Negros - Evalua DF

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Agradecimientos:
Gaspar Nyanga*
Dr. Hegel Cortés Miranda
Antropóloga Sodelba Alavez Ruíz
Lic. Gabino Millán Mercado
C. Jesús Escamilla
Mtra. Sagrario Cruz-Carrtero
Mtro. Fabián Bonilla López
Lic. Yaira Torres Díaz
Mtro. Israel Reyes Larrea
Dra. María Elisa Velazquez
Mtra. Nhorma Ortíz Pérez
Familia Cadet
Familia Solares Álvarez
Lourdes Hernández Torres
Familia Gómez Maqueo
Familia García Omaña
Lic. Alejandro Marín
Leona de Etiopía
Jah Levy
Lic. Tamara Barra Monzón
Grupo Gire
Marco Antonio Huerta Heredia
Fotógrafo José Manuel Rodríguez “el Canibal”
Ten Ili
Anuar Sesín
Fernando Sánchez-Mejorada Rojas
Víctor Soler
Belinda “Afroidentidad Noir”
Casa Hankili África
Cultural Root’s
Hermandad Rasta
Charly Herb
Alberto Soroa
Maky Macrönz
Casa Verde Colectivo
Sound Sisters
Omegas Sound Systems
Andy Rubio
Alejandro Otero
Mariana Roca
Alejandro Chaparro
Niño Vicente
Álvaro Carrillo
Moro Osito Von Ropi
Jacobo Govea
Carnales Apodaca
A todos los negros mexicanos
* Gaspar Yanga, fue un líder de la rebelión auxiliar en México durante el período
temprano del régimen colonial español. Quien fuera un supuesto miembro de la
familia real de Gabón en aquel entonces, Gaspar Yanga vino a ser el jefe de una
banda de esclavos por libertad en un poblado veracruzano, alrededor de 1570.
Índice
- Prefacio 5
- Introducción 6
- Afrodescendencia 7
- Presencia Afrodescendiente 17
- ¿Afromexicano, Afrodescendiente o Negro? 17
- Referentes y herencias culturales
21
- Migraciones 25
- Políticas sociales y discriminación 28
- África en las aulas 35
- Invisibilización de la Comunidad Afrodescendiente 36
- Derechos Humanos 38
- Oportunidades Laborales42
- Circunstancias de los pueblos negros
42
- Censo 43
- Geografía de la afrodescendencia en el Distrito Federal 47
- Carta abierta al INEGI49
- Manifestaciones culturales y artísticas 53
- Conclusión 57
- Directorio de Instituciones y Organismos Civiles 59
- Notas y enlaces 62
Fotografía portada: Guertie Cadet.
Fotrografías por Sergio Solares Álvarez
4
La primera vez que llegué a México, lo primero que me llamó la
atención fue la curiosidad con la que la gente me miraba cuando
andaba por la calle. Teniendo el pelo afro me tuve que acostumbrar
a que me dijeran “Kalimba”, o a que alguien me apuntara con
el dedo mientras le decía a otra persona “¡mira!”. Sin embargo,
nunca me ha molestado eso y tampoco me he sentido ofendida,
lo único que pensé es que aquí no me puedo portar mal, porque
es muy fácil que alguien se acuerde de mí.
La otra cosa que me llamó la atención fue que siempre alguien
se acercaba a hacerme preguntas como: ¿De dónde eres?,
¿cuánto tiempo llevas aquí?, ¿qué haces en México?, ¿te gusta
México?, etcétera; y muchas otras veces me hablan de la belleza
de México, de lugares que tengo que visitar, de comida que
tendría que probar.
Todo eso me ha demostrado que los mexicanos tienen mucho
amor por su país, además de que son muy simpáticos. Me he dado
cuenta que no es difícil hacer amigos en México, y he tenido esa
doble sensación de sentirme extranjera por la reacción de la gente
al verme y al mismo tiempo la de sentirme querida y de tener un
lugar en México. Hasta me han dicho “güerita”.
Tengo que mencionar también que mi novio es mexicano, y nunca
he sentido una diferencia entre nosotros por cuestiones étnicas. El
presente proyecto me ha permitido descubrir que aparte de su
riqueza gastronómica, sus numerosos sitios turísticos y su cultura
diversificada, México es un país en donde se encuentra una
gran diversidad étnica y afromexicana, con sus propias historias,
experiencias y necesidades. Estoy a punto de cumplir cinco años
en México, y puedo decir que tengo una segunda casa y estoy
muy agradecida con toda la gente que he tenido la oportunidad
de conocer, por todas las experiencias que he tenido en este país
y el trato que he recibido.
Guertie Cadet
5
Introducción
La afrodescendencia en México ha sido históricamente ignorada,
tanto por los gobiernos como por los académicos. Para muestra un
botón, en pleno siglo XXI, la institución encargada de las estadísticas
nacionales, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI),
no nos puede dar un número sobre las poblaciones que por su
fenotipo y genotipo son denominadas de origen africano en
nuestro país.
El hecho, que de por sí parece insignificante a los ojos de gobiernos
e instituciones públicas y privadas, ha negado la inserción de esta
población a los niveles mínimos de bienestar, educación y trabajo
digno, que en algún momento de la historia fue el segundo
grupo poblacional más numeroso de México, de acuerdo a las
investigaciones de la Dra. María Elisa Velázquez.
Con el objetivo de hacer visible esta contradicción estructural
y comenzar a ponerle número a esta población, he avanzado
en esta reflexión para documentar la forma en que viven los
afrodescendientes en la Ciudad de México.
Para el fin de este estudio sobre la vida de las poblaciones
afrodescendientes en el Distrito Federal, será necesario entender
dos tipos de migraciones, la ocurrida por traslados de poblaciones
mexicanas hacia la capital, y la proveniente de otras naciones.
Lo primero que buscaré es un concepto para la definición de esta
población, que a nivel mundial ha decidido llamarse a sí misma
como afrodescendiente. En nuestro país este debate ha llevado
a un grupo de estudiosos a definirla como afromexicana. Sin
embargo los propios negros prefieren llamarse así, negros, mulatos,
morenos, prietos, jarochos, entre otros nombres.
Más adelante abundaremos en la historia de las primeras
migraciones de esclavos africanos a nuestro país y la formación
de las primeras poblaciones negras consolidadas en México.
También describiré las condiciones sociales de marginación
en las que se encuentran viviendo los afrodescendientes en
nuestra ciudad, no solamente desde el aspecto del racismo
que experimentan en nuestras calles, sino también de la
6
institucionalización de esta experiencia cuando se trata de
acceder a los servicios sociales que brindan nuestras instituciones
públicas, en cuestión de educación, salud, y trabajo.
Lo más importante, pero también lo más improbable de documentar
será la descripción geográfica de los grupos afrodescendientes en
el Distrito Federal, y esto debido a la falta de interés que sobre
este grupo social han mostrado tanto en la academia como en
las instituciones públicas.
El cierre de esta investigación será un anecdotario sobre la forma
en que viven los afrodescendientes en nuestra ciudad. Aquí
veremos la forma en que los propios sujetos de esta reflexión ven
sus circunstancias dentro de nuestra sociedad.
Es menester regresar al objetivo central de este esfuerzo
documental, para establecer que lo más importante para este
trabajo es la visibilización de la afrodescendencia en México,
especialmente en el Distrito Federal.
Afrodescendencia
Comprendemos el término afrodescendencia como el que se
refiere a las personas nacidas fuera de África y cuyos antepasados
son de ese continente; la mayoría son descendientes de personas
secuestradas y trasladadas desde África con destino a América,
Asia y Europa para trabajar como mano de obra esclavizada,
fundamentalmente entre los siglos XVI y XIX. También se considera
afrodescendientes quienes descienden de africanos nacidos fuera
del continente africano a causa de las migraciones internacionales
ya sea históricas o actuales.
El Diario Oficial de la Federación de 2012 establece lo siguiente:
“Por afrodescendiente se entiende: a todos los pueblos y personas
descendientes de la diáspora africana en el mundo. En América
Latina y el Caribe, el concepto se refiere a las distintas culturas
negras o afrodescendientes americanas que emergieron de los
descendientes de africanos, los cuales sobrevivieron a la trata
colonial o al comercio esclavista que se dio en el Atlántico desde
el siglo XVI hasta el XIX”. (1)
7
El 18 de agosto de 1964, La Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), reunió en
Moscú a 22 científicos de todo el mundo para hablar sobre la
cuestión racial. Se estableció entonces que sólo existe una raza y
ésta es la raza humana, además de precisar 13 puntos concretos
sobre aspectos biológicos que vale la pena refrescar, aunque sea
de forma resumida.
“Los expertos reunidos por la UNESCO, para expresar su
criterio sobre los aspectos biológicos de la cuestión racial y
especialmente para determinar los elementos biológicos de
una declaración sobre la raza y los prejuicios raciales prevista
para 1966 y destinada a establecer las diferencias raciales
redactada en 1951, han llegado a un acuerdo unánime sobre
las proposiciones siguientes:
1. Todos los seres humanos hoy vivientes pertenecen a una
misma especie, llamada Homo sapiens, y proceden de un mismo
tronco. La cuestión de cómo y cuándo se han ido diversificando
los diversos grupos humanos sigue siendo controvertible.
2. Las diferencias biológicas entre los seres humanos están
determinadas por diferencias de constitución hereditaria y por
la acción del medio sobre el potencial genético. La mayoría de
ellas se deben a la interacción de esas dos clases de factores.
3. En cada población humana hay una amplia diversidad
genética. No existe en la especie humana una raza pura, por lo
menos en el sentido de población genéticamente homogénea.
Pierre Michelle Maxi
Mexicano, de padres haitianos.
“Las personas en general tendrían que darse la oportunidad de conocer a los
demás por su esencia y no por su apariencia. Catalogar a alguien por cualquier
motivo es además absurdo, porque en cada uno de nosotros están contenidas
varias personalidades; de modo que casi cualquier impresión que uno se forme
de otro individuo va a ser falsa porque está incompleta. Sé que no es fácil,
pero todos deberíamos pasar por encima de nuestros propios prejuicios para
conocernos mejor. Personalmente tuve que aprender desde niño a convivir
entre las diferencias desde el mismo idioma, pues, aunque mi lengua materna
es el español, en mi familia además se hablaba Kreyòl, Francés e Inglés; fue por
momentos caótico, pero sobre todo enriquecedor”.
8
4. Existen manifiestas diferencias físicas de aspecto
medio entre las poblaciones que viven en distintos grupos del
globo. Muchas de estas diferencias tienen un componente
genético. Estos últimos consisten a menudo en diferencias de
frecuencia de los mismos caracteres hereditarios.
5. Con base en los rasgos físicos hereditarios, se han
propuesto diversas subdivisiones de la humanidad en grandes
grupos étnicos y, a su vez, de cada uno de éstos en categorías
más restringidas (las razas, que son grupos de poblaciones
o incluso las poblaciones). Casi todas las clasificaciones
reconocen, por lo menos, tres grandes grupos étnicos.
