Embargado hasta: 21 de noviembre de 2006 Público Amnistía Internacional Israel/Líbano Fuera de toda proporción: La población civil carga con la peor parte de la guerra Noviembre de 2006 Resumen Índice AI: MDE 02/033/2006 http://web.amnesty.org/library/Index/ESLMDE020332006 La guerra que libraron Israel y Hezbolá durante 34 días en julio y agosto de 2006 causó muertes y destrucción de forma generalizada tanto en Israel como en Líbano, y la población civil fue la más afectada por las operaciones militares. El presente informe, el tercero que publica Amnistía Internacional sobre algunos aspectos del conflicto, se centra en los ataques israelíes que causaron la muerte a civiles así como en el impacto que han tenido entre la población civil otros ataques de las fuerzas israelíes. También examina la afirmación de que Hezbolá utilizó a civiles como “escudos humanos”. En documentos anteriores, Amnistía Internacional centró su análisis en los ataques de Israel contra las infraestructuras de Líbano y en los bombardeos con cohetes llevados a cabo por Hezbolá contra el norte de Israel. Durante el intenso bombardeo israelí por tierra, mar y aire murieron más de 1.000 civiles libaneses, de los cuales aproximadamente un tercio eran menores de edad. Algunas de las víctimas fueron alcanzadas en sus hogares; otras murieron en sus vehículos cuando trataban de acatar la orden israelí de evacuar sus pueblos. Y otras más perdieron la vida cuando los misiles y bombas israelíes cayeron sobre ambulancias, fábricas, escuelas y otros edificios civiles. En Líbano, los bombardeos israelíes devastaron las infraestructuras, importantes carreteras y puentes, centrales eléctricas y plantas de tratamiento de agua. Millares de viviendas y propiedades comerciales quedaron reducidas a escombros. El conflicto causó el desplazamiento forzado de un millón de personas y, tras el alto el fuego, muchas familias se encontraron sin techo y en la miseria. Este informe se basa en un considerable volumen de trabajo sobre el terreno llevado a cabo en Líbano e Israel durante la guerra y con posterioridad a ella, que incluyó conversaciones con autoridades israelíes y libanesas, así como en el análisis de las normas jurídicas pertinentes. El documento concluye que las fuerzas israelíes cometieron graves violaciones del derecho internacional de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario, incluidos crímenes de guerra. En especial, las fuerzas israelíes lanzaron ataques indiscriminados y desproporcionados en gran escala. Entre ellos se cuentan el sostenido bombardeo de artillería en el sur de Líbano y, particularmente, el uso generalizado de bombas de racimo en zonas civiles durante los últimos días de las hostilidades, acto que ha dejado un legado mortífero que sigue ensombreciendo la vida de la población civil. El informe recoge la conclusión, publicada anteriormente por Amnistía Internacional, de que los combatientes de Hezbolá también cometieron graves violaciones del derecho internacional humanitario, incluidos crímenes de guerra tales como ataques indiscriminados y ataques directos contra civiles. Los indicios que se examinan en este documento sugieren que, al menos en algunos de los casos, los combatientes de Hezbolá almacenaron cohetes Katyusha en el interior de algunos pueblos y los dispararon desde zonas civiles, aunque no está claro hasta qué punto se extendió esta conducta. El documento finaliza con un llamamiento a todas las partes del conflicto para que lleven a cabo con prontitud investigaciones independientes, imparciales y exhaustivas sobre los informes de violaciones, hagan comparecer ante la justicia a los perpetradores y garanticen que las víctimas recibirán plena reparación. También insta a la ONU a establecer una comisión internacional encargada de investigar los indicios de violaciones del derecho internacional de los derechos humanos, el derecho internacional humanitario y el derecho internacional penal por las partes del conflicto; formular recomendaciones sobre la forma de abordar la impunidad de las violaciones cometidas e impedir violaciones futuras; y formular recomendaciones sobre las formas de reparación, incluida la indemnización económica. Amnistía Internacional exhorta a todos los Estados y a las partes del conflicto a que cooperen con dicha investigación. Este texto resume el documento titulado Fuera de toda proporción: La población civil carga con la peor parte de la guerra (Índice AI: MDE 02/033/2006), publicado por Amnistía Internacional en noviembre de 2006. Si desean más información o emprender acciones al respecto, consulten el documento completo. En el sitio web http://www.amnesty.org encontrarán una amplia selección de materiales de AI sobre éste y otros asuntos. Los comunicados de prensa de la organización pueden recibirse por correo electrónico solicitándolo en la dirección: http://www.amnesty.org/email/email_updates.html SECRETARIADO INTERNACIONAL, 1 EASTON STREET, LONDON WC1X 0DW, REINO UNIDO Traducción de Editorial Amnistía Internacional (EDAI), España Embargado hasta: 21 de noviembre de 2006 Público Amnistía Internacional Israel/Líbano Fuera de toda proporción: La población civil carga con la peor parte de la guerra Noviembre de 2006 Índice AI: MDE 02/033/2006 http://web.amnesty.org/library/Index/ESLMDE020332006 SECRETARIADO INTERNACIONAL, 1 EASTON STREET, LONDON WC1X 0DW, REINO UNIDO Traducción de Editorial Amnistía Internacional (EDAI), España ÍNDICE PREFACIO 1 CAPÍTULO 1: INTRODUCCIÓN 2 CAPÍTULO 2: NORMAS DE DERECHO INTERNACIONAL APLICABLES AL CONFLICTO Derecho internacional humanitario Derecho internacional de los derechos humanos Derecho internacional penal 8 8 14 16 CAPÍTULO 3: LA JUSTIFICACIÓN ISRAELÍ DE LA LEGITIMIDAD DE LOS ATAQUES 19 CAPÍTULO 4: CIVILES EN LA LÍNEA DE FUEGO Atrapados y aterrorizados Muertos en sus hogares Atacados cuando huían Vehículos médicos y convoyes humanitarios Destrucción de viviendas 30 30 33 43 45 47 CAPÍTULO 5: CONSECUENCIAS PARA LA POBLACIÓN CIVIL El bloqueo Destrucción económica Acceso a la atención a la salud Acceso a la educación El mortífero legado de las bombas de racimo 49 49 51 56 58 58 CAPÍTULO 6: “ ESCUDOS HUMANOS” 62 CAPÍTULO 7: CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES 67 Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano Fuer a de toda pr opor ción: La población civil car ga con la peor par te de la guer r a Prefacio Desde el estallido de la guerra entre Hezbolá e Israel, en julio de 2006, Amnistía Internacional instó a ambas partes a respetar las obligaciones que les imponía el derecho internacional humanitario (las leyes y costumbres de la guerra), especialmente las relativas a la protección de la población civil. En julio, Amnistía Internacional publicó el informe titulado Israel y el Líbano: Israel y Hezbolá deben preservar a la población civil. Las obligaciones de las partes en conflicto en Israel y el Líbano conforme al derecho internacional humanitario, un recordatorio para ambas partes de las obligaciones jurídicas que recaían sobre ellas. 1 Una delegación de Amnistía Internacional visitó Israel y Líbano durante las hostilidades con el fin de investigar las violaciones graves atribuidas a ambas partes. Al intensificarse el conflicto, y en medio de violaciones reiteradas del derecho internacional humanitario por ambas partes, Amnistía Internacional se unió a los llamamientos formulados por el secretario general de las Naciones Unidas (ONU) Kofi Annan y líderes mundiales para que se declarara un alto el fuego, y los miembros de la organización siguieron pidiendo específicamente que se protegiera a la población civil. Una vez que las hostilidades llegaron a su fin, Amnistía Internacional visitó nuevamente ambos países para proseguir sus investigaciones y sus conversaciones con las autoridades. El resultado de esta labor fueron dos publicaciones en las que se examinaban algunos aspectos del conflicto. En agosto, Amnistía Internacional publicó el documento titulado Israel / Líbano: ¿"Daños colaterales" o destrucción deliberada? Ataques israelíes contra la infraestructura civil. 2 En dicho documento, Amnistía Internacional señalaba que la organización había concluido que las fuerzas israelíes habían cometido ataques indiscriminados y desproporcionados, aplicando una estrategia que parecía tener el objeto de castigar a la población de Líbano y al gobierno de este país por no volverse en contra de Hezbolá, así como de dañar la capacidad militar de Hezbolá. En septiembre, Amnistía Internacional publicó Israel/Líbano: En la línea de fuego. Los ataques de Hezbolá contra el norte de Israel. 3 En dicho informe, la organización concluía que los bombardeos de Hezbolá habían constituido ataques directos contra civiles así como ataques indiscriminados. Los bombardeos también habían violado la prohibición impuesta por el 1 Índice AI: MDE 15/070/2006. 2 Índice AI: MDE 18/007/2006. 3 Índice AI: MDE 02/025/2006. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 2 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra derecho internacional humanitario de atacar a la población civil como represalia, con independencia de cuáles sean los abusos que esté cometiendo el enemigo. El presente informe se centra en otros aspectos de la conducción de las acciones militares israelíes en Líbano y sus consecuencias, y examina la afirmación de que los combatientes de Hezbolá utilizaron a civiles como “escudos humanos”. El documento cita las normas del derecho internacional de los derechos humanos, el derecho internacional humanitario y el derecho internacional penal pertinentes a este conflicto. También analiza los rasgos comunes de los ataques israelíes, así como una serie de incidentes concretos en los que se dio muerte a civiles en Líbano. Destaca, asimismo, el impacto que han tenido otros ataques israelíes sobre la vida de la población civil, incluido el legado del bombardeo generalizado del sur de Líbano con bombas de racimo por las fuerzas israelíes durante los últimos días de la guerra. En el capítulo final se resumen las conclusiones de Amnistía Internacional en lo relativo a la conducta general de Israel y Hezbolá y se formulan recomendaciones dirigidas a las partes del conflicto, así como a la comunidad internacional. El informe se basa en labores de investigación sobre el terreno realizadas en Líbano e Israel en julio, agosto y septiembre de 2006, que incluyeron entrevistas con víctimas; una sesión informativa a cargo de un jefe militar israelí de alto rango, celebrada en septiembre de 2006, y otras conversaciones mantenidas con autoridades militares y gubernamentales israelíes y libanesas, así como con dirigentes de Hezbolá; información proporcionada por grupos no gubernamentales; y declaraciones oficiales e informes de los medios de comunicación. En septiembre y octubre, Amnistía Internacional pidió a las autoridades israelíes que le proporcionaran información concreta sobre los ataques de las fuerzas israelíes que se reseñan en el presente informe, pero no recibió dicha información. Amnistía Internacional ha examinado la conducta de cada una de las partes del conflicto a la luz de los principios consagrados en las normas de derecho internacional que son vinculantes para ambas, tal como hace en otros conflictos. Ambas partes de este conflicto han cometido graves violaciones del derecho internacional, incluidos crímenes de guerra. Estas violaciones se examinan de forma concreta e individual, en aras de la rendición de cuentas, el resarcimiento y la prevención de violaciones futuras. Capítulo 1: Introducción He perdido a todos mis hijos, a mi madre, a mis hermanas. Mi esposa está muy grave. [...] ¿Cómo se le dice a una madre que ha perdido a todos sus hijos? Fueron las palabras de Ahmad Badran cuando habló con la delegación de Amnistía Internacional en el pueblo de Al Ghazieh, en el sur de Líbano, tras presenciar el rescate de los cuerpos de ocho miembros de su familia de entre un montón de escombros. El 7 de agosto, un misil israelí había caído sobre su casa, dando muerte a sus cuatro hijos, su madre, sus dos hermanas y su sobrina, y causando heridas de gravedad a su esposa. La guerra que destruyó a su familia y a tantas otras familias de Líbano e Israel, que se prolongó durante 34 días, comenzó el 12 de julio cuando el brazo militar de Hezbolá (conocido como al­muqawama al­islamiyya , Resistencia Islámica) cruzó la frontera con Israel y atacó a Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 3 una patrulla israelí, dando muerte a ocho soldados israelíes y capturando a otros dos. Casi de inmediato se produjo un enfrentamiento militar de gran magnitud entre las fuerzas israelíes y los combatientes de Hezbolá. En las primeras 24 horas, los ataques israelíes se cobraron la vida de al menos 38 civiles, muchos de ellos menores de edad, que se hallaban en sus hogares. Entre la víctimas figuraron 12 miembros de la familia Bze’a, muertos cuando la familia estaba desayunando en su casa del pueblo de Zibqin; 9 miembros de la familia Zein, del pueblo de Baflay; y 12 miembros de la familia Akash, del pueblo de Al Dweir. Por su parte, los cohetes de Hezbolá mataron a una mujer de 40 años que se hallaba en su casa de Nahariya, en el norte de Israel, y a otro civil en la ciudad de Safed. La escala de los ataques y el elevado número de muertes entre la población civil durante las primeras 24 horas del conflicto suscitaron preocupación en el ámbito internacional. El 14 de julio, durante una conferencia de prensa celebrada en Tel Aviv, el teniente general Dan Halutz, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), afirmó rotundamente que Israel continuaría su ofensiva. Manifestó que Israel quería transmitir un mensaje inequívoco, advirtiendo: tanto al gran Beirut como a Líbano que se han tragado un cáncer y deben vomitarlo porque, si no lo hacen, su país pagará un precio muy alto. 4 Durante los días siguientes, los ataques aéreos israelíes se intensificaron y el número de muertos entre la población civil siguió creciendo. Muchas personas, entre el medio millón de habitantes de Líbano, comprendieron rápidamente que era demasiado peligroso permanecer en sus casas y huyeron hacia el norte. Pero más de 120.000 personas quedaron de hecho atrapadas y continuaron sufriendo los bombardeos de Israel en Tiro y otras ciudades y pueblos. 5 Algunas personas eran demasiado pobres o ancianas o estaban demasiado enfermas para emprender la huida. Muchas personas se dieron cuenta de que ya era demasiado arriesgado viajar en pos de la seguridad. En los primeros días de la guerra, las fuerzas israelíes habían bombardeado caminos, puentes, aeropuertos, estaciones de servicio y otras infraestructuras, y los constantes bombardeos hacían que los desplazamientos fueran peligrosos o imposibles. Hubo civiles que perdieron la vida cuando los vehículos en los que viajaban, llenos de personas que acataban la orden israelí de evacuar sus pueblos del sur de Líbano, fueron alcanzados por los proyectiles israelíes. 4 “Israel Vowing to Rout Hezbollah”, por Steven Erlanger, New York Times, 15 de julio de 2006. 5 Además de los aproximadamente 500.000 habitantes del sur de Líbano, muchas personas de origen libanés residentes en el extranjero, incluidos ciudadanos de otros países, estaban pasando sus vacaciones estivales en el sur de Líbano cuando estalló la guerra. Según informó el 26 de julio la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCAH), por esas fechas se hallaban en Líbano unos 115.000 “nacionales de terceros países” de aproximadamente 20 países distintos. Véase: http://www.reliefweb.int/rw/rwb.nsf/db900SID/SODA­6S42E2?OpenDocument. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 4 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra El 14 de agosto, al acordarse el alto el fuego, 1.191 personas –cientos de ellas menores de edad– habían muerto y más de 1.400 habían resultado heridas como consecuencia de los ataques israelíes. 6 La muerte y la destrucción se extendieron mucho más allá de los confines del sur de Líbano. Los ataques israelíes se centraron en el sur, donde destruyeron o dañaron decenas de miles de viviendas, pero también tuvieron como objetivo la capital, Beirut, y el valle de Bekaa, incluida la ciudad de Ba’albek. 7 En el barrio predominantemente musulmán de Dhahiyeh, del sur de Beirut, donde Hezbolá tiene su sede principal, aproximadamente 250 edificios de varias plantas, que albergaban al menos 4.000 apartamentos, quedaron destruidos. En Ba’albek y en el valle de Bekaa, una zona clave para la producción agrícola en Líbano, decenas de personas murieron, unas 400 viviendas fueron destruidas y se causaron daños importantes a huertos, fincas agrícolas, fábricas e infraestructuras. Según cifras oficiales israelíes, en el curso de la guerra la fuerza aérea israelí atacó aproximadamente 7.000 objetivos de distintas partes de Líbano y la marina de guerra llevó a cabo 2.500 bombardeos en zonas cercanas a la costa. 8 Pero las autoridades israelíes no han proporcionado la cifra total de ataques contra Líbano, incluido el sostenido bombardeo de artillería contra pueblos del sur del país. De acuerdo con la evaluación realizada sobre el terreno por el Centro de las Naciones Unidas para la Coordinación de Actividades Relativas a las Minas (UNMACC, por sus siglas en inglés), en los ataques aéreos y terrestres lanzados por las fuerzas israelíes durante las primeras semanas de la guerra se utilizaron diariamente hasta 3.000 bombas, cohetes y cargas de artillería y, hacia finales de la guerra, este número alcanzó a 6.000. 9 Las fuerzas israelíes también usaron bombas de racimo y municiones de fósforo blanco en zonas civiles. Ahora el sur de Líbano está sembrado de hasta un millón de bombas pequeñas sin explotar, esparcidas por las bombas de racimo, que siguen matando e hiriendo a civiles. La presencia de estas bombas, además, dificulta el retorno de la población desplazada y los esfuerzos de reconstrucción y ayuda humanitaria. 10 6 http://www.lebanonundersiege.gov.lb/english/F/Main/index.asp. Fuentes de los servicios de seguridad interna libaneses dijeron a Amnistía Internacional que a principios de septiembre de 2006 todavía no se había establecido la identidad de 129 cadáveres y que 56 de las víctimas mortales no eran ciudadanas de Líbano. 7 Véanse, entre otras fuentes, los sitios web de los gobiernos de Israel y Líbano y Misión al Líbano y a Israel, informe de cuatro relatores especiales sobre su visita a Líbano e Israel, doc. ONU: A/HRC/2/7, del 2 de octubre de 2006. Amnistía Internacional también ha recibido información directamente de fuentes oficiales israelíes y libanesas. 8 Misión al Líbano y a Israel, informe de cuatro relatores especiales sobre su visita a Líbano e Israel, doc. ONU: A/HRC/2/7, del 2 de octubre de 2006, párr. 33. 9 OCAH, Situation Report No. 35, 31 de agosto de 2006, http://iys.cidi.org/humanitarian/hsr/ixl79.html. El informe no proporciona una cifra total de ataques que abarque los ataques con fuego de artillería y los ataques lanzados por la marina de guerra. 10 Véase UNMACC, http://www.maccsl.org/War%202006.htm. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 5 En Líbano, el bombardeo generalizado causó el desplazamiento de aproximadamente un millón de personas, casi la cuarta parte de la población del país. Unas 500.000 fueron a parar a Beirut. Se calcula que unos 200.000 libaneses siguen desplazados internamente. 11 Los combatientes de Hezbolá dispararon aproximadamente 4.000 cohetes contra el norte de Israel; entre estas municiones había cohetes provistos de rodamientos destinados a causar el máximo daño posible a las personas, y cohetes que, según informes, contenían bombas de racimo. Estos ataques se cobraron la vida de 43 civiles, empujaron a unos 300.000 residentes del norte de Israel a desplazarse internamente y causaron daños generalizados a edificios. 12 En cuanto a las bajas de combatientes, las autoridades israelíes sitúan en 117 el número de soldados israelíes muertos. Israel sostiene que tiene conocimiento de los nombres de 500 combatientes de Hezbolá muertos, pero no los ha hecho públicos. Hezbolá afirma que 74 de sus combatientes perdieron la vida. Asimismo, hubo un reducido número de muertes entre los combatientes pertenecientes a otros grupos que también se enfrentaron a Israel. 13 Cuatro miembros de las fuerzas de seguridad interna libanesas y unos 40 soldados libaneses perecieron como resultado de los ataques israelíes, pese a que las fuerzas armadas y de seguridad libanesas no participaron en las hostilidades. No obstante, fue la población civil quien, de forma abrumadora, cargó con la peor parte de la guerra, no sólo en lo relativo a quienes murieron o sufrieron discapacidades que los afectarán toda la vida sino también a quienes se han visto sometidos a desplazamiento forzado, destrucción de viviendas, trauma psicológico y los efectos a largo plazo del conflicto sobre la economía y el medio ambiente. Ambas partes pusieron fin a las hostilidades la mañana del 14 de agosto tras la aprobación por el Consejo de Seguridad de la ONU, el 11 de agosto, de la Resolución 1701, que establecía los términos de la cesación de hostilidades y ampliaba las atribuciones de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (FPNUL). El 17 de agosto, el ejército libanés se desplegó en el sur de Líbano. El 7 y 8 de septiembre, Israel levantó el bloqueo aéreo y marítimo impuesto al comienzo de la guerra. El 1 de octubre, el ejército israelí anunció que se había retirado completamente de Líbano, aunque a principios de noviembre todavía mantenía un contingente en la sección libanesa del pueblo fronterizo de Al Ghajar. Las fuerzas de Hezbolá siguen reteniendo a dos soldados israelíes capturados el 12 de julio. 14 Aunque los informes indican que los soldados siguen con vida, no se ha permitido que el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) los visite. Por su parte, las fuerzas israelíes 11 “Up to 200,000 still displaced after war, UN says”, IRIN News, http://www.irinnews.org/report.asp?ReportID=56142&SelectRegion=Middle_East&SelectCountry=LEB ANON, consultado el 4 de noviembre de 2006. 12 Sitio web del Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, http://www.mfa.gov.il/MFA/Terrorism­ +Obstacle+to+Peace/Terrorism+from+Lebanon­ +Hizbullah/Hizbullah+attack+in+northern+Israel+and+Israels+response+12­Jul­2006.htm. 13 Misión al Líbano y a Israel, informe de cuatro relatores especiales sobre su visita a Líbano e Israel, doc. ONU: A/HRC/2/7, del 2 de octubre de 2006, nota al pie núm. 53. 14 Los soldados son Ehud Goldwasser y Eldad Regev. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 6 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra capturaron a no menos de 20 personas con ciudadanía libanesa y siguen reteniendo al menos a tres de ellas. En Israel, de acuerdo con los informes, estas tres personas han sido acusadas formalmente de delitos entre los que se incluye pertenecer a Hezbolá. 15 El CICR las ha visitado. Además, las fuerzas israelíes llevaron a Israel los cuerpos de al menos 13 combatientes de Hezbolá y, según fuentes militares israelíes citadas en los medios de comunicación de Israel, los cuerpos “podrían ser usados en negociaciones sobre la devolución de [los] dos soldados secuestrados”. 16 Durante el conflicto y con posterioridad a él, ambas partes han tratado de justificar el recurso a la violencia y la modalidad de su conducción de las hostilidades. El 12 de julio, Hezbolá lanzó la “Operación Promesa Cumplida” que, según declaró, tenía por objeto conseguir la liberación de prisioneros libaneses y otros prisioneros árabes recluidos en Israel canjeándolos por soldados israelíes capturados, como había “prometido” su secretario general, Hasan Nasrallah. Después de la guerra, Hasan Nasrallah declaró que, si hubiera sabido que la respuesta de Israel iba a alcanzar tal magnitud, no habría dado la orden de llevar a cabo la operación del 12 de julio. 17 No obstante, Hezbolá sigue considerando que defiende a Líbano, así como a los árabes y musulmanes en general, contra una agresión de Israel y sus aliados –concretamente Estados Unidos de América– que viene de antiguo. En especial, Hezbolá sostiene que su conflicto con Israel no llegó a su fin en 2000 cuando Israel se retiró de Líbano, ya que considera que la retirada israelí no fue completa. Hezbolá y el gobierno libanés afirman que la zona fronteriza conocida como las Granjas de Sheba’a pertenece a Líbano, pese a que la ONU considera que se trata de territorio sirio ocupado por Israel. También protestan por los frecuentes vuelos de la fuerza aérea israelí sobre territorio libanés, y siguen pidiendo a Israel que revele todos los detalles de la posición de los campos minados durante la anterior ocupación del sur de Líbano. El primer ministro israelí Ehud Olmert declaró que el ataque llevado a cabo por Hezbolá el 12 de julio era un “acto de guerra” y, al emprender la “Operación Cambio de Dirección”, prometió a Líbano una “respuesta muy dolorosa y de gran alcance”. 18 Israel sostiene que el ataque de los combatientes de Hezbolá no había sido provocado, ya que Israel se había retirado de Líbano en 2000 y la demarcación de fronteras entre los dos países había sido reconocida por la ONU. Las autoridades israelíes también consideran que Hezbolá forma parte de un frente anti­israelí más amplio que incluye a la organización palestina Hamás, así como a Siria e Irán, y ven con especial preocupación la estrecha alianza entre Hezbolá e Irán, cuyo presidente ha formulado reiteradas amenazas contra el Estado de Israel. Para Israel, la campaña militar contra Líbano fue un acto realizado en defensa propia. 15 Los tres detenidos cuya identidad se ha confirmado son Muhammed Srour, Maher Kourani y Hussein Suleiman (también conocido como Mahmoud ‘Ali Suleiman). 16 “Thirteen corpses of gunmen held for possible swap”, Jerusalem Post, 23 de julio de 2006. 17 “Nasrallah sorry for scale of war”, BBC News, http://news.bbc.co.uk/1/hi/world/middle_east/5291420.stm?ls. 18 http://www.msnbc.msn.com/id/13827858/. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 7 El gobierno libanés ha declarado que no recibió ningún aviso previo del ataque de Hezbolá, que el ataque no contó con su aprobación y que desde el principio trató de que se declarara el alto el fuego. El líder de Hezbolá dijo que él había dado la orden de ejecutar la operación del 12 de julio y que el gobierno libanés no había participado en la adopción de esa decisión. La relación entre el Estado libanés y Hezbolá es compleja. En el ámbito político, en la época del conflicto Hezbolá estaba representado como partido tanto en el Parlamento como en el gobierno del primer ministro Fouad Siniora. En la esfera social, Hezbolá proporciona importantes servicios de salud y educación y otros servicios a la población libanesa, en especial a la población musulmana chií, sector tradicionalmente marginado. Hezbolá, cuyo brazo armado encabezó el combate contra las tropas israelíes en Líbano hasta la retirada de éstas en el año 2000, mantiene su capacidad militar pese a que, en su Resolución 1559, de septiembre de 2004, el Consejo de Seguridad de la ONU pide “que se disuelvan y desarmen” todas las milicias presentes en Líbano. Amnistía Internacional no adopta postura alguna respecto de las amplias cuestiones de carácter ideológico y político que subyacen a las hostilidades entre Hezbolá e Israel, ni sobre el estatus de Hezbolá en Líbano. La organización no ha condenado a Hezbolá por llevar a cabo un ataque militar contra Israel el 12 de julio ni a Israel por lanzar una campaña militar contra Hezbolá en Líbano. No obstante, desde el principio de la guerra Amnistía Internacional exhortó a ambas partes a respetar las normas del derecho internacional humanitario. Estas disposiciones se aplican tanto a la parte agresora como a la que se defiende, y tanto a los grupos armados, como Hezbolá, como a los Estados. Desde el final del conflicto, tanto en Israel como en Líbano se viene manteniendo un debate público sobre la conducción de la guerra. En Israel se han iniciado investigaciones oficiales sobre diversos aspectos de los preparativos israelíes para la guerra y sobre la respuesta a los ataques de Hezbolá, pero ninguna de estas investigaciones tiene el mandato de examinar la manera en que la conducción de las hostilidades cumplió con las obligaciones de Israel en virtud de las leyes de la guerra. Amnistía Internacional no tiene conocimiento de que ni el gobierno libanés ni Hezbolá estén llevando a cabo investigaciones oficiales. El conflicto destrozó un sinnúmero de vidas y causó, tanto en Líbano como en Israel, una devastación que llevará años superar. Muchos de estos daños podrían haberse evitado si ambas partes hubieran observado las leyes de la guerra. Amnistía Internacional ha examinado la conducta de las dos partes a la luz de las obligaciones que les impone el derecho internacional con el objeto de lograr que se garantice la rendición de cuentas por parte de los perpetradores, la justicia para las víctimas y la prevención de abusos similares en el futuro. Es inevitable que la guerra cause tragedias personales, pero cualquier vida segada o dañada como resultado de una violación de las reglas de la guerra exige que se pida cuentas de sus actos a los responsables y que se ofrezca reparación a las víctimas. