UNIVERSITY OF CINCINNATI August 10, 2005 Date:___________________ Noris Rodriguez I, _________________________________________________________, hereby submit this work as part of the requirements for the degree of: Doctor of Philosophy in: Romance Languages and Literatures It is entitled: Politica, periodismo y creacion en la obra de Laura Restrepo This work and its defense approved by: Enrique Giordano Chair: _______________________________ Connie Scarborough _______________________________ Maria Paz Moreno _______________________________ _______________________________ _______________________________ N. Rodríguez 1 Política, Periodismo y Creación en la obra de Laura Restrepo A dissertation submitted to the Division of Graduate Studies and Research of the University of Cincinnati in partial fulfillment of the requirements for the degree of DOCTOR OF PHILOSOPHY in the Department of Romance Languages and Literatures of the College of Arts and Sciences 2005 By Noris Rodríguez B.A., Universidad de San Buenaventura, 1990 M.A., University of Cincinnati, 1999 Committee Chair: Dr. Enrique Giordano N. Rodríguez 2 ABSTRACT Política, Periodismo y creación en la obra de Laura Restrepo, pretende dar una mirada al conjunto de la creación literaria de esta autora colombiana en el contexto de la realidad de este país. Esta obra está relacionada muy de cerca con la violencia a varios niveles que se vive en este país latinoamericano actualmente. Dentro del desarrollo de la obra de Laura Restrepo se observa la combinación de técnicas periodísticas con las literarias y éstas con la historia, dando como resultado obras híbridas que están entre las dos disciplinas. También estas obras están relacionadas con la activa participación de la autora en la administración pública. Se analiza esta situación. Dividí mi disertación en cuatro capítulos: el primero acerca de Laura Restrepo y su obra en general, como también las ideas generales del marco teórico. El segundo está relacionado con la violencia colombiana y en él se observa el tratamiento que la autora le da a este tema en algunas de sus novelas, como El leopardo al sol, La multitud errante y Delirio, su última novela. N. Rodríguez El tercero, trata la relación de la autora con la política y se analizan elementos de su primera obra Historia de una traición. El cuarto capítulo está dedicado a la relación entre Periodismo y Literatura y las novelas de la escritora que están más relacionadas con esta técnica y este discurso, como La isla de la pasión, La novia oscura, La multitud errante y nuevamente Delirio. 3 N. Rodríguez N. Rodríguez 4 Agradecimientos Quisiera aprovechar este espacio para agradecer en primer lugar a los integrantes de mi comité: a las profesoras Connie Scarborough y María Paz Moreno por haber aceptado ser mis lectoras y por los acertados y oportunos comentarios que me ayudaron a focalizarme y tener un mejor acercamiento al objetivo de mi trabajo. Un agradecimiento muy especial para el profesor Enrique Giordano, por su iniciativa de participar en este proyecto aunque este no fuera el plan inicial. Al departamento de Lenguas Romances y Literaturas, por darme la oportunidad de adelantar y terminar mis estudios graduados, a su Directora Lowanne Jones que creyó en mí y me motivó con su optimismo a enfrentar este último reto. A mis amigas y amigos en Medellín que me ayudaron recogiendo información y haciéndola llegar a Cincinnati de alguna manera. A mis amigos en esta ciudad, sin el apoyo de los cuales no habría podido llegar hasta el final, a Ligia que me trajo a Cincinnati, a Scott por su compañía y ánimo para seguir adelante, a Mindy por su amistad sincera, y a Russell por su asesoría técnica e interés en este proyecto. Finalmente a mi hermana aquí en los Estados Unidos, que me acompaña en la distancia y al resto de mi familia en Colombia que me ayudaron y que confían en mí a pesar de todo. N. Rodríguez 1 Tabla de contenido I Introducción 2 La autora y su obra 6 Laura Restrepo fuera de sí y para otros 17 Modernidad vs. Posmodernidad en el ámbito II mundial y su influencia en Colombia 22 Tiempos modernos en Colombia 29 Historia y Literatura 33 Violencia y Literatura 42 Literatura y Violencia 47 La historia de Violencia en Colombia 53 La propuesta de Laura Restrepo 82 III Literatura y política 114 IV Literatura y periodismo 154 Conclusiones 221 Bibliografía 226 N. Rodríguez 2 Introducción “…todo escrito, así sea reportaje, biografía o historia, en el fondo es literatura.” Laura Restrepo. A través de esta tesis he querido dar una mirada totalizadora a la obra de Laura Restrepo, una de las más prometedoras narradoras en el ámbito de la literatura colombiana actual. Esta autora después de publicar seis obras, escribe Delirio con la cual obtiene el premio Alfaguara de novela 2004. Muchos colombianos recuerdan a Laura Restrepo como integrante de la comisión negociadora en el Proceso de Paz que realizó el presidente Belisario Betancur en 1984, experiencia que fue importante en su carrera política y literaria, pues sobre esta experiencia escribió su primera obra, Historia de una traición (1986), como testimonio de lo sucedido en el proceso. La obra de esta autora se destaca primero que todo por la temática, ya que se ocupa de la realidad colombiana, país que desde un comienzo ha estado afectado por la violencia, y que N. Rodríguez 3 actualmente se ve agravada con ingredientes como el narcotráfico, que la reproducen y la sostienen. La técnica utilizada por la autora, es una en la cual se da la combinación de recursos periodísticos, ya que de todas maneras sus obras son producto de una ardua investigación que combina con elementos ficcionales o propiamente literarios, dando como resultado una obra híbrida que también puede servir como referente histórico pues la materia prima es siempre la realidad colombiana. En este trabajo se trata de encontrar conexiones entre las diferentes técnicas narrativas, como también su evolución y su motivación. He dividido mi trabajo en cuatro capítulos. En el primero se presenta la autora con sus obras y se discuten algunos conceptos que sirven de marco teórico para el trabajo, como es la transición coyuntural de la Modernidad a la Posmodernidad, que según la autora, fue un momento que favoreció la participación colombiana en el comercio de drogas, agudizando la violencia y colocando al país en un sitio destacado ante el panorama mundial. Otra de las consecuencias de la posmodernidad es la discusión o la negación de la validez de los metarrelatos como la Historia. Con la indagación y profundización de los métodos de la Historia, se pone en tela de juicio su tradicional característica de verdadera. Hyden White investigó cómo la historia está escrita usando los N. Rodríguez 4 mismos tropos que usa la literatura, como también la imposibilidad de tener completa objetividad al momento de narrar la historia, por lo que la literatura adquiere otro nivel equiparable al de la Historia, como vehículo de transmisión de ésta. En el segundo capítulo se revisa lo que ha sido la historia de violencia en Colombia observando cómo Restrepo, refleja esta realidad. Se estudia el tratamiento que se hace de este tema en algunas de sus obras como, El leopardo al sol (1982), La multitud errante (2001) y Delirio (2004). La propuesta de la autora para solucionar estos grandes dramas es el retorno y recuperación de los valores humanos, del amor y de la familia. En el tercer capítulo se trata de mirar la relación de la autora con la política. Se da una mirada a lo que ha sido esta imbricación de la función pública con la literatura en Latinoamérica y Colombia, tratando de entender la posición de Laura Restrepo en cuanto a las dos disciplinas y el uso que ella hace de esta combinación de oficios en su obra. En este capítulo, se analiza su primera obra, Historia de una traición (1986) como producto de la actividad política de la autora. El capítulo final trata de indagar la amalgama que Laura Restrepo hace entre el periodismo y la literatura, notoria en el extenso uso de las técnicas periodísticas en cuanto a la N. Rodríguez 5 creación y a la realización de sus novelas. En este capítulo se profundiza en la creación literaria y la función del periodismo en la obra de Restrepo. Se analizan estos elementos en algunas de sus novelas, La isla de la pasión (1989), Dulce compañía (1995), La novia oscura (1999) y en Delirio (2004). Notando como la función periodística persiste y es determinante en el resultado final. N. Rodríguez 6 I La autora y su obra La novela es la privatización de la historia. José Emilio Pacheco. Laura Restrepo es como quiera que se la mire del mayor interés político y literario en la historia de Colombia. Nacida en 1950, ha sido testigo y protagonista y ahora en plena producción literaria nos permite adentrarnos en el medio siglo más convulsionado y decisivo de la historia del país, dándonos la posibilidad de encontrarnos con el período más universal e influyente, con el más variado y extenso, además de reconocido y exitoso, no solo del país sino también de todo el continente latinoamericano. Con una obra considerable hasta ahora, ha producido ensayos y novelas testimoniales de la realidad colombiana. Me propongo hacer una revisión del conjunto de su obra, teniendo como punto inicial su actividad periodística que la lleva a la creación literaria, haciendo un seguimiento a su evolución, su intención y motivación para lo que usaré los parámetros que la N. Rodríguez 7 dirigen: violencia, política y periodismo. Sin descuidar las implicaciones y consecuencias que en esta obra tiene su estilo particular, la combinación de periodismo y ficción. Al querer realizar su obra con el trasfondo de la realidad colombiana, se ve abocada necesariamente al tratamiento de la violencia, ingrediente inseparable de la historia colombiana, por lo que su obra en gran parte es considerada como testimonial. Empieza su carrera periodística1 en la revista Semana2, como encargada de la sección de política nacional y ocasionalmente, la internacional. Después de haber sido profesora universitaria y haber participado en Argentina, en la clandestinidad, contra la dictadura militar3, acababa de llegar de su estadía por tres años en España, donde trabajó con el Partido socialista de los trabajadores. Al enfrentar su trabajo como periodista, trae un bagaje formativo muy definido y su estilo es marcado por su compromiso con la realidad que enfrenta y por la necesidad de dar luz sobre los hechos. Debido a su formación y a su desempeño en la revista Semana, el por entonces presidente de la república, Belisario Betancur Cuartas en 1983, la nombra como miembro de la 1 El periodismo ha sido y sigue siendo el camino de muchos escritores colombianos, entre otros tenemos a Gabriel García Márquez, Álvaro Cepeda Samudio y Plinio Apuleyo Mendoza. 2 Gabriel García Márquez hacía parte, por entonces, del consejo editorial de la revista. 3 Con escasos veinte años, ya estaba involucrada con el troskismo, en El Bloque Socialista, como se llamaba el grupo, donde escribía artículos para sus periódicos, el partido la envió a Bruselas y después a España. N. Rodríguez 8 comisión negociadora de Paz entre el gobierno y la guerrilla, principalmente con el M-19 y el EPL. En entrevista con Jaime Manrique, acerca de este momento, comenta: ”My experience as a commissioner of peace turned out of be enthralling; so much so that I abandoned journalism to devote myself entirely to the great hope of negotiation.”4 Esta forma de sentir y su compromiso con lo que hace, son muy propios de ella y los vamos a encontrar en algunas de sus protagonistas como sucede con la periodista en Dulce compañía y la extranjera en La multitud errante. Como testimonio y resultado de ésta su primera experiencia en la administración pública colombiana, escribe su primera obra, Historia de una traición (1986)5, en la cual expone su posición ante la situación del país y las clases dirigentes, como también esboza y resalta las características caudillistas del presidente Belisario Betancur y de los líderes del M-19 que sobresalen, como Jaime Bateman Cayón, Carlos Toledo Plata, Iván Marino Ospina y Carlos Pizarro, pero que en menos de una década mueren todos.6 4 Una de las razones que motivan esta investigación, es el poco material existente sobre la autora, por lo tanto muchas de las fuentes son entrevistas que aparecen en la red informática, como ésta con Jaime Manrique en BOMB Magazine que aparece en: http:www.//bombsite.com/restrepo/restrepo2.html 5 Luego su nombre cambia a: Historia de un entusiasmo. Encuentro muy diciente el cambio en el título. 6 Tema que trata extensamente en el artículo de la revista Semana: 7 hombres un destino, del 28 de mayo de 1990. N. Rodríguez 9 Vemos desde un comienzo, cómo su trabajo que en un primer momento fue periodístico, se torna ensayístico, más que todo determinado por la necesidad de la autora de participar activamente en este momento histórico, con la esperanza de ayudar como mediadora en la solución de los conflictos, y también por su compromiso como periodista, pues sabe que toda la verdad no ha sido publicada en los medios oficiales.7 Como es muy fácil que suceda y bastante común en Colombia, la misma realización de su trabajo y el compromiso con sus ideas la hicieron víctima de amenazas y es forzada al exilio por seis años, radicándose principalmente en México, aunque también pasó algún tiempo en Madrid. Estos años, aunque difíciles para ella, fueron igualmente formadores porque seguía interesada y quería continuar con su carrera periodística, le cuenta a Jaime Manrique: “I began to look for a local story that would enable me to write a new book –I mean a true story, of course, because at that time, the possibility of resorting to fiction never entered my mind.”8 Con esta intención, quiere encontrar una historia mexicana, pero sabe que este país ha sido muy bien explorado por los escritores locales y también por los extranjeros. De todas maneras en su búsqueda encuentra interesante la desconocida historia de un 7 8 Y para dejar constancia escrita de los hechos. En entrevista con Jaime Manrique: http:www.//bombsite.com N. Rodríguez 10 grupo de personas que a principios del siglo XX, fue confinado en un islote en el Pacífico, frente a Acapulco. Estas personas permanecieron allí durante casi nueve años en defensa de la ‘soberanía nacional mexicana’ por temor a una invasión extranjera, que nunca ocurrió. Así se origina La isla de la pasión, que fue publicada en México en 1989. Se decide por esta historia, comenta la autora, porque representaba metafóricamente su situación de exilio involuntario y abandono que compartía con un grupo de “náufragos”9 como ella los llama. Esta obra es clave en su definición estilística, ya que al momento de dar el manuscrito al editor, éste se preocupó por el género al cual pertenecía, si era un reportaje o una novela, pues la combinación le parecía descabellada e inaceptable, ella decidió que no tenía por qué ser uno u otro. Resolvió el problema colocando la siguiente nota introductoria: “Los hechos históricos, nombres, lugares, fechas, documentos, testimonios, personajes, personas vivas y muertas que aparecen en este relato son reales. Los detalles menores a veces también lo son.”10 Respecto a esta situación, ella recuerda: “I see that this was my declaration of independence with respect to the borders between genres.”11 Como veremos, éste era sólo el comienzo. En ésta su primera 9 Refiriéndose al grupo de exiliados colombianos. La isla de la pasión. Bogotá: Biblioteca El Tiempo, 2003. 11 En entrevista con Jaime Manrique: http:www.//bombsite.com 10 N. Rodríguez 11 novela, combina una paciente investigación histórica en archivos y en la memoria de algunas personas, con el periodismo y un poco de ficción, para un resultado literario más que aceptable. Tres años más tarde en 1992, aparece su segunda novela Leopardo al sol, ya situada en Colombia y como producto de una investigación de once años, también basada en eventos reales pero ya obligada por las circunstancias, a la inclusión de más ingredientes ficcionales. En este su siguiente paso, resulta una obra experimental ya que originariamente fue un reportaje, encaminado a ser una serie televisiva y finalmente convertida en novela. En ella usa la combinación de tiempos y narradores, con la participación del pueblo a manera de coro caribeño que crea, niega, interpreta o da informes realísticos o míticos acerca de los diferentes acontecimientos. Es la historia de los enfrentamientos dentro de una familia guajira12, a través de la cual quiere descifrar los códigos que se esconden detrás del mundo del narcotráfico y la “war drugs” que ha transformado la vida colombiana en los últimos veinte años, situación que de acuerdo con la autora, está muy ligada con la nueva importancia que adquiere el dinero y que es propiciada por el capitalismo. 12 Región colombiana en la cual comenzó el cultivo y tráfico de marihuana hacia 1970. N. Rodríguez 12 Como veremos desde el comienzo, Restrepo se ha debatido en la búsqueda de un estilo y de una voz propia, adquiriendo diferentes matices. En un principio, por cierto muy fiel a la influencia del ‘realismo mágico’ que podemos ver claramente en: Historia de una traición, La isla de la pasión, Leopardo al sol y en La novia oscura. 13 En sus novelas, persiste el recurso periodístico, como en Dulce compañía (1995), La novia oscura (1999), La multitud errante (2001), e incluso en su última novela Delirio (2004). En el conjunto de sus obras podemos ver lo que constituye su preocupación, su interés y la forma como la autora enfrenta esta realidad, conectándola con su trabajo, reflejando su concepto particular de libertad. Observamos que en su obra, usa y abusa de la experiencia social e histórica con fines ficcionales hasta diluir las barreras entre lo histórico y lo ficcional, conectándolos con su vida. Dulce compañía (1995), fue ganadora en Guadalajara en 1997, del premio Sor Juana Inés de la Cruz a la novela escrita por mujeres y en 1998 el de la crítica francesa, a la mejor novela extranjera, Prix France Culture. En ella está compaginando su formación católica, la esperanza de que existe 13 Helena Araújo, incluye a Laura Restrepo, junto con Fanny Buitrago y su obra, Señora de la miel (1993) en el grupo de las “garciamarquianas” y sostiene que se acogen a este estilo en búsqueda de aceptación. N. Rodríguez 13 alguien que nos puede ayudar14, con la realidad de los barrios bogotanos en donde se aparece un ángel, pero un ángel de carne y hueso. La ‘mona’15 periodista, es encargada de investigar el hecho para la revista en la cual trabaja,16 y ante esta situación, la protagonista, en un principio escéptica, se involucra y compromete totalmente con esta realidad hasta el punto de enamorarse y tener una hija con el ángel. En esta historia que para algunos y tal vez con razón, ha sido clasificada como Light,17 podemos ver que está haciendo una combinación a varios niveles, y de muchos elementos, primero lo sagrado con lo profano; o lo humano con lo divino, lo real con lo ficticio y también se da ambigüedad entre la autora y el personaje protagónico. En La novia oscura (1999), aparece por primera vez, el recurso de la periodista protagonista. Esta novela y La 14 Forma muy particular de ser optimistas en Colombia, donde la superstición es parte importantísima de la cultura, esto es claramente indicado en esta obra. En este momento también proliferan discursos que promueven las curas milagrosas, las medicinas alternativas, los cambios, la fuerza de la mente con autores de gran aceptación popular como Depra Chopra, Tony de Melo y otros, que están favorecidos por la era de Acuario y el posmodernismo. 15 Qué por el interés y admiración que despierta, nos recuerda ‘la mona’ de Andrés Caicedo en Que viva la música. 16 Veremos que datos biográficos como éste, están constantemente en su obra. 17 Esta referencia la hace Luz Mary Giraldo en: Fin de siglo XX: por un nuevo lenguaje (1960-1996), que aparece en: Literatura y Cultura. Narrativa colombiana del siglo XX. V. II. La literatura Light, propia de la posmodernidad, refiere a un tipo de literatura escrita por autores que parecen mucho más interesados en la cultura de masas que en la gran tradición artística e intelectual que va dirigida a un tipo de lectores que sólo buscan entretenimiento y diversión. La falta de contenido y la superficialidad es la que le da el calificativo de ‘Light.’ N. Rodríguez 14 multitud errante (2001), son el producto de sus años como investigadora de ECOPETROL en Barrancabermeja, la zona petrolera colombiana. La autora es contratada para tratar de esclarecer la situación de descontento por parte de los trabajadores y mediar, una vez más, en la solución de estos conflictos de una manera pacífica. Al estar aquí tiene la oportunidad de conocer una gran variedad de personajes: altos ejecutivos internacionales, jefes paramilitares, jefes guerrilleros, defensores de derechos humanos, contrabandistas de gasolina, cazadores de fortuna y personas desplazadas por la violencia, en otras palabras se ve enfrentada a la realidad colombiana condensada en un mismo lugar. Durante su estadía aquí y paralelo a su trabajo se dedica a hablar con todo tipo de personas que encuentra, y es así como descubre el mundo de las prostitutas, tema que origina su próxima novela, La novia oscura. En La novia oscura, a través de una periodista,18 narra la historia de amor de esta joven exótica y misteriosa que se convierte en la “reina”19 de las prostitutas en el microcosmos del barrio La Catunga, en Tora. Paralela a esta historia, van otras y varios personajes, a través de los cuales conocemos 18 Como en otros casos, nunca sabemos su nombre, simplemente es este personaje de referencia testigo/a que se confunde con la autora y que sirve de organizador/a dentro de la historia. 19 Es éste otro fenómeno cultural en Colombia en donde existen todo tipo de reinados, hecho que llama la atención de la autora y es resaltado en varias de sus obras. N. Rodríguez 15 esta cara de la realidad colombiana, igualmente apabullante como las otras. En Dulce compañía y La novia oscura, aunque no son las únicas, la investigadora narradora, periodista, hila y respalda la ‘verdad’ de las historias y como vimos en Dulce compañía algunas veces es además, activa protagonista. En la búsqueda de la autora es permanente su inquietud, su frescura y el “juego de su impecable humorismo, de una ironía a la vez ácida y tierna,”20 como también, el despliegue colorido del lenguaje, hasta llegar al resultado de su más reciente obra Delirio, ganadora absoluta del premio Alfaguara de novela 2004. En Delirio vemos una vez más, la elaboración de la situación colombiana, pero ahora desde otro ángulo. A partir de la historia de Agustina y su familia de clase alta, quiere indagar y llevar hasta las últimas consecuencias la realidad de este país, analizando el efecto que tiene sobre un personaje aparentemente ajeno a ella, como es Agustina, pero como bien lo demuestra la trama, este personaje principal y su entorno están afectados y permeados por la ebullición de todos los ingredientes subterráneos y explosivos a todos los niveles que componen la realidad colombiana actual y de los cuales no podemos escapar, ni negar, ni ignorar. 20 Comentario de Gabriel García Márquez que aparece en la contraportada de La novia oscura, Editorial Norma, 1999. N. Rodríguez 16 Nos muestra desde otro ángulo la situación que esbozó en Leopardo al sol, en donde veíamos lo que sucede dentro de una familia que trafica con drogas. Ahora en Delirio, vemos de qué manera la ‘clase alta’ se involucra en el negocio y como no es tan reluciente por dentro como por fuera. A través del arribista Midas McAlister, quien sirve de vínculo entre Pablo Escobar y un grupo de amigos, entre los que figuran el padre y el hermano de Agustina, la protagonista; conocemos cómo funciona internamente el ‘lavado de dólares.’ En El Leopardo al sol, vimos el otro lado de la situación ya que el Mani Monsalve tratando de ascender socialmente, nos mostró qué tan difícil y tortuoso puede ser este camino y cómo la ‘alta sociedad’ actúa en estos casos, ya que ellos: “Adoran mi dinero… pero a mí me aborrecen.” (203) En Delirio, entendemos que es por el amor al dinero y la necesidad de ostentación, que las clases altas participan hipócritamente en el ‘banquete’ del narcotráfico, situación que así no se publique abiertamente, es de público conocimiento y que es, entre otras, una de las mentiras que enloquece a Agustina. N. Rodríguez 17 Laura Restrepo fuera de sí y para otros Para Laura Restrepo, desde un principio política, periodismo y literatura han ido de la mano armada y desarmada y siempre ha estado constante sin desmayar siguiendo la convulsionada historia de un país que se ha debatido en los más encarnizados conflictos, pero ella sigue allí sin desfallecer participando activamente, bien sea en el ruedo o desde la tribuna como espectadora comprometida con lo que sucede. Al recibir el premio Alfaguara 2004, se encontraba ocupando el cargo de directora del Instituto Distrital de Cultura y Turismo en Bogotá, acompañando al alcalde “Lucho”21 Garzón. Proveniente de las clases altas de la capital, su compromiso ha sido con una política antiburguesa y con la literatura, ceñida de una u otra manera al transcurrir histórico. Con una lectura de fondo notaremos su interés en las pasiones humanas y es así como encontramos en sus obras el tratamiento de grandes temas como la familia, los desplazados, la mafia, la prostitución, los dirigentes y la religiosidad popular, que ella combina para mostrar la influencia o la 21 En Colombia los sobrenombres son muy comunes, especialmente para indicar la familiaridad o el tipo de relación que se puede establecer con la persona o el personaje público, en este caso el nombre del alcalde es: Luís Eduardo Garzón y es él, el primer alcalde de Bogotá (que en Colombia, es el segundo puesto administrativo, después del presidente) perteneciente a la izquierda. N. Rodríguez 18 estrecha relación que puede existir entre ellos. Llamativo es su balance sobre la literatura de la violencia, tópico colombiano de gran relevancia en el país y que se ha constituido en un tema obligado para sus escritores. En La multitud errante (2001), escrita en primera persona, tenemos la figura velada de la periodista, pues ahora esta tarea la desempeña una, ‘enfermera de sombras’ que es extranjera y está ayudando a los desplazados, de todas maneras es una testigo de afuera que nos informa lo que sucede, pero que está comprometida con la situación ya que su finalidad última es ‘ayudar’. Aquí, a través de los comentarios de esta testigo protagonista, podemos entrever lo que motiva a la autora. Hacia el final, en el capítulo 17, escuchamos la voz de la narradora, escritora que dice: Escribo fuera de sí y me pregunto por qué será que Occidente carga negativamente esta expresión, como si implicara la desintegración o la locura, cuando estar fuera de sí es lo que permite estar en el otro, entrar en los demás, ser los demás. (133) Es la determinación de esta mujer de ponerse en el lugar del otro para entenderlo y compartir su situación, que es también lo que la autora ha manifestado públicamente en sus entrevistas. N. Rodríguez 19 Lo social ya ha sido notado como cualidad de la novela universal actual. Lo novedoso está en que Laura Restrepo, al igual que Siete por Tres, el personaje protagonista de la Multitud errante, siente que “ha atravesado el espejo para penetrar en el envés de la realidad, donde se extiende en silencio, a la sombra de la raquítica patria oficial, el inconmensurable continente clandestino de los parias.” (88) Como se indicó anteriormente, el ingrediente periodístico nunca desaparece en la obra de Laura Restrepo, es un elemento que subyace y en él podemos entender su intención clara de dar testimonio de esta realidad, pero también en la persistencia de este recurso, creo que podemos encontrar elementos para entender la obra de esta autora. Antes de 1960, existía una separación definitiva entre el periodismo y la novela propiamente dicha, pero a raíz de los cambios vertiginosos que se estaban dando en Norteamérica, se dio un cambio, que se vio reflejado en la nueva generación de periodistas que formaron el movimiento llamado, New Journalism, y que surgió como respuesta al momento histórico en el cual, de acuerdo con John Hollowell: Brooding about the sweeping changes in social values, mores and life-styles, some of our best novelist complained about the difficulty of writing fiction at all in a period in which daily events seemed to preempt the N. Rodríguez 20 possibilities of the novelist’s imagination. Many novelists, in fact, temporarily turned away from the creation of fiction toward forms of social commentary, documentary, and a vigorous kind of reportage. (4) Por lo que, continúa Hollowell, muchas obras en esta década reflejaban una preocupación por los problemas sociales y la consciencia de la relación individual con la historia social. Los escritores fueron conscientes de la historia y esta tendencia fue adoptada por escritores como Truman Capote, quien definía su trabajo como: “a fusion of journalistic and fictional narrative forms.” (x) para describir lo que se llamó “nonfiction novel.”22 Tom Wolfe, publicó en 1973, The New Journalism, en esta obra analiza cómo este nuevo giro, consiste básicamente en el acercamiento del periodismo a la literatura y afirma que: “…the most important literature being written in America today is in nonfiction, in the form that has been tagged, however ungracefully, the New Journalism.” (1) Es decir, plantea que en este momento el Nuevo Periodismo, desplaza la novela como forma de expresión, por una forma híbrida entre periodismo y literatura. Hollowell retomando a Wolfe señala que las técnicas literarias, llevadas al Nuevo Periodismo son básicamente: 22 Citado por John Hollowell. N. Rodríguez 21 primero, la reconstrucción de la historia a medida que ella se desarrolla, en escenas dramáticas en lugar de hacer un sumario de los eventos; segundo, el uso de diálogos completos; tercero, la descripción detallada de los personajes, sus gestos como también de los lugares, los muebles, la ropa, la decoración. Una cuarta técnica es el uso del punto de vista, que utiliza a un personaje, a través del cual se presentan las escenas dándole al lector la sensación de estar dentro de la historia. O sea a partir de este momento el periodismo usa las técnicas narrativas propias de la novela que ahora pasan a ser parte de las técnicas periodísticas, reduciendo la brecha entre ficción y no ficción. Dentro de los cultores de esta nueva técnica periodística - literaria se incluyeron autores como Truman Capote y Norman Mailer. Como vemos hasta aquí, la obra de Laura Restrepo por su estructura, estilo y tema se acomoda en gran medida a esta corriente. Básicamente por su interés en lo social y el uso de muchas técnicas literarias, tal vez en el sentido que ellos las adoptaron. N. Rodríguez 22 Modernidad vs. Posmodernidad en el ámbito mundial y su influencia en Colombia En la obra de Laura Restrepo, nos encontramos con unos personajes desarraigados, desplazados, luchando por sobrevivir que son el producto de la larga historia de violencia y descomposición social que se vive en Colombia. Su obra nos está mostrando este mundo marginal y sus víctimas. Como es de esperarse, esta situación particular tiene causas inmediatas que en gran parte están determinadas por las condiciones locales, pero no podemos perder de vista que en la era de las comunicaciones, y la globalización, nada sucede en un punto del globo que no tenga su influencia en el resto y que en menor o mayor escala, todos estamos inmersos en un mundo en el cual el dominio del capitalismo determina en gran medida, aún en contra de nuestra voluntad, el derrotero a seguir. Las novelas de Laura Restrepo, corren paralelas con el acontecer nacional que siempre está presente en el trasfondo de cada una de ellas, por lo que éstas, hablando en términos posmodernos, adquieren valor histórico. Para clarificar este punto y comprender mejor la ubicación de la obra de Restrepo, quisiera hacer una somera digresión, para tener el marco que ha servido de fondo a la realidad que enfrentamos y dentro del cual podemos tener más claridad sobre la situación actual. Con N. Rodríguez 23 este intento, quiero aclarar un poco la realidad colombiana que no podemos excluir y que de todas maneras está determinada por su entorno mundial. Para esto quiero detenerme en considerar lo que la modernidad y la posmodernidad aportan. Estas dos entidades han tenido variadas interpretaciones ya que son difíciles de delimitar en el tiempo y también de precisar en cuanto a su contenido, por la variedad de interpretaciones y periodizaciones. Como punto de partida tenemos que a nivel mundial, aparte de las consecuencias observables a simple vista de la segunda guerra mundial, están aquellas que fueron más profundas si se quiere, como el desencanto y el sentimiento de frustración al ver los resultados del proyecto moderno. Ya que la muerte, la devastación y la desolación; era lo que dejaba el progreso. Este es uno de los escollos principales para determinar el momento en el cual el optimismo por el Modernismo decayó y empezó su crítica, hecho que para algunos marca el comienzo de la posmodernidad. O también, como lo hacen algunos, podemos afirmar que el uno es la continuación del otro, pues sin Modernismo no tendríamos posmodernismo. La Modernidad estaba basada en la ilustración del siglo XVIII con la idea central de un hombre libre, que tendría igualdad de derechos y deberes, este hombre estaba seguro de su capacidad de progresar y era solidario con los otros para N. Rodríguez 24 disfrutar la libertad que lograría a través del uso de la razón, la cual era considerada universal, no propiedad de algunos hombres. El hombre en este momento, está libre de la otrora superioridad de una voluntad suprema como la del rey, y está seguro de la eficacia del uso de la razón, de acuerdo con la idea de los intelectuales ilustrados de fines del siglo XVIII. La idea de lograr un ‘hombre nuevo’ dueño de sí mismo, se convirtió en lo opuesto, pues al tratar de lograrlo los especialistas se tuvieron que concentrar en sus diferentes campos de conocimiento y aislarse, olvidándose de los otros, lo que propició un distanciamiento que se revirtió en desigualdad entre los hombres y que luego, conllevó al culto de los diferentes campos de conocimiento. Todo esto, condujo a la deshumanización del hombre, favoreció el desarrollo del sistema capitalista23 que al seguir su evolución, con la división del trabajo, disoció todos los órdenes de la vida. La razón llevada a la práctica social, degeneró en barbarie. Horkheimer y Adorno24 piensan que al reducir la teoría a la ciencia, como instrumento, se pierde la parte crítica y esta pérdida es lo que vendría a propiciar el ansia 23 Empezando en los Estados Unidos, se establecieron sistemas de producción en masa como el Fordismo usado para referir a las innovaciones de Henry Ford y utilizado en la producción en serie de automóviles, y el Taylorismo a las de Taylor Frederick. 24 En: Concepto de Ilustración. Sostienen que la tecnología sólo está preocupada por la explotación de trabajo y en consecuencia, de los otros. N. Rodríguez 25 irracional de dominio a todos los niveles. Se pone así, la ideología al servicio de otros intereses que someten la naturaleza a fines exclusivos de explotación, la vida material adquiere nueva importancia y la cultura se convierte en objeto de consumo. Del sueño de la felicidad humana se llega a la barbarie; a las guerras mundiales, la bomba atómica, el archipiélago Gulag, Chernobyl y todas las instituciones en contra de la libertad del individuo. De la razón concebida para liberar, se llega a la razón esclavizadora, contra todo esto es que Lyotard inicia su cuestionamiento a lo moderno. En un primer momento explica las promesas liberadoras del modernismo y luego su estruendoso fracaso para cuestionar esta idea de progreso. Básicamente rechaza la idea de que exista un concepto de razón, en base a la cual llegaron a justificarse los totalitarismos. Lyotard está con el grupo de quienes no encuentran interés en el futuro ilustrado y que rechazan toda forma de utopía, por lo tanto, todos los metarrelatos que la soportan como la Historia, el Marxismo, el totalitarismo, la religión, la Cultura patriarcal, los Grandes centros, etc., no tienen ya validez: The grand narrative has lost its credibility, regardless of what mode of unification it uses, regardless of N. Rodríguez 26 whether it is a speculative narrative of a narrative of emancipation. The decline of narrative can be seen as an effect of the blossoming of techniques and technologies since the Second World War, which has shifted emphasis from the ends of action to its means… (37) Después de analizar los grandes desastres Lyotard se pregunta: “How could the grand narratives of legitimation still have credibility in these circumstances?” (19) Con los nuevos avances, el mundo adquiere otra velocidad pues surgen nuevos medios de transporte: el automóvil, el avión y el tren, el espacio ahora es percibido diferente pues es distinto observarlo desde el aire, desde el tren o el auto, el movimiento y el espacio se convierten en uno, sin contar con los grandes avances, cada día mayores, de los medios de comunicación que aceleran todo. Echada a rodar la rueda, los hombres se precipitan al consumo voraz de los bienes del capitalismo25 o consumo de simulacros como los llama Baudrillard, ya que no tienen 25 Que de acuerdo con Lipovetsky este hecho tiene otras consecuencias a largo plazo, puesto que: “… fue la aparición del consumo de masa en los USA en los años veinte, lo que convirtió el hedonismo –hasta entonces patrimonio de una minoría de artistas e intelectuales- en el comportamiento general en la vida corriente…” (84) N. Rodríguez 27 soporte en el imaginario.26 Es la alienación de todos; los que consumen y los que tienen el poder. Ahora la cultura es marcada por el bombardeo de información y esclava de lo económico que enajena al individuo encerrándolo en sí mismo y aislándolo de las prácticas sociales, pues le permite formas de comunicación autosuficientes excluyentes de los demás, es la cultura Light. Es lo que Lipovetsky llama la era del vació o Baudrillard, la cultura del simulacro que lo lleva a afirmar: “Estamos en la lógica de la simulación que no tiene nada que ver con la lógica de los hechos y un orden de razones.”27 En Colombia, los diferentes grupos sociales se ven afectados diferentemente por las nuevas tecnologías de información: las clases altas buscan cada vez más una identidad trasnacional, mientras los sectores populares viven en una contradicción constante entre una vida cotidiana acosada por la pobreza y la violencia y el consumo inalcanzable propuesto por el mercado. Dentro de la obra de Laura Restrepo veremos estas víctimas, consumidores y productores inconscientes de vacío, como dignos representantes de la posmodernidad, pero no por eso más felices. A lo que la propuesta de la autora se centra 26 Con el desarrollo de la Semiología, iniciado por Ferdinand de Saussure, Baudrillard analiza cómo el consumo es el efecto de las formas de circulación de los diferentes bienes de consumo. 