Como la variación geográfica de los caracteres empleados
en las clasificaciones raciales es muy compleja, y no presenta
ninguna discontinuidad importante, tales clasificaciones,
cualesquiera que sean, no pueden aspirar a dividir la
humanidad en categorías rigurosamente distintas; además,
dada la complejidad de la historia humana, resulta difícil
precisar el lugar que deben ocupar ciertos grupos, en una
clasificación racial, sobre todo cuando se trata de poblaciones
que ocupan una posición intermedia.
Son muchos los antropólogos que, aun subrayando la
importancia de la variabilidad humana, consideran que el
interés científico de estas clasificaciones es limitado, e incluso
que presentan el riesgo de incitar a generalizaciones abusivas.
Las diferencias entre individuos de un mismo grupo étnico o
de una misma población son, a menudo, mayores que las
diferencias medias existentes entre razas o entre poblaciones.
6. Los rasgos distintivos variables elegidos para
caracterizar una raza, o bien se heredan con independencia
unos de otros, o bien presentan un grado variable de asociación
dentro de cada población. Por lo tanto, la combinación de
caracteres en la mayoría de los individuos no corresponde
a la caracterización tipológica de la raza. Lo mismo en el
hombre que en los animales, la composición genética de
cada población está sujeta a la acción de diversos factores
10
que la modifican: la selección natural, que tiende hacia una
adaptación al medio; las mutaciones fortuitas, que consisten en
modificaciones de las moléculas de ácido desoxirribonucleico
que determinan la herencia; modificaciones casuales de la
frecuencia de caracteres hereditarios cualitativos, cuyo grado
de probabilidad depende de la magnitud de la población
y de la composición de las uniones en el seno de la misma.
Algunos caracteres físicos poseen valor biológico universal
y fundamental para la supervivencia de la humanidad,
independientemente de su medio. Las diferencias en las que se
basan las clasificaciones raciales no afectan a esos caracteres
y, por lo tanto, en términos biológicos, no puede hablarse en
relación con ellos de una superioridad o inferioridad generales
de tal o cual raza.
7. La evolución humana ofrece modalidades de capital
importancia que le son propias. La especie humana, que hoy se
extiende por toda la superficie de la tierra, tiene un pasado rico
en migraciones, en expansiones y en reducciones territoriales.
Como consecuencia de ello, la adaptabilidad general a los
medios más diversos es más pronunciada en el sur humano que
sus adaptaciones a ciertos medios específicos. Los progresos
realizados por el ser humano en todos los órdenes parecen
lograrse desde hace muchos milenios, sobre todo en el plano
de las conquistas culturales y no en los patrimonios genéticos.
Ello implica una modificación del papel de la selección
natural en el ser humano actual. Debido a la movilidad de las
poblaciones humanas y de los factores sociales, las uniones
entre miembros de diversos grupos étnicos, que tienden a
borrar las diferenciaciones adquiridas, han desempeñado
un papel mucho más importante en la historia de la especie
humana que en la historia de las especies animales. En el
pasado de toda población, de toda raza humana, figuran
múltiples mestizajes que tienden a intensificarse. En el ser
humano, los obstáculos a los cruzamientos son de carácter
social y cultural tanto como geográfico.
11
8
8. En todo tiempo, las características hereditarias de
las poblaciones humanas representan un equilibrio inestable,
como consecuencia de los mestizajes y de los mecanismos
de diferenciación ya mencionados. En cuanto entidades
definidas por un conjunto de rasgos distintivos propios, las razas
humanas están constantemente en trance de formarse y de
disolverse. Las razas humanas presentan en términos generales
características menos definidas que muchas razas animales
y no pueden asimilarse, en modo alguno, a las razas de los
animales domésticos resultantes de una profunda selección
realizada con propósitos bien determinados.
9. No se ha demostrado nunca que el mestizaje presente
inconvenientes biológicos para la humanidad en general.
Por el contrario, contribuye mucho a que se mantengan
vínculos biológicos entre grupos humanos y, por lo tanto,
a la unidad de la especie humana dentro de su diversidad.
Desde el punto de vista biológico, las consecuencias de un
matrimonio dependen de la constitución genética individual
de los cónyuges y no de su raza. No existe, pues, justificación
biológica alguna para prohibir los matrimonios interraciales, ni
para desaconsejarlos.
Seynabou Diédhiou
Mexicana, de madre mixteca y padre senegalés.
“Mi familia mexicana es mixteca y mi familia senegalesa es diola. Soy en esos
términos una diolamixteca. Es una gran responsabilidad ser afrodescendiente
porque es importante conocernos, es importante aceptarnos y también para
hacer cosas juntos en nuestros espacios y grupos. Es complicado para nosotros
como afrodescendientes convivir con las personas día a día, puesto que nos ponen
barreras, barreras para conseguir trabajo, para poder circular tranquilamente
por la calle, para poder divertirnos, para entrar a lugares, conseguir escuela y
muchas otras cosas. Somos discriminados por múltiples motivos, principalmente
por nuestra melanina en piel. Orgullo por el simple hecho de ser negra no siento,
me siento orgullosa por todas las cosas que hago, digo, como y reproduzco día
a día; porque existimos muchas personas afrodescendientes, pero dentro de
ellas existen muchas que no se reconocen como afrodescendientes, entonces
no creo que se pueda sentir sólo orgullo por llevar melanina en la piel, uno siente
orgullo por lo que hace, por lo que forja y construye”.
13
10. Desde su origen, el ser humano dispone de medios
culturales cada vez más eficaces de adaptación no genética.
11. Los factores culturales, que rompen las barreras
sociales y geográficas, ensanchan los límites dentro de los
cuales se efectúan las uniones y actúan, por lo tanto, sobre
la estructura genética de las poblaciones, disminuyendo las
fluctuaciones aleatorias.
12. Como regla general, los grandes grupos étnicos
se extienden por vastos territorios que engloban pueblos
diversos por su lengua, su economía, cultura, etc. Ningún
grupo nacional, religioso, geográfico, lingüístico o cultural,
constituye ipso facto una raza; el concepto de raza entraña
únicamente factores biológicos. Sin embargo, los seres
humanos que hablan la misma lengua y comparten la
misma cultura tienen tendencia a unirse entre ellos, lo que
puede producir un cierto grado de coincidencia entre rasgos
físicos, por un lado, y lingüísticos y culturales, por otro. Pero
no se sabe que exista relación causal entre éstos y aquéllos
y nada autoriza a atribuir las particularidades culturales a
características del patrimonio genético.
13. La mayoría de las clasificaciones raciales de la
humanidad que se han propuesto no incluyen a los rasgos
mentales entre sus criterios taxonómicos. La herencia puede
influir en la variabilidad que presentan los resultados de los
individuos de una misma población sometidos a determinados
tests psicológicos actualmente empleados. Sin embargo, no
Paco Sandría
Mexicano de Tlacotalpan, Veracruz.
“El primer choque con mi negritud ocurrió en la infancia, cuando a una niña, a
quien yo también le gustaba, no me aceptó por mi color. Pensé entonces que ser
negro debía ser algo muy malo, a pesar de que ‘negro’ era la forma afectiva en
que me llamaba mi mamá y no contenía nada negativo. Se aprende a distinguir
cómo unas puertas se cierran y otras se abren por lo que uno es y que posee un
trasfondo social, político y cultural”.
14
11
se ha demostrado nunca la existencia de diferencias entre los
patrimonios hereditarios de grupos de población con respecto
a lo que se trata de medir con dichos tests, mientras que la
influencia del medio físico, cultural y social en los resultados de los
mismos está ampliamente comprobada. Complican el estudio
de esta cuestión las grandes dificultades con que se tropieza
para aislar la parte que pueda eventualmente corresponder
a la herencia en las diferencias medias que se han observado
entre los resultados de los tests llamados de inteligencia
global en poblaciones culturalmente diferentes. Al igual que
ciertos grandes rasgos anatómicos de la especie humana, la
capacidad genética de desarrollo intelectual depende de
características biológicas que son de valor universal, dada su
importancia para la supervivencia de la especie en cualquier
medio natural y cultural. Los diversos pueblos de la tierra
parecen poseer hoy iguales potencialidades biológicas para
alcanzar cualquier nivel de civilización. Las diferencias entre los
resultados logrados por los distintos pueblos parecen deberse
enteramente a su historia cultural. A veces se atribuyen a un
pueblo determinado ciertas particularidades psicológicas.
Tanto si tales afirmaciones son fundadas como si no lo son,
mientras no se demuestre lo contrario, esas particularidades no
deben atribuirse a la herencia. No existe ninguna justificación
de los conceptos «razas superiores» y «razas inferiores», ni
desde el punto de vista de las potencialidades hereditarias,
en lo relativo a la inteligencia global y a las capacidades para
el desarrollo cultural, ni desde el de los caracteres físicos. Los
datos biológicos anteriormente expuestos constituyen una
contradicción absoluta de las tesis racistas. Éstas no pueden,
en modo alguno, reivindicar una justificación científica y
constituye un deber para los antropólogos hacer lo posible
para impedir que los resultados de sus investigaciones sean
deformados por la utilización que podría hacerse de los
mismos con fines no científicos”. (2)
16
Presencia afrodescendiente
Sin el trabajo académico sería muy difícil entender el origen
africano en México. Es gracias a los antropológos que sabemos
que el primer pueblo negro que se establece en México es el
de la comunidad del Cortijo, cómo lo dice Gutiérre Tibón, en su
libro Pinotepa Nacional, Mixtecos, Negros y Triques, en donde
afirma que las poblaciones que se establecen en la Costa Chica
no llegaron esclavizadas. Ahora también sabemos que la Costa
Chica de Oaxaca, Guerrero y el estado de Veracruz son los
mayores asentamientos de poblaciones negras en México. Pero
también entre los estudiosos hay muchas divergencias porque
sigue faltando escuchar más la voz de los propios negros, de los
negros vivos.
¿Afromexicano, afrodescendiente o negro?
El INEGI reconoce como etnónimos cualquier categoría con la que
se refiera a los afrodescendientes: ‘afroamericanos’, ‘afromestizos’,
‘afromexicanos’, etcétera. En el caso de la Costa Chica de Oaxaca,
por ejemplo, en algunas comunidades como Morelos, se usa
‘negro afrodescendiente’, aunque resulte redundante. En la Costa
de Guerrero se reconoce como ‘costeño’ y ‘prieto’. En el Coyolillo,
que es una comunidad en el centro de Veracruz, se nombran
afromestizos. En el estado de Veracruz se reconocen con el término
‘jarocho’, pero es ambiguo puesto que hay personas, por ejemplo,
con un bagaje cultural ibérico y genotipo blanco que también
se consideran ‘jarochos’. Los términos empleados en México son
muy variados; hoy en día todavía se oyen denominaciones de la
época colonial, como ‘cuculuste’ y ‘titingo’. En Veracruz, no hace
mucho, todavía le llamaban ‘cubano’ a un afrodescendiente,
por la falsa creencia de que toda la población negra desciende
de Cuba, dando por hecho, también equivocadamente, que
todos los cubanos son negros. La Maestra Sagrario Cruz-Carretero,
profesora e investigadora del Instituto de Antropología de la
Universidad Veracruzana, utiliza actualmente el término ‘negros’
y eventualmente ‘afrodescendientes’. Llegó a usar el término
17
14
‘afromestizos’ que acuñó el Dr. Gonzalo Aguirre Beltrán, quien fue
cofundador del Centro de Investigación y Estudios Superiores en
Antropología Social de la Escuela Nacional de Antropología e
Historia.
