Universidad de Carabobo Facultad de Ciencias de la Educación Escuela de Educación Programa para Educar en Valores Desarrollo de estrategias para educar y enseñar a educar en valores Trabajo Presentado como requisito para optar a la Categoría de Profesor Agregado, en el escalafón del Personal Docente de la Universidad de Carabobo. Prof. María Guadalupe Ramos C. DEDICATORIA A mi hermana María del Pilar, por su cercanía sentimental, apoyo y estímulo para el logro de elevados objetivos, mientras caminamos hacia el encuentro de los valores que dan sentido a la vida de los seres humanos, con los que hemos compartido grandes esperanzas, desde que Vivimos en esta Tierra de Gracia. A los demás seres cercanos que me aman... y a los que siento presentes en la inmensa lejanía... 10. Programa para Educar en Valores. Desarrollo de Estrategias para Educar y Enseñar a Educar en Valores. Resumen El presente diseño tiene como finalidad contribuir con la formación que de manera permanente deben obtener los docentes en ejercicio, pudiéndose ofrecer también a los alumnos de los últimos semestres de la Facultad de Ciencias de la Educación, en sus diversas menciones. Metodológicamente se considera un Proyecto Factible con el cual se pretende dar respuesta a la necesidad planteada. El diseño se fundamentó en una investigación bibliográfica para determinar dos aspectos. Primero: Si existe la necesidad de un Programa como el que se pretende crear. Segundo: Obtener información sobre los elementos teóricos que deberá conformar el Programa. De acuerdo a la información lograda, se conformó un amplio Marco Teórico y se diseñó el «Programa para Educar en Valores», de acuerdo a los lineamientos establecidos en el modelo de Planificación Curricular denominado »Modelo de Control y Ajuste Permanente del Currículo». Castro P. (1988), el cual tiene como característica el ser dinámico y flexible, adaptable, innovador, participativo, y con alcance de acuerdo a las necesidades. En atención a las características del modelo utilizado, será factible el desarrollo del programa mencionado, con los docentes de cualquiera de los niveles y modalidades del Sistema Educativo Venezolano. Introducción Educar en valores hoy, pareciera un tema que por actual pudiera resultar fácil y atractivo, en el primer caso, no es fácil, en el segundo, el deseo de hacer un aporte, que más que sensacional sea útil a los educadores, es la mayor atracción. En la actualidad nos encontramos sumidos en una vorágine desconcertante que nos envuelve en un remolino de dudas e insatisfacciones. El hombre pareciera haber perdido el rumbo hacia la meta de su plenitud total. En este verdadero desconcierto, parece que se hubiera olvidado que el ser humano no sólo posee una facultad cognoscitiva, con la que emite juicios, sino que también es capaz de valorar las cosas, los hechos y las personas y juzgar sobre ellos. Es por esto que el presente trabajo propone educar los valores y orientar cómo formarse para tal fin. El objetivo principal de este trabajo, es diseñar Un Programa para Educar en Valores, destinado a llenar el vacío existente en cuanto a la educación permanente de los docentes en ejercicio. También será útil en la formación de docentes de diversos Niveles y Modalidades del Sistema Educativo Venezolano, así como podrán participar en la realización alumnos de los últimos semestres de FACE. La naturaleza de la investigación se ubica en la modalidad de Proyecto Factible, a través del cual se elaborará la propuesta del Programa mencionado. El estudio está estructurado en Capítulos. En el Capítulo Primero se describe el Planteamiento del Problema con su sustentación legal. El Objetivo general y los Objetivos Específicos. La justificación del Diseño y el Alcance del mismo. El Capítulo Segundo contiene el Marco Teórico, donde se establecen los Aspectos Filosóficos que fundamentan la Educación y configuran el Sistema Educativo Venezolano. Se revisó ampliamente la bibliografía soporte fundamental para la elaboración del trabajo. Las características de los valores y su fundamentación. El Capítulo Tercero contiene el Marco Metodológico. Fundamentación del Modelo seleccionado para el Diseño de la Propuesta. Población sugerida para el desarrollo del programa. Procedimiento para la Aplicación del programa así como su Factibilidad. Las Conclusiones y Recomendaciones conforman el Capítulo Cuarto. En el Capítulo Quinto se presenta el Diseño de la Propuesta realizada en base al modelo de Castro P., (ya citado), con todos sus elementos. Se incluye un Programa Sinóptico con el tema «Desarrollo de Estrategias para Educar y Enseñar a Educar en Valores, el cual sirve de modelo para otros que se realizarán a partir de este diseño, en base a los contenidos teóricos que se incluyen en el Capítulo Tres, tales como: Creatividad, Solidaridad, Tolerancia, igualdad o Valores en la Literatura, los cuales se implementarán de acuerdo a las necesidades que surjan. Cada Programa contará con una guía didáctica, la cual se elaborará posteriormente, ya que forma parte de los objetivos de un próximo trabajo. CAPITULO I Programa para Educar en Valores. Desarrollo de Estrategias para Educar y Enseñar a Educar en Valores 1.1. Planteamiento del Problema De acuerdo a los problemas que afectan a la educación en los tiempos actuales, así existe la necesidad de formar al docente necesario para que encuentre y dé la solución a tales problemas con la debida urgencia. No es el problema de la educación un hecho coyuntural cómo puede ser el problema de la economía, no. Formar a la gente que el país necesita para marcar el nuevo rumbo que éste debe seguir, de acuerdo a los nuevos tiempos, a los nuevos modelos de enseñanza, a las nuevas exigencias de vida y a la formación para esa vida, es un problema estructural. Cuando se habla de estructura, se entiende a ésta como fundamento básico que debe sostener, es decir, prestar apoyo, sustentar, mantener, dar vigor y permanencia a esta estructura. En el caso educativo, que es el que nos ocupa, no se trata de edificar una fábrica para elaborar productos en serie. Se está creando la obra de arte de mayor incumbencia y trascendencia como es, formar a la persona de manera integra y cabalmente, para que esté luego en capacidad de formar al resto de la humanidad. Ser docente es mucho más importante y significativo que enseñar asignaturas de un pénsum de estudio, por muy perfecto que sea su diseño. Educar es abrir caminos, dar luz, enseñar a "ser", hacer de las personas seres libres, capaces de crecer cada día, vivir con coherencia y tener objetivos a futuro. Cuando el docente como persona y educador, se percata de la gran misión que tiene entre sus manos, la educación adquiere una nueva connotación y es cuando toma un nuevo sentido, el docente se considera con una misión a cumplir, se acaban los discursos y se comparten las propias vivencias. Esta manera de «vivir» la educación, debe estar enmarcada en una normativa, cuyo conocimiento se supone, en quien está inmerso en una verdadera formación docente, ya que las leyes y normas, contienen en sí mismas la filosofía que sustenta al Sistema Educativo y determinan los valores que configuran el perfil deseado. La naturaleza del ser docente, debe abarcar varios aspectos y no sólo como es lo habitual orientar su actividad hacia los comportamientos deseables en el campo del dominio cognoscitivo o psicomotor; debe ahondar en los principios que fundamentan nuestra educación, entendiendo por principios, cualquiera de las primeras verdades que sirven de fundamento a una ciencia o hecho, así como los valores que debe ostentar. Los valores son considerados como «Cualidades del alma que mueven a acometer resueltamente grandes empresas y afrontar sin miedo los peligros». «Cualidades de las cosas que las hace objeto de aprecio Diccionario Básico. (1980). Profundizando más en la definición de los valores, Rokeack (1973), los considera como «Una ciencia relativamente permanente en que un modo de conducta particular o un estado de existencia es personal y socialmente preferible a modelos alternos de conducta o estados de existencia». (P. 21). El Modelo Normativo de Educación Básica (1987), en sus principios filosóficos se plantea, que la educación es para la sociedad el camino para transformar los valores. Por esto, se requiere que los docentes tengan una idea clara, una formación adecuada en estos aspectos para llegar a la transformación social deseada. Así mismo, el Artículo 21 de la Ley Orgánica de Educación (1980), al conceptualizar este nivel educativo establece que "La Educación Básica tiene como finalidad contribuir a la formación integral del educando, mediante el desarrollo de sus destrezas y de su capacidad científica... estimular el deseo de saber y desarrollar la capacidad de ser de cada individuo, de acuerdo a sus aptitudes". (P.7). Al respecto Cárdenas (1995) en el Plan de Acción, donde se diseñan las grandes líneas de política educativa del quinquenio (1994-99), en su tercer Capítulo, «Lo que queremos hacer« expresa «Distribuir equitativamente los conocimientos y el dominio de los códigos en los cuales circula la información socialmente necesaria y formar a las personas en los valores, principios éticos y habilidades para desempeñarse en los diferentes ámbitos de la vida social (P.4). Cárdenas (ya citado), instrumentaliza la teoría cuando define la primera de las tres grandes políticas del Plan de Acción de la siguiente manera Transformación de las prácticas pedagógicas para mejorar la calidad de la formación ética e intelectual» (P.5). Esta transformación representa en primer lugar un cambio desde el interior de la persona, desde su valor ético, y eso se justifica con lo expresado a continuación: Por eso no interesa atiborrar las mentes de informaciones, sino enseñar a pensar con rigor lógico, con creatividad y con claros referentes éticos... enseñar menos saberes codificados y propiciar más experiencias vitales... cultivar las distintas facetas de la personalidad entendida integralmente. La orientación es modificar la educación rutinaria por una centrada en procesos mentales y morales... desarrollar las habilidades superiores de pensamiento y las aptitudes básicas para la convivencia solidaria. (P.5). Este nuevo perfil para el docente de hoy no se podrá configurar si no está basado en unos valores profundos, expresados a través de sus actitudes favorables hacia la educación; estas actitudes que el Diccionario define como «...predisposiciones aprendidas ... ", se consolidan por medio de la experiencia y es así como determinan una tendencia hacia la valoración de lo que hacen o dicen; esta sería la manera de cambiar la educación de la cual Tarre (1995), expresa «...la escuela actual informa, más no forma» y es común oír decir que un bachiller venezolano encuentra serias dificultades para leer y realizar las más elementales operaciones aritméticas. Asimismo, Cárdenas expresa: No hay posibilidad de justicia social, de paz, si no tenemos un buen Sistema Educativo. El autor citado, comentó en la juramentación al Consejo Superior de Educación del Estado Carabobo que en relación a la década de los años 30, no ha variado mucho el panorama educativo. Entonces el 80 por ciento de la población no tenía acceso a la escuela, hoy sólo el 20 por ciento tiene opción a una buena educación. Retrocediendo en la historia, el Decreto 27 de junio de 1870, en su párrafo introductorio, Ochoa (1984), expresa: «Que la instrucción primaria debe ser universal en atención a que es la base de todo conocimiento ulterior y de toda perfección moral». El artículo 2°- contiene lo siguiente: «La instrucción obligatoria... comprende por ahora los principios generales de moral, la lectura y la escritura del idioma patrio... y el compendio de la Constitución Nacional». (P. 161). Pasados 70 años, se observa que en la Ley de (1940), entre sus primeros fines, se repiten y consolidan los criterios que hoy siguen estando vigentes y así, en el artículo 1°-, citado por Ochoa, se lee: El Estado Venezolano considera a la educación como un proceso integrador del individuo desde el punto de vista de su desarrollo biológico y su desenvolvimiento mental y moral. Como fines primordiales del Estado Venezolano se asigna a la Educación Pública los de levantar progresivamente el nivel espiritual y moral de la Nación. (P.6). En su Capítulo IV, Artículo 21, insiste en lo que hoy seguimos igualmente insistiendo, sin haber dado con la clave para superar las discrepancias palpables que cada día observamos. Con palabras destempladas gritaba Simón Rodríguez, citado en Rumazo (1980), la necesidad que había de formar a los hombres del futuro, pues sin hombres no hay República. «La grandeza de un país decía no se mide por sus riquezas materiales, sino por los valores de su gente, y para ello no hay mejor instrumento que la educación, pero una educación, rebelde, sin rutina, creativa, audaz y vivaz, en permanente crecimiento de las ideas, siempre marchando, nunca estática, rompiendo esquemas, que investigue y aplique conocimientos» (P. 120), y al respecto escribía «No quiero parecerme a los árboles que echan raíces en un lugar, sino al viento, al agua, al sol, a todas esas cosas que marchan sin cesar. Educador por vocación y convicción, estaba claro en la educación necesaria para entonces, pero la vigencia de sus pensamientos, resuena hoy con la misma e imperiosa necesidad de transformación. Este trabajo pretende no ser un simple taller más para obtener una credencial, debe ser un apoyo teórico y práctico al docente, es por esto que se fundamenta en los documentos referentes al Sistema Educativo Venezolano, insertando citas que con su conocimiento, estimulen al docente a seguir por la ruta necesaria de su formación personal. Entre los documentos que definen las políticas educativas está el IX plan de la Nación (1995), donde se exponen los siguientes criterios: La Educación es una experiencia de vida y es también el primer trabajo que deben desarrollar las nuevas generaciones, el trabajo del propio cultivo, de la propia capacitación realizada en un ambiente social. Ella no consiste en la mera transmisión y adquisición de conocimientos sino más bien en ser la fragua para el desarrollo de la personalidad de los seres humanos, quienes deben ser sujetos de la historia, con la guía de una ética propia. Formar a una persona supone tener como principal preocupación el desarrollo de su conciencia autónoma en torno a los valores de la libertad, la justicia y la solidaridad. (P. 177). Se reconoce en este documento, el resquebrajamiento de los valores éticos y la falta de credibilidad en las instituciones y en el liderazgo, lo cual ha llevado al individualismo y prácticas corruptas, lo que obliga a reconstruir una cultura que permita frenar el proceso de desintegración social que ha marginado la moral y la ética, en la búsqueda desenfrenada de satisfacciones materiales; para ello, el país requiere -La construcción de una sociedad más integrada, emprendedora, democrática y solidaria, que implica el fortalecimiento de valores que amplíen la convivencia y la búsqueda del bien común. (P. 178). En el Capítulo 3, «Las Grandes Estrategias para la transformación Educativa», se enfatiza en los aspectos mencionados y ratifica: ««La Educación Superior deberá estimular la recuperación de la mística en la formación y ejercicio profesional... la formación de científicos y humanistas, debe estar correspondida con una sólida educación humanista impartida desde la Educación Básica». (P. 183). Asimismo el documento recomienda un nuevo tipo de cultura que valore lo nacional, defienda la conservación del ambiente, eleve la auto imagen, forme actitudes hacia la convivencia, la colaboración y el respeto mutuo, valores que se creen de gran relevancia en el proceso educativo. La transformación de las prácticas pedagógicas a nivel de aula y de plantel, requieren ciertas condiciones personales para llevarse a cabo. Este proyecto está llamado a jugar un papel importante en esa renovación que el docente necesita y que al respecto, el IX Plan de la Nación específica, «Especial participación deberán tener las instituciones de Educación Superior en la modernización del Sistema Educativo en todos sus niveles y en la cooperación para la renovación del docente en ejercicio». (P. 191). Entre las políticas generales que para este quinquenio (1995-2000) se presentan, está la transformación de las prácticas pedagógicas dirigidas a mejorar no sólo la calidad intelectual, sino también la formación ética del docente, y de acuerdo con las características reales del grupo con que se está cohaciendo su educación, habrá que identificar sus necesidades básicas, llevando a cabo una educación interactiva en lo moral e intelectual, para lo cual debe entrar en juego, no sólo lo referente a los programas oficiales, sino también el acervo cultural y el medio social, para lo que el docente debe prepararse de una manera consciente, integrada al medio, e involucrándose en forma real. En el ámbito referido a la educación, el documento mencionado insiste en la necesidad de superar las debilidades presentes, con una nueva educación integral expone: La Educación debe dar respuesta a la generación de ciudadanos deliberantes y participativos, capaces de comprender y operar modificando sus entornos de vida y trabajo, dando relevancia al papel del conocimiento en la creatividad, la inquietud por el cambio, la solución de problemas, la excelencia en el trabajo... permitir la integración cultural a través de la transmisión de valores que propicien la convivencia, la responsabilidad, la solidaridad, y el acuerdo... que transformen el significado ético y político de la democracia... (P. 180). En otro plano educativo, no menos involucrado en el mismo proceso formador «Doce Propuestas Educativas para Venezuela (1995), se recomienda: Dignificar la profesión docente mediante la capacitación permanente obligatoria, la elevación de su status profesional y la clarificación de roles y perfiles ético - profesionales. Promover en el ambiente de formación docente una actitud crítica para que los estudiantes docentes se sensibilicen frente al reto de formación de un maestro nuevo como lo exige nuestra filosofía educativa de fortalecer la personalidad ciudadana y la formación del educador. (P. 309). Estos y otros planteamientos son como actividades remediables necesarias para afrontar la situación que vienen confrontando los educadores en lo referente a la formación recibida. Al respecto, Pérez E. (1993), expresa: No es culpa de muchos (profesores) que hayan caído en la educación como simple medio de subsistencia, pero es una desgracia para la educación... año tras año repiten los mismos conceptos... mal preparados y poco preparados, con escasa o ninguna creatividad, con la práctica de una disciplina férrea y las armas, bien esgrimidas, de exámenes y notas. (P. 12). La necesidad de una transformación de la educación actual, por una educación de los valores es tema trillado en la teoría, pero no por ello menos necesaria. Ochoa ya citada, define algunas características del docente necesario cuando exige que éste debe poseer una serie de atributos como son el ser optimista, ya que actuará en forma constructiva frente a las realidades adversas; analítico, puesto que deberá estudiar el fenómeno educativo como una interrelación de aspectos políticos, económicos, sociales, culturales e históricos; reflexivo y crítico, cuando lo induce a valorar la educación nacional relacionándose con las corrientes educativas universales; perseverante, cuando le proporciona elementos que le ayuden a mantener iniciativas constantes en la defensa de los principios que le son propios. Quizás el modelo económico-social que rige el país, no haya corrido al mismo ritmo que el modelo educativo. El deterioro moral y social es avistado a cada paso y en cada hecho que conmociona o mina calladamente a los habitantes del país. Los valores en vez de ««Valer»» cada vez más se han debilitado, y un reciente proceso de deshumanización, se observa en niveles alarmantes. El director General de la UNESCO, para el Capítulo Educación, en el foro transmitido por la Televisión Educativa Iberoamericana, Educar en Valores (16-12-96), defendía la necesidad de la presencia docente, por encima de la tecnología. Se necesita según él, un docente que enseñe a conocer, a aprender hacer, aprender a convivir, en fin, a aprender a ser. La educación no es un hecho aislado, es el patrimonio acumulado durante la historia. Es el saber del hombre sobre el hombre mismo. Lo aprendido de su historia, la experiencia concentrada. Es menos importante el desarrollo de los conocimientos, que lo que puede rendir el hombre con todo su ser, «Vale más una cabeza bien hecha, que una cabeza bien llena». En el foro mencionado, se planteaba la dificultad del profesorado, que no ha asimilado aún que su papel no sólo es de conocimientos, sino también de valores. Igualmente, expresaba que la falta de formación del docente en este campo, es una de las mayores dificultades, porque parte de un problema institucional: Cómo ubicar en el Currículo la formación moral en forma transversal. Al oír estos comentarios, se ve reflejada en ellos la situación nacional venezolana. Se conoce y se siente la necesidad de formar en valores; se exige dicha educación; la sociedad, los entes gubernamentales, los encargados de la formación docente lo requieren. Sólo falta cómo hacerlo, pero... hay que hacerlo. Estos planteamientos llevan a reflexionar críticamente ante una educación que en la mayoría de los casos se presenta libresca, repetitiva, sólo instruccional; y una formación decente poco sólida, intranscendente, como sin base en que sustentarse; que responde a la crisis que hoy nos agobia en forma fría e indiferente, achacando al sistema la obligación de superarla, demostrando el desconocimiento de la pertinencia que cada individuo tiene en este sistema. Será preciso no dejar pasar más por alto, lo que de acuerdo al criterio de los expertos y la propia experiencia, está sucediendo en el hecho sumamente importante de ser educador. La necesidad de tener un conocimiento claro y preciso sobre los principios y valores de la educación, como bases de toda sociedad, y la actitud que como docentes responsables de la formación de las futuras generaciones se debe asumir, más aún, cuando se trate de educar en el subsistema de Educación Básica, marco apropiado para la siembra de los valores fundamentales de la educación, o en otro. Al reflexionar sobre los criterios expuestos y repasar el contenido citado del Plan de Acción, diseñado por el Ministerio de Educación, surgen las preguntas: ¿Estarán los docentes en capacidad de asumir la responsabilidad de impartir una educación formativa como la indicada? ¿Tendrán un conocimiento claro del lenguaje expuesto, la caracterización de los valores propios del sistema democrático y más concretamente los que abarca el ámbito del Sistema Educativo Venezolano? ¿Estarán en capacidad de conocer y relacionar los contenidos que abarca la Normativa Legal Vigente de Educación con sus principios filosóficos, y la realidad social que hoy se vive? Será preciso dar respuestas adecuadas a estas interrogantes, ya que la simple experiencia demuestra que existen fallas y enormes vacíos creados por la ignorancia, la costumbre o la ley del menor esfuerzo. El docente debe marcar el rumbo, cambiar lo que sea necesario pues no será fácil que la juventud, ingrediente esencial en la educación, cambie su forma de actuar, si no cambian los patrones culturales y morales existentes. Estos planteamientos dan cabida a nuevas acciones, para que lo docentes, asuman la educación como una vocación de servicio, se planteen con honradez y crudeza el sentido de su misión en la sociedad actual, se resistan a mercantilizarla, a ceder a la terrible presión social que todo lo quiere comprar con dinero, intentando introducir al alumno a la vida real con profundo cariño y respeto; capaces de ayudar al doloroso alumbramiento de un hombre nuevo para la sociedad nueva; que sean en definitiva, capaces de educar. A tal efecto, se diseñó un Seminario-Taller para Educar en Valores, como un aporte a la formación permanente de los docentes en ejercicio y estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Educación, el cual, en forma clara, sencilla y práctica, con la ayuda del Marco Teórico que contiene el diseño, les inicie en un nuevo camino, ante la perspectiva de una nueva educación. 1.2. Objetivo General Diseñar un Programa para Educar en Valores, como aporte a la formación permanente de los docentes en ejercicio, en los diversos niveles y modalidades del Sistema Educativo. Para su desarrollo se utilizará la técnica mixta de Seminario-Taller. 1.3. Objetivos Específicos 1.3.1. Realizar una investigación bibliográfica, con el fin de diagnosticar la situación actual, en referencia a la formación en valores, de los docentes en ejercicio. 1.3.2. De acuerdo a las necesidades detectadas, realizar el diseño del Programa Educar en Valores, dirigido a los docentes en servicio de los diversos niveles y modalidades del Sistema Educativo. 1.3.3. Elaborar las estrategias adecuadas a la técnica mixta de Seminario-Taller, para el desarrollo del «Programa Educar en Valores». 