El Ranchero o del Mesillero Coloquio de Pastorela El Ranchero o del Mesillero Coloquio de Pastorela Juan Carlos Reyes G. recopilador Consejo Nacional para la Cultura y las Artes Gobierno del Estado de Colima Secretaría de Cultura Unidad de Culturas Populares Mario Anguiano Moreno Gobernador Constitucional del Estado de Colima Rogelio Rueda Sánchez Secretario General de Gobierno Rubén Pérez Anguiano Secretario de Cultura Rafael Tovar y de Teresa Presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes Miriam Morales Sanhueza Directora General de Culturas Populares D. R. © 2014 Gobierno del Estado de Colima / Secretaría de Cultura Calzada Galván Norte, esquina Ejército Nacional s/n Tel. (312) 31 3 06 08 / C.P. 28000 / Colima, Col. D. R. © 2014 Consejo Nacional para la Cultura y las Artes Dirección General de Culturas Populares Av. Paseo de la reforma 175, piso 12 Col. Cuauhtémoc / C.P. 06500 / México, Distrito Federal Colima, Colima, México El Coloquio El Ranchero, también conocido como del Mesillero, es una pastorelas favoritas de las cuadrillas de Colima y zonas aledañas del Sur de Jalisco. Es un texto anónimo, posiblemente escrito en el siglo XIX o principios del siglo XX. La versión que aquí se presenta fue tomada de una copia manuscrita propiedad de don Feliciano Ávalos (q.e.p.d.), quien por más de medio siglo fue el ensayador de la cuadrilla de pastorela de Quesería, Mpio. de Cuauhtémoc, Col. En la transcripción se corrigieron algunos nombres, en espacial los de personajes bíblicos, y la ortografía general, pero se respetaron aquellas palabras y frases que a mi juicio de manera deliberada fueron mal escritas, por ejemplo para forzar una rima, las que sugieren la manera estereotipada del hablar de los indígenas y los rancheros, y las frases en “mexicano” y en “latín”. Igualmente, se repusieron palabras que parecían faltar, seguramente perdidas en el proceso de transcribirlo, que se debió repetir decenas y quizá cientos de veces a lo largo de al menos un siglo. 5 Por lo demás, baste decir que se trata de una obra típica del género pastorela, surgido en México en el siglo XVI. El asunto central es el nacimiento de Jesús en Belén, la divulgación de la buena nueva y el viaje de los pastores para adorarlo, durante el cual habrán de enfrentar a Lucifer y sus huestes infernales, y serán salvados por la intervención del Arcángel Miguel. En este caso particular es notable la ausencia de los Reyes Magos, de quienes solamente y de paso se hace una mención. Teatro catequístico, moralizante, en el que se representa la lucha entre el bien y el mal, y se advierte a los hombres sobre los premios y castigos que esperan a quien siga uno u otro camino. Escrito en un lenguaje popular, vernáculo, está a la vez salpicado de palabras y giros culteranos que sugieren como autor a una persona de cierta preparación, y buena dosis de humor. Juan Carlos Reyes G. Director de Investigaciones Históricas Secretaría de Cultura de Colima 6 El Ranchero o del Mesillero Coloquio de Pastorela Personajes: Ángel Miguel (arcángel) Luzbel Asmodeo Pecado Ranchero (Gervasio Hernán) Mesillero (Cosme de Bras) Bartolo Ermitaño (monje) Mayoral Pastores Primitivo Jilomena Marsiria Laura Gila Bibal Porfiro Velardo Ustalio Otavio Roselio Indios Lauro Silvina 7 Letra Todos a coro ¡Berbúncaro pastores! ¡Aleluya! ¡Año feliz! ¡Una niña emperatriz, tiene el abismo a sus pies! Luzbel ¿Para dónde vais pastores? ¿No me decís vuestro intento? Pastores Para el portal de Belén, a un feliz nacimiento. Luzbel Vengan pues a mi morada, yo les daré de cenar, la fruta más regalada, que puedan hallar de primor. Mayoral Le agradecemos señor, ese obsequio tan honrado, mas no recibiremos su honor, por no dejar el ganado. 9 Lauro Vengo de susto abismado, mas hermanos les diré, que andando por las montañas, con il diablo me incontré. Mayoral ¡Albricias mis ganaderos! Yo escuché una dulce música, entonando una voz pública, que bajó el Señor del cielo. Primitivo En confusa admiración, me ha dejado esa voz pura, tan sonora de dulzura, que me robó el corazón. Jilomena Parece que esa canción, aunque latina explícita, es al mismo tiempo pública, asegún mi comprensión. Marsiria ¡Ah! Qué sublime expresión, tan dulce y amable que santifica, y es al mismo tiempo pública, asegún mi comprensión. 10 Bibal En nuestra corporación, se vio un milagro espléndido, yo creo que éste es el término, de la humana redención. Porfiro Yo de purita emoción, quedé como paralítico, pensando en el amor pacífico, del Rey de la exaltación. Velardo Calma la tribulación, Dios vendrá a salvar lo místico, quedando en pan eucarístico, por una consagración. Ustalio Nos dará su religión, pues Cristo hará el cristianismo, amará al catolicismo, y a nuestra congregación. Otavio Pero los sabios históricos, tanto modernos como ánticos, dicen que Dios quiere prácticos, no solo instruidos ni tibios. 11 Roselio Con un corazón armónico, le amaremos sobre todo, más humillados que el polvo, aunque no seamos filósofos. Lauro y Silvina (cantan) Dulces, bellos olivares, sombra puética y aldea, donde Lauro si pasea, mirando sus animales, mirando sus animales. Silvina, Silvina, óyelo mi hermana, llámalo el chuchito, también el chucho a su mama, también el chucho a su mama. Lauro Mira muchacha de ese piedra, derecho aquel paredón, es el tierra de mi güela, que por herencia me dio, el pirul que se cayó, también lo fue mojonera, da vuelta por el ladera, y sale al ocote blanco, hasta el Arroyo del Gato, muy claro dice mi güela. 12 Silvina Del ocote blanco mío, ¿viste aquel majadito? Ese dijió mi güelita, nomás a mí me tocó. ¿Te acuerdas cuando murió? que me decía Silvinita, es pa’ decirme solita, que ese me pertenecía, el vaca baya dijió, también es tuyo y el macho, lo mismo el torito gacho, y cuatro burros y medio. Lauro Sí, pero el majada no, no sea y te pegó Silvina, pregúntale a tu magrina, que eso en mi güela quedó. Silvina No capaz creyera yo, que tú te lo quieras rampar, no le hace, aunque digas no, te lo he de piliar y piliar. Lauro Cállate mujer, dirán que deveras sé robar. 13 Silvina Por eso no des lugar. Lauro Mujer quérete callar. ¿Qué no tienes el virgüenza? Silvina A mí ya perdí el paciencia, te digo no me he de dejar. Lauro Mira, vamos a llegar, con los pastores que están, pa’ nos acompañarán, en este Cerro Avilar. Silvina Vámolos pues saludar, quizas no te correrán. Lauro y Silvina Imitlanese quinamitiunca señores. Pastores Pasa joven ¿Qué se ofrece? ¿También andáis de pastores? Lauro ¡Ah! Siñor, lo venimos con sus mercedes, pa’ nos hagan compañeros, 14 porque los animales vienen, y solos tenemos el miedo. Mayoral Pero dime tu linaje, de dónde desciendes primero. Lauro Ese no es trabajo negro. ¿Ti acuerdas del tío Doloro, que lo vivía allá en el cerro, que li decían Come Toros? Era el merito mi agüelo, que ponía un calzón de cuero, y ese su cotón rayado, con sus cuaraches de palo, y su buen de arrial terciado. Mi güela era chaparrita, con un jorobo maleta, que le decían Nana Chepa, buen bailador el viejita, que se lo hacía lechucita, porque lo sabía volar, también lo sabe infermar, si tú te enojas con él, porque es buen tisianera, bien lo sabe magiquiar. Silvina Mentiras que estás diciendo, mi agüela era un rezandera, 15 y mi güelo un cantoro, allá en la iglesia del pueblo. Lauro ¡Ah! Ese es mi güelo Petro, del que tú te ‘tas acordando. ¿Te acuerdas que lo quemaron, porque se volvía tejón? Mi tata era Pantalio, bien bebedor machetero, que hasta lo bailas de miedo, cuando lo estaba enojado, que hasta el cordada ha acabado, a fuerza de jierro y jierro. Mi nana llamó Teresa, diario lo vivía llorando, porque tata anda pasiando, y no lo va parando en casa, ya te cuento que nos pasa, que después tata juyó, y de pesar nana murió, pero dicen que de chanza. Mayoral Tus conductas cuáles son, ¿eres hombre de confianza? Lauro Como el fiel con el balanza, como tú lo hicieras conmigo, lo serás correspondido, en mi pecho no hay venganza. 