En el estándar internacional, según la Organización de las Naciones
Unidas (ONU), ‘afrodescendiente’ es el término políticamente
correcto, porque refiere a un africano que fue llevado de manera
forzada o voluntaria al resto del mundo, acontecimiento que en su
conjunto se conoce como la diáspora africana. (3)
Para los afrodescendientes mexicanos no existe un verdadero
debate sobre este tema, pues los negros siempre se han
concebido como negros. El debate lo han hecho principalmente
los académicos por el pudor de no saber cómo nombrar al
pueblo negro de México, pues están influenciados por una cultura
anglosajona y eso les impide decirle negro al negro. Aquí se
pretende resignificar la palabra negro, quitarle esa carga negativa
que ha tenido durante siglos y otorgarle una carga positiva.
¿Cómo nombrar entonces al pueblo afro? Simplemente negro. A
partir de 2011, año en que la ONU implementa el Año Internacional
del Pueblo Afrodescendiente, las naciones que firman estos
acuerdos se comprometen a realizar estrategias para hacer visible
al pueblo negro. México realizó en 2012, a través de la Comisión
de Desarrollo de los Pueblos Indígenas, una encuesta para la
identificación de las comunidades afrodescendientes.
En el 2011 la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),
a través de su Programa México Nación Multicultural, que ahora se
Nancy Patricia Bailón Marín
Mexicana, de Cuajinicuilapa de la Costa Chica de Guerrero.
“Es extraño ser afrodescendiente en la Ciudad de México porque tus mismos
paisanos no te ven como afrodescendiente, sino como extranjero; lo mismo
ocurre con los extranjeros, a quienes no les parezco nunca mexicana. Es una
sensación muy rara, pero no molesta, porque también es una forma de invitarlos
a conocer sobre mis raíces negras. Únicamente estando en la Costa Chica de
Guerrero les parezco chilanga, porque allá soy clarita, una descolorida. En la
Costa Chica puede sentirse África; y los invito a explorarla puesto que también
es su raíz”.
19
llama Programa Universatario de Estudios de la Diversidad Cultural y
la Interculturalidad (PUIC), llevó a cabo en veintidós comunidades
de la Costa Chica de Oaxaca, una encuesta piloto. Una de las
preguntas era si querían aparecer y cómo querían aparecer, en
el censo del INEGI la respuesta fue contundente, 99% dijeron que
sí querían aparecer y que también querían ser reconocidos como
negros. En el 2012 “La Red por el Reconocimiento Constitucional de
los Pueblos Negros de México, que aglutina a diez organizaciones
negras de la Costa Chica, hizo un trabajo con el INEGI en el cual
se distinguen 106 comunidades negras de Oaxaca. La Secretaría
de Asuntos Indígenas del Estado de Oaxaca llevó a cabo 24 foros,
y uno fue dedicado al pueblo negro, en el cual se identifican y
autoafirman como negros afromexicanos.
Puede verse entonces que no hay una legítima polémica, no hay
debates encontrados, el pueblo negro ha utilizado una construcción
social por siglos y se llama a sí mismo negro. Que otros intenten
llamar distinto al pueblo negro es un asunto de quienes no tienen
esa identidad. Lo que deben saber los académicos, es que ellos
pueden llamar como quieran al pueblo negro: afrodescendientes,
afromestizos, afromexicanos, pero cuando se refieran al pueblo
negro de México, díganlo con propiedad y orgullo, sin miedo
llámenlos negros de México, porque así es como se asumen
nuestros pueblos. ¡Qué pasaría con toda esa cultura nuestra si
quitáramos la palabra negro! No habría versos, no habría corridos,
no habría poesías, no habría canciones, porque la palabra negro
esta muy ligada a nuestra cultura, a nuestra vida. Es importante
que la academia reconozca que el pueblo ha decidido llamarse
negro. La razón por la que los investigadores siempre buscan una
palabra diferente para nombrarlos es simple, ellos están pensando
eludir los referentes coloniales, puesto que el término negro fue
impuesto por los colonizadores; ya es hora de abandonar estos
prejuicios, pues toda esta terminología es un deseo de suavizar
una condición, son eufemismos. Las palabras ‘afroamericano’ o
‘afrodescendiente’ están muy lejos de la identidad cultural de
nuestros pueblos negros.
20
Si uno va a las comunidades y pregunta: ¿Es usted afromexicano
o afrodescendiente?, responden con otra pregunta: ¿Y qué es
eso? Pero si les dices: ¿Te consideras negro?, te responden ¡por
supuesto!, y lo hacen con orgullo. En la Costa Chica de Oaxaca y
de Guerrero se llaman negros, morenos o prietos y no es una ofensa
utilizar cualquiera de estas tres palabras para nombrar a la gente.
Naturalmente juega mucho el contexto, puesto que una misma
palabra puede adquirir otro significado si cambia la intención.
Israel Reyes Larrea, presidente de África A.C., opina lo siguiente:
“Si están en los pueblos negros pueden llamarnos negros, pero si
están en congresos académicos llámenos como quieran, porque
ahí no estamos ni siquiera representados”.
Referentes y herencias culturales
“Soy el negro de la costa
de Guerrero y de Oaxaca.
No me enseñen a matar
porque sé como se mata,
y en el agua sé lazar,
sin que se moje la reata.
Pero ándale chiquita
que te quiero mamacita,
pero ándale preciosa
cachetes color de rosa.
Cuídate negra sureña,
No me quieras dar picones,
Dime si con otros sueñas
Para cambiar mis pasiones
Que la sangre que es costeña
No tolera las traiciones.
Pero ándale chiquita
que te quiero mamacita,
pero ándale preciosa
cachetes color de rosa.
Cierto que echo mis habladas
Pero Sóstenes me llamo,
A mi nadie me hace nada
Como quiera yo las gano
Y no hay ley más respetada
Que el machete entre mis manos.
Pero ándale chiquita
que te quiero mamacita,
pero ándale preciosa
cachetes color de rosa”
Álvaro Carrillo
21
Si se parte de la heráldica, que es el origen de los apellidos, es
muy notable la existencia de apellidos que originalmente fueron
castas, por ejemplo Moreno, Prieto, Pardo, Esclavo, del Amo; esto
señala que en algún momento en el árbol genealógico de estas
personas no hubo apellido y se tomó como tal lo que aparecía
en la carta de compra-venta. También se utilizaban números para
bautizar a los esclavos, como en el día de San Juan, por poner
un caso, bautizaban a los esclavos como Juan Uno, Juan Dos,
Juan Tres, Juan Cuatro y esos números pasaban a ser apellidos,
como el apellido Diez, Cinco, Tercero, etcétera. Igualmente se
utilizaron características físicas que se convirtieron en apellidos,
como Obeso, Delgado, Canela o Tostado. En Costa Chica existe
el apellido Malerva, que quiere decir “mala hierba” y describía a
un esclavo “malo” porque podía fugarse o era renuente. También
hay apellidos de ciudades del caribe como Habana o Panamá.
Otro aspecto importante para entender la presencia de origen
africano en nuestro país es la comida, el cómo las cocineras negras
fueron inculcando a los niños ibéricos e indígenas el gusto por
todos esos sabores (que no necesariamente eran los ingredientes
originarios), por ejemplo la yuca, la malanga, el camote, la
calabaza guisada salada. También incorporaron a los guisos las
vísceras del puerco y la cabra, que no eran partes que comiera
el blanco. Las vísceras eran lo que tiraba el amo y era lo que los
negros era se comían. La palabra ‘mondongo’, que se refiere a
las tripas, es de origen africano, igual que ‘moronga’ y ‘gandinga’
que son platillos de Veracruz. El freír en aceite profundo es de
Ramón
Acapulqueño de la Costa Grande de Guerrero.
“Cuando ando en la calle, invariablemente hay alguien que sale con alguna
malintencionada ocurrencia; cuando tenía el cabello más largo, por ejemplo, era
el “negrito Bimbo”. No me molesta la alusión a mi color de piel, sino ser utilizado
incidentalmente como publicad para una pinche empresa. Mi crítica suprema
es tanto hacia los medios de comunicación como hacia la mercadotecnia, que
se han encargado de perpetuar estereotipos sobre los negros y sobre cualquier
otra condición”.
22
19
origen africano; las garnachas o las técnicas de doble cocción
con fuego por abajo y por arriba, también son de origen africano.
El pan de plátano, el pan de maíz, el pan de calabaza, el uso de
todas las raíces y cómo se cocina con hojas de plátano es de
origen africano. El plátano macho guisado es fundamentalmente
africano, lo mismo que el arroz con frijoles. Los guisos de mole de
iguana, caldo de venado, tamales chipiles, pescados a la talla y
mojarras prietas son de origen africano.
A pesar de que la Costa Chica está separada de forma política
en dos estados: Guerrero y Oaxaca, de forma natural está unida
por las mismas familias y tradiciones: la danza de los diablos se
baila tanto en la Costa Chica de Oaxaca como en la de Guerrero,
asimismo las tradiciones del día de muertos y las de semana
santa. Estos elementos identitarios deberían estar protegidos por
la Constitución Política de México, ya que el artículo 2º dice que
la República mexicana se sustenta en esas culturas. Eso dice el
discurso, porque cuando un negro sale de su frontera regional
de esta Costa Chica, inmediatamente son detenidos, porque
son considerados centroamericanos, dándose casos como el de
un hombre originario del pueblo de José María Morelos, que lo
mandaron a Honduras porque las autoridades de migración así lo
decidieron.
En el habla en general, en realidad encontramos pocas palabras
de origen africano, no tienen la misma presencia ni resonancia
que las de las lenguas de los pueblos originarios. Sin embargo,
el canto de júbilo y triunfo con más tradición en México es la
porra del Chiquitibum, que deviene de un canto tradicional de
los negros árabes del norte africano que vinieron en el siglo XVI
a la Nueva España: shiki/romper el cascarón, bum/día, aladim/
religión, domba/¿cómo?, alabio/orgullo, labao/juego. Es
significativamente un canto de libertad.
El Dr. Arturo Saavedra, profesor-investigador del Centro de Estudios
de África y Asia (CEAA), menciona que desde el siglo XIX debido
a una serie de obras literarias europeas que surgen a partir de
la colonización de África, se crean ciertos cuadros en los cuales
24
África aparece como un continente salvaje, inhóspito, exótico y
lleno de peligros. Muchas plumas van creando esta idea, como
Joseph Conrad en el Corazón de las tinieblas. Más tarde, Edgar
Rice Burroughs, autor de Tarzán de lo monos, contribuyó mucho
en esta visión idílica de África a través de una historia en la que
un hombre blanco reina en la selva habiendo sido educado por
monos. Es un concepto muy eurocentrista que se copió en todo
el mundo, salpicando el cine mexicano con la película de Tin
Tan, el hombre mono, que es una parodia repleta de estereotipos
africanos mexicanizados. En México también se cree que África es
un continente peligroso, enfermo, hambriento e inestable, gracias
a los medios de comunicación y de hecho en los principios del
cine no se les permitía participar a los actores negros, sino que los
blancos se maquillaban para aparentar la negritud.
