisiones
ajenas a su cometido) lograban acrecentar sus fondos, constituyendo un tipo
de reserva.
A menudo los fondos de reserva desaparecían por el lastre de los
impagos de los prestatarios de sus respectivos préstamos. La verdadera
debilidad de estos institutos consistía en la dificultad que suponía lograr un
equilibrio entre la necesidad y la solvencia de sus usuarios. A pesar de los
procedimientos normales de fianza de los créditos y de las precauciones a la
hora de seleccionar a los prestatarios entre los más solventes y “honrados” de
los agricultores necesitados de la localidad, la debilidad más acusada de la red
fueron los créditos no recuperados ni recuperables. Una cosecha más floja de
lo habitual o tan solo dos años irregulares sucesivos provocaba un alud de
créditos cuyos reintegros era inviables, de tal manera que uno de los puntos
centrales de las reformas de mediados de siglo para el saneamiento económico
de los institutos siempre fue el intento de realizar una liquidación y clarificación
de las deudas pendientes, especialmente las antiguas.
28
Esta situación endémica convertía a los pósitos en una red avocada a las
polémica y las críticas y, posiblemente, una de las causas de que fuera tan
refractaria a todo tipo de reformas hay que buscarla a la complejidad de
intereses que crecieron en torno a ella, así como la facilidad que daba para
solventar situaciones apuradas de otras instituciones públicas ajenas a sus
fines. El mayor o menor grado de esta situación de impagos varia unas a otras
regiones, en función de la actuación de las administraciones locales y la
solvencia de sus usuarios. Así, un hecho destacable es la situación de los
pósitos andaluces en 1863 que tenían el 57% de los fondos de la red y en
deudas impagadas acaparaban el 71,2%, situación que volvemos a encontrar
en estadísticas posteriores, también tenían dificultades para el cobro los
institutos de Extremadura y los de Castilla y León. Mejor situación presentaban
los de Canarias, Levante (Valencia y Murcia) y Aragón, que eran los más
solventes y mejor gestionados.
CUADRO V
LOS PRÉSTAMOS DE LA RED DE PÓSITOS EN 1850
CAPITAL
PRESTADO POR
PÓSITO
EN DINERO
GRANO DINERO
GRANO DINERO
(reales)
(fanegas) (reales)
1.911 14.934
9.020.410
62,36
59,57
30
0,44
400 11.089
410.288
0,80
2,71
485
2.701
1.882.720
18,26
12,43
44
305
373.089
2,93
2,46
197
254
7.611
0,32
0,05
717
6.174
1.271.840
7,98
8,40
55
709
8.509
0,04
0,06
44
2.421
26.627
0,03
0,18
3.721 89.813
1.616.626
3,62
10,68
205
1.744
524.843
3,34
3,47
15.142.563 100,00
100,00
543
4.441
CAPITAL PRESTADO
Andalucía
Aragón
Canarias
Castilla-La Mancha
Castilla-León
Cataluña
Extremadura
La Rioja
Madrid
Murcia
Valencia
ESPAÑA
EN GRANO
(fanegas)
1.154.358
8.098
14.811
337.969
54.150
5.896
147.671
658
487
66.977
61.769
1.851.205
CAPITAL
PRESTADO %
Fuente: elaborado a partir de José Gracia Cantalapiedra (1881), pp. 266-267.
La red no sólo actuó en el terreno del crédito agrario, sus fondos
también se utilizaron por las autoridades locales para financiar obras públicas,
para atender los efectos de calamidades o epidemias, como estímulo a la
29
innovación43 (adquisición de maquinaria agraria), en escuelas públicas y otras
muchos destinos: Pero su tarea más importante se centró en el microcrédito,
en una línea de centros benéficos orientados a un sector social agrario. J.
Pando y Valle (1880:16) señalaba que en 1800 los 9.600 pósitos (incluidos los
pósitos píos), con 480 millones de reales, atendieron las demandas de 160.000
labradores pobres. A mediados del siglo los pósitos prestaban 1,8 millones de
fanegas de grano y 15,1 millones de reales (cuadros V y VI).
Destaca el papel de los pósitos andaluces que concentran el 62,3% del
capital prestado en granos y el 59,5% del prestado en dinero. Pero si
atendemos por lo realizado por termino medio por cada instituto los de Murcia
fueron los que más capital prestaron en consonancia con el capital disponible
junto con los de Andalucía, Canarias y Valencia.
En 186244 los pósitos prestaron a 141.175 labradores un total 501.109
fanegas de trigo, 49.034 de centeno y 16.733 de cebada (58% del trigo
existente, el 49% del centeno y el 46% de la cebada) y un capital en metálico
de 2.168.900 reales (38% de lo que existía en caja), siendo el valor del
préstamo medio de 274 reales, cifras que muestran la implantación de los
institutos como entidades de microcrédito especializadas. En 186345 se
socorrían a 150.306 labradores pobres para la sementera, lo que implicaba que
este año se superaron en 850.078 fanegas de grano y en 10.363.196 reales los
préstamos realizados en el año 1862 y que se socorrieron 9.131 labradores
pobres más que el año anterior, también el capital efectivo recobrado en
metálico por los institutos aventajó en 3.645.712 reales al de 1862. Estas cifras
nos muestran la recuperación que experimentaron los institutos en la segunda
mitad del siglo, incluso se trató de reorganizarlos ante esta perspectiva (Real
Orden 25-IV-1866) sobre la base de: monetización de sus capitales (conversión
a metálico de los granos de los pósitos, venta de inmuebles, liquidación
inmediata de los créditos y condonación de deudas según los periodos de los
que procedan); disminución de la tasa de interés de los préstamos y medidas
de racionalización administrativa (seguridad en los reintegros, simplificación de
la contabilidad, administración gratuita, rendición de cuentas con periodicidad
acordada y siguiendo las directrices del organismo central).
43
44
45
Fermín Calbetón (1910), pp. 122-123.
José Gracia Cantalapiedra (1897), p. 371.
Ibidem, página 372
30
CUADRO VI
LOS PRÉSTAMOS DE LOS PÓSITOS EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO
XIX
Número de labradores atendidos
Capital prestado en granos (Hl.)
Capital prestado en dinero (Ptas.)
1850
1859
1.028.447
3.785.640
790.891
2.007.610
1862
141.175
786.089
3.461.206
1863
150.306
850.078
4.780.969
1885
1.801.553
18.640.353
1902
335.285
890.140
22.945.367
Fuentes: 1850 José Gracia Cantalapiedra (1881):p. 259; 1859: José Gracia Cantalapiedra (1881): p. 268;
1862 A.E.E. año 1862-1865; 1863 A.E.E. año 1862-1865; 1885 Reseña Geográfico-Estadística de España
año 1888; 1906: José María Zorita (1907): p. 40.
Los datos de los Anuarios Estadísticos de España proceden del Ministerio de Gobernación, Dirección
General de Administración Local.