1.3:4. Ofrecer el desarrollo del «Programa Educar en Valores», a las instituciones con responsabilidad en la formación docente. 1.4. Justificación del Diseño La reforma necesaria del Sistema Educativo Venezolano es la gran preocupación expresada por el Gobierno Nacional a través del Ministerio de Educación, de acuerdo a los contenidos reflejados en documentos tales como el IX Plan de la Nación, Capítulo Educación (1995); la Resolución N°- 1 (1996); el Plan Decenal (1995), en sus aspectos educativos, y otros documentos oficiales. Igualmente los criterios contenidos en la prensa regional, nacional e internacional, descritos por expertos en la materia y la experiencia de la práctica docente diaria en contacto con los alumnos en el aula de clase, obligan a la creación de programas como el que se pretende desarrollar para la formación de los docentes. El Programa para Educar en Valores, dará una respuesta a tantas interrogantes planteadas, unas motivadas por los problemas sociales y otras, por estar reflejadas como mandatos a cumplir, en los documentos que pretenden conservar la esencia filosófica que la educación debe transmitir. Algunos de estos aspectos se encuentran en el documento «Un Proyecto de País» (1995), al establecer los retos y fines para la educación, con el cual se pretenden afrontar los desafíos que la sociedad actual presenta. Al respecto, en el documento se expone la necesidad de lograr «... el fortalecimiento de los valores que amplíen la convivencia y la búsqueda del bien común, así como una visión universalista que potencie las capacidades individuales y sociales de cohesión interna y de adaptación a un mundo interrelacionado». (P.178). El documento insiste en la formación permanente, la educación en los valores universales y los fundamentales de la nacionalidad, pues considera a la educación: ... el recurso más importante y el vector fundamental para la transformación a la que se aspira en la construcción del nuevo país. Ello por múltiples razones: por ser el canal de la transmisión y modificación de valores, la base de formación de los recursos humanos; el lugar para la adquisición y difusión de conocimientos relevantes...; (P. 178-179). Igualmente se comprueba en el documento mencionado, la preocupación por la pérdida de liderazgo en el docente, el cual tenía definido anteriormente su rol como promotor social de la comunidad, perdiendo por el individualismo, la falta de ética y otras razones, su liderazgo ganado, desviándolo hacia diversos intereses, en detrimento de los valores que definen su perfil como educador. Demostrado está claramente que el deterioro en la educación es palpable porque tanto los conceptos cualitativos emitidos, como el análisis de factores cuantitativos, realizado, nos demuestran como ejemplo que en Venezuela para el año 1990, había 177.049 docentes trabajando en las diferentes etapas de la Educación Básica de los cuales 140.040 tenían título docente y 37.009 no lo tenían. Al respecto Rodríguez (1990) confirma que 131.000 docentes en servicio están prácticamente desasistidos de programas de mejoramiento y actualización. Muchas de estas personas expresan no haber recibido ningún curso en los últimos 15 años. Si esta información está referida únicamente al Nivel de Educación Básica, habría que extrapolarla hasta los demás ámbitos educativos, donde numéricamente podrá estar más subsanado el problema referido a titulación, pero no en cuanto a la formación académica permanente, y menos aún, en los aspectos referidos a la formación para el crecimiento de la persona, el fomento de sus valores, la adquisición de actitudes, basado todo en los principios axiológicos universales. Estas debilidades y ausencias conllevan a la imperiosa necesidad de formación, actualización y perfeccionamiento de los docentes, las cuales probablemente no se han adecuado a la incorporación de innovaciones y descubrimientos provenientes del ineludible desarrollo científico y tecnológico. El Sistema Educativo debe asumir la obligación de introducir nuevas estrategias para la formación docente, de manera permanente. La Escuela Solidaria, Proyecto Educativo del Estado Aragua (1996), da un paso necesario en su estructura Curricular donde incluye el «Proceso de Formación en Valores», como uno de sus cinco ejes centrales. Ese eje que forma el sistema central de su nuevo diseño, pretende formar un docente que debe tener una conducta que en vida refleje valores tales como: capacidad para el diálogo, humildad para aprender, compromiso, amor a su profesión y capacitado académicamente. Todo un perfil que se puede obtener con un buen Programa para Educar en Valores, como el que contiene este trabajo. El Plan General de Educación del Estado Carabobo para el Período 1996-2000, en su declaración de principios establece que la Educación es la primera prioridad del Estado, considerándolo como el principal basamento del progreso y bienestar individual y colectivo, en los aspectos físico, material, económico, cultural, espiritual, afectivo, ético, moral e intelectual. Las estrategias básicas fundamentan su filosofía en el Artículo 80 de la Constitución Nacional (1961) y el Artículo 3 y 7 de la L.O.E. En su Plan operativo establece la necesidad de formar al individuo con un sistema de valores, basado en principios que estén en armonía con el bien común, buscando obtener niveles de excelencia en el campo del conocimiento, en el trabajo, en la vida en general. En su visión: Con visión de Futuro, el Plan aspira a facultar al individuo para satisfacer las necesidades básicas como son: vivir, amar, aprender y dejar un legado digno en la sociedad, en el aspecto espiritual y holístico. Los propósitos del Plan General, parten de la necesidad detectada en un estudio realizado sobre la situación actual de la educación, cuyos resultados no son nada halagadores. La información obtenida determina que: «El sistema actual de valores presente en el entorno... está altamente deteriorado... El mal ejemplo está presente por donde quiera y los medios de comunicación, salvo raras excepciones, no contribuyen a crear una escala de valores positiva...»». (P.16). En la Visión de Futuro, como objetivo, el Estado propone obtener, un entorno con un sistema de valores, basado en principios universales y en valores patrios, que sirvan de modelo al educando en todos los niveles y modalidades, y a la vez sirvan de refuerzo mutuo a toda la población, (P. 16). El Plan General mencionado, contiene varios programas estratégicos diseñados con el fin de resolver diversos problemas, pero dos de ellos involucran directamente, se identifican y justifican el presente trabajo; estos son: CRECER, el cual tiene como objetivo: «Lograr procesos educativos en el aula que den como resultado ciudadanos bien formados, con valores basados en principios y pertinencia cognitiva...»», entre otros. El segundo: PROVALOR, es una respuesta a las conclusiones de las investigaciones realizadas, cuyos resultados ya se enunciaron anteriormente, y como objetivo tiene: Sintonizar y promover la elevación del sistema de valores de la población, la familia y los diversos entes sociales..., de manera que el modelaje que reciba el alumno fuera de la escuela, esté progresivamente en armonía con la orientación en el aula, en materia de valores... (P.21) Los dos programas descritos, buscan solventar la necesidad de formación y el Programa para Educar en Valores, será un aporte para la obtención de los resultados deseados. Apoyan igualmente lo establecido en ««Un proyecto de País» (1995), cuando establece que es necesario desarrollar las capacidades de anticipación al futuro, actualización, formación permanente y asumir con creatividad el abordaje de los problemas actuales. Igualmente el documento mencionado, entre las principales acciones del quinquenio establece. «Se otorgará especial atención a la formación docente de directores a través de Postgrados, y cursos de especialización, y capacitación en servicio, dado que su desempeño es factor decisivo para la calidad educativa». (P. 190). El Plan de Acción del Ministerio de Educación (1995), tiene como el gran objetivo distribuir equitativamente los códigos de conocimiento, con los de la formación de las personas en valores y principios éticos. "Formar una persona, (expresa el documento), ... es tener como principal preocupación el desarrollo de su conciencia autónoma en torno a los valores de la libertad, la justicia y la solidaridad". (P.8). Otros muchos autores refieren los temas al contenido que refleja este trabajo, no obstante se cita por importantes a Prieto F. (1980) cuando expresa: Ser educador, implica un compromiso con la colectividad pero un compromiso que requiere amor a la humanidad, y especialmente a los niños... y una formación en la cual estén presentes los valores y las ideas del futuro que encarnan los niños. (P.180). La Reforma Educativa de FACE. Entre la muchas razones que existen para justificar la creación del Programa propuesto, se encuentran los propósitos y objetivos que en sus fundamentos filosóficos tiene la FACE, los cuales son entre otros: la formación de los recursos humanos, el desarrollo de la personalidad, sensibilidad social para analizar las situaciones de su medio y otros, lo cual va a coadyuvar a formar la persona en sus diferentes dimensiones. Para ello, se plantean unos objetivos de los cuales se enumeran los siguientes: 1. Formar ciudadanos capaces de recibir y promover una educación democrática e innovadora para el desarrollo autónomo del país. 2. Servir y cooperar en la formación de ciudadanos participantes, responsables y activos, con un pensamiento creador y crítico en vista de las necesidades de desarrollo del país. 3. Orientar, de acuerdo con la realización de estudios regionales, otras oferta de programas académicos que a través de actividades de extensión respondan a las actividades de formación, actualización y perfeccionamiento de educadores. 4. Promover y realizar cursos de perfeccionamiento y otra actividades de extensión y para los profesionales de los distintos campos y niveles del Sistema Educativo. 5. Contribuir al desarrollo de la metodología. 6. Promover las actitudes que favorezcan el fortalecimiento de la paz y la amistad entre todas las naciones y los lazos de integración y solidaridad latinoamericana. (P. 47-49). Como se puede observar, los objetivos aquí citados, tienen un gran componente formativo más que informativo, con lo cual se ratifica la intención de la Facultad, de querer formar a los futuros egresados de manera integral, atendiendo a las diversas variables que intervienen en el proceso formativo. Otra de las razones que justifica este trabajo, es la próxima apertura de la mención Educación Integral, como nueva licenciatura en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Carabobo. El desarrollo del Programa aportará sin duda datos que pueden servir para orientar la formación de los futuros alumnos que adopten dicha mención, en los aspectos cualitativos. Se hace énfasis en el hecho que se considere su puesta en acción, como formación permanente, esto apoyado por Cárdenas, ya citado, quien refiriéndose a la formación docente expresa, «El docente es la clave de la transformación pedagógica y es preciso modificar y mejorar las características del rol que desempeña... esa modificación ha de hacerse en la triple dirección de su formación inicial y permanente...»». (P. 5). La justificación es precisa y el hecho necesario; sólo se espera su aprobación para poderlo aplicar y así sirva como apoyo eficaz a los docentes en su deseo necesario de mejoramiento profesional, en sus diversas dimensiones en el ámbito educativo, social y familiar. La bibliografía consultada dio como resultado, no sólo información teórica, sino que confirmó la necesidad de una educación en el ámbito de los valores para docentes, alumnos y la sociedad en general la cual parece haber perdido su rumbo adecuado. 1.5. Alcance del Programa El presente trabajo tiene como finalidad servir de orientación a los docentes en ejercicio, en función de fundamentar sus principios axiológicos, como apoyo al resurgimiento de una nueva educación. También, será posible y útil desarrollarlo con alumnos de la Facultad de Ciencias de la Educación, cursantes de los últimos semestres de carrera, con la finalidad de ayudarlos a configurar un perfil adecuado y adaptado a las exigencias actuales para los docentes, en aspectos tan importantes como su formación humana y su relación con el medio; su realización será en forma permanente, de acuerdo a las necesidades y solicitudes de las instituciones o grupos interesados. Dado que el tipo de diseño adoptado corresponde al de Castro P. (1988), el cual tiene entre sus características el ser flexible y con alcance de acuerdo a las necesidades, es factible su aplicación en otros niveles y modalidades del Sistema Educativo. Por ser una de las características de los valores, su dinamicidad, el contenido temático también puede adoptar esa característica, teniendo siempre clara la idea central que es, formar en valores teniendo como fundamento los valores universales, llegando a la especificidad de los mismos, a través de su aplicación práctica. El Programa para Educar en Valores, pretende llenar los vacíos que en relación a la formación en valores, el Sistema Educativo no considera en forma clara y explícita en su currículo, pero que en la actualidad, tanto el Ministerio de Educación, como los diversos organismos oficiales y privados, involucrados en el progreso del país, y la sociedad en general, están exigiendo del docente, como un recurso eficaz para superar las crisis que en lo social y en lo personal están afectando negativamente y en medida alarmante a todos los venezolanos. El alcance del presente Programa, sin querer caer en la indefinición, ni en la ambigüedad, puede ser muy amplio y tener un desarrollo siempre en proceso de aplicación, revisión y modificación, dadas las características del diseño adoptado, por medio del cual, se podrán incorporar a participar diferentes grupos, e igualmente adaptar el contenido a los valores que se deseen educar en un momento, lugar o con personas determinadas. CAPITULO II Marco Teórico Aspectos Filosófico – Legales El proyecto experimental de Educación Básica, nace siguiendo las directrices del X Plan de La Nación (1981-1985), donde se establecen los lineamientos programáticos educativos que se basan en los principios de democratización, innovación y desarrollo autónomo. En el VI Plan de la Nación (1986-90), se establecen nuevos lineamientos orientados hacia el mejoramiento cualitativo del Sistema Educativo, con lo que se pueda ofrecer una educación general mínima de 8 a 10 años y así incorporar al sistema, a todos los niños en edad escolar antes del año 1999, lo cual había sido acordado en la Declaración de México, realizada por la Conferencia Regional de Ministros de Educación de América Latina y el Caribe, convocada por la UNESCO, y que se celebró en diciembre de 1979. Esta conferencia, que tuvo a México por sede, además del tiempo de permanencia (8 a 10 años), resaltó aspectos tales como la necesidad de mejorar la educación para mejorar el país y declara: «Que ningún país podrá avanzar en su desarrollo, más allá de donde llegue su educación». (P.2) Igualmente reseña que el desarrollo no podrá medirse sólo por los bienes y recursos que se poseen, con la cual confirma nuestra situación nacional. Asimismo, expone que es el «ser» y no el «tener», a lo que se deberá dar primacía en la orientación de las políticas de cada país y que en la educación deben tener prioridad la transmisión de los valores éticos, la dignidad de la vida humana y la formación del individuo, en este mundo cada vez más conflictivo y violento frente al cual esos valores deben ser reconocidos y respetados. En 1980 se crea el Subsistema de Educación Básica, según Decreto N-° 646, el cual permite implantar con carácter experimental, el nuevo diseño curricular. En julio del mismo año, se promulga la Ley Orgánica de Educación, que define la Educación Básica como el Segundo Nivel del Sistema Educativo y en su artículo 21 expresa: La Educación Básica tiene como finalidad contribuir a la formación integral del educando mediante el desarrollo de sus destrezas y de su capacidad científica, técnica, humanística y artística, cumplir funciones de exploración y de orientación educativa y vocacional e iniciarlos en el aprendizaje de una función socialmente útil, estimular el deseo de saber y desarrollar la capacidad de ser de cada individuo, de acuerdo a sus aptitudes. (P.7). Se hace referencia a la Educación Básica pero podría hacerse igualmente con la Educación Preescolar, por ser ambos niveles las etapas vitales donde se fundamentan los principios que servirán de guía a toda la existencia humana y especialmente cuando deba afirmar, adherirse, luchar por un valor o cuando opte por su elección. En estas etapas de la vida se configura la personalidad del mañana y es por ello, que esta investigación encuentra relevante la atención a la formación de valores y actitudes, en esos niveles, fundamentándose siempre en los mandatos contenidos en las leyes y los reglamentos, los cuales prescriben la obligación de una adecuada formación de la persona, como se observa en el artículo 80 de la Constitución Nacional: «La Educación tendrá como finalidad el pleno desarrollo de la personalidad, la formación de ciudadanos aptos para la vida y para el ejercicio de la democracia, el fomento de la cultura y el desarrollo del espíritu de solidaridad humana». Esta definición sería suficiente para establecer la obligatoriedad de una formación ciudadana fundamentada en principios y valores universales, pero, por si se dificultara su interpretación, en el Artículo 81, explicita los valores que deberán poseer los responsables a quienes confíe la educación las cuales deberán ser «... personas de reconocida moralidad y de idoneidad docente comprobada...»». (P.19). Para educar, lo primero que hay que saber es el fin para el cual se educa, esto lleva consigo la necesidad de conocer en profundidad al hombre y el mundo que le rodea, su pensamiento, su valoración; no se trata sólo de especulaciones, hay que hablar de una filosofía prescriptiva, que establece normas, que ayuda a definir valores y distingue entre feo y bonito, acertado y erróneo, bueno y malo... En la educación, la filosofía que configura el sistema, es una filosofía analítica, práctica, de adaptación a los intereses, estimuladora y motivadora, así prescribe la necesidad y obligatoriedad de lograr hombres, sanos, aptos para la vida, adecuados a un sistema democrático. Si se analiza el fin primordial de la Universidad de acuerdo a la Ley de Universidades (1970), la cual en su Artículo 1°- establece «La Universidad es fundamentalmente una comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre» (P.3), se observa que está prescribiendo, ordenando, estableciendo como base de su filosofía, la búsqueda de la verdad y el conocimiento y profundización de los valores trascendentales y no sólo materiales del hombre. Su filosofía está determinada por estos principios, por lo tanto la Universidad de Carabobo no cumplirá con sus objetivos, si los profesores que a ella pertenecen, no logran el fin para el que están asignados «...buscar la verdad y afianzar los valores transcendentales del hombre. La doble dimensión que aquí se señala, es el punto trascendente, cuando la tarea es asignada a alumnos y profesores en «... comunidad de intereses espirituales...», con lo cual se hace imprescindible para educar bien, tomar en cuenta «a quién» y <«el cómo». Para reafirmarlo más, bastará con conocer el contenido del Artículo 4 de la misma Ley, cuando expresa «La enseñanza universitaria se inspirará en un definido espíritu de democracia, de justicia social y de solidaridad humana, abierta a todas las corrientes del pensamiento universal...»» (P.1). Esta educación abierta, justa, solidaria, podrá obtener como fruto unos egresados creativos, honestos, comprometidos con su medio, en fin, con el perfil deseado para la sociedad actual. La educación es un proceso social que debe identificarse con la sociedad en la que se imparte, indicando a través de sus múltiples variaciones, el camino a seguir, el rumbo correcto, fundamentándose en los principios rectores en los cuales se inspira. La ideología dominante impone sus directrices y es bajo esas exigencias, que cada país impone también su modelo educativo. El educador es parte insoslayable de la sociedad, y es en ese contexto social, donde al desarrollar sus estrategias pedagógicas deberá configurar un perfil adecuado que responda a los valores que están implícitos en su filosofía. Los proyectos nacionales no pueden estar disociados del proyecto educativo y dado que éste involucra a toda la población en forma activa, se convierte de hecho, no en un problema sino, en el problema del Estado. La educación es una realidad mucho más amplia que el Sistema Educativo, pues implica el proceso de socialización, de comunicación al hombre del conjunto de saberes, habilidades y sobre todo valores, que el individuo necesita para vivir en esa sociedad, y que esa sociedad también debe de transmitirle a través de la educación. En este sentido, el Sistema Educativo pretende organizar de manera lógica, los procesos que llevan consigo el saber y el conocimiento, para que se conjuguen con el proyecto nacional vigente, aún cuando muchas veces esto no se logre. En teoría, las leyes abarcan el marco de las necesidades, pero son amplias y vagas en su definición y su puesta en práctica, lleva consigo la inadecuación e irrealidad de las mismas, llegando a estar la educación disociada de la realidad, desvalorizada socialmente, debido a la incoherencia entre su filosofía muy adecuada y su práctica a veces totalmente inadecuada, demostrando desconocimiento de la existencia de unos valores que deben estar presentes en todo acto educativo. Ante estos y otros planeamientos, se justifica la necesidad de un aprendizaje para identificar los principios y fines de la educación para saber, sobre todo, a quién se educa. En el caso de Educación Básica, como en todo el Sistema Educativo, en su aspecto filosófico, asume de diferentes corrientes del pensamiento pedagógico contemporáneo, las orientaciones que son coherentes con los principios de la Constitución Nacional, tales como: obligatoriedad, universalidad, libertad de enseñanza e idoneidad y moralidad del docente entre otros, los cuales apoyan y consolidan lo establecido en la Ley Orgánica de Educación. El Estado Venezolano, basado en el Principio de Autodeterminación, puede tomar decisiones al fundamentar sus políticas educativas. De acuerdo con estos criterios, es importante destacar algunos aspectos que hoy día se promueven y que deben estar en función de favorecer al alumno, tales como concebir la educación como un proceso, centrado en las características del estudiante; la relación docentealumno-comunidad, que favorezca la integración social; políticas instruccionales basadas en las diferencias individuales; la concepción del docente como facilitador y orientador, o sea, como educador, más que dador de clase; el aprendizaje fundamentado en el criterio de «aprender a aprender», así como la tolerancia, el respeto, la justicia, la creatividad y el apego a la democracia. Estos aspectos, al ser tratados como un proceso formador, desencadenarían fácilmente una secuencia de hechos positivos en la educación, que ayudarán al fomento de los valores necesarios. No es fácil poseer todas las cualidades y tener todas las actitudes favorables para considerarse un docente eficaz, competente y capaz, que abarque los aspectos cualitativos y cuantitativos que exige la educación hoy. Este mundo tan profundo del conocimiento del ser humano, que irremediablemente pasa por las manos del educador debe ser tratado adecuadamente, no obstante, hay dudas del perfeccionamiento con que se maneja. El valor del conocimiento del ser humano, deberá ser asimilado en profundidad por los docentes, para poder guiar cualquier proceso educativo, y es por esta razón, que se requieren nuevos aprendizajes dentro de un mejoramiento permanente, donde el docente, al conocer mejor, comprender y valorar sus capacidades, comprenda también los valores del alumno al que debe formar. Axiología de la Educación La Axiología estudia los elementos y procesos que inciden en una visión antropológica del valor de la educación, así ayuda a analizar la realidad en forma crítica, desde el punto de vista de los valores. Ayuda a operativizar, a configurar el proyecto educativo desde esta visión, es decir, a partir de un valor. El pluralismo como punto de partida de la realidad mundial, produce desconcierto al intentar puntualizar algunos criterios. El Sistema Educativo, inmerso en esta sociedad plural, globalizada a causa de los adelantos y medios a utilizar, debe abarcar todos los niveles que requiera la atención que se le debe al individuo, si quiere ser auténtico y autenticar los rasgos personales que identifican a cada ciudadano tanto en lo que es, como en lo que debe ser. De acuerdo con Marín (1986), es importante hacer frente y valorar lo que hay de valorativo, entendiendo por valor, todo aquello que rompe nuestra indiferencia, lo que