01 Actu 7425 coagulaci 95 30/4/08 10:32 Página 1 Actualización Coagulación intravascular diseminada José A. Páramo Servicio de Hematología. Clínica Universitaria. Universidad de Navarra. Pamplona. Navarra. España. La coagulación intravascular diseminada (CID) es un síndrome trombohemorrágico secundario a diversos procesos patológicos, que se produce como consecuencia de una activación generalizada del mecanismo de coagulación y déficit de los sistemas anticoagulantes fisiológicos y alteraciones de la fibrinólisis. El tratamiento etiológico y de soporte tiene como objeto restaurar los mecanismos anticoagulantes. Puntos clave • La CID es un síndrome trombohemorrágico caracterizado por activación de la coagulación, depósito de fibrina en la microcirculación y fallo multiorgánico. • Es una complicación de diversos procesos, fundamentalmente infección, inflamación, cáncer y traumatismos. La coagulación intravascular diseminada (CID) es un síndrome trombohemorrágico que se produce como resultado de una activación excesiva del sistema de la coagulación y alteraciones de la fibrinólisis, y conlleva el depósito masivo de fibrina en la microcirculación y lesión orgánica. La CID se produce como consecuencia de una activación excesiva del mecanismo hemostático, de la incapacidad de los inhibidores fisiológicos para neutralizar la coagulación y de inhibición de la fibrinólisis mediada por el inhibidor del activador del plasminógeno de tipo endotelial (PAI-1). La consecuencia es el depósito patológico de fibrina en la microcirculación (trombosis microvascular), que causa isquemia tisular y contribuye al desarrollo del fallo multiorgánico (fig. 1). Los glóbulos rojos quedan atrapados entre las mallas de fibrina sufriendo una rotura mecánica (esquistocitos), lo cual favorece el desarrollo de una anemia hemolítica microangiopática. En fases posteriores, el exceso de trombina y el subsiguiente depósito de fibrina promueven la agregación plaquetaria y el consumo de factores de la coagulación. Además, la excesiva producción de plasmina en respuesta a la microtrombosis intravascular generalizada degrada el fibrinógeno y la fibrina e induce la generación de productos de degradación (PDF y dímero D, respectivamente). La hiperfibrinólisis y el consumo de factores van a favorecer la aparición de hemorragias (fig. 1). Es importante destacar que la CID no es una enfermedad, sino un síndrome secundario a una variedad de procesos patológicos, como infecciones, inflamación, traumatismos y cáncer1,2. • El diagnóstico se realiza por la sospecha clínica y estudio básico de coagulación. • El tratamiento de la CID es etiológico, de soporte y con agentes que restauran los mecanismo anticoagulantes fisiológicos. • Los facultativos deben mantener un gran grado de sospecha, ya que el diagnóstico y tratamiento precoces son importantes. Etiología de coagulación intravascular diseminada Muy diversas condiciones clínicas pueden inducir CID, entre las que se incluyen infecciones, traumatismos graves, neoplasias, complicaciones obstétricas, y situaciones caracterizadas por destrucción tisular con liberación de factor tisular (FT) y de diversas citocinas (tabla I)1-3. Infecciones Cualquier microorganismo puede causar potencialmente un cuadro de CID. De hecho, la sepsis grave se complica con CID en el 35% de los casos. Componentes de numerosos gérmenes (grampositivos y negativos, virus, hongos y parásitos) activan citocinas como el factor de necrosis tumoral (TNF) e interleucina-6, e inducen una respuesta inflamatoria que desencadena la coagulación y agrava la CID (fig. 1). Es característica de la sepsis asociada a CID la presencia de áreas de necrosis e infartos en la microcirculación de la piel (p. ej., púrpura fulminante). JANO 9-15 DE MAYO DE 2008. N.º 1.695 • www.jano.es 25 01 Actu 7425 coagulaci 95 30/4/08 Actualización 10:32 Página 2 Coagulación intravascular diseminada José A. Páramo Causas de coagulación intravascular diseminada Tabla I. Sepsis/infección grave (cualquier microorganismo) Traumatismos Politraumatismos Quemaduras Embolia grasa Neoplasias Tumores sólidos (especialmente adenocarcinomas metastásicos) Síndromes linfoproliferativos y mieloproliferativos Complicaciones obstétricas Embolia de líquido amniótico Abruptio placentae Complicaciones obstétricas Malformaciones vasculares Aneurisma de la aorta abdominal Hemangioma gigante (síndrome de Kasabach-Merritt) La embolia de líquido amniótico, placenta previa (abruptio placentae) y feto muerto