27 Citado por Raymond L. Williams en: Postmodernidades Latinoamericanas. N. Rodríguez 28 en la búsqueda de sentido en el entendimiento y compenetración con el grupo de los parias. En la búsqueda de ese orden perdido, ella propone una vuelta, una organización mediatizada por las técnicas narrativas propias de la modernidad, en las que podemos inferir su nostalgia por el orden perdido. Ella busca en medio del absurdo, la desintegración y la irracionalidad, una humanización. Y vamos a ver en sus obras la presencia indiscutible del caos, la violencia, el desorden como reflejo de esta realidad pero luego su propuesta está allí superando este estado de cosas a través de la razón, la planificación y el amor como posibilidades salvadoras. Posmodernidad es una forma de cultura abierta, época del descentramiento, apertura a lo fragmentario, momento en que lo marginal se hace visible: las minorías étnicas, la mujer sale a luchar por sus derechos, los grupos gay, las minorías religiosas etc., se da ruptura de las jerarquías; lo culto versus lo popular, ficción versus realidad. Antes que tener una definición de lo posmoderno, lo que se tiene es una nueva condición y una nueva actitud. María Cristina Pons, nos ayuda a entender esta situación, cuando afirma que la condición posmoderna es “…una nueva sensibilidad estética, una nueva corriente de pensamiento y un nuevo estado de ánimo que corresponderían a una nueva realidad social: el agotamiento o crisis de la modernidad inconclusa.” (22) N. Rodríguez 29 El valor supremo de la vida es el dinero,28 es el nuevo dios, cuya presencia se dispersa por el mundo a través de las multinacionales. El posmoderno se declara en contra de lo estable porque no cree en centros. Y al producirse una nueva etapa, todos los fenómenos de la vida adquieren una significación distinta explicable desde el medio económico que la determina. Tiempos modernos en Colombia Los fenómenos de la violencia en Colombia son algo más que coyunturales; constituyen un eje constante en la historia del país. De allí la necesidad de abordarlos no sólo a la luz de la crisis actual sino también en la larga duración, en la perspectiva de la diacronía, pues allí es donde puede encontrarse una alternativa interpretativa que de cuenta de la especificidad del fenómeno en Colombia sin caer en los lugares comunes que nada explican o, en su defecto, en el fraccionamiento empírico de la realidad en: la violencia política, delincuencial, oficial, étnica, etc. 28 En muchas oportunidades Laura Restrepo sostiene que esta nueva actitud ante el dinero es la mayor responsable del estado de cosas actual en Colombia y en el mundo. N. Rodríguez 30 María Teresa Uribe, en el capítulo “De la ética en los tiempos modernos o del retorno a las virtudes públicas.”29 Entre las páginas 159 a 178, nos ofrece la siguiente síntesis que nos ayuda a entender esta situación. Los tiempos modernos en Colombia, vertiginosos, acelerados, de cambios rápidos y profundos, lograron trastocar en la última mitad del siglo XX la mayor parte de los referentes concretos y vitales que sostenían a la sociedad tradicional. Así tenemos que paralelo a los cambios mundiales en Colombia se operaron los siguientes cambios: - El país deja de ser rural y pueblerino para entrar a urbanizarse. - La industrialización se consolidó como sistema y a su vez colapsó para dar paso a nuevas formas dominadas por el capital financiero. - Los medios de comunicación de masas se multiplicaron, creando formas de integración-desintegración no vistas antes. Y como consecuencia se ampliaron los universos simbólicos de la población. - Se produjo una revolución educativa, la educación formal se amplió en muy pocos años. 29 En: Nación, ciudadano y soberano. N. Rodríguez 31 - Se cambiaron los roles y la mentalidad de las mujeres, trastocando los viejos modelos paternales y las relaciones intrafamiliares. - Aparece una clase media profesional y abierta a las corrientes mundiales del pensamiento y a los discursos políticos alternativos. - Llegan al escenario corrientes contraculturales como el hipismo, los punk, los heavy metal. - Se presenta la consolidación de un movimiento guerrillero. - La presencia de las masas, el fenómeno de la uniformidad, la unilateralidad en la comunicación y el ansia de novedad, La Modernidad. La desaparición de la sociedad tradicional y el advenimiento de los tiempos modernos genera en todas partes del mundo la pérdida de referentes colectivos y las crisis éticas; sin embargo, la forma tortuosa e híbrida del acceso a la modernidad en Colombia, acentúa sus efectos en dos grandes campos: el de la esfera político estatal (crisis de representatividad, de gobernabilidad, de credibilidad, de legitimidad) y en la esfera de los ethos socioculturales30 (ausencia de valores, vacío ético, disgregación del tejido social, inexistencia de referentes colectivos de identidad, 30 El ethos sociocultural es el lugar de lo simbólico representado, es el espacio de los intercambios sociales desde donde se construyen y se reconstruyen los imaginarios colectivos, los referentes de identidad, los reconocimientos de lo igual y lo diferente. N. Rodríguez 32 debilidad de lo nacional); en ambas esferas, el signo visible de la crisis es la violencia generalizada, desagregada, plural y difusa, que particulariza nuestra situación y la hace más traumática y dolorosa. Asistimos al descentramiento de lo social; lo religioso ya no es el elemento estructurante del universo simbólico de los colombianos, aunque todavía es un país católico, ya no lo monopoliza. No es ésta una sociedad confesional y algunas esferas se han independizado de la tutela religiosa. La ciencia, la tecnología y los saberes se rigen ahora por sus propias reglas y métodos de fundamentación y conocimiento; idéntica cosa podría decirse del ordenamiento legal, del arte y de la literatura. La secularización y el pluralismo propios de la modernidad contribuyen a acentuar la diferenciación estructural de todo el sistema social, trastoca los tiempos, los espacios y los territorios. Además, multiplica los estilos de vida, las cosmovisiones, los roles, las funciones y las actividades, en fin, los referentes concretos de la vida social en los cuales se sustentaba y de los cuales se nutría el viejo ethos sociocultural. Con la transformación del tiempo y los espacios, los referentes territoriales han cambiado sin encontrar otros marcos de cohesión dando paso al desarraigo urbano. Los N. Rodríguez 33 tiempos no se guían ya por los universos simbólicos del metarrelato religioso sino por los requerimientos de la producción y del consumo, de los flujos monetarios y de la comunicación de masas.31 Como vemos ésta es la consecuencia del paso de la modernidad a la posmodernidad en un país del ‘tercer mundo’ como Colombia, en donde los cambios tienen repercusiones diferentes a las de un país capitalista, pero esto no quiere decir que sus efectos sean menos devastadores ni menos desarticulantes y donde estos procesos deberían haberse llevado a cabo a través de una justa e inevitable violencia, entendida como medio provisional y no como fin. Historia y literatura El concepto de historia de los europeos imponía una idea de progreso: el europeo. Dicha idea trazaba las líneas esenciales de su acción de acuerdo con ordenamiento a grandes relatos establecidos por los grupos o clases dominantes. El orden de la realidad era su orden, en la historia no existían los pobres, la vida popular, la sensualidad. Con el despertar 31 En las sociedades tradicionales o premodernas, predominantemente agrarias, no industrializadas ni urbanizadas, los ethos socioculturales, diversos y fragmentados, expresan su mundo instituido de sentido a través de una primera forma discursiva: la religión o lo que los postmodernos (Lyotard) llaman el metarrelato religioso. N. Rodríguez 34 de la conciencia de los pueblos en vías de desarrollo, la idea de historia y de progreso europeos quedó relativizada. Es decir, la idea de historia que implicaba que unos pueblos dictaban órdenes y otros obedecían empezó a provocar el fin del colonialismo y el imperialismo o fase superior del capitalismo. En la posmodernidad los Metarrelatos como tales pierden su validez para crear un nuevo concepto dentro del cual, la Historia no es única sino múltiple. Laura Restrepo como testigo de esta situación, es consciente y su intención es clara, la manifiesta abiertamente en entrevista con Bill Moyers,32 quien le pregunta acerca del papel del escritor en un medio como el colombiano, y ella le contesta: “What I feel is our role is to keep history alive. …what I try to do is to pick small pieces and leave them in my books.” En ella, la necesidad de hablar de esta realidad es una urgencia que está determinada por la misma situación colombiana, por la incertidumbre de no saber si habrá tiempo de hablar de ella más tarde, ya que como asegura la autora, en esta entrevista; la cultura colombiana está en vías de extinción. Es en esta determinación e intención de participar en la creación del devenir histórico en donde podemos ubicar uno de los puntos claves con relación a la autora y su obra, es claro 32 Entrevista con Bill Moyers en: http://www.pbs.org N. Rodríguez 35 que su (des)ubicación en cuanto al uso del género literario, le sirve para lograr su objetivo de participar en una forma posmoderna en la creación de la historia. Vemos que por la característica general de su trabajo está inscrita dentro de la posmodernidad, pero en su proceso de creación utiliza elementos que no lo están tanto, pues se vale de géneros tradicionales como son la entrevista y el ensayo para crear una obra que está sirviendo para reafirmar la posmodernidad. Laura Restrepo ha querido hacer la novela dentro de los cánones tradicionales con recursos nuevos y recurriendo a técnicas narrativas como las usadas por Saramago.33 Su obra es en este sentido híbrida, pues por un lado está su metodología de trabajo dentro de la cual distinguimos géneros tradicionales, propios de la modernidad, cuando se buscaba organización y se perseguían ideales de claridad y completud, pero por su tema, el ocuparse de los grupos marginados con todos sus ingredientes, darles una voz y presentar esta periferia, hace que sus obras tengan también una característica posmoderna. O sea que participa de la posmodernidad pero indirectamente ya que en algunos aspectos se rehúsa a ella. Su metodología de trabajo está determinada 33 Observo en Delirio, el uso personalizado de la mayúsculas y las minúsculas, reemplazando la puntuación tradicional, que es una técnica usada también por el escritor portugués. N. Rodríguez 36 definitivamente por su necesidad de indagar la historia oficial, de la superficie de verdadera que se le ha atribuido ya que como veíamos anteriormente, uno de los grandes parámetros de la posmodernidad es la negación de los Metarrelatos. En Laura observamos la necesidad constante de jugar, reconstruir y recurrir a la historia,34 este empeño tiene que ver con la urgencia de asimilarla y entenderla, con el afán de superarla, y con la esperanza de producir un cambio ya que acorde con la advertencia de Leopoldo Zea: “… sólo los pueblos que no han asimilado su historia pueden continuar sintiéndose amenazados por su pasado.” (63)35 O desde la perspectiva de Foucault para quien, la exploración del pasado es la única ruta para entender el presente. En este sentido, la obra de Laura Restrepo, presenta con toda evidencia la característica de la posmodernidad, definida desde Borges, como ficción e invención de la misma historia, de esta manera, ella está participando activamente en la creación de la Nueva Historia pero al hacerlo está comentando y cuestionando la otra, la Historia oficial. A partir de las corrientes postestructuralistas que tienen otra mirada y ponen en tela de juicio la validez de los 34 35 Linda Hutcheon enfatiza la cualidad histórica de la novela postmoderna. Leopoldo Zea. El pensamiento latin`oamericano. N. Rodríguez 37 llamados metarrelatos, la gran discusión sobre la fidelidad de la historia y el valor que le concedíamos como ente portador de la ‘verdad’, en el pasado, ahora está en entre dicho. El estructuralismo se fundaba en la confianza de la estabilidad de las estructuras lingüísticas y su habilidad de reflejar los procesos mentales, pero el postestructuralismo critica radicalmente estas nociones del lenguaje como capaz de soportar dicha estabilidad y cualquier filosofía fundada en ellos. Michel Foucault y Jacques Derrida se han catalogado como las dos influencias más penetrantes en el pensamiento postestructuralista, aunque son dos teóricos muy diferentes en su terminología y metodología, pero comparten las mismas bases filosóficas. El punto inicial en la discusión está en la premisa derridiana de que “todo pensamiento está necesariamente inscrito en el lenguaje,”36 pero como se dijo anteriormente, el lenguaje ahora es incapaz de soportar una validez contundente, de donde varios teóricos han profundizado para demostrar que la historia y la literatura comparten el mismo material y forma de expresión. Julia Kristeva propone que la literatura es un acto del discurso, y por lo tanto, necesariamente un acto político, pues por otro lado, Foucault sostiene que la sociedad es la que maneja y controla el 36 En Gramatología. N. Rodríguez 38 discurso y que al mismo tiempo éste es una forma de poder y opresión. El postestructuralismo es más fácilmente caracterizado como una actividad que como una filosofía, su punto central es general escepticismo acerca de todas las doctrinas que aceptábamos incuestionablemente y entre ellas la historia. Herbert Lindenberger y Stephen Greenblatt, hicieron su aporte a lo que se ha llamado el Nuevo Historicismo, en el sentido de que consideraron que la historia no podía ser objetivamente verdad en el sentido que se suponía hace 150 años, cuando escribir la historia, era contar las cosas como ‘realmente sucedieron.’ En este sentido, no se está estableciendo un juicio contra la historia sino que se interroga la presumida característica de ser ‘verdad’ que le era adjudicada simplemente por tener el nombre de Historia. O, desde el otro extremo, con el resurgimiento de final de siglo XX, de la novela histórica, John Rutherford plantea esta misma inquietud claramente cuando afirma: “…The new historical novel in Latin America owes much to Pierre Menard, for whom historical truth “no es lo que sucedió; es lo que juzgamos que sucedio” (11) Quizás la genuina innovación que Greenblatt trajo a la historia literaria, está implícita en la noción del postestructuralismo, es decir, que la historia y la literatura N. Rodríguez 39 son igualmente textos. Con seguridad el Nuevo Historicismo deriva algunas de sus actitudes hacia la historia de los acercamientos critico-literarios de Hyden White, quien investigando a los historiadores del siglo XIX a principios del XX, demuestra cómo la retórica de esos aparentemente objetivos pensadores, descansaba en tropos –las mismas figuras del lenguaje que están detrás de los discursos poéticos. Básicamente plantea que la historia tradicional se hace a través de un relato y que el hecho mismo de relatar, es problemático porque se hace evidente, que la narrativa no es una forma discursiva neutral que se pueda usar diferentemente para narrar eventos ‘reales’, que serían los que quiere contar la Historia o los ‘irreales’ que serían de los que se ocupa la literatura. Plantea Hyden White, que hacer una narración, independiente de su contenido es imposible, porque narrar algo, es un proceso en el cual se deben hacer escogencias ontológicas y epistemológicas con implicaciones ideológicas y políticas precisas. Y es por esto que muchos historiadores modernos concluyen que el discurso narrativo, lejos de ser un medio neutral, para la representación de eventos históricos precisos, es la materia prima de una visión mítica de la realidad, que cuando se pretende usar para representar eventos N. Rodríguez 40 reales, los enriquece con una coherencia ilusoria y los carga con significados, porque: Where the aim in view is the telling of a story, the problem of narrativity turns on the issue of whether historical events can be truthfully represented as manifesting the structures and processes of events met with more commonly in certain kinds of “imaginative” discourses… (27) De dónde la historia, al igual que la literatura están muy estrechamente relacionadas con una situación particular que a partir del nuevo concepto de verdad y de historia estaría respaldando esta Historia, pues es a partir de esta multiplicidad de puntos de vista en donde recupera su credibilidad y su posibilidad de compartir la verdad, por lo tanto, sería la literatura la llamada a servir de memoria histórica ya que es la que va a quedar como testigo de un momento determinado, libre de las pretensiones predeterminadas de servir de memoria oficial. Porque de todas maneras y de acuerdo con Linda Hutcheon: “Despite its detractors, the postmodern is not ahistorical or dehistoricized, though it does question our (perhaps unacknowledged) assumptions about what constitutes historical knowledge” (xii) Enfocando el problema desde la práctica misma de la literatura, John Rutherford afirma: “that novels of Mexican N. Rodríguez 41 Revolution are indispensable for understanding of the social history of the period, thus suggesting that historians need to pay as much attention to historical fiction as novelists have paid to history.” (10) O también de la forma como asume el problema Carlos Fuentes, para quien la literatura adquiere una gran validez pues, viene a reemplazar la labor de la historia puesto que para él, “…los historiadores de América latina han distorsionado o han ignorado tanto la realidad, que es la responsabilidad del escritor latinoamericano contar la otra “historia” para encontrar así la verdad en el pasado imaginado.” (23)37 Como vemos una de las premisas de este proyecto está en el punto en el cual, la historia y la literatura se relacionan estrechamente, lo que ha sido un punto álgido en la discusión o delimitación entre lo moderno y lo posmoderno, pues dependiendo de la importancia, aceptación o sitio que le demos a la historia podemos hablar de estructuralismo o postestructuralismo38 y que podemos decir que estas diferentes denominaciones sirven, las últimas para referir a lo sucedido en las artes y las primeras en otros campos. 37 Citado por Raymond Leslie Williams en: Postmodernidades Latinoamericanas. 38 De acuerdo con la Encyclopedia of Contemporary Literary Theory, postestructuralismo y posmodernismo, pueden ser dos formas equivalentes que se han usado indistintamente. N. Rodríguez 42 Las conexiones entre historia y literatura en Colombia en este momento son de vital importancia pues dados los conflictos internos y el momento actual, necesitamos la memoria con la que la literatura registra39 y participa en la creación de la historia extraoficial, que en últimas resulta ser el vehículo de una realidad, y que está libre del compromiso de servir al mismo sistema que está creando la historia oficial. No se trata de enfrentar una temática histórica sino de la problematización de la historia como tal. Dentro de esta discusión es donde pienso que podemos ubicar la obra de Laura Restrepo, puesto que al ella estar haciendo literatura basada en el momento histórico, su obra como testigo o testimonio de éste, adquiere valor histórico. Violencia y Literatura Si quisiéramos definir un tema central en la obra de Laura Restrepo nos enfrentamos a la situación colombiana, que muy a pesar nuestro, a través de un largo período ha tenido el denominador común de la violencia. Según algunos, la violencia en Colombia ha estado presente desde el momento mismo de la independencia, para afirmar esto habría que aclarar que aunque 39 Actualmente en Colombia, hay una generación muy activa de escritores de diferentes edades enfocados en la situación nacional. N. Rodríguez 43 el resultado sea el mismo, los motivos han cambiado y la forma de expresión depende de su momento histórico.40 Por lo que ahora resulta más adecuado hablar de las violencias. Como tema literario tomó fuerza desde la segunda mitad del siglo XX, después del período que precedió y siguió a los hechos que se desencadenaron con la muerte del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán y el caos que fue lo que se denominó como “el Bogotazo”, el nueve de abril de 1948. El tema debió madurar para convertirse en objeto del quehacer literario. En un primer momento, según Luís Antonio Restrepo, el tema de la violencia, cayó en esquematismos que idealizaban o simplificaban, como en el caso de El cristo de espaldas de Eduardo Caballero o, de acumulación de desgracias como sucede en, Viento seco de Andrés Caicedo, en este momento, este tema con toda su carga de dramatismo no era suficiente para escribir una novela, por lo que: “Fue necesario esperar a que Gabriel García Márquez transformara la Violencia en objeto literario con su El coronel no tiene quien le escriba.” (75)41 40 Otto Morales Benítez afirma que hemos padecido diferentes violencias con diferentes matices, “…Con características y motivaciones radicalmente incompatibles. Con implicaciones sociales bien distintas. Relacionadas con problemas que no tienen parentesco.” (198) en: Violencia y Literatura en Colombia. 41 Nueva Historia de Colombia, tomo VI. Contradiciendo a los que opinan que la obra garciamarquina que trató el tema originariamente fue La mala hora. N. Rodríguez 44 A partir de este momento, éste ha sido casi un tema obligado para los escritores, como lo afirma Gonzalo Arango, muy al comienzo del fenómeno, en 1959: La violencia gravita sobre nuestra sensibilidad en forma perturbadora y agresiva… Ningún escritor que tenga sus dos pies hundidos en el barro de este país puede eludirla sin traicionar su realidad humana más profunda pues, directa o indirectamente, ha sufrido sus consecuencias.42 Durante este largo período, este tema ha sido tratado por muchos autores y ha evolucionado paralelo a la historia nacional. Como también se dan diferentes momentos y clasificaciones dentro de él.43 En los últimos quince años tenemos nombres como Fernando Vallejo, Alfredo Molano, Jorge Franco y Santiago Gamboa. Un poco más atrás, Antonio Caballero, Álvaro Mutis, R. H. Moreno Durán y Gustavo Álvarez Gardeazábal entre otros. Sólo tenemos que mirar los títulos para entrever el contenido de esta copiosa obra que al parecer no termina de agotar el tema, y que desafortunadamente va a la par o se queda corta al tratar de reflejar la ‘realidad’ colombiana. 42 Gonzalo Arango “Los cuentos y la violencia”, En El Tiempo, Lecturas Dominicales, 5 de julio, 1959. 43 Se han dado clasificaciones y estudios acerca del tema en Colombia, los que la consideran como un conjunto están los de Gerardo Suárez Rendón, La novela de la violencia en Colombia, con características marcadamente sociológicas y el de Román López Tames, La narrativa actual de Colombia y su contexto social. Otros como el de Gustavo Álvarez Gardeazábal, México y Colombia, violencia y revolución en la novela, y el de Laura Restrepo, Niveles de realidad en la literatura de la violencia colombiana. N. Rodríguez 45 Al tratar de ubicar a Laura Restrepo dentro de este grupo de autores encuentro una particularidad en dos aspectos: por una parte, para la mayoría de estos autores, la violencia es un tema más, pero en Laura Restrepo la guerra y el conflicto social son el asunto de fondo, el que envuelve toda su obra es su característica sine qua non. Por otro lado, está su inconfundible toma de partido, no por el poder, sino por la multitud errante y agobiada. Si tomamos como ejemplo La virgen de los sicarios de Fernando Vallejo (1998) o Rosario Tijeras (1999) de Jorge Franco, y cotejamos con pasajes que en la obra de Laura Restrepo hay sobre este empecinado tema de la violencia, encontramos aparte de las obvias diferencias literarias de estilo y de técnica, un rasgo diferenciador: lo ideológico.44 En la obra de Franco así se mencionen las diferencias entre el medio social de las comunas empobrecidas y el de las clases altas del Poblado, pues los personajes se mueven aquí y allá, no es esto lo que explica o permite desarrollar el escabroso y patético drama. En Delirio, por su parte, a propósito de los sicarios, guardaespaldas y la mafia en general, hay en más de una ocasión en la obra, la declaración 44 Tal cual lo entiende Terry Eagleton en Literary Theory. An Introduction: “…the ways in which what we say and relieve connects with the powerstructure and power-relations of the society we live in.” (13) N. Rodríguez 46 explícita de que la burguesía está detrás del origen de las causas. En La virgen de los sicarios, narrada en primera persona, el narrador está comprometido hasta los huesos con su sicario amado; como decidido iconoclasta y amante alcahueta que no asume ninguna responsabilidad, ni social, ni psicológica ni política45. En contraste, en La novia oscura, cuando la autora, toca los orígenes de la niña que se convertirá en prostituta en las tierras de la compañía petrolera, hace un paralelo entre los referentes simbólicos de los niños sicarios y los de la prostitución, remitiéndolos, en últimas al conflicto social. El fenómeno de la violencia es bastante complejo, especialmente en Colombia, que como veremos en el siguiente capítulo, ha tenido múltiples orígenes y también ha tomado diferentes caminos. 45 No obstante, Jorge Orlando Melo, reconoce el aspecto histórico ideológico en La virgen de los sicarios, en artículo aparecido en la Revista de la Universidad de Antioquia. N. Rodríguez 47 II Literatura y violencia …es que antes se mataba a los enemigos. El conservador mataba al liberal, o el guerrillero al soldado. Pero según la nueva modalidad del crimen, se mata a cualquiera, sea amigo, enemigo o neutral, por odio o por amor, por dinero, por sacudirse el aburrimiento, por equivocación o porque sí. Laura Restrepo. Este –testimonio- aparece en el artículo de Laura Restrepo: Los muchachos desechables46, que hace parte de un conjunto de ensayos, escrito por un grupo de intelectuales que querían explicar: En qué momento se jodió Medellín, publicado en 199147. En él, la autora da una mirada, desde la vivencia de estos protagonistas internos, que refleja lo que hay detrás, que es uno de los componentes del fenómeno de la violencia en 46 Que ya había aparecido en la revista Semana del 27 de febrero de 1990, bajo el título: La cultura de la muerte, el que aparece en este libro tiene algunas modificaciones. 47 En este momento, Medellín, la segunda ciudad del país fue el epicentro de la violencia más encarnizada que había vivido Colombia hasta entonces. La situación cambió un poco en 1994, después de la muerte de Pablo Escobar. Con el debilitamiento del cartel de Medellín, la violencia se trasladó a Cali y luego se generalizó por todo el país. En este libro un grupo de intelectuales entre los que se encontraba Laura Restrepo querían encontrar una explicación y solución a este problema. N. Rodríguez 48 Colombia actualmente.48 En general, lo que analiza y prueba este proyecto, es que este estado de cosas es el resultado de la acumulación de múltiples ingredientes; sociales políticos y económicos. Con el agravamiento de lo que aportó el narcotráfico, que ha producido un cambio a muchos niveles en la sociedad pero también en cuanto a las manifestaciones de la violencia. En este ensayo, Laura Restrepo analiza cómo se ha dado una evolución o recontextualización de la violencia y observa cómo, ahora existe una nueva semiótica en cuanto a los diferentes actos violentos y es así como, “La jerga de la muerte se convierte en lenguaje erótico” ya que ahora se mata por amor; “se enamoró de mí para matarme.” (71) Es la exacerbación o trastocación de los sentimientos. O también cómo, el término “traído” que en la tradición antioqueña, en la navidad, refería al regalo del Niño Dios, “designa ahora al que se deja robar o matar, alguien que se descuida, se ofrece, se regala.” (72)49 Y cómo la muerte adquiere otro valor ya que: 48 En entrevista con Mihály Dés que aparece en La revista de Cultura Lateral No. 67/68 de julio – agosto del 2000, la autora cuenta: “Hace años escribí un artículo titulado “La cultura de la muerte” que le dio la vuelta al mundo porque ponía al descubierto algo que no sabíamos… Veníamos de una racha de magnicidios tremendos, habían asesinado a tres candidatos presidenciales, a un director de periódico, cuanta figura aparecía la asesinaban. …El descubrimiento fue que eran muchachitos de doce y trece años los que estaban asesinando en Colombia…” 49 La misma connotación del termino “abrirse” que Octavio Paz analiza en, El laberinto de la Soledad, donde sostiene que el hombre mexicano está cerrado al mundo porque teme abrirse (rajarse), pero en Colombia este descuido, este relajamiento, se paga con la vida. N. Rodríguez 49 “da igual estar vivo que estar muerto.” (72)50 Los jóvenes de las comunas saben que tienen muy pocas posibilidades de tener un buen futuro, ni la educación ni el trabajo lo garantizan. De ahí su cinismo, su deseo de “vivir a la lata” y enriquecerse a cualquier precio aún convirtiéndose en sicarios, ‘trabajo’ en el cual saben de sobra que están arriesgando su vida. Otra de las observaciones de Restrepo en este artículo, es la relación particular que estos muchachos establecen con la religión católica, de la cual, son fanáticos y la profesan en su peculiar estilo, ellos son muy devotos especialmente de la Virgen, “Los jóvenes sicarios llevan en el pecho y en los tobillos escapularios de su protectora,…” (62)51 ya que es “…la madre bondadosa que siempre protege y todo perdona.” (63) La religión les ayuda a resolver todos sus conflictos y no faltan cada miércoles de ceniza, “-bajan a las iglesias armados y uniformados, se hacen poner la cruz en la frente…” después de 50 Esta situación ha sido analizada desde múltiples perspectivas, sociológicas, psicológica y ha sido llevada al cine por Víctor Gaviria en dos películas que han sido escogidas para el festival de Canes: Rodrigo D, no futuro de 1991 y La vendedora de rosas, de 2001. También, Octavio Paz en El laberinto de la soledad (1950) plantea esta situación en la cultura mexicana donde: su culto a la muerte hace parte integral del culto a la vida. Paz descubre que para ellos la muerte, tiene características especulares; en ella se refleja la vida porque la muerte y la vida no son cosas distintas. Son dos caras inseparables de una misma moneda: la vida lleva a la muerte y a su vez, esta lleva a la vida. Pero en México, es parte profunda de la cultura, no algo que surge como solución o consecuencia de una situación invivible, que es lo que sucede en Colombia. 51 Luego, este mismo ritual aparece en La virgen de los sicarios (1998) de Fernando Vallejo y en Rosario Tijeras (2001) de Jorge Franco. N. Rodríguez 50 volver a sus casas hacen una fiesta que, concluye la autora, “Es la ceremonia de los que saben que polvo son, en polvo se convertirán y en polvo convertirán a los demás.” (73) Todos estos elementos, que encontramos en la cultura popular, explican, o reflejan en gran parte la proliferación o cambio que se da en la aceptación o aparente indiferencia ante los hechos violentos y ante la muerte.52 Es con el intento de entender esta situación que la autora da una mirada sociológica e interpretativa del fenómeno, con lo cual, intenta mostrar otro lado de la situación, para con ello buscar nuevas explicaciones que puedan conllevar un mínimo alivio o, en última instancia, ser parte de la solución, pues este mensaje va dirigido a la capa intelectual y política que son los primeros llamados, en este caso, a solucionar el ‘problema’. De esta manera, la autora, quiere aportar su grano de arena en la búsqueda de una solución que conduzca a resolver estos problemas y en últimas, si fuera posible, a la tan anhelada paz. Decidir cual es la posición de Laura Restrepo ante la violencia o encontrar el motivo por el cual se ocupa 52 Desafortunadamente, después de 14 años la situación no ha cambiado mucho para la ciudad de la eterna primavera, como se solía llamar a Medellín. En el volumen de marzo de 2005, en la Nacional Geographic aparece un artículo de Eliza Griswold: Medellín Stories from an Urban War. El cual, palabras más, palabras menos es la misma historia, o tal vez más grave, pues involucra otros protagonistas. El punto de partida de la periodista es la pregunta: How do people live here?, a lo cual, creo, no es necesario agregar más. N. Rodríguez 51 extensamente de ella, es una tarea que debe enfrentarse dando una mirada totalizadora de su obra, como también mirar la relación de ésta con la administración pública que ha desempeñado. Como indicamos anteriormente, la violencia es uno de los tópicos que ella nunca abandona, y por lo cual resulta uno de los aspectos más sobresalientes al tratar de abordarla. No en vano el periodista y escritor Juan Gossaín, ha afirmado: “Laura, es el escritor colombiano que mejor ha entendido el problema de la violencia moderna…”53 En muchas entrevistas ella manifiesta abiertamente su rechazo ante el armamentismo y la resolución de conflictos por la fuerza, “Tengo un disgusto visceral por las armas, vengan de donde vengan.”54 También en los momentos en los cuales ha estado encargada de la administración pública, es notoria su intención pacificadora y mediadora en la resolución de los conflictos como fue evidente en el momento en el que hizo parte de la comisión negociadora de la paz durante la administración de Belisario Betancur en 1983, el cual, fue el primer intento de negociación como solución del conflicto armado que se daba en América Latina. Y que paradójica y lógicamente ocurrió en Colombia. 