Inspiración y transpiración, dos palabras para explicar la trascendencia humana1 De acuerdo a la Real Academia Española -RAE- trascender significa: “Dicho de algo que estaba oculto. Empezar a ser conocido o sabido”. De ahí que, alineados en esta definición, nos atrevemos a señalar que los buenos resultados, que en muchos de los casos son reconocidos por sociedades enteras -trascendencia-, jamás llegan solo por la incidencia de discursos y/o de ideas cargadas de buenas intenciones, pues, generalmente, vienen añadidos de una carga significativa de esfuerzo, trabajo y grandes dosis de perseverancia, acompañada de una excelente capacidad de “resiliencia”, para poder seguir de pie a pesar de los grandes tropiezos que, normalmente, tienden a tener la personas y/u organizaciones que luego de varios años han trascendido, como verdaderos íconos históricos de la humanidad en diferentes espacios -social, cultural, económico, político, religioso, deportivo, educativo, etc.-. Si tomamos como ejemplos a grandes personajes de la historia ecuatoriana y/o del mundo, nos vamos a encontrar que detrás del reconocimiento que ahora hacemos de personas como: Eloy Alfaro, Simón Bolívar, Madre Teresa de Calcuta, Gandhi, Luis Pasteur, entre los que en este momento se nos viene a la memoria, siempre vamos a encontrar, como una constante, los grandes esfuerzos que tuvieron que realizar, a partir de las geniales ideas que llegaron a sus prodigiosas mentes, para alcanzar lo que se propusieron. Y esa transpiración –gotas de esfuerzos-, en todos los casos, tuvo un ingrediente fundamental, desde la definición misma de Aristóteles sobre la ética, de buscar que se haga el bien para la buena convivencia de los demás seres humanos. Logrando, así, que el tiempo de vida que les fue prestado lo inviertan, y con grandes creces de retorno positivo colectivo, hacia el mejoramiento de las condiciones del mundo con las cuales iniciaron su vida. Esa capacidad de lograr que las ideas se transformen en hechos reales, que tienen los que han trascendido a lo largo de la historia de la humanidad –local, nacional, regional y/o mundial-, es el factor clave para lograr los grandes procesos de transformación que los países tienden a fijarse como visión de país futura. Siendo la mezcla, al unísono, de inspiración y transpiración la que ha prevalecido y que muchos referentes históricos la han reconocido como el comportamiento híbrido que marca la diferencia entre las personas que han trascendido y las que no lo han conseguido. Por ejemplo, el mismo Thomas Alva Edison, en algún momento de su vida llena de aportes al desarrollo de la ciencia, dijo: “para conseguir lo que algunos llaman “éxito”, es necesario un 10% de inspiración y un 90% de transpiración”. En relación a esta misma frase, otro que se preocupó de aplicarlo al ámbito de la literatura fue Gabriel García Márquez, quien, en un determinado momento de su vida, señaló que la culminación de sus obras literarias requirió de un 20% de inspiración y, sobre todo, de un 80% de transpiración, es decir de 1 Wilson Araque Jaramillo. Director del Área de Gestión y Coordinador Fundador del Observatorio de la PyME. E-mail: wilson.araque@uasb.edu.ec. Fecha de publicación: 26 de noviembre de 2014. Sección Artículos de opinión: www.uasb.edu.ec/observatoriodelapyme. Las opiniones expresadas en este documento son responsabilidad del autor o autores y no necesariamente reflejan un punto de vista del Observatorio de la PyME de la Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador. trabajo, trabajo y más trabajo -las tres “t” para lograr que las cosas pasen de la mente humana a hechos reales”. También el Papa Francisco, al reconocer a la desigualdad como el origen de los grandes males sociales, plantea el “trabajo arduo” que deberán llevar a cabo todas personas del mundo, sobre todo aquellas que, bajo un enfoque de comportamiento solidario, por estar en una mejor situación deberán tender a ayudar a otras personas que, por diversos motivos, están en situación desfavorable a la hora de conseguir un desarrollo más armónico entre todos los seres humanos que habitamos el planeta Tierra actual. Como vemos, aplicado al campo social -siguiendo las palabras del Papa Francisco-, hay un largo camino por recorrer, en donde los que trascenderán serán aquellos que logren pasar de inspiraciones discursivas y creativas -ideas- a hechos tangibles y reales transpiración-, dirigidos a la búsqueda de esa transformación solidaria, equitativa y justa de la humanidad a la que todos aspiramos llegar. Finalmente, como hemos podido observar, esa “acción” relacionada con la transpiración experimentada para trascender en la historia, debe venir acompañada de una elevada dosis de coherencia con el discurso que la precede, ya que, la historia lo ha demostrado, aquellas personas que tienen “doble discurso”, es decir dicen una cosa y hacen otra cosa, son las que sobresalen, como una especie de chispazos, en el corto plazo, pero, pensando en el largo plazo, tienden a desaparecer del espacio público y, más bien, tienden a ser recordadas como personas nefastas para historia de la humanidad, debido, como ya dijimos, a la “inconsistencia entre el discurso y la acción”.