retenido pueden causar una activación de la coagulación que desencadena CID en más del 50% de las pacientes. El FT procedente del feto muerto retenido u originado en la placenta puede penetrar en la circulación materna y provocar una CID. Si bien el cuadro puede ser muy grave, es generalmente de corta duración si se corrige por completo la complicación obstétrica, ya que se trata de pacientes sin alteraciones previas de la coagulación. Reacciones tóxicas e inmunológicas Venenos de serpiente Drogas Reacciones alérgicas Rechazo agudo de trasplante Reacciones transfusionales Insuficiencia hepática grave Manifestaciones clínicas de la coagulación intravascular diseminada Traumatismos Los traumatismos graves se asocian con frecuencia a CID. La liberación de FT por el tejido lesionado y su presencia en la circulación desencadena la activación de la coagulación. La gravedad de la lesión en combinación con defectos del sistema hemostático son factores predictivos desfavorables. El politraumatismo se asocia a menudo con un estado de shock, con hipoperfusión y acidosis, que agravan la CID. Neoplasias Los tumores sólidos, en especial adenocarcinomas metastásicos y hematológicos (síndromes linfoproliferativos y mieloproliferativos), se asocian con CID. La expresión de FT por células tumorales se ha implicado en el desarrollo del síndrome. La CID asociada a neoplasias tiene las características de cronicidad, con predominio de la trombosis sobre la hemorragia co- Figura 1. mo forma de presentación, y es característico el síndrome de Trousseau (CID crónica compensada y trombosis venosa asociada a adenocarcinomas). No obstante, la hemorragia puede estar presente como consecuencia de la lisis tumoral secundaria a quimioterapia. Una situación especial es la leucemia promielocítica aguda (M3), en la que se produce un estado de hiperfibrinólisis asociado a activación de la coagulación. El tratamiento con alltransretinoico (ATRA) induce diferenciación de las células tumorales y mejora la CID. Formas de presentación Una aproximación práctica a la CID se basa en categorizar el cuadro clínico dependiendo de su progresión (aguda o crónica), extensión (localizada o sistémica) y manifestaciones (trombosis o hemorragia). La CID puede distinguirse en aguda o crónica dependiendo de la rapidez de instauración y propagación. Las causas más frecuentes de CID aguda son la sepsis bacteriana y los politraumatismos, mientras que la CID crónica está causada por el feto muerto retenido, aneurismas de aorta abdominal o síndrome de Trousseau. Ejemplos de CID localizada son el aneurisma de aorta abdominal y la abruptio placentae, mientras que sepsis y quemaduras serían modelos de CID generalizada. Una caracterización ulterior de la CID se basaría en la manifestación clínica predominante. Un ejemplo de CID con predominio trombótico lo constituye el síndrome de Trousseau, Esquema de la patogenia y fisiopatología de la coagulación intravascular diseminada. Fallo multiorgánico Células mononucleares Hemorragia Trombosis microvascular Depósito de fibrina Expresión de factor tisular Alteración de los mecanismos anticoagulantes naturales Citocinas proinflamatorias Células endoteliales 26 JANO 9-15 DE MAYO DE 2008. N.º 1.695 • www.jano.es Consumo de plaquetas y factores de coagulación Inhibición de la fibrinolisis (PAI-1) 01 Actu 7425 coagulaci 95 30/4/08 10:32 Página 3 mientras que la reacción hemolítica transfusional (p. ej., incompatibilidad ABO) o la leucemia promielocítica constituyen ejemplos de CID con predominio hemorrágico4. Diagnóstico clínico El diagnóstico de CID se basa preferentemente en el cuadro clínico, considerando la historia clínica y los factores desencadenantes, y se completa con un estudio analítico empleando pruebas específicas de laboratorio5. En la CID la respuesta del huésped ante un estímulo patológico conduce a la progresiva disfunción multiorgánica, que puede ser una complicación fatal. En la microcirculación, la presencia de trombosis y hemorragias en diversos órganos condicionan isquemia, daño tisular y fallo orgánico (hígado, corazón, pulmón riñón, suprarrenal, etc.). Además, la hipotensión, con la consiguiente disminución de la perfusión, exacerbará la disfunción orgánica6. La hemorragia suele ser de presentación aguda y afectar múltiples lugares, y es frecuente en sitios de punción venosa o arterial. Petequias y púrpura son frecuentes, y puede progresar a púrpura fulminante, sobre todo en la sepsis. La presencia de hemoglobinuria