cia tenía m ejor diferencia de goles, que pesó ante la igualdad de puntaje. C lasificó prim ero, sin mayores pro­ blemas, en la zona Norte, C entro­ am ericana y del Caribe, pero eso poco indica por tratarse de un área futbolísticam ente muy débil. Conviene señalar que este equipo pre­ parado por M ercado ha logrado un m érito que no es característico del fútbol m exicano: saber sobreponerse a m arcadores adversos. Sin embargo, este trabajo sistem ático de M éxico está lim itado por carencias técnicas y difícilm ente logre la hazaña de obtener m edallas en M ontreal. Uruguay, un fútbol cargado de añejas glorias — dos títulos olím picos, los m undiales y dos cuartos lugares en estos torneos —, pero con un presente que es fiel reflejo del mom ento histó­ rico por el que atraviesa el país del Plata. El fascism o dependiente que desgo­ bierna a esa nación, no ha hecho más que hundirla en una crisis económ ica sin salida (dentro de esos paráme­ tros) e im pulsar la em igración como tabla de salvación individual. Los jugadores de fútbol no escapan a esa ley, y más de 200 uruguayos an­ dan por el mundo buscando con sus piernas un modo de vida que la d icta ­ dura de su país les niega. Jóvenes, muy jóvenes, los futbolistas uruguayos y así se ha ido perdiendo el estím ulo que representan los ases y la enseñanza que naturalm ente im­ parten a las nuevas generaciones. Paraguay y Brasil ITAIPU: UN PUNTO DE PENETRACION BRASILEÑA La construcción y equipamiento de la represa y central hidroeléctrica de Itaipú costará cuatro veces más de lo inicialmente estipulado entre los regímenes de Paraguay y Brasil. Plenipotenciarios de ambas naciones firm aron el 26 de abril de 1973 el llamado Tratado de Itaipú, el cual fijó un costo de dos mil m illones de dóla­ res para la edificación de la gigantes­ ca obra. Pero los hechos están desvirtuando día a día el m ontante de la misma, porque los dos mil m illones de dóla­ res se convirtieron prim ero en tres mil, luego en cinco mil y por últim o en seis mil. do sólo una más entre tantas cosas que entonces se dijeron para llevar a Paraguay a aceptar un convenio cu­ yas condiciones fundam entales dejan de ser las que debieran haber sido. La propia prensa brasileña ya com en­ zó o hablar de que la obra costará alrededor de ocho mil m illones de dó­ lares una vez term inada. En realidad todo el proceso de Itaipú - acuerdos, notas reversales y cláu­ sulas secretas - fue m anejado con extrem a cautela por la cancillería brasileña, que se negó a sum ínisrar las especificaciones técnicas al pro­ pio régimen paraguayo. Itaipú, en el orden económ ico, consti­ tuye una gran inversión, pero en el aspecto político refuerza la depen­ dencia paraguaya de Brasil y la tesis de hegem onía que practica la canci­ llería brasileña sobre la región. El diario paraguayo „ABC C o lo r“ , en un com entario dedicado a analizar la negociación, dijo que las cifras en que inicialm ente se tasaron las obras no se basaban en ninguna estim ación que pudiera m erecer tal nombre, sien­ La im provisación, por otra parte, ha sido y es característica del fútbol de ese país. La integración de su equipo es, en consecuencia, una incógnita. En esa oportunidad se reunieron con el d ire cto r general de Itaipú, general José Costa Cavalcanti, el d ire cto r ge­ neral adjunto, Enzo Debernardi, y el gerente té cnico de la A dm inistración Nacional de E lectricidad de Paraguay (ANDEP), Ingeniero Jorge Krisch. El ingeniero Krisch, disgustado por la estratagem a brasileña, presentó su renuncia a la ANDEP, pero la retiró después de ser llam ado por el jefe del régimen, general Alfredo Stroessner. Debernardi, por su parte, sorprendió a todos los medios económ icos para­ guayos al revelar en Río de Janeiro que Itaipú podría llegar a generar 20 m illones de kilovatios. Cuando todas las selecciones estaban ya trabajando denodadam ente, Uru­ guay todavía no había designado su plantel. Por eso, a nada puede aspi­ rar. Guatemala, segundo de M éxico en su área, a duras penas es el equipo la­ tinoam ericano donde las carencias físicas se hacen más notorias, y can­ didato a últim o, sea cual sea la serie que le toque en suerte. 44 Sólo se llegó a conocer parte de la tá ctica y estrategia de Itam arati luego de las conversaciones sostenidas en­ tre representantes paraguayos y brasi­ leños en Río de Janeiro, en la prim e­ ra semana de febrero de 1976. Los ejecutivos evaluaron entonces las ofertas recibidas de grandes con­ sorcios norteam ericanos y europeos, entre ellas una de la „G eneral Elec­ tr ic “ , para m ontar en Brasil una planta que construirá 18 turbinas de 700 mil kilovatios cada una, cuyo costo total aproxim ado sería de mil 200 millones de dólares. El segundo lugar logrado en Brasil para la clasificación olím pica y la ob­ tención del cam peonato sudam erica­ no juvenil en Lima, indican que la ma­ teria prima existe. Falta planificación y apoyo adecuado de un gobierno que invierte más en gastos m ilitares que en educación y salud pública en conjunto. Luris Pedemonte Agregó que tam poco se pueden me­ d ir los beneficios que obtendrá el país una vez construida Itaipú como resul­ tado de la capacidad de energía que generará la obra, debido a que los cálculos han ignorado hasta ahora la relación entre costos y utilidades. José Costa Cavalcanti, d irector Gene­ ral de la presa Itaipú. La cifra, de ser verdadera, rebasaría otro proyecto en preparación en la zona de los Grandes Lagos canadien­ EXPRÉS E S P A Ñ O L / A g o s t o 1976