artículo - Asesoría General de Gobierno

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CODIGO ALIMENTARIO ARGENTINO.
La sanción de la Ley Nº 13.230 (B. O.29-9-04) ha puesto nuevamente sobre el tapete viejas
discusiones doctrinarias acerca del ejercicio de atribuciones propias o delegadas por parte de la Provincia a la
Nación.
Resulta oportuno recordar que el Código Alimentario Argentino tiene por origen el Reglamento
Alimentario aprobado por Decreto del Poder Ejecutivo Nacional Nº 141/53 (B. O: 19-I-53), para ser aplicado
en la Capital Federal y territorios nacionales.
Luego, el Decreto Ley Nº 18.284/69 (B. O. 28-VII-69), declaró vigente en todo el territorio de la
República, con la denominación de Código Alimentario Argentino, las disposiciones higiénico sanitarias,
bromatológicas y de identificación comercial del Reglamento Alimentario aprobado por Decreto Nº 141/53.
En el mensaje de elevación del proyecto de ley, se fundamentó la iniciativa en la necesidad de dictar
una legislación con alcance nacional, de acuerdo a la recomendación aprobada por el Congreso Argentino de
Legislación Alimentaria reunido en Santa Fe, en abril de 1964, con la finalidad de unificar criterios acerca de
las condiciones higiénico sanitarias que deben reunir los alimentos, eliminando la incidencia negativa con que
la heterogeneidad de las normas provinciales venía gravitando en la circulación de productos alimenticios,
restringiendo la expansión del mercado nacional.
En esa dirección, el artículo 2º dispuso que "... el Código Alimentario Argentino, esta Ley y sus
disposiciones reglamentarias se aplicarán y harán cumplir por las autoridades sanitarias nacionales,
provinciales o de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires en sus respectivas jurisdicciones. Sin
perjuicio de ello, la autoridad sanitaria nacional podrá concurrir para hacer cumplir dichas normas en
cualquier parte del país".
Y en el artículo 3º se delimitaron las respectivas competencias, nacionales o provinciales, en punto a
conferir la facultad de autorizar y verificar los productos, "de acuerdo al lugar donde se produzcan, elaboren
o fraccionen", a la autoridad sanitaria pertinente, los que podrán comercializarse, circular y expenderse en
todo el territorio de la Nación, "... sin perjuicio de la verificación de sus condiciones higiénico-sanitarias,
bromatológicas y de identificación comercial en la jurisdicción de destino"
O sea que el sistema funciona de la siguiente manera: a)las normas resultan de aplicación obligatoria
en todas las jurisdicciones; b) la autorización y registro de productos se llevan a cabo por la autoridad
sanitaria del lugar donde se produce, elabora o fracciona; c) la jurisdicción de destino posee la facultad de
verificar que los productos que llegan a las bocas de expendio, reúnan las condiciones higiénico-sanitarias,
bromatológicas y de identificación comercial que determina el Código Alimentario.
Si bien la asunción por parte de la Nación de la potestad constitucional de legislar la materia, se
apoya en las facultades contempladas por el artículo 75 incisos 13 y 18 de la Constitución Nacional, que le
atribuye competencia para "... Reglar el comercio con las naciones extranjeras y de las provincias entre sí" y
"... Proveer lo conducente a la prosperidad del país, al adelanto y bienestar de todas las provincias...", cierto
es que el tránsito hacia esta nueva legislación trajo aparejado conflictos jurisdiccionales, resueltos con cierta
uniformidad por parte de la doctrina y jurisprudencia, con basamento en que tanto la Nación como las
provincias tienen por finalidad promover la prosperidad de sus habitantes, entendiendo que se trata de
poderes concurrentes entre la Nación y las provincias (Art.75, inciso 18 y 125 de la Constitución Nacional).
A título general, es pertinente recordar que las leyes relativas al ejercicio de los poderes de policía
constituyen un derecho reservado a las provincias, incluyéndose dentro de los poderes que se han reservado
el de proveer lo concerniente a la seguridad, salubridad y moralidad de sus vecinos y con tal fin pueden
libremente dictar leyes sobre tales materias.
