Los procesos demográficos, económicos, sociales e incluso políticos experimentados por estas cinco provincias, aconsejan abordar el estudio de la ruralidad castellano-manchega pues, vertebrando el análisis en función de su papel de contexto rural en el proceso de consolidación de los enclaves industriales y urbanos nacionales y, fundamentalmente, de la aglomeración metropolitana madrileña. Y precisamente será este bagaje, que supone un pasado demográfico, ocupacional y económico común, el que proporcione homogeneidad y consistencia al análisis conjunto de estas provincias, aparte de otras delimitaciones político-administrativas. En este sentido, el análisis en las páginas siguientes se organiza en base a los tres grandes periodos demográficos que se corresponden también con las pautas de evolución económica y social: i) El primero, que abarcaría desde principios de siglo hasta 1950, supone un crecimiento constante de la población regional, en una tónica parecida y superior a la media nacional. Se trata de un comportamiento demográfico tradicional correspondiente a una población profundamente rural y agraria. ii) El censo de 1950 supone el punto de inflexión de la tendencia anterior y el comienzo de un segundo periodo marcado por el éxodo migratorio, que alcanzará una especial virulencia en la década de los setenta, durante la cual el volumen poblacional de la región, que había alcanzado el techo de los dos millones de habitantes, experimenta unas drásticas pérdidas que suponen más de su cuarta parte de su población. Estas se prolongan de forma atenuada hasta los años ochenta. iii) Un tercer periodo, circunscrito al último tramo intercensal viene caracterizado por la atenuación y bloqueo del proceso migratorio clásico. Como resultado, el último censo registra, por primera vez en las últimas cuatro décadas, un saldo demográfico positivo. 2. CASTILLA-LA MANCHA EN EL CONTEXTO AGRARIO. UNÁ SOCIEDAD RURAL Y AGRICOLA TRADICIONAL (1900-1950) , 2.1. Un auge demográfico continuado Durante la primera mitad de siglo las provincias castellano-manchegas responden a las condiciones sociales, demográficas y económicas que caracterizan a todo el país de manera generalizada como sociédad básicamente agrícola y rural. Sin embargo, como señala Rodriguez Osuna (1985), desde el siglo anterior se esta configurando la posición 112 regional en un modelo de distribución de la población y las actividades polarizado entre una españa interior fundamentalmente agrícola y los embriones urbano-industriales periféricos. Su comportamiento demográfico responde a un modelo antiguo de alta natalidad que, junto a un descenso generalizado de la mortalidad, lleva a las cinco provincias a alcanzar su techo poblacional histórico a finales del período. Se trata en definitiva de una sociedad profundamente agraria estructurada sobre los rasgos diférenciales que establecen sus cultivos. En efecto, desde finales del siglo pasado y hasta el primer tercio del siglo XX, el espacio agrícola castellanomanchego experimenta una expansión continua de los tres cultivos extensivos característicos del secano interior (olivo, vid y cereal). Esta circunstancia convertirá la base de su sistema productivo en una agricultura "superespecializada ": primera región triguera y vitivinícola nacional en cuanto a superficie cultivada y segunda en cuanto a la producción oleícola (TAMAMES, 1991). Esta profunda homogeneidad social y ocupacional se corresponde también con un comportamiento demográfico similar. El 75% de los municipios de la región experimentan un incremento continuado de población (GRAFICO I), si bien a partir de los años cuarenta se producirán algunas pérdidas de efectivos. Fundamentalmente en Guadalajara (170 municipios), Cuenca (29) y Toledo (17), y otros experimentan sin embargo, un incremento muy elevado. Se trata, estos últimos, de núcleos de localización industrial (Azuqueca de Henares, Puertollano, Almaden..) y cabeceras comarcales o capitales provinciales (Alarcon, Albacete y Cuenca), así como otras áreas que experimentan una colonización progresiva o nuevas roturaciones y obras públicas (Horcajo de los Montes, Saceruela, Porzuna). Las comarcas de la sierra