Las inspecciones que se giraron a las provincias en 1862 resultaron muy
efectivas, empezando a corregir las ocultaciones, los abusos en la
administración y en la contabilidad, los repartimientos y reintegros simulados, la
parcialidad en la concesión de créditos y otras muchas corruptelas que
paralizaban los institutos. Este modo de proceder de la Administración mejoró
las reservas de conjunto de la red, de esta manera para el reparto de la
sementera de 1863 disponía de 363.456 fanegas de trigo, 55.091 fanegas de
centeno, 12.981 fanegas de cebada y 4.540.139 reales en metálico. El capital
real de los pósitos en ese año (contando solo los créditos realizables) ascendía
a 116.200.789 reales46
La evolución de los pósitos entre 1863 y 1885 no es desconocida, los
institutos vivieron un periodo de desorganización de la red debido a los
avatares políticos y al traspaso de competencias a las Comisiones Provinciales
de Pósitos (Ley 20-VI-1877) las cuales dejaron de rendir cuentas47. La
Dirección General de Administración Local emitió una circular (15-V-1880)
reclamando a los Gobernadores que le remitiesen el estado contable de sus
respectivos institutos, resultado de esta iniciativa se plasmó en el estado
contable de 1885 que significó un nuevo paso en la reorganización de la red,
que culminaría con la Ley de 23 de enero de 1906 creadora de la Delegación
Regia de Pósitos.
A menudo los fondos de reserva desaparecían por el lastre de los
impagos de los préstamos. La verdadera debilidad de estos institutos consistía
en lograr un equilibrio entre la necesidad y la solvencia de sus usuarios. A
46
Datos tomados de la Gaceta de Madrid de 18-IV-1864 (Memorias y Estados de los Pósitos).
Según M. García Isidro (1929), p. 29: “Los órganos creados para dar cumplimento a la ley [Ley 20-VI1877] fueron bien pronto invadidos por el vicio que corroía nuestra vida política…los Pósitos cayeron
nuevamente en el marasmo…desde 1877 las Comisiones Permanentes se preocuparon tan sólo de
aumentar el número de favorecidos por el contingente sin control…los Pósitos no interesaban a sus
administradores.”
47
31
pesar de los procedimientos usuales de fianza de los créditos (personales,
comunales, propias o ajenas), y de las precauciones a la hora de seleccionar a
los prestatarios entre los más solventes y “honrados” de los agricultores
necesitados de cada localidad, la debilidad más acusada de los pósitos fueron
los créditos no recuperados ni recuperables. Una cosecha más floja de lo
habitual o tan solo dos años irregulares sucesivos provocaba un alud de
créditos cuyos reintegros eran inviables. De esta manera uno de los puntos
centrales de las reformas que se emprendieron en la línea de saneamiento
económico de los institutos siempre fue el intento de realizar una liquidación y
clarificación de las deudas pendientes.
Un alud de normativas y resoluciones de la Administración a lo largo del
siglo XIX trató de regular, contabilizar y liquidar las deudas pendientes, algunas
de carácter “histórico”, que tenían paralizados a un buen número de institutos48.
En las memorias y estadísticas consultadas hemos encontrado una
coincidencia obsesiva por el control y clasificación de las deudas. En 1850 el
51% de los granos estaban en manos de deudores, y de ellos solo se
consideraban cobrables el 46%, dudosos el 12% e incobrables el 42%49. En
cuanto a los préstamos en dinero estaban en débito el 62% de los concedidos y
de estos se consideraban ejecutables el 34,8%, dudosos el 15,4% y no
recuperables el 49,8%.En la estadística de 186350 se volvió a investigar las
deudas pendientes, evaluándose que de todos los granos de las reservas
estaban pendientes de cobro el 70,6% que estaban en manos de antiguos
prestatarios, tan solo el 23,6% estaba en posesión de los prestatarios de ese
año. En 188551 una nueva estadística muestra que el estaban en manos de
deudores el 94% de los granos y el 95% de los fondos metálicos.
La Ley de 1906 trato de arreglar esta situación, pero las deudas
existentes después de su aplicación revelan que se trataba de un mal crónico
que se había acrecentado A esta situación se añadía que los pósitos
adelantaron al Estado, las provincias y las localidades de 1800 a 1907 la cifra
de 206 millones de pesetas52 que estaban pendientes de pago en esa última
48
Sobre este aspecto ver Mauricio García Isidro (1929): Circular de 24-XI-1801; Circular de 24-XI-1804;
Circular de 17-II-1804; R.O. de 9-VI-1833; R.O. de 13-III-1854; Ley de 4-III-1856 y Ley de 26-I-1906.
49
Gaceta de Madrid de 20-II-1861.
50
Gaceta de Madrid de 23-IV-1866.
51
Reseña Geográfico Estadística de España en 1885, estado 15.
52
Ver la Memoria del delegado regio Conde de Retamoso (1908). La voz “Pósito” de la Enciclopedia
Espasa elevaba esta cifra a 300 millones de pesetas.
32
fecha, por lo tanto el daño a la red también procedía de sus propios
administradores.
El reparto de los préstamos de la red en la segunda mitad del siglo XIX
(Cuadro VIII y Anexo III) nos muestra la fuerza de los pósitos andaluces, en
consonancia con sus capitales, y en segundo lugar los de las dos Castillas a
bastante distancia. En general es destacar el crecimiento de los créditos en
metálico en el último tercio del siglo, lo que es un indicador del proceso de
monetización de los capitales de los pósitos.
CUADRO VII
REPARTO TERRITORIAL DEL CAPITAL PRESTADO POR LA RED DE
PÓSITOS EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX (en %)
Andalucía
Aragón
Canarias
Castilla-La Mancha
Castilla-León
Cataluña
Extremadura
La Rioja
Madrid
Murcia
Valencia
ESPAÑA
1850
1862
1885
1907
EN
EN
EN
EN
EN
EN
EN
EN
GRANO DINERO GRANO DINERO GRANO DINERO GRANO DINERO
62,36
59,57
54,17
65,28
58,96
61,98
68,35
69,13
0,44
1,99
0,13
2,61
0,33
2,71
0,67
0,80
2,71
1,39
9,03
0,93
6,48
18,26
12,43
18,69
10,62
12,53
9,40
8,82
8,07
2,93
2,46
7,51
2,28
12,20
9,60
10,94
9,25
0,32
0,05
0,28
0,09
0,09
0,45
0,02
0,46
7,98
8,40
7,66
1,40
4,82
1,53
4,05
1,77
0,04
0,06
0,08
0,59
0,17
0,10
0,08
0,06
0,03
0,18
0,09
0,05
0,16
0,68
0,06
0,31
3,62
10,68
0,57
0,31
4,55
4,02
1,03
1,82
3,34
3,47
7,57
10,21
3,91
11,84
3,93
8,44
100,00
100,00 100,00
100,00 100,00
100,00 100,00
100,00
Fuentes: 1850 José Gracia Cantalapiedra (1881):p. 259; 1862 A.E.E. año 1862-1865; 1885 Reseña
Geográfico-Estadística de España año 1888; 1906: José María Zorita (1907).
Los datos de los Anuarios Estadísticos de España proceden del Ministerio de Gobernación, Dirección
General de Administración Local.