Ahora bien, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha decidido, en numerosos precedentes, la
cuestión vinculada con el poder de policía en materia de comercialización de alimentos y bebidas,
destacando que constituyen "el ejercicio de facultades concurrentes de las provincias para intervenir, por vía
reglamentaria, en la actividad de ciertas industrias, con fundamento en los poderes de policía para la
protección de la salubridad pública" (Fallos 322:2780).
Advirtió, no obstante, que "el ejercicio-por las provincias de estas facultades concurrentes,
sólo puede considerarse incompatible con las ejercidas por las autoridades nacionales cuando,
entre ambas, media una repugnancia efectiva, de modo que el conflicto devenga inconciliable"
(fallo cit.).
Si bien en líneas generales la preceptiva contenida en el Código Alimentario Argentino en cuanto a
exigencias que deben reunir los productos que se produzcan, elaboren, fraccionen y/o importen no
sufrido menoscabo por ingerencia legislativa de carácter local, no ocurre lo mismo respecto a
disposiciones que contempla el Decreto Nº 815/99, que establece el Sistema Nacional de Control
Alimentos.
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Aún cuando se entiende que dicha norma constituye una disposición reglamentaria del CAA, y en
consecuencia, comprendida en la mención que efectúa el artículo 2º de la Ley 18.284, en cuanto a que "...
se aplicarán y harán cumplir por las autoridades sanitarias nacionales, provinciales o de la Municipalidad de
Buenos Aires... " , cierto es que la citada norma avanza sobre el poder de policía de la sanidad animal,
(Arts.13º y 18º) y en punto a los Establecimientos elaboradores de Productos Lácteos (Art.28º), como
respecto a las funciones del Laboratorio Central de Salud Pública, habiendo sostenido la Asesoría General de
Gobierno que, aún cuando debe entenderse que el decreto nº 815/99 tiene por finalidad asegurar el fiel
cumplimiento del Código Alimentario Argentino y sus disposiciones se encuentran dirigidas a facilitar la
aplicación que de esta materia hace la autoridad sanitaria provincial por efecto de la delegación legislativa
ordenada por el artículo 2º de la Ley 18284 (conf. Expte. 2906-12701/99), "... los contenidos emergentes
del Decreto Nº 815/99 no deben afectar el marco regulatorio vigente y aplicable sobre la actividad que
desarrolla esa jurisdicción en establecimientos elaboradores ubicados en la Provincia de Buenos Aires, con
prescindencia que los productos sean destinados al tránsito federal y/o exportación" (conf. expte. 256743/00).
Respecto a los contenidos del citado decreto nacional, cabe señalar que la Corte Suprema de Justicia
de la Nación hizo lugar a una medida de no innovar planteada por Molinos Río de la Plata S.A.C. en el marco
de una acción entablada para obtener una declaración de certeza sobre la vigencia del decreto nº 815/99 en
el ámbito provincial, ordenando a la Provincia para que se abstenga de registrar los productos de origen
animal de tránsito interjurisdiccional fabricados en la provincia, "... pues el decreto nacional 815/99 dispone
que el órgano competente para realizar dicho registro es el Servicio de Sanidad Animal y Calidad
Agroalimentaria." (CSJN, 19/8/04,DJ 29/12/04, 1329,La Ley,05/01/03)
Otros conflictos jurídicos se han suscitado a propósito del ejercicio del poder de policía por parte de
los Municipios de la provincia de Buenos Aires.
En rigor de verdad, el artículo 2º de la Ley 18284 no incluyó a las autoridades sanitarias municipales
como autoridades de aplicación de la ley a nivel municipal, y con fundamento en tal exclusión, a mi entender
involuntaria, se plantearon conflictos de competencia en algunas ocasiones, anulándose los procedimientos
llevados a cabo por inspecciones sanitarias en establecimientos de elaboración y/o de expendio de productos
alimenticios.