Migraciones
Las migraciones históricas, forzadas y ligadas a la esclavitud en su
gran mayoría, no han sido las únicas que explican la presencia de
población afrodescendiente en México, como dice la Dra. María
Elisa Velázquez en su libro “Las migraciones contemporáneas de
africanos en América Latina “ a nuestro país llegaron negros que
huían de la esclavitud del sur de Estados Unidos en el siglo XIX.
Por otra parte, a lo largo del siglo XX africanos y caribeños de
distintos países han migrado hacia la Ciudad de México por
diversas razones: intercambios culturales, problemas económicos,
exilios, guerras o problemas humanitarios. Estas migraciones han
recibido hasta la fecha poca atención, tal es el caso de los diversos
periodos de crisis económica en Cuba o la migración haitiana a
partir del terremoto de 2010.
Por otro lado, es importante mencionar que el mayor número de
migraciones de negros mexicanos se da hacia los Estados Unidos
para seguir el famoso american dream. Las Carolinas, Pensilvania
e Illinois son los lugares de mayor migración, debido a las redes
o cadenas que se forman a partir de 1994 cuando se instituye el
Tratado de Libre Comercio.
25
20
La primera consecuencia que provocan las migraciones es la
disolución de las familias, éstas se desintegran y el niño crece con
la tía, con el abuelo, con otras personas que no son sus padres;
esto provoca deserción escolar (porque cuando quien está en
Estados Unidos manda dinero, se les hace fácil tenerlo y ya no ir a
la escuela, ya no ven el incentivo de estudiar como un instrumento
de preparación en la vida. Lo que están pensando es en irse a
Estados Unidos, esa es otra de las consecuencias de la migración).
Si sopesamos entonces los beneficios con los perjuicios, hay más
notas en contra que a favor. Porque si bien algunos logran estar
económicamente mejor, son los menos, la gran mayoría regresa
igual o peor de como se fue, porque antes tuvo que vender su
casa, su terreno, sus vacas para poder irse y pagarle al coyote que
le cobró 40 o 50 mil pesos por cruzarlo.
La migración hacia la Ciudad de México se dio siempre de manera
natural, porque todo aquel que estudiaba y quería avanzar más
allá de la escuela secundaria, migraba hacia la capital. Por ese
motivo todas las comunidades afrodescendientes tienen un vínculo
referencial con la Ciudad de México, destacando notablemente
la presencia de artistas en todas las disciplinas.
“Durante el gobierno de Marcelo Ebrard, en el marco del
Encuentro de Pueblos Indígenas, Originarios y Afrodescendientes
organizado por la Secretaria de Desarrollo Social y Equidad para
las Comunidades (SEDEREC), señala Cruz-Carretero, se hizo más
visible la presencia afrodescendiente, gracias a que por primera
vez alguien en el congreso local habló y dijo, los afrodescendientes
estamos vivos, vivimos en el Distrito Federal y tenemos problemas
como los tienen los demás grupos originarios”.
Liliana Pliego Bautista
Mexicana, de madre oaxaqueña y padre dominicano.
“Estoy orgullosa de mi sangre y lo único que pediría para todos nosotros, así
seamos blancos, amarillos, morados o verdes, es respeto, porque no se puede
amar sin respetar; y todos merecemos respeto porque somos iguales, tenemos un
corazón y latimos al mismo par”.
27
Políticas sociales y discriminación
Para entender este tema hay que tomar en cuenta que el racismo
no es algo que ocurre sólo institucionalmente, sino también en la
cotidianidad de todos los niveles de la sociedad. Según la Dra.
Mónica Moreno Figueroa del Colectivo para Eliminar el Racismo en
México (COPERA), el racismo es una serie de prácticas, actitudes e
ideas sobre el valor de las personas, basadas en la creencia de que
éstas pueden separarse en categorías. Es muy significativo porque
aunque la idea de raza pareciera suficientemente criticada como
para haberse erradicado, puesto que mucha gente dice “no
creemos en razas porque sólo existe una”, el racismo en nuestro
país sigue vivo aunque no se mencione. La propia sociedad es quien separa a las personas por su forma de
vestir, de actuar, de caminar, de hablar, etcétera, y asume que eso
determina su valor como ser humano. Actuar bajo la creencia de
que las personas poseen cualidades jerarquizadas, fomenta que
las prácticas discriminatorias se acumulen y formen el complejo
fenómeno que es el racismo; porque racismo no es únicamente
que alguien te grite algo en la calle o que no te permitan
acceder a un trabajo, sino que es toda una maquinaria cultural,
institucional e individual que aglutina una serie de estrategias para
acomodar a diferentes personas en jerarquías. Uno de los grandes
problemas del racismo es que todos participamos en esa actitud
diferenciadora, aunque pareciera que siempre es el otro y la
institución quien discrimina.
El racismo en México surge históricamente durante la época
colonial en donde se creía que mientras más blanca era la piel,
se era de un estrato social más elevado, cuestión que se manejó
durante toda la Colonia hasta su desaparición. Ya en vísperas de
la Independencia mexicana esto iba en desuso, debido a que la
Martín Bracamontes Silva
Mexicano de la Costa Chica de Oaxaca.
“Policías me han pedido cantar nuestro Himno Nacional Mexicano para constatar
mi mexicanidad”.
28
23
presencia de africanos como tales fue a la baja por el alto costo
que implicaba traerlos y lo poco rentables que resultaban para
el modo de producción. No obstante, se quedó la idea de que
mientras más moreno se es, menos valor se tiene, incluyendo el
tema indígena. Cuando al mexicano se le pregunta si es racista,
por lo regular responde que no, casi nadie admite que tenemos
un problema de discriminación basada en elementos fenotípicos,
que se contraponen a los prototipos de belleza impuestos∫ por el
cine, la televisión y la publicidad.
En COPERA, motivados por la fuerza que tienen las campañas
contra el racismo en el extranjero, pugnaron por realizar una
campaña con frases que evidenciaban las prácticas racistas más
arraigadas en la vida cotidiana, tales como: “En México existe
racismo cuando mi familia quiere que mejore la raza”, “En México
existe el racismo cuando se asume que la piel clara es más bella
que la oscura”, “En México existe el racismo cuando a mi lengua
indígena le llaman dialecto”.
Estas actitudes implícitas muestran cómo la negación contribuye
a la invisibilidad y a la continuidad del racismo en la sociedad
mexicana.
Por otro lado, en el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación
(CONAPRED), hay avances pero no son suficientes, existe aun, como
decía Gabriel Moedano Navarro, uno de los investigadores sobre
la población de origen africano en México, “un racismo larvado”,
en el sentido que está tan enraizado como parásito en nuestra
cultura, que ya somos incapaces de verlo o lo vemos natural. La
estrategia entonces debe ser crear diversas campañas masivas
de concientización, pues si reflexionamos sobre una encuesta que
realizó también CONAPRED, el problema es grave, pues de cada
diez familias ocho no le rentarían su casa a un negro. Es un dato
para la autocrítica.
La Maestra Cruz-Carretero señala que el racismo cotidiano
es lacerante y que muy poca gente se atreve a hablar de las
cicatrices que deja, pues empieza desde la casa, la escuela, la
calle y los medios de comunicación. “En México se sigue viviendo
30
la pigmentocracia colonial, en la que por tener un tono más claro
de piel perteneces a un grupo superior y ser güero o rubio es como
poseer un título nobiliario”.
Afortunadamente, ya se están tomando acciones directas a
través de las redes sociales y CONAPRED para presionar y ayudar
a cambiar estas prácticas reprobables, como ocurrió en el caso
de la aerolínea Interjet que, amparada en sus propias políticas de
discriminación, consideró inadecuada la apariencia del grupo
Panteón Rococó y les impidió el acceso al avión por llevar tatuajes
en el cuerpo. Se obligó a Interjet a cambiar esa política. También
destaca el caso del “Negrito Bimbo”, cuyo nombre debieron
cambiar gracias a un sinnúmero de quejas.
En México las personas morenas, indígenas y afrodescendientes son
las más expuestas a que sus derechos humanos sean transgredidos.
La discriminación identificada particularmente con los grupos
afrodescendientes, muestra un alto nivel de marginación social y
económica. Aun sin datos censales oficiales, es evidente que los
estados que suman el mayor número de grupos afrodescendientes
en México, como Guerrero, Oaxaca y Veracruz, son precisamente
lo que poseen los índices más altos de marginación. Es imposible no
reparar en el absurdo de que en México se rechaza a una parte de
población que, a pesar de ser mayoritaria, no posee características
físicas anglosajonas o europeas, colocándose, la otra parte de la
población, en una ridícula posición de superioridad racial.
Una de las causas del maltrato hacia a la población negra es el
total desconocimiento de la cultura africana en nuestro país. La
historia oficial borró de tajo los aportes de las comunidades negras
en nuestra tierra. En los libros de texto no hay referencias que
dediquen más allá de una frase a estos aportes. Esa es la suprema
prueba de que las autoridades mismas han decidido adoptar una
actitud racista y discriminatoria en contra de este pueblo negro
que es mexicano.
Esto sucede por la ignorancia de nuestra historia, por ejemplo, que
el primer pueblo libre de América fue Yanga, y que el segundo
presidente de nuestra patria fue negro y se llamaba Vicente
31
Guerrero. Y luego en la Reforma llegó Juan Álvarez, llamado la
“pantera del sur”, y también olvidamos a los múltiples batallones
de pardos que pelearon en la revolución.
El reconocimiento institucional de los pueblos negros avanza por
dos vías. La primera y más importante es la exigencia que hacen los
pueblos negros y la academia a la Secretaria de Educación Pública
para que incluya y reconozca en los libros de texto gratuitos los
aportes de las comunidades negras en la construcción de nuestro
país. Esto hará que se conozca quiénes han sido y quiénes son los
negros de México. La segunda es la de crear una organización
que contenga a todas las comunidades negras.
Vemos, pues, cómo la población afrodescendiente en México
es prácticamente invisible y casi nunca ha sido incluida en la
agenda de las políticas públicas, impidiéndole realmente formar
parte del tejido social. Es muy significativo y lamentable que el
INEGI, jamás haya levantado un censo sobre el número exacto de
afrodescendientes mexicanos.
En el libro Las Costas de la Mar del Sur, se habla de una guerra de
baja intensidad entre indígenas y negros; y hay quienes hablan
también de una discriminación internalizada. Hay casos que no
podemos esconder ni negar, en donde de manera inconsciente,
tanto el indígena como el negro se autodiscriminan.
