EJB-UGT INTERVENCIÓN DE VIRGILIO ZAPATERO ”LOS SUCESORES DE PABLO” -Fernando de los RíosMADRID, 20 de diciembre de 2000 Muchas gracias a José Manzanares por invitarme a venir a la Escuela Julián Besteiro. Es la primera vez que tengo la suerte de estar aquí, pero ya sé el camino, y espero que no sea la última. Vo y a hablar brevemente de Fernando de los Ríos, que es otro continuador o sucesor de Pablo Iglesias. Aunque tenía una personalidad muy distinta de la de Largo Caballero, hubo momentos claves donde confluyeron. Incluso podemos decir que Largo Caballero se fió inicialmente mucho del criterio, del asesoramiento de Fernando de los Ríos. Especialmente en los años 1918, 1919 o 1920 hasta el punto de que Largo le llevó como asesor a todos los Congresos a Ginebra y Nueva York. También hubo una buena buena relación entre ambos, especialmente en 1930, cuando Largo Caballero se adhirió a las posiciones de Fernando de los Ríos y de Indalecio Prieto a favor de la República. Yo creo que hubo una relación de respeto entre ambos, que sólo se rompió a partir de 1934 con la huelga de Octubre. La colaboración entre ambos en el Gobierno de la República funcionó perfectamente. Fernando de los Ríos tenía otros orígenes a los de Largo Caballero. A Fernando de los Ríos hay que conectarlo más con Giner de los Ríos. De las dos figuras que han determinado en buena parte la Historia de nuestro país hasta la década de los treinta, Giner y Pablo Iglesias, en De los Ríos es más visible la influencia del primero. Fernando de los Ríos fue más un político de la Institución, que se acercó al Partido Socialista y en el que actuó siempre lealmente. Su trayectoria hay que situarla, en primer lugar, en la Institución Libre de Enseñanza. Fue sobrino de Giner, estudió en la Institución, fue más tarde profesor, se cassó con la sobrina de Giner de los Ríos y, además, incluso se cambió el apellido - porque se llamaba Fernando del Río- para parecerse más a Giner Fue una persona que recogió los ideales de Giner, unos ideales regeneracionistas. A De los Ríos le marcó la lectura que Giner hizo del 98: la causa de nuestros desastres era, según Giner, el lamentable estado de nuestra educación. La solución de este país pasaba por convertir España en una inmensa escuela. Fernando de los Rios fue miembro de la Generación del 14 junto con Ortega. Ambos forman la Liga para la Educación Política, con la que pensaban regenerar España. De alguna forma redujeron la política a política social. Pero De los Ríos se lo tomó en serio. Yo creo que fue de los que más en serio se lo tomó aquel objetivo de educar al pueblo y por ello, nada más obtener la Cátedra en Granada, empezó a recorrer uno a uno todos los pueblos de Granada, redactando Estatutos de Cooperativas, enseñándoles los principios del cooperativismo, asesorando a los trabajadores, etc. Es decir, se tomó en serio la Extensión Universitario. Todavía no había entrado en contacto con Pablo Iglesias; pero sí que tenía una relación de admiración hacia Pablo Iglesias, como todos estos jóvenes que, como diría Antonio Machado, veían en aquel “la voz inconfundible de la verdad humana”. Para ellos era una figura mítica que representaba la España del futuro junto con Giner de los Ríos. Este contacto directo con la clase obrera granadina fue lo que le convirtió en un líder social en Granada, y lo que hizo que cuando se produjeron unas protestas en Granada 1 EJB-UGT contra el cacique La Chica, se convirtió en el líder del frente anticaciquil. Aglutinó todas las fuerzas de la izquierda y del Partido Liberal, que vieron en él una persona nueva dentro de la política, y que podría resolver algunos problemas. Y él aceptó entrar en política coyunturalmente. Se presentó a las elecciones como Diputado, únicamente para limpiar el Ayuntamiento de Granada; y anunció en la campaña que, aun siendo independiente, de salir elegido trabajaría en el seno de la minoría socialista y en el Partido Socialista. En el seno de éste su figura destaca en primer término como demócrata. Desde el primer momento tuvo claro que el Partido Socialista no podía ingresar en la Tercera Internacional, y fue precisamente por la violación de los derechos y las libertades que el sistema soviético suponía por lo que volvió a España diciendo que aquello era Bizancio; que no tenía nada que ver con el socialismo porque para él el socialismo o era democrático o no era socialismo. El sistema soviético sería otra cosa; sería un sistema de desarrollo acelerado de un país o cualquier otra cosa, pero no podía llamarse socialismo. Lo mismo ocurrió cuando el Partido Socialista y la UGT adoptaron una postura condescendiente o, incluso, colaboracionista con la Dictadura de Primo de Rivera. Fue él, junto con Indalecio Prieto y Teodomiro Menéndez, quienes dieron la batalla, con poco éxito, dentro del Partido Socialista para no colaborar con Primo. En 1930 lograron cambiar la correlación de fuerzas y modificar la estrategia del Partido Socialista. Fue un representante, por lo tanto, inequívoco de un socialismo democrático, no