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 8 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra Capítulo 2: Normas de derecho internacional aplicables al conflicto El marco jurídico que se analiza infra establece las normas y principios clave que atañen al conflicto entre Hezbolá e Israel. En algunos casos, Amnistía Internacional ha identificado violaciones flagrantes de estas normas y principios cometidas por una u otra de las partes en conflicto. Como se señala en las recomendaciones formuladas al final del presente informe, a fin de evaluar en mayor profundidad la conducta de las partes y el alcance de las violaciones cometidas será preciso que se lleve a cabo una investigación exhaustiva de ámbito internacional. A este conflicto se aplican varios ordenamientos jurídicos internacionales. El derecho internacional humanitario, también conocido como las leyes de la guerra, es vinculante para todas las partes de un conflicto, incluidos los grupos armados. El derecho internacional de los derechos humanos se aplica tanto en tiempo de paz como de guerra y es vinculante para los Estados. En el derecho internacional penal, las personas incurren en responsabilidad penal por ciertas violaciones como los crímenes de guerra. Además, el derecho de la responsabilidad del Estado proporciona un marco para abordar la cuestión de la reparación debida a las víctimas de violaciones. Derecho internacional humanitario El derecho internacional humanitario es un conjunto de normas y principios que tienen por objeto proteger a las personas que no participan en las hostilidades, en particular la población civil, pero también ciertos combatientes, incluidos los que han sido heridos o capturados. Este cuerpo de normas establece criterios mínimos de conducta humanitaria y limita los medios y métodos que pueden utilizarse en la conducción de las operaciones militares. Su finalidad principal es reducir, en la medida de lo posible, el sufrimiento humano en tiempo de conflicto armado. Los cuatro Convenios de Ginebra de 1949 y sus dos Protocolos Adicionales de 1977 son los principales instrumentos del derecho internacional humanitario. Israel es Estado Parte en los Convenios de Ginebra de 1949 pero no en el Protocolo I relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados internacionales. Líbano es Estado Parte en los Convenios de Ginebra y en el Protocolo I. Por su parte, Hezbolá ha aceptado acatar algunas de las normas básicas del derecho internacional humanitario, por ejemplo cuando suscribió el acuerdo de abril de 1996 mediante el que se puso fin a anteriores hostilidades con Israel. El acuerdo tenía por objeto proteger la vida Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 9 de la población civil mientras continuaba el combate en el sur de Líbano. 19 Tras el reciente conflicto, Hezbolá ha reiterado su compromiso de observar los términos de este acuerdo. Las disposiciones fundamentales del Protocolo I, incluidas las normas que se citan infra , se consideran parte del derecho internacional consuetudinario y, en consecuencia, son vinculantes para todas las partes de un conflicto. 20 Las infracciones graves de los Convenios de Ginebra y del Protocolo I constituyen crímenes de guerra. Las definiciones aceptadas de estos crímenes de derecho internacional consuetudinario están formuladas en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional. Pr ohibición de los ataques dir ectos contr a per sonas civiles y bienes de car ácter civil: el pr incipio de distinción El art. 48 del Protocolo I establece la “norma fundamental” relativa a la protección de la población civil: el principio de distinción, que constituye uno de los pilares del derecho internacional humanitario: A fin de garantizar el respeto y la protección de la población civil y de los bienes de carácter civil, las Partes en conflicto harán distinción en todo momento entre población civil y combatientes, y entre bienes de carácter civil y objetivos militares y, en consecuencia, dirigirán sus operaciones únicamente contra objetivos militares. Con arreglo al Estatuto de Roma, dirigir intencionalmente ataques contra la población civil en cuanto tal o contra civiles que no participen directamente en las hostilidades constituye un crimen de guerra. 21 El art. 51.3 del Protocolo I establece que las personas civiles gozarán de protección “salvo si participan directamente en las hostilidades y mientras dure tal participación”. El art. 52.1 del Protocolo I dispone: Son bienes de carácter civil todos los bienes que no son objetivos militares […]. En el art. 52.2 se definen los objetivos militares como: 19 El acuerdo, en el que participaron oficialmente Estados Unidos de América, Francia, Israel, Líbano y Siria, prohibía los ataques contra la población civil de Israel y Líbano y disponía también que “las zonas habitadas por civiles y las instalaciones industriales y eléctricas no se utilizarán como bases de lanzamiento de ataques”. Como parte del acuerdo se formó un grupo de vigilancia para arbitrar las denuncias de violación de éste que presentaran Israel o Líbano. El grupo de trabajo dejó de funcionar en febrero de 2000 y las fuerzas israelíes se retiraron de Líbano en mayo de ese año: http://telaviv.usembassy.gov/publish/peace/documents/ceasefire_understanding.html. Véase también Adir Waldman, Arbitrating Armed Conflict: Decisions of the Israel­Lebanon Monitoring Group, Juris, 2003, p. 27. 20 Véase Customary International Humanitarian Law, Comité Internacional de la Cruz Roja, 2005. 21 Art. 8.2.b.i. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 10 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra […] aquellos objetos que por su naturaleza, ubicación, finalidad o utilización contribuyan eficazmente a la acción militar o cuya destrucción total o parcial, captura o neutralización ofrezca en las circunstancias del caso una ventaja militar definida. Los objetos que no reúnen estas condiciones son objetos civiles. En caso de duda acerca de si se utiliza un objetivo con fines militares, “se presumirá que no se utiliza con tal fin” (art. 52.3). 22 Dirigir intencionalmente ataques contra objetos civiles constituye un crimen de guerra. La interpretación del concepto de “ventaja militar” no deberá ser tan amplia que haga que esta norma resulte ineficaz. Cuando se invoca esta disposición para justificar ataques destinados a perjudicar el bienestar económico de un Estado o desmoralizar a su población civil con el fin de debilitar la capacidad de combatir, se tergiversa el significado jurídico del concepto de “ventaja militar”, se menoscaban principios fundamentales del derecho internacional humanitario y se plantea una grave amenaza contra la población civil. Pr ohibición de los ataques indiscr iminados o despr opor cionados El art. 51.4 del Protocolo I prohíbe los ataques indiscriminados, que son aquellos que: […] pueden alcanzar indistintamente a objetivos militares y a personas civiles o a bienes de carácter civil. Conforme al art. 51.5, los ataques desproporcionados, que son una forma de ataque indiscriminado, son aquellos que: […] sea de prever que causarán incidentalmente muertos y heridos entre la población civil, o daños a bienes de carácter civil, o ambas cosas, que serían excesivos en relación con la ventaja militar concreta y directa prevista . Lanzar un ataque desproporcionado en forma intencional constituye un crimen de guerra. 23 Lanzar un ataque indiscriminado que tenga como consecuencia la pérdida de vidas civiles o cause heridas a civiles o daños a bienes de carácter civil también constituye un crimen de guerra. 24 22 En el autoritativo Comentario del Comité Internacional de la Cruz Roja sobre los Protocolos Adicionales a los Convenios de Ginebra (párr. 2024) se interpreta la expresión “ventaja militar definida” en el sentido de que “no es legítimo lanzar un ataque que sólo ofrezca ventajas potenciales o indeterminadas”. Traducción de EDAI. 23 Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, art. 8.2.b.iv. 24 Customary International Humanitarian Law, Vol. I: Rules, Comité Internacional de la Cruz Roja, 2005; Rule 156, p. 589, y art. 8.2.b.i del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 11 Además, las pérdidas y los daños incidentales nunca deberán ser elevados. 25 Destruir bienes y apropiarse de ellos de manera no justificada por necesidades militares, a gran escala, ilícita y arbitrariamente, constituye un crimen de guerra. 26 Pr ecauciones en el ataque El art. 57.1 exige que todas las partes actúen con un cuidado constante “de preservar a la población civil, a las personas civiles y a los bienes de carácter civil”. El art. 57.2 establece que quienes se dispongan a atacar deberán: i) hacer todo lo que sea factible para verificar que los objetivos que se proyecta atacar no son personas civiles ni bienes de carácter civil, ni gozan de protección especial, sino que se trata de objetivos militares en el sentido del párrafo 2 del artículo 52 y que las disposiciones del presente Protocolo no prohíben atacarlos; ii) tomar todas las precauciones factibles en la elección de los medios y métodos de ataque para evitar o, al menos, reducir todo lo posible el número de muertos y de heridos que pudieran causar incidentalmente entre la población civil, así como los daños a los bienes de carácter civil; iii) abstenerse de decidir un ataque cuando sea de prever que causará incidentalmente muertos o heridos en la población civil, daños a bienes de carácter civil, o ambas cosas, que serían excesivos en relación con la ventaja militar concreta y directa prevista; b) un ataque será suspendido o anulado si se advierte que el objetivo no es militar o que goza de protección especial, o que es de prever que el ataque causará incidentalmente muertos o heridos entre la población civil, daños a bienes de carácter civil, o ambas cosas, que serían excesivos en relación con la ventaja militar concreta y directa prevista; c) se dará aviso con la debida antelación y por medios eficaces de cualquier ataque que pueda afectar a la población civil, salvo que las circunstancias lo impidan. Pr ecauciones en la defensa Las partes en conflicto también tienen la obligación de tomar todas las precauciones factibles para proteger a las personas civiles y a los bienes de carácter civil que se encuentren bajo su control contra los efectos de los ataques de su adversario. El Protocolo I exige que cada parte 25 Según se explica en el Comentario del Comité Internacional de la Cruz Roja (párr. 1980): “También se ha sugerido la idea de que, aunque las pérdidas de vidas civiles y los daños a objetos civiles sean muy elevados, podrían justificarse si la ventaja militar que está en juego tuviese una gran importancia. Esta idea es contraria a las normas fundamentales del Protocolo […] El Protocolo no contiene ninguna disposición que justifique ataques que causen un gran número de muertes de civiles o daños a bienes de carácter civil. Las pérdidas y los daños incidentales nunca deberán ser elevados”. Traducción de EDAI. 26 Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, art. 8.2.a.iv. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 12 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra evite situar objetivos militares en el interior o en las proximidades de zonas densamente pobladas (art. 58.b). El Protocolo I también prohíbe expresamente recurrir a tácticas como el uso de “escudos humanos” para impedir un ataque contra objetivos militares. El art. 51.7 dispone: La presencia de la población civil o de personas civiles o sus movimientos no podrán ser utilizados para poner ciertos puntos o zonas a cubierto de operaciones militares, en especial para tratar de poner a cubierto de ataques los objetivos militares, ni para cubrir, favorecer u obstaculizar operaciones militares. Las Partes en conflicto no podrán dirigir los movimientos de la población civil o de personas civiles para tratar de poner objetivos militares a cubierto de ataques, o para cubrir operaciones militares. Proteger intencionalmente un objetivo militar utilizando a civiles constituye un crimen de guerra. 27 Pero el Protocolo I también aclara que, aun cuando una de las partes esté protegiéndose detrás de civiles, tal violación no “dispensará a las Partes en conflicto de sus obligaciones jurídicas con respecto a la población civil y las personas civiles”. Además, el art. 50.3 manifiesta que: [l]a presencia entre la población civil de personas cuya condición no responda a la definición de persona civil no priva a esa población de su calidad de civil. Como señala el Comité Internacional de la Cruz Roja en su autoritativo Comentario: En condiciones de conflicto es inevitable que los individuos pertenecientes a la categoría de combatiente se mezclen con la población civil, por ejemplo, los soldados que se encuentran de permiso visitando a sus familias. No obstante, y siempre que no se trate de unidades regulares en cantidades bastante grandes, este hecho no altera de ninguna manera el carácter civil de una población. 28 Pr ohibición de los actos de r epr esalia y los castigos colectivos Los ataques dirigidos como represalia contra la población civil o personas civiles o bienes de carácter civil a los que se refieren los artículos 51.6 y 52.1 del Protocolo I están expresamente prohibidos en el derecho internacional humanitario y se considera generalmente que están prohibidos en el derecho internacional consuetudinario. El hecho de que exista la posibilidad de que una de las partes haya violado las leyes de la guerra no puede, en consecuencia, servir de base para que su adversario cometa actos ilegítimos, ya sea con el fin de obligar a la parte infractora a acatar la ley o como medio de represalia o castigo. Según el art. 33 del IV Convenio de Ginebra: 27 Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, art. 8.2.b.xxiii. 28 Traducción de EDAI. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 13 No se castigará a ninguna persona protegida por infracciones que no haya cometido. Están prohibidos los castigos colectivos, así como toda medida de intimidación o de terrorismo. Pr otección del medio ambiente El art. 55 del Protocolo I dispone que deberá velarse por la protección del medio ambiente natural “contra daños extensos, duraderos y graves”. Se prohíben los métodos o medios de hacer la guerra que hayan sido concebidos para causar tales daños al medio ambiente natural o de los que quepa prever que los causen. Conforme al art. 8.2.b.iv del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, es un crimen de guerra: Lanzar un ataque intencionalmente, a sabiendas de que causará pérdidas de vidas, lesiones a civiles o daños a objetos de carácter civil o daños extensos, duraderos y graves al medio natural que sean claramente excesivos en relación con la ventaja militar general concreta y directa que se prevea; Super vivencia de la población y acceso humanitar io Está prohibido atacar, destruir, sustraer o inutilizar los bienes indispensables para la supervivencia de la población civil (Protocolo I, art. 54.2). Las partes en conflicto deberán permitir y facilitar el paso rápido y sin trabas de la ayuda humanitaria suministrada de forma imparcial (Protocolo I, art. 70). Las partes deberán respetar y proteger al personal sanitario y sus vehículos (Protocolo I, arts. 15 y 21). Ar mas El derecho internacional humanitario prohíbe el uso de armas de efectos indiscriminados y el uso de armas que sean de tal índole que causen males superfluos o sufrimientos innecesarios. El Comentario del Comité Internacional de la Cruz Roja sobre los Protocolos Adicionales menciona, como ejemplo de las armas de efecto indiscriminado, los misiles de largo alcance que no puedan apuntarse directamente al objetivo. Entre las demás armas utilizadas durante el conflicto para lanzar ataques indiscriminados figuraron las armas de racimo. Las bombas o proyectiles de racimo esparcen decenas de bombas pequeñas o submuniciones sobre una vasta superficie, que suele tener las dimensiones de uno o dos campos de fútbol. Pueden ser lanzadas desde aeronaves o disparadas con armas de artillería o lanzacohetes. Según el tipo de submunición que se utilice, del 5 al 20 por ciento de las bombas pequeñas de racimo no hacen explosión en el acto y quedan atrás como legado explosivo de la guerra, representando, para la población civil, una amenaza similar a las minas terrestres antipersonal. El uso de estas bombas en zonas densamente pobladas por civiles viola la prohibición de los ataques indiscriminados debido a la vasta superficie cubierta por las numerosas bombas esparcidas y al peligro que suponen para todas aquellas personas, incluidas las personas civiles, que entran en contacto con las bombas pequeñas sin detonar. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 14 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra Según informes, en este conflicto las fuerzas israelíes también han usado armas de fósforo blanco en zonas donde había población civil. Esta sustancia se coloca en granadas y proyectiles utilizados para marcar objetivos, producir cortinas de humo que oculten los movimientos de las tropas, “trazar” la trayectoria de las balas, y como arma incendiaria. 29 El Protocolo sobre prohibiciones o restricciones del empleo de armas incendiarias (Protocolo III adicional a la Convención sobre Prohibiciones o Restricciones del Empleo de Ciertas Armas Convencionales que Puedan Considerarse Excesivamente Nocivas o de Efectos Indiscriminados, adoptada por la ONU en 1980) prohíbe el uso de este tipo de armas contra civiles. Se trata de una norma del derecho internacional consuetudinario y es, por consiguiente, vinculante para Israel y Líbano aun cuando no sean estados Partes en el Protocolo III. De acuerdo con el Comité Internacional de la Cruz Roja, es norma de derecho internacional consuetudinario que el uso de armas incendiarias contra los combatientes está prohibido a menos que no sea factible utilizar un arma menos perjudicial para poner a una persona fuera de combate. Esta norma no está recogida en el Protocolo III. Derecho internacional de los derechos humanos Como han afirmado la Corte Internacional de Justicia y el Comité de Derechos Humanos de la ONU, la vigencia del derecho internacional de los derechos humanos no cesa en tiempo de conflicto armado internacional, de forma análoga al derecho internacional humanitario. 30 Ambos ordenamientos jurídicos son esenciales para garantizar la protección de las personas durante los conflictos armados. Líbano e Israel son Estados Partes en importantes tratados de derechos humanos como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Como ha señalado inequívocamente el Comité de Derechos Humanos, las obligaciones contraídas por los Estados en la esfera de los derechos humanos en virtud del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos tienen efectos extraterritoriales. 31 29 Para una explicación de los usos bélicos del fósforo blanco y sus efectos, véase Federación de Científicos Estadounidenses (Federation of American Scientists), White Phosphorous Fact Sheet, disponible en: http://www.fas.org/biosecurity/resource/factsheets/whitephosphorus.htm. 30 “[L]a Corte considera que la protección que ofrecen los convenios y convenciones de derechos humanos no cesa en caso de conflicto armado, salvo en caso de se apliquen disposiciones de suspensión como las que figuran en el artículo 4 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos”, Consecuencias jurídicas de la construcción de un muro en el territorio palestino ocupado, Opinión Consultiva del 9 de julio de 2004, informes de la Corte Internacional de Justicia, 2004. Véase también la Observación general Nº 31 del Comité de Derechos Humanos: “el Pacto se aplica también en situaciones de conflicto armado a las que son aplicables las normas del derecho humanitario internacional. Si bien, con respecto a determinados derechos del Pacto, normas más específicas del derecho humanitario internacional pueden ser directamente pertinentes a los efectos de la interpretación de los derechos del Pacto, ambas esferas del derecho son complementarias y no mutuamente excluyentes”. Observación general Nº 31, La índole de la obligación jurídica general impuesta a los Estados Partes en el Pacto, párr. 11. Doc. ONU CCPR/21/Rev.1/Add.13. 31 Comité de Derechos Humanos, Observación general Nº 31, párr. 10. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 15 El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales no prevé expresamente ninguna limitación relativa a la jurisdicción territorial. Entre las obligaciones aplicables al conflicto que se incumplieron durante las hostilidades figuran el respeto del derecho a la vida (Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, art. 6); del derecho a vivienda y alimentación adecuados (Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, art. 11); del disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental (Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, art. 12), que incluye el derecho al agua; y del derecho a la educación (Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, art. 13). 32 Las acciones que tenían el propósito de destruir o dañar la infraestructura necesaria para el goce de estos derechos, incluidos hospitales y escuelas, o que era probable que tuvieran como consecuencia tal destrucción o daño, son violaciones de las cuales se puede pedir cuentas a las partes. Con respecto al derecho a la vivienda, ciertas acciones llevadas a cabo durante el conflicto –a saber, la destrucción generalizada de decenas de miles de viviendas– pueden constituir un acto ilegítimo de desalojo forzoso, en contravención del art. 11 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales define “desalojos forzosos” como “el hecho de hacer salir a personas, familias y/o comunidades de los hogares y/o las tierras que ocupan, en forma permanente o provisional, sin ofrecerles medios apropiados de protección legal o de otra índole ni permitirles su acceso a ellos”. 33 El Comité incluye entre estos desalojos los causados por los “conflictos armados internacionales, las disensiones internas y la violencia comunitaria o étnica”. 34 El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales no prevé la derogación de los derechos y obligaciones que se derivan de él, ni siquiera en situaciones de emergencia, y sólo permite las limitaciones “determinadas por ley, sólo en la medida compatible con la naturaleza de esos derechos y con el exclusivo objeto de promover el bienestar general en una sociedad democrática”. Como ha señalado claramente el Comité, las limitaciones deberán ser proporcionadas y “deberán corresponder a la solución menos restrictiva de entre los tipos de limitaciones previstos”. 35 32 Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Observación general Nº 15, El derecho al agua , doc. ONU: E/C.12/2002/11 (2002). 33 Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Observación general Nº 7, El derecho a una vivienda adecuada (párrafo 1 del artículo 11 del Pacto): los desalojos forzosos (16º periodo de sesiones, 1997), doc. ONU: E/1998/22, Anexo IV, p. 122 (1997), párr. 4. 34 Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Observación general Nº 7, op. cit., párr. 7. 35 Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Observación general Nº 14, El derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud (artículo 12), párr. 29. Aprobada durante el 22º periodo de sesiones (2000). Doc. ONU E/C.12/2000/4 (2000). Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 16 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra Derecho internacional penal Las infracciones graves de los Convenios de Ginebra y del Protocolo I y otras violaciones graves del derecho internacional humanitario son crímenes de guerra. La lista de crímenes de guerra recogida en el art. 8 del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional refleja el derecho internacional consuetudinario en vigor en la fecha de adopción del Estatuto. El art. 86 del Protocolo I establece que “las Partes en conflicto deberán reprimir las infracciones graves y adoptar las medidas necesarias para hacer que cesen todas las demás infracciones de los Convenios [de Ginebra de 1949] o del presente Protocolo que resulten del incumplimiento de un deber de actuar”. Los individuos, ya sean civiles o militares, y con independencia de su rango, podrán incurrir en responsabilidad penal por tales violaciones. Los jefes podrán ser considerados responsables de los actos de sus subordinados. Como señala el art. 86.2: El hecho de que la infracción de los Convenios o del presente Protocolo haya sido cometida por un subordinado no exime de responsabilidad penal o disciplinaria, según el caso, a sus superiores, si éstos sabían o poseían información que les permitiera concluir, en las circunstancias del momento, que ese subordinado estaba cometiendo o iba a cometer tal infracción y si no tomaron todas las medidas factibles que estuvieran a su alcance para impedir o reprimir esa infracción. No podrá alegarse que se estaban cumpliendo órdenes superiores como defensa de la comisión de violaciones del derecho internacional humanitario, aunque dicho extremo sí se podrá tener en cuenta como circunstancia atenuante a la hora de imponerse el castigo. Este principio se reconoce desde los juicios de Nuremberg, celebrados al finalizar la Segunda Guerra Mundial, y actualmente forma parte del derecho internacional consuetudinario. Hay varios mecanismos que pueden utilizarse para investigar y procesar a los perpetradores de violaciones del derecho internacional humanitario, en juicios que deberán ser imparciales y en los que no deberá caber la posibilidad de que se imponga la pena de muerte. Ellos son: (a) Por las pr opias par tes Cada una de las partes en conflicto debe hacer comparecer ante la justicia a cualquiera de sus ciudadanos de quien se sospeche que ha cometido violaciones graves del derecho internacional humanitario. Esta obligación recae sobre Israel y Líbano. (b) Por otr os Estados Los demás Estados deben cumplir con su obligación de llevar a cabo investigaciones penales sobre cualquier presunta infracción grave del derecho internacional humanitario cometida durante el conflicto. Si dispone de suficientes pruebas admisibles y el sospechoso se halla dentro de su jurisdicción, el Estado deberá procesar al sospechoso o de lo contrario extraditarlo a otro Estado que esté dispuesto a procesarlo y que pueda hacerlo. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 17 Además de estar obligados a ejercer la jurisdicción universal en casos de infracciones graves de los Convenios de Ginebra y del Protocolo I, los Estados tienen derecho a ejercer la jurisdicción universal frente a otras violaciones graves del derecho internacional humanitario. Si tras una investigación dispone de suficientes pruebas admisibles y el sospechoso se halla dentro de su jurisdicción, el Estado deberá procesar al sospechoso o de lo contrario extraditarlo a otro Estado que esté dispuesto a someterlo a juicio y pueda hacerlo. (c) Por la Cor te Penal Inter nacional Ni Israel ni Líbano han ratificado el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional. No obstante, Israel y Líbano podrían reconocer la jurisdicción de la Corte sobre sus respectivos territorios mediante una declaración formulada con arreglo al art. 12.3 del Estatuto de Roma, o bien el Consejo de Seguridad de la ONU podría remitir la situación a la Corte conforme al art. 13.b del Estatuto. La r epar ación y la r esponsabilidad del Estado El principio de que los Estados son responsables ante la comunidad internacional por “hechos internacionalmente ilícitos” ha sido incorporado en los Artículos sobre la Responsabilidad del Estado por Hechos Internacionalmente Ilícitos, elaborados en 2001 por la Comisión de Derecho Internacional. Estos Artículos, que codifican el derecho de la responsabilidad del Estado, fueron señalados a la atención de los gobiernos por la Asamblea General de la ONU en 2002. 36 El Artículo 31 dispone lo siguiente: El Esta do responsable está obligado a repa rar íntegra mente el perjuicio ca usa do por el hecho internacionalmente ilícito. [...] El perjuicio comprende todo daño, tanto material como moral, ca usa do por el hecho inter na cionalmente ilícito del Esta do. Los hechos internacionalmente ilícitos incluyen las violaciones de las obligaciones contraídas por el Estado en virtud del derecho internacional consuetudinario y convencional. Por ejemplo, el art. 91 del Protocolo I indica claramente que cada una de las partes en conflicto “[s]erá responsable de todos los actos cometidos por las personas que formen parte de sus fuerzas armadas”. Por consiguiente, “[l]a Parte en conflicto que violare las disposiciones de los Convenios o del presente Protocolo estará obligada a indemnizar si hubiere lugar a ello”. El derecho que asiste a las víctimas, a título individual, a obtener reparación también es un principio establecido firmemente en el derecho internacional de los derechos humanos como elemento clave del derecho a disponer de recursos proclamado en tratados de derechos humanos de ámbito internacional y regional. 37 En el estudio sobre el derecho internacional humanitario 36 Resolución de la Asamblea General, Responsabilidad del Estado por hechos internacionalmente ilícitos, doc. ONU: A/RES/56/83 (28 de enero de 2002), párr. 3. 