Cuando se observa con más detenimiento el reparto del capital prestado y
se atiende a la media por instituto obtenemos resultados más concretos, así los
establecimientos de Murcia, Canarias, Andalucía y Valencia son los que
prestaron más capitales en metálico y en grano, con el añadido de
Extremadura en este último caso. La hipótesis más plausible de este reparto
sería la de unos pósitos más capitalizados, establecidos agrociudades que
contaban con corporaciones que podían colaborar mejor con ellos (gestión y
capitalización) al tiempo que tenían intereses en mantener el microcrédito como
una herramienta de control social y de mantenimiento de la pequeña
explotación agraria como estabilizadora de los conflictos socio-económicos,
33
también permitían los préstamos en granos para consumo destinados a los
jornaleros.
Gráfico 3
RATIO DE APROVECHAM IENTO DEL CAPITAL DE LOS PÓSITOS (CAPITAL
PRESTADO DEL CAPITAL TOTAL) 1863
1,00
0,90
0,80
0,70
0,60
0,50
0,40
0,30
0,20
0,10
0,00
ESPAÑA
VALENCIA
MURCIA
MADRID
LA RIOJA
EXTREMADURA
CATALUÑA
CASTILLA Y
LEÓN
CASTILLA LA
MANCHA
CANTABRIA
CANARIAS
ARAGÓN
ANDALUCÍA
RATIO METÁLICO
RATIO GRANO
Fuente: Elaborado a partir de los datos contenidos en la Gaceta de Madrid de 28-IV-1864
Como hemos señalado anteriormente los institutos contaban con el
problema de los créditos antiguos impagados y con pocas posibilidades de
reintegrarse, a lo que se añadían los más recientes que incurrían en sucesivas
moratorias, todo ello limitaba su capital real y por tanto sus posibilidades de
atender la demanda de su clientela. Además, con frecuencia los gestores
municipales de los institutos reducían voluntariamente la capacidad prestamista
de sus entidades, especialmente en las fases de mayor control de la
Administración sobre la contabilidad, tratando con ello evitar la responsabilidad
subsidiaria en la que incurrían en caso de impago de los prestatarios. Ante esta
situación las autoridades centrales evitaron ejercer esta posibilidad que les
ofrecía la normativa vigente, dado que ello implicaba la casi paralización de la
actividad prestamista de la red. Con todos estos condicionantes se comprueba
(Gráfico 3) como la mayor eficiencia (ratio de aprovechamiento del capital
disponible) la registran los pósitos de Canarias y Andalucía, que serían los
mejor gestionados en este sentido, disponiendo para el préstamo más del 60 %
de sus disponibilidades tanto en metálico como en grano.
34
Conclusiones
En el presente trabajo se ha analizado el funcionamiento de la red de
pósitos, mostrando una fuerte resistencia a cualquier reforma o cambio, lo que
posibilitó una creciente pérdida de su identidad y función. Durante el siglo XIX,
fue muy contestada desde círculos intelectuales y políticos, al estar los pósitos
manejados por las oligarquías municipales, mediante redes clientelares, y por
las administraciones, estatal y local, en función de sus apremios financieros.
Tampoco sirvieron para resolver los problemas financieros de los agricultores
más necesitados de dinero para mantener sus explotaciones.
Su mayor implantación se dio allí donde
el cultivo extensivo de los
cereales predominaba como forma de explotación. La estructura de la
propiedad y el régimen de tenencia de las tierras influyeron en que se
diferenciasen dos tipos: de un lado, los pósitos de las zonas latifundistas de
amplia presencia de masa jornalera, fuertemente concentrados y urbanos, y
orientados al consumo y endebles en la liquidez de sus fondos; de otro, los
institutos de las zonas del minifundio y de la pequeña propiedad, de los
arrendatarios y colonos, que eran reducidos, mucho más rurales, y por tanto
dispersos y destinados sobretodo a la producción.
Su éxito residiría en el siglo XIX en la capacidad de atender las
necesidades de un segmento de la pobreza rural. Tenían así una orientación
benéfica-asistencial, aunque su capacidad de llegar a la masa campesina
indigente fue muy limitada, tanto en número como en cuantía de los créditos.
Su fracaso se debió en parte a su carácter amortizador de una masa de fondos
paralizados y, sobre todo, por la actuación de las administraciones locales,
provincial y estatal. Estas los utilizaron para atender sus necesidades, sin
plantear una reforma en profundidad de sus funciones, por lo que dejaron de
ser un instrumento útil como red de financiación agraria. Las deficiencias
estructurales y las políticas liberales determinaron su relativo fracaso que no su
extinción.
35
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39
ANEXO I
NÚMERO DE PÓSITOS EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX. REPARTO
PROVINCIAL Y REGIONAL
1850
1858
1859
1861
1862
1863
1885
1907
81
82
54
81
85
85
34
34
32
34
37
37
PIOS NACIONALES TOTAL PIOS NACIONALES TOTAL
ALMERÍA
81
1
CÁDIZ
34
36
CÓRDOBA
69
GRANADA
154
82
83
7
36
34
74
69
69
9
60
69
66
73
73
69
69
16
136
152
22
132
154
136
137
133
125
125
54
54
3
43
46
49
52
42
55
55
70
75
13
63
76
73
75
14
75
75
HUELVA
54
JAÉN
77
5
MÁLAGA
66
11
45
56
31
43
74
75
76
76
74
74
SEVILLA
69
1
70
71
1
66
67
69
72
72
73
73
ANDALUCÍA
604
70
526
596
120
481
601
584
571
525
593
593
HUESCA
131
27
17
44
73
80
137
152
152
TERUEL
52
16
26
42
52
79
82
105
105
ZARAGOZA
87
98
98
26
41
67
50
69
77
81
81
ARAGÓN
270
98
98
69
84
153
175
228
296
338
338
CANARIAS
37
39
39
21
17
38
41
42
2
2
2
2
1
1
52
14
28
39
45
48
31
53
53
CANTABRIA
ALBACETE
2
35
2
2
49
11
41
CIUDAD REAL
54
6
49
55
18
45
63
60
65
63
63
63
CUENCA
223
99
193
292
43
142
185
129
196
157
155
155
GUADALAJARA
295
13
273
286
68
245
313
245
296
301
297
297
TOLEDO
73
16
62
78
56
76
79
97
97
CASTILLA LA MANCHA
697
132
682
156
522
678
535
681
631
665
665
ÁVILA
122
113
113
3
86
89
113
114
120
105
105
BURGOS
146
8
122
98
40
138
165
175
170
166
166
LEÓN
71
19
99
118
116
122
124
79
79
PALENCIA
196
SALAMANCA
113
SEGOVIA
197
SORIA
VALLADOLID
91
550
114
136
227
77
140
217
157
157
157
160
160
110
110
19
104
123
123
124
123
118
118
70
264
334
82
176
258
253
216
220
237
237
129
147
62
97
114
ZAMORA
153
CASTILLA Y LEÓN
1224
543
686
5
BARCELONA
9
3
LÉRIDA
18
36
209
129
62
191
213
221
169
214
214
114
40
70
110
115
117
116
110
110
11
18
29
29
31
32
51
51
1229
478
795
1273
1284
1277
1231
1240
1240
8
3
5
8
3
5
2
4
4
36
6
10
16
20
20
29
28
28
3
4
4
4
44
12
15
27
27
29
35
32
32
TARRAGONA
3
CATALUÑA
30
3
BADAJOZ
122
15
84
99
88
73
78
95
95
CÁCERES
84
10
52
62
51
77
77
73
73
EXTREMADURA
206
25
136
161
139
150
155
168
168
LA RIOJA
12
3
3
4
32
34
33
33
39
5
MADRID
11
2
9
11
2
11
13
9
9
9
30
30
MURCIA
18
5
19
24
7
20
27
26
30
34
25
25
ALICANTE
82
43
28
71
39
102
77
47
47
CASTELLÓN
62
7
59
66
6
61
67
67
68
66
60
60
VALENCIA
157
62
150
212
71
112
183
111
186
189
178
178
VALENCIA
ESPAÑA
301
3.410
69
999
209
2.004
278
3.003
120
1.015
201
2.282
321
3.297
217
3.043
356
3.407
332
285
3.284 3.451
40
285
3.410
ANEXO I (CONTINUACIÓN).