de clase, y en esto fue totalmente distinto de Lago Caballero. Fernando de los Ríos fue, posiblemente, el socialista español que conocía mejor el pensamiento de Marx. Hablaba alemán perfectamente, había estudiado en Alemania con los socialistas neokantianos de Marburgo, Cohen y Natorp y volvió diciendo que el marxismo lo aceptaba como ciencia, como sociología política; pero del marxismo no podía aceptar su estrategia, es decir, la lucha de clases. Distinguía entre lucha de clases como hecho o como valor. Yo como científico –afirmaba- acepto que la sociedad se mueve a través de la lucha de clases, pero como político no acepto que ésta sea una estrategia. Por eso no fue un político de clase, sino que un político, que creía desde el primer momento que era posible una gran coalición de la clase trabajadora y la burguesía liberal. Lo primero que presentó en el Parlamento fue un Proyecto de Ley de Bases para resolver los problemas más urgentes de la clase trabajadora y de las clases medias y de mundo liberal. Cuando se leen esas Bases, se ve que no son ni más ni menos que el proyecto de un Estado Social de Derecho o constitucionalismo social. En ese sentido, toda su política desde primer momento fue una política de buscar la colaboración con la burguesía liberal, porque entendía que había una operación a hacer urgentemente en España, que era una revolución democrática y liberal. Para él, la República era eso.. Fe su socialismo, pues, un socialismo no marxista; en cierto sentido en socialismo liberal. En algún momento utilizó la expresión de socialismo liberal, en el sentido de que no cabía un socialismo que no respetara los derechos y las libertades, y por eso entendía que el socialismo y el liberalismo, como defensor de las garantías de los derechos y las libertades, tenían que ir unidos. Por tanto, su socialismo era un socialismo liberal y humanista. Aprovecho para decir que, a mi modo de ver, si ha habido alguna aportación importante a la Historia del pensamiento socialista en España fue, inequívocamente, la de Fernando de los Ríos. Su obra El sentido humanista del socialismo es una obra, de la talla de El socialismo lib eral de Roselli en Italia o de la obra de Jean Jaurés. Por tanto, su tipo de socialismo contrasta en la teoría, aunque después en la práctica coincidiera en determinados momentos, con el de Largo Caballero. Fue un político republicano: él entendía que cuando Alfonso XIII aceptó la Dictadura de Primo de Rivera, cometió “un delito de lesa majestad”. La majestad era el pueblo, el pueblo era el 2 EJB-UGT soberano, y, por tanto, no tenía sentido el mantenimiento de un monarca que había violado la Constitución. No quedaba más salida que la República. En esto se adelantó, junto con Indalecio Prieto a las posiciones que después serán la nueva mayoría dentro del Partido y de la UGT y que apostarán por la República. Fue un padre fundador de la República, junto con Indalecio Prieto y Largo Caballero, y dentro de la República representó el intento de llevar a la Gaceta de Madrid el gran proyecto que había soñado Giner de los Ríos de la transformación de España por la vía de la educación. Él creyó que la República era la gran ocasión para solventar los problemas ya seculares en España de retraso en su educación, de asentamiento de sus libertades. Su obra dentro del Ministerio de Instrucción Pública supuso un intento de llevar a la práctica los nobles ideales de la Institución Libre de Enseñanza que, en este punto, coincidían con los del Partido Socialista y la UGT. Y, por último, hay que señalar su lealtad. Una de las características, en lo bueno y en lo malo, de Fernando de los Ríos, fue la lealtad, en algunos casos más allá de lo que debía. Por ejemplo, en 1934 no estaba de acuerdo con la estrategia de Largo Caballero, pero en lugar de plantarse y decir hasta aquí hemos llegado, se calló, y lo único que hizo fie anunciar su retirada a la vida universitaria. Más tarde cuando se produjo la Guerra Civil – él estaba en Ginebra dando clases en la Universidad- , lo primero que hizo es poner un telegrama al Ministro de Estado diciéndole: “Considéreme un movilizado, dígame dónde tengo que ir”. Es decir, que frente a otros intelectuales que en ese momento no estaban ni con unos ni con otros, a quienes repugnaban los primeros hechos de la Guerra y, o se marchan o se callan, él tuvo muy claro que no había una tercera España; en ese momento o se estaba con la democracia y la libertad que representaba la República o se estaba con los otros. No había terceras vías posibles. Y él se ofreció a defender la República, incluso repugnándole muchas de las cosas que estaban ocurriendo en el territorio republicano. En suma, Fernando de los Ríos fue uno de los personajes más atractivos del Partido Socialista; adelantado a su tiempo; tanto que su obra y su ejemplo permanece a pesar del tiempo transcurrido. Y su socialismo humanista, ético, profundamente liberal y democrático sigue siendo un buen punto de referencia en estos momentos de incertidumbres y perplejidades de la izquierda. 3