37 Véanse, por ejemplo, el art. 2.3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el art. 9 de la Carta Árabe de Derechos Humanos. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 18 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra consuetudinario 38 del Comité Internacional de la Cruz Roja se concluye, en la Regla 150: “Un Estado responsable de violaciones del derecho internacional humanitario tiene la obligación de proporcionar plena reparación por la pérdida o el daño causado”. Además, los Principios y Directrices Básicos sobre el Derecho de las Víctimas de Violaciones Manifiestas de las Normas Internacionales de Derechos Humanos y de Violaciones Graves del Derecho Internacional Humanitario a Interponer Recursos y Obtener Reparaciones, adoptados por la Asamblea General de la ONU en 2005 (Resolución 60/147 del 16 de diciembre de 2005) consagran el deber de los Estados de proporcionar a las víctimas recursos efectivos, incluida la reparación. En este instrumento se codifican las distintas formas de reparación, enunciadas en los arts. 19 a 23, a saber: restitución, indemnización, rehabilitación, satisfacción y garantías de no repetición. Los gr upos ar mados y la r epar ación El derecho de la responsabilidad del Estado establece que a un grupo armado sólo se le podrá exigir que ofrezca reparaciones cuando se convierta posteriormente en el nuevo gobierno de un Estado o consiga fundar un nuevo Estado en una parte del territorio de un Estado preexistente o en un territorio bajo la administración de dicho Estado. El derecho internacional de los derechos humanos se centra primordialmente en las obligaciones de los Estados y, en consecuencia, no genera obligaciones para los grupos armados, salvo la obligación que recae sobre el Estado de ejercer la diligencia debida a la hora de prevenir, castigar, investigar o remediar los daños causados por tales actores. En este contexto, incumbiría a Líbano tal obligación respecto de los actos de Hezbolá. El Comité Internacional de la Cruz Roja observa que los propios grupos armados tienen el deber de respetar el derecho internacional humanitario. Mientras no se resuelva la cuestión de si los grupos armados están obligados a ofrecer plena reparación por violaciones del derecho internacional humanitario, 39 la práctica indica que se requiere que tales grupos ofrezcan un grado adecuado de reparación. 40 38 Customary International Humanitarian Law, Volume I, Rules, Comité Internacional de la Cruz Roja, 2005. 39 Customary International Humanitarian Law, Volume I, Rules, Comité Internacional de la Cruz Roja, 2005, Rule 150. 40 Customary International Humanitarian Law, Volume I, Rules, Comité Internacional de la Cruz Roja, 2005, Rule 139. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 19 Capítulo 3: La justificación israelí de la legitimidad de los ataques Israel ha sostenido en reiteradas ocasiones que, todo a lo largo del conflicto, al lanzar sus ataques contra Líbano observó las normas del derecho internacional, respetando, entre otras cosas, el principio de distinción (distinguir entre objetivos civiles y militares) y el requisito de la proporcionalidad (asegurarse de que los ataques no causarán daños a civiles u objetos civiles que sean excesivos en relación con la ventaja militar concreta y directa prevista). Las autoridades israelíes dijeron a Amnistía Internacional que antes de atacar un objetivo se sometía el plan al examen de especialistas en derecho internacional humanitario, y que las muertes de civiles y la destrucción causadas en Líbano eran un daño colateral legítimo o el resultado de errores. Pero las autoridades de Israel culpan en última instancia a Hezbolá, por haber iniciado el conflicto, y lo consideran responsable de las muertes de civiles causadas por los ataques de las fuerzas israelíes. Las autoridades aducen que los combatientes de Hezbolá utilizaron deliberadamente a civiles como “escudos humanos”, práctica que dificultó enormemente el esfuerzo de las fuerzas israelíes por evitar matar y herir a civiles en Líbano. Por ejemplo, en el periodo que siguió al ataque que causó la muerte de al menos 28 civiles en una casa de Qana el 30 de julio (véase infra ), el general de brigada Amir Eshel, jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea, ofreció el siguiente panorama general de las operaciones militares israelíes: Las operaciones son muy complicadas. Estamos hablando de cientos de lanzamisiles y un gran número de misiles dispersos por todo Líbano, de todo tipo, desde largo alcance hasta corto alcance. Estamos tratando, en lo posible, de dar un golpe a los elementos de esta capacidad, de modo de crear un efecto que resulte, a la larga, en una reducción del número de lanzamientos y de su precisión. Es en esto en lo que nos estamos concentrando. El ataque contra la cadena de actividades de lanzamiento de misiles se centra en los lanzamisiles, en la gente que los maneja, en la retaguardia de apoyo logístico de los lanzamisiles, y en los centros de mando que dirigen a estas fuerzas de lanzamiento. Estamos hablando de organizaciones militares muy organizadas que manejan distintos tipos de armas; de hecho, yo diría, prácticamente un ejército regular. Otros elementos adicionales que estamos manejando son desbaratar su capacidad operativa atacando las rutas que usan y disparando contra las zonas de lanzamiento para impedir o estorbar lo más posible la eficiencia de sus operaciones.41 Amnistía Internacional es consciente de que el combate contra un grupo guerrillero que tiene su base entre la población civil plantea desafíos específicos, como por ejemplo identificar y destruir armas que se hallan en el interior de viviendas civiles tratando, al mismo tiempo, de reducir al mínimo los daños que se causen a los civiles. No obstante, las normas del derecho internacional humanitario tienen en cuenta tales desafíos. Esto significa que los retos que 41 Rueda de prensa organizada por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) después del incidente de Qana, 30 de julio de 2006, http://www.mfa.gov.il/MFA/Terrorism­+Obstacle+to+Peace/Terrorism+from+Lebanon­ +Hizbullah/IDF+press+conference+following+the+Kafr+Qana+incident+30­Jul­2006.htm. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 20 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra plantea el combate contra fuerzas irregulares nunca deberán invocarse como excusa para justificar los ataques indiscriminados o desproporcionados, la ausencia de medidas de precaución para proteger a la población civil u otras violaciones graves. Las normas también establecen límites con respecto a las tácticas que pueden emplear de forma legítima los grupos guerrilleros. Los desafíos que enfrentan los grupos armados cuando combaten contra fuerzas estatales más poderosas y mejor equipadas y organizadas tampoco pueden justificar la comisión de violaciones graves del derecho internacional humanitario. En una sesión informativa ofrecida a Amnistía Internacional en septiembre de 2006, las autoridades militares israelíes afirmaron que durante la campaña sus fuerzas habían cometido sólo dos errores de envergadura, a saber: un ataque contra un puesto de observación de la ONU situado en las cercanías de Al Khiam, que se cobró la vida de cuatro observadores de la ONU, y un ataque contra un edificio de Qana, que causó la muerte de 28 civiles. No obstante, las explicaciones ofrecidas por las autoridades israelíes en ambos casos, en respuesta, al parecer, a la preocupación y el interés expresados en el ámbito internacional, fueron insuficientes, dejando sin responder una serie de cuestiones clave. Ataques contr a un puesto de la ONU situado en las inmediaciones de Al Khiam y contr a una casa de Qana Un puesto de observación de la ONU próximo a Al Khiam fue destruido el 25 de julio por un ataque directo lanzado desde el aire por las fuerzas israelíes tras un día de nutrido fuego de artillería. La ONU declaró que su personal se había puesto en contacto en reiteradas ocasiones con las autoridades israelíes durante un periodo de varias horas, pidiendo que las fuerzas israelíes dejaran de lanzar proyectiles cerca del edificio de la ONU. La FPNUL comunicó que 21 proyectiles aéreos habían caído a 300 m o menos de la base y que 12 descargas de artillería habían caído a 100 m o menos y 4 de éstas habían caído directamente en la base. 42 Al día siguiente, el Consejo de Seguridad de la ONU declaró que estaba “profundamente consternado y afligido” por el ataque y exhortó al gobierno de Israel a que llevara a cabo una investigación exhaustiva de este incidente. También el 26 de julio, las fuerzas israelíes indicaron que estaban realizando operaciones en la zona de Al Khiam, “desde la que Hezbolá ha estado lanzando ataques con misiles contra Israel”. Las fuerzas israelíes expresaron su pesar por el incidente y declararon que estaban “emprendiendo una investigación exhaustiva en estrecha coordinación con la ONU”. 43 Sin embargo, Israel se negó a realizar una investigación conjunta con la ONU y no explicó qué clase de investigación estaba llevando a 42 Informe verbal de la secretaria general adjunta de Operaciones de Mantenimiento de la Paz Jane Holl Lute, 26 de julio de 2006. La secretaria general adjunta especificó: “Según la información que obra en nuestro poder, a diferencia de lo ocurrido en las inmediaciones de algunas de nuestras bases de patrulla, Hezbolá no estaba haciendo fuego desde los alrededores inmediatos de la base de patrulla”. http://www.un.org/News/dh/infocus/jane.htm. 43 Sitio web de las FDI, Regarding the UN post near al Khiyam, 26 de julio de 2006, http://www1.idf.il/DOVER/site/mainpage.asp?sl=EN&id=7&docid=55107&Pos=27&last=0&bScope=Fa lse. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 21 cabo ni reveló sus resultados. Tras las indagaciones realizadas por la Junta de Investigación de la ONU, la Oficina del Secretario General de la ONU declaró lo siguiente: “La Junta de Investigación observa que las autoridades israelíes han aceptado plena responsabilidad por el incidente y han presentado sus excusas a las Naciones Unidas por lo que llaman un error ‘a nivel operativo’. La Junta no tuvo acceso a los jefes de las FDI encargados de cuestiones operativas o tácticas que participaron en el incidente y, por consiguiente, no pudo determinar la razón por la cual los ataques contra la posición de la ONU no habían cesado pese a las reiteradas gestiones del personal de la ONU ante las autoridades israelíes, tanto sobre el terreno como en la Sede.” 44 El 30 de julio, un ataque israelí contra una casa de tres plantas de Qana causó la muerte de al menos 28 civiles, en su mayoría menores de edad, que se refugiaban en ella (para más detalles, véase el capítulo 4). Al principio las autoridades militares israelíes manifestaron que estaban respondiendo al disparo de cohetes Katyusha desde esa zona del pueblo y que el derrumbe de la casa podría haber sido resultado de la explosión de armas almacenadas allí por Hezbolá más que de los ataques israelíes. 45 Tres días más tarde, el 2 de agosto, al anunciar la conclusión de una investigación, las autoridades israelíes señalaron que la casa había sido “seleccionada como objetivo conforme a directrices militares sobre el uso de fuego contra estructuras sospechosas situadas en pueblos a cuyos residentes se les ha advertido de que deben evacuar la zona y que son adyacentes a lugares desde donde se disparan cohetes contra Israel”. Añadieron que, según la información que obraba en su poder, el edificio “se estaba usando como escondite de terroristas” y no albergaba a civiles. El comunicado también anunciaba que el jefe del Estado Mayor de las FDI había “ordenado que las directrices sobre el uso de fuego contra objetivos sospechosos se evaluaran y actualizaran de inmediato”. 46 En ambos casos, las autoridades israelíes se abstuvieron de proporcionar información sobre los métodos y resultados completos de las investigaciones realizadas, como datos sobre la naturaleza de los errores que consideraban que se habían cometido o si habían establecido responsabilidades por dichos errores. Tampoco han indicado si se llevó a cabo la revisión de las directrices sobre el uso de fuego anunciada el 2 de agosto y, de ser así, cuáles han sido sus resultados. 44 Oficina del Secretario General, Departamento de Información Pública, Secretary­General receives report on attacks that killed observers at Khiam, Lebanon, SG/SM/10666, http://www.un.org/News/Press/docs/2006/sgsm10666.doc.htm. 45 General de brigada Amir Eshel, jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea, citado en el sitio web de noticias israelí YNet, 30 de julio de 2006, http://www.ynetnews.com/articles/0,7340,L­3283816,00.html. 46 Completion of inquiry into July 30th incident in Qana , 2 de agosto de 2006, sitio web del Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, http://www.mfa.gov.il/MFA/Government/Communiques/2006/Completion+of+inquiry+into+July+30+in cident+in+Qana+2­Aug­2006.htm. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 22 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra Con respecto a otros incidentes, las autoridades israelíes han expresado con frecuencia su pesar por las muertes de civiles ocurridas como resultado de ataques de sus fuerzas y han hecho declaraciones de política general. No obstante, en prácticamente todos los demás casos se han abstenido de proporcionar información específica sobre cada incidente, como el objetivo previsto, la consideración del factor de proporcionalidad y cualquier medida de precaución adoptada. Todos éstos son elementos esenciales para evaluar la legitimidad de un ataque, especialmente cuando los indicios disponibles sobre el terreno –en la medida en que Amnistía Internacional lo ha podido determinar en relación con los casos reseñados en el presente informe– no apuntan a que en el momento del ataque Hezbolá estuviera desarrollando ninguna actividad militar en las zonas atacadas. Resultan particularmente inquietantes los casos en los cuales las autoridades israelíes han negado haber tenido conocimiento de que había civiles presentes en los lugares seleccionados como objetivo de sus ataques, dado que las fuerzas israelíes utilizaron sistemas de vigilancia muy avanzados, en especial los aviones teledirigidos de los que hicieron uso extendido en el espacio aéreo libanés durante el conflicto. El 19 de julio, en el pueblo de ‘Ainata, la casa de la familia Wehbe fue alcanzada por proyectiles en dos ocasiones, ataques que se cobraron la vida de Mousa Wehbe, de 85 años, y su vecino Hussein Samhat, también de avanzada edad. Poco después, otra casa fue objeto de un ataque que causó la muerte de Mousa Darwish, su hija Amal, de 17 años, sus dos sobrinas, Zainab, de 17 años, y Salwa, de 20, y la empleada doméstica de la familia, de nacionalidad etíope, Alawiya Muzammal Awali. Otra hija y un hijo de Mousa Darwish resultaron gravemente heridos: Hymiam, de 18 años, estuvo en coma 10 días y sufrió pérdida de memoria, y su hermano menor, Mahmoud, perdió el uso de las piernas. La casa estaba emplazada fuera del núcleo central del pueblo, entre un grupo de viviendas de una sola planta separadas por huertos. El hermanastro de Mousa Darwish, Samih, que vive al lado de la casa destruida, dijo a Amnistía Internacional: “Aquí no había nada, aquí no tenemos Resistencia. Sólo nosotros, los miembros de la familia, vivimos aquí, y el camino termina aquí, de modo que ni siquiera hay transeúntes. Así que sabemos lo que ocurre y aquí no estaba ocurriendo nada, no había motivo para bombardearnos.” Las explicaciones generales de la política aplicada y de la interpretación hecha del derecho internacional que las autoridades israelíes han publicado o han discutido con Amnistía Internacional también suscitan graves motivos de preocupación. Por ejemplo, durante la sesión informativa ofrecida por las autoridades militares israelíes en septiembre de 2006 se comunicó a Amnistía Internacional que si los soldados israelíes veían que un hombre disparaba un cohete y después entraba en una casa, estaban facultados para atacar la casa sin hacer preguntas. Amnistía Internacional considera que tal respuesta sería desproporcionada. El simple hecho de que un combatiente entre en una casa no legitima automáticamente un ataque: atacar la casa con el objeto de matar a un combatiente sin tratar de establecer si en su interior hay civiles es un acto que viola la prohibición de los ataques desproporcionados. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 23 También causan grave preocupación varias declaraciones públicas de autoridades políticas y militares en las que se indicaba que las fuerzas israelíes consideraban que los civiles que no abandonaran el sur de Líbano eran objetivos legítimos. El 27 de julio, el ministro de Justicia israelí Haim Ramon manifestó: “Todas las personas que se hallan ahora en el sur de Líbano son terroristas que mantienen algún tipo de vínculo con Hezbolá”. 47 También dijo: “Una ciudad como Bint Jbeil, cuyos residentes habían recibido aviso de que debían evacuar el lugar y se marcharon, y en la que sólo permanecían los hombres armados de Hezbolá, debe ser batida desde el aire y con artillería antes de que entren las tropas de tierra”. 48 Ese mismo día, Dan Halutz, jefe del Estado Mayor de las FDI, declaró en una rueda de prensa: “Bint Jbeil fue bombardeada desde el aire y con artillería en el grado que estimamos suficiente. No se trata de una cuestión humanitaria, puesto que en Bint Jbeil ya no quedaban ciudadanos y la localidad estaba plagada de terroristas, tanto dentro como en los alrededores”. 49 No obstante, no es cierto que en la ciudad de Bint Jbeil “ya no quedaran ciudadanos”. El 31 de julio y el 1 de agosto, cuando la prensa y el Comité Internacional de la Cruz Roja pudieron visitar Bint Jbeil aprovechando que los ataques aéreos israelíes habían sido suspendidos durante un periodo de dos días, los medios de comunicación mostraron el rescate tanto de cadáveres como de sobrevivientes de entre los escombros de sus casas. Tres periodistas dijeron a Amnistía Internacional que habían encontrado a una mujer angustiada que excavaba con sus propias manos y les pidió que la ayudaran a encontrar a su hermana entre los escombros. Los periodistas la ayudaron y, finalmente, encontraron dos mujeres de avanzada edad, una de ellas con discapacidad y postrada en su cama, y su anciano hermano, que seguían con vida. Los tres septuagenarios habían permanecido más de una semana atrapados bajo los escombros de su vivienda del centro de Bint Jbeil. Causa similar preocupación el contenido de los volantes arrojados en repetidas ocasiones por las fuerzas israelíes sobre el sur de Líbano, en los que se advertía de próximos ataques y se ordenaba a la población que evacuara la zona. Suscita especial inquietud un volante arrojado el 7 de agosto, en el que se anunciaba que “[t]odo vehículo de cualquier tipo que se desplace por la zona situada al sur del río Litani será bombardeado por presumirse que transporta cohetes, equipo militar y terroristas”. Esto constituye una violación flagrante del principio de distinción y de la presunción de estatuto de persona civil: un ataque llevado a cabo en ejecución de esta amenaza habría sido un ataque indiscriminado y también podría haber sido un ataque directo contra civiles. Otros volantes, así como algunos rasgos comunes de los ataques, indican que las fuerzas israelíes estaban seleccionando como objetivo ciertos tipos de vehículos, como camiones, 47 http://www.ctv.ca/servlet/ArticleNews/story/CTVNews/20060725/Israel_lebanon_fighting_060727/2006 0727?hub=CTVNewsAt11, y: http://www.jpost.com/servlet/Satellite?cid=1153292014162&pagename=JPost%2FJPArticle%2FShowFu ll. 48 Periódico israelí Yedioth, http://www.ynetnews.com/articles/0,7340,L­3282314,00.html. 49 http://www.mfa.gov.il/MFA/Terrorism­+Obstacle+to+Peace/Terrorism+from+Lebanon­ +Hizbullah/Chief+of+Staff+Halutz­+No+intention+of+hurting+Syria+or+citizens+of+Lebanon+27­Jul­ 2006.htm. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 24 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra camionetas y motocicletas, por presumirse que estaban siendo utilizados por combatientes de Hezbolá. En un volante arrojado el 25 de julio se advertía de que las “camionetas” o los “camiones” podían ser bombardeados por este motivo. Amnistía Internacional ha documentado (véase el capítulo 4) dos ataques aéreos mortales contra la camioneta de una panadería y contra un hombre que viajaba en una motocicleta, ambos ocurridos el 6 de agosto cerca de un convoy humanitario de la ONU que se desplazaba por una zona situada al norte de Tiro. En septiembre de 2006, al solicitar Amnistía Internacional que le proporcionaran información sobre este tipo de ataques, las autoridades israelíes dijeron que en la mayoría de los casos se había contado con información secreta que indicaba que los vehículos en cuestión estaban cumpliendo “una misión de Hezbolá”. No obstante, también señalaron que consideraban que los camiones que todavía transitaban la red vial después de haberse dado aviso a la población y de que ésta hubiera, en su gran mayoría, abandonado la zona, eran un objetivo legítimo, especialmente en la carretera principal que une a Líbano con Siria. Amnistía Internacional considera que cualquier ataque que no tenga en cuenta todas las circunstancias específicas de cada caso viola la presunción de estatuto de persona civil y constituiría un ataque indiscriminado y, posiblemente, un ataque directo contra civiles. En todo caso, la huida no garantizaba la seguridad. Las fuerzas israelíes atacaron a civiles que habían abandonado sus pueblos y viajaban hacia el norte en respuesta a las instrucciones que las autoridades militares israelíes les habían dado en volantes arrojados desde aviones o por otros medios. Israel no ha proporcionado una explicación adecuada de los incidentes concretos en los que se dio muerte a civiles en tales circunstancias. Atacados cuando huían “El ejército nos dijo que abandonáramos el pueblo, pero bombardeó y mató a los que se marcharon. ¿Por qué? ¡Un automóvil lleno de niños!” Así describió su desesperación y su desconcierto un miembro de la familia ‘Abdallah que sobrevivió a un ataque israelí contra una caravana de familias que huían del pueblo de Marwahin. El ataque, lanzado el 15 de julio, se cobró la vida de 23 civiles, en su gran mayoría menores de edad. Los residentes de Marwahin sólo evacuaron su pueblo cuando les ordenaron hacerlo unos soldados israelíes a través de un altavoz. El sobreviviente dijo: “Los soldados israelíes que se hallaban cerca de la valla de la frontera nos acusaron de ayudar a la Resistencia y dijeron que debíamos marcharnos, pero nosotros no tenemos nada que ver con la Resistencia. En el pueblo había un solo combatiente de Hezbolá y le dejamos claro que nos oponemos a que se lancen ataques desde el pueblo o se almacenen armas en el pueblo.” Al llegar a la zona situada entre Shama’a y Bayada, el convoy fue objeto de un ataque sostenido de misiles disparados, al parecer, por helicópteros y por un buque de guerra de la armada israelí. La enumeración de las muertes ocasionadas en este incidente es penosa: Zahra Fares ‘Abdallah, de 45 años, madre de 10 hijos, su hijo Hedi, de 6 años, y su hija Mirna, de 12; Sana’ Muhammad ‘Abdallah, de 30 años, y cinco de sus hijos –‘Ali, de 15 años, Muhammad, de 13, Hussein, de 12, Hassan, de 10, y Lama, de 2–; Muhammad Mousa Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 25 Ghannam, de 47 años, su esposa Suha, de 35 años, y sus seis hijos –Qasem, de 16 años, Mustapha, de 15, Hussein, de 11, Fatima, de 14, Zainab, de 10, y Do’a, de 7; Mariam Brahim ‘Abdallah, de 27 años; ‘Ali Kamil ‘Abdallah, de 55 años, su hijo Muhammad, de 17 años, y su anciana madre, Subha Hassan ‘Abdallah; y dos hermanas de avanzada edad, Latifa y Fawzia Abu Hadla. Muchas otras personas resultaron heridas de gravedad, entre ellas un anciano, Mousa Touhan Seif, que perdió ambas piernas. Otro motivo de grave preocupación es la interpretación que hace Israel del concepto de “ventaja militar” al considerar la cuestión de la proporcionalidad. Israel sostiene que la ventaja militar “no atañe a ese ataque específico sino a la operación militar en su conjunto”. 50 Las autoridades israelíes han indicado a Amnistía Internacional que el solo hecho de que algunos objetos, como las plantas de electricidad y combustible, pudieran ofrecer una ventaja militar, los convertiría, en su opinión, en un objetivo legítimo. Esta interpretación es demasiado amplia. Una acción que ofrezca una ventaja militar legítima no puede ser aquella que ofrezca únicamente una ventaja potencial o indeterminada; de lo contrario, esta interpretación podría usarse de hecho para justificar cualquier ataque, ya que casi todos los objetos civiles, hasta el agua y los alimentos, son susceptibles de ser utilizados con fines militares. En lugar de ello, debe encontrarse siempre el justo equilibrio entre la ventaja militar prevista y los daños que se prevé que sufrirá la población civil, y las fuerzas militares deben abstenerse de lanzar un ataque cuando el segundo factor sea de mayor consecuencia que el primero. El alcance y las características comunes de los ataques israelíes contra la infraestructura de Líbano, unidos a las declaraciones de las autoridades israelíes, reflejan esta interpretación excesivamente amplia del concepto de ventaja militar. Estos ataques parecen haber tenido el objeto de infligir una forma de castigo colectivo a la población libanesa a fin de inducir al gobierno libanés a volverse contra Hezbolá, así como de dañar la capacidad militar de Hezbolá. 51 En este contexto, las fuerzas israelíes parecen haber llevado a cabo ataques directos contra bienes de carácter civil, como la destrucción de fábricas y del pequeño puerto de Al Ouza’i y su flota pesquera (véase el capítulo 5). La posible naturaleza punitiva de los ataques contra las infraestructuras se puso de manifiesto en las declaraciones oficiales de Israel. En fases tempranas del conflicto, tras capturar Hezbolá a los dos soldados israelíes, el jefe del Estado Mayor de las FDI amenazó: “Si no se devuelve a los soldados, retrasaremos el reloj del Líbano 20 años”. 52 Según el periódico 50 Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, Responding to Hizbullah attacks from Lebanon: Issues of proportionality, 25 de julio de 2006, http://www.mfa.gov.il/MFA/Government/Law/Legal+Issues+and+Rulings/Responding+to+Hizbullah+att acks+from+Lebanon­+Issues+of+proportionality+July+2006.htm. 51 Véase Israel / Líbano: ¿"Daños colaterales" o destrucción deliberada? Ataques israelíes contra la infraestructura civil, op. cit. 52 http://www.cnn.com/2006/WORLD/meast/07/12/mideast/. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 26 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra The Jerusalem Post, un oficial de alta graduación de las FDI amenazó con que Israel destruiría las centrales eléctricas libanesas si los combatientes de Hezbolá disparaban misiles de largo alcance contra instalaciones estratégicas del norte de Israel. 53 El 24 de julio, durante una sesión informativa ofrecida por un oficial de alta graduación de la fuerza aérea israelí, se comunicó a los periodistas que el jefe del Estado Mayor había ordenado a las fuerzas israelíes que destruyeran 10 edificios de Beirut por cada cohete Katyusha que hiciera explosión en Haifa. 54 Según el periódico The New York Times, el jefe del Estado Mayor dijo que los ataques aéreos tenían por objeto mantener la presión sobre las autoridades libanesas y transmitir al gobierno libanés el mensaje de que debía asumir responsabilidad por las acciones de Hezbolá. 55 De todas maneras, parece que gran parte de la destrucción de las infraestructuras libanesas causada por Israel tuvo el efecto principal de obstaculizar el desplazamiento de los civiles que huían y de los convoyes humanitarios, más que impedir que Hezbolá transportara materiales y combatientes. J iyye: una catástr ofe par a el medio ambiente El bombardeo israelí de la central de energía eléctrica de Jiyye, llevado a cabo los días 13 y 15 de julio, tuvo un efecto devastador sobre el medio ambiente, así como sobre la economía y los medios de vida de muchas personas. De 10.000 a 15.000 toneladas de gasóleo se derramaron al mar. Otras 55.000 toneladas de gasóleo ardieron, produciendo un humo espeso y depositando pequeñas gotas de gasóleo sobre una vasta zona. El derrame cubrió de gasóleo, en distintos grados, unos 120 km de la costa mediterránea, y contaminó vastas zonas del lecho marino, causando daños a los ecosistemas costeros y marinos, incluidos peces y aves. 56 El director de la central eléctrica, ‘Abd al­Razaq al­Eitani, dijo a Amnistía Internacional que el primer tanque, que contenía 10.000 toneladas de combustible, fue blanco de un ataque aéreo el 13 de julio. Dos días después, un tanque que contenía 15.000 toneladas de combustible fue bombardeado, lo que provocó el incendio de un tanque que contenía 25.000 toneladas de combustible. El director dijo que, como consecuencia de los ataques, una persona había resultado levemente herida y varias personas, incluido él mismo, habían sufrido los efectos de la inhalación de humo. 53 The Jerusalem Post, “IAF continues attack on Lebanon”, 17 de julio de 2006. The Jerusalem Post, “High­ranking officer: Halutz ordered retaliation policy”, 24 de julio de 2006. 