preferimos; lo que más estimamos, lo que aceptamos como mejor que su contrario, pero que no resulta fácil a veces discriminar. Debido a esto, y al mundo cambiante y convulsionado que se debe vivir, surge la llamada crisis de valores, a la que la educación durante el desarrollo de su historia, ha querido dar respuesta, y que en este momento se convierte en una necesidad impostergable. La educación no ha logrado ese fin primordial de dar la felicidad que el hombre pretende alcanzar y sólo ha conseguido formarlo para la inmediatez práctica; no ha sabido implementar los valores. Los fines que sustentan las bases filosóficas en este momento histórico, donde sobresalen algunos términos que tienen un denominador común se encuentran en la mayoría de los pretendidos fines de la educación de diferentes países, de donde parte la necesidad de configurar unos valores partiendo de términos tales como: fraternidad, paz, libertad, democracia, justicia moral, participación, creatividad, felicidad, igualdad y respeto, entre otros. Estos términos se encuentran en las leyes de países tan disímiles como Rusia, Suecia, Austria, China, Francia, Arabia Saudita, España, entre otros muchos, que intentan responder al para qué educamos y se consideran fines universales de la educación de acuerdo con la UNESCO, y publicado en 1972. El reconocer a priori que son fines, no lo es todo, hay que transformarlos en un fin real para que no se conviertan en simple conocimiento de la letra en sí. De hecho, el que existan esos términos valorativos, convertidos en fines al estar incluidos en una ley, no ha servido de mucho. Basta una ojeada a nuestro alrededor doméstico al nacional e internacional, y comprobar o escuchar términos tales como: ,«ya no se puede creer en nadie», ,nadie respeta, uno no sabe a qué atenerse», para saber que se está viviendo una brecha coyuntural de la que debemos salir fortalecidos, sino queremos caer más profundo. Dado el relativismo subjetivo de los valores, por lo cual el valor, vale en sí, de acuerdo con el aprecio que el sujeto tenga de la cosa valorada, en este momento deberían sobre valorarse los principios perdidos u olvidados para no vivir experiencias como las vividas. Aquí entra en juego el papel del relativismo histórico, debido al cual, cada época, cada grupo, cada país, nación o pueblo, tiene configurados sus valores, los cuales vienen determinados, unos por las costumbres, otros por las leyes o la norma. No obstante esto, hay una escala de valores, la cual tiene carácter universal y que nunca se podrá confundir con las valoraciones que personalmente hagamos. En el campo axiológico, la aplicación define el valor y a dónde ha de llegar. ««El cielo es el límite» dice un autor. Así se coloca el ideal como algo inalcanzable, allí en el final, en donde no se va más allá y es que hay valores que en algunos contextos se aprecian inalcanzables por el ámbito que abarcan. Se da el caso de la sabiduría como ejemplo, pero también puede ser un valor social propio de un lugar, que será inalcanzable en otro. Aquí vuelve a intervenir el relativismo en cuanto que algo valorado en un contexto, no tiene significación en otro. En esto estriba la importancia del campo de la axiología, donde siempre hay mayores posibilidades de acción y perfección a través de la práctica. No será necesaria mayor justificación teórica para convencerse de la necesidad de los valores en la educación y de la formación del personal a su cargo, pero es necesario clarificar, conocer, vivenciar el campo de lo axiológico. No es posible ser neutral, aceptar cualquier cosa como valor de aquí y de ahora. El compromiso es de todos con las diversas implicaciones que esto conlleva, saber qué valores rigen nuestras vidas, la programación escolar y el currículo en general. Será preciso conocer por qué algunos hechos tienen consistencia axiológica y otros no. Distinguir entre valores y antivalores, los que chocan con nuestra vida habitual como la rutina o la conveniencia. La educación como valor y centro del conocimiento para discernir la valorización de cada cosa, no puede subordinar su labor a tareas simplemente técnicas o mecánicas. Le corresponde un campo más ambicioso, hasta más polémico, donde se puedan confrontar las verdades de cada uno y luego respetar las de todos, sin manipulación posible, sino dentro de lo que supone, valorar la libertad. El mundo de los valores abre un campo de infinitas posibilidades a la educación. Lo bueno es inacabable y ese es el espacio que le corresponde a la educación, su destino final. En su quehacer tiene el estimular configurar, ser modelo que imitar y aquí encuadra la idea de Bolívar sobre el educador cuando expresaba «El docente debe ser no un sabio, pero sí un hombre distinguido por su educación, por la pureza de sus costumbres, por su naturalidad, por ser accesible, jovial, franco, en fin, en quien se encuentre mucho que imitar y poco que reprochar», y que de acuerdo con el criterio de la psicología, servirá para el modelaje permanente, y ese modelo se encarnará en los alumnos que ávidos de buenas imágenes, en quien poner sus ojos, lograrán su equilibrio armónico y otearán un horizonte donde los valores les lleven a obtener el fin que la Ley pretende; hombres sanos, cultos y preparados para convivir en democracia. Es importante señalar los pasos que en favor de esta transformación de la educación, está dando la FACE de la Universidad de Carabobo, al incluir en su nuevo diseño (1994-1996), asignaturas relevantes para la formación en general de la persona y otras específicamente para el docente, tales como «Etica profesional», la cual en su justificación resalta la «crisis de valores», la «crisis ética» y la crisis moral», «la dimensión ética de la vida» y no olvida las actitudes y normas que el hombre debe tener y practicar. De gran importancia se considera otra de las asignaturas en el mencionado diseño, como es «Desarrollo Personal del Docente Integrador; con la enseñanza, o mejor, la vivencia de esta asignatura, se pretende definir un verdadero perfil docente, determinar sus conocimientos, valores y actitudes, sin desestimar sus destrezas y habilidades, es decir, sus aptitudes. En su contenido se determina cómo debe ser la actitud del docente hacia la educación, la vocación de servicio que ella representa y otras características como una adecuada autoestima. En su rol de educador de una sociedad determinada, se exige también un determinado perfil y es a través de asignaturas como «Orientación Educativa, y Comunitaria» y ,Educación y Participación Comunitaria», donde se formará al nuevo egresado en esos aspectos hoy tan relevantes, cuando el docente debe retomar su liderazgo, el cual de acuerdo al criterio de muchos, se ha perdido. Su rol de orientador del alumno, su inserción en la comunidad a la que pertenece, la motivación que debe imprimir a su alrededor, así como otros aspectos incluidos en las asignaturas mencionadas y otras que forman parte del nuevo currículo, pretende ser un gran aporte a la formación de quienes egresen, especialmente en la mención Educación integral, en los años venideros. Los principios y propósitos que contienen las leyes Venezolanas, describen bien el perfil deseado; sobresalen las características de una educación humanista por y para la formación del hombre. El docente integral debe lograr ese deseado perfil, descrito en Punto de Contacto (1994), donde se expone: El porvenir pertenece a quien sepa reunir en la educación la fuerza crítica de la participación democrática y de la imaginación, los poderes de la organización operacional, científica, racional y afectiva. El docente que se forma de manera integral, dirige su educación como un todo a desarrollar las potencialidades y capacidades en el orden de lo cognoscitivo, intelectual, lógico, en el orden de los afectos, sentimientos, preferencias... más la metodología y técnicas, en armonía con la realidad social e histórica. (P. 3C-C). Un docente como el definido, debe fundamentar sus conocimientos sobre bases filosóficas, sociológicas y psicológicas. Ese Marco Teórico exige exhibir conductas cónsonas con la realidad y su misión, así como el conocimiento de la persona humana. Cómo piensa, interpreta, siente y vive. Un docente como el descrito, no fundamenta sus intereses sólo en saber, sino en ser, vivir y comunicar sus vivencias. Es el que asume la responsabilidad de un comportamiento ético y de un hacer científico adecuado; su formación se legitima por la adaptación a la época, las expectativas hacia lo nuevo, la creación de hecho y el aprecio por la valoración de lo bueno. Fundamentos Psicológicos En cuanto que la educación debe abarcar todos los aspectos que conforman la personalidad del ser humano, pues éste está configurado por valores intrínsecos y extrínsecos, la formación del docente, debe abarcar un conocimiento suficiente para entender el complejo proceso de enseñanza y aprendizaje. La psicología ayudará a comprender el comportamiento humano, sus etapas, posibilidades de desarrollo y las leyes que lo regulan. Dentro de la configuración del Sistema Educativo Venezolano, se consideran aceptables diversas teorías psicológicas, tales como la corriente conductista, según la cual se podrá utilizar el estímulo, el refuerzo externo, la comprobación de resultados en forma tangible, donde el ser humano es considerado un sujeto predominantemente pasivo y su organismo determinado por el medio ambiente. De acuerdo con esta corriente, la adquisición de una conducta y su aprendizaje dependen de la consecuencia del refuerzo. Los refuerzos son relativos al individuo y a la ocasión, no tomando en cuenta los procesos internos, por lo cual, la persona y su valoración son también relativas. Igualmente se aceptan las teorías sobre la corriente cognoscitiva, la cual de acuerdo con diversos autores es esencial para guiar los procesos internos que son indispensables para las etapas formativas. Se habla de procesos internos como valores de la persona ya que son fundamentales para la comprensión, el razonamiento, la conceptualización, la solución de problemas a través del pensamiento reflexivo, la transferencia del conocimiento por medio de la extrapolación, la percepción y la creatividad, entre otros. La psicología cognitiva, es el cimiento para el constructivismo y se fundamenta en la filosofía racionalista moderna, la cual sostiene que la fuente principal del conocimiento humano es la razón, es decir, la capacidad de alcanzar ideas. De acuerdo con la teoría gestáltica, la percepción es un conjunto un todo en cuya cualidad -valorno deciden los estímulos en sí, sino la organización interna de los mismos. Según esto, todo hecho real lo es porque el hombre lo percibe. Es absurdo por lo tanto, hablar de una realidad que no es humana y menos de una educación no humana. La epistemología genética, determina y amplía la forma como el hombre llega a conocer su mundo a través de los procesos cognoscitivos, de acuerdo a la concepción del hombre ubicado en una búsqueda constante de interrelaciones con el ambiente, por ser un ser social, con los valores inherentes a esta característica. La Educación en Valores, debe tener como norte principal un profundo conocimiento de las características del ser humano, para poder, a partir de ahí valorar en su justo medio, el valor primero el cual es, ser ante todo una persona. Se insiste tanto en la conformación de valores, como en las actitudes o tendencias hacia la educación, porque es preciso tener claros los conceptos. En cualquier actitud de la persona hacia algo, intervienen tres tipos de componentes: el cognoscitivo, el afectivo y el conductual. El componente cognoscitivo lo constituye la información, los conocimientos, las creencias, etc., acerca del objeto que motiva tal actitud. El componente afectivo consiste en el agrado o rechazo que experimenta el individuo hacia el objeto de la actitud, el componente conductual es la tendencia a comportarse de acuerdo a los componentes expuestos anteriormente. Este mundo tan profundo del ser humano que irremediablemente pasa por la vida del educador. ¿Será trabajado, vivenciado adecuadamente en el ámbito e importancia que requiere? La psicología humanista puede aportar algunas orientaciones para el mejor conocimiento y comprensión de la persona a la que se debe educar y ayudarla a descubrir sus valores y capacidades. Para educar en Valores, será preciso un conocimiento profundo de la persona como ser autónomo, diferente a cualquier otro, con necesidades e inquietudes propias. La psicología humanista sirve como las teorías ya mencionadas de orientación teórica a la Educación Básica, ámbito donde se ubica la Educación Integral, base de toda la educación posterior. La psicología humanista parte de una concepción fenomenológica del ser humano. Esta teoría toma auge en el siglo XIX, a partir de algunos movimientos que se gestaron en forma aislada. Maslow la llamó Tercera Fuerza, frente al psicoanálisis y al conductismo, los dos grandes sistemas psicológicos conocidos para esa fecha. La corriente humanista destaca la importancia que tienen para el conocimiento de la persona, los fenómenos cotidianos, la experiencia, la imaginación, el humor, las intenciones, los sentimientos, en fin, todo lo que es valioso para el ser humano. Tiene como característica el subjetivismo, por lo cual las cosas son conocidas tal como aparecen en la experiencia, influidas por la propia percepción y el pensamiento, sin medida cuantitativa. De acuerdo con estos principios el hombre vive subjetivamente y percibe el mundo externo de acuerdo a su propia realidad personal, traducida en necesidades, deseos, sentimientos, aspiraciones y valores, siendo su forma de expresión o de operar, de adentro hacia afuera. Aquí estriba la importancia del conocimiento que el docente debe poseer sobre los fundamentos, no sólo legales del Sistema Educativo, sino también la epistemología que abarca, para comprobar y aplicar la mejor estrategia que cubra las expectativas que sus alumnos cifran en él, así como el sistema del cual es el factor más importante. El ser humano posee una gran capacidad creadora, posibilidades de realización originales, cuando el ambiente es propicio y la libertad y el respeto se conjugan. La persona posee un sistema de valores que es fruto del proceso verdaderamente integrado y estructurado que conforma la personalidad y le da seguridad para actuar. Esta configuración y marco de desenvolvimiento lo debe propiciar y cultivar el Sistema Educativo. La psicología humanista tiene como una de sus prerrogativas, la de concebir al hombre como un ser único e irrepetible, cambiante, partiendo siempre hacia la cumbre de su realización, de sus deseos, por el hecho de que la persona es una realidad futurista. Estas reflexiones deben ayudar al docente a pensar en las características que debe poseer, para educar al hombre de hoy, para el mundo del mañana. La valoración del ser humano no se podrá llevar a cabo, sino a través del reflejo de las propias vivencias, expresadas en su actuación diaria, a través de una educación humanista. Otras de las características que hay que tomar en cuenta para una educación de los valores es, valorar las cualidades de cada persona, sus propias y más internas posesiones, aquellas que conforman su núcleo central, el sí mismo, que regula los estados y procesos donde se refleja la propia imagen, su auto concepto y autoestima en relación con su entorno personal. Ese núcleo propio le lleva hacia su autorrealización y supone el desenvolvimiento armónico de sus potencialidades, sus valores propios, razón por la cual la educación y el educador, deben pensar en el desarrollo personal del alumno, si se desea cumplir con sus postulados y principios. Simón Rodríguez caracterizaba la educación en su tiempo, de acuerdo al docente, y según Rumazo (ya citado), expresaba: Hay tres especies de Maestros: unos que sólo se proponen ostentar sabiduría, no enseñar; otros que quieren enseñar tanto, que confunden al discípulo; y otros que se ponen al alcance de todos, consultando sus capacidades. Estos últimos son los que consiguen el fin de la enseñanza y los que perpetúan sus nombres en las escuelas. (P. 17). La persona tiene igualmente capacidad de conciencia y simbolización, así como puede auto representarse y verse a sí mismo como la ven los demás. Esta conciencia la ayudará a desenvolverse en el mundo que le rodea usando otra de las características propias del humanismo como es, poseer la capacidad de libertad y acción. Si bien es cierto que no existe la libertad absoluta, también es cierto que existe la posibilidad de acción, y es aquí donde el humanismo juega su papel preponderante. El docente es el factor esencial en este proceso. La fuerza motivacional, si bien se concibe como un estado interno que energiza al organismo hacia una conducta determinante, motivar, puede servir de incentivo para que esa energía actúe en un momento preciso y ante una situación determinada. Esta fuerza motivacional, más la inspiración que transmite el yo interno, serán la garantía de que se produzca la internalización de valores, creencias sólidas y actitudes positivas. Durante toda la historia de la educación se ha creído en la necesidad de una buena formación docente para conocer mejor a quien hay que educar. Rousseau (citado por Marín), expresaba que hay que conocer al niño para respetar su modo de ser y pensar. Tratar a los niños como futuros adultos es una forma de impedir su desarrollo como tal. El sentido de la infancia es que ««... el niño no es un proyecto de hombre, es un niño ...» (P.346). La infancia tiene sus propios valores en sí, que no son más pequeños que los del adulto, y el niño nunca es un adulto inmaduro. Ante estos planteamientos, se ve con más claridad la necesidad de una formación donde el docente posea de verdad el valor del conocimiento de la persona a la que tiene que educar. Dewey, citado por Sacristán (1971), concibe la educación ...como el proceso de formar disposiciones fundamentales, intelectuales y emocionales respecto a la naturaleza y a los hombres. (P. 347). De acuerdo con el autor, las disposiciones intelectuales se reducen al pensamiento reflexivo, por el contrario, las emociones abarcan el campo de la fidelidad, sociabilidad, comprensión, sensatez, etc., con lo cual se ratifica la necesidad de un conocimiento profundo para penetrar el campo de la interioridad personal. Así Dewey fundamentaba su filosofía en tres principios: el sociológico, el psicológico y el tecnológico. El primero por la necesidad de una buena fundamentación cultural, el segundo por la importancia de las disposiciones y actitudes individuales y el tercero, para la solución de problemas con la ayuda del desarrollo de la inteligencia. Con el Programa Educar en Valores, se aspira llenar los vacíos que el Sistema Educativo no ha logrado satisfacer, que afectan de manera alarmante a la formación de ese hombre sano, culto, equilibrado que se requiere y es el docente el instrumento que una vez, más debe dar la nota para que el equilibrio se establezca. Características de los Valores La vida del hombre y sus actividades diarias giran en torno a valores que encierran en sí, muchos otros; estos grandes valores pueden ser: La bondad, la verdad, la justicia, la moralidad y otros, ya que todas las cosas buenas caen en el campo del valor. Los valores son considerados como independientes de cualquier contexto o subjetividad. Así, la verdad será considerada siempre como un valor, aún cuando todos sean mentirosos. En el valor existe siempre un mundo de posibilidad de realizaciones. El mundo de la axiología presenta cierto grado de dificultad, para su interpretación como ya se consideró anteriormente debido a tener que confrontar objetividad y subjetividad. Estas dimensiones del valor, deben ser asumidas por la libertad personal que es capaz de escoger y aceptar el valor como tal y optar por un bien, de acuerdo a sus necesidades. Así la salud como valor, no será estimada igual por un sano como por un enfermo. El enfermo sentirá más la realidad del valor, que la persona sana. En el enfermo se acrecienta el valor de la salud y llega a extremos no pensados. La paz no puede ser asumida como valor igual en una situación normal, como cuando está llevándose a cabo una guerra. Hoy en día la pluralidad es una de las características del mundo de los valores. La llamada «Aldea Global» unifica a través de los medios de comunicación, criterios, modos y conocimientos, entre otros. Esta pluralidad, que ya es en sí un valor, puede convertirse si no es bien manejada en una masificación donde el valor se puede desvirtuar. De acuerdo con Scheler, citado por Tierno (1992), los valores son cualidades de un orden especial que descansan en sí mismas, se justifican por sí mismas, es decir, por su contenido, lo que es necesario tomar en cuenta, es que no existirá valor, sino es en relación con el hombre que valora. En este sentido, los valores no se inventan ni se acuñan de nuevo mediante la simple transmisión de los mismos, son simplemente descubiertos, y lo mismo que las estrellas en el cielo, también ellos van apareciendo con el progreso de la cultura, en el ámbito visual del hombre. Los valores no son antiguos ni nuevos: son valores. Para entender una sociedad, hay que entender también su código cultural propio. El conocer los valores de una sociedad, es la mejor manera de conocer una sociedad. Scheler, ya mencionado, ha sido el gran expositor del campo de lo axiológico. Explica el concepto de la persona humana desde el punto de vista de la ética. Sólo el hombre es portador de valores, a diferencia de cualquier otro ser viviente del Universo; así los valores tienen su realidad propia, no son la conducta del hombre, no tienen carácter cognoscitivo, son intemporales, dotados de jerarquización, y por ser el hombre la medida de todas las cosas, todos los valores son suscriptibles de ser poseídos por él. Para comprender mejor el valor, Scheler distingue entre las cosas sensibles que son percibidas, los conceptos que son pensados y los valores que son sentidos. Se exponen a continuación algunos rasgos o características de los valores, de acuerdo con diversos criterios. - Los valores son cualidades del ser. Se sitúan en el orden ideal, en un alto rango. El hombre constituye el mundo del valor, un hecho, una cosa, sin alguien que la valore, no es valor. El valor no es una cosa, aún cuando ayude a distinguir las cosas y los convierta en valederas. Los valores son los que inspiran los juicios ante una situación dada. El optar por un valor no es sólo un acto racional o lógico. La intuición y la afectividad tienen gran influencia en esa opción. Los valores son perspectivas abstractas, intuiciones, visiones y no razonamientos. Existe en el ser un valor absoluto. Este valor es el que da sentido o relaciona todos los demás. Los valores son relativos al tiempo, al lugar a las costumbres. No es el ser el que funda los valores, son las vivencias las que hacen al ser, la experiencia. No existe nunca crisis de valores, sino de valoración. Los valores siempre permanecen. Los valores son históricos, ya que la persona existe en un momento dado. No es fácil jerarquizar los valores debido al número de rasgos que les caracteriza; se encuentran diversas clasificaciones dependiendo del autor, momento o necesidad de una organización. Como ejemplo en el campo educativo, se conoce una clasificación de características o indicadores considerados como rasgos de la personalidad que debe poseer un docente, en la llamada Area de Sensibilidad, de acuerdo al «Modelo de Control y Ajuste del Currículo». Castro (ya citado). Se presentan algunos ejemplos que se relacionan con la creatividad e imaginación, la posibilidad de comunicarse como ser humano; su capacidad de relación con otros, así como los rasgos de su personalidad, valores que deben conocerse y transmitirse en educación. Area de Sensibilidad - Indicadores (Rasgos de Personalidad) Igualmente se podría establecer una clasificación de valores: universales, familiares, sociales, religiosos. Unos valores específicos de un nivel o modalidad del Sistema Educativo, así como una empresa organizada con su filosofía definida, puede configurar unos valores los cuales deberá poseer su personal, basados siempre en los valores universales. De acuerdo a estos criterios, se determina que no puede existir una jerarquización absoluta, debido a la pluralidad de su clasificación. Una escala de valores sólo se pueda dar en una sociedad, un grupo, una organización específica, como se explicó anteriormente, puesto que el valor es la resultante de la interacción del hombre con la realidad, no obstante Fondevilla, citado por Bartolomé (1983), establece una clasificación de acuerdo con las dimensiones subjetivas y objetivas del valor, según parta del sujeto o del objeto y expresa que pueden existir otros valores además de los más generales tales como: la existencia, la personalidad, la individualidad; su clasificación la representa así: Valores Pre humanos: a) Los de la sensibilidad De parte del objeto: deleitable doloroso. De parte del sujeto: deleite, dolor b) Los biológicos. c) Valores humanos (pre morales) Económicos: prosperidad, pobreza, acontecimientos felices o no. Familia, negocios. Estéticos y artísticos. De la