No obstante que, mediante el Decreto Nº 815/99 se establece en el artículo 16º: "Las autoridades
sanitarias de cada provincia, Gobierno Autónomo de la CIUDAD DE BUENOS AIRES y municipios serán
responsables de aplicar el CAA dentro de sus respectivas jurisdicciones",reafirmando en el artículo 19 la
facultad del municipio de efectuar los controles en las bocas de expendio, en la causa Nº 1234/04,
caratulada "Eichhorn, Santiago e hijos S.R.L. interpone recurso de apelación en causa nº 28378 del Tribunal
de Faltas nº .2", el Juzgado en lo Correccional del Departamento Judicial de Bahía Blanca, consideró que el
acta de infracción había sido labrada por una autoridad que no estaba legalmente habilitada, descalificando
la norma reglamentaria por cuanto "... un decreto no podría alterar las reglas de competencia establecidas
por ley, por el principio de prelación normativa (art.31 CN) ...".
Sin perjuicio de que por las razones que adelante señalaré, la Ley 13.230 tuvo el efecto contrario al
deseado, a mi modo de ver la Ley 18.284/69 no permite otra interpretación que la que resulta de los
principios del derecho constitucional, según los cuales el Gobierno nacional ha asumido la regulación de las
actividades relacionadas con la alimentación, sanitarias, de comercialización, etc., en la medida que esas
circunstancias exigieron esa regulación federal, respetando el poder de policía local y las normas provinciales
vinculadas a la distribución de competencias a favor de los Municipios.
En ese sentido, el artículo 192 inciso 4 de la Constitución Provincial confiere a los municipios
atribuciones respecto al "ornato y salubridad", y el artículo 27º (texto según Dec-Ley 9117/78, confiere a la
función deliberativa municipal reglamentar: "... 10)La elaboración, transporte, expendio y consumo de
materias o artículos alimentarios, exigiendo el cumplimiento de las condiciones higiénico-sanitarias,
bromatológicas y de identificación comercial que establezcan las normas de aplicación, así como también el
certificado de salud de las personas que intervengan en dichos procesos".
De manera que la omisión incurrida en la redacción del artículo 2º de la Ley, carece de relevancia
jurídica ya que las competencias provinciales y municipales preexisten por imperio de la Constitución
Nacional (Art.121, 122 y 123 de la Constitución Nacional), de lo que se sigue que no resulta, en mi opinión,
jurídicamente sustentable sostener que existe vacío legislativo que impida al Municipio ejercer el control en
la aplicación del Código Alimentario.
Ahora bien, si así se encontraba planteado el panorama hasta la fecha de sanción de la Ley 13.230,
las disposiciones de esta ley trastocaron en gran medida los antecedentes doctrinarios y jurisprudenciales
que en forma sucinta he dejado expresado más arriba.
En oportunidad de tratar el proyecto de ley elevado en consulta por la Comisión de Salud Pública del
Honorable Senado de la Provincia de Buenos Aires, mediante la cual la Provincia de Buenos Aires adhiere a la
Ley Nacional nº 18.284, la Asesoría General de Gobierno emitió dictamen en el Expte. 2900-36.330/02,
advirtiendo que "... el tratamiento legislativo del proyecto traído a consideración resultaría jurídicamente
inocuo".
Se sostuvo entonces que "... la Nación ha producido dicha norma en virtud de las facultades
contempladas en el artículo 75 incisos 13 y 18 de la Constitución Nacional, que le atribuye competencia para
"Reglar el comercio con las naciones extranjeras y de las provincias entre sí" y Proveer lo conducente a la
prosperidad del país, al adelanto y bienestar de todas las provincias, respectivamente, en el marco de la
llamada policía de la prosperidad, velando por el interés general de todos los habitantes del país. Por otra
parte y en virtud de lo previsto en el artículo 125 de nuestra Carta Magna las provincias pueden "promover
su industria" lo cual implicaría potestades que se han reservado para su adelanto y bienestar, tratándose de
poderes concurrentes entre la Nación y las provincias, específicamente en orden a lo estatuido en el inciso
18 del artículo 75 antes trascripto.".