de Guadalajara experimentan ya un estancamiento o declive de población desde principios de siglo (Alcama, Alcarria Baja, Molina de Aragón, Serranía Alta, Sierra) que contrasta con una tónica generalizada de dinámica demográfica muy positiva (Tabla IX). La tendencia es de un crecimiento demográfico muy importante durante un primer subperiodo desde 1900 a 1930 que posteriormente se verá truncado desde del enfrentamiento bélico. La tasa de incremento regional durante el primero será más elevada que la media nacional. Las diferencias de crecimiento con las tasas de las capitales provinciales, apunta a la migración rural-urbana interregional, si bien todavía en ellas reside una mínima parte de la población (Tabla X). 113 TABLA IX Diferencias intercensales para el periodo 1900-1950 COMARCAS ^ 1900/30 1930/50 Alcarria Alcarria Alta Alcarria Baja Almansa 19.1 1.8 0.9 25.1 0.3 -6.0 0.5 6.8 1900/50 19.5 -7.8 1.4 33.6 Campiña 16.6 8.8 26.9 Campo de Calatrava Campo de Montiel 26.7 43.8 16.0 11.3 47.1 60.0 Centro 48.2 41.4 110.0 Hellín La Jaza La Mancha Mancha Alta Mancha Baja Manchuela Molina de Aragón Montes de Navaherm. Montes Norte 55.0 35.2 48.9 21.8 34.2 29.7 0.1 42.2 75.6 22.2 11.3 9.6 5.4 16.8 7.3 -3.3 -1.7 29.2 89.6 50.6 63.3 28.4 56.8 39.2 -3.1 39.7 127.0 Montes Sur 65.3 14.6 89.5 Montes los Yébenes Pastos La Sagra/Toledo 20.4 60.7 26.7 3.4 28.1 12.1 24.6 ] 06.0 42.1 Serranía Alta Serranía Baja Serranía Media Sierra Sierra de Alcaraz Sierrá del ^egura Talavera Torrijos 8.3 0.0 8.3 19.8 24.8 -10.0 16.5 48.6 29.2 25.5 0.9 16.1 - 7.1 6.0 14.5 18.3 -5.5 21.0 44.9 -17.0 23.5 70.3 52.8 18.5 ESPAÑA CASTILLA-LA MANCHA Media regional Capitales 28.7 18.9 52.3 31.8 49.3 i l. l 50.7 46.5 125.1 Resto 30.6 8.1 41.2 Fuente: INE, Censos, Población de Hecho. Elaboración propia. l14 ^ ^ C Q `U U ^ m a 0 ^ g á ° A ^ ^ ^ ^ ^ N 0 ^ ^ N O 0 á c ^ N O N E D ^ C D É . ■ ❑ ^ ■ . ^ A N ^i C LL TABLA X Evolución de la distribución de la población según tamaño del asentamiento < 5000 > 5 000- < 10000 >10000-<30000 > 30000 TOTALES 1900 1910 1920 1930• 1940 1950 70.3 67.5 63.5 58.8 55.6 53.3 13 . 7 16.0 14 . 3 18.2 15 . 8 18.8 17 .0 21.8 16 . 8 19.2 16 .0 18.8 - - 1.9 2.4 8.4 11.9 ]00.- 100.- 100.- 100.- 100.- 100.- Fuente: INE. Elaboración propia 2.2. El mercado de trabajo agrario de la sociedad tradicional Durante la primera mitad de siglo las provincias castellano-manchegas responden a las condiciones sociales, demográficas y económicas que caracterizan al país como sociedad básicamente agrícola y rural (un medio rural superpoblado y una sociedad profundamente estructurada sobre los rasgos diferenciales que establece la estructura de la propiedad y los cultivos). El Censo de 1930 registra a todos lo grupos de edad y sexo fuertemente vinculados a esta actividad (exceptuando los grupos no activos, los rentistas y los residentes en las capitales provinciales, se vinculan al trabajo agrario el 67% de los individuos) (TABLA XI). En algunas provincias los porcentajes son superiores: el 81.5% en Cuenca, el 68% en Guadalajara y el 74% en Toledo. Las capitales provinciales concentran en exclusividad los empleos vinculados a las actividades comerciales, la administración, clero y fuerza pública, operando como pequeños enclaves urbanos que administran un vasto territorio rural volcado sobre el trabajo agrícola. 116 TABLA XI Distribución sectorial de los activos regionales. Censo de 1.930 (Exceptuando las capitales provinciales) Sectores 1. Agricul[ura 2. Industria 3. Construcción 4. Comercio/Trans 5. Adt./F.P./Clero 6. Serv.Domestico 7. Rentistas ALBAC. 52.0 29.4 3.2 6.5 3.2 1.9 3.8 ]00.- C. REAL CUENCA GUADAL 58.3 19.4 2.6 6.7 3.8 6.0 2.6 100.- 79.7 6.7 2.2 4.5 3.4 1.3 2.2 100.- 67.5 20.3 1.3 2.2 3.2 4.2 1.3 100.- TOLEDO C.L.M. 72.0 10.5 2.5 6.0 3.3 1.7 3.2 ]00.- 65.7 17.7 2.6 4.8 3.6 2.9 2.7 100.