Isaac Peral, patriota y leal, pero denigrado y olvidado Una historia de corrupción al por mayor, comisiones y amoríos Domingo 01 de junio de 2014 17:46 http://www.elespiadigital.com/index.php/informes/5661-isaac-peral-patriota-y-leal-pero-denigrado-yolvidado Siempre nos quedará la rabia de preguntarnos ¿Por qué los españoles no tuvieron submarinos ni en Cuba ni en Manila en 1898 y qué hubiera pasado si los hubiéramos tenido?, pregunta de no sencilla respuesta, pero lo cierto es que de tenerlos el curso de la Historia habría sido otro muy diferente. Está clara la mano negra anglosajona, pero también la corresponsabilidad tanto de gobiernos de "derechas" como de"izquierdas", liberales o no. Por José Antonio Crespo-Francés* Leer: Isaac Peral, patriota y leal, pero denigrado y olvidado Leer: Manifiesto de Isaac Peral * Coronel en situación de Reserva. El Espía Digital – www.elespiadigital.com Isaac Peral, patriota y leal, pero denigrado y olvidado Una historia de corrupción al por mayor, comisiones y amoríos Por José Antonio Crespo-Francés* Antes de comenzar debemos hacer un breve repaso por la convulsa situación de una de las páginas más desastrosas de nuestra historia. Conocemos como Sexenio Democrático o Sexenio Revolucionario al periodo de la historia contemporánea de España transcurrido desde el triunfo de la revolución, conocida como La Gloriosa, de septiembre de 1868 hasta el pronunciamiento de diciembre de 1874, que supuso el inicio de la etapa conocida como Restauración borbónica. El Ictíneo II fue un submarino construido por el inventor español Narciso Monturiol en 1864, como un desarrollo mejorado del anterior prototipo Ictíneo I, también construido por 1 El Espía Digital – www.elespiadigital.com Monturiol y que fue botado en junio de 1859. Fue el primer submarino propulsado por vapor y su botadura se produjo en el Puerto de Barcelona el 2 de octubre de 1864. El Sexenio suele dividirse en tres, o cuatro, etapas: la primera, la correspondiente al Gobierno provisional (1868-1871); la segunda, del reinado de Amadeo I (1871-1873); la tercera de la Primera República Española, proclamada tras la abdicación del rey Amadeo de Saboya en febrero de 1873, y que se divide entre el período de la República Federal, a la que asesta un sablazo final el golpe de Pavía de enero de 1874, y la República unitaria, conocida como la Dictadura de Serrano, que se cierra con el pronunciamiento en diciembre de 1874 en Sagunto del general Arsenio Martínez Campos en favor de la restauración de la Monarquía borbónica en la persona del hijo de Isabel II, que reinaría como Alfonso XII. En aquel momento podemos apreciar la existencia de cuatro grupos políticos definidos: los unionistas encabezados por el general Serrano; los progresistas encabezados por el general Prim y tras su asesinato por Práxedes Mateo Sagasta y Manuel Ruiz Zorrilla; los demócratas monárquicos llamados "cimbrios"1, encabezados por Cristino Martos y Nicolás Rivero; y los republicanos federales, cuyos líderes eran Estanislao Figueras, Francisco Pi y Margall, Nicolás Salmerón y Emilio Castelar. Además hay que contar con el partido moderado decantado cada vez más hacia las posiciones de los alfonsinos dirigidos por Antonio Cánovas del Castillo y con los carlistas, que desencadenarán en 1872 la Tercera Guerra Carlista para intentar poner en el trono al pretendiente como Carlos VII, así como con los independentistas cubanos lo que dará lugar tras el Grito de Yara a la Guerra de los Diez Años. En 1863 la reina Isabel II destituye al general Leopoldo O'Donnell que durante los cinco años anteriores había presidido el "gobierno largo" de la Unión Liberal. El Partido Progresista esperaba ser llamado al gobierno, pero la reina decidió nombrar al frente del poder ejecutivo al veterano miembro del Partido Moderado el Marqués de Miraflores2, lo que inclinó a 1 Los llamados cimbrios fueron un grupo político surgido tras el triunfo de la Revolución de 1868 cuando el Partido Demócrata se transformó a finales de 1868 en el Partido Republicano Democrático Federal y un grupo de demócratas se decantaron por la "monarquía popular" defendida por el Gobierno Provisional de 1868-1871. Durante el reinado de Amadeo I los cimbrios, así llamados por la referencia que hizo el Gobierno Provisional en su manifiesto del 12 de noviembre de 1868 al pueblo pregermánico de los cimbrios que lucharon contra la República Romana en el siglo II a.C., se acabaron integrando en el Partido Radical de Manuel Ruiz Zorrilla. Sus principales líderes fueron Nicolás María Rivero, Cristino Martos y Manuel Becerra y Bermúdez. 2 Manuel Pando Fernández de Pinedo (Madrid, 22 de diciembre de 1792 - 20 de febrero de 1872) político, diplomático e historiador, marqués de Miraflores y de Pontejos, conde de Villapaterna y de la Ventosa, señor de Villargarcía del Pinar y de Miraflores, caballero del Toisón de Oro, Gran Cruz de la Orden de Carlos 2 El Espía Digital – www.elespiadigital.com los progresistas a optar por el retraimiento, lo que significaba que no presentarían candidatos a las elecciones, deslegitimando así las Cortes que salieran de ellas, e implícitamente a la propia Monarquía. Juan Manuel Peral, padre de Isaac Peral y Capitán de Marina El gobierno de Miraflores tuvo una corta duración como los dos siguientes, también encabezados moderados, hasta que en 1864 fue nombrado presidente del gobierno el "hombre fuerte" del Partido Moderado el general Ramón María Narváez. Este se mantuvo en el poder hasta junio de 1865, siendo destituido por la reina como consecuencia de los trágicos sucesos conocidos como la Noche de San Daniel. Entonces Isabel II volvió a llamar al gobierno a Leopoldo O'Donnell al frente de su partido la Unión Liberal, una especie de partido de "centro" situado entre moderados y progresistas. En junio de 1866 tuvo lugar una insurrección en Madrid para acabar con la Monarquía de Isabel II que fue dominada por el gobierno de la Unión Liberal del general Leopoldo O'Donnell y que fue conocida como la sublevación del Cuartel de San Gil, porque fueron los sargentos de este cuartel de artillería los que protagonizaron el alzamiento. Al mes siguiente la reina Isabel II, destituyó al general O'Donnell por considerar que había sido demasiado blando con los insurrectos, a pesar de que había ordenado fusilar a 66 de ellos, y llamó de nuevo al general Narváez para sustituirle. III, caballero de la Legión de Honor francesa y la Orden de Cristo portuguesa. El 2 de mayo de 1863, la reina Isabel le encargó formar gobierno, apoyándose en el Marqués de la Habana, como ministro de Guerra, y Francisco Mata y Alós, como ministro de Marina. Tras cesar el 17 de enero de 1864, nuevamente pasó a ocupar la Presidencia del Senado (1866-1867). A nivel profesional destacaron sus trabajos sobre historia política de España en el siglo XIX; fue elegido miembro de la Real Academia de la Historia el 5 de julio de 1850. 3 El Espía Digital – www.elespiadigital.com Isaac Peral con su esposa e hijos en Cádiz Archivo Familia Peral Narváez adoptó inmediatamente una política autoritaria y represiva lo que hizo imposible el turno en el poder con la Unión Liberal de O'Donnell, que entonces optó por hacer el «vacío en Palacio», según la expresión del propio O'Donnell, lo que significaba el retraimiento en el Senado. Todo ello venía acompañado con la crisis económica de 1866-1868, cuando a principios de 1866 estalló la primera crisis financiera de la historia del capitalismo español. Aunque estuvo precedida de la crisis de la industria textil catalana, cuyos primeros síntomas aparecieron en 1862 a consecuencia de la escasez de algodón provocada por la Guerra de Secesión norteamericana, el detonante de la crisis financiera de 1866 fueron las pérdidas de las compañías ferroviarias, que arrastraron con ellas a bancos y sociedades de crédito. Las primeras quiebras de sociedades de crédito vinculadas a las compañías ferroviarias se produjeron en 1864, pero fue en mayo de 1866 cuando la crisis alcanzó a dos importantes sociedades de crédito de Barcelona, la Catalana General de Crédito y el Crédito Mobiliario Barcelonés, lo que desató una oleada de pánico. A la crisis financiera de 1866 se sumó una grave crisis de subsistencias en 1867 y 1868 motivada por las malas cosechas de esos años. Los afectados no fueron los hombres de negocios o los políticos, como en la crisis financiera, sino las clases populares debido a la escasez y carestía de productos básicos como el pan. Se desataron motines populares en varias ciudades, como en Sevilla, donde el trigo llegó a multiplicar por seis su precio, o en Granada, al grito de "pan a ocho" (reales). 4 El Espía Digital – www.elespiadigital.com María del Carmen Cencio, esposa del inventor e Isaac Peral, del libro "Isaac Peral su obra y su tiempo" La crisis de subsistencias se vio agravada por el crecimiento del paro provocado por la crisis económica desencadenada por la crisis financiera, que afectó sobre todo a dos de los sectores que más trabajo proporcionaban, las obras públicas, incluidos los ferrocarriles, y la construcción. La coincidencia de ambas crisis, la financiera y la de subsistencias, creaba "unas condiciones sociales explosivas que daban argumentos a los sectores populares para incorporarse a la lucha contra el régimen isabelino". Según ha señalado Juan Francisco Fuentes, hay que descartar "una relación causa-efecto entre la crisis económica y la Revolución de 1868", aunque no "se puede ignorar la importancia que aquella gran crisis del capitalismo español iniciada en 1864 tuvo en la percepción general de las élites políticas y económicas: el convencimiento de que el régimen isabelino, reducido finalmente a una pequeña camarilla político-clerical, se había aislado por completo de la realidad nacional. A los ojos de una buena parte de la sociedad española, aquello era el final de una época. Una grave crisis de subsistencias en los años 1867-1868 acabaría de generalizar esa sensación de catástrofe nacional que se apodera del país en la última etapa del reinado de Isabel II". La crisis económica aceleró el deterioro político del régimen isabelino. El gobierno debía enfrentarse a varios grupos hostiles, como los inversores, que querían salvar su patrimonio; los industriales, que precisaban mayor proteccionismo; y los campesinos y obreros, que no querían pasar hambre. 