En África AC. tratan de erradicar eso a través de talleres y foros
que siembren la identidad negra. La mejor forma de terminar con
estos estereotipos es a través de la educación. Larrea nos comparte
lo siguiente: “Un día íbamos para la playa; en nuestra región se
acostumbra en año nuevo ir a la playa. Los ansiosos jóvenes que
iban arriba de un camión de tres toneladas decían ¡apúrate
chofer, dale que aquí no vamos gente, vamos puros negros. Ellos
lo tomaron de manera chusca, pero esta expresión trae una
carga discriminatoria bárbara. Si estos términos los escuchara un
académico, un antropólogo, se santigua, se retuerce, porque para
Naomi
Mexicana de padre cubano y madre mexicana
33
ellos es una ofensa, les diría, ¡cómo es posible que ustedes se hablen
así, están alimentando la discriminación!; pero nosotros convivimos
de manera cotidiana con esta discriminación, porque la vemos y la
sufrimos día a día. Yo te puedo decir que cuando llevamos el grupo
de danza nos detienen cada vez que salimos de Oaxaca pensando
que somos migrantes. En nuestro propio estado, en Tuxtepec, en
una ocasión me preguntaron que si yo llevaba huanacos ahí; les
pregunté qué es huanacos, me dijeron que son indocumentados.
Si tú fueras a nuestra zona, a la Costa Chica, te ibas a dar cuenta
de toda la discriminación que se sufre, incluyendo la intrafamiliar,
porque siempre hay unos más negros que otros. Pero cuando se
sale de la frontera regional, es cuando se vive de manera cruda.
La discriminación se vive desde la escuela y en la familia en dosis
pequeñas, pero cuando viene la inyección total, es cuando sales
de la frontera regional, ya que en la sociedad mexicana no está
presente la existencia del pueblo negro. Yo en una ocasión decía,
¿hay negros en México? No, no los hay. No los hay porque el Estado
mexicano niega al pueblo negro de México, y al negar su existencia,
pues simplemente no hay negros. El pueblo negro no está en la
constitución política, por lo tanto no existe; aunque en los hechos
por supuesto ahí está, y está exigiendo reconocimiento. Cada vez
que el negro sale de su territorio y se va a la Ciudad de México o se
va a Acapulco o se va a Estados Unidos, sufre discriminación. Esta
discriminación a veces hace mella en nuestra gente, pero también
a veces la fortalece. Se fortalece aquel que tiene bien cimentadas
sus raíces, por eso es que el trabajo que estamos realizando intenta
fortalecer la identidad y la pertenencia; porque cuando una
persona sabe perfectamente quién es, va a ser muy difícil que se le
doblegue, alejándolo de lo que es; entonces va a decir yo soy negro
y como negro tengo mi cultura. Incluso cuando regresa de Estados
Unidos sigue bailando Diablo, sigue hablando como hablamos en la
costa. El que no conoce esa cultura inmediatamente cae, y si está
aquí en la Ciudad de México habla como chilango, habla como los
de Tepito, y si se va a Estados Unidos habla como los negros de allá.
Entonces lo que tenemos que hacer nosotros como organizaciones,
34
es fortalecer ese trabajo de identidad, esas raíces, ejerciendo la
tradición oral por medio de los cuentos con los que hemos crecido;
y que además están en internet y tenemos que aprovechar esos
medios para difundir los aportes del pueblo negro”.
África en las aulas
Con respecto a este punto, también se está pugnando para que
la Secretaría de Educación Pública incluya en su revisión de la
Historia de México, la participación de los afrodescendientes en la
conformación de este país, de la misma manera que ocurre con
el desempeño de las culturas étnicas.
Para el Dr. Arturo Saavedra, existen tres aspectos que influyen sobre
la poca atención que merece África como tema de estudio en los
medios académicos y en el ámbito cultural en general.
El primero es por la historia que se nos ha impartido, pues el
concepto de nacionalismo que hemos heredado a partir de la
creación de México como nación independiente, no reconoce
ninguna influencia cultural y mucho menos una herencia directa
con los africanos, es decir, se minimiza demasiado el episodio de
la esclavitud durante el periodo colonial, asumiendo que México
es principalmente una nación mestiza con la virtud de tener un
elemento europeo y americano-criollo, que es el que conforma
nuestra nacionalidad.
De lo anterior deriva el segundo punto que es el eurocentrismo en
las aulas, en donde se sobredimensiona a Europa, a tal grado que
la Historia Universal se convierte en sinónimo de Historia Europea,
como si el desarrollo de la humanidad le perteneciera sólo a ese
continente.
El tercer aspecto es el imaginario colectivo estereotipado que se
tiene de África, las ideas románticas y exóticas de un continente
salvaje lleno de animales, tribus, caníbales, inaccesible y ajeno a
cualquier realidad nuestra.
Por esos aspectos es que en los programas de estudio de
las licenciaturas que deberían incluir materias sobre África,
como Historia, Ciencias Políticas o Relaciones Internacionales,
35
simplemente no siempre están presentes, porque existe la idea
de que la Historia de África comienza cuando se establecen los
gobiernos coloniales en el siglo XIX.
Invisibilización de la comunidad
afrodescendiente
La invisibilización de la cultura Afrodescendiente responde a un
proceso de homogenización que se dio desde la Independencia
buscando eliminar las castas. Entonces, para la nación mexicana,
todos pasaron a ser ciudadanos libres y en condiciones de
igualdad, según lo estipulaban las diferentes constituciones y los
diferentes decretos de abolición de la esclavitud: el primero en
1810 dado por Miguel Hidalgo, en 1814 con José María Morelos
y Pavón, en 1824 con Guadalupe Victoria y en 1829 con Vicente
Guerrero. Hasta 1834 se observan constantes referencias de que
en la ley no hay distinción racial. En el decimoquinto apartado
del documento Sentimientos de la Nación, José María Morelos
expone: “Que la esclavitud se proscriba para siempre, y lo mismo
la distinción de castas, quedando todos iguales y sólo distinguirá
a un americano de otro el vicio y la virtud”.
A lo largo del siglo XIX la población negra desaparece. Los pueblos
originarios, o “indígenas”, se mantienen porque se identifican
con una lengua, con una comunidad, con una ancestralidad en
común y con una serie de elementos culturales que a los negros
no se les reconocen, porque ellos se integraron a la cultura
hispana, es decir, son hispanohablantes. Aunado a este proceso
racista de invisibilización, se observa también desde la época
colonial, una tendencia cultural de blanquear a la población a
Pedro Vivero Valdez
Mexicano de origen ecuatoriano.
“He rondado por toda la Ciudad de México y en donde más me ha gustado
vivir es en el Centro, en la Merced; la gente tiene una visión muy interesante con
respecto a la solidaridad y la hermandad con personas de otro país. El Centro
está maravillosamente impregnado de migrantes”.
36
31
través del mestizaje, pues esto implicaba “mejorar la raza”. Este
proceso de mestizaje acelerado tendiente a lo blanco propició
que la gente no se reconociera como negra. Incluso en las familias
mestizas en donde se encuentra toda la gama de tonalidades de
la piel, la discriminación ocurre. “Dentro de todo este «colorismo»
—expresa Cruz-Carretero— siempre vamos a encontrar gente
muy morena y gente muy blanca y esto permitió lo que en inglés
se llama passing for, que es hacerse pasar por otra categoría
étnica racial, supuestamente superior, invisibilizando lo negro”, y
agrega, “En México nadie quiere ser negro ni indio, pues todas las
características que se utilizan para ofender tienen que ver con la
condición étnica o con el color de la piel. La palabra ‘denigrar’ es
un perfecto ejemplo, pues significa volverse negro”.
Derechos humanos
A pesar de que la Carta Democrática Interamericana, firmada
por nuestro país el 11 de septiembre del 2001, en su Artículo 9,
(4) establece “La eliminación de toda forma de discriminación,
especialmente la discriminación de género, étnica y racial, y de las
diversas formas de intolerancia, así como la promoción y protección
de los derechos humanos de los pueblos indígenas y los migrantes
y el respeto a la diversidad étnica, cultural y religiosa en América.”,
los afrodescendientes en el mundo se encuentran todavía entre
los grupos minoritarios más marginados, siendo casi doscientos
millones de ellos en América y cuando representan un tercio de la
población de América Latina y el Caribe. Hay que mencionar, sin
embargo, que la Organización de las Naciones Unidas y el Derecho
Internacional Público han impulsado importantes herramientas
para contrarrestar el racismo, la xenofobia y demás posiciones
conectadas con la intolerancia. En el ámbito interamericano
también se han generado algunos mecanismos para hacer frente
al mismo fenómeno y promover el respeto de los derechos de los
afrodescendientes en América. Muestra de ello es la creación de
la Relatoría sobre los Derechos de Afrodescendientes y contra la
Discriminación Racial de la Comisión Interamericana de Derechos
38
Humanos, así como las menciones relativas a afrodescendientes
contenidas en la Declaración de Mar del Plata en el marco de
la IV Cumbre de las Américas de 2005, y en la Declaración de
la Conferencia Regional de las Américas (Preparatoria de la 3a
Conferencia Mundial Contra el Racismo, la Discriminación Racial,
la Xenofobia y Otras Formas Conexas de Intolerancia), realizada
en Santiago de Chile en el año 2000.
En México, frente al panorama desolador de los negros, es alentador
ver que en diferentes frentes se avanza, a pesar de la reticencia
gubernamental para tratarlo como un tema trascendental. Está,
por caso, la iniciativa de la Ley del Reconocimiento del Pueblo
y la Cultura Negra en México, por parte de la Diputada Teresa
de Jesús Mójica del Partido de la Revolución Democrática, que
presentó en 2012 y hasta la fecha no se ha aprobado, pues se ha
visto frenada por las diversas reformas estructurales que propuso el
gobierno federal actual.
En la Ciudad de México es reciente la oferta institucional y
gubernamental de atención a la población negra como tal. Aunque
aun escasas, acciones conjuntas de gobierno, organizaciones
no gubernamentales y congresos han comenzado a brindar
resultados a favor de la equidad con justicia social. Alejandro
Marín, Coordinador General de Radio Raíces, apunta que desde
la creación del Programa de Equidad para los Pueblos Indígenas,
Originarios y Comunidades de Distinto Origen Nacional de la
Ciudad de México, el Gobierno del Distrito Federal implementó la
atención a diversos grupos de población socialmente vulnerados,
que han sufrido discriminación, que han sido invisibilizados y que
por lo mismo no siempre han gozado del ejercicio de sus derechos
a plenitud. La población afrodescendiente se infería implícita en
estos grupos de población diversa coexistentes en el DF. Se les
denominó “comunidades étnicas” (2010), luego “comunidades
de distinto origen nacional” (2012). Fue hasta 2015 que finalmente
la población afrodescendiente fue enunciada de forma explícita
dentro de las Reglas de Operación del Programa. En su objetivo
puede leerse lo siguiente “Reducir la desigualdad de los pueblos
39
indígenas, originarios, afrodescendientes y comunidades de
distinto origen nacional (...)”.