16 Mayoral Pues te voy a dar posada, aquí en esta pobre unión, guarda bien tu educación, que es materia delicada. Bartolo Es mejor que en hora mala, vayan a contar sus levas, yo no quiero de esas plagas, de esas gentes hechiceras, de poco moral incrédula. Sólo el de poco talento, podría creer sus abusiones, son del infierno ilusiones, nada de Mahoma es cierto, indios no les acontezca, andar contando sus fábulas, si hoy se ofreció no se ofrezca, se infeccionan a las conciencias, y es muy fácil en creer, que el joven y la mujer, así es que donde hay familia, escupen su infernal biblia, no les vuelva a contecer, yo he visto a varias mujeres, valíendose de adivinos, ya conquistando a los indios, con oráculos y papeles, por saciarse en sus placeres, niegan a un Dios soberano, dejándose de su mano, niegan su alta providencia, 17 corazón, alma y conciencia, le entregan al mismo diablo. Lauro Pero a yo no me ha gustado, no digas lo soy magiquero, yo lo he sido buen honrado, anda pregunta a mi pueblo. Silvina Siñor no tenga recelo, es cierto que dice mi hermano. Bartolo Pues nomás guarden mis consejos, y seremos compañeros. Mayoral Vamos cambiando el ganado, a la cima de aquel cerro, arriemos vuestros corderos, nobles y fieles hermanos. Lauro y Silvina A tu buen orden estamos, como buenos ganaderos. (caminata, cantan pastores e indios) Caminen arrieros, con su grey lucida, por dulce subida, con vuestros corderos. 18 Que nevado suelo, que brillante sol, cuánta blanca flor, entre los romeros. Chulos maceteros, jazmines del campo, entre el cardo santo, lucido sereno. Pinos hechiceros, fruta de los fríos, que dan sus sombríos, estos arroyuelos. Cuánto lirio bello claveles y abrojos, que serán alojos, de vuestros corderos. Finos compañeros, en esta ensenada, haremos majada, con vuestros corderos. Mayoral Irán Bibal y Porfiro, a encargarse del ganado, y después irá Velardo, en unión de Primitivo, aquí es país desconocido, y hará centinela Ustalio. En el inter duerme Otavio, Roselio irás a la leña. Inter muele Jilomena, arrimará el agua Laura. 19 Pastores Vamos presto a ejecutarlo. Mesillero ¿Algo de la mercería? Hilo, agujas, prendedores, corales, perlas, pulseras, cuentas, anillos, escobetas, partidoras, dormilonas de oro fino, ¿gustan comprar señoras? Jilomena Calzado de estambre o hilo, ¿por fortuna trae señor? Masillero Botillitas para niños, fino estambre de color. Jilomena ¿Cuál es su precio o valor? Mesillero Cinco reales lo han valido, pero déme usted un tostón. Jilomena Éste es doble tejido, me gusta por el cordón. Silvina Mira Lauro unas pulseras, también lo quisiera yo, 20 hilo colorado y cinto, para hacer mi jolotón. Lauro Compra Silvina el que quieras, que aquí hay dinero un montón. Silvina Bonitas están deveras, ¿cuánto lo valen señor? Mesillero Dos y medio quiero yo, son muy finas, de las nuevas. Silvina Voy a llevar hilo y cinta, págate de esta moneda. Mesillero Voy a tomar mi flautita, y a entonar una bolera. (canta el Mesillero) Andando de varillero, me paseo de tierra en tierra, pero no hay unos ojitos, como los, como los de Jimena. Si Dios me hiciera un milagro, que lo quisiera un indito, yo vendiera mi aparato, y me hiciera, y me hiciera pastorcito. 21 Mesillero ¿Algo de la mercería? Reversillos de hilo seda, cordones de estambre, olan, tira bordada, alemania, plumas de acero, o tijeras, monitos de loza, o cera, un cortapluma, o un puñal, punteritos de cristal, medallas, cruceros, rosarios, novenitas, calendarios, ¿gustan niñas tratar? Silvina Ya nosotros ya compramos, ¿cómo no te vas a andar? Mesillero No crean que todas las horas, son buenas para ranchar, porque las puras señoras, mercería saben comprar, y a la hora que están moliendo, no se les puede ni hablar, nada compran, lo regañan, y uno se va a cansar. Silvina ¿A qué horas tu varilla, lo sacas para tratar? 22 Mesillero Cuando las viejas y niñas, ya lo dieron de almorzar, se salen todas unidas, a la puerta a costuriar, entonces ya están contentas, ya tienen con qué comprar, las mismas que antes dijeron, que no hay con qué ni lugar, tengo mi comal prendido, no crean que lo he de dejar, y ellas son las que prendidas, andan porque es natural, ya pelean con el marido, ya le pegan al muchacho, la imitación de un borracho, las más mujeres lo han sido, los años que yo he vivido, como he sido comerciante, y he andado como el Errante, he visto a varia mujer, que poniéndose a moler, las infurece el metate. Bartolo Muy verdad lo que tú dices, yo puedo ser un testigo, más tú serás su enemigo, pues veo que las ofendistes. Aunque en la mujer existe una conciencia maligna, aunque la campana gima, al tiempo del testerazo, 23 una lengua de badajo, no peca pero lastima. Mesillero Es falta de urbanidad, hablar de la torpe moda, el que dice la verdad, no peca pero incomoda. Mayoral Orden y alerta señores, parece que oigo rumor. Primitivo Yo en el Cerro de las Flores, apercibí una canción. Jilomena No vayan a ser ladrones, velemos con precaución. Marsiria No aumenten mis aflicciones, quietud, quietud corazón. Bibal Es por demás tu temor, por ti morirá Bibal. Porfiro No tengan que recelar, contad con mi corazón. 24 Velardo Y yo pretendo el estar, a tu gran disposición. Ustalio Señores, y qué animal oyeron, ¿acaso el león? Otavio No Ustalio, una acción, como bajando al sabinal. Roselio Como esta es lobreguedad, causa alguna admiración. Bartolo Es lo mismo que sean tigres, es lo mismo que sean lobos, es lo mismo que sean bobos, de’sos de bandera libre, que si Leódoro es posible, que deje su tumba y venga, yo solo le haría la guerra, sin necesidad de ustedes, cobardes de buena tierra, nada han visto y ya se mueren, ojalá y Goliat viviera, lo conquistaría a la lid, como un segundo David, y en afrentas lo pusiera. ¡Vengan contra mí las fieras! ¡Vengan los hombres feroces! 25 que a mí no me aterran voces, ni muchedumbres de gente, yo soy la espada valiente, que no tengo muchos dioses. Ermitaño (canta) Fresca sombra de este florido prado, testiga fuiste de mi soledad, fresca sombra, tu huésped ya se va, mira mis lágrimas vertidas de un adiós. Los sollozos de un pecho agradecido, y de memoria te dejo yo este adiós, voy a buscar al Cordero Divino, mira mis lágrimas vertidas, vertidas de un adiós. Ermitaño Cielo santo que sustentas, a vuestro globo terreno, te pido me des licencia, de apartarme de este cerro, de esta selva, de esta choza, en donde mi alma gustosa, te sirvió con mucho anhelo. Adiós la pulida flor, que con tu miel me sustentas, labrada por las abejas, formáis gusto deleitable, adiós colmenas, panales, ya se va aquél que alimentan, adiós las ásperas rocas, adiós fieras que furiosas, a mi favor han vivido, 26 me voy muy agradecido, de tanto bien que me hacían, pues viví en su compañía, como el ave en dulce nido, adiós panales y rosas, que forman bellos pensiles, que en mi corazón se escribe, servicio tan sin igual, mas ya me voy a buscar, al autor de estos favores, ya no oirán mis clamores, oigan mi triste llorar. Mayoral Con traje desconocido, vide llegar un anciano, anda Bartolo ahora es mano, que cumplas lo prometido. Bartolo Sí, muy pronto verá el villano, puesta su vida en un hilo, hoy sabrán que es veterano, el mentado Bartolillo. ¿Dime tu nombre? ¿Quién eres? De parte de Dios te pido. Ermitaño Yo soy un ciervo de Dios, silvestre de este retiro. 