Regulación del peso corporal y el apetito En los seres humanos el peso corporal es regulado por un sistema homeostático que, a través de distintos mecanismos fisiológicos, ayuda a mantener la igualdad entre la ingesta y el gasto energético durante un determinado tiempo, que cuando falla se lo que conocemos como sobrepeso y obesidad; esta ultima consiste en un estado de aumento del peso corporal representado por el tejido adiposo que conlleva al desarrollo de distintas enfermedades. Tanto el peso corporal como el almacenado de grasa están determinados por diversos factores tanto ambientales como hereditarios, y no hace mucho se realizo un estudio que descubrió las características de los genes implicados, entre ellos el gen Ob, que codifica para la leptina, como a su receptor. Estos avances ayudaron a comprender los componentes moleculares del sistema fisiológico del balance energético lo que pudo abordar aun más en la fisiopatología de la obesidad. La obesidad se produce por la expresión de genes activados por ciertos alimentos y sedentarismo. En 1962 el genetista Neel propuso la teoría de los genes ahorrativos (thrifty genotypes), la cual establece que el ser humano ha evolucionado con mecanismos que conducen a un almacenamiento eficiente del exceso de energía en forma de grasa, con el fin de sobrevivir ante las épocas de hambrunas. El sistema homeostático que regula la relación de la ingesta de comida y el gasto energético esta constituido por dos factores: De corto plazo: esta relacionado con el control del apetito y responde a sustancias gastrointestinales o de saciedad, se acumulan durante la alimentación y ayudan a realizar una eficiente ingesta de la comida. Estas sustancias no regulan de forma directa al peso corporal, ya que según estudios la Colecistoquinina no afecta el paso corporal aun cuando se ingieren raciones pequeñas de alimentos con mayor frecuencia. De largo plazo: también llamando “factores de adiposidad” que se liberan dependiendo de los depósitos energéticos, entre estos tenemos la Leptina y la Insulina que regulan de forma directa el paso corporal. Balance Energético: En el organismo la energía ingresa como comida y sale en forma de calor y trabajo reflejado, desde el punto de vista metabólico, en las reacciones que consumen ATP. La obesidad es el desbalance energético en el largo plazo, que puede desarrollarse cuando el consumo energético es mayor que el gasto, que va a depender básicamente del metabolismo basal, actividad física y termogénesis adaptativa. - - El metabolismo basal es la cantidad de energía gastada cuando un individuo esta despierto pero en reposo, no ingiere comida de forma activa bajo un temperatura ambiente. La termogénesis adaptativa es la producción de calor en respuesta a la temperatura o a la dieta. En la actividad física el gasto depende de la contracción muscular voluntaria e involuntaria. Cuando las personas deciden bajar de peso requiere a este mecanismo. Regulación central del balance energético A mediados del s. XX, Gordon Kennedy fue el primero en proponer un modelo homeostático para controlar el balance energético y el peso corporal. El explico la existencia de señales generadas por los depósitos de grase para regular el consumo de alimentos y el gasto energético de forma coordinada y así mantener un adecuado peso corporal. Una serie de experimentos demostraron el papel que tiene el hipotálamo en dicha regulación, donde la región lateral se encarga de la alimentación y el núcleo paraventricular de la saciedad. Otros estudios señalan que las hormonas, como la leptina e insulina, así como los nutrientes pueden comunicarse directamente como el hipotálamo y así controlar homeostasis energética. Después del estudio del hipotálamo se llevo a cabo una investigación que se centró en el núcleo arcuado (ARC) del hipotálamo mediobasal, donde se estudiaron dos poblaciones neuronales opuestas funcionalmente: por un lado, las que expresan (POMC/CART), que promueven la anorexia (disminución de la ingesta de alimentos), mientras que las neuronas que expresan el péptido relacionado con AgRP/NPY son orexigénicas (aumento de la ingesta de alimentos). Los efectos opuestos de ambas neuronas se median en parte a través de las mismas neuronas efectoras, mediante la producción de acciones contrarias sobre el mismo mecanismo de señalización, conocido como la vía central de las melanocortinas. POMC es la proteína precursora las hormonas estimulantes de los melanocitos α y β (α y β-MSH), que actúan sobre los receptores de melanocortina (MC3R y MC4R) para activar una respuesta anorexígena. Por el contrario, AgRP es un antagonista por lo que reduce la señalización a través de MSH, con lo que promueve el consumo de alimentos. Tanto las neuronas POMC como las AgRP expresan receptores para leptina e insulina, los cuales, son activados por las respectivas hormonas para incrementar la expresión del ARNm de POMC, y disminuir los niveles de ARNm de NPY y AgRP. Señales de Adiposidad 1. La leptina: Es una hormona derivada de los adipocitos y secretada de forma proporcional a los almacenes de grasa, por ello si aumenta el tejido adiposo y por lo tanto la grasa corporal hay un aumento en la secreción de leptina, mientras que el ayuno y la pérdida de peso inhibe su secreción, y si hay ausencia de la hormona o su receptor esto podría conllevar a un aumento de peso y por lo tanto a la obesidad. Se ha considerado la administración de la hormona en pacientes diabéticos con deficiencia de esta pero la mayoría presenta una resistencia a la leptina, que podría incluir un defecto en el transportador a través de la barrera hematoencefalica, mutaciones en el receptor y, según estudios, una atenuación de la cascada de señalización producida por una proteína llamada SOCS-3 (supressor of cytokine signaling) que regula negativamente la acción de receptores de citoquinas como la leptina. Los receptores de leptina (ObRb) pertenecen a los receptores de citoquinas y funcionan a través de las vías de señalización de JAK/STAT, PI3K y MAPK. La leptina aumenta la expresión de POMC y disminuye la de AgRP, con lo que disminuye la ingesta de alimentos. 