voluntad: energía, carácter, constancia. d) Valores morales: Son valores de orden práctico, miran las acciones del hombre en cuanto proceden de su voluntad y no la obra que llevan a cabo. Ellos determinan el valor de la persona humana, su medida. c) Valores religiosos: Relación del sujeto con el supremo valor y con los principios del propio sujeto. (P. 34). Scheler (citado anteriormente) hace la siguiente clasificación, aún cuando su criterio es no hacer etiquetas determinantes. a) Valores vitales b) Valores espirituales c) Valores de lo santo y lo profano. Larroyo, citado por Preciado (1980), establece la siguiente jerarquía: Cuadro N°- 2. Valores pre Humanos Educar en Valores Son los valores en relación a la educación lo que las bases estructurales a un edificio. Puede ser que los problemas que hoy presenta la educación, se deban a que nos faltó un buen fundamento en el proceso desarrollado; posiblemente nos hemos fundamentado en arenas movedizas (conocimientos, memorización, normas), y no hemos colocado el cemento armado de los valores y principios fundamentales éticos y morales sobre los cuales tendrían más sentido las normas y los conocimientos. Toffler (1981), señala que nos agarró el ojo del huracán, el cual él describe en el Schok del Futuro. Ese huracán que convulsionó aquellas viejas estructuras que hasta la mitad del presente siglo eran los pilares éticos, morales y sociales sobre los cuales descansaba la sociedad. Desde entonces se han producido los cambios más violentos, más estructurales, que hayan jamás sacudido al hombre en toda la tierra y en toda la historia de la humanidad. La falta de capacidad para asimilar estos vertiginosos cambios y la carencia de mecanismos de sustitución capaces de reemplazar las viejas estructuras, produjeron un tremendo vacío que afectó por igual a dirigentes y dirigidos, a maestros y alumnos, que son en consecuencia, quienes forman la sociedad actual, con una tergiversación de los valores esenciales del hombre de hoy. Toffler, (ya citado), en la década de los 80 expresaba «...los maestros se indignan cuando se les recuerda que los valores deben ser transmitidos a los estudiantes y se aferran a su apatía...» (P. 517). De acuerdo con Rivolta (1990). «El Sistema Educativo Venezolano olvidó o soslayó, por incapaz, su misión más importante como es la de sentar principios para lograr una auténtica educación para la libertad, para la democracia, para la familia, para la trascendencia». (P.5). El autor continúa diciendo: Por donde tenemos que empezar es por establecer el perfil moderno del nuevo líder educacional, acorde con la situación vertiginosamente cambiante del tiempo que nos toca vivir... delinear en forma precisa la diferencia profunda entre maestro educador y maestro docente. Docente y educador no son sinónimos. Son conceptos que se complementan. Una cosa es enseñar. Otra, educar, El docente puede o no tener vocación de educador, puede contentarse con transmitir conocimientos. Puede vivir de su docencia. Puede comerciar con ella. No así el educador; éste sembrará semillas que deberán fructificar a su tiempo, para convertirse en norma de vida y en caminos de libertad. (P. 9). La educación que debe producir ese perfil necesario, debe estar fundamentada en la transmisión de los valores que el educador posea. Al respecto Rivolta, comenta: El auténtico educador debe comenzar por entender que su magisterio es ante todo una vivencia. No se trata de hacer de educador, sino ser educador. Hoy más que nunca nuestra labor de educador debe arrancar de la vivencia íntima, sincera, serena, de los valores que querernos transmitir, o seremos rechazados por hipócritas. (P. 10). De Viana (1995), empeñado en su labor formadora de los principios éticos y valores necesarios en la sociedad expresa: Los procesos económicos y las nuevas negociaciones han precipitado en el mundo la necesidad de reconducir los valores éticos, ya que se ha comprendido que la falta de ética es el mayor desencadenamiento de la autodestrucción de la sociedad... Da la impresión de que en el país hay un escaso desarrollo de la conciencia ética, lo que no significa que en Venezuela no haya valores, pero sí que los valores se distorsionan con facilidad. (P. 14). En referencia a sus estudios sobre pedagogía del la ética, el autor continua ««Los valores se aprenden durante la niñez a través-de experiencias y relaciones afectivas con significado emocional». (P. 180). Estamos en una época de deshumanización donde los valores éticos entre profesores y alumnos se han perdido debido a que el docente solamente se interesa por dar información y descuida el crecimiento personal. No es este un pensamiento aislado, forma parte de un contexto nacional; así opinan jueces, economistas, políticos. Será indispensable el esfuerzo para salir de la crisis. Al respecto Badell (1994), opina: Vivimos una suerte de privatización de la moral..., del análisis crítico del momento que vivimos, saldrá la base ética de la sociedad Venezolana del futuro que todos los que tenemos una función pública debemos ayudar a construir. Esta base ética no estará más llena de preceptos, sino de ideales... no más de una moral individualista, sino comunitaria... (P. 8E-,»C»). No es un mal nuevo el que nos aqueja. Simón Rodríguez, citado por Rumazo, en sus «Consejos de Amigo», expresaba: Acostúmbrese al niño a ser veraz, fiel, servicial, comedido, benéfico, agradecido, consecuente, generoso, amable, diligente, cuidadoso, aseado; a respetar la reputación y a cumplir con lo que promete. Y déjese las habilidades a su cargo, él sabrá buscar maestros cuando sea joven. O.C. (P. 109). Los valores son relativos y cambiantes. Los valores que son en sí intrínsecos, se hacen instrumentales a través de la educación y así pasan a ser extrínsecos o socialmente valorables. Montaigne (1980), expresa «...es valor todo lo que favorece la plena realización del hombre como persona». (P. 18). De acuerdo con algunas escuelas filosóficas como la idealista, el valor es una tendencia axiológica que reduce dicho valor a una categoría mental y se apoya en el subjetivismo. La tendencia realista, para la cual los valores son ser-en-sí, los percibe, no como intuición intelectual, sino como intuición emotiva. La tendencia psicológica define los valores de acuerdo a las indicaciones, deseos o necesidades del sujeto. La tendencia sociologista, sólo considera el valor como hecho social, en relación con otros hechos sociales, así se convierte en algo relativo a lo que sucede en la sociedad y se valora por la costumbre, olvidando a veces que el hombre es el valor más grande y fuente de todo valor. Asimismo, existen otras tendencias como la metafísica en relación con el Absoluto y su presencia; esta tendencia es vista con cierto confusionismo, y debe ser estudiada en profundidad. La educación ha de desplegar las posibilidades mejores del educando en orden a su plenitud personal y a la mejor integración, que no es sólo adaptación, sino también superación del ambiente natural, social y cultual. Todo cuanto atente contra la dignidad personal, psicológica, social o psicobiológica, es inmoral. Aquí se incluye, lo que atenta contra su salud y lo que pueda contribuir a fomentar los antivalores como la ignorancia, la violencia, la corrupción. Es la educación el arma posible para la superación del hombre; la educación no hace al hombre, sino que hace mejor al hombre, le da una cualidad; la educación perfecciona al hombre y en definitiva es el conjunto de hábitos operacionales buenos, que ayudan a desarrollar al hombre en sus facultades; estos hábitos inciden sobre las facultades específicamente humanas, la inteligencia y la voluntad. Esta educación se hace posible por la capacidad de nuestro entendimiento de estar abierto a la existencia; capaz de conocer de algún modo y aunar lo que se le presenta como paradigma del bien. Los hábitos, los buenos hábitos, son los que dan estabilidad y configuran el propio ser y le preparan para ejecutar actos de niveles superiores. La educación tiene como misión perfeccionar al hombre en toda sus dimensiones; todas ellas deben estar presentes en el proceso educativo; claro que no en el mismo rango. Primero debe perfeccionar como hombre, lo que tiene de hombre, lo que le caracteriza de los seres inferiores. La educación no es maduración biológica, ni psicológica, para ello bastaría con dejar pasar el tiempo; en la educación se requiere la intención, la acción perfectiva del hombre. El hombre es un proyecto, un quehacer, no un dato. Tiene que formar la persona que es, en la persona que deberá ser. El hombre es un ser abierto a la realidad, a la trascendencia, en el sentido de que es un ser eternamente insatisfecho y no hay límite de conocimiento o de valor que no anhele traspasarlo; así, el valor una vez conseguido, le empuja a superarlo, cada estadio logrado es como si quedara ahí su valor, detenido en él. Así como no existe obra científica que agote toda la verdad, ni obra de arte que incluya toda la belleza, tampoco existe acción humana o educativa donde se pueda frenar el intento de superación hacia metas superiores. La acertada conjugación de los valores, es la mejor fundamentación de la educación. Grandes pensadores y filósofos como J. Dewey (1987), han profundizado en los principios de la educación, creyendo que éstos son una necesidad vital para renovarse; como una función social que aprovecha el medio social y el ambiente educativo escolar, como dirección a seguir, apoyándose en la psicología social como crecimiento y desarrollo que engendra hábitos, para la preparación y adiestramiento de las facultades; es semejante al proceso de formar definiciones fundamentales, intelectuales y emocionales respecto a la naturaleza y a los hombres. Estos procesos se han olvidado en la práctica y es difícil, pero no imposible, al tomar el camino y ejercitar, junto con la simple adquisición del conocimiento, el desarrollo de hábitos positivos que nos conduzcan a la adquisición de los valores necesarios en el ámbito social, familiar y educativo. Los valores para su implementación, pueden seguir diversas etapas. Estas, de acuerdo con diversos autores, entre los que se encuentra Bloom, cuando organiza su taxonomía de los objetivos afectivos, en el campo de la educación, son: aceptación de un valor; preferencia por ese valor, compromiso y evaluación. Otros autores determinan que para educar en valores es preciso seguir tres pasos o fases: Educar para desvelar, optar por el valor y adherirse a ese valor. De estos tres pasos, el más difícil en el ámbito educativo será educar para que perciban los valores, desvelarlos para captarlos en un ambiente de desvalorización, cómo descubrirlos y una vez percibidos, asumirlos como propios. Para incursionar en ese campo tan difícil como interesante, será preciso recurrir al campo de la psicología, ya que el valor del conocimiento del propio ser, es uno de los que más deben cultivar alumnos y docentes. A la educación le toca la trascendental tarea de educar en valores a través de todas las actividades que le son propias ya que, todos los caminos deben llevar a ese destino; la ética va en busca de la verdad que hay en cada cosa o persona; amor, justicia, solidaridad... La ciencia siempre persigue la verdad como valor... Las artes buscan el valor de lo bello, lo hermoso, y así el deporte tratará de destacar el valor de cada disciplina y el mejor estado para la salud. Cualquier currículo debe tener como fin, objetivos trascendentes. Resulta difícil definir el valor en sí, ante las características que lo conforman, pero para una educación en valores, será preciso profundizar el tema sabiendo que la definición debe abarcar la realidad útil del valor. Así se enseñará a valorar lo que es deseable, lo que tiene sentido objetivo y subjetivo, las cualidades que percibimos, lo que ayuda a la identificación de la persona, lo que más amamos o apreciamos. Antivalores El niño y el joven necesitan ser educados a partir de la existencia de unos valores claros, bien configurados, con una coherencia que les de credibilidad. En este aspecto no puede existir el doble discurso, ni la doble vida porque se transmiten las vivencias y se viven las creencias. La formación para los valores, va a depender en gran parte de la sinceridad de vida de quien enseña esos valores. Sin valores no habrá educación posible. La profunda crisis que vive Venezuela, describe Pérez E., (1992), tiene en sus raíces una dimensión ética: Se han trastocado de tal forma los valores, que se han ensalzado y propuesto como modelos la ostentación, el lujo, el vivismo, la irresponsabilidad (antivalores)... Frente a esto, la educación ha resultado de una inoperancia total en su dimensión fundamental de formar personas. El Sistema Escolar ha descuidado la práctica de una educación en auténticos valores. (P. 14). En los criterios expuestos se observa cómo los antivalores han campeado a su gusto en las últimas décadas. No se cumplió con una educación integral, de calidad. Si se quiere contribuir a dignificar a las personas y a la sociedad deben existir implícita y explícitamente valores como el trabajo, el respeto, la justicia, la esperanza, la reconciliación, la alegría, la libertad, la fe, la solidaridad, el ahorro, que contrarresten los antivalores existentes. Los antimensajes esgrimidos mucha veces como una autodefensa, incuban en los seres humanos, y con mayor facilidad en niños y jóvenes, los antivalores, el desencanto por vivir, la desvalorización, el temor. Frases como «Esta vida es un asco», «No te fíes ni de tu madre», «Las mujeres solo traen problemas», (o viceversa); «Al que nace barrigón, ni que lo fajen chiquito», son frases que se dicen normalmente, los otros los oyen y fomentan los antivalores mencionados. En otros casos se fomenta lo que llama Rosenblat, la moral del automovilista: «Adelante a toda máquina, sin ceder el paso jamás». La distorsión y la crisis de valoración que afecta a la sociedad y a la educación parece que tuvieran como principal valor el dinero, bien supremo de todo, por encima de la moral y del espíritu. La corrupción generalizada lo confirma. Si bien es cierto que existe la bipolaridad de los valores, también es cierto que es la educación en valores la que deber clarificar y fomentar la existencia de los valores fundamentales del hombre de hoy, si queremos transformar a la sociedad. Biopolaridad de los Valores Todo valor tiene como una de sus características la bipolaridad, es decir, tiene su valor contrario o antivalor. Igualmente tiene una jerarquía que le configura en un rango. No se puede considerar que todos los valores, valgan igual, debido a que es el bien en el cual el valor se encarna, el que le configurará su jerarquía, su ponderación. Si tomamos como ejemplo algunos valores sociales, los cuales representan creencias acerca de lo que es bueno o deseable para la convivencia comunitaria observamos lo siguiente en cuanto a su bipolaridad como característica: Valor Justicia Igualdad Honradez Libertad Honestidad Amor Antivalor Injusticia Desigualdad Envilecimiento Esclavitud Deshonestidad Odio En este sentido los docentes deben profundizar en el estudio de estos temas, como ilustración para su mejor desenvolvimiento; aprender a dosificar, codificar, las fases en las que estos se desarrollan, dificultades para su integración y adecuación en el currículo o en la vida de familia y en la sociedad. Las Actitudes como Expresión de los Valores Las actitudes y los valores son los contenidos implícitos en la educación. El Plan de Estudio para Educación Básica, contiene los principios en los cuales están, como parte del currículo, explícitamente determinados los objetivos formativos de cada uno de los contenidos, dando la debida importancia a las actitudes que los alumnos deben desarrollar. Igualmente se encuentran en los diversos currículos del Sistema. La actitud, definida por Allport, citado por Marín, es ««... como un estado mental de disposición adquirido a través de la experiencia, que ejerce una influencia directiva o dinámica sobre las respuestas del individuo ante toda clase de objetos y situaciones con las que se relaciona». (P. 360). Cuando la persona opta por un valor en forma permanente, este se convierte en una actitud y esta actitud no será ya un hecho esporádico, sino una reacción permanente y estable ante objetos, hechos o personas. El Diccionario Básico (1980), define la actitud como "Disposición o preparación estabilizada, disposición psíquica específica hacia una experiencia naciente, mediante la cual ésta es modificada para un tipo de actividad.» (P. 4). Esto da a entender, que la formación en valores al cambiar de actitudes es un proceso posible. Whittaker (1985), refiriéndose a la naturaleza de las actitudes, expone que el término «actitud» ha sido definido como una reacción afectiva positiva o negativa hacia algo ya sea abstracto o concreto, o también, como una predisposición a responder en forma más o menos emocional a ciertos objetos o ideas. Las personas poseen actitudes hacia la cosas que evalúan: alimentos, personas, grupos, ideas, colores. Es preciso no confundir las actitudes con estados emotivos o biosociales. También es necesario diferenciarlos de los hábitos o necesidades fisiológicas. Formación de Actitudes Las actitudes son aprendidas; el hambre o la sed no son actitudes, pero la preferencia por el chocolate o la cerveza es clasificada como actitud. Las actitudes tienen como característica la tendencia a ser permanentes y estables, es decir, relativamente duraderas. Estas son dirigidas siempre hacia un objetivo o idea específica, a diferencia de los valores que suelen ser más amplios y abstractos. Otra de las características, determinada por la psicología, es que tienen siempre un componente emocional. Las actitudes hay que distinguirlas también de algún tipo de predisposición, tal como, algún hábito en la forma de conducir. Esto no tiene atributos emocionales o motivadores. Sin embargo, las actitudes hacia Dios, la Familia, la Patria, contienen características emocionales y motivadoras bien definidas. Se insiste en conceptualizar claramente lo que son las actitudes, porque éstas forman el marco referencial con los valores. Las actitudes como ya se indicó, se forman partiendo de la interacción con el medio. No es fácil separarlas de contextos como el escolar, familiar y el entorno social. Es ahí donde se configuran y donde pueden también desfigurarse. Las teorías actuales están acordes en que el medio condiciona hacia algo en forma positiva o negativa. El modelaje resulta eficaz en los procesos de adquisición de conductas, el condicionamiento en todas sus clasificaciones, la comunicación y la participación activa, son otros tantos agentes que actúan en el campo de la adquisición de actitudes. Función de las Actitudes Las actitudes cumplen una función cognitiva cuando ayudan a conocer mejor el entorno; también una función adaptativa o de ajuste social que permite la relación adecuada, y una tercera función como expresión de los valores que posee una persona, ya que los valores pueden conceptualizarse como creencias de las cuales surge la actitud, es decir, la actitud ayuda a interpretar, clasificar y ordenar la realidad que vivimos, ayuda a ubicarse en el entorno social y expresa los valores que el individuo posee y por los que libremente ha optado, configurando la personalidad y formando el auto concepto. En el campo educativo, hay ciertas actitudes que deben formarse y fomentarse para lograr un ambiente adecuado y cumplir la gran labor, que los lineamientos filosóficos del currículo determinan, y que darán como fruto, el hombre culto, democrático, socialmente preparado, etc. Se mencionan algunas y muchas más serán objeto de estudio y práctica en el Seminario-Taller. La actitud hacia un ambiente creador, la solidaridad, el espíritu crítico, la conservación, apertura al cambio, la amistad... El docente que logre educar a sus alumnos con una inclinación permanente hacia esas actitudes y otras semejantes, habrá logrado cambiar el sistema tradicional establecido, el cual tiene como prioridad comenzar por el conocimiento para iniciar el proceso de educación, cuando lo más importante y productivo es iniciarlo por la formación de actitudes positivas hacia la educación. Estas orientaciones sobre el hecho de la existencia de las actitudes, cómo se forman y las funciones que cumplen, son importantes para el proceso de formación que el docente debe cumplir, pero lo más importante es conocer las que poseen y caracterizan a los alumnos porque no se puede perder de vista <,a quien se va a educare. Para ello se deben recordar dos cosas: los hechos que intervienen en cada acto que son, las persona y la situación. Las actitudes se consolidan por medio de la acumulación e integración de experiencias, copia de modelos y también por lo que percibimos de los demás. Es aquí, donde la función del docente, en este proceso formador, y necesario, puede jugar el papel más gratificante de su profesión: ser el modelo en quien todos se puedan mirar y de quien puedan copiar los mejores patrones. El sentido de la vida o el «deber ser»» personal, debe buscarse a través de los valores. No importa el campo axiológico al que estén referidos, puede ser el arte o la ciencia, la moral o la religión, la política o el deporte, lo fundamental es que la educación cumpla su misión de ampliar el campo y rango de los valores. Una forma para que el docente pueda cumplir con la eminente labor de fomentar esa actitud hacia lo positivo, de manera visible y palpable, es teniendo un conocimiento claro de lo que está haciendo. Los valores, como se expuso anteriormente, se pueden conceptualizar. Las actitudes ayudan a conocer y detectar las características de la identidad personal. Rokeack, (citado por Marín), establece una clasificación para el estudio de los valores, dividiéndolos así: Instrumentales Ser valiente Responsable Perdonar Ayudar Alegre Imaginativo (emprendedor) Inteligente (reflexivo) Terminales o finales Realización Belleza, libertad Vida confortable Felicidad Mundo de paz Auto respeto (autoestima) Salvación (vida eterna) Esta es una de las innumerables clasificaciones que los autores han hecho y de las que se pueden seguir haciendo, para entender la muy variada gama del comportamiento humano. De acuerdo con Rokeack, los valores terminales son los centros de organización de los instrumentales, y eso debe conocerlo el docente. García (1996), sugiere que para educar los valores en la escuela, más que elaborar una lista y establecer maneras de trabajar con valores específicos, se deber abordar la formación de acuerdo a otros criterios y tomar en cuenta estos aspectos: la persona, las relaciones humanas, la realidad y la espiritualidad. Estos criterios conducirán al alumno hacia la propia valoración, el conocimiento de sí mismo, el desarrollo de la autoestima, la valoración y respeto por los otros, el conocimiento del medio ambiente y el crecimiento en la fe para dar sentido a la vida. En este caso, las áreas para el desarrollo propicio de los valores serían: la autovaloración, el descubrimiento del otro, el mundo que nos rodea y lo transcendente; pero es preciso aclarar que más importante que establecer listados en sí, es seleccionar una metodología adecuada para el desvelamiento, clasificación y valoración de los propios valores, evitando el adoctrinamiento, favoreciendo la reflexión y las actitudes hacia determinadas conductas valorables. Necesidad de Educar en Valores Así como los antivalores se conforman sin metodología expresa, debido a que existe, en la escuela el currículo oculto, en los medios de comunicación los mensajes subliminales y en la vida diaria las costumbres, hábitos y tradiciones que no siempre son valorativos con criterios positivos, los verdaderos valores universales y particulares deben encontrar un campo propicio para su educación y crecimiento. Para que esto suceda, se requiere según Maslow (1985), haber satisfecho algunas necesidades que van desde lo más elemental: comida, vestido, vivienda, hasta las que implican el logro de una auténtica realización como son el amor, la estima o la seguridad emocional. CERPE (1983), partiendo de que todos los valores son educables, considera conveniente para una educación acertada de los valores, tomar en cuenta los siguientes criterios: valorar la responsabilidad, promover el cambio social, valorar la creatividad, la autonomía, la cooperación, la comunidad contra el individualismo. En este caso concreto, donde claramente se desean promover los valores sociales, habrá que tomar en cuenta en cada ocasión, que la relatividad juega un papel importante y sus características de tiempo, espacio, grupo y otros, han de tomarse en cuenta. La educación debe considerar siempre la característica del dinamismo permanente de los valores. La educación de los valores en este momento actual así como es una exigencia social, igualmente confronta vicisitudes por el hecho de tener que partir de la realidad existente. Una sociedad desvalorizada, a la que se le ofrece como valioso lo que representan los antivalores. La autoestima en sus niveles inferiores debido a la crisis material y espiritual que agobia a todos. La creatividad convirtiéndose en picardía debido, unas veces a la viveza natural y