53 54 En, La Prensa de La Paz, Bolivia, edición de marzo 7, 2004. En, entrevista con Héctor Arenas, Bogotá, 18 de junio, 2004. N. Rodríguez 52 Laura no ha abandonado la militancia jamás, como afirma Antonio Caballero “Digo que Laura nunca ha dejado de militar en la militancia.”55 Y actualmente, en el momento de aceptar su posición como directora de Cultura y Turismo de Bogotá en 2004, y al referirse a su nuevo trabajo dice: “Es como volver a la militancia, ir a los barrios, trabajar con la gente.”56 Como también explica que cuando Lucho le ofreció el puesto “No podía decir que no. Es el mismo proyecto de reconciliación y democracia por el cual he vivido toda la vida.”57 Resulta evidente que tanto su vida pública como su obra literaria se confunden en cuanto a la intención o aporte como propuesta de solución. Sin abandonar, el otro aspecto que ya se indicó, en cuanto a la relevancia que esta obra adquiere al estar comprometida con el momento histórico y tratar de ventilar verdades, al hablar de lo que se mueve detrás de lo oficial y servir, según la intención de la autora, como memoria. Ya que su estilo y compromiso periodístico es algo que nunca puede abandonar. En primera instancia quisiera intentar dar una mirada a la situación colombiana a través de su historia, que como veremos siempre ha sido violenta, más adelante quiero analizar algunas de las novelas de Laura Restrepo, en las cuales 55 56 57 Semana, 2 de marzo 2004 En, Antonio Caballero: Laura Restrepo una vida de novela. Ibid. N. Rodríguez 53 podemos mirar más detenidamente el tratamiento que hace del tema y sustentar su posición conciliadora, viendo cómo uno de los objetivos últimos de su obra es, tender hilos de esperanza que ayuden a soportar la situación, y que básicamente este es su aporte en el intento de cambiarla. Para lograr este objetivo, veremos cómo la autora, siempre está proponiendo una solución pacificadora a estos tremendos dramas, y la esperanza, es el amor que siempre está presente, y que aunque la mayoría de las veces es poco convencional, pues se da en parejas de diferente clase social, este mismo elemento, por contradictorio e inesperado, lo convierte en el único llamado a salvarnos. La Historia de violencia en Colombia En 1978, Seymour Menton para introducir la novela de Manuel Mejía Vallejo, El día señalado, afirma: Durante veinte años (1951 – 1971) el fenómeno histórico de la violencia fue el tema obsesionante de un gran número de novelistas colombianos. Por su importancia en las letras nacionales, sólo es comparable, guardando las N. Rodríguez 54 proporciones, a la novela de la Revolución mexicana y a la de la Revolución cubana. (219)58 En este momento Seymour Menton llama la atención sobre lo poco estudiado que ha sido el fenómeno de la violencia en la literatura colombiana y para entonces, esta afirmación era muy cierta pues dada la divergencia de posturas y el tratamiento diverso del mismo tema, se imposibilitaba para una clasificación o acercamiento desde un punto determinado y aún hoy en día, es un prisma de muchos colores. En 1978 estos autores, a los que está haciendo referencia Menton, estaban preocupados con la situación, pero lamentablemente éste no fue un tema que se pudiera agotar tan fácilmente y por lo tanto ésta no fue una afirmación definitiva y la historia continuó por estos mismos caminos. En 1975, Román López Tames había escrito, “Se podría asegurar que no hay novela colombiana en los últimos veinte años que de alguna manera no se refiera a la violencia.” (141) Y en 1976, Laura Restrepo lo hace un poco más extenso: “…la “Violencia” ha sido el punto de referencia obligado de casi tres decenios de narrativa: no hay autor que no pase, directa o indirectamente, por el tema, éste está siempre presente, subyacente o explícito, en cada obra.” (124) Y también 58 Seguidamente incluye el estudio de Gustavo Álvarez Gardeazábal en el que establece las diferencias de la violencia colombiana con la mexicana, dentro de las que destaca la intervención que hubo en México de todos los intelectuales. N. Rodríguez 55 mencionamos anteriormente, en el capítulo I, el comentario de Gonzalo Arango en 1959, donde señalaba cómo los autores colombianos necesariamente tenían que tratar el tema por su inmersión en ella. Si estos autores, en estos momentos se asombraban de que, la literatura en Colombia de una u otra manera estuviera determinada por el entorno de violencia que vivía, que no se podría decir ahora que como todos sabemos, la violencia no se detuvo en 1975, sino que siguió subiendo de tono y no ha parado pues los hechos violentos, sus manifestaciones y sus causas, se han multiplicado sin contar sus devastadoras consecuencias.59 En 1994 Karl Kohut, al publicar las memorias del simposio sobre la literatura colombiana que se realizó en Alemania en 1991, el cual recibió el título de Civilización y Barbarie, explica que optaron por este nombre a pesar de que es consciente que definir a la violencia colombiana como ‘barbarie’ es descontextualizarla pues diluye la dimensión política de la situación al mismo tiempo que se convierte en una definición vaga y ahistórica. Sin embargo, deciden usarlo porque concuerdan que la violencia en Colombia es un fenómeno tan complejo y difícil de erradicar que ‘barbarie’ en este 59 Tanto que José Cardona López, dice que la violencia es un argumento definidor de la nacionalidad colombiana y resalta el hecho de que en Colombia existe un grupo de violentólogos. N. Rodríguez 56 caso, adquiere otra connotación para señalar una realidad más general y más profunda, ya que el término violencia se hace insuficiente para nombrar el fenómeno. De otro lado, a Laura Restrepo le llama la atención el hecho de que ‘violencia’ es un término que en su acepción original “es sinónimo de ímpetu, arrebato, y encierra las connotaciones de fuerza ciega, arranque brutal.” (119) Para ella, el hecho de que a este fenómeno se le llame “violencia” a secas, …obedece por una parte al intento de mitificar el fenómeno despojándolo de sus connotaciones políticas y negando su carácter de enfrentamiento clasista, ocultando estos rasgos tras una designación abstracta (“la violencia”) y tras explicaciones que a todos lavan las manos (como la que reza que “todos somos responsables”, lo que equivale a decir que nadie es responsable), y que encubren el verdadero carácter del fenómeno tras la asepsia impersonal de la fatalidad histórica.” (119) Como vemos, con casi los mismos argumentos se puede defender una denominación o la otra. Hago esta observación simplemente para señalar que estamos ante un fenómeno muy complejo que incluso tratar de ponerle un nombre, resulta problemático, sin dejar de notar que la posición de Laura Restrepo es muy clara y directa. N. Rodríguez 57 Laura Restrepo en su ensayo: Niveles de realidad en la literatura de la violencia colombiana, al cual pertenecen las dos citas anteriores, hace su diagnóstico sobre este fenómeno en el cual destaca la intención de algunos de presentar a “…la “Violencia” como movimiento surgido ex nihilo, que se fecunda a sí mismo y cuyo único motor es su propio dinamismo interno: como momento negro de la historia del país,” (121) Para la autora es importante no perder de vista la importancia que en un comienzo tuvo y ha tenido la defensa de los derechos y los intereses económicos de los burgueses contra los campesinos, ya que como afirma, este es un: “fenómeno que tiene hondas raigambres económicas y políticas, y en cuya base se agita un complejo proceso de lucha de clases.” (121) ¿Cómo se llegó a este punto? Son muchos los que han intentado responder a esta pregunta y como las respuestas lo indican, no encontramos ni una causa ni una forma únicas. Otto Morales Benítez, en entrevista concedida a los profesores Raymond L. Williams y J. León Helguera, en coloquio sostenido en 1987 en la Universidad de Cornell60, hace su síntesis, hasta ese momento. El estadista aclara que para empezar, hay que establecer que en el comienzo se dieron problemas de carácter regional y nacional, como también es 60 El simposio se llamó Violencia y Literatura en Colombia, del cual Jonathan Tittler publicó las memorias con este mismo título. N. Rodríguez 58 enfático al afirmar que hay diferentes violencias: “Porque tienen características y motivaciones bien diferentes.” (197) Y continúa, “Con implicaciones sociales y políticas bien distantes. Relacionadas con problemas que no tienen parentesco.” (198) Explica que desde el momento mismo de la independencia se dieron enfrentamientos, por lo que algunos afirman que desde entonces empezó la violencia, pero aclara; en este primer momento, estos conflictos tenían que ver con la definición de identidad, y luego se fue evolucionando en la guerra entre los dos partidos oficiales colombianos: los liberales y los conservadores. Lamentablemente siempre hay un motivo, primero fue la definición de identidad, luego el conflicto por el poder entre los conservadores y liberales en el período llamado la Violencia y más avanzado el siglo XX, vemos que entran en escena otra serie de ingredientes que tienen que ver con la acumulación de todos estos conflictos que nunca se han resuelto completamente. Se agrega además, la situación mundial, el surgimiento de grupos de izquierda que conformaron frentes armados en constante lucha por desestabilizar el orden institucional establecido y más adelante el narcotráfico y la constante lucha por el poder entre sus diferentes carteles, como paralelamente se incrementa el problema de la delincuencia común, que puede estar organizada o ser N. Rodríguez 59 individual. Todo esto hace que la situación sea mucho más compleja, caótica y de difícil solución, así la mayoría de los colombianos quieran la paz. En general observamos que dependiendo de la filiación, ideología o partido de quien esté contando la historia se tachará al otro de culpable o se tiene otra perspectiva, hecho por el cual, tener total claridad sobre la situación es mucho más difícil. Para Laura Restrepo, el estado actual de Colombia obedece a la combinación de todos estos ingredientes, a los resquemores políticos, sociales y económicos acumulados históricamente que se suman a la fuerte influencia del capitalismo, -que cayó de un momento a otro-61 y que al pretender hacer un negocio de todo, le da una gran importancia al dinero. Llegando al punto de que, actualmente el dinero lo representa todo. La misma situación colombiana, donde la mayoría carecía de lo mínimo para sobrevivir, fue lo que en últimas desembocó en el narcotráfico, ya que este ‘negocio’ representaba una forma fácil, de obtener dinero. Pero es clara al afirmar que este es un proceso que también corre en todas partes. 61 Es esta una de las consecuencias o características determinantes que veo que Laura Restrepo adjudica al momento posmoderno, relacionándolo con la predominancia del capitalismo en el mundo. N. Rodríguez 60 Laura reconoce la gravedad de la situación colombiana y se preocupa por las implicaciones de ésta a nivel global, asegura que así muchos lo asuman de diferente manera, la situación de Colombia, también obedece a la situación mundial; “Colombia es un escenario donde se está dirimiendo una batalla mundial.”62 Quiere ser enfática al poner a Colombia como ejemplo de lo que le puede suceder al mundo si no se toman medidas preventivas. Afirma: “En Colombia todo esto nos está destruyendo como nación. De alguna manera somos una vanguardia de lo que puede ser el planeta entero si vamos por donde vamos”63 aclara que así algunos lo piensen, no somos un producto del atraso sino del futuro, “de ese capitalismo totalmente inclemente,”64 que pasa por encima de lo que sea. Y que también en un país como Colombia lleva a que se den combinaciones y contrastes que resultan explosivos pues: …ese señor feudal es un poderoso dentro de las transacciones, mueve su negocio junto con socios capitalistas, banqueros, que pertenecen absolutamente al primer mundo. Su negocio está vinculado a ellos, maneja la tecnología más sofisticada que puedas conseguir en materia de armas, en términos de comunicaciones, 62 En, entrevista con Juan Fernando Merino. En, entrevista con Ligia Parra: La escritora colombiana Laura Restrepo cree que Colombia es la vanguardia de los males del mundo, en El Tiempo, noviembre 30 de 2004. 64 Ibid. Que de acuerdo con Lipovetsky, “…se basa en la negación de la tradición, en el culto a la novedad y el cambio” (81) 63 N. Rodríguez 61 espionaje, computadoras… Allí el pasado desaparece y estás vinculado a la globalización, a todos los excesos del capital, a una apetencia de consumo absolutamente desbordada. …Nos sentimos en una sociedad postatómica, no una sociedad feudal.65 Y advierte: “si la humanidad no da un vuelco puede repetirse en cualquier otro lugar una situación así.”66 Podemos intentar hacer un inventario de algunos indicadores del desarrollo de los principales factores de violencia política y ver cómo el problema del narcotráfico se va involucrando, va permeando y envolviendo todas las áreas, y finalmente contribuye a la violencia política y a la descomposición de la sociedad que luego, se transforma en un monstruo de varias cabezas, pero que muy a pesar suyo, Laura Restrepo afirma, todo esto tiene que ver básicamente con las injusticias del pasado, agravadas o complementadas con el nuevo valor que el dinero adquiere. No obstante, como explica Morales Benítez, existen acontecimientos muy localizados y destinos individuales que guardan gran identidad con la historia colectiva. Aconteceres que involucran un individuo, una familia, una aldea o a una 65 66 Ibid. Ibid. N. Rodríguez 62 población, pero que al final envuelve y afecta a toda una región y al país entero.67 Tomemos como punto de referencia para iniciar, el conflicto que condujo a la emancipación de España, desarrollado en Colombia entre 1810 y 1819. Se inició el 20 de julio en Santafé de Bogotá cuando un grupo de patriotas, utilizando como excusa la negación en términos ofensivos para los americanos del préstamo de un florero que se solicitó al español José González Llorente68, iniciaron una revuelta que dio origen al “grito de independencia”. A raíz de este hecho, los criollos sustituyen las autoridades existentes por juntas de gobierno. Irónica y lógicamente siguiendo el modelo español. Desde este primer momento, surgen dos corrientes ideológicas: el federalismo y el centralismo, que dio origen a un enfrentamiento militar que permitió que los españoles, a cargo del pacificador Pablo Morillo, reconquistaran el territorio en 1814. Esta situación que radicalizó el movimiento independentista dio origen a la campaña libertadora comandada por Simón Bolívar, que el 7 de agosto de 1819 con la “Batalla de Boyacá” culmina con el proceso de la independencia absoluta. También otro factor que contribuyó al movimiento 67 Situación que plantea y desarrolla Laura Restrepo en, El leopardo al sol. 68 Por lo que este episodio es conocido en la historia como el de “El florero de Llorente.” N. Rodríguez 63 revolucionario fue el adelantado por algunos intelectuales criollos, conocidos como precursores, quienes difundieron los principios de libertad e igualdad. Entre ellos se encontraban: Antonio Nariño, Francisco Miranda y Camilo Torres. Simón Bolívar fue declarado presidente de la República y Francisco de Paula Santander, quien luchó activamente en la campaña, fue nombrado vicepresidente. En 1819 es posible hacer realidad el sueño bolivariano, que pretendía que los países libertados: la Nueva Granada, Venezuela y la provincia de Quito, formaran una sola y poderosa república: La Gran Colombia; sueño que el “Libertador” hizo realidad desde 1819 hasta 1830. Pero como es bien conocido, lo que estuvo detrás de la disolución de la Gran Colombia, fueron una serie de conflictos personales y envidias que se desataron en contra del libertador y que son algunos de los temas que trata Gabriel García Márquez en su novela sobre el último viaje del libertador; El general en su laberinto (1993). Vemos que la historia está construida por personas y que desde este momento, desde un comienzo, la de este país estaba siendo determinada conflictivamente. Es así como a mediados del siglo XIX comienzan a estructurarse en la Nueva Granada, filosófica y doctrinariamente, los partidos liberal y conservador. Estos N. Rodríguez 64 partidos tradicionales basaron su ideología en la filosofía liberal del siglo XVIII y se hallaban relacionados con el federalismo y centralismo de la época de la independencia. Con los liberales moderados (conservadores) y liberales progresistas (liberales) que surgieron del pensamiento de Francisco de Paula Santander. La Constitución de Rionegro (1863-1886) representa para Colombia el rompimiento definitivo con la estructura socioeconómica colonial. Se imponen ideas liberales, entrando el país de lleno en el sistema capitalista imperante en occidente, lo que significaba el triunfo de los intereses librecambistas y la imposición de las libertades individuales absolutas. La convivencia con los principios constitucionales instaurados en la Constitución de Rionegro, al finalizar el siglo XIX condujo a un replanteamiento de las bases ideológicas del Estado. Se instauró entonces un sistema proteccionista, regido por la Constitución de 1886 que perduró en Colombia por más de 100 años69 y se caracterizó por un rígido centralismo y por las amplias facultades que otorgó al 69 Ante la necesidad de reformar la Constitución de 1886 un grupo de estudiantes universitarios realizó un plebiscito en 1990. Este fue aprobado y se dispuso la conformación democrática de la Asamblea Constituyente, integrada por diferentes fuerzas (estudiantes, indígenas, guerrilleros reinsertados, liberales, conservadores, etc.) De la Asamblea Constituyente surge la Constitución Política de Colombia 1991 en la cual la participación ciudadana, el respeto por los derechos fundamentales y la consolidación de la tradición democrática de Colombia ganaron espacios. N. Rodríguez 65 poder ejecutivo. La Constitución estableció el sufragio para todos los varones, mientras que el voto femenino no se estableció hasta 1957, bajo el mandato del General Gustavo Rojas Pinilla. Entre los años de 1899 a 1921, se sucede en las cordilleras de nuestro país, la desintegración de resguardos y la expulsión de los campesinos de sus terruños, todo a la sombra de fenómenos tales como la Guerra de los Mil días (1899-1902), la separación de Panamá (1902-1903), el quinquenio (1904-1909) y el partido republicano (1910-1921). Millares de familias son afectadas, desplazadas, que desposeídas se trasladan a otras regiones en busca de tierras propias. Este desplazamiento a través del tiempo se ha hecho más evidente, más cruel y más inmanejable.70 Aquellas familias se internaban en las selvas ubicadas en ese entonces en la altitud de las cordilleras central y occidental, en los departamentos del Quindío, Tolima, Huila, Cauca y Valle. Muchos vienen de Antioquia, de Caldas o del Norte del Tolima. Otros, vienen de Cundinamarca, Boyacá o los Santanderes.71 70 Si quisiéramos hacer prehistoria, en Historia de la Cuestión agraria en Colombia, 1975, Orlando Fals Borda, hace un recuento de cómo se ha hecho la distribución de las tierras en Colombia, desde la independencia. Aquí vemos claramente como incluso desde la independencia la balanza ha estado inclinada sólo para el lado de algunos. 71 Sobre el tema de los desplazados, Laura Restrepo escribe, La novia oscura en 1999, y La multitud errante, 2001. N. Rodríguez 66 En 1914 se sanciona por parte del gobierno nacional la Ley 14 mediante la cual se aprueba el tratado con los Estados Unidos y se indemniza al país por la segregación del Canal de Panamá. Laura Restrepo señala cómo en 1930, tras el gobierno liberal, “…comienza a tener representación en el Estado un sector de la burguesía industrial que… presiona porque sean abolidas las trabas del desarrollo capitalista agrario.” (122)72 En los años 40 - 50 nos encontramos con un país netamente agrario; tanto económicamente como demográficamente, no obstante el censo poblacional, la estructura ocupacional y el origen del producto interno bruto nacional, entre otros factores, indican un país de rápida urbanización. Es esta una etapa que se conoce como “etapa puente” entre la fase anterior de poblamiento agrario y la subsiguiente de la urbanización moderna que aún se vive. La expansión de la economía y principalmente el proceso de industrialización dieron origen a transformaciones políticas y sociales. A partir de los años 40, la demanda de la mano de obra incrementó la migración a las ciudades, al mismo tiempo que se intensificaron los conflictos sociales tanto en el campo con la agitación campesina, como en la 72 En: Niveles de realidad en la literatura de la “violencia” colombiana. N. Rodríguez 67 ciudad con el movimiento obrero, que dio origen al establecimiento de una reforma laboral. Entre 1945 y 1950, después de la segunda guerra mundial, surgen en el plano global, diez repúblicas socialistas que rompen el bloqueo impuesto a la República Socialista Soviética desde 1918. Casi la tercera parte del planeta se dirige hacia el comunismo. Por ese entonces los Estados Unidos se convierte en indiscutible líder mundial, gracias al hecho de haber salido intacto e inmensamente rico de la segunda guerra mundial. Ese simple hecho lo convierte en estandarte ideológico en la lucha contra el comunismo. En 1947 se acentúa la ofensiva mundial del capitalismo contra el comunismo, la cual es liderada por los gobiernos americanos de Truman y Eisenhower. Se reprimen actividades comunistas en diferentes países como Estados Unidos, Irán, Paraguay, Brasil, Holanda, Chile, Argentina, Grecia, Guatemala, México, Cuba y Colombia, entre muchos otros. Este fenómeno es denominado como La Guerra Fría. Es este el marco histórico mundial en el cual surge una guerra interna en Colombia. Guerra económica y guerra de clases que los partidos políticos denominaron como “La Violencia”, pero que en el fondo no era otra cosa que el avivarse el fuego de la eterna guerra interna. N. Rodríguez 68 Se podría establecer paso a paso, la cronología del proceso de colonización en todo el territorio nacional. Para ello se debe tener en cuenta las zonas climáticas, las tierras baldías, la clasificación agrológica de los suelos, las corrientes migratorias entre las regiones, la penetración del café, el ingreso de la ganadería, los conflictos jurídicos sobre la propiedad multiplicándose cada día, todo lo cual desemboca en graves conflictos sociales que vienen a constituir una crónica de sangre de la llamada “VIOLENCIA” que se resume en un cambio en la tenencia de la tierra, pues muchos campesinos son desplazados,73 debiendo abandonar sus parcelas, y por ende la concentración de la propiedad en algunos es más evidente. En Colombia, entre 1948 a 1957 se suceden los períodos Presidenciales de Mariano Ospina Pérez, Laureano Gómez, Roberto Urdaneta y Gustavo Rojas Pinilla, períodos durante los cuales se le dio a la violencia una connotación netamente interna, desvirtuando por completo la injerencia extranjera en el manejo de los asuntos políticos y económicos internos. De acuerdo con Laura Restrepo: “…los gobiernos de Ospina Pérez y Laureano Gómez consolidan definitivamente la coalición de 73 Orlando Fals Borda en: Cuestión agraria en Colombia, “La Violencia aguda desatada entre 1948 y 1957 también fue elemento desorganizador de la estructura agraria. Promovió una serie de traspasos y ajustes en las propiedades, muchos a la fuerza, que ayudaron a movilizar y concentrar aún más la propiedad. Y desarraigó buena parte de la fuerza de trabajo, deprimiendo los jornales y estimulando la migración a las ciudades.” (121) N. Rodríguez 69 industriales y terratenientes con miras a la capitalización de la gran propiedad territorial y a la represión de los sectores medios.” (122)74 En este período surge el caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán como defensor del campesino en la zona bananera y consolida el partido político UNIR (Unión de izquierda revolucionaria) representante de las masas populares. Esta fuerza política logra gran acogida en todas las zonas del país, convirtiendo a Gaitán en un importante líder con un gran número de seguidores. El período de la violencia o primera violencia comprendido entre 1947 y 1960 aproximadamente, se inicia el 9 de abril de 1948. En la memoria de los colombianos se recuerda más como el “Bogotazo”75, el día en que muere asesinado el caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán, y no como la fecha en la que nace la Organización de Estados Americanos, OEA en la ciudad de Bogotá. Restrepo, sobre este momento, explica: En efecto, la “Violencia” colombiana”, desatada a partir de 1948, constituyó una auténtica guerra civil en el sentido pleno del término, en la cual se enfrentaron, por una parte, diversos sectores de la pequeña burguesía - 74 En: Niveles de realidad en la literatura de la “violencia” colombiana. Que además se convirtió en un punto de partida, afirman A. I. Robledo y colaboradoras: “El Bogotazo y la Violencia conforman el núcleo temático de, al menos, setenta y cuatro relatos escritos, la mayoría de ellos, entre 1946 y 1965.” (31) 75 N. Rodríguez 70 algunos de los cuales se apoyaron en Gaitán y se alinearon en el partido liberal- contra la burguesía y los terratenientes quienes, coaligados se ampararon en el partido conservador y utilizaron el aparato estatal para establecer un régimen de terror y montar una dictadura policiaco – militar que les permitiera frenar las exigencias democráticas de la pequeña burguesía. (121)76 Lo que posibilitó la aparición de grupos guerrilleros en zonas montañosas y apartadas, en zonas campesinas pobladas y en los llanos orientales. Debido a la presión que ejercían estos grupos desestabilizadores se estableció la dictadura militar de Gustavo Rojas Pinilla, con el fin de hacer posible el control en las zonas de conflicto y “entra a restablecer, con su gobierno de “Paz, Justicia y Libertad”, la hegemonía burguesa temporalmente quebrada.” Este gobierno fue sucedido por un régimen bipartidista entre liberales y conservadores desde 1958 conocido como el Frente Nacional; pacto de silencio en el que nadie podría hablar del genocidio en el que más de 200.000 personas fueron asesinadas, como si con ese silencio se curaran las enormes heridas grabadas en sus sucesores, quienes nacieron en medio de un conflicto que a la fecha no ha cesado. 76 En: Niveles de realidad en la literatura de la “violencia” colombiana. N. Rodríguez 71 Esta Violencia fue el enfrentamiento entre conservadores y liberales por la conservación del poder que había estado en manos de los liberales y que por divisiones internas de este partido paso a manos conservadoras.77 La violencia en este período es particularmente cruda y existen innumerables documentos que la registran como también es el momento en el cual este tema adquiere importancia dentro de la literatura, por lo que existen abundantes obras tratando el tema.78 Se marca hacia 1958 como límite porque fue cuando se llegó a un acuerdo entre los dos partidos tradicionales, para dividirse el poder y fue lo que se llamó Frente Nacional, la violencia disminuyó pero nunca puede afirmarse que terminó, más bien cambió de motivos y de forma. De acuerdo a este primer período de violencia, Álvaro Camacho Guisado79 concluye que: Es claro que la Violencia abarcó lo social, lo económico y lo político… parece hoy día aceptado que su rasgo fue 77 A finales del siglo XIX, el poder había estado en manos conservadoras por más de 30 años. 78 Para citar sólo algunas: Los olvidados (1949), de Alberto Lara Santos; El gran Burundún Burundá ha muerto (1952), de Jorge Zalamea; El cristo de espaldas (1952), Siervo sin tierra (1954)y Manuel Pacho (1962), de Eduardo Caballero Calderón; Viento seco (1953), de Daniel Caicedo; La hojarasca (1955) y El coronel no tiene quien le escriba (1958), de Gabriel García Márquez; Marea de ratas (1960) y Bajo Cauca (1964), de Arturo Echeverri Mejía; Solamente la vida (1961), de Fernando Soto Aparicio; La casa grande (1962), de Álvaro Cepeda Samudio; El día señalado (1963), de Manuel Mejía Vallejo, y Cóndores no entierran todos los días (1971), de Gustavo Álvarez Gardeazábal. 79 En: El ayer y el hoy de la violencia en Colombia: continuidades y discontinuidades. N. Rodríguez 72 el proceso de agresión de que fue víctima la población campesina de algunas regiones del país y que esa agresión tuvo fuertes bases en los comportamientos políticos de los habitantes locales. Comunidades enteras fueron atacadas independientemente de que hubieran actuado o no violentamente con anterioridad a la agresión, y que estos ataques se ensañaron contra poblaciones liberales y especialmente gaitanistas. () Paralelamente durante esta etapa se percibe gran avance en el país gracias a las nuevas inversiones industriales, préstamos de la banca internacional, lo que se vino a llamar la Alianza para el progreso. Se obtienen grandes beneficios como fueron los planes masivos de vivienda, autoconstrucción, erradicación del analfabetismo, erradicación de tugurios,80 reforma agraria y la creación del Servicio Nacional de Aprendizaje SENA como la entidad encargada de transformar la mano de obra de los inmigrantes del sector rural en mano de obra calificada para la naciente industria urbana. A partir de 1960 la influencia comunista dio un carácter diferente al conflicto. Miles de familias abandonaron sus tierras y se organizaron en las montañas en donde muchas se establecieron como grupos armados. La violencia ahora, comenzó 80 En Colombia se llaman ‘tugurios’ a las pequeñas y precarias viviendas que construyen las personas sin recursos, en zonas de invasión de las grandes ciudades, y que carecen de servicios públicos. N. Rodríguez 73 a manifestarse como el enfrentamiento entre guerrillas de orientación marxista leninista y las Fuerzas Armadas. En 1974 finaliza el Frente Nacional y se retorna al sistema de libre elección. En este período el contrabando y el narcotráfico empiezan a consolidar sus acciones en el país. Entre 1980 y 1990 se dio un aumento considerable en cuanto a los brotes generalizados de violencia en variadas formas, en este momento, estos eran el resultado de los conflictos entre el estado y la sociedad, entre los miembros de la sociedad y además el conflicto guerrillero que había surgido en los últimos 40 años, se hace más intenso. Desde el comienzo, la cuestión agraria se constituye en el centro del conflicto socioeconómico en el que están enfrentados los campesinos sin tierra contra los grandes terratenientes, y que fue el principal motivo de la Violencia inicial, ya que generalmente éstos, recibían el apoyo del gobierno de turno. Se intentaron varias reformas agrarias pero con escasos resultados. En la defensa agresiva de los terratenientes contra los campesinos, estos son desplazados y en su búsqueda de nuevas tierras se han convertido en colonos, vemos que este es también el origen de la guerrilla, pues ésta se formó como único respaldo en contra de esta situación de indefensión frente a los poderosos. Es en estas áreas de colonización N. Rodríguez 74 donde confluyen los problemas sociales y políticos, a causa de la lucha por la supremacía entre grupos guerrilleros, partidos tradicionales, el estado, terratenientes, narcotraficantes que algunas veces también se han convertido en terratenientes, y militares. También, se da el aumento de la inmigración de los campesinos hacia las grandes ciudades,81 produciendo una transformación acelerada de éstas, ya que estas ciudades no tenían la estructura suficiente para enfrentar la avalancha y se da el caos. Según los especialistas se trató de uno de los procesos de urbanización más acelerados y traumáticos que han ocurrido en el mundo. Sin duda, el país no estaba en los años sesenta en capacidad de absorber esta avalancha humana, lo cual contribuyó a disparar los índices de pobreza y desocupación urbanas. Para tratar de ejercer su control, perdido por su insuficiencia, el estado responde recurriendo a la fuerza, para controlar paros, huelgas y otras manifestaciones de inconformidad por parte de los sectores populares. Se reacciona como si se tratara de un problema de orden público. En síntesis y de acuerdo con Álvaro Camacho Guizado,82 la violencia de este momento es debida a que: 81 De acuerdo con Kalmanowitz, 1990: en 1938, un 70% de colombianos vivían en el campo y en 1973, esta cifra disminuyó a 34.5%. 82 En: El ayer y el hoy de la violencia en Colombia: Continuidades y discontinuidades. N. Rodríguez 75 Las transformaciones producidas por el desarrollo capitalista del país han alterado sensiblemente su estructura social; el acelerado crecimiento urbano, la diversificación de los aparatos productivos,…han producido cambios sustanciales que coexisten con la ausencia de reformas agraria y urbana y otras que reduzcan el enorme hiato existente en la distribución de riqueza y de ingresos, y que se asocian con la ausencia de democracia y con un clima de descontento social. Lo que conduce a que hacia 1963, con el surgimiento de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), empezarán a surgir otros grupos guerrilleros, con diferentes filiaciones políticas, como el ELN (Ejército de Liberación Nacional) en 1965, y el EPL (Ejército Popular de Liberación) en 1967. En 1973 surgen el Movimiento 19 de abril (M-19), y el movimiento indigenista, Quintín Lame. Por sus conflictos internos, algunos de los grupos guerrilleros tendían a desaparecer hacia 1970, pero con el gobierno de César Turbay Ayala (1978 - 1982), se dio una gran represión que ocasionó un auge de estos movimientos. En el término presidencial,83 de Belisario Betancur Cuartas (1982-6) se llevan a cabo las primeras negociaciones 83 En Colombia un presidente se elige para un período de 4 años de gobierno. N. Rodríguez 76 con los grupos guerrilleros, en las cuales Laura Restrepo, fue llamada a participar activamente, también en este período se crea el Plan Nacional de Rehabilitación. Con el aparente éxito de las negociaciones se suscribieron los acuerdos de paz en 1984, pero siguieron las dudas y las críticas de ambas partes, por lo que hubo nuevas violaciones, asesinatos de líderes guerrilleros y ataques de los guerrilleros supuestamente comprometidos en los acuerdos. Finalmente, con el ataque del M-19 al Palacio de Justicia en 1985, se acabó el proceso de Paz y la desconfianza en la seriedad de las organizaciones guerrilleras domina los medios masivos de comunicación.84 En 1985, se da la fusión de varios grupos en la Unión Patriótica (UP), se dio contra ellos una fuerte oleada de asesinatos que les costó más de mil miembros, entre los que se contaban, senadores, miembros de la cámara y candidatos a la presidencia. Los sectores políticos de la derecha veían en este grupo un gran peligro y al no lograr alcanzar a la guerrilla se ensañaban en sus seguidores y supuestos simpatizantes. Antes de las elecciones de 1988, el 30% de los candidatos fueron asesinados.85 Durante la presidencia de Virgilio Barco (1986 - 1990) se siguió la política de paz pero con importantes cambios ya que 84 Lo que documenta Laura Restrepo en: Historia de una traición, su primera obra. 85 Este es el momento en el cual Laura Restrepo escribe su artículo, La cultura de la muerte, que mencionábamos al principio de este capítulo. N. Rodríguez 77 se fortalecieron las Fuerzas Armadas del Estado y la Policía Nacional y se buscaron negociaciones directas con los grupos guerrilleros, dando como resultado la desmovilización del M-19 y el EPL. En el siguiente término presidencial, durante el gobierno de César Gaviria, el M-19 y el EPL se convirtieron en movimientos políticos. A la par con este proceso, se fueron creando grupos de autodefensa, como respuesta ante la insuficiencia (de acuerdo a los criterios individuales), del gobierno oficial de brindar seguridad. Las características y los propósitos de estos grupos varían de acuerdo a sus objetivos. Así tenemos que estos se multiplican y que muchas veces, es difícil determinar cuántos son. Desde la época de la Violencia los campesinos crearon grupos de autodefensa contra el bandolerismo y el robo de ganado. En los años 60, existen grupos de autodefensa creados por las Fuerzas Armadas como parte de la lucha antiguerrillera. A partir de los ochenta los narcotraficantes han tenido guardaespaldas para la defensa contra otros narcotraficantes y también contra políticos o funcionarios públicos. Paralelo a estos, surgen en Medellín los sicarios, N. Rodríguez 78 que matan por encargo a cualquiera y que no están ligados a una organización o a un patrón.86 También a mediados de los ochenta los narcotraficantes convertidos ya en terratenientes crean grupos paramilitares, con excelente armamento y entrenamiento, para defenderse de las ‘vacunas’ y los secuestros de la guerrilla, y que de acuerdo con Álvaro Camacho, aunque se afirme algo diferente, “El sicariato, las autodefensas y los paramilitarismos tampoco son herramientas exclusivas de los narcotraficantes, ya que a ellos han recurrido terratenientes y propietarios no necesariamente ligados al tráfico de cocaína.”87 Por varios años el gobierno y la clase política se desentendieron de la existencia y las acciones de estos grupos pero el primero de octubre de 1989, el por entonces ministro de gobierno César Gaviria, informó al congreso que en el país actuaban 140 grupos paramilitares, entre los cuales figuraban ocho a nivel nacional, y esta fue la oficialización de esta nueva fuerza armada. El surgimiento del narcotráfico lo podemos tratar de explicar como la esperanza de ascender socialmente y tener una vida mejor, en un país donde una gran parte de la población 86 Aunque algunos afirman que este era el brazo armado de Pablo Escobar, pues, por dinero, ellos estaban dispuestos a hacer cualquier ‘trabajo’ que se les encomendara y al parecer Pablo recurrió a ellos en muchas ocasiones. 87 En: El ayer y el hoy de la violencia en Colombia. N. Rodríguez 79 vive en condiciones de pobreza, a pesar de la riqueza del país, pues sus bienes están desigualmente repartidos. Gonzalo Sánchez trae apartes del documento Pacificar la paz,88 en el cual se concluye que: “el narcotráfico ha operado como un canal de ascenso individual, sustituto de la ausencia de reformismo social.”89 La clase social alta y la clase política90 durante mucho tiempo no aceptó a los narcotraficantes como nuevos integrantes.91 Una guerra abierta contra este grupo se desató después del asesinato del ministro de justicia, Rodrigo Lara Bonilla en 1984, en la cual murieron 730 miembros de la policía y de las fuerzas armadas, periodistas, un procurador general de la nación, un ex ministro de justicia, además de 50 jueces.92 Raymond L. Williams también marca este momento como característico de la posmodernidad y asegura que el surgimiento del narcotráfico internacional a finales de los años setenta contribuyó enormemente, para bien o para mal, a la transformación de Colombia. De acuerdo con él, “Síntomas innegables de la crisis y la transformación en los años 88 Que aparece en 1992 y es producido por la comisión para estudiar la violencia. Anteriormente en 1987 había aparecido, Violencia y Democracia. 89 En: Los intelectuales y la violencia. 90 Aunque Pablo Escobar, estuvo por algún tiempo vinculado a la política como Representante a la cámara. 91 Este hecho es tratado por Laura Restrepo en Leopardo al sol. 92 Este es el momento de Delirio, donde identificamos a Pablo Escobar y su guerra contra la policía nacional, ya que cada policía muerto era recompensado. N. Rodríguez 80 ochenta fueron el desastre nacional del Palacio de Justicia y el asesinato de Rodrigo Lara.” (59)93 Hoy en día podemos afirmar que lo que existe en Colombia es una multiplicidad de violencias y que como lo sugiere Álvaro Camacho Guizado no es una situación simple: “…en el narcotráfico, sin duda el escenario más novedoso y que caracteriza más adecuadamente la coyuntura de violencia contemporánea, la situación es bastante compleja, ya que en él se sobreponen todos los campos de conflicto.”94 Daniel Pécaut es uno de los más agudos estudiosos de la realidad colombiana. Sociólogo, investigador ha escrito numerosos trabajos y dirigido numerosas tesis acerca de nuestra realidad social y política. Aunque se interesa en las funciones del Estado, orienta toda su atención hacia las relaciones de éste con la sociedad civil. También se ocupa del desarrollo de lo social y lo económico y sus representaciones en lo político, mostrando cómo la obsesión de las elites en la búsqueda de un “orden moderno” como expresión de una unidad nacional es desde el siglo XIX, una tarea central en la que el Estado parece hallarse atrapado siempre en medio de las tormentas de una sociedad civil omnipresente, que lo lleva a rastras por sus divisiones y lo somete a sus exigencias. 93 En Postmodernidades Latinoamericanas, 1998. Esta poniendo este hecho como definitivo en la entrada de Bogotá a la posmodernidad. 