55 The New York Times, “Israel Vowing to Rout Hezbollah”, 15 de julio de 2006. 56 Lebanon Oil Spill Rapid Assessment/Response Mission, informe elaborado por el profesor Richard 54 Steiner bajo los auspicios de la Comisión para las Políticas Ambientales, Económicas y Sociales de la Unión Mundial para la Naturaleza y Green Line (Beirut), 11 de septiembre de 2006. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 27 El gobierno libanés estimó que la recuperación completa de la zona llevaría 10 años; la ONU calculó que el coste de la limpieza inicial alcanzaría a 64 millones de dólares estadounidenses. Dado que la central eléctrica y sus tanques de combustible están emplazados inmediatamente junto al mar, era altamente probable que su bombardeo tuviera efectos devastadores inmediatos y a largo plazo sobre el medio ambiente marino. Tales riesgos superaban claramente cualquier ventaja militar prevista. Amnistía Internacional considera que los ataques lanzados contra la central de energía de Jiyye fueron desproporcionados. También violaron la prohibición de utilizar métodos o medios de conducción de las hostilidades de los que quepa prever que causen daños extensos, duraderos y graves al medio ambiente. Entre los ataques israelíes que parecen haber sido extremadamente desproporcionados figuran los llevados a cabo en el barrio de Dhahiyeh, en el sur de Beirut, donde Hezbolá tiene su sede central. El barrio de Dhahiyeh fue objeto de un bombardeo nutrido y extenso desde el mar y el aire, que se prolongó mucho después de que la mayoría de sus residentes lo hubieran abandonado. Los ataques causaron enormes daños: según informes, aproximadamente 250 edificios de varias plantas, que albergaban al menos 4.000 apartamentos, quedaron destruidos. 57 Se calcula que de 30.000 a 60.000 personas perdieron su hogar. 58 Si bien es cierto que los centros de mando militares que albergaba la sede de Hezbolá habrían sido un objetivo legítimo, la magnitud de los daños causados indica que los bombardeos israelíes tenían como blanco cualquier edificio en el que se desarrollara cualquier actividad vinculada con Hezbolá, incluidas las actividades que no eran de carácter militar. En este sentido, habrían constituido ataques directos contra objetos civiles, y también podrían haberse llevado a cabo como una forma de castigo colectivo a los residentes de Dhahiyeh. A lo largo de la guerra, las fuerzas israelíes batieron el sur de Líbano desde el aire, la tierra y el mar, disparando miles de proyectiles prácticamente a diario. Este bombardeo causó la muerte de civiles y destruyó o volvió inutilizables millares de viviendas y otros edificios. Es posible que estas operaciones hayan formado parte de la táctica descrita por las FDI como “[disparar] contra las zonas de lanzamiento para impedir o estorbar lo más posible la eficiencia de sus operaciones [las de Hezbolá]”. 59 Pero el bombardeo de artillería en el sur de Líbano fue indiscriminado. “En la reciente guerra de Líbano disparamos como locos, sin aplicar ningún límite de seguridad”, dijo, según 57 Gobierno de Líbano, Setting the stage for long term reconstruction: The national early recovery process, Conferencia de Estocolomo para la rápida recuperación del Líbano (Stockholm Conference for Lebanon's Early Recovery), 31 de agosto de 2006, p. 10; y entrevista de Amnistía Internacional con la Campaña de Reconstrucción (Jihad al­Bina ) de Hezbolá. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) calcula que un total de 35.000 viviendas y comercios libaneses fueron destruidos. 58 Misión al Líbano y a Israel, informe de cuatro relatores especiales sobre su visita a Líbano e Israel, doc. ONU: A/HRC/2/7, del 2 de octubre de 2006, nota al pie núm. 68, que se refiere a la evaluación sobre el terreno efectuada por la Campaña de Reconstrucción de Hezbolá. 59 Rueda de prensa organizada por las FDI después del incidente de Qana, 30 de julio de 2006, op. cit. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 28 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra informes, un oficial de artillería. 60 Un soldado israelí manifestó a Amnistía Internacional que las coordenadas de los objetivos que les habían proporcionado a principios de agosto eran acordes con la “inundación” –bombardeo nutrido– de varios pueblos libaneses, uno de los cuales, según creía, era Tayyabah (véase el capítulo 4).] En la abrumadora mayoría de los edificios destruidos o dañados que inspeccionó, Amnistía Internacional no encontró nada que indicara que estuvieran siendo utilizados por combatientes de Hezbolá como escondites o para almacenar armas. En la mayoría de los casos, los rasgos comunes de los daños indicaban que las propiedades habían sido seleccionadas como blanco con el fin de volverlas inutilizables, más que para matar a combatientes individuales o destruir armas almacenadas en ellas. Normalmente, el tipo de daños infligidos a los edificios por esta cortina de fuego de artillería no habría impedido que Hezbolá rescatara sus armas, de haber estado éstas almacenadas allí. En los numerosos edificios examinados, la delegación de Amnistía Internacional no observó incendios que hubieran sido resultado del bombardeo de un depósito de municiones, ni siquiera en aquellos casos en que se habían producido fuegos como consecuencia del uso de proyectiles incendiarios u otros factores. Durante los últimos tres días de hostilidades, después de acordarse el alto el fuego, los ataques aéreos y de artillería de Israel se intensificaron e incluyeron el uso generalizado de bombas de racimo en zonas residenciales. Aproximadamente cuatro millones de bombas pequeñas, la cuarta parte de las cuales no hizo explosión, fueron esparcidas en el sur de Líbano, cayendo en pueblos, casas, campos, caminos y huertos, como se describe en el capítulo 5. Marwa y Sikne Me’ri, ambos de 12 años de edad, y Hassan Tehini, de 10, resultaron heridos cuando una bomba de racimo explotó cerca de su casa, en el pueblo de ‘Ait Al Sha’b, el 17 de agosto de 2006. Marwa dijo a Amnistía Internacional que estaba jugando con Sikne y Hassan entre los escombros de la casa de un familiar, que había sido destruida por las fuerzas israelíes, cuando notó un pequeño objeto: “Agarré la bomba, pero no sabía que era una bomba. Hassan dijo que la tirara y, cuando la tiré, explotó.” Los tres niños resultaron heridos. Hassan sufrió heridas graves en el estómago. Marwa y Sikne sufrieron heridas de metralla por todo el cuerpo. El primer médico que examinó a Hassan dijo: “Las heridas que sufrió el niño eran horribles, tenía las vísceras colgando y estábamos muy preocupados porque pensábamos que podíamos perderlo. Afortunadamente, sobrevivió.” La madre de Marwa dijo a Amnistía Internacional: “Al día siguiente de estallar la guerra, agarré a los niños y huimos porque el ejército israelí estaba bombardeando el pueblo. Pasamos un mes fuera de casa y sólo regresamos el 15 de agosto, al día siguiente de terminar la guerra, pero encontramos que nuestra casa había sido 60 El oficial se refería a la cortina de fuego de artillería que causó la muerte de 19 civiles en Beit Hanun, en la Franja de Gaza, el 8 de noviembre de 2006. Haaretz, 9 de noviembre de 2006. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 29 destruida, y ahora nos alojamos en casa de unos familiares. Yo pensaba que al menos ahora, con la guerra terminada, íbamos a estar seguros, pero por todas partes hay bombas sin explotar. Ahora ni siquiera tenemos un hogar y este año la escuela comenzará más tarde porque las escuelas y todas las cosas del pueblo han sido destruidas, de modo que los niños salen fuera a jugar con más frecuencia y me aterrorizo cada vez que los pierdo de vista.” Las bombas de racimo representan una grave amenaza para la población civil. Las submuniciones que esparcen son pequeñas y tienen distintas formas: algunas tienen forma de pelota de tenis y otras se parecen a la pila de una linterna. Esto las hace atractivas para los niños y mucho más difíciles de detectar que otros artefactos sin explotar. El enorme número de pequeñas bombas sin explotar siguen matando y mutilando a la gente de forma indiscriminada y es muy probable que continúen haciéndolo durante años. Israel defendió su utilización de bombas de racimo diciendo que, conforme al derecho internacional, dichas armas son legales, y que hizo “denodados esfuerzos” para evitar la muerte de civiles. No obstante, el uso de bombas de racimo está sujeto a las normas del derecho internacional humanitario de la misma manera que cualquier otra arma, y en este sentido su uso masivo en zonas pobladas constituyó claramente un ataque indiscriminado. Amnistía Internacional también observó que las características de la destrucción causada por los ataques israelíes indicaban que las fuerzas israelíes habían atacado objetos que eran indispensables para la supervivencia de la población civil, incluidos supermercados y otros centros de distribución de alimentos, estaciones de servicio y estaciones de bombeo de agua. Los efectos de esta tónica de destrucción se vieron agravados por el bloqueo aéreo y naval impuesto por Israel desde el inicio del conflicto hasta casi cuatro semanas después del alto el fuego. Israel sostuvo que el bloqueo era necesario para cortar el suministro de armas y otros materiales a Hezbolá y, tras el alto el fuego, retrasó el levantamiento del bloqueo aduciendo que antes debía desplegarse un contingente de fuerzas internacionales de mantenimiento de la paz a fin de impedir el rearme de Hezbolá desde el mar y el aire. Aunque el derecho internacional humanitario no prohíbe la imposición de bloqueos, éstos no deben impedir que los alimentos y otros artículos esenciales lleguen a la población civil. Los bloqueos israelíes impidieron o dificultaron el suministro de ayuda humanitaria y artículos de primera necesidad a las personas que necesitaban de ellos, y es posible que hayan sido impuestos como forma de castigo colectivo, además de como medio de obstaculizar las operaciones militares de Hezbolá. Es de crucial importancia que la información que apunta a la comisión de violaciones del derecho internacional humanitario –como los datos que se presentan en este informe– sea investigada adecuadamente. Será preciso que se lleve a cabo tal investigación a fin de que se haga comparecer ante la justicia a los responsables de las violaciones, incluidos crímenes de guerra, se proporcione plena reparación a las víctimas y se implementen nuevas políticas y otras medidas necesarias para impedir la repetición de dichas violaciones. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 30 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra Capítulo 4: Civiles en la línea de fuego Atrapados y aterrorizados Era peligroso transitar los caminos, pero también era peligroso quedarnos en casa. Sobreviviente de la familia ‘Awada, que perdió a nueve de sus miembros el 17 de julio cuando un misil israelí cayó en su vivienda. Desde el comienzo de la guerra, la intensidad del bombardeo israelí hizo que, en el término de unos pocos días, la mayor parte del medio millón de habitantes del sur de Líbano y decenas de miles de personas que estaban de visita en la zona huyeran hacia el norte. Pero muchos otros quedaron atrapados durante días y semanas y hasta 120.000 personas permanecieron en pueblos y ciudades del sur durante todo el conflicto, enfrentadas a los bombardeos de las fuerzas israelíes. 61 Algunas personas no pudieron huir debido a su avanzada edad o a su estado de salud. Algunas deseaban marcharse, pero pensaban que viajar era demasiado peligroso o carecían de los medios para hacerlo. Otras no querían abandonar su hogar. La gente empezó a abandonar sus pueblos desde los primeros días de la guerra. Pero el ataque lanzado el 15 de julio por las fuerzas israelíes contra los vehículos que huían del pueblo de Marwahin (véase el capítulo 3), así como los ataques generalizados contra la red vial y otras infraestructuras, parecen haber disuadido a muchas personas de marcharse. El 30 de julio, Israel anunció que al día siguiente comenzaría una suspensión de los ataques aéreos que se prolongaría durante un periodo de 48 horas. Muchos habitantes de los pueblos del sur que todavía no se habían marchado aprovecharon esta oportunidad para huir. El 1 de agosto, al finalizar el periodo de 48 horas, muchos pueblos del sur de Líbano habían quedado prácticamente abandonados. Durante la segunda semana del conflicto, las fuerzas israelíes arrojaron volantes sobre el sur de Líbano indicando a los residentes que debían marcharse. En general, los volantes no mencionaban pueblos concretos sino que ordenaban a la gente que evacuara la totalidad de la zona situada al sur del río Litani. Pero a esta altura del conflicto a los residentes ya les resultaba sumamente difícil marcharse. Muchos caminos habían quedado intransitables y los ataques israelíes contra vehículos en marcha hacían cada vez más peligroso viajar por los caminos que todavía estaban abiertos. Además, el combustible escaseaba debido al bloqueo y a los ataques de las fuerzas israelíes contra los depósitos de combustible y las estaciones de servicio. La mayor parte de las estaciones de servicio a las que no se les había agotado el combustible o que no habían sido destruidas estaban cerradas, pues sus propietarios temían que fueran blanco de ataques. En consecuencia, incluso las personas que disponían de vehículos para huir no podían hacerlo por falta de combustible. 61 http://www.reliefweb.int/rw/rwb.nsf/db900SID/SODA­6S42E2?OpenDocument. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 31 Para quienes carecían de vehículos, el precio del transporte, incluso en los trayectos más cortos, aumentó de manera espectacular debido a la escasez de combustible y al peligro que suponía viajar, poniéndolo fuera del alcance de la mayoría. Incluso quienes podían costear el viaje no tenían, a menudo, medios para comunicarse con las ciudades a fin de organizar el transporte porque para entonces las redes telefónicas y eléctricas habían sido inutilizadas por los bombardeos israelíes y la gente no podía usar líneas de tierra ni cargar sus teléfonos móviles, ya que no había suministro de energía eléctrica. Inicialmente, los volantes arrojados por las fuerzas israelíes ordenaban a todo el mundo que abandonara la totalidad de la zona situada al sur del río Litani, donde residían unas 500.000 personas. Los volantes arrojados posteriormente decían que todo vehículo de cualquier tipo que se hallara en la zona sería atacado. De tal forma se colocó a la población civil en una situación sin salida en la que arriesgaba la vida ya se marchara o se quedara. Ni siquiera era seguro viajar en convoyes coordinados con las fuerzas israelíes, como lo demostró el ataque contra las personas que huyeron de Marjayoun el 11 de agosto (véase infra ). A los residentes de los pueblos del sur del río Litani Debido a las operaciones terroristas que se están ejecutando desde sus pueblos y viviendas contra el Estado de Israel, las Fuerzas de Defensa de Israel se ven obligadas a tomar represalias inmediatas por estos actos, incluso dentro de sus pueblos. ¡¡¡Por su seguridad!!! Se requiere que evacuen sus pueblos de inmediato en dirección al norte del Litani 62 Al pueblo de Líbano ¡¡Presten atención a estas instrucciones!! Las FDI [Fuerzas de Defensa de Israel] intensificarán sus actividades y efectuarán fuertes bombardeos de toda la zona desde la cual se están lanzando cohetes contra el Estado de Israel. ¡Cualquiera que se halle en estas zonas está poniendo en peligro su vida! Además, se presumirá que cualquier camión o camioneta que se desplace por la zona situada al sur del río Litani transporta cohetes y armas y podrá ser objeto de un bombardeo. Sepan que cualquiera que viaje en un camión o en una camioneta está poniendo en peligro su vida. El Estado de Israel 63 62 Volante arrojado el 21 de julio. La traducción al español es de EDAI, a partir de una traducción del árabe al inglés realizada por Amnistía Internacional. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 32 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra A los civiles libaneses del sur del río Litani Lean este anuncio con cuidado y sigan las instrucciones Las FDI intensificarán sus operaciones, y atacarán con gran fuerza a los grupos terroristas que los están explotando como escudos humanos, y que disparan cohetes desde sus casas contra el Estado de Israel. Todo vehículo de cualquier tipo que se desplace por la zona situada al sur del río Litani será bombardeado por presumirse que transporta cohetes, equipo militar y terroristas. Toda persona que viaje en cualquier vehículo está poniendo en peligro su vida. El Estado de Israel 64 Estos volantes no llegaron a todos los pueblos, y en algunas zonas fueron arrojados después de haberse bombardeado el lugar. 65 En los pueblos visitados por Amnistía Internacional, muchas personas dijeron que no habían visto ningún volante. Las emisoras de radio y televisión libanesas mencionaron ampliamente los volantes, pero en muchos pueblos los residentes habían perdido rápidamente el acceso a los medios de comunicación y el contacto con el mundo exterior porque los ataques israelíes habían destruido las redes de electricidad, radiotelevisión y comunicación. En otros casos, las personas que habían visto volantes que anunciaban que Israel bombardearía las zonas desde las que se estaban lanzando cohetes o que habían oído hablar de tales volantes llegaron a la conclusión de que era más seguro permanecer en su casa si sabían que no se estaban lanzando cohetes desde sus cercanías. También pensaban que si se desplazaban era posible que, sin advertirlo, entraran en zonas desde las que se estaban disparando cohetes o en las que se estaban produciendo enfrentamientos terrestres entre las fuerzas israelíes y los combatientes de Hezbolá. En algunos pueblos o ciudades, como ‘Ainata, ‘Aitaroun y Bint Jbeil, en cuyas inmediaciones las fuerzas israelíes habían estado presentes desde principios del conflicto, los residentes se habían visto atrapados rápidamente por los encarnizados combates que se libraban en los alrededores de sus pueblos. En otros pueblos, la gente sabía que las tropas israelíes habían penetrado en el sur del territorio libanés para combatir contra Hezbolá sobre el terreno, pero no sabía con precisión dónde se hallaban estas fuerzas, por lo cual temía desplazarse. 63 Volante arrojado el 25 de julio, Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, http://www.mfa.gov.il/MFA/Terrorism­+Obstacle+to+Peace/Terrorism+from+Lebanon­ +Hizbullah/IDF+warns+Lebanese+civilians+to+leave+danger+zones+3­Aug­2006.htm. 64 Volante del 7 de agosto, acompañado de emisiones de radio en las que se hacía la misma advertencia. Ibíd. 65 Los volantes israelíes en los que se exhortaba a la población a evacuar los barrios de Shiyah, Hay Selloum y Bourj Al Barajneh, de Beirut, fueron arrojados varios días después del bombardeo de Shiyah. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 33 Muertos en sus hogares Ninguno de nosotros tenía nada que ver con la guerra. No entiendo por qué bombardearon nuestra casa. Fatima al­Akhras, que perdió a 12 miembros de su familia cuando su casa del pueblo de ‘Aitaroun fue alcanzada durante un ataque lanzado por Israel el 16 de julio. Desde el primer día del conflicto, el 12 de julio, se recibieron informes sobre ataques de artillería del ejército israelí contra pueblos de distintas partes del sur de Líbano. El segundo día, los bombardeos aéreos alcanzaron viviendas de muchos pueblos, dando muerte a decenas de civiles. En los casos que se reseñan en este capítulo, Amnistía Internacional no encontró indicios de actividades militares de Hezbolá en los lugares atacados o en sus inmediaciones. Amnistía Internacional pidió a las autoridades israelíes que le proporcionaran información sobre la mayoría de estos casos, y en especial sobre los motivos de estos ataques, en los cuales murieron civiles, y sobre su justificación en virtud de las leyes de la guerra. Las autoridades israelíes comunicaron a Amnistía Internacional que los objetivos militares se evaluaban y aprobaban con la asistencia de asesoramiento jurídico, pero no proporcionaron más detalles. Hasta la fecha las autoridades no han suministrado la información adicional solicitada por Amnistía Internacional que podría indicar si estos ataques se llevaron a cabo de conformidad con el derecho internacional humanitario. Fundándose en los indicios disponibles, y en ausencia de la información concreta solicitada a las autoridades, Amnistía Internacional considera que es probable que las muertes de civiles y las lesiones causadas a civiles hayan sido resultado de violaciones del derecho internacional humanitario cometidas por las fuerzas israelíes. Zibqin: 13 de julio Doce miembros de la familia Bze’a murieron y otros dos resultaron heridos de gravedad como consecuencia de un ataque aéreo israelí lanzado el 13 de julio contra la vivienda de Fatima Ahmad Bze’a, de 78 años, en el centro de Zibqin, cuando la familia estaba desayunando. Varios familiares que vivían en casas situadas en otras partes del pueblo estaban quedándose en la casa de la abuela para hacerle compañía o porque temían que sus casas fueran más peligrosas, ya que estaban situadas en los alrededores del pueblo, que habían sido blanco de ataques el día anterior. Las víctimas mortales fueron: Fatima Ahmad Bze’a; su hermana Thania, de 60 años; su hija Amal, de 44 años, y las tres hijas de ésta, Khouloud, de 18 años, Farah, de 14, y ‘Aziza, de 12; su nuera Mariam al­Husseini Bze’a, de 45 años, y los tres hijos de ésta, los mellizos de 17 años Malik y Mohammed, y Hussein, de 12 años; su nuera Sou’ad Nassour Bze’a, de 40 años; y su nieto Na’im Wa’el Bze’a, de 18 años. Los dos hijos de Fatima, ‘Ali y Darwish Bze’a, dijeron a Amnistía Internacional: Estábamos sentados en la galería tomando café [...]. Hacía unas horas que todo estaba tranquilo: habíamos oído algunas explosiones en los alrededores del pueblo a eso de Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 34 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra las cinco de la mañana, pero después, nada. También había habido explosiones la tarde anterior, hacia las siete, también alrededor del pueblo, no en el propio pueblo. Habíamos ido a la casa de nuestra madre para estar con ella. La casa era vieja y sólida. A la antigua casa de una sola planta se le había añadido un segundo piso [...]. No sabemos si la bomba entró por el techo o por el costado. Pareció que hubo dos explosiones. Su fuerza nos arrojó fuera de la casa. Tanto ‘Ali como Darwish resultaron gravemente heridos. ‘Ali, que perdió a su esposa Mariam y a sus tres hijos –Malik, Mohammed y Hussein– en el ataque, sufrió una herida en la cabeza y roturas de la nariz y el tobillo derecho. Darwish, que perdió a su esposa Sou’ad, sufrió una herida en la cabeza, quemaduras graves, heridas de metralla por todo el costado derecho del cuerpo y cortes que le seccionaron los tendones del pie izquierdo. Pasó 27 días en el hospital, cuatro de ellos recibiendo cuidados intensivos. Zahra Bandar, vecina de la familia Bze’a, dijo a Amnistía Internacional: A eso de las ocho de la mañana fui a la casa de mi vecina Fatima para pedirle que me prestara un poco de harina para hacer pan [...]. Me invitaron a quedarme a desayunar con ellos, pero sólo me quedé unos minutos y después volví a casa para preparar el desayuno. Un rato después, su casa fue bombardeada. Fue terrible, indescriptible: algunos de los cuerpos fueron arrojados fuera de la casa, lejos. Los cuerpos de los cinco que estaban en el dormitorio cuando me marché fueron encontrados en el mismo lugar. El cuerpo de Fátima estaba hecho pedazos, los cuerpos de Farah y Na’im habían sido arrojados al campo, y el de Ali también estaba lejos. No pude creer que alguien hubiera sobrevivido. Llevó varios días encontrar el cuerpo de Mariam. Zahra Bandar explicó los tormentos que ella y sus familiares sufrieron durante las semanas siguientes al ataque: Tras el bombardeo de la casa de Fatima, las cosas se pusieron muy difíciles en el pueblo. La gente que vivía en la periferia del pueblo estaba asustada. Muchos familiares míos vinieron a mi casa porque estaba menos expuesta. Éramos unos veinte. El viernes, a última hora de la tarde, hubo muchos bombardeos y vinieron más parientes y otra gente del pueblo. Éramos sesenta o setenta en total, la mayoría mujeres y niños y ancianos. Las explosiones volaron las puertas, daba mucho miedo, y no teníamos suficiente comida para todos, pero era demasiado peligroso salir a buscar comida. El sábado todos nos trasladamos al garaje de otra casa cercana que parecía estar en un lugar más protegido, pero ni siquiera había agua. También pasaron por allí algunos vehículos blindados de la FPNUL y tratamos de detenerlos para pedirles que nos evacuaran, pero no podían. Algunos fuimos a refugiarnos en otra casa; cada vez nos cambiábamos a un lugar que parecía más seguro, pero entonces caían las bombas cerca de donde estábamos. Vimos otra patrulla de la FPNUL, esta vez con un vehículo del ejército libanés, pero tampoco podían evacuarnos. Seguimos moviéndonos de casa en casa. Una vez, cuando salimos de una casa y cruzamos la calle para meternos en una casa vacía, de una señora que había muerto, un proyectil cayó en la calle justo después de cruzarla nosotros, exactamente Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 35 en el mismo lugar por donde habíamos cruzado dos minutos antes. Sentimos que nos habían elegido como blanco. Baflay, Al Dweir y Srifa: 13 de julio También el 13 de julio, los ataques aéreos lanzados por Israel antes de la madrugada causaron la muerte de al menos 25 civiles, muchos de ellos menores de edad, en otros tres pueblos: Baflay, Al Dweir y Srifa. · Nueve miembros de la familia Zein murieron en su casa de Baflay: Mounir Zein, agricultor, su esposa Najla, sus cinco hijos y el esposo y el suegro de su hija. · Doce miembros de la familia Akash murieron en su casa de Al Dweir, a unos 15 km al norte de Tiro: ‘Adil Akash, clérigo, su esposa Rabab y sus 10 hijos, cuyas edades oscilaban entre los dos meses y los 18 años. Una empleada doméstica de la familia, ciudadana de Sri Lanka, también resultó muerta. Según informes, ‘Adil Akash estaba vinculado con el ala política de Hezbolá, pero no hay indicios de que ni él ni ninguno de los ocupantes de la casa estuviera implicado en actividades militares. · Un ataque aéreo lanzado aproximadamente a las cuatro de la mañana contra una casa de dos plantas de Srifa se cobró la vida de cuatro miembros de la familia Mer’i: ‘Aqil Mer’i, su esposa Ahlam, su hijo de nueve años Hedi y su hija de seis años Fatima. A Hedi y Fatima se los oyó llorar hasta las ocho de la mañana. Todos eran ciudadanos brasileños que habían viajado a Líbano de vacaciones para visitar a sus familiares. Se alojaban con sus primos, que estaban durmiendo en otra parte de la casa y resultaron ilesos. El primo de las víctimas dijo a Amnistía Internacional: Nuestros primos estaban de vacaciones; llevaban menos de un mes en Líbano. Se habían dado el viaje desde Brasil para acabar muriendo mientras dormían. La bomba o el misil, no lo sé, creo que era un misil, dio en el lado de la casa donde dormían, en la segunda planta, y los mató. Los otros primos, que estaban durmiendo en el otro lado de la casa, casi murieron de la conmoción [...]. Como seguían los bombardeos, no fue posible sacar los cuerpos de los escombros hasta mucho más tarde. El elevado número de muertes ocurridas entre la población civil de Líbano durante las primeras 24 horas del conflicto suscitó preocupación en el ámbito internacional. El 14 de julio, haciendo uso de la palabra durante una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, el embajador de Israel manifestó que Israel seleccionaba como objetivos “la infraestructura y los baluartes de Hezbolá, pero no objetivos civiles”, 66 y las autoridades israelíes indicaron que la campaña de bombardeo continuaría tal como había comenzado. Durante los días siguientes continuaron aumentando los ataques aéreos israelíes y creció el número de muertos entre la población civil. 66 Consejo de Seguridad de la ONU, 14 de julio de 2006, http://www.un.org/News/Press/docs/2006/sc8776.doc.htm. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 36 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra ‘Aitaroun y Tiro: 16 y 17 de julio Más de 30 civiles –también, en esta ocasión, muchos de ellos menores de edad– murieron y varios resultaron heridos durante tres ataques aéreos lanzados los días 16 y 17 de julio contra el pueblo de ‘Aitaroun y la ciudad de Tiro, la ciudad más populosa del sur de Líbano. El 16 de julio, 12 miembros de la familia al­Akhras murieron como consecuencia de un ataque aéreo israelí contra la casa de dos plantas donde vivía la familia en el centro de ‘Aitaroun. Entre las víctimas mortales hubo varios menores de edad y personas de edad avanzada. Los muertos fueron: Ali Ahmad al­Akhras; su esposa Amira Raslan y sus cuatro hijos pequeños – Saja, de 7 años, Zeinab, de 5, Ahmad, de 3, y Salam, de 1–, los seis ciudadanos canadienses; sus tías Fadda y Haniya, ambas sexagenarias; su abuelo Hassan Mahmoud, de 82 años; sus tíos, Muhammad Mahmoud, de 86 años, y Ali Hassan, de 65; y la hermana de Amira Raslan, Manal Raslan, de 16 años. El padre de Ali al­Akhras, Ahmad Hassan, de 65 años, también ciudadano canadiense, y su hermana Fatima Hassan, resultaron heridos. Fatima y Sikne al­Akhras, hijas de Muhammad Mahmoud al­Akhras, se hallaban en otra parte de la casa y salieron ilesas. Fatima dijo a Amnistía Internacional: Estaba en casa con mi familia, eran las 17.45 del domingo [16 de julio]; el día anterior había habido un ataque en una zona del pueblo que estaba vacía, y ese día no había habido ningún ataque contra el pueblo. Y entonces, de repente, nuestra casa fue bombardeada y todos murieron. Mi padre, que tenía 86 años, murió delante de mí. Mi primo Ali Ahmad ni siquiera había vivido nunca en Líbano. Vivía en Canadá con su esposa y sus cuatro hijos y había venido a visitarnos durante las vacaciones de verano y quedaron atrapados por la guerra. Ninguno de nosotros tenía nada que ver con la guerra. No entiendo por qué bombardearon nuestra casa. Cuando la bomba cayó en la casa, Sikne y yo estábamos en el patio y todos los demás estaban en la cocina, salvo Amira y dos de sus hijos, Saja y Salam, que estaban fuera, cerca del pozo. Sus cuerpos quedaron 35 días dentro del pozo porque para rescatarlos se precisaba un buldócer y era imposible traer un buldócer; era peligroso, cualquier vehículo de ese tipo sería bombardeado. Finalmente pudimos sacar los cuerpos cuando volvimos, después del alto el fuego. Tras la matanza de nuestra familia, permanecimos dos días en el pueblo, aterrorizados; después huimos a Rmeish [un pueblo cercano] y nos quedamos allí 12 días; había decenas de miles de refugiados de muchos pueblos y no había casi alimentos y el pueblo estaba lleno a rebosar. Al fin pudimos marcharnos en una caravana de cientos de vehículos y nos fuimos a Sidón. Al día siguiente, la fuerza aérea israelí atacó otra casa llena de civiles en el mismo pueblo, matando a nueve miembros de la familia ‘Awada, incluidos seis que tenían menos de 12 años, y causando heridas a otros tres menores y a la madre de éstos. Los muertos fueron: Musa Naif ‘Awada; su esposa Jamila y sus cinco hijos, ‘Ali, de 12 años, ‘Abir, de 11, Hassan, de 7, Mariam, de 6, y Muhammad, de 5; y Hassan Mahmoud ‘Awada y su hijo de 18 meses, Hussein. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 37 La esposa de Hassan Mahmoud ‘Awada, Mayada Mansour, y tres de sus hijos –Katia, de 13 años, Jana, de 8, y ‘Ali, de 4– resultaron heridos. Otros 12 miembros de la familia se hallaban en una casa contigua y sobrevivieron al ataque. Uno de ellos dijo a Amnistía Internacional: Fue el segundo ataque aéreo contra ‘Aitaroun; el primero había ocurrido el día anterior en la casa de la familia al­Akhras. Habían caído proyectiles, casi todos alrededor del pueblo. Teníamos miedo, y por eso permanecimos en las habitaciones interiores de las casas, en la planta baja, para estar lejos de las paredes exteriores y del techo. El bombardeo se produjo a las 11.45 de la noche. Algunos de los cuerpos salieron disparados hasta más de veinte metros. Después de la masacre, todos los sobrevivientes huimos y nuestros vecinos también huyeron, pese a que era peligroso transitar los caminos, pero también era peligroso quedarnos en casa. Nabil Baidoun dijo a Amnistía Internacional que su esposa estaba de visita en casa de su familia (la familia ‘Awada) en ‘Aitaroun con sus dos hijos pequeños cuando estalló la guerra, el 12 de julio, y que había quedado atrapada allí. Sólo se armó de valor para huir cuando sus familiares murieron en el ataque. Pasaron días sin que supiera si mi esposa y mis hijos estaban vivos o muertos. Una vez que nos reunimos, vi que mi esposa estaba profundamente traumatizada por la terrible experiencia que había vivido. Ella estaba en la casa de al lado cuando ocurrió la masacre, y perdió a tantos miembros de su familia... y ella y los niños podrían haber muerto también. Fue afortunado que sobrevivieran, pero ella no puede olvidar lo que pasó. Todavía está en un estado espantoso; casi no habla y no puede desenvolverse normalmente. La tarde del 16 de julio, la fuerza aérea israelí bombardeó un edificio de 13 plantas en Tiro, ciudad en la que se habían refugiado decenas de miles de personas procedentes de los pueblos del sur. El edificio también albergaba las oficinas de Protección Civil. Después del impacto, los seis pisos superiores se derrumbaron, causando la muerte de quienes se encontraban en su interior y arrojando una cascada de escombros sobre unas personas que estaban en un café. Al menos 11 civiles perdieron la vida. Los residentes dijeron a Amnistía Internacional que Hezbolá no estaba actuando en la zona y la organización no encontró ningún indicio de que el edificio hubiera sido usado para fines militares. La primera semana del conflicto, más de 200 civiles murieron y más de 500 resultaron heridos como consecuencia de los bombardeos aéreos de Israel. La comunidad internacional volvió a manifestar su preocupación. 67 Las autoridades israelíes siguieron repitiendo que sus fuerzas sólo estaban atacando objetivos militares, pero no proporcionaron ninguna explicación sobre los ataques concretos que habían segado vidas civiles. 67 ONU: El Consejo de Seguridad debe adoptar medidas urgentes para proteger a la población civil en el conflicto de Israel y Líbano, Amnistía Internacional (Índice AI: IOR 41/012/2006), 18 de julio de 2006; y Agencias de la ONU consternadas por daños a civiles en Líbano e Israel, Centro de Noticias ONU, 19 de julio de 2006, http://www.un.org/spanish/News/fullstorynews.asp?NewsID=7357. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 38 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra A medida que continuaba el conflicto, más y más viviendas de otras zonas de Líbano, incluida la capital, Beirut, recibieron el impacto de los misiles israelíes. ‘Ainata: 28 de julio Zeinab Khanafer, de 75 años, vivía sola en el centro de ‘Ainata. Su estado de salud no era bueno y tenía problemas para moverse. Sus familiares cercanos, que vivían en Beirut, consideraban que era demasiado peligroso tratar de llegar a ‘Ainata para sacar a Zeinab del pueblo, y perdieron todo contacto con ella cuando los teléfonos del pueblo dejaron de funcionar. El 1 de agosto, cuando la delegación de Amnistía Internacional trató de entrar en ‘Ainata, tuvo que hacerlo a pie porque todos los caminos que conducían al pueblo habían quedado intransitables debido a los bombardeos israelíes. Cuando llegaron a la casa de Zeinab, la encontraron destruida por un ataque aéreo. No había restos de municiones usadas ni otros indicios de que se hubiera llevado a cabo ninguna actividad militar en la casa o en sus alrededores. Dos semanas después, el cuerpo de Zeinab fue encontrado cerca, bajo los escombros de la casa de un pariente lejano, que también había sido bombardeada el 28 de julio. En ese ataque, lanzado contra una residencia familiar situada junto a una mezquita del centro de ‘Ainata, murieron 15 miembros de las familias Khanafer y Fadlallah, 12 de ellos mujeres y menores de edad. Las víctimas fueron: Almaza Fadlallah, de 68 años; Mariam Shbiti Fadlallah, de 60; Zahra Fadlallah; Zeinab Khanafer, de 75; Kamila Khanafer, de 70; Fayez Khanafer, de 33, y su esposa Rima Samhat y sus cuatro hijos, Ali, de 8 años, Abdallah, de 6, Muhammad, de 3, y Dumu’a, de 1; Um Khader Fadlallah, de 28 años, y su hijo Khader Amir, de 3; ‘Afif Fayes Khanafer, de 47 años; y Muhammad Ali Wehbe, de 75 años. De acuerdo con algunos informes, también murieron dos hombres heridos que habían ido a la casa para pedir ayuda poco antes del ataque. Según se dijo, los hombres, que no eran residentes del pueblo, iban desarmados y vestidos de civil. La delegación de Amnistía Internacional no encontró indicio alguno de que se hubieran llevado a cabo actividades militares o de que se hubieran almacenado armas en la casa o en sus alrededores. Qana: 30 de julio El 30 de julio, 28 civiles, en su mayoría menores de edad, murieron como consecuencia de un ataque aéreo israelí en el pueblo de Qana –conocido por la muerte de 102 civiles durante Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 39 ataques de artillería israelíes lanzados en abril de 1996 contra el recinto de la FPNUL en el que se habían refugiado–. 68 Aproximadamente a la una de la mañana del 30 de julio, las fuerzas israelíes lanzaron un ataque aéreo contra una casa de tres plantas en el barrio de Khraibe, en Qana, en cuyo sótano se refugiaban unos 60 miembros de las familias Shalhoub y Hashem. La descripción ofrecida por los sobrevivientes y los fragmentos encontrados en el lugar indican que se utilizó una bomba de alta precisión guiada por láser, que penetró en el edificio e hizo explosión en la parte inferior, la única parte de la casa que estaba ocupada. Entre los muertos estaban Khadija ‘Ali Younes, sus cinco hijos –Haura’, de 11 años, Ali, de 10, Yahia, de 8, Qasem, de 6, y Zahra, de 2–, y su suegra de 70 años, Hasna Hazme. Su esposo, Mohamed Qasem Shalhoub, que resultó herido pero sobrevivió al ataque, dijo a Amnistía Internacional desde su cama de hospital: Los que estaban cerca de mí murieron todos, salvo yo y otro. Sentí como si se hubiera levantado el piso y yo estuviera girando; después oí los gritos de la gente, como si antes por un instante hubiera estado sordo; entonces saqué a un niño, creo que era Hassan Mohammad Shalhoub, de 5 años, pero no estoy seguro; fue el primer niño que pude agarrar; y lo puse debajo de un árbol a unos 50 metros, fuera de la casa, y volví a la casa, y cuando me aproximaba para entrar hubo una segunda explosión, que me hizo salir despedido, y empecé a gritar para pedir ayuda a la gente de la otra casa y corrí hacia la otra casa. Cuando llegué allí, me desplomé. Otras víctimas mortales fueron: Maryam Brahim Hashem, de 60 años; varios menores de la familia Shalhoub –Samih, de 8 años, Husan, de 10, Brahim, de 6, ‘Ali, de 2, Jaafar, de 11, y Zainab, de 6–; la tía de éstos, Nabila Shalhoub, de unos 40 años, y el tío (hermano de Nabila) Taysir Ali Shalhoub, de 38 años; Ahmad Mahmoud Shalhoub, de 50 años, su esposa Afaf Zabat, de cuarenta y tantos años, su hija Ola, de 25 años, y su hijo ‘Ali, de 17. Durante una conferencia de prensa realizada el 30 de julio, oficiales militares israelíes de alta graduación dijeron que desde Qana y sus alrededores se habían disparado 150 misiles desde el principio de la guerra y que las fuerzas israelíes estaban tratando de cortar la “cadena de actividades de lanzamiento de cohetes”. Las autoridades israelíes sugirieron que la casa podría haberse derrumbado como resultado de la explosión de armas almacenadas en ella y no debido al ataque, y acusaron nuevamente a los combatientes de Hezbolá de utilizar a civiles 68 En esa ocasión, Israel sostuvo que el ataque de artillería contra el recinto de la FPNUL había sido un error cometido al tratar de rescatar a unos soldados israelíes que estaban siendo blanco de fuego de mortero disparado por Hezbolá desde las cercanías del recinto –aunque en esa ocasión tampoco se revelaron otras conclusiones ni los detalles de los métodos utilizados para llegar a ellas–. En una investigación llevada a cabo por la ONU se concluyó que “[a]unque no se puede descartar por completo la posibilidad, es poco probable que el bombardeo del recinto de las Naciones Unidas fuera resultado de graves errores técnicos o de procedimiento”. Sobre la base de toda la información disponible, Amnistía Internacional concluyó que las FDI habían atacado intencionalmente el recinto de la FPNUL, aunque no quedan claros los motivos que las llevaron a hacerlo. Véase Israel/Líbano: Homicidios injustificables durante la operación “Uvas de la ira” (Índice AI: MDE 15/042/1996), de julio de 1996. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 40 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra como “escudos humanos” y, en consecuencia, de ser responsables de cualquier daño que sufrieran éstos. 69 El 2 de agosto, las autoridades israelíes anunciaron que, de acuerdo con una investigación que habían llevado a cabo, la casa había sido atacada desde el aire con dos misiles a las 00.52 horas. El primer misil hizo explosión y el segundo, al parecer, no. Dijeron que la casa había sido “seleccionada como objetivo conforme a directrices militares sobre el uso de fuego contra estructuras sospechosas situadas en pueblos a cuyos residentes se les ha advertido de que deben evacuar la zona y que son adyacentes a lugares desde donde se disparan cohetes contra Israel”. Añadieron que, según la información que obraba en su poder, el edificio “se estaba usando como escondite de terroristas” y que “[s]i la información hubiera indicado que había civiles en el edificio, no se habría llevado a cabo el ataque”. 70 Las autoridades no reiteraron la sugerencia de que la casa podría haber sido destruida por la explosión de armas almacenadas en ella. La película de la vigilancia aérea proporcionada por las autoridades israelíes muestra el lanzamiento de cohetes desde una zona que, al parecer, está a cierta distancia de la casa. La película no tiene fecha. La existencia de imágenes de vigilancia de la zona y los testimonios de los sobrevivientes y de familiares que se refugiaban en una casa cercana indican que las fuerzas israelíes deberían haber sabido que había una alta concentración de civiles tanto en la casa seleccionada como objetivo del ataque como en las casas cercanas. Las víctimas y sus familiares, más de 100 personas, llevaban refugiadas en estas casas entre 10 y 18 días, periodo durante el cual los aviones teledirigidos israelíes habían sobrevolado constantemente el lugar. Najwa Shalhoub, que resultó herida de gravedad durante este ataque, dijo a Amnistía Internacional: Todos los días, aviones de vigilancia sobrevolaban la zona. De día estábamos fuera mucho tiempo, duchando a los niños, y los niños jugaban fuera; sólo las tareas cotidianas normales. Es imposible que los aviones no hayan visto que el lugar estaba lleno de mujeres y niños. En septiembre, en una sesión informativa organizada para Amnistía Internacional, un jefe militar israelí de alto rango manifestó que el edificio donde habían muerto los civiles había sido atacado por error, y que la fuerza aérea israelí había bombardeado edificios vacíos y un lanzacohetes, todos ellos en las inmediaciones. El jefe puso en duda nuevamente la responsabilidad de Israel y argumentó que los combatientes de Hezbolá habían bloqueado la zona durante varios días, permitiendo la entrada de periodistas para mostrarles sólo lo que querían mostrarles. Estas afirmaciones no concuerdan con los resultados de la investigación de Amnistía Internacional sobre el terreno. La delegación de Amnistía Internacional visitó Qana y sus cercanías los días 30 y 31 de julio. No encontró combatientes de Hezbolá y nadie impuso 69 Conferencia de prensa celebrada por las FDI tras el incidente de Qana, 30 de julio de 2006, op. cit. 70 Completion of inquiry into July 30th incident in Qana , 2 de agosto de 2006, Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, http://www.mfa.gov.il/MFA/Government/Communiques/2006/Completion+of+inquiry+into+July+30+in cident+in+Qana+2­Aug­2006.htm. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 41 restricciones a sus movimientos dentro de la casa bombardeada o en sus alrededores, ni en ninguna otra parte de la zona. También se hallaban allí decenas de periodistas que estaban filmando películas, tomando fotografías y entrevistando a los sobrevivientes. No se encontró ningún indicio de la existencia de cohetes, lanzacohetes u otras armas en la casa bombardeada o en sus alrededores ni en las casas vecinas. El Comité Internacional de la Cruz Roja se pronunció sobre este incidente, calificándolo de “ilustrativo de otros [incidentes]”. Roland Huegenin, portavoz del Comité, manifestó lo siguiente: El hecho de que hayan sido casi únicamente mujeres y menores los que murieron en un edificio residencial, que era de hecho un edificio sin terminar en el que habían buscado refugio, [muestra que] se trató, obviamente, de un objetivo equivocado. No había combatientes, no había armas disponibles. Sólo mujeres y niños.71 A principios de noviembre, las autoridades israelíes todavía no habían proporcionado información alguna sobre el método utilizado en la investigación que habían llevado a cabo ni habían hecho públicas todas sus conclusiones. Tampoco habían revelado si habían establecido responsabilidades por los errores que consideraban que se habían cometido en este ataque mortal. El bar rio de Al Shiyah, Beirut: 7 de agosto Al menos 39 personas, incluidos 11 menores de edad, perdieron la vida como consecuencia de un ataque aéreo israelí contra un edificio de apartamentos de seis plantas y una casa vecina en el populoso barrio de Al Shiyah, en Beirut, cerca de una escuela y un centro comercial, aproximadamente a las siete de la tarde del 7 de agosto. Las fuerzas israelíes no habían formulado ninguna advertencia de que tuvieran la intención de atacar la zona. Los aviones israelíes no arrojaron volantes instando a la población de los barrios periféricos de Al Shiyah, Hay Selloum y Bourj Al Barajneh a evacuar la zona hasta el 10 de agosto. Hasta la fecha del bombardeo, se consideraba que Al Shiyah era un barrio seguro y muchas personas que se habían visto obligadas a abandonar el barrio de Dhahiyeh, de Beirut, y pueblos del sur de Líbano se habían guarecido allí. Algunas de las víctimas mortales eran personas desplazadas internamente. Huda Rmeiti, su esposo y su hijo sufrieron heridas como consecuencia del bombardeo. Dijo a Amnistía Internacional: La vida del barrio era casi normal; no se habían arrojado volantes ordenando que nos marcháramos y durante el día nadie se preocupaba mucho. De noche dormíamos en una de las habitaciones de la planta baja que estaba más protegida que las demás. Cuando se produjo el bombardeo, a última hora de la tarde, estábamos sentados en el balcón. Oímos los aviones de vigilancia israelíes y, de golpe, la casa fue bombardeada. 71 “Roland Huegenin ICRC Interview”, Four Corners, Australian Broadcasting Corporation, 18 de septiembre de 2006. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 42 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra Ma’roub: 7 de agosto El 7 de agosto, un ataque aéreo israelí se cobró la vida de Najma Hassan Moussa, de 34 años, y sus tres hijos, Zahra, de 16 años, Hyder, de 14, y Ousra, de 3, en el sótano de la escuela de Ma’roub en la que se refugiaba la familia. El esposo de Najma, Abu Ali Ahmed Moussa, de 40 años, llevaba 12 años trabajando como conserje de la Escuela para Huérfanos de Ma’roub y la familia vivía en la casa del conserje, en la entrada principal, a unos 50 m del edificio de la escuela. Cuando estalló la guerra, la familia se refugió en el sótano de hormigón de la escuela, donde disponían de suficientes provisiones de agua y alimentos. Unos 10 parientes se habían unido a ellos y prácticamente nadie abandonó el sótano hasta la suspensión de 48 horas de los ataques aéreos que comenzó el 31 de julio. Por esas fechas, unos parientes ofrecieron a la familia Moussa la oportunidad de marcharse con ellos a Tiro pero, como en su camioneta no había espacio suficiente para cinco personas más, la familia Moussa decidió permanecer en el lugar. El 7 de agosto, a las once y media de la mañana, Abu Ali salió del sótano para ir a la casa familiar a fin de lavarse, cambiarse de ropa y rezar. Acababa de dejar el edificio de la escuela cuando cuatro aviones israelíes y un avión teledirigido aparecieron repentinamente en el cielo y arrojaron ocho misiles sobre la escuela. Según informes, dispararon dos misiles más que no hicieron explosión. Abu Ali presenció, horrorizado, el derrumbe de la escuela donde se cobijaban su esposa y sus hijos. Trató de pedir ayuda en el camino principal pero no había nadie. Al día siguiente una ambulancia lo llevó a Tiro, pero no pudo regresar a Ma’roub hasta el 11 de agosto debido a los constantes bombardeos aéreos. Buscó los cuerpos de su esposa e hijos entre los escombros pero, como no tenía ningún equipo para excavar, volvió a Tiro. Finalmente retornó a Ma’roub después del alto el fuego y sólo entonces pudo rescatar los cuerpos de sus familiares. Al Ghazieh: 7 y 8 de agosto Al menos 20 civiles perdieron la vida en Al Ghazieh, a las afueras de Sidón, durante dos días de ataques israelíes. Ocho miembros de la familia Badran –cuatro mujeres y cuatro menores de edad– murieron aproximadamente a las ocho de la mañana del 7 de agosto cuando las fuerzas israelíes bombardearon un edificio de cuatro plantas en la zona de Hay Badran, en el centro de Al Ghazieh. Unas horas después, cuando la delegación de Amnistía Internacional llegó a la zona, un equipo de rescate estaba excavando los escombros para recuperar los cuerpos de las víctimas. Ahmed Badran perdió a sus cuatro hijos –Hanin, de 16 años, Manal, de 14, ‘Ali, de 12, y Hassan, de 11–; a su madre, Ruqaya Nasser, de 67 años; a sus hermanas Zeinab, de 44 años, y Leila, de 46, y a la hija de Leila, Mariam, de 28. Su esposa, Basima Nasser, resultó gravemente herida y estuvo sometida a cuidados intensivos durante más de un mes. Ahmed Badran dijo a Amnistía Internacional: Cuando ocurrió el bombardeo yo estaba fuera. El bombardeo me horrorizó. ¿Por qué nuestra casa? Somos sólo civiles comunes y corrientes, no tenemos nada que ver con el partido [Hezbolá] ni con nada. ¿Por qué mi familia? He perdido a todos mis hijos, a mi Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 43 madre, a mis hermanas. Mi esposa está muy grave. No sé si se va a recuperar, ¿cómo puede recuperarse? ¿Cómo se le dice a una madre que ha perdido a todos sus hijos? Los vecinos dijeron a Amnistía Internacional que el ataque los había sorprendido a todos porque era el primer ataque que se lanzaba contra una casa de Al Ghazieh (anteriormente se habían bombardeado puentes de los alrededores de Al Ghazieh) y porque la familia no tenía ningún vínculo con Hezbolá. Al día siguiente, aproximadamente a las dos y media de la tarde, un ataque aéreo contra una casa de la zona de Hay Bashroun, en Al Ghazieh, se cobró la vida de siete miembros de la familia Khalife. Los muertos fueron: Mahmoud Khalife, químico, de 32 años; su esposa Ibtisam, de 30 años; sus tres hijos, Hussein, de 10 años, Fatima, de 6 años, y Ahmad, de 2; y el padre y la madre de Ibtisam. Cuando la casa fue bombardeada, Mahmoud Khalife acababa de regresar del trabajo y la familia estaba almorzando. No hubo sobrevivientes. El hermano de Mahmoud Khalife, Ahmad Khalife, y su esposa Ibtisam, murieron como consecuencia de otro ataque aéreo lanzado el mismo día contra su casa y unas casas vecinas, incluida la de un tercer hermano vinculado, según informes, con Hezbolá, que estaba ausente. Más tarde ese mismo día, 8 de agosto, las fuerzas israelíes lanzaron ataques aéreos contra el cementerio del barrio de Hay Ruwais, también de Al Ghazieh, durante el entierro de los miembros de la familia Khalife. Una niña de dos años que vivía junto al cementerio, Malak al­Jbeili, perdió la vida, y otra niña de corta edad que también vivía en la zona resultó herida de gravedad. Atacados cuando huían Durante los primeros días del conflicto, Israel emitió órdenes de evacuación dirigidas a la población de algunos pueblos fronterizos. Los residentes de ‘Ait Al Sha’b, por ejemplo, dijeron a Amnistía Internacional que la tarde del 14 de julio las fuerzas israelíes habían utilizado un altavoz para ordenarles que abandonaran el pueblo. Muchos huyeron a Rmeish, un pueblo cercano cuyos residentes eran cristianos, por lo cual se presumía que resultaría más seguro. Sin embargo, algunas personas que acataron la orden de evacuar el pueblo fueron atacadas por las fuerzas israelíes en el camino. La matanza de miembros del convoy que huía de Marwahin el 15 de julio (véase el capítulo 3) fue objeto de amplia cobertura en los medios de comunicación. El 11 de agosto tuvo lugar otro incidente similar. Ese día, los residentes de Marjayoun, que habían permanecido en sus hogares durante todo el curso de la guerra pese a las grandes penurias que sufrían, decidieron marcharse cuando las tropas israelíes entraron en el pueblo y ocuparon el cuartel local del ejército libanés y varias casas particulares. Las autoridades israelíes dieron su permiso para que una larga caravana de vehículos, acompañada por fuerzas libanesas y por una patrulla de la FPNUL, abandonara el Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 44 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra lugar. 72 Las negociaciones para obtener la autorización israelí y acordar una ruta de salida de Marjayoun fueron prolongadas, y el convoy sólo partió aproximadamente a las cuatro de la tarde. Asimismo, los vehículos avanzaban muy lentamente debido a las condiciones en que se hallaban los caminos (algunos habían sido bombardeados por las fuerzas israelíes y sólo eran parcialmente transitables) y a lo tortuoso de la ruta acordada con el ejército israelí. La escolta de la FPNUL sólo podía acompañar al convoy unos pocos kilómetros, hasta llegar al límite de la zona de operaciones de la FPNUL. 73 Varias horas después, cuando la caravana llegó a una zona situada entre los pueblos de Joub Jenine y Kifraya, unos aviones israelíes –según informes, aviones teledirigidos– dispararon varios misiles contra los vehículos, causando la muerte de siete personas, entre ellas Colette Rashid, Ely Salame, Khaled Abdallah, Kamil Tahtah y el voluntario de la Cruz Roja Mikhail Jabaili, que fue alcanzado cuando estaba asistiendo a una de las personas heridas. 74 Treinta y dos personas resultaron heridas. Una de ellas, ‘Abir Abla, de 28 años, dijo a Amnistía Internacional: El 10 de agosto, Marjayoun fue bombardeada por tanques del ejército israelí destacados en el pueblo. Nuestra casa sufrió daños, pero nadie resultó herido. Algunas personas heridas fueron llevadas al hospital. Muchas personas decidieron abandonar el pueblo, aunque el ejército israelí no había ordenado que la población evacuase la zona. Ya no había líneas telefónicas ni era posible comunicarse con el mundo exterior. Cerraron el hospital, y las personas heridas fueron evacuadas en el convoy. El 11 de agosto, unos 1.000 vehículos se disponían a dejar Marjayoun, llenos de residentes que huían de la presencia del ejército en el pueblo. Los automóviles seguían a vehículos de la Cruz Roja Libanesa y del ejército libanés. Las negociaciones entre el ejército israelí y el ejército libanés se prolongaron desde la mañana y los automóviles tuvieron que esperar desde las ocho de la mañana hasta las cuatro de la tarde para poder emprender camino. Yo iba en un automóvil, con mi madre y mi tía, en mitad del convoy, y yo conducía. Los automóviles avanzaban muy lentamente y el convoy no pudo usar el camino habitual porque el ejército israelí nos había ordenado utilizar otro camino más lento. A eso de las diez de la noche estábamos llegando a Kifraya, de camino a Beirut, cuando unos aviones israelíes lanzaron siete misiles contra el convoy. Quince minutos más tarde, la Cruz Roja Libanesa de Kifraya vino a prestarnos asistencia y, cuando llegaron, también ellos fueron atacados y un misil mató a un voluntario de la Cruz Roja. Yo sufrí 72 La FPNUL manifestó que se había dirigido a las FDI por solicitud del gobierno libanés con el propósito de facilitar la retirada de las fuerzas libanesas de Marjayoun, y señaló: “Las fuerzas israelíes han comunicado a la FPNUL que están de acuerdo con dicha solicitud”. Comunicado de prensa de la FPNUL, 12 de agosto de 2006, http://www.un.org/Depts/dpko/missions/unifil/pr027.pdf. 73 Según informes, el convoy incluía aproximadamente 465 vehículos civiles y casi 100 vehículos de las fuerzas libanesas. Comunicado de prensa de la FPNUL, 12 de agosto de 2006, op. cit. 74 Líbano – Israel: El CICR lamenta el creciente número de víctimas civiles y la falta de respeto por las labores médicas, comunicado de prensa del Comité Internacional de la Cruz Roja, 12 de agosto de 2006, http://www.icrc.org/web/spa/sitespa0.nsf/htmlall/lebanon­news­120806?opendocument. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 45 heridas en una mano, la cara y el pecho, y muchas piezas de metralla me penetraron el pecho. Al día siguiente, las autoridades israelíes declararon que las fuerzas israelíes “identificaron movimientos sospechosos a lo largo de una ruta prohibida para el tráfico que había sido usada por Hezbolá para transportar cohetes y otros armamentos. Por sospecharse que se trataba de terroristas de Hezbolá que transportaban armas, se llevó a cabo un ataque aéreo”. Las autoridades israelíes negaron que el convoy hubiera recibido autorización y recordaron: “[H]ace varios días que se ha decretado un toque de queda para cualquier movimiento no autorizado de vehículos al sur del río Litani”. 