5 El Espía Digital – www.elespiadigital.com La figura de Peral en un desierto de desgobierno Ante este panorama desolador surgió la figura objeto de estas líneas3. Isaac Peral vivió y padeció este desastre generalizado lo cual no le impidió pensar, imaginar y crear, y si sus ideas se hubieran seguido España podría haber ganado un seguro liderazgo en el mundo naval, y en el de la explotación de la electricidad, con la consecuencia de no haber perdido de una manera tan fácil Cuba y Filipinas4. Pero eso es sólo una hipótesis pues todas sus ideas fueron vilmente rechazadas, como queriendo empujar a España a lo más profundo del pozo en el que la crisis y la falta de visión de sus gobernantes la precipitaba. Isaac Peral y Caballero nació en Cartagena el 1 de junio de 1851 y muere con sólo 44 años en Berlín el 22 de mayo de 18955, científico, teniente de navío de la Armada e inventor del primer submarino torpedero, conocido como el submarino Peral. No era la primera vez que se construía un submarino, pero hay que dejar claro que la nave imaginada por Peral era diferente a todas por lo que supuso una revolución en la historia de la tecnología. La novedad y la sorpresa consistían en el uso de la electricidad como energía motriz. El Peral fue un prototipo de submarino con propulsión eléctrica realizado por la Armada Española según proyecto de Isaac Peral. Aunque no fue la primera vez que se planeaba la construcción de un buque que navegaba en inmersión, en 1885 la novedad era que se propulsaba por medio de la energía eléctrica. Si el gobierno español de aquel momento hubiera tenido algo de visión de futuro, se podrían haber financiado este proyecto que habría cambiado las desoladoras perspectivas de pobreza que se cernían sobre España. Ningún país de la época tenía submarinos en sus armadas. Isaac Peral fue el segundo de los tres hijos de Juan Manuel Peral e Isabel Caballero. Su padre era natural de Cádiz y procedía de una familia de 3 Isaac Peral. La ilusión como proyecto. Contexto histórico. http://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?sit=c,373,m,3093&r=ReP-22882-DETALLE_REPORTAJESABUELO 4 La cuestión del submarino y la guerra del 98 por Javier San Mateo: http://almirantecervera.com/alm/?page_id=477 5 Isaac Peral. La ilusión como proyecto http://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?sit=c,373,m,3093&r=ReP-22286-DETALLE_REPORTAJESPADRE 6 El Espía Digital – www.elespiadigital.com marinos. Su padre les habría transmitido a sus hijos, ya desde niños, la vocación por el mundo del mar, porque también sus dos hermanos fueron marinos. Isaac vivió ocho años en Cartagena, en una casa que aún se conserva hoy en el Callejón de Zorrilla, no muy lejos del puerto. Aprendió las primeras letras con el maestro Luis Britz, en su ciudad natal, pero en 1859 su padre fue trasladado a San Fernando en Cádiz, donde los dos hermanos, Alejandro e Isaac, ingresarían pronto en el Colegio Naval Militar de San Carlos. Tenía 14 años cuando entró en el Colegio Militar, en 1865. Cursar aquí, la carrera profesional significaba para la familia un gran sacrificio económico, por lo que el joven Peral se esmeraría en conseguir los mejores frutos, por lo que en solo dos años, Isaac obtuvo la distinción de guardiamarina de 2ª, con lo que iniciaba a los 16 años su verdadera etapa profesional como militar de la Armada. Callejón de Zorrilla, lugar cartagenero donde vivió la familia Peral. A lo largo de su trayectoria vital, Peral destacó en todos los campos en los que desarrolló sus actividades. Hombre de principios firmes y de profundas convicciones, se empeñaba al máximo en cada una de sus tareas, como lo demuestran sus reconocimientos militares y científicos, siendo sobresaliente en esas dos facetas, a las que hay que añadir la docencia, y todo ello aderezado con su capacidad creativa y su espíritu reflexivo, que aplicó en el campo de la ingeniería hidráulica y en el aprovechamiento de la electricidad y que le valió el afectivo mote de 'el profundo Isaac' por parte de sus compañeros. Siendo conocido finalmente por su capacidad inventiva que le llevaría a la fama, concretamente por el submarino. 7 El Espía Digital – www.elespiadigital.com En 1876, Peral contrajo matrimonio en Cádiz con María del Carmen Cencio, hija de un médico de la Armada. Llegaron a tener nueve hijos, aunque cuatro de ellos fallecieron siendo menores. Su esposa e hijos fueron siempre su apoyo en su vida como creador por lo que María del Carmen le acompañaba en sus viajes a Madrid o a París con motivo del desarrollo de su gran invento. A pesar de ello nunca le fue fácil a Isaac avanzar en su carrera y en sus proyectos. Además de las dificultades económicas de sus comienzos, que supo zanjar con un esmerado estudio, otros problemas se sumarían en distintas etapas de su trayectoria personal. En 1880, Peral había ascendido ya hasta teniente de navío y poco después se embarcaba en una de sus misiones rumbo a Filipinas. Pero este viaje cambiaría su destino. Un barbero le produjo una herida muy considerable en la sien, que dañó gravemente su salud. Tuvo una intensa carrera en la Armada Española, interviniendo en la Guerra de los Diez Años en Cuba y en la Tercera Guerra Carlista, por lo que fue felicitado y condecorado6. A causa de la enfermedad, Peral debió abandonar los viajes y permanecer en Cádiz, donde se dedicó a la docencia en la nueva Escuela de Ampliación de Estudios de la Armada. Sin decaer es su actividad creativa se dedicó con pasión a desarrollar su idea de un submarino propulsado eléctricamente y que incorporaba un sistema para disparar torpedos bajo el mar. Era una verdadera revolución para la navegación militar. Destacó en trabajos y misiones de carácter científico pues escribió un "tratado teórico práctico sobre huracanes", trabajó en el levantamiento de los planos del canal de Simanalés en Filipinas y en 1883 se hizo cargo de la cátedra de Física-Matemática de la Escuela de Ampliación de Estudios de la Armada7. Durante toda su carrera militar en la Armada, el ideal de Isaac Peral había sido resolver el problema de la defensa de la nación frente a las modernas máquinas de guerra con que contaban otros países. Su invento era, en efecto, un arma de guerra perfecta. 6Isaac Peral. La ilusión como proyecto. Peral marino. http://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?sit=c,373,m,3093&r=ReP-22290-DETALLE_REPORTAJESABUELO 7Isaac Peral. La ilusión como proyecto. Peral científico. http://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?sit=c,373,m,3093&r=ReP-22571-DETALLE_REPORTAJESABUELO 8 El Espía Digital – www.elespiadigital.com La idea del submarino fue plasmada sobre papel el 20 de septiembre de 1884, según se recoge en unas cuartillas firmadas por su autor y tituladas "Proyecto de Torpedero Submarino". En esos años, Isaac encontró las circunstancias propicias para sistematizar sus muchas ideas y reflexiones cuando, después de 1882, habiendo enfermado gravemente en su viaje a Filipinas, debió regresar definitivamente a España y dedicarse a la docencia y al estudio, su gran pasión. En 1885 España es amenazada por la presencia alemana en las Islas Carolinas, al otro lado del globo, donde llegó el acorazado germano "Iltis" con intención de izar su bandera. El escenario del Pacífico estaba muy lejano y las cosas no pintaban nada bien para la Armada. Quizá este fuera el motivo por el que Isaac Peral sintiera que había llegado el momento de sacar a la luz las ideas y precisos cálculos que llevaba años desarrollando para dar vida a una nave sin igual en aquel momento. Ante esta situación internacional, un patriota Peral decidió hacer públicas las ideas que tenía para revolucionar el sistema de defensa español, con su torpedero submarino. Tras la crisis de las Carolinas, Isaac Peral se consideró en la obligación de comunicar a sus superiores que había resuelto definitivamente el reto de la navegación submarina. Siendo ya teniente, allá por 1885, Peral consideró que su proyecto debía ser presentado al Ministro de Marina para construir algo nunca visto antes: un torpedero submarino con propulsión eléctrica. En el mes de agosto de ese año, el entonces teniente de navío Isaac Peral Caballero, profesor de Física en la Academia de Ampliación de Estudios, Escuela Superior de la Marina, es cuando comunica a sus superiores que creía haber resuelto el problema de la navegación submarina. Expone su proyecto a Juan B. Viniegra y Cecilio Pujazón, directores respectivamente de la Academia y del Observatorio astronómico de San Fernando, ambos de reconocida reputación científica dentro y fuera de España. La noticia del invento es recibida inicialmente con un lógico y cierto escepticismo, ya que Peral sostiene que la propulsión del nuevo buque se hará por medio de la electricidad y hasta esa fecha, lo máximo que se había logrado en la propulsión de máquinas mediante energía eléctrica, era lo que había conseguido Siemens en Berlín al instalar un pequeño motor eléctrico de 7,5 C.V., con el que consiguió mover un tranvía experimental. Isaac Peral pretendía, nada menos que desplazar en inmersión una nave de entre 120 a 130 toneladas y con potencia 9 El Espía Digital – www.elespiadigital.com suficiente para navegar a 8 nudos y vencer las poderosas corrientes submarinas. Sin embargo, tras una exposición pormenorizada y en detalle de todos sus cálculos, consigue convencerlos de la verosimilitud de su propuesta. Isaac Peral 1851-1895 Como objetivo final de la construcción de su submarino se encontraba el de lograr que España contara con un tipo de nave capaz de defender eficazmente las costas contra el ataque de cualquier otro buque de su tiempo. Tras un riguroso análisis del proyecto de Peral por los más cualificados científicos de la Escuela de Ampliación, dieron su aprobación para que fuese trasladado al ministro de Marina, en aquel momento el almirante Manuel de la Pezuela, que al venir avalada por Pujazón, recibió el proyecto con un caluroso entusiasmo y le otorga bastante credibilidad. Pezuela dicta que se efectúen ciertas pruebas preliminares, involucra al Centro Técnico de la Armada y declara el proyecto “alto secreto militar”. Pero poco tiempo después fallece el rey Alfonso XII8 y se produce un relevo de Gobierno, en diciembre de 1885 cesando Pezuela y siendo reemplazado por Beránger dando comienzo la turbia maniobra de boicot del proyecto. 