94 En: El ayer y el hoy de la violencia en Colombia. N. Rodríguez 81 Condiciones que hacen que la violencia no sea simplemente el otro polo de un movimiento pendular, sino una combinación íntima que coexiste tanto en lo social como en lo político. La dura conclusión del doctor Pécaut acera de la realidad actual colombiana es que, …la mezcla de cálculos políticos y actos delictivos, la promiscuidad de “paramilitares” elites tradicionales, y nuevos ricos de la droga, la complicidad entre miembros de las Fuerzas del Orden y sicarios, no pueden tener otro resultado que gangrenar las instituciones políticas. Argentina y El Salvador han hecho la experiencia: es más fácil entrar en este desorden, que salir de él. Lo menos que puede decirse es que el gobierno no ha logrado detener este deslizamiento. (417) En uno de sus recientes viajes a Colombia, el profesor Pécaut, tras recorrer algunas zonas de violencia —pues es uno de los investigadores que no se conforman con versiones de segunda mano—, decía en tono profético, en una conversación informal, que “Colombia es un gigante que se acerca al abismo con los ojos abiertos”. Y esta afirmación creo que está muy cercana a la conclusión de Laura Restrepo cuando afirma que, “la cultura colombiana está en vías de extinción.” N. Rodríguez 82 La propuesta de Laura Restrepo Laura Restrepo por su participación en la política, tiene un conocimiento profundo de la realidad colombiana y también tiene un compromiso con el país, está empeñada en ser parte, aunque sea mínima, de la solución y así se plantea su objetivo como escritora, ya que dadas las condiciones colombianas, piensa que los artistas están llamados a participar activamente desde sus respectivos campos, con un objetivo básico: “Lo que los artistas tenemos que decir es tan simple como eso, que la vida es mejor que la muerte”95 Mirando globalmente su obra, vemos como rasgo constante, su esperanza en el ser humano, su convicción de que en él, está la solución. La autora quiere sembrar esperanza y ver cómo, en medio de toda esta ‘descomposición’ algo positivo puede suceder, que sí puede haber una salida. Esta idea es permanente, y la veremos a través de toda su obra, la solución que propone, está mediatizada por la calidad humana de sus protagonistas con el soporte del amor. En esta propuesta vemos un llamado al retorno de los valores humanistas, desaparecidos en Colombia y el mundo actual, como producto del nuevo estado de cosas, del predominio de la individualidad como fin último 95 Entrevista de Mihály Dés que aparece en La Revista de Cultura Lateral. No. 67/68 de julio – agosto 2000. N. Rodríguez 83 y de la sociedad de consumo,96 donde nos hemos olvidado de la importancia de ser ‘buenos’. Asegura Laura, refiriéndose a la bondad de Aguilar, el esposo de Agustina en Delirio: Es que la sociedad está llena de gente buena, pero la bondad parece una virtud en desuso como si hubiera un aura cursi alrededor de ella que hace que no la busquemos más porque nos parece fronteriza con la tontería.97 No está por demás, anotar que ella pone una gran bondad, en los personajes masculinos. Para Laura Restrepo, es bien claro que “el discurso humanista” que aportan los escritores “es el único que puede dar respuesta a la crisis de hoy en día…” 98 y así asume ella su papel de escritora.99 También, ella es consecuente con esta idea cuando habla sobre sus supuestas influencias. En la entrevista con Jaime Manrique, Laura reconoce que sus autores personales son los mismos de su padre; los norteamericanos, William Saroyan100 y John Steinbeck y el griego Nikos Kazantzakis porque: “…with the dignity of human beings under even the most trying 96 De acuerdo con Lipovetsky, el egoísmo que lleva al consumo, es la característica más sobresaliente del hombre posmoderno. 97 En: BBCMUNDO.com. 98 Noticias de arte y cultura: Laura Restrepo revindica el “compromiso político” de los escritores actuales. Que aparece en: www.lukor.com/literatura/noticias. 99 No en vano, ella empezó a leer a Sartre cuando apenas tenía 14 años. 100 Encuentro gran relación en el nombre de este autor y el de Sayonara, la protagonista de La novia oscura. N. Rodríguez 84 conditions, their ability to evoke empathy despite harshness, as well as the solidarity and ironbound links of clan.”101 Para Laura Restrepo, es obvio que con el surgimiento del narcotráfico, la violencia en Colombia, toma nuevos rumbos como también se crean otras expectativas que reaniman los ánimos belicosos. Para ella el narcotráfico es en mucha parte responsable del ‘drama nacional’ que surge o es motivado por la importancia o reconocimiento del valor metálico de todo – incluso de la vida- en un país donde antes no existía o se negaba el valor del dinero. Afirma, “El narcotráfico es el gran reconocimiento a la importancia del valor de las cosas.”102 Al observar este nuevo y súbito cambio en el estado de cosas tiene la motivación para emprender la investigación, que la lleva a escribir El leopardo al sol, donde registra el comienzo de esta ‘industria’ y muestra los contrastes que este nuevo elemento produce en una cultura como la colombiana. La forma como se gesta la novela y las condiciones que la producen hacen honor a la misma. Inicia su investigación periodística sobre el inicio del narcotráfico, como reportera de la televisión, después escribe un artículo para una revista y luego, por encargo, quiere convertirlo en un guión para una 101 Entrevista con Jaime Manrique en: Bomb Magazine, http//www.bombsite.com. Entrevista de Mihály Dés que aparece en La Revista de Cultura Lateral. No. 67/68 de julio – agosto 2000. 102 N. Rodríguez 85 miniserie televisiva, y en el proceso de realización de este, puesto que se trataba de situaciones y personajes reales y vivos, la programadora recibió serias amenazas de bombardeo, por lo cual el proyecto tuvo que ser cancelado. Laura con todo este material producto de su investigación de once años, le preguntó a los abogados de los guajiros, que eran los implicados en la historia, que si podía escribir una novela,103 y éstos le transmitieron la respuesta de ellos: “Que televisión nada, porque sus mujeres y sus hijas ven televisión… Sí, si es libro escriba lo que quiera que ellas no leen.”104 Y así lo hizo. Desde este momento al publicar su primera novela basada en la realidad colombiana, vamos a ver cómo la autora, se obsesiona con el tema y de aquí en adelante vamos a encontrarlo en la totalidad de su obra. Lo retoma desde diferentes perspectivas, ocupándose así mismo de toda la gama de ingredientes y personajes que envuelven el fenómeno como veremos. Tanto en La multitud errante como en La novia oscura vemos el drama de los desplazados; lo que significa este vagar 103 Una vez más vemos como las circunstancias la empujan a refugiarse en la literatura o de otra manera, cómo la literatura se ajusta más a sus propósitos. 104 Entrevista con Juan Fernando Merino, Martes, 6 de marzo, 2003. Manhattan –Cronopios –Agencia de prensa. Este hecho está reflejando la idiosincrasia de este grupo y gran parte de la sociedad colombiana como también la importancia que tiene la televisión para la gente. N. Rodríguez 86 sin rumbo y no tener nada fijo. El desplazamiento obligado, ha sido y sigue siendo una de las consecuencias de la larga historia de violencia en el país. En Dulce compañía, acompañamos a la periodista protagonista, a un barrio de invasión105 en Bogotá, donde conocemos detalles de esta otra forma de vida, también producto de la violencia, aquí se trata de lo que sucede en las grandes ciudades, donde los desplazados, construyen sus refugios alrededor de la ciudad, creando las llamadas zonas de invasión o barrios marginales. En estos barrios donde todo puede suceder, es el caldo de cultivo de todo tipo de manifestaciones humanas, donde la mezcla de la profunda religiosidad, el desamparo y la desesperanza, hacen posible que un arcángel de carne y hueso aparezca. En Delirio veremos la otra cara de la situación, vista desde el otro lado, ahora es el drama de la bella Agustina, que no obstante pertenecer a la clase alta se ve afectada por todo su entorno y como chivo expiatorio de su familia, que participa velada e indirectamente en el negocio del narcotráfico. En El leopardo al sol, conocemos el inicio de esta ‘industria’ y encontramos aparte de los capos, como Nando 105 Los barrios de invasión se construyen en las grandes ciudades sin tener permiso de los dueños de las tierras ni de las autoridades encargadas de reglamentar la construcción en la ciudad. N. Rodríguez 87 Barragán y el Mani Monsalve, todo un entorno de otros personajes como el sicario Holman Fernely, “el científico del crimen” que nos muestra lo que es esta profesión. También tenemos el drama del drogadicto, el Raca Barragán o el Tinieblo, que como su mismo nombre lo indica, está perdido en el limbo de las drogas. A través de su historia logramos entrever esta terrible consecuencia, ya que de acuerdo con la narración, esta dependencia es producida por la falta de amor, en donde vemos la importancia de este sentimiento, porque a pesar de que Nando, su hermano mayor y jefe del clan, lo apoyó y lo entrenó en toda su sabiduría, “nunca lo amó.” Esta es su condena y por ella llega a ser una leyenda negra: Cualquier calamidad, hasta las inundaciones, las enfermedades o las sequías, se volvió culpa suya. Los niños le temían más que al Patas, más que al Coco, más que al Viejo de la bolsa. Los adultos le rogábamos a Dios que nos librara del Tinieblo…”106 (191-2) Como tampoco, ni en esta ni en las otras obras, las mujeres pasan desapercibidas, en El leopardo al sol, la ley del desierto ordena que las mujeres no pueden ser blanco de la guerra, es sólo pelea de hombres. Ellas tienen aquí y en las 106 Todos estos personajes son típicos de las leyendas populares que se conocen en la niñez de los colombianos. Y Laura las recoge aquí en uno para mostrar la gravedad del caso. También interesante el llamado a Dios. N. Rodríguez 88 otras obras, una función clara de protectoras de los niños y de la vida familiar. La historia de El Leopardo al sol, podría ser contada desde diferentes puntos de vista, incluso desde la historia de amor que está en el trasfondo, que presenta el lado amable, pero como se trata es de reflejar esta realidad, lo terrible sobresale, ya que también esta es la historia de cómo: El asesinato irreflexivo de Adriano Monsalve por parte de su primo hermano Nando Barragán desencadena una guerra fraticida destinada a durar hasta el fin de los tiempos y marcada por la inexorable ley del desierto: la sangre se paga con sangre. Barraganes y Monsalves alimentarán su sed de venganza con negocios ilegales, convirtiendo el dinero fácil en rey de una nueva sociedad que habrá perdido irremediablemente el camino.107 Y esta no es otra que la realidad colombiana, en donde todo empezó desprevenidamente sin calcular las consecuencias y no se sabe exactamente en qué momento se convirtió en lo que es. Muestra cómo, esta es una situación difusa que más parece producto de la imaginación pero que igualmente nos afecta: Una voz en el coro pregunta: -Esos sucesos, ¿son leyenda o fueron reales?” 107 Contraportada de la Edición Norma, 1993. N. Rodríguez 89 -Fueron reales, pero de tanto contarlos se hicieron leyenda. O al revés: fueron leyenda, y de tanto contarlos se volvieron verdad. Es lo de menos.” (29)108 Porque a pesar de todo, es lo que sucede y lo que queda. A este punto no se trata de decidir quién es el culpable, sino más bien, ¿cómo vamos a salir de esto? La técnica narrativa emplea magistralmente la multiplicidad de voces, existe un narrador que habla en presente, diferenciado por el tipo diferente de letra, que establece diálogo con una voz colectiva,109 narrada en pretérito o imperfecto y además están los personajes con sus voces. El narrador es en tercera persona y es omnisciente sólo algunas veces, lo que le permite tener un punto de vista distanciado sobre los hechos, ser neutral, auque en algunas ocasiones, también interviene con sus juicios. El coro caribeño, como Laura lo llama, está constituido por gente de 108 Veo que esta es una explicación mágico - realística que describe la situación pero no la explica. 109 Haciendo acopio de la tradición pone al pueblo aquí como protagonista, técnica que ella conocía muy bien, pues en 1976, en Niveles de realidad en la literatura de la “Violencia” colombiana, escribió acerca de Cóndores no entierran todos los días de Álvarez Gardeazábal: “…la historia… se ve aquí a través del chisme, que pasa de boca en boca, que crece y se complica en habladurías de vecinas, que se susurra al oído, que va tergiversando la verdad, diluyéndola al transformarla en infidencia, en intriga, en secreto público.” (152) Y más adelante al tomar La mala Hora de García Márquez, enfatiza que existen grandes semejanzas entre estas dos obras ya que: “las dos novelas dejan de lado al protagonista individual y lo reemplazan por un protagonista colectivo y plural: el pueblo.” (156) Y esto es precisamente lo que sucede en esta obra. N. Rodríguez 90 la ciudad y del puerto, vecinos de las dos familias, que cuestiona al narrador, el cual responde dando otros detalles y la narración se mueve en el diálogo y la dinámica entre estas voces que algunas veces no concuerdan en sus apreciaciones, presentando diferentes puntos de vista, como la realidad, a lo cual le corresponde al lector tomar partido. En El leopardo al sol vemos cómo, contrario a lo que manda el capitalismo, el dinero no trae la felicidad esperada, sino todo lo contrario, y así se lo sentencia el coro a Ana Santana, en el momento de su boda con Nando Barragán: “Ni tú ni los tuyos van a tener un minuto de paz. Dinero sí, todo el que quieras, pero ni paz ni amor.” (93) Esto es únicamente lo que el dinero fácil, puede dar, por esto la alternativa que propone es encontrar la felicidad a través de las relaciones humanas. Ana Santana, no se estaba casando por amor con Nando sino por un capricho y tal vez por el dinero y el ‘prestigio’ que éste le ofrecía. Al final en El leopardo al sol, Alina Jericó, la esposa del Mani Monsalve, logra huir hacia México, y en este trayecto, nace su hijo Enrique Méndez, que usará el apellido de su padre adoptivo. Al estar lejos del país y de la guerra, puede dejar de usar el apellido Monsalve, que es lo que lo condenaba a una muerte segura, y así se le pone fin a la guerra fraticida entre los Monsalve y los Barragán en la que N. Rodríguez 91 están envueltas estas familias. Detrás de este logro final esperanzador, está el doctor Méndez, el abogado de los dos clanes, quien por su amor incondicional por Alina, cranea, se arriesga y finalmente logra ponerlos a salvo. Es este amor, con características femeninas, que veremos también en el personaje de Aguilar en Delirio, lo que los salva y logra proyectar un futuro mejor. Uno de los rasgos generales que observo en cuanto a los personajes masculinos de Laura Restrepo, es su ternura, su sensibilidad y en mucha parte sus características que van en contra de lo que representa el machismo en la cultura latinoamericana, estos hombres como el abogado Méndez de Leopardo o el esposo de Agustina, Aguilar en Delirio, razonan con cabeza fría, son menos impulsivos y ponen atención a los llamados de su corazón sin renegar ni sentirse menos por ello: ya que simplemente, son buenos: “Méndez salió de allá seguro de su triunfo. Por fin, después de tanto bordar, había dado la puntada final. Sólo le faltaba rematar con un buen nudo, pero le pareció conveniente dejarlo para otro día.” (247) Éste es, la Penélope que borda y borda esperando pacientemente lo que pueda suceder con la única seguridad de su amor desinteresado, aunque podemos observar, hay de todas maneras, un plan establecido, fríamente calculado para la solución del gran problema. Para Méndez es muy claro, puesto N. Rodríguez 92 que trabaja con los dos clanes, que: “Dedicarse a matar y morir es una opción, pero hay hombres que escogen otras.” (213) Y obviamente, él lo hace. Las características humanas, de estos hombres y mujeres, son el motor de su triunfo final, a través de las mismas, ellos logran el objetivo de que el amor finalmente, resuelva la situación, favorablemente para todos. En el bando opuesto, el de la familia Barragán, Arcángel y su tía, La Muda, envueltos en un amor incestuoso y disparejo en edad, y que además nunca pasa a mayores, pero no por eso menos efectivo, es la razón por la cual, Arcángel, es el único miembro de la familia Barragán que logra sobrevivir a la guerra y huir, es salvado por los cuidados, dedicación, interés y el plan de La Muda, su tía. Arcángel, es doblemente salvado y en las dos ocasiones es por amor, también se salva de que su amigo Willy lo asesine, a pesar de que ha sido contratado para ello, porque Willy finalmente, por encima de todo, es su amigo y lo quiere bien, es incapaz de traicionar su amistad desde la infancia y la confianza que ha sido depositada en él, porque “se querían como hermanos”.110 El coro nos cuenta que en el momento indicado, cuando todo estaba a punto de suceder, cuando Willy, 110 La novela trata de la guerra entre hermanos y aquí vemos como la hermandad es respetada y funciona a pesar de todo el entorno de traición y deslealtad. N. Rodríguez 93 tenía el arma en sus manos, no pasó nada: “-Si hubiera querido, el cabo Guillermo Willy hubiera aprovechado la ocasión para matar a Arcángel. -Si hubiera querido, pero no quiso.” (219) se salva por lo inesperado de su amor filial. La mayoría de las veces, las mujeres visionarias y con características garciamarquinas, son las encargadas de proteger a sus hijos y mostrar el lado amable de la vida, ellas son las portadoras de la esperanza y de la vida. Severina es la madre del clan Barragán, es fuerte y sabia, puede ver más allá de la superficie, cuando Nando se siente mal y no saben a qué se debe, hacen conjeturas acerca de las causas, y ella sin hacer muchos esfuerzos, desprevenidamente interviene: “-No -dice Severina-. Es la sospecha. -¿La sospecha? –La sospecha de que la vida podría ser distinta. (154). Es decir, ella sabe muy bien que todo está mal y que la solución no es tan difícil, pues sabe que la verdad y la felicidad están de acuerdo con otra lógica. En El leopardo al sol, se describe con pasión y sin grandes anécdotas, traquetos y mulas, son los inicios de las ‘bonanzas del narcotráfico’ en la Costa Atlántica colombiana, en los años setenta, que en un principio produjo una conmoción a todos los niveles e invadió todos los campos de un momento a N. Rodríguez 94 otro, desencadenando una transformación inesperada: “Eran tiempos desquiciados, difíciles. Zumbaba el dinero, corrían ríos de sangre, estallaban las bombas. La gente ya no sabía quién era ni cómo se llamaba, ni qué era lo que tenía que hacer.” (247) El leopardo al sol es una novela de la violencia111, o más exactamente, de la violencia generada por el narcotráfico. Metafóricamente es ese matarse entre hermanos como único punto, ya que las razones de esto son confusas, reflejando la situación colombiana, como lo afirma el coro: “Es cosa propia de estas tierras, pelear guerras infinitas donde todos salen perdiendo.” (79) Y era cosa propia de ellos también. La violencia física y psicológica están presentes a lo largo del texto, así como están presentes en nuestra realidad nacional. Esta es una guerra fraticida, entre seres con la misma sangre. Se nos muestra cómo en todo ser humano hay un lado amable. Vemos un Nando Barragán humanizado, cuando acepta el destino de asesino de su primo hermano, amigo y compinche, Adriano Monsalve. Primeramente Nando trata de resarcir su falta ofreciendo toda serie de autocastigos pero irremediablemente está condenado y así lo acepta como si la cara de toda esa demencia fuera la ternura “lenta y torpe, sin 111 Comentario de Dora Cecilia Ramírez. N. Rodríguez 95 prisa, con esmero femenino”, con la que viste el cadáver de su primo, y se sigue repitiendo varias veces que a “los muertos los viste quien más los ama.” Es una novela contemporánea, reflejo directo de todo lo que la posmodernidad trae e implica. Habla de la miseria del espíritu de los seres, de la decadencia de la raza, de la ilegalidad como norma, de la aceptación generalizada de los valores trastocados, de los mal entendidos acerca del poder, de la belleza y del dinero, de una sociedad donde las leyes se desconocen, donde lo antinatural es lo positivo, donde en general el amor está confundido o es inexistente y al que hay que rescatar. Nuestra decadencia va a la par con lo que manda la publicidad, está presente en la forma como la sociedad de consumo, devora productos y carros de marca que son mostrados en los momentos precisos. Hay una burla permanente que toca fondo y que nos hace reír a costa del dolor. El humor de la autora no pierde la oportunidad para producir una sonrisa o una carcajada en el momento oportuno, como aquel en el cual una pareja de desplazados encuentra flotando en el río muchos dólares y ella: “Los mete en canastos y corre a secarlos al sol, colgándolos de la cerca de alambre con pinzas de la ropa.” (188) En esta escena, los pobres, sí están lavando dólares en sentido literal, pero no N. Rodríguez 96 tiene nada que ver con la metáfora del lavado de dólares que es de lo que también trata la novela. También vemos cómo se produce este lavado de dólares oficializándolo a través de la burguesía, el Mani Monsalve, con la intención de volverse respetable y, Para enfriar su dinero caliente visita una lista de posibles testaferros que le ha presentado el abogado Méndez. Son hombres de apellidos respetables, católicos practicantes, padres de buenas familias y socios de clubes selectos, a quienes les propone negocios fabulosos en los que él pone el dinero y ellos el nombre y la cara. (194) Más adelante vemos cómo es el mecanismo para que estos negocios vayan adquiriendo completa aceptación a través de la siguiente generación y la tecnología, pues: “Como gerente de sus empresas, ha contratado un ávido y juvenil grupo de hijos de ricos recién graduados en universidades extranjeras, que dominan el inglés y manejan el fax, el télex y la informática.” (194 - 195) Pero de todas maneras la clase alta, a pesar de los esfuerzos112 del Mani por ascender socialmente, le cierra sus 112 Que quiere hacerlo por amor a su esposa Alina y para esto contrata una asesora de imagen. N. Rodríguez 97 puertas, después de haber solicitado su entrada al club, el Mani se ve obligado a reconocerlo: Sus propios mantenidos, las sanguijuelas de su fortuna, le votaron en contra. -Adoran mi dinero –le comentó lacónicamente el Mani al abogado-, pero a mí me aborrecen. (196) También esta novela trata de cómo este nuevo negocio lo invade y afecta todo. Avanzada la novela nos damos cuenta cómo esta situación local, se ha generalizado y cuál es el resultado final, que corresponde al estado del país después de la invasión o proliferación del narcotráfico por todas partes. Ahora, todo el relato inicial que nos parecía escabroso, es apenas un pálido reflejo de sus inicios, con corte garciamarquino nos cuenta: -Hacía semanas, o tal vez meses que andaba libre, pero no sabíamos nada de él. Habían llegado los tiempos de la violencia total y la vida se nos iba enredada en la moridera y la matadera. Pero los Barraganes ya no eran el epicentro, y tampoco los Monsalves. De la noche a la mañana había proliferado por todo el país, como hongos después de la lluvia, otros protagonistas más espectaculares, más feroces y más poderosos que ellos. Digamos que de pronto, un buen día, Barraganes y Monsalves quedaron reducidos a folklore local. Empezamos N. Rodríguez 98 a verlos como una prehistoria de la verdadera historia de la violencia nuestra: sólo había sido el principio del fin. Cuando Nando se sentó esa tarde en la puerta de su casa ya no era sino la sombra de sí mismo. Y hasta él debía de darse cuenta porque, según los que vieron, tenía un comportamiento curioso, más propio de sombras que de hombres. (313) Y también observamos, la transformación de otros elementos pues, el Mani ahora: “Se mete la mano al bolsillo y reparte billetes con la misma rapidez que antes sacaba el arma y repartía plomo.” (202) En esta novela, en la cual sabemos de sobra que se trata del narcotráfico, nunca se menciona ningún tipo de droga o el material de comercio de las dos familias. Lo más parecido al negocio en cuestión, es la mención al principio, del contrabando con cigarrillos Marlboro y la autora explica: First, because I was convinced that all readers read between lines, and secondly, as a reaction against the fetishization that emanates from the drug war philosophy, which reduces an intricate interaction of human relations to a thing: ‘drugs.’”113 También vemos cómo el narcotráfico, colabora con todo el desplome de las instituciones y la transgresión de las leyes, 113 Entrevista con Jaime Manrique en, Bomb Magazine, http://bombsite.com. N. Rodríguez 99 pues en un comienzo sabemos cuáles eran las reglas de juego que regían esta guerra, que en cierta forma mantenían un orden y daba seguridad a los no implicados en la guerra: Si matas a tu enemigo, deberás hacerlo con tu propia mano; nadie podrá hacerlo por ti. La pelea será de hombre a hombre, y no por encargo. No debes herirlo si está desarmado o descuidado, ni sorprenderlo por detrás… No lastimarás a los ancianos, a las mujeres o a los niños. El castigo de la guerra es sólo para hombres. (32 - 33) Luego se muestra el momento en el cual se produce el cambio y el rompimiento de las reglas que se olvidan. Cuando el sicario Fernely es contratado para asesinar a Nando, ya nadie se va a preocupar por las normas y es el momento en el cual se da la trasgresión de todas las leyes establecidas y de ahí en adelante lo que se sigue es el caos que concuerda con el momento en el cual la guerra se extiende por todo el país. José Cardona López, al respecto de El Leopardo al sol observa algunos logros importantes pero también ve la influencia indiscutible del realismo mágico,114 y al respecto comenta: “… la principal característica de esta novela es la puja entre dos maneras de elaborar la ficción, aquélla que 114 Helena Araújo en, Imitadoras de García Márquez, incluye a Laura Restrepo y a Alba Lucía Ángel como imitadoras del estilo del Nóbel colombiano, asegura que es una táctica para lograr reconocimiento. N. Rodríguez 100 corresponde a la del realismo mágico no permite que los personajes alcancen desarrollo como tales.” (391)115 Pienso que hay mucho de verdad en esto, a pesar que en un comienzo Laura Restrepo criticó a García Márquez y su técnica, pues su tesis de Maestría en 1969, es en contra del realismo mágico por ser ahistórico y fatalista, más tarde ella confiesa que ahora está segura que esto fue arbitrario y que no tiene validez actual,116 puesto que fue un trabajo de su juventud cuando estaba altamente politizada y que también fue debido su malentendimiento de la critica literaria en aquel entonces. Actualmente, ella sigue utilizando esta técnica a pesar de todo y la podemos ver a través de toda su obra. Podemos señalar, y más que todo al comienzo, en la obra de Restrepo, muchos momentos en los cuales el realismo mágico se adueña de la situación.117 Es evidente, que hasta muy avanzada su creación literaria, el garciamarquismo siempre está al acecho. No podemos negar que García Márquez ha marcado un momento muy definitivo en las letras colombianas y latinoamericanas, la tentación de usarlo ha sido común para muchos escritores jóvenes y en gran parte están haciendo honor a la tradición. Ya que como lo afirma Helena Araújo: “Resulta 115 En: Literatura y narcotráfico: L. Restrepo, F. Vallejo, D. Jaramillo que aparece en: Literatura y Cultura. Narrativa colombiana del siglo XX. V. 116 Entrevista con Jaime Manrique en, Bomb Magazine, http://bombsite.com. 117 He observado rasgos definitivos de realismo mágico en todas sus obras empezando por Historia de una traición, en La isla de la pasión en La novia oscura, en Dulce compañía, etc., hasta llegar a Delirio. N. Rodríguez 101 difícil, casi imposible, eludir la paternidad literaria… sólo que es necesario, como en el psicoanálisis freudiano, aprender a superarla.” (140) Creo que este debe ser un camino obligado que hay que recorrer para exorcizarlo, y este debe ser el caso de Laura Restrepo, quien en sus más recientes obras ha tratado de seguir su evolución como en Delirio, que aunque todavía se sienta su influencia, muestra más independencia y otros recursos. En La multitud errante, retoma el tema de la violencia, ahora enfrentándonos ante el drama de los desplazados, otro ingrediente de nuestra incertidumbre social actual. Así la describe la autora en entrevista con Juan Fernando Merino. Este es el relato de “… un hombre buscando a una mujer que se ha refundido en el tráfago de la guerra y como trasfondo, todo el drama humano del desplazamiento.” Como no falta en la obra de Laura tenemos el referente histórico nacional, aquí el pueblo liberal Santa María Bailarina, de donde es oriundo Siete por Tres,118 fue arrasado por los conservadores y desde allí empezó para los sobrevivientes entre los que se encuentran Matilde Lina, objeto de la búsqueda y madre adoptiva de Siete por Tres, una 118 Tanto la protagonista como Siete por Tres, carecen de nombre. Siete por Tres hace referencia a la operación matemática de sus dedos que son veintiuno, pues tienen un pie con 6 dedos. N. Rodríguez 102 vida nómada que se prolonga año tras año “como la vida misma.” (34) La autora coloca los hechos iniciales en 1950 y en Colombia tenemos actualmente más de dos millones de desplazados “huyendo de un lugar a otro, tratando de encontrar un lugar en donde asentar la vida”119 con este dato, nos damos cuenta que el desplazamiento de estos grupos de personas, lleva más de medio siglo. Ya que de acuerdo con Eduardo Pizarro Leongómez, Colombia ha sufrido dos procesos masivos de desplazamiento forzado de población en esta segunda mitad del siglo XX. El primero surgió como consecuencia del período de Violencia en los años cincuenta y el segundo durante la última década bajo el fuego cruzado de las violencias de múltiple rostro que están afectando al país hoy en día.120 El escenario es un albergue de monjas francesas para desplazados en las afueras de Barrancabermeja, que en la historia corresponde a Tora, donde reconocemos el mismo escenario de La novia oscura, novela con la cual existen otras similitudes, pues como lo mencionábamos anteriormente, estas 119 En, entrevista con Juan Fernando Merino. En: Desplazados: factores de una “cultura del desarraigo”, Julio 13 de 2004 120 N. Rodríguez 103 dos obras surgen durante el tiempo, que con motivo de su trabajo para ECOPETROL, la autora pasó en esta ciudad. Esta masa “creciente e inconmensurable” el “continente clandestino de los parias” (88) como la autora los llama, es el personaje central y el protagonista que está en el telón de fondo de este relato, pero también hace referencia a este drama como un problema del mundo contemporáneo “…las hordas que andan buscando la tierra prometida.”121 Esta es también una historia de amor, en la que se da la metáfora de una búsqueda en la que todos los personajes, y que aún la protagonista, a su manera, están involucrados, Esta búsqueda no puede ser otra que la de los colombianos por la paz y el sosiego. A través de la voz omnipresente de la narradora, ‘la enfermera de sombras,’ vemos que nos invita constantemente a leer entre líneas. La narradora tiene la conciencia clara de estar participando en la creación de la historia, pero la Historia en el sentido postmoderno, al final después de la misa, del concierto y el sancocho, organizado por la comitiva que tiene como propósito “cerrar el cerco,” la oímos cuando le dice a la madre superiora: “-No, madre, no es el caos… No es el caos, es la HISTORIA, así con mayúscula, ¿no se da cuenta? 121 En, entrevista con Juan Fernando Merino. N. Rodríguez 104 Sólo que fragmentada en pequeñas y asombrosas historias…” (127) “¿Cómo puedo yo decirle que nunca la va a encontrar, si ha gastado la vida buscándola?” (13) Son las palabras con las que se inicia el relato y que se van a repetir con pequeñas variaciones. Los personajes son seres alegóricos que se entrelazan para formar un limbo en el que estos seres, que no están ni vivos ni muertos, deambulan a través del relato. En esta obra, escrita en primera persona, con una enfermera como protagonista, similar a la periodista de obras anteriores, es la encargada de reconstruir la vida del personaje, para lo cual, va consultando y organizando las diferentes voces, recurriendo a formas de reportaje, en ella, es fácil reconocer la voz de la autora, que quiere desentrañar la sociedad, y más allá incluso, su estructura de poder, para identificarse, llena de solidaridad y afecto con las víctimas: Es este un lugar ajeno y lejano de todo lo mío, regido por códigos privativos que a cada instante me exigen un enorme esfuerzo de interpretación. Sin embargo, por razones que no acabo de esclarecer, es aquí donde está en juego lo más interno y pertinente de mi ser. Es aquí donde resuena, confusa pero apremiante, la voz que me convoca. Y es que yo, a mi manera peculiar y aunque ellos no se den cuenta, también hago parte de la multitud N. Rodríguez 105 errante, que me arrastra por entre encuentros y desencuentros al poderoso ritmo de su vaivén. (69) Reconocemos la voz de la autora a través de la narradora que en este caso nos está mostrando su compromiso con el grupo, pero igualmente, notamos que se define como diferente. La Multitud errante es una búsqueda de principio a fin de un hombre por una mujer. Este hombre desplazado, mostrenco que gana las simpatías de la narradora, anda buscando a su madre adoptiva, desaparecida. Y la narradora que se confunde con la autora, ama a este hombre desde un comienzo; convirtiéndose en la búsqueda de ella por él. He aquí el último párrafo, la última línea y la última palabra de la obra: Adivino su silueta a través del telón del centro y sé que Siete por Tres se sienta en su catre y que se demora, botón por botón, al quitarse la camisa. Intuyo su mata de pelo y la siento respirar en la sombra, como un animal en reposo. Hasta mi llega, muy vivo, el olor de su cuerpo, y lo veo descolgar la tela de trama difusa y figuras borrosas que nos separaba.” (137-138) Para llegar hasta aquí y lograr este propósito de compenetración y entendimiento, la voz narrativa encarnada en la enfermera, sabe que debe asumir otra posición, estar en el lugar del otro, y define: es cuando reflexiona y filosóficamente se N. Rodríguez 106 Escribo fuera de sí y me pregunto por qué será que Occidente carga negativamente esa expresión, como si implicara la desintegración o la locura, cuando estar fuera de sí es lo que permite estar en el otro, entrar en los demás, ser los demás. (133) Por todo lo anterior, creo que esta novela corta es, en el total de la obra de Laura Restrepo, en la que más claramente vemos su mimetización con la narradora y en la cual expresa su intención de solidaridad con el pueblo, idea que también encuentra eco en afirmaciones como: “Estoy a favor de la población desarmada que es absolutamente mayoritaria.”122 Y en la que podemos entrever su posición. Delirio su última novela, es en el sentido de política, periodismo y literatura, toda Laura Restrepo, en esta obra, lo más importante es la trama de la pasión llevada hasta la locura neurótica, hilada desde la familia. Podríamos afirmar, que esta obra, es más producto de la ficción que las demás, pero no por eso está abandonando la historia colombiana que subyace detrás de todos los momentos de la novela y está respaldada por personajes reales como Pablo Escobar, que llegó en su momento a ser reconocido, como la persona más buscada en el mundo entero. 122 Por: Roger Santodomingo. No estamos condenados, en: BBC Mundo. N. Rodríguez 107 En Delirio, tenemos ya la síntesis de toda su obra, con la experiencia acumulada de varios años de su práctica periodística y literaria. En esta novela nos enfrentamos a la situación de locura de Agustina con el trasfondo de Colombia con todos sus ingredientes convulsivos. La autora quiere hacer ahora una obra más íntima, “Me parece que los colombianos ya hemos hablado mucho de los tiros y de las bombas y poco sobre qué repercusiones tiene eso en el interior de nosotros mismos.”123 Ingenuamente la niña Agustina, o como advertencia para muchos colombianos, pensaba que dentro de su casa estaba a salvo pues: Con todos nosotros resguardados adentro mientras que la calle oscura quedaba afuera, del otro lado, alejada de nosotros como si no existiera ni pudiera hacernos daño con su acechanza: esa calle de la que llegaban malas noticias de gente que matan, de pobres sin casa, de una guerra que salió del Caquetá, del Valle y de la zona cafetera y que va llegando con sus degollados… (91) Pero la Agustina adulta, es afectada por esto que lo va permeando todo, y que ella ha interiorizado: “Mi madre dice que hasta nuestra casa nueva no va a llegar la chusma amotinada que viene del sur, pero sé que sí puede llegar 123 Entrevista por Ariel Dilon, en: Gacemail No 70, del 5 de mayo de 2005. N. Rodríguez 108 porque yo la traigo en el recuerdo, o en el sueño…” (136) Situación esta que hasta las relaciones familiares va distorsionando. Agustina incapaz de asimilar el doble código de apariencias que no corresponden con la realidad, se pierde en los vericuetos de su Delirio, ya que este es un mundo tergiversado, donde las apariencias y el fingimiento son muy importantes. El llamado a intervenir es su esposo Aguilar, quien hasta este momento, desconoce a la persona que más ama, el cual debe recuperar el tiempo perdido y resarcirse, tiene que averiguar quién es su mujer y su familia y será quien va a lograr finalmente sacarla de la mano de su locura. Sólo un amor intenso, honesto y puesto a prueba como el de Aguilar puede dar alguna esperanza en medio de este caos. Aquí, como lo veíamos en el caso de El leopardo al sol, y La multitud errante, el amor es el ingrediente salvador y nuevamente tenemos este personaje masculino, que sintiendo y muchas veces actuando, como una mujer,124 logra la solución para este drama, que parecía en un principio sin posibilidades de solución. La autora comenta, esta es: “una historia de amor pese a la locura” donde no ha abordado la locura con una 124 Es decir, este personaje masculino, como otros en la obra de Restrepo, presenta cualidades humanas que lo habilita para resolver la situación ya que está dotado de mucha paciencia, y se entrega sin reparos. Aguilar se decide a ayudar a Agustina y no desiste de su propósito hasta lograrlo. N. Rodríguez 109 perspectiva “pseudocientífica” sino “como sitio intolerable de angustia y soledad”125 La familia a la que pertenece Agustina, es un núcleo rancio y tradicional que evoluciona y contemporiza apoyándose en la corrupción social y en el cartel de Pablo Escobar. Con esta referencia, la autora quiere llamar la atención de aquellos que amparados en una subjetividad o ideología no creen en la importancia de la familia nuclear e institucionalizada, cuando es precisamente allí, donde la sociedad comienza y donde se puede gestar todo lo que la sociedad es. Como también hace la descripción de la técnica más autóctona de la hipocresía y como esta habilidad se vuelve hereditaria, como se aprende a mentir a aceptar la mentira oficial como si fuera la realidad y suplantarla. La tía Sofi, esa enviada por el amor a su sobrina, que quiere ayudar a Agustina, logra entenderlo así y así lo plantea, en su relato a Aguilar: ¿Te imaginas Aguilar?, Que Eugenia después de toda una vida de práctica conociera el código de las apariencias es cosa comprensible, pero que Joaco a los veinte años de edad ya lo dominara a la perfección, que lo agarrara al vuelo, eso sí es asombroso. Todo se había venido abajo por una mentira, la mía, la de mis amores clandestinos 125 En: Portada: Cultura del 28 de noviembre de 2004. N. Rodríguez 110 con mi cuñado, y ahora mi hermana intentaba reconstruir nuestro mundo con otra mentira y dejarlo todo tal como estaba antes del remezón, su matrimonio, la buena reputación de su casa, incluso la posibilidad de mi permanencia en ella pese a todo, mentira mata mentira, dime si no es como para volverse loco. (322) Eugenia, la madre de Agustina aprende del aristócrata Juan Vicente, su esposo y cabeza de la familia, que a los hechos más graves de la existencia se les cambia de signos para poder mantener las apariencias. También la tía Sofi, da cuenta de esto: Eugenia estaba fingiendo con pasmosa sangre fría y voz imperturbable para proteger su matrimonio, yo llevo trece años, Aguilar, dándole vueltas a los posible significados de esa reacción de mi hermana y llego una y otra vez a la misma conclusión, ella lo sabía, siempre lo supo y no le preocupaba demasiado con tal de que se mantuviera oculto y eso fue precisamente lo que hizo en ese instante, improvisar un acto magistral para garantizar que pese a las evidencias, el secreto seguía siéndolo, lo que quiero decirte, le dice a Aguilar la tía Sofi, es que ella sabía que su matrimonio no se iba a terminar porque Carlos Vicente me retratara desnuda sino porque se supiera que N. Rodríguez 111 Carlos Vicente me retrataba desnuda, y ni siquiera por eso, más bien porque se admitiera que se sabía. (222-223) Como en El leopardo al sol, vemos que la tragedia individual alcanza una dimensión colectiva cuando vemos que el drama de Agustina, vivir en un mundo de apariencias, de medias verdades, negocios turbios, mitos y falsedades que ocultan crímenes, se amplifica en la esfera social y en todo el país. Esta situación también está ilustrada, en la otra clase social, por el Midas McAlister, quien aprende a aparentar, como medio de subsistencia: levantarse temprano todos los días para pegar el logo del lagarto Lacoste a sus camisetas, para que así sea reconocido por los otros a través de una marca, como un escudo de protección. O que, no vale la pena hacer una carrera universitaria, “…eso es lo de menos. Lo que tengo que tener es una sonrisa perfecta.”126 A través del arribista Midas McAlister, que nos sirve de puente entre estas dos o tres clases sociales, conocemos lo que se esconde detrás de su apariencia. Esta paradoja que en últimas nos lleva a concluir que el problema es de carácter universal. Los de la clase alta, la familia de Agustina, sin profundizar mucho en el asunto, se involucran con el cartel de Pablo Escobar, porque a través del Midas, todo se convierte en oro, que es lo que más aman, ellos: “… aplaudían con las 126 Presentación del libro de Laura Restrepo en Perú. N. Rodríguez 112 orejas por la forma delirante en que se estaban enriqueciendo, al mejor estilo higiénico, sin ensuciarse las manos…” (71) El típico arribista como el Midas con intención de ascender socialmente, encuentra en el narcotráfico el trampolín ideal. Pues éste, le ofrece la oportunidad de, ahora sí, figurar en la clase alta, y aprende a amar el dinero que es lo que en esta cultura, en últimas, le dará brillo. Este es el personaje mejor logrado, un personaje divertido, cínico y sin escrúpulos, que sabe que todo es una mentira, una falsedad, el que tiene todo que esconder y que es en realidad el único en la novela que se atreve a llamar las cosas por su nombre. Quien, “…escarba en el sustrato de corrupción y de feroz violencia en que se sustenta la sociedad colombiana en su conjunto, mostrando su fragilidad.”127 Están también los duros, los narcotraficantes, representados por Pablo Escobar y su clandestina manera de ejercer el poder en Colombia que, quiere “arrodillar a la oligarquía” para que paguen por todos sus pecados del pasado contra los que Pablo hace su sentencia “Voy a invertir mi fortuna en hacer llorar a este país”128 y realmente así lo hizo, pues invirtió muchísimos millones en esta guerra abierta contra la policía e indirectamente contra la sociedad. 