Es que como ha sostenido nuestra Suprema Corte de Justicia, "... La ley 18.284 es una ley nacional
cuya aplicación se ha encomendado a los gobiernos provinciales (artículo 110, Constitución Nacional). Sabido
es que en nuestro sistema los Arts. 86 y 100 atribuyen a los órganos federales la competencia para la
aplicación de las leyes nacionales salvo: a), la aplicación judicial de los Códigos que el artículo 67, inc.11 de
la Constitución confía a las administraciones de justicia provinciales; b) las leyes nacionales cuya aplicación
se encomiende a los gobiernos provinciales (art.110, Constitución nacional), ya sea mediante una ley o por
un decreto del Gobierno nacional (Art..67, inc.28 y 86 inc.2º, Constitución Nacional)". (Suprema Corte de
Justicia de Buenos Aires* 10/11/81* Molinos Río de la Plata c/Provincia de Buenos Aires).
No obstante el criterio sostenido por este Organismo Asesor, la ley fue sancionada el 19 de agosto de
2004, y consta de siete artículos ,cuyo análisis a continuación se realiza.
El artículo 1º dispone que la Provincia de Buenos Aires adhiere a la Ley nacional Nº 18.284, Código
Alimentario Argentino.
La primera reflexión que merece esta disposición, surge a propósito de la terminología empleada; la
técnica legislativa conduce a interpretar que "adherir" es extender la aplicación de la ley al territorio
provincial, por lo que esto plantea el interrogante de si se trata de una reivindicación de la potestad
provincial de legislar esta materia.
Como antes hemos señalado, la Ley 18.284 no invitó a las provincias a adherirse a sus disposiciones,
sino que las declaró vigente en todo el territorio de la república, receptando la voluntad de los
representantes de las provincias reunidos en el Congreso celebrado en 1964 en Santa Fe.
Por otra parte, transcurridos casi treinta y cinco años de su aplicación en territorio provincial,
cualquier lego en la materia podría pensar que durante ese período se ha aplicado una norma cuya validez y
vigencia podría ahora ser puesta en duda. Lamentablemente no se conoce que haya habido debate
parlamentario que pudiera haber arrojado luz a la finalidad perseguida por el legislador, ya que el proyecto
fue tratado sobre tablas.
En mi opinión, la iniciativa fue producto de la confusión que originaron algunos precedentes judiciales
que desconocieron la competencia municipal para fiscalizar a nivel local las condiciones bromatológicas de
los alimentos, y ello se explica con la redacción dada al artículo 3º, según el cual "La autoridad de aplicación
realizará una permanente fiscalización de la presente Ley ejerciendo directamente la supervisión técnicaadministrativa, y convendrá con los municipios las tareas de contralor, procediendo a delegarlas dentro de
sus jurisdicciones...".
Precisamente este artículo tuvo el efecto no deseado: por cuanto si ya se discutía la facultad
municipal por haber omitido la Ley 18.284 su expresa mención, la necesidad de instrumentar un convenio de
delegación de facultades para que el Municipio actúe, tuvo rápida acogida, en la resolución de los recursos
de apelación planteados contra decisiones administrativas dictadas en el ámbito municipal por parte de los
Jueces de Faltas, o el Intendente en los casos que no se hubieren creado esos institutos.
En efecto, en la causa "Eichhorn ..." ya citada, el juez en lo correccional sostuvo: "... En
consecuencia, y hasta tanto no se reglamente la ley provincial designando la autoridad de
aplicación y no se produzca la delegación de la provincia en el municipio de Bahía Blanca, los
inspectores de éste y los Jueces de Faltas carecen de competencia para intervenir en cuestiones
regladas por el CAA"
Mediante el Decreto Nro. 2.697/05 (B.O.27/11/05), el Poder Ejecutivo reglamenta la aplicación de la
ley, designando autoridades de aplicación a los Ministerios de Asuntos Agrarios y de Salud, creando una
Comisión de Vinculación entre ambos de carácter técnico-consultivo y aprobando el texto de un Convenio
Tipo, sobre la base del cual se delegarán en las respectivas jurisdicciones , "... la ejecución de las tareas de
trámites administrativos, analíticas, de capacitación y de fiscalización sanitaria ...".
