Como yo os he amado HORA SANTA – JUEVES SANTO 2012 Canto inicial. Alabado sea el augusto sacramento del altar y por siglos infinitos ensalzada sea su deidad. Padre nuestro... Avemaría... Gloria (3) Monición Al caer la noche del primer Jueves Santo, después de la cena de Pascua, Jesús fue con sus discípulos a una propiedad llamada Getsemaní, y les dice: «Sentaos aquí, mientras voy allá a orar.» Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a sentir tristeza y angustia. Entonces les dice: «Mi alma está triste hasta el punto de morir; quedaos aquí y velad conmigo.» (Mateo 26,36-38) Hoy nosotros también queremos velar junto a Jesús, acompañarle y dejarnos acompañar por Él, para comprender y vivir mejor su mandamiento nuevo: Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros. Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros (Juan 13,34). Comenzamos este momento de oración, sabiendo que Tú estás en medio de nosotros. Canto Cuando estamos reunidos en tu nombre, en medio de nosotros, en medio de nosotros, en medio de nosotros estás tú. En medio de vosotros, animando el encuentro, alzando las plegarias, avivando la fe, avivando la fe. En medio de vosotros, hermanando caminos, uniendo corazones, encendiendo el amor, encendiendo el amor. En medio de vosotros, aliviando las penas, llenando de esperanza el trabajo y la cruz, el trabajo y la cruz. I. JESÚS NOS AMÓ Y NOS AMA DESDE LA CERCANÍA Lectura del Evangelio según San Mateo (1,20-23) El ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.» Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta: Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa: «Dios con nosotros». Palabra de Dios. Reflexión y oración Jesús es Dios con nosotros. No nos ama desde su trono divino. Nos ama desde la cercanía. Se ha hecho carne. Ha puesto su tienda en nuestro campamento y no la levantará jamás. ¿Eres consciente de esta cercanía de Dios? ¿La agradeces? El que ama desde arriba, humilla al que está abajo. El que ama desde abajo, comparte, ayuda y se deja ayudar, trabaja para que el otro se valore y se levante. Estamos llamados a amar como Dios nos ama, desde la cercanía, desde abajo. ¿Eres una persona cercana? ¿Procuras acercarte con humildad a los que te necesitan? ¿Te interesas por su situación? ¿Te dejas afectar por sus problemas? Damos gracias a Dios por su amor cercano y pedimos fuerza para amar como Él. II. JESÚS NOS AMÓ Y NOS AMA GRATUITAMENTE Lectura de la carta a los Efesios (2,4-10) Hermanos: Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo -por pura gracia estáis salvados-, nos ha resucitado con Cristo Jesús y nos ha sentado en el cielo con él. Así muestra a las edades futuras la inmensa riqueza de su gracia, su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque estáis salvados por su gracia y mediante la fe. Y no se debe a vosotros, sino que es un don de Dios; y tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir. Palabra de Dios. Reflexión y oración Dios nos ama por pura gracia, es decir gratuitamente. Dios nos ama cuando le damos la espalda, cuando no lo merecemos. En realidad nunca podremos merecer el amor de Dios. Siempre será un don, un regalo gratuito. ¿Eres consciente del amor gratuito de Dios o todavía crees que Dios tiene la obligación de amarte por lo bueno que eres? ¿Agradeces su amor? Estamos llamados a amar como Dios nos ama, gratuitamente. ¿Eres una persona gratuita o interesada? ¿Eres capaz de amar antes de que te amen? ¿Te comprometes si sabes que no te van a pagar nada? Damos gracias a Dios por su amor gratuito y pedimos fuerza para amar como Él. Oración (todos juntos) Señor, cuánto agradezco que me digas lo que me dices sin decir, callado, derramando tu Amor sacramentado como el sol se derrama en las espigas. Qué júbilo, Señor, que me bendigas como la lluvia que bendice al prado y que de rosas hayas enjambrado mi corazón de cardos y de ortigas. Señor, cuánto agradezco que me ames como si fuera yo el único amado y Tú el único Amor que hay en mi vida. Que en vino generoso te derrames, que te me des en pan recién cortado, que me ames tan sin peso y sin medida. José María Fernández Nieto. III. JESÚS AMA Y PERDONA A TODOS. SU AMOR ES UNIVERSAL Lectura del santo Evangelio según san Lucas (5,44-48) Dijo Jesús: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial. Palabra de Dios. Reflexión y oración Jesús nació en un pueblo que tenía la obligación de amar sólo a los que pertenecían a ese pueblo. Jesús rompe estas fronteras. Dios ama a todas las personas, sean de un pueblo u otro, sean