27 Bartolo ¡Ay Jesús! Qué hueca voz, ya no hables, por Dios te pido. Primitivo Socorramos a Bartolo, no sé qué le ha sucedido. Pastores Al mismo acto Primitivo. Ermitaño Buen hombre ¿qué te sucede? ¿Acaso el juicio has perdido? Respóndeme hombre ¿qué tienes? Despierta si estás dormido. Cobarde, estás entumido. (los pastores forman un círculo alrededor de Bartolo y el Ermitaño) Mayoral En nombre de la justicia, se va a dar usted por preso, se le formará proceso, por ser usted homicida. Ermitaño Bien sabe el poder inmenso, que no le quité la vida, 28 pueden examinarle el cuerpo, y verán que no tiene herida. Primitivo No hay apelación al centro, es orden gobernativa. Ermitaño Vamos llevando este muerto, veo su esperanza perdida. Bibal Camine poquito atento, no importa que muera o viva. Porfiro ¿Qué te sucedió viejito? Que tu ánima goce de paz. Velardo Al panteón sin duda vas, ya se acabó Bartolito. Ustalio Cielos, ¿qué será capaz? Socórranos Dios bendito. Otavio ¿Qué tan desmayado estás? Hablémosle a voz en grito. 29 Roselio Bartolito, Bartolito, de mi compañía te vas. Lauro Que deveras te moriste, y hallo que me heredarás, nomás el macho jaquique, y cuatro burros nomás. Bartolo Eso quisieras por reírte, corazón de Barrabás, quiera Dios que resucite, y sabrás si me sentirás. Silvina Lástima, no te moristes, si no qué rico Lauro estás. Ermitaño (canta) Réquiem eterna dona y dómine es. Ranchero (contesta) Luz perpetuo los déis. Ermitaño (contesta) Requiescan en pacis. Ranchero (contesta) Amén. 30 Bartolo No padre, si no estoy muerto, no me quieran sepultar, háblenme y verán como hablo, mejor me voy a parar. Mayoral Había creído tu alabanza, que eras hombre de valor, aquí perdiste el honor, y yo perdí la confianza, que seamos favorecidos. Señor eche usted en olvido, el ultraje de esta vez, véanos a todos rendidos, postrados ante sus pies. Ermitaño Si os halláis arrepentidos, que les perdone mi Dios, llegue su emisión y voz, hasta el alto cielo imperio. Mayoral Señor, sólo quisiera saber, de una victoria tan rara, por qué se halla su merced, tan lejos de su morada. Ermitaño No lejos esa ensenada, ha sido mi habitación, donde en vida solitaria, 31 he vivido en oración, pidiendo al cielo paciencia, y un manso corazón, para amar la omnipotencia, de un justo juez mi creador. Este hueso que en mis manos, viéndolo me causa horror, me recuerda que soy nada, polvo y un lodo inferior. Mas un gusano es más digno, de aprecio que un pecador, que te adorará por siempre, si me das tu bendición. Llora mortal tus pecados, y hallarás el perdón. Mayoral ¿Para dónde se dirige? Siga usted su narración. Ermitaño A buscar un nacimiento, de que he tenido razón, donde nació el rey inmenso, el Mesías, el Salvador, pues los antiguos profetas, de todo esto hacían mención, estas son noticias ciertas, pues ya el tiempo se llegó, hasta aquí fueron sesenta, las semanas que anunció, nuestro célebre Daniel, allá en su predicación. 32 Ya las aves, ya los vientos, el jilguero y ruiseñor, los astros, los elementos, nos hacen anunciación, que ha nacido entre nosotros, el rey de Isaac y Jacob. Iremos a conocerlo, y a rendirle adoración. Pastores Con mucho gusto esperamos, sólo una justa razón. Mayoral Cantaremos un corito, dando mil gracias a Dios. Primitivo Siendo tu gusto hermanito, lo haremos en alta voz. Pastores (cantan) Alta noche plácida y sombría, que ocultaba sus luces de plata, cuando el gallo pronostica y canta, que en Belén ha nacido el Mesías. Todos demos a Dios parabién, que cumpliéndose están sus promesas, adoremos la suma grandeza, que nació en el portal de Belén. 33 Ranchero Frescos prados y sombrosos fresnos, verdes y olivados, cholos sumerios frondosos, y olivares regalados, cuántos almendros copados, que nos sirven de paseo, verde el campo su floreo, qué dicha es la del aldeano, que entre flores habitamos, es un dosel, un recreo, gran suerte la de los hombres, que la selva transitamos, y con gusto titulamos, de aldeas sus pulidos nombres, aquí ricos y pobres, gozan del mismo placer, el viejo, el niño y mujer, beben leche y comen queso, sin causares, con un peso, todos tienen que comer, va a mi ranchero un pobrecito, por la mañana al corral, ya se acomide a amarrar, ya echa fuera el becerrito, se le hace el rato chiquito, allí se le da su almuerzo, jocoque, panela y queso, y cuando vuelve a su casa, le doy qué lleve a su raza, mucha leche, que es lo impuesto, yo no ando vendiendo tlacos, a los pobres pasajeros, 34 caminantes y canasteros, se desayunan de dado, de dos cuartillos los jarros, verán allí en el corral, sin plátanos y sin pan, le entran a toda confianza, hasta repletar la panza, con leche, tortilla y sal. Bonito es cuando sabemos, que va a sonar el bordón, ya limpiamos el machete, ya soplamos el galón, culeca con tamburete, es el ranchero pelón, ya se cuelga el pistolón, convida a Pachito el Corvo, y ahí voy como en un forlón, sentado en mi macho moro. Pero digo ¿qué es aquello? ¿es pacota de bandidos? Voy a ver qué hago con ellos, o qué hacen ellos conmigo. Señores ¿cómo les va? De mal tieso y garrotillo, mis yeguas se me han morido, muy pocas me quedan ya, yo me he bajado hasta acá, con muchísimo trabajo, entre rodando y despacio, enrollando monte y leña, porque desde aquella peña, vide a ustedes en atajo, quizá me dispensarán, 35 mi torpe barbajanado, pero digo ¿para dónde van, que van todos en manada? Mayoral Caballero nuestro giro, es pasiar nuestros ganados, pasiando divertidos, entre selvas y collados. Ranchero Pues dispensen negreteños, yo creía que eran ladrones, como aquí nunca hay vaqueros, en chorcha como tejones. Aquí volteando este cerro, vivo a su disposición, vayan porque beban suero, y que saquen requesón. Pastores Recibimos su favor, por la mañana allá nos veremos. Ángel ¡Aleluya! ¡Aleluya! Nació el verdadero Dios, nuestro rey universal, lo que yo vengo a anunciar, ganaderos oid mi voz, iréis unidos en pos, de Belén que es un portento, de nuestra reina María, 36 de tan grande nacimiento, al intemperio del tiempo. Mayoral Ya la espléndida promesa, se ha cumplido al presente, dijo Jehová a la serpiente, quebrantará su cabeza, una niña del Oriente, inmaculada princesa. Primitivo Del mismo creador del orbe, nació de una virgen pura, el Creador se hizo criatura, para la dicha del hombre. Jilomena Prodigio sublime y nuevo, que obró el Espíritu Santo, para calmar nuestro llanto, y librarnos del infierno. Marsiria Bendito el amor materno, bendito de María el nombre, que ha concebido en su seno, la gran dicha del hombre. Bibal El mismo dijo Abraham, fiel promesa y verdadera, las naciones de la Tierra, 37 por mi benditas serán, en su descendiente esfera. Porfiro ¿Ves la estrella de Jacob? Señala asombrosa y rara, y que ya se levantó, de Israel la temida vara. Velardo