<8THL< ȇȐ T8P<L ȇȐ L ɉǸɑǸȽɤȐɨɄɕ ɜǸȵȐȽɜɄɕ <ɑȝǸȽȨɺǸȇɄɉ ɉɄɑ @ǸɜɑɄȃȨȽǸȇɄɉ ɉɄɑ 8ɄɑȹǸɕȝȐȽȐɑǸȵȐɕѰ Podrá enviarse al Concurso sólo 1 CUENTO POR PARTICIPANTE. El cuento tendrá que ser ORIGINAL (fruto de la fantasía del autor). El cuento deberá SER INÉDITO, y no haber sido presentado en Concurso alguno ni publicado a través de ningún medio impreso. Se aceptarán, sin embargo, aquellas obras que formen parte de blogs personales publicadas en Internet siempre que cumplan con lo expresado referente a la no presentación o participación en Concursos o ya publicadas en medios impresos. El autor tiene que ser un nuevo talento (es decir no tener ninguna obra publicada hasta la fecha). La extensión máxima no deberá superar los 4.500 espacios que corresponden aproximadamente a DOS HOJAS TAMAÑO A4 en archivo Word 2003 o inferior, en formato letra Times New Roman o similar, Normal, en TAMAÑO 12 a espacio y medio. Sólo se aceptarán las obras recibidas por CORREO ELECTRÓNICO al e-mail: info@eljardindellibro.com, en archivo word adjunto y firmadas con un pseudónimo. El nombre del archivo deberá corresponder al nombre del cuento. Todos los cuentos deberán estar titulados (por ejemplo El hada y el ogro; Encantamientos en el bosque) y firmados con un pseudónimo. En archivo adjunto aparte se enviarán los DATOS PERSONALES del AUTOR (nombres y apellidos, domicilio particular, código postal, ciudad, país, DNI, fecha de nacimiento, teléfono, e-mail personal) haciendo referencia al cuento y al pseudónimo. El nombre del archivo deberá corresponder al nombre y apellidos del autor. La participación es Libre y Gratuita. Podrán participar personas de TODAS LA EDADES Y NACIONALIDADES. Sólo se aceptarán los trabajos escritos en ESPAÑOL . @ȵǸɺɄȇȐȃȨȐɑɑȐȇȐȵǸɕɉɑȐɕȐȽɜǸȃȨɄȽȐɕѰ La fecha de cierre de presentación de los trabajos se ha establecido para el día DOMINGO 9 de ENERO DE 2011. No se aceptarán los trabajos recibidos con posterioridad a las 24:00 horas de la fecha designada. Los trabajos deberán enviarse por correo electrónico a: info@eljardindellibro.com El Correo electrónico deberá constar de: t Asunto: CONCURSO DE CUENTOS de HADAS t Cuerpo del E-mail : Adjunto dos archivos en Word. Los archivos adjuntos corresponderán a: 1) Un archivo word adjunto con el cuento presentado firmado con el pseudónimo. 2) Un archivo word adjunto conteniendo los datos personales solicitados. ȵȬɤɑǸȇɄѰ EL JURADO estará compuesto por 5 INTEGRANTES: DOS libreros y TRES miembros del equipo editorial de Ediciones Obelisco. El JURADO tras una primera criba seleccionará los 2 cuentos ganadores del Primer y Segundo Premio del certamen. El fallo del JURADO será INAPELABLE. HȐɕɤȵɜǸȇɄсȽǸȵѰ El día MIÉRCOLES 2 de MARZO de 2011 se procederá a dar a conocer las dos obras ganadoras a través de correo electrónico, de los boletines de noticias y la página web de El Jardín del libro.com, Ediciones Obelisco. @ɑȐȹȨɄɕѰ Las composiciones ganadoras se harán acreedoras de los siguientes Premios: a) Primer Premio: 1. Publicación del cuento en la antología de relatos que compondrán la AGENDA DE LAS HADAS 2012 publicada por Ediciones Obelisco. 2. Un Lote de libros valorado en 250 euros (enviado gratuitamente al autor, a la dirección que nos indique). b) Segundo Premio: 1. Publicación del cuento en la antología de relatos que compondrán la AGENDA DE LAS HADAS 2012 publicada por Ediciones Obelisco. 