RESUMEN REGIONAL Y REPARTO PORCENTUAL
A) NÚMERO DE PÓSITOS
1850
1858
ANDALUCÍA
604
70
ARAGÓN
270
37
CANARIAS
1
CASTILLA Y LEÓN
TOTAL
1861
1862
1863
1885
1906
120
481
601
584
571
525
593
593
98
98
69
84
153
175
228
296
338
338
39
39
21
17
38
41
42
2
2
2
2
2
2
526
41
2
1
1
697
132
550
682
156
522
678
535
681
631
665
665
1224
543
686
1229
478
795
1273
1284
1277
1231
1240
1240
30
39
5
44
CATALUÑA
EXTREMADURA
NACIO.
596
CANTABRIA
CASTILLA LA MANCHA
1859
PIOS NACION. TOTAL PIOS
12
15
27
27
29
35
32
32
206
25
136
161
139
150
155
168
168
12
3
3
4
32
34
33
33
LA RIOJA
MADRID
11
2
9
11
2
11
13
9
9
9
30
30
MURCIA
18
5
19
24
7
20
27
26
30
34
25
25
301
69
209
278
120
201
321
217
356
332
285
285
3410
999
2004
3003
1015
2282
3297
3043
3407
3284
3451
3410
VALENCIA
ESPAÑA
B) REPARTO PORCENTUAL
1850
1858
1859
PIOS NACION. TOTAL PIOS NACION. TOTAL
1861
1862
1863
1885
1906
ANDALUCÍA
17,7
7,0
26,2
19,8
11,8
21,1
18,2
19,2
16,8
16,0
17,2
17,4
ARAGÓN
7,9
9,8
0,0
3,3
6,8
3,7
4,6
5,8
6,7
9,0
9,8
9,9
CANARIAS
1,1
3,9
0,0
1,3
2,1
0,7
1,2
1,3
1,2
0,0
1,2
0,0
CANTABRIA
0,0
0,2
0,0
0,1
0,2
0,0
0,1
0,1
0,1
0,1
0,0
0,0
CASTILLA LA MANCHA
20,4
13,2
27,4
22,7
15,4
22,9
20,6
17,6
20,0
19,2
19,3
19,5
CASTILLA Y LEÓN
35,9
54,4
34,2
40,9
47,1
34,8
38,6
42,2
37,5
37,5
35,9
36,4
CATALUÑA
0,9
3,9
0,2
1,5
1,2
0,7
0,8
0,9
0,9
1,1
0,9
0,9
EXTREMADURA
6,0
0,0
0,0
0,0
2,5
6,0
4,9
4,6
4,4
4,7
4,9
4,9
LA RIOJA
0,4
0,0
0,0
0,0
0,3
0,0
0,1
0,1
0,9
1,0
1,0
1,0
MADRID
0,3
0,2
0,4
0,4
0,2
0,5
0,4
0,3
0,3
0,3
0,9
0,9
MURCIA
0,5
0,5
0,9
0,8
0,7
0,9
0,8
0,9
0,9
1,0
0,7
0,7
VALENCIA
8,8
6,9
10,4
9,3
11,8
8,8
9,7
7,1
10,4
10,1
8,3
8,4
100,0
100,0
100,0
100,0
100,0
100,0
100,0
100,0
100,0
100,0
100,0
100,0
ESPAÑA
Fuentes: 1850 José Gracia Cantalapiedra (1881):p. 259; 1858 AE.E. año 1858; 1859 A.E.E. año 18591860; 1861 A.E.E. 1860-1861; 1862 A.E.E. año 1862-1865; 1863 A.E.E. año 1862-1865; 1885 Reseña
Geográfico-Estadística de España año 1888; 1906: José María Zorita (1907).
Los datos de los Anuarios Estadísticos de España proceden del Ministerio de Gobernación, Dirección
General de Administración Local.
Canarias1: En el año 1863 Canarias aparece sin datos, ello se debió a que no se recibieron los datos al
cierre del Anuario.
41
ANEXO II
EVOLUCIÓN DE LOS CAPITALES REALES DE LOS PÓSITOS EN 1850 Y
1885.
1850 (1)
PROVINCIAS
ALBACETE
ALICANTE
ALMERÍA
ÁVILA
BADAJOZ
BARCELONA
BURGOS
CÁCERES
CÁDIZ
CANARIAS
CASTELLÓN
CIUDAD REAL
CÓRDOBA
CUENCA
GRANADA
GUADALAJARA
HUELVA
HUESCA
JAÉN
LEÓN
LÉRIDA
LOGROÑO
MADRID
MÁLAGA
MURCIA
PALENCIA
SALAMANCA
SANTANDER
SEGOVIA
SEVILLA
SORIA
TARRAGONA
TERUEL
TOLEDO
VALENCIA
VALLADOLID
ZAMORA
ZARAGOZA
TOTALES
1885 (2)
NÚMERO
DE
PÓSITOS
EXISTEN-CIAS
EN GRANOS
Fanegas
CAPITAL EN
METÁLICO
Reales
NÚMERO
DE
PÓSITOS
EXISTENCIAS EN
GRANOS
Fanegas
CAPITAL EN
DINERO
Reales
52
82
81
122
122
9
146
84
34
37
62
54
69
223
154
295
54
131
77
71
18
12
11
66
18
196
113
-197
69
129
3
52
73
157
97
153
87
16.844
25.886
45.484
12.455
50.157
2.539
21.388
39.002
39.092
18.659
22.366
46.249
197.381
12.585
39.566
65.615
-18.633
182.100
10.210
1.883
2.805
1.407
145.107
56.057
70.137
24.995
-45.538
387.914
22.638
-10.200
7.719
53.160
34.552
5.915
27.313
184.554
355.153
410.631
242.044
724.720
23.648
11.944
351.11
2.406.864
800.172
102.589
561.005
2.336.088
430.443
941.127
65.784
252.101
3.532
1.402.247
10.546
9.735
16.200
131.960
1.603.282
1.388.492
107.384
110.328
-50.600
2.479.185
1480
-22.279
230.968
364.875
89.527
39.385
35.800
53
47
85
105
95
4
166
73
37
41
60
63
69
155
125
297
55
152
75
79
28
33
30
74
25
160
118
1
237
73
214
1.878.376
1.856.264
5.081.368
986.300
867.828
238.532
312.616
8.325.208
4.962.236
2.151.116
2.491.964
10.856.520
843.772
2.502.844
743.568
1.245.480
37.784
5.149.440
83.984
406.696
79.856
578.356
4.480.232
3.224.160
2.562.768
2.225.496
48.756
536.952
11.400.396
41.720
190.272
1.795.572
1.671.364
6.116.196
231.304
128.888
3.410
1.763.871
18.297.783
3451
48.533
22.199
60.264
17.701
104.609
0
36.367
57.901
156.726
30.314
2.792
58.075
369.335
184.606
235.408
82.327
139.493
46.318
449.581
24.676
2.857
6.988
5.164
288.223
153.556
103.430
40.727
0
98.141
290.050
58.007
0
36.488
65.911
60.025
102.697
9.094
22.574
3.471.15
4
105
97
110
178
51
81
86.334.184
FUENTE: Elaboración propia a partir de:
(1) José Gracia Cantalapiedra, Tratado histórico-legal..., op. cit., pp.266-267.