127 128 BBCMUNDO.com En: Gerardo Reyes: Premiada autora narra la magia de Colombia. N. Rodríguez 113 Laura comenta sobre esta obra: “La novela de temática urbana, “está ambientada en la Colombia contemporánea, posmoderna, casi posatómica”129 En El leopardo al sol, se trataba del inicio del comercio con las drogas y nunca se mencionan éstas, así mismo en Delirio, se trata de la locura, pero nunca encontramos ningún término clínico que se refiera a ella porque, Restrepo explica que: “…lo que busca es describir su locura como el territorio en que se pierden no sólo las personas sino las sociedades.” 129 Por Ericka Montaño Garfias: Laura Restrepo opone sus letras a la realidad oficial de Colombia. En: La Ventana del 24 de febrero del 2004. N. Rodríguez 114 III Literatura y política “Hoy, políticamente hablando, es dueña de un discurso crítico que no se ahorra nada para señalarle a la derecha su demencial indiferencia, y a la izquierda su proverbial ceguera”130 Escribiendo novelas solo lleva 20 años. Metida en la política, más de 30. Antonio Caballero El primer contacto que Laura Restrepo tiene con la política es apenas a los veinte años. Se involucra en ella con la ilusión de producir un cambio. Con una formación heterodoxa, desprendida de las instituciones, pues de acuerdo con su padre libertario, asistir a la escuela era una perdedera de tiempo, nunca estuvo en una escuela convencional. Pasó su niñez viajando con su familia, y nunca se detuvieron tiempo suficiente, para poder tener un horario escolar regular. Por esta razón, a los dieciséis años, debe estudiar concienzudamente, con la ayuda de su padre, para validar su bachillerato. 130 Los delirios de Laura. En La Prensa, Bolivia Edición de marzo 07, 2004. N. Rodríguez 115 Después de pasar los exámenes, ingresa a la universidad de los Andes y al mismo tiempo, empieza a enseñar literatura en una escuela pública para varones, en donde los estudiantes eran mayores que ella, y donde se enfrenta a una realidad desconocida y apasionante, descubriendo que: “that beyond the nuclear family and the land of wonders that is high culture, there lay a whole universe to be explored that was broad and remote, fierce and exciting.”131 Esta experiencia fue definitiva para ella pues, le abrió los ojos a la realidad colombiana, le hizo pensar que las cosas no estaban muy bien, y le encendió el gusanillo de la revolución por lo que desde aquí se propuso hacer algo para tratar de cambiarla. Momento que ella recuerda con cierta nostalgia: Nuestra manera de ser jóvenes era entrar a la izquierda, meternos a los partidos políticos y en sociedades tan segregadas como la nuestra ese era el vehículo para entrar a conocer ese otro lado del país que sabíamos que existía pero que nunca habíamos recorrido. Era soñar con un país construido por nosotros mismos, de acuerdo a parámetros igualitarios y de justicia.132 Y así, siguiendo su idealismo y su propio instinto de libertad, abandona las clases que enseñaba en la universidad 131 En entrevista con Jaime Manrique, en Bomb Magazine: http:www.bombsite.com 132 En N. Rodríguez 116 Nacional para dedicarse de lleno a la política, aún en contra de su padre pues se ve forzada a escoger: I was confronted with a clear-cut choice: the family that had been my refuge and paradise up to that time, or the uncertainty, astonishment and adventure signified by the open door to the World outside. I had no hesitation… I took leave of my father, never to see him again; he died a few years later, before I was able to contemplate the possibility of returning, even for a visit…133 Esta, tuvo que haber sido una decisión difícil y dura para ella, pues su padre fue y sigue siendo uno de sus ídolos más admirados. Primó su rebeldía y fiel a las enseñanzas de él, se dejó guiar por los dictados de su corazón y en este momento escogió su camino: I joined a Trotskyist party, following the credo that the world was there to be appropriated by us; history was there to be transformed. I threw myself wholly into politics-first in Colombia, then for a couple of years in the Socialist Workers Party in Spain, and later in Argentina where for four years I belonged to the underground resistance against the military dictatorship.”134 133 En entrevista con Jaime Manrique, en Bomb Magazine: http:www.bombsite.com 134 Ibid. N. Rodríguez 117 Con la convicción de que adquiría un compromiso con el país y con su historia, y como ella es del tipo de persona que se propone un ideal y nunca lo abandona, estos primeros años fueron definitivos en determinar lo que sería su vida futura y por ende, sin ser muy consciente de ello en ese momento, lo que sería su obra, que estará encaminada como hemos visto, a ventilar situaciones sociales con implicaciones políticas, por lo que su obra es determinada por este objetivo, llegando al punto en el que su vida y su obra son un continuo que no permite considerarlas como independientes. Con motivo del premio Alfaguara 2004, Laura debió visitar muchos países de habla hispana, para la promoción y lanzamiento de Delirio y vemos que en muchos de ellos, las entrevistas y los comentarios estaban relacionados la mayoría de las veces con su actividad política, antes que la literaria, hecho que al parecer resultaba muy llamativo. En Bolivia el periodista de La Prensa, la presentó así: Laura Restrepo encarna por hoy, y desde hace tiempo, en rigor, a una personalidad que ya quisieran todos los colombianos y latinoamericanos para cada una de sus instancias públicas: preparada, seria, diligente comprometida y muy inteligente. Algunos, a todo esto, N. Rodríguez 118 añaden que es una apasionada con cuanto compromiso asume.135 Como vemos, ella ha logrado amalgamar su vida con la política y la literatura, puesto que este era un evento literario y el periodista resalta su labor política. O también, ella aprovechó la gira para hablar de asuntos políticos, y dar a conocer sus ideas, como en Perú: “Miren que vengo de un país que va a desaparecer como nación y, en buena medida, por una de las más grandes hipocresías mundiales, que es la guerra contra la droga, que desde luego raja con todo menos con la droga. La droga sigue intacta.”136 En Costa Rica, Fabián Kovacic le pregunta: “¿Cómo se conjuga su vida pública, periodística y de escritora? Suena compleja…” a lo que Laura responde: “-Tengo la sensación que militancia, literatura y periodismo se corresponden como un método básico. No me siento cambiando muy radicalmente entre una y otra. Las tres tienen una pasión por la aventura humana.” 137 Es claro que ella no ve ningún motivo ni necesidad en establecer diferencias y separaciones entre estas disciplinas y como veíamos antes, tampoco lo hace con los géneros 135 La prensa: Los delirios de Laura. La Paz, Bolivia. Edición de marzo 07, 2004. 136 Declaraciones de la autora en: la presentación del libro Delirio, de Laura Restrepo en Perú. 137 Por: Fabián Kovacic. Colombia es un país que se reinventa a si mismo. N. Rodríguez 119 literarios. En este sentido creo que ella es posmoderna y que es producto de este momento, el cual permite y pide este tipo de hibridaciones donde no hay límites ni separaciones. La mezcla o combinación entre la política y a grosso modo el arte, o en este caso concreto, la literatura, es el resultado de una búsqueda por optimizar una y otra y ha tenido como lo señala Gonzalo Sánchez Gómez,138 diferentes formas o posibilidades de relación. Como primera medida trae la posición de Max Weber, quien sostiene que debe haber una separación expresa, ya que están regidos por dos principios éticos diferentes: el de la convicción y el de la responsabilidad. Vemos que las asume como dos cosas opuestas y difíciles de mezclar. Por otro lado Gramsci, piensa que el intelectual está de hecho orgánicamente ligado a uno de los polos de la estructura social. Aquí se muestra una relación natural como partes de un continuo y por lo tanto inseparables. Maquiavelo sostenía que la relación suprema del intelectual es asumirse como consejero e intérprete del príncipe. Aquí están ligadas por obligación y utilidad, pero para los que están en el poder, y el intelectual debe estar con este grupo de todas maneras. 138 En el artículo, Los intelectuales y la política. N. Rodríguez 120 Franz Fanon sigue el ideal sartriano de un compromiso ineludible con la sociedad y “ser la conciencia crítica de su época”, es un compromiso casi moral. Y finalmente, Foucault apunta a develar y transformar las prácticas y relaciones de poder concretas en las cuales está inmersa la figura del intelectual. Que como sabemos tiene que ver con el poder que esto les adjudica y con la importancia que se le ha adjudicado a través de la historia. (17 – 18) Como vemos todos estos son autores europeos y su modelo es poco adaptable a nuestra realidad o por lo menos no se acomoda fácilmente, porque obedece a otra forma de pensar y a otras condiciones históricas. En Latinoamérica y en Colombia, como parte de ella, vemos que desde un comienzo y por las mismas condiciones históricas de la independencia, que tuvo sus raíces en los impulsos políticos e ideológicos de la Ilustración y que luego, un poco más tarde con la influencia del Romanticismo, hizo que los escritores se involucraran en las causas sociales de su época, de donde necesariamente la intelectualidad y la literatura estuvieron vinculadas con la política. Vemos que desde un comienzo esta relación ha sido muy estrecha y que muchas veces tratar de separar una de otra es difícil, por lo tanto quisiera mirar un poco el entramado de N. Rodríguez 121 esta historia entre la literatura y la política para ver su evolución, pues veo que en general ha sido compleja. Pedro Enríquez Ureña, en su monumental obra sobre la evolución de la literatura latinoamericana, nos da un punto de partida y explica en Las corrientes literarias en la América Hispánica,139 cómo desde el comienzo en Latinoamérica, la actividad literaria estaba muy ligada con la pública y cómo la situación únicamente empezó a cambiar hacia la segunda década del siglo XX, cuando ya se respiraba un aire de aparente “estabilidad política” y existían gobiernos con una “forma real o fingidamente democrática” a lo que se sumaba un desenvolvimiento económico y, “…se fue imponiendo en la mayoría de naciones de la América Hispánica, una división del trabajo por lo que los hombres de letras dejaron de ser al mismo tiempo directores de la vida pública. Se dedicaron ahora a la “literatura pura”…” (189) Es decir, marca este momento, como uno en el cual, la literatura latinoamericana adquiere otro status y se va definiendo como un oficio independiente. Más adelante, explica y aclara: Nuestra literatura ha seguido, desde entonces, dos caminos: uno en el que se persiguen sólo fines puramente 139 Rafael Gutiérrez Girardot reconoce el gran valor de esta obra pues en Aproximaciones considera que hace una: “concisa descripción de un proceso y la consideración de las letras del Nuevo Mundo como una totalidad” (12), cualidades que considera importantes en cuanto a evaluar este material. N. Rodríguez 122 artísticos; otro en que los fines en perspectiva son sociales. Entre el último grupo de modernistas, el grupo de Lugones, Valencia y Chocano, y el primer grupo vanguardista del siglo XX, el grupo de Borges y de Neruda, hubo una generación intermedia, nacida entre 1880 y 1896, que fue gradualmente apartándose de de los ideales y prácticas de sus predecesores. (189) Según el análisis de Henríquez Ureña, nuestra literatura tuvo un proceso de maduración, necesitó recorrer un largo camino140 y superar etapas que estaban determinadas en gran medida por la situación colonial, que como lo explica; para bien o para mal, toda la actividad cultural del Nuevo Mundo hasta bien avanzado el siglo XIX, estuvo marcada por la dependencia de España. Si se quiere comprender la validez general del planteamiento de Henríquez Ureña aplicándolo a Colombia, y viéndolo en el transcurrir de su actividad literaria, podemos dar una mirada a Fernando Charry Lara, en su ensayo sobre Los Nuevos, que es el primer grupo que demuestra, al menos una intención de independencia de la política. En conjunto dice que con este grupo, se logró nada menos que un cambio de lenguaje ya que de acuerdo con Pedro Salinas: “Ninguna 140 Si lo comparamos con el del ‘Viejo Mundo’ veo que es muy corto. N. Rodríguez 123 revolución intelectual puede hacerse sin renovar en alguna forma el lenguaje literario.” (35)141 Al despuntar el siglo XX,142 el primer grupo que se destaca en las letras colombianas, hacia 1910, fue el denominado Generación del Centenario, llamado así por pertenecer al grupo que sobresalía al completarse una centuria de la independencia. Este grupo estuvo muy estrechamente vinculado con la política, ya que muchos de sus participantes se convirtieron en presidentes de Colombia, como el conservador Laureano Gómez y los liberales Alfonso López Pumarejo y Eduardo Santos. Al parecer todos sucumbieron en esta tarea, pues no hay un solo integrante del grupo que se haya quedado aparte de la actividad política o como lo comenta Armando Romero, refiriéndose específicamente a la poesía: “Realmente poco es lo que salva de esta Generación del Centenario… ninguno de los poetas… tiene mayor relieve.” (1985: 34), comprobamos que hasta este momento y fiel al postulado de Henríquez Ureña, se da un total predominio de la política sobre la literatura. 141 Citado por Fernando Charry Lara en, Manual de Literatura colombiana, Tomo II. Procultura, 1988. 142 Como único poeta rescatable e importante en el siglo XIX, Armado Romero destaca a José Asunción Silva (1865 - 1896), “Silva inaugura para la poesía colombiana la presencia totalizadora del poeta,…” (1985: 22) También recordamos que María de Jorge Isaacs apareció en 1867, obra que fue por mucho tiempo la novela colombiana más conocida en el mundo, antes de Cien años de soledad en 1967. Jorge Isaacs, estuvo involucrado con el periodismo y la política. N. Rodríguez 124 Charry Lara al situar historiográficamente al grupo de los Nuevos, afirma: “En el caso de Colombia debe ser tomado el año de 1925, como aquel en el que se manifiesta por primera vez, con carácter de agrupación, la actividad de escritores jóvenes…” (19) Aclara también, que estos esquemas no tienen otra finalidad que la pedagógica y que es una forma de “facilitar la exposición en compendios y cátedras” y en este mismo sentido estamos haciendo utilización de este recurso, únicamente para ver a través del tiempo un panorama con cierta organización, así muchas veces parezca o sea arbitraria. El grupo de los “Nuevos” surgió en oposición o para dar una respuesta a las insuficiencias del anterior, “Generación del Centenario.” Era un grupo bastante heterogéneo, pues en él, al lado de poetas, figuraban ensayistas, periodistas y políticos. Casi todos fueron a la actividad política y con la excepción de León de Greiff, que sin embargo no ocultó su adhesión a las izquierdas, ocuparon posteriormente posiciones en el parlamento o en la vida pública. (25) En el grupo figuraban además Felipe Lleras Camargo, Rafael Maya, Germán Arciniegas, Eliseo Arango, José Mar, Manuel García Herreros y Luís Vidales. Rafael Maya y León de Greiff fueron exclusivamente poetas143 y tanto Jorge Zalamea 143 Par de poetas muy importantes y que de acuerdo con Armando Romero: “…vendrían a constituirse con el correr del tiempo en entidades opuestas en la poesía colombiana.” (16) N. Rodríguez 125 como Luis Vidales alternaron su actividad literaria con el periodismo. Jorge Zalamea Borda fue uno de los integrantes de este grupo que estuvo más comprometido con la actividad literaria. Desde 1928, fue amigo personal de Federico García Lorca y de varios de los poetas españoles de la “Generación del 27”144. Pero también participa en la política ya que más tarde va a ser secretario general del ministerio de educación y encargado del mismo. Luego ocupará la propia Secretaría General de la Presidencia durante el gobierno de Alfonso López Pumarejo en 1934 – 1938 y 1942 – 1945. Su obra es extensa y ocupa diferentes niveles: el teatro, traducciones, ensayo sociológico, la poesía, estudios académicos en antropología, antologista, crítica política etc. En general la obra de Zalamea ha sido olvidada, pero recientemente está siendo reconsiderada y revalorada, Charry Lara menciona el estudio realizado por Helena Araújo, también están, el de Nayla Chehade Durán145 y el de Laura Restrepo, que lo considera importante dentro del contexto de la literatura colombiana de la violencia ya que lo incluye y destaca su 144 Como también del griego Nikos Kazantzakis, quien traduciría al griego El gran Burundú Burundá ha muerto. 145 En diálogo con el estudio de, Helena Araújo en su artículo: Jorge Zalamea en el panorama literario colombiano que Aparece en Literatura y Cultura V. I p. 257 – 279, en el cual retoma al autor bajo otra perspectiva y muestra su calidad de innovador y cómo en cierta medida, él resulta siendo víctima de la política y de la situación colombiana de su momento, por lo que considera que la crítica ha sido injusta con él. N. Rodríguez 126 obra, El gran Burundú Burundá ha muerto (1952), como una obra pionera e importante. Pone esta obra al mismo nivel de La mala hora de García Márquez y la destaca entre otras, llegando a la conclusión de que: “En La mala hora y en El Gran Burundún se expresa el tema de la “Violencia” en términos decididamente literarios.” (169)146 Con su cosmopolitismo, Jorge Zalamea Borda contribuye a despejar el camino que según Rafael Maya, en Consideraciones críticas de 1944, es el propio de una literatura y un país aislados, “…de índole familiar y doméstica, como lo son, por otra parte, nuestros gobiernos, y casi todas nuestras instituciones sociales y políticas.”147 Así haya participado en la política siempre mantuvo su actitud crítica, en 1933 en carta enviada por Zalamea desde Londres a José Umaña Bernal y Alberto Lleras Camargo, dice: “No temo acusar a la Generación del Centenario de inconsciencia, debilidad, histrionismo y mezquindad en sus fines… nos ha entregado un estado artificial que no acierta a producir en nosotros orgullo ni regocijo.”148 Charry Lara analiza la particularidad de este momento histórico y para ayudarnos en la comprensión de la combinación de oficios, nos ofrece la siguiente explicación: 146 147 148 En: Niveles de realidad en la literatura de la “violencia” colombiana. Citado por Charry Lara, (43) Citado por Charry, (51) N. Rodríguez 127 El ingreso de parte de los miembros de los Nuevos a cargos directivos de la gestión pública puede justificarse si se considera que los gobiernos colombianos, así como otros hispanoamericanos, necesitaron contar con el concurso de quienes por su preparación intelectual presumiblemente estaban más capacitados para ejercerlos. Y la mayoría de aquellos que no fueron a las posiciones oficiales… se dio a la actividad política en el periódico o en el parlamento… Lo definitivo fue que el poder y la política alejaron en gran parte al grupo de la creación literaria… (42) Una mezcla entre Maquiavelo y Gramsci, como sería el caso concreto de Alberto Lleras Camargo quien se dedicó de tiempo completo a la política, abandonando la literatura. Mirando retrospectivamente, podemos afirmar que los Nuevos, dieron un paso hacia adelante pues aunque involucrados en la política intentaron establecer un sitio para las letras en el medio colombiano, pero de todas maneras seguían muy apegados a las retóricas, y habría que esperar algunos años más, para lograr un cambio significativo. Hacia 1939, surge el primer grupo de intelectuales compuesto exclusivamente por poetas, “Piedra y Cielo”, del cual hacían parte Eduardo Carranza y Darío Samper, entre N. Rodríguez 128 otros. Este mismo año surge una nueva generación de poetas que será llamado grupo de “Cántico” o “Los cuadernícolas”. Quince años más tarde en 1955, hacia la mitad del siglo, tenemos lo que fue un hecho contundente, la aparición de la revista Mito y el grupo que recibió el mismo nombre, que marcó un cambio y significó un hecho definitivo en la cultura en general. Pedro Gómez Valderrama, en la presentación de la obra del forjador y director de la revista, Jorge Gaitán Durán, cuenta que García Márquez al referirse a ella, dijo, “En “Mito” comenzaron las cosas,…” (11) También al respecto Álvaro Mutis ha comentado: “Mito limpió el aire provincial de la cultura colombiana.” Con estos dos comentarios quiero simplificar lo que acerca de Mito se ha dicho, ya que para nadie es un secreto que abrió definitivamente las puertas de la modernidad para el país. En 1975, Juan Gustavo Cobo Borda –uno de los mayores herederos de esta “tradición” única en Colombia- editó una antología de la Revista Mito y desde entonces ha crecido el conocimiento, aprecio y valoración de esta “obra”, heteróclita y fundamental. Aparece Mito en plena mitad del siglo XX, entre 1955 y 1962, con un total de 42 ediciones. En ella se publica desde El coronel no tiene quien le escriba de García Márquez hasta el Manifiesto Nadaísta en la última edición de 1962. Además N. Rodríguez 129 van a colaborar autores internacionales como Octavio Paz y Julio Cortázar entre muchos otros. Colombia famosa por su eufemístico apelativo de “Antenas Suramericana” y por su corrección gramatical, a estas alturas, a la mitad del siglo XX se encontraba en un significativo retraso en relación con México y Argentina, en lo que tenía que ver con conocimiento, apropiación y difusión de las teorías filosóficas, científicas y literarias contemporáneas como también de las grandes obras de la literatura norteamericana. Revistas como Sur149 en la Argentina, había desde dos décadas anteriores realizado esta labor, aglutinando a escritores nacionales y extranjeros relacionados por su labor y atrayendo así mismo, a algunos escritores europeos destacados del momento. Por su parte en México con la Revolución escolar dirigida por Alfonso Reyes, aprovechando la inmigración europea y especialmente la española y con una importante actividad editorial, nos llevaban por lo menos dos décadas en esta actividad de promoción y difusión de la cultura para fines productivos. Aunque este hecho no tuviera grandes repercusiones, ya que sobre este desajuste entre otros 149 De 1931 a 1970. Victoria Ocampo fundó, financió y publicó la revista Sur, que publicó autores como Borges, Bioy Casares, Cortázar, Silvina Ocampo, Eduardo Mallea, Ernesto Sábato y la chilena Gabriela Mistral, como también traducciones de autores internacionales como Virginia Woolf, Aldous Huxley, D. H. Lawrence, G. Green, A. Camus, J. P. Sartre, W Faulkner entre otros. (57) Tomado de: Maria Teresa Medeiros-Lichem. N. Rodríguez 130 medios y el paradigma europeo con el medio intelectual colombiano, a lo que tenía que ver con nuestro retraso, Juan Gustavo Borda, en artículo sobre Mito con acidez afirma: “Nuestro retraso para llegar al banquete (o al horror occidental.)” (141) Mito aparece providencialmente pero lo más significativo de esta empresa renovadora, desde luego, son las repercusiones en el propio país. O como afirma Cobo Borda: Los 1000 ó 1500 ejemplares que aparecieron cada dos meses y durante siete años, de modo irregular, no hicieron y tampoco pretendían, en verdad, la revolución. Si se recalcaron en cambio el papel que la inteligencia y la imaginación deben cumplir: un lugar para pensar, un sitio para crear. El recordarnos que existen otras voces, otros ámbitos. (142) Lo importante de Mito radica en que quienes la hicieron compartían los mismos odios, lo que odiaban era el conformismo de la sociedad colombiana. En Mito, la mayor participación y el más importante y decisivo aporte estuvo del lado de los poetas. Fue un grupo que en su mayoría estaba integrado por poetas o por poetas ensayistas. Como respuesta a la preocupación de James Joyce en su búsqueda del orden correcto en el que deben ir las palabras, N. Rodríguez 131 Mito empieza así su primera editorial: “Las palabras están en situación” y más adelante agrega: “necesitamos que las palabras sean. Y pretendemos hablar y discutir con gentes de todas opiniones y de todas las creencias.”150 Y efectivamente así sucedió ya que “Mito estuvo integrado por liberales y conservadores de todas las tendencias progresistas, sin aparentes divisiones conceptuales profundas…” (108)151 El gestor, director y creador de la revista Mito fue Jorge Gaitán Durán, nacido en Norte de Santander en 1925, quien Participó con Jorge Zalamea, en la toma de la Radiodifusora Nacional de Colombia durante los cruentos sucesos del 9 de abril de 1948. Sobre los cuales, Álvaro Mutis ha dicho: Jorge Zalamea del grupo de los Nuevos, y Jorge Gaitán Durán,… han sido las únicas voces ariscas, indomadas e infatigables que han lanzado a todos los vientos, no solo la protesta contra las condiciones que abruman a su patria, sino el testimonio lúcido, infatigable y sin compromisos de cómo esas condiciones asfixian toda posible voz inconforme y liman, en la conducta de las gentes, toda posible aspereza que no se ajuste al manso 150 151 Retomando a Armando Romero, en “Las palabras están en situación”. Ibid. N. Rodríguez 132 molde que conviene a quienes han determinado cómo se debe vivir en Colombia. (845)152 Vemos que aún en el grupo de Mito observamos las características de “hombres de estado” de los principales protagonistas; Armando Romero afirma que éste es un: “…grupo, bastante heterogéneo en su composición, va a estar más cercano a la política como tal, asumiendo algunos de sus integrantes un activo compromiso político.” (1988: 107) Particularmente Pedro Gómez Valderrama, Jorge Gaitán Durán y en menor medida Hernando Valencia Goelkel. Figuras de extracción burguesa contra el orden burgués. Esta triada, el prosista, el poeta y el crítico, cristalizan el conjunto del significado de Mito: creación y crítica. Pedro Gómez Valderrama fue consejero de estado, ministro de educación y diplomático. Gaitán Durán fue parlamentario y más tarde el presidente Belisario Betancur, elegiría a Valencia Goelkel como consejero de la presidencia de la república, en un gesto más simbólico hacia el hombre de letras que el político. Otro de los hechos definitivos para la cultura colombiana, después de la aparición del grupo Mito en 1955, fue el surgimiento de los Nadaístas en 1958, justamente en el 152 Recogido en Jorge Zalamea, Literatura, política, arte. Bogotá: 1978. N. Rodríguez 133 punto exacto de la crisis de la modernidad, en la coyuntura de la crisis de la religiosidad. El Nadaísmo con Gonzalo Arango como ‘cabecilla’, es un movimiento ético cultural. De acuerdo con Cobo Borda éste es, “…un vasto movimiento de agitación intelectual [que] iba a desempeñar papel preponderante en el panorama cultural colombiano.” y que se proponían, “no dejar una fe intacta, ni un ídolo en su sitio.” (195) Objetivos que intentaron lograr a través de la literatura y de escandalosos actos públicos. En Medellín, una de las ciudades más tradicionales de Colombia, aparece el Manifiesto Nadaísta. Veamos algunos fragmentos de esta ‘escandalosa’ aparición: El Nadaísmo, es un concepto muy limitado, es una revolución en la forma y en el contenido del orden espiritual imperante en Colombia. Para la juventud es un estado esquizofrénico – consciente contra los estados pacíficos del espíritu y la cultura. …Ante empresa de tan grandes proporciones, renunciamos a destruir el orden establecido. Somos impotentes. La aspiración fundamental del Nadaísmo es desacreditar ese orden. (195 - 196) El autor Héctor Rojas Herazo consideró que: …La labor del Nadaísmo es por eso una labor política. Ellos tienen –con el desplante, con la brusquedad verbal, con el impulso de la inteligencia- que despertar esta N. Rodríguez 134 sociedad empeñada en sus conformismos y su onirismo bursátil. Y eso –transformar al hombre- es la labor que están cumpliendo en Colombia los Nadaístas. (203)153 Sabemos que estos movimientos surgen también en concordancia con lo que sucedía en otras partes, pues por estos mismos años, en el mundo y especialmente en Norteamérica, aparecen también movimientos contraculturales como los Beatniks, con poetas como Allen Ginsberg y novelistas como Jack Kerouac, guías de una serie de admiradores e imitadores que funcionaron como grupo. Los nadaístas también establecieron intercambio con otros grupos similares de América Latina como los Mufados, de Argentina, los Tzanticos de Ecuador, El Techo de la Ballena, en Caracas y los redactores de El Corno Enplumado [sic] en México. (211)154 Trece fueron inicialmente los nadaístas aglutinados alrededor de un poeta, Jaime Jaramillo Escobar (alias X-504), Fernando González (1895 – 1964), sería el inspirador y maestro, “Su pensamiento crítico y heterodoxo influyó en especial, en el Nadaísmo, un grupo de poetas iconoclastas que floreció en Medellín en la década de 1960…” (69), como lo afirma Álvaro Pineda Botero. Así lo sigue testimoniando hoy 153 Citado por Gustavo Cobo Borda, de la conferencia “El Nadaísmo frente a la desesperanza burguesa” de la revista Cuadernos, Paris, No 80 p. 57-61 154 En: Cobo Borda, El nadaísmo. N. Rodríguez 135 Eduardo Escobar, y el prólogo que en su momento hizo Gonzalo Arango de Viaje a pie (1929).155 En realidad Fernando González ha sido muy apreciado por todos, por escritores como Manuel Mejía Vallejo, y por el poeta José Manuel Arango, y todavía hoy en día se siguen cultivando y promoviendo sus enseñazas y sus ideas.156 El virtualismo de Fernando González tiene diferentes raíces, algunas están en los escritores norteamericanos del siglo XIX, su tesis de grado, El derecho a no obedecer, en su título delata la influencia de H. Thoreau. Sobre los primeros años del Nadaísmo, Adriano González León, narrador venezolano y miembro fundador de El Techo de la Ballena, concluyó: Su impacto, su fiebre, su turbulenta existencia abrieron una fosa profunda en la literatura tradicional de Colombia. Sus actos descarnados y su agresividad han contribuido como ningún otro movimiento al despliegue polémico y a la turbación de un sentido a menudo provinciano en el mundo de las letras y del arte. (218)157 Para Armando Romero, en Colombia, la Nadaísta es la única agrupación de escritores y poetas que tienen identificaciones 155 Obra de carácter filosófico muy importante y conocida del escritor antioqueño. 156 En Envigado, la fundación cultural Otraparte, la que fuera su casa, está dedicada a esta labor. 157 En: Juan Gustavo Cobo Borda, El Nadaísmo. N. Rodríguez 136 similares a partir de manifiestos y actividades públicas conjuntas. (1988, 53) Y éste, es un movimiento que aún hoy en día, casi 50 años después de su aparición, de acuerdo con uno de sus integrantes; Jotamario Valencia, quien visitó la Universidad de Cincinnati en 2003, en su ponencia manifestó, que estas ideas siguen vigentes y que muchos de sus integrantes siguen firmes a ellas. El surgimiento de estos dos grandes movimientos, el grupo Mito y el Nadaísmo, determinan definitivamente un cambio en la literatura colombiana, y lo que ésta sería de ahí en adelante, que más tarde se verían reflejados por el surgimiento del llamado Boom, que con la aparición de Cien años de soledad en 1967, marcaría un punto de llegada o de partida definitivo, ya que para Latinoamérica de acuerdo con Doris Sommer y George Yudice, el Boom significó, “a break with the past…” y llenaría “…the desire for autonomy through cultural production.” (864) Como vemos en Colombia tenemos más o menos el mismo panorama en el proceso señalado por Henríquez Ureña, al comienzo surgieron escritores vinculados a la política como Jorge Zalamea y poetas desvinculados de ella, como León De Greiff. Más adelante, el hecho más significativo, el de algunos de los escritores, pero que todavía seguían vinculados a la política, como los de la llamada generación Mito, que poco a poco y durante un largo período hasta remontar el siglo N. Rodríguez 137 XX irían fraguando una obra que alcanzará una categoría indiscutible que va más allá de lo vernáculo, novela y poesía que hablan al corazón del mundo y no solo para nuestro medio, escritores como Gabriel García Márquez, Álvaro Mutis, y críticos como Rafael Gutiérrez Girardot, entre otros. Pero reconocemos que la general “división del trabajo” a la que aludía Henríquez Ureña no es suficiente para explicar el repunte, y refinamiento de la expresión literaria en el país, pues más tarde y hasta nuestros días los escritores, en un medio ya completamente especializado y profesional seguirán acudiendo a distintas profesiones y modos de vida, unos más cercanos que otros a las propias letras, como es el caso del periodismo. En Colombia un gran número de destacados escritores como los del Boom; Gabriel García Márquez, Álvaro Cepeda Samudio, Plinio Apuleyo Mendoza y más recientemente, Juan José Hoyos entre otros, se han iniciado en el periodismo. También hicimos mención anteriormente al grupo de periodistas escritores que actualmente existe en Medellín, con autores como Héctor Abad Faciolince o José Alejandro Castaño que son jóvenes que desempeñan con gran éxito y al mismo tiempo, sus profesiones de periodistas y escritores. Como recordamos, Laura Restrepo también empezó como periodista y además ha ocupado cargos públicos, en el momento N. Rodríguez 138 de recibir el Premio Alfaguara de novela 2004, se encontraba desempeñando el cargo de directora de Turismo y Cultura del Distrito de Bogotá. Lo que parece más obvio, es que surgieron nuevos escritores en el momento señalado por Henríquez Ureña, que no necesariamente estuvieron vinculados con la política, pero la necesidad misma de tener una función activa y participativa en el desarrollo de estos países, ha hecho que los escritores tengan un acercamiento diferente con esta realidad158 y quieran ejercer su oficio literario vinculados activamente con la política, ya que en Latinoamérica ésta ha sido una tradición que sigue. Recordamos desde un comienzo al mismo Simón Bolívar, Andrés Bello, Domingo Faustino Sarmiento, José Enrique Rodó, José Martí, Carlos Mariátegui, más recientemente casos como, Germán Arciniegas, Camilo Torres, Mario Vargas Llosa, Ernesto Cardenal y Sergio Ramírez159 para tomar sólo algunos nombres.160 Tanto, que en 1999, Gonzalo Sánchez Gómez afirma: “En América Latina… ha habido históricamente una verdadera imbricación entre intelectuales y política.” (13) Contradiciendo un poco la afirmación de Henríquez Ureña y la 158 Con el agravante de que en Colombia, suele ser peligroso: “Pensar es una actividad de alto riesgo en Colombia.” 159 Ganador también del premio alfaguara de 1998 con Margarita está linda la mar. Fue vicepresidente de Nicaragua en 1984 y candidato a la presidencia en 1996. 