75 El pueblo de Kifraya está situado al noroeste del río. Vehículos médicos y convoyes humanitarios La intensidad del conflicto planteó considerables dificultades para las operaciones humanitarias. Las fuerzas israelíes atacaron ambulancias y con frecuencia las organizaciones de ayuda humanitaria tuvieron que abandonar sus intentos de rescatar a personas o llevar ayuda, incluso cuando habían recibido permiso de las autoridades israelíes. El 23 de julio, por ejemplo, dos ambulancias de la Cruz Roja fueron alcanzadas en Qana por misiles lanzados por aviones israelíes inmediatamente después de las once de la noche. Seis trabajadores de ambulancias de la Cruz Roja y tres pacientes resultaron heridos. Los misiles hicieron impacto en el techo de los vehículos, que en ambos casos estaba marcado con una cruz roja de gran tamaño e iluminado con un reflector. Cuando se produjo el bombardeo, el personal de las ambulancias estaba trasladando a tres pacientes, todos ellos civiles, de una ambulancia a la otra. Los tres, uno de ellos menor de edad, que habían sido heridos en ataques anteriores, sufrieron más heridas. Tras el ataque, el delegado general del Comité Internacional de la Cruz Roja para Oriente Medio y África del Norte, Balthasar Staehelin, dijo: El Comité Internacional de la Cruz Roja siente honda preocupación por la seguridad del personal médico [...]. Hemos planteado la cuestión a las autoridades israelíes y las hemos instado a tomar las medidas necesarias para evitar tales incidentes en el futuro. En respuesta a una pregunta general sobre este tipo de ataques, otro portavoz del Comité, Roland Huegenin, manifestó: 75 IDF response on convoy hit in south Lebanon, 12 de agosto de 2006, http://www.mfa.gov.il/MFA/Government/Communiques/2006/IDF+response+on+convoy+hit+in+south+ Lebanon+12­Aug­2006.htm. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 46 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra Destruir una ambulancia y matar a la gente que va dentro, ya se trate de una persona herida o un conductor o lo que sea, nunca va a conseguir alcanzar ningún fin militar, de modo que ¿por qué ocurre? 76 Los voluntarios de Protección Civil y de la Cruz Roja Libanesa informaron de que se habían producido ataques aéreos, probablemente desde aviones teledirigidos, muy cerca de sus vehículos, marcados claramente, cuando no había señal alguna de que Hezbolá estuviera actuando en las inmediaciones y a veces cuando ningún otro vehículo transitaba por el camino y ni siquiera había edificios. Los voluntarios consideran que estos ataques fueron lanzados con fines de intimidación. Por ejemplo, el 22 de julio, después de recibir las autoridades israelíes la pertinente notificación del Comité Internacional de la Cruz Roja, un convoy de cuatro ambulancias de la Cruz Roja Libanesa estaba evacuando a ocho personas a través de un paso improvisado sobre el río Litani a unos 9 km al norte de Tiro. Delante del paso, el camino se bifurcaba y después se volvía a unir. La caravana tomó la ruta menos utilizada pero más transitable. Amnistía Internacional recibió información según la cual poco después un cohete disparado desde un avión teledirigido cayó en el campo a unos 200 m del convoy. No había ningún edificio u otro vehículo a la vista ni se veía ninguna señal de actividad de Hezbolá. Al costado del estrecho camino el terreno descendía bruscamente pero, afortunadamente, las ambulancias no se salieron de la vía. En otro incidente, durante la tarde del 3 de agosto, un microbús de la Cruz Roja Libanesa estaba evacuando a nueve personas del hospital Salah Ghandour en Bint Jbeil. Elias Diab, un voluntario que iba en el microbús, dijo a Amnistía Internacional que, cuando se aproximaban a Tibnin, un avión teledirigido que estaba sobrevolando el lugar desapareció. Poco después, las bombas comenzaron a caer en el campo a unos 500 m del vehículo. En esta ocasión tampoco había edificios u otros vehículos a la vista ni se veía ninguna señal de actividad de Hezbolá. El 6 de agosto, un convoy humanitario organizado por el Programa Mundial de Alimentos se encontraba cerca de unos vehículos que fueron atacados por las fuerzas israelíes. El convoy se trasladaba de Beirut a Tiro utilizando ocho camiones del Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (UNRWA), así como unos vehículos de escolta que iban a la cabeza y a la retaguardia. El convoy había recibido el permiso pertinente de las autoridades militares israelíes. A unos 15 km al norte de Tiro, el convoy se aproximó a la camioneta de una panadería, que fue alcanzada por un misil disparado, según se cree, desde un avión teledirigido. La camioneta salió disparada hacia el vehículo que iba a la cabeza del convoy y le pasó rozando antes de chocar contra un muro. Dos ocupantes de la camioneta perdieron la vida. Durante el viaje de regreso, un motociclista que acababa de adelantarse a la caravana murió al ser alcanzado por un misil que también, según se cree, había sido disparado desde un avión teledirigido. Una vez de regreso en Beirut, el jefe del equipo del convoy y cuatro conductores renunciaron a sus puestos. En todo 76 “Roland Huegenin ICRC Interview”, Four Corners, Australian Broadcasting Corporation, 18 de septiembre de 2006. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 47 caso, durante los días siguientes, según informes, las autoridades israelíes no dieron su autorización para el desplazamiento a Tiro de convoyes de la ONU. Cuatro relatores especiales de la ONU que visitaron Líbano e Israel llegaron a la conclusión de que los ataques a la infraestructura de transporte y otras infraestructuras “tuvieron un efecto particularmente debilitante en […] la prestación de la asistencia humanitaria y el acceso a la atención médica”. 77 La FPNUL dijo a Amnistía Internacional que el ejército israelí le había exigido que solicitara autorización para el transporte de ayuda humanitaria y otros desplazamientos, y que había encontrado dificultades para obtener tal autorización. Por ejemplo, el 17 de julio la FPNUL informó de que su solicitud de autorización para transportar ayuda humanitaria desde Tiro hasta dos pueblos de la frontera estaba pendiente desde el 14 de julio. 78 El 9 de agosto, la FPNUL informó de que un convoy humanitario de alimentos se había retrasado cuatro días “debido a la negativa de las FDI a dar su autorización”. 79 La FPNUL no recibió dicha autorización antes del alto el fuego del 14 de agosto. El informe decía que a veces sólo se obtenía una autorización tardía y parcial, lo que obligaba a la FPNUL a cancelar los convoyes. Destrucción de viviendas Miles de viviendas de civiles fueron destruidas y aún más sufrieron daños. La mayoría de las viviendas estaban emplazadas en pueblos y ciudades situadas al sur del río Litani, pero muchas estaban en el barrio de Dhahiyeh, en Beirut (véase el capítulo 3), así como en la ciudad de Ba’albek y sus alrededores. Aproximadamente un millón de personas tuvieron que buscar protección, y muchas de ellas acabaron guareciéndose en refugios superpoblados y a menudo fétidos que carecían de servicios básicos como agua y electricidad. La delegación de Amnistía Internacional visitó algunas de las zonas residenciales más afectadas y habló con algunas de las personas que habían sobrevivido a los ataques. Por ejemplo, gran parte de la ciudad de Bint Jbeil, en el extremo sur del país, quedó destruida. En muchas zonas, prácticamente todos los edificios se habían derrumbado o habían sufrido daños que, en muchos casos, eran demasiado considerables como para que se pudieran reparar. Huseyn Sa’id Bazzi, de 72 años, mostró a la delegación de Amnistía Internacional el montón de escombros que había sido su casa de dos plantas, situada a unos 100 m del centro de Bint Jbeil. “Fue la casa de mis padres y de mis abuelos. Mi padre nació aquí y murió aquí”, dijo. Todos los edificios vecinos estaban muy dañados o destruidos. 77 Misión al Líbano y a Israel, informe de cuatro relatores especiales sobre su visita a Líbano e Israel, op. cit., doc. ONU: A/HRC/2/7, párr. 49. 78 Comunicado de prensa de la FPNUL, 17 de julio de 2006, http://www.un.org/Depts/dpko/missions/unifil/pr01.pdf. 79 Comunicado de prensa de la FPNUL, 9 de agosto de 2006, http://www.un.org/Depts/dpko/missions/unifil/pr024.pdf. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 48 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra En el sur de Líbano, unas 7.500 viviendas fueron destruidas y 20.000 sufrieron daños. También, según informes, unas 400 viviendas fueron destruidas y 5.000 sufrieron daños en la ciudad de Ba’albek y en el valle de Bekaa. En el norte también se destruyeron o se dañaron casas. Según cálculos de la FPNUL, 80 por ciento de las viviendas de civiles fueron destruidas en los pueblos de Tayyabah y Al Ghanduriyah, 60 por ciento en Zibqin, 50 por ciento en Markaba, Al Qantarah, Jabal Al Butm y Bayada, 30 por ciento en Meis Al Jebel y Beit Leif, 25 por ciento en Kafra, 20 por ciento en Hula, y 15 por ciento en Talusha. 80 Sidiqin y Srifa sufrieron daños de grandes proporciones causados tanto por el fuego de artillería como por los bombardeos aéreos de las fuerzas israelíes. Los ataques a Zibqin y Sidiqin fueron especialmente graves durante las 60 horas anteriores al alto el fuego. En muchos de estos casos, no resulta claro cuál fue la ventaja militar concreta y directa prevista del ataque. Después del alto el fuego, los residentes regresaron rápidamente a los lugares cubiertos de polvo que habían ocupado sus casas. Cuando Amnistía Internacional visitó estos lugares, muchas personas estaban hurgando entre los escombros o esperando la oportunidad de rescatar algunas de sus posesiones a medida que los buldóceres despejaban las ruinas. Mariam al­Shuqeiri y su esposo Muhammad Akram al­Shuqeiri, escritor y poeta palestino, se hallaban entre las personas que observaban la operación de despeje en Dhahiyeh cuando llegó al lugar la delegación de Amnistía Internacional. Muhammad al­Shuqeiri dijo que era la tercera vez que había perdido su hogar desde 1948. Había salvado algunos de sus poemas y su documento de identidad. La pareja pasaba las noches con la familia de su hija, al norte de Sidón. En torno al 10 de agosto, el apartamento donde vivía Mustafa Wazni, comerciante de tecnologías de la información, con su esposa y sus siete hijos, sufrió daños considerables cuando unos edificios de apartamentos situados enfrente al suyo, en la calle ‘Obayni, en Dhahiyeh, fueron destruidos. Las explosiones arrancaron la fachada del edificio y destrozaron los apartamentos. Cuando se produjo el ataque, los residentes del edificio no se hallaban en su interior –la familia Wazni, por ejemplo, había huido a Trípoli, en el norte–. En la fecha de la visita de Amnistía Internacional, Mustafa Wazni estaba de regreso en su apartamento, que todavía no tenía fachada, con sus dos hijos, Hasan, de 12 años, y Rida’, de 10, tratando de poner orden. “No había revólveres, no había rifles, nada [en la zona]”, dijo Mustafa Wazni. 80 http://www.un.org/Depts/dpko/missions/unifil/pr030.pdf y http://www.un.org/Depts/dpko/missions/unifil/pr031.pdf. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 49 Capítulo 5: Consecuencias para la población civil La guerra afectó profundamente a casi toda la población de Líbano. El boqueo aéreo y marítimo privó al país de suministros vitales y frenó todas las exportaciones e importaciones comerciales. La destrucción de infraestructuras y el bombardeo de zonas industriales y agrícolas clave causaron estragos en la economía. La asistencia humanitaria no pudo llegar a personas que necesitaban ayuda urgentísima. Los daños sufridos por los hospitales, junto con la interrupción del suministro de agua y electricidad, restringieron gravemente el acceso a la atención a la salud. Las escuelas fueron destruidas o cerradas. Un mínimo de un millón de bombas de racimo lanzadas por las fuerzas israelíes no explotaron, lo que de hecho ha supuesto la creación de un inmenso campo de minas en el sur de Líbano que sigue causando la mutilación o la muerte de civiles e impedirá a muchas personas regresar a sus hogares, campos o huertos durante los próximos meses o años. El bloqueo Nuestra operación aérea es como un paciente privado de oxígeno a punto de sufrir una parálisis y morir . Zlatan Milisic, coordinador de emergencia del Programa Mundial de Alimentos de la ONU en Líbano, 10 de agosto de 2006. 81 Desde el momento en que comenzó la guerra, las fuerzas israelíes inutilizaron el aeropuerto Internacional de Beirut bombardeando sus pistas, cerraron la entrada a Líbano mediante un bloqueo aéreo y marítimo y bombardearon carreteras y puentes de entrada y salida del país. Su objetivo declarado era obstaculizar las operaciones de Hezbolá, con medidas como impedir que los combatientes de este grupo recibieran armas. Con las rutas aéreas, marítimas y terrestres bloqueadas o gravemente afectadas, los canales de suministro eran escasísimos. La economía quedó sumida en una crisis. A menudo se retrasaba la llegada de alimentos y ayuda urgente extremadamente necesarios. Las carreteras y los puentes dañados obligaban a los vehículos a dar grandes rodeos por carreteras secundarias o caminos de tierra, algunos de los cuales eran demasiado estrechos para los camiones. A comienzos de agosto, durante al menos una semana, ni el Comité Internacional de la Cruz Roja ni ninguna otra organización de asistencia humanitaria pudieron acceder a las ciudades del sur de Líbano sitiadas. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) advirtió de que los daños sufridos por carreteras y puentes habían interrumpido el suministro de alimentos, lo que hacía que existiera el peligro de que se desencadenase una “grave crisis alimentaria”. El 4 de agosto, cazas israelíes destruyeron la última conexión importante por carretera con Siria, bloqueando el avance de una caravana de vehículos que transportaban 150 toneladas de ayuda humanitaria y cortando lo que la ONU 81 “UN attacks Lebanon aid ‘disgrace’”, BBC News, http://news.bbc.co.uk/1/hi/world/middle_east/4778591.stm. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 50 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra denominó su “cordón umbilical” para el transporte de suministros de ayuda. El bloqueo y el bombardeo también causaron problemas en el norte de Líbano. Cuando entró en vigor el alto el fuego, el 14 de agosto, Israel se negó a levantar el bloqueo alegando que primero debía enviarse un número suficiente de fuerzas de la FPNUL para impedir el rearme de Hezbolá por mar y aire. El secretario general de la ONU Kofi Annan advirtió del riesgo de que el bloqueo se considerase un “castigo colectivo” impuesto al pueblo libanés. 82 La continuación de los bloqueos aéreo y marítimo hasta los días 7 y 8 de septiembre respectivamente dificultó gravemente los intentos de reconstrucción y recuperación por parte de Líbano. En Líbano, Amnistía Internacional mantuvo reuniones con numerosas personas a las que el bloqueo había afectado gravemente y entre las que había representantes de los sectores pesquero, agrícola, médico y de la construcción. Entre las personas más afectadas se encontraban los pescadores del país. Al no poder pescar desde el comienzo de la guerra, los barcos de unos 8.000 pescadores habían dejado de faenar y muchos de los hombres y sus familias habían quedado en la indigencia. Además, el 4 de agosto, un ataque de la fuerza aérea israelí destruyó el puerto pesquero de Al Ouza’i, al suroeste de Beirut. Los pescadores manifestaron a Amnistía Internacional que entre 300 y 400 barcos, cada uno por valor de entre 5.000 y 50.000 dólares estadounidenses, fueron destruidos o sufrieron graves daños en reiterados ataques aéreos. También quedaron totalmente destruidos los talleres de reparación siderúrgica, carpintería y reparación de redes, las oficinas de la cooperativa de pescadores, la cafetería y el mercado, además de un edificio de tres plantas perteneciente al ejército de Líbano. Jamal ‘Allama, dirigente de la cooperativa, afirmó que los combatientes de Hezbolá no podían haber utilizado el puerto debido a su ubicación en una zona delicada y muy vigilada, dado que está situado a unos metros de la valla que rodea el aeropuerto internacional de Beirut y para acceder a él hay que atravesar un control de seguridad del ejército. Los pescadores también explicaron las penurias causadas por el bloqueo, que les había impedido ganar el sustento durante seis semanas. Khalil Taha, dirigente del Sindicato de Pescadores del Sur, afirmó que en el sur había en torno a 1.300 pescadores —620 en Tiro, 100 en Al Naqoura y unos 600 en Al Sarafand—, además de numerosos pescadores jubilados que elaboran las redes, los cabos y los pesos de hierro para las redes y de las personas que tenían puestos de venta en el mercado. Manifestó que todas estas personas trabajan para obtener unos ingresos diarios y pocas tienen ahorros. “Incluso nuestras redes se deshicieron, al haber estado bajo el sol y fuera del agua durante tanto tiempo. Los motores de algunos barcos no pueden ponerse de nuevo en marcha porque llevan mucho tiempo parados.” Uno de los pescadores de Tiro, Rida Qassaab, de 50 años, había agotado todos sus ahorros. Tiene cuatro hijos. “Comemos pan y queso y bebemos té. Poco más. Ayer comí una lata de atún por primera vez en mi vida; lo que deberíamos comer es pescado fresco.” 82 Annan says Israeli blockade must not be a “collective punishment” , Centro de Noticias ONU, http://www.un.org/apps/news/story.asp?NewsID=19688&Cr=Leban&Cr1. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 51 Las vidas de los pescadores no volvieron a la normalidad ni siquiera tras el levantamiento del bloqueo marítimo, debido al vertido de combustible que se produjo a mediados de julio tras el bombardeo israelí de la central eléctrica de Jiyye, situada en la costa (véase el capítulo 3). El bloqueo también afectó gravemente a otras áreas concretas de la economía libanesa que se basan en gran medida en la libre circulación de bienes y personas. Las autoridades de Líbano calculan que, por lo que respecta al comercio, el bloqueo le costó al país diariamente entre 30 y 50 millones de dólares estadounidenses. 83 Destrucción económica En 10 minutos quedaron destruidos 25 años de duro trabajo […]; allí no había nada militar, absolutamente nada. Ni siquiera los guardas tenían pistolas. George Hanna, director general de la empresa Dalal Steel Industries, situada en Ta’nayel, Bekaa, y destruida el 23 de julio durante los ataques aéreos israelíes. Los 34 días de bombardeo de Líbano causaron importantes daños en las infraestructuras del país y destruyeron grandes áreas de sus sectores agrícola y comercial. La destrucción repercutió directa e indirectamente en la economía. Unas 900 empresas comerciales resultaron dañadas y más de 30.000 propiedades residenciales, oficinas y tiendas quedaron completamente destruidas. 84 El comercio libanés, que depende en gran medida de la importación y exportación de mercancías, se hundió durante el mes que duró el conflicto. Muchas familias perdieron su única fuente de ingresos cuando sus pequeños negocios fueron destruidos. Miles de empresas apenas pudieron funcionar porque la destrucción de infraestructuras las dejó sin energía eléctrica y sin ningún modo de importar suministros ni vender sus productos. Hoteles y otros negocios relacionados con el turismo se vieron gravemente afectados al huir los turistas del país o cancelar sus viajes, lo que impidió obtener una buena parte de los ingresos previstos para toda la temporada. 85 Los ataques aéreos también se centraron en las redes de comunicaciones, como centrales telefónicas y estudios de televisión. Por ejemplo, los ataques aéreos del 22 de julio alcanzaron las instalaciones del canal de televisión LBC TV en Satqa, al este de Beirut, y causaron la muerte del técnico Sliman Shidiac. El mismo día, las antenas de transmisión de 83 Israel ends blockade of Lebanon, BBC, http://news.bbc.co.uk/1/hi/world/middle_east/5327244.stm. 84 Cifras del Colegio de Ingenieros publicadas en medios de comunicación libaneses el 17 de agosto de 2006. 85 La mayor parte de los hoteles perdieron casi toda la temporada de verano debido al conflicto. Cuando comenzó el conflicto, el 12 de julio, estaban casi llenos y todo indicaba que permanecerían así el resto del verano, pero la guerra se intensificó y los hoteles se vaciaron rápidamente. Un hotelero manifestó a Amnistía Internacional que en su hotel era habitual tener una ocupación superior al 80 por ciento el 11 de julio y que en unos días solía llenarse. En cambio, la ocupación no llegó al cinco por ciento, y se tomó la decisión de que toda la plantilla tendría que tener vacaciones sin sueldo en un futuro inmediato. Los sectores de la restauración y hostelería se vieron afectados de modo similar. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 52 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra televisión en Terbel, al norte del país, incluidas las de Avenir y Al­Manar, recibieron el impacto de los ataques aéreos. En un informe publicado en agosto de 2006, Amnistía Internacional resumió sus conclusiones iniciales sobre los ataques israelíes contra las infraestructuras de Líbano. 86 Una delegación de Amnistía Internacional visitó posteriormente zonas comerciales y agrícolas que habían sido atacadas, y no halló indicios de que hubieran sido utilizadas por combatientes de Hezbolá o de que tuvieran cualquier otra finalidad militar. Las autoridades israelíes tampoco han facilitado información explicando por qué fueron atacados esos lugares. Pr opiedades comer ciales Al menos 30 fábricas quedaron total o parcialmente destruidas por los ataques israelíes durante el conflicto, 87 lo que supuso la eliminación de alrededor del cinco por ciento del sector industrial libanés. 88 Según los informes, más de 700 empresas industriales sufrieron grandes daños. 89 La capacidad productiva de sectores industriales clave que resultó afectada o fue eliminada incluye la de Liban Lait, en Ba’albek, la mayor empresa de productos lácteos del país; la fábrica de vidrio Maliban, en Ta’nayel, Bekaa; la planta Safieddin en Bazouriye, en el sur de Líbano, que fabricaba suministros médicos; la fábrica de papel de seda Fine, en Kafr Jara, cerca de Sidón; la empresa de suministros para la construcción Musawi, cerca de Ba’albek; y la fábrica de Dalal Steel Industries en Ta’nayel, Bekaa, que producía casas prefabricadas. Amnistía Internacional visitó la fábrica de leche y productos derivados Liban Lait, destruida en torno a las tres de la madrugada del 17 de julio durante un ataque aéreo. La sala de control, la planta de procesado y las secciones de enlatado y elaboración de quesos estaban totalmente en ruinas. Liban Lait producía más del 90 por ciento de la leche pasteurizada de larga duración de Líbano, además de leche fresca, queso, yogur y lebneh. A finales de agosto, su ingeniero jefe, Hisham Oraybi, manifestó a Amnistía Internacional que antes la empresa contaba con 160 trabajadores en la fábrica, de los que sólo 18 tenían trabajo en aquel momento. La destrucción de Liban Lait supuso la interrupción del aprovisionamiento de leche fresca a los escolares, que estaba coordinado por organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales. 90 Hisham Oraybi afirmó que, sólo en daños, el ataque le había costado a la empresa aproximadamente 20 millones de dólares estadounidenses, y que “aunque durante la 86 Israel/Líbano: ¿"Daños colaterales" o destrucción deliberada? op. cit. El gobierno manifestó que habían sido destruidos total o parcialmente 31 “puntos vitales” (como aeropuertos, puertos, plantas potabilizadoras de agua y depuradoras de residuos e instalaciones eléctricas), además de un mínimo de 70 puentes y 94 carreteras. 87 The Government of Lebanon: Setting the stage for long­term reconstruction: The national early recovery process, Conferencia de Estocolmo para la rápida recuperación del Líbano, 31 de agosto de 2006. 88 Nabil Itani, director de la Autoridad de Desarrollo de Inversiones de Líbano (Investment Development Authority of Lebanon), citado en un artículo de Reuters titulado “Lebanon sees investment boom if truce holds”, publicado en Daily Star, 24 de agosto de 2006. 89 The Government of Lebanon: Setting the stage for long­term reconstruction, op. cit. 90 Informe del Relator Especial sobre el derecho a la alimentación, Sr. Jean Ziegler, acerca de su misión al Líbano, 29 de septiembre de 2006. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 53 primera mitad de la guerra pagamos a los empleados, no sabemos cuándo podremos volver a hacerlo”. La empresa Maliban, que fabricaba jarras y botellas de cristal, y su almacén fueron destruidos en un ataque aéreo que se produjo en torno a las 12.30 del mediodía del 19 de julio. Un trabajador, Devesh Kumar Swain, murió y otros resultaron heridos, incluida una persona que sufrió rotura de cuello y otra que permaneció en coma durante 15 días. Según los informes, la empresa, propiedad de un ciudadano británico de origen indio, era la mayor del valle de Bekaa y tenía una producción diaria de 190 toneladas de botellas y jarras, que exportaba a Oriente Medio y Europa. Roy Chowdhury, el director, afirmó que era imposible reparar la fábrica: “Hay que reconstruirla, aunque el que lo hagamos o no depende de los accionistas. Calculamos que para la reconstrucción harán falta entre 60 y 70 millones de dólares estadounidenses, más los gastos de las operaciones de limpieza”. Manifestó que la empresa llevaba desde el 19 de julio sin pagar a sus 350 trabajadores, y que 400 proveedores se verían igualmente afectados. La empresa y el almacén de Dalal Steel Industries en Ta’nayel fueron atacados y destruidos el 23 de julio. Maquinaria pesada como ganchos de acero y puentes­grúa quedaron en ruinas. El director general, George Hanna, manifestó que Dalal, que daba trabajo a 650 personas, había sufrido pérdidas por valor de 25 millones de dólares estadounidenses. En torno a las cinco de la madrugada del 4 de agosto, en Al Ouza’i, Beirut, la empresa Elektra, fabricante de material eléctrico, y la cafetería adyacente quedaron completamente destruidas cuando el lugar fue alcanzado por alrededor de nueve misiles. Tres trabajadores que dormían allí resultaron heridos: ‘Abd al­Karim Khalaf, ciudadano iraquí, sufrió heridas de metralla en una pierna y perdió la audición en un oído; Musa al­‘Abud al­‘Attiyeh, ciudadano sirio, sufrió la rotura de un brazo; y Haytham ‘Abd al­Rasul Marhum Muhammad, ciudadano sudanés, quedó enterrado bajo los escombros y permaneció durante cinco días en cuidados intensivos a consecuencia de una herida en la cabeza. Los tres hombres afirmaron que 35 familias dependían del trabajo que se realizaba allí, y que ellos mismos estaban en una situación incierta, ya que no podían ganar dinero ni tenían medios para regresar a su país con sus familias. Además de las fábricas, muchos cientos de pequeñas y medianas empresas resultaron dañadas o fueron destruidas por todo Líbano. Entre otros lugares, la delegación de Amnistía Internacional inspeccionó un edificio de una planta en el que se encontraban la farmacia Samar, un mercado de frutas y verduras y el establecimiento de lavado de automóviles Al­Kawthar; el edificio, situado en la carretera principal, a un kilómetro aproximadamente de Al Nabatiyeh, sufrió graves daños durante un ataque aéreo que se produjo en torno a las tres y media de la madrugada del 26 de julio. No hubo víctimas. El mercado llevaba cerrado desde el 17 de julio y las personas que vivían en la zona la habían abandonado. En el sur de Beirut, el edificio de nueve plantas Kazma Mu’awadh, en Mar Mikhail, quedó completamente destruido durante un ataque aéreo israelí que se produjo en torno a las cuatro de la tarde del seis de agosto. En el edificio había tiendas, oficinas, un taller de orfebrería y una zona de guardamuebles. “Este edificio era nuestra vida, nuestro futuro”, manifestó Fadia Kazma a Amnistía Internacional. “Toda nuestra familia vive de los ingresos que genera.” La Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 54 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra familia calcula que el ataque les costó tres millones de dólares estadounidenses. “No tenemos ni idea de por qué querían destruir el edificio. Por supuesto que no había nada [militar] allí, y no tenemos filiación política.” Amnistía Internacional también visitó 15 de las 25 estaciones de servicio que, según los informes, fueron destruidas o sufrieron graves daños durante los ataques aéreos israelíes; la mayoría se encontraban en el sur de Líbano y en la zona de Ba’albek. Por ejemplo, justo al norte de Sidón, la estación de servicio de Daghr, la tienda de reparación de neumáticos contigua y una casa pequeña fueron destruidas y una persona resultó muerta durante un ataque con misiles que, según informes, se produjo en torno a las cinco de la madrugada del 18 de julio. Hani ‘Omar al­ Habash, ciudadano sirio de 28 años que trabajaba en la tienda de reparación de neumáticos, manifestó a Amnistía Internacional: “Un misil alcanzó la propia estación de servicio, otro los depósitos de combustible, y Abu ‘Ali Ibrahim murió”. Sector agr ícola Los ataques israelíes afectaron gravemente a las personas cuyo medio de vida depende del sector agrícola libanés. Los ataques causaron la muerte de decenas de trabajadores agrícolas; hicieron que miles de personas que se dedicaban a estas tareas huyeran o dejaran de trabajar, por lo que los cultivos quedaron desatendidos; y dañaron o destruyeron invernaderos, casas de labranza, bombas de agua, vehículos y otro material vital para la agricultura. La agricultura de Líbano se concentra en el sur del país y en el valle de Bekaa, dos de las tres zonas (además del sur de Beirut) que más sufrieron los ataques de las fuerzas israelíes durante el conflicto. Entre los trabajadores agrícolas que resultaron muertos el 2 de agosto había no menos de cinco miembros de la familia Shibli, de nacionalidad siria, en la localidad de Al Jamaliye, en Bekaa. Dos días después, al menos 23 trabajadores kurdos sirios resultaron muertos durante un ataque aéreo contra un almacén de envasado de fruta en la localidad nororiental de Al Qa’a, cerca de la frontera con Siria. Un sacerdote que presenció el ataque manifestó a Amnistía Internacional: El primer bombardeo se produjo a las dos de la tarde. Lo vi desde el tejado del complejo de la iglesia. El cielo estaba negro por el humo. Me dispuse rápidamente a ir y ver si podía ayudar. Cuando salía, al cabo de unos siete minutos, se produjo un segundo ataque aéreo. Salí inmediatamente y llegué al lugar del bombardeo unos minutos después. La escena era terrible. Conté 23 cuerpos, cinco de ellos de mujeres, horriblemente quemados. También había varias personas heridas. Reinaba el pánico, porque temíamos que en cualquier momento podría haber más bombardeos. Las víctimas estaban comiendo cuando se produjo el bombardeo, así que todos estaban en grupos, y por eso fueron alcanzadas tantas personas. Estaban sentadas al aire libre, bajo un simple tejado de hojalata; no tenían protección. Eran personas pobres y vulnerables; trabajadores, que venían a trabajar por un pequeño salario para alimentar a sus familias y murieron por esto. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 55 Los ataques aéreos hicieron que miles de trabajadores sirios huyeran de Líbano e impidieron que otros trabajadores, incluidos ciudadanos libaneses, cuidaran los cultivos. Según un oficial veterinario de la FPNUL, alrededor del 60 por ciento de los animales de granja del país murieron durante el conflicto. 91 Jihad Bakir, director de ocho granjas de pollos de la empresa Tenmiye en el valle de Bekaa, manifestó a Amnistía Internacional que los pollos se habían ido muriendo de hambre y deshidratación a un ritmo constante, por lo que los trabajadores de las granjas se habían visto obligados a sacrificar a los que no habían muerto. Un total de 72.000 pollos murieron o fueron sacrificados tras semanas de ataques israelíes contra vehículos en la zona (incluido un camión de la empresa), que imposibilitaron la llegada de alimento para los pollos. “Ahora no tenemos nada. No podemos pagar a nuestros trabajadores. Hemos tenido que despedirlos sin pagarles”, manifestó. De las 400 personas empleadas que había antes del conflicto, sólo 20 conservaban su trabajo después. Seba’ Tahtuh, pastor de cabras, declaró a Amnistía Internacional que cuatro de sus 21 cabras habían muerto durante los ataques israelíes porque no podía llevarlas a abrevar, y afirmó que, desde el alto el fuego, había tenido problemas continuamente para alimentarlas, porque los pastos habituales estaban llenos de bombas de racimo que no habían explotado. Hajj ‘Adnan ‘Abd al­Satr, agricultor de 70 años, su familia y unas 10 personas más trabajan en cooperativa en los campos de Aya’at, cerca de Ba’albek. Cultivan tabaco, sandías y pepinos. “Se ha perdido todo”, declaró a Amnistía Internacional mientras señalaba los cultivos secos y amarillentos a su alrededor. “¿Qué puedo hacer? Se ha echado todo a perder.” Estos cultivos se cosechan una vez al año, de modo que se ha perdido casi toda la cosecha de este año. Fatima y Sikne al­Akhras, que perdieron a 12 familiares durante un ataque aéreo israelí contra su casa en ‘Aitaroun (véase el capítulo 4), le contaron a Amnistía Internacional las pérdidas que había sufrido la empresa tabacalera familiar que dirigían: Hemos perdido más de dos tercios de la cosecha. Julio y agosto son dos meses cruciales para el cultivo del tabaco. Una gran parte tenía que cosecharse justo en el momento en que se produjo la guerra, y se echó a perder en los campos; las hojas que se habían recogido no pudieron procesarse y también se estropearon. Y ahora, lo que pudiera quedar en los campos también se va a perder, porque no resulta seguro ir a los campos, ya que hay bombas israelíes sin explotar por todos lados, sobre todo bombas de racimo, pero también las hay más grandes. Entre las personas afectadas por los ataques israelíes contra el sector agrícola había personas que trabajaban en mercados, tiendas y almacenes que vendían los productos. En el mercado de fruta y verdura de Tiro, los propietarios de algunos puestos manifestaron a Amnistía Internacional que el mercado había permanecido cerrado durante los bombardeos, a excepción de uno o dos puestos, y que debido a ello estuvieron durante más de un mes sin percibir ingresos. Los agricultores tampoco pudieron vender en los márgenes de las carreteras la escasa producción que pudieron recoger, ya que las carreteras habían estado casi desiertas durante la decisiva temporada de verano. 91 Reuters, Indian U.N. vet treats animal victims of Lebanon war , 25 de octubre de 2006. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 56 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra Acceso a la atención a la salud El acceso a los servicios de atención a la salud se vio gravemente afectado por el bombardeo israelí de hospitales y otros centros de atención a la salud, la destrucción de otras infraestructuras, la escasez de combustible y los cortes en el suministro de energía eléctrica y agua. La drástica reducción en los servicios de atención a la salud se produjo precisamente en el momento en que había un mayor número de personas que necesitaban esos servicios debido a la guerra. El Ministerio de Salud Pública libanés calculó que el 12 de agosto ya habían dejado de funcionar en torno a un 60 por ciento de los hospitales del país debido a la escasez de combustible. Según un informe del Ministerio de Salud libanés y de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 12 hospitales y centros de salud fueron destruidos durante ataques israelíes y otros 38 sufrieron graves daños. 92 Amnistía Internacional visitó algunos de los lugares afectados. Por ejemplo, el hospital Bahman, en el barrio de Dhahiyeh, en Beirut, sufrió grandes daños externos y la destrucción de gran parte de su material durante una serie de ataques aéreos israelíes que se produjeron entre el 15 de julio y el 13 de agosto. Entre las pérdidas se contaron seis de las 10 incubadoras del hospital y 5.000 litros de oxígeno. El director del hospital, ‘Ali Krayem, calculó que los daños ascendían a alrededor de un millón de dólares estadounidenses. 93 El centro de salud Dar al­Hawra, en Dhahiyeh, que atendía fundamentalmente a mujeres y población infantil, sufrió graves daños durante los bombardeos israelíes. El laboratorio, la sala de rayos X, el departamento administrativo y las secciones de ginecología, pediatría y odontología fueron destruidos. El 14 de agosto, apenas unas horas antes del alto el fuego, las fuerzas israelíes cercaron con bombas de racimo el hospital estatal de la localidad de Tibnin, en el sur de Líbano, en el que se habían refugiado cientos de civiles. En el informe de los cuatro relatores especiales de la ONU se afirmaba que los ataques israelíes habían “afectado significativamente a la prestación de servicios en todos los distritos afectados por el conflicto” y que, después del conflicto, tan sólo uno de cada cuatro centros de atención a la salud podía ofrecer atención prenatal y sólo uno de cada 10 podía proporcionar cuidados obstétricos de emergencia y asistencia al parto. Sólo una tercera parte de esos centros estaba en condiciones de almacenar vacunas, y sólo el 13% podían ofrecen un cierto grado de servicios de atención a la salud mental. 94 92 http://www.who.int/hac/crises/international/middle_east/Lebanon_2Sept2006/en/index.html. 93 ‘Ali Krayem describió el hospital como un “hospital sin ánimo de lucro que no pertenece a ningún grupo religioso ni partido político”. 94 Misión al Líbano y a Israel, informe de cuatro relatores especiales sobre su visita a Líbano e Israel, op. cit., párr. 89. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 57 Los ataques israelíes contra instalaciones de agua y electricidad redujeron drásticamente el acceso al agua por parte de la población. 95 Los sistemas de eliminación de residuos humanos y de otro tipo también resultaron dañados o su funcionamiento se vio afectado, lo que coincidió con un aumento de la necesidad de tales servicios debido a los niveles de suciedad, polvo y lesiones, además del mayor riesgo de contraer infecciones. Según información hecha pública por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en agosto, “la infraestructura de agua quedó destruida” en el sur de Líbano. 96 Ese mismo mes, el Comité Internacional de la Cruz Roja expresó su preocupación: Los vecinos no tienen acceso al agua. La gran estación de bombeo que había en las montañas ha sido destruida y no puede repararse. La gente tiene que depender de los pozos, pero para sacar el agua de ellos necesitan electricidad, y las centrales eléctricas han sido destruidas. 97 En todo el sur de Líbano y en el sur de Beirut, la mayor parte de las personas con las que se reunió la delegación de Amnistía Internacional en agosto tenían que comprar botellas de agua para sus necesidades diarias. Los médicos del hospital de Meis Al Jebel manifestaron a Amnistía Internacional que la falta de suministro de agua y la carencia de combustible y electricidad habían contribuido a su decisión de cerrar el recién inaugurado hospital transcurridas dos semanas de conflicto. El 27 de julio, o poco antes de ese día, fecha de cierre del hospital, el depósito de agua que se encontraba a unos 100 metros del hospital fue alcanzado por un misil y quedó inservible. El depósito de agua no está cerca de ningún otro edificio y no había indicios de actividad militar en la zona. 98 95 Encontrarán más información en The Government of Lebanon: Setting the stage for long­term reconstruction: The national early recovery process, 31 de agosto de 2006, http://www.reliefweb.int/library/documents/2006/govlbn­lbn­31aug.pdf ; y en Israel / Líbano: ¿"Daños colaterales” o destrucción deliberada? Ataques israelíes contra la infraestructura civil, op. cit. 96 UNICEF y los aliados de las Naciones Unidas intensifican la ayuda humanitaria en el sur del Líbano, UNICEF, 28 de agosto de 2006, http://www.unicef.org/spanish/emerg/index_35455.html. 97 Red Cross courage in Lebanon, Cruz http://www.redcross.org.uk/news.asp?id=58445. Roja Británica, agosto de 2006, 98 En el informe Israel / Líbano: ¿"Daños colaterales" o destrucción deliberada? Ataques israelíes contra la infraestructura civil, Amnistía Internacional informaba de que los hospitales estatales de Bint Jbeil y Meis Al Jebel habían resultado “completamente destruidos”, citando como fuente el Consejo de Desarrollo y Reconstrucción. Esta afirmación era errónea. La delegación de Amnistía Internacional visitó los hospitales en agosto y halló que no habían sido destruidos, sino que no podían funcionar debido a los ataques. Alrededor del recinto del hospital de Bint Jbeil podían verse artefactos que no habían explotado, y un hospital privado cercano había sufrido importantes daños. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 58 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra Acceso a la educación Según los informes, hasta 50 escuelas del sur de Líbano fueron totalmente destruidas durante los ataques israelíes, y unas 300 sufrieron importantes daños. 99 A consecuencia de ello, cientos de miles de escolares se quedaron sin clase durante las primeras semanas del nuevo año académico, cuyo inicio se retrasó desde mediados de septiembre hasta el 16 de octubre. Numerosos escolares han tenido que buscar plaza en otros centros. La delegación de Amnistía Internacional visitó varias escuelas destruidas o con importantes daños en el sur de Líbano, el sur de Beirut y Ba’albek. En Ma’roub, la escuela quedó arrasada. La escuela femenina ‘Oweyna, situada en la zona noroeste de Bint Jbeil, sufrió graves daños; los pupitres y las sillas podían verse desde la calle, ya que una de las paredes principales se había derrumbado. La escuela estatal de Kawnin, que se encontraba en la carretera principal hacia Tibnin, sufrió graves daños en el exterior y el interior, como la destrucción parcial de las paredes; en los alrededores apenas había señales de daños, lo que indicaba que la escuela era el objetivo. Tres de las cinco escuelas de Al Khiam sufrieron importantes daños. En el barrio de Dhahiyeh, en Beirut, la escuela Al Mustaqbal quedó completamente destruida, y la escuela de primaria y secundaria Ashbel Sahel sufrió importantes daños. El mortífero legado de las bombas de racimo En Líbano cubrimos pueblos enteros con bombas de racimo […]. Lo que hicimos allí fue monstruoso, una locura . Alto mando israelí citado en el periódico Haaretz. 100 El 26 de agosto, ‘Abbas Yousef Shibli, de seis años, se encontraba jugando con tres amigos en la localidad meridional de Blida cuando vieron lo que pensaron que era un frasco de perfume. Uno de ellos fue a cogerlo y el objeto explotó, causándole a ‘Abbas enormes heridas: rotura de colon y vesícula, perforación pulmonar y desgarro del nervio mediano. Unos días después, cuando ‘Abbas habló con la delegación de Amnistía Internacional desde su cama del hospital Najde, en Al Nabatiyeh, gemía una y otra vez: “Sacad las bombas de mi pueblo”. Sus tres amigos —Ahmed Shibli, de ocho años, ‘Ali Hasan, de 11 años, y la hermana se éste, Sahar, de nueve años— también resultaron heridos. ‘Ali tenía una pierna rota y él y su hermana tenían heridas de metralla. Sahar manifestó a Amnistía Internacional: ‘Ali tiene que tener la pierna escayolada durante un mes y medio, y no puede salir a jugar. Y ahora es mejor jugar en casa, por las bombas. Les dije a otros niños que no tocaran nada en el exterior, ni una piedra, y que puede haber una bomba hasta debajo de una hoja. 99 Comunicado de prensa de UNICEF, El largo camino de vuelta a la escuela en el Líbano meridional, 7 de septiembre de 2006. 100 “When rockets and phosphorous cluster”, por Meron Rapaport, diario Haaretz, 14 de septiembre de 2006, http://www.haaretz.com/hasen/spages/761910.html. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 59 Durante los últimos tres días del conflicto, Israel arrojó bombas de racimo sobre amplias zonas del sur de Líbano, dejando bombas en zonas residenciales, carreteras, huertos y campos. Muchas de las bombas no llegaron a explotar, por lo que, para cientos de miles de personas en Líbano, la guerra no finalizó con el alto el fuego. Durante la primera quincena tras el alto el fuego, por término medio las bombas causaron diariamente la muerte de una persona y heridas a otras cinco. 101 Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, hasta el 2 de noviembre 22 personas habían muerto y 134 habían resultado heridas en zonas civiles. 102 Un alto mando israelí de una unidad del sistema de lanzacohetes múltiple declaró al diario israelí Haaretz que el ejército había lanzado 1.800 bombas de racimo durante la guerra, y que cada una de ellas contenía cientos de bombas pequeñas. “En Líbano cubrimos pueblos enteros con bombas de racimo”, afirmó. “Lo que hicimos allí fue monstruoso, una locura.” 103 El mismo periódico informó de que las fuerzas israelíes también habían utilizado cañones de artillería de 155 mm para disparar bombas de racimo. En septiembre, el Centro de la ONU para la Coordinación de Actividades Relativas a las Minas calculó que había en torno a un millón de bombas pequeñas procedentes de las bombas de racimo diseminadas por todo Líbano. Cada una de esas bombas tiene la capacidad de destruir vidas, especialmente las de los niños y niñas curiosos. También calculó que se tardaría al menos un año en limpiar las municiones que no habían explotado. 104 La portavoz del Centro afirmó que muchas de las bombas pequeñas procedentes de bombas de racimo que habían encontrado estaban en “zonas civiles, en tierras de labranza y en las casas de la gente […]. Estamos encontrando muchas en las entradas de las casas, en balcones y tejados […]. A veces las ventanas están rotas y entran en las casas”. 105 La delegación de Amnistía Internacional en Líbano llegó a conclusiones similares, tras haberse encontrado con numerosas bombas sin explotar en pueblos y dentro de las casas. A comienzos de noviembre, el Centro de la ONU para la Coordinación de Actividades Relativas a las Minas afirmó que había eliminado en torno a 58.000 bombas pequeñas y otros artefactos que no habían explotado. 106 Anteriormente había informado de que alrededor de 200.000 personas todavía no podían regresar a sus hogares debido al grado de destrucción y contaminación causado por bombas de racimo y otros artefactos que no habían explotado. 107 101 Líbano: Las bombas de racimo amenazan la vida de los civiles (Índice AI: MDE 02/024/2006). 102 Véase: http://www.maccsl.org/War%202006.htm. 103 “When rockets and phosphorous cluster”, por Meron Rapaport, diario Haaretz, 14 de septiembre de 2006, http://www.haaretz.com/hasen/spages/761910.html. 104 http://www.maccsl.org/reports/Leb%20UXO%20Fact%20Sheet%204%20November,%202006.pdf. Hay además aproximadamente 15.000 artefactos de diverso tipo que no han explotado, principalmente obuses de 155 mm. pero también granadas y bombas aéreas. 105 US probes Israel cluster bomb use, http:/news.bbc.co.uk/1/hi/world/middle_east/5286352.stm. 106 http://www.maccsl.org/reports/Leb%20UXO%20Fact%20Sheet%204%20November,%202006.pdf. 107 Centro de Noticias ONU, 29 de septiembre de 2006. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 60 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra Jan Egeland, secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, condenó el uso de bombas de racimo por parte de Israel en zonas residenciales de Líbano, lo calificó de “completamente inmoral” y añadió: “todos los días hay personas que resultan heridas, mutiladas o mueren a consecuencia de estas bombas. No debería haber ocurrido”. 108 Las fuerzas israelíes utilizaron bombas de racimo fabricadas en Estados Unidos e Israel y las lanzaron desde el aire y mediante artillería. Entre ellas había bombas de racimo 58B CBU que contenían en torno a 650 bombas BLU 63 (con forma de pelota de tenis), muchas de las cuales habían sido fabricadas en la época de la guerra de Vietnam. Al parecer, estas antiguas existencias se utilizaron de forma abrumadora durante los tres días previos al alto el fuego. 109 La delegación de Amnistía Internacional en Líbano habló con decenas de niños, niñas y personas adultas que se recuperaban de las heridas causadas por las bombas de racimo y con familiares de personas muertas o heridas a consecuencia de esas bombas. El 14 de agosto, varios miembros de la familia Hattab se encontraban desayunando delante de su casa en Habboush, cerca de Al Nabatiyeh. Un gato que caminaba al otro lado de la carretera detonó un dispositivo explosivo y se produjeron tres explosiones consecutivas. Murieron dos personas: Hadi Mohammed al Hattab, que murió en el acto, y Moussa Hussein al Hattab, de 34 años, que murió tres días después en el hospital. Otras cinco personas resultaron heridas. Al día siguiente, el 15 de agosto, Ali Turkiye, de 20 años, se encontraba con un grupo de hombres jóvenes en un campo de Zawtar Al Gharbiyeh. Se estiró para agarrar unas uvas de una parra que estaba sobre su cabeza y movió una bomba de racimo atrapada entre las hojas, que explotó y lo mató en el acto. Mahmoud Darwish, de 24 años, resultó herido en una rodilla y un pie. El 28 de agosto, dos semanas después del alto el fuego, Hussein Qaduh, estudiante de contabilidad de 19 años en el Instituto Técnico Islámico de Beirut, caminaba por un sendero junto a un campo de fútbol en la localidad meridional de Al Sultaniyeh. Lo que debía haber sido un día pacífico se vino abajo por una explosión que le destrozó el cuerpo. Fue rápidamente llevado al hospital del cercano pueblo de Tibnin y posteriormente, debido a la gravedad de sus heridas, fue trasladado a un hospital de Tiro. La delegación de Amnistía Internacional lo visitó allí al día siguiente; su estado, tras una importante operación quirúrgica, era crítico. La delegación visitó posteriormente la zona en donde Hussein Qaduh había resultado herido y halló que estaba llena de municiones de bombas de racimo sin explotar, algunas de ellas a sólo unos centímetros del sendero por donde el muchacho había caminado. En el suelo aún podía verse la sangre. La población infantil ha formado parte de la larga lista de víctimas de modo desproporcionado. El 27 de agosto, Hassan Hussein Ahmadi, de 13 años, recogió una bomba de racimo con forma de bote mientras se encontraba jugando con sus hermanos y hermanas en el 108 UN denounces Israel cluster bombs, 30 de agosto de 2006, http://news.bbc.co.uk/1/hi/world/middle_east/5299938.stm. 109 Entrevista con Andrew Gleeson, de la organización Mines Advisory Group. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 61 patio delantero de su casa en la localidad de Deir Qanoun, al sur de Tiro. La bomba explotó, le arrancó cuatro dedos de la mano derecha y le produjo graves heridas en un hombro y en el abdomen. Jean Ziegler, relator especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación, manifestó que temía que las consecuencias a largo plazo de los artefactos que no habían explotado en los medios de vida de cientos de miles de personas serían graves, ya que impedirían el riego, la cosecha y la siembra. 110 Hay zonas de Líbano en las que apenas hay un huerto, un olivar, un campo de tabaco o un prado que no esté cubierto de bombas de racimo por explotar. A consecuencia de ello, los pastores y agricultores del país se enfrentan a un enorme dilema: decidir si dejan que sus animales mueran de hambre y sus cosechas se pudran o si arriesgan su vida y su integridad física entrando en zonas plagadas de bombas. Las bombas que no han explotado han repercutido en muchos otros intereses comerciales, al impedir la reparación de los sistemas de suministro de agua bloqueados y de los cables de alta tensión y la reconstrucción de edificaciones, carreteras y otras infraestructuras destruidas. Wafiq Kishan, profesor de 45 años de la localidad de Sammaaiye, en el distrito de Ras Al ‘Ein, al sur de Tiro, manifestó a Amnistía Internacional que los plataneros y naranjos de los campos que rodeaban la casa familiar estaban marchitos y dañados, en parte porque estaban llenos de bombas de racimo y la familia no podía regar ni podar los árboles como era necesario. Afirmó que aunque se retirasen pronto de los campos las bombas que no habían explotado, este año ya sería demasiado tarde para los cultivos. El 24 de agosto, Khalil Badawi, de 64 años, resultó herido por una bomba de racimo mientras trabajaba en un huerto de la localidad de Sammaaiye, en el distrito de Ras Al ‘Ein. Afirmó que la bomba explotó cuando la tocó con la azada que estaba utilizando, y añadió que no le había quedado más remedio que ir al campo antes de su desminado: “Tenemos que alimentar a nuestra familias. Todas las mañanas nos despedimos de nuestras familias porque sabemos que quizás no volvamos […]. Intentamos tener todo el cuidado posible”. Cuando los miembros de la familia Heriz regresaron a su casa el 14 de agosto, vieron que sus animales yacían muertos en un campo cercano. Ali Heriz, de 26 años, intentó mover una de las vacas y, al parecer, hizo estallar una bomba de racimo. Su estómago y pecho fueron los más afectados por la explosión, aunque también resultó herido en la cara. La familia afirmó que en muchos de sus campos no podían trabajar debido a las bombas de racimo, y que no sabían cómo iban a subsistir. ‘Abd al­Mohsen Heriz, familiar de ‘Ali Heriz, manifestó a Amnistía Internacional: Nunca he visto nada igual. La presencia de estas bombas de racimo nos obliga a librar otra guerra. Son incluso más peligrosas que la propia guerra, y ésta puede durar 20 años. 110 http://www.un.org/apps/news/story/asp?NewsID=19900&Cr=leban&Cr1=. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 62 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra El bombardeo de Líbano no sólo causó muertos y heridos. También dejó una profunda huella en el bienestar mental y psicológico de la población civil, sobre todo en el sur del país y en los barrios periféricos del sur de Beirut. Durante el conflicto, Médicos Sin Fronteras informó de que hasta un tercio de su trabajo estaba relacionado con problemas de salud mental. 111 Es probable que las repercusiones a largo plazo en la población infantil sean graves, y los profesionales de la salud temen por su futuro. Una forma reconocida de ayudar a los niños y las niñas a superar un trauma es a través del juego. Sin embargo, en muchas partes de Líbano, los parques y otras zonas a las que niños y niñas solían ir están llenos de bombas de racimo, por lo que los juegos al aire libre se convierten en una actividad peligrosa. 112 Capítulo 6: “ Escudos humanos” La protección de la población civil de los bandos en conflicto es una responsabilidad que incumbe a todas las partes en guerra, que están obligadas a tomar precauciones para garantizar que la población civil bajo su control no sufre daños debidos a los peligros de las operaciones militares. Las partes en conflicto también tienen la obligación de no utilizar a la población civil como protección para sus actividades militares, un crimen de guerra al que a menudo se denomina utilización de “escudos humanos”. Las autoridades israelíes alegan que Hezbolá debe rendir cuentas por los daños causados a civiles durante los ataques israelíes, y acusan a los combatientes de Hezbolá de utilizar intencionadamente a la población civil para encubrir sus actividades militares situando bases en túneles y otras instalaciones de ciudades y pueblos; almacenando cohetes Katyusha, sus lanzaderas y otras armas en zonas pobladas; lanzando cohetes Katyusha desde lugares muy próximos a casas de civiles y buscando a menudo refugio en esas casas tras realizar los lanzamientos; e impidiendo que la población civil huya de las localidades en que vive. Hezbolá niega que mantenga una política que ponga en peligro a la población civil, y sus representantes reconocen abiertamente que en ciudades y pueblos del sur de Líbano y de otros lugares hay combatientes e instalaciones militares de la organización, pero alegan que la función de sus combatientes es defender las comunidades frente a los ataques israelíes. Sin embargo, Hezbolá niega que sus combatientes hubieran almacenado cohetes Katyusha en zonas pobladas o que los hubieran disparado desde esas zonas, y también niega haber impedido la huida de civiles. Instalaciones militar es en zonas civiles Como partido político, organización social y grupo armado, Hezbolá tiene sus bases entre la población civil musulmana chií de Líbano, especialmente en el sur. Hezbolá no niega haber construido una red de túneles y otros escondites militares cerca o dentro de ciudades y pueblos del sur de Líbano ni haberlos utilizado para tender emboscadas a las tropas israelíes cuando 111 Médicos Sin Fronteras, El corredor humanitario para el sur del Líbano es un engaño, 1 de agosto de 2006. 112 Daily Star, “Good clean fun helps the youngest victims overcome stresses of war”, 26 de septiembre de 2006. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 63 entraron en el país. 113 Hezbolá señala que las fuerzas israelíes invadieron territorio libanés y entraron con tanques y tropas en localidades del sur de Líbano, ocupando casas de civiles y lanzando ataques desde esas casas. Mantiene que los enfrentamientos armados que se produjeron en determinados pueblos o cerca de ellos estaban destinados a resistir los ataques terrestres israelíes, y que sus combatientes procedían de esas localidades. Durante la investigación sobre el terreno, la delegación de Amnistía Internacional encontró restos de armas de corto alcance, ametralladoras de tipo PK y misiles antitanque entre los escombros de dos edificios destruidos por las fuerzas israelíes, en una casa deshabitada en los límites de Marwahin y en un edificio de las afueras de Bin Jbeil del que los vecinos de la zona sabían que pertenecía a Hezbolá. En Marwahin, los vecinos confirmaron a Amnistía Internacional que una camioneta aparcada cerca de una mezquita —y que, según imágenes de vídeo ofrecidas por el ejército israelí, contenía misiles antitanque— había sido utilizada por Hezbolá durante el conflicto. En el pueblo de Rmeish, a la delegación de Amnistía Internacional le mostraron dos lanzaderas de misiles antitanque aparentemente nuevas que, según los vecinos, habían sido abandonadas por combatientes de Hezbolá cerca de un edificio en construcción que se encontraba en una colina a las afueras de la localidad. Según confirmaron soldados de la infantería israelí entrevistados por Amnistía Internacional, tropas israelíes y combatientes de Hezbolá lucharon con tácticas similares, a menudo en combates casa por casa en pueblos que la mayor parte de la población civil había abandonado. Amnistía Internacional encontró indicios de la presencia de tropas israelíes en varias localidades, como ‘Aitaroun, ‘Ait Al Sha’b, ‘Ainata y Mheibib. Envoltorios de comida y otros artículos con escritura en hebreo, además de grandes cantidades de cartuchos y lanzacohetes usados con marcas en ese idioma, estaban desparramados por esas casas. Los soldados israelíes también habían realizado en ellas actos de vandalismo, incluidas pintadas insultantes. La proximidad del ejército a zonas civiles no es algo raro en Israel. Según los informes, hay complejos militares en Kiryat Shimona y Metulla y puestos fronterizos militares cerca o dentro de otros pueblos y ciudades del norte de Israel. Durante la guerra, en el norte de Israel había más puestos y actividades militares cerca o dentro de zonas civiles de lo que era habitual. Según informes, el ejército israelí ha instalado bases cerca de ciudades y pueblos árabes como Fassuta, ‘Arab Al ‘Aramshe y Tarshiha; tres personas que vivían en esta última localidad murieron a consecuencia de un ataque con cohetes por parte de Hezbolá. Según los informes, el ejército israelí también realizó ejercicios de adiestramiento en pueblos árabes de Israel, porque su paisaje recordaba al de las localidades del sur de Líbano. 