David dijo, Dios mi padre, no quiero sangre de todos, dijo yo daré mi sangre, vertida hasta por los poros, porque el pecador se salve. Ustalio Llegó la dicha del hombre, qué júbilo y qué alegría, cante hosannas todo el orbe, porque ha nacido el Mesías. Otavio Según el profeta Isaías, y capítulo noveno, nacerá un niño pequeño, nos dice una profecía, el Dios fuerte y consejero, su nombre será admirable, príncipe de paz, buen padre, rey de todo el mundo entero, 38 su paz será inmutable, y su reinado sin término. Roselio Vamos dejando este prado, vamos a caminar, vamos, vamos a avistar, a nuestro Dios anunciado. Lauro Yo de eso que han platicado, croque no lo has entendido, cómo quieres que yo vaya, ni mi hermana ni mis chivos. Silvina Si tu vas yo no me quedo, porque quiero conocer, al que dicen que es Dios mero, al niño chiquito y Rey. Mesillero Yo lo quisiera saber, quién es ese muchachito, fuera el indito a vender, chulerías del cajoncito. Mayoral Sabrás que Dios trino y uno, formó los cielos y tierra, crió la luz, agua y arena, ha creado el sol cual ninguno, y la luz de plata y estrellas. 39 Primitivo Ha creado el fuego y el viento, creó la nube más espesa, dándoles naturaleza, a seres y elementos. Bibal Se pobló la tierra de árboles, y el cielo de luceros, y el agua de peces ligeros, y el aire de distintas aves. Porfiro Cuadrúpedos animales, de tierra hizo producir, la flor y el lirio sutil, y yerbas medicinales. Velardo Creó fieras y montaraces, creó reptiles e insectos, águilas, güitres sagaces, que hienden trozando el viento. Ustalio Creó montes para madera, llanuras de cultivar, creó fuentes en las praderas, donde trina el cardenal. 40 Otavio Creó las aguas congregadas, en permanente lugar, le puso por nombre mar, centro de todas las aguas. Lauro Y por eso allá en el cielo, sólo sol, luna y estrellas, hizo ese Dios verdadero, ¿no lo hizo otras cosas bellas? Roselio Hizo un trono diamantino, formó la ciudad eterna, allí el altar de zafiro, y su eterna luz en tinieblas. Jilomena Creó muy celosos arcángeles, creó muy bellos serafines, muy innumerables ángeles, y gloriosos querubines. Marsiria De este sinnúmero de ángeles, Lucifer se rebeló, con una tercera parte, de espíritus que Dios creó. Ranchero ¿Y qué hizo ese rebelde? ¿Luego lo desbarató? 41 Mayoral Al mismo instante bajó, a arder en el fuego eterno, a sufrir en el infierno, donde Dios lo destinó. Primitivo Después que hizo todo el orbe, cielo y tierra y cuanto vemos, dijo Dios en ave eterna, bajemos a hacer el hombre. Bibal Bajó al campo de Damasco, el santo artífice inmenso, con sus manos hizo un cuerpo, de aquél miserable suelo. Porfiro Con un soplo de su aliento, le infundió un alma inmortal, dándoles vida eterna, si guardaban sus preceptos. Velardo Adán en el Paraíso quedó, una cosa no alcanzó, habiendo estado acostado, luego que se levantó, corrió aterrorizado, y Eva lo alcanzó. 42 Ustalio Colocados en el Edén, les dio un precepto a guardar, diciendo que no comieran, del árbol del bien y del mal, sólo porque no murieran. Otavio El precepto han quebrantado, comiendo el fruto prohibido, pues Lucifer envidiado, de su dicha lo ha perdido. Roselio Luego hubieron conocido, su miseria y su pecado, el mal que se habían causado, y su eterno bien perdido. Ranchero ¿Y qué hizo el Señor ofendido? ¿Los ha condenado al fuego? Ermitaño No es el infierno para el hombre, para el hombre se hizo el cielo, mas el que hizo el sobrenombre, de heredero del infierno, sintió el mal de extremo a extremo, un latir en su conciencia, sintió en él la concupiscencia, sintió un tremendo rubor, ya sienten frío y calor, 43 la intemperie, inclemencia, y el creador omnipotente, promulga en sentencia a Adán, que habían de comer el pan, con el sudor de su frente, que sufrirían tristemente, que en su campo cultivado, por causa de su pecado, sólo espinas y abrojos, verían sus cansados ojos, pudrirse en sus sembrados, y será el hombre desterrado, del Paraíso a otros lugares, a sufrir enfermedades que él mismo se había causado, reducido a la miseria, hasta volver a la tierra, de que había sido formado. Fue y le dice a la serpiente, y tú maldita serás, arrastrada eternamente, y sobre tu pecho andarás, y yo pondré enemistad, entre tú y la mujer, y a sus pies has de poner, tu cerviz por tu maldad. Allí fue pronosticado, que algún día de una mujer, Dios mismo había de nacer, para redimir el pecado, y será el hombre rescatado, del infierno y de la muerte. 44 Ranchero Me quedé abriendo la boca, de oir este mancebuelo, por lo que a mi parte toca, yo creo que vino del cielo. Qué dicha tuvo el Ranchero, estando en su compañía, qué consuelo y qué alegría, de oir noción tan clara, si a mi agüela le contara, de gusto hasta se moría, por lo que mi hermano diré, decir a mi agüelo oía, que el que hizo los cielos y tierra, hizo la noche y el día, de una niña pura y limpia, que se llamará María, nacería, y que morirá por nosotros, en muy terrible agonía, porque un alma no se pierda. Disque habla una profecía, que éste es el mismo señor, que para el hombre hizo el cielo, noche para descansar, frutas de lindo sabor, creó las semillas, creó el agua, con un hágase, cuentan, todo obraba. Todo lo que ven sus ojos, Dios lo hizo en una semana, todo para bien del hombre, y sin reservarle nada, 45 calma? conque ¿qué dicen?, ¿no es justo ir a buscarle sin Es el dueño de nosotros, dueño de cuerpo y alma, conque vámonos con Él, júntense ya la manada. Lauro Ora sí ya sé quién es, ese criatura mentado, ora sí lo voy con gusto, de mi corazón, de mi alma, junta burriegas y chivos, y no te quedes mi hermana. Silvina De juerza que tengo el gusto, que el corazón me ripara, y parece que lo voy llegando, y lo jinco una bailada. Ranchero Déjenme ir a mi casa, voy a avisarle a mi nana, que yo me voy con ustedes, sólo por ir en manada, que un muchachito bajó, blanco y vestido de gala, y que no me quedo yo, aunque relinche mi hermana, aunque se quede el buey pinto, el macho y mi yegua baya, 46 aunque se quede mi novia, que es un pedazo de mi alma, pero más que nunca vuelva, gozando esta dicha rara. Mayoral Ahí nos irás alcanzando, ya está junta la baciaba, está muy alborotada, y queriendo retozar. Ranchero Déjenme pues despedirme, aunque sea desde esta loma, quédese lo que se quedare, yo me voy aunque no coma. Adiós casa paternal, adiós mis queridos padres, adiós rancho más amable, adiós mi agüelo Pascual, ya me voy a retirar, a ver al recién nacido, al Dios Mesías prometido, del creador del cielo y tierra. Adiós mi nana Marcela, me voy pero no perdido, adiós mis fragosos cerros, adiós vacas y becerros, adiós prados y majadas, adiós mulas retobadas, adiós panelas y quesos, no los volveré a probar, mas llevo con qué comprar, 47 cosa de trescientos pesos. Pero en fin, para no sentir, el que se queda Simona, voy a cantar una valona: Ranchero (canta) ¡Ay! Adiós falsas riquezas, adiós engaños del suelo, me voy a ver las finezas, de un tesoro verdadero. ¡Ay! Adiós mi padre y mi madre, mi Dios voy a conocer, como Dios mi vida guarde, nos volveremos a ver. Ranchero Voy a enjuagarme la boca, ya que cese mi llorar. Muchachos si no hay enojos, ya podemos caminar. Luzbel Si el Mesías hubiera nacido, y esto pues, tan cierto fuera, no creo que se celebrara, júbilo tan singular, no puede un rey celestial, hospedarse en un pesebre, y menos en un humilde portal. 