160 En Colombia, el nombre de García Márquez también fue propuesto para presidente. N. Rodríguez 139 de Doris Sommer y George Yudice, quienes sugieren que esta situación cambió definitivamente: By the end of the nineteenth century, the rational patriarchal habit of combining literary and political responsibilities became somewhat outmoded, mostly because of the prosperity and political bureaucratization that capitalist progress had brought. (863) En Latinoamérica realmente no se puede pensar que el capitalismo llegó y separó las funciones, porque estos procesos aquí son diferentes, ya que en estos países “…apenas se mantiene una economía de supervivencia” (12), como lo asegura Amalia Pulgarín. Como herederos de esta tradición, las generaciones posteriores de escritores latinoamericanos, han seguido por el camino marcado y aprovechando los logros acumulados por sus predecesores, tratan de encontrar el suyo propio. Como el caso de Laura Restrepo, quien ha tratado de involucrar los intereses de su trabajo como periodista a la literatura, y éstos con su vida pública. Proceso que empieza desde muy joven cuando escribía en los panfletos políticos de la organización trotskista. Para el caso colombiano, creo que como se ya ha sugerido, han cambiado las causas aunque el resultado sea el mismo, en un principio el estado requería o fue creado por los N. Rodríguez 140 intelectuales pero actualmente son ellos los que se involucran en la política por sus intereses personales o compromiso con una situación determinada sin que esto los aleje de la creación literaria. En el caso de Laura Restrepo, creo que se da una combinación entre su personalidad, la evolución de su carrera periodística y las condiciones históricas del país. Laura Restrepo tiene unos objetivos específicos, que tienen que ver con el momento posmoderno que posibilita todas las combinaciones, y en el cual los límites entre las diferentes disciplinas, y como veíamos también entre los géneros; se difuminan. Ahora con el posmodernismo como lo afirma Amalia Pulgarín existe, “…una nueva mimesis para expresar una renovada relación entre el arte y la vida.” (14) Laura quiere hacer política a través de la cultura: “El compromiso del mundo de la cultura se ha vuelto compromiso político y ya hoy los escritores no tenemos el dilema de antaño” sobre si incluir o no la política en su actividad cultural…”161 O el comentario que ella hace con relación a su cargo actual, con el cual se siente realizada pues: Es la suma perfecta: política cultural. Llevarle la cultura a la gente, ¿qué mejor política social? …Precisamente el arte y la guerra son incompatibles. Es 161 Noticias de arte y cultura: Laura Restrepo revindica el “compromiso político” de los escritores actuales. Que aparece en: www.lukor.com/literatura/noticias. N. Rodríguez 141 el terreno ideal de reconciliación… Desde el IDCT (Instituto Distrital de Cultura y Turismo) se pretende romper la indiferencia y, por medio de la cultura llegar a todos.162 También vemos que el objetivo de Laura y lo que se ha propuesto hacer con su obra, concuerda con el ideal sartriano que le asignaba “…al intelectual la tarea histórica se ser consciencia crítica de su época y de la sociedad…” (17)163 En últimas es lo que ella pretende hacer, pues ve una conexión directa entre su obra (periodismo literario) y el compromiso que adquirido con la historia, ya que para ella: “…el cambio que le cabe hacer a una generación es, a duras penas, arañar una gotica a la corteza de la historia, pero esa es la misión y no porque sea poquito puedes dejar de hacerlo.”164 Pero vemos que este intento, político – histórico, será determinado a su vez, por su estilo literario. Tenemos así que Laura intenta poner su posición o indicar sus ideas a través de sus obras y en cada una de ellas estará indicándola de alguna manera. Así por ejemplo, en La novia oscura, aparte de estar tratando la vida de este grupo de prostitutas dentro de las cuales se destaca Sayonara, está 162 Por: Dominique Rodríguez Dalvard. El apetecible Delirio de Laura Restrepo. 163 Citado por Gonzalo Sánchez Gómez. 164 Citado por Kattia Muñoz. Laura Restrepo: De los libros a la militancia política, en: Club de libros: http://www.clubdelibros.com N. Rodríguez 142 también la dimensión política de la lucha antiimperialista de los países latinoamericanos en los años 40 y 50. En otras obras como Delirio, veíamos la denuncia en cuanto al sistema de lavado de dólares que involucra a las clases dirigentes. También hemos visto extensamente, cómo ella encuentra en la literatura una forma activa de participar y de luchar por el cambio: Ante las realidades institucionales y oficiales tan falsas, tan impuestas como las que privan hoy día, en la mayoría de nuestros países florecen por debajo realidades clandestinas, secretas, que hacen de verdad el alma de los pueblos y la literatura es lo que sirve para sacarlas a flote y oponerlas a la realidad oficial. Ella es muy consciente del papel de la literatura actual y quiere utilizarla como vehículo de la historia y cómo denuncia. También en sus entrevistas, ha aprovechado la tribuna que ha ganado con el premio Alfaguara para manifestar sus ideas políticas tanto en lo local como en lo internacional: Hay gobernantes que dentro de sus propios países le dan prioridad a las salidas guerreras, militaristas sobre otras urgencias. Yo no estoy de acuerdo para nada con el N. Rodríguez 143 presidente George Bush ni con la guerra de Álvaro Uribe en mi país.165 Su primera obra, Historia de una traición (1986), consecuencia de su primer cargo público, tiene características periodísticas, ensayísticas y decididamente literarias. Periodística porque el objetivo último, es informar acerca de este proceso, está encaminada a dar un testimonio histórico, es también el escenario desde el cual ella manifiesta su posición, acerca del llamado Proceso de Paz en el cual ella tuvo su participación como negociadora oficial. Observamos también que en la realización de este proyecto no puede hacer separación de sus preferencias por el grupo protagonista y el resultado final es una obra en la cual observamos su capacidad literaria que la utiliza en aras del engrandecimiento de este grupo. En Historia de una traición, su primera obra, son notorias las cualidades literarias que sobresalen y que no pasan desapercibidas, desde este primer momento, vemos su gran capacidad y acierto para describir personajes y el gran dominio que tiene de la palabra escrita. Una de las finalidades de Historia de una traición, es el ser un testimonio ya que esta es la historia del Proceso de paz que empezó bajo el mandato de Belisario Betancur Cuartas, 165 Por: Roger Santodomingo. No estamos condenados, en: BBC Mundo. N. Rodríguez 144 (1982 – 86) contada desde el punto de vista de una de sus protagonistas, Laura que fue nombrada como miembro de la Comisión de Negociación y Diálogo en julio de 1984, y que le dio la oportunidad de estar en “un palco de primera fila” como ella asegura. El testimonio evoca varias definiciones, ya que puede ser la afirmación de un evento a través de la presencia, la corroboración de la existencia de una situación o la expresión de una experiencia vivida en carne propia, como también puede ser la denuncia de una situación o la introspección de una realidad interior. El testimonio se convierte entonces en una experiencia, transferible, compartida y socializada. La autora, estuvo integrada a la Comisión Negociadora, lo que le permitió estar en contacto permanente con los protagonistas de uno y otro bando: El nombramiento oficial y un tanto desprestigiado (los comisionados siempre fuimos vistos como los burócratas del paseo) fue para mí un palco en primera fila para presenciar, durante un año que duraron los pasos previos a la tregua misma, este episodio clave de la historia Latinoamericana reciente… (12) Se puede decir que el testimonio, como narrativa de una experiencia histórica y subjetiva, es un género muy antiguo en la cultura hispanoamericana y es considerado por críticos N. Rodríguez 145 literarios desde 1986, como un nuevo espacio dentro del género literario166 y que para ella este testimonio es llamado a cumplir un papel importante: Como considero que los testimonios de las personas que como yo fuimos nombrados precisamente para darlos, no deben ser actas dormidas en el fondo de un cajón de algún funcionario público, que es lo único que han sido hasta ahora, hoy doy a conocer el mío a la opinión pública. (12) El testimonio como narración de una experiencia personal dentro de un marco político y social significa hacer un recuento de algo que le ocurrió al sujeto del testimonio, es decir, quien lo sufrió o lo experimentó es el que hace el testimonio del mismo, con su memoria, con su presencia, con su escritura como es el caso de Laura Restrepo en Historia de una Traición. Amalia Pulgarín señala que específicamente la participación de la mujer en este tipo de relatos tiene la función de mostrar su “polifacética personalidad” a través de la historia. (161) En esta obra, Restrepo no pierde de vista su relación con la época que le ha tocado vivir y ella trata de entender los procesos políticos en su escritura, plantea cómo la situación 166 Amalia Pulgarín, trae el problema de su denominación y señala que existe discusión entre llamar el testimonio: “modalidad narrativa” término utilizado por Miguel Barnet (1986) o “género literario” utilizado por Eliana Rivero (1987). N. Rodríguez 146 dejada por su antecesor liberal Turbay, hace que Belisario vea la necesidad de replantear una nueva amnistía y para esto debe hacer uso de los cuadros burocráticos. Y allí mezcla su experiencia como testigo frente a los acontecimientos políticos de ese momento, pues sabe que está dejando constancia escrita de ellos. Da un retrato de cuerpo entero de sus protagonistas, muestra por ejemplo, cómo el carácter carismático de Belisario Betancur: …logró con los colombianos lo que no había logrado ninguno de los que lo habían precedido en Palacio: que lo quisieran y que le creyeran. …la gente lo consideraba bueno y honesto… …cierta magia en el trato con las masas, sumada desde luego al manejo hábil de los medios de comunicación…” (16) Belisario en un principio era considerado como un gran caudillo con la aceptación de todos los bandos y todo el país estaba de su lado, “¿Quién si no alguien exactamente así podía hablar de paz y lograr que le creyeran?” (17) y ésta es la historia de cómo se produce un cambio y el Proceso termina de una manera muy diferente a como inicialmente se esperaba, ya que otro de los objetivos del libro es mostrar la culpabilidad de Belisario Betancur en el fracaso del Proceso de Paz y la inocencia del M19. N. Rodríguez 147 Laura quiere mostrar los protagonistas de este momento histórico, y vemos un especial interés por este tipo de personajes que sobresalen y se hacen merecedores de la confianza del grupo, los cuales ella resalta o adorna, para decirlo de alguna manera. De este especial interés que ella muestra por estos personajes, deducimos que esta cabeza o ‘caudillo’ se queda fijado en ella, ya que siempre estará merodeando en sus obras,167 porque es este personaje con empaque literario y sus cualidades excepcionales, que teóricamente se aparta del común de sus congéneres, con su gran capacidad de ejercer atracción sobre el resto, que al ser aceptado y requerido por la mayoría, promete ser la solución. Para entender mejor lo que es el carisma al que se refiere Laura y lo que también está detrás del legendario ‘caudillo’ latinoamericano, es conveniente mirar los planteamientos del alemán Max Weber, quien se ocupó de su definición desde principios del siglo XX. 167 Observo en casi todas sus obras la aparición de este personaje con características excepcionales o inexplicables. Tenemos así que para empezar en Historia de una traición va a bosquejar estos héroes, entre los que se destacan los dirigentes del M-19 como Jaime Bateman, Pizarro León Gómez y Toledo Plata, e incluso el mismo Belisario Betancur, que gracias a su ‘carisma’, logró el triunfo en las elecciones. En La isla de la pasión, Alicia vendría a desempeñar este papel, pues es ella la que organiza a las demás mujeres y logra ser obedecida por ellas. En Dulce Compañía, el ángel se convierte en un auténtico caudillo, que es seguido por las multitudes y muere asesinado. En La multitud errante, Siete por Tres, adquiere múltiples e inesperadas cualidades y al final organiza una manifestación multitudinaria para salvar el albergue. N. Rodríguez 148 En la clasificación de las diferentes clases de poder que Weber nos ofrece podemos distinguir claramente el sistema racional que está basado en la confianza en un sistema establecido; el tradicional o monárquico, que le concede poder al rey por tradición y el del caudillo o carismático, el cual está basado en la calidad de su líder, en las cualidades excepcionales y sobresalientes de éste, en lo que llama ‘carisma’ y propone una definición para este: The term “charisma” will be applied to a certain quality of an individual personality by virtue of which he is considered extraordinary and treated as endowed with supernatural, superhuman, or at least specifically exceptional power or qualities. These are such as are not accessible to the ordinary person, but are regarded as of divine origin or as exemplary, and on the basis of them the individual concerned is treated as a “leader.” (44) Vemos así, que el personaje del caudillo como líder es un ideal, pues sus capacidades extraordinarias168 lo capacitan para manejar cualquier situación ayudado y respaldado por su carisma, y veo que para Laura, éste se convierte en un 168 El arcángel de Dulce compañía, al final se convierte en este héroe del pueblo, que lo enamora con sus encantos inesperados y porque en Colombia, en estos momentos de caos, solamente una persona con cualidades angelicales podría desempeñar una función salvadora. También es significativo el hecho de que de todas maneras el ángel muere asesinado, como ha sucedido en Colombia, en donde, desde Jorge Eliécer Gaitán, el caudillo del pueblo, Galán Sarmiento y casi todos los cabecillas del M19, que han sido asesinados. N. Rodríguez 149 personaje humano que quiere ayudar a la gente y que el grupo acepta porque reconocen en él las cualidades necesarias para ser su líder y que en gran medida, podría ser ella misma. Estas cualidades casi mágicas, les son atribuidas a algunos personajes claves en su obra y en Historia de una traición, los líderes del M19 también adquieren estas caracterizaciones. Como vemos al referirse al fundador del M19, Jaime Bateman quien: Les había enseñado también que ya no era la hora del revolucionario de panfleto y dogma, macilento de trasnochadas y sacrificios, porque el pueblo sólo sigue al líder que lo sabe enamorar: -No se puede hacer la revolución sin desatar los sentimientos y los afectos más profundos de la gente. (38) De manera igualmente literaria se refiere al describir al sucesor de Fayad, en la cúpula del M19: Definiendo en una sola palabra a Carlos Pizarro, alguien dijo que era un seductor, en el sentido amplio del término: un hombre al que le encantaba encantar, personal y políticamente. Para eso contaba con 53 años cortos, indudable carisma, un discurso vibrante y levemente decimonónico y una apostura de facciones y proporciones N. Rodríguez 150 clásicas y tonos latinos que le valió el apodo de El Divino. (101) Al referirse a la muerte de Carlos Toledo Plata, vemos también que se desborda en alusiones idealizadoras del líder caído y nos recuerda a García Márquez en El ahogado más hermoso del mundo: Mientras tanto, una ininterrumpida cola de varias cuadras desfilaba por la casa de la alcaldía, donde se velaba el cadáver, y pasaron junto a él mujeres viejas, niños, jóvenes universitarios; unos por agradecimiento con el médico que tantas veces los atendiera gratuitamente, otros por solidaridad con el amigo, muchos en señal de indignación por el crimen del dirigente guerrillero. Quienes se inclinaban para verlo a través del vidrio del cajón, con la aprehensión que produce mirar de cerca la violencia y la muerte, se encontraban cara a cara con un muerto sorprendentemente hermoso: el pelo reluciente caído hacia atrás, las pestañas negras y largas sombreando los ojos encerrados, ninguna palidez que destiñera su piel, ni una arruga que envejeciera o tensionara su perfil. (94) La influencia de García Márquez en esta obra es mucho más notoria que en las siguientes, en ésta hace muchas veces referencia directa a él, aparte de que García Márquez también N. Rodríguez 151 participó de las negociaciones y aparece de cuerpo presente, uno de sus capítulos es llamado: “Macondo o el doble poder”, y en las descripciones alude a él o su obra directamente en apartes como: “Durante la semana del 24 al 31 de agosto, en Corinto Macondo se hizo carne y habitó entre los colombianos…” (119) haciendo referencia, al mismo tiempo, al mito de la religión católica, otro de los constantes temas subyacentes en su obra futura. Al terminar la lectura de esta obra tenemos la sensación de que está muy bien escrita pues como toda la obra de esta autora, por el colorido de su lenguaje se deja leer fácilmente pero no queda muy claro por qué se produjo la traición pues nunca conocemos cabalmente los términos del trato de Belisario con el M19.169 También porque a pesar de que la obra fue escrita en 1986, un año después de la toma del Palacio de Justicia por el grupo guerrillero en noviembre de 1985, este hecho no se comenta directamente en el libro, sino por alusiones. Sin dar mucha importancia a que este ataque iniciado por el grupo guerrillero tuvo una terrible reacción militar con consecuencias funestas para el país, para su imagen, sin contar con los que perecieron allí y además es un hecho ampliamente conocido por todos los colombianos. 169 Posiblemente a esto obedece el cambio del título del libro al de Historia de un Entusiasmo. N. Rodríguez 152 Nunca se cuestionan tampoco los métodos que emplea este grupo, como el secuestro y la extorsión para conseguir sus fondos. La autora quiere escribir esta ‘historia’ para dejar constancia de lo que sucedió durante este proceso pero al hacerlo ella no puede dejar de lado su escogencia y preferencia por el M19, del cual al parecer era militante política. Para lograr la intención de perpetuarlos, recurre a métodos literarios de donde veo que se produce otro hecho llamativo, ya que su labor periodística con intención política se ven determinadas o influidas por la literatura y creo que es lo que sucede, ella literaturiza la política lo que le impide lograr una visión imparcial. Al no poder hacer separaciones, sacrifica la misión periodística pues ésta antes que nada debe ser equilibrada e imparcial, confirmando así lo que planteaba Hyden White en cuanto a la determinación de la historia por la literatura. Pues el autor, al intentar escribirla le confiere sus intenciones y gustos, con lo que nos enfrentamos ante una nueva situación pues ahora, debemos aceptar esta nueva historia, que de entrada sabemos que está parcializada, pero que a lo mejor es más realista porque le corresponde lector decidir, qué acepta como verdad y para esto debe tener muchas fuentes para poder escoger. Este es el mundo posmoderno en el cual tenemos mucho pero no tenemos nada, y N. Rodríguez 153 nos enfrentamos o caemos al vacío, para volver a Lipovetsky o a Baudrillard. N. Rodríguez 154 IV Literatura y periodismo En mis libros siempre hay una figura que es periodista o que investiga por alguna razón. El elemento común es una persona que llega a un lugar sin saber cómo son las características y que empieza a preguntar.170 Considero la ficción como una manera de complementar la realidad.171 Hay quienes dicen que lo que yo escribo es periodismo fantástico.172 Estas declaraciones de Laura Restrepo nos ponen a tono con su método de trabajo que se aviene a su objetivo. Su método, que nunca abandona, es básicamente periodístico, a su vez, este hace parte de su proceso creativo y también es empleado como técnica narrativa. Todo este complejo sistema de trabajo tiene que ver también con lo que ha sido su vida; su formación y participación activa en la política. Como se expuso anteriormente, el primer contacto de la autora con las letras es a través del periodismo, el cual la enfrentó con la realidad colombiana, y la llevó, por la 170 171 172 En, entrevista con Juan Fernando Merino en Nueva York. Ibid. En: La ventana, 24 de febrero 2004, por Ericka Montaño Garfias. N. Rodríguez 155 seriedad y compromiso con que asumió éste a la política y la administración pública, y desde allí encontró en la literatura una forma de comunicar sus ideas y tener una participación activa desde este flanco. Es así como el conjunto de su obra y su vida se confunden en una e indivisible unidad: A lo largo de la vida, donde he podido sentir que sopla la historia yo me voy para allá, porque eso me sucede. La literatura es una forma de hacer política aunque no se aborde directamente el tema, porque hablar de la dignidad humana, de la entereza del ser humano es hacer política. Son distintas maneras de hacer lo mismo y toda la vida he seguido en ese camino.173 Como vemos para Laura Restrepo, la literatura se confunde con el periodismo y este con la historia y viceversa la historia está presente en su forma de hacer literatura desde donde pretende dar cuenta de ella. Y a esto es a lo que nos enfrentamos con su obra. Por estar basada en asuntos periodísticos y querer ser fiel, en su manera literaria a ellos, es por lo que su obra adquiere valor histórico pues pasan a ser testimonios de un momento, vistos desde su punto de vista con una objetividad particular. 173 Kattia Muñoz. Laura Restrepo: De los libros a la militancia política, en: Club de libros: http://www.clubdelibros.com N. Rodríguez 156 Como periodista trabajó en la revista Cromos, fue colaboradora y editora de la revista Semana y en su exilio en México, colaboró como columnista en el diario La Jornada y en la revista Proceso, durante este tiempo se distinguió por ser informada, crítica y no abusar de su posición privilegiada como mediadora para ponerse en un primer plano. Mirando en conjunto su obra, podemos afirmar que Laura Restrepo ha hecho del periodismo un medio primordial para exponer su visión política174 haciendo de su trabajo literario político la mejor manera de contar, como lo hizo desde su primera obra, Historia de una traición, en donde registró lo sucedido en el período final del gobierno liberal de Turbay y el conservador de Belisario Betancur, mostrando el tratamiento que se dio al proceso de desmovilización del M19, llamado Proceso de Paz. En Colombia, la relación entre periodismo y literatura ha tenido una evolución más lenta que la que observábamos, se dio en Norteamérica en los 60, con el Nuevo Periodismo. Germán Espinosa en 1984, en su ensayo: Literatura, periodismo y masificación, enfatiza lo disímiles que son, porque de acuerdo 174 Ha colaborado con otros periodistas latinoamericanos, políticamente activos como Roberto Bardini y Miguel Bonasso. También ha contribuido con proyectos colectivos como Operación Príncipe (1988), crónica del secuestro de un oficial militar chileno por el grupo responsable del atentado de asesinar al dictador Augusto Pinochet. También es coautora de Once ensayos sobre la violencia (1985), En qué momento se jodió Medellín (1991), Del amor y del fuego (1991) y Otros niños (1993). N. Rodríguez 157 con él: “El periodismo para ser bueno, debe constituirse en la negación del estilo; la literatura, en su afirmación.” (82) No considera posible un acercamiento, porque considera que la naturaleza de los hechos de que se ocupan son diferentes. De acuerdo con Espinosa, el periodismo debe ocuparse de “los hechos concretos e inmediatos, vertidos en un lenguaje impersonal y objetivo” porque también cumple un servicio público, mientras que la literatura, …como es producto de la más honda subjetividad, aspira constantemente a controvertir los fundamentos mismos de la expresión hablada, a socavarlos, a revolverlos, y suele hacer caso omiso –cuando en verdad es literaturade los gustos e inclinaciones de las mayorías. (83) Esta es una visión de la literatura bastante personal y poética y aunque esta conferencia fue leída por Germán Espinosa hace ya 20 años en Bogotá, es llamativo ver como para él, estos dos géneros, pueden estar diametralmente opuestos, pues no comparten ni el lenguaje ni el material de que se alimentan, mientras que para los autores del Nuevo Periodismo, la realidad misma determinaba su cercanía. Laura Restrepo al igual que otros autores como el mexicano Alberto Dallal, más acorde con lo sucedido en el movimiento norteamericano y el posmodernismo, establecen un vínculo de interdependencia entre estos dos ‘géneros’ ya que N. Rodríguez 158 Dallal piensa que cada vez se acercan más, y así asegura: “…no cabe duda de que sobrevendrá una especie de literaturización más acentuada del hacer periodístico, y de que la literatura habrá de sufrir un proceso más profundo de transformación gracias al periodismo.” (35) Laura Restrepo está afirmando esta posición, ya que siente que los dos géneros están muy cercanos, ella tiene la necesidad de jugar con ellos y simplemente lo hace. Para Laura, basar la mayoría de sus obras en “hechos concretos e inmediatos” es lo que le permite sugerir un sentido histórico y el uso del “lenguaje impersonal y objetivo” le ayuda a crear el efecto, sin prestar mucha atención a la supuesta incongruencia que postulaba Espinosa: “… los hechos los tergiverso, los cambio, los aumento hasta volverlos literatura y ese es un vicio que me apareció desde que trabajaba de periodista.”175 Esta postura tiene que ver con la falta de confiabilidad que los metarrelatos tienen actualmente, porque 175 Por Ericka Montaño Garfias: Laura Restrepo opone sus letras a la realidad oficial colombiana, que aparece en: La Ventana del 24 de febrero de 2004. A mi modo de ver, esta es una tendencia cada vez más fuerte en Colombia. Existe en este momento en Medellín, una generación de periodistas jóvenes que son también escritores como: Héctor Abad Faciolince (1958) que es periodista, ha sido traductor y tiene 5 novelas. Con su más reciente obra, Angosta ganó en 2004 el premio de la mejor novela del mundo hispanohablante en Beijín, China. José Alejandro Castaño nacido en 1972, quien ha ganado reconocimientos internacionales de periodismo como el la Universidad de Columbia en Nueva York y el Premio Iberoamericano de periodismo Rey de España y además, el Premio Latinoamericano de literatura Casa de las Américas en 2003. John Saldarriaga tiene un currículo similar y asegura que el periodismo es “literatura bajo presión,” retomando a Álvaro Cepeda Samudio. N. Rodríguez 159 ahora no existe una entidad que se pueda llamar ‘literatura’ aisladamente, o ‘periodismo’ por si, y mucho menos como lo expresábamos antes: Historia, los límites entre ellos se difuminan y surgen estos híbridos que por su misma indeterminación tienen más credibilidad y aceptación. Nos encontramos así que Laura Restrepo más tarde, embarcada en el oficio literario, utiliza sus experiencias y su formación como periodista, ya que no los olvida, o no puede separarse de lo aprendido. La misma autora cuenta cómo sin proponérselo, desde el comienzo en su primera novela, sucede esto: La isla de la pasión, Es una novela histórica. Unos capítulos que corresponden a la investigación propiamente dicha, bien en los archivos o personalmente, y otros capítulos que ya son de recreación literaria, o sea que ya empieza a verse la mezcla que después retomaría en todas las novelas, de elementos ficticios y elementos reales, de literatura y de periodismo, como en un juego permanente con el lector, un juego del gato y el ratón, de tratar de discernir dónde termina la realidad y dónde empieza la ficción, que yo pienso que es un juego lícito y que además es divertido.176 176 En entrevista con Juan Fernando Merino: Laura Restrepo o la indagación permanente. Cronopios de Nueva York, martes 6 de marzo, 2003. N. Rodríguez 160 Es así como a partir de este, su primer experimento, nos encontramos en la mayoría de sus obras con un protagonista, la periodista u otro personaje que hace algo similar a este oficio, que es el encargado de llevarnos de la mano, en el desenvolvimiento de historias sacadas o fundamentadas en la realidad. Su primera novela La isla de la pasión177, como ya se indicó, fue el producto de una ardua investigación periodística, pues en este momento en su exilio mexicano, extrañaba su oficio y quería explorar una historia local, pero “…a true history, of course, because at that time, the possibility of resorting to fiction never entered my mind.”178 Pero México Como lo recuerda ella, había sido agotado por escritores locales y extranjeros. Su instinto periodístico le indicó, que la historia de la isla de Clipperton era una que merecía ser rescatada, además porque reconocía en ella, la metáfora de lo que era su propia vida en esos momentos, como exiliada con otro grupo de colombianos que compartían este destino, y así se comprometió con ella, efectuando una muy seria investigación que al querer dar vida a la historia, da como resultado su primera novela. 177 Hay una película, coproducción de México, Argentina y España de 1941 llamada igualmente, La isla de la pasión. 178 Entrevista con Jaime Manrique en: http//www.bomsite.com N. Rodríguez 161 Después de su respetable recorrido como periodista, escribe esta novela en 1989, la primera en la que se aventura como novelista, y encontramos en ella una historia recreada en el mejor sentido de la palabra ‘recreación’. En esta obra, se mezclan muy bien los diferentes elementos empleados por la autora, ya que podemos distinguir tres vertientes principales; la histórica puesto que los hechos del relato ocurrieron realmente, luego la periodística porque el método de investigación fue además de la lectura, las entrevistas con descendientes de los protagonistas. Y la última, que atañe directamente a la literatura: la mítica, donde recoge la tradición inaugurada por Gabriel García Márquez y entre la que se entrecruzan relatos realmente antiguos, de los que no se excluyen la locura, la religión ni la guerra.179 Para algunos, como para el editor que menciona la autora, llama la atención la mezcla entre periodismo y literatura, pero la verdad, como lo demostró el Nuevo Periodismo; en la época actual, es difícil establecer fronteras entre los géneros. Alberto Dallal en su texto, periodismo y Literatura, analiza esta situación, y observa como por ejemplo, algunas grandes obras, 179 Que es una de las razones del éxito de esta corriente y que Laura Restrepo no abandona y utiliza puntualmente a través de toda su obra. N. Rodríguez 162 …no siempre han llevado la conciencia del literato de que aporta obras que enriquecerán el acervo literario del mundo. Cuántas crónicas, verdaderas precursoras e indicadoras de un género, fueron escritas en términos de una necesidad de registro que en nada se relacionaban con la literatura. (30) Dallal discute ampliamente la estrecha relación de interdependencia existente entre estos dos géneros y asegura que, “La literatura universal se ha alimentado a través de todos los conductos posibles, con todos los elementos que, aun sin quererlo, han ensanchado sus expresiones y sus procedimientos.” (31) Siguiendo en esta dirección, podríamos afirmar que la literatura nace por una necesidad de informar o dejar registro de los acontecimientos, que es lo que soporta el periodismo, y que fue lo que sucedió con los poemas épicos, que querían recordar y transmitir estas hazañas y que cómo todos sabemos, son las manifestaciones más tempranas de la literatura. Y si miramos textos antiguos y conocidos por todos como la Biblia, por ejemplo, vemos que en el fondo, en gran parte es periodismo, aunque también es muchas otras cosas más. Los cronistas de la época, de los que no conocemos los nombres, nos relatan las batallas el pueblo israelí por la posesión de la tierra. La prueba de esto son las múltiples versiones que N. Rodríguez 163 existen de los hechos. Son frecuentes las reiteraciones debidas precisamente a que los compiladores, que en su afán de no dejar ninguna de las tradiciones por fuera del relato, las acogen una tras otra, las contradicciones no faltan y los exegetas llevan milenios tratando de encontrar una “verdad histórica única” cada vez más inasible en la medida en que se superponen versiones e interpretaciones y que como lo afirmaba Tomás Eloy Martínez, “…todo relato es por definición infiel porque la realidad no se puede contar o repetir. Lo único que se puede hacer con la realidad,… es inventarla de nuevo.” (12)180 Fiel a esta tradición, Laura Restrepo así lo entiende y lo expresa muy bien en esta obra, podemos verlo cuando acude a un método novedoso que es enumerar las diferentes versiones de los hechos, acepta de una vez por todas que la verdad se desliza en los múltiples relatos de los testigos y que cada uno nos va a contar una historia diferente, donde entra su imaginario, su deseo y su posición dentro de la misma historia. Que es la misma razón por la que la postmodernidad rechaza los metarrelatos como entes portadores de una verdad única. O, lo que Hyden White explica que sucede en la Historia, que se convierte irremediablemente en literatura al querer ser registrada o 180 Citado por Ana Rosa Domenella. N. Rodríguez 164 contada. Y que E. L. Doctorow, confirma en 1975: “There is no more fiction or nonfiction –only narrative-.” (3)181 Y a pesar de que Laura, en primera instancia, no estaba intentando escribir una novela, por este método se acerca bastante a ella si nos atenemos a Bakhtin, quien explica que la novela tiene características que la diferencian básicamente de otros géneros y entre ellas destaca: “its stylistic three dimensionality, which is linked with the multi-languaged consciousness realized in the novel.” (11) Y así tenemos que la novela como género, es única en cuanto a las posibilidades que tiene de comunicar la realidad en toda su complejidad y que creo fue la razón por la cual el periodismo se debió de acercar a sus técnicas y que por esto mismo, el ensayo de Laura en este caso, como su primer intento de novelar y crear la Historia es muy acertado y muy válido. Restrepo sabe que sólo acogiendo los múltiples relatos se hace una aproximación a la verdad, como podemos ejemplarizar en el difícil y culminante momento de la muerte de Jesús Neri y del cual, puesto que el capitán Arnaud no estaba presente, le son contadas múltiples versiones,182 las cuales, la 181 En, John Hollowell. Esta técnica intensificada con el uso de narradores múltiples, es la que usará luego en El leopardo al sol. 182 N. Rodríguez 165 escritora logra sintetizar en una, y vemos además cómo el resultado es profundamente dramático: Entre el agua el viejo se hundía, reaparecía, se veían su cabeza, su espalda, sus brazos, ya no se veían. Lo está picando una mantarraya, gritó Victoriano; aguamalas habrán de ser, chilló la mujer de Faustino. Los niños gritaron. Cinco hombres, cuatro, seis -tres hombres y dos mujeres- se acercaron corriendo por el muelle. Lo vieron defendiéndose a mordiscos, a patadas, de las sombras negras que lo atacaban. Lo vieron indefenso, rendido, poniendo cara de perdón, de dolor, de súplica. A palazos los hombres espantaron la manada de tiburones. Eran tres tiburones; eran dos tiburones y una barracuda; era un sólo tiburón inmenso; eran seis: cinco negros y uno blanco. El agua ya estaba roja de sangre cuando los ahuyentaron. Pedro alcanzó a arponear a uno, Pedro casi alcanza a arponear a uno. Rescataron lo que quedaba de Jesús. Cuando lo sacaron ya estaba muerto. Cuando lo sacaron todavía estaba vivo. Tendido sobre el muelle jadeó un rato, le rezó a la Virgen de Guadalupe, llamó a su mujer, Juana. Tendido en el muelle no dijo nada, sólo se murió sin decir nada. Intentó incorporarse con lo que le quedaba de cuerpo, le vino una bocanada de sangre, se murió. Primero se N. Rodríguez 166 murió y enseguida la sangre se le escapó por las heridas, por la nariz, por la boca. (106-7) Thomas Mann hace lo propio en José y sus hermanos. Estudia durante 16 años y va escribiendo lenta y pacientemente mientras se hunde en documentos egipcios, babilonios y judaicos. Lo que eran diez páginas en el original, el Pentateuco, se convierten en sus manos en cuatro estupendos tomos en los cuales desfilan Jacob y Esaú, los hijos de Jacob, toda la saga de la familia con sus problemas, rencillas, guerras y reconciliaciones, y en el centro de todo el protagonista indiscutible, José, el hijo predilecto de su padre y en consecuencia el hermano más envidiado y odiado. Este recuento sólo para enumerar someramente algunos de los antecesores ilustres que tiene la escritora colombiana en su empresa de recrear un hecho histórico como fue la odisea del capitán Arnaud, sus hombres y su familia, en Clipperton desde 1907 a 1916, cuando por fin rescataron a los sobrevivientes, por azar. Para ello, Laura Restrepo, la periodista, no escatimó esfuerzos, viajó, entrevistó sobrevivientes, los parientes del capitán Arnaud y su esposa Alicia, parientes del negro Victoriano Álvarez, hurgó en viejos documentos en las bibliotecas, incluido por supuesto el Archivo Histórico de N. Rodríguez 167 México y leyó cuanto diera razón de este azaroso período de la historia mexicana. La isla de la pasión trae toda la bibliografía consultada por la autora, como suelen hacerlo los eruditos, los ensayistas, los historiadores y los científicos. No podía ser de otra manera puesto que los hechos políticos fueron esos, la disputa por Clipperton entre México y Francia, el arbitraje de Italia, los ocho o casi nueve años que pasó este grupo allí. Y es aquí donde entra en juego la literatura con su papel de hacer carne estos personajes hallados en los archivos y narrados por los descendientes, donde interviene la Laura imaginativa y psicóloga, la escritora, armando diálogos de amor y de guerra, recreando la densidad psicológica de unos seres que se amaron, se soportaron y sufrieron el abandono estatal durante ocho larguísimos años. También en esta obra aparecen las figuras femeninas, este hecho es importante pues éstas están ausentes o desdibujadas en la gran mayoría de los relatos históricos. Ellas aparecen en toda su densidad, como esposas, amantes y madres, barriendo, convirtiendo la vela del barco en ropa, jugando con sus hijos, pescando para subsistir, Alicia N. Rodríguez 168 Arnaud es un hermoso personaje de carne y hueso,183 el lector se encariña con ella y ve crecer sus hijos página tras página: -Aquí se murieron los hombres –dijo- Pero nosotras seguimos vivas. Están vivos los niños, y hay que alimentarlos. No va a ser fácil. Hay que trabajar duro, así que se acabó el duelo. Basta de llorar por los maridos, porque tenemos que cuidar a los niños. (226) Y aunque esta historia ha sido interpretada, por algunos como un melodrama de hombres: “Ignorado por sus enemigos y abandonado por sus amigos, un capitán del ejército libra la más solitaria de las guerras.”184 Vemos que en un comienzo, da la impresión de que así va a ser, que esta es la historia del capitán Arnaud, pero a medida que avanza la historia nos encontramos con Alicia, que va asomando poco a poco hasta adquirir un papel preponderante. Después de desaparecer los hombres ella asume el mando y va a organizar la vida en la isla para asegurar la sobrevivencia de las otras mujeres y de los niños, en estas precarias condiciones. 