8 El Pardo, 25 de noviembre de1885. 10 El Espía Digital – www.elespiadigital.com En octubre de 1886 Beránger dimite de su cargo, pero deja blindado el Programa Naval para que nadie pueda cambiarlo. Poco antes de dimitir desbloqueó el proyecto del submarino y se decidió, por fin, a dar curso a lo previsto por Real Decreto de 16 de diciembre del año anterior, que estipulaba que, tras la prueba preliminar, debía pasar el asunto al Centro Técnico de la Armada; departamento que acto seguido, emitió informe favorable. Beránger fue sustituido en el cargo por Rodríguez Arias, que venía de la Capitanía General de Cádiz y, por tanto, conocía bien los trabajos de Peral y, además, los tenía en buena estima. Con él en el Ministerio las cosas fueron algo mejor para el inventor, pero su jefe, Sagasta, Presidente del Gobierno, era opuesto al desarrollo del arma submarina y esto contrarrestaría sus buenas intenciones. Con el apoyo de diversos políticos y militares, y de la propia Reina Regente Dª María Cristina, el proyecto podría ver la luz. Peral, con la inicial aprobación del Gobierno, se puso rápidamente en marcha y tal como se le pedía, y en un tiempo record, finalizó las obras del submarino. Todo el material se adquirió en el extranjero, incluido el acero. Por Real Orden se otorgaron fondos para su desarrollo en octubre de 1886, y se emitió el permiso para su construcción al año siguiente con un coste total cercano a las 300.000 pesetas. Los principales dispositivos eléctricos se fabricaron por las mejores empresas, pero bajo su dirección y según su propio diseño, nunca antes se habían construido motores ni acumuladores semejantes. La construcción y el montaje final se hicieron, también bajo su dirección y supervisión, en los Astilleros de La Carraca en San Fernando. Superando obstáculos y sorteando algún sabotaje más, detrás de los cuales estaba la misma mano, el 8 de septiembre de 1888 se botaba con gran expectación el primer submarino de la Historia, siguiendo más tarde todo tipo de pruebas9 tanto en dique y en mar abierto. Tras la euforia de la botadura del submarino Peral, evento que se convertiría en uno de los acontecimientos más importantes en la España del último tercio del siglo XIX, llegaría la terminación a flote y, seguidamente, las pruebas de puerto, las de mar, las primeras inmersiones y el primer lanzamiento del mundo de un torpedo desde una nave en inmersión. 9 http://rincondeman.blogspot.com.es/2010/06/gente-de-mi-tierra-isaac-peral.html 11 El Espía Digital – www.elespiadigital.com Durante los años 1889 y 1890, Isaac Peral junto con los otros diez tripulantes del submarino efectuaron, y muy satisfactoriamente, cuantas pruebas se le exigieron: navegó dentro y fuera del agua, en la bahía y en alta mar, disparó torpedos sumergido y sin sumergir, realizó ejercicios tácticos de ataque y defensa; diurnos y nocturnos. De todos ellos siempre salió airoso regresando a puerto con la tripulación, sana y salva. Para presenciar las pruebas en la bahía de Cádiz acudieron periodistas españoles y extranjeros y asistieron buques de guerra de todas las marinas del mundo que saludaron con honores militares la gesta. Extrañamente, ninguna autoridad civil ni militar española se dignó a visitar Cádiz en aquellos días. El submarino contaba con elementos totalmente novedosos, que incorporaron posteriormente todos los submarinos convencionales como la propulsión eléctrica, tubo lanzatorpedos, periscopio, corredera eléctrica, giroscopio, aguja compensada, etc. Todos los testigos de esta hazaña enmudecieron de asombro. Fue en la primavera de 1890, y en la bahía de Cádiz cuando el prototipo del submarino hacía sus pruebas de mar. Una de esas pruebas, a mediados de junio, fue la de acechar en la noche a un buque de guerra alertado. Pudo hacerlo sin dificultad, acercándose a menos de 200 metros sin ser detectado en varias ocasiones en el transcurso de una única noche. Ningún buque de la época era entonces capaz de enfrentarse a esa amenaza. La euforia se extendió por toda España. 12 El Espía Digital – www.elespiadigital.com El submarino de Isaac Peral en La Carraca, el día de su botadura en 1888. La siguiente prueba, exigida además por el inventor y aceptada por el ministro de Marina del gobierno liberal, Romero Moreno, era entusiásticamente apoyada envuelta en la euforia patriótica. Consistiría en trasladar el submarino a Algeciras, sumergirse en la bahía y cruzar el Estrecho en inmersión por delante de las impotentes baterías de costa británicas. Para ese momento de exaltación se hizo un curioso abanico conmemorativo, típico de la época, en el que el prototipo aparecía listo para la acción, con el Peñón de Gibraltar al fondo, y un barco de guerra torpedeado y hundiéndose. Lamentablemente como recordamos la prueba nunca llegó a realizarse. El 4 de julio, sólo dos semanas después de la prueba exitosa en Cádiz, la "reina regente" forzó un cambio de Gobierno, haciéndose cargo de él los conservadores de Cánovas del Castillo. Este nombró ministro al almirante José María Beránger Ruiz de Apodaca. Lo que ocurrió después fue la más asombrosa de las decisiones de la secular Historia Naval española. Beránger ordenaría abrir inmediatamente una investigación. Su instructor, el Capitán de Fragata Víctor Concas, que llegaría también a ministro de Marina, se encargó de tergiversar las pruebas de mar del submarino, acusando a Peral de poner en riesgo a sus tripulantes, todos entusiastas voluntarios, y de ideas políticas republicanas. La prueba de Algeciras fue cancelada, y en octubre el submarino, cuyos secretos trataban desesperadamente de descubrir tres grandes constructores 13 El Espía Digital – www.elespiadigital.com militares europeos, cuyas ofertas de traición y de abandonar España habían sido rechazadas de plano por Peral, fue puesto en seco y sus equipos desmontados. La depresión y la enfermedad se encargarían del resto. Un año más tarde estaban acabadas las principales pruebas que garantizaban su funcionamiento. Pero nuevamente tuvo que sufrir el desencanto de ver truncado un proyecto, y esta vez sería a causa de las intrigas políticas. Por desgracia, prácticamente desde el inicio de sus trabajos se venía tejiendo en contra de Peral un poderoso complot que acabaría por destruir su obra. Desde antes incluso de la botadura ya se había iniciado en determinados medios una campaña muy hostil hacia el submarino y su inventor. La prensa más cercana al poder, la que dependía directamente de políticos afines al sistema: La Época, El Correo y El Globo; que representaban el pensamiento de Cánovas, Sagasta y Castelar, respectivamente, le acosaban directamente. Dentro de la propia Armada, algunos se habían incorporado a las filas de los críticos, y en algunos casos, habían vulnerado el secreto estipulado por el propio Gobierno. De entre los enemigos más acérrimos debemos destacar a los siguientes, el capitán de fragata Emilio Ruiz del Árbol, que había sido Agregado Naval en Washington durante cinco años, el teniente de navío Francisco Chacón Pery, y el capitán de fragata Víctor Concas, que había estado destinado en la Comisión de Marina en Londres, amigo personal de Cánovas y que había tratado de que Peral aceptara, sin éxito, entrevistarse con Zaharoff. De entre los políticos hostiles debemos destacar a Cánovas, Sagasta, Castelar, Romero Robledo y Francisco Silvela. Las pruebas que se le exigieron fueron superadas satisfactoriamente: navegó en superficie y en inmersión, en la bahía y en alta mar, disparó torpedos sumergido y en superficie, realizó ejercicios tácticos de ataque diurno y nocturno. Fue todo un acontecimiento cubierto y aplaudido por toda la prensa nacional y extranjera, excepto la afín y adicta al gobierno de aquella época, nos referimos a Cánovas, Sagasta y Castelar, Romero Robledo y Silvela, y lo que es más curioso, ninguna autoridad española, ni civil ni militar, estuvo presente en este acontecimiento. Al final de las pruebas oficiales del submarino, en julio de 1890, tal y como estaba previsto, se reunió una Junta Técnica, nombrada al efecto, 14 El Espía Digital – www.elespiadigital.com para dictaminar sobre la utilidad militar del invento. Previamente, había ocurrido un hecho singular, la Junta se había formado con los más acreditados miembros científicos de la Armada, pero poco antes de reunirse por primera vez, se sustituyó a Joaquín Bustamante, hombre muy solvente en la materia, por Francisco Chacón Pery muy alejado del nivel del resto de los miembros y que además se había pronunciado públicamente en contra del submarino de Peral. Tampoco se puede pasar por alto que su hermano estaba trabajando para una empresa que había tratado de “sobornar” al inventor. En cualquier caso, la Junta emitió un riguroso y completo informe sobre el submarino y sus características, concluyendo que el Programa submarino debía seguir adelante y confirmando que Isaac Peral había inventado el submarino y había logrado lo que nunca antes había hecho hombre alguno. Contra el informe colegiado de la Junta, emitió voto particular Francisco Chacón. En paralelo, se había nombrado un fiscal para la causa de la concesión de la Laureada de San Fernando a los tripulantes del submarino. La persona designada fue Víctor Concas, que aprovechó la ocasión para emitir un durísimo informe contra el inventor, contra los tripulantes y contra el propio submarino en sí, ya que se consideraba “obligado a conjurar esta amenaza”. Y ello, a pesar de que no era para lo que se le requería. Llegó a pedir que se encarcelara a Isaac Peral y al resto de oficiales. Las conclusiones de Concas fueron un puro disparate y merecieron el reproche y la descalificación global del Fiscal Togado del Consejo Superior de Guerra y de Marina por “defecto de forma” y por estar “mal hecha la instrucción de la causa desde el principio hasta el final”; razón por la cual solicitaba fuera sancionado su autor, pero el Gobierno, haciendo caso omiso, prefirió premiar a Concas con el mando del buque Escuela de la Armada, y llegando a ser Ministro de Marina. Tanto el informe de Concas como el de Chacón sirvieron de “munición” para los enemigos del submarino. 