otras motivada por la necesidad. La ética convertida en «cuánto hay para eso» o «yo voté por Ud.», son entre otras desventajas, el marco referencial donde el docente debe ser el salvador de esta catástrofe moral. Con el fin de facilitar la labor educativa, se presentan a continuación diversas formas metodológicas para afrontar los mencionados problemas y cumplir así con el espíritu de la Ley que pretende el logro de hombres capaces de superación ante las más grandes dificultades. METODOLOGIA PARA LA EDUCACION DE LOS VALORES Uno de los problemas que confrontan los docentes en todos los niveles educativos, en relación a la educación de los valores es el «cómo». Ese cómo, esa manera de encontrar la estrategia adecuada y que didácticamente obtenga una respuesta fructífera, es la que hay que empezar por enriquecer para facilitar esa educación necesaria. Se debe partir en principio, de que todas las metodologías son aceptables puesto que la educación de los valores debe formar parte del desarrollo del currículo diario, no obstante, se exponen algunos criterios que puedan facilitar este hecho educativo, unos son fruto de la experiencia, otros, criterios de autores con conocimientos en la materia; con esto se tratará de relacionar los contenidos teóricos expuestos, con la práctica real, orientando al docente hacia técnicas posibles de ser comprendidas y aplicadas. Autores como Pascual, citado por Saneugenio (1991), da orientaciones didácticas muy provechosas y que si bien es cierto que no se llevan a cabo de manera estricta, pueden ser adaptables a cada circunstancia, lugar y grupo, siempre que ayuden al desvelamiento, descubrimiento de los valores. Desvelamiento de Valores El «desvelamiento» de valores es una acción sistemática que se hace por parte del educador (Profesor, padre, catequista, etc.) y que tiene por fin estimular el proceso de valoración en los educandos con el objeto de que éstos lleguen a darse cuenta de cuáles son realmente sus valores y puedan, así, sentirse responsables y comprometidos con ellos. El educador puede asumir este estilo educativo como pauta de comportamiento en la relación habitual con sus educandos, o puede buscar momentos adecuados para el desenvolvimiento de valores en diferentes oportunidades del trabajo escolar o de la convivencia ordinaria. Hay que estar consciente de que muchos de los objetivos que pueden lograrse en la educación familiar, y en la escolar, pueden ser destruidos o neutralizados por la influencia de otros factores que actúan en la «calle», «pandilla», en el «ambiente socio-cultural, en la misma Escuela, o en la propia familia. Por eso tienen una grave responsabilidad (a la que están llamados a dialogar los «responsables» de los Medios de Comunicación Social: Televisión, Radio, Prensa escrita, etc. La razón es porque la «educación» ya no es exclusiva competencia de la Escuela, de la Familia. Si no es así se puede hacer una competencia desleal y destructiva de la tarea que realizan los padres, los profesionales de la educación. Hoy por hoy, el ambiente se ha convertido en una correa de transmisión de lo que se promueve, se propugna e inculca desde la televisión, publicidad, etc. contrarrestando, cuando no destruyendo, todo un mundo de valores promovidos en el ámbito familiar y escolar. El método de desvelamiento de valores, está en relación con otro que se presentará seguidamente como es, el Método Antropológico, en el cual se fundamentan e inspiran muchos otros métodos, así como los materiales didácticos. Entre las aportaciones de esta didáctica están el que ha puesto de relieve la necesidad de que el niño, adolescente o joven identifique o reconozca los valores que él vive y los que quiere vivir. Hay que tener en cuenta que la puesta en práctica de este método de «Desvelamiento de Valores», tiene el riesgo de inducir al relativismo si el educador no anima a la reflexión crítica y hacia la confrontación con la experiencia humana global e integral. Es un método válido sobre la base de que la conciencia reflexiva conduce a la apreciación de valores comunes pero tiene carácter parcial, en el sentido de que no atiende por sí mismo a todos los aspectos implicados en la educación en valores. En todo caso, la importancia decisiva en cualquier método para la educación en valores está en la personalidad del educador. Lo quiera o no, transmitirá su mundo interior; sus gustos, sus preferencias, sus rechazos. ¡Se transmite y se educa (o mal educa) más con el ejemplo y el testimonio que con palabras! No hay neutralidad posible. ¡Educar es educar en valores o no es educar! La Metodología Adecuada Como se expuso anteriormente al tratar el tema de la psicología, se comprende por las Ciencias Humanas que muchas de las conductas de la persona tienen su origen en sistemas subconscientes que el individuo ha ido formando a lo largo de su vida, y que tienen como componentes el valor y la actitud. La mayoría de sus comportamientos vienen condicionados, cuando no determinados por la «Cultura» y la propia historia personal que ha vivido y vive el educando. Siempre debemos tener en cuenta que detrás de cada educando hay una historia llena de experiencias positivas o negativas, empapadas de sentimientos. El valor y actitud, en cuanto elementos dinámicos del comportamiento, tomados en su conjunto, forman una configuración estimulo-respuesta que puede servir de fundamento a muchos modelos de comportamiento explícito, proporcionando a cada uno de ellos una motivación. La importancia funcional de estos sistemas, valor-actitud, proviene esencialmente de su contenido afectivo. Los comportamientos pueden satisfacer o producir repulsa según que estén o no de acuerdo con el sistema personal. Los valores, por tanto, tienen significado en las historias vitales de los individuos, y las respuestas de valor de las personas en una cultura no pueden analizarse adecuadamente sin tener en cuenta esas historias vitales. Los valores como expresiones de historias vitales, tienen profundas raíces en la estructura de la personalidad de cada individuo. Este hecho de la significación profunda que tienen los valores en la personalidad obliga a hacer muchas consideraciones a la hora de decidir sobre el modo de ayudar a la formación para el cambio desde los valores. Una educación en los valores de la persona, una educación para una humanización integral, tiene que tener como primer objetivo la supervisión crítica de los condicionamientos que impone la cultura. Hay que posibilitar el que los alumnos puedan tener la ocasión de descifrar el pasado y crear el futuro, habituándolos al pensamiento crítico y alternativo. Esto es lo que propugna el Método de Desvelamiento de Valores. Dado que el discernimiento de los valores es un proceso individual, personal, y sólo cuando la persona llega a vivenciar un valor éste existe realmente para ella, la atención al proceso de valoración será fundamental en toda la metodología para la educación en valores. No es posible la valoración personal sin una conciencia de elección libre y comprometida, por lo que será tarea básica y prioritaria el favorecer los dinamismos de la personalidad que conducen hacia la autonomía, hacia la experiencia de ser persona. El educador evitará el «adoctrinamiento», y favorecerá el autoconocimiento, la observación, la reflexión, la práctica activa y consciente en torno a los valores. Suscitará un tono afectivo, unas actitudes y unos hábitos hacia determinadas conductas valorales. Es evidente que cada grupo humano tiene una escala de valores que pueden provenir de fuentes muy diversas: intereses personales, valores colectivos impuestos por el ejemplo, normas, pautas de comportamiento, la moda, el prestigio, la presión social, la manipulación sobre las masas... etc. En una educación en valores se tendrá que dar una paulatina ruptura de estas escalas de valores para ser sustituidas por otras reflexivamente aceptadas. Una de las características de la didáctica de ««Desvelamiento de Valores» es la integración de una reflexión crítica personal y compartida, afectividad y acción: el objetivo es llegar a la conducta, pasando por el sentimiento y la claridad de ideas. A la teoría va unida la intención práctica, actitudinal y conductual, por lo que es consustancial a esta didáctica en valores el buscar estrategias para lograr metas en el proceso de valoración. La persona misma del educador que ayuda a clarificar queda comprometida en el proceso. No puede ser cualquiera un buen »educador y guía« para que el alumno «desvele su mundo de valores«. El educador tiene que «quedarse atrás» y respetar el camino descubierto y elegido por el alumnado. Raths, (1980), gran investigador del método de «clarificación de valores» en su práctica didáctica y trato con las personas siempre hacia preguntas, a modo socrático, siempre agregaba algún comentario ambiguo, sometía las respuestas de sus interlocutores a prueba, añadiendo información adicional y preguntando <«si no habría posibilidades de otras alternativas diferentes». El Proceso de Valoración Es muy importante que el alumno llegue a tener la habilidad de darse cuenta de lo que él realmente aprecia y quiere y así pueda actuar en conformidad con sus propias decisiones y no quede a merced de las influencias e imposiciones del ambiente. Se trata de que el lugar o foco de valoración se encuentre en la propia persona y no en otros. Si una persona sabe bien los valores que desea realizar, su conducta será normalmente decidida, coherente, productiva. Mientras que si no tiene claridad en lo que quiere conseguir, su conducta será dispersa, desorganizada y frecuentemente contradictoria. ¿Cuál es la causa de la frecuente confusión de valores y por ello, de tantas formas de conductas inadecuadas y de vidas no satisfactorias como existen en nuestra sociedad? Las causas además de las axiológicas, distorsiones y reduccionismos epistemológicos y metafísicos, están en la distorsión en el proceso de valoración que se produce como efecto del tipo de relación que se da entre los adultos y las personas en crecimiento, especialmente los niños y adolescentes. La práctica educativa, tanto en las familias como en la escuela, entendiendo por escuela a toda la educación, adolece de un gran predominio de los procesos de transmisión de contenidos cognitivos y normas de conducta, en perjuicio de los procesos de diálogo, reflexión crítica y elección libre. Muchas veces los niños son manipulados y obligados a «vender o «negociar su cariño y la aprobación para lograr el afecto y el reconocimiento de los mayores: ««si no haces tal o cual cosa, no te quiero». Todo esto hace que el sujeto en desarrollo se vaya alejando de su propia experiencia de valoración. De un modo inconsciente va aprendiendo a responder a las necesidades y sugerencias de los demás y no a las propias. Muchos se quedan en estas actitudes conformistas. Otros, llegada la adolescencia, se rebelan. Ejemplos de «negocio» y «venta» nos sobran en cada hecho de divorcio o de política. Por otra parte, dado el pluralismo de nuestra sociedad ocurre muy a menudo que los mensajes sobre los valores que los niños reciben en la familia, en la escuela, en el instituto, a través de los medios de comunicación, tienen signos muy diferentes. Esto, unido a lo anterior, hace que se cree una gran confusión en las mentes. El enfoque educativo del ,«Desvelamiento de Valores» tiene por objeto ayudar a la persona a tomar contacto consigo misma para darse cuenta de qué es lo que realmente ella aprecia, elige y quiere. No se trata de enseñar un determinado sistema de valores sino de desarrollar el proceso psíquico de valoración que le posibilite optar y desarrollar sus propias actitudes. El método de ««Desvelamiento de Valores» no excluye el aprendizaje reflexivo y sistemático de los mismos. De hecho, las persona, querámoslo o no, vamos adoptando a lo largo de nuestra vida una serie de valores. La religión, la ética, las ciencias sociales, la convivencia, nos ponen de continuo en contacto con el valor, con lo valioso. Lo que ocurre es que muchas veces «aprendemos» valores y los consideramos ya poseídos o realizados por la sola razón de estimarlos intelectualmente, sin que esos valores estén influyendo en nuestra conducta concreta, pues no lo hemos aceptado como tal. Este método no enseña los valores, pero los reconoce como tales y ayuda a la persona a que se dé cuenta de si está comprometida, si es o no auténtica, si está dispuesta a vivir y a morir por algo que para ella tiene sentido, si está dispuesta a realizar un proyecto de vida personal coherente y valioso que merezca la pena. Esto podrá ser posible, si se lleva a cabo a través de un desarrollo heurístico, que abarque lo cognitivo, afectivo, social y moral. Método de Clasificación de Valores Según referencia de Pascual (ya citado), esta técnica es una de las más extendidas por el mundo, lo cual ha sido comprobado con la opinión de otros autores, (Rumazo, Ferreira). Su autor: Sidney Simón, Universidad de Massachussets. El objetivo de esta técnica es precisamente ayudar al estudiante a tomar contacto con aquello que actualmente constituye un valor en su vida. No consiste por lo tanto en una transmisión ni inculcación de valores y principios, sino en ayudar a la persona del educando a descubrir la realidad de su orientación, de sus ideales. El fin de este ejercicio es el de afianzar estos valores una vez reconocidos y aceptados, o de cambiarlos si carecen dé consistencia con la percepción que él tiene de su persona y de sus deberes hacia sí mismo y hacia los que le rodean. El medio empleado en esta técnica consta de una serie de estrategias entre las que se destacan los siguientes tipos de ejercicios: Elección entre dos alternativas, votación, jerarquización de alternativas, toma de posición entre extremos, entrevistas y diario. Estas técnicas se pueden usar en combinación con las materias escolares como modo de hacer del estudio una actividad totalmente formativa, y no simplemente un ejercicio intelectual. El proceso de clarificación de valores implica tres momentos fundamentales: a) Elección Libre: Para que el educando llegue a una valoración positiva de algo, para que habitualmente lo prefiera y llegue a su realización libremente, hay que darle oportunidad de que lo elija, que su decisión por ello sea personal y que por tanto llegue a ser un elemento constitutivo de su «yo». b) Estimación: Para que la valoración sea real, es preciso que la elección haya sido hecha con gusto y que el educando esté dispuesto en todo momento a afirmar su decisión. c) Coherencia en la acción: Para que pueda considerarse que hay un valor presente, la vida misma debe de ser afectada por él. No podemos considerar valor aquello que pensamos como tal, pero que no llega a influir en nuestro comportamiento. Estos tres momentos en el proceso de valoración se desglosan en siete pasos o criterios que se consideran imprescindibles para que algo pueda ser considerado como «valor». 1. Escoger Libremente los valores. Para que algo sirva como guía de nuestra existencia ha de ser resultado de libre elección. Es condición indispensable que haya ausencia de toda coacción exterior. Nada debe forzarnos a rechazar una alternativa en favor de otra. 2. Escoger los valores entre distintas alternativas. Solamente cuando hay varias alternativas entre las cuales escoger, decimos que puede surgir la elección de un valor. Las alternativas deben guardar relación con las vivencia de aquel a quien se le ofrecen. 3. Escoger los valores después de sopesar las consecuencias de cada alternativa. Para que algo pueda ser guía de la vida de alguien, en forma inteligente y con cierto significado, debe surgir de sopesar las consecuencias y de comprenderlas con toda claridad. Es una magnifica ocasión para fomentar el sentido crítico del alumno y ayudarle a crear un criterio de valiosidad mayor o menor con respecto a las ventajas o desventajas de las diversas alternativas. 4. Apreciar y estimar los valores. Hemos de llegar a sentirnos felices con nuestros valores. Cuando concedemos valor a una cosa la apreciamos, la disfrutamos, la estimamos, la respetamos, la queremos. 5. Compartir y afirmar públicamente los valores. Cuando hemos elegido algo libremente, después de analizar con cuidado las alternativas, y cuando nos sentimos orgullosos y estamos contentos de ello, no vacilamos en afirmar nuestra decisión. 6. Compartir y afirmar públicamente los valores. Cuando hemos elegido algo libremente, después de analizar con cuidado las alternativas, y cuando nos sentimos orgullosos y estamos contentos de ello, no vacilamos en afirmar nuestra decisión. 7. Actuar de acuerdo con los propios valores. Es preciso que la conducta afirme nuestras decisiones y las integre en la vida. El valor elegido ha de llevarse a la práctica en cuanto se presente la primera ocasión. Las incoherencias debilitan y anulan aún las actitudes mejor fundamentadas. 8. Actuar de acuerdo con los propios valores de una manera repetida y constante. No se podría considerar valor algo que aparece una vez en la vida y que no vuelve a presentarse. Los valores tienden a ser persistentes, a dar forma a la vida humana. Hay que destacar que la clarificación de valores es un proceso progresivo personal que abarca toda la vida. Estos pasos que se indican para llevar a cabo la clarificación de valores, varían en su aplicación dependiendo del docente, sus habilidades, sus actitudes; lo que no cambia es la importancia que tiene el ayudar a sus alumnos a clarificar sus valores, frente a tantas ofertas de antivalores que a diario, y sin estructura metodológica, éste recibe. El Método Antropológico El valor de la educación, como se expuso anteriormente, reside en el hombre que se pretende educar. El método antropológico parte de la experiencia humana, de sus propias vivencias, sus necesidades más íntimas, sus problemas. No hay situación humana que no pueda ser iluminada, desvelada a la luz de los propios valores. 1. Fases en la Aplicación del Método Antropológico: a) Evocación de la experiencia b) Descripción de esa experiencia c) Profundización en esa experiencia d) Conciencia personal de sentirse implicado por esa experiencia. 2. Generalización de la expresión analizada: a) Nuevas interrogantes b) Compartir la experiencia c) Búsqueda en equipo de soluciones o alternativas inéditas. 3. Participación directa del educador: textos, historias, soluciones, lecturas: a) ¿Qué se descubrió? b) Contraste,¿Qué opinas? c) Elaboración de nuevo diccionario de términos. 4. Expresión creativa - vivencial: Elaboración de dibujo, poesía, guión, uso constante del cuaderno para recoger lo descubierto en las diversas fases: todo lo descubierto es nueva creación. 5. Aceptación de actitudes: Jerarquización, elección, valoración, compromiso personal, aplicación. Al llegar a este momento, la persona: niño, joven, adulto, podrá definir personalmente, tomar actitudes, elegir, jerarquizar, pronunciarse por un valor, en fin practicar todo lo que antes se expuso en la teoría. Todo esto son los resultados que se deben obtener de la aplicación del método, el cual es adaptable a cualquier asignatura pues resulta eminentemente motivador. A lo largo de su aplicación se obtiene que la dignidad de la persona humana sea la base sobre la que se apoyan los propios alumnos en su trabajo, los valores que descubran y disciernan, los derechos y deberes, las alternativas y actitudes que establezcan, las relaciones humanas que adopten, con vistas a adquirir un equilibrio afectivo y social, con unas relaciones éticas, un desarrollo efectivo de las actitudes de convivencia: solidaridad, respeto, participación, colaboración, evitar la intransigencia, el conformismo y los extremismos, evitar manipular y ser manipulado, en una palabra, ser la persona que responde a las expectativas que la educación venezolana establece para llegar a ser quien se desea. El Ambito Afectivo y el Proceso de Valoración Durante muchos años se hizo un gran esfuerzo por mejorar la calidad de la enseñanza, haciéndose hincapié fundamentalmente en los objetivos cognoscitivos y desarrollo de técnicas adecuadas, de cara a subrayar la importancia del método, con el fin de hacer surgir en el alumno actitudes favorables al proceso de aprendizaje. Ahora, sin que sea descubrir nada nuevo, se vuelve a dar mucha importancia a los objetivos efectivos, que intentan integrarse en el proceso de aprendizaje. La dificultad de evaluar estos objetivos hace que sigan siendo descuidados por muchos educadores. Sin embargo, desde la perspectiva de la educación en valores hay que recuperarlos y potenciarlos, pues sin duda todo el proceso de valoración implica el desarrollo de este ámbito afectivo que ellos abarcan. a) El proceso de valoración: Este ha de ser profundizado y estudiado críticamente con referencia al desarrollo de la psicosiología en el momento actual. El proceso por el que un fenómeno o valor va integrándose progresiva y definitivamente en la vida de un alumno, de un individuo, es denominado internalización o interiorización. Así, en primer lugar, implica la asignación de mérito o valor a una realidad de bien de un modo constante. No siempre el alumnado es capaz de detectar conscientemente lo valioso». La descripción del valor puede venir bien por el camino de la reflexión personal o de una vivencia, o bien por el camino de la creencia, en virtud de la cual aceptamos el testimonio o juicio de otra persona. Este valor el sujeto lo acepta libremente, la aceptación libre presupone a su vez la existencia de varias alternativas de las cuales puede escoger. Sólo cuando la elección es posible, cuando hay más de una alternativa que escoger, decimos que puede surgir una estimación y opción por un VALOR, y sólo puede surgir un verdadero valor cuando se ha meditado y considerado cuidadosamente cada alternativa y sus consecuencias, entre un cierto número de alternativas. b) Preferencia: El comportamiento aquí clasificado implica no sólo un grado mayor de aceptación de un valor determinado, sino incluso que el alumno esté tan comprometido con él como para buscarlo, desearlo o intentar obtenerlo. El efecto provocado por la preferencia de un valor es el aprecio y disfrute que esa elección reporta. c) Compromiso: Este nivel podría definirse como «convicción» y certeza rayando en ocasiones la fe y la firme aceptación afectiva de comportamientos o conductas derivadas de la aceptación y preferencia por un valor. Cuando se han realizado o recorrido las fases anteriores: Seleccionar libremente entre varias alternativas, después de cuidadosa consideración de las consecuencias de cada alternativa, apreciar y disfrutar la selección, entonces se está dispuesto a afirmar públicamente los propios valores. Es posible, quizá, que estemos dispuestos a luchar por ellos. Es decir, una persona comprometida con un valor determinado, si lo está realmente, tiene la valentía y la necesidad de confesarlo. d) Organización: La persona que adopta una postura de valorización, asigna un valor a las cosas, a las personas y a las circunstancias que lo rodean. Este proceso es creciente, de tal manera que podernos encontrar situaciones en las cuales se ponga en juego más de un valor, pudiendo originarse el conflicto entre ellos. La tarea de la educación en este nivel será la de relacionar unos valores con otros, compararlos para buscar el lugar que cada uno ha de ocupar en la organización o jerarquía. Esta jerarquización debe estar abierta a nuevos descubrimientos valorativos. c) Caracterización: En muchas ocasiones utilizamos el término carácter para designar la totalidad de los rasgos distintivos de una persona. Es como un sello, una señal que se manifiesta en cualquier acción, momento o circunstancia. Una persona, un alumno puede caracterizarse por un valor o sistema de valores cuando llega a un proceso de interiorización y dedicación a un valor. Esto le da una impronta, un estilo personal. Significa, implica y comporta la posesión más o menos consciente de una concepción del mundo y de la vida, supone la integración de los valores en una filosofía total o un modo personal de concebir el universo. Implica también, la consistencia o coherencia entre el pensamiento y la acción, entre la idea y la realidad. El alcance de este objetivo puede considerarse como la realización de la vida como unidad. Otras Estrategias didácticas El análisis afectivo para la formación de valores, ya se había mencionado al comentar los criterios de la taxonomía de Bloom, pero no es la única clasificación. otros autores establecen formas didácticas de enfoques diferentes, como las siguientes: a) Inculcación Este enfoque trata de infundir o internalizar los valores que son considerados universales o absolutos: la verdad, la justicia, la libertad; generalmente este método se usa hasta de manera inconsciente, pero no se considera el más recomendable, pues el alumno aparece más como «receptor» que como creador. b) El refuerzo También este método es usado frecuentemente en la educación; en este caso se tratará de dirigir el refuerzo a provocar en forma consciente un cambio de conducta. c) Propuesta del Modelo Sin duda que la persona del educador, por encarnar unos valores determinados, ya desde este punto de vista aparece como un modelo para el alumno, especialmente en las edades infantiles. No