183 A mi parecer, esta forma de ‘recuperar’ a la mujer es uno de los mejores logros que tiene Laura Restrepo en su obra, pues digamos que lo hace a la manera del realismo mágico, a través del cual, las características femeninas, que por provenir de una congénere, tienen cercanía, no se presentan como algo insólito sino como parte de la realidad que se está tratando. 184 Contraportada de la Edición Planeta, 1989. N. Rodríguez 169 Tenemos el simple acto folclórico de que las mujeres estrechan su círculo a partir de un evento sencillo: el ritual semanal de bañarse el pelo, pero en el momento en el que los hombres mueren y ellas deben luchar por su sobrevivencia, el pelo es lo primero que sacrifican y luego las faldas: “Nada de trapos que estorben –dijo-. Hay que aprender a pescar.” (226) Laura sabe que está haciendo historia y se recrean los hechos pero el relato no adquiere nunca la pretensión de la verdad, así ella refiera a este problema en la nota introductoria; donde sugiere la conexión necesaria, aquí ella, está superando esa obsesión de muchos historiadores tradicionales, ese mito que ahora sabemos, es por definición inabarcable. Por eso esta historia se deja leer más fácilmente, cada uno de los personajes cobra vida en la pluma ágil y desenvuelta de Laura Restrepo, que es consciente de que la historia no es acartonada ni fija, ella sabe escoger muy bien los detalles que le darán vida a estos personajes y así recuperar la historia que de otra manera quedaría perdida. Convierte esta historia en leyenda, porque además nos hace sentir que es nuestra historia, que podría suceder en la isla de cualquier mar de nuestra América y por eso el lector termina creyéndolo todo, que Clipperton existe y que N. Rodríguez 170 el drama narrado no es una fantasía en la mente de Alicia y Ramón Arnaud ni aún, en la de la misma Laura Restrepo. Se nos cuenta la historia de Ramón Arnaud, de su esposa Alicia, de cómo se conocieron y se enamoraron y por qué fueron a dar a este destino remoto e inverosímil. Se nos hace un retrato de cuerpo entero del fiel Teniente Secundino Ángel Cardona. Aparece el alemán Gustavo Schultz185 que enloquece de soledad y el pobre negro Victoriano a quien la falta de solidaridad de sus compañeros de destierro condena a la amargura y el abuso. Victoriano es el antagonista, el contrapunto a la imagen de hombre noble empeñado en una causa perdida que representa el capitán Arnaud. Clipperton es algo así como una utopía, un no lugar, inhabitable, inhóspita, árida, un espolón en medio del Pacífico donde la influencia estatal envía y olvida, por estar ocupada en un conflicto político, a un hombre que no ha entendido las dimensiones de su insignificancia y sacrifica todas sus posibilidades reales a un destino “heroico”. Pero Clipperton es también el paraíso para los niños de los Arnaud que nacen allí y pueden crecer libres, sin escuela, sin ropa, jugando todo el día, ajenos a las preocupaciones de sus padres y a las imposiciones de la sociedad civilizada. Así 185 En este caso, este personaje extranjero, es el primero, que sabe amar incondicionalmente y el protagonista de la historia de amor que va a tener final feliz. N. Rodríguez 171 lo testimonia la sobreviviente Alicia Arnaud, la segunda de los cuatro hijos, a sus 77 años: “-Los míos son todos recuerdos buenos, recuerdos alegres, qué quiere que le diga. Lo de Clipperton fue una tragedia, pero para los mayores. Los niños fuimos felices.” (16) Y esta es la misma historia, pero interpretada por los ojos de la niña, muy diferente, como ella lo dice, a la de los adultos. Clipperton está al margen del comercio, la civilización y las normas, es un espolón desamparado y estéril en medio del Pacífico, una isla cuya única riqueza es el guano que explota una compañía extranjera, desde luego. La dimensión política tampoco falta y se nos habla del olvido estatal, de la desorganización del Estado que firma alocadamente nombramientos para olvidarse de ciertos personajes ‘molestos’ o ‘incómodos’. Ya se ha dicho antes lo apegada que está Laura Restrepo, en un principio, al estilo garciamarquino y en esta, su primera novela es innegable que todavía no ha adquirido una manera completamente propia de narrar. La influencia es demasiado evidente en varios aspectos, por ejemplo, en frases rotundas que no forman parte del diálogo sino que vienen a irrumpir en el relato a modo de conclusiones, “Tenía las encías crecidas, magulladas y en la inferior, del lado N. Rodríguez 172 izquierdo, se descubrió un diminuto grano de pus. –Ya empecé a podrirme –dijo- y se echó la bendición.” (195) Es un ritmo en la frase, la elección de las palabras, e incluso de los mismos temas, que no deja lugar a dudas de que, en este momento al menos, Laura ha sufrido una identificación con nuestro único Nóbel; exagera, piensa y siente con sus palabras: -Hace unos años aquí hubo una huelga y fusilaron a los obreros. No sé a cuántos, pero debieron ser cientos. Un amigo mío, que trabaja con la guardia rural, vio los cadáveres. Estaban apilados sobre dos plataformas del ferrocarril y eran tantos que no se podían contar. Entre los muertos había mujeres y niños, y también trozos sueltos. Piernas, brazos. Mi amigo me dijo que ese tren partió para Veracruz, que a los muertos los tiraron al mar y que se los comieron los tiburones. (35) E incluso en los temas, aparece Gabriel García Márquez una y otra vez: Se burlaban de la gran sábana con un ojal abierto en el centro que Alicia usaría en su noche de bodas para que Ramón no la viera desnuda. Se reían bajito, cuchicheaban, una metía el dedo por entre el ojal y le tocaba la mejilla a la otra. (36-37) N. Rodríguez 173 ¿Cómo no recordar a la Úrsula Iguarán de Cien años de soledad en este fragmento? Y como buena alumna de García Márquez, no podía faltar en esta su primera obra los presagios, que en los dos autores, están asociados a las mujeres,186 las intuiciones, todo aquel universo mágico en el que el autor caribeño le enseñó a habitar desde su adolescencia: Contra toda evidencia, Alicia estaba segura de que no. Como si pudiera ver en su propio interior, sabía que la criatura que le crecía dentro era un niño. Sabía aún más: el color exacto del pelo y de los ojos y la forma completamente redonda de la cabeza. Estaba segura de que se llamaría Ramón, que sería un muchachito corto de estatura y dulce de carácter… (98) Gabriel García Márquez rescata la dimensión mítica de la literatura, sus relatos parecen intemporales aunque estén situados, sus imágenes parecen traídas de lejanísimas épocas épicas. La misma sensación se tiene con la historia en Clipperton. Hay en La isla de la pasión reminiscencias no sólo de Gabriel García Márquez sino también de relatos arcaicos. Por entre las cortinas de agua que no cesaban de caer, llegaban hasta la casa señales del otro lado. Lamentos de 186 Este elemento nunca lo abandona Laura Restrepo, en su más reciente novela Delirio, Agustina la protagonista, tiene como una de sus características más sobresalientes, su capacidad de presentir y poder leer el futuro. N. Rodríguez 174 los moribundos, humos de las hogueras, himnos de los flagelantes. Cada noche se oían un poco más débiles, un poco más irreales, como voces de ultratumba que se alejan. Como ecos de una pesadilla cuando se está a punto de despertar. (208) Esta imagen de la lluvia persistente nos remite a relatos antiquísimos. Bien se sabe que el diluvio fue un hecho, así lo testimonian documentos de muy variadas culturas. Y es muy bella la descripción que hace la autora de lo que sucede después del diluvio. Las lluvias pararon de golpe. El cielo cambió su piel, como las serpientes por una nueva. Limpia, inocente y azul. Los Arnaud y sus tres hijos, los Cardona y todos los demás habitantes de la casa, estaban vivos. Además estaban sanos. Eran los únicos sobrevivientes de la isla de Clipperton. (208) …exactamente como Noé en su embarcación después del diluvio universal. Esta imagen posiblemente Laura Restrepo no la usó deliberada ni conscientemente. Es parte de aquellos relatos oídos en la infancia que han llegado a ser inconsciente colectivo y afloran una y otra vez. La obra literaria es un palimpsesto donde se superponen, se entremezclan muchos hilos que van y vienen, se esconden y reaparecen fugazmente. Un nuevo tiempo ha comenzado ahora para N. Rodríguez 175 los Arnaud: el tiempo después del diluvio, de la purificación. Los enfermos han muerto. Sólo quedan ellos, los sanos, la semilla de Clipperton. Aquí se está hablando de un hecho pero también se recrea un relato mítico por todos, conocido. En cuanto a la religión, tema obligado en los relatos de nuestros países,187 tenemos la santa de Cabora, una joven que llegó a ser estandarte en la lucha contra Porfirio Díaz, incluso la idea de sacrificio, central en las religiones, se abre paso en la obra de la anticlerical Laura: Entonces ella pidió sacrificios. Dijo que las culpas eran tan grandes que sólo podían ser lavadas con sangre. Le obedecieron y echaron a la hoguera las crías de una cerda recién parida y se formó una cofradía de flagelantes, que recorrieron la isla fustigándose los hombros. (206) Pero cuando está en control de lo que quiere manifestar es extrema y directa su crítica a la iglesia: La familia fue a la iglesia, a pedir que cómo a todo cristiano que moría violentamente y sin auxilios espirituales, se los dieran post mortem, le impartieran la absolución y lo sepultaran en camposanto. El cura párroco se negó a hacerlo, porque el General –un liberal de hueso colorado- había sido excomulgado por jurar la 187 En Laura Restrepo también son constantes las referencias religiosas y a la Biblia a lo largo de su obra. N. Rodríguez 176 Constitución Federal. Finalmente el señor cura accedió, a cambio de dos mil pesos y de que le dejaran azotar el cadáver hasta sacarle los demonios. Después del balazo que le causó la muerte, el General Álvarez tuvo que aguantar una fuetera y entonces sí pudo bajar, tranquilo, al sepulcro. (217) El personaje de Victoriano, después de sobrevivir inexplicablemte al escorbuto, reaparece como un personaje monstruoso, peludo, negro, desencajado, casi inhumano en su fealdad, prácticamente un Polifemo o un ser deforme y malo, semejante a un personaje de una fábula de la infancia, que nutrieron la infancia de todos y las lluvias torrenciales ya mencionadas, componen la vertiente mítica que se mencionaba anteriormente. En nuestras literaturas es muy frecuente encontrar camufladas y transformadas versiones de esos hechos y personajes.188 El total de La isla de la pasión está construida como una crónica periodística, donde se intercalan entrevistas y los documentos históricos propios que la soportan, remitiendo a este hecho. Pero tampoco ésta fue una obra aislada, hace parte de un grupo de novelas de los 90’s que tuvieron su mismo estilo o que surgen por la necesidad histórica del momento, J. 188 Este tipo de personajes también persisten a través de su obra en El leopardo al sol, el Tinieblo se convierte en este tipo de personaje y en Delirio, tenemos la acechanza de los leprosos que se convierten en un foco de terror para la niña Agustina. N. Rodríguez 177 Eduardo Jaramillo-Zuluaga, en su estudio sobre la novela colombiana de la década del 90,189 sostiene que: “…no cabe duda de que la crónica, el reportaje, el así llamado nuevo periodismo y el género de non-fiction, han producido muchas de las mejores historias de estos años.” (70) Vemos que en Colombia, 30 años más tarde ésta, es la corriente vigente. Más adelante resalta la labor de la autora, a la cual compara con el Nóbel: El caso de García Márquez, reportero y novelista, es ejemplar, pero también lo es el de Laura Restrepo, cuyas novelas han sido traducidas hace poco al inglés, y el francés, pero cuya mejor historia sigue siendo esa crónica novelada que tituló La isla de la pasión.” (70) Podemos decir que La isla de la pasión, su primera novela, se convirtió en novela muy a pesar suyo, pues en un principio no fue intentada como tal, y que como recordamos le sirvió a la autora para decidirse por su nuevo estilo, ya que a partir de esta experiencia Laura le explica a Jaime Manrique: “… you don’t entirely determine your style –in their will to survive, your books determine for you.”190 También podemos afirmar con Alberto Dallal que en esta obra: “…ambas actividades, literatura y periodismo, a 189 La novela colombiana, 1988-1998: saga del lector. Boletín Cultural y Bibliográfico. Vol. 36, num. 50-51, 1999. 190 Entrevista con Jaime Manrique: en http://www.bombsite.com N. Rodríguez 178 diferencia de siglos pasados, “desgarran” sus proyectos, naturalezas y resultados para servirse mutuamente.” (35) Dándonos así la oportunidad de conocer y recordar la Historia de una forma diferente, más cercana. Porque es algo que se sale de control. Sin dar muchos rodeos, la misma Laura trata de explicar lo que le sucedió con esta novela: Yo estaba haciendo una novela histórica pero tenía que fantasear los diálogos, complementar con pinceladas aquí y allá, redondear personajes. Por eso te digo: todo escrito, así sea reportaje, biografía o historia, en el fondo es literatura. (27)191 Dulce compañía (1995) es la tercera novela de Laura Restrepo, después de La isla de la pasión y El leopardo al sol, es producto de su estadía en Roma en donde emprende una investigación en las catacumbas, museos, iglesias, ruinas arqueológicas y diferentes bibliotecas, sobre ángeles y arcángeles y sobre Uriel, proscrito por la iglesia. En ésta tenemos como protagonista una periodista que debe investigar la aparición de un ángel, en uno de los barrios populares bogotanos y que la misma Laura resume así: 191 Piedepágina. N. Rodríguez 179 En Dulce compañía se hace la misma investigación pero es la historia de una periodista que ha llegado a los 40192 al margen de la fe religiosa y que tiene un reencuentro con esa fe de su infancia cuando la mandan a un barrio a investigar la aparición de un ángel.193 En estos momentos estaba en furor, en Colombia ‘la angeología’, que como lo indica la narradora - periodista, en Colombia las modas, vienen después de las de los Estados Unidos: “…el fin de milenio y los vientos New Age habían desatado entre los norteamericanos un verdadero frenesí angelical. Cientos de personas atestiguaron haber tenido contacto en algún momento con algún ángel.” (15) Y ella no se quiere quedar atrás. Merced a esta situación, se produjeron muchas obras de autoayuda en las cuales era común encontrar ángeles, querubines, serafines de todos los colores y el ángel de la guarda que había quedado olvidado en estampas de la escuela, recobró vigencia y se empezó a vender. Sobre todo, es la época por excelencia de la nueva era, la era de Acuario, donde los milagros se multiplicaron y se pusieron de moda otra vez los rituales, ahora sincréticos y desarticulados de las religiones donde tuvieron origen. 192 La autora tiene 45 años en este momento pero dentro de la obra se aclara: “Yo era más joven que ahora, me sobraban bríos y me empeñaba en escribir cosas que valieran la pena…” (14) 193 Entrevista con Juan Fernando Merino. N. Rodríguez 180 Precisamente en este momento surge esta novela y por coincidir y dar respuesta a esta corriente, es por lo que esta obra ha sido catalogada como Light.194 Patricia Lara nos ubica en la situación de Laura, cuando escribe Dulce compañía [Ella]: “Entonces regresó a Colombia en pleno boom de esa literatura barata sobre ángeles… ¡Era el horror! Sin embargo, a Laura le pareció bonito que ese arcángel aterrizara en un barrio popular de Colombia.” Y recuerda que Laura comentó: “-Aquí la vinculación entre el mito y la realidad está completamente viva, aquí este ángel si podía existir-”195 Hasta aquí, ésta es quizás la obra de Laura que desde mi punto de vista, tiene menos elaboración y así haya sido merecedora de varios reconocimientos internacionales,196 es bastante obvio que mezcla elementos de aquí y de allá y la irreverencia que se manifestaba, velada en las otras obras, 194 Este comentario es de Luz Mary Giraldo en: Fin de siglo XX: por un nuevo lenguaje (1960-1996), que aparece en: Literatura y Cultura. Narrativa colombiana del siglo XX. V. II. Entre las características ya mencionadas de la literatura Light también podemos destacar que en ella se dan situaciones y personajes más propios de una comedia televisiva que de una obra literaria, lo que les asegura una amplia aceptación de los lectores, especialmente de aquellos que únicamente buscan diversión y entretenimiento en los libros. Con el tiempo lo posmoderno ha dejado de ser una novedad de intelectuales para convertirse en lo cotidiano en nuestro mundo liberal y globalizado. 195 Patricia Lara Salive. Laura Restrepo. Sus novelas, sus luchas, sus hombres… Revista Diners. www.revistadiners.com.co 196 Como: en Guadalajara en 1997, el Sor Juana Inés de la Cruz a la novela escrita por mujeres, en 1998 el de la crítica francesa, a la mejor novela extranjera, Prix France Culture y el premio Arzobispo Juan de Sanclemente 2003, otorgado por los alumnos del Liceo Santiago de Compostela a la mejor novela en lengua española. N. Rodríguez 181 aquí adquiere simplemente el valor de una decidida antipatía y parece que únicamente utiliza la novela para manifestarla, aprovechando el momento oportuno. No hay una verdadera crítica a la religión, sólo una descalificación visceral. Este método tampoco es nada nuevo. Shakespeare aprovechó El mercader de Venecia para desahogarse a gusto de su antisemitismo, lo mismo hizo Cervantes en el Quijote y, Dante en la Divina Comedia envió a todos sus enemigos a los últimos círculos del infierno con nombres propios. En nuestro medio Tomás Carrasquilla y Fernando González en su momento también hicieron lo propio. El tipo de narrativa Light estaba dirigido a dar gusto al gran público, y en el caso de Dulce Compañía lo logra, pues en el mismo año la Editorial Norma, debió sacar dos ediciones, se vendió como pan caliente. Parece ser que por su anticlericalismo esta obra encontró eco, fenómeno común en Latinoamérica en estos días. En esta obra es obvio que de lo que se trata es de ventilar o sacudir lo que la religión católica ha aportado. Las referencias a sus dogmas y a la Biblia, son innumerables, como también la crítica contra sacerdotes, obispos y clero en general. Entendemos que la Biblia, que en La isla de la pasión tenía un poder latente, con su enorme poder de sugestión, su lenguaje oriental lleno de imágenes e historias, causó una N. Rodríguez 182 gran impresión en la infantil imaginación de la autora, que aquí aparece mimetizada con la periodista protagonista, y que nos cuenta: …desde chiquita a mí los nombres bíblicos me emocionaban. Todas las noches al acostarme, hasta que tuve doce o trece años, mi abuelo me leyó algún trozo del Antiguo Testamento o de los Evangelios. Yo lo oía hipnotizada, sin entender mayor cosa, más bien dejándome llevar por el runrún de sus erres de belga viejo que nunca pudo con el español. (16)197 Y la Biblia, que siempre aparece en sus obras, con la que aparentemente, tanto ha luchado, en esta novela se desborda en alusiones, aparece una y otra vez y es fuente en gran parte de su estilo: el ángel no tiene nombre, y eso le posibilita hacer un recuento de varios ángeles: Orifiel, Elohim, Mermeoth, Uriel, Manuel. Hace una mezcla de Apocalipsis, Pentateuco y nueva era: No insistas en saber como me llamo. Tal vez no tengo nombre, y si lo tengo es múltiple, y mutante. Mi nombre, mis nombres: huidizos, equívocos, cargados de resonancias. No hay en tu mundo oídos que perciban su frecuencia, ni tímpanos que no reviente con su eco. (76) 197 Podemos reconocer este mismo personaje en Delirio, el abuelo Portulinus, que a pesar de ser alemán, también tiene esta pronunciación enredada con muchas erres. N. Rodríguez 183 También aparecen ecos del Cantar de los cantares: “Acógeme en tu pelo que es manto de lana, estampidas de ovejas por praderas de luz” (76) O hacia el final, con la referencia directa a él: “¡Corre aprisa, amor mío! ¡Huye a los montes! Hubiera querido gritarle esas palabras, las últimas del Cantar de los Cantares…” (191) Tenemos además, momentos en los cuales la autora se divide entre su anticlericalismo y su identificación religiosa. En los capítulos dedicados a los ángeles se muestra seducida por la abundante imaginería religiosa y por las sentenciosas palabras de los libros antiguos. Aparentemente la Laura guerrillera cede la palabra a la Laura deslumbrada por el mundo religioso, con el artificio literario de poner a hablar a los ángeles. Aquí habla Uriel arcángel: …No hubo oficio humano que no contara con un bienhechor. Uno para los albañiles y otro para los pastores, uno para el soberano y otro igual para el vasallo, para el noble y el siervo de la gleba, para el músico y el saltimbanqui, para el caballero y también para su escudero, para el cazador de venados, la viñadora, la marquesa, la ordeñadora de cabras, la parturienta, la panadera. (206) En esta novela corta, la influencia de García Márquez es menor que en las anteriores pero todavía se siente. Observamos una especie de descuido en la elaboración de los diálogos, y N. Rodríguez 184 poca atención en la creación de los personajes. Por ejemplo, Ara, humilde mujer de un barrio en las colinas de Bogotá y madre del ángel dice cosas como: “¿Y no dice el padre Benito que justamente en Barrio Bajo está el terreno más empinado y las casas más endebles? …” o, más adelante: “-Razones de esa clase no tiene asidero por aquí” (125) Evidentemente no es el lenguaje que utiliza una humilde persona del pueblo. Es la forma de expresarse de un profesor universitario. Parece que no hablaran los personajes sino la autora. También cuenta la humilde Ara: “-El padre de mi hijo fue sólo una sombra –me dijo-. Salió una noche de la oscuridad, sin cara ni nombre, me tumbó al suelo y después se volvió humo. Alcancé a saber que tenía una sortija en la mano derecha y que la ropa le olía a alcanfor.” (45) Y más adelante cuando Ara relata cómo fue la búsqueda desespera de por su hijo, no vemos diferencia: Frente a todo niño mendigo me paré, trate de reconocerlo sin dejarme engañar por las veleidades de mis ojos, porque podía haber cambiado de aspecto, sino guiándome por la certeza de la nariz. Los olfateaba como sabueso, segura de que al mío lo reconocería por el olor. Busqué en los orfelinatos, en las carpas, en los mercados, cada N. Rodríguez 185 día me alejé un poco más, hasta llegar a los bordes donde la ciudad se deshace en miseria. (47) Demasiado literario para ser creíble, aunque toda la novela sea planteada como una historia que fluctúa entre los límites de la realidad con lo sobrenatural. Tenemos la impresión de que no cuida a los personajes o que no los elabora suficientemente antes de escribirlos, se describe Orifiel: “Ni admito materia ni tolero forma, soy impacto puro, explosión de energía, arrebato cegador de luz. No tengo cuerpo pero tengo cientos de píes: veloces cascos de becerro, brillantes como bronce bruñido,… (51) no sabemos si el caso de este ángel es que sufre transformaciones momentáneas, pero inmediatamente sigue la autodescipción del mismo ángel y ya es otra cosa: Mi cabeza es una sola y tiene cuatro rostros, uno mira al norte, otro al sur, el tercero al oriente, el cuarto a poniente, y cada uno de ellos camina hacia delante. Cuatro pares de ojos y sólo veo a Dios, cuatro narices para oler su esencia, ocho oídos para escuchar sus ecos, cuatro bocas que sólo alaban su nombre sin reposo ni desmayo… (51 - 52) Aparentemente este ángel no tiene materia pero tiene muchas formas. N. Rodríguez 186 En Dulce Compañía se usa el recurso de la periodista como parte de la técnica literaria, como un elemento para conectar a este ser ‘supernatural’ con la realidad bogotana de la cual nos enteramos paralelamente, ya que se describen acontecimientos cotidianos de la ciudad en el trasfondo, como los embotellamientos de tráfico, la supervigilancia militar, la situación precaria y de abandono de la gente en estos barrios de invasión y en general los azares de esta gran ciudad y de Colombia. Dentro de la obra la periodista realiza su labor de entrevistadora “…maravillada ante la naturalidad pasmosa con que los pobres se enfrentan al misterio.” en la cual encontramos la gente común y corriente que son entrevistados: A un muchacho de chaqueta de cuero: -¿Tú si crees en todo esto? -Es mejor creer que no creer. Me confesó una señora de cartera habana y zapatos del mismo color: -Yo sí vengo a pedirle casa propia ¿Y cree que se la dé?... A una mujer con niño en brazos: ¿Está segura de que el Ángel de Galilea es ángel y no un ser humano?... Una quinceañera: N. Rodríguez 187 -Vengo a pedirle novio… (65) Pero el descuido con los personajes también se da en cuanto a la posición de la misma autora frente a la gente, parece que olvida momentáneamente sus objetivos. Asoma y no una vez, sino muchas, la descripción somera y descuidada de “los pobres”, usa este apelativo de una manera generalizadora, que desconcierta pues se supone que son el objetivo de su lucha política, se esperaría una descripción más cercana y amorosa con la gente del pueblo, tratándose de una exmilitante del M19. Vemos muy claramente donde está ella y desde un comienzo plantea la diferencia como un contraste, de color y de forma, La Monita: esa era yo. No falla, los pobres siempre me han llamado así… Es por mi pelo, esta maraña de pelo amarillo que desde niña uso largo, y que entre los ricos no se nota tanto, pero entre los pobres causa sensación… Exótico para estas tierras mi pelo es -junto con veinte centímetros por encima de la estatura promedio-… (28) Más adelante, proliferan las alusiones al estilo de vida de ‘ellos’, que conoce bien pero ante los cuales, conserva su distancia: “Era un rancho de pobres, de esos que se quedan para siempre en obra negra… (32) “Noté que la casa por dentro no se parecía al característico rancho de pobre… (36) “Orlando me hizo una descripción de lo que debía ser un ataque N. Rodríguez 188 epiléptico, con ese colorido en los detalles y esa precisión excesiva que se estila entre los pobres cuando hablan de enfermedades…” (106) “No me vayas a decir, como mi jefe, que son supersticiones de pobre.” (172) Y esta periodista, a pesar de los reparos que señalábamos con los ‘pobres’, y la diferencia de clase social pues es obvio que ella pertenece a otra, es activa protagonista: se convierte en la madre de la hija del ángel. Es llamativo este hecho porque está acorde con la solidaridad con ellos, ya que como lo insinuábamos anteriormente, la mimetización de la autora con la periodista es bastante obvia; se da la inclusión de muchos datos autobiográficos, como el ser periodistas y trabajar ambas, para una revista, y además en este trabajo a esta periodista se de adjudican características personales suyas como su apasionamiento con todo lo que hace: “Los colegas siempre me han achacado falta de profesionalismo por mi incapacidad de mantener la objetividad y la distancia frente a mis temas.” (79) Y también, porque ambas tienen más o menos la misma edad. En cuanto a la técnica en esta obra, se da un cambio ya que en lugar de estar afuera y seguir con su papel ‘objetivo’ de investigadora, pasa a ser protagonista y personaje activo dentro de la novela, en donde tiene la libertad de hablarnos de sí misma e incluirse sin pudores. Y el resultado es N. Rodríguez 189 positivo porque esta mezcla entre su realidad y la ficción, ayuda a dar cierta credibilidad a su historia y creo que esto es lo que le da gran éxito, mostrando que tan cercanas pueden estar la ficción y la realidad. Como también plantea los límites indefinidos entre la religiosidad popular y la superstición, característicos de este momento de profunda crisis y de necesidad de cambio. Luego vendría La novia oscura (1999), que como las anteriores, también está basada en una ardua investigación sobre el tema y en la cual también aparece el recurso de la periodista. Este personaje como protagonista es casi invisible, y tiene el papel de la periodista que está investigando ‘objetivamente’ este mundo, razón por la cual, podemos catalogar esta obra como novela reportaje. Ya que de acuerdo con Raúl Rivadeneira: …el reportaje se caracteriza por sus amplios márgenes de relación con la fuente. Se sirve en algunas ocasiones de las modalidades de entrevista que se hace a una persona como trabajo del reportero sobre sujetos impersonales… Existen varias técnicas, entre ellas, el sistema de preguntas y respuestas fijas y sucesivas, casi cronológicas; el de narración con refuerzo de preguntas y respuestas claves… relación con transcripciones textuales y de algunas respuestas, etc. Todos estos métodos sirven N. Rodríguez 190 para la elaboración de la entrevista y el reportaje… (67)198 Y así lo hace la autora en La novia oscura, ya que desarrolla su argumento a través de una larga entrevista, usada para acceder a las fuentes. En la novela la entrevista también es usada como instrumento para obtener información y esta técnica es empleada de tal forma que las voces de los entrevistados no desaparecen y conservan su frescura, permitiendo al lector observar cómo los personajes van contando su propia historia. Como buena periodista, deja que estos personajes hablen y de vez en cuando hace aclaraciones pertinentes, encaminadas a dar mayor claridad. Como narradora casi no percibimos a la autora, ya que ella permite que cada uno cuente su historia y es por eso que podemos ver cómo se desarrolla la psicología y la historia de los personajes. Se dan descripciones minuciosas, que son comunes en el total de la obra de Laura, tanto de lo físico como de lo emocional, de los estados de ánimo de los problemas psicológicos, describe el medio ambiente, cómo eran las máquinas, los viajes por el río Magdalena199, los pueblos ribereños y el hotel. 198 Citado por Carmen Rabell p. 39. Es el principal río colombiano, que lo atraviesa y que en el pasado, fue una importante vía fluvial. 199 N. Rodríguez 191 Esta novela esta basada en la investigación periodística sobre las prostitutas de esta zona y el acto de escucharlas es muy importante, ya que ellas son capaces de contar sus tragedias sin patetismo y así lo registra la autora, que ha observado, que esta es una característica de la gente colombiana, los cuales, según ella, están ávidos de ser escuchados y este es el registro de esto: Todos los Santos, Sacramento, la Olguita, la Machuca y la Fideo fueron narradores extraordinarios, dotados de una asombrosa capacidad de contar sus tragedias sin patetismo y de hablar de sí mismos sin vanidad, imprimiéndoles a los datos la intensidad de quienes, por motivos que aún no comprendo, aceptan confesarse ante un desconocido por el sólo hecho de que escribe, o de que es precisamente eso, un desconocido, o quizá, por la sola razón de que escucha. Como si el acto mismo de narrar la propia historia ante un tercero le imprimiera un propósito, le hiciera de alguna manera perdurable, le aclarara el sentido. (157 - 158) Está escribiendo sobre estas personas desplazadas pero desde el punto de vista de ellos, para esto usa el recurso de la periodista que es testigo y trata de presentar los hechos de la forma más objetiva posible, para ponerlos a consideración del lector y que sea él, el que concluya. De N. Rodríguez 192 otra manera se presentaría una visión parcializada que es la que se da cuando hay un narrador externo. La técnica periodística utilizada frecuentemente por los periodistas consiste en contar un problema social, un hecho periodístico a través de una experiencia individual y Laura Restrepo en La novia oscura, narra la historia a través de Sayonara, una niña enigmática que se convierte en la leyenda de los obreros de la Tropical Oil Company (TROCO) en Barrancabermeja, la zona petrolera colombiana, donde ella adquiere admirables y legendarias cualidades: “… tenía el porte de las tahitianas pintadas por Gauguin, pero ni una gota de la ingenuidad del buen salvaje. Los suyos eran rasgos suavizados de india vernácula…” (159) “…Sayonara se había convertido, en las tierras petroleras, en la inspiración de todo hombre digno de llamarse así.” (106) La aurora introduce una variable en el uso de la técnica periodística comparándola con sus obras anteriores, pues ahora se propone una obra ficcional en la que ella es lo que es, una periodista que investiga, y no sabemos mucho de ella, pero aquí no investiga un hecho insólito como en Dulce compañía, sino simplemente un hecho periodístico de actualidad nacional, es decir aquí, ella está más cercana a su realidad y a la realidad colombiana, mostrando así, la relación de contingencia entre la ficción y la realidad. N. Rodríguez 193 Une la investigación periodística con la creación literaria, teniendo en cuenta que el objetivo del periodismo, a grosso modo, es la comunicación y el de la literatura la estética, logrando una balanceada y acertada combinación, o como lo expresó Gabriel García Márquez, Laura Restrepo, “da vida a una singular amalgama entre investigación periodística y creación literaria”200. Que fue era la propuesta del Nuevo Periodismo. Forma una simbiosis en la que el periodismo, en este caso, aprovecha de la literatura los recursos y técnicas para narrar los hechos y para el periodismo escrito, la narración es una necesidad en medio de una sociedad en la que predomina lo audiovisual y la cultura de la imagen, porque en esta obra, el lector es envuelto en el diálogo y por medio de este logra participar en la totalidad del proceso de construcción del argumento. El comienzo de la narración se plantea como un recurso literario. La realidad combinada con la ficción: la autora como periodista, ha sido enviada a cubrir el problema del cartel de la gasolina,201 y cuando necesita recoger algún material, aparece en el archivo fotográfico del diario 200 201 En la contraportada de la Edición Norma, 1999. Que recordamos, son datos completamente biográficos. N. Rodríguez 194 Vanguardia Petrolera, la foto de Sayonara que la impacta por su rara belleza: Hice la foto a un lado para seguir buscando a mi sargento y cuando me di cuenta, la tenía otra vez entre las manos y observaba la caída vigorosa de ese pelo recio partido al medio, la perfección sin manicura de sus uñas almendradas, los ojos de niña que habían visto demasiado… (159) Laura Restrepo, en su narración reportaje, retrata la sociedad colombiana al hacer referencia al mundo de estas personas y sus circunstancias, haciendo comentarios directos a situaciones específicas como el desamparo de la gente, por el gran desempleo existente, el simple hecho de conseguir un empleo se convierte en algo insólito y fuente de una gran felicidad: Tener contrato en cualquiera de los campos petroleros, y en particular en el nueve, el 22 y el 26, los que mayor cantidad de barriles producían, constituía un santo y seña para entrar al cielo. …Era tanta la dicha del par de muchachos porque les hubieran adjudicado por fin el carné, y el salario que los acreditaban como miembros de la clase obrera, dentro del gremio heroico de los petroleros, que ni cuenta se dieron de que no sabían en N. Rodríguez 195 qué consistía ser cuñero, y menos aún ayudante de cuñero. (141 – 142) En La novia oscura, Laura quería “… que la investigación se diera desde la intimidad de la alcoba y por eso también era interesante unas protagonistas como las prostitutas que tienen una relación tan particular con sus propias almas y con sus propios cuerpos.”202 A través de Sayonara, expone el mundo y la dolorosa vida de las prostitutas. Sayonara, es una muchacha mestiza de particular belleza, que se enfrenta al mundo de la Catunga, del Dancing Miramar y del cruel engranaje del campo 26 de la Tropical Oil Company. Se revierte el rol de “corrompida” de la prostituta, ya que se presenta su vida llena de situaciones reales que la obligan o la empujan a desempeñar esta ocupación, vemos como por las condiciones dadas y por este medio, no le queda otra salida ya que “el hombre propone y el hambre dispone” (59). También hay una referencia directa a la relación existente entre esta profesión y otras que pueden tener la misma determinación e ingredientes y que forman parte de todo el gran panorama social colombiano: …la prostitución conlleva inclinaciones y fijaciones similares a las que en otras oportunidades he observado en los sicarios de las comunas de Medellín, los choferes 202 Entrevista con Juan Fernando Merino. N. Rodríguez 196 de camión que deben atravesar zonas de violencia, los expendedores de bazuco de la calle del Cartucho de Bogotá, los apartamenteros, los mafiosos, los jueces, los testigos, los toreros, los guerrilleros, los comandos antiguerrilla y tantos otros colombianos que se juegan la vida por cuestión de rutina. (58) Todas estas son profesiones relacionadas directamente con la realidad colombiana, en la cual la violencia se desempeña como factor determinante y en este medio se deben dar adaptaciones a ella. A través de la protagonista como sujeto se va explicando y contando lo sucedido y sus causas, haciéndola una ventana para mirar el mundo social, es decir, para leer lo social y los objetos que se mueven en ese mundo y lo constituyen desde las categorías en que cada uno de los implicados está situado. A través de la protagonista, trata de hacer comprender lo humano, lo personal y lo colectivo. Los sucesos que son importantes al dar testimonio, los hila a través de este personaje principal, hallando la interacción entre este y su entorno. También tiene muy en cuenta la personalidad de las otras mujeres compañeras de Sayonara: la Olguita que tenía Polio, Claire que se suicidó pues nunca llegó el amor de su vida, la Machuca, la Fideo, Delia Ramos la borracha, Tana, etc. N. Rodríguez 197 Da una radiografía de la realidad social colombiana a todos los niveles, irónicamente dentro del grupo de las prostitutas se da una división de clases, y de ambientes, están las del Dancing Miramar que son para los obreros de la petrolera, los que manejaban más dinero; y los clientes de la Copa Rota y las indígenas que eran prostitutas por física necesidad y trabajaban en una ramada. A estos niveles también se dan divisiones y se establece entre ellas competencia. A otro nivel también se plantean los grandes contrastes, por un lado, los obreros, las huelgas, las prostitutas en el ambiente de Tora, que es un ambiente de