¿Hay duendes y hadas en Brazos Abiertos? Desde hace un par de semanas estoy copada con “Los Peques” Me resultan tiernos, divertidos y con muchos valores “humanos” (aunque sean duendes...) Vimos los DVD con los capítulos compilados, busqué en Internet fondos de pantalla e historias, compartimos con amigos los micro-capítulos, nos reímos hasta las lágrimas con mis hijos y también con el grupo de los miércoles... y ... comencé a buscarlos en mi jardín... Hasta ahora no vi ninguno pero ya les construí un puente colgante para que se puedan desplazar con mayor comodidad: inicio del proyecto de “la ciudad de Los Peques en Brazos Abiertos” Si siguen sin aparecer tendré que rendirme ante la lógica irrefutable de mi nieto de siete años que me sentenció sin anestesia: “¡Pero Abuela! ¡Los Peques no existen!” ¡No me importa lo que diga Lautaro! Yo comencé a construir mi puente y él otro a su manera, sólo que él se aburrió antes casi de comenzar y prefirió ir a jugar en Internet. Pero sigamos con la historia. Mi jardín está lleno de vida. Vida verde y vida con ojos, patas y alas. Cada brote que nos trajo el Universo en la tierra negra que compramos, es respetado con curiosidad hasta sorprendernos en un arbusto, una flor o una hoja distinta. Las enredaderas regaladas por las amigas se enamoraron perdidamente de las medianeras y ascienden día a día. Las plantas traídas por los asistentes a las actividades se regocijan ante cada lluvia y lo celebran con hojas de colores y flores variadísimas. - ¿Y los yuyos? Se preguntarán - ¿Qué yuyos? -Responderé... - Cuidadito!!! Esa es mi farmacia. Hay para todas las dolencias y necesidades... y sino pregúntenle a Isabel Aquino.... Ésta para la depresión y la otra para el hígado. Ésta para el cáncer y aquella para la presión Y unas cuantas ilustres desconocidas de propiedades aún por conocer... También tienen su lugar las aromáticas y calmantes, como la albahaca y el tilo que ven aquí. Vendrán árboles grandes; lapachos, mango, palta y algunos algo más pequeños como el ñangapirí o la chirimoya Elizabeth Kübler-Ross , en su libro “La Rueda de la Vida” cuenta que visitó un jardín donde, si las flores eran fotografiadas, al revelar la foto se veían hadas. Yo saqué muchas fotos y no vi ningún hada, ningún duende... ¿No hay hadas? ¿No hay duendes? ¿No hay magia? A ver... Miremos mejor... ¿Qué hay debajo de esta hoja? ¿Qué tiene la achira agujereadita con diseños ordenados? Qué oculta ese pedacito cuidadosamente cortado, doblado y unido con hilos de seda? ¿Y las mariposas, los colibríes y tantos pajaritos que se resisten a ser fotografiados? ¿Y las langostas, abejas, abejorros y alguaciles? ¿No es magia la cantidad de vida que se muestra al levantar una piedra y ver hormigas, caracoles, lombrices, bichitos bolitas, cascarudos? ¿Acaso no es mágica cada flor que se abre y se cierra? Si !!!! Es magia cada brote que nace de la tierra. Cada simbiosis entre planta e insecto nos habla de los milagros de la naturaleza... ¿Y el gusanito se come la hoja de la Santa Rita? Sí... ese gusanito es mi duende. La Santa Rita ya sacará hojas nuevas... ¿Y la langosta come la hoja del lapacho? Si... esa langosta es mi hada. Y el lapacho tendrá sus flores rosadas en agosto... Pero... ¡las hormigas! Sí También las hormigas... y las arañas... y los alacranes... Toda esta vida es parte de mi concierto mágico. Ah! Los sonidos! Me olvidaba... Los chistidos, silbidos, gorjeos y chirriditos es parte también de esta hermosa sinfonía. ¿Yo les preguntaba si hay duendes y hadas en Brazos Abiertos? ¿Les queda alguna duda? A mi no..... Carolina Sbárbaro – Resistencia – abril de 2007