48 Asmodeo Cómo no, cuando Daniel escribió, en lo más profundo, diciendo que bajará, con gran redención al mundo, y así lo redimirá. Pecado También a los Magos Reyes, esto aumenta mi cuidado, que por dar gloria profusa, penetra Miguel los senos. Llenos de rayos semos, y su padre da noticia, luego ya no hay que dudar, ya está cerca la malicia. Mayoral Del sol su luz al rayar, seca el aire los serenos, considero que podemos, nuestros ganados arriar. Pastores Con mucho gusto lo haremos, en próxima brevedad. (caminata, cantan los pastores e indios) Ganaderos vamos, sea la marcha doble, a ver a dónde hallamos, la dicha del hombre. 49 Vamos caminando, sea la dicha donde, que nació Dios hijo, en Belén muy pobre. Predicó Isaías, al pueblo de Israel, que será Manuel, el nombre del Mesías. También Malaquías, habló de aquél Bautista, que será su conquista, dar nombre al Mesías. En estos sombríos, pienso nos quedaremos, y descansaremos, compañeros míos. En estos collados, y en esta sombría, seamos hospedados, noble pastoría. Luzbel ¡Alto! ¿A dónde camináis, cantando tanta mentira? Cese de su voz la ira, porque entre mi enojo estáis, y así para qué seguís, arriando vuestro rebaño, quiero tener desengaño, porque me llenó de escrúpulo, verlos caer en crepúsculos, en camino tan extraño. 50 Lauro ¡Upa! Señor gato bravo. ¿Qué lo vienes rezongando? Te lo puedes ir mudando, no li hace que seas el diablo. Luzbel ¿Qué os parece responder, a la pregunta que os hago? Mayoral A Belén, dichoso suelo, nos convida un paraninfo, pronosticando un infantito, que bajó el Señor del cielo. Asmodeo ¡No mintáis! Ese es un yerro, que no es lícito creer, que ha de bajar al seno, de una bellísima mujer. Mayoral Al seno de la criatura, el mismo Creador bajó, encarnó en la virgen pura, que sin mancilla guardó. Pecado Mucho os compadezco yo, al ver su gran extravío, yo aseguro que es desvío, su creencia los engañó. 51 No es buena su senda, no, más bien váyanse conmigo, yo soy de un país divertido, allí tendréis oro fino, qué diamantes, qué rubíes, chulos pensiles matices, púrpuras celestes finas, de matizados colores. Veréis que dioses tan lindos, qué músicas armoniosas, qué damas tan generosas, con muy lujosos vestidos. Es una gloria, un recreo, ver bóvedas de metal, con altas torres de plata, campanas de oro que encantan, sus portadas de cristal, qué festines, qué banquetes, qué deleitables comidas, qué deleitables bebidas, qué cortesanos, qué gentes. Así mis huellas sigan, y el ir a Belén no intenten. Ermitaño El Señor nos ha ofrecido, que aquél que siga su ley, será oveja de su grey, pues es el pastor divino. Nos llevará al alto imperio, a gozarle eternamente, allí se ve el día por siempre, y se goza de toda dulzura. 52 Sin número de criaturas, surgidas de un Dios portento, cuántos ángeles brillantes, sobre la nube de incienso, adoran al rey inmenso, en su trono de diamantes, qué músicas tan constantes, qué academias y melodías, nuevos himnos y poesías, presagios los más divinos, qué santos irrepetidos, qué aleluyas y qué alegrías, aquel pavimento de oro, se ve en las calles y plazas, ¡ah! qué edificios de plata, qué puertas de gran tesoro, qué altares, qué hermosos coros. Posando sobre celajes, guardas que forman plumajes, de matizados colores, las aromáticas flores, que asemejan a los santos. Liras y flautas armónicas, con ennoblecidas prácticas, forman las glorias seráficas, aquellas suntuosas bóvedas, que sublimes en sus órbitas, se ven señales de encanto, de esa gloria sempiterna, que es una fresca mañana, donde se oye el dulce hosanna, y el Ave Maristela. Esto es cierto, no es engaño, 53 ni fábulas del demonio, porque nos dio testimonio, San Paulo, un santo ermitaño. Luzbel Me estás matando tirano, de muerte me estás hiriendo, calla, porque prosiguiendo, soy sumido en humano. Ermitaño Allí el bienaventurado, goza gloria sin segunda, porque es un lago que inunda, en gracias al cortesano. Luzbel ¡Cállate insolente aldeano! ¡Hipócrita y santurrón! Porque andes de acalorizado, te arrebataré el cotón. Ranchero ¡Qué desorden! ¡Qué bolón! Pregunto ¿son sus amigos? ¿O son toros que han salido, por bravos de otro rincón? Asmodeo Somos ángeles del cielo, que a este país hemos venido, a enseñarles el camino, 54 recto, cierto y verdadero, pero tú como eres ranchero, jamás nos has conocido. Bartolo No creas nada Gervasillo, no te dejes enredar, estos son los enemigos, que nos pretenden llevar. Asmodeo ¡Cierra la boca aturdido! ¡Yo soy tu rey celestial! Pecado El ranchero es conocido, ya no quiere parpadear. Ranchero ¡Hoy sabrán, entrelucidos, quién es don Gervasio Hernán! ¡Deja el miedo Bartolillo, hasta morir o ganar! Ranchero y Bartolo ¡Padre con tu bendición, algo nos ha de alcanzar! Ermitaño Ynómine patri filie, espíritu santi Dios, bendiga sus espadas, 55 y los quiera libertar, llene de energía nuestra alma, contra el poder infernal. Pastores ¡Así sea y vamos Hernán! ¡Que muera la astucia Satán! ¡Que muera la astucia diabólica! ¡Que muera esa plaga hipócrita! ¡Y que viva el salvador de Adán! Diablos ¡Que muera el viejo ranchero! ¡Que muera el viejo basiero! ¡Que muera su Dios verdadero! ¡Y que viva el gobierno infernal! Lauro También Lauro sabe entrar, no te la dejes ranchero. Ángel ¡Gloria Dios inicelsis deos! ¡Paz o guerra! Luzbel ¡Vámonos! Porque Miguel, nos hace perfecta guerra. Ranchero ¡Vayan si no tienen padre, a rajarse con su agüela! 56 Lauro Pero les dimos di recio. ¿Qué dices? ¿Cómo mi queda, el herencia de mi tata, que era bueno para el pelea? Ranchero Nomás mira mi machete, y ponte a considerar, que si ha sido algún bonete, qué fuera del pobre Hernán, pareciera tencuanete, o árbol del camino real. Bartolo Así ganará la honra y fama, cualquier valiente soldado, metiéndose a lo macizo, y de su vida olvidado, custodiando el patriotismo, como el mejor veterano, cuantimás el mecanismo mío, es de no ser dejado, pero a nadie le había dicho, que peleaba con el diablo. Ya tengo más que contar, algo que echar de fiado, que el que no miente no divierte, aunque dicen que es pecado, es preciso que el valiente, siempre dé mucho recado, y no dar al mismo precio, ni moneda que ha comprado, 57 conque siempre soy el brioso, don Bartolito el mentado. Ranchero Para olvidar el sustillo, y dejarnos de temblar, tomemos un pisto de vino, en el cuerno de un animal, que quise más que a mis ojos, porque sabía trabajar, y éste traigo de memoria, pues no lo puedo olvidar. Bartolo Daca ese frasco ranchero, para poderme entonar, y cantemos un versuelo, a tu modo de cantar. Lauro Dale al padre Bartolillo, y que nos venga a ayudar. Bartolo Di que estás queriendo vino, ya te entendí natural. Lauro No es porque yo te pido, pero si me quieres dar. ¡Ah! Qué bueno está mi amigo, yo me lo voy a acabar. 