(2) Reseña Geográfico-Estadística de España en 1885, pp. 890-891.
42
ANEXO III
CAPITAL PRESTADO POR LA RED DE PÓSITOS, 1850-1906
A) CAPITAL PRESTADO TOTAL
1850
ANDALUCÍA
ARAGÓN
CANARIAS
CASTILLA LA MANCHA
CASTILLA Y LEÓN
CATALUÑA
EXTREMADURA
LA RIOJA
MADRID
MURCIA
VALENCIA
ESPAÑA
1862
1885
1906
EN
EN
EN
EN
EN
EN
EN
EN DINERO
GRANO
DINERO
GRANO
DINERO
GRANO
DINERO
GRANO
(reales)
(fanegas)
(reales)
(fanegas)
(reales)
(fanegas)
(reales)
(fanegas)
1.154.358 9.020.410 1.703.252
9.037.922 1.911.938 46.214.048 3.416.546 124.901.100
8.098
62.604
18.177
84.571
248.588
135.398
1.203.480
14.811
410.288
43.728
1.250.832
30.031 4.835.148
337.969 1.882.720
587.624
1.470.477
406.346 7.010.812
440.888 14.582.440
54.150
373.089
236.176
316.042
395.701 7.156.032
546.736 16.709.436
5.896
7.611
8.696
12.540
2.857
337.824
1.111
825.680
147.671 1.271.840
240.884
194.064
156.319 1.144.084
202.567
3.205.776
658
8.509
2.536
81.502
5.623
73.056
4.126
114.208
487
26.627
2.752
7.036
5.117
510.168
3.204
555.428
66.977 1.616.626
17.932
42.707
147.560 3.000.396
51.361
3.291.336
61.769
524.843
238.172
1.413.525
126.761 8.826.448
196.623 15.239.948
1.851.205 15.142.563 3.144.356 13.844.824
242.795 74.561.412 4.998.559 180.663.500
B) CAPITAL PRESTADO POR PÓSITO
1850
1862
1885
1906
EN
EN
EN
EN
EN
EN
EN
EN
GRANO DINERO GRANO DINERO GRANO DINERO GRANO DINERO
(fanegas) (reales) (fanegas) (reales) (fanegas) (reales) (fanegas) (reales)
1.911
14.934
2.917
15.476
3.224
77.933
5.761
210.626
ANDALUCÍA
30
358
104
250
735
401
3.561
ARAGÓN
400
11.089
1.067
30.508
732
117.930
CANARIAS
485
2.701
1.098
2.749
611
10.543
663
21.928
CASTILLA LA MANCHA
44
305
184
246
319
5.771
441
13.475
CASTILLA Y LEÓN
197
254
322
464
89
10.557
35
25.803
CATALUÑA
717
6.174
1.733
1.396
930
6.810
1.206
19.082
EXTREMADURA
55
709
634
20.376
170
2.214
125
3.461
LA RIOJA
44
2.421
306
782
171
17.006
107
18.514
MADRID
3.721
89.813
690
1.643
5.902
120.016
2.054
131.653
MURCIA
205
1.744
1.098
6.514
445
30.970
690
53.474
VALENCIA
ESPAÑA
543
4.441
1.033
4.550
940
21.606
1.466
52.980
Fuentes: 1850 José Gracia Cantalapiedra (1881):p. 259; 1862 A.E.E. año 1862-1865; 1885 Reseña
Geográfico-Estadística de España año 1888; 1906: José María Zorita (1907).
Los datos de los Anuarios Estadísticos de España proceden del Ministerio de Gobernación, Dirección
General de Administración Local.