2. Un Lote de libros valorado en 150 euros (enviado gratuitamente al autor a la dirección que nos indique). La selección de los libros de estos 2 lotes correrá a cargo del equipo de El Jardín del libro.com. <ǾɕȐɑɨǸȃȨɄȽȐɕȨȹɉɄɑɜǸȽɜȐɕѰ Todos los participantes al concurso declaran que los trabajos presentados son de su autoría y AUTORIZAN, al resultar GANADORES, su publicación con el fin arriba mencionado usando su nombre o pseudónimo, según indiquen. TODOS LOS PARTICIPANTES DAN POR ACEPTADAS LAS BASES Y CONDICIONES DEL PRESENTE CONCURSO SIN NINGÚN DERECHO A RECLAMACIÓN POSTERIOR. Cualquier cuestión no prevista en las presentes bases será resuelta por la Comisión Organizadora del Certamen. PARA APRENDER DE LOS GRANDES MAESTROS, A CONTINUACIÓN PROPONEMOS DOS EJEMPLOS DE CUENTOS DE HADAS (¡y así animar a los más indecisos!): El sendero de las hadas de Raimon Samsó La increíble historia del hada Sisí y del gnomo Nono de Amalia Peradejordi ȵɕɕȐȽ ȽȇȐɑɄȇ ȇȐȵ ȵ Ǹ ɕ ǸȇǸɕ Ser hada no es ninguna bicoca. Para empezar, la diplomatura de hada se otorga en escasísimos bosques secretos, hay una larga lista de espera y el camino o sendero que conduce a un hada a conseguir sus alas es largo y difícil. Soy un antiguo coleccionista de mariposas, hoy ya no las colecciono. Heredé de mi padre su colección, quien a su vez la heredó del suyo, mi abuelo. Yo la conservé de adolescente y contribuí a aumentarla durante años hasta que mi hijo me hizo caer en la cuenta de un detalle que jamás habría sospechado. Mi hijo Tobías me reveló que algunas aspirantes a hadas, las que no consiguen finalmente su diplomatura como tales, deben conformarse con convertirse en mariposas. Es lo que les queda si quieren surcar el cielo de los bosques. Yo no sé si es verdad o no, pero la sola posibilidad de que sea así hizo que desistiera de coleccionar mariposas. ¿Y si lo que tenía entre manos era una colección de hadas ensartadas en alfileres y no una supuesta colección de lepidópteros? Los hijos enseñan mucho, los de hoy más que nunca, hablan desde el corazón, saben cosas que los adultos no sabemos. Por ejemplo, mi hijo Tobías es capaz de hablar con los árboles ¡y éstos le responden! Lo sé porque una vez nos perdimos en un bosque y los árboles le dijeron dónde estábamos su madre y yo con toda exactitud. Después de ese incidente lo he visto conversar con ellos y obtener informaciones que no puede inventarse ni siquiera por un niño de siete años. El sendero de la hadas es largo y complejo. Tobías me lo reveló, tras serle confiado por un olivo centenario. Las hadas deben, para diplomarse formalmente, transitar con aprovechamiento los ocho eslabones de la senda del conocimiento: El primer eslabón es la recta comprensión: un hada debe aprender a discernir entre lo trivial y lo accesorio y desarrollar la visión para saber cuándo es una cosa y cuándo es la otra. Cuando son diestras en esta habilidad, ocupan su tiempo en lo esencial, lo que de verdad cuenta y que siempre tiene que ver con el amor. El segundo eslabón es el recto modo de pensar. Un hada debe aprender a pensar con lucidez y desapego por sus propios pensamientos. En su mente solo deben cruzar pensamientos desapegados y compasivos que la liberen de la ofuscación propia de los humanos. Un hada no defiende una opinión porque sabe que es una creación mental vacua. El tercer eslabón es la recta palabra: para que un hada pueda ser útil al mundo es preciso que sus palabras estén libres de veneno, falsedad o frivolidad. Las palabras acertadas curan, enseñan y protegen de las emociones insanas. Una hada cuida su vocabulario y nunca se permite en la escuela de hadas el chisme. El cuarto eslabón es la recta acción, pues de todos es sabido que las hadas se comportan de un modo intachable, tanto en público como en privado. Sus actos hablan por ellas y sus más nobles acciones van siempre encaminadas a aliviar sufrimientos en el mundo y a ayudar a todos los seres sensibles sean plantas, animales o humanos. El quinto eslabón es el recto estilo de vida que aleja a las hadas de actividades perjudiciales para el planeta o los seres que lo habitan. Su modo de vida es sencillo y respetuoso con el entorno. A las hadas se les enseña a conservar todo aquello que no pueden crear por sus propios medios. Esa es la regla por el respeto a