puede ser un dato indicativo de hemólisis. La inestabilidad hemodinámica es frecuente en la CID aguda y conlleva elevada mortalidad4. Tabla II. Diagnóstico de laboratorio de la coagulación intravascular diseminada Recuento de plaquetas Tiempo de protrombina (TP) Tiempo de tromboplastina parcial activada (TTPA) Tiempo de trombina Fibrinógeno PDF y dímero D Morfología de sangre periférica (esquistocitos) Otras: antitrombina, proteína C Tabla III. Algoritmo diagnóstico de la coagulación intravascular diseminada Valoración clínica del riesgo ¿Presenta el paciente una enfermedad probablemente asociada con CID manifiesta? Continuar algoritmo sólo si la respuesta es afirmativa Realizar estudio de coagulación con pruebas globales: Recuento de plaquetas (> 100.000/µl = 0; < 100.000/µl = 1;< 50.000/µl = 2) Prolongación del tiempo de protrombina (< 3 s = 0; > 3, pero < 6 s =1; > 6 s = 2) Fibrinógeno (> 1 g/l = 0; < 1 g/l = 1) Aumento de monómeros de fibrina/productos de degradación (PDF/DD): (no aumento = 0; aumento moderado = 2; aumento importante = 3) Cálculo de la puntuación Si ⱖ 5: compatible con CID Si < 5 CID no manifiesta (repetir cada 1-2 días) Pruebas de laboratorio No existe una prueba analítica única que sea suficientemente sensible o específica de CID, pero la combinación de una serie de análisis sencillos y estandarizados suele ser suficiente para establecer el diagnóstico (tabla II)7,8. En función de estas pruebas, el Comité de Estandarización de la Sociedad Internacional de Trombosis y Hemostasia (ISTH) ha establecido índices de CID establecida o manifiesta o ausencia de CID (tabla III)7. Recuento de plaquetas Una trombocitopenia moderada (50-100.000/µl) es característica de CID, pero no es sensible ni específica. Tiempos de coagulación El consumo de factores de coagulación conlleva un alargamiento del TP y del TTPA en 50-75% de los casos. Concentración de fibrinógeno En 70-80% de los pacientes con CID, el tiempo de trombina se encuentra prolongado como consecuencia de un descenso de fibrinógeno e incremento de PDF. La concentración de fibrinógeno puede descender a valores < 50 mg/dl, lo cual condiciona un aumento de hemorragias; sin embargo, su determinación aislada no es específica de la CID, ya que es un reactante de fase aguda, por lo que puede estar elevado como consecuencia de la enfermedad de base (cáncer, sepsis, etc.), y no es infrecuente que su valores puedan ser aparentemente normales. PDF y dímero D La detección de valores elevados de PDF y dímero D confirma una situación de hiperfibrinólisis debida a la generación de plasmina. Estas pruebas son sensibles, ya que su presencia se observa en el 95% de las CID. El incremento de dímero D refleja productos de degradación de la fibrina polimerizada, y es muy indicativo de CID. La combinación de PDF y dímero D en un paciente con sospecha clínica de CID es casi 100% específica de este síndrome. Morfología de sangre periférica El frotis de sangre periférica puede mostrar la presencia de hematíes fragmentados (esquistocitos) en aproximadamente el 50% de los casos. El grado de microangiopatía es menos grave que el que se observa en la púrpura trombótica trombocitopénica. En pacientes con sepsis, suele ser característica la vacuolización de los leucocitos polimorfonucleares. Otras pruebas de laboratorio (p. ej., aumento de fragmento 1 + 2 de protrombina, complejos trombina-antitrombina y plasmina-antiplasmina) son técnicamente más complejas y, por lo tanto, de menor aplicación práctica. Es importante señalar que la evaluación de las pruebas de laboratorio en la CID se ve complicada por tratarse de un proceso dinámico, en el que los cambios de laboratorio pueden producirse rápidamente a medida que empeora la situación clínica del paciente. Diagnóstico diferencial Las manifestaciones clínicas y de laboratorio de diversos procesos patológicos pueden enmascarar una auténtica CID, y resulta por tanto de interés diferenciar los siguientes cuadros clínicos1,2: – Púrpura trombótica trombocitopénica (p. ej., déficit de ADMTS-13). – Síndrome de Trousseau (trombosis y cáncer). – Fallo hepático fulminante (p. ej., hepatitis, cirrosis). – Síndrome HELLP (hemólisis, alteración funcional hepática y trombocitopenia). JANO 9-15 DE MAYO DE 2008. N.