15 El Espía Digital – www.elespiadigital.com El submarino Peral efectuando pruebas ante la Comisión Técnica Estas pruebas oficiales se desarrollarían a lo largo de 1889 y 1890. Conviene resaltar que no se le concedió permiso para efectuar la prueba clave y más elocuente que había solicitado el propio inventor que era la de atravesar sumergido el estrecho de Gibraltar, desde Algeciras hasta Ceuta. A pesar de lo cual, demostró en las pruebas que se verificaron que podía navegar en inmersión a la voluntad de su comandante, con el destino, rumbo y cota predefinidas y en mar abierto. Entre las conclusiones más importantes cabe destacar el que se demostró que el submarino podía atacar, sin ser visto, a cualquier buque de superficie. La Comisión Técnica nombrada al efecto avaló el éxito de las pruebas del primer submarino de la historia. Pensemos que de un exiguo presupuesto adicional para gastos militares de unos 225 millones de pesetas, habría supuesto sólo un pellizco fabricar unas doce unidades con lo que la situación en Cuba, Filipinas y Gibraltar habría podido ser otra. En vez de eso se construyeron unos barcos con estructura interna de madera, a cuya sombra se hicieron unas cuantas fortunas, que supusieron el hundimiento definitivo de nuestra Armada. Durante en periodo transcurrido entre 1885 a 1890 sucedieron unos hechos esclarecedores. En enero de 1887, el ministro Rodríguez Arias, 16 El Espía Digital – www.elespiadigital.com sustituto de Beránger, había conseguido la aprobación del Programa Naval que había dejado asegurado su antecesor. Al calor de este presupuesto extraordinario surgieron algunos negocios no muy limpios de los que podemos destacar tres por su importancia y por sus consecuencias: Astilleros del Nervión, empresa que fundó José María Martínez de las Rivas, estrechamente relacionado con Cánovas del Castillo. Se le adjudicaron los tres cruceros principales del programa aún cuando ni si quiera tenían comenzadas las obras de los astilleros donde debían construirse. Martínez de las Rivas se asoció con Charles M. Palmer, el mayor fabricante privado de buques de guerra para la Royal Navy. Como era de prever Palmer consiguió “estrangular” a su socio español, que en 1892 tuvo que presentar suspensión de pagos. El Gobierno se vio obligado a intervenir la sociedad y negociar directamente con Palmer y con él, como único interlocutor, se finalizaron las obras de los tres cruceros más importantes del Programa: Infanta María Teresa, Oquendo y Vizcaya. Astilleros Vea-Murguía, de la familia del mismo nombre, a diferencia de los anteriores, no llegó a tener astilleros propios y se sirvió de los de la Marina en La Carraca. Se le adjudicaron varios barcos pero sólo pudo llevar a buen puerto el crucero protegido Carlos V que no estaba finalizado en 1898, por lo que no pudo incorporarse a la Escuadra de Cervera. También tuvo dificultades financieras análogas a los astilleros vascos. The Placencia de las Armas, Co. Ltd., fábrica de armamento adquirida por Maxim & Nordenfelt10 en 1888, radicada en la localidad guipuzcoana del mismo nombre. Las negociaciones de la compraventa las llevó directamente Zaharoff, que sería nombrado Director de la empresa con sede en Londres. La factoría, hasta entonces llamada Euscalduna, fabricaba bajo licencia fusiles Remington que vendía a varios ejércitos europeos. Zaharoff compró Euscalduna a sus propietarios de entonces: la acaudalada y poderosa familia anglo malagueña Heredia-Livermore, que 10 Maxim, Hiram Stevens (1840-1916) inventor americano que emigró al Reino Unido naturalizándose británico. Thorsten Nordenfelt (1842-1920), fue un inventor e industrial sueco. La empresa The Maxim-Nordenfelt Guns and Ammunition Company fue el resultado de la absorción por parte de Hiram Maxim a Thorsten Nordenfelt de la empresa Nordenfelt Guns and Ammunition Company en 1888. La compañía se convirtió en parte de la empresa naval Barrow, que fue adquirida por Vickers, Sons and Company en 1897 para formar Vickers, Sons y Maxim. Esto le dio un Vickers capacidad completa en construcción naval, ingeniería y armamento. Siendo también competidora de Armstrong a la que finalmente absorbió también. 17 El Espía Digital – www.elespiadigital.com mantenía estrechas relaciones con dos políticos malagueños muy poderosos: Cánovas y Romero Robledo. Además, una de sus hijas estaba casada con Francisco Silvela. Los tres tuvieron elevadas responsabilidades en los gobiernos de la época. A nadie pareció preocuparle que se vendiera una de las mejores fábricas de armamento españolas a una sociedad extranjera, ni que uno de sus propietarios fuera competidor directo de Isaac Peral, ni que el otro, Maxim, fuera ciudadano norteamericano, estando ambos países en plena situación de beligerancia. Como Director de la factoría se nombró a un joven oficial de la Marina española: el teniente de navío José María Chacón Pery. Pero… ¿cómo era y qué aspecto tenía la máquina creada por Isaac Peral?. Desde el punto de vista técnico el proyecto de Peral era tan impresionante y preciso que no encontró importantes trabas para que fuera comprendido en los ámbitos de decisión. Todo era positivo, una nave como aquella podía ofrecer a la Armada Española una ventaja sin igual en el concierto de las naciones. El submarino Peral, maravilla de la ingeniería contaba con casco de acero y un avanzado sistema de inmersión por medio de tanques y bombas, que le permitía llegar incluso a los 30 metros de profundidad, navegaba con facilidad gracias al impulso de dos hélices movidas por motores eléctricos. Además, portaba un tubo lanzatorpedos en proa, algo único que no volvió a verse hasta la Gran Guerra. Por si todo esto fuera poco, estaba dotado además de un avanzado periscopio y un sistema muy ingenioso de control de profundidad y navegación con funciones “automatizadas” muy adelantadas para su tiempo. La nave eléctrica despertó la admiración de la comisión encargada de su evaluación, el Peral era capaz de superar muchas de las pruebas de velocidad, inmersión y tiro a las que se sometió. Se cuenta que era capaz de navegar con autonomía de casi tres días con un radio de acción de más de 500 kilómetros. Sin embargo, las críticas no se dejaron esperar pues para la comisión, a pesar de la novedad que ninguna nación poseía, el prototipo no era todo lo bueno que se esperaba, pues se dijo que en navegación diurna era detectado con relativa facilidad. Para frustración de Peral, parecía como si los expertos estuvieran buscando cualquier problema fuera de lo lógico para justificar no seguir adelante con el proyecto. 18 El Espía Digital – www.elespiadigital.com La nave de Peral consistía en un casco de acero, de 22 metros de eslora, 2,76 m de puntal y 2,87 metros de manga en su cuaderna maestra. De aspecto fusiforme, tenía una torreta en el centro, donde se ubicaban las escotillas de acceso a las entrañas del submarino. Desplazaba 77 Tm. en superficie y 85 Tm. en inmersión. La propulsión se obtenía de dos motores eléctricos de 30 caballos cada uno; la energía la suministraba una batería de 613 elementos. Incorporaba además, como hemos citado, un tubo lanzatorpedos en proa, tres torpedos, periscopio, un sofisticado "aparato de profundidades", que permitía al submarino navegar gracias a sus mecanismos hacia un rumbo determinado, y a la cota de profundidad deseada por su comandante y mantener el control del buque en todo momento, incluso tras el lanzamiento de los torpedos, así como un gran número de pequeños detalles con los que Isaac iba resolviendo las dificultades de viajar bajo el agua, como la provisión de aire respirable o la solución para evitar el empañado de los cristales. Su interior estaba pintado de color blanco y el exterior de color gris. En el interior se encontraba el puesto del timonel y la caseta de derrota, ambos preparados para ser maniobrados por dos hombres. El pasillo que recorría el submarino de proa a popa estaba pintado de blanco e iluminado por la luz eléctrica de las bombillas. En paredes y techo había cajetines de madera de color ocre que cubrían la canalización de las conducciones eléctricas. El suelo se forró con una alfombra de goma que actuaba como aislante de la electricidad que envolvía la nave. Para cada una de las funcionalidades o de los aspectos de la nave, Isaac Peral había previsto las dificultades y la solución. De modo que el día de la botadura, el 8 de septiembre de 1888, la aparición del submarino fue considerada un logro para un país que, con Peral, sumaba argumentos al nombre de "Edad de Plata" con que se reconoció el siglo XIX en las ciencias españolas. Isaac Peral es considerado "el inventor del submarino"11, no porque la suya fuera la primera nave en sumergirse, sino porque revolucionó la historia de la navegación militar con cambios definitivos. Su submarino fue el primero que se propulsaba eléctricamente y que, además, incorporaba un torpedero bajo el mar. 11 http://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?sit=c,373,m,3093&r=ReP-22287-DETALLE_REPORTAJESPADRE 19 El Espía Digital – www.elespiadigital.com En su tiempo, el submarino propuesto por Peral fue tan innovador que lo podemos considerar como un ejemplo de lo que iba a ser el futuro de este tipo de navegación y de máquinas. Su nave estaba repleta de creación y genialidad lo que habría permitido a España encarar con esperanza la puerta por la que asomarse con paso firme al siglo XX12. Por este motivo, Peral conquistó un sitio de excepción en las ciencias del mundo y en la historia de la navegación española, algo que su Cartagena natal ha sabido reconocerlo pues allí, muy cerca del puerto y del Arsenal, se exhibe su creación como monumento en el Paseo de Alfonso XII, frente al mar, y junto al Puerto Deportivo de la ciudad. Desgraciadamente los ministros que siguieron demostraron tanto una absoluta indiferencia como abierta hostilidad, y nos referimos tanto a Beránger como a Rodríguez Arias. Isaac Peral deseaba ver y mostrar su nave navegando en mar abierto, llegando hasta el estrecho de Gibraltar pero conviene resaltar que sorprendentemente no se le concedió el permiso para efectuar la prueba clave y más elocuente que había solicitado el propio inventor que no era otra cosa que atravesar sumergido el estrecho de Gibraltar, desde Algeciras hasta Ceuta. En las pruebas oficiales se desarrollaron entre 1889 y 1890 no le permitieron demostrar todo su potencial. Y aquí es donde viene la parte oscura de toda esta oscura historia. El submarino Peral demostró ser capaz de navegar con seguridad, ejecutó todo tipo de ejercicios de ataque dejando asombrados a todos, podía ser gobernado con facilidad y, ciertamente, ofrecía una capacidad a la Armada que dejaba fuera de juego a las mejores flotas de todo el mundo. ¿porqué esta prohibición de no dejarle atravesar el estrecho de Gibraltar? ¿Por qué no se continuó con las pruebas y se llevó a la producción en serie un modelo mejorado?... Porque el boicot estaba servido. La comisión encargada de estudiar la nave dictaminó finalmente que cumplía con todo lo prometido y hasta superaba lo que se esperaba. Pero lo que sucedió a continuación fue uno de los ejemplos más tristes e inexplicables de desidia de las autoridades españolas de todos los tiempos. 