En la actualidad, se vienen celebrando convenios con los distintos municipios y se cumplen jornadas
de capacitación técnica, elaborándose manuales de procedimiento.
Pero la ley contiene otra disposición cuya aplicación resultará inconstitucional, sin perjuicio de
merecer el calificativo de absurda. En efecto, el artículo 5º dispone: "La autoridad de aplicación conocerá en
grado de apelación los reclamos que recaigan sobre actos administrativos emanados por el/los municipios en
ejercicio de las facultades delegadas, de acuerdo a los que establece la normativa de procedimiento
administrativo de la Provincia de Buenos Aires".
Es evidente que no se ha percatado el legislador que el ejercicio de la potestad sancionatoria por
parte de la Administración, se inscribe en lo que se denomina derecho penal administrativo que tiene
naturaleza procesal penal, y debe estar sometido al control judicial de los actos administrativos que
participan de dicho carácter.
En ese sentido, la ley 18.284 a la que la Provincia se "adhiere" establece en el artículo 12: "Contra
las decisiones administrativas que la autoridad sanitaria competente dicte en virtud de esta ley, podrá
interponerse recurso de apelación para ante tribunal competente, según la jurisdicción en que se hayan
dictado, con expresión concreta de agravios y dentro de los cinco (5) días de notificarse de la resolución
administrativa. En caso de multas, el recurso se otorgará previo ingreso del treinta por ciento (30%) de su
importe, cantidad que será reintegrada en caso de prosperar la apelación. Cuando la sanción apelada fuera
alguna de las previstas en los incisos c) y d) del Art.9, el recurso se considerará con efecto suspensivo, salvo
que a juicio de la autoridad sanitaria pueda de ello resultar riesgo grave para la salud de la población".
Siguiendo la hermenéutica que establece la ley nacional, los recursos de apelación deberían ser
resueltos, en el ámbito municipal, conforme al procedimiento estatuido por el Decreto Ley Nº 8751/77,
Código de Faltas, atribuyéndose a la Justicia Municipal de Faltas el conocimiento y decisión de las causas
contravencionales y reservando al Juez en lo Correccional el control de legalidad a través del recurso de
apelación.
Esto no es nada nuevo puesto que como ya se mencionó, desde la vigencia del CCA la función
jurisdiccional administrativa en materia de infracciones a la legislación alimentaria ha sido llevada a cabo en
los 134 municipios por la justicia municipal, que asegura mediante el procedimiento instituido al efecto, las
garantías constitucionales de defensa en juicio y del debido proceso.
En cuanto al control judicial de las decisiones administrativas dictadas por la autoridad de aplicación,
la ley provincial nada ha establecido al respecto, con lo que podría entenderse que no ha sido intención del
legislador modificar competencias.
Sin embargo, esta pudo ser la oportunidad para sentar criterios correctos acerca de la competencia
para revisar sanciones administrativas.
En efecto, en el ámbito provincial se encuentra discutida la competencia judicial, a raíz de la
defectuosa redacción dada al artículo 12 de la reglamentación de la ley, en tanto este dispuso: "El recurso de
apelación, previsto en el artículo 12 de la Ley 18.284, contra las decisiones administrativas firmes de la
autoridad sanitaria nacional, deberá interponerse ante la Secretaría de Estado de Salud Pública para ante los
jueces de Primera Instancia en lo Federal y Contencioso Administrativo de la Capital Federal y juzgados
federales en jurisdicción provincial".