refinerías, en contraposición con la vida, a pocos metros de distancia, de los norteamericanos encerrados en un mundo de privilegios, que era su vida real, mientras que el mundo de Sayonara y las otras mujeres de Tora, se desenvuelve en un ambiente de miseria y violencia. Los movimientos sociales como el sindicalismo de la Tropical Oil Company tienen su espacio en esta obra. Se relata cómo los sindicalistas luchan para que se les reconozcan derechos tan elementales como el de la alimentación y cómo Mr. Brasco es despedido por ser sencillo y tener buen trato con los obreros. Laura Restrepo se fundamenta en hechos históricos, pero la novela tiene la estructura similar a la de un cuento, con N. Rodríguez 198 un principio, un medio y un final, como también tiene unos protagonistas con los cuales el lector puede identificarse, pues hacen parte de esta realidad. Como lo señalan Hall y Merino, en La novia oscura, el relato periodístico se fundamenta en hechos ciertos; lo tangible es más entendible que lo teórico en un mundo incierto donde los metarrelatos ya no tienen aceptación. Las explicaciones de la vida cotidiana por referir a una realidad cercana, presentan menos complicación y mayor posibilidad de verificación. Es lo que hace la autora en La novia oscura, pues trata de mantener un equilibrio entre la narración y la explicación. En Tora convergen los buscadores de oro negro y en el centro de este mundo se encuentra la “Emilia”, como es llamada la excavadora de petróleo, la muy amada torre del payanés quien promete ser el mejor cuñero del país una vez logra ser enganchado en dicha compañía. Qué Emilia esta; nunca había visto una bestia tan formidable –dijo conmovido el Payanés, contemplándola con estupor y recelo, como si fuera un templo pagano, acariciando con delicadeza la contundencia de sus fierros y haciéndole sin saberlo un juramento de fidelidad que habría de cumplir sin fisuras desde el primer encuentro hasta el propio día de la muerte. …la alianza entre ellos N. Rodríguez 199 quedó pactada esa misma noche,… …le ofreció la inscripción indolora del nombre de la mujer amada en cualquier parte del cuerpo… -Escríbeme Emilia aquí, en el pecho. (143 – 144) Esta realidad encierra una profunda ironía ya que en este hecho podemos ver claramente cómo la tecnología puede deslumbrar a cualquiera, cómo el payanés que se entrega en cuerpo y alma a su “Emilia”, la representante del progreso y la tecnología, e irónicamente ama a esta máquina de una forma total, que es la forma como Sayonara anhela que él, la ame a ella. Aparece aquí una vez más, este personaje masculino, bueno y que sabe amar con la entrega y devoción que antes se conocía solo en las mujeres; Sacramento, fiel amigo del payanés, y el eterno enamorado, desde el principio es un hombre deseoso de ser querido, apesadumbrado por su amor obsesivo por aquella niña que él transportó en su carretilla, sin imaginar que se convertiría en Sayonara, la novia de todos y de nadie, la novia oscura, la misma muchacha que hizo asegurar al payanés que se trataba de una mujer imposible de alcanzar en su profunda soledad. Laura Restrepo, en esta obra no pierde de vista la vida colombiana por eso siempre está presente la cultura popular, la miseria, y tampoco deja de mencionar la violencia: “Como N. Rodríguez 200 colombiana que soy sé que registro un mundo que permanece en combustión, siempre al borde del desplome definitivo y que pese a todo se las arregla, sólo Dios sabe cómo, para agarrarse con uñas y dientes del borde…” (316) La novia oscura es más que nada el registro, el testimonio de esta historia, de estas personas que viven un drama que no es ajeno para los colombianos, localizado en esta área del país que constituye un gran foco de situaciones que determinan uno de los grandes ingredientes de su realidad actual, pero aparte de esto, Laura logra rescatar estos eventos a través de la novela para la posteridad, alcanzando el gran logro de dejar constancia de este momento y de este lugar, como lo afirma Bill Moyers, al final de su entrevista con la autora en PBS: “…when I read The Dark Bride when I realized that you where writing about a town that I’d been in forty years ago. I came to see more about that town through your eyes that I saw about that town forty years ago.” Y este logro es más que suficiente para justificar una obra literaria. Como novela hermana de La novia oscura, tenemos a La multitud errante 2001, pues estas dos obras fueron el producto de su estadía en Barrancabermeja, cuando Laura Restrepo trabajó como periodista para ECOPETROL, la compaña petrolera colombiana. Por suceder ambas en el mismo sitio y tratar, N. Rodríguez 201 guardando las proporciones; el mismo tema, podemos establecer muchas similitudes en cuanto a los personajes y situaciones, pero también tienen, por supuesto, diferencias. En La multitud errante está tratando un tema muy respetable, ya que entre los países que merecen atención por su situación de miseria generalizada, por el desempleo y especialmente por el desplazamiento como consecuencia de las intervenciones de los grupos armados, Colombia está en una triste primera fila y la tienen en este primer lugar en la mira del mundo, además, por el problema del narcotráfico que ya parece invencible. Por tener todos estos integrantes, esta novela ha sido considerada como un testimonio de nuestra realidad. La multitud errante es sobre los desplazados pero también podríamos afirmar que es fundamentalmente una historia de amor: entre la narradora, que una vez más se confunde con la autora, y un hombre que viene huyendo de la violencia desde antes de nacer. Aquí nos encontramos nuevamente con la misma situación que habíamos señalado cuando hablábamos de Dulce Compañía, en cuanto a la pobre construcción de los personajes; Siete por tres, el protagonista, habla poco, es un hombre desplazado de nacimiento, sin ninguna cultura, más sin embargo dice cosas como: N. Rodríguez 202 -Entonces la perdoné y me enredé en la obligación de seguir cargando yo solo con ella, así que la rescaté de aquél fangal, la enlustrecí como pude, me la eché a la espalda y arranqué a caminar, hacia destinos que ni ella ni yo teníamos previstos ni estábamos en condiciones de determinar. (60) Doña Perpetua, que es el personaje paralelo a Todos los Santos de La novia oscura, la informante para la enfermera en este caso, también es desplazada y de origen humilde, acerca de la historia de Siete por Tres, y a pesar de que se describe como pobre y desdentada, cuando habla lo hace con gran casticismo, refinamiento y riqueza de lenguaje: -Recuerdo a Veintiuno como si lo estuviera viendo -me asegura doña Perpetua-. Nacido de la nada y de la rareza de ese pie de dedos pares, de niño se inclinaba hacia lo huraño y hacia la gran timidez. Pero por Dios que aquel dedito sobrante no le impedía correr: como una gacela volaba descalzo por los andurriales. (38) -Vi a Matilde Lina enseñarle a ese niño a amaestrar a un chumbilá. Hacía círculos en el aire con una vara de bambú hasta que el animal venía volando, obediente, a pararse en la vara –dice con mímica, y a mí me hacen gracia sus intentos de repetir con el brazo los círculos flexibles y con la boca el hocico del murciélago-. Se iban por los N. Rodríguez 203 charcos para encontrar la rana de cien ojos, que no son suyos sino de los muchos hijos que carga entre los pliegues de la piel… Mientras los demás trajinábamos en oficios y desmayos, las horas de ellos pasaban serenas, perdidos como estaban en pláticas y contemplaciones. Los cuidaba el alma del bosque, o al menos así decíamos para podernos desentender, que ya cada cual tenía bastante, y aun demasiado con cuidar de sí mismo. (44) O más adelante Perpetua le pregunta a Siete por Tres: “Señor, ¿no es esta imagen Santa María Bailarina, patrona de un pueblo del mismo nombre que campeaba por los rumbos del Río Perdido, departamento del Huila?” (96) Y otras veces, la humilde Perpetua habla como una erudita doctora en letras: -Porque son otros los vericuetos de su culpa. Siete por Tres no miraba a Matilde Lina como una madre –me revela lo que sé mejor que nadie-. Yo, que parí siete y perdí tres, conozco la forma de mirar de un hijo. Matilde Lina sufría extravagancias de temperamento, pero era mujer de empaque fuerte, cara aniñada y pechos grandes. Muchos codiciaban su cuerpo y no lograban hacerlo suyo, fue porque ella sabía defenderse a patadas y a mordiscos. La vi lavando en el río con la blusa zafada y medio abotonar y vi al Siete por Tres a su lado, muchacho de apenas bozo N. Rodríguez 204 y pelusa que le iba naciendo allí donde no se atrevía a confesar. Los senos de ella que se asoman y el niño que los contempla, quieto como si fuera de piedra, sofocando el resuello: haciéndose hombre en esa visión. (57) Esta falta de identidad en el lenguaje de los personajes, crea una sensación de falsedad y el lector no sabe, si realmente la que habla es doña Perpetua o Laura Restrepo. Creo que lo que subyace en el fondo de esta situación es que ella, la autora, está narrando estas historias desde la posición de periodista, desde el punto del observador y por esto no profundiza en la psicología de ellos, además ella sabe de su gran facilidad verbal, y se confía en ella, descuidando a los personajes. Por lo que esta novela se convierte más bien, en una crónica de una mujer enamorada. En los párrafos en los cuales habla la periodista, se logra plantear la gran dimensión de la tragedia de los desplazados, pues lo político está en el telón de fondo, se da una descripción terrible de lo que viven los campesinos colombianos a manos de los grupos violentos que se han ido apoderando del país: Fue así como a los pocos meses de vida, Siete por Tres debió ver por vez primera -¿por segunda?, ¿por tercera? – el espectáculo nocturno de las casas en llamas; los animales sin dueño bramando en la distancia; la oscuridad N. Rodríguez 205 que palpita como una acechanza; los cadáveres blandos e inflados que trae la corriente y que se aferran a los matorrales de la orilla, negándose a partir; el río temeroso de sus propias aguas que se aleja deprisa, queriendo desprenderse del cauce. (31) Y es a través de este personaje protagonista y su madre adoptiva, Matilde Lina, que logramos entrever este drama: Después de la emboscada de Las Águilas, Matilde Lina no volvió a aparecer ni en vida ni en muerte, y no hubo quien diera razón chica o grande de esa mujer refundida en el tráfago de la guerra, como tantas y tantas. A Siete por Tres lo dejaron vivo pero condenado a morir, librado a la improbabilidad de su destino de niño solitario por segunda vez, por segunda vez huérfano y tirado al abandono. Un hijo del monte, volando al capricho de los cuatro vientos, en medio de un país que se niega a dar cuenta de nada ni de nadie. (53) Pero esta profundidad es descuidada cuando su atención se centra en la historia romántica que pretende salvar a este personaje desplazado, con el amor de esta mujer de origen extranjero que trabaja para los desplazados colombianos en un albergue de religiosas francesas, donde lo conoce y del cual se enamora inmediatamente, y la historia se centra en el N. Rodríguez 206 recuento de lo que hace, lo que siente, piensa y dice ella para conseguir a este hombre. También, como lo veíamos anteriormente con los personajes de Dulce compañía, el problema con Siete por Tres es la falta de consistencia y solidez ya que al principio éste, se muestra como un ser lelo e inocente, absorto totalmente en la búsqueda de Matilde Lina, su madre de crianza, sin más intereses ni objetivos. Pero justamente hacia el final resulta que es un ser dotado de una prodigiosa vitalidad, a quien ningún oficio le es ajeno, experto en mil artes e infatigable trabajador, ambigüedad que lo convierte en un personaje desdibujado e irreal. Creo que a esto es precisamente a lo que se refería José Cardona López cuando explicaba que en El leopardo al sol, el realismo mágico, va en detrimento de los personajes, ya que “…no permite que alcancen desarrollo como tales. …reduciéndolos a seres planos, siluetas arquetípicas.” (391) Veámoslo en el texto, al principio: Mientras los demás padecían hambre ellos vivían olvidados de comer; la tristeza y el miedo no encontraban en su alma paja para tejer rancho; la desolada noche fría les parecía noche y nada más; la vida despiadada era sólo la vida, porque no ambicionaban una distinta ni mejor. Los otros lo habían perdido todo y ellos nada, porque no se pierde lo que nunca se tuvo ni se quiere tener. (37) N. Rodríguez 207 Y luego tenemos la transformación de un ser huraño y callado a un ser útil para todo: …y dejó ver que tenía una habilidad sorprendente para cualquier oficio, fuera resanar paredes, sacrificar cerdos, organizar brigadas de limpieza o manejar el camión; ninguna tarea le quedaba grande ni existía problema al que no le hiciera el intento. Por confesiones que se le escapan, sé que se ha ganado la vida en los muchos oficios que le van saliendo al paso, porque mientras más busca a Matilde Lina, más las oportunidades lo encuentran a él. Le pregunto que por qué nunca come carne y me entero de que fue aseador de una carnicería en Sincelejo, donde en vez de sueldo le pagaban con hueso y bofe. Sabe saturar heridas, saca muelas y remienda huesos porque ejerció de enfermero en San Onofre; maneja bus porque reemplazó choferes por la ruta Libertadores; echó musculatura como bracero en el Magdalena; fue desguazador de autos en Pereira, recolector de papa en Subachoque, afilador de cuchillos en Barichara.” (102)203 Como lo veíamos en Dulce compañía, aquí también, la periodista es la reencarnación de la autora con sus mismas 203 En este párrafo también podemos ver su habilidad con el lenguaje, a parte de que la escogencia de los nombres es muy acertada pues son de una gran sonoridad y además, son nombres muy reconocibles para los colombianos. N. Rodríguez 208 obsesiones y fijaciones, esta es una mujer profesional, culta, y vemos que sigue el mismo patrón, pues la periodista se involucra con este personaje protagonista que sale de la nada y que pertenece a otra clase social, con la pequeña diferencia de que ahora se trata de una enfermera y no directamente de una periodista. Pero lo que hay en el fondo es una sencilla historia de amor. El tema de las clases aparece en varias ocasiones: …-me dice así, Mi Ojos de Agua, como si fueran suyos mis ojos claros, como si fuera suyo todo lo que soy, y yo, al escucharlo, me entrego sin reservas a esa pertenencia. Aunque al mismo tiempo comprendo que esa forma de llamarme es constatación de distancia: ojos claros son ojos de otra raza, de otra clase social y otro color de piel; de otra educación, otra manera de agarrar los cubiertos en la mesa, distinta forma de dar la mano al saludar, de reírse de otras cosas; otra manera, dificultosa y fascinante: definitivamente otra. (78 - 79) Y aquí entendemos, cómo precisamente es esta diferencia la que la seduce: Y más que otra cosa creo que pesó sobre mí una predestinación. La predestinación que se esconde en el propósito último e inconfeso de mi viaje hasta estas tierras. ¿Acaso no he venido a buscar todo aquello que N. Rodríguez 209 este hombre encarna? Eso no lo supe desde un principio, porque aún era inefable para mí ese todo aquello que andaba buscando, pero lo sé casi con certeza ahora y puedo incluso arriesgar una definición: todo aquello es todo lo otro; lo distinto a mí y a mi mundo; lo que se fortalece justo allí donde siento que lo mío es endeble; lo que se transforma en pánico y en voces de alerta allí donde lo mío se consolida en certezas; lo que envía señales de vida donde lo mío se deshace en descreimiento; lo que parece verdadero en contraposición a lo nacido del discurso o, por el contrario, lo que se vuelve fantasmagórico a punta de carecer de discurso: el envés del tapiz, donde los nudos de la realidad quedan al descubierto. Todo aquello, en fin, de lo que no podía dar fe mi corazón si me hubiera quedado a vivir de mi lado. (17 – 18) Vemos que aquí está intentando una explicación a muchos niveles y quizás es demasiado honesta pues entrevemos una relación muy estrecha con su propia vida y tal vez no está tratando de contar nada diferente sino mostrar cual es su atracción por los que no son como ella y que le resultan muy interesantes por esto, básicamente por su diferencia que la hace sentirse solidaria pero desde su punto ya que ella no lo sabe: ¿Vino para salvarme, o para perderme? (19) N. Rodríguez 210 Tenemos también, relacionado con el amor, momentos e imágenes muy bien logradas: “Mientras lo observo, una voz pequeña y sin dientes me grita por dentro: Aquí hay dolor, aquí me espera el dolor, de aquí debo huir. (23) Y hacia el final, cómo describe su situación de enamorada: “Largas e inciertas han sido para mí las noches, él dormido de aquel lado y yo velando de éste, sabiéndolo lejano aunque nos cobije la misma oscuridad y el mismo soplo roce nuestros cuerpos. (130) En la última novela Delirio,204 nos encontramos nuevamente con el recurso técnico del periodista, pero aquí, éste está difuminado en un personaje a través del cual se organiza la historia. A manera de periodista, Aguilar el amante esposo de Agustina, la delirante, será el encarnado de hacerlo. Aguilar, es el llamado a salvar a Agustina de su locura y él decide hacerlo así, pues la ama profundamente y no se cuestiona si debe hacerlo o no, sino que simplemente se da cuenta que tiene que tratar de: “…reconstruir el rompecabezas de su memoria.” (32) En otras palabras, él no está tratando de servir de enlace o cumplir con un encargo, ésta es una tarea que él asume pues hace parte de su vida. Dando otra alternativa o haciendo una variación al consabido recurso. 204 Obra ganadora del Premio Alfaguara 2004. N. Rodríguez 211 Para lograr este propósito, Aguilar205 se embarca en la tarea de averiguar, qué es lo que produce el Delirio a su amada Agustina y debe atar cabos sueltos que son los que va conectando a través de las cuatro o más diferentes historias que en un principio parecen desarticuladas pero que a medida que avanza la narración y con lo que aportan los otros personajes, vamos conectando y dando forma a la maraña de hechos y personas aparentemente sin relación. Este es el mérito incuestionable de esta novela, el manejo efectivo de la técnica narrativa y el bien logrado uso del lenguaje, que ha originado comentarios como el de Leonardo Aguirre según el cual: “Delirio” es un sofisticado artilugio verbal. Es una catedral edificada palabra sobre palabra, a punta de escritura rítmica y frases casi antológicas. La prosa que sedujo a Saramago es tan coqueta como garbosa, con las dosis exactas de barroquismo y coloquialidad. Ciertamente el lenguaje también es el protagonista.” (23)206 En esta novela no únicamente tenemos el recurso técnico del testigo sino que además podemos ver claramente la presentación de los hechos en un estilo periodístico y podemos afirmar, viendo en forma global toda la novela, que es el 205 206 Es el único nombre que le conocemos. En, Piedepágina. N. Rodríguez 212 estilo periodístico el que finalmente predomina, ya que Delirio es más crónica207 que novela y Laura Restrepo aquí es más periodista que novelista. Al contrario de La novia oscura, por ejemplo, en la cual se presentaba a la periodista directamente y que por tal motivo podíamos reconocer a los diferentes personajes, aquí como sucedía también en La multitud errante, ellos mantienen una relación muy estrecha con su creadora, que notamos; habla por ellos, siente por ellos y describe por ellos. Los personajes nunca adquieren total independencia y entre ellos no existe mayor diferencia, más notoria todavía puesto que existen más personajes. Todos hablan igual que la narradora: Agustina, la tía Sofi, el Midas McAllister, el Rorro, Aguilar, todos, provengan de la clase social que sea, mafiosos, traquetos, empleadas domésticas y guardaespaldas, niñas bien y profesores, todos absolutamente todos, sean cuales fueren sus aficiones y singularidades, todos tienen un solo punto de vista y una única manera de expresarse: la de la narradora. Habla Aguilar, el marido: 207 Según Raúl Rivadavia, en terminus generales define la crónica como: “Historia detallada de un país, de una época, de un año, de un hombre, escrita por un testigo ocular o por un contemporáneo que ha registrado, sin comentarios, todos los pormenores que ha visto o le han sido transmitidos” (81) Citado por Carmen Rabell p.(45). N. Rodríguez 213 Ven, anita, súbete a la camioneta que te llevo al Meissen, le propuse pero no señor, Anita esperaba otra cosa, ya se había aguantado las dolorosas y estaba resuelta a exigir ahora las gozosas, Anita no se resignaba a la exhibición de su bello escote a cambio de nada, Anita estaba acostumbrada que donde ponía el ojo ponía la bala, Anita bonita se devolvió del tú al usted… Y cómo no llevarte a bailar, Anita, si es lo mínimo que puedo hacer para agradecer tu dulce compañía en mis horas de tribulaciones… (340) Ahora habla el Midas McAllister, el arribista narcotraficante: …tú sabes cómo voy vestido yo, Agustina chiquita, para qué te lo voy a contar, y me visto así para que a ellos nunca se les olvide que en materia de juventud me los llevo por delante, porque cualquiera de ellos podría ser mi padre, y mi madre cualquiera de sus esposas cincuentonas de bolso de cocodrilo y pulserotas de oro y vestido sastre en tono pastel… (27) No hay mucha diferencia entre el marido y el otro, el antiguo novio, no obstante pertenecer a dos clases y niveles educativos diferentes. Aparte de que como personajes son muy poco convincentes. Pero creo que no es una situación desconocida para la autora ya que ella conoce muy bien este N. Rodríguez 214 peligro: “Tengo que observar, averiguar mucho porque le tengo pavor a lo que yo llamo “el inventito”, esos personajes o esas situaciones forzadas que, a punta de manejo del idioma, logras embutir en la novela y hasta convencer al lector.”208 Notamos también que es una crónica porque los personajes dan la impresión de que están escribiendo en lugar de estar hablando y que la autora utiliza el recurso de que a cada determinado tiempo inserta en una forma mecánica epítetos como los que utiliza el Midas Mcallister para Agustina: Agustina mía, Agustina chiquita, Muñeca bonita, Agustina vida mía, Mi linda Agustina, Mi linda niña loca, mi princesa Agustina, mi reina Agustina, reinita Agustina, y así muchos más, en un monólogo porque Agustina nunca interviene ni pregunta nada, McAllister al parecer habla solo o escribe ya que escribir es también de alguna manera, hablar solo. También con Aguilar se utiliza este recurso que al hablarle a Anita, repite: la bella Anita, Anita morena, Anita bonita, Anita del barrio Meissen, etc. Bien es sabido que ningún autor puede escapar por completo a su escritura y que en ella, de una u otra manera se delata, y ante esto como ya lo hemos visto ampliamente, Laura Restrepo no ha tenido mayores reparos. En esta obra Laura se 208 Laura Restrepo y Jorge Franco: el nuevo “boom” de Colombia. En: Revista cambio.com de agosto 2, 2004. N. Rodríguez 215 descubre dejando ver todos sus gustos, sus obsesiones de niña rica, su desdén hacia las clases populares, que ya era evidente en Dulce compañía, y también en La multitud errante, a los que ella llama de una manera bastante simplificadora, “los pobres.” Volvemos a ver esto en comentarios como: “…son letras mal escritas, como de niño que todavía no aprende, letras de pobre…” (132) O el comentario que el Midas hace refiriéndose a las parientes de Pablo Escobar, donde vemos esa determinación de las clases: “…que a las llantas congénitas no hay jogging que las derrote, y que los conejos monumentales, el culo plano y las piernas cortas denotan un deplorable origen social.” (97) Y además, como tema subyacente está aquí también el de la ‘cuna’ que así lo ponga en boca del arribista McAllister, sobresale como uno que se pone en frente del relato, ya que Agustina con sus mimos y sus extravagancias nos recuerda a la autora. Se confiesa el Midas: Agustina chiquita, si me dices que mi peor pecado es la obsecuencia, con el dolor de mi alma tendré que aceptarlo porque es estrictamente cierto; hay algo que todos ellos tienen y yo no podré tener aunque me saque una hernia de tanto hacer fuerza, algo que también tienes tú y no te das cuenta, princesa Agustina, o te das cuenta pero eres suficientemente loca para desdeñarlo, y es un abuelo que N. Rodríguez 216 heredó una hacienda y un bisabuelo que trajo los primeros tranvías y unos diamantes que eran de la tía abuela y una biblioteca en francés que fue de un tatarabuelo y un ropón de bautismo bordado en batista y guardado entre papel de seda durante cuatro generaciones hasta el día en que tu madre lo saca del baúl y lo lleva donde las monjas carmelitas a que le quiten las manchas del tiempo y lo paren con almidón porque te toca el turno y también a ti te lo van a poner, para bautizarte. ¿Entiendes, Agustina? ¿Alcanzas a entender el malestar de tripas y las debilidades de carácter que a un tipo como yo le impone no tener nada de eso, y saber que esa carencia suya no la olvidan nunca aquéllos, los del ropón almidonado por las monjas carmelitas?… (154 - 155) Y sigue con este tono y un poco más adelante se atreve a ir más allá, delatadoramente: “Así te hayas ganado el Nóbel de literatura como García Márquez, o seas el hombre más rico del planeta como Pablo Escobar… en este país no eres nadie comparado con uno de los del ropón almidonado.” (155) Aquí sobran los comentarios porque la referencia es muy directa y pone en la misma bolsa a Pablo Escobar y a Gabo como representantes, para ellos, de esa clase sin clase. Pero aquí también, Agustina la ‘clasuda’ se involucra con los que no son de su clase, primero con el Midas McAllister, el arribista y N. Rodríguez 217 luego con Aguilar que por carecer de clase es ‘invisible’ para Eugenia, su madre. Reaparecen los temas que están en las otras novelas como la alusión a la Biblia y el uso de su lenguaje: Aminta me dice No se asuste, niña esas son cosas de la Biblia. Pero es que yo le temo a la Biblia, me parece un libro pavoroso; mi madre que es piadosa ha puesto una en cada dormitorio pero yo por las noches saco la mía y la dejo encerrada en el garaje, porque sus páginas están llenas de leprosos. (136) O para manifestar el terror que los leprosos le producen, Agustina recuerda: Mi madre dice que hasta nuestra nueva casa no va a llegar la chusma amotinada que viene del sur, pero yo sé que sí puede llegar porque yo la traigo en el recuerdo, o en el sueño, y todos los sueños vienen de muy atrás, de tiempos de la Biblia. (136) Así también se da el uso indirecto del antiguo Testamento, o de su lenguaje y del ritual de la misa católica, como en el momento crucial para referir la ira del padre: Entonces llegó el día de la gran ira del Padre, dice Agustina, y el hermano menor era el chivo expiatorio, Por su culpa, por su culpa, por su grandísima culpa está tirado en el suelo y sobre él llueven las patadas del N. Rodríguez 218 Padre… Y el hermano menor se incorporó, dice Agustina, y resplandecía una expresión extraña en su cara tras la maraña de rizos negros que se la ocultaban. (249) Hay partes muy bien logradas y que como ya se había mencionado, tienen que ver con la importancia del amor y la vida familiar en sus obras. En esta novela también podemos encontrar estos momentos memorables como al final, cuando Agustina ha salido de la crisis y Aguilar se separa de Anita para volver donde su mujer, hace esta bellísima descripción: …Al llegar al apartamento, hacia las dos de la mañana me acogió un olor que me arrancó lágrimas, asegura Aguilar, y no estoy diciendo ninguna metáfora porque es cierto que me hizo llorar ese olor que no sé si pueda describir, un olor a casa, qué más puedo decir, un olor a todos los días, a gente que duerme por la noche y se despierta por la mañana, a vida real, a aquí ha vuelto a ser posible la vida, no sé por cuánto tiempo pero al menos mientras perdure ese olor, mientras no se quiebre esta calma… (341) Podemos señalar también, esta especialidad al referirse con gran afecto al abuelo Portulinus, que es el abuelo de Agustina y que intuimos, hace referencia al suyo propio: El asunto de su procedencia nunca quedó claro porque no solía hablar de eso, y si alguna vez lo hizo fue en ese N. Rodríguez 219 enrevesado español suyo, mal aprendido por el camino, y que nunca pasó de ser la lengua provisional de quien no especifica si apenas está llegando o si todavía no se ha ido, y tampoco estaba claro por qué se había radicado precisamente en este lugar, aunque él mismo sostenía que si había escogido Sasaima209 entre todos los pueblos del planeta, era porque no conocía otro con un nombre tan sonoro. (21) En estos apartes podemos ver lo que se planteaba anteriormente, acerca de los ideales humanistas de la autora, pues el amor y la familia son valores que están por encima de todo y de los que puede hablar con gran libertad y sin mayores problemas. También creo que su oficio de periodista es el que ha quedado, al menos por ahora, más firmemente arraigado ya que persisten sus formulas y es dominante en su creación literaria. Con todo lo anterior, vemos que el trabajo de Laura tiene varios componentes, el periodístico y muy estrechamente relacionado con este, el histórico, a los que finalmente complementa con la ficción, por lo que queda muy difícil, como ella lo afirma, tratar de delimitar donde empieza o termina uno o los otros géneros. Formando esta amalgama en la cual 209 Gustavo Cobo Borda señala que Laura siempre introduce éste, “como nombre talismán en todas sus novelas.” N. Rodríguez 220 ella tiene claro que el periodismo a través de la literatura, como testimonio para reflejar la realidad, esta muy cercano a la Historia, puesto que ella entiende como éste, es un juego en el cual: -La ficción te da la libertad de mentir para llegar a una verdad más profunda. …Siento que con la ficción lo que estás tratando de hacer es armar el rompecabezas con piezas que te da la realidad y luego todas aquellas que te faltan las puedes inventar sin temor a faltar a ninguna ética porque desde el principio estás diciendo voy a decir mentiras. Y luego bajo ese lema, voy a decir mentiras, puedes empezar a decir verdades.210 En el conjunto de sus obras podemos ver lo que constituye su preocupación, su interés y la forma como la autora enfrenta esta realidad, conectándola con su trabajo, reflejando su concepto particular de libertad. Observamos que en su obra, usa y abusa de la experiencia social e histórica con fines ficcionales hasta diluir las barreras entre lo histórico y lo ficcional, conectándolos con su vida. 210 Por: Fabián Kovacic. Colombia es un país que se reinventa a si mismo. De acuerdo con esta posición, Mario Vargas Llosa sostiene que en Latinoamérica los escritores deben decir mentiras para llegar a las verdades e igualmente, Gustavo Álvarez Gardeazábal sostiene esta tesis aplicándola a Colombia en: La novela colombiana: entre la verdad y la mentira. Bogotá: Plaza & Janes, 2000. N. Rodríguez 221 Conclusiones Como característica sobresaliente y general de toda la obra de Laura Restrepo podemos destacar el dominio que ha logrado del lenguaje, y de la palabra escrita, que utiliza con gran colorido. Cada frase es una imagen, una metáfora, una comparación, una hipérbole, desde la primera hasta la última página y es casi imposible encontrar una frase meramente referencial. Podemos verlo tomando sólo algunos ejemplos: “…para que deje sus desvelos y errancias en pos de una sombra.” (14) “Le insistí que se quedara con nosotros un par de noches mientras desmontaba esa montaña de fatiga que se le veía acumulada sobre los hombros. (15 – 16) En las dos ocasiones se está refiriendo al estado de agobio del personaje de Siete por Tres en La multitud errante. Todo esto lo notamos en la facilidad de su escritura, en la cual no se nota esfuerzo, no se trata de una escritura elaborada o trabajada a cincel, sino espontánea, suelta, al menos esa es la impresión que deja. Tiene logros notorios en la integración de los elementos sociales y la complejidad estructural literaria, el comentario más inmediato que se obtiene de su trabajo es que sus obras son muy agradables y de fácil lectura y por esto José Saramago, al entregarle el N. Rodríguez 222 premio Alfaguara dijo que ante la escritura de Laura Restrepo, “hay que quitarse el sombrero.”211 En el conjunto de las obras de Laura Restrepo, podemos ver lo que constituye su preocupación, su interés y la forma como enfrenta la realidad colombiana, conectándola con su trabajo, reflejando su concepto particular de libertad y solidaridad. Observamos que en su obra, usa y abusa de la experiencia social e histórica con fines ficcionales hasta diluir las barreras entre lo histórico y lo ficcional, conectándolos con su vida. Todo esto está encaminado, como es su intención expresa, a colaborar con la creación de la historia. Llegando a formar esta amalgama en la cual ella toma una idea periodística y la elabora a través de recursos literarios. En esta adaptación de la literatura al periodismo, recordamos la propuesta del Nuevo Periodismo que, como ellos, la lleva a convertir sus obras en testimonio. Este hecho está también muy cercano al nuevo concepto posmoderno de Historia, ya que ahora la historia no se crea sino que se recrea. Laura logra hacer una unidad indivisible con su obra y su vida ya que quiere a través de su obra, ayudar y servir de mediadora, como sucede dentro de sus obras, y que como 211 Es el comentario que hace Saramago al entregarle el premio Alfaguara y que aparece en la contraportada de Delirio. N. Rodríguez 223 veíamos, era el objetivo de la enfermera en La multitud errante. Propuesta que también tiene que ver con su actividad política, pues este ha sido su propósito cuando ha desempeñado algún cargo público. El tratamiento de la violencia tiene que ver antes que nada con la realidad colombiana pues Laura Restrepo está enfrentada a ésta desde el comienzo en su práctica periodística y al intentar participar en el devenir histórico, este se convierte necesariamente, es un tema a tratar. En cuanto a las soluciones para este gran flagelo veíamos la propuesta salvadora del amor y la calidad de los personajes que en sus obras logran solucionar estos grandes dilemas por su calidad humana y entereza, en lo que podemos entender su propuesta de vuelta atrás a los valores que existían antes, como la familia y el amor filial. En cuanto al uso de las técnicas periodísticas literarias me atrevería a afirmar que Laura Restrepo sigue siendo antes que nada una periodista y que es la razón por la cual le resulta difícil la construcción de personajes. Ella lo hace muy bien describiéndolos y poniéndoles elementos pero a la hora de profundizar en su psicología y su individualidad, se queda corta. Es fácil dejarse llevar por la lectura, por la riqueza y colorido del lenguaje que sobresale y nos deslumbra. Creo que ella es muy consciente de este problema cuando N. Rodríguez 224 manifestaba el temor que tiene a lo que ha llamado “‘el inventico’, esos personajes o esas situaciones forzadas que, a punto de manejo del idioma logras embutir en la novela y hasta convencer al lector.”212 Pero ella tiene razón en la preocupación, pues el ‘embutido’ a veces no funciona tan bien y no convence al lector atento. En La isla de la pasión, logró cabalmente lo que se proponía al contar una historia y recrear la Historia. En esta novela los personajes tienen independencia y autonomía ya que desde un comienzo se intentó como un trabajo periodístico. En este mismo sentido, también se pueden apreciar los logros en La novia oscura, aunque también aquí los personajes, como Todos los Santos, son incongruentes con su posición social; pero al ser intentada como un reportaje y conservar la técnica periodística, los personajes adquieren más libertad. Como conclusión a la lectura de su obra y sus propias declaraciones, cabría afirmar que los objetivos de la obra de Laura Restrepo, tienen que ver con sus comienzos y con su padre, ya que en algunas entrevistas ella ha mencionado que por influencia de ést: leyó a Sartre desde que tenía 14 años y si miramos lo que éste piensa que debe ser la literatura vemos que poco más o menos afirma que, la literatura213 comprometida 212 En: Laura Restrepo y Jorge Franco: el nuevo “boom” de Colombia. Revista Cambio.com (agosto 2, 2004). 213 En: ¿Qué es literatura? N. Rodríguez 225 (una que trate las controversias del presente histórico) puede ser únicamente producida auténticamente a través de la novela y formas de arte profundamente enraizadas en el realismo. Y veo que aquí tiene acomodo el tratamiento de la violencia y su intención de ser testigo y memoria, resulta obvio que ella quiere ser fiel a estos propósitos que están relacionados con lo que aprendió de Sartre hace mucho tiempo y que ella no menciona. Como también en su momento indicamos esta coincidencia con el autor francés en lo relacionado con la política. Con todo lo anterior, vemos que el trabajo de Laura Restrepo tiene varios componentes, el periodístico y muy estrechamente relacionado con este, el histórico, a los que finalmente complementa con la ficción, por lo que queda muy difícil, como ella lo afirma, tratar de delimitar donde empieza o termina uno o los otros géneros. Y que es un estilo de obra y de vida posibilitado y producido únicamente por el momento posmoderno. También lo dijimos anteriormente, la amalgama no resulta tan bien combinada pues a pesar de su intención, su oficio periodístico predomina, determinando su labor literaria como tal. Solamente he tratado algunos de los elementos en la obra de esta autora, con la intención de proponer su investigación para futuras investigaciones. N. Rodríguez 226 Bibliografía Arango, Gonzalo. “Los cuentos y la violencia”. En: El Tiempo, Lecturas Dominicales, 5 de julio, 1959. Araújo, Helena. La Scherezada criolla. Bogotá: Empresa Editorial Universidad Nacional de Colombia, 1989. Arciniegas, Germán. América, tierra firme y otros ensayos. Caracas: Biblioteca Ayacucho, 1990. Bakhtin, M.M. The Dialogic Imagination. Four Essays. Austin: University of Texas Press, 1981. Camacho Guizado, Álvaro. El ayer y el hoy de la violencia en Colombia: Continuidades y discontinuidades. Cardona López, José. Literatura y narcotráfico: Laura Restrepo, Fernando Vallejo, Darío Jaramillo Agudelo. En: Literatura y Cultura. Narrativa colombiana del siglo XX. V. II P.378 – 406. Bogotá: LitoCamargo Ltda., 2000. Charry Lara, Fernando. Los Nuevos. En: Manual de literatura colombiana. V II. 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