Un día de cólera. Arturo Pérez Reverte El autor ha pretendido hacer una novela basada en hechos reales y que mezcla la trama de ficción con la investigación histórica. Pérez Reverte ha consultado en los archivos los nombres de unas 500 personas que participaron de los hechos y los ha rescatado del anonimato, como contribución y reconocimiento a la gesta que protagonizaron los vecinos de Madrid aquel 2 de mayo de 1808. El problema es que, en el intento del escritor por constatar la veracidad de sus informaciones convierte el relato en una incesante enumeración de nombres y datos demasiado prolijo en detalles que detienen la acción innecesariamente sin aportar nada a la misma. La acción cobra más interés cuando se narra la lucha desigual de los artilleros y el pueblo sitiados en el parque de artillería de Monteleón, tal vez la parte de la narración más novelada. Del relato se infiere que el peso de la lucha recayó en el pueblo llano (pequeños comerciantes, artesanos, ministriles, criados y mozos), así como algunos soldados y militares de media graduación, mientras la burguesía y las clases acomodadas (Alcala Galiano, Fernandez de Moratín...) adoptaron una actitud dubitativa y temerosa, retirándose a sus casas, considerando los hechos como una algarada de gente vil y canalla. Por momentos el relato cobra un ritmo de crónica periodística, tan cercana a un corresponsal de guerra como Perez-Reverte. También llama la atención del lector la represión francesa por su extrema crueldad. En suma, es un libro que se lee fácilmente, pero que no logra enganchar al lector con una trama sólida. Eso sí, será sin duda un best-seller al publicarse en una fecha tan señalada y oportuna como el bicentenario del 2 de mayo, algo que un autor tan comercial y avispado como Pérez-Reverte no podía desaprovechar. Literatura e Historia Página 1