12 http://www.alpoma.net/tecob/?p=7882 20 El Espía Digital – www.elespiadigital.com La admiración hacia Isaac Peral y su invento duró dos años, pues en el otoño de 1890 empezaron a surgir los primeros detractores, entre ellos el propio almirante Florencio Montojo Trillo13, uno de los principales evaluadores del submarino en 1891, que postulaba por un partido político con ideas diferentes a las del progresista Peral, al igual que su antecesor Narciso Monturiol. Ahora las alabanzas se tornaron en ácidas críticas y en solo unos meses se pasó de la euforia al boicot y al desencanto y, finalmente, al abandono del proyecto de submarino torpedero. A pesar del éxito de las pruebas de la nave, de demostrarse que podía navegar en inmersión a la voluntad de su comandante, con el destino, rumbo y cota predefinidas en mar abierto, que podía atacar, sin ser visto, a cualquier buque de superficie, de que la Comisión Técnica nombrada al efecto avalara el éxito de las pruebas del primer submarino de la historia, a pesar de todo ello las autoridades del momento por oscuros intereses, nunca totalmente aclarados, desecharían el invento y alentarían una campaña de desprestigio y vilipendio contra el propio inventor, al cual no le quedó más remedio que solicitar la baja en la Armada e intentar, desde la vida civil, aclarar a la opinión pública la verdad de lo sucedido encontrando todas las dificultades para expresarse en la prensa. 13 En el año de 1879, ascendió a contralmirante. En 1886 se le nombró capitán general del departamento de Cádiz y en 1891 donde participó en la evaluación del submarino Peral. Fue elegido senador por la provincia de Cáceres y ministro de Marina (1891-92), año que también ascendió a Vicealmirante. Al dejar el ministerio se le destinó a la capitanía general del departamento de Cádiz, muriendo en 1896. 21 El Espía Digital – www.elespiadigital.com Peral abandonó desmoralizado el servicio en la Armada el 5 de noviembre de 1891 y se estableció en Madrid con su familia, después de que, sin venir a cuento, cayera sobre él toda una campaña de desprestigio. Ello no le hizo decaer en su espíritu creativo pues en su frenética actividad fundó su propia empresa de electricidad desde la que concretó muchas otras ideas, como el invento de la ametralladora eléctrica o el trazado de las primeras centrales de electricidad de España dentro de su pasión como era la del aprovechamiento de la energía eléctrica. Como ejemplo de esta actividad tenemos la Compañía Termoeléctrica de Manzanares en Ciudad Real, fundada junto al Marqués de Salinas. Pero como las desgracias nunca llegan solas no acabaron aquí las dificultades. Isaac Peral trabajó siempre embebido hasta el final en sus proyectos que conseguían siempre renovarle la ilusión, pero tuvo que hacer frente a su enfermedad que terminó acabando con él. Es operado de cáncer en Madrid, pero se le impide publicar su manifiesto en ningún medio de comunicación. Finalmente, consiguió publicarlo, costeándoselo de su bolsillo, en el periódico satírico El Matute. Pero no sólo creó el 'torpedero submarino', durante su corta vida, inventó también a parte de una ametralladora eléctrica, un ascensor también eléctrico y un varadero móvil. Su exitosa carrera como industrial recién iniciada se vio truncada y no pudo continuar adelante pues el inventor falleció ese mismo año de 1895 a causa de un cáncer. El 4 de mayo de 1895, Peral se traslada a Berlín con su mujer y dos de sus hijos para una intervención de urgencia, pero un descuido en las curas le produce una 22 El Espía Digital – www.elespiadigital.com infección que acaba con su vida el 22 de mayo de 189514, tres años antes del desastre de Cuba y Filipinas. Con la muerte de Peral, antes de cumplir los 44 años, se perdió su submarino, su carrera, su prestigio y el reconocimiento de su invención y con ello España la oportunidad de remontar de la miseria moral y económica en la que se encontraba15. Su cuerpo fue trasladado a Madrid poco después y el 11 de noviembre de 1911, sus restos mortales son trasladados desde el cementerio de La Almudena de Madrid, donde había sido enterrado inicialmente, al cementerio de Los Remedios de Cartagena, la tierra que lo vio nacer. Lo más triste de este siniestro caso es que, al poco de morir, se le empezó a considerar en todas partes como un genio sin igual, un modelo a seguir, como si un manto general de olvido quisiera tapar el desdén con el que había sido zarandeado y que, a buen seguro, contribuyó de forma definitiva a doblegar su salud y a que acabara en la tumba siendo todavía tan joven. Lejos quedaba su medalla al Mérito Naval y la multitud de sobresalientes logros de su carrera. El submarino Peral quedó olvidado, sin sus baterías, sin sus motores, sin su tubo lanzatorpedos, como un cascarón vacío perdido en un rincón del gaditano Arsenal de la Carraca. Pero, ¿quién hundió el proyecto?... Con Beranger en el ministerio de marina se bloquea el proyecto que inicialmente quedaría inicialmente aparcado siete meses sin causa alguna. El nuevo ministro crea un Plan de Escuadra nuevo con un presupuesto extraordinario de 225 millones de pesetas y en el que, inexplicablemente, se eliminan los acorazados: únicos buques de guerra capaces de sostener un combate naval. Estando Beránger en el poder se detecta, por primera vez, la interferencia respecto del proyecto del submarino de uno de los peores traficantes de armas que ha habido en la Historia: Basil Zaharoff, conocido más adelante como el Mercader de la Muerte. 14 Poco después, en 1896, fallecía el almirante Montojo, su principal boicoteador. 15 RODRÍGUEZ GONZÁLEZ Isaac Peral: historia de una frustración, Editum, 1993. http://books.google.es/books?id=w5T6iWzLeAC&pg=PA139&lpg=PA139&dq=Isaac+peral,+inglaterra&source=bl&ots=Ihv437ygJg&sig=KLGVrlwmk_j MX_HeXb7y5qitiy4&hl=es&sa=X&ei=WwbvUcizO8XD7AaM2IHwCA&ved=0CGgQ6AEwBw#v=onepage&q =Isaac%20peral%2C%20inglaterra&f=false 23 El Espía Digital – www.elespiadigital.com El Ministro Beranger16 lo “hundió” en 1890. Sin ir más lejos el almirante norteamericano Dewey17 dijo que no habría podido destruir la flota española18 en Cavite si España hubiese contado con un solo submarino Peral. El hecho de que Beranger, y muchos altos dirigentes políticos del momento, fueran activos miembros de la masonería, y que en todas las situaciones críticas España fuera la perdedora, sin ser entendido sobre esta organización aunque he tenido algún amigo perteneciente a ella, pienso que quizá lo que le faltó a España desde un principio fue una masonería propia. Si la masonería tiene unos principios universales, unos valores, incluso compatibles con el cristianismo, no cabe duda de que en el concierto internacional jugó siempre un papel decisivo a favor de las potencias que albergaban dicha obediencia, Francia, Inglaterra, o los EEUU, y siempre en detrimento de España, cuyos masones fueron siempre simples peones, conscientes o inconscientes, a favor de otros intereses ajenos a los de España tal como podemos apreciar en este pasaje de nuestra historia. A esta idea debemos sumar el tema de la filias y fobias, anglófilos, francófilos, germanófilos… todo ello en detrimento de España. No tenemos más que ver el ejemplo de la Iª GM donde los apoyos fueron en función de filias o fobias de carácter personal no de intereses generales con visión de conjunto, en definitiva pensando en España, algo que sigue estando de actualidad. No tenemos más que ver los programas electorales a las europeas del 25M (2014)… ninguna, pero corriente dice nada de Gibraltar, de su estatus y de su recuperación, ni de la posición española explicando a Europa la situación de Ceuta y Melilla y su diferencia con Gibraltar, eso lo dice todo. Pero sigamos a delante con nuestro inventor Peral. A muchas millas de distancia, este marino norteamericano, Dewey, se acordaba de esa “sencilla palabra de cinco letras”, P-E-R-A-L, pero en sentido bien 16 José María Beránger y Ruiz de Apodaca. Nieto del Conde del Venadito. Fue comandante de quilla de la fragata acorazada Vitoria (Victoria durante el reinado de Amadeo I) en los astilleros Blackwall (Inglaterra) en 1864 y luego su primer comandante en 1867. En 1868 participó junto al General Prim Prat en La Gloriosa (destronamiento de Isabel II). Fue seis veces diputado, otras tantas senador, y ministro de Marina con Prim, con el general Serrano, con la Primera República, Sagasta y con Cánovas del Castillo. Fue masón grado 33, el más alto de la masonería, y se postuló para Gran Maestre del Grande Oriente Español, cuando cesó Sagasta por ser Presidente del Gobierno. 