La responsabilidad de la ejecución de este Programa recae
específicamente en la Dirección General de Equidad para los
Pueblos y Comunidades de la SEDEREC quien tiene entre sus
objetivos la promoción y el fortalecimiento de la equidad y la
interculturalidad. Por otro lado, gracias a gestiones con diversas
instancias, en mayo de 2010 la Ciudad de México asigna el predio
de República de Cuba #41 a través del Fideicomiso del Centro
Histórico, para conformar la Casa Refugio Hankili África, que nace
como “un lugar de residencia de escritores, artistas y creadores
africanos en situación de riesgo, y que también se propone como
un espacio de intercambio, conocimiento y aprendizaje mutuo de
las manifestaciones culturales de México, el continente africano y
la diáspora negra”. (5)
Por último, la Ley de Interculturalidad, Atención a Migrantes y
Movilidad Humana del DF, promulgada en abril de 2011, establece
derechos en torno a la interculturalidad que “se expresa en la
diversidad sociocultural de sus habitantes” (art. 14) y aunque no
se menciona explícitamente a la población afrodescendiente, la
definición jurídica de lo que se entenderá por “interculturalidad”
(art. 15) es amplia y de largo alcance a efecto de “la salvaguarda,
respeto y ejercicio de los derechos de toda persona y comunidad a
tener, conservar y fortalecer sus rasgos socioculturales y diferencias
(...) haciendo posible la interacción, la mezcla y la hibridación entre
Mahoalli Nasrow
Franco-mexicana, de madre michoacana y padre camerunés.
“La experiencia sobre mi africanidad en México ha sido muy diferente en relación
a Cuba, Estados Unidos y Francia, que son los otros lugares en donde he vivido
y en donde las comunidades negras están más presentes. En México ha sido
siempre sentirme exótica, pues desde niña era comparada con mi madre que
es blanca, de pelo rojo y ojos verdes. No he tenido muchas experiencias con
la discriminación durante mi vida, pero las que he sufrido siempre provienen de
gente retrógrada. Que me quieran hablar en inglés no es tan molesto, pero pienso
que también es una manera de separarte. Finalmente soy mexicana y lo que te
hace mexicana no es un fenotipo, sino son las tradiciones y la forma de convivir”.
41
sociedades culturales, así como el derecho de todas las culturas
participantes a contribuir con el paisaje cultural de la sociedad en
la que están presentes”.
Oportunidades laborales
Según una encuesta realizada por el Instituto de Investigaciones
Jurídicas de la UNAM, titulada Procesos de construcción de
identidad, condiciones de vida y discriminación: un estudio
comparativo de comunidades afrodescendientes en México
(2006), 4 de cada 10 negros se encontraban en situación de
marginación, 95% de ellos laboraban sin vacaciones pagadas,
94.3% trabajaba sin recibir aguinaldo, 73.9% carecía de acceso a
servicios médicos. Se estimaba también que 80.5% de los negros en
Guerrero no tenía acceso a servicios médicos. En situación similar
se encontraba 63.5% de los afrodescendientes en Oaxaca y 26.8%
de los afrodescendientes en Veracruz; asimismo, 95% de ellos en
Oaxaca vivían con menos de dos salarios al día y 27% de ellos eran
analfabetas. A partir de esta constatación de hechos se revela la
trascendencia de impulsar la multiculturalidad no sólo en la Ciudad
de México, sino en todo el país.
Circunstancias de los pueblos negros
Para el investigador Nemesio Rodríguez Mitchell, Coordinador
de la Unidad Oaxaca del PUIC-UNAM, la invisibilidad del pueblo
afrodescendiente en el ámbito legal es una consecuencia de que el
gobierno mismo ignora sobre el tema de la negritud en México y por
tanto es incapaz de construir políticas públicas dirigidas a dignificar
la vida de los afrodescendientes. Rodríguez Mitchell escribió el libro
Avances de la encuesta piloto de la población negra en la Costa
Chica oaxaqueña, que tiene como principal objetivo visibilizar a
esta población que vive en condiciones infrahumanas, sin acceso
a programas sociales e ignorados en la agenda legislativa, pues
para Rodríguez Mitchell, se trata de algo muy simple, si un pueblo
no aparece en el INEGI no existe. El documento muestra que 76%
42
de los encuestados considera necesario que los tres niveles de
gobierno deben crear una institución que atienda sus necesidades
particulares, puesto que en los censos del INEGI aparecen como
indígenas, pero los programas sociales se les niegan por tener
características distintas. (6)
No se necesita abrir ningún libro del INEGI para determinar que los
pueblos negros están lacerados, en condiciones terribles; no tienen
lo básico para vivir, sus carreteras son de terracería, a veces no hay
servicios elementales como luz, no hay doctores ni medicamentos.
En Oaxaca el grado de analfabetismo es alarmante. Se tiene que
romper con esta inercia y con todas esas normativas que impiden
que el pueblo negro progrese.
Censo
En agosto de 2014 se realizó en la Costa Chica una encuesta
de población muy diferente a un censo convencional, con
la intención de sondear en qué regiones se podían hacer
modificaciones al cuestionario que aplica el INEGI, de manera que
se incluyera una pregunta sobre la pertenencia o no, a un origen
africano. La pregunta fue la siguiente: “¿Acorde a su historia y su
cultura, alguien de su familia o usted se considera negro africano,
afrosdescendiente, moreno, prieto, costeño, jarocho o mascogo?”
(‘mascogo’ corresponde al estado de Coahuila). Los resultados
demostraron que todavía existe una marcada negación de la
gente hacia su reconocimiento afrodescendiente, y que muchos
encuestados todavía no saben con precisión qué contestar.
Hubo incluso denuncias sobre manipulación en la respuesta de
varias personas que se sintieron condicionadas a elegir una de las
opciones, a cambio de recibir apoyos materiales.
Todo esto revela falta de sensibilidad y también una falta de
trabajo de quienes tienen que hacerlo. Hace no mucho, por
ejemplo, ignorábamos algo elemental: ¿Cuántos maestros hay en
México? Ante una denuncia tan obvia y vergonzosa el INEGI se
puso a trabajar. Ahora la denuncia es que no se sabe cuántos
43
negros hay y es lo que esta haciendo el INEGI, trabajar en abrir
el abanico de homónimos para decirnos en este 2015, que sí es
factible una pregunta para el 2020.
El reconocimiento implica aceptar que México fue un país esclavista
que sepultó a un grupo que contribuyó en la construcción de la
identidad mexicana. Es por eso que el Estado mexicano no los
quiere reconocer, pero si el estado no los reconoce, ellos seguirán
insistiendo, junto con investigadores y organizaciones civiles
para lograr su reconocimiento. Lo que está haciendo el INEGI
y las dependencias federales no es gratuito, no es que lo estén
haciendo de buena manera, es gracias a una lucha que se ha
emprendido fundamentalmente en la Costa Chica de Oaxaca y
de Guerrero desde hace más de 15 años, y hasta ahora se están
dando los primeros resultados.
Con este reconocimiento se pretende romper con todas estas
pautas, estas normas que impiden que el pueblo negro goce de
las mismas garantías y de los mismos programas que tienen los
pueblos indígenas.
El conteo de la población negra mexicana aun está en proceso
y ese número, entre tanto, sigue siendo una incógnita. Se ha
argumentado que representan entre el cinco y seis por ciento
de la población nacional, sin embargo, para la maestra CruzCarretero, todavía no es posible atreverse a dar una cifra, pues lo
que se considera negro es muy ambiguo, puesto que implica carga
genética, cultural, color de piel: “Quizás la encuesta —menciona
la académica— propiciará que la población se autoidentifique y
reivindiquen si quieren ser negros o si quieren seguir haciéndose
pasar por otra categoría”. Es delicado pues existen críticas con
respecto a provocar distinción racial, aunque en realidad esa
Albertico Campuzano
Migrante colombiano.
“Llena tu alma de Cumbia”.
44
39
distinción ya existe a nivel popular, en la calle, en la escuela, en la
familia; lo que se lograría es hacer evidente una presencia africana
que ha sido invisibilizada.
Tanto asociaciones civiles de la Costa Chica como investigadores,
población civil, líderes comunitarios y religiosos, han pugnando por
que exista un reconocimiento censal que se transforme en políticas
públicas que beneficien a las comunidades afrodescendientes.
Después de un arduo trabajo, en agosto de 2014, ocurrió una
reunión financiada por el Instituto Nacional de Antropología e
Historia (INAH), INEGI y CONAPRED, en donde los diferentes actores
junto con varios investigadores, se reunieron en las oficinas del
INEGI para hablar con el director nacional de esa institución, sobre
la renuencia a incluir esta pregunta bajo el argumento de que la
población no la comprendería y resultaría muy costoso modificar
los cuestionarios. Se consiguió finalmente realizar la prueba piloto
mencionada más arriba, y todo apunta a que en la próxima
encuesta de población de 2015 se incluirá la pregunta, pero esta
encuesta será un muestreo, no se aplicará a todo el país, sino hasta
el siguiente censo del 2020, ya como parte del cuestionario. Esto
ha sido el resultado de una lucha que comenzó a sostenerse desde
los años noventa, cuando las organizaciones civiles comenzaron a
reclamar fuertemente su reconocimiento.
Se supone que en la constitución están protegidos todos los
derechos de los afrodescendientes como mexicanos, pero en ésta
no existen las comunidades negras.
En Cuajinicuilapa, Guerrero, se hizo una muestra. Cuajinicuilapa es
un pueblo negro y el censo arrojó que 58% aceptó ser afromexicano.
¡Cómo es posible que en un pueblo donde la mayoría de su
población es negra sólo 58% se asuma como afroamexicano! Es
evidente que no se ha entendido la pregunta. Afortunadamente
para el 2015 se incluirá, además de afromexicano, los términos
negro, costeño, jarocho, moreno, prieto y mascogo. El pueblo
tiene que asumirse como tal y el estado debe respetar lo que el
pueblo defina en este ejercicio de autoafirmación.
Por otro lado, la Comisión de Asuntos Indígenas (CDI), aceptó
46
en 2014 que en Guerrero y Oaxaca hubiera consejeros
afrodescendientes entre los líderes comunitarios, pues hasta
entonces solamente tenían voz pero no voto. Es un gran avance
si consideramos que en el estado de Veracruz, por ejemplo, se ha
negado rotundamente a admitir consejeros afrodescendientes.
Vemos, pues, la forma en que se minimiza y se invisibiliza el valor
de un sector de la población que es parte fundamental del
México contemporáneo. Es importante mostrar investigaciones
que nos hablen más sobre los líderes trascendentales de la historia
mexicana que fueron invisibilizados como afrodescendientes, es
el caso de José María Morelos, Gaspar Yanga, Vicente Guerrero y
muchos otros que conformaron la Nación.
Geografía de la afrodescendencia en el
Distrito Federal
Queda claro entonces que uno de los principales problemas que
enfrenta la población afrodescendiente en México, es la escasez
de datos estadísticos que puedan dar un diagnóstico confiable
sobre su situación económica y social en el presente, y que esto
lleve a delinear proyectos en favor de la inclusión, los derechos
y las oportunidades. Será una ardua tarea determinar el tamaño
de la población afrodescendiente, pues en México también
enfrentamos una sociedad que convive con muchos niveles de
prejuicios con respecto al color de la piel.