la vida, sea cual sea su forma. El sexto eslabón es el recto esfuerzo que es aquel que pretende la auto superación cada día, mejorar y aprender de modo continuo sin creer que porque se aspira a ser un hada se puede actuar con orgullo y desdén con otros seres. La humildad del aspirante a hada es la sexta condición para serlo. El séptimo eslabón es la recta atención que consiste en atender el momento presente y olvidar todo momento ya sea pasado o futuro. Esta cualidad es la que hace a las hadas eternas pues las libra de la servidumbre del tiempo. La presencia en el aquí y ahora es la parte central del programa para las nuevas promociones de hadas. El octavo eslabón es la recta concentración que consiste en la fijación de la atención en el único objetivo de hacer el bien con exclusión de todo otro propósito. Evitar las distracciones sobre asuntos triviales para enfocar todas las energías en un propósito de vida, ayudar a expandir la felicidad. Es cuando un hada ha transitado esas ocho sendas y las conoce tan bien que se desenvuelve con soltura en todas ellas cuando está por fin preparada para recibir su diplomatura de hada y sus alas. ¿Parece fácil? Quien lea este escrito que trate de caminar por esas sendas durante las veinticuatro horas de un día sin salir de ellas ni una sola vez y que después opine. Por mi parte, después de ponerme al corriente de todo lo que me ha enseñado mi hijo, decidí liberar todas las mariposas de mi colección, las deposité en una cajita que enterré después en un bosque, del que no diré el nombre ni revelaré su lugar, el cual me asegura mi hijo Tobías que está habitado por hadas. Y aunque él no las ha visto nunca, los árboles le han confiado el secreto de su existencia. Raimon Samsó 0ǸȨȽȃɑȐ̈ǾȵȐȣȨɕɜɄɑȨǸ ȇȐȵȣǸȇǸLȨɕ̈ɴȇȐȵȝȽɄȹɄ8ɄȽɄ Hace ya mucho tiempo, en los frondosos bosques de Kernerak, vivía un hada de extraordinaria belleza. Se trataba de una joven afable y sencilla, siempre dispuesta a ayudar a los demás con una sonrisa en la boca. El único problema de Sisí, que así se llamaba el hada, era que no sabía decir que no. La joven se desvivía por todo el mundo y por muy complicada que fuese la situación, siempre se empeñaba en agradar y en complacer a todos cuantos la rodeaban. En una choza, llena de trastos viejos y cachivaches, justo a las afueras de ese mismo bosque, vivía un anciano gnomo llamado Nono. Se trataba de un gnomo gruñón y taciturno, temido por aquellos que le conocían. Pero lo más curioso de todo era que, durante sus doscientos años de vida, sus labios jamás habían pronunciado ni un solo sí. Pero el destino, que es muy sabio, quiso que estos dos seres tan dispares se encontrasen. Muy cerca de la choza del gnomo había una fuente de la que brotaba un agua extraordinariamente pura y cristalina. Las múltiples y excepcionales propiedades de este agua eran por todos conocidas. Sin embargo, como el gnomo no dejaba acercarse a nadie a su casa y menos aún coger agua de esta fuente que, por cierto, él consideraba como suya, muchos de los habitantes del bosque tenían que padecer toda una serie de enfermedades que, sin duda alguna, el agua hubiese curado. Antes de que apareciese el malhumorado gnomo por esas tierras, todos podían disponer del agua a su antojo y, en consecuencia, seguir manteniéndose jóvenes y sanos. Hartos ya de esta terrible injusticia, los habitantes del bosque decidieron acabar de una vez por todas con la situación. Decidieron elegir a Sisí como representante legal del grupo y encargarle que fuese a ver al gnomo para echarlo de aquellas tierras. En el fondo, todos tenían un poco de miedo al gnomo, pero como sabían que la joven hada sería incapaz de negarles nada, ni cortos ni perezosos, se dirigieron a su casa. Como de costumbre, Sisí los acogió con la sonrisa en la boca, pero cuando sus vecinos le explicaron la razón