17 El almirante DEWEY y el submarino PERAL http://foronaval.wordpress.com/2013/04/27/el-almirante-dewey-y-el-submarino-peral/ 18 http://www.erepublikspain.org/t947-hubieramos-ganado-a-los-eeuu-en-1898-si-hubieramos-tenido-submarinos-militares 24 El Espía Digital – www.elespiadigital.com diferente al empleado por los militares destinados en Cuba y Filipinas. El Comodoro Dewey, al que el Gobierno de los EE. UU., había confiado la primera misión ultramarina de importancia para aquel país, la conquista de las Filipinas, respiraba aliviado a sabiendas de que en Manila no había submarinos con los que enfrentarse. La decisión de crear el Servicio de Inteligencia Naval en 1882 y los gastos ocasionados por esta nueva sección, muy cuestionada en algunas esferas de la Marina americana, había merecido la pena. Durante el transcurso de la guerra supo que había sido apresado el cañonero Leyte, cuando su comandante trataba de salvar las vidas de numerosos soldados y civiles españoles que había ido rescatando de las manos de los guerrilleros filipinos. Oyó que el comandante del Leyte era Manuel Peral Caballero, hermano pequeño del inventor, y quiso conocerlo personalmente por lo que le hizo llevar a su presencia nada más enterarse de su apresamiento y se encargó personalmente de que se le tratara de la mejor manera posible. Dewey19, jefe de la fuerza naval que destruyó a la escuadra española en Cavite20 había escrito en sus memorias: “Si España hubiese tenido allí un 19 George Dewey (26 de diciembre de 1837 – 16 de enero de 1917) almirante de la Fuerza Naval Estadounidense, es más recordado por su victoria con sólo 13 muertos 138 heridos en la Batalla de la Bahía de Manila (1898) durante la Guerra Hispano-Estadounidense. Es también la única persona en la historia de Estados Unidos que obtuvo el rango de Almirante de la Armada durante dicha guerra. En los meses posteriores a la guerra, Dewey se acercó en un gesto amistoso al almirante Montojo, llegando a declarar a 25 El Espía Digital – www.elespiadigital.com solo submarino torpedero como el inventado por el señor Peral, reconozco que yo no habría podido mantener el bloqueo ni 24 horas”. En 1900, el ya almirante Dewey reconoció ante el Congreso de los EE. UU. de América, que de “haber tenido los españoles en Manila uno o dos de los submarinos inventados por Peral le hubiera sido imposible lograr la victoria”. Esta confesión no la hizo por motivos de reconocimiento o de justicia, sino para convencer al cicatero Congreso de la conveniencia de invertir los 150.000 $ que costó el primer submarino americano, el USS Holland, una réplica con prestaciones inferiores a las del Peral, a pesar de haber sido botado doce años después. Prototipo de submarino en los astilleros de Brooklyn, EEUU, en 1898. Y este es el motivo por el que a muchos nos sigue rondando por la cabeza la pregunta sobre cuál sería la causa última por la que los españoles no disponían del arma submarina en 1898 si su programa submarino se había adelantado en quince años a los de las naciones más desarrolladas su favor en el consejo de guerra al que fue sometido, y según cuentan las crónicas de la época nunca perdieron su amistad, ya que Dewey llegó a reconocer a Montojo que a pesar de la armada española estuviera obsoleta, supo defender bien y hasta el último momento a su país. 20 La batalla de Cavite fue el enfrentamiento entre fuerzas navales estadounidenses y españolas ocurrido el 1 de mayo de 1898 en la bahía de Manila en el contexto de la guerra hispano-estadounidense. 26 El Espía Digital – www.elespiadigital.com del mundo. La respuesta no es sencilla, pero hoy conocemos ya algunas claves que antes ignorábamos. ¿Hubo sabotaje en el submarino de Isaac Peral21? Los hechos nos llevan a esa conclusión como veremos más adelante. Consignemos que en el errático y desnortado gobierno español, sin visión de conjunto ni perspectiva de futuro, hubo trece ministros en los trece años transcurridos entre el que dio luz verde al submarino (1885) y el comienzo de la guerra con EE.UU (1898). Toda una muestra del “buen gobierno” de la época liberal borbónica: Manuel de la Pezuela y Lobo (julio-noviembre 1885, con Cánovas), José María Beránger Ruiz de Apodaca (noviembre 1885 a octubre 1886, con Sagasta), Rafael Rodríguez de Arias y Villavicencio (octubre 1886 a enero 1890, con Sagasta), Juan Romero Moreno (enero 1890 a julio 1890, con Sagasta), José María Beránger (julio 1890 a noviembre 1890, ahora con Cánovas), Antonio Cánovas del Castillo (Presidente del Consejo y Ministro interino de Marina de julio de 1890 a noviembre 1891), Florencio Montojo Trillo (23 de noviembre de 1891 a 11 de marzo de 1892, con Cánovas), José María Beránger (marzo 1892 a diciembre 1892, con Cánovas), José López Domínguez (diciembre 1892 a diciembre 1892, con Sagasta), Pascual Cervera y Topete (diciembre 1892 a marzo 1893), Manuel Pasquín de Juan (marzo 1894 a marzo 1895, con Sagasta), José María Beránger (marzo 1895 a octubre 1897, con Cánovas), Segismundo Bermejo y Merelo (octubre 1897 a mayo 1898, con Sagasta). Beránger “impuso” a los Gobiernos de la época el hecho de que no se contara con acorazados, por considerarlos “obsoletos”. Ni Cervera ni Cánovas rectificaron el tremendo ¿error? del submarino y de los acorazados. Podemos definir el asunto del submarino de Isaac Peral como una oscura historia de amoríos, tráfico de armas y corrupción22 algo que nos traslada de forma rabiosa a la actualidad y que lleva a explicarnos cómo la Armada Española no comprara a Isaac Peral su 'torpedero submarino'. Con él, tal vez, se hubiera ganado la guerra del 98, no se hubieran perdido ni Cuba ni Filipinas y hubiera nacido una floreciente industria naval alrededor de los sumergibles y todas las patentes del material y equipo de esta impresionante máquina de precisión. 21 http://www.20minutos.es/noticia/1799868/0/submarino/isaac-peral/zaharoff/#xtor=AD-15&xts=467263 22 http://www.20minutos.es/noticia/1799868/0/submarino/isaac-peral/zaharoff/ 27 El Espía Digital – www.elespiadigital.com ¿Cómo es posible que el Ministerio de Marina español descartara la adquisición del submarino de Isaac Peral en 1890 si la mayoría de las pruebas a las que se lo sometió durante dos años habían resultado todas positivas a pesar de los sabotajes? Ante el enunciado de tal enigma aparece cada vez más clara la conexión Basil Zaharoff, un hombre a la vez famoso y misterioso en su época y hoy casi olvidado. Conocido como uno de los mercaderes de la muerte, categoría humana ignominiosa en la que tiene el honor de codearse con Alfred Krupp, Du Pont de Nemours o Remington, entre otros. El proyecto del submarino siguió adelante a pesar de las trabas iniciales. Tras la botadura tuvo que pasar otras dos pruebas previas a la autorización definitiva; en una de las cuales, precisamente la que tenía que verificarse en presencia de la Reina y de los dos ministros militares, sufrió un sabotaje que recuerda mucho a los que tan a menudo efectuó Zaharoff, el Mercader de la Muerte, contra sus competidores. No debemos olvidar que por estas fechas la empresa Maxim & Nordenfelt, que dirigía este individuo, trataba de vender falsos submarinos a varios países y de hecho, estafó a los gobiernos griego, turco y ruso con tres artefactos diseñados por George Garret y por el propio Nordenfelt, que se hundieron en las primeras pruebas efectuadas. Noredenfelt había reclutado a Zaharoff, dos años antes, en los bajos fondos de Estambul, donde había logrado una merecida reputación en el mundo del hampa. Isaac Peral, a diferencia de otras víctimas de Zaharoff, salió airoso de la prueba, pero aún tardaría la pesada y burocrática administración del Ministerio unos cuantos meses en aprobar definitivamente la construcción del primer submarino de la historia: concretamente, el 20 de abril de 1887. En esta fecha y por Real Orden, se facultaba al inventor para que, con la “mayor urgencia”, procediera a la fabricación de su submarino y decretaba “máximo secreto” todo el asunto. Ni lo uno ni lo otro se observaron como exigía la Jefatura del Estado. La noticia puso en alerta al gobierno estadounidense y al trust armamentístico británico. El Servicio de Inteligencia Naval, creado apenas unos pocos años antes y pionero del espionaje en USA, puso a sus peones a trabajar, dentro y fuera de España; además, el Gobierno americano convocó un concurso para desarrollar su propio programa submarino, pero resultó un estrepitoso fracaso. 28 El Espía Digital – www.elespiadigital.com Hoy día, y cada vez más, muchas personas se cuestionan por qué España acudió sin submarinos a la Guerra del 98. Con igual razón pero con el dramatismo de estar a punto de tener una muerte segura se lo cuestionaron muchos de los oficiales de la Armada en aquellas terribles jornadas; tal y como lo recordaba el entonces teniente de navío Salvador Carvia en un artículo titulado Submarinos, publicado en la Revista General de Marina en abril de 1899. Salvador Carvia, superviviente de la Guerra de Cuba y que algunos años después llegaría a ser Ministro de Marina, relataba cómo los jóvenes oficiales de Marina pronunciaban entre dientes “una sencilla palabra de cinco letras: ¡Peral!” ¿Cómo era posible que habiendo tenido la Armada española el primer submarino de la historia, diez años atrás, les faltara ahora: precisamente, cuando más lo necesitaban? Máxime sabiendo que la Escuadra de Cervera, enviada por el gobierno en socorro de las fuerzas sitiadas en Cuba, iba mal aparejada, sin apoyo logístico y con escasa potencia de fuego. Sólo por la pericia y profesionalidad del Almirante Cervera y sus comandantes llegó a las Antillas. Pero acudían al combate con la certeza de que sus probabilidades a la hora de hacer frente a la poderosa marina norteamericana eran más bien nulas. Para enfrentarse a los acorazados yanquis el Gobierno español envío una Escuadra compuesta principalmente por cruceros y destructores, buques a todas luces inadecuados para hacerles frente. Bien es cierto, que tampoco disponía España de otros buques, ya que los gobiernos de la época habían adoptado la temeraria decisión de no encuadrar acorazados en la Armada, por considerarlos obsoletos, idea “innovadora”, ocurrencia del Ministro de Marina Beránger respaldada por los dos presidentes de gobierno con los que ejerció su responsabilidad: Sagasta y Cánovas. Al contribuyente español se le había exigido en 1887 un esfuerzo extraordinario de 225 millones de pesetas, equivalente a la cuarta parte del presupuesto del Estado de entonces, para modernizar la Armada y dotarla del material necesario para hacer frente a sus retos del momento. El resultado, once años después, no podía ser más desolador: el material a disposición de la Armada no tenía capacidad ni para garantizar la integridad del territorio peninsular. No se puede decir lo mismo de algunas fortunas personales; que por el contrario, se habían lucrado de forma exorbitante con los contratos militares. Concretamente y como botón de muestra, en la Escuadra de Cervera, los principales buques eran los cuatro cruceros protegidos: Infanta María 29 El Espía Digital – www.elespiadigital.com Teresa, como buque insignia del Almirante, Oquendo, Vizcaya y Cristóbal Colón. Los tres primeros eran demasiado vulnerables al