º 1.695 • www.jano.es 27 01 Actu 7425 coagulaci 95 30/4/08 Actualización 10:32 Página 4 Coagulación intravascular diseminada José A. Páramo Abordaje terapéutico de la CID Tratamiento etiológico La CID es generalmente secundaria a un proceso clínico, por lo que una terapia dirigida exclusivamente a corregir una alteración de laboratorio, estabilizará al paciente, pero no cambiará el curso de la enfermedad. A veces es un error en el tratamiento de la CID perder un tiempo fundamental tratando de corregir la anomalía de laboratorio. Por ejemplo, en un paciente con CID y necrosis intestinal es más eficaz la extirpación del segmento intestinal para corregir la CID, sin retrasar la evolución del cuadro y administrar hemoderivados durante el mismo acto operatorio. Es, por consiguiente, importante reconocer y tratar la causa. En el caso de CID localizada, la estrategia consiste en la evacuación del útero en emergencias obstétricas, y drenaje de abscesos en sepsis o desbridamiento del tejido desvitalizado, en casos de quemaduras o traumatismos. En muchos pacientes con CID son necesarias, además, medidas de soporte, así como reanimación cardiopulmonar para aumentar la perfusión tisular8,9. Hemoderivados Incluye la administración de concentrado de plaquetas, plasma o factores de coagulación cuando sean necesarios. La terapéutica sustitutiva únicamente está indicada en pacientes con hemorragia activa o alto riesgo hemorrágico, y no para corregir las alteraciones analíticas9. este sentido, se han empleado concentrados purificados de antitrombina, sin que se haya demostrado una reducción significativa de la mortalidad12. Asimismo, la administración de concentrado purificado de proteína C puede ser útil en pacientes con sepsis grave (APACHE >25), shock séptico y fallo multiorgánico asociado a sepsis, que no presenten contraindicación o riesgo hemorrágico, pero no en sepsis carácter moderado13. Conclusiones La CID es un síndrome caracterizado por activación sistémica de la coagulación con depósito de fibrina en la microcirculación y fallo multiorgánico. La activación generalizada de la coagulación conlleva el consumo de plaquetas y proteínas hemostáticas, favoreciendo la hemorragia. La CID es secundaria a diversos procesos, como infección, inflamación, traumatismos y cáncer. El diagnóstico, además de la sintomatología, se basa en la combinación de pruebas rutinarias de laboratorio. El tratamiento etiológico y de soporte serán fundamentales, mientras que estrategias que impidan la activación de la coagulación o restauren los mecanismos anticoagulantes pueden ser de gran interés, si bien precisan validación en ensayos clínicos.J Bibliografía Transfusión de plaquetas Está indicada para pacientes con hemorragia activa con recuento de plaquetas < 50.000/µl. Concentrado de fibrinógeno y plasma fresco En pacientes con hemorragia activa y niveles < 100 mg/dl estaría indicada la administración de concentrado purificado de fibrinógeno. Generalmente, no es necesaria la administración de factores de coagulación, ya que es infrecuente que sus concentraciones sean < 25 %. No obstante, en estos casos puede ser suficiente con la administración de 10 ml/kg de plasma fresco congelado y, en casos seleccionados, emplear concentrado de factores de coagulación para controlar la hemorragia. Sin embargo, el uso de estos factores prohemostáticos puede agravar la coagulopatía9. Inhibidores de la coagulación Teniendo en cuenta que la heparina reduce la generación de trombina, parecería razonable su administración en la CID. Sin embargo, existe gran controversia, ya que la evidencia clínica no apoya su empleo en CID aguda, porque podría agravar el cuadro hemorrágico. Sin embargo, la heparina podría estar indicada en situaciones de CID crónica, como el síndrome de Trousseau o aneurismas de aorta abdominal, para reducir la incidencia de complicaciones trombóticas; también en algunas series de pacientes con sepsis grave se ha observado un beneficio sobre la mortalidad. En estos casos, se pautarán dosis bajas de heparina no fraccionada (8-10 U/kg/h) o de bajo peso molecular10. Una opción terapéutica razonable consistiría en restaurar los mecanismos anticoagulantes naturales del organismo11. En 28 JANO 9-15 DE MAYO DE 2008. N.º 1.695 • www.jano.es 1. Levi M. Disseminated intravascular coagulation. Crit Care Med. 2007;35:2191-5. 2. Paramo JA. Coagulación intravascular diseminada. Med Clin (Barc). 2006;127:785-9. 3. Zerleder S, Hack CE, Wuillemin WA. Disseminated intravascular coagulation in sepsis. Chest. 2005;128:2864-75. 4. Rocha E, Páramo JA, Montes R, Panizo C. Acute generalized widespread bleeding: diagnosis and management. 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