43
ANEXO IV
SITUACIÓN DE LOS PÓSITOS EN 1863
NÚMERO
DE
PÓSITOS
% DEL
TOTAL DE
PÓSITOS
a) EXISTENCIAS EN CAJA
METÁLICO
(reales)
262.006
590.256
929.809
252.454
43.124
606.296
934.584
862.124
4.480.653
18.448
7.245
109.694
48.191
24.971
137.194
76.697
114.432
536.872
20.444
20.444
1.539
3.246
2.773
7.558
467
212
103.377
325.002
65.118
111.330
252.812
857.639
3.643
15.340
20.822
27.565
14.248
81.618
3,7
5,2
3,8
4,8
3,8
6,8
5,2
3,6
1,0
37,8
77.014
62.842
13.296
365.498
229.884
197.197
3.058
400.425
49.043
1.398.257
6.346
14.637
7.733
28.119
18.152
28.027
16.211
12.139
3.310
134.674
2
29
4
35
0,1
0,9
0,1
1,1
40.047
104.074
5.048
4.067
144.121
815
2.436
391
3.642
78
77
155
2,4
2,4
4,8
57.799
94.780
152.579
34
1,0
31.199
81
34
73
137
42
14
76
72
529
2,5
1,0
2,2
4,2
1,3
0,4
2,3
2,2
16,3
HUESCA
TERUEL
ZARAGOZA
ARAGÓN
137
82
77
296
4,2
2,5
2,4
9,1
1.126
72.829
58.335
132.290
31.488
391
8.580
40.459
2
0,1
28.408
31
63
157
301
79
631
1,0
1,9
4,8
9,3
2,4
19,4
120
170
124
157
123
220
169
116
32
1.231
ALBACETE
CIUDAD REAL
CUENCA
GUADALAJARA
TOLEDO
CASTILLA LA MANCHA
ÁVILA
BURGOS
LEÓN
PALENCIA
SALAMANCA
SEGOVIA
SORIA
VALADOLID
ZAMORA
CASTILLA Y LEÓN
BARCELONA
LÉRIDA
TARRAGONA
CATALUÑA
BADAJOZ
CÁCERES
EXTREMADURA
LA RIOJA
MADRID
ALICANTE
CASTELLÓN
VALENCIA
VALENCIA
ESPAÑA
(a+b) CAPITAL TOTAL
METÁLICO
(reales)
502.451
815.614
4.796.686
332.276
248.550
7.373.612
2.050.494
2.599.538
18.719.221
GRANO(hl)
ALMERÍA
CÁDIZ
CÓRDOBA
GRANADA
HUELVA
JAÉN
MÁLAGA
SEVILLA
ANDALUCÍA
CANTABRIA
b) CAPITAL PRESTADO
14.469
24.345
45.900
62.214
9.873
54.473
34.598
44.099
289.971
METÁLICO
(reales)
240.445
225.358
3.866.877
79.822
205.426
6.767.316
1.115.910
1.737.414
14.238.568
GRANO (hl)
GRANO (hl)
% DEL CAPITAL TOTAL
METÁLICO
GRANO
32.917
31.590
155.594
110.405
34.844
191.667
111.295
158.531
826.843
1,8
2,9
17,1
1,2
0,9
26,3
7,3
9,3
66,7
2,3
2,2
10,9
7,7
2,4
13,4
7,8
11,1
58,0
1.126
72.829
78.779
152.734
33.027
3.637
11.353
48.017
0,0
0,3
0,3
0,5
5
28.620
472
1.551.991
400.125
188.991
136.964
128.502
2.406.573
38.113
31.537
25.152
5.397
7.342
107.541
1.655.368
725.127
254.109
248.294
381.314
3.264.212
116.661
32.278
2.725
2.339
799
5.713
2.337
1.141
313
11.240
5.564
32.171
% DEL CAPITAL
PRESTADO
METÁLICO
GRANO
CAPITAL TOTAL MEDIO
POR PÓSITO
RATIO DE
APROVECHAMIENTO
(a/b)
METÁLICO
GRANO
METÁLICO
(reales/pósito (hl/pósito)
6.203
406
0,48
23.989
929
0,28
65.708
2.131
0,81
2.425
806
0,24
5.918
830
0,83
526.687
13.691
0,92
26.980
1.464
0,54
36.105
2.202
0,67
35.386
1.563
0,76
GRANO
1,3
1,2
20,2
0,4
1,1
35,4
5,8
9,1
74,5
2,3
0,9
13,5
5,9
3,1
16,9
9,4
14,1
66,1
2,3
0,3
0,8
3,4
0,1
0,1
0,2
0,4
0,3
0,9
8
888
1.023
516
241
44
147
162
0,00
0,00
0,26
0,13
0,05
0,89
0,24
0,16
0,1
0,0
0,001
0,001
14.310
236
0,01
0,01
41.756
46.877
45.974
32.962
21.590
189.159
5,9
2,6
0,9
0,9
1,4
11,6
2,9
3,3
3,2
2,3
1,5
13,3
8,1
2,1
1,0
0,7
0,7
12,6
4,7
3,9
3,1
0,7
0,9
13,2
53.399
11.510
1.619
825
4.827
5.173
1.347
744
293
110
273
300
0,94
0,55
0,74
0,55
0,34
0,74
0,91
0,67
0,55
0,16
0,34
0,57
193.675
95.120
13.296
474.296
240.205
205.486
3.058
501.322
93.035
1.819.493
9.071
16.976
8.532
33.832
20.489
29.168
16.524
23.379
8.874
166.845
0,7
0,3
0,0
1,7
0,9
0,7
0,0
1,8
0,3
6,5
0,6
1,2
0,6
2,4
1,4
2,0
1,2
1,6
0,6
11,7
0,6
0,2
0,6
0,1
0,04
0,3
0,3
0,1
0,7
0,3
0,1
0,0
1,4
0,7
4,0
1.614
560
107
3.021
1.953
934
18
4.322
2.907
1.478
76
100
69
215
167
133
98
202
277
136
0,60
0,34
0,00
0,23
0,04
0,04
0,00
0,20
0,47
0,23
0,30
0,14
0,09
0,17
0,11
0,04
0,02
0,48
0,63
0,19
45.095
108.141
0,05
0,03
0,2
0,001
0,2
22.548
3.729
4.378
523
137
101
155
0,11
0,04
0,5
0,1
0,3
0,0
0,4
0,03
0,02
153.236
1.046
3.973
403
5.422
0,2
0,4
9.115
231
1.537
12
1.780
0,06
0,22
0,39
0,03
0,33
14.995
13.001
27.996
137.066
7.653
144.719
34.497
38.057
72.554
194.865
102.433
297.298
49.492
51.058
100.550
0,7
0,4
1,1
3,5
3,6
7,0
0,7
0,04
0,8
4,2
4,7
8,9
2.498
1.330
1.918
635
663
649
0,70
0,07
0,49
0,70
0,75
0,72
2.090
71.795
582
102.994
0,4
0,2
0,4
0,1
3.029
79
0,70
0,22
108.798
10.321
8.289
100.897
43.992
421.236
0,5
0,2
2,2
0,56
0,23
0,71
0,44
0,72
0,72
0,69
0,72
0,65
9
0,3
16.000
989
113
16.000
2.672
1.102
0,1
0,1
0,014
1.778
122
0,00
0,10
77
66
189
332
2,4
2,0
5,8
10,2
261.268
287.905
1.152.541
1.701.714
2.776
11.646
17.628
32.050
418.207
64.229
1.328.778
1.811.214
9.042
3.476
40.771
53.289
679.475
352.134
2.481.319
3.512.928
11.818
15.122
58.399
85.339
2,4
1,3
8,8
12,5
0,8
1,1
4,1
6,0
2,2
0,3
6,9
9,5