- NOTA: Las agrupaciones indicadas se refieren a los sectores censales que siguientes: 1. Pesca, forestales y agrícolas 2. Minas y canteras, industrias de la alimentación, químicas, textiles, tejidos, pieles, cuero, madera, metalurgia, metales, metales finos, artes gráficas 3. Construcción y edificación 4. Transporte, comercios 5. Administración, profesiones liberales, culto y clero, fuerza pública 6. Servicio doméstico 7. Rentistas y pensionistas Fuente: INE, Censo de 1930, Elaboración propia La región alcanza su techo poblacional histórico al final del periodo (casi los dos millones de habitantes) con una pirámide de activos profundamente juvenilizada. La incorporación al trabajo agrario se realiza desde que el individuo adquiere disponibilidad física. Los individuos menores de quince años de edad considerados activos -que no están escolarizados o impedidos- y que se encuadran en el sector agrario suponen al 71 %, casi un tercio de todos los registrados en el mismo (TABLA XII). ' il7 TABLA XII Distribución de los registrados en el sector^agrario según los grupos de edad. Total regional exceptuando las capitales provinciales _ Grupos de edad Miles de personas % sobre el total del sector 29.9 54.3 44.4 44.5 33.7 32.8 29.2 28.9 45.3 42.1 0.5 7.7 14.0 11.6 11.5 8.7 8.6 7.6 7.5 11.7 1].0 0.1 7 LO 68.2 67.2 69.8 64.6 64.7 63.7 67.3 69.5 72.6 -.- 395.9 100.- ... Hasta 15 años de 16 a 20 de 21 a 25 de 26 a 30 de 31 a 35 de 36 a 40 de 41 a 45 de 46 a 50 de 51 a 60 Mas de 60 años No especificada TOTALES % sobre su propio grupo de edad Fuente: INE. Elaboración propia El mercado de trabajo se circunscribe a la agricultura de los cultivos extensivos manchegos (la agricultura familiar del minifundio no genera un gran volumen de jornales pues buena parte de las tareas se realizan bajo la forma de trabajo no pagado o a partir de fórmulas de solidaridad familiar y vecinal que tienen como fin la obtención de un producto que se consume dentro de ese mismo ámbito). Sus características han sido estudiadas por Rodriguez Labandeira (1992) hasta la contienda civil. Sanchez López (1980) ha analizado el mismo para el latifundio andaluz. Es un mercado caracterizado por una oferta de trabajo numerosa y permanente que nutren los contingentes jornaleros y los pequeños propietarios, aparceros o arrendatarios y por una demanda estacional y discontinua (reforzada por la monotonía del predominio casi absoluto del monocultivo, el empleo de técnicas arcaicas y un alto porcentaje de tierra inculta) (RODRIGUEZ, 1992: 131) Este mercado configura un escaso contingente de empleos estables (capataces, manijeros, etc) pero requiere una oferta masiva y permanente que pueda ser utilizada de forma eventual. El trabajo se establece sobre la fórmula del ` jornal ", se oferta y demanda en la plaza o la taberna por el propio capataz de la explotación que contrata directamente 118 en el día sobre la oferta allí concentrada. La concurrencia abarca prácticamente todos los grupos de edad y la caza furtiva, el "carboneo ", etc. suponen una salvaguarda durante los prolongados periodos de desocupación. La urgencia y concentración de la demanda de trabajo que genera la recolección, admite la concurrencia de mano de obra extra-local (más sumisa)9. De esta forma, la subsistencia no puede entenderse simplemente desde los recursos obtenidos en la concurrencia en el mismo, sino en todá una compleja estrategia familiar de supervivencia que ofrece a sus miembros a veces incluso por la simple manutención. Dentro de esta, la actividad femenina, pese a ser tradicionalmente entendida como complemento de la del varón, es a menudo una fuente mucho mas diversificada de trabajo que abarca (además de las tareas domésticas) desde las labores propias del mantenimiento del pequeño huerto y animales a otras actividades no agrarias (lavar ropa de varias casas, asistir a las mismas, hacer escobas, bordados, etc). 3e trata de un mercado "desestructurado" que guarda los principios ideales del modelo neoclásico y donde la intervención del Estado juega un papel de apoyo del gran propietario (actuaciones disciplinarias periódicas de la fuerza pública, proteccionismo arancelario, la intervención durante las malas cosechas mediante el empleo público rural, el socorro con alimentos a poblaciones determinadas, etc.). Es lo que Rodriguez Labandeira denomina "métodos protokeynesianos" y Sanchez López define como modelo "disciplinario" (1980: 128). Esta socorrida fórmula de enfrentarse a los graves problemas del desempleo agrario mediante la