es tan fácil en las edades de la adolescencia y juventud, aunque las coherentes referencias de estilo y de valor dejan impronta perdurable para los educandos. Aún en el caso de que quisiera ocultar sus valores para intentar ser más objetivo, aparecería como modelo, en relación con los valores de objetividad por el hecho de ocultar los propios valores. La combinación del refuerzo con la propuesta de modelos puede ser un medio excelente para inculcar valores. Si el modelo es reforzado positivamente, tiene más probabilidades de que el alumno actúe de modo semejante, y en consecuencia de adoptar ese valor. Método de Desarrollo Moral Kohlberg, Piaget, Bandura y otros investigadores de la actualidad, que han incursionado en el campo del desarrollo cognoscitivo, pretenden estimular a los alumnos para que sean capaces de desarrollar modelos más profundos de razonamiento moral a través de pasos secuenciales. Ellos no utilizan el término ««valoración», ni definen ««valores»», pero hacen énfasis en el hecho de que los valores son concebidos como creencias o conceptos morales de carácter cognoscitivo; para logra este fin, se utiliza la didáctica adecuada tomando en cuenta varios pasos y niveles para su aplicación. Kohlberg (1978), los enuncia así: a) Nivel preconvencional: Corresponde a las zonas de bueno-malo; correcto-incorrecto. Si es bueno, es recompensado; si es malo, castigado; te doy, me das. Pragmatismo. b) Nivel Convencional: Mantenimiento de las expectativas de la familia, grupo o nación. Esto se percibe como derecho propio. No se miden las consecuencias. La actitud, además de conformidad con las reglas y el orden social, es de identificación con personas y grupos de esa sociedad. c) Nivel posconvencional: Esfuerzo por lograr una definición personal de los valores morales, definir principios, aplicarlos, compararlos. Proceso -individuo grupo- conceptos abstractos. Contrato. Principios universales. Se definen los valores. Para este método, Kohlberg recomienda discusiones en grupo, relatos hipotéticos o reales que incluyan dilemas, para lograr el paso a un desarrollo moral superior. Además de la metodología presentada, existen otros métodos como el «Método de Análisis», el de «Aprendizaje para la acción en valores», y otros más. Condiciones Básicas para la Educación o esclarecimiento de los valores Las estrategias deben producir el clima de libertad, comprensión y confianza, para que se desarrollen las habilidades propias del proceso de valoración: elección, aprecio y acción. Las condiciones necesarias son: a) Las Actitudes Básicas del educador. Autenticidad, comprensión, aceptación, clima en el aula. El objetivo del educador: El desarrollo del proceso de valoración. Como resumen de este tema se considera que la metodología para educar en valores, develarlos o clarificarlos, es variada y pueden utilizarse diferentes estrategias. Las estrategias expositivas . Las de indagación La reflexión progresiva, continua y sistemática El método creativo La motivación partiendo de su nivel de experiencia, como lo recomienda el Método Antropológico. Estrategias que fomenten la atención individualizada. Estrategias para la participación del alumno. Como se ha podido comprobar, cualquier metodología es aceptable siempre que las estrategias cumplan los requisitos ya mencionados; en especial, serán de gran influencia las características del educador. Igualmente se considera importante recordar, que todos los valores son educables y que la selección puede determinarse por diferentes conceptos: necesidad personal, lugar, tiempo, necesidad colectiva u otros motivos. El Programa para Educar en Valores, pretende dar respuesta a las situaciones mencionadas. En el presente caso, el primer programa a desarrollar, abarcará la educación de los valores de manera general, y el valor concreto de la creatividad como valor personal.. Se adopta este criterio, no porque un valor sea más importante que otro, sino porque, la consolidación de un valor tan esencial a la educación, como la creatividad, su desvelamiento y clarificación será un aporte a su crecimiento personal; una ocasión para el desarrollo de nuevas estrategias y un motivo de esperanza para que la educación al fin, dé sus frutos. Posteriormente se diseñarán nuevos programas en base a valores como La Tolerancia, La Libertad, La Autoestima. La Solidaridad, La Igualdad. Seguidamente se presenta el marco referencial de dichos valores, los cuales servirán de fundamento a los diferentes programas. LA CREATIVII)AD: Sus Valores La vida, la naturaleza, la humanidad, sólo son bellas citando son transfigurados por un cerebro creador. Jaloux La creatividad es un valor en sí misma. Es un estado natural en todos los seres humanos. La mente subconsciente está continuamente poniendo pensamientos, ideas, imágenes, etc., en combinaciones nuevas. La verdadera creatividad va más allá del pensamiento creativo hacia la acción creativa. Los resultados son importantes. Además del pensamiento, la creatividad exige dos cualidades. Primero: un sentido claro de los propios valores, y segundo: iniciativa para llevar a cabo el proyecto hasta su final. La creatividad no se produce en un lugar ni hora determinada; tampoco es preciso utilizar métodos especiales. Es un potencial interno que todos poseemos y que en el ámbito educativo, los adultos debemos saber valorar y estimular en niños y jóvenes para descubrirlo, dirigirlo y estimularlo. La creatividad como valor encierra en sí un cúmulo de características que la hacen valiosa, personal y socialmente. La persona creativa resalta en su temperamento rasgos, valores y actitudes emocionales. Destacan en ella aspectos psicológicos, pedagógicos y sociales. Se considera al temperamento, las motivaciones y los rasgos personales, valores que diferencian a una de otra persona, y las actitudes emocionales de cada sujeto. En el aspecto pedagógico, son importantes las condicionantes educativas para el desarrollo de la creatividad. De acuerdo con el enfoque pedagógico, todo niño nace con condiciones especiales para ser creativo, la influencia de la escuela es la que puede hacer que se convierta en un valor. Los autores que tratan sobre las teorías sociales en relación a la creatividad, señalan que el niño posee una serie de condiciones creativas innatas, que van a sufrir modificaciones en su relación con el medio ambiente, la familia y la comunidad. El proceso creador, es como el proceso formador, sigue varios pasos desde su preparación hasta su verificación, pasando por la incubación e iluminación. Cada una de las fases, supone el desarrollo de un trabajo sistemático que exige del creador tener el valor de llevarlo a cabo. Si consideramos al hombre como un ser inacabado, en proceso constante de ser más, se considera a la creatividad como un elemento básico en la realización de este ser personal y supone un factor novedoso para su educación, especialmente para una educación en la que los valores están cuestionados. Al respecto Freire (1972) expresa: La educación problematizante está fundada sobre la creatividad y estimula una acción y una reflexión auténtica sobre la realidad, respondiendo así a la vocación de hombres, que no son seres auténticos, sino cuando se comprometen en la búsqueda y en la transformación creadora. (P. 90). Estos criterios definen plenamente a la creatividad como valor esencial en el campo educativo, valor que al ser vivido por el educador, crea un nuevo espacio a la libertad, hacia nuevos horizontes, a través de sus dimensiones social, personal y cultural. La educación holística, término o concepto hoy muy actual, acepta la variedad de capacidades existentes en el ser humano, sus modos múltiples de expresar el conocimiento. Es necesario en este caso considerar no sólo los aspectos intelectuales y vocacionales, sino tomar en cuenta los físicos, sociales, morales y cualquier otro. Esto es tener un criterio holístico. La creatividad como cualquier hecho de trascendencia supone una elección: ser manipulado o creador; que piensa y proyecta, o es pensado y proyectado; concreto, que valora y elige, o genérico. La creatividad puede definir una crisis de identidad como es la ambigüedad. En la creatividad existen valores tales como la espontaneidad, flexibilidad, originalidad, capacidad para descubrir relaciones, deseo de correr riesgos, gran sensibilidad, curiosidad, buena productividad, inconformismo, amor, libertad, imaginación, perseverancia y algo de excentricidad. También involucra capacidades como la comunicación, las motivaciones y otras relacionadas con la personalidad. Se podrían mencionar otros valores como la autonomía, la autosuficiencia, la independencia, deseo de aventura y autorrealización que dan seguridad. Todos los aspectos de la creatividad son de relevancia en el proceso educativo, y es necesario tomar en cuenta, no sólo los componentes y el producto, sino también las manifestaciones en sus diversos niveles, ya que en cada uno de ellos, los valores se manifiestan de manera diferente. Para clarificar estas ideas, ver gráfico a continuación: Conceptos: Logan y Logan Diseño y diag.: María G. Ramos 1993 La creatividad es un bien de cultura, así como es un bien o valor cultural la religión. De acuerdo con Whittaker (ya citado), en la creatividad influyen tanto los factores genéticos como los del medio. Sobre la genética y su campo, no se entrará en discusión, pero la relación con el medio si puede favorecer el desarrollo de la creatividad. La manera de honrar el talento creador será propiciando un ambiente creativo y es la educación, a la que se designa como el campo más propio. Con el aprendizaje se pueden adquirir conocimientos simplemente desde el ámbito de la experiencia, pero el educar, de acuerdo con el diccionario es Desarrollar y perfeccionar las facultades intelectuales y morales... por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos... enseñar los buenos usos de la urbanidad y la cortesía. Los planteamientos precedentes, sustentan aún más la necesidad de una buena educación, más que una simple enseñanza. Perfil del Docente Creativo Si existe la creatividad y la persona creativa, también debe existir el docente que posea los valores propios de la creatividad y así pueda ser el elemento transmisor de los mismos. El docente creativo es el mejor estimulo para sus alumnos. Poseer el valor de ser creativo, es tener un bagaje de riqueza personal y profesional, que implica cualidades que los alumnos puedan captar e imitar. La creatividad tiene además de una base intuitiva, un basamento psicológico reconocido por autores como J. Locke, Ribot, Kbhler, Guilford, Rogers y otros. Rogers y Maslow, la ubican en el campo del humanismo, hasta la autorrealización personal y plantean que el individuo busca realizarse o trata de expresar y activar todas sus capacidades para explorar el medio o manipular ideas y conceptos, y consideran que una persona es creativa a medida que da valor a sus potencialidades como ser. En la creatividad intervienen factores cognitivos y factores afectivos. Los factores afectivos están referidos a los intereses, actitudes, valores, factores de la personalidad y motivación de la persona; persistencia en lo que desea, integración, aceptación y valoración por lo que hace. Leonar, (1993), establece una serie de cualidades que debe cultivar la persona para lograr el propósito de ser creativo y permanecer siéndolo; algunas de estas cualidades serían: curiosidad, iniciativa, una mente flexible, autoestima elevada, un espíritu de ligereza, un conocimiento seguro de su propósito en la vida, un sentido refinado de los propios valores, lógico, entusiasmo, diligencia, flexibilidad emocional, una mentalidad de servicio, buena salud, tiempo libre, eficiencia y organización, organización efectiva del tiempo, organización efectiva del dinero, una red de amigos, un programa efectivo de crecimiento personal. Aún cuando pareciera una serie imposible de lograr no es así, una condición lleva a la otra y los procesos que involucra son cualidades posibles en los seres humanos, no dependiendo en sí de la edad, pero sí de la educación. De acuerdo con Ramos C. (1995), algunos pioneros en el campo de la creatividad describen al docente creativo como poseedor de las siguientes cualidades: Utiliza los problemas como un desafío para transitar nuevos caminos y probar nuevas experiencias; siempre está abierto a nuevas ideas; no utiliza modelos preparados con anterioridad; intenta realizar sueños y lograr anhelos. El docente con capacidades para la creación se identifica con el niño e identifica en él sus características: si es observador, inquisitivo, qué pregunta, y si busca conclusiones; descubre al que sé caracteriza como «único», el que fomenta la creatividad por sí mismo; crea un clima de confianza para que la creatividad florezca sin límites; propicia estados de tranquilidad emocional, base para todo acto creativo, hace posible el disfrute de la alegría de hacer cosas nuevas; valora tanto el proceso como el producto, es creador de estrategias para estimular a los alumnos a utilizar al máximo sus poderes mentales. (P. 63). Para que este docente exista, es necesario tomar en cuenta si posee esquemas para perfeccionar su creatividad. Torrance (1976), describe el perfil del educador creativo, en base a un estudio realizado entre escolares de diversos niveles, como poseedor de los siguientes valores: Se siente bien con gente joven, cree que sus alumnos son todos personas importantes; se desvela por ayudar cuando el alumno lo necesita; admite sus errores; confía en sus alumnos, tiene sentido del humor, es paciente, es fácil de hablar con él, se alegra con el éxito de sus alumnos, su personalidad es afable y cordial, tiene tacto y consideración, se expresa claramente y demuestra mucho interés, educa para la superación, fomenta estímulos, no juzga a priori, da libertad a sus alumnos, confía en ellos. Entre los rasgos que desmerecen el profesor ideal, de acuerdo con esta investigación están: nunca se enfada, es excesivamente severo, le gusta opinar demasiado, revela con frecuencia sus emociones o problemas, nunca cambia su manera de pensar, está centrado en sí mismo, formula juicios, siempre pone límites al tiempo, hace énfasis en la realidad, no permite el uso de recursos diferentes, impide la movilidad, compara a los alumnos, evalúa demasiado. El docente creativo es el mejor modelo para sus alumnos. Su actitud determinará en gran medida, el que sus alumnos opten por se creativos, por cultivar el valor de la creatividad. ¿Cómo hacerlo? La parte diáctica de este trabajo será un aporte fundamental para lograrlo. Se citan a continuación algunos de los criterios establecidos por Ramos C., ya citada, que pueden ampliar este perfil. ...Conocimiento claro que de sí mismo..: amplio conocimiento de sus alumnos: interés, posibilidades, aspiraciones... conocer principios, teorías y técnicas sobre la creatividad, comprensión de los procesos creadores... información actualizada, conocimiento amplio del mundo y su entorno, y sobre todo, poseer cualidades físicas, emocionales, morales, éticas y gran capacidad para relacionarse. (P. 67). Con este bagaje de riqueza personal y profesional, será fácil aplicar las técnicas para el desarrollo y cultivo del pensamiento y la acción creativa. Este docente será sin duda una persona creadora que variará sus técnicas y propondrá nuevos enfoques, será un modelo creador que eduque más por lo que hace, que por lo que dice, en este momento, se habrá iniciado una nueva etapa en la educación, con la libertad como fundamento filosófico esencial, la creatividad como fundamento psicológico; la igualdad como fundamento social y el educando como sujeto y objeto de su propio aprendizaje, siempre en camino hacia su propia valoración, su autorrealización. Características del Alumno Creativo Así como los docentes, también los niños y jóvenes poseen características que los definen como seres creativos. Brevemente se exponen algunas de ellas que más que una guía, precisa, suponen datos para que el docente incursione en el valioso campo de la creatividad. De acuerdo con diferentes autores, las personas a los 45 años deberían estar en el máximo de su capacidad creadora, pero no sucede así, y es preciso descender a veces a los 5 años, para detectar que el 90% de los niños son creativos. Así se puede observar en estos individuos una predisposición a la búsqueda de soluciones, ausencia de prejuicios, son desinhibidos, con un nivel alto de inteligencia, aman el arte y la estética, enfrentan retos, son enérgicos, se entregan al trabajo creativo en busca de nuevas experiencias. Tienen una poderosa imaginación, curiosidad constante, independencia, persistencia, individualidad, sensibilidad ante lo auténtico, facilidad para relacionarse, autosuficientes, seguro de sí mismos, fáciles a la amistad, buen humor y alegría, entre otros. Valores como estos, son los que el docente verdadero podía ir descubriendo, si se prepara para incursionar en este hermoso campo y es capaz de mirar diferente, desde la perspectiva de su vocación. Cox, citado por De la Torre (1987); expresa: La fantasía y la festividad permiten al hombre experimentar con su presencia de una forma más rica, creativa y alegre. El juego expresivo y la creación artística deben estar en el centro de la vida y no en la periferia. (P. 16). Pueden existir las riquezas en el mundo, así como el bien o el mal, igualmente la creación o la destrucción, pero no tendrán verdadero significado si se desconocen o se olvidan. Seguidamente se incluyen algunos contenidos sobre teorías filosóficas y psicológicas que sustentan la creatividad y amplían el campo del conocimiento. Teorías que Sustentan la Creatividad. Filosóficas Platón señala que todo artista tiene una divinidad que lo mueve y su inspiración es reconocida por todos. Whihead, señala a la creatividad como fuerza cósmica y la asocia al genio y poder creador. Darwin, la interpreta como una fuerza comparándola con la misma evolución de la especie. Estos autores han efectuado sus planteamientos sobre una base intuitiva y no científica. Por el contrario, las teorías psicológicas poseen un basamento científico y así los diversos criterios que se exponen a continuación, han sido fundamentados por los preconizadores de tales corrientes. (Ver Cuadro N°- 3) En la jaula de su planeta, los hombres se mueven en círculo porque han olvidado que se puede mirar al cielo». Ionesco Teorías Psicológicas sobre el Proceso Creador Diseño y Diagramación: Marta G. Ramos C. 1993. Cuadro N°- 3 La Tolerancia Feliz el arquitecto que se niega a que todas las cosas sean iguales y escucha al que le pide poner el tejado en el lugar de los cimientos». Mensaje En 1995, se celebró el Año Internacional de la tolerancia. Con tal motivo, Federico Mayor Z., Director General de la UNESCO, declaraba: Desde hoy, en la conciencia y en el comportamiento de cada uno de nosotros, la tolerancia debe tomar un sentido más fuerte: no indiferencia, sino el impulso hacia el otro para conocerlo mejor, para compartir con él... para que los valores universales comunes a todos, se enriquezcan en la preciosa especificidad de cada uno y de cada lengua, con la irremplazable creatividad de cada persona». Amnistía Internacional. (1995. P. 16). El mundo a través de su más insignes organizaciones se preocupa por fomentar los valores universales hoy, con la urgencia que la desintegración de las costumbres lo requiere. La tolerancia, es como la piedra angular para encontrar y establecer el equilibrio entre dos situaciones controvertidas; es lo contrario de estar siempre a la defensiva, es respeto por la opinión ajena; encierra también la belleza del respeto a los casos diferentes, distintos. Es respeto no sólo a las opiniones, sino también a las prácticas: costumbres, hábitos, gustos. A la política y a la religión y ¿por qué no?, a la moral. Es como un margen de diferencia permisible, no sólo en la calidad de las cosas, sino también en la manera de ser de las personas. La tolerancia es fruto de la madurez. Las situaciones discrepantes en las que las personas se ven envueltas, son consecuencia en muchas ocasiones, de la falta de comprensión, de no saber manejar el valor del diálogo abierto y lógico. El clima de crispación que muchas veces hay que vivir, es generalmente provocado por la intransigencia que es el antónimo de la tolerancia, o sea, su antivalor. Las diferencias individuales son uno de los más hermosos valores que caracterizan al hombre. La tolerancia da como fruto la armonía. Una victoria obtenida a base de imposiciones, nunca producirá la felicidad del éxito bien logrado. Es necesario pensar que nada tiene una sola cara. Por cada hecho positivo, puede haber un hecho negativo. Cada día tiene su noche, pero cada noche tiene su día. La tolerancia tiene grandes implicaciones como valor universal, de carácter social, con gran incumbencia en la familia por el número de indicadores relacionados con la convivencia, la comprensión; el respeto a las aspiraciones, la paciencia, la indulgencia, el aguante, la consideración y hasta el consentimiento. El campo de las relaciones personales, así como es propicio para el desarrollo de muchos valores, puede también ser propicio para situaciones que representen los antivalores, y esta situación debe ser motivo de educación. El campo educativo, lugar comunitario por antonomasia, es por su diversidad, espacio para una tolerancia permanente. En una educación global, abierta, debe germinar el respeto a la diversidad. El valor de la tolerancia no está en sufrir calladamente con la sensación de ser una víctima de la incomprensión o la tiranía. No, es un camino abierto hacia el diálogo hacia la concordia. en el Año Internacional de la Tolerancia, en el encabezamiento de un artículo se leía, del poeta Juan Ramón Jiménez: «Le querían matar los iguales porque era distinto». J.R.J. No será fácil siempre ser comprensivo, tolerante, pero en este mundo de búsqueda de los valores necesarios, el camino es educar en el respeto, para las diferencias individuales, que deben ser punto de honor para el docente. Como apoyo didáctico se incluye el Manifiesto a la Tolerancia, creado en 1995 por González, D. Manifiesto de la Tolerancia Artículo 1º Está claro que el elefante y la jirafa son distintos, diferentes. Pero que quede también claro que no es mejor ni peor uno que la otra. Artículo 2º La muchacha de la rubia cabellera es distinta del joven de tez negra y dientes blancos, pero no es mejor ni peor uno que la otra. Los dos pueden izar la misma bandera: la bandera de la tolerancia. Artículo 3º Hay razas distintas, religiones distintas, distintas lenguas, sexo distinto. Pero todos los seres, mujeres y hombres, de diferentes etnias, de distintas nacionalidades, de lenguas diferentes, deben participar en la misma fiesta: la fiesta de los diferentes pero iguales. Artículo 4º Que no sean iguales todas las casas: que las casas tengan las puertas y ventanas distintas. Y que todos puedan asomarse a los balcones, sin que a nadie de vergüenza, ni a nadie le señalen con el dedo. Artículo 5º Que haya calles distintas y plazas distintas. Y que no se obligue a nadie a pasear por el mismo paseo. Que todo el que quiera pueda pasear por las nubes o darse una vuelta por el fondo del mar. Artículo 6º Habrá que tener mucho cuidado con todo lo que se fabrica en serie. Que seriamente los poderes públicos estudien cómo potenciar la creación original y lo distinto. Que el pueblo controle y no permita que los más poderosos impongan sus modas y sus modos. (Tríptico P.2) Valor de la Libertad Para disfrutar de la libertad es preciso que cada uno pueda decir lo que piensa y para conservarla tiene el hombre que poseer siempre el derecho de hablar . Montesquieu La opción personal como valor profundo es el valor por la libertad. Los hombres eligen siempre el bien. Afirmar el valor que elegimos, es estar en libertad, como personas, al optar por un valor, estamos creando ese valor. No hay valores preexistentes a nosotros mismos. El hombre, afirma Sartre, es libertad. En esta libertad del hombre, es donde existe la mayor responsabilidad. Existe un hecho bien profundo, y es que cuando se opta por la libertad, se está asumiendo que para la humanidad, existe ese valor. La libertad como derecho humano, es reconocida desde el año 1948, cuando la ONU determina: «... la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca... de todos los miembros de la familia humana...» En la declaración de los Derechos de Virginia EE.UU. (1776) se ratifica ... todos los hombres son por naturaleza igualmente libres e independientes... no pueden por ningún pacto privar o desposeer a su posteridad de: el goce de la vida y la libertad... conseguir la felicidad y la seguridad». (P. 15). En la Declaración de los Derechos del Hombre y del ciudadano, Francia (1789), se confirma: <«La finalidad de toda asociación, política, es la conservación de los derechos naturales. Estos son la libertad, la propiedad ... u. Valija Didáctica. (P. 16). En la Convención Americana sobre Derechos Humanos (1969), se repite la misma consigna »Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad personales... nadie puede ser privado de su libertad...». V.D. (P. 17). El documento explicita aún más las libertades concretas y particulares