En una entrevista realizada al Mtro. Fabián Bonilla López,
académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la
UNAM, para ahondar en el tema de la afrodescendencia en la
Ciudad de México, obtuve la siguiente impresión: “A la pregunta
sobre lo que conozco de los afrodescendientes en la Ciudad de
México, antes de una respuesta academicista, me vienen a la
mente los recuerdos de la infancia. Prefiero contar lo anecdótico
antes que citar textualmente a un especialista en el tema, por la
dimensión intersubjetiva e identitaria que para mí representa.
En mi colonia, cercana al barrio de Santa Fe, al poniente de la
ciudad, vivía una familia afrodescendiente originaria del estado de
47
42
Veracruz. Alrededor de tres o cuatro hermanos de esa familia iban
en diferentes grados de la primaria en la que yo estaba inscrito. Se
sabía de sus hermanos mayores que iban a la salida de la escuela
a presenciar o ser partícipes directos de los enfrentamientos
continuos con quienes se atrevían a insultarlos por su color de piel.
Los hermanos, hombres y mujeres, se caracterizan por enfrentar
a golpes la discriminación, de manera que las ofensas raciales se
manejaban en un plano menos abierto, casi clandestino. Por ese
motivo, los racializados abiertamente éramos otros. Al ser de origen
Ñuu Savi (mixteco) el color de mi piel es moreno, razón por la que
en distintos momentos en mi contexto familiar o barrial me fueron
asignados varios apodos como ‘negrito’, ‘negro’, o como un
exjugador de futbol brasileño de los Pumas: ‘Cabinho’. Siendo aun
infante en una ocasión un niño de esta familia afrodescendiente,
casi de mi edad, simplemente me espetó: ‘tú eres más negro que
yo’. En ese momento no entendí el sentido de sus palabras, pero
si su efecto en mí: el insulto. Esto es lo que sé ante la interrogante
sobre los afrodescendientes en la Ciudad de México”.
La siguiente carta es un ejemplo de la situación en la que se
encuentran los conteos oficiales en México y en el D.F.:
Carta abierta al INEGI sobre los resultados
del conteo 2015 Santiago Pinotepa Nacional,
Oaxaca, a 21 de marzo del 2014
Asunto: Carta Abierta.
C. Eduardo Sojo Garza Aldape, Presidente del INEGI, eduardo.
sojo@inegi.org.mx
A LA OPINIÓN PÚBLICA:
Las organizaciones participantes en la Red por el Reconocimiento
Constitucional del Pueblo Negro de México nos encontramos
sorprendidos de que se vuelve a incurrir en un proceso de exclusión
Yamileth
Mexicana de padre cubano y madre mexicana
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de los pueblos negros y afrodescendientes de México, tomando en
cuenta el “Informe de Resultados de la Primera Prueba Temática y
de Estrategia de levantamiento. Conteo de Población y Vivienda
2015”.
Las mismas dificultades fueron excusa para la exclusión de dicha
población en el Censo De Población y Vivienda 2010. El 30 de mayo
de 2009, el INEGI convocó a los integrantes de esta RED, a una
reunión de trabajo conducente a la realización de una prueba
piloto de inclusión censal de los afromexicanos para su posible
inserción en el Censo de 2010. Dicha reunión se realizó en el Museo
de las Culturas Afromestizas de Cuajinicuilapa, Guerrero. En la
implementación de dicha prueba, se utilizó, de manera exclusiva,
la misma categoría de “afromexicanos”, cuya incomprensión
por la población hizo que el INEGI justificara la decisión de su no
inclusión en el Censo de 2010.
Cinco años después, en el Informe de Resultados, anteriormente
citado, en sus páginas 62, 63 y 64, nos encontramos que se
utilizó como única categoría clasificatoria “autoadscripción
afromexicana”. Antes de la realización de este ejercicio, el INEGI
preguntó a nuestra RED (19/06/2013) su opinión sobre el diseño de
la pregunta, a lo cual le informamos en fecha 28/06/2013 de que,
basados en el respeto a la autoadscripción, se debería ampliar
a una serie de denominaciones del habla común para que la
población eligiera con cuales se identificaba, como por ejemplo,
“negro”, “moreno” y otros.
Pese a lo anterior, el INEGI lo redujo a “autoadscripción
afromexicana”, como ya se dijo. Los mismos entrevistadores del
INEGI dan cuenta de que la pregunta “no se entendía” además de
Adrián Macala
Mexicano de padres panameños.
“La experiencia negra en México no se puede entender sin una lágrima y una
sonrisa, pues, como objeto de discriminación, ser negro no es diferente a ser
indígena, homosexual o discapacitado; en ese sentido vamos todos en el mismo
barco”.
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46
que “ 60.3% opinaron que fue mucha la necesidad de explicarla y
64.1% que es difícil entenderla para los entrevistados” (p.63).
Esta falta de respeto a las opiniones de la RED y los resultados
obtenidos, nos permiten decir que el INEGI, al repetir los errores de
2009, no solamente no aprende, sino que además, siguiendo este
camino, insiste, con sus errores conceptuales y metodológicos, en
crear condiciones para dejar fuera de las estadísticas nacionales
a parte importante de la diversidad poblacional del país.
Por lo anterior, la RED exige al INEGI que rectifique públicamente sus
errores y que efectivamente incluya en su cédula base, las distintas
auto-denominaciones que los Pueblos Negros Afrodescendientes
se dan: “negro”, “moreno”, “choco”, “mascogo”, “afromexicano”,
“afrodescendiente” y otros que se juzguen pertinentes.
La importancia de esta inclusión estadística incide directamente
en la definición de políticas públicas específicas para ésta
población ignorada, que tiene derechos a atención concreta en
términos de educación, salud, actividad económica, vivienda,
trabajo, a sus recursos naturales e infraestructura adecuadas a
sus determinaciones socioculturales; en suma, otorgar visibilidad y
derechos de ciudadanía a población cuya identidad y pertenencia
han sido ocultadas y negadas sistemáticamente”. (7)
Manifestaciones culturales y artísticas
Según la UNESCO la tradición oral es el conjunto de todos los tipos
de testimonios sobre el pasado que son transmitidos verbalmente
por un pueblo. Los proverbios, adivinanzas, cuentos, canciones
Miranda Giles
Mexicana de madre tlaxcalteca y padre veracruzano
descendiente de haitianos.
“La afrodescendencia para mí es un misterio, porque aunque sé que vive dentro
y fuera de mí, no percibo eso en mi vida cotidiana, al grado de que yo misma
me sorprendo de ver a una persona negra cuando yo misma lo soy, es algo muy
raro... pero estoy en el camino de descubrir más cosas. Pienso que una parte de
mí viene de Haití y asumo mi afrodescendencia tanto como mi mexicanidad,
pero lo que de verdad me enorgullece es lo que yo soy a partir de esas raíces.
Jamás me he sentido discriminada”.
53
infantiles, leyendas, mitos, cantares y poemas épicos, conjuros,
cantos o representaciones dramáticas, se transmiten de boca
en boca, por imitación o por inmersión en una práctica, de
generación en generación. Al ser el vector esencial de trasmisión
de conocimientos, de valores culturales y sociales, y de la memoria
colectiva, la tradición oral constituye una de las principales formas
de educación de las sociedades humanas y desempeña un papel
primordial en la vitalidad de las culturas.
Esta oralidad se manifiesta como la fuerza primigenia en la
formación de la cultura de los pueblos afrodescendientes en
México y se manifiesta en la fuerza de sus verseras y verseros, sus
compositores, artesanos, artistas plásticos, escritores y danzantes.
Existen en México diferentes manifestaciones como las danzas de
los Diablos de la Costa Chica, el son de sotavento, los corridos, las
chilenas, las nuevas corrientes musicales con influencia caribeña
como el reggae, la cumbia, el merengue, el jazz y los cantos de
trabajo, en fin un sinnúmero de manifestaciones artísticas que
enriquecen y dan color al México contemporáneo.
Cabe resaltar que en la actualidad gracias a las nuevas
migraciones negras que provienen del extranjero, no solamente
caribeñas o centroamericanas, han crecido las manifestaciones
culturales y artísticas. Para el escritor Koulsy Lamko, Director de
Casa África, el exilio puede convertirse en un reino. “No estoy
seguro que estando en mi país hubiera escrito lo que he escrito”
afirma, escribe cuando algo le duele, escribe para interrogarse a
sí mismo, a su entorno, aunque éste resulte agresivo. Lo importante
para él es la palabra y lo que se intercambia a través de ella. “Es
parte de lo que pienso que puede ser un espacio de la expresión
Jean Felix
Haitiano residente en la Ciudad de México.
“Para mí ser afrodescendiente significa ser haitiano, un hijo de África y también
un amante del arte, pues a mí el arte me conmueve el alma y ahí encuentro la
vida. Siento mucho orgullo de pertenecer a una de las razas que embellecen
tanto a la humanidad”.
54
de lo que es mi compromiso conmigo mismo, pero también con
las comunidades, los pueblos en lucha. Es lo que me interesa de lo
que hago. Es una herramienta de lucha más que todo”. (8)
La etnóloga Luz María Martínez Montiel, nos recuerda que los
tambores representan el lazo de unión con el pasado; siendo
un medio de comunicación, de acompañamiento de bailes, de
transmisión de mensajes sacros o profanos porque el tambor fue
el guardián de la memoria-recuerdo, como se ha llamado a la
capacidad de los africanos de mantener, a través de la transmisión
de generación en generación, los valores de su tradición y las
claves de su identidad, unificando las emociones colectivas. (9)
El músico mexicano Jah Levi comenta lo siguiente: “Desde mi
perspectiva como cantante y músico, la influencia negra me
permite retomar el arte con un sentido de lucha y transmisión
de un mensaje de reivindicación humana, en general la música
negra siempre ha tenido un contenido social, espiritual, político
y de celebración, al contrario de la música occidental que en su
mayoría está planteada únicamente como entretenimiento”.
Por otra parte, hay que mencionar que el nivel de marginación
que la población negra mexicana ha tenido relación directa con
el derecho a experimentar su cultura: “En la mayoría de los casos
los elementos africanos no llegaron a conformar sistemas culturales
diferenciados, sino que se insertaron en las capas indígenas o
hispanas que los rodeaban. El indígena, ocupando el lugar del
otro, ha contribuido indirectamente a acentuar la invisibilidad
histórica del negro; el salir de la invisibilidad estaría condicionado
por un modelo de etnicidad heredado del mundo indígena”.