Cuando por aplicación de esta normativa se han concedido recursos de apelación ante el Juez Federal
de Turno por parte del Ministerio de Salud, no todos los jueces federales aceptan declararse competentes,
por cuanto se sostiene que la Ley 18.284 no es una norma de naturaleza federal y que cuando se trata de
actos administrativos emanados del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, la cuestión en
debate reviste naturaleza pública local. "La competencia de la justicia local no es como consecuencia del
ordenamiento constitucional cuya economía veda- como modo de preservar las autonomías de los estados
locales- a los tribunales nacionales juzgar sobre aquellas instituciones, salvo la alegada violación
fundamental o de normas de derecho federal, circunstancia esta que no alteraría la competencia de la
justicia local para conocer en el asunto, pues las mismas siempre encontraron adecuada tutela en la vía del
recurso previsto en el artículo 14 de la ley 48 (Fallos 310:2841;311:1597, entre otros)". Esta cita
corresponde a la causa Nº 115.949, caratulada "Los Cinco Hispanos c/Mrio. De Salud s/Ordinario",
sentencia del Juzgado Federal de San Martín, de fecha 19 de octubre de 2005.
No obstante la Corte de Suprema de Justicia de la Nación, en la causa "Scarpati Hnos s/apela
multa de fecha 4/08/88 (T.311,p.1330)" ha dicho: "El conocimiento y decisión de las causas regidas por
leyes de policía federal de alcance nacional, dictadas por el Congreso Nacional como consecuencia de la
facultad que le otorga el artículo 67, inc.16 de la ley Fundamental, corresponde a los tribunales federales,
por lo que el recurso previsto en el artículo 12 de la ley 18.284 (Código Alimentario Nacional), interpuesto
contra una decisión administrativa firme de la Dirección de Ganadería del Ministerio de Asuntos Agrarios de
Buenos Aires, debe sustanciarse ante el magistrado federal con jurisdicción sobre el lugar de comisión de la
infracción".
Y en similar dirección, se pronunció la Suprema Corte de Justicia Provincial, declarando la
incompetencia para entender en una demanda contencioso administrativa contra la Provincia de Buenos
Aires, que procuraba anular un acto administrativo emanado de la Dirección de Laboratorio Central de Salud
Pública del ex Ministerio de Bienestar Social, al señalar que la reglamentación del artículo 12 de la Ley
18.284, debe interpretarse a partir de que existe delegación de facultades a los funcionarios provinciales y
los actos desempeñados por estos funcionarios en el ejercicio de las funciones que le acuerda la ley, deben
equipararse a los de los funcionarios ordinarios de la Nación (Causa B-48.103, "Molinos Río de la Plata
contra Poder Ejecutivo, Demanda contencioso administrativa", DJJ, Nº 9117, 12 de marzo de
1982).
A mi entender, el fuero federal no debiera ser la justicia competente para entender en los recursos de
apelación contra las decisiones que impongan sanciones en materia del Código Alimentario, ya que como ya
se ha señalado, el artículo 12 de la ley sólo impuso la necesidad del recurso de apelación ante el Tribunal
"competente", y la competencia de los jueces provinciales es la resultante del ejercicio del poder de policía
que le corresponde a la provincia; de manera que la reglamentación del recurso atribuyendo competencia a
la justicia federal, no responde a dichos principios ni posee la norma jerarquía normativa para alterar la
competencia judicial.
Por eso decimos que se perdió la oportunidad de establecer reglas de procedimiento que arrojen
mayor claridad al justiciable, puesto que el artículo 5º de la Ley que comentamos, no sólo incurre en error
grosero en esta materia, sino que también se desentiende del conflicto de competencia federal u ordinario
que promueve la aplicación del CAA.
En mi opinión, la urgente reforma legislativa que es necesario realizar a la ley 13.230 impone cuando
menos, reformular la disposición del artículo 5º, estableciendo el procedimiento del Decreto Ley Nº 8751/77
para el ámbito municipal, y legislando el procedimiento específico a aplicar en jurisdicción provincial, ya que
unido a la cuestión de la competencia, también subsisten falencias en el procedimiento que aplica la
provincia de Buenos Aires.