consignación apresurada de partidas presupuestarias para la construcción o reparación de obras públicas fue elevada a la categoría de doctrina en la Restauración y alcanzó su máxima expresión con Primo de Rivera (1992: 313) Tras la contienda civil, el nuevo Estado se enfrenta a los problemas de abastecimiento de la población y de la estabilidad social. La ruralización será la solución adecuada para ambos, recuperándose una vez más las condiciones de existencia anteriores. El Censo de 1950 registra al 58% de los activos regionales en el sector agrario. Como "Jornale- 9 Romero Gonzalez (1980) da cuenta de alguno de estos movimientos intraprovinciales en Albace[e, que desplazaban trabajadores desde las comarcas serranas (Sierra de Segura, Alcaraz) a las llanuras manchegas, para la roturación de tierras, la recogida de esparto, la tala y recogida de leña, la siega y sus [rabajos posteriores (acarreo, almacenamiento del grano, la recogida de piedra, etc.), Los mayores desplazamientos son generados'sin duda por la siega del cereal. 119 ^ ros sin cualificar" son censados más del 53% de los activos de las cinco provincias10(Tabla XIII). 1 TABLA XIII Distribución porcentual de los activos regionales según las formas de trabajo. Censo de 1950 Miles de activos ALBAC. C. REAL 160.0 206.6 148.9 108.1 231.9 855.7 CUENCA GUADAL. TOLEDO C.L.M. Formas de trabajo: Patronos* 14.7 16.2 26.0 28.8 16.6 19.3 Jornaleros: - Cualificados = Sin cualificar Trabajo familiar** Servicio doméstico 14.7 47.2 7.3 4.5 21.5 39.1 7.0 4.8 8.8 36.6 11.7 6.1 10.5 20.1 17.1 8.0 11.4 45.3 7.5 7.4 Otros *** 14.0 39.5 9.3 6.1 11.6 11.4 10.8 I5.5 11.8 11.8 100.- 100.- 100.- 100.- 100.- 100.- * Corresponde al grupo censal "Pa[ronos o empresarios" ** Corresponde al grupo censal "Trabajo familiar sin re[ribución directa" *** Agrupa a los grupos censales de "Gerentes o direc[ores", "Profesionales, técnicos y afines", "Empleados administrativos, dependientes y similares", "Empleados subalternos", "Obreros independientes" y "No consta" Fuente: LN.E. Censo de 1950. Elaboración propia En el mercado tradicional no existe una edad de entrada ni una de salida que limite el periodo activo del individuo. Tampoco existen grupo^ racionalmente excluidos de la actividad. La vida se concibe como trabajo. Los tiempos cotidianos, incluso el consumo de los alimentos almacenados, se organizan de acuerdo a los requerimientos de este tra- 10 El peso de este grupo en el estrato de póblación intermedio -municipios ehtre 2000 y 10000 habitantes) asciende hasta el 6l% de sus activos, mientras que en el estrato inferior ( municipios de menos de 2000 habitantes) sólo suponen un 47%. Es precisamente en aquel donde se ubican los populosos municipios manchegos vinculados a las explotaciones latifundistas, mientras que cn los últimos, donde se encuadran la mayor parte de los pequeños asentamientos serranos vinculados a la pequeña propiedad tendrá una importancia esencial la categoría "Trabajo familiar sin retribución directa" que en las provincias de Guadalajara y Cuenca supone el 26%o y el 16% respectivamente. 12^ bajo". El mercado se corresponde con el mercado agrícola local o comarcal en un contexto de aislamiento permanente (sólo las élites locales tienen el monopolio de los contactos •exteriores). Lugar de nacimiento, de residencia y de trabajo coinciden esencialmente y la propiedad de la tierra adquiere un carácter sagrado, en tanto proporciona la ^ medida de estatus dentro de la comunidad. 2.3. EI trabajo en la sociedad rural tradicional Este modo de vida estructurado sobre la agricultura tradicional, se construye sobre la correspondencia histórica entre el comportamiento demográfico, el tipo de cultivos, la estructura de la propiedad y la estructura social. Toda la vida y los tiempos cotidianos, incluso el consumo de los alimentos almacenados, se organizan de acuerdo a los requerimientos de este trabajo. Lugar de trabajo y lugar de residencia coinciden. Pese a los primeros efectos migratorios, el 87% de los.náturales de la región residen en la misma provincia de nacimiento (ver Gráfico II más adelante). Existe una movilidad escasa y puntual. El mercado de trabajo se corresponde