58 Bartolo Si todavía falta el padre, anda bebe agua de cal. Arrímese padre santo, beberemos ya que nos dan. Ermitaño Yo por viejo, flaco y ronco, bien creo que ni me ha de estar. Ranchero ¡Ah! que mi hermano, conocieras a mi agüela, lástima te había de dar, ya no conoce una muela, ni un diente para masticar, narices no tiene nada, un ojo sin mirar, un claro en el paladar, le falta media quijada, y así me ayuda a cantar. Ermitaño Comiencen pues su cantada, en algo les he de ayudar. Ranchero ¡Que se junte la manada! Comienza tú natural. Lauro Que comience el mesillero, con su flauta a musiquiar, 59 que yo con mi guitarrita, verán que se asegundar. Lauro y Silvina (cantan) ¡Upa! Buenos cantadores, presumidos de este país, vengan porque me ayudáis, poetas y compositores. Pastores (cantan) Venga la mirla a trinar, venga el tismo a hacer titis, hasta que llegue a pasar, la lechuza y haga chist. Vamos di ranchero di, tu canción nadie la priva, hasta que una voz amiga, nos diga en secreto chist. Lauro y Silvina (cantan) Qué chula risada, de aquella dientona, parece chicharra, cantando en la loma. Lauro ¿Qué hubo tata viejito? ¿Qué dice, qué bien quedó? Ermitaño Pues si yo me oigo bonito, qué importa que el vulgo no. 60 Lauro Yo voy a lo haré un jarabe, sonando mi guitarrita, y que baile el tata padre, con Silvina mi hermanita. Silvina ¡Ay no! Yo no lo entiendo baile. ¿No lo ves que soy indita? Lauro Estése el pico callado, baila y rebaila la indita, ya lo templé guitarrita, ven ayúdame mesillero, con tu flauta has segundita. Ermitaño Bailaremos pues hijita, haremos lo que se manda. Lauro y Silvina (cantan) Lloraba entre prisiones, todo el género humano, formal de su pecado, cadenas y eslabones. Gimiendo el universo, el cielo oyó su llanto, un Dios tres veces santo, vino a darles consuelo. Al fin de un infeliz, del cielo hubo piedad, 61 aromas y matices, gritan la libertad. Bartolo Se puso la nube, calló la tormenta, si ya se cansaron, ¿cómo no se sientan? Ermitaño Conozco el pecado, que he infringido, mas ya estoy arrepentido, padre mío pido perdón. Luzbel ¡Santífica armonía! Advierto que el hombre, se muestra con fe, y yo en mi llanto estaré, vertiendo mis sufrimientos, suplicando mi lamento, con un pecho lacerado, que existo aterrorizado, al oír tantas profesías, sin duda nació el Mesías, el Cordero Inmaculado, muerto estoy y no he expirado, por ser mi muerte sin muerte, quién fuera materia inerte, para ser anonadado. Muerte engendró el pecado, y muerte a toda virtud, 62 no hallo miembro sin salud, ni gozo en mi corazón, muerto por mi rebelión, y en muerte eterna he negado. Ya nacerá la palabra, del artífice supremo, de una doncella sin mancha, que llamarán Verbo Eterno, ese Mesías verdadero, primogénito del Padre, esa bondad insondable, para el mísero veneno, que viene a aumentar el mal, de mi pena inexplicable, viene a salvar el linaje, de Adán infiel pecador, que no ha rendido homenaje, ni sus preceptos guardó. Ya Isaías vaticinó, que nacerá en un pesebre, en medio del intemperie, su nombre será Jesús, que morirá en una cruz, porque el hombre viva y reine. Ya protestó ser mi esclavo, y vivir a mi dominio, obediente a mi designio, acá este género humano. Si el Mesías me ha arrebatado, mis bienes, mis propiedades, que con grande habilidad, de mi astucia hube ganado, desde que subí a aquel árbol, 63 nombrado del bien y del mal. Cómo furia no embravecer, los coritos del abismo, como yo miles de veces, me enojo, enfurezco y juro. ¿O es justo cielo divino, que el hombre criminal, la gloria llegue a alcanzar, borrándole su martirio? ¿O que el hombre, no sea manchado? No es justo el Dios de Abraham. Pero ¡ah! cuánto claustro horrendo, tengo para aprisionar, a aquél que llegue a bajar, a este fuego sempiterno. Será su juicio tremendo, de su Dios no habrá piedad, y en esta concavidad, llorará siempre el no verlo. Castigaré el adulterio, con castigos horrorosos, porque en el mundo alevosos, violaron un sacramento, su conciencia oirá el lamento, de aquél esposo culpado, que le han violado su estado, la paz, el gusto y contento. Allí la mujer impúdica, verá como sus prisiones, muestran sus desolaciones, de aquella vida tan pública, allí todos sus amores, 64 convertidos en desprecios, que por haber sido necios, padecen agudos dolores. Ven soberbio presumido, terror del pobre humillado, ven acá que tu pecado, me grita por tu castigo. Ven acá rico avariento, ya gozaste de ese mundo, te espera un lugar profundo, donde vivirás hambriento. Ven acá hombre iracundo, carnívoro sanguinario, ven acá que tu pecado, me grita por tu castigo. Vengan los ebrios de vino, glotones y taberneros, que aquí tengo en el averno, plomo y bronce derretido. Negligentes poderosos, descuidados de su alma, vengan a arder en las llamas, y a sufrir mis enojos. Ábranse ya los cerrojos, las cadenas y candados, salgan genios temerosos, y lancen a los condenados, pero mi mente se encumbra, y me llego a consolar, porque las almas caerán, aquí cual gota de lluvia. ¿De qué me servirá, todo el mundo condenado, 65 cuando yo vivo abrazado, de este lago de sin piedad? Lloro mi fatalidad, lloro, chillo sin fortuna, miro esos cielos azules, y es para más llorar. La profecía de Balaam, ya puso su cumplimiento, la nueva estrella alumbrará, colocada en el universo, y el cetro de Judá, ha recobrado su imperio. Pues ¿cómo no del Mesías, ha de ser su nacimiento? cuando escucho un raudo vuelo, en medio de los océanos, que se dirigen al pueblo, y en grandes preludios cantan, llorando mi fatalidad. Asmodeo Mi caro, noble y culpado señor, mi señor respetado, yo vengo a vengar tu afán, de tus conflictos dejando, que mi paso acelerado, por tu deliquio aliviar, aquí está tu capitán, da tus órdenes señor, que negro se verá el sol, si tú licencia me das. 66 Pecado De este turbulento mundo, idos los engañadores, yo haré caer los pecadores, en el sueño más profundo, que hasta el sabio sin segundo, se vea siempre aletargado, de negra noche abrazado, sin conocer a su Dios, que yo los traeré ante vos, yo soy señor El Pecado. Asmodeo Corazón afliccionado, ¿en dónde está tu energía? ¡A la arma campeón gallardo! ¡A la arma tu jerarquía! Fuera en mí una cobardía, que al mirar tu agitación, no fuera mi protección, ni prestase mi favor. Cuenta con mi gran valor, que me sobra corazón, venga el déspota soberbio, después de ser polvo y nada, hoy sabrá que tenía un alma, heredera del infierno. Venga ese corazón negro, hermano del despotismo, a poseer un abismo, que jamás supo temer, si negó o no quiso creer, es infalible y certísimo. 67 Al infierno bellas damas, que por sus amores locos, abandonan sus esposos, en su lujuria abrazadas, aquí están sus nuevas arras, de gusanos asquerosos, un serpientón venenoso, les servirá de mancuerna, su velo serán tinieblas, y un feo demonio su esposo. Mujeres descaradoras, aparte está su castigo, porque han enturbiado la honra, y mucho estado perdido, familias que han carecido, por ustedes del sustento, llegó al cielo su lamento, y me manda la justicia, que castigue su malicia, con indecibles tormentos. Pecado Jóvenes desobedientes, soberbios, vagos y altivos, que a sus padres han negado, tantos gustos lascivos, vengan aquí a estos castigos, que es fruto de su labor, que día con día se han ganado, contra su Dios y Señor. 