Así, la concepción de la etnicidad negra, sobre todo en un país
como México, donde la población indígena tiene una fuerte
presencia, se construye sobre la exclusión de todos aquellos que
no se consideran parte de una cultura autónoma, ni conservan
tradiciones ancestrales o tienen una conciencia identitaria
afirmada. En México, el espectro identitario está completamente
ocupado por la identidad nacional, por una parte, y las identidades
indígenas por la otra”. (10)
56 Conclusión
Son varios frentes de lucha en el camino: los desplazados por la
violencia, la violencia hacia las mujeres, la atención médica y
sobre todo el reconocimiento constitucional de nuestro México
negro. Tenemos que sensibilizar al gobierno para que comprenda
que también el pueblo negro es México y que es una de las
raíces que han posibilitado la identidad mexicana. Tenemos que
resignificar y hablar de la población negra con orgullo, sin miedo,
decir las cosas del pueblo como son y como se asumen. En esa
medida, el sentirnos afrodescendientes, negros, costeños, jarochos,
morenos, prietos o mascogos, será tener la posibilidad de honrar a
aquellos negros que lamentablemente nunca tuvieron un espacio
de libertad y que murieron esclavizados. Este trabajo pretendió
establecer varias reflexiones sobre la problemática de los negros
de México, no como una crítica contrarracista, sino como una
revisión general de su situación en el presente.
Como pensamiento final quedará pendiente analizar un poco más
la cultura de celebración de lo blanco y la inculpación en masa
de complejos de inferioridad y negritud que se han autocultivado
y autorregenerado en la sociedad mexicana desde hace siglos.
El sentir y el pensar colectivos siguen ocurriendo en un contexto
racista que se prolonga y se fortalece, imprimiendo un sentido de
inferioridad en los destinos de las personas racializadas. Llamar a
esto discriminación simplemente puede ser un punto de partida,
pero al mismo tiempo un punto muerto, porque sus nocivos
efectos no han sido totalmente señalados ni nombrados. Todos
jerarquizamos nuestros vínculos y todos establecemos alianzas
compulsivas para declararnos superiores, porque en realidad nos
sentimos insignificantes. En la Ciudad de México tenemos mucho
trabajo por realizar, pues falta construir una plataforma estructural
que nos permita identificar nuestra negritud, pero hemos dado
pasos hacia adelante y seguiremos en este camino por reivindicar
los derechos de los negros.
57
Cartel de Michael Thompson, artista norteaméricano
“México negro, una identidad, una raíz, hoy venimos
a reivindicarla con música, con nuestra palabra”
Leona de Etiopía
58
Directorio de instituciones y organismos civiles
SEDEREC
Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades
sederec@df.gob.mx, Abraham González No. 67, 2do piso, Colonia Juárez
Delegación Cuauhtémoc México, D.F. C.P.06600.
CEDOC
Es el Centro de Documentación del Consejo Nacional para Prevenir la
Discriminación, el cual es una biblioteca especializada en el tema de la
discriminación y temas relacionados.
Objetivos:
• Brindar información especializada sobre Discriminación para el
desempeño de las funciones del personal del Conapred, a través
de la adquisición, organización y difusión de recursos bibliográficos,
hemerográficos, audiovisuales y electrónicos
• Ofrecer información a todas aquellas personas interesadas sobre la
discriminación y temas relacionados, con el fin de lograr la formación
y sensibilización de ciudadanos con la discriminación que afecta a los
diversos grupos poblacionales que la sufren. Misión: Ser el centro de
documentación por excelencia a nivel nacional sobre la discriminación
que afecta: a las mujeres, personas afrodescendientes, migrantes,
refugiadas, adultas mayores, niñas y niños, adolescentes, jóvenes,
personas lgbttti, personas con discapacidad, pueblos indígenas,
trabajadoras y trabajadores del hogar, poblaciones callejeras, entre otras;
y sobre temas como la homofobia, el racismo, la xenofobia, la equidad
de género, Inclusión social y educación inclusiva. Colecciones El acervo
del Cedoc está conformado por 20,000 títulos aproximadamente, en
diversos tipos de materiales, disponibles en diferentes soportes, formatos
e idiomas, incluyendo lenguas indígenas.
http://www.conapred.org.mx/index.php?contenido=pagina&id=9&id_
opcion=146&op=146
59
MÉXICO NEGRO A.C.
Es una organización de la sociedad civil, no lucrativa, constituida en
1997 para la organización de las comunidades afrodescendientes en
México. Es la organización pionera en la lucha de los pueblos negros
de México, para su reconocimiento constitucional como una etnia mas
de la república mexicana. Su sede principal se encuentra en la ciudad
de Cuajinicuilapa, Guerrero. Además de contar con subsedes en las
comunidades de El Ciruelo y Collantes en el estado de Oaxaca. Su
actual presidente es el Lic. Sergio Peñaloza Perez, conocido por su ardua
participación y compromiso en el movimiento Afromexicano.
http://es.wikipedia.org/wiki/Mexico_Negro_A.C
CASA R HANKILI ÁFRICA
La visión multiculturalista de un mundo globalizado donde las megalópolis
están constituidas por micromundos culturales es una exigencia del
nuevo siglo, cuando la interdependencia de las comunidades favorece
el conocimiento recíproco y la coexistencia pacífica. Es así como nace
la Casa Refugio Hankili África, Centro Histórico. Ubicada en un inmueble
otorgado en comodato por la ciudad de México, a través del Fideicomiso
del Centro Histórico de la Ciudad de México, la Casa Refugio Hankili
África, Centro Histórico es un lugar de residencia de escritores, artistas
y creadores africanos en situación de riesgo, y que también se propone
como un espacio de intercambio, conocimiento y aprendizaje mutuo
de las manifestaciones culturales de México, el continente africano
y la diáspora negra. Más allá de la organización de residencias para
escritores, artistas, investigadores, artesanos, la Casa R Hankili África da
albergue a las formas de expresión de la cultura, arte y creación de
culturas africanas, de origen africano y de la diáspora negra, así como
a aquellas manifestaciones que no correspondan a este objetivo pero
que en su deseo de conocimiento e intercambio, sean partícipes del
enriquecimiento, conocimiento, fusión o comprensión mutuas. Palmira
Telésforo Cruz http://www.viieleh.mx/academica/magistrales/3araiz/
DIVERSIDADES
Desde el año 2007, Diversidades A.C. reúne esfuerzos para la transformación
social de expresiones de discriminación como el sexismo, la homofobia,
el racismo y la xenofobia que se reproducen día con día y afectan el
desarrollo de las personas, familias y comunidades. Promovemos la no60
discriminación, la equidad de género, el reconocimiento y el respeto
de la diversidad cultural, étnica, nacional, sexual y de edad. Para ello
trabajamos en: M. Bravo 210 altos, Col. Centro, C.P. 68000. Oaxaca de
Juárez, Oaxaca, México. Tel. (52)(951) 514 23 44 contacto@diversidades.
org.mx www.diversidades.org.mx
ÁFRICA AC
El trabajo que tenemos nosotros como organización es seguir impulsando
este reconocimiento constitucional y lo hemos venido haciendo de
muchas formas: a través del programa de radio que tenemos, que se
llama el Cimarrón, a través del centro de documentación, a través de
grupos de jóvenes que hacen danza; es un trabajo arduo que estamos
haciendo en la región, y que a veces lamentablemente por cuestiones
económicas no podemos ir más allá. http://colectivoafrica.blogspot.
mx/2014_05_01_archive.html Asociación Civil con sede en la comunidad
negra de José María Morelos, Huazolotitlán, Oaxaca. CONTACTO:
escríbenos al correo: i_reyes_larrea@hotmail.com
CONAPRED
El Consejo Nacional para Prevenir La Discriminación, CONAPRED, es un
órgano de Estado creado por la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la
Discriminación, aprobada el 29 de abril de 2003, y publicada en el Diario
Oficial de la Federación (DOF) el 11 de Junio del mismo año. El Consejo
es la institución rectora para promover políticas y medidas tendientes a
contribuir al desarrollo cultural y social y avanzar en la inclusión social y
garantizar el derecho a la igualdad, que es el primero de los derechos
fundamentales en la Constitución Federal.
El CONAPRED también se encarga de recibir y resolver las reclamaciones
y quejas por presuntos actos discriminatorios cometidos por particulares
o por autoridades federales en el ejercicio de sus funciones. Asimismo, el
CONAPRED desarrolla acciones para proteger a todos los ciudadanos
y las ciudadanas de toda distinción o exclusión basada en el origen
étnico o nacional, sexo, edad, discapacidad, condición social o
económica, condiciones de salud, embarazo, lengua, religión, opiniones,
preferencias sexuales, estado civil o cualquier otra, que impida o anule
el reconocimiento o el ejercicio de los derechos y la igualdad real de
oportunidades de las personas (artículo 4o Ley Federal para Prevenir la
Discriminación).
http://www.conapred.org.mx/index.php
61
COPRED
El Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de
México (COPRED), se crea el 25 de noviembre de 2011 y es un organismo
descentralizado sectorizado a la Secretaría de Desarrollo Social del Distrito
Federal, con personalidad jurídica y patrimonio propios. Para el desarrollo
de sus atribuciones, la Ley para Prevenir y Eliminar la Discriminación del
Distrito Federal refiere que el Consejo gozará de autonomía técnica y de
gestión; así como para llevar a cabo los procedimientos de reclamación
o queja, incidencia en la Política Pública y el Plan de Desarrollo.
Nuestro quehacer fundamental se describe en la Ley para Prevenir y
Eliminar la Discriminación del Distrito Federal (LPEDDF).
Notas y Enlaces
(1) http://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5243829&fec
ha=16/04/2012
(2) http://unesdoc.unesco.org/images/0007/000784/078423so.pdf
(3) http://es.wikipedia.org/wiki/Diáspora_africana
(4) http://www.educadem.oas.org/documentos/dem_spa.pdf
(5) hankilisoafrica.com.mx
(6)http://www.nacionmulticultural.unam.mx/Portal/Derecho/CONSULTA/
PoblacionOAXACA/pob_negra _oax.pdf
(7) http://colectivoafrica.blogspot.mx/2014_05_01_archive.html
(8)http://www.vertigopolitico.com/articulo/23940/Koulsy-Lamkopalabras-en-el-reino-del-exilio#sthash.GYqOQPPb.dpuf
(9) Presencia africana, oralidad y transculturación Luz María Martínez
Montiel (México) Etnóloga. Programa Afroamérica-LaTercera Raíz http://
www.lacult.org/docc/oralidad_10_28-32-presencia-africana-oralidad.pdf
(10) Diario Oficial de la Federación: 16/04/2012
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Esta publicación se realizó con el apoyo de el Programa de Equidad para los pueblos
Indígenas, Originarios y Comunidades de Distinto Origen Nacional de la Ciudad de México
de la SEDEREC, este programa de caracter público, no es patrocinado ni promovido por
partido político alguno, y sus recursos provienen de los impuestos que pagan todos los
contribuyentes. Está prohibido el uso de este programa con fines políticos, electorales, de
lucro y otros distintos a los establecidos. Quien haga uso indebido de los recursos de este
programa en el Distrito Federal, será sancionado de acuerdo a la ley aplicable y ante la
autoridad competente.
www.fungifilms.com
Esta publicación se imprimió en la Ciudad de México en abril de 2015, en Dimensiona Artes Gráficas, Francisco Álvarez de Icaza núm. 9, colonia Obrera, Delegación Cuauhtémoc,
cp 06800. La edición consta de 1,000 ejemplares.
Negros, ensayo sobre la afrodescencia en la ciudad de México, fue editado por la
Editorial Fungifilms, todos los derechos reservados.
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