fuertemente con el mercado agrícola local o comarcal y todas estas circunstancias proporcionan una manifiesta homogeneidad a la ruralidad tradicional. El trabajo agrario, ordenaba los tiempos cotidianos y procuraba un mundo ético muy definido, a través del cual eran evaluadas las características de la persona. El trabajo es concebido aquí como un personaje (RAMBAUD, 1969) que imponía los ritmos y las formas, que era asociado con la salud (sólo se trabaja si se esta sano), con la propia formación de la persona (sólo se es hombre o mujer cuando vale uno por sí mismo para trabajar), etc. Se empieza a trabajar en tanto se tiene la capacidad física de llevar a cabo una tarea y tanto niños como ancianos se adscriben a unas tareas específicas. El trabajo y, sobre todo el trabajo masculino (el único reconocido como tal) es una expresión de la "valía ". Conjunto de saberes prácticos, transmitidos generacionalmente y donde se incluyen la disponibilidad, la resistencia, la capacidad de autoexplotación. El trabajo en la sociedad tradicional, sin embargo, no puede asimilarse al empleo, ni a lá ocupación, ni a la exclusividad del trabajo masculino. Se trata de una pluralidad de estrategias para la supervivencia ^^ Considérese por ejemplo la práctica de muchos pueblos manchegos de conservar las partes mas nutritivas del cerdo después de la ma[anza, en orzas selladas con cal que sólo son abiertas en la temporada de la cosecha, cuando la intensidad del trabajo va a requerir un esfuerzo energético muy intensivo. I21 practicadas por todos los miembros del grupo familiar. No existe una .edad de entrada ni tampoco una de salida que marque el periodo activo del individuo ni existen grupos racionalmente excluidos de la actividad. La vida se concibe como trabajo y este se establece casi en exclusiva en la explotación de la tierra, la críá de animales o la venta de la propia fuerza de trabajo. Un pluralidad de estrategias que se desarro]lan en un contexto de aislamiento permanente entre la propia explotación y la localidad. La tierra en la sociedad agraria tradicional conforma el estatus social y las garantías de supervivencia para el poseedor. La estructura de la propiedad coincide con la estructura de la desigualdad social. Las élites locales monopolizan las fuentes de influencia exteriores, el acceso a la educación, a la información y a las redes de contactos con las capitales provinciales. 3. CASTILLA-LA MANCHA EN EL CONTEXTO DEL DESARROLLO URBANO-INDUSTRIAL (1950-1981) La salida de la etapa autárquica y la apertura del país a las relaciones exteriores así como las medidas estabilizadoras que se establecen a partir de 1950, suponen el cataclismo de una agricultura protegida y poco productiva, ásí de una forma de vida rural tradicional y aislada, que había permanecido hibernada tras la contienda civil. Se obtienen créditos para la adquisición de tecnologías y equipos aplicables a la producción agrícola y se desarrolla una estrategia de concentración de las inversiones públicas sobre el sector industrial, a partir de un modelo de desarrollo basado en la constitución de grandes polos industriales urbanos, donde la concentración de capitales, mano de obra y medios de producción, generarían las economías de escala necesarias para obtener la máxima rentabilidad. El mundo rural agrícola tradicional, que había consolidado sus bajos niveles de producción, un medio superpoblado y la mayoria de los activos del país adscritos al mismo, deviene entonces un estorbo (SEVILLA-GUZMAN, 1979), una etapa a quemar (BARON, 1971) en el camino lineal trazado hacia el desarrollo dentro de los esquemas del momento. En esta línea, el fomento del éxodo rural-urbano deviene también un objetivo económico1z. ^Z "Los movimientos migratorios no sólo constituyen un hecho inevitable, sino que la reestructuración geográficq y sectorial de la población es uno de los factores que, con mayor fuerza, puede contribuir todavía a[a elevación de[ nivel de vida de los habitantes de las regiones menos dotadas y a impulsar el desarrollo regional de[ país", Memoria del III Plan de Desarrollo, citado por Sorel, A., "Castilla como. agonía ". Ediciones del Centro, 1970, pp. 41. 1 ^2