tales como el derecho a la protección de libertad personal, a la libertad de expresión, libertad de pensamiento, conciencia y religión, libertad de residencia, libertad de circulación. El valor de la libertad como derecho universal es innegable a nivel internacional. Lo que puede estar en duda es su valoración en la práctica. La Constitución nacional de Venezuela (1973), en su Artículo 60 expone: «La libertad y seguridad personales son inviolables». Todo es ratificado en el párrafo 2°. En el artículo 66, se ratifican las otras libertades universales. Quienes radicalizan los valores o niegan su identidad, opinan que la libertad es un valor donde tienen origen todos los demás valores del ser humano, el ser por quien todos los valores existen. El valor no aparecerá jamás desencarnado ante los hombres, como un conjunto de principios abstractos, que hemos de acatar. Lo propio del valor es asumir una posición con relación a la vida. Es llevar libremente algo como una marca, un sello estampado, encarnado en uno mismo, en disposición abierta ante el mundo. Esta posición, se demuestra mejor en un ambiente de libertad y es el medio educativo, en un sistema democrático el lugar propicio para el cultivo de la libertad como valor personal, social y universal, al cual todos puedan optar. La libertad democrática no es una libertad arbitraria, es la posibilidad social de ser uno mismo, de poder desarrollarse, de soñar despiertos con el deseo de que empiece a amanecer una nueva sociedad. el docente tiene en este proceso el papel de vivir su propio valor de libertad y reflejarlo cada día con su creatividad en el trabajo, lugar para la transmisión de los valores. De acuerdo con Roger, (1978), «En cualquier cultura, dado un clima de libertad donde el hombre sea valorado como persona, todo individuo maduro, tenderá a elegir o preferir los mismos valores». (P. 50). Para que esta situación se desarrolle favorablemente y la libertad si pueda considerarse un valor, es preciso asegurarle un condicionamiento favorable: biológico, económico, social, político, en fin, donde la persona pueda seguir la llamada superior de la libertad. La persona debe saber qué ha de hacer con su libertad; para esto se exige una reflexión profunda y crítica y no una elección a priori. Libertad interna significa, que puedo vivir aquí y ahora por mi elección. Rogers entiende esta lucha por la elección y opción por la libertad como un hecho del interior de la persona. Los cambios que se desean verificar en el terreno educativo o empresarial, tienen para él idéntico fundamento. Son las personas las que deben cambiar sus valoraciones y actitudes básicas y al hacerlo, cambiará también el medio en que se insertan. En la educación, es el docente el que con su actitud, debe propiciar, en su justa medida, el valor insigne de la libertad. La creación surgirá del respeto a la dignidad y a la libertad. La difícil tarea es cosechar frutos donde el ambiente es de represión. Muchas veces la libertad se ve contrariada por la relación de poder que en la escuela tradicional se observa en casi todas sus manifestaciones, negando lo novedoso, diverso, o que discrepe del pensar de la autoridad. Iceta (1982), cree en la necesidad de la formación de valores o principios porque los niños y jóvenes los necesitan para conformar su personalidad:; pero eso sí, unos principios que le dejen ser, porque también hay principios represivos que no dejan ser. el autor expone: ... Si le inculcamos a un niño desde pequeño «debes ser siempre el mejor en todo» le estaremos obligando a ser lo que tal vez no pueda y lo romperemos. Este es un mensaje que emitimos con frecuencia al mostrar decepción porque esperábamos que nuestro hijo fuera «príncipe de ojos azules, superlisto»...y es más bien normalitou. (P. 55). Esta forma de coartar la libertad con, mensajes a veces subliminales, es un suceso en el campo educativo no extraño, ni aislado, pero es necesario saber que la educación genuina ocurre sólo en un ambiente de libertad. La libertad de poder escoger incluye la libertad inquisitiva y de crecimiento personal. La vida está llena de valores: económicos, artísticos, deportivos, familiares, tantos como cosas o hechos existen y tienen significado para las personas. Además de los mencionados hay otros con una jerarquía especial, son aquellos que están en la realidad más íntima y profunda de los seres humanos, que los hace precisamente, sentirse personas. Son los llamados Derechos Humanos, como la libertad, la vida. Sólo cuando la persona se identifica y dice: soy alguien digno de vivir y se compromete a ser el mismo libremente, es cuando se produce un cambio posible, vivir en libertad. Cuando la persona asume que es un ser libre, eso lleva consigo: El conocimiento de sí mismo y de los demás. La valoración del sí mismo. Un compromiso y trabajo honesto. Creatividad para desarrollarse como persona. Luchar mano a mano por y con los demás. Promover el reconocimiento y el respeto por los derechos humanos. La libertad, como derecho humano, fue expresada por Monseñor Oscar A. Romero en los siguientes términos: «La libertad es vuestra única riqueza; ¡deben gritarla / deben aullarla! Cada vez que un hombre reclama libertad es como un sol para sus hermanos. Los que están al servicio de la libertad no morirán jamás, son la luz de sus semejantes». El valor de la libertad, como valor de mucha importancia en el ámbito educativo, debe ser analizado e instrumentalizado en el diario vivir, operacionalizando los indicadores que se requieran; para su mejor interpretación, en este trabajo de fundamentación teórica, se define a la libertad, como una propiedad de la voluntad por medio de la cual, las personas tienen la capacidad de elegir y actuar. La libertad tiene los mismos condicionamientos personales y situacionales que tiene el ser humano; los fisiológicos, psicológicos y los externos provenientes del medio. Cómo ejercer la Libertad Lo importante de la educación para la libertad, radica en el aprendizaje. Al ser humano se le educa para la libertad, en libertad. A través del aprendizaje, de nuestras experiencias y de sucesivas elecciones voluntarias, responsables y conscientes, asimilando modelos de personas significativas como el docente, el ser humano se forma en y para asumir y responder al valor de la libertad, evaluando sus ventajas y responsabilidades. «La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos, con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra, ni el mar encubre, por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres». Miguel de Cervantes El Quijote de la Mancha La Autoestima «El valor del hombre equivale a su estimación» Francois, Rabelais Uno de los valores que la educación debe fomentar, es la autoestima, valor de trascendencia que condiciona positivamente hacia el acto educativo, ayuda a superar las dificultades, fomenta la responsabilidad en las propias capacidades, apoya y fomenta la creatividad, determina la autonomía personal, posibilita la proyección futura de la persona y de acuerdo con Rogers, ya citado, constituye el núcleo de la personalidad. ¿Qué es la autoestima? La Autoestima es una actitud hacia uno mismo y como actitud, es la forma habitual de pensar, amar, sentir y comportarse. Es una disposición adquirida y se genera como resultado de la historia de cada persona. Posee dos cualidades que la hacen característica: capacidad de transferencia y generalización, entendiendo a la primera como el resultado de la formación de actitudes, más el pensamiento y el razonamiento, fruto de un proceso de construcción, en el cual en el caso la educación tiene gran importancia el docente, al efectuar en forma eficiente, el reforzamiento necesario para que se mantenga el vigor suficiente para efectuar la transferencia. En el segundo aspecto, la generalización, supone un proceso mental en el cual, una vez formada una idea o un juicio general, es aplicable a toda un serie de datos similares, interviniendo para ello aspectos tales como la percepción, la intuición u otros. En la autoestima existen tres componentes: el cognitivo, el afectivo y el conativo, cooperando los tres internamente correlacionados. El elemento afectivo segundo de la estructura de la autoestima, es la dimensión que conlleva a la valoración de lo que en nosotros hay de positivo o de negativo. Es un juicio de valor de nuestras cualidades personales y la respuesta de nuestra sensibilidad y emotividad ante los valores y contravalores que advertimos dentro de nosotros. Al tratar de aspectos valorativos, es como si quisiéramos llegar al «corazón» de la autoestima. Es ayudar a conseguir el sentido propio de la vida a través de los cuatro procesos fundamentales de la persona: ubicación, identificación, relación y socialización. Con razón el poeta Neruda expresaba: «Quien descubre el quién soy, descubrirá el quién eres, el cómo eres y el dónde«. En fin, será como dar sentido a la vida. Bases Filosóficas y Legales de la Autoestima Desde que el hombre apareció en la tierra, anda en busca de sí mismo. La respuesta ha venido siempre desde afuera. Así buscó su encuentro con lo místico; su relación entre él mismo y el ««Toten»» planta, animal u objeto. Esto no le satisfizo, se encontró sólo y buscó compañía. Se dio otra nueva polaridad: varón-hembra, hombre-mujer. Fue un nuevo renacer pero más pérdida de sí mismo. Cuando antes se sentía ,<A sí mismo» no era el otro. Cuando se hacia el otro, negaba a sí mismo. Según M. Barroso (1990) las clases sociales y las nuevas ideologías, dividieron de nuevo el mundo y a partir del siglo XVIII, éste queda dividido Norte - Sur; desarrollado sub desarrollado; rico - pobre; negro - blanco. Así la ideología toma fuerza, ya no son solo las ideas sino los métodos. La ideología es una dimensión de la personalidad, pero hasta ahora ninguna ideología ha favorecido el desarrollo integral del ser humano. Estas ideologías favorecen al pobre hasta que el pobre toma conciencia de su poder, de sí mismo. La experiencia del individuo en busca de construir su autoestima, es lo más real, de aquí aparte el modelo tanto de amor a uno mismo-su autoestima-como a los demás. La democracia es energía, es autoestima, va mucho más allá de los simples contenidos y métodos, va hacia el desarrollo y crecimiento de la persona humana. Si la democracia es el bien común, implica iguales derechos, iguales privilegios, en cuanto al desarrollo personal, familiar y social. Una manera para vivir la persona auto estimada. Dewey (1987) expresa que la democracia es una respuesta a la paradoja contextual del hombre que aún anda buscando su propia identidad. La democracia hace que la fe en uno mismo, su propia autoestima, se mantenga fluctuante. La democracia como la autoestima son procesos de aprendizaje, de crecimiento, los valores se mueven desde dentro hacia afuera; la primera debe proporcionar lo que la ley establece como finalidades comunes: Pleno desarrollo de la personalidad, formación de ciudadanos aptos para la democracia, desarrollo del espíritu de solidaridad; el resultado de estos principios de la Constitución Nacional, debe dar como fruto un hombre auto estimado. Si en la práctica esto no sucede, y los valores implícitos y explícitos en el sistema no están presentes en la vida real, es necesario que la educación desde su cátedra, cumpla la eminente labor que se le encomienda: Educar los valores. Siguiendo con el tema, se debe plantear, cómo educar la autoestima que se genera desde el interior de la persona. La mejor manera será partiendo de su origen; esta nace de la observación de uno mismo y de la asimilación e interiorización de la imagen y opinión que los demás tienen y proyectan de uno, pero más especialmente, de las personas que nos son relevantes: padres, maestros, amigos, etc. Alcántara (1990) expresa: Feliz el niño que a través de sus años tropieza oportunamente con el educador providencial que le descubre sus talentos, sus valores. (P. 98). Y Barroso, lamenta lo siguiente «Los que nos educaron... fácilmente cayeron en la trampa de su desvalorización. Institucionalizaron la norma, haciéndola más importante que el niño. Nos proporcionaron modelos de vida, principios, normas para la cabeza y dejaron nuestra experiencia vacía, alterada ...u (P. 115). La concepción de los valores personales está en función de la filosofía y el modelo de hombre que se pretende educar. Como ya se ha mencionado, cada cultura, cada época y hasta cada individuo, tiene su visión particular concreta. En relación con los valores afectivos, los jóvenes poseen una gran riqueza; pasando un poco por alto el mundo de las emociones, se hace referencia al inundo de los sentimientos que se detectan, así podemos observar distintos valores con sus antivalores, tales como los siguientes: Cuando el docente descubre estos y otros valores que pueden ser estimables, es preciso que haga ver a sus alumnos la fortuna que posen para que se eleve su nivel de auto estimación. En el hecho educativo, es muy relevante conocer a esos alumnos, desde la perspectiva del valor. Los sentimientos mencionados, son como las hormonas que regulan todo el dinamismo psíquico; por medio o a través de ellos, llegamos al núcleo del ser humano. A la educación le corresponde profundizar en esos sentimientos y ayudar a su organización. La autoestima se fundamenta en el mundo de los sentimientos y de acuerdo con Clemens (1988), surge de la sensación de satisfacción que experimenta el hombre cuando se dan ciertas condiciones en su vida. De acuerdo con el autor mencionado, las condiciones que deben darse para que la autoestima pueda alcanzar su desarrollo futuro son: 1°-. Vinculación: Esta debe establecerse con las personas que son más significantes para él y para quienes él es significante. 2°. Singularidad: supone respeto y aprobación de los demás hacia las cualidades que posee y los hechos que realiza y le hacen singular. 3°-. Poder: Para disponer de los medios y las oportunidades, para modificar las circunstancias que le afectan de manera significativa en su vida. 4°-. Tener pautas: Esto es, contar con habilidades, para referirse a ejemplos humanos, prácticos y filosóficos, que le sirvan para establecer una escala de valores, objetivos, ideales y referencias personales que le den la seguridad que requiere para sentirse auto valorado. De las cuatro condiciones citadas por Clemens, para que crezca la autoestima, se comentará sobre una sola, para no hacer extenso el tema: La Singularidad. ¿Qué significa ser Singular? Significa arriesgarse ser diferente de los demás, atesorar experiencias que permitan diferenciarse del resto del grupo. Para ser singular el hombre necesita respetarse, valorar sus actuaciones y aprender a fiarse de sus sentimientos y aptitudes. Saber que es alguien especial, aunque se parezca a los demás y sentir que recibe un trato especial como consecuencia de ello. Significa hacer las cosas en un estilo propio, individual; comportarse en una forma distinta, correcta, diferente a los demás. Significa usar la imaginación y dar rienda suelta a su poder de creatividad. Para los niños es una tarea bastante difícil hacerse reconocer como personas singulares. Muchas veces es tildado de «payaso» cuando se comporta de una forma diferente al resto de sus compañeros y es quizás uno de los aspectos que más limitan el desarrollo de condiciones singulares, tales como aptitudes para el canto, dibujo, ideas radicales, imaginación creativa etc. Los adultos que les sirven de guía han de ayudarlos a identificar sus singularidades y tratar que se puedan desarrollar positivamente, a fin de que no resulten factores contrarios al aumento de la auto-estima. Ser singular no significa usar atuendos y ropas extravagantes, llamativas, ni estrafalarias. Pertenecer a grupos «ultra modernos», pendencieros, ni por el contrario, ser un «rompe grupo«. Jesucristo, Napoleón Bonaparte, Simón Bolívar, Alberto Einsten son modelos excepcionales de personas singulares. Las personas singulares que poseen las condiciones expuestas, que se sientan vinculadas afectiva y efectivamente; que tengan el poder de acción y convicción y tengan la habilidad para establecer su propia escala de valores, podrán llegar a obtener altos niveles de autoestima. Contenido y Valores de la Autoestima El niño y el joven poseen valores morales, corporales, intelectuales, estéticos afectivos y capacidad sexual, que constituyen su patrimonio más preciado. Piaget y Kolberg citados por Ramos, exponen diversas etapas evolutivas en el juicio moral de niños y jóvenes, concomitantes con su desarrollo cognitivo. Otros autores determinan que la autoestima como valor éticopsicológico, implica y presupone el supremo valor de una vida individual. Esta idea descansa sobre una visión moral, que ve en cada persona un fin en sí misma. Aparentemente podría creerse que en los jóvenes no se descubren estas predisposiciones mencionadas y hábitos y actitudes positivos, pero no es así, y ellos presentan un panorama moral más limpio que los adultos y pueden reflejar el valor de la autoestima con mayor nitidez. Es preciso educar a través de la valoración de la estima propia, para que se ame el cuerpo en su justo valor identificando cada uno de los sentidos y sus funciones específicas con relación a la vida. Las capacidades intelectuales tienen que ser el contenido fundamental del auto concepto del alumno. Es ese uno de sus verdaderos bienes. El mejor punto de referencia pueden ser los indicadores de la inteligencia: a) Factores, b) Habilidades, c) Aptitudes. Entre las aptitudes que Thurstone, citado por Ramos (1995), indica, se mencionan algunas fundamentales: - Amor a la verdad - Espíritu investigador - Actitud crítica y reflexiva - Creatividad - Rigor científico. Los valores estéticos son un mundo muy apreciable para hacer crecer la autoestima, por la cantidad de alumnos con talento artístico que se pueden descubrir. Sobre los valores afectivos ya se habló anteriormente, pero en educación, será preciso una gran cantidad de indicadores afectivos y conceptualizarlos para su mejor comprensión y aplicación; para culminar este punto, se incluye una clasificación, o de acuerdo con Alcántara, ya citado, una clarificación de valores sociales e individuales que sin duda los jóvenes los poseen, pero hay que indicarlos para que los descubran y los asuman en su propia vida, pues su autoestima depende también de la configuración de ellos. Valores Sociales Participación Responsabilidad Tolerancia Diálogo Solidaridad Amistad Amor al prójimo Valores individuales Sinceridad Libertad Fortaleza Paz Gratitud Amor a lo bien hecho Amor a Dios para los creyentes Estos valores se asumen de una u otra manera, dependiendo de la edad, madurez, y diversas circunstancias que se desarrollan en el ciclo vital de la persona. Barroso, (ya citado), hace referencia a las etapas del desarrollo de la autoestima basándose en sus propios criterios; de acuerdo con el autor, estas etapas son comunes a todas las personas y en cada una de ellas deben satisfacerse unas necesidades que abarcan desde las más elementales hasta las más sublimes y transcendentes. Cada una de ellas cumple unas funciones vitales indispensables para que el ser humano en cada momento de su vida se sienta auto estimado y pueda valorarse a sí mismo. La autoestima es una realidad concreta, y palpable y abarca dos aspectos: la experiencia del individuo el ,«Sí mismo» y el contexto en torno al cual esa experiencia tiene lugar y se dinamiza. Es aquí donde la educación a través de unos ejes transversales fundamentados en valores, podrá lograr una auto imagen adecuada en los ciudadanos que debe formar, para ello, debe tener un conocimiento teórico de las etapas por las que pasa sucesivamente el ser humano, sus necesidades, características y las funciones que cumplen para lograr una autoestima adecuada. El autor establece otras clasificaciones sobre la identificación de la persona, cómo se ubica, cómo se identifica, cómo se relaciona y se socializa desde su contexto individual como organismo vivo, dando a entender cuán profundos son los aspectos que involucran a la autoestima para una buena configuración de la misma. Etapas del Desarrollo de la Autoestima Características generales de la persona con Autoestima alta De acuerdo con diversos criterios, se establecen algunas características de las personas que han logrado establecer en su vida unos niveles de autoestima adecuados. Una persona con autoestima alta: Estará orgullosa de sus logros Actuará con independencia Asumirá responsabilidades con facilidad Sabrá afrontar nuevos retos con entusiasmo Aceptará las frustraciones en su justo nivel. Será capaz de influir sobre otros. Mostrará amplitud de emociones y sentimientos. Tendrá vínculos importantes para él y reconocidos por los demás. Será singular y diferente, apoyada por el respeto de sí misma y de quienes la rodean. Sabrá disponer de medios, oportunidades y capacidades para modificar las circunstancias de la vida, de manera significativa. Establecerá escalas de valores, objetivos, ideales y exigencias personales de acuerdo a pautas adecuadas. Características generales de una persona con Autoestima baja Evitará las situaciones que le provoquen ansiedad. Despreciará sus dotes naturales Sentirá que los demás no la valoran justamente. Culpará a otros por sus propias debilidades Otros influirán en ella con facilidad Actuará a la defensiva y se frustrará fácilmente • Se sentirá impotente Tendrá estrechez de emociones y sentimientos Estrategias para fomentar y consolidar el valor de la autoestima Como valor personal la autoestima debe ser apreciada en su justo medio y fomentar las actitudes que conllevan a una configuración clara de dicho valor. A tal fin, pueden fijarse metas, establecer normas, conocer las limitaciones y en la medida de lo posible, buscar las soluciones para resolver los conflictos; para ello se presentan algunos indicadores. Fomento de la Autoestima Marta G. Ramos, 1997 Cuadro Nº 5 Como se dijo en el inicio de este tema, la autoestima es una disposición adquirida. Parece que existiera una contradicción entre disposición y adquisición, pero no es así; la autoestima, aún poseyendo una disposición hacia ella, debe ser fomentada, apoyada, cultivada a través de la vida, de la historia personal de cada hombre. Barroso (ya citado), habla de ocho variables que deben tomarse en cuenta para mantener en un nivel adecuado la autoestima: tiempo, espacio, mapas conceptuales, percepción hacia el otro, recursos, alternativas ante problemas, valores y creencias. Estas variables poseen cada una los propios indicadores para su operativización; así, los indicadores de los valores en la autoestima serán la manera de ver las cosas en las que se cree y a las que se da valor, estableciendo una jerarquía; las creencias, los principios en los que apoya su autoestima, son otros de esos indicadores. La autoestima no existe en abstracto, se siente a través de las necesidades satisfechas; se observa en el rostro y se escucha en la tonalidad de las palabras. Por estas razones se puede educar y consolidar. El buscar soluciones siendo auténtico, constante, positivo, teniendo fe en uno mismo y en los demás, entre otras características esenciales, serán los mejores referentes para vivir auto estimado y lograr las metas de una autorrealización perfecta, en contra de la desvalorización histórica que justifica el bajo rendimiento o la irresponsabilidad en el cumplimiento del deber. Centrar la educación en la formación de las actitudes básicas, tomando como punto de referencia la autoestima, es un buen punto de partida. Profundizar en sus elementos debe llevar a descubrir las fuentes del entusiasmo; es transitar la árida tarea de la ciencia y a través del conocimiento propio, ingresar al recinto de lo más personal, hacia las raíces del origen donde se perfila cada ser. Para esto se requiere contar con educadores bien clasificados, auténticos educadores, a los que de acuerdo con Alcántara, (ya citado), «buscan a tientas niños, adolescentes y jóvenes y la sociedad los necesita». Continuando con su reflexión el autor expresa: ...desgraciado aquel pueblo que no los reclama. Una educación de actitudes fundamentales como la autoestima, la creatividad, la responsabilidad, la autonomía personal, la curiosidad intelectual, la solidaridad, la fortaleza, la sensibilidad ante la belleza, la pasión por la ciencia y la investigación, la amistad, etc., sólo podrá prosperar si es asumida por docentes con vocación. (P. 103). En el ámbito de la autoestima queda mucho camino por recorrer y bastante que hacer. El presente trabajo quiere ser un aporte valioso en este campo. Estará apoyado en la psicología y las ciencias afines, pero sin perder de vista la meta propuesta, que es, descubrir y estimular la potencialidad de los docentes a través del conocimiento del estudiante en su diario trabajo, para que se desarrolle como un proceso normal, y así llegue, a lo más profundo del corazón de sus alumnos, pozos sedientos de verdad para que con el valor del conocimiento verdadero, satisfagan su sed de estimación en su propia realidad. «La construcción de la autoestima es la piedra angular que permitirá a los niños desarrollar con plenitud lo que llevan dentro».Dorothy Briggs La Solidaridad. «Solidarios, nunca solitarios» El ser humano es