2. La Insulina: Es una hormona secretada por las células beta de los islotes pancreáticos y que, según estudios, al ser introducida al cerebro puede disminuir la ingesta de alimentos y el peso corporal; también se ha demostrado que la resistencia a la insulina en el cerebro causa obesidad pero es más leve que la causada por la resistencia a la leptina. La unión de la insulina a su receptor de membrana tipo tirosina quinasa produce la autofosforilación del receptor y por consiguiente la fosforilación de los sustratos del receptor de insulina (IRS), esta ultima, por medio de la activación de varias proteínas quinasas, produce la fosforilación del factor de transcripción FOXO, el cual se viaja desde el núcleo al citoplasma La regulación de la actividad de FOXO por la insulina, afecta la transcripción de neurotransmisores, favoreciendo la expresión de POMC y por lo tanto disminuye la ingesta de nutrientes. Señales de Saciedad La saciedad o el apetito es un proceso que promueve la terminación de la ingesta de alimentos y determina su tamaño, al cual debe ser regulada para alcanzar la homeostasis energética. La saciedad se produce por la acción de señales neurales y humorales que nacen en las vías digestivas que depender de las propiedades de los alimentos. Las señales de saciedad se procesan en el núcleo del tracto solitario, un área del tallo encefálico caudal que integra la información sensorial proveniente del tracto gastrointestinal y vísceras abdominales. Las señales de adiposidad modifican la sensibilidad de las neuronas del tracto solitario para favorecer o disminuir la acción de las señales de saciedad en la terminación de una comida, por ello cuando existe deficiencia de leptina, existe un descontrol en la saciedad de la persona. Entre las hormonas que intervienen en la saciedad tenemos la Colecistoquinina, Ghrelina, GLP-1 (glucagon-like peptide-1), péptido YY (PYY), oxintomodulina y obestatina, como los más destacados. La ghrelina es un péptido gastrointestinal secretado por células que se ubican en todo el tracto digestivo, en especial el en fundus del estomago, que aumenta el apetito y su administración crónica causa obesidad. En el ayuno los niveles de ghrelina se encuentran aumentados en plasma y disminuye después de una hora posterior al consumo de alimentos. Este péptido se suprime en pacientes obesos que se someten a bypass gástrico, hecho que provoca excelentes resultados terapéuticos. El hipotálamo censa las concentraciones de nutrientes El cerebro también responde a señales inducidas por los nutrientes (ácidos grasos, glucosa y aminoácidos) la cuales informan al sistema nervioso central sobre el estado energético con el propósito de aumentar o disminuir la ingesta de alimentos. Por esto se le atribuye a los nutrientes como señales de saciedad. Se han identificado dos proteínas quinasas que intervienen en la captación de estos nutrientes y regulan el peso y la ingesta de alimentos en el hipotálamo. AMP Quinasa (proteína quinasa dependiente de AMP): se activa cuando hay una disminución de ATP y bajas concentraciones de nutrientes lo que conlleva al aumento del apetito para modular repuestas periféricas y restaurar la homeostasis energética. Proteína quinasa serina-treonina mTOR: al contrario de la AMPK esta es activada cuando existe un aumento de los nutrientes y de ATP, y tiene un papel importante en el crecimiento celular, ya que regula la síntesis proteica. La actividad de la mTOR esta regulada por la leucina y por la AMPK; esta ultima inhibe a mTOR. Las dos proteínas se expresan en neuronas POMC y AgRP, donde responden a insulina, leptina y niveles de nutrientes; la leptina inhibe a AMPK y activa a mTOR. Mecanismos hedónicos en el consumo de alimentos Además del sistema homeostático en la regulación del peso corporal y el apetito existe un circuito de recompensa, grupo de neuronas dopaminérgicas estimuladas por agua y comida que facilita la búsqueda del alimento por parte del individuo. La leptina y la insulina actúan sobre los receptores de estas neuronas. La leptina reduce la frecuencia de disparo de las neuronas dopaminérgicas, mientras que la insulina favorece la expresión del transportador para la recaptura de dopamina en las sinapsis de tales neuronas. Así, al disminuir las concentraciones de dopamina, ambas hormonas disminuyen la actividad del circuito de recompensa. Un sistema capaz de modular los mecanismos homeostáticos y hedónicos de control del peso corporal y del apetito es el de los endocanabinoides. La administración exógena de endocanabinoides en las neuronas dopaminergicas causa un aumento agudo en el consumo de alimentos. El reciente progreso en el conocimiento de los componentes moleculares que regulan el peso corporal y el apetito, tiene importantes implicaciones para el tratamiento de la obesidad. A pesar de que la dieta y el ejercicio siguen siendo los pilares en el manejo de la obesidad, una creciente cantidad de pacientes requerirán el apoyo farmacológico para lograr o mantener una reducción en el peso corporal. La intervención sobre ciertos pasos del sistema de homeostasis energética podría ser necesaria para tal objetivo.