68 Ángel El Mesías, el Salvador, libertará a sus creyentes, agobiando a la serpiente, en defensa de Jacob, así como libró a Lot, del fuego devorador, libertará al pecador, de las cárceles eternas, y así váyanse a sus peñas, en el nombre del Señor. Luzbel Si el mismo creador me dio, habilidad y astucia, ciencia y grande poder, todo se me concedió, ¿he de permitir yo, que me tientes la paciencia? Que aquél que haga penitencia, y no se sepa enmendar, nadie me lo ha de quitar, ¡quítate de mi presencia! Miguel La contrición verdadera, bajó a la misericordia, les dará una eterna gloria, y hará que tu astucia muera. Asmodeo Yo fui criado en alta esmera, y sólo por un pecado, 69 Ángel fui del cielo desterrado, a sufrir tristes penas, fuego, grillos y cadenas, por toda una eternidad. ¿Cómo el que pecando, está noche y día, se ha de salvar? ¡Mentís, en vos no hay caridad! Vengan hombres a llorar. Una mujer sacra y pura, será su corredentora, que les dará la victoria, y hará que tu astucia muera. Pecado ¿Qué mujer pudo escapar, de la mancilla y la muerte, hecha de materia inerte, hija de Eva, hija de Adán? Yo pondré todo mi afán, en tentar a esa criatura, y que no haiga mujer pura, digna de tal privilegio, y que pague el universo, su crimen, maldad y locura. Miguel Cierra tu boca maldito blasfemo ¿qué has pronunciado? María fue por lo infinito, concebida sin pecado, 70 que un espíritu sagrado, la dotó con grande honra, así el Señor le hará sombra, y no manchará su pureza, porque es la reina y princesa, de este mundo y de la gloria. Luzbel Brame ese lago de fuego, tiemble el espantoso abismo, porque un adargo agudísimo, me traspasa medio a medio. Caigan centellas del cielo, caiga el trueno devorante, quede nada de mí al instante, que de cóleras me muero, caigan sobre mí mil rayos, no oiga tu voz arcángel, vuelve a tu gloria Miguel, que el cielo me autorizó, y grande poder me dio, sobre el mundo y alta esfera, en los cielos y en la tierra. Di Miguel ¿quién como yo? Miguel Maldito oprime tu voz, porque no has obedecido, a los cielos has ofendido, maldito ¿quién como vos? Ríndete bárbaro atroz, me ordena el Rey celestial. Llora tu suerte fatal, 71 obedece al justo juez, postrándote a mis pies, ríndete bestia infernal. Luzbel No me rindo. Soy capaz, de acabar con las naciones, haré brotar las legiones, como en el acto verás. Haré eructar los volcanes, haré desbordarse el mar, hasta quedar inundados, haré oscurecerse el mundo, con unos espantosos rayos. Rómpanse esos calabozos, y esas cárceles eternas, salgan monstruos horrorosos, llegaremos hasta el cielo. ¡Guerra! ¡Guerra! Miguel ¡Ríndete! Feroz blasfemo. Pública del hombre alegría. Luzbel ¡Oh! ¡Pena y desdicha mía! ¡Oh! ¡Conflicto sin tamaño! Que sintiendo cada día, fuego y pena dé. De daño hoy, me veo más agraviado, con doble melancolía. 72 ¿Para qué es sabiduría? ¿Para qué ciencia y poder, cuando ya el supremo ser, me separó de su gloria? ¿Dueño soy de la victoria? Perdido ya. Perdió Luzbel. Miguel No te vuelvas a oponer, con los designios del cielo, yo lo he de favorecer, sepultándote al infierno. Asmodeo Aflicción de extremo a extremo, ¡Oh! Lago eterno de penas. Este crujir de cadenas, me infunde terrible miedo, perdió el capitán guerrero, la capacidad de ser. Tiembla el infierno, yo tiemblo, al caer a tus pies Miguel. Miguel Perdiste tu eterno bien. Pecado Yo abrazado del desdén, fui del imperio arrojado, en tan espantoso lago, para siempre padecer. Ya está rendido El Pecado, mírame a tus pies Miguel. 73 Miguel Por soberbio y atrevido, hoy te ves en mi poder, cada día he de poner, aumentos en tu castigo. (Coro, cantan pastores e indios) Lloraba el género humano, por ver el manso Cordero. En el fondo del infierno, llora un ángel condenado. Luzbel Llora un ángel condenado, tronos y dominaciones, coros y potestades, compadeced de mis males, y terribles aflicciones, lloro mis tribulaciones, a las plantas de este arcángel. Sea mi conciencia un gusano, porque a Eva y Adán manché, siendo la causa porqué. (Coro, cantan pastores e indios) Lloraba el género humano, por ver el manso Cordero. En el fondo del infierno, llora un ángel condenado. Asmodeo Lloro en lágrimas deshecho, sufro lacerado el pecho, 74 lloro, lloro mi locura, si Dios hecho criatura, llora ya sobre este suelo, yo lloraré sin consuelo, sin tregua y sin demora, inter de que Israel llora. (Coro, cantan pastores e indios) Lloraba el género humano, por ver el manso Cordero. En el fondo del infierno, llora un ángel condenado. Pecado Ojos para cuándo son, muerto está mi corazón, por toda una eternidad. ¡Ay! Qué desdicha fatal. ¡Ay! Qué fuego sempiterno. Ojalá y mi llanto tierno, me privara del sentido, no sentiría el fuego vivo. (Coro, cantan pastores e indios) Lloraba el género humano, por ver el manso Cordero. En el fondo del infierno, llora un ángel condenado. Luzbel En el fondo del infierno, lloro mi desdicha atroz, viéndome yo cual ninguno, 75 pensaba ser más que Dios, lloro el proceso veloz, que me traspasa este medio, en un bárbaro martirio. (Coro, cantan pastores e indios) Lloraba el género humano, por ver el manso Cordero. En el fondo del infierno, llora un ángel condenado. Miguel Vete serpiente infernal, quítate de mi presencia, vete a llorar tu sentencia, por toda una eternidad. Luzbel Miguel, ya tiemblan mis labios, del mal que sufren mis ojos, para calmar mis enojos, vendré a vengar mis agravios. ¿Cómo entre hierros y clavos, podremos volar con donaire? Siendo yo el rey de los aires, que en todas partes resido, no es posible que reciba males. Mas entre tanto, ¿por qué ese tono risueño? ¿causa un deleite a tu género, de nosotros el llanto? ¡Infierno! Me enfurezco, multiplica mi dolor. 76 ¡Salgan esos pastos untuosos! para Luzbel, vuestro morador. Asmodeo Ya se va el gran capitán, sin el triunfo de la lid, más yo vendré a fementir, la infeliz prole de Adán, yo conquistaré el afán, de mi astucia y mi gobierno, aunque haiga nacido el verbo, en toda la cristiandad, se introducirá el veneno. Pecado Miguel, ya se va El Pecado, a sufrir tantas desdichas, pero ya dejó manchado, al hombre con siete vicios. Ya me ha prestado servicio, ya juró ser mi esclavo, está escrito y sellado, según la ley del imperio, y queda legitimado, heredero del infierno. (Coro, todos) Ábrete horroroso seno, casita de maldiciones, salgan hadas, salgan genios, y recibirán a sus señores. 77 Ángel Podéis humildes zagales, caminar para Belén, a adorar al sumo bien, el redentor de sus males. Mayoral Nació el verdadero Dios, de justicia y de grandeza, vamos a ver sus finezas, y a ofrecerle nuestro amor. Pastores Sin omitir la tristeza, vamos todos en unión. (caminata, cantan los pastores) Viva la pureza, de la Virgen bella, la más linda estrella, de toda grandeza. Viva la belleza, de la predilecta, que ha nacido exenta, de la mancha nuestra. No pudo el dragón, del furioso averno, manchar el botón, de la flor del Verbo. Los tres Reyes Magos, al portal llegaron, rinden sus coronas, y se arrodillaron. 