1,1
0,4
5,0
6,6
8.824
5.335
13.129
10.581
153
229
309
257
0,62
0,18
0,54
0,52
0,77
0,23
0,70
0,62
3.254
100,0
8.942.860
613.956
19.123.876
812.465
28.066.736
1.426.421
100,0
100,0
100,0
100,0
8.625
438
0,68
0,57
44
ANEXO V
SITUACIÓN DE LOS PÓSITOS EN 1885
NÚMERO DE % DEL TOTAL
PÓSITOS
DE PÓSITOS
EXISTENCIAS EN CAJA
METÁLICO
(pts)
a) CAPITAL PRESTADO
b) CAPITAL TOTAL
GRANO(hl)
METÁLICO
(pts)
GRANO (hl)
METÁLICO
(pts)
% DE EXISTECIAS
% DEL CAPITAL
PRESTADO
% DEL CAPITAL
TOTAL
RATIO DE
APROVECHAMIENTO (a/b)
GRANO (hl) METÁLICO GRANO METÁLICO GRANO METÁLICO GRANO METÁLICO
GRANO
CAPITAL TOTAL MEDIO
POR PÓSITO
METÁLICO
GRANO(hl)
(pts)
ALMERÍA
CÁDIZ
CÓRDOBA
GRANADA
HUELVA
JAÉN
MÁLAGA
SEVILLA
ANDALUCÍA
85
37
69
125
55
75
74
73
593
2
1
2
4
2
2
2
2
17
124.199
118.488
102.539
83.027
22.872
49.652
112.276
93.807
706.860
1.005
2.292
16.237
8.764
2.721
5.212
5.000
1.625
42.856
1.146.143
1.962.814
2.611.591
542.684
288.498
1.237.708
1.007.782
2.756.292
11.553.512
32.475
84.778
188.949
122.018
74.775
244.555
155.124
159.514
1.062.188
1.270.342
2.081.302
2.714.130
625.711
311.370
1.287.360
1.120.058
2.850.099
12.260.372
33.480
87.070
205.186
130.782
77.496
249.767
160.124
161.139
1.105.044
7
7
6
5
1
3
6
5
41
1
2
15
8
2
5
5
1
39
6,1
10,5
14,0
2,9
1,5
6,6
5,4
14,8
62,0
1,8
4,7
10,5
6,8
4,2
13,6
8,6
8,9
59,0
6
10
13
3
1
6
5
13
57
2
5
11
7
4
13
8
8
57
0,9
0,9
1,0
0,9
0,9
1,0
0,9
1,0
0,9
1,0
1,0
0,9
0,9
1,0
1,0
1,0
1,0
1,0
14.945
56.251
39.335
5.006
5.661
17.165
15.136
39.042
20.675
394
2.353
2.974
1.046
1.409
3.330
2.164
2.207
1.863
HUESCA
TERUEL
ZARAGOZA
ARAGÓN
152
105
81
338
4
3
2
10
3.900
17.925
5.264
27.089
3.349
5.535
2.676
11.560
5.546
29.643
26.958
62.147
22.383
14.736
9.865
46.984
9.446
47.568
32.222
89.236
25.732
20.271
12.541
58.544
0
1
0
2
3
5
2
10
0,0
0,2
0,1
0,3
1,2
0,8
0,5
2,6
0
0
0
0
1
1
1
3
0,6
0,6
0,8
0,7
0,9
0,7
0,8
0,8
62
453
398
264
169
193
155
173
CANARIAS
41
157
1.208.787
16.684
1.240.559
16.841
2
6,5
0,9
6
1
1,0
1,0
30.258
411
12.189
-
0
1
31.772
1
0
2.200
53
63
155
297
97
665
2
2
4
9
3
19
17.062
65.636
30.935
38.407
33.570
185.610
522
491
9.226
6.051
2.102
18.392
452.532
557.355
180.008
147.485
415.323
1.752.703
26.441
31.773
93.333
39.686
34.515
225.748
469.594
622.991
210.943
185.892
448.893
1.938.313
26.963
32.264
102.559
45.737
36.617
244.140
1
4
2
2
2
11
0
0
8
5
2
17
2,4
3,0
1,0
0,8
2,2
9,4
1,5
1,8
5,2
2,2
1,9
12,5
2
3
1
1
2
9
1
2
5
2
2
13
1,0
0,9
0,9
0,8
0,9
0,9
1,0
1,0
0,9
0,9
0,9
0,9
8.860
9.889
1.361
626
4.628
2.915
509
512
662
154
377
367
105
166
79
160
118
237
214
110
51
1.240
3
5
2
5
3
7
6
3
1
36
124.199
23.455
9.718
76.227
20.474
25.722
635
75.167
410
6.648
2.324
8.203
2.460
5.026
1.900
2.177
246.575
59.633
20.996
640.692
556.374
134.238
10.430
417.841
57.826
2.144.605
9.834
20.204
13.709
57.461
22.626
54.523
32.226
33.347
5.052
248.982
0
6
2
7
2
5
2
2
21
-
29.148
9.424
13.556
11.385
49.258
20.166
49.497
30.326
31.170
5.052
219.834
7
1
1
4
1
1
0
4
355.597
122.376
36.178
11.278
564.465
535.900
108.516
9.795
342.674
57.826
1.789.008
0,7
0,2
0,1
3,0
2,9
0,6
0,1
1,8
0,3
9,6
0,5
0,8
0,6
2,7
1,1
2,7
1,7
1,7
0,3
12,2
1
0
0
3
3
1
0
2
0
10
1
1
1
3
1
3
2
2
0
13
0,5
0,6
0,5
0,9
1,0
0,8
0,9
0,8
1,0
0,8
1,0
0,7
0,8
0,9
0,9
0,9
0,9
0,9
1,0
0,9
2.348
359
266
4.004
4.715
566
49
3.799
1.134
1.730
94
122
174
359
192
230
151
303
99
201
4
28
0
1
17.218
84.456
1.587
101.674
1.587
1
-
0,5
0,1
0
0
0,8
1,0
3.631
57
0,5
0,1
0
0
0,8
1,0
3.177
50
CANTABRIA
ALBACETE
CIUDAD REAL
CUENCA
GUADALAJARA
TOLEDO
CASTILLA LA MANCHA
ÁVILA
BURGOS
LEÓN
PALENCIA
SALAMANCA
SEGOVIA
SORIA
VALADOLID
ZAMORA
CASTILLA Y LEÓN
BARCELONA
LÉRIDA
TARRAGONA
CATALUÑA
9.989
12.189
0
-
0,1
26
0,1
0,8
-
-
-
32
1
17.218
95
73
168
3
2
5
9.090
9.090
LA RIOJA
33
1
1.700
MADRID
30
1
17.047
26
127.542
2.843
144.589
2.869
1
0
0,7
0,2
1
0
0,9
1,0
4.820
96
MURCIA
25
1
55.941
3.331
750.099
81.978
806.040
85.309
3
3
4,0
4,6
4
4
0,9
1,0
32.242
3.412
47
60
178
285
1
2
5
8
51.600
120.903
151.779
324.282
19
148
348
515
412.466
416.876
1.377.270
2.206.612
12.314
1.403
56.706
70.423
464.066
537.779
1.529.049
2.530.894
12.333
1.551
57.054
70.938
3
7
9
19
0
0
0
0
2,2
2,2
7,4
11,8
0,7
0,1
3,1
3,9
2
2
7
12
1
0
3
4
0,9
0,8
0,9
0,9
1,0
0,9
1,0
1,0
9.874
8.963
8.590
8.880
262
26
321
249
3.451
100
1.734.406
110.182
18.640.353
1.801.553
21.583.546
1.928.419
100
100
100,0
100,0
100
100
0,9
0,9
6.254
BADAJOZ
CÁCERES
EXTREMADURA
ALICANTE
CASTELLÓN
VALENCIA
VALENCIA
ESPAÑA