fuego enemigo; ya que su constructor, para mejorar sus beneficios, había empleado como principal elemento en la construcción de los buques la madera, y sorprendentemente hasta los mamparos de los compartimentos estancos se habían fabricado con ese material. Además, al ingeniero británico que los diseñó, se le “olvidó” instalar los ascensores para la munición. Con lo que es fácil concluir que el valor militar de estos buques era prácticamente nulo, a pesar de su magnífica estampa pues aquello era sólo fachada. El cuarto sí era un buen buque de guerra pero iba a Cuba sin la artillería “de romper”; es decir, sin su fuerza principal consistente en dos cañones de 254mm. Para colmo, la Escuadra iba mal municionada pues apenas si tenían cuatrocientos proyectiles adecuados y el resto de la munición era inservible, por lo que su potencia de fuego era limitada y escasa. Está claro que a Cervera y a sus hombres no se les envió al combate, se les envió al martirio, del que se libraron, con sus bolsillos llenos, los patrióticos industriales de pacotilla del momento. Con tanta razón se acordaban Carvia y sus compañeros del submarino que había inventado Isaac Peral en 1885: “¡Ah, si tuviéramos un Peral…! Decían muchos… Y era verdad…de existir uno en la bahía de Manila, acaso hubiera tenido tiempo de llegar a ponerse a tiro en los cuatro meses que duró la guerra, acaso con uno en Cuba, ni hubiese sido tan cómodo sostener un bloqueo, ni tan fácil cerrar el puerto, ni tan libre de riesgos enviar por docenas los transportes de tropas”, según las palabras que nos dejó este oficial de nuestra sufrida Armada y testigo excepcional y directo de tan ingratos momentos. El debate entre el sí o el no a los submarinos se prolongó hasta principios de siglo. Cada tonelada incorporada a un acorazado costaba menos de la mitad de una incorporada a un torpedero, y casi un 60% menos de la mitad de una incorporada a un destructor o un submarino. De tal manera que, a igualdad de presupuesto, se podía tener más del doble de toneladas invirtiendo en acorazados que haciéndolo en buques pequeños. Por ello cuando tardíamente se intentaba reconstruir el poderío naval, y dejando de lado las consideraciones técnicas sobre un tipo u otro de barco según las necesidades de la Defensa, se podría reconstruir más 30 El Espía Digital – www.elespiadigital.com rápidamente la flota construyendo acorazados, que torpederos, destructores o submarinos23. Zaharoff amasó durante su vida24 una de las mayores fortunas del mundo dedicándose a un 'oficio' en el que fue maestro y creó escuela, la venta internacional de armas. Lo que más tarde se conocería como Sistema Zaharoff consistía en boicotear a los competidores, corromper políticos para hacerles incluso declarar una guerra, y vender sus armas a los Ejércitos de ambos bandos. El submarino Peral practicando maniobras. Manejando con habilidad, y con mucho dinero en sobornos, los entresijos de la comunicación, Zaharoff gozó toda su vida de gran fama y excelente reputación, hasta el punto de que fue honrado con 298 medallas y títulos por no menos de 31 países, la envidia de los coleccionistas de la vanidad. En el Reino Unidos de la gran Bretaña el mercader de la muerte alcanzó la categoría de sir. Zaharoff viajó a España en varias ocasiones entre 1886 y 1889 con unos objetivos muy claros, como boicotear el submarino de Peral, vender armas al Ejército español y comprar una fábrica de armas. 23 VIAÑA REMIS, Enrique: Pantanos o acorazados, economía y defensa en la España del novecientos. Un siglo de España: centenario 1898-1998, Univ. de Castilla La Mancha, 1998. 24 (1849-1936). 31 El Espía Digital – www.elespiadigital.com Le interesaba, sobre todo, el 'torpedero submarino' de Isaac Peral pues con ello aumentaría su catálogo de armas... y sus beneficios, teniendo en cuenta que un año antes ya había logrado vender a Grecia, Turquía y Rusia unos submarinos sin las propiedades y aptitudes adecuadas... ¡con propulsión a vapor!... y que ni siquiera podían sumergirse del todo. El submarino de Peral era otra cosa por lo que desató la avidez de Zaharoff y la de sus socios y promotores. En las exigentes pruebas que el Ministerio de Marina le obligó a pasar al submarino Peral entre 1888 y 1890, navegó sumergido, tuvo un buen gobierno y disparó torpedos en superficie y sumergido sin problemas. Funcionaba con propulsión eléctrica, gracias a una batería inventada por el mismo Peral, y, entre otra tecnología punta del momento, tenía periscopio, aparato de punterías, giroscopio, tubo lanzatorpedos y servomotor para mantener la estabilidad. Era un arma de guerra excepcional que nos habría sacado del atolladero y de la crisis industrial que nos aquejaba. Lo que sobrecoge de todo este asunto es que Zaharoff había conocido con sospechosa rapidez el detalle de los trabajos y logros alcanzados por Peral. Había incluso inspeccionado los planos confidenciales que este había entregado al Ministerio de Marina español…¡en despachos del propio Ministerio!, e incluso había tratado de comprar las patentes al mismo Peral durante un encuentro 'fortuito' en Londres. 32 El Espía Digital – www.elespiadigital.com Como es de esperar de un caballero y patriota como Peral había rechazado de plano las ofertas. Zaharoff aplicó su 'sistema' de actuación y entonces el submarino sufrió cuatro sabotajes durante las pruebas que se practican en agosto, septiembre y noviembre de 1888 y en junio de 1890, en las que Peral logró salir airoso del todo, seguramente porque conocía los retorcidos métodos de su competidor. En septiembre de 1890, el nuevo Gobierno debía tomar una decisión respecto del submarino. Habían vuelto al poder Cánovas y Beránger, y estaba claro que ninguno de los dos tenía la menor intención de seguir adelante con el proyecto25. Tampoco Sagasta lo hubiera hecho, pero ya no era asunto suyo. Políticamente la situación era compleja debido a que el informe de la Junta Técnica era favorable y la mayoría del pueblo apoyaba sin reservas al inventor. Pero la solución era sencilla y el periódico de Sagasta, El Correo, la predijo con exactitud: se ocultaría el informe de la Junta, se involucraría a otras instituciones y se perdería tiempo con el objeto de enfriar el entusiasmo popular. 25 La cuestión del Submarino y la Guerra del 98. http://almirantecervera.com/alm/?page_id=487 33 El Espía Digital – www.elespiadigital.com En paralelo a los fracasos en el extranjero en la construcción de sus propios sumergibles, varios fabricantes británicos trataron de negociar con Peral para que les vendiera su invento; entre ellos, Thomson26 y Nordenfelt con Zaharoff; este último se sirvió de un oficial de la Armada española, el capitán de fragata Concas, para tratar de contactar con Peral, pero el inventor se mostró inflexible en su postura de que su invento era “o para su patria o para nadie”. Beránger constituyó, poco después, un Consejo Superior de la Marina, bajo su presidencia, a la medida de lo que buscaba; compuesto en su mayoría por mandos de la Marina, de edad, que llevaban muchos años en destinos administrativos, o de su máxima confianza. Se nombró secretario de dicho consejo al capitán de fragata Emilio Ruiz del Árbol, públicamente hostil al submarino. El Gobierno, infringiendo lo dispuesto en la Real Orden vigente, le encomendó que examinara el asunto, cuando lo previsto es que fuera el propio Consejo de Ministros quién lo resolviera. Para facilitar más la tarea de manipulación se estableció que las reuniones deliberativas comenzaran a partir de las nueve de la noche. El 4 de octubre, el citado Consejo emitió un informe muy ambiguo que se dedicaba a descalificar la personalidad del inventor en vez de a juzgar técnicamente su obra, pero del que se concluía que “no había invento ni en el conjunto del submarino ni en ninguno de sus elementos” y además, atribuía a la “casualidad” sus más que evidentes logros. Se remitió el informe, en el que se apreciaban ciertas y evidentes manipulaciones, al Consejo de ministros que lo suscribió al cien por cien e hizo creer que era el informe de la Junta Técnica el que suscribía. 26 Astilleros James & George Thompson & Cº de Clydebank, en Glasgow. 34 El Espía Digital – www.elespiadigital.com Con este hecho el Gobierno, aparte del engaño, cometió un grave delito de prevaricación al asumir que no había invento ni en el todo ni en la parte; ya que, el ministerio correspondiente había concedido, en marzo anterior, la patente de la batería inventada por Peral, dato que los miembros del Consejo Superior de la Marina seguramente ignoraban. En noviembre, se instó a Isaac Peral a que entregara bajo inventario su submarino y, con ello, se dio muerte definitiva al primer programa submarino del mundo. Peral cumplió escrupulosamente la orden y, acto seguido, pidió la licencia absoluta que suponía su baja definitiva en el Cuerpo. Lo hizo para poder explicar a la opinión pública lo sucedido en contra de lo que falazmente había difundido el propio Gobierno y la feroz campaña de descalificaciones y difamaciones que se había urdido en su contra. Pero no pudo hacerlo pues se le condenó al silencio, su manifiesto fue censurado y además, se le privó ilegalmente, y por tres veces consecutivas, del escaño parlamentario que ganó legítimamente. El submarino fue sometido una y otra vez a estudios e informes técnicos por distintas comisiones formadas y dirigidas, entre ellos, por algunos traidores y desertores de España, vendidos a los Estados Unidos de América, cuando en 1898 nos iban a declarar la guerra, y que informaron, desfavorablemente, sobre la novedad y la calidad del invento y de su inventor y por cuyo trabajo además serían condecorados. El Consejo de Ministros recompensó al Secretario del Consejo Superior de la Marina, Ruiz del Árbol, con la Orden de Carlos III por “los servicios 35 El Espía Digital – www.elespiadigital.com prestados”, algo muy de actualidad, relegando el derecho premial al nivel de la hez más hedionda, al igual de lo que ocurre en la actualidad en España cuando no se desposee de títulos de nobleza, incluso alguno con grandeza de España, a personas que lejos de mirar por España la vituperan, abochornan y empequeñecen. Zaharoff, aunque no logró doblegar la voluntad incorruptible de Peral al final consiguió sus objetivos. Pese a lo satisfactorio de las numerosas pruebas, sobre todo en el simulacro de ataque con torpedo al crucero Colón, la junta técnica señaló que el submarino precisaba de mayor estabilidad, debía duplicar su velocidad y radio de actuación y que no se sumergía con la prontitud deseada; por lo tanto, no servía. Por su parte, ante este informe amañado a medida, el ministro de Marina, Beránguer, desaconsejó dotar al país de este arma, un arma sin parangón en aquel momento que cualquier potencia hubiera deseado tener en su poder, y que, ocho años después, en la guerra contra EE UU, que ya se veía venir, pudo haber significado la diferencia entre la derrota y una victoria con un ascenso en el concierto internacional, con una industria de defensa naciente basada en los sumergibles militares. La influencia de Zaharoff en los despachos más importantes de la política española se debió fundamentalmente al dinero y las faldas. En su primer viaje a España, el turbio traficante había conocido una mujer diecinueve años menor que él, M.