por naturaleza un ser social. Los hombres no somos islas. Libertad, igualdad y fraternidad, hacen la trilogía que compone la solidaridad; persona es, o significa: relación con los demás. La solidaridad como todo valor ya sea personal o como en este caso, universal, requiere como se dijo anteriormente encarnarse en los seres humanos. Así, ser solidario, debe estar representado en hechos reales. Juan XXIII, (citado en Amnistía Internacional), expresaba: Al ser los hombres por naturaleza sociales deben convivir unos con otros y procurar cada uno el bien de los demás... De aquí se sigue que cada uno deba aportar su colaboración generosa para procurar una convivencia civil, respetando los derechos y los deberes... No basta reconocer el derecho a las cosas necesarias, si no se procura que el hombre posea con suficiente abundancia cuanto toca a su sustento. (P.4). Esta base doctrinaria compromete a todo ser humano que vive en sociedad, donde los derechos del uno condicionan la libertad de los otros. Esta responsabilidad nadie la puede eludir. El vínculo solidario que todo ser humano tiene con la sociedad hace que la libertad establezca sus límites en función del bien común. Para educar en la solidaridad, como valor que involucra hechos y sentimientos, es necesario pensar que todo individuo necesita de los demás. El trabajo es un ejemplo de lugar para la solidaridad, para producir, protegerse intercambiar ideas, debe existir una comunidad de intereses. En la declaración de los Derechos Humanos se establece, que sólo la solidaridad universal podrá aportar soluciones a los retos que los pueblos y el mundo plantean. La solidaridad no es un concepto abstracto, es un principio que exige para todas las personas el derecho a satisfacer sus necesidades básicas trabajo, salud, seguridad, educación, cultura; porque todos los seres humanos nacen libres, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros. El campo pedagógico está lleno de oportunidades para la práctica solidaria; para ello, será necesario ampliar el conocimiento sobre el tema y saber que existen además de la Ley de los Derechos Humanos, otros muchos documentos y uno referido a la solidaridad como es el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, (1976), acuerdo trascendental que consagra el derecho a participar en la vida cultural y científica, al trabajo, a la salud mental y física, a un buen nivel de vida, a la protección de la familia. ¿Cómo inculcar en los alumnos estos principios para que al identificarse con ellos, los asuman y se conviertan en actitudes valorativas? En primer lugar a través de un conocimiento claro del conflicto existente, buscando la solución a través del diálogo, evaluando las situaciones para implementar la estrategia más adecuada, pero sobre todo, aprovechando las más sencillas oportunidades, para que los alumnos asuman una actitud solidaria que les haga sensibles hacia las necesidades ajenas. Bastaría con leer del gran poeta Andrés Eloy Blanco Coloquio bajo la Palma», y a través de un buen análisis reflexionar con los alumnos, como el poeta lo hacia con su hijo: Por eso quiero hijo mío que te des a tus hermanos, que para su bien pelees y nunca te estés aislado, bruto y amado del mundo te prefiero a sólo y sabio. A Dios que me de tormento. A Dios que me de quebrantos pero que no me dé un hijo de corazón solitario. A.E.B. La Igualdad «No camines delante de mí, no puedo seguirte. No camines detrás, no puedo ser tu guía. Camina a mi lado y seré tu amigo». Prov. Chino Imposible resulta describir cada uno de los valores que se pretende formen parte de los que se desarrollarán en los diferentes talleres que se llevarán a cabo como respuesta al presente diseño. Como se ha podido observar a través de lo expuesto, todos los valores tienen su basamento filosófico, sociológico y psicológico debido al ámbito en el que se desarrollan: el mundo y la persona. Este trabajo no puede sino presentar algunas ideas que estimulen a los docentes y futuros educadores a incursionar en el mundo del valor del conocimiento, para una mejor interpretación del ser humano. La igualdad se establece como principio en forma tajante «todos los hombres somos iguales». Fácil resulta enunciarlo, difícil es en la práctica. De hecho, sólo por razones didácticopedagógicas, pueden ser estudiados por separado los valores pues unos involucran la práctica de los otros. La igualdad va acompañada de la solidaridad, la tolerancia, el amor, el respeto y la justicia, entre otros. No pareciera el valor de la igualdad tema para llevarlo al nivel doméstico del aula, pero sí involucra muchas actitudes que pueden y deben ser educadas en el alumno y en el docente, el cual a través de sus actitudes deberá enseñar, cómo aprender a aceptar las diferencias legítimas, para poder valorarlas, estas son, las diferencias individuales. Así mismo, deberá también aprender y enseñar a rechazar y combatir las diferencias legítimas; privilegios, posesiones, el hecho de que se valore más el tener que el ser, por ejemplo. La igualdad exige respetar la verdad de cada uno, su propia verdad, para que en igualdad de condiciones, sepan respetar la tuya propia. El principio de igualdad está en todos los ámbitos, como está la discriminación, que aunque solapada en unos lugares, en otro se ejerce abiertamente. En 1793, Jacques Ronx, en Francia, citado en Valija Didáctica, expresaba: La igualdad no es más que un vano fantasma cuando el rico, mediante el monopolio, ejerce el derecho de vida y muerte sobre sus semejantes. La República no es más que un vano fantasma cuando la contrarrevolución se produce a diario con el precio de los artículos, a los que las tres cuartas partes de los ciudadanos no llegan sin derramar lágrimas. (P.13) ¿Cómo llegar al ámbito de la práctica en el valor de la igualdad? Se pueden enseñar las formas de discriminación bajo conceptos como: la edad, la opinión, la religión, el género, el origen, las capacidades de cada uno y eliminar así perjuicios y estereotipos con los que nos encontramos cada día. El saber y la creencia de que todos somos iguales, ayudará a eliminar barreras, discrepancias y luchas estériles por los conceptos antes mencionados. Educar en el valor de la igualdad, es dar un paso hacia adelante en el ámbito de una verdadera convivencia. Los Refranes y la Educación Muchas veces se ha dicho que el venezolano es refranero. Políticos, hombres del pueblo y personas ilustres, utilizan en diversas circunstancias los refranes para establecer una sentencia, zanjar una cuestión en forma coloquial y hasta formular una amenaza: «Arrieros somos, y en el camino nos encontraremos». «Te espero en la bajada», Cada sentencia encierra deseos, esperanzas, venganza, o en otras circunstancias ambición. Descubrir en cada refrán la filosofía que encierra, valores y antivalores, es una acción didáctica, formadora y hasta estimulante por lo amena que resulta si se sabe guiar. Igualmente es común sentenciar con palabras hechos o creencias que cumplen la función de desestimular, desvalorizar, y establecer grabaciones que en un momento determinado de acuerdo con la psicología ejercen efectos negativos en las personas. «Arbol que nace torcido, nunca su rama endereza. Esta expresión está negando la posibilidad de rectificar a la persona que cometió un error, no obstante, se utiliza en muchos medios sociales, sabiendo por experiencia, que muchas personas han tenido la oportunidad de rectificar y lo han hecho. Son incontables las sentencias utilizables en el campo educativo, cuando el ingenio del docente sabe seleccionar el contenido adecuado, para inculcar valores en sus alumnos. Así, el refrán ««Al que a buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija, pudiera ser un tema para motivar hacia la selección de buenos amigos. «Al Cesar, lo que es del Cesar», establece sentencia para la justicia. ««La pereza es la madre de todos los vicios», con lo cual se condena la holgazanería y se estimula para el trabajo, cumplimiento del deber, responsabilidad, puntualidad u otros valores para el campo educativo y la vida ciudadana. El Ministerio de Educación, en el contenido programático de diversos grados, establece objetivos concretos para el uso de los refranes. La idea formativa contenida en estos objetivos, es la que está presente, pero en la mayoría de los casos, no se va más allá del simple aprendizaje memorístico, donde la cantidad de los que se aprenden, se juzga más valiosa que el análisis en profundidad, de lo que la filosofía popular encierra en ellos. No sólo los refranes, sino las canciones, la poesía y la literatura en general utilizados adecuadamente, pueden ser un apoyo didáctico para cualquiera de las áreas de estudio del currículo escolar y servir al docente como pautas para el descubrimiento de valores y antivalores a través del lenguaje cotidiano de sus alumnos. En el ámbito del lenguaje, en sus diversas manifestaciones y funciones, hay que descubrir el valor ético, estético, psicolosocial, psicolingüístico y didáctico, ya que la literatura que se le ofrece al estudiante, lleva implícita y responde a unos valores culturales, sociales e históricos que generalmente impone la clase dominante. En la Edad Media eran hadas y príncipes, hoy el capitalismo nos impone los héroes de ciencia ficción y los superhombres. El lenguaje tanto verbal como ¡cónico, es sensible a los valores que con él se quieren transmitir y es por ello, que esta área debe estar presente como un eje transversal que fomente el valor de la lengua, como valor nacional. Capítulo III Metodología 3.1 Naturaleza del Estudio El presente trabajo se inserta dentro del criterio y características de un Proyecto Factible, pues tiene como objetivo dar solución a un problema real. De acuerdo con el Manual de trabajos de Grado de Maestría y Tesis Doctorales de la Universidad de Carabobo (1990). El proyecto factible consiste en la elaboración de una propuesta de un modelo operativo viable o una solución posible a un problema de tipo práctico, para satisfacer necesidades de una institución o un grupo social. (P.7). La propuesta: Diseño de un Programa para Educar en valores, está fundamentada en una investigación bibliográfica la cual sirvió para diagnosticar la situación actual en referencia a la información y formación que los docentes tienen sobre el tema y cuyos resultados determinaron la necesidad de la elaboración del programa para llenar el vacío existente encontrado. 3.2 Modelo para el Diseño El diseño para el desarrollo de la propuesta consistió en un programa realizado de acuerdo a los lineamientos establecidos en el Modelo de Planificación Curricular denominado »Modelo de Control y Ajuste permanente del currículo». Castro P. (1982), el cual tiene entre sus características la de ser dinámico y flexible, adaptable, innovador, con alcance de acuerdo a las necesidades, participativo y es considerado -una estrategia para la planificación de los recursos humanos». El modelo señala elementos claves y tres niveles para su operacionalización u organización, los cuales son: Nivel Macro, Nivel Meso y Nivel Micro, que dan como producto respectivamente: el Perfil, el Plan de Estudio y los Programas. En el Nivel Micro, se ubican los elementos de participación y Administración (PA-A) y están constituidos por la validez externa y la validez total. Las características del sistema de aprendizaje que se proponen en el diseño son: centrado en el alumno, se utilizarán métodos y técnicas educativas para lograr objetivos; dinámico y flexible, estimula la iniciativa y la creatividad y el aprendizaje está basado en el principio de aprender a aprender. Estas son algunas de las razones para la decisión de adopción del modelo, para el desarrollo de este Programa. El gráfico N°- 1, que a continuación se presenta, ilustra de manera clara, la ubicación de los programas en el Diseño. GRAFICO Nº 2 MODELO DE EVALUACION CURRICULAR 3.3 Especificaciones Curriculares De acuerdo con el modelo seleccionado, las especificaciones curriculares para la elaboración de los programas sinópticos son los siguientes: 1. Identificación de la asignatura 2. Justificación 3. Carácter de la asignatura 4. Objetivo terminal 5. Sinopsis del contenido programático 6. Estrategias Metodológicas A continuación se presenta la descripción de cada una de dichas especificaciones: 1. Identificación de la Asignatura Denominación, código, semestre, unidades crédito, horas semanales (teóricas y prácticas), prelación, área de formación a la que pertenece, cátedra y departamento al que se sugiere la adscripción. En el caso que se trata, sólo se tomarán de este punto las siguientes: Denominación, horas y características de la asignatura. 2. justificación Razones o propósitos de su incorporación a un Plan de Estudio. NOTA: EL PUNTO Nº 3 NO ESTA DISPONIBLE DENTRO DEL DOCUMENTO ORIGINAL. 4. Objetivo Terminal Tipo de conocimientos, habilidades o destrezas que se aspira a desarrollar en el estudiante para el desempeño de las funciones definidas en el perfil profesional. 5. Sinopsis del Contenido Programático Delimitación general de temas o aspectos a considerar dentro del área de conocimiento en que se inscribe la asignatura. 6. Estrategias Metodológicas Sugerencias acerca de la metodología a emplear, de acuerdo al objetivo terminal, contenido y justificación de la asignatura. Este último aspecto es de importancia significativa para asegurar la verdadera adquisición del conocimiento y el desarrollo de las habilidades y destrezas requeridas para el perfil. 3.4. Desarrollo del Diseño El Programa, motivo de este trabajo será desarrollado por la autora del mismo. Los temas por ser un número indefinido dada la materia a tratar, se adaptarán a las necesidades del medio y de las circunstancias. En cada Seminario-Taller, participará además, un especialista en la materia, el cual podrá llevar a cabo una disertación o ínter actuación con los participantes. En la metodología para el desarrollo del Programa, será utilizada preferentemente la Técnica Mixta de Seminario-Taller, como ya se había mencionado. Concepto de Seminario-Taller El seminario es el procedimiento didáctico que consiste en el estudio de un tema sobre el que se desea investigar a fin de discutirlo y procesarlo científicamente. De acuerdo con el Diccionario, en la Enseñanza Superior consiste en una clase donde profesores y alumnos participan en la discusión de un tema para analizarlo y sacar conclusiones. Los temas del Seminario Los temas deben ser variados y tener como características, el ser: a) Interesantes, actuales y relevantes, b) Temas de una disciplina en la que se desea profundizar; c) Temas para un programa que se desea estructurar u otros. Actividades a Desarrollar - Iniciar el estudio de temas de relevancia - Compartir ideas - Sistematizar hechos y temas y reflexionar sobre ellos - Participar del trabajo en grupo - Obtener conclusiones El Taller El «Programa para Educar en Valores» debe realizarse de una forma vivencial, con una participación expresiva de las actitudes del grupo, lo cual se logrará con la participación en actividades de desarrollo de trabajos de acuerdo a la dinámica que se establezca. Esta combinación de técnicas, es apropiada para obtener los resultados deseados. Los cuales son: Educar en Valores, para lo que es necesario e indispensable el conocimiento y la participación motivadora. Número de Participantes En cada Seminario-Taller podrán participar 25 personas. Duración La duración está establecida para un lapso de 24 horas. Conclusiones y Recomendaciones Al concluir la investigación bibliográfica realizada para fundamentar la propuesta del presente diseño, se ha podido comprobar que existe una amplia gama de documentos que contienen las orientaciones filosófico-legales del Sistema Educativo, que orientan y dan una firme sustentación a las acciones que deben llevar a cabo los ejecutores de los mismos, para lograr que el proceso educativo satisfaga la expectativa en cuanto a una adecuada educación para la vida, educando los valores que le son propios al ser humano, para vivir disfrutando de sus derechos. Los principios filosóficos contenidos en la leyes vigentes, proponen y exigen la formación de ciudadanos formados adecuadamente para vivir en democracia y poseer el perfil que la democracia exige. Los diversos autores consultados dan respuesta a la necesidad de formar a los docentes en el campo de la axiología educativa. Los valores deben ser educados y vivenciados. De acuerdo con documentos como el IX Plan de la Nación, Resolución N° 1 (M.E.),. Plan Decenal y otros, ya citados, el docente en ejercicio no ha tenido la atención debida por parte de los organismos competentes y la formación en el campo de los valores ha sido totalmente deficiente. Como resultado de la información bibliográfica recabada, y la obtenida en entrevistas informarles realizadas a docentes y otras personas involucradas en el proceso de mejoramiento del Sistema Educativo Venezolano, se recomienda: La aprobación del Diseño del «Programa para Educar en Valores», de acuerdo a las especificaciones expuestas, para que represente un aporte a la formación permanente de los docentes en ejercicio. El Programa puede y debe hacerse extensible a los alumnos cursantes de los últimos semestres de la FACE, en sus diversas menciones. Que el Programa pueda ser ofrecido para que participen docentes de otros niveles y modalidades del Sistema Educativo, haciendo las adaptaciones necesarias, de acuerdo a los participantes, a los que vaya dirigido, lo cual es factible de acuerdo al modelo seleccionado para la realización del diseño. Castro P. (ya citado). Capítulo IV Diseño de la Propuesta Fundamentación El trabajo de investigación realizado y la experiencia en el ámbito educativo, han formado parte de la razón de ser del diseño que se presenta a continuación. Educar en Valores no es un objetivo más de la educación, debe ser el Objetivo de la Educación. El Sistema Educativo Venezolano no podrá perder de vista su fin, tampoco podrá permanecer neutral ante el tipo de educación que se esté impartiendo en el País; debe velar porque estén presentes en su currículo escolar valores tales como la igualdad, el respeto, la solidaridad, la creatividad, el amor por el trabajo, la conservación, la justicia, la autoestima entre otros, ya que sino son los valores los que se vivencian a través del desarrollo de una educación sistemática, serán los antivalores los que tomen su lugar. El presente Programa para Educar en valores, tiene como objetivo fundamental dar un aporte formativo, en primer lugar a los docentes que laboran en el Nivel de Educación Básica, específicamente los de la primera y segunda etapa (6-12 años), por ser las edades de los alumnos a los que deben educar, las más propicias para la formación de los valores, y en segundo lugar, hacerlo extensible a los futuros docente, próximos a egresar de FACE, así como para docentes de otros niveles, y modalidades del Sistema Educativo. Esta ambiciosa aspiración, responde a las exigencias contenidas en los documentos mencionados con anterioridad, tales como: La Constitución Nacional, LOE, Plan Decenal, Capítulo Educación, Resolución N°- 1, (M.E.), Planes de la Nación del V al IX en los capítulos referidos a Educación, Plan de Acción, (M.E.), Ley de Universidades, Programas de Estudio y Normativo de Educación Básica, entre otros, en los cuales se expone y ratifica repetidamente la necesidad de educar para obtener hombres sanos, cultos, con capacidad científica, principios éticos propios, creativos, justos, que amen lo propio, lo nacional, defiendan el ambiente, demuestren actitudes positivas hacia la convivencia democrática, reflexivos, solidarios, respetuosos, responsables. Este perfil del ciudadano que hoy se necesita, sólo se obtendrá con un docente que tenga las ideas precisas para llegar a la meta, para lo que requiere una formación adecuada, que como se dijo, enseñe menos saberes y más vivir, que sea sincero, optimista, constructivo, cariñoso, humano, en fin que valore su vocación como tal y de sentido a su misión. Ese líder necesario que reivindique su profesión, puede ser formado, existe el apoyo legal en primer lugar, la necesidad está patente. El diseño seleccionado para la realización del programa puede dar respuesta a los planteamientos hechos. Justificación La propuesta que se presenta a continuación es una respuesta a las necesidades detectadas durante la investigación bibliográfica realizada, la cual se ha expuesto ampliamente pormenorizada en los Capítulos anteriores, donde con claridad se plantea la necesidad de una Educación de los Valores no sólo en el ámbito escolar sino en todos los estratos de la sociedad y en los diversos niveles sociales existentes, donde hay un vacío de consistencia notoria y desvalorización histórica de la autoestima, señalada por Barrios (1994), la cual influye en valores tan significativos como la creatividad en el área educación, pasando por el ambiente de corrupción de las últimas décadas donde la falta de moral ha llevado a pisotear injustamente los derechos de la mayoría en favor de unos pocos, la falta de solidaridad, que ha profundizado las diferencias sociales, y donde lo «útil» toma el punto de lo «debido» y el «tener» es más importante que el «ser»; perdiendo el sentido de los patrones éticos y donde la brújula de lo valorativo en positivo se ha perdido, han sido el marco referencial de adultos y la mayoría de jóvenes que hoy transitan por los salones de clases. La postmodernidad con el relativismo como parte de sus características, es una reacción ante el vacío existencial, pero ésta se presenta, sin criterios éticos definidos. Ante los aspectos mencionados y una lista interminable de ellos, la educación es el camino para retomar la ruta adecuada. Una pedagogía de los valores en todas sus dimensiones, que guíe y señale los principios rectos, los ideales; que enseñe a crecer hacia la plenitud de la persona, que enseñe a vivir más que a saber cosas, será la educación eficaz para superar la imagen desdibujada de la sociedad actual. Para que esta labor se pueda cumplir de manera eficaz, se necesitan las guías eficaces que son y seguirán siendo, quienes tienen en sus manos las riendas de la educación. Educadores que más que enseñar, eduquen, que señalen metas que inspiren ideales, que dibujen y transmitan con su vida, la imagen valorizada de la persona como tal, que ensalce y proponga los valores éticos, personales, sociales como fundamento de su programa como realidades valiosas, positivas. Este programa, pretende facilitar el aprendizaje para la educación de los valores, para que el docente tenga una visión clara, un amplio marco referencial, desde donde, con su actitud positiva y una formación adecuada, sea el modelo para sus alumnos y el nuevo líder de la sociedad del futuro. Factibilidad La propuesta para la realización del Programa mencionado como aporte a la formación de los docentes en servicio y otros grupos posibles de participar en este proyecto, es factible por las siguientes razones: ¥ Existe una apremiante necesidad de formación en valores, lo cual propicia un ambiente de aceptación ante la oferta. ¥ El recurso humano-Facilitador- será la propia autora del Proyecto. Como por la amplitud del tema se requerirá de personas que colaboren en su desarrollo, existe un grupo numeroso interesado en colaborar con la propuesta, especialmente profesores de FACE. ¥ En cuanto a los participantes, la investigación realizada de manera informal, no sistematizada, que se ha llevado a cabo, ha demostrado que existe gran expectativa positiva hacia la participación, traducida en deseo real. ¥ Institucionalmente, la Facultad de Ciencias de la Educación, a través de su máxima autoridad, ha expresado el deseo de que se realice, este trabajo, apoyando, en cuanto a medios se refiere; espacio físico, material audiovisual, publicidad, etc., todo el respaldo necesario. ¥ Igualmente será factible su desarrollo, como apoyo al Plan General de Educación del Estado Carabobo. (1996-2002), el cual entre sus Programas Estratégicos, tiene uno referido a la actualización del docente en servicio, dirigido al crecimiento de la Calidad Cognitivo-Valorativa de la Educación Regional, CRECER, y el programa PROVALOR (Programa Ciudadano del Conocimiento y los Valores), el cual pasando por todos los ámbitos de la sociedad, pretende abarcar hasta el ámbito de las instituciones de Educación Superior. Los responsables del Plan General de Educación, aspiran poder contar con este diseño para que sea un aporte efectivo a su Proyecto. ¥ Estos aspectos que parecieran una justificación, son precisamente las razones más válidas para asegurar que el programa para Educar en Valores, no caerá en el vacío, sino que llenará los posibles vacíos existentes. Seguidamente se presenta el programa sinóptico. A partir del Objetivo General se elaborarán los distintos programas analíticos de acuerdo con el contenido que consta en la sinopsis, u otros que surjan de acuerdo con las características situacionales. En el desarrollo de los mismos, se utilizarán estrategias metodológicas apropiadas para generar la participación activa y vivencial de los integrantes de cada grupo, ya que para educar en valores es necesario involucrarse efectiva y afectivamente, es decir, estar y querer estar.