84.456
1.587
101.674
1.587
3.439
3.439
216.957
69.064
286.021
58.116
28.728
86.844
216.957
78.154
295.111
58.116
32.167
90.283
758
18.264
3.124
19.964
3.882
1
1
1
3
3
1,2
0,4
1,5
3,2
1,6
4,8
1
0
1
3
2
5
1,0
0,9
1,0
1,0
0,9
1,0
2.284
1.071
1.757
612
441
537
0
1
0,1
0,2
0
0
0,9
0,8
605
118
45
559
ANEXO VI
SITUACIÓN DE LOS PÓSITOS EN 1907
NÚMERO
DE
PÓSITOS
% DEL
TOTAL DE
PÓSITOS
EXISTENCIAS EN CAJA
METÁLICO
(pts)
GRANO(hl)
a) TOTAL CAPITAL
PRESTADO
b) CAPITAL TOTAL
METÁLICO
(pts)
GRANO (hl)
METÁLICO
(pts)
GRANO (hl)
% DE EXISTECIAS
METÁLICO
GRANO
% DEL CAPITAL
PRESTADO
METÁLICO
GRANO
%DE LOS
LABRADORES
LABRADORES
PRESTATARIOS PRESTATARIOS
ALMERÍA
CÁDIZ
CÓRDOBA
GRANADA
HUELVA
JAÉN
MÁLAGA
SEVILLA
ANDALUCÍA
85
37
69
125
55
75
74
73
593
2
1
2
4
2
2
2
2
17
67.783
145.412
188.413
206.975
32.615
85.598
14.597
107.496
848.889
240
301
783
1.957
112
1.609
455
90
5.547
2.775.334
5.858.214
6.045.442
1.661.842
407.752
3.419.905
3.219.236
7.837.550
31.225.275
48.937
158.494
350.935
267.066
59.844
506.436
268.704
237.665
1.898.081
2.904.453
6.273.315
6.714.634
2.178.990
491.852
3.856.403
3.361.286
8.604.055
34.384.988
49.176
158.795
351.719
268.783
59.955
508.045
269.159
237.755
1.903.387
2,2
4,7
6,0
6,6
1,0
2,7
0,5
3,4
27,2
0,4
0,5
1,3
3,2
0,2
2,6
0,7
0,1
9,0
6,1
13,0
13,4
3,7
0,9
7,6
7,1
17,4
69,1
1,8
5,7
12,6
9,6
2,2
18,2
9,7
8,6
68,4
10.434
12.277
31.757
17.290
14.509
35.191
16.079
16.388
153.925
3,0
3,5
9,1
5,0
4,2
10,1
4,6
4,7
44,3
HUESCA
TERUEL
ZARAGOZA
ARAGÓN
152
105
81
338
4
3
2
10
28.990
51.232
14.517
94.739
231
6.771
276
7.278
51.554
82.478
166.838
300.870
39.557
23.385
12.279
75.221
85.672
140.077
184.055
409.804
4.823
30.154
12.755
47.732
0,9
1,6
0,5
3,0
0,4
10,9
0,4
11,8
0,1
0,2
0,4
0,7
1,4
0,8
0,4
2,7
8.925
4.508
3.987
17.420
2,6
1,3
1,1
5,0
1
0
3.487
8.667
5,6
0,0
53
63
155
297
97
665
2
2
5
9
3
20
18.506
98.378
8.532
46.695
66.662
238.773
481
658
1.528
4.446
1.575
8.688
748.701
1.294.876
245.037
359.444
997.552
3.645.610
37.753
39.517
51.239
62.580
53.849
244.938
891.152
1.530.545
318.263
503.780
1.174.224
4.417.964
1.490
40.175
52.768
67.027
55.425
216.885
0,6
3,2
0,3
1,5
2,1
7,7
0,8
1,1
2,5
7,2
2,5
14,0
1,7
2,9
0,5
0,8
2,2
8,1
1,4
1,4
1,8
2,3
1,9
8,8
6.729
9.203
10.609
12.633
11.681
50.855
1,9
2,6
3,1
3,6
3,4
14,6
105
166
79
160
118
237
214
110
51
1.240
3
5
2
5
3
7
6
3
1
36
30.138
51.249
12.313
337.207
439.754
93.023
44.036
207.765
11.906
1.227.391
1.140
5.038
2.031
7.470
277
10.190
5.850
2.057
205
34.258
305.557
182.746
59.485
1.218.475
1.097.023
260.394
76.059
841.170
136.450
4.177.359
18.356
23.828
18.581
74.882
4.005
72.988
49.814
34.044
7.244
303.742
340.887
252.547
143.475
1.689.036
1.540.753
424.754
125.473
1.080.039
155.520
5.752.484
19.497
28.868
20.612
82.352
83.177
55.664
36.101
7.449
333.720
1,0
1,6
0,4
10,8
14,1
3,0
1,4
6,7
0,4
39,4
1,8
8,1
3,3
12,1
0,4
16,5
9,5
3,3
0,3
55,3
0,7
0,4
0,1
2,7
2,4
0,6
0,2
1,9
0,3
9,2
0,7
0,9
0,7
2,7
0,1
2,6
1,8
1,2
0,3
10,9
4.639
5.348
3.269
7.472
8.741
13.557
4.479
7.215
2.058
56.778
1,3
1,5
0,9
2,2
2,5
3,9
1,3
2,1
0,6
16,3
4
28
32
0
1
1
7.392
16.924
24.316
24.678
181.742
206.420
240
377
617
340.887
198.666
539.553
19.497
377
19.874
0,2
0,5
0,8
0,1
0,4
0,5
0,01
0,01
0,0
4.639
743
5.382
1,3
0,2
1,5
95
73
168
3
2
5
15.013
25.568
40.581
484
489
973
513.013
288.431
801.444
68.971
43.566
112.537
597.776
330.949
928.725
69.455
44.056
113.511
0,5
0,8
1,3
0,8
0,8
1,6
1,1
0,6
1,8
2,5
1,6
4,1
19.987
12.883
32.870
5,8
3,7
9,5
LA RIOJA
33
1
26.971
1.226
28.552
2.292
55.523
3.519
0,9
2,0
0,1
0,1
907
0,3
MADRID
30
1
44.021
138.857
1.780
191.084
1.781
1,4
0,3
0,1
976
0,3
MURCIA
25
1
25.055
14
822.834
28.534
1.023.562
31.694
0,8
0,0
1,8
1,0
9.805
2,8
47
60
178
285
1
2
5
8
45.659
323.810
178.940
548.409
15
245
171
431
333.893
652.024
2.824.070
3.809.987
6.980
964
101.291
109.235
392.439
995.029
3.036.373
4.423.841
7.946
1.209
101.463
110.618
1,5
10,4
5,7
17,6
0,0
0,4
0,3
0,7
0,7
1,4
6,3
8,4
0,3
0,0
3,6
3,9
1.582
4.385
12.493
18.460
0,5
1,3
3,6
5,3
3.410
100
3.119.145
61.902
45.165.875
2.776.977
52.139.681
2.565.836
100,0
100,0
100,0
100,0
347.378
100,0
CANTABRIA
ALBACETE
CIUDAD REAL
CUENCA
GUADALAJARA
TOLEDO
CASTILLA LA MANCHA
ÁVILA
BURGOS
LEÓN
PALENCIA
SALAMANCA
SEGOVIA
SORIA
VALADOLID
ZAMORA
CASTILLA Y LEÓN
BARCELONA
LÉRIDA
CATALUÑA
BADAJOZ
CÁCERES
EXTREMADURA
ALICANTE
CASTELLÓN
VALENCIA
VALENCIA
ESPAÑA
12.153
46
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