de la visita, su rostro se transformó de repente. —Por supuesto que os haré el favor de ir a visitar al gnomo –aseguró ésta– pero yo no soy nadie para echarlo de estas tie- rras. Lo único que puedo hacer es intentar convencerlo por las buenas para que nos permita utilizar el agua de la fuente. Los habitantes del bosque, riéndose de su inocencia, le aseguraron: —Pero, Sisí, parece mentira que a estas alturas todavía no conozcas al gnomo. Deberías saber que él jamás nos dirá que sí. —Bueno –contestó ella tranquilamente– yo estoy dispuesta a ayudaros, pero dejad que lo haga a mi manera y no os preocupéis porque pienso hacer todo cuanto esté en mi mano para que cambie de idea. Aunque no del todo convencidos y rogándole que tuviese mucho cuidado, sus vecinos la dejaron marchar. Así pues, y despidiéndose de todos ellos, Sisí se dirigió alegremente hacia las afueras del bosque. Pero, de repente, mientras le daba vueltas a la cabeza pensando en cómo podría convencer al gnomo para que les dejase utilizar el agua de la fuente, se encontró con un cervatillo herido. —¿Qué te ha pasado –le preguntó el hada al joven ciervo. —Me alejé un poco del bosque –le contestó éste con voz lastimera– y unos cazadores furtivos me dispararon y me hirieron en la pata. El hada lo tomó entre sus brazos y, acariciándole la cabeza, prosiguió su camino. Temerosos y sin saber cómo reaccionaría el malhumorado gnomo, finalmente llegaron hasta su choza. Éste sentía una especial predilección por los ciervos, ya que de pequeño tuvo uno al que quiso mucho y, cuando el pobre murió entre sus brazos, él se volvió todavía mucho más huraño y antipático. Sin apenas saludarlo, Sisí se dirigió a él y le rogó encarecidamente: —Gnomo, tienes que dejar que moje la pata del ciervo con el agua de la fuente. Si no, lo más probable es que se muera, y a ti no te disgustaría esto, ¿verdad? Aunque refunfuñando un poco, el gnomo no sólo le dio permiso al hada para que utilizase toda el agua de la fuente que quisiera sino que, además, la ayudó a curarlo. En cuanto la pata del joven ciervo entró en contacto con el agua de la fuente, éste pareció experimentar una considerable mejoría. La herida había cicatrizado como por milagro y el dolor había desaparecido por completo. Tanto Sisí como el gnomo miraron al ciervo extasiados y el hada agradeció a las fuerzas de la naturaleza y sobre todo a Miracua, la reina de las hadas del agua, el hecho de haber hecho posible esta curación. El malhumorado gnomo percibió tal gratitud en los hermosos ojos del ciervo que se dejó embargar por una sensación, hasta ahora desconocida para él, sumamente agradable y placentera y que, por cierto, cambió totalmente su carácter. Sus labios esgrimieron una especie de sonrisa y reconoció que no siempre hay que decir que no y que a veces, incluso puede resultar mucho más reconfortante decir que sí. Por su parte, Sisí se alegró enormemente de haberles dicho que no a sus vecinos y de haberse negado a echar al gnomo de estas tierras, pues la satisfacción de haber logrado arreglar la situación a su manera, hizo que se diera cuenta de que no siempre hay que decir que sí. Amalia Peradejordi El escritor no nace… ¡se hace! Borrador tras borrador, cuento tras cuento, persiguiendo ideas, imágenes, personajes… ¡Déjate llevar por la imaginación y sumérgete por un instante en el mundo encantado de las hadas! Acto seguido, con bolígrafo y papel en mano, apunta todo lo que viste y sentiste. Como segundo paso, organiza tus ideas en un relato con su buen comienzo, desarrollo y desenlace. Vuelve a leer tu creación una, dos, y tres veces más hasta que te sientas completamente satisfecho. Cuando todo encaje y a ti te encante tu obra, no dudes más y envíala por e-mail a: info@eljardindellibro.com Así que ahora ¡a escribir! Mándanos tu cuento de hadas… que el tiempo se acaba…