114 Tras la muerte de 12 soldados israelíes “a la entrada” del kibutz de Kfar Giladi, en donde su batallón había tomado posiciones durante una semana, se informó de que “durante la 113 Véase, por ejemplo, Hiwar maftuh (Debate abierto), programa de Al Yazira sobre la resistencia islámica que combate contra el ejército israelí en Líbano, retransmitido el 19 de agosto de 2006. 114 Asociación Árabe por los Derechos Humanos, Weekly Review, núm. 286, 4­11 de agosto de 2006, http://www.arabhra.org/publications/wrap/wraphome2006.htm . Personas residentes en Majd al­Krum manifestaron a los relatores especiales de la ONU que durante el conflicto había artillería situada cerca de su ciudad: http://daccessdds.un.org/doc/UNDOC/GEN/G06/141/98/PDF/G0614198.pdf?OpenElement. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 64 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra guerra había cientos de soldados en el kibutz, incluida una compañía médica, unidades especiales y tropas de artillería”. 115 Según los informes, cerca de otros pueblos y ciudades septentrionales con gran número de población árabe hay fábricas de munición. 116 Por último, si bien el cuartel general de Hezbolá se encuentra, de hecho, en una zona de Beirut que sufrió intensos bombardeos por parte de las fuerzas israelíes, el propio Ministerio de Defensa israelí está situado en el centro de Tel Aviv. Aunque la presencia de combatientes y armas de corto alcance de Hezbolá en zonas civiles es incuestionable, este hecho en sí mismo no representa un indicio concluyente de su intención de utilizar civiles como “escudos humanos”, del mismo modo que la presencia de soldados israelíes en el kibutz no constituye en sí misma una prueba del mismo crimen de guerra. Sin embargo, esta actuación puede constituir una violación de la obligación de cada parte en el conflicto de tomar las precauciones necesarias para proteger a la población civil bajo su control frente a los peligros de las operaciones militares “hasta donde sea factible” y, en concreto, de evitar “situar objetivos militares en el interior o en las proximidades de zonas densamente pobladas”. En cualquier caso, al situar combatientes y diversas armas en el interior de ciudades y pueblos, Hezbolá e Israel son responsables de convertir esos lugares en objetivos lícitos y, por lo tanto, de poner en peligro a la población civil que pudiera encontrarse allí. Sin embargo, al lanzar sus ataques, las fuerzas israelíes y los combatientes de Hezbolá tenían en todo momento la obligación de aplicar los principios de distinción y proporcionalidad y de tomar las precauciones necesarias establecidas en el derecho internacional humanitario. Almacenamiento y lanzamiento de cohetes Katyusha Israel acusa a Hezbolá de almacenar cohetes Katyusha y otros misiles y sus lanzaderas en zonas civiles, concretamente en casas pero también en escuelas y mezquitas. Un oficial de infantería israelí manifestó a Amnistía Internacional que su pelotón había encontrado en agosto 15 cohetes Katyusha (sin sus lanzaderas) en la planta inferior de un edificio de dos plantas de la localidad de ‘Ait Al Sha’b. Material fotográfico obtenido por las FDI muestran lo que parece ser un cohete de tipo Katyusha dañado en el patio de una mezquita de Marwahin, cerca de la camioneta con misiles antitanque mencionada supra . Hezbolá manifestó a Amnistía Internacional que no almacena cohetes Katyusha en ciudades y pueblos, sino en bosques y otras zonas al aire libre que permitan esconderlos. Israel publicó o facilitó a Amnistía Internacional algunos ejemplos de imágenes de vídeo obtenidas durante tareas de vigilancia aérea en las que se veía el lanzamiento de cohetes de tipo Katyusha y misiles antitanque de corto alcance desde lugares cercanos a casas de civiles. 115 Según el periódico Haaretz, “El cohete impactó en una zona en la que había […] oficiales de logística y del cuartel general del batallón de paracaidistas en la reserva”. Además, “tres camionetas militares llenas de munición estaban aparcadas” en el lugar. “Reservists failed to take cover after siren”, Haaretz, 7 de agosto de 2006, http://www.haaretz.com/hasen/pages/ShArt.jhtml?itemNo=747042 ; “During war, troops needed permission to enter communities”, Haaretz, 20 de septiembre de 2006. 116 Jonathan Cook, The Human Shields of Nazareth, 19 de Julio de 2006, http://www.jkcook.net/Articles2/0261.htm#Top. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 65 Una de estas situaciones se grabó el 7 de agosto, y en las imágenes podía verse cómo los cohetes salían de entre dos casas del pueblo de Sidiqin. 117 Sin embargo, en la mayor parte de las otras imágenes no figura información fundamental, como la fecha, la hora y el lugar, y los pocos casos en que aparece la fecha, como el que acabamos de mencionar, se produjeron cuando ya hacía mucho que la población civil había abandonado algunas de las localidades. En otras imágenes pueden verse lo que parecen camionetas con lanzaderas Katyusha montadas sobre ellas refugiándose en el interior de edificios. El alto mando del ejército israelí que informó a Amnistía Internacional en septiembre también afirmó que las fuerzas de Hezbolá lanzaron cohetes desde lugares que sólo estaban a una distancia de entre 30 y 40 metros de las bases de la FPNUL, en un intento de evitar que Israel respondiese a los ataques, y que en alguna ocasión los combatientes de Hezbolá se habían refugiado en bases de la FPNUL. La FPNUL informó de más de 20 casos de lanzamientos de cohetes por parte de Hezbolá “desde las cercanías” (hasta 500 m) de posiciones de la ONU en el sur de Líbano, de algunos casos de disparos de armas pequeñas y fuego de mortero procedentes de lugares “próximos” (hasta 100 m) a posiciones de la FPNUL y de varios casos en los que posiciones y vehículos de la ONU habían sido alcanzados por cohetes, fuego de mortero o disparos de armas pequeñas de Hezbolá. La FPNUL sostiene que nunca se permitió la entrada de combatientes de Hezbolá en ninguna de sus bases. 118 Hezbolá niega haber utilizado zonas civiles para lanzar cohetes Katyusha, afirmando que esos ataques se lanzaron desde bosques, plantaciones, ríos y otros lugares fuera de los pueblos, alejados de zonas pobladas. Personas residentes en ‘Ein Ebel y Rmeish manifestaron a Amnistía Internacional que, en algunas ocasiones, sobre todo al principio de la guerra, combatientes de Hezbolá sí lanzaron cohetes desde los pueblos, aunque no desde el interior de sus casas ni cerca de ellas. No sabían si los ataques iban dirigidos contra tropas israelíes que se encontraban cerca de los pueblos o contra territorio israelí, y afirmaron que, por lo general, esas prácticas cesaban una vez que los vecinos presentaban sus quejas a Hezbolá. En ‘Ein Ebel, una persona que permaneció en el pueblo durante toda la guerra manifestó a Amnistía Internacional que las fuerzas israelíes bombardearon el lugar, incluida la iglesia, cuando no había actividad ni presencia de Hezbolá en ningún lugar de dicha localidad. 117 Véase Hizbullah's exploitation of Lebanese population centers and civilians: Photographic evidence, http://www.mfa.gov.il/MFA/MFAArchive/2000_2009/2006/Operation+Change+of+Direction+Video+Cli ps.htm. 118 Pueden consultar los comunicados de prensa de la FPNUL durante el conflicto en http://www.un.org/depts/dpko/missions/unifil/unifilpress.htm (en inglés) y la conversación con Milos Strugar, asesor principal de la FPNUL, 6 de noviembre de 2006. Según la FPNUL, las fuerzas israelíes lanzaron con frecuencia granadas de tanque y obuses, bombas aéreas y ráfagas de ametralladora contra posiciones de la ONU o en sus “inmediaciones”. Por ejemplo, durante las 24 horas previas al alto el fuego, el 14 de agosto, un total de 85 obuses hicieron impacto en posiciones de la FPNUL; de ellos, 35 cayeron en el interior del cuartel general del batallón ghanés en la zona de Tibnin. Otros 10 hicieron impacto en un radio de 70 metros de la base. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 66 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra Del puñado de ejemplos facilitado por las autoridades israelíes no se desprende claramente si había civiles en los edificios, o en los lugares cercanos a ellos, desde los que se lanzaron cohetes. Si no había civiles, los combatientes de Hezbolá que lanzaron cohetes en esas circunstancias no habrían violado la prohibición de utilizar “escudos humanos”. Sin embargo, los edificios utilizados como bases de lanzamiento de cohetes Katyusha habrían constituido un objetivo legítimo para las fuerzas israelíes, y los edificios cercanos a zonas de lanzamiento habrían estado expuestos a posibles daños incidentales. Con todo, las fuerzas israelíes habrían estado en la obligación de aplicar los principios de distinción y proporcionalidad y tomar las precauciones exigidas por el derecho internacional humanitario. En conclusión, de haber almacenado los combatientes de Hezbolá cohetes Katyusha o haberlos lanzado desde lugares cercanos a civiles con el fin de impedir ataques israelíes, esto habría constituido un delito de utilización de civiles como “escudos humanos”. Los indicios disponibles sugieren que, al menos en algunos casos, se almacenaron cohetes Katyusha en el interior de pueblos y se dispararon desde zonas civiles, pero no resulta evidente que allí hubiera civiles y se los utilizara como “escudos humanos”. Con casi 4.000 cohetes disparados contra Israel y muy poca información irrefutable sobre dónde estaban realmente almacenados y desde dónde se disparaban, aún no está claro el alcance de esta actuación y cómo hay que catalogarla en función del derecho internacional humanitario. ¿Se impidió huir a la población civil? Funcionarios israelíes afirmaron que Hezbolá impidió que los civiles abandonaran determinadas zonas mediante el bloqueo de carreteras o incluso disparando sobre sus cabezas, para que sirvieran de protección a sus combatientes. Sin embargo, las autoridades israelíes no proporcionaron pruebas sobre ello, aparte de sugerir que Amnistía Internacional investigase uno de esos presuntos incidentes en Marwahin. Amnistía Internacional lo hizo y no halló indicios que confirmasen las acusaciones. Los vecinos y vecinas de Marwahin, incluidas las personas conocidas por su filiación política contraria a Hezbolá, negaron que se hubiera producido esa situación. De hecho, muchos de los habitantes del pueblo huyeron al comienzo de las hostilidades y su caravana acabó siendo atacada por fuerzas israelíes (véase el capítulo 3). Ninguna de las personas entrevistadas por Amnistía Internacional en ciudades y pueblos del sur de Líbano y otros lugares del país denunciaron que Hezbolá hubiese impedido o intentado impedir su salida de su ciudad o pueblo, ni tampoco informaron de casos en que se lo hubieran impedido a otras personas. Algunas personas afirmaron que Hezbolá había advertido a los vecinos de la posibilidad de ataques israelíes en sus zonas de residencia. Al parecer, en algunos casos, especialmente durante las 48 horas de suspensión de los ataques aéreos por parte de Israel los días 31 de julio y 1 de agosto, activistas de Hezbolá en determinadas zonas animaron a las personas que no habían podido abandonar sus localidades en el sur de Líbano a que lo hicieran, o las ayudaron a ello. Civiles residentes en el barrio de Dhahiyeh, en Beirut, en donde Hezbolá tenía su cuartel general y otras oficinas relacionadas con sus actividades sociales, médicas, educativas y con los medios de comunicación, también fueron evacuados antes del comienzo de los ataques israelíes. Según los informes, Hezbolá dirigió las tareas de evacuación. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 67 En conclusión, los datos de que dispone Amnistía Internacional no corroboran las denuncias de que Hezbolá impidió que los civiles huyeran y, en varios casos, indican todo lo contrario. Capítulo 7: Conclusiones y recomendaciones Los 34 días de guerra entre Hezbolá e Israel en julio y agosto de 2006 causaron muerte y devastación a gran escala, y los civiles de ambos bandos sufrieron las peores consecuencias de las operaciones militares. Basándose en sus investigaciones y análisis, incluida una revisión de la interpretación que hace Israel de las leyes de la guerra, Amnistía Internacional ha llegado a la conclusión de que las fuerzas israelíes cometieron graves violaciones del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos, incluidos crímenes de guerra. En concreto, Amnistía Internacional ha averiguado que las fuerzas israelíes llevaron a cabo ataques indiscriminados y desproporcionados a gran escala, como el continuo bombardeo del sur de Líbano con artillería y, en particular, el uso generalizado de bombas de racimo en zonas civiles durante los últimos días de la guerra. Tal y como se muestra en un informe inicial publicado en agosto, 119 y se ilustra con nueva información en este informe, esos ataques también incluyen los realizados contra infraestructura civil; por ejemplo, el bombardeo de la central eléctrica de Jiyye, que también causó enormes daños medioambientales. En este contexto, las fuerzas israelíes también parecen haber realizado ataques directos contra objetivos civiles, como la destrucción de fábricas y del pequeño puerto de Al Ouza’i y sus barcos de pesca. Los ataques contra la infraestructura y los elementos indispensables para la supervivencia de la población civil, así como el bloqueo aéreo y marítimo impuesto durante la guerra y después, parecen haber pretendido infligir una forma de castigo colectivo contra la población civil de Líbano para inducir a los ciudadanos y ciudadanas y al gobierno libanés a volverse contra Hezbolá, además de para dañar la capacidad militar de Hezbolá. Por último, en función de los datos disponibles y ante la ausencia de explicación, o de una explicación adecuada, por parte de las autoridades israelíes con respecto a los numerosos ataques realizados por sus fuerzas –causantes de destrucción y muertes de civiles–, cuando no había indicios evidentes de actividades militares por parte de Hezbolá, parece claro que las fuerzas israelíes se abstuvieron sistemáticamente de adoptar las medidas de precaución necesarias. Tal y como se vio en las amenazas expresadas en declaraciones públicas por parte de altos mandos del ejército y dirigentes políticos y en los volantes arrojados sobre Líbano, las fuerzas israelíes consideraron de hecho que cualquier civil que viajase por el sur de Líbano era un objetivo militar, en flagrante violación del principio de distinción. Todos los ataques realizados en este contexto habrían sido ataques indiscriminados, cuando no un ataque directo contra la población civil. 119 Véase Israel / Líbano: ¿"Daños colaterales" o destrucción deliberada? Ataques israelíes contra la infraestructura civil, op. cit. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 68 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra En un informe publicado en septiembre de 2006, Amnistía Internacional analizó los bombardeos con cohetes que Hezbolá realizó contra el norte de Israel y llegó a la conclusión de que Hezbolá también cometió graves violaciones del derecho internacional humanitario, incluidos crímenes de guerra. En concreto, la magnitud de los ataques con cohetes lanzados por Hezbolá contra ciudades y pueblos del norte de Israel, la naturaleza indiscriminada de las armas utilizadas, junto con las declaraciones del dirigente de Hezbolá, mostraron que Hezbolá lanzó ataques directos contra civiles, ataques indiscriminados y ataques contra la población civil como represalia. Los combatientes de Hezbolá también parecen no haber tomado las precauciones necesarias para proteger a la población civil libanesa frente a los efectos de los ataques israelíes. Los indicios sugieren que, al menos en algunos casos, se almacenaron cohetes Katyusha en el interior de pueblos y se lanzaron desde zonas civiles, aunque el alcance de estas actividades no está claro. Del puñado de ejemplos facilitado por las autoridades israelíes y de otros indicios tampoco se deduce con claridad si había civiles en edificios cercanos a las zonas de lanzamiento. Si los combatientes de Hezbolá almacenaron cohetes Katyusha cerca de zonas civiles, o los lanzaron desde allí, con la esperanza de impedir los ataques israelíes, esto habría constituido el crimen de guerra de utilización de “escudos humanos”. Los datos de que dispone Amnistía Internacional no corroboran las denuncias de que Hezbolá impidió la huida de civiles, y en varios casos indican lo contrario. Ante la magnitud y la naturaleza de las violaciones cometidas por las fuerzas israelíes y los combatientes de Hezbolá en su última guerra, es necesario que ambos bandos rindan cuentas y se tomen medidas correctivas. A lo largo de los muchos años de conflicto entre Hezbolá e Israel, los dos bandos han cometido reiteradas y graves violaciones del derecho internacional humanitario sin haber rendido cuentas de ningún tipo. 120 Para fomentar el respeto al derecho internacional humanitario, es imprescindible que se realice una investigación independiente, imparcial, exhaustiva y sin demora conforme a las normas internacionales sobre ese tipo de investigaciones y que se procese a los responsables de graves violaciones de derechos humanos. Las autoridades israelíes sostienen que investigan estos hechos, pero estas investigaciones no son conformes a las normas internacionales, incluida la obligación de transparencia. Por ejemplo, nunca han revelado los métodos utilizados para estas investigaciones (por ejemplo, si se diferencian realmente de los informes de batalla habituales, que de ningún modo pueden considerarse investigaciones adecuadas) ni a qué hechos se refieren. Al igual que en anteriores conflictos relacionados con Líbano, por lo general las autoridades israelíes no han ofrecido explicaciones concretas sobre los ataques causantes de muertes de civiles y, en los pocos casos en que lo han hecho, las explicaciones han resultado insuficientes. En las ocasiones en que indicaron que las muertes y heridas sufridas por civiles se 120 Véase Israel/Líbano: Ataques perpetrados por fuerzas israelíes contra civiles libaneses en el sur del Líbano, junio de 2000 (Índice AI: MDE 02/006/2000), e Israel/Líbano: Homicidios injustificables durante la operación ''Uvas de la ira'', op. cit. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 69 habían producido debido a errores, no dieron señales de que los responsables de esos errores hubieran rendido o fueran a rendir cuentas. No se tiene conocimiento de que los jefes de Hezbolá o las autoridades libanesas hayan investigado las violaciones del derecho internacional humanitario cometidas por Hezbolá. En el ámbito internacional se han realizado dos investigaciones. A comienzos de septiembre, cuatro expertos independientes del Consejo de Derechos Humanos de la ONU analizaron las repercusiones del conflicto en el derecho a la vida, la salud y la vivienda, y la situación de las personas desplazadas. 121 En agosto de 2006, el Consejo de Derechos Humanos creó una Comisión de Investigación formada por tres expertos independientes. Sin embargo, el alcance de estas investigaciones se vio limitado por los mandatos concretos de los tres expertos de la ONU, y, en el caso concreto de la Comisión de Investigación, por un mandato que sólo hacía referencia a las violaciones cometidas por Israel, no por Hezbolá. Además, ambas investigaciones se realizaron en medio de importantes restricciones en cuanto a tiempo y recursos. Amnistía Internacional ha venido pidiendo que el secretario general de la ONU inicie una investigación imparcial y exhaustiva realizada por expertos independientes sobre la actuación de ambos bandos, y que su resultado se haga público e incluya recomendaciones destinadas a poner fin a las violaciones e impedir que se vuelvan a producir. Esta investigación analizaría todas los indicios disponibles, incluidas las averiguaciones de Amnistía Internacional en este informe y en anteriores. También debe estar capacitada para decidir sobre la forma de reparación que se debe ofrecer a las víctimas de violaciones, incluidas las indemnizaciones económicas. Además, si bien las investigaciones internacionales son decisivas a la hora de determinar los hechos y las responsabilidades y, de ese modo, poner en práctica el derecho a la verdad que tienen las víctimas y la opinión pública, las partes en el conflicto y la comunidad internacional son las principales responsables de garantizar el derecho a la justicia, con fallos judiciales de culpabilidad o inocencia y reparaciones. Amnistía Inter nacional pide al gobier no de Isr ael que: § Investigue con prontitud y de modo independiente, imparcial y exhaustivo, conforme a las normas internacionales, los indicios que sugieren que sus fuerzas cometieron graves violaciones del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos durante el conflicto, incluidos crímenes de guerra. § Cuando existan pruebas admisibles suficientes, procese a todas las personas sospechosas de violaciones graves en procesos que respeten plenamente las normas internacionales sobre juicios justos. 121 Misión al Líbano y a Israel, informe de cuatro relatores especiales sobre su visita a Líbano e Israel, 2 de octubre de 2006. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 70 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra § Revise su interpretación de las reglas y los principios relativos a los conceptos de objetivo militar, ventaja militar y proporcionalidad, para garantizar que son plenamente conformes al derecho internacional humanitario. § Garantice que el ejército israelí respeta totalmente la obligación de tomar medidas preventivas al realizar ataques y al defenderse, y que no lanza ataques como un modo de castigo colectivo. § Anuncie una suspensión del uso de armas de racimo y, en todo caso, declare que bajo ninguna circunstancia utilizará esas armas contra objetivos militares en zonas civiles. § Proporcione sin demora mapas detallados de las zonas de Líbano en las que se lanzaron bombas de racimo, para facilitar su retirada y evitar nuevas víctimas civiles. § Proporcione sin demora mapas de los campos de minas sembrados en el sur de Líbano durante conflictos anteriores. § Anuncie que no utilizará armas con fósforo blanco en zonas civiles. § Ofrezca plena reparación por las consecuencias de sus omisiones y actos ilegítimos. § Coopere plenamente con una comisión internacional con competencias para investigar esos actos y omisiones por parte de todos los bandos en conflicto, y decida la forma de reparación, incluida la indemnización económica. Debe proporcionar a dicha comisión información sobre todas las investigaciones realizadas, según se exige en las normas internacionales. § Ratifique sin reservas el Protocolo I de los Convenios de Ginebra y haga una declaración en virtud del artículo 90 en la que acepte la competencia de la Comisión Internacional Humanitaria de Encuesta. § Ratifique el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional sin hacer una declaración en virtud del artículo 124 —que excluiría durante siete años la jurisdicción de la Corte con respecto a crímenes de guerra— y declarando que, conforme al artículo 12.3, su jurisdicción comprende la guerra de 2006. Amnistía Inter nacional pide a Hezbolá que: § Renuncie públicamente a su política ilegítima de represalia mediante lanzamiento de cohetes contra la población civil de Israel. § Realice una investigación sobre todas las violaciones del derecho internacional humanitario cometidas por sus propias fuerzas, y entregue a las autoridades libanesas a toda persona sospechosa de haber cometido este tipo de abusos para que se realicen nuevas investigaciones y se proceda a su procesamiento según corresponda. § Garantice que los combatientes de Hezbolá respetan la necesidad de tomar medidas de precaución durante los ataques y la defensa, incluida la necesidad de distinguirse todo lo posible de las personas no combatientes. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra 71 § Ofrezca plena reparación por las consecuencias de sus omisiones y actos ilegítimos. § Coopere plenamente con una comisión internacional con competencias para investigar esos actos y omisiones por parte de todos los bandos en conflicto, y decida la forma de reparación, incluida la indemnización económica. Amnistía Inter nacional pide al gobier no de Líbano que: § Investigue con prontitud y de modo independiente, imparcial y exhaustivo, conforme a las normas internacionales de investigación, los indicios que sugieren que las fuerzas de Hezbolá cometieron graves violaciones del derecho internacional humanitario durante el conflicto, incluidos crímenes de guerra. § Cuando existan pruebas admisibles suficientes, procese a todas las personas sospechosas de violaciones graves en procesos que respeten plenamente las normas internacionales sobre juicios justos y no finalicen con la imposición de la pena de muerte. § Garantice que ningún grupo armado que actúe dentro de su territorio comete abusos contra el derecho internacional humanitario ni de los derechos humanos. § Ofrezca plena reparación por las consecuencias de las omisiones y los actos ilegítimos cometidos por funcionarios libaneses y Hezbolá. § Coopere plenamente con una comisión internacional con competencias para investigar esos actos y omisiones por parte de todos los bandos en conflicto, y decida la forma de reparación, incluida la indemnización económica. § Ratifique el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional sin hacer una declaración en virtud del artículo 124 —que excluiría durante siete años la jurisdicción de la Corte con respecto a crímenes de guerra— y declarando que, conforme al artículo 12.3, su jurisdicción comprende la guerra de 2006. Amnistía Inter nacional pide a la comunidad inter nacional que: § Garantice que la ONU crea una comisión internacional con competencias para investigar los indicios de violaciones del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos y del derecho penal internacional cometidas por todas las partes en conflicto; para hacer recomendaciones con el fin de tratar la impunidad por las violaciones cometidas e impedir futuras violaciones; y para hacer recomendaciones sobre la forma de reparación, incluida la indemnización económica. Todos los Estados y todas las partes en conflicto deben colaborar con esta investigación. § Ejerza presión sobre todas las partes en conflicto para que colaboren con esta comisión y pongan en práctica sus recomendaciones. § Garantice que la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano incluye un elemento de vigilancia de todas las violaciones del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006 72 Israel/Líbano: Fuera de toda proporción. La población civil carga con la peor parte de la guerra § Declare y haga cumplir un embargo de armas sobre Israel y Hezbolá hasta que se establezcan mecanismos efectivos para garantizar que las armas no se utilizarán para cometer violaciones graves del derecho internacional humanitario. Esto debe incluir la garantía de que se realizará una investigación exhaustiva de las violaciones cometidas en este conflicto y de que se procesará a todas las personas halladas responsables de tales violaciones. Estados Unidos, Irán, Líbano, Siria y otros Estados deben garantizar que no enviarán a ninguno de los bandos armas que puedan utilizarse para cometer violaciones ni permitirán que dichas armas atraviesen su territorio. § Anuncie la suspensión inmediata del uso de todas las armas de racimo, ponga fin a la transferencia de esas armas a otros Estados, y apoye iniciativas por parte de la ONU y el Comité Internacional de la Cruz Roja para elaborar un nuevo acuerdo sobre el derecho internacional humanitario que aborde de modo efectivo la amenaza que las bombas de racimo representan para la población civil. § Garantice que los Estados ejercen su jurisdicción, incluida, cuando sea necesario, la jurisdicción internacional, sobre las personas sospechosas de delitos en virtud del derecho internacional, incluidos los crímenes de guerra. Índice AI: MDE 02/033/2006 Amnistía Internacional, noviembre de 2006