78 Ya nació el Creador, allá en el portal, Padre celestial, es el Salvador. El manso Cordero, Mesías prometido, aquí está nacido, todos le adoremos. Mayoral Parece que hemos llegado, a ese Belén preferido, ya se oye el dulce plañido, del niño Dios humanado. Llorando está mi pecado, y yo tan endurecido, ¿cómo sus lágrimas en hilo, no me consuelan a mi? ¡Dios! Me acercaré a oir su voz, y esperaré a ser oído. Bartolo Lleguemos de dos en dos, a este recinto sagrado, a adorar al niño Dios, con un versito cantado. Pastores Vamos presto a ejecutarlo. Pastores (cantan) Vos sois la más bella flor, de la alameda del cielo, 79 que para madre del Verbo, plantó en la tierra el Señor. Jilomena (ofrece) Virgen amada y piadosa, virgen sagrada y bendita, eres María una perlita, gota de rocío es tu niño, recibe de mi cariño, esta blanca mantillita. Marsiria (ofrece) ¡Oh! Virgen del testamento, de las naciones deseada. ¡Oh! Siempre glorificada, a ser gracia en todo momento. Gozó Marsiria el contento, de venirte a conocer. ¡Oh! Qué dicha y qué placer, siento enajenada mi alma, pon al niño de Belén, esta mantillita morada. Jilomena y Marsiria (cantan despedida) Mayoral y Primitivo, vienen a ver tu hermosura, adiós sacra Virgen pura, adiós adorado niño. Mayoral (canta) ¡Oh! Patriarca santa, del pueblo de Israel, 80 voy a ver mi bien, mi dicha y encanto. Mayoral (ofrece) Con tu licencia María, me postro ante tu presencia, para adorar al Mesías, corporal y no en esencia. Sois la suma omnipotencia, encarnada por mi amor, hoy te ofrezco mi firmeza, y un pañuelito de sol. Primitivo (ofrece) Vos sois del Divino Verbo, hija de Joaquín y Ana, por ti nos vino el Cordero, y para adorate niño amado, yo te traje a regalar, tres claveles nevados. Mayoral y Primitivo (cantan despedida) Ya me voy Señor, padre celestial, Bibal y Porfiro, te vienen a adorar. Bibal y Porfiro (cantan) A Jesús, María y José, llevo en mi memoria impresos. ¡Oh! Gran rey del universo, alumbra mi poca fe. 81 Bibal (ofrece) Eras la flor matutina, y tu niñito agraciado, un clavel disciplinado, allá en la alameda urbina, ¡Oh! María hermosa y divina, suplico el que oigas mi voz, allá en el último día, cuatro flores de alhelí, yo te ofrezco por los dos. Porfiro (ofrece) Bibal te ofreció dos flores, pos yo nada tenía, que traerte virgen María, hoy te ofrezco mis amores, niño Señor de señores, tened compasión de mí, por eso vine hasta aquí, porque tu eres mi señor, perdona a este pecador, hoy que lo tenéis aquí. Bibal y Porfiro (cantan despedida) Adiós relicario, de mi pecho amante, Velardo y Ustalio, vienen a adorarte. Velardo y Ustalio (cantan) Este cardo santo, y una granadita, 82 le llevo a mi bien, mi dicha y encanto. Velardo (ofrece) Gran señor mi Dios, mi redentor y mi juez, de hinojos ante tus pies, tenéis al pastor Velardo. Perdóname mis pecados, tú que eres el Niño Santo, aquí te traigo a regalar, este chulo cardo santo. Ustalio (ofrece) María reina de Judá, más hermosa que la aurora, tú eres mi corredentora. Porque entre mi pecho está, tamaña dicha y encanto, Velardo dio un cardo santo, y yo te ofrezco esta granada. Velaro y Ustalio (cantan despedida) Adiós rey del cielo, mi único placer, Otavio y Roselio, te vienen a ver. Otavio y Roselio (cantan) Un ciervito blanco, y un corderito, 83 le llevamos al niñito, Dios tres veces santo. Otavio (ofrece) Con respeto el más profundo, llego a tus plantas Señor, tenéis aquí un pecador, de los mayores del mundo. Dios sin igual, sin segundo, hijo del rey de Nazaret, dame de virtud la fe, donde obra caridad, pues te doy con voluntad, este ciervito que me hallé. Roselio (ofrece) En tu virginal pureza, diste luz al Mesías, ¡Oh! Siempre Virgen María, llena de gracia y belleza, tenéis aquí en tu presencia, a Roselio ya contrito, adorando a tu niñito, protestando el no pecar, yo te traje a regalar, este chulo corderito. Otavio y Roselio (cantan despedida) Adiós madre amante, piadosa y divina, que Lauro y Silvina, vienen a adorarte. 84 Lauro Silvina (cantan) Salvi Dios madre querida, salvi tu nombre y tu gracia, salvi Dios a tu eficacia, que el Salvador es tu niño. Silvina (ofrece) ¡Ay! Que gonito señora, tanto gusto yo teniendo, que croque lo vine corriendo, por conocerlo tu cara, y tu criatura mentado, que dicen ques Dios mero, a ver, deja conocerlo, no digo, hasta que te vide, muy rechulo, güero güero, señora tenga un cedazo, y un pan de semita bueno. Lauro (ofrece) ¡Ay! Que gonito señora, qué tilana y tilanes, mi alma de gusto se mece, con tantito se malogra, porque tu nana tan sola, permite venga a infermar, me dan ganas de llorar, de verte tan pobrecito, te regalo este bulito, no hallo más que regalar. 85 Lauro Silvina (cantan despedida) Vienen Hernán y Mesillero, a mirarlo tu hermosura, adiós sacra virgen pura, adiós adorado niño. Hernán y Mesillero (cantan) Flauta que con tu tañido, haces mi gusto sacar, no me vayas a olvidar, el favor que yo te pido. Ranchero (ofrece) Sudado mi penco moro, está por tan grande afán, pues quería Gervasio Hernán, mas ya esta dicha logró, de conocerte niñito, te regalo un becerrito, de la cría de mi ganado, y también este lacito, para que en sabiendo andar, nos vayamos a lazar, que yo te daré un caballo, brisón, grandote, orisbayo, que se quedó en el corral. En fin, se retira Hernán, pidiéndote contrición, dirige una bendición, a este hijo mortal de Adán. 86 Mesillero (ofrece) ¡Oh! Chiquito, mi lucero, de la gloria dulce paz, aquí está Cosme de Bras, que le dicen Mesillero, porque me verás trayendo, muchas chuladas bonitas, pero para este su niño, un rosarito, un pañuelo, de cristal este puntero, para cuando leas tu librito, de estambre unos zapatitos, este platito y su taza, mi flauta y esta sonaja, y de plumas un gorrito. Ranchero y Mesillero (cantan despedida) Adiós el Verbo deseado, que carne vino a tomar, el monje viene a adorar, al mismo Dios encarnado. Ermitaño (canta) ¡Oh! Qué dicha, qué gozo y placer, ya las glorias dejaron la altura, entonando dulces aleluyas, que han bajado al portal de Belén. Ermitaño (ofrece) Trasformado en tierno niño, jamás habrá amor más fino, como el amor paternal, 87 recibe niño un panal, que te traigo con cariño. Ermitaño (canta despedida) Adiós manso Cordero pascual, siento el irme y dejarte tan solo, voy a ver a mi hermano Bartolo, que tu grandeza venga a adorar. Ermitaño Bartolo en profundo sueño, ¿en tan lograda la ocasión? hablémosle con empeño, por medio de una canción. Vamos a la ejecución. Pastores (cantan en coro) Párate viejito lindo, al chiquito lo conocerás, mira que Dios quiso venir a pagar, la ofensa que hizo nuestro padre Adán. Ermitaño Hermano irás al portal, a adorar al Niño Dios, si quieres vamos los dos, te ayudaré a levantar. Bartolo Ya no me puedo parar, de lo entumido que estoy, pero qué hago, siempre voy, voy a empezar a cantar. 88 Bartolo (canta) Nadie del mundo había visto, ni oído una melodía, como la d’este viejito, en este presente día. Bartolo (ofrece) En que lugar tan estrecho, se ha colocado mi amor, tú que eres mi salvador, te pido Dios de verdad, que me quites la flojera, la tos y la garraspera, y algo de ansiedad. Y te traigo a regalar, el toro de tía Pachita, porque me dijo nanita, ya no lo puedo aguantar, pero es cosa tan bonita, con tan solo oírlo bramar, recíbelo pues tatita. ¡Oh! José patriarca real, ya me voy a retirar, te pido Dios soberano, una niña de quince años, porque me quiero casar, ¿qué dices, me la vas a dar? para no morirme este año. Bartolo Arrullemos al creador, con un versito cantado. 89 Pastores Vamos presto a ejecutarlo. Arrullamiento Duérmete fuego de amor, duerme gloria soberana, tomaste la forma humana, por salvar al pecador. Duérmete brillante sol, duérmete lirio encarnado, te hiciste hijo del dolor, por redimir al pecado. Duerme nuevo Salomón, duérmete niño deseado, el Mesías profetizado, en la gran ciudad de Sión. Duérmete mi salvador, duerme gota de rocío, en María y en ti confío, mi gloria, fe y salvación. Venga el jilguero y gurrión, de su nido maternal, ayúdenos a cantar, la calandria y el ruiseñor. Cante el cinzontle advertido, también la calandria cante, y que alegre su sonido, que este niño se levante. Fin 90 El Ranchero o del Mesillero. Coloquio de Pastorela Recopilador: Juan Carlos Reyes G., se terminó en diciembre de 2014 en la ciudad de Colima, Col. Edición revisada por Marina Saravia.