En efecto, hasta la entrada en vigencia de la Ley 11.922 que aprueba el Código Procesal Penal de la
Provincia de Buenos Aires, se aplicaba en el procedimiento tendiente a la verificación, fiscalización,
sustanciación de los sumarios y procedimiento recursivo, el Título IV del Libro V-Procedimiento en los Juicios
sobre Faltas (Ley 3.589 y modif..,T.O. por Decreto Nº 1.174/86, Art..424 a 430).
Al quedar dichas normas derogadas, se produjo un vacío normativo que pretendió resolverse
mediante el Decreto Nº 3707/98 (B.O.20/10/98) que aprueba el procedimiento que se aplicará a las faltas o
transgresiones a las leyes y reglamentaciones provinciales y/o nacionales que carezcan de un procedimiento
específico para su aplicación.
Si bien no es tema de este trabajo analizar sus disposiciones, corresponde señalar a título general
que el mismo contiene normas vinculadas a los requisitos y forma del acta de comprobación de la infracción,
plazo para el descargo y para la resolución por parte de la Administración, y un recurso de apelación ante
Juez en lo Correccional de turno con competencia en el lugar donde se cometió la infracción.
No obstante que, el artículo 7º dispone "Dése cuenta a la Honorable Legislatura", no se ha producido
su ratificación legislativa, lo que supone la subsistencia de un vicio de legalidad que lo afecta, por tratarse de
una materia reservada a la Honorable Legislatura.
Actualmente, este procedimiento se aplica a las infracciones a la Ley de Farmacia, Ley de
Medicamentos, Ley de Protección a las Fuentes de provisión y cursos receptores de agua y a la atmósfera,
Reglamento de Establecimientos Asistencias y de Recreación, (Decreto Nº 3280/90), y también al
procedimiento de constatación de las infracciones al Código Alimentario, con la excepción de que frente al
recurso de apelación, el Ministerio de Salud lo concede ante el Juez Federal de turno, conforme lo dispone el
artículo 12 del texto ordenado de la reglamentación aprobado por el Decreto Nº 2126/77.
La materia a legislar debería incluir también, una normativa uniforme en materia de requisitos de la
apelación, ya que debido a la coexistencia de normas de naturaleza sancionatoria, existe un tratamiento
diferenciado que no se justifica mantener por cuanto supone la imposición de cargas más gravosas.
En esa dirección, cabe mencionar, por ejemplo, que cuando se trata de apelaciones de multa por
infracciones a la ley de Farmacias o Medicamentos, no se requiere el previo pago del importe de la multa. En
materia alimentaria, el CAA impone satisfacer el 30% de la multa como requisito para la concesión del
recurso, y según el Decreto Ley Nº 8841/77 que se aplica a las faltas y contravenciones en materia de
establecimientos privados sometidos al control del Ministerio de Salud, debe satisfacerse el 100% de la
multa en forma previa a la concesión del recurso.
Por último, considero de interés a los fines de esta exposición comentar, que en la causa Nº 10.916
tramitada ante el Tribunal de Casación Penal, caratulada "Recurso de Casación interpuesto por el Fiscal
de Estado de la Provincia de Buenos Aires en causa nº 545 seguida a Balestrino Pedro e Hijos
S.A.C.I.", se rechazó la legitimación del Fisco Provincial para obtener la revisión de un fallo dictado por el
Juez en lo Correccional que intervenía en grado de apelación contra una sanción pecuniaria impuesta por el
Ministerio de Salud. En dicho fallo, se sostuvo que en el Decreto Nro.3707/98, ninguna de las partes en ese
tipo de procesos, (se trate de personas físicas o de personas jurídicas o de la misma autoridad
administrativa), se encuentra facultada para recurrir esa decisión del Juez Correccional que interviene como
alzada (voto del Dr.Natiello). Se agregó que, tratándose en el caso de personas jurídicas, no se encuentra
prevista legalmente la persecución en sentido jurídico penal de las personas jurídicas.
Dr. Mario Enrique Puente
Relator Delegado ante Ministerio de Salud
E-Mail: salud@asesoria.gba.gov.ar
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