cristianas o no, sean creyentes o no, aunque le nieguen o vayan contra Él. Por eso, su amor, en muchas ocasiones se manifiesta en el perdón. ¿Nuestro amor va más allá de nuestra familia, de nuestro pueblo, de nuestro país, de nuestra religión, de nuestras ideas políticas? ¿Perdonamos de corazón? Damos gracias a Dios por su amor universal y pedimos fuerza para amar como Él. IV. JESÚS AMA A TODOS Y ESPECIALMENTE A LOS POBRES Lectura del Evangelio según San Lucas (14,12-14) En aquel tiempo, dijo Jesús: Cuando des una comida o una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos; no sea que ellos te inviten a su vez, y tengas ya tu recompensa. Cuando des un banquete, llama a los pobres, a los lisiados, a los cojos, a los ciegos; y serás dichoso, porque no te pueden corresponder, pues se te recompensará en la resurrección de los justos. Palabra de Dios. Reflexión y oración Aunque todos seamos pobres de una forma u otra, hay personas en las que la pobreza se ceba de una forma especial. Son pobres porque no tienen lo necesario para vivir, sufren carencias afectivas, no se saben administrar, no gozan de buena salud… Dios los ama de una forma especial y hay muchos hombres y mujeres que se comprometen a fondo con estas personas, aquí y en el tercer mundo. ¿Nuestro amor, nuestro tiempo, nuestras atenciones se dirigen especialmente a los pobres, o más bien a la gente rica, guapa y lista? Damos gracias a Dios por su amor preferencial a los pobres y pedimos fuerza para amar a los que más lo necesitan. Canto Cristo te necesita para amar, para amar. Cristo te necesita para amar. No te importen las razas ni el color de la piel, ama a todos como hermanos y haz el bien. Al que sufre y al triste dale amor, dale amor, al humilde y al pobre dale amor. Al que vive a tu lado dale amor, dale amor; al que viene de lejos dale amor. Al que habla otra lengua dale amor, dale amor; al que piensa distinto dale amor. V. JESÚS AMA HASTA SUFRIR Y MORIR POR NOSOTROS Lectura de la carta de San Pablo a los Filipenses (2,6-9). Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango, y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Palabra de Dios. Reflexión y oración El amor, si es amor, no sólo comparte los buenos momentos. El amor está dispuesto a servir, a sufrir y a morir por la persona amada. Cristo, el Amor de los amores, carga con la cruz y muere en ella, por amor a toda la humanidad. ¿Estamos dispuestos a ser servidores, a sufrir y dar la vida, por la familia, por la sociedad, por la Iglesia; o sólo estamos dispuestos a dar unas migajas? Agradecemos a Dios su amor hasta la muerte y pedimos fuerza para amar así. VI. JESÚS AMA EN COMUNIÓN CON DIOS PADRE Lectura del Evangelio según San Lucas (23,33-34.44-46) Llegados al lugar llamado Calvario, le crucificaron allí a él y a los malhechores. Jesús decía: «Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen.» Era ya cerca de la hora sexta cuando, al eclipsarse el sol, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona. El velo del Santuario se rasgó por medio y Jesús, dando un fuerte grito, dijo: «Padre, en tus manos pongo mi espíritu» y, dicho esto, expiró. Palabra de Dios. Reflexión Jesús reza en todo momento. Vive en comunión con Dios, su Padre. Pasa noches enteras rezando. Reza cuando está alegre y cuando la tristeza se le apodera, como en Getsemaní. Reza en la cruz, para poner su vida en manos de Dios. Y nosotros, ¿rezamos? ¿somos conscientes de que si no permanecemos unidos a Dios, no podemos dar fruto, no podemos amar como Él nos ama? ¿Todavía creemos que rezar es una pérdida de tiempo? Damos gracias a Dios por la amistad y la fuerza que nos ofrece en la oración y los sacramentos. Oración (todos juntos) En medio de la sombra y de la herida me preguntan si creo en Ti. Y digo: que tengo todo, cuando estoy contigo: el sol, la luz, la paz, el bien, la vida. Sin Ti, el sol es luz descolorida. Sin Ti, la paz es un cruel castigo. Sin Ti, no hay bien ni corazón amigo. Sin Ti, la vida es muerte repetida. Contigo el sol es luz enamorada y contigo la paz es paz florida. Contigo el bien es casa reposada y contigo la vida es sangre ardida. Pues si me faltas Tú, no tengo nada: ni sol, ni luz, ni paz, ni bien, ni vida. José Luis Martín Descalzo Canto final a la Virgen Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida y dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y, después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima! ¡oh piadosa! ¡oh dulce Virgen María! PARROQUIA DE SARIÑENA (HUESCA) – 5 DE ABRIL DE 2012