ª del Pilar Muguiro y Beruete27, duquesa de Villafranca de los Caballeros, hija de un banquero cercano a los conservadores y sobrina de un líder del Partido Liberal. La habían casado muy joven con Francisco de Borbón y Borbón, primo de Alfonso XII, débil mental, con acceso directo al Palacio Real al ser duque de Marchena y Grande de España. Durante los siguientes 35 años, Pilar fue la amante de Zaharoff le dio tres hijas, aunque llevaron el apellido Borbón28, esto le ayudó a organizar un 27 El Ducado de Villafranca de los Caballeros es un título nobiliario español creado el 14 de junio de 1924 por el rey Alfonso XIII, con carácter vitalicio, a favor de María del Pilar Muguiro y Beruete, al quedar viuda de Francisco María de Borbón, I duque de Marchena, hijo del Infante de España Sebastián Gabriel de Borbón y de su esposa la Infanta María Cristina de Borbón y Borbón. María del Pilar Muguiro y Beruete, era hija del acaudalado Fermín Muguiro y Azcárate, I conde de Muguiro y de su segunda esposa María de los Ángeles de Beruete y Moret condesa pontifícia de Barciles. 28 Al morir Francisco de Borbón en un manicomio en París, Pilar y Basil se casaron por fin, pero la felicidad duró poco. Apenas 18 meses después (1926), ella murió. Un duro golpe para Zaharoff que liquidó todos sus bienes y se retiró. Escribió unas memorias, se las robaron, se las devolvieron y las quemó, muriendo en 1936, en absoluta soledad, junto a su recuerdo. 36 El Espía Digital – www.elespiadigital.com poderoso núcleo de políticos, periodistas y altos funcionarios militares que le sirvieron, interesadamente, en sus poco escrupulosos propósitos. El inventor se trasladó a Madrid, en cuanto obtuvo la licencia, para operarse del cáncer que se le había manifestado en octubre de 1889 y que le había perjudicado de forma ostensible durante el periodo final de las pruebas. No quedó curado pero le dio tiempo a crear la primera industria eléctrica de importancia que hubo en el mundo. Montó una fábrica de acumuladores en Madrid y varias empresas diseminadas por toda la geografía nacional para electrificar municipios, empresas, máquinas e instalaciones de todo tipo. Sólo por estos hechos merecería reconocimiento universal, pues fue pionero de la Segunda Revolución Industrial. Su salud se fue deteriorando muy deprisa y desde 1891 hasta 1895 sufrió cuatro graves intervenciones quirúrgicas; no pudiendo sobrevivir al postoperatorio de la última, que le fue practicada en Berlín, cuando estaba a punto de cumplir 44 años. Su obra, en materia eléctrica, fue continuada por Tudor que adquirió su innovadora batería y la vendió por todo el mundo. Y con ella volvieron a navegar los submarinos. Tres años después, en 1898, los Estados Unidos declaraban la guerra a España. En abril, un poco antes de que comenzaran los combates, el entonces capitán de navío Emilio Ruiz del Árbol, que estaba destinado en Cuba como Jefe de la Estación de Matanzas, desertó de su puesto y se marchó a los EE. UU. La prensa americana informó que se había detenido a un pasajero del mercante Panamá con documentación falsa a nombre de Remigio Zapatero que portaba una “carta cifrada” pero que se le había identificado como un oficial de la marina española que había estado destinado, años atrás, en Washington. El detenido estaba en Cayo Hueso, sede del Centro de Operaciones de la Inteligencia Naval. La prensa americana no volvió a informar sobre este asunto. La prensa española sí que informó de la presencia en Washington, en plena guerra, de Emilio Ruiz del Árbol, que se alojaba en el mismo hotel en el que lo hacían los congresistas forasteros y de su posterior viaje a Nueva York. Precisamente, en Washington habían ahorcado por esas fechas a un ciudadano inglés sospechoso de ser espía a favor de España. En 1899, tras firmarse el armisticio, regresó a España. Ni en EE.UU. ni en España le fue aplicado el código penal militar, tal y como suele hacerse con los presuntos delitos de deserción, espionaje o traición. En 1901 vivía plácidamente retirado en Segovia muriendo 37 El Espía Digital – www.elespiadigital.com tranquilamente en su cama con la Orden de Carlos III al cuello en vez de colgado de ella. ¿Y qué ocurrió con la creación de Peral? Una Real Orden dispuso: “Por acuerdo del Consejo de Ministros y de conformidad con lo informado por la Superioridad de Marina, no solo se rechazan sus proposiciones para construir un nuevo submarino, sino que se le ordena que entregue, bajo inventario, todo el material que, en relación con su submarino, exista en el arsenal de La Carraca”. El Gobierno quería deshacerse del submarino como fuera, por miedo a sobresalir de algún modo de la mediocre y cómoda situación internacional en la que se había instalado España o por cualquier otro motivo económico o político. El caso es que alguien, en algún lugar, decidió que aquella nave del futuro no podía seguir adelante. Tuvieron que pasar décadas hasta que la navegación submarina se puso al nivel de lo ideado por Peral. El genio quiso explicar su postura y sus ideas, pero se le negó la posibilidad durante mucho tiempo, mientras era insultado por doquier. Se ordenó su desguace en 1913, pero por fortuna la orden nunca se llegó a cumplir. Esta joya de la historia de la tecnología sobrevivió. La nave fue trasladada a Cartagena, donde pasó por diversos emplazamientos hasta la actualidad, cuando se encuentra a la espera de ser localizado en un lugar en el que, al fin, será admirado por las gentes de un futuro que ya es presente, un tiempo en el que todos los gigantes submarinos que surcan a diario los océanos rinden honores al Peral, pues fue este navío el que abrió las puertas de la navegación hacia y por las profundidades. Montojo fue elegido senador por la provincia de Cáceres y ministro de Marina, siendo ascendido a Vicealmirante. El sumergible fue varado poco después a escasos metros del lugar donde solo un par de años antes había sido botado con todos los honores. Comenzó así un periodo de abandono que condujo paulatinamente al más absoluto e incomprensible de los olvidos. A pesar de que se le impidiera publicar sus alegaciones, a partir de entonces rehusó las ofertas de trabajo de diversos astilleros extranjeros, bajo el pretexto de que “el submarino ya no es mío, se lo he dado a mi Patria”, y se dedicó principalmente a montar centrales eléctricas en diferentes ciudades españolas. 38 El Espía Digital – www.elespiadigital.com Comenzó entonces el proceso de desmantelamiento del buque, del que nuestro inventor ya no quería ni oír hablar. Lo que sabemos, a través de la prensa de la época, es que fueron muy pocas las piezas del barco que quedaron a salvo. Al parecer, algunas fueron llevadas a los EE.UU y no hay evidencia de que regresaran jamás. Durante los años siguientes a la muerte de Peral, el casco del submarino siguió arrumbado, ya vacío, en La Carraca y, al comenzar el siglo XX, su estado era deplorable. En esos años, España ya lamentaba no haber continuado con el proyecto de Peral. Siempre nos quedará la rabia de preguntarnos ¿Por qué los españoles no tuvieron submarinos ni en Cuba ni en Manila en 1898 y qué hubiera pasado si los hubiéramos tenido?, pregunta de no sencilla respuesta, pero lo cierto es que de tenerlo el curso de la Historia habría sido otro muy diferente. Está clara la mano negra anglosajona, pero también la corresponsabilidad tanto de gobiernos de "derechas" como de "izquierdas", liberales o no. Lo dijo un prusiano ilustre: Otto von Bismarck. Famosa frase histórica del Canciller de Hierro (1871-1890), creador del Imperio alemán según la Constitución del II Reich (1871-1918), que ojalá un día sea además profética. Queda clara igualmente la figura y la responsabilidad de José María Beránger y Ruiz de Apodaca militar y ministro que ocupó el cargo de Ministro de Marina en seis ocasiones entre 1870 y 1897, bajo diferentes colores y posturas. En 1890 y 1892 ocuparía de nuevo la citada cartera 39 El Espía Digital – www.elespiadigital.com ministerial, por cuarta vez, con un paréntesis entre ambas etapas, con Cánovas. En esta etapa se ocupó de destruir el proyecto del submarino de Isaac Peral y Caballero. Entre 1895 y 1897 volvió de nuevo a la misma cartera el mismo presidente de gobierno pasando a la reserva en 1896. ¿Qué había pasado? El silencio más espeso se cierne sobre los hechos de 1890, pero algo más nos puede dar una pista. Si buceamos en la edición de The Times de 10 de noviembre de 1890, vemos que se publicó una extensa laudatio dedicada... al almirante Beránger, ministro de Marina del Gobierno de "SM la reina Regente de España": "[reconocemos]... las altas cualidades que distinguen al ministro de marina de España... y la confianza que nos inspira la gestión del actual gobierno [de Cánovas del Castillo] y especialmente la del vicealmirante Beranger". ¿Alguien sigue preguntándose por qué siglo tras siglo un trozo de España sigue sangrando?... y me refiero evidentemente al Peñón de Gibraltar en la inconclusa provincia de Cádiz. No hay más que ver las propuestas y programas partidistas a las elecciones europeas. A las formaciones políticas se les llena la boca de Europa, pero… ¿algún partido muestra alguna postura o apuesta de forma